Sei sulla pagina 1di 23

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS ANDES

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS, CONTABLES Y


SOCIALES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

MONOGRAFÍA TEMA:

RESPONSABILIDAD PENAL EN MENORES

CURSO : DERECHO DEL NIÑO Y ADOLESCENTE

DOCENTE : Dr. DAVALOS,

ESTUDIANTES:

 Jadira Aracely Soria Rivera


Abancay-2019
INDICE
I. RESPONSABILIDAD PENAL EN MENORES ................................... 5

1. RESPONSABILIDAD PENAL ...................................................... 5

2. MENOR INFRACTOR ................................................................. 5

3. PRINCIPIOS DE LA RESPONSABILIDAD PENAL ..................... 8

3.1. Principio de interés superior del adolescente ............................ 8

3.2. Principio Educativo .................................................................... 8

3.3. Principio De Presunción De Inocencia....................................... 8

3.4. Principio De Confidencialidad .................................................... 8

3.5. Principio De Proporcionalidad Y Racionalidad .......................... 9

4. MARCO JURÍDICO PENAL DEL MENOR INFRACTOR ............ 9

4.1. Tipos De Delito: ..................................................................... 11

5. LAS MEDIDAS SOCIO EDUCATIVAS ...................................... 11

5.1. Protección ............................................................................. 11

5.2. Amonestación ........................................................................ 12

5.3. Prestación de Servicios a la Comunidad ............................... 12

5.4. Libertad Asistida .................................................................... 13

5.5. Libertad Restringida .............................................................. 13

6. MEDIDA PRIVATIVA DE LIBERTAD: ....................................... 13

6.1. Internación en un centro juvenil: ............................................ 13

7. ACCIÓN PENAL CONTRA EL ADOLESCENTE ....................... 15

8. CAUSALES DE EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. ............. 16

9. DERECHOS DEL ADOLESCENTE .......................................... 16

10. LA REMISIÓN. .......................................................................... 18

11. LA VÍCTIMA. ............................................................................. 19

12. ¿ES COMPATIBLE ELLO CON EL ESTADO DE DERECHO? 20


13. EL PROBLEMA DE LOS MENORES DE EDAD Y LA
RESPONSABILIDAD PENAL ....................................................................... 20

14. CONCLUSION .......................................................................... 21

15. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................. 22


INTRODUCCIÓN

Es probable que la tendencia ante la ola de asaltos y crímenes cometidos


por adolescentes, merecen una atención y una política criminal específica y
especial; no obstante, es necesario rescatar una deficiencia central, dado que
viene ocurriendo una deficiencia en la determinación concreta de la sanción para
los adolescentes presuntos infractores, que irremediablemente también se debe
extender a las demás sedes fiscales o judiciales, como es la falta de
criterios objetivos para determinar los plazos de medida de protección y las
medidas socioeducativas en los adolescentes infractores.

El Gobierno ha definido como prioridad mejorar la calidad de vida de


niñas, niños y adolescentes, construyendo un país con respeto social,
económico y cultural, basado en la promoción y protección de sus derechos.
Estábamos acostumbrados a políticas sociales homogéneas, originadas en
conceptos abstractos, de escritorio, destinadas a tranquilizar conciencias e
intelectos de quienes tienen mucho más de entrenamiento en el discurso que en
revertir una realidad social afectada por décadas de crisis y abandonos.

A diferencia de lo que sucede en el derecho penal de adultos, donde el


Código penal establece el tipo de pena que corresponde a cada tipo delictivo y
el juez únicamente decide su duración concreta dentro del maco penal
legalmente establecido; en el derecho penal de menores, además de decidir esto
último, el juez debe seleccionar la medida a aplicar entre las previstas en el
catálogo establecido en el Código de los Niños y Adolescentes, de manera
arbitraria con el solo parámetro de las condiciones personales y el fin
resocializador.
I. RESPONSABILIDAD PENAL EN MENORES

1. RESPONSABILIDAD PENAL

Es la consecuencia jurídica derivada de la comisión de un hecho tipificado


en una ley penal por un sujeto, y siempre que dicho hecho sea contrario al orden
jurídico, es decir, sea antijurídico; además de punible. Generan responsabilidad
penal todas aquellas acciones humanas (entendidas como voluntarias) que
lesionen o generen un riesgo de lesión a un bien protegido por el ordenamiento
jurídico (por ejemplo: vida, integridad física, libertad, honor, orden público, etc.).
La comisión de un delito o falta generará responsabilidad penal.

