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Epítome clásico

Un paseo cronológico por las obras de los clásicos griegos y latinos.


Lo que dijeron y lo que ignoraron, a través de una mirada fresca y actual.
«Hay que poner en orden lo que nos transmitieron los antiguos y añadir lo que nosotros
mismos hemos descubierto». Pneumática, Herón de Alejandría.

Filósofos socráticos
Diferenciamos a los filósofos presocráticos como aquéllos en que no se encuentra influencia del
pensamiento de Sócrates (aunque fueran contemporáneos o incluso posteriores). Eso incluye a los
cosmólogos y a las famosas escuelas o círculos de pensadores (los milesios, los pitagóricos, los sofistas,
etc). Ahora bien, llegado un momento, las ideas antropológicas se habían extendido en la cultura griega
gracias, en parte, a los alumnos de Sócrates, y encontramos puntos de encuentro, ideas comunes e
influencias en una larga lista de filósofos y pensadores más modernos.

Un buen número de jóvenes, tanto atenienses como extranjeros, pudieron disfrutar de las ideas y las
enseñanzas de Sócrates (como Jenofonte, Alcibíades o Esquines el literato), y muchos crearon, a su vez,
una nueva escuela de pensamiento (así nacieron, además de la Academia de Platón, círculos como los
cínicos, los cirenaicos y los megáricos). Estas escuelas influyeron a su vez en pensadores aún más
modernos (respectivamente, neoplatónicos, estoicos, epicúreos y escépticos), llegando así, a través del
tamiz de helenistas, romanos y bizantinos, al mundo actual. Naturalmente, cuando hablamos de
«escuelas» no debemos entenderlas en un sentido moderno, sobre todo porque a veces (como en los
megáricos) nos encontramos ante un grupo de parecidas ideas, pero no siempre unido por una relación
doctrinal o estudiantil.

Si comparamos la contrastada visión que Platón y Jenofonte nos dan sobre Sócrates, y la aunamos a lo
que podemos obtener sobre él de los otros autores que llamamos socráticos, obtenemos una
reconstrucción caleidoscópica que ya sorprendía a los antiguos. La denominada «cuestión socrática» se
fija precisamente en la variedad de líneas de pensamiento creadas por los alumnos de Sócrates para
constatar que, como diría en el siglo V Agustín de Hipona, o bien Sócrates debió de haber sido
increíblemente confuso, oscuro y carente de ideas claras, o bien se trató de un individuo de excepcional
fuerza inspiradora.

Para buscar los puntos en común de las diversas escuelas, puede ayudarnos el orador Isócrates, quien en
dos de sus obras (Encomio de Helena y Contra los sofistas), establecía una dura crítica a los que acercaban
la filosofía (él mismo se consideraba filósofo) a la sabiduría (llamándolos, en su conjunto, «sofistas»,
término con el que hacía referencia tanto a los sofistas como a los socráticos). Estos testimonios muestran
cómo el grupo socrático era percibido por un sector de la vida cultural del momento. La queja principal y
básica de Isócrates era el uso de la erística (entendida como una dialéctica destructiva, basada en
derrumbar los argumentos del rival), queja ejemplificada también con otros métodos, como el
establecimiento de la unidad de la virtud (identificación de justicia, valentía, etc) o la imposibilidad de
contradecir. De importancia capital es también el criterio de utilidad, pues para Isócrates, fundador de
una escuela de hombres hábiles para gobernar, los socráticos o bien carecían de propuestas políticas (tal
sucedía con megáricos y cirenaicos), o bien sostenían visiones utópicas (la alambicada propuesta platónica
de un gobierno de filósofos, las alusiones de Antístenes a lo natural o las apuestas a la virtud individual de
Esquines). Así mismo, Isócrates dirige un agrio ataque contra los que prometen enseñar la felicidad, y
ofrecen un bienestar que no poseen, exigiendo dinero por ello, pues crean la ilusión de que la enseñanza
no sirve de nada.

Todos estos reproches pueden ayudarnos a inferir una serie de rasgos comunes a las diferentes líneas
socráticas, que de otra manera, dado el escaso volumen de los fragmentos conservados, se nos
escaparían.

