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Amelia Castresana Herrero, Derecho romano.

El arte de lo
bueno y de lo justo, 2.ª ed., Madrid: Tecnos, 2015. 293 págs.
ISBN: 978-84-309-6629-5.
doi: 10.18543/ed-64(1)-2016pp397-407

Nos encontramos, sin duda, ante (cap. 7: La supervivencia de la Casa


una obra singular. Desde un punto de tras la muerte del Paterfamilias,
vista formal, es un manual de Derecho pp. 147-185) y el Derecho de obliga-
romano para estudiantes que se ini- ciones (cap. 8: Las relaciones interper-
cian en los estudios jurídicos, pero, sonales: la obligación, pp. 187-257).
como veremos, presenta tantas pecu- El libro concluye con una sucinta Bi-
liaridades que se aleja notablemente bliografía de obras citadas en el texto y
de otras obras de ese mismo género. un Índice de Fuentes. Como puede
En efecto, la obra, por lo que se re- verse, en este sentido no es una obra
fiere a su estructura y su temática fun- que se distinga especialmente de los
damental, responde perfectamente a otros muchos manuales de Derecho
las reglas del género. Tras un prefacio romano que todavía hoy, a pesar de la
y una introducción (pp. 9-14), el libro evidente crisis de los estudios roma-
se divide en ocho capítulos que van nísticos en España (aunque no solo en
desgranando los diversos temas de un ella), pueden encontrarse en nuestros
curso comprimido de historia e institu- elencos bibliográficos.
ciones de Derecho romano: cuatro ca- Un punto en el que destaca este li-
pítulos referidos al Derecho público y bro en relación con otros de su género
las fuentes del Derecho romano, se- es su vocación de realizar una adapta-
guidos de otros cuatro dedicados al ción a las exigencias de los nuevos
Derecho privado, siguiendo la clásica planes de estudio derivados de la apli-
sistemática institucional gayano-justi- cación (forzada, y cada vez más noto-
nianea de personas (cap. 5: Personas, riamente errónea) de la llamada De-
pp. 109-117), cosas (cap. 6: Cosas, claración de Bolonia a nuestros
pp. 119-146) y acciones, que, como en estudios universitarios. Como, a con-
el precedente del Derecho común y en secuencia de la nueva estructura de
los códigos civiles de tradición roma- estos estudios en dos fases fundamen-
no-francesa, es en realidad un tratado tales (bachelor –aquí absurdamente
misceláneo dedicado sobre todo a los llamado «grado»– y master), las ma-
negocios jurídicos de contenido patri- terias troncales tradicionales que ver-
monial: el Derecho de sucesiones tebran los estudios jurídicos al menos

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ISSN 0423-4847 • ISSN-e 2386-9062, Vol. 64/1, Enero-Junio 2016, págs. 397-407
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desde el siglo xviii (y, particularmen- Derecho mercantil de Joaquín Garri-


