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Universidad Central de Venezuela

Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas

Escuela de Estudios Políticos y Administrativos

Seminario: I Periodo Lectivo 2019

Alemania Nazi y el Mito

Profesor: Alumno:

Roberto Tovar Dairon Moreno C.I 25.226.687

Septiembre, 2019
Introducción

El mito es un elemento presente en todas las sociedades y civilizaciones


humanas que han existido hasta este momento.

Es una constante en lo ecuménico, sin embargo, sus manifestaciones en cada


agrupación humanas son muy diversas, debido a las diferencias sociales, culturales,
políticas, religiosas, raciales,…

No obstante, el mito, como configurador de la realidad social, política e incluso


cósmica se hace presente en el pensamiento individual y colectivo sin importar lo
desarrollada u organizada que pueda estar esa colectividad.

El caso de la configuración mítica de la Alemania Nazi revela la potencialidad del


mito, lo que puede llegar a lograr un conglomerado con un mismo objetivo que
devienen de premisas y conclusiones coherentes con el conjunto de
representaciones imperantes en esa sociedad.
Para entender el nacimiento del nazismo en Alemania es necesario estudiar el
contexto en el cual se desarrolló este partido/ideología, para poder entender a
plenitud su fuerte arraigo en la sociedad alemana de ese momento.

Existen elementos presentes en la ideología nazi que concuerdan con el mito y


las narraciones míticas alemanas anteriores al siglo XX, por este hecho, la
propuesta fascista calo con mucha fuerza en los alemanes de ese periodo.

Uno de los términos con los cuales el propio partido nazi se ha identificado y auto
definido es de nacionalista, sin embargo existen 2 acepciones a este término: “En
su significado más general el termino nacionalismo designa la ideología nacional, la
ideología de una formación política determinada, el estado nacional.” (Bobbio, p.
1026) En la misma línea de idea se afirma que:

El estado nacional genera el nacionalismo por cuanto sus estructuras de


poder, burocráticas y centralizadas, le permite llevar a cabo un proyecto político
de la fusión de estado y nación, o sea de la unificación en todo su territorio de
la lengua, la cultura y las tradiciones (Bobbio, Mateucci y Pasquino, p. 1026)

Otra acepción, la cual es una concepción más restringida del término:

(…) designa una radicalización de las ideas de unidad y de


independencia de la nación y se aplica a un movimiento político, el
movimiento nacionalista, que pretende ser el único intérprete fiel del
principio nacional y el defensor exclusivo de los intereses nacionales.
(Bobbio, Mateucci y Pasquino, p. 1027)

Con esta segunda conceptualización se logra definir de una mejor forma al


nacional socialismo alemán, pero también podría abarcar el fascismo italiano. Lo
que hace único al nacionalismo alemán es un conjunto de dogmas que se han
instalado en el imaginario colectivo de forma masiva y popular. El nacionalismo
alemán

(…) descansa sobre un conjunto de creencias que aparecen en las obras


doctrinales, que inspiran la acción de los hombres de Estado y que se
encuentran en los sectores más diversos de la opinión pública. Componentes
de este nacionalismo pangermanista son: la predestinación metafísica, la idea
de que Alemania tiene una misión espiritual que solo ella puede realizar.
(Carreras, 1996, p. 218-219)

A todas estas creencias se le suman: “La predestinación biológica, la idea de


que la raza alemana es de una calidad superior, (…) el determinismo historiográfico
de los geopolíticos, (…) la exaltación de la guerra, no solo inevitable, sino
beneficiosa.” (Carreras, 1996, p. 219)

Los discursos sobre este orgullo nacional alemán tienen un contexto favorable.
Luego de la derrota alemana en la primera guerra mundial existía un sentimiento de
humillación en parte de la población alemana “Había en Alemania, al lado de una
masa ávida de paz, importantes núcleos nacionalistas furiosos por la derrota, por
los sacrificios territoriales, por las reparaciones y por la limitación de armamentos
(…)” (Duroselle. 1983, p. 88)

Y poco a poco la situación se hacía más grave mientras que las medidas
tomadas por los factores de la política interna alemana no eran suficientes “La
ocupación de Rhur por los franceses en 1923 para obligar a los alemanas a pagar
las reparaciones, acarreo una aceleración de la inflación, ya galopantes. El
hundimiento de una moneda es fuente de calamidades y trastornos.” (Duroselle.
1983, p. 88)

Esto llevo a una visión de una lucha titánica del pueblo germánico contra todo
aquello que fuera o que ellos percibieran como anti-alemán. Una lecha existencial
que se viene librando desde hace años “Para el Estado de los pueblos austríacos
sólo había una posibilidad: vencer a las fuerzas centrífugas de las diferentes razas.
El Estado, o se volvía central e interiormente organizado, o no podía existir”. (Hitler,
p. 46)

La lucha era y debía ser total, por la aniquilación o la salvación:

Si el judío, con la ayuda de su credo socialdemócrata, o bien, del marxismo,


llegase a conquistar las naciones del mundo, su triunfo seria entonces la corona
fúnebre y la muerte de la Humanidad. Nuestro planeta volvería a rotar desierto
en el cosmos, como hace millones de años (Hitler, p. 43)

