Sei sulla pagina 1di 24

551

F O N D O D E C U LT U R A E C O N Ó M I CA
NOVIEMBRE DE 2016

ADEMÁS 
Introducción
REVOLUCIÓN
a Poética
y profética
por tomás segovia
MEXICANA
551
F O N D O D E C U LT U R A E C O N Ó M I CA
NOVIEMBRE DE 2016

Revolución mexicana
mexicana:
diversidad
semillero de diversida
historiográfica

C
3 Jacarandas
número La Gaceta del fce conmemora el 106
on este número, tomás segovia
aniversario de la Revolución mexicana, el hecho más
importante en la formación del México moderno y
respecto del cual tenemos hoy suficiente distancia
para verlo como el hecho histórico que fue, sin apa-
sionamiento ni sesgo político.
5
La Revolución mexicana
Comparemos el autocelebratorio 50 aniversario de
dossier
1960 (México: cincuenta años de Revolución, cuatro vols., fce, Méxi-
co, 1960) con el de 2010, que reflejó la gran diversidad de perspectivas,
muchas de las cuales han sido publicadas por esta casa.
La renovación de los estudios de la Revolución mexicana empezó a
6
La Revolución mexicana:
fines de los años sesenta y principios de los setenta en un ambiente de
politización y radicalización de los estudiosos. Funestos acontecimien-
qué hizo, qué hizo posible
tos políticos de la época habrían puesto en evidencia la muerte de la
Revolución y de la historiografía reverencial que la acompañaba.
y qué no hizo
El interés de aquella primera generación de historiadores renovado-
john womack, jr.
res fue reivindicar a “los de abajo” y desmitificar la historia de bronce
o de “los de arriba”. Surgió así una historiografía “de barro” que, no
obstante el maniqueísmo de muchos estudios, matizó fuertemente los 12
Francisco Villa
conceptos heredados de la historia oficial. En particular, la historia re-
gional fue decisiva para demoler el mito de una historia unitaria que
metía en un mismo saco teleológico a vencedores y vencidos.
en Canutillo
Luego vino una segunda oleada de estudios que puso el foco en as- ignacio solares
pectos desconocidos hasta entonces, en particular los relacionados
con la identidad cultural de los actores. Esto dio relevancia a la identi-
dad de individuos y comunidades, antes vistos como masas anónimas o 14 Escritos sobre
carne de cañón de los acontecimientos. El cuadro se tornó vívido y he-
terogéneo hasta el grado de generar la idea de que una historia general la Revolución
de la Revolución era imposible.
Esta diversidad muestra por sí misma el progreso de la historiogra-
fía y la maduración política de las nuevas generaciones de historiado-
y la dictadura
res, que pueden ver el fenómeno con mayor objetividad y detalle que beatriz urías
las anteriores. No obstante, debe decirse que esta eclosión no habría
sido posible sin la creación de muchísimas escuelas de historiadores
y centros de investigación, y la apertura y modernización de los archi- 15 Camino
vos nacionales y locales, hechos que reflejan el compromiso del Estado
con la educación, iniciado por la Revolución misma y continuado por
los gobiernos subsecuentes, cualquiera que sea su filiación partidista.
a La frontera nómada
Es digno de notar que la conmemoración del primer centenario de la héctor aguilar camín
revolución fue auspiciada por un gobierno emanado de un partido que
nació precisamente para combatirla. La ironía de la situación, lejos de
alimentar rencillas históricas, fue tomada con civilidad y los historia- Introducción a
dores pudieron expresar sus diferentes puntos de vista en un ambiente
de cordialidad ante el gran interés del público lector.
A lo largo de estos años, el fce ha publicado títulos de las más diver-
17
Poética y profética
sas perspectivas de la Revolución mexicana, y lo sigue haciendo, hon- tomás segovia
rando así una tradición editorial de más de ochenta años.$•

20
Novedades
José Carreño Carlón Director general del fce

Martha Cantú, Adriana Konzevik, Susana López, Trasfondo


El tiempo
empo real
Socorro Venegas, Rafael Mercado, Karla López y Octavio Díaz 22
Consejo editorial

Roberto Garza Iturbide Editor de La Gaceta


Ramón Cota Meza Redacción luis tovarr
León Muñoz Santini Arte y diseño
Andrea García Flores Formación
Ernesto Ramírez Morales Versión para internet
Impresora y Encuadernadora Progreso, sa de cv Impresión

Suscríbase en
www.fondodeculturaeconomica.com ⁄editorial ⁄ laGaceta ⁄
lagaceta@fondodeculturaeconomica.com
www.facebook.com ⁄ LaGacetadelFCE