te, el Derecho romano) han quedado gues, o, entre los estudios romanísti-
confinadas en la primera fase (más cos, las Instituciones de Derecho Ro-
formativa, se supone) y, por consi- mano de Ursicino Álvarez Suárez). La
guiente, han visto reducida la exten- otra tendencia es la que, por el contra-
sión de su enseñanza (en la medida en rio, entiende que, dado que el tiempo
que, según se pretende, en esa primera destinado a la docencia es cada vez
fase deben asimilarse tan solo las menor, el manual debe constituir aho-
competencias básicas de una determi- ra una pieza esencial de acompaña-
nada titulación, y además con cierto miento a las lecciones magistrales y
sesgo interdisciplinar, mientras que otras actividades docentes presencia-
los elementos más especializados de- les, que ha de servir para ofrecer al
berían dejarse para la segunda fase de estudiante una profundización en las
master), se va visto la necesidad de diversas cuestiones que solo hayan
rediseñar el tipo de manuales y libros podido ser objeto de una explicación
de texto que puedan válidos en este superficial en las clases, y que resulta
nuevo escenario. A este respecto, se imprescindible para una comprensión
abren dos posibilidades: la tendencia cabal de esos contenidos esenciales de
mayoritaria en España (pero también las diversas disciplinas y, por tanto,
en otros países de nuestro entorno) es para la adquisición de las competen-
la de considerar que los nuevos ma- cias que se consideran básicas en
nuales deben adaptarse a la realidad cualquier jurista, como es la de ser
del tiempo de docencia de que se dis- capaz de comprender y analizar textos
pone en el marco de estos nuevos pla- complejos, estar en condiciones de
nes de estudio y, en consecuencia, ver extraer la información precisa para
reducida su extensión a lo que resulte resolver problemas prácticos y dog-
más esencial de cada disciplina: esto máticos, o disponer de elementos in-
ha conducido, en los últimos años, a la formativos suficientes para realizar un
aparición de nuevos trabajos de tama- análisis crítico del ordenamiento jurí-
ño esquelético y con profusión de es- dico vigente y formular propuestas
quemas y gráficos ilustrativos que se alternativas. Como consecuencia de
van asemejando cada vez más a los este enfoque, los nuevos manuales
libros de texto de la enseñanza secun- «adaptados al Plan de Bolonia» debe-
daria y, en correspondencia con esto y rían ser, en vez de más breves, más
dados los usos mercantiles de nuestras extensos que los anteriores (sin perjui-
empresas editoriales, a la progresiva cio de ofrecer, al mismo tiempo, las
desaparición de los antiguos tratados más altas dosis de claridad que sea
que en las diversas materias centrales posible). Esta última tendencia, mino-
de los estudios jurídicos desarrollaban ritaria en España y en el extranjero, ha
a fondo los temas abordados y aporta- encontrado también defensores en la
ban abundantes referencias bibliográ- romanística internacional, como es el
ficas y contenidos críticos (piénsese, caso, p. ej., del profesor Cannata o el
p. ej., en el Derecho civil de España profesor Brutti en Italia, o del profe-
de Federico de Castro, o el Tratado de sor A. Fernández de Buján dentro de

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nuestras fronteras; y, en el ámbito ger- esenciales del Derecho romano. La


mánico el ejemplo más representativo brevedad, por tanto, no tiene por qué
es el de las nuevas ediciones del Lehr- estar reñida con la calidad (aunque,
buch de Max Kaser (actualizado hasta por desgracia, a menudo se observe
el momento por R. Knütel), que es cierto paralelismo, lo que por fortuna
hoy apreciablemente más extenso que no sucede en el caso que nos ocupa),
en sus primeras entregas. sino que, por el contrario, exige en el
El libro que aquí nos ocupa se ha autor una maestría especial que le per-
inclinado, en cambio, por la primera mita ser capaz de extraer de cada tema
de las dos opciones señaladas, y nos la información más pertinente, sinteti-
ofrece una visión sintética del conjun- zarla y estructurarla de forma adecua-
to de lo que fue el Derecho romano en da, exponerla de manera coherente y
la Antigüedad (sobre todo, en lo que expresarla al mismo tiempo con clari-
viene conociéndose, no sin cierta po- dad. Se exige, por tanto, una combina-
lémica, como «Derecho clásico») en ción de espíritu de síntesis, sobriedad
una extensión relativamente breve, expresiva y agudeza interpretativa,
que es aproximadamente la que co- cualidades todas ellas que, ciertamen-
rresponde a las explicaciones que pue- te, no se encuentran al alcance de todo
den darse en un apretado curso de el mundo. A mi juicio, este libro reúne
Derecho romano de 6 ECTS (de he- todas estas características con elevada
cho, como indica P. Carvajal en su solvencia, a las que se añaden, ade-
atinada recensión a la primera edición más, toques de gusto y erudición poco
de este libro, publicada en la Revista comunes incluso en la romanística in-
Chilena de Derecho, 40, 2013, ternacional. Con todo, no es en este
p. 1023, la obra se corresponde justa- sentido una obra del todo aislada, por-
mente con los apuntes que para las que ya en la romanística española se
lecciones ordinarias ha ido recopilan- encuentran otras obras manualísticas
do la A. durante su dilatada trayecto- breves que muestran algunas de las
ria académica). En ello se asemeja a características señaladas, como es el
otros muchos magníficos libros dispo- caso sobre todo del magnífico Ele-
nibles en el mercado romanístico in- mentos de Derecho privado romano
ternacional, como es el caso de los de Álvaro D’Ors (1992, puesto al día
manuales de Römisches Recht de Ma- por Xavier D’Ors en 2010), así como
yer-Maly (1999), Bürge (1999), Liebs las obras del mismo tipo de F. Her-
(2004), Harke (2008), Honsell (2015) nández Tejero (1984), R. Domingo
o el hiperconcentrado breviario Ges- (2010), o incluso el manual predece-
chichte des römischen Rechts, de sor del que ahora comentamos en la
Manthe (2016), todos ellos en el cír- editorial Tecnos, la Síntesis de Histo-
culo jurídico germánico, o, en Italia, ria e Instituciones de Derecho roma-
el excelente Manuale breve de C. no de C. Rascón (2008). Pero todos
Cascione (2007), todos los cuales, ellos ofrecen, a mi juicio, una visión
aproximadamente en unas 200 pági- del Derecho romano mucho más ale-
nas (o menos) nos ofrecen una com- jada de las fuentes y más apegada a
pleta panorámica de los aspectos representaciones jurídicas del si-