Y había que mantener esta lucha mientras se conservaba la pureza de la raza:

En el Norte y en el Sur la mancha de las razas extrañas se extendía


amenazando nuestra nacionalidad, y hasta la misma Viena empezó a
convertirse en un centro anti-alemán. La Casa de Austria tendía por todos los
medios a una chequización o eslavización del Imperio” (Hitler, p. 13)

El nazismo no llego al poder en su primer intento, tuvo muchas derrotas políticas,


pero se fueron abriendo paso debido a su discurso radical “En las elecciones de
1930, los nazis tuvieron 107 diputados y su número de votos paso de 801.000 a
6.409.000” unos años después “El movimiento se acentúa en julio de 1932; los nazis
pasaron a ocupar 230 escaños de un total de 607 diputados, con 13,7 millones de
votos.” (Duroselle. 1983, p. 88), ya para el año 1933 Adolff Hitler, líder del partido
nacional socialista, es nombrado canciller

Hitler era el Führer de Alemania. Pero hubo que esperar la sangrienta


depuración del propio partido nazi (30 junio 1934) y la muerte del viejo
Hindenburg, cuyo cargo de presidente no fue cubierto, para que Hitler, que
disponía de todos los poderes, acabase de establecer en Alemania su férrea y
sangrienta dictadura. (Duroselle. 1983, p. 89)

El mitologema, entendido este como el “(…) conjunto de representaciones, no


tanto manifestadas en conceptos cuanto en imágenes y símbolos, ni ordenadas
sistemáticamente, sino confundidas y amalgamadas en un todo (…)” (Garcia-
Pelayo, 1974, p. 2734) le dan sentido a las decisiones políticas y militares de la
Alemania nazi, la búsqueda del pangermanismo, la eliminación del enemigo y el
establecimiento de una nueva era

De lo dicho se desprende que el mito no trata de satisfacer una necesidad


de conocimiento y de conducta racionales, sino una necesidad existencial de
instalación y de orientación ante las cosas, fundamentada en las emoción y en
el sentimiento y, en algunos casos, en profundas intuiciones, todo lo cual no
excluye que subsidiariamente el mitologema pueda incluir algunos
componentes racionales o que, sin ponerlo en cuestión, puedan desarrollarse,
partiendo de él, ciertos argumentos lógicos. (García-Pelayo, 1974, p. 2736)

Los mitos presentes en el discurso y la narración de eventos del nacional


socialismo son:

1) Mito del Reino: Este mito aflora en los tiempos de crisis, donde impera la
inseguridad, la destrucción, la injusticia. Manuel García-Pelayo lo define como

(…) las fuerzas del bien, de la justicia, de la verdad, etc., en una palabra, los
poderes y las energías constructoras, mantienen una lucha tenaz contra sus
antagonistas, el mal, la injusticia, el error, etc., es decir, contra las fuerzas
demoniacas o, lo que es lo mismo, destructoras. (García-Pelayo, 1981, p. 67)

Luego de esta batalla la humanidad entrara en un “(…) reino feliz en el que la


humanidad se verá libre de los problemas que le agobian, un reino en el que regirá
la justicia y, por ella, la paz (…)” (García-Pelayo, 1981, p. 67). Este reino viene
representado en el caso alemán como “El Reich que durara mil años” y las fuerzas
a vencer serán los judíos, las naciones eslavas,… así como los explica el líder
supremo del movimiento nazi Adolf Hitler en su texto “Mi Lucha”:

En el Norte y en el Sur la mancha de las razas extrañas se extendía


amenazando nuestra nacionalidad, y hasta la misma Viena empezó a
convertirse en un centro anti-alemán. La Casa de Austria tendía por todos los
medios a una chequización o eslavización del Imperio. (Hitler, 2003, p. 13)

Esta visión de una guerra contra fuerzas anti alemanas se extiende por todo el texto,
dando a la lucha un carácter de vida o muerte:

Si el judío, con la ayuda de su credo socialdemócrata, o bien, del marxismo,


llegase a conquistar las naciones del mundo, su triunfo seria entonces la corona
fúnebre y la muerte de la Humanidad. Nuestro planeta volvería a rotar desierto
en el cosmos, como hace millones de años. (Hitler, 2003, p. 13)

2) Mito de la Sangre o de la Pureza de la Raza: En este mito reposa la creencia


de que existe una raza por encima de todas las razas, esta vendría a ser superior a
todas las demás en todos los aspectos posibles, en el caso alemán, se añade a esta
creencia que el motor del mundo es la lucha de razas:

(…) la historia entera es la lucha inacabada entre la raza aria y las razas
semíticas. Todas las grandes creaciones históricas desde Egipto o Irán y sin
excluir la China han sido llevadas a cabo por arios hasta degenerar más tarde
como resultado de la impurificación de su sangre y, con ello, de su espíritu al
mezclarse con otras razas. (García-Pelayo, 1981, p. 98)

Una punga entre el bien y el mal, de los elegidos contra el resto, de los santos
contra los demonios. Queda perfectamente ejemplificado en la siguiente frase
escrita por Hitler “Por eso creo ahora que, al defenderme del judío, lucho por la obra
del Supremo Creador”. (Hitler, 2003, p.43).

