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EL ROSARIO Y SUS ORÍGENES

El Rosario es una forma de oración que se hace con un instrumento que sirve de contador, que
generalmente tiene la forma de una corona, que importa el recitado vocal o mental de Avemarías,
Padrenuestros y Glorias, con la meditación de los misterios de la encarnación redentora de Cristo y
de su Santísima Madre, que lo acompaña en la obra de la salvación de los hombres.
El Rosario, según la tradición cristiana, tiene su origen en la Santísima Virgen que se aparece a S.
Domingo de Guzmán, en el sur de Francia, en un bosque, entre los años 1206-1214, y le hace
entrega del mismo.
Hay elementos humanos y cristianos básicos que acompañan a esta tradición. En primer lugar, el
rezo del Ave María, que arranca en su contenido, en el anuncio del Arcángel Gabriel a la Virgen
María sobre la realización del misterio de la encarnación redentora de Cristo; y en el posterior
saludo de su prima Santa Isabel a la Virgen María que llega a visitarla, portando al Niño Jesús en su
seno.
Este rezo del Ave María, multiplicado y con aportes de Padrenuestros, con meditación,
contemplación y predicación, fue asumido por Santo Domingo y por los dominicos, incluso en
forma institucional, desde la primera época de la existencia de la Orden. En un primer tiempo, a
esta forma de oración, más bien se la llamaba Avemarías, Guirnaldas o Salterio de María,
comparativamente al rezo del Oficio divino de los sacerdotes, estructurado en base a los Salmos de
David. El nombre de Rosario, predominó posteriormente. Aunque este nombre de Rosario, ya
aparece registrado a mediados del siglo XIII, sobre el mismo objeto, con lo que se supone un
amplio uso anterior (l).
La extensión del Rosario por el mundo, ha sido una de las glorias de la Orden de S. Domingo,
junto a otros muchos que se fueron sumando. Por lo que toca a América, hay que tener en cuenta
que los dominicos, en cualquier lugar en que se establecían, tenían por norma el fundar una Iglesia
con el nombre de la Virgen del Rosario y un Convento con el nombre de Santo Domingo.
En numerosas ocasiones, y desde los más variados lugares, especialmente por la boca de los
Romanos Pontífices, la Iglesia Católica ha recomendado el rezo del S. Rosario.
En Lourdes y Fátima y en otros lugares del mundo, la Santísima Virgen, en sus apariciones y
visiones, insiste en su necesidad y vigencia.
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El 7 de octubre es la fecha señalada por la Iglesia para la celebración litúrgica de la fiesta de

Nuestra Señora del Rosario.
El rezo del Santo Rosario, aparece como un signo de predilección y predestinación de Dios.
Como un lugar preferente para la deseada unión con Dios y con la Virgen.

NOTAS
(1) Cf. Manuel de Tuya O.P.: El Rosario en los Documentos Pontificios, De. Fe Católica, Madrid,
1979; Introducción p. 14.

P. Fr. Marcos Rodolfo González O.P.

L.E.: 7 069263. Dom. 9 de julio 1491. (3000) S. Fe. Tf. 0342-4593818