La responsabilidad penal se concreta en la imposición de una pena, que


bien puede ser de privativa de libertad (como la pena de prisión o la localización
permanente), privativa de otros derechos (como el derecho a portar armas, el
derecho a conducir vehículos a motor, el derecho a residir en un lugar
determinado, etc.), pudiendo también consistir dicha pena en una multa
pecuniaria. (ECHANDIA, 2008)

2. MENOR INFRACTOR

Se acepta que “hablar de menores significa hablar de hombres que


atraviesan etapas prematuras de su vida; hablar de “derecho de menores”
importa hablar de aquello que comienza o se adecua al ser humano en la
minoridad, la tendencia moderna es que no pueden someterse al ámbito que rige
para los adultos. Sea, como se afirma de manera tradicional en la doctrina,
porque son inimputables; o bien, porque se reconoce que su personalidad
apenas se encuentra en formación, pudiendo contar con cierta madurez, más no
completa. Nuestro vigente Código Penal establece en su artículo 20 que los
menores de edad están exentos de responsabilidad penal. Ante lo dispuesto por
el citado artículo, el Código de los Niños y el Adolescentes, aprobado mediante
Ley N° 27337, materializa un proceso de administración de justicia para niños y
adolescentes1.

En este sentido, la influencia de la dogmática doctrinal del Derecho Penal


mínimo y/o de un ordenamiento jurídico garantista del interés superior del niño,
se muestra desde la denominación al acto delictual cometido por un adolescente,
denominado “Adolescente Infractor Penal”. Según el Código del Niño y del
Adolescente: “Se considera adolescente infractor a aquel cuya responsabilidad
ha sido determinada como autor o partícipe de un hecho punible tipificado como
delito o falta en la ley penal”.

Por otro lado, en cuanto a la sanción por comisión de infracciones, en


lugar de denominarla pena, se le denomina medida socio-educativa, siendo la
más grave la medida socio-educativa de internación.

En líneas generales, si en el Perú, expresamente no existe una Ley de


Justicia Penal para adolescentes, nuestra legislación ha reservado un sistema
especial de administración de justicia para ellos. Esta concepción considera que
el joven o adolescente está sujeto a una regulación especial, en todos los
ámbitos de su desarrollo, y que como consecuencia de este trato especial, a
nuestro criterio, se ha adoptado una concepción punitivo garantista, debido a que
se le atribuye al menor de edad una mayor responsabilidad, pero a su vez, le son
reconocidas una serie de garantías sustantivas y procesales que no eran siquiera
pensadas dentro de una concepción tutelar, que tal como hemos manifestado,
considera al menor de edad como sujeto pasivo de la intervención jurídica, objeto
y no sujeto de Derecho2.

Comprendemos que lo que se ha querido hacer es un Derecho Penal de


Menores que pretenda ser humano, moderno, justo, moralizador, eficaz y
realista, pero se ha olvidado la realidad nacional. El mal es viejo y generalizado.
Como que también ha sido denunciado una y otra vez (ante un sistema tutelar
propio de la doctrina de la irregularidad social, no existieron los medios para

1Cfr. BARLETTA, María. Curso Derechos de la Niñez y Adolescencia. Pontificia


Universidad Católica del Perú. Lima, 2011.
2 Entre los adolescentes infractores se encuentra como denominador común un gran

nivel de analfabetismo y cierta carencia de una familia estructurada con referente paterno.
ejecutar las medidas tuitivas. Ahí estuvo el fracaso del Código de Menores de
1962)

El Derecho Penal moderno, puede legítimamente considerarse como


antecesor y casi generador del Derecho de Menores, porque en las crisis del
ánimo colectivo- al igual que en la desgracia privada y personal – aguzada la
inteligencia en la angustia producida por la trasgresión violenta del Derecho -
que es la materia privativa del hasta hoy llamado Derecho Penal- al buscar con
vehemencia el remedio de los conflictos, se ha llegado a procurar su solución
dentro de los principios de la defensa social del Derecho; a la vez que con un
consciente sentimiento de solidaridad, se trata de asegurar la regeneración y
readaptación del culpable, para bien suyo y para provecho general, fines ambos
sólo posibles mediante recursos médico-sociales y dentro positivamente de los
modernos y humanitarios principios de la asistencia social, creadores también
de la condena y liberación condicional, la individualización de la pena, su
indeterminación y flexibilidad, del nuevo régimen de las prisiones y otras tantas
conquistas de la ciencia penal, que cooperan a las fines indicados, lejos de los
conceptos simplistas de la reacción vengativa, del castigo, de la represión y
hasta de la pura responsabilidad psicológica clásica, y completamente al margen
del anticuado derecho individualista.