1. La búsqueda de una definición de verdad, y de los criterios para establecerla. Las


propuestas varían entre ellas, pero todas buscan ensamblar realidad, pensamiento y lenguaje.
2. El tema del cuidado del alma y su relación con la felicidad. Nunca faltan consideraciones
éticas y antropológicas en relación con la purificación anímica.
3. Pretensiones de conocimiento integral, incluyendo lo político. La figura del filósofo
adquiere funciones de advertencia o denuncia, e incluso, en los erétricos, se llega a la actividad
política.
4. Una metodología que, desde el exterior, es vista como erística. La acusación sobre el uso
de la otra cara de la dialéctica, preocupada únicamente por refutar al interlocutor, parece cuadrar
mejor con los megáricos, pero también es adoptada por el personaje de Sócrates en las obras de
otros autores.
5. Preocupación por la formación de jóvenes en un formato protoescolar, evitando la
mercatilización de la enseñanza. El contacto de Sócrates en el mercado o los gimnasios va
cediendo lugar a una institucionalización de círculos y escuelas que conformarán la época
helenística.
En cuanto a los materiales de que disponemos, la mayoría de los autores nos llegan únicamente a través
de fragmentos y menciones, debido principalmente a dos razones. Por un lado, durante el período
helenístico comenzó a valorarse la idea del corpus clásico (idea extendida sobre todo desde la Biblioteca
de Alejandría), por lo que no se puso tanto empeño en conservar las obras contemporáneas. Por otro, la
pervivencia de una escuela era un factor decisivo para la copia y dispersión de sus obras, y así vemos que
las ideas de los megáricos quedaron sujetas a los avatares de conservación de los textos estoicos, y éstos
fueron a su vez perdiéndose hasta el punto de que hoy en su mayor parte deben ser reconstruidos por
fuentes que suelen ser hostiles a este pensamiento. A su vez, los cirenaicos fueron condenados en bloque
por los autores cristianos a causa de su hedonismo, por lo que no se prestó atención a sus supuestos
teóricos.

Los socráticos conforman una larga lista de filósofos y pensadores. A continuación presentamos los
nombres de los principales, que estudiaremos en detalle en los lugares oportunos, junto con sus alumnos,
seguidores o pensadores en su misma línea.
 El más insigne es, por supuesto, Platón, fundador de la Academia. De igual talla, alumno tanto de
Sócrates como de Platón, es Aristóteles, que originó el grupo de los peripatéticos del Liceo.
 Mención especial merece Jenofonte, quien a pesar de no ser filósofo (habida cuenta de su
pragmatismo y su interés por las lecciones de la historia), también escribió dentro del género dialéctico y
sobre la figura de Sócrates.
 Euclides es el primero de una larga lista de pensadores megáricos.
 Arístipo fue el fundador de la escuela cirenaica.
 De Antístenes se ha discutido si fue o no el iniciador del grupo cínico, pero en cualquier caso su
influencia es clara.
 Fedón sentó las bases para los elíacos y erétricos.
 Esquines de Esfeto no creó una escuela, pero tuvo un amplio reconocimiento.
 Por último, debemos nombrar a Simón de Atenas, llamado el Zapatero. No es importante por sus
ideas o por su doctrina (de las que existen pocas referencias en la actualidad), sino porque, siendo
discípulo directo de Sócrates, tenía por costumbre apuntar sus conversaciones con él, mantenidas
mientras trabajaba en su taller del cuero.

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10 comentarios:

1.
hatee_lovee17 de agosto de 2014, 8:22

Pon la bibliografia
Responder

2.
hatee_lovee17 de agosto de 2014, 8:22

Si
Responder

3.
Narrador17 de agosto de 2014, 8:55
Tiene razón, se me escapó ese detalle en esta entrada.
Principalmente, la información proviene de los dos tomos titulados "Los filósofos
socráticos: testimonios y fragmentos", publicados por la editorial Losada.
Responder

4.
Unknown7 de julio de 2017, 21:36

esta bien
Responder

Respuestas

1.
Narrador7 de julio de 2017, 23:12
¡Gracias!
Responder

5.
yazmin barrientos7 de julio de 2017, 21:36

esta muy bien el documento


Responder

Respuestas

1.
Narrador7 de julio de 2017, 23:13
Muy amable. Muchas gracias por su visita.
Responder

6.
Anónimo19 de agosto de 2018, 23:47

el internet me dice que aristoteles y platon tambien son postsocraticos, entonces son
socraticos o postsocraticos
Responder

7.
Anónimo3 de febrero de 2019, 15:06

Me resulta muy interesante las síntesis de la Historia Filosófica que expone este
blog, pero me gustaría hacer una sugerencia sobre el contraste entre blanco y negro
de los escritos.
En mi caso particular, compruebo que me perjudica pues al retirar la vista quedo
con una sensación extraña de confusión visual.
Gracias.
Responder

Respuestas

1.
Narrador3 de febrero de 2019, 15:12
Muchas gracias por su sugerencia.
La verdad es que no me gustaría que los colores fueran al contrario, que es
lo habitual (letra negra sobre color claro), pero estos dos colores son los que
ofrecen mejor visibilidad (por el contraste entre ambos).
Esta misma tarde busco una solución.