La Gaceta
es una publicación mensual editada por el Fondo de Cultura Económica, con domicilio
en Carretera Picacho-Ajusco 227, Bosques del Pedregal, 14738, Tlalpan, Ciudad de
México. Editor responsable: Roberto Garza. Certificado de licitud de título 8635 y de
licitud de contenido 6080, expedidos por la Comisión Calificadora de Publicaciones y
Revistas Ilustradas el 15 de febrero de 1995. La Gaceta es un nombre registrado en el
Instituto Nacional del Derecho de Autor, con el número 04-2001-112210102100, el 22
de noviembre de 2001. Registro postal, Publicación periódica: pp09-0206. Distribuida
por el propio Fondo de Cultura Económica. ISSN: 0185-3716

Ilustración de portada © Ignacio Aguirre

© fernando castro pacheco


poema

Jacarandas
Tomás Segovia
Las dulces jacarandas se quedan en lo suyo
Todos son verdes y ellas no
Nadie les quitará de la cabeza
Que hay mil maneras de ser árbol
Mil maneras de ser lo mismo
De otra manera
Que se puede ser verde siendo azul
Tener flores por hojas
Tener por copa un fresco resplandor
Ser dichosas aparte y a su modo
Bien seguras están de que hacen bien
Que nos da gusto que así sean
Que no por eso las querremos menos
Que siempre nos ha sido necesario
Que haya otra cosa.$•

La singularidad de los seres vivos no niega lo que


les es común. Hay “mil maneras de ser lo mismo”:
declaración simple y profunda que busca eco en la
moral pluralista hoy predominante.

n ov i e mb r e d e 2 01 6 l a g ac e ta 3
dossier 550
revolución mexicana

El contenido de este número es una muestra


de la diversidad de enfoques historiográficos de
la Revolución mexicana, desde el audaz ensayo
contrafactual de John Womack, jr., hasta el estudio
de Beatriz Urías Horcasitas sobre el pensador
conservador Rodulfo Brito Foucher, el prólogo
de Ignacio Solares al legendario reportaje de
Regino Hernández Llergo sobre Francisco Villa y
la rememoración crítica de Héctor Aguilar Camín
sobre la escritura de La frontera nómada. Con
enfoque provocador, reivindicatorio de la visión de
los agentes de la III Internacional Comunista en el
México de los años veinte y treinta, Womack nos
hace pensar en “qué hubiera pasado si…”. Beatriz
Urías Horcasitas explora las ideas de un pensador
y activista conservador para encontrar en ellas
atisbos de la naturaleza del régimen producto de
la Revolución. Por su parte, Héctor Aguilar Camín
reconstruye el ambiente intelectual en el que
escribió su famoso libro y resume su tesis principal.

n ov i e m b r e d e 2 01 6 © e r asto corté s juár e z 5 l a g aceta


La Revolución mexicana:
qué hizo, qué hizo posible y qué no hizo
Ejercicio erudito
de historiografía
contrafactual, aquella
que se pregunta “Qué
hubiera ocurrido si…”
Se desprende que la
Revolución mexicana
sta.
pudo haber sido socialista.
Publicado por primera vez
en español, incluye las
numerosas y nutridas notas
al pie porque refieren laa
evidencia empírica en apoyo
de esta interesante
y provocadora conjetura. a.

john womack, jr.

A la memoria
de James Connolly,
Michael Mallin,
Christopher Poole
y Constance Markievicz