En líneas generales, si en el Perú, expresamente no existe una Ley de


Justicia Penal para adolescentes, nuestra legislación ha reservado un sistema
especial de administración de justicia para ellos. Esta concepción considera que
el joven o adolescente está sujeto a una regulación especial, en todos los
ámbitos de su desarrollo, y que como consecuencia de este trato especial, a
nuestro criterio, se ha adoptado una concepción punitivo garantista, debido a que
se le atribuye al menor de edad una mayor responsabilidad, pero a su vez, le son
reconocidas una serie de garantías sustantivas y procesales que no eran siquiera
pensadas dentro de una concepción tutelar, que tal como hemos manifestado,
considera al menor de edad como sujeto pasivo de la intervención jurídica, objeto
y no sujeto de Derecho.
3. PRINCIPIOS DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
3.1. Principio de interés superior del adolescente
1. Al adolescente se le debe brindar la máxima satisfacción integral y
simultánea de derechos durante el proceso de responsabilidad penal. El
desarrollo y ejercicio de sus derechos deben ser considerados como principios
rectores. Ningún derecho debe ser perjudicado por una interpretación negativa
del interés superior del adolescente.

2. Es obligación de la autoridad que adopte una medida, evaluar las


posibles repercusiones de las decisiones adoptadas en el adolescente, debiendo
justificar expresamente la forma como se ha considerado el interés superior, así
como los criterios utilizados para dicha decisión y la ponderación efectuada
frente a otros derechos e intereses. El adolescente debe ser escuchado en toda
oportunidad que establezca el Código, en cualquier situación en la que se defina
alguna decisión que pueda afectarlo y cuando así lo solicite.
(Corteconstitucional.gov, 2008)

3. Esta disposición es de cumplimiento por todo funcionario o servidor


público durante el desarrollo del proceso, así como durante la ejecución de
alguna medida socioeducativa.

4. La protección alcanza también a la víctima o testigo menor de edad.

3.2. Principio Educativo


La medida aplicada a un adolescente debe fortalecer su respeto por los
derechos humanos y libertades fundamentales de terceros. Ha de promoverse
la reintegración del adolescente a fin que asuma una función constructiva en la
sociedad.

3.3. Principio De Presunción De Inocencia


Se presume la inocencia del adolescente sometido al proceso de
responsabilidad penal hasta que no se demuestre lo contrario por los medios
establecidos en el presente Código.

3.4. Principio De Confidencialidad


Las actuaciones judiciales y fiscales son reservadas. Las
autoridades que intervienen en el proceso de responsabilidad penal, así
como los sujetos procesales, no pueden difundir el contenido de las
actuaciones o diligencias procesales ni proporcionar datos que permitan
la identificación del adolescente, su familia o circunstancias particulares.

3.5. Principio De Proporcionalidad Y Racionalidad


La decisión adoptada ante la comisión de una infracción por un
adolescente debe ser proporcional no sólo a las circunstancias y gravedad

4. MARCO JURÍDICO PENAL DEL MENOR INFRACTOR

Como sabemos, en el Perú, ante denuncia sobre presunta infracción a la


ley penal, contra adolescente (de 12 años a menos de 18), luego que se ha
acreditado la edad y elementos probatorios que evidencien participación en los
hechos investigados, el Fiscal de Familia al concluir la investigación, al amparo
de los artículos IV del T.P., 144.c, 204.a y 207 del Código de los Niños y
Adolescentes, puede solicitar al Juez de Familia “dictar medida de protección”
cuando la edad del intervenido es menor de 14 años, o puede solicitar “Promover
acción judicial el acto infractor contra la ley penal”, si la edad del investigado es
de 14 a menos de 18 años), en ambos casos existe la tendencia del Ministerio
Público de peticionar la apertura del proceso judicial. En pocos casos se opta por
el Archivo por Remisión. Pero, si no existen elementos incriminatorios en la
comisión u omisión del acto infractor denunciado, se procede al Archivo de la
denuncia.

El Código Penal, en su artículo 20.2, establece que los menores de


dieciocho años de edad se encuentran exentos de responsabilidad penal. Este
tratamiento diferenciado (inimputabilidad) se sustenta sobre la base de la
ausencia de dos factores en el menor (inimputable):

a) facultad para comprender la naturaleza delictuosa del acto y,

b) capacidad de determinación de su comportamiento según esa


comprensión. La ley penal construye pues una presunción respecto de la
defectuosidad o ausencia de los factores anteriormente mencionados, lo que
ciertamente no implica que en la generalidad de los casos ello sea de ese modo,
por lo que es posible que aun cuando un sujeto no haya rebasado el límite etáreo
que hace presumir su inimputabilidad (legal) comprenda que el hecho que va a
realizar es delictuoso, y que además de ello es perfectamente posible que pueda
motivarse según esa comprensión para inhibir su ejecución.3

