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¿QUE ES UN PARASITO?

De acuerdo a (Suzán, s.f.) un parásito es un organismo que vive dentro o sobre otro
organismo vivo (el hospedero), obteniendo de éste una parte o la totalidad de su
alimentación, y produciendo efecto detrimental sobre el hospedero. Los parásitos
tienden a ser pequeños en relación a sus hospederos, y eventualmente pueden o no
causarle la muerte. Un agente infeccioso es considerado generalmente un
organismo, o sub-organismo entero, que es capaz de producir una infección o una
enfermedad infecciosa. Usaremos el término parásito, agente infeccioso y patógeno
indistintamente. Parásito es el término más inclusivo.

El Parasitismo no es un fenómeno tan claramente aplicable reservado sólo para los


“organismos”. Los organismos están compuestos por células y tienen DNA- base del
genóma, la habilidad de crear RNA, proteínas y células ligadas a membranas. En la
mayoría de los casos, ellas pueden ser capaces de hacer todo su ATP, la energía que
utilizan las células. Ejemplos: bacterias, archaeas, protistas, plantas, hongos,
animales

Hongos. - El reino de los Hongos incluye a los organismos heterótrofos osmóticos,


es decir que adquieren sus nutrientes por absorción; usualmente, con un talo
amurallado (cuerpo) compuesto de filamentos ramificados llamados hifas que juntos
pueden formar una red llamada micelio. Las hifas crecen por extensión apical y tienen
polímeros de glucosamina de N-acetil (quitina) en sus paredes. Dos tercios de las
especies conocidas de hongos tienen alguna asociación intima con otro organismo
vivo. Muchos son parásitos de plantas e insectos. (Suzán, s.f.)

Por otra parte (Cuesta, 2012) nos indica que los hongos son parásitos, que se
desarrollan y llevan a cabo su existencia sobre tejidos vivos, sea cual sea su origen.
Dentro de estos, los que son capaces de crecer y desarrollarse sobre materia
orgánica muerta, ya sea de forma natural, o en cultivos artificiales reciben el nombre
de parásitos facultativos, lo que implica que este tipo de hongos desde el punto de
vista nutritivo es saprófito, aunque ecológicamente se comporten como parásitos. En
cambio, los hongos que no son capaces de desarrollarse en medios artificiales
reciben el nombre de parásitos obligados. Entre estos dos extremos existen
numerosos casos intermedios: así, por ejemplo, entre los parásitos facultativos, los
hay desde aquellos que son capaces de reproducirse, desarrollándose sobre
substratos inertes, hasta aquellos que no son capaces de reproducirse o se
reproducen con mucha dificultad sobre los mismos, aunque si sean capaces de
subsistir desde el punto de vista nutritivo.

De la misma manera, entre los parásitos obligados, los hay que son capaces de
desarrollarse anormalmente sobre cultivos artificiales, otros solo consiguen germinar,
y por último algunos ni siquiera germinan. Los hongos parásitos, a menudo causan
daño sobre el hospedante en el que se desarrollan, recibiendo entonces el nombre
de patógenos, en algunos casos por su virulencia llegan a terminar con la vida del
hospedante y con la suya propia si se trata de un parásito obligado. Entre los hongos,
en general, existen numerosos casos de parasitismo: se puede decir que todas las
plantas pueden ser víctimas de hongos microscópicos, (grafiosis, tinta del castaño,
diferentes tipos de chancros, etc.), en el ámbito forestal, y lo mismo se puede decir
para los animales (mamíferos, reptiles, peces, insectos, etc.) que pueden ser
atacados por numerosas especies de hongos que se desarrollan sobre ellos como
parásitos obligados. Sin embargo, entre los macromicetos, que es el caso que nos
ocupa, es poco frecuente el fenómeno del parasitismo, y cuando se produce lo hace
casi exclusivamente en el mundo vegetal (Cuesta, 2012).

A modo de excepción, se pueden mencionar algunas especies del género Cordyceps,


que parasitan a diversas especies de larvas de lepidópteros entre las que podemos
citar a la procesionaria del pino. La mayoría de los macromicetos patógenos, que
atacan o pueden atacar y destruir los tejidos vivos de las plantas, pertenecen al orden
de los Aphyllophorales, y más concretamente, a las familias Ganodermataceae,
Steraceae, y Polyporaceae. Como hemos dicho con anterioridad es difícil separar
biológica y ecológicamente a muchas de estas especies, ya que en ciertas
condiciones críticas, o cuando han causado la muerte de su hospedante, siguen
viviendo comportándose como saprófitos.