A
gradezco al Centro Katz su años, en el que concluí: “La ‘revolución’ ha sido en sólo el énfasis en ciertos acontecimientos que po-
invitación a dar esta confe- la gobernanza”.1 No puedo hacer completamente drían haber ocurrido pero que no ocurrieron du-
rencia en honor de Friedrich explícito mi argumento aquí. Pero quiero clarifi- rante la Revolución y en las preguntas que esto
Katz. No puede ser por mérito car su tesis principal. No es una tesis muy nueva; plantea en consecuencia sobre los regímenes pre y
mío. Soy humilde ante todo lo no difiere mucho de la conclusión principal de los posrevolucionarios. Más breve, crudamente, la te-
que él logró en su trabajo aca- agentes comunistas internacionales en México en sis es que la Revolución tal y como ocurrió no llegó
démico y en su vida. Fue uno la década de 1920.2 Pienso que lo nuevo puede ser a poner en peligro el desarrollo del capitalismo en
de los grandes historiadores del México moder- México; en ciertos momentos, en ciertos lugares,
no, el más grande respecto de las más poderosas algunos movimientos pudieron volverse anarco-
circunstancias y factores externos actuantes en sindicalistas o socialistas, pero otros movimientos
el México moderno; en una palabra, el imperialis- 1$John Womack, Jr., “The Mexican Revolution, 1910-1920”, en los aplastaron antes de que emprendieran delibera-
mo, la condición económica, geopolítica y cultu- Leslie Bethell, ed., The Cambridge History of Latin America, 11 damente el giro.3 Corolario: las luchas importantes
ral de la historia moderna de México. No menos vols. (Cambridge University Press, 1984-95), pp. 152-153. por el socialismo ocurridas en el México moderno
2$Edgar Woog, “Chiffres et Materiaux sur la Situation du Mexi-
notable, como persona fue uno de los historiado- que: Rapport du camarade Stirner”, diciembre 18, 1927, Rossiikii no empezaron sino después de la Revolución, en
res más clarividentes, honestos y generosos en Gosudarstvennii Arkhiv Sotscialno-Politicheskoi Istorii (rgaspi los 1920 (y entonces, argumentaré, principalmente
este amplio campo de estudios, quizá el historia- en adelante), Colección 495-Sección 108-Documentos 67-69, pp. debido a la Comintern). En otras palabras, la Revo-
(según su renumeración en el archivo) 5-8, 15, 24-25, 57, 126, 161-
dor más amable de todos. 164, cuya copia agradezco a Miles V. Rodriguez; Presidium, Inter- lución mexicana pertenece completamente al largo
No intento repasar aquí toda la Revolución, es nacional Comunista, “Mexic [sic] Resolution”, 18 de abril, 1928, siglo xix, no al breve siglo xx (1914-1991).
decir, todos los movimientos políticos y sociales rgaspi, 495-108-79, gracias a Miles V. Rodriguez; Trawin [Yakov Tres advertencias introductorias: (1) No solo
Davidovitch Drabkin, alias Sergei Ivanovich Gusev: Lazar Jeifets,
nacionalmente importantes de México de 1910 a Victor Jeifets y Peter Huber, eds., La Internacional Comunista y no abordaré todos los principales movimientos
1920; mucho menos intentar hacerlos comprensi- América Latina, 1919-1943: Diccionario Biográfico (Moscú: Ins- revolucionarios de 1910-1920; tampoco conside-
bles. Sólo presentaré un punto específico. Pero es tituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias, 2004), 146- raré a la Revolución como si se hubiera prolon-
147], “Zur Mexikanischen Frage (Thesen)”, 27 de abril, 1928,
un punto crítico que supone cierto conocimiento rgaspi, 495-108-79, cuya copia agradezco a Miles V. Rodriguez;
del viejo régimen y de los principales movimien- Stirner [Edgar Woog], “Rapport sur le Mexique,” 15 de septiem-
tos revolucionarios, que requiere algo de análisis bre, 1929, rgaspi, 495.108-96, pp. (según su renumeración en el
de algunos de ellos, que justifica un juicio históri- archivo) 76-90, gracias a Miles V. Rodriguez; A Vol’skii [Stanis-
lav S. Pestkovsky], Istoriia meksikanskikh revoliutsii (Moscow- blos es Andréi [alias Vol’skii y Diego Ortega]? Stanislav Pestko-
co sobre ellos y que plantea interrogantes sobre el Leningrad: Gosudarstvennoe Izdatel’stvo, 1928) 139-143, 173- vsky, Camarada Andréi: Una tentativa de investigación histórica,”
viejo régimen y su oposición, y sobre el régimen 174, 205-206; Diego Ortgea[Stanislav S. Pestkovsky], Agrarny Memoria: Boletín de Cemos, No. 121 (marzo, 1999), 21-26; Viktor L.
posterior a la Revolución, las luchas sobre su for- vopros i krest’ianskoe dvizhenie v Meksike (Moscow_Leningrad: Kheifets [Jeifets], Komintern i evoliutsia levovo dvizheniia Meksi-
Gosudarstvennoe Izdatel’stvo, 1928), 63-76, 86-140; idem, Grazh- ki (Saint-Peterburg, Nauk, 2006), 178-203.
mación y sus objetivos. Retomo un argumento danskaya voina v Meksike,” Mirovoye Khoziaistvo Politika, No. 3$ Sobre “conciente” y “deliberado”: Lars T. Lih, Lenin (Londres:
que dejé implícito en un ensayo publicado hace 30 7 (julio, 1929), 45-61; Lazar Jeifets y Victor Jeifets, “Quién dia- Reaktion Books, 2011), 58.