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glo  xix que la que encontramos en el la vista de lo que se desprende de las


libro que aquí nos ocupa, dejando páginas de este libro, parece definirse
aparte en este momento las otras sin- netamente del lado del primero, es
gularidades que distinguen sobrada- decir, en favor de la idea de que el es-
mente a esta obra respecto de todos tudio de la experiencia jurídica roma-
los demás. na es un fin en sí mismo, sin necesidad
Junto a esta opción por el espíritu de tratar de hacer aportaciones signifi-
de síntesis y la concisión conceptual cativas a los problemas jurídicos con-
frente a la expansión cognitiva, la otra temporáneos. Aunque no se dice ex-
opción metodológica por la que se in- presamente en el libro, la A. parece
clina el libro que comentamos es la de mucho más cercana a la definición del
su concentración en el llamado «Dere- Derecho romano de Álvaro D’Ors
cho clásico». En la arena de la disputa («se entiende por ‘derecho romano’
metodológica por la que han venido una serie de escritos de aquellos auto-
atravesando las disciplinas iushistóri- res que fueron considerados en la anti-
cas en los últimos decenios (sobre gua Roma como autoridades en el
todo en el círculo jurídico germánico, discernimiento de lo justo e injusto
pero también fuera de esas fronteras: (iuris prudentes)…», DPR § 1) que a
vid. al respecto la magnífica exposi- la que refiere, p. ej., J. M. Rainer (en
ción sintética de las posiciones para el Index 26, 1998, p. 449) cuando dice
Derecho romano a cargo de K. Luig que «il diritto romano non è soltanto il
en ZEuP 5, 1997, pp. 405 ss.), que diritto dello stato romano… è un siste-
opone a los defensores de una concep- ma di istituti giuridici anzitutto priva-
ción «aplicativa» de la Historia del tistici». Es verdad que en esta obra
Derecho –atenta a los debates jurídi- hay algunas menciones de los nuevos
cos contemporáneos y dispuesta a en- instrumentos de soft law europeo (tan-
trar en ellos en estrecha conexión con to del DCFR como, sobre todo, del
la disciplina del Derecho comparado y frustrado proyecto de Reglamento
la teoría general del Derecho– con los CESL), pero no lo son tanto para ex-
de otra visión más «contemplativa» o plorar qué aportaciones podrían ha-
«estética» –que conceptúa la Historia cerse desde el Derecho romano a los
del Derecho como una disciplina es- problemas dogmáticos específicos
trictamente histórica y que carece de que plantea el difícil proceso de unifi-
legitimación para involucrarse en los cación jurídica europea, como más
problemas jurídicos del presente–, la bien para comprobar, a modo impre-
A., a mi juicio, se identifica en este sionista, la presencia actual de con-
libro claramente con la segunda de ceptos y representaciones jurídicas
esas posiciones. En la controversia que se gestaron en el debate intelec-
paralela a esta que se escenificó en la tual producido por los juristas roma-
romanística holandesa por parte de nos –o, por utilizar las palabras de la
Hans Ankum y Willem Zwalve (rela- A., «por descubrir en la historia re-
tada y comentada magistralmente por trospectiva de esas palabras una se-
R. Zimmermann en Journal of Legal mántica unívoca que integra el futuro
History 16, 1995, pp. 21 ss.), la A., a de Europa con su pasado»–. Es decir,

