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De acuerdo a (Suzán, s.f.) un parásito es un organismo que vive dentro o sobre otro
organismo vivo (el hospedero), obteniendo de éste una parte o la totalidad de su
alimentación, y produciendo efecto detrimental sobre el hospedero. Los parásitos
tienden a ser pequeños en relación a sus hospederos, y eventualmente pueden o no
causarle la muerte. Un agente infeccioso es considerado generalmente un
organismo, o sub-organismo entero, que es capaz de producir una infección o una
enfermedad infecciosa. Usaremos el término parásito, agente infeccioso y patógeno
indistintamente. Parásito es el término más inclusivo.
Por otra parte (Cuesta, 2012) nos indica que los hongos son parásitos, que se
desarrollan y llevan a cabo su existencia sobre tejidos vivos, sea cual sea su origen.
Dentro de estos, los que son capaces de crecer y desarrollarse sobre materia
orgánica muerta, ya sea de forma natural, o en cultivos artificiales reciben el nombre
de parásitos facultativos, lo que implica que este tipo de hongos desde el punto de
vista nutritivo es saprófito, aunque ecológicamente se comporten como parásitos. En
cambio, los hongos que no son capaces de desarrollarse en medios artificiales
reciben el nombre de parásitos obligados. Entre estos dos extremos existen
numerosos casos intermedios: así, por ejemplo, entre los parásitos facultativos, los
hay desde aquellos que son capaces de reproducirse, desarrollándose sobre
substratos inertes, hasta aquellos que no son capaces de reproducirse o se
reproducen con mucha dificultad sobre los mismos, aunque si sean capaces de
subsistir desde el punto de vista nutritivo.
De la misma manera, entre los parásitos obligados, los hay que son capaces de
desarrollarse anormalmente sobre cultivos artificiales, otros solo consiguen germinar,
y por último algunos ni siquiera germinan. Los hongos parásitos, a menudo causan
daño sobre el hospedante en el que se desarrollan, recibiendo entonces el nombre
de patógenos, en algunos casos por su virulencia llegan a terminar con la vida del
hospedante y con la suya propia si se trata de un parásito obligado. Entre los hongos,
en general, existen numerosos casos de parasitismo: se puede decir que todas las
plantas pueden ser víctimas de hongos microscópicos, (grafiosis, tinta del castaño,
diferentes tipos de chancros, etc.), en el ámbito forestal, y lo mismo se puede decir
para los animales (mamíferos, reptiles, peces, insectos, etc.) que pueden ser
atacados por numerosas especies de hongos que se desarrollan sobre ellos como
parásitos obligados. Sin embargo, entre los macromicetos, que es el caso que nos
ocupa, es poco frecuente el fenómeno del parasitismo, y cuando se produce lo hace
casi exclusivamente en el mundo vegetal (Cuesta, 2012).
¿HONGOS BIOTECNOLÓGICOS?
Los mohos pertenecen a los mohos con sacos esporales o esporangios en forma de
manguera (ascomicetos), que consta de 20000 tipos es el grupo mayor de los hongos.
Tienen, en contraste con las levaduras redondeadas, largas células estiradas y viven
principalmente estrictamente aeróbicos. Los mohos forman esporas asexualmente
mediante la división de los núcleos celulares de los sacos esporales, que en general
se expanden en el aire del micelio. Las esporas maduras se propagan con facilidad
con el viento. Si caen en un sustrato apropiado, germinan y forman nuevos micelios.
(Cedeño, 2015)
Muchos hongos se clasifican según su apariencia (morfología) y el color de sus sacos
esporales (esporangios), porque el micelio generalmente es difícil de distinguir, pues
es incoloro y representa un desorden en forma de tubo. Puesto que los hongos más
importantes industrialmente se introducen (sumergen) principalmente en tanques
como grumos móviles de micelios, no forman esporas. En cuanto a alimentación, los
mohos son similares a las levaduras, aunque se tratan más versátilmente. Así,
algunos pueden –en contraste con las levaduras- crecer también sobre celulosa
(Trichoderma reesei) o lignina (Phanaerochaete chrysosporium).
Los mohos del género Aspergillus (mohos con esporangios en forma de regadera) y
Penicillium (mohos con esporangio en forma de pincel) son la base para muchas
fermentaciones, particularmente para la degradación del almidón y las proteínas en
la cebada, el arroz y las habas de soya. Aspergillus niger produce ácido cítrico.
Penicillium chrysogenum es el productor de penicilina. (Cedeño, 2015)
BIBLIOGRAFÍA