De allí que el tratamiento de los supuestos de autoría mediata en la que


el hombre de atrás (autor mediato) posee el dominio de la voluntad de un ejecutor
inimputable no debe admitir un tratamiento igualitario, sobre todo frente a
aquellos supuestos en los que aquel no presenta las mencionadas deficiencias
que hacen presumir legalmente su condición de tal. En casos como estos, en los
que exista la comprensión y la capacidad de motivación según ella, el dominio
sobre la voluntad del menor no puede afirmarse, con lo que decae la posibilidad
de un supuesto de autoría mediata. No debemos olvidar que el artículo 40.3 de
la Convención sobre los Derechos del Niño, establece que los Estados partes
deben adoptar las medidas apropiadas para promover el establecimiento de
leyes, procedimientos, autoridades e instituciones específicas para los niños en
conflicto con las leyes penales, y en particular el establecimiento de una edad
mínima antes de la cual se presumirá que los niños no tienen capacidad para
infringir las leyes penales; y siempre que sea apropiado y aceptable, la adopción
de medidas para tratar a esos niños sin recurrir a procedimientos judiciales, en
el entendimiento de que se respetarán plenamente los derechos humanos y las
garantías legales.

Al respecto, cada Estado es competente para determinar la forma como


concreta el desarrollo de este sistema específico, a través de leyes especiales o
de reformas a las leyes generales en materia penal y procesal.

El Código de los Niños y Adolescentes establece que el Equipo


Multidisciplinario tanto dentro del ámbito cerrado como del abierto debe de hacer
el seguimiento de las medidas. (Art. 150 CNA). Sin embargo, pese que el Poder
Judicial tiene a su cargo la rehabilitación de los adolescentes, al no haberse

3 MATEO DE FERRONI, Delia (2000). Régimen Penal de Menores. Santa Fe de Bogota:


Editorial Juris., p.108
establecido la infraestructura, ni contarse con el personal necesario para poder
realizar el seguimiento de las medidas en medio abierto, además de no
establecerse en nuestra legislación un sistema de conversión de las sanciones
no privativas de la libertad, frente al incumplimiento, convierte en simbólicas las
sanciones penales. (CABANELLAS De Torres, 2009 )

4.1. Tipos De Delito: Marco legal Como hemos visto, el consumo de


sustancias puede llevar a la delincuencia producto de un proceso de
psicopatización secundaria y una estructura psicopática puede llevar
a la delincuencia y/o al consumo. Cuando se perpetúan actos
antisociales que atentan contra las normas o principios de convivencia
y equidad social, la comunidad se protege mediante leyes que
sancionan estas desviaciones.

Así, el individuo se ve confrontado con un sistema legal y, de acuerdo a


su edad, estado mental, gravedad del hecho, circunstancias, etc., será sujeto a
un proceso judicial que determinará su inocencia o culpabilidad y de ser el caso,
se impondrá una pena o medida privativa de la libertad o en libertad, bajo ciertas
condiciones. En el caso de menores de edad, el Código de los Niños y
Adolescentes establecen diversas medidas socioeducativas, cuya finalidad es
lograr la rehabilitación.

5. LAS MEDIDAS SOCIO EDUCATIVAS


Nuestro código del niño y adolescente precisa en el artículo 217 lo
siguiente:

El Juez podrá aplicar las medidas socio-educativas siguientes:

5.1. Protección
para aquellos niños hasta los 11 años de edad, que han cometido alguna
infracción. Esto incluye el cuidado en el propio hogar, participación en un
programa educativo de la comunidad o atención integral en un establecimiento
de protección (casa hogar).
5.2. Amonestación
Según el artículo 158 del CRPA la amonestación consiste en la llamada
de atención que hace el Juez al adolescente exhortándolo a cumplir con las
normas de convivencia social.

Dicha exhortación tiene alcance a los padres, tutores o responsables del


adolescente, a quienes se les hace una llamada de atención comprometiéndoles
a que ejerzan mayor control sobre la conducta del adolescente y advirtiéndoles
las consecuencias jurídicas de reiterarse la infracción.

Esta llamada de atención debe ser clara y directa, de manera que el


adolescente infractor y las personas responsables de su conducta comprendan
la ilicitud de los hechos cometidos.

En ese sentido, el juez debe utilizar un lenguaje simple y comprensible


para un menor de edad. (GARCÍA HUAYAMA, 2016)

5.3. Prestación de Servicios a la Comunidad


Esta medida es una manifestación directa de la justicia restaurativa, La
norma indica que consiste en la prestación de servicios a la comunidad
relacionado a la prestación de tareas gratuitas, de interés social en entidades
asistenciales, de salud, educación u otras instituciones similares, ya sean
públicas o privadas, autorizadas para tal fin por la institución a cargo de los
centros juveniles. Las tareas o labores a realizar deben ser acordes a la aptitud
del adolescente sin perjudicar su salud, escolaridad ni trabajo.

Es importante que la norma señale que las labores a realizar se


encuentren en relación con el bien jurídico lesionado, pues de este modo se
reforzaría el carácter educativo de la sanción, ya que a través de dichas
actividades el adolescente podría comprender mejor las consecuencias
negativas de la acción ilícita que cometió.
5.4. Libertad Asistida
Esta medida consiste en otorgar libertad al adolescente sancionado, quien
queda sometido a los programas educativos y recibe orientación con la
asistencia de especialistas y personas con conocimientos o aptitudes en el
tratamiento del adolescente.