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por mor de hacer una contribución a gar, la trascendencia que se da a la


una mejor comprensión del lenguaje obra individual de los juristas clási-
jurídico contemporáneo. Pero eso es cos, a los que se cita singularmente de
algo muy distinto a replantearse los continuo, por su propio nombre y a
problemas jurídicos actuales a la luz menudo a través de sus obras concre-
del Derecho romano («Roman foun- tas, y no de los pasajes justinianeos
dations of the civilian tradition», R. que las contienen; hasta tal punto es
Zimmermann), o procurar una «res- esto así, que incluso el propio Justi-
ubstancialización» del Derecho priva- niano pasa casi inadvertido en las pá-
do contemporáneo a través de concep- ginas de la obra (en el índice de fuen-
ciones jurídicas romanas (cfr. K. W. tes solo aparece una mención de la
Nörr, en ZEuP 1, 1994, pp. 67 ss.), o constitución Deo auctore, una de un
comprobar el uso productivo de los texto del Codex Iustinianus, otra de
textos y principios del Derecho roma- las Instituciones y ninguna de las No-
no por parte de los altos tribunales velas, frente al centenar largo de citas
actuales (cfr. Reinoso-Barbero, en de textos del Digesto o de las Institu-
ZSS [R. A.], 127, 2010, pp. 345 ss.). ciones de Gayo). En cuarto lugar, en
Hay diversos elementos que prueban la misma sistemática elegida para la
esta adscripción de la obra a una con- exposición del Derecho privado: per-
cepción «anticuarista» (y, por eso sonas, cosas y acciones (divididas es-
mismo, más «científica» desde cierto tas en negocios patrimoniales mortis
punto de vista, frente al carácter «her- causa e inter vivos), de conformidad,
menéutico» de las disciplinas del De- como hemos dicho, con el sistema
recho positivo). Por citar algunos, institucional gayano (y a fortiori justi-
para empezar, el propio título de la nianeo), y no con el pandectista, más
obra, que no se limita a un escueto moderno y adaptado a la sistemática
«Derecho romano», sino que se am- dominante en España (aunque no
plía con el subtítulo «El arte de lo exento de críticas también en la civi-
bueno y de lo justo»: es decir, una lística); y, dentro de este esquema, en
alusión velada esa definición d’orsiana el modo de articulación del estudio
de la disciplina que hemos citado más del Derecho de obligaciones, reparti-
arriba. Asimismo, el hecho de que el do entre negocios crediticios, nego-
relato de la historia del Derecho roma- cios del ius gentium y delitos (ajeno,
no finalice con la Compilación de Jus- por tanto, a la sistemática moderna de
tiniano, sin referencia alguna a la vida la tipología contractual y el Derecho
ulterior del Derecho romano en Orien- de daños, e influido visiblemente por
te u Occidente o a su importancia en la d’orsiana teoría del creditum). Por
las Codificaciones contemporáneas o fin, en quinto lugar, la ausencia de un
para el common law anglosajón («il diálogo crítico y productivo con las
diritto romano è l’unica base realmen- modernas codificaciones (en el índice
te comune a tutti i diritti, incluso, al- de fuentes aparece una sola mención
meno concettualmente, anche se in del Código civil español –art. 1902– y
maniera minore, il Common Law»: ninguna de los códigos extranjeros), a
Rainer, op. cit., p. 452). En tercer lu- pesar de que, como bien subraya Rai-

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ner en el trabajo antedicho, el estudio nio de la voluntad de los agentes en la


