Sei sulla pagina 1di 6

FACULTAD DE FILOSIA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN.

CARRERA DE PSICOLOGÍA CLÍNICA

TEMA:

“Uso de la forclusión en los 3 desencadenamientos de Schreber”

Nombre:

Nicole Peña

MATERIA:

Teoría Clínica de la Psicosis

28 de Octubre del 2019


Antes de comprender la forclusion del nombre del padre, es importante precisar lo
que el nombre del padre representa para el psicoanálisis. El nombre del padre es
aquel que designa la ley frente al niño, este, no necesariamente tiene que tener como
referencia a un padre biológico presente, sino que es cualquier persona que cumpla
con el representar una figura de autoridad. (Lacan, 1984) en su seminario sobre las
psicosis propone el término forclusión (Verwerfung) e intenta definir sobre qué actúa
la misma, esto lo lleva a interrogarse acerca de la metáfora paterna a la cual nos
introdujo Freud. Este lo describe como el nexo principal para que el sujeto no entre
en la categoría de psicosis, ya que este proporciona significantes que permiten que
la realidad y el orden simbólico del sujeto se organicen.

Lacan menciona entonces la organización del nombre del padre en el caso Schreber
(Lacan, 1956)

“el significante ser padre es la carretera principal hacia las relaciones


sexuales con una mujer...el presidente Schreber carece de ese
significante fundamental...). Tuvo que imaginarse a sí mismo mujer y
efectuar a través de un embarazo, la segunda parte del camino necesaria,
para que...la función ser padre quede realizada.”

Es entonces cuando se define el concepto de forclusión, poniendo a este como


mecanismo únicamente encontrado en la psicosis. Esta representa la
castración no acontecida, y recae sobre el significante de la función paterna, y
por tanto del gran Otro. Es en el campo del otro donde se presenta esta
fragmentación o error, y este implica la no estructuración correcta de lo
simbólico, que como resultado, retorna en lo real, y es traducido como delirio o
alucinación. Por otro lado, el nombre del padre también toma implicación en la
regulación del goce, al no estar este límite, el sujeto psicótico tiene como
experiencia un goce desmesurado, y sin limitaciones, que además no puede
ser localizado.

El desencadenamiento psicótico ocurre en el momento en el que el sujeto que


no tiene el nombre del padre inscrito como ley, recibe un mensaje o llamado a
responder frente a un significante que no posee. Según menciona Lacan en el
caso Schreber, le faltaba el significante masculino primordial, el cual busca
incesantemente, ‘’parecía sostener su papel de hombre, y ser alguien, igual a
todo el mundo’’. (Lacan, 1955-1956)

A continuación daré un recorrido por los tres desencadenamientos que se mencionan


en la historia del presidente Schreber y lo que probablemente pudo haber afcetado
su identificación con el nombre del padre.

El primer desencadenamiento o la primera señal de el mismo, fue a los 42 años, tras


ser derrotado en las elecciones de la campaña electoral al Reichstag de la que salió
tras unos meses de internamiento aparentemente ‘’curado’’. En esta menciona que
fue hospitalizado por ciertos comportamientos hipocondriacos, pero en esta misma,
nadie notó su malestar con los fenómenos que conciernen al cuerpo, ya que el
menciona que según su criterio, si lo hubieran dejado usar a él solo la balanza para
confirmar su peso, no hubiera tenido ideas hipocondríacas con respecto al
enflaquecimiento.

El segundo desencadenamiento se presenta a la edad de 51 años que fue la gran


crisis que lo retuvo en el manicomio durante 10 años. Este marcó su historia, ya que
fue en el que más se manifestaron rasgos de carácter psicótico, además fue
diagnosticado con demencia paranoide. En este lapso de tiempo se presentaron
todos los fenómenos elementales que mencionaba Miller. Las ideas delirantes eran
recurrentes y principalmente tenían que ver con alguien superior a quien denomina
como ‘’Dios’’, es un delirio que parece estructurado a su sistema de creencias
personal. Además, menciona que tiene ciertas conexiones también superiores, con
sus doctores, con los cuales se puede comunicar sin que estos estén presentes
físicamente.