Los hongos parásitos, en condiciones de estabilidad biológica y ecológica,


contribuyen a la mejora genética de la población sobre la que vegetan, seleccionando
y eliminando a los individuos más débiles. Solo cuando falta el equilibrio necesario,
los hongos pueden llegar a convertirse en peligrosos para el ecosistema, como
pudimos comprobar con la seca de las quercineas de la mitad meridional de la
península a causa de la sequía prolongada que sufrieron a principios de esta década,
y al posterior ataque de varias especies de hongos microscópicos (Cuesta, 2012).

¿HONGOS BIOTECNOLÓGICOS?

De acuerdo (Cedeño, 2015) nos manifiestan los hongos desempeñan un papel


destacado en los ciclos de la naturaleza, sobre todo en los procesos de degradación.
Se han clasificado hasta ahora aproximadamente 70000 hongos. Las levaduras
pertenecen, como todos los hongos, a los eucariotas, es decir, su material genético
está concentrado en un núcleo celular. Son hongos productores de esporas
(endomicentos).

A partir de levaduras salvajes se obtienen cultivos de levaduras que tienen un gran


significado industrial, como las levaduras de cerveza (por ejemplo Saccharomyces
calsbergensis), levaduras de vino y de pan (S. cerevisiae) y levaduras del forraje
(Candida). Candida utilis crece sobre las aguas residuales de sulfito de las fabricas
de celulosa como levadura de forraje. Candida maltosa se alimenta de alcanos
(parafinas) del petróleo y pueden generar forraje. Trichosporon cutaneum es un
importante aeróbico que se encuentra en aguas residuales, que incluso puede
degradar fenol –un veneno para otros hongos. Trichosporon y la levadura Arxula
adeninivorans se utilizan como sensores microbianos residuales.

Los mohos pertenecen a los mohos con sacos esporales o esporangios en forma de
manguera (ascomicetos), que consta de 20000 tipos es el grupo mayor de los hongos.
Tienen, en contraste con las levaduras redondeadas, largas células estiradas y viven
principalmente estrictamente aeróbicos. Los mohos forman esporas asexualmente
mediante la división de los núcleos celulares de los sacos esporales, que en general
se expanden en el aire del micelio. Las esporas maduras se propagan con facilidad
con el viento. Si caen en un sustrato apropiado, germinan y forman nuevos micelios.
(Cedeño, 2015)
Muchos hongos se clasifican según su apariencia (morfología) y el color de sus sacos
esporales (esporangios), porque el micelio generalmente es difícil de distinguir, pues
es incoloro y representa un desorden en forma de tubo. Puesto que los hongos más
importantes industrialmente se introducen (sumergen) principalmente en tanques
como grumos móviles de micelios, no forman esporas. En cuanto a alimentación, los
mohos son similares a las levaduras, aunque se tratan más versátilmente. Así,
algunos pueden –en contraste con las levaduras- crecer también sobre celulosa
(Trichoderma reesei) o lignina (Phanaerochaete chrysosporium).

Los mohos del género Aspergillus (mohos con esporangios en forma de regadera) y
Penicillium (mohos con esporangio en forma de pincel) son la base para muchas
fermentaciones, particularmente para la degradación del almidón y las proteínas en
la cebada, el arroz y las habas de soya. Aspergillus niger produce ácido cítrico.
Penicillium chrysogenum es el productor de penicilina. (Cedeño, 2015)
BIBLIOGRAFÍA

Cedeño, L. (2015). Obtenido de


http://apuntesbiotecnologiageneral.blogspot.com/2014/05/bacterias-y-hongos-
principales.html

Cuesta, J. C. (2012). Obtenido de


http://www.amanitacesarea.com/guia_ecologia1.html

Suzán, G. (s.f.). Obtenido de


https://www.biodiversidad.gob.mx/especies/Invasoras/pdf/Diplomado/II_1_Sp
_invasoras%20y%20microorganismos%20Gerardo%20Suzan_PARTE%201.
pdf

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