continuo de las fuentes romanas, y en configuración de los negocios de la
particular de su case law, pone de vida jurídica (tránsito que, de hecho,
manifiesto el contenido esencialmente solo acaba de cerrarse en la Moderni-
romanístico de los códigos civiles (in- dad, de ahí la trascendencia de la
cluso de los más modernos, como el «vida ulterior» del Derecho romano
NWB holandés) y su presencia en las para comprender su auténtico signifi-
nuevas codificaciones de los países cado histórico); y, asimismo, que ya
emergentes salidos del socialismo real desde las primeras páginas pone tam-
(como Rusia o China). Todos estos bién el fundamentos de lo que será el
elementos –y otros que podrían citar- desarrollo posterior del Derecho ro-
se– demuestran suficientemente, a mi mano, a juicio de la A., sobre la base
juicio, el perfil de la opción metodoló- de un pilar esencial: el peso crucial
gica escogida por la A. para afrontar del escenario doméstico, la domus, en
la docencia y el estudio del Derecho la construcción de las figuras jurídicas
romano con arreglo a los nuevos pla- romanas, tanto el ámbito personal (la
nes de estudio, una opción tan lícita familia) como el objetivo o material
como su contraria y que tiene sin duda (la casa), con la figura del paterfami-
numerosos puntos a su favor, si bien lias como pieza esencial de esa cons-
presenta asimismo graves hándicaps, trucción (y sus sombras: la esposa –
en los que no vamos a entrar en este uxor–, los hijos –filiifamilias–, los
momento. esclavos –servi– y los bienes materia-
Hasta aquí lo que atañe a las posi- les –pecunia– que integran el patrimo-
ciones metodológicas en que se mue- nio familiar –familia pecuniave–,
ve la obra. Por lo que se refiere a los cuya imputación jurídica corresponde
contenidos específicos, también hay en exclusiva al paterfamilias); la his-
que hacer notar que el libro hace de- toria entera del Derecho romano con-
terminadas elecciones temáticas que siste también en los modos en que se
dan cuenta de la idea del Derecho ro- dio una articulación jurídica a ese es-
mano que defiende la A. Un acierto cenario doméstico y cómo se produjo
que presenta el libro es comenzar con la progresiva liberación de los fuertes
una introducción que marca el hilo vínculos que mantenían unido a ese
conductor de lo que constituye en rea- grupo de personas y bienes como una
lidad la historia completa del Derecho célula social autosuficiente, dentro de
romano (particularmente del Derecho un espacio público en que también las
privado, pero también en gran medida representaciones dominadas por los
del Derecho público) que es el tránsito vínculos gentilicios fueron progresi-
de la hegemonía de los actos lingüísti- vamente relajándose para dar paso a
cos formales, de carácter ritual («ac- estructuras organizativas más amplias
tos de palabra» los llama la autora, de carácter cosmopolita. Estos desa-
trasunto de los «actos de habla» de J. rrollos se encuentran en esta obra es-
L. Austin y J. R. Searle, cfr. al respec- pléndidamente relatados en sus diver-
to J.-P. Coriat, en Mélanges A. Mag- sos momentos, particularmente por lo
delain [1998], pp. 123 ss.) al predomi- que se refiere al estadio de evolución

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que corresponde al llamado «Derecho arcaico y que va a marcar intensamen-


clásico», en el que la labor de la juris- te aun al propio ius civile clásico, lo
prudencia brilla con especial fulgor. que explica los problemas de irrup-
A lo largo de la obra se observa el ción y asimilación de los nuevos ne-
carácter muy personal de la misma, gocios del ius gentium, vinculados a
con una mayor profundización en las relaciones de mercado, con las
aquellos puntos e instituciones que consiguientes tensiones que hubieron
han sido objeto de una particular aten- de ser resueltas por vía casuística a
ción científica por parte de la A. Así, través de la obra de los juristas. Estas
hay una notable atención a las cuestio- representaciones ideales tradicionales
nes referidas a la situación jurídica de se encuentran reflejadas de forma par-
la mujer en el mundo romano y las ticularmente plástica y precisa en el
relaciones, no siempre carentes de tratado De agri cultura de Marco Por-
conflictos, entre esta y el estamento cio Catón (Catón el Censor o Catón el
masculino dominante, cuya concep- Viejo), espléndidamente traducido
ción ideal de la femineidad queda re- por la A. (Tecnos, 2009) y acompaña-
flejada en lo que se han llamado las do de un Estudio Preliminar, del que
«virtudes» de la matrona romana (vid. también beben nutridas páginas del
al respecto el libro de la A., Catálogo libro que aquí comentamos. Asimis-
de virtudes femeninas. De la debili- mo, como hemos dicho anteriormen-
dad histórica de ser mujer versus la te, es objeto permanente de atención
dignidad de ser esposa y madre en el libro la presencia de lo que deno-
[1993]). La A. pone de relieve, con mina «actos de palabra» en la vida
acierto, la hipocresía y afán de domi- jurídica, que no son otra cosa que ma-
nio encubiertos bajo ese «paraguas» nifestaciones lingüísticas, a menudo
moralista que envolvía la exclusión de carácter performativo, a través de
jurídica y social de una mitad de la las cuales se constituyen, modifican o
población de la vida civil, pero tal vez extinguen relaciones de poder entre
minusvalora la capacidad que tuvie- personas, o de personas sobre cosas, o
ron las propias mujeres romanas para que sirven como medio para la resolu-
utilizar a menudo en su favor ese mis- ción de conflictos sociales de relevan-
mo envoltorio normativo para impo- cia jurídica en el mundo romano ya
ner a su vez su ley en el ámbito do- desde época arcaica. Esta presencia
méstico (cfr. el interesante punto de central de la oralidad y la función
vista a este respecto ofrecido por E. creadora de la palabra en el entorno
Cantarella, Pasado próximo. Mujeres jurídico romano ya fue objeto del em-
romanas de Tácita a Sulpicia [1997]). peño científico de la A. en una mono-
El libro también se detiene a fondo en grafía anterior (Actos de palabra y
las representaciones ideales de la pe- Derecho, Salamanca, 2007), que aquí
queña propiedad primitiva (lo que la se retoma y se reformula en diversos
A. llama la casa), un tipo de explota- extremos. Frente a ese valor constitu-
ción agropecuaria de subsistencia que tivo de la palabra ritual está la fuerza
constituye la base de la mayor parte creadora de la palabra dada informal-
de los negocios jurídicos del Derecho mente en un entorno de lealtad nego-