Esta medida se ejecuta en entidades públicas o privadas que desarrollen


programas educativos o de orientación para adolescentes; los cuales son
supervisados por el SOA del lugar. Asimismo, debe informar al Juez sobre el
cumplimiento de esta medida socioeducativa y sobre la evolución del
adolescente cada tres meses o cuando se requiera..

5.5. Libertad Restringida


Esta es una medida socioeducativa en medio libre, que se ejecutará a
través de la asistencia diaria y obligatoria del adolescente a programas de
intervención diferenciados de enfoque formativo-educativo, que orientan y
controlan sus actividades. Ésta medida se ejecutará en Servicios de Orientación
al Adolescente o en instituciones públicas o privadas con fines asistenciales o
sociales; las mismas que deberán informar sobre la evaluación, seguimiento y
resultados de los programas de intervención diferenciados cada tres meses al
Juez y el Fiscal.

6. MEDIDA PRIVATIVA DE LIBERTAD:

6.1. Internación en un centro juvenil:


Un aspecto que cambió el Código de Responsabilidad Penal del
Adolescente fue que lo que antes se contemplaba como medida socioeducativa
a los “mandatos y prohibiciones”, ahora lo recoge como una medida
complementaria a la medida socioeducativa no privativa de libertad, tal como lo
establece el artículo 163 CRPA.

Aplicación de la internación: solo podrá aplicarse cuando:

 Se trate de un acto infractor doloso, que se encuentre tipificado en el


Código Penal y cuya pena sea mayor de cuatro años;
 Por reiteración en la perpetración de otras infracciones graves; y
 Por incumplimiento injustificado y reiterado de la medida socio-educativa
impuesta.

No se le puede puede atribuir la responsabilidad penal a un menor si es


que no se le reconoce la capacidad para ejercer sus derechos. Ello es vital pues,
siguiendo lo estipulado por la Convención sobre los Derechos del Niño, cada
país puede elegir la edad en la cual se adquiere mayoría de edad y con ello la
edad para hacerlo imputable penalmente; pero, además debe de tener en cuenta
una edad a partir de la cual se le reconocen todos sus derechos.

El sistema penal juvenil en el Perú, está orientado a lograr una


rehabilitación que facilite la incorporación social productiva del adolescente y no
simplemente en la aplicación de una sanción. Aunque se ha avanzado mucho en
este aspecto, aún queda un largo camino que recorrer para lograr la paz social,
puesto que el problema es multifactorial y su solución requiere del compromiso
e intervención de todos los actores sociales. En la actualidad existen un
promedio de 1000 pandillas juveniles solo en la ciudad de Lima y el 70% de actos
delictivos en la capital son ejecutados por éstas (Diario El Comercio). Estos actos
van desde arrebatos o hurto simple hasta asaltos con arma blanca o de fuego,
violación y homicidio. En los 10 Centros Juveniles que administra el Poder
Judicial en todo el país, 09 son para adolescentes con medida socioeducativa de
internación, es decir, han cometido una infracción considerada grave. Entre las
infracciones o delitos más comunes están el robo agravado (42.3%), la violación
(19.3%), pandillaje pernicioso (08.6%), etc. (ver anexos). Muchos de los cuales
afirman haber estado bajo la influencia de alguna SPA al momento de cometer
el delito. Si bien los datos obtenidos pueden no representar enteramente la
realidad (tendencia a falsear), una gran cantidad de adolescentes refiere
consumir o haber consumido alcohol (77.6%). En menor proporción reconocen
haber consumido marihuana, terokal y PBC. Es interesante observar que un
11.3% de adolescentes presentó síntomas clínicos de dependencia a una SPA.
Aprueba el Protocolo Interinstitucional para la Atención Especializada de
Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal en Etapa Preliminar DECRETO
SUPREMO Nº 011-2016-JUS.4

7. ACCIÓN PENAL CONTRA EL ADOLESCENTE

La acción penal es aquella que surge a partir de un delito y que supone la


aplicación de una sanción al responsable de acuerdo a lo establecido por la ley.
Por consiguiente, puede afirmarse que la acción penal es el punto de partida del
proceso judicial.

Por otro lado, PEÑA CABRERA FREYRE, indica que la acción penal es
el poder- deber que detenta el Estado en base a una propiedad inherente a su
propia soberanía, poder que se ejercita a través de las agencias estatales
competentes y que pone en funcionamiento todo el aparato persecutorio del
Estado, a fin de promover la acción de la justicia y que finalmente recaiga una
sanción sobre aquel que cometió un hecho constitutivo de un delito.