Gracias de nuevo.
Responder

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Sócrates, Platón y Aristoteles: Filosofos Griegos Mas


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Biografía de los Grandes Filósofos del Mundo Griego

Sócrates Platón Aristóteles

Desde la época de Sócrates han vivido muchos hombres empeñados en


discutir las creencias aceptadas y presentarnos las cosas conocidas bajo
una óptica distinta. A Sócrates se le acusó de exagerar el poder de la
razón y de utilizarla sólo negativamente, pero desenmascarar errores y
desembarazarse de la broza intelectual es un paso necesario para
descubrir la verdad.

Al cuestionar temas aceptados por todos, Sócrates no contribuyó a


mantener la estructura tradicional, mientras la polis se cimentaba en
unas ideas de las que nadie dudaba, como ocurre con toda institución
humana.

Platón, discípulo de Sócrates, se inspiró en él y trató de llegar aún más


lejos. Pensaba que la razón nos proporciona la certeza de la existencia
de conceptos tales como la justicia, la belleza y la bondad en un mundo
compuesto de ideas. No quería decir con esto que existieran en la mente
de una persona (como cuando decimos «Tengo una idea»), sino que en
alguna parte hay un mundo de realidad inmutable más allá del mundo
material mudable.

Esta realidad, a la que puede acceder el alma humana (que Platón, al


igual que Sócrates, distinguía del cuerpo) mediante el uso de la razón,
está formada por tales ideas. Platón no tenía en muy alta estima la
conducta humana (sobre todo la de los demócratas que habían
condenado a muerte a Sócrates).

Pensaba que la mayoría de las personas jamás sería capaz de llevar la


vida de bien que revela el mundo real de «formas» ideales. Sin
embargo, sus enseñanzas tuvieron importantes repercusiones, pues
gracias a ellas la humanidad ha seguido reflexionando sobre diversos
temas y especialmente porque en ellas se basa una tradición de
pensamiento llamado idealismo: la creencia en la existencia de un
mundo más real que el de la experiencia material es perfectamente
asequible para la razón y no una simple cuestión de magia
incomprensible.

Platón también tuvo un discípulo, Aristóteles, nacido en Tracia. Escribió


sobre tantos temas —biología, física, matemáticas, lógica, literatura,
psicología, ética, política— que dejó suficiente material como para que
las personas cultas reflexionaran sobre él durante dos milenios.
Aristóteles marcó las directrices fundamentales que ha seguido la
filosofía casi hasta la actualidad.

Era un pensador menos abstracto que Platón; le gustaba recoger y


clasificar hechos e ideas con el fin de formular las leyes generales que
los regían. En conjunto, y aunque resulta casi imposible juzgarlo,
seguramente ejerció más influencia que Platón, pero no cabe duda de
que estos dos filósofos dominaron durante mucho tiempo la historia del
pensamiento.

SÓCRATES (-470 a -409): Sócrates, por su prédica constante, vivía


rodeado de machos enemigos. Además algunos de sus discípulos,
después de los desastres de la guerra del Peloponeso, habían participado
en las tentativas para restablecer un régimen oligárquico.

En -399 poco después de la restauración de la constitución democrática,


el ciudadano Anitos hizo acusar a Sócrates de pervertir a la juventud.

El tribunal popular de los Heliastas lo condenó a beber la cicuta. Su


fidelidad inquebrantable a los principios que habían guiado toda su vida
su sumisión a las leyes de la ciudad llevada hasta el extremo de no
querer huir para evitar una sentencia injusta, su digna muerte, de una
serenidad admirable, todo en esta actitud final contribuyó a dar a las
enseñanzas ejemplares de Sócrates una resonancia que no se ha
extinguido todavía.

Procedamos como si se tratase de una acusación en regla de la cual no


fue preciso leer el propio texto: Sócrates es culpable por averiguar
indiscretamente lo que acontece en la tierra y en los cielos; por hacer
triunfar la mala causa; por enseñar a otros a hacer lo que él hace. . .