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cial regida por una serie de principios plina, por lo que puede afirmarse que
éticos: es lo que constituye la bona fi- la visión sistemática que aquí nos
des, expresión de la tradicional fides ofrece no responde a un ensayo im-
romana, y que es la puerta a través de provisado o a una construcción ad hoc
la que van a penetrar los negocios fundada exclusivamente en lecturas
propios del ius gentium en el círculo ajenas, sino que es el resultado de un
exclusivista del viejo ius civile, singu- previo y concienzudo estudio de las
larmente los contratos bilaterales per- fuentes que antecede a esta obra.
feccionados tan solo por el consenti- Pero, como decíamos al principio,
miento de los contratantes: este tema la obra que comentamos no es un sim-
fue asimismo objeto de un pequeño, ple manual al uso. Con independencia
pero sugestivo, libro de la A. (Fides, de las características idiosincráticas
bona fides: un concepto para la crea- que hemos ido desgranando hasta
ción del Derecho [1991]), del que ahora, hay además una serie de signos
igualmente se hace eco en estas pági- distintivos, de «recursos extrañado-
nas que comentamos. También desta- res» como se diría desde una perspec-
ca la atención vertida hacia el estudio tiva crítico-literaria, que destacan a
de las figuras contractuales del présta- este libro por encima, o más allá, de la
mo de dinero y del arrendamiento rús- mayor parte de los otros de su género
tico (ambos muy elaborados por Ca- y lo convierten en una obra extrema-
tón en su tratado), así como de la damente personal y sorprendente.
cuestión de los deberes de informa- Veamos algunos de ellos, los más des-
ción del vendedor en la compraventa tacables.
y el significado del silencio (temas Para empezar, su propio título:
estudiados en sendos artículos de la como hemos dicho, no se queda en un
A. publicados en el libro coordinado seco «Derecho romano», sino que se
por ella bajo el título de Defectos en el acompaña de «El arte de lo bueno y de
cumplimiento de la prestación: Dere- lo justo», es decir, el ‘ars boni et ae-
cho romano y Derecho privado euro- qui’ contenido en la célebre definición
peo, Salamanca, 2014, pp. 45 ss. y 73 celsina del ius citada por Ulpiano en
ss.). Por fin, hay un extenso y buen sus institutiones y reproducida en D.
análisis del fenómeno del acto ilícito 1.1.1 pr. En esta definición, según
(delictum) como fuente de las obliga- Cerami (en Annali Palermo 38, 1985,
ciones, que se corresponde con el tra- pp. 7 ss.) viene a significar que el De-
tamiento de la cuestión dado por la A. recho es búsqueda constante y prácti-
en su monografía Nuevas lecturas de ca continuada (ars), dirigida a identi-
la responsabilidad aquiliana (2001). ficar y a realizar en el ámbito de las
En definitiva, como puede verse, el relaciones intersubjetivas el bien de
libro que comentamos viene a consti- los particulares (ratione bonae fidei) y
tuir una síntesis y puesta al día de la el equilibrio de los intereses opuestos
larga y fecunda actividad investigado- (aequitas) (cfr. sobre el tema, última-
ra de su A., que, como puede compro- mente, Falcone, en Annali Palermo,
barse, ha tocado ampliamente muchos 49, 2004, pp.  1 ss.). La elección de
de los puntos neurálgicos de la disci- estas palabras como subtítulo del libro