La acción penal importa el análisis de dos perspectivas:

a) Como derecho a iniciar un proceso, sea por la autoridad pública


encargada de tal función: El Ministerio Público, quien ejerce la acción público, o
ya sea por el agraviado en los delitos de ejercicio privado, respectivamente.

b) Como derecho a la acusación y a juicio que culmina con la resolución


definitiva del juez, materializándose el derecho a la tutela jurisdiccional.

La acción penal por tanto, es el ejercicio de un deber público que según


nuestra Constitución Política la asume exclusivamente el Ministerio Público,
pues tratándose de los delitos perseguibles por acción penal privada, esta
atribución la asume la persona del ofendido (Raúl., 2009)

4 En relación al límite superior fijado en los 18 años de edad, este es fijado de manera

concordante a la atribución de ciudadanía según la Constitución Política del Estado Peruano (art
XXX) que alude al ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos. Se extingue la patria potestad
en el ámbito civil, los padres dejan de ser representantes legales de sus hijos, para que estos
cobren plena autonomía para desenvolverse en el mundo jurídico, asumiendo por sí solos el
ejercicio pleno de sus derechos y contando y expresando su voluntad y asumir deberes que
surjan la realización de actos jurídicos reconocidos en la ley.
8. CAUSALES DE EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL.
Es la pérdida del derecho del Estado para ejercer su poder punitivo contra
el adolescente que ha cometido un delito en agravio de la sociedad. En estos
casos cesa el derecho de imponer la pena, hacerla efectiva o continuar exigiendo
su cumplimiento; para el sujeto desaparece la obligación de sufrir la pena. Las
causales de extinción de la acción penal se recogen en el Art. 78°
del Código Penal Peruano. Siendo las siguientes:

i. La muerte del imputado.


ii. La Prescripción.
iii. La amnistía.

9. DERECHOS DEL ADOLESCENTE


Son derechos del adolescente:

A) Ser asistido por un defensor especializado desde su detención policial,


durante la investigación y a lo largo de todo el proceso, así como durante
el cumplimiento de alguna medida socioeducativa.
B) Hacer valer por sí mismo, o a través de su abogado defensor, los
derechos que la Constitución Política del Perú y las leyes le conceden,
desde el inicio de las primeras diligencias de investigación hasta la
culminación del proceso.
C) Ser interrogado por la Policía únicamente en presencia de su abogado
defensor. Es nula toda declaración que no cuente con la presencia de su
abogado defensor. Asimismo, está prohibido dejar constancia de las
manifestaciones que hubiere efectuado el adolescente de manera
espontánea y en ausencia de su abogado defensor.
D) Acudir en vía de tutela al Juez de la Investigación Preparatoria, cuando
considere que durante las diligencias preliminares o en la Investigación
Preparatoria, sus derechos no son respetados o que es objeto de medidas
limitativas de derechos indebidos o de requerimientos ilegales, a fin de
que se subsane la omisión o se dicte las medidas de corrección o de
protección que correspondan. La solicitud se resuelve inmediatamente,
previa constatación de los hechos y la realización de una audiencia con
intervención de las partes.
E) A que no se genere ningún antecedente policial, penal o judicial en su
contra, durante o como consecuencia del proceso de responsabilidad
penal del adolescente.
F) A ser ubicado en un ambiente adecuado y distinto al de los adultos,
durante su detención en una dependencia policial y durante su
conducción a la misma. En caso de adolescentes infractoras de la ley
penal su ubicación es diferenciada del resto de adolescentes infractores,
teniendo en cuenta un enfoque de género.
G) A que las decisiones sobre medidas cautelares, salidas alternativas al
proceso y audiencias sean resueltas en audiencia oral con la presencia
de su abogado defensor.
H) A que la privación de libertad sea una medida de aplicación excepcional
de último recurso y deba durar el período más breve posible.
I) A ser acompañado y evaluado por el Equipo Técnico Interdisciplinario
dentro del módulo especializado en la dependencia policial
correspondiente o en el que haga sus veces.
J) A ser oído en todas las etapas del proceso y a efectuar libremente sus
peticiones en forma directa ante el Juez en una audiencia oral.
K) A que cuando no comprenda el idioma castellano o no se exprese con
facilidad, se le brinde la asistencia necesaria para que se garantice dicha
comprensión y el adolescente pueda expresarse adecuadamente; en
caso contrario es nula toda diligencia realizada en esas circunstancias.
L) A que en caso no tenga al castellano como idioma de origen, se le provea
un intérprete, garantizándose que pueda expresarse en su propio idioma.
La misma atención debe brindarse a los adolescentes con discapacidad
auditiva y/o del habla y a quienes tengan algún impedimento para darse
a entender. Los documentos y las grabaciones en un idioma distinto al
castellano deben ser traducidos cuando sea necesario.
M) A ser interrogado en idioma castellano o por intermedio de un traductor o
intérprete, cuando corresponda. El Juez puede permitir expresamente el
interrogatorio directo en otro idioma o forma de comunicación. En tal caso,
la traducción o la interpretación preceden a las respuestas.
N) A presentar, mediante su abogado defensor, los medios impugnatorios
que la legislación le permita.
O) A comunicarse con las autoridades consulares respectivas.
P) A recurrir a cualquier decisión tomada por autoridad administrativa o
judicial.