Cabe mencionar que en esta conexión que sentía con Dios, él creía que tenia que
cumplir un rol femenino, y engendrar, tal como lo hizo la virgen María, ya que en un
apartado menciona que a pesar de no tener los órganos sexuales femeninos, y haber
desarrollado el acto sexual, el podía sentir como crecía algo en su vientre. Además
menciona haber tenido una fantasía de que ‘’sería bonito ser una mujer en el momento
del acoplamiento’’, esta misma idea, en un estado de conciencia, fue rechazada
rotundamente.
El último desencadenamiento se desarrolló por la enfermedad de su esposa, ya que
el recayó unos días después de que ella fuera internada al sufrir una crisis de
apoplejía que le causó una afasia, se dice también que otro de los factores que
pudieron tener que ver con esta crisis fue la muerte de su madre, la cual causó
insomnio por algunas noches, ya que esta siempre había sido muy cercana a él. Se
menciona que esta ultima crisis fue rica en alucinaciones verbales, era poco
comunicativo y estaba atormentado por su delirio. Este ultimo lo deterioró hasta su
muerte.

En los tres desencadenamientos antes mencionados juega un papel importante la


mencionada forclusion del nombre del padre, todos los acontecimientos de la vida de
Schreber giran en torno al mismo. Él menciona al inicio del caso que sus crisis se
generaban por estrés, en los tres casos, el primero fue al hacer campaña como
candidato al Reichstag, el segundo fue al ser presidente de del Tribunal de
Apelaciones de Dresden, por ultimo, en la muerte de la madre y enfermedad de la
esposa. En todos los anteriores observamos el registro de posiciones de poder en las
cuales posiblemente el no se haya sentido identificado, estas posiciones de poder
están usualmente arraigadas a lo masculino, la ley y el nombre del padre.

En su tercera y ultima crisis se menciona que Siegel demandaba que Schreber


defienda el mal uso del apellido de su padre, que había sido un famoso pedagogo y
médico, además director de un instituto ortopédico. A lo cual Schreber no pudo
responder directamente y dio respuestas ambiguas en las que no dejaba claro su
pensamiento acerca de lo que sucedía. Entonces podemos dar cuenta que al no tener
el nombre del padre establecido y al acercarse a este significante se genera el
malestar delirante, que tiene como resultado el desencadenamiento, ya que Schreber
no podía responder a algo que no tenía, esto, en conjunto con la perdida de su madre
y enfermedad de su esposa lo dejó sin recursos para resolverse.

Más adelante, podemos observar la relación de Schreber con su padre, el cual


realizaba ciertos ‘’experimentos’’ con sus hijos, los cuales involucraban aparatos
correctores, correas de sujeción, baños frio
́ s, entre otros. Muchos de estos
‘’maltratos’’ de los que fue víctima, se ven reflejados en sus delirios, en lo que sentía
como golpes en la espalda y sonidos de cerrojos. Schreber siempre se sintió en
posición de dominio por parte de los entes masculinos, esto tanto con el padre como
con el doctor Flechsig

Frente a esto Schatzman (Schatzman, 1977) menciona que:

‘’Toda la locura de Schreber es una imagen de la guerra de su padre


contra su propia independencia. Nunca está libre de una coacción por
parte de lo que él cree que son poderes espirituales externos. Sin
embargo, nunca conecta la coacción con su padre. No puede,
posiblemente, porque su padre disfrazó (probablemente sin darse cuenta)
la fuente del control definiendo ese estado de hallarse bajo el control de
los padres como autocontrol’’

Schreber en su delirio toma posición de mujer, esta según le fue impuesta por
Dios, y su nueva posición como personas es salvar almas. Aquí no se ve la
homosexualidad como la básica ideología de género, sino que se toma como
significante.

El caso Schreber nos muestra la complejidad de poder trabajar con una


persona psicótica y toda la carga emocional que puede haber detrás de la
misma, incluso, las veces en las que no necesariamente tiene que haber una
carga emocional para que la psicosis exista. Además nos muestra la
importancia y responsabilidad que tenemos como psicólogos de saber realizar
un diagnóstico acertado y al mismo tiempo no ser el motivo de
desencadenamiento de un paciente.
Bibliografía
Lacan, J. (1955-1956). Las Psicosis.

Lacan, J. (1956). La carretera principal y el significante “ser padre”. In Apartado XXIII

(pp. 418-419).

Lacan, J. (1984). Las Psicosis. Barcelona: Paidós.

Schatzman, M. (1977). El asesinato del alma: la persecución del niño en la familia

autoritaria. Madrid: Ed. Siglo XXI.

XXIII, O. C. (n.d.). La carretera principal y el significante “ser padre”.

Potrebbero piacerti anche