. . .Admitamos que vosotros me hablaseis del siguiente modo:


«Sócrates, no queremos dar crédito a Anitos; te vamos a declarar
inculpable, pero con una condición: que no volverás a emplear tu tiempo
en examinar, cual has hecho hasta ahora, a las ¿entes, ni en filosofar.
De otro modo morirás».

Pues bien, jueces, si trataseis de imponerme esa condición yo os


replicaría: Atenienses, muy reconocido os estoy y mucho os estimo, pero
antes obedeceré al dios que a vosotros. Mientras me quede, pues, un
soplo de vida, mientras sea capaz de ello, estad seguros que no cesaré
de filosofar, de exhortaros y de hacer reflexionar a todo aquel de
vosotros que se cruce en mi camino. . . Joven o viejo, sea como sea
aquel a quien encuentre, extranjero o ciudadano, obraré con él de este
modo, y muy especialmente con vosotros, atenienses, ya que estoy más
cerca de vosotros por la sangre. . . tan sólo una cosa os pido: cuando
mis hijos sean ya hombres, atenienses, castigadles, castigadles
atormentándoles como yo os atormentaba a vosotros en cuanto creáis
advertir que se preocupan del dinero o de cualquier cosa que no sea la
virtud. Y si se atribuyen méritos que no tienen … reprochadles por
desdeñar lo esencial y atribuirse aquello que no les corresponde. Si de
tal modo obráis, seréis justo no sólo con mis hijos, sino conmigo.

Más la hora ‘es llegada de marcharnos: yo, a morir; vosotros, a


continuar vuestra vida. De vuestra suerte y la mía, ¿cuál es la mejor?

PLATÓN, Diálogos. Apología de Sócrates, págs. 59, 73 y 89.

PLATÓN (-427 a -347) Pertenecía a una familia de la aristocracia


ateniense. Probablemente había buscado en la enseñanza de Sócrates,
como en la de los sofistas, el arte de hacer una brillante carrera política.
Pero al tomar contacto con Sócrates abandonó sus propósitos y se
dedicó afanosamente a la búsqueda del bien y de la verdad. No
renunciaba ni para sí ni para sus discípulos a la actividad política, pero la
concebía como una misión tan alta, que eran necesarios cincuenta años
de estudio y de meditación para prepararse. En -387 fundó en los
jardines de Academos una escuela filosófica: la Academia. Escribió
diálogos filosóficos en los que Sócrates es, por lo gene

ARISTÓTELES (-384 a -322): Nació en Estagira, en la Calcídica; fue


discípulo de Platón, pero se separó de la enseñanza de su maestro y
fundó en los alrededores de Atenas una nueva escuela filosófica: el
Liceo. Fue preceptor de Alejandro, Espíritu dotado de una curiosidad
universal, emprendió, entre otras cosas, la tarea de realizar con sus
discípulos un inventario de los conocimientos de su tiempo.

PARA SABER MAS…


Grecia, cuna de la filosofía
En la Grecia antigua surgieron las primeras manifestaciones de
pensamiento filosófico organizado y sistemático. Los representantes
principales de esta sostenida corriente fueron Tales de Mileto. Sócrates,
Platón y Aristóteles. Decía este último que el origen de la filosofía lo
constituye el asombro del hombre y, en consecuencia, la reflexión, como
medio de explicar el mundo que lo rodea y sus elementos integrantes.
En el siglo Vil a.C. aparece Tales de Mileto, quién, no conforme con la
primera explicación sobre las cosas, de carácter mítico o sobrenatural,
abre paso a una posición que intenta dilucidar los orígenes, tanto del
mundo en sí como del resto de lo existente, y que también propicia una
activa participación en el proceso de desentrañamiento. A este personaje
se lo considera «el padre de la filosofía».

Con Sócrates se funda e! Humanismo (siglo V a.C.), pues es el iniciador


de la escuela que sitúa en el primer plano de la actividad filosófica al
hombre. Para Sócrates, el hombre constituía el primer objeto de estudio,
en tanto que cada individuo debía conocer bien quién era, lo que se
sintetiza en la famosa máxima socrática del «Conócete a tí mismo». Su
doctrina se completaba con la práctica de la virtud -la «arete»-,
consistente en hacer bien aquello para lo cual el hombre ha nacido. Por
último, la constante interrogación acerca del qué de todas las cosas -la
ciencia, la virtud, la justicia, etcétera-redondea el concepto de ciencia en
la acepción que Sócrates le daba; es decir, saber bien qué son los
distintos objetos de análisis. Su método implicaba el hacer ver a las
gentes, por medio de la duda, lo que en realidad ignoraban.