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constituyen ya de por sí toda una de- ante otro recurso singularizante de


claración de principios, tanto respecto primera magnitud: en esta obra, a di-
a lo que la A. entiende que ha ser el ferencia de los manuales al uso, la
Derecho en general, como respecto al presencia de esas fuentes es constante
papel que el Derecho romano debe y estas se mueven prácticamente en
ostentar en el entorno de los estudios pie de igualdad con las fuentes jurídi-
jurídicos a la altura de los tiempos. cas; la cita de las obras de Cicerón,
Otro «elemento extrañador» lo con- Livio, Aulo Gelio o, sobre todo, Ca-
forma el Prefacio de la obra, que no es tón el Viejo, es permanente, de modo
una mera página de cortesía que sirva que constituyen un Leitmotiv indis-
únicamente de retórica tarjeta de pre- pensable para la comprensión de la
sentación o de exordio incitador a la obra en su conjunto: si miramos el ín-
lectura de las páginas que siguen, sino dice de fuentes, resulta extremada-
que es una verdadera pieza literaria, mente sorprendente (en particular,
pero no propiamente de la A., sino del tratándose de un manual de Derecho
mismísimo Tito Livio, ya que se trata romano, no de una monografía sobre
de una paráfrais de la famosa praefa- algún tema específico) que el apartado
tio del Ab urbe condita del historiador dedicado a las fuentes literarias es
de Padua. A través de este prefacio mucho más extenso que el que se des-
pretende la A. hacernos ver plástica- tina a las obras de Justiniano distintas
mente la proyección supratemporal del Digesto y, por supuesto, a las
del Derecho romano y el valor de la fuentes del Derecho moderno. Desde
Historia para la formación del ciuda- mi punto de vista, este rasgo es fasci-
dano en general, y del jurista en parti- nante y particularmente formativo, en
cular, ya que en él se ha limitado a la medida en que contribuye a que el
sustituir algunas palabras y actualizar libro no sea solo una excelente intro-
algunos datos concretos, sin que haya ducción al estudio del Derecho roma-
perdido un ápice de su fuerza ilocuti- no antiguo, sino también en parte a la
va y su solemne elocuencia. Por me- literatura romana, y a que los estu-
dio de este ingenioso recurso –cierta- diantes que lo frecuenten puedan
mente extrañador para un lector poco comprobar que el Derecho (y, en es-
avisado– la A. hace también otra de- pecial, el Derecho romano) no es una
claración de principios, ya que nos mera construcción técnica aislada del
anuncia desde la primera página la resto de la sociedad (la famosa Iso-
enorme importancia que para ella tie- lierung de la jurisprudencia romana
nen las fuentes, y en especial las fuen- que popularizara Schulz), sino que es
tes literarias, para describir adecuada- un fenómeno social plenamente im-
mente la realidad histórica de lo que bricado en la vida intelectual de su
fue el Derecho romano antiguo (o, al tiempo y que no es ajeno a las re-
menos, nuestra representación de ella, flexiones de quienes no son juristas
si es que para nosotros puede ser algo profesionales, los cuales pueden –y
distinto de una construcción princi- deben– hacer aportaciones significati-
palmente literaria). Hablando de las vas. Ligado a este hay otro rasgo dis-
fuentes literarias, aquí nos hallamos tintivo, que ya hemos mencionado