10. LA REMISIÓN.
El Código de los Niños y Adolescentes (Ley 27337), señala que la
Remisión “es una medida que puede disponer el Fiscal cuando se trata de una
infracción a la ley penal que no revista gravedad y el adolescente y sus padres
y/o adultos responsables se comprometan a seguir programas de orientación
supervisados por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables o las
instituciones autorizadas por éste y, si fuera el caso, procurará el resarcimiento
del daño a quien hubiere sido perjudicado”.

Por lo tanto la Remisión es una alternativa legal, educativa y social, que


prioriza frente al proceso judicial sancionador, el desarrollo integral del
adolescente. De acuerdo al Código de los Niños y Adolescentes, “antes de
iniciarse el procedimiento judicial, el Fiscal podrá conceder la Remisión como
forma de exclusión del proceso. Iniciado el procedimiento y en cualquier etapa,
el Juez o la Sala podrán conceder la Remisión, importando en este caso la
extinción del proceso (Artículo 228)”.

En ambos casos los requisitos son los mismos y evita la estigmatización


del adolescente. Bajo una perspectiva de derechos y desarrollo integral, busca
que el adolescente tome conciencia del hecho cometido, asuma la
responsabilidad del mismo y repare el daño. Restablece relaciones de confianza
y previene la reincidencia por parte del adolescente. En ese sentido, evalúa para
su implementación los determinantes familiares y sociales que permiten optar
por esta alternativa, en el entendido que el adolescente requiere de una red
social de servicios que contribuya a garantizar este proceso. Requisitos de la
Remisión Requisitos Base legal No gravedad de delito o infracción penal. Art.
206 – Código de los Niños y Adolescentes. Ley 27337 Adolescente y sus padres
o adultos responsables se comprometan a seguir programas de orientación. Art.
206 – Código de los Niños y Adolescentes. Ley 27337. Procurar el resarcimiento
del daño. Art. 206 – Código de los Niños y Adolescentes.

11. LA VÍCTIMA.
La Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas
de delitos y del abuso de poder de la Organización de las Naciones Unidas26, la
define como tal a las “personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido
daños, inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida
financiera o menoscabo sustancial de los derechos fundamentales, como
consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación penal vigente en
los Estados Miembros, incluida la que proscribe el abuso de poder”.

En ese sentido, le corresponde el acceso a los mecanismos de la justicia y la


pronta reparación del daño, mediante procedimientos “oficiales u oficiosos que
sean expeditos, justos, poco costosos y accesibles”, incluidos “la mediación, el
arbitraje y las prácticas de justicia consuetudinaria o autóctonas, a fin de facilitar
la conciliación y la reparación”. Tienen derecho a ser informadas sobre los
mecanismos de resarcimiento y sus posibilidades de obtener una reparación, así
como ser escuchada y absueltas sus preocupaciones e informada sobre el
estado de las actuaciones en este campo.

El resarcimiento a cargo del autor del hecho punible, comprenderá cuando


menos, la reparación integral del daño, tanto en los aspectos materiales como la
devolución de los bienes o el pago por los daños o pérdidas sufridas, el
reembolso de los gastos realizados como consecuencia de la victimización, la
prestación de servicios y la restitución de derechos, así como los emocionales
(disculpa). La víctima no puede quedar desamparada ante el daño causado, por
ello, se prevé que reciban contención emocional “la asistencia material, médica,
psicológica y social que sea necesaria”, así como la disponibilidad de servicios
sanitarios y sociales debidamente capacitados y receptivos a las necesidades de
las víctimas, quienes requieren una ayuda rápida y eficaz.
12. ¿ES COMPATIBLE ELLO CON EL ESTADO DE DERECHO?
De todo esto, este punto de partida, la necesidad de concebir al individuo
como algo más que conciencia y voluntad, es decir, un ser emocional, afectivo y
de influencia cultural, todo esto trasladado al marco de Estado de Derecho y la
culpabilidad penal, hace que solo se pueda exigir responsabilidad penal a una
persona a la cual el Estado solo le haya proporcionado, o, mejor dicho, le haya
satisfecho condiciones para ejercer derechos y para cumplir obligaciones. Esto,
en un Estado de Derecho es absolutamente potente por dos cuestiones:

A) porque solo en democracia el Estado otorga esta facultad a los individuos


para participar en el debate socio político y jurídico que termina por
decirnos cuáles son los bienes jurídicos protegidos por el Derecho Penal
y cómo se protegen; y
B) un Estado de Derecho no puede admitir que quien no participa libremente
en ese diálogo y en ese debate político, vaya a ser sancionado justamente
por contravenir ese debate político. Primera consecuencia, solo puede
haber culpabilidad en democracia, solo se puede responsabilizar
penalmente en democracia y solo se puede responsabilizar penalmente a
las personas que han tenido la oportunidad de participar en ese debate
político. Así, no solo se trata en la capacidad para disponer de bienes
jurídicos, se trata de algo previo, se trata de la necesaria participación que
ha tenido el sujeto responsable, participación en el debate y diálogo socio
político que determina qué bienes jurídicos se protegen en el Derecho
Penal y cómo se protegen.

13. EL PROBLEMA DE LOS MENORES DE EDAD Y LA


RESPONSABILIDAD PENAL
Luego de todo este discurso, uno podría pensar que como los menores
no participan en este debate, discurso o diálogo, no deberían ser
responsabilizados penalmente. Y es verdad, la primera exigencia que se le
debería hacer al Estado para que un menor responda penalmente, es que esa
persona tenga
derecho a participar en el debate político. Da la casualidad que la
participación en el debate político empieza recién a los 18 años, al menos, la
posibilidad de elegir y ser elegido y de ejercer una serie de derechos ciudadanos.
Sin embargo, si uno revisa el marco normativo vigente detecta que los menores
sí responden. Y responden penalmente desde los 14 años. ¿Cómo se puede
conciliar eso? Es decir, ¿Cómo se puede conciliar el discurso teórico que debe
legitimar la eventual responsabilidad de menores asumiendo que el presupuesto
sea su participación en el debate político con el hecho real que la ley vigente les
atribuya eventual responsabilidad penal a partir de los 14 años? Y digo,
responsabilidad penal y no una solamente responsabilidad disciplinaria que
genere medidas educativas o medidas de aseguramiento, la responsabilidad de
un menor infractor es penal y las sanciones a las cuales se le someten son de
naturaleza penal. ¿Cómo conciliar eso? No lo sé. Pero creería que, en todo caso,
hay formas de aproximarnos a una eventual conciliación.

14. CONCLUSION
Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es un fenómeno muy
representativo desde el siglo pasado, la delincuencia juvenil es uno de los
problemas criminológicos que crece cada día más, no solo en nuestro país, sino
también en el mundo entero; es una de las acciones socialmente negativas que
va a lo contrario fijado por la ley y a las buenas costumbres creadas y aceptadas
por la sociedad.

El Perú confronta desde hace varios años, problemas económicos y


sociales que afectan a los estratos más vulnerables de la población, en especial
la madre y el niño. Así podemos señalar el incremento acelerado y
desorganizado de la población frente a servicios básicos deficitarios, un aumento
en el costo de vida en desmedro del poder adquisitivo, el incremento de la tasa
de desempleo y subempleo, la desintegración familiar y el terrorismo;
problemática que se ve reflejada en los llamados por la UNICEF como "Menores
en circunstancias Especialmente Difíciles", como son los niños de la calle,
víctimas de violencia armada, niños trabajadores, maltratados, infractores, etc.

Los adolescentes infractores poseen una personalidad marcada por la


marginación, el abandono afectivo, las carencias económicas y culturales y el
maltrato en general, lo cual lo convierte en una persona impulsiva, rebelde,
resentida, influenciable e insegura, siendo vulnerable a los múltiples estímulos
que la calle ofrece, lo que le permitirá "integrarse" y cubrir necesidades afectivas
insatisfechas. Es así que comienzan a probar licor y otras drogas como
marihuana y terokal, para luego probar drogas más fuertes como PBC,
consumiéndolas muchas veces para "darse valor" en la comisión del delito, y la
falta de la misma, con la ansiedad que esto les causa, será una de las causas
para agenciarse de dinero rápidamente, a través del delito.

15. BIBLIOGRAFÍA
BUSTOS RAMIREZ, J. (s.f.). Obras Completas. Tomo II. Lima: Ara Editores.

CABANELLAS De Torres, G. (2009 ). ¿Duros con el Delito? Inseguridad en


América Latina. Lima: Flacso.

Corteconstitucional.gov. (20 de Diciembre de 2008). Obtenido de


Corteconstitucional.gov:
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2009/C-684-09.htm

ECHANDIA, D. (2008). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Buenos


Aires: Helniasta.

GARCÍA HUAYAMA, J. C. (2016). “Las sanciones para los adolescentes


infractores de la ley penal”. Lima: Grilley.
Raúl., P. C. (2009). Exegesis Nuevo Código Procesal Penal, . Lima: Rodhas.

Potrebbero piacerti anche