Un discípulo suyo, Platón, y, a su vez, un seguidor de éste, Aristóteles,


configuran la síntesis más alta en cuanto a pensamiento filosófico de la
Grecia clásica. Con ellos la profundización del planteo adquiere
características incluso hoy difíciles de superar. Sus principios forman
parte integrante de la esencia misma de la cultura occidental, y el
intento de solución de los problemas prioritarios del ser humano, de la
ciencia, el desplazamiento de la concepción mítica y, en consecuencia, la
actitud racional para interpretar el mundo de! hombre son siquiera los
objetivos fundamentales concretados por estos pensadores, en
cuyassabias e inagotables fuentes aún bebe el saber contemporáneo.
Además, también en Grecia se produjo el primer sistema de gobierno de
carácter democrático, junto con el auténtico cosmopolitismo, o sea la
primera visión de alcances universales de la humanidad después de la
cultura alejandrina.
EN GRIEGO CLÁSICO la palabra filósofo significaba «amigo de la
sabiduría». Durante el período 550 a.C.-338 a.C. florecieron en Grecia
varias escuelas filosóficas.

LOS PRIMEROS FILÓSOFOS Los atenienses practicaron una primitiva


forma de democracia que animaba a los ciudadanos a hablar de forma
clara y persuasiva para conseguir lo que querían. Los atenienses usaban
la lógica (un razonamiento correcto) para entender por qué las cosas
ocurren de un modo determinado. De esta forma la filosofía creció
observando el mundo que tenía alrededor.

LOS SOFISTAS
En el s. V a.C. algunas personas se convirtieron en sofistas: profesores
de retórica (el arte de hablar en público). Tomaron el nombre de la
palabra griega sofos, que significa sabiduría. Los hijos de las familias
más ricas empezaron a asistir a las clases de estos profesores.

SÓCRATES
Sócrates (h. 469 a.C.-399 a.C.), considerado el padre de la filosofía, no
estaba de acuerdo con los métodos de los sofistas, quienes enseñaban a
sus discípulos respuestas ingeniosas para usarlas en los debates
públicos. Sócrates animaba a sus alumnos a cuestionarse el mundo que
les rodeaba y a vivir según su propia conciencia, aunque eso significara
enfrentarse con la autoridad.

DIÁLOGOS
Sócrates no escribió ninguna de sus enseñanzas, pero algunos de sus
diálogos con los ciudadanos de Atenas quedaron reflejados en la obra de
su famoso discípulo Platón (427 a.C.- 347 a.C.).

BEBER CICUTA
Las ideas de Sócrates disgustaron a las autoridades políticas y religiosas
de Atenas. Tuvo que comparecer ante la asamblea y responder de las
acusaciones de corromper a la juventud y menospreciar las creencias
religiosas. La asamblea le condenó a beber un veneno mortal: la cicuta.

PLATÓN
Platón, discípulo de Sócrates, provenía de una rica familia ateniense. Su
primera intención fue dedicarse a la política, pero perdió su entusiasmo
cuando vio la corrupción que había en Atenas. Dejó la ciudad, pero
volvió al poco tiempo para crear la Academia, el primer centro de
enseñanza de la historia, donde trabajó hasta su muerte, a los 80 años.
La obra más importante de Platón es La república, donde describe su
ideal de estado. Él creía que la mejor forma de gobierno era una
monarquía que combinara la dureza de un gobernante con la sabiduría
de un filósofo.

ARISTÓTELES
El discípulo más conocido de Platón fue Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.),
nacido en Macedonia, en el norte de Grecia. Se trasladó a Atenas y
asistió a la Academia de Platón, donde demostró un especial interés por
el estudio de la naturaleza. Gracias a una cuidada observación del
mundo y sus fenómenos, Aristóteles intentó descifrar las leyes
fundamentales del mundo natural. Filipo (382 a.C.-336 a.C.), rey de
Macedonia, al norte de Grecia, le propuso que se convirtiera en maestro
de su hijo Alejandro (356 a.C-323 a.C.), quien más tarde se convertiría
en Alejandro Magno.

EL LICEO
Al cabo del tiempo, Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia
escuela, el Liceo. Mientras enseñaba a sus discípulos solía pasear, lo que
hizo que empezara a conocerse como la escuela peripatética.

LISTA DE PENSADORES:
1-Los Presocráticos
2-Los Clásicos
3-San Agustín
4-Santo Tomas
5-Renacentista
6-La Ilustración
7-Los Cientificos Modernos
8-Siglos XIX al XX

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