Estudios de Deusto
ISSN 0423-4847 • ISSN-e 2386-9062, Vol. 64/1, Enero-Junio 2016, págs. 397-407
9 doi: 10.18543/ed-64(1)-2016pp397-407 • http://www.revista-estudios.deusto.es/ • © Universidad de Deusto 405
Amelia Castresana Herrero, Derecho romano. El arte de lo bueno y de lo justoTecnos

más arriba, y es el de la tendencia a la mi juicio, el tono abiertamente narra-


cita de las interpretaciones de los ju- tivo, con un estilo literario depurado y
ristas romanos por su propio nombre y preciso y una gran riqueza cultural y
con sus obras, y no como puros figu- lingüística, que acompaña a la obra en
rantes que expresan la voluntas legis- su totalidad. Claramente, como ya
latoris del emperador Justiniano. Este apunta en el título, la A. no se ha pro-
rasgo queda subrayado particularmen- puesto escribir unas «lecciones» de
te por el hecho de que, en el índice de Derecho romano que funcionen a
fuentes, la referencia a los textos del modo de «apuntes encuadernados»,
Digesto no se hace por su numeración como sí son muchos de los manuales
estándar (como es regla en los estu- breves que vienen publicándose en los
dios romanísticos), sino con arreglo a últimos años para las diversas disci-
los nombres de los juristas autores de plinas, sino un auténtica «obra de
los textos, por orden alfabético, al arte», en el sentido de un libro hecho
modo filológico (esta elección, que con pleno rigor intelectual y soberbia
desde el punto de vista metodológico erudición, pero también con gusto li-
constituye un interesante hallazgo, sin terario y refinamiento. No se trata de
embargo, puede traer consigo algunos que sea solo un manual para el estu-
problemas prácticos para el lector, dio, sino también un libro para el de-
porque sin duda dificulta la localiza- leite (y a ello sin duda están encami-
ción de los pasajes que pudieran ser nados igualmente todos los demás
de interés). Y otro curioso «elemento «recursos extrañadores» a los que he
extrañador» añadido a esta nueva edi- ido haciendo referencia), un libro que
ción de la obra es la incorporación de no se lea tanto por obligación como
un epílogo al final de la obra, en el que por devoción, y que no se lea con pri-
se introducen dos pequeñas historias sas, sino con reposo, detenimiento y
dialogadas («La apuesta de la esclava. reflexión; y, a mi juicio, todos esos
Un engaño bien urdido» y «El escra- efectos están plenamente conseguidos
che del poeta»), en las que, a modo de en la obra, sin merma de su valor for-
juego literario, se trata de ilustrar al mativo e informativo en su totalidad.
lector (presumiblemente joven estu- Se trata, por tanto, de una elección
diante) sobre aspectos prácticos del guiada no solo por criterios científi-
Derecho romano vistos con una pers- cos, sino sobre todo estéticos, que
pectiva sincrónica. Resulta, sin duda, asemeja la obra a otras producidas en
un simpático elemento colorista que la romanística reciente, como p. ej. la
contribuye, una vez más, a singulari- sugestiva Römische Rechtsgeschi-
zar la obra y tratar de acercarla a un chten (2002) de M. T. Fögen (aunque
público que, normalmente, puede te- sin duda con ánimo menos polémico).
ner dificultades culturales y formati- Emprender la tarea de hacer un
vas para entender muchos de los con- nuevo manual de Derecho romano en
ceptos que integran en sistema del estos tiempos que corren, en que la
Derecho romano clásico. Y, por fin, disciplina está crecientemente vili-
queda por destacar el principal recur- pendiada, en que los propios estudios
so «extrañador» de la obra, que es, a universitarios se devalúan sin que aún

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se pueda llegar a ver el fondo, y, sobre estas páginas, con la esperanza de que
todo, en que el entorno cultural se este libro pueda contribuir de manera
adentra progresivamente en un vulga- significativa a un enaltecimiento de
rismo aplastante, es ya en sí misma los estudios romanísticos y a hacer
una tarea heroica que merece todo el recordar una vez más a la comunidad
aplauso. Pero hacerlo de una manera jurídica que, para seguir siendo tal y
tan personal, arriesgada y original no convertirse en una mera pieza utili-
como la que encontramos en esta obra taria y prescindible del sistema pro-
demuestra ya de por sí una fuerza de ductivo, sigue necesitando imperiosa-
carácter y valor tal que solo puede re- mente del cultivo de las «humanidades
cabar nuestro reconocimiento y admi- del jurista», esto es, del viejo y peren-
ración, y así lo hacemos constar en ne ius civile Romanorum.

Francisco J. Andrés Santos


Universidad de Valladolid

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