3) Mito de la Revolución: Manuel García-Pelayo define y describe a la perfección


la manifestación de este mito en Alemania en su texto “Los mitos políticos”

(…) sería una revolución total y profunda, destinada a crear una nueva
sociedad, una nueva y luminosa cultura y un nuevo hombre; una revolución que
instaurará o restaurará —según las versiones— el orden eterno de las cosas;
una revolución que irradiará del centro misterioso del alma alemana, pero que,
aunque originada en Alemania, no limitará sus efectos a este país, sino que
dará a Europa y al mundo un nuevo principio vital y, con ello, un nuevo orden.
La revolución no sólo será total y profunda, sino universal e incluso, se afirmaba,
cósmica. Por supuesto, como toda gran revolución y como todo gran cambio
histórico universal, tendrá que ir unida a la guerra exterior.” (García-Pelayo,
1981. p. 97)

4) El Mito del Fin de los Tiempos: Unido a al mito de la revolución se encuentra el


mito del final de los tiempos, ya que después de que la primera alcance todos los
rincones del planeta, se manifestaría un nuevo comienzo, un nuevo resurgir de la
raza humana. Mircea Eliade define el mito del final de los tiempos de la siguiente
forma:
(…) en todas partes existe una concepción del fin y del comienzo de un
período temporal, fundado en la observación de los ritmos biocósmicos, que se
encuadran en un sistema más vasto, el de las purificaciones periódicas (cf.
purgas, ayunos, confesión de los pecados, etcétera, al consumir la nueva
cosecha) y de la regeneración periódica de la vida. (Eliade. 2001. p. 35)

Más adelante, haciendo un análisis más profundo, el autor esclarece que:

(…) una regeneración periódica del tiempo presupone, en forma más o


menos explícita, y en particular en las civilizaciones históricas, una Creación
nueva, es decir, una repetición del acto cosmogónico. Y esa concepción de una
creación periódica, esto es, de la regeneración cíclica del tiempo (…)” (Eliade,
2001, p. 35)

5) Mito del Eterno Retorno: Se podría decir que este mito es el padre de todos los
mitos, de él devienen todos los mitos, y toda concepción mítica.

Se fundamenta en que todo lo existe debe morir, para cuando vuelva a la vida
sea mucho más fuerte, “La muerte del hombre y de la humanidad son
indispensables para que éstos se regeneren.” (Eliade, 2001, p. 56)

En cierto sentido, la muerte traería la purificación, ya que lo que se regenera


tiene un nuevo inicio. Eliade incluso utiliza las frases “creación periódica” y
“regeneración cíclica del tiempo” para referirse a estas concepción mítica.

Todos estos mitos tienen tres funciones, las cuales son: esclareces, integrar y
movilizar. La función que cumpla el mito dependerá del momento en el que este es
invocado, ya que todos los mitos pueden funcionar como esclarecedores,
integradores y movilizadores dependiendo del momento. De esta forma una
pluralidad de individuos se convierte en una unidad social que procesa la
información de manera más o menos homogénea, teniendo así una interpretación
similar de los acontecimientos y que actúa de forma heroica para lograr un objetivo.
Conclusión

Como se ha expuesto a lo largo de este trabajo, el mito es un factor sempiterno


en lo ecuménico. No solo está presente en todas las sociedades humanas, sino que
estando presente tiene un carácter totalizante, es decir, abarca o busca abarcar
cada aspecto de lo humano, por eso se presenta como configurador del cosmos y
de todo lo existente dentro de él.

El Nacional Socialismo alemán introdujo, mediante el mito, una visión del


desarrollo humano, una visión de cómo se debería comportar un verdadero alemán,
y poco a poco intento expandirse más allá de las fronteras germanas.

Todo con la finalidad de crear un Reich a imagen y semejanza del mito alemán,
un Reich libre de impurezas, dando comienzo a una nueva era, a un nuevo milenio.
Cumpliéndose de este modo el mito del eterno retorno.
Bibliografía

Bobbio, N; Mateucci, N y Pasquino, G. Diccionario de Política. México, DF: Siglo


XXI Editores.

Duroselle, J. (1983) Europa de 1815 a nuestros días. Barcelona: Editorial Labor.

Eliade, M. (2001) El Mito del Eterno Retorno. Buenos Aires: Emecé Editores.

García-Pelayo, M. (1981) Los Mitos Políticos. Madrid: Alianza Editorial Colección


Alianza Universidad.

García-Pelayo, M. (1974) Mito y Actitud Mítica en Campo Político. Obras Completas.


Tomo III. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

Hitler, A. (2003) Mi Lucha. [Libro en línea]. Consultado el 27 de septiembre del 2019


en: http://der-stuermer.org/spanish/Adolf%20Hitler-Mi%20Lucha.pdf.

Martínez Carreras, J. (1996) Introducción a la historia contemporánea 1770-1918.


Madrid: Ediciones Istmo.

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