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of Contents
Meditando con los Ángeles
Bienvenida
Capítulo I
Los ángeles, mediadores de Dios
Los Evangelios y los ángeles
Lo que dice la Iglesia
Los ángeles y las religiones
¿Cómo son, en verdad, los ángeles?
Las jerarquías angélicas
Primer coro
Segundo Coro
Tercer Coro
Los arcángeles: ayuda divina
Arcángel Miguel
Arcángel Uriel
Arcángel Rafael
Arcángel Gabriel
Otros arcángeles
El Ángel de la Guarda
Los ángeles protectores
Capítulo II
Conocer a los ángeles
La comunicación del hombre con los ángeles
El mensaje de los ángeles en nuestros sueños
El contacto angélico
Los ángeles en la vida cotidiana
Prepararnos para el ángel
Un ambiente adecuado
El habla de los ángeles
Los mensajes angélicos
¿Hay un ángel para cada persona?
Capítulo III
La meditación: un mundo de dos polos
La intuición
La razón
En busca del equilibrio
Meditar, de Oriente a Occidente
Capítulo IV
Beneficios de la meditación
Tipos de meditación
Datos y pruebas
Constancia y paciencia
Beneficios para la mente
Abolición del tiempo
El regalo de la mirada optimista
Beneficios para el cuerpo
Brinda energía
Mejora la salud del corazón
Optimiza la respiración
Reduce el dolor
Combate el insomnio y las alteraciones del sueño
Regenera el organismo
Capítulo V
Las claves de la meditación
Una práctica diaria
La postura correcta
Postura del sastre
Postura del loto
Postura del sabio
Postura del rayo
Los mudras
Mudra del águila
Mudra de la amistad
Mudra del amor
Mudra de la calma
Mudra de la contemplación
Mudra de la humildad
Mudra de la sabiduría
Algunos consejos básicos
La respiración
Ejercicio de respiración abdominal
Ejercicio de respiración y visualización
La ausencia de pensamientos
La preparación
El momento de la meditación
El lugar de la meditación
La vestimenta
Ejercicio de relajación previa
Capítulo VI
Los ángeles en la meditación
El mensaje de los ángeles
¿A qué ángel debemos invocar?
“Ver” a nuestro ángel
Ejercicio de visualización
Sentir a nuestro ángel
La oración y la invocación angélica
Capítulo VII
Meditaciones con ángeles
Meditación para conocer a nuestro Ángel de la Guarda
Meditación para pedir ayuda al Ángel de la Guarda
Meditación para pedir protección
Meditación del coro de ángeles
Meditación para resolver problemas
Meditación para encontrar el amor
Meditación para sanar
Meditación para alcanzar el éxito
Meditación energética
Meditación de los cuatro arcángeles
Meditación para enviar a otra persona a nuestro ángel de
la guarda
Meditación con mantras
Arcángel Miguel
Arcángel Gabriel
Arcángel Rafael
Arcángel Uriel
Arcángel Zadquiel
Arcángel Metatrón
Arcángel Haniel
Meditación y rezo
Oración para invocar a los Serafines
Oración para invocar a los Querubines
Oración para invocar a los Trono
Oración para invocar a las Dominaciones
Oración para invocar a las Virtudes
Oración para invocar a las Potestades
Oración para invocar a los Principados
Oración para invocar a los Arcángeles
Oración para invocar a los Ángeles
Hasta pronto
MEDITANDO CON LOS ÁNGELES

Ramón Benítez Reyes


Meditando con los Ángeles
es editado por
EDICIONES LEA S.A.
Av. Dorrego 330 C1414CJQ
Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
E-mail: info@edicioneslea.com
Web: www.edicioneslea.com
ISBN 978-987-634-784-6
Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723.
Prohibida su reproducción total o parcial, así como
su almacenamiento electrónico o mecánico.
Todos los derechos reservados.
© 2012 Ediciones Lea S.A.
BIENVENIDA

H ay un mundo más allá del que conocemos. Es un


mundo de luz donde no existe el dolor, ni la
enfermedad; un mundo de paz donde las guerras
nunca tienen lugar; un mundo lleno de amor, un paraíso
donde la soledad desaparece tan pronto como resurge la
comprensión del Todo.
Ese mundo es la patria de los ángeles. Para algunos, se
encuentra en el Cielo; para otros, está en un plano distinto
al nuestro y es una realidad paralela que no podemos ver, ni
tocar, pero que habita allí mismo en donde nosotros, cada
día, nos dejamos vivir. Mientras un lector sostiene este libro,
hay otra realidad en la que donde no es posible sostener
nada material, en donde no hay papel, ni palabras escritas;
un espacio que no conoce el dinero, la ropa, las
preocupaciones por seguir adelante con la vida a pesar de los
impuestos, el trabajo, los conflictos en la familia. Al mismo
tiempo (aunque tampoco el tiempo es un concepto que
pueda aplicarse para ese mundo), convive nuestro plano
físico con un plano espiritual en donde habitan los ángeles.
Las religiones tienen muchas diferencias en la manera en la
que describen ese mundo, pero en todas ellas hay un punto
en común: la certeza de que allí se encuentran seres de luz
destinados a ayudarnos y protegernos, la seguridad de que
esos seres son mensajeros de Dios, la Totalidad, cuya misión
es tendernos un puente hacia Él.
En el plano espiritual están los ángeles; en el plano
material, el ser humano. Existe una comunicación constante
entre unos y otros y se da a través del amor, mediante
pequeños gestos, momentos y sensaciones con las cuales
ellos se expresan para nosotros. Sin embargo, muy pocas
veces logramos reconocer que son los ángeles quienes nos
están hablando. Descreemos de aquello que no podemos
ver, ni tocar; estamos demasiado apurados para percibir las
sutilezas de la energía angélica; creemos que todo tiene una
explicación racional y que, lo que no lo tiene, es obra de la
casualidad. No es que los ángeles no se comuniquen con
nosotros, sino que somos incapaces de darnos cuenta cuando
eso ocurre.
La meditación es una vía para abrir un canal efectivo de
comunicación con los ángeles. En primer lugar, nos permite
detener la marcha de la vida diaria, olvidar nuestras
preocupaciones y simplemente permanecer en silencio
mientras dejamos que nuestra mente se libere de los
pensamientos que nos abruman a cada instante. En segundo
lugar, es un espacio de encuentro con nosotros mismos y
con nuestra esencia, un momento reservado para el diálogo
con nuestro interior. Estas dos características hacen de la
meditación un vehículo ideal para llegar a los ángeles. Al
meditar, nos reencontramos con nuestra esencia y somos
capaces de percibir lo que los ángeles tienen para decirnos;
abrimos las puertas de la percepción, comenzamos a
entender que no todo es racional, que las casualidades tienen
un origen, que los ángeles nos pueden hablar de mil modos
distintos y que sólo depende de nosotros aprender a
escuchar lo que tienen para decirnos.
La meditación no es otra cosa que una forma de
comunicarnos con los ángeles para pedirles protección,
ayuda o consejo. Es un vínculo estrecho que entablamos con
estos maravillosos seres de luz, una manera de hacerles saber
que estamos listos para recibirlos en nuestra vida. Y una vez
que somos capaces de recibir a los ángeles, tendremos la
misma capacidad de fundirnos en la Totalidad. Meditar es
dejar de lado la individualidad, abandonar el egoísmo y ser
parte del Todo, ser parte de Dios. Por esa razón, meditar no
es sólo una técnica de relajación: es una forma de entrar en
comunión con el Universo. Y así, como los ángeles, nosotros
también podremos ser parte de un amor eterno e infinito.

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