6 l a g ac e ta © i gnaci o agui rr e n ov i em b r e de 2 016


revoluc ión m exic ana

gado después de 1920, como si (históricamente) hace tiempo). El régimen porfiriano había entra- Los jefes revolucionarios locales rehusaron ha-
una gran, pero definida, conjunción de energías do en crisis años antes de 1910, sobre todo porque cer justicia y rápidamente hicieron planes para
(digamos una guerra) contuviera en sí misma sus el ejército y las altas finanzas no podían ponerse sí mismos, algunos para su propia gente, y en las
consecuencias y secuelas, las que por supuesto de acuerdo sobre la sucesión del muy viejo presi- provincias del norte y el sur algunos se alzaron
vinieron después, en nuevas condiciones exter- dente Díaz. Los conflictos armados disponibles contra el gobierno revolucionario. Los imperia-
nas e internas, involucrando nuevas funciones en torno a su crisis probablemente no habrían listas, los generales y los banqueros sabían que el
y factores. (2) Por Revolución no quiero decir sido mejores que un retiro y una sucesión presi- nuevo gobierno no podía durar y pronto formaron
cualquier cosa que la gente haya hecho o experi- denciales para proteger el feo y profundamente facciones para complotar tanto contra las otras
mentado en México en esa década, sino la acción inestable compromiso entre los imperialistas, como contra el gobierno, cada una abocada a dar
que deliberadamente tomó por considerarla revo- los militares mexicanos y las facciones financie- el golpe decisivo en su propio beneficio. El derro-
lucionaria. (3) Mi interés recae en las luchas de ras mexicanas. Los líderes de la Revolución en camiento del gobierno provino de una detestable
clases deliberadas; mi análisis es como el de un 1910, tan burgueses como el régimen que iban a e impugnada mezcla de varios movimientos y
oficial de inteligencia del Comintern, digamos en derrocar, conectados a los Estados Unidos, apo- maniobras imperialistas, militares, financieras,
1928 (anacrónico en mis propias palabras). yados por la Standard Oil, en el mejor de los ca- políticas y populares.
¿Qué hizo entonces la Revolución? sos luchaban por establecer en México lo que en En 1913-1914, la Revolución tuvo una contra-
(1) Rompió el largamente establecido trato im- su ilusión liberal imaginaban una democracia de rrevolución contra la cual concentrar sus diver-
perialista sobre México, el conjunto informal de hombre blanco, la cual (razonaban) resolvería la sas fuerzas. Y desde sus varias bases y ángulos,
arreglos entre los bancos, las corporaciones y los crisis inmediata y garantizaría un futuro al orden todas estas fuerzas —militares, políticas y diplo-
gobiernos estadunidenses, británicos, alemanes democrático burgués para el progreso capitalista máticas— actuaron contra la contrarrevolución,
y franceses (improvisados a lo largo de los 50 de México. De hecho, y sobre todo, su manejo de su gobierno y su ejército —el viejo ejército regu-
años previos) para realizar sus negocios e impul- la crisis tenía el fin de proteger un feo y profun- lar. Confiscaron propiedades, obtuvieron présta-
sar sus políticas en México en términos civiles, damente inestable compromiso entre los Estados mos forzosos, recaudaron sus propios impuestos,
si no exactamente pacíficos al menos sin gue- Unidos, el Reino Unido y las facciones militares- eventualmente suficientes para organizar verda-
rras o sin apoderados belicosos, a diferencia de financieras mexicanas, 1911-1912. Pero su Revo- deros ejércitos revolucionarios. Importa crucial-
América Central o el Caribe. Esta ruptura ocu- lución provocó también mucha agitación popular mente que estas fuerzas permanecieran separa-
rrió muy al principio de la Revolución, en 1910, en torno a una gran expectativa de justicia; no un das, agrupadas en facciones, no realmente unidas,
cuando la Standard Oil, ardida por el favoritismo nuevo programa nacional, sólo justicia mediante ni siquiera en coaliciones duraderas militar, polí-
del gobierno mexicano hacia la Eagle Oil, apoyó un renovado respeto nacional a la vieja constitu- tica o diplomáticamente. Una vez que la Fuerza
la principal conspiración de entonces para derro- ción liberal. En términos populares, la reparación Naval de los Estados Unidos tomó Veracruz para
car al gobierno. A medida que la Revolución con- de incontables agravios judiciales y políticos par- favorecer a la coalición revolucionaria que Wash-
tinuó bajo su primer gobierno, la ruptura se tornó ticulares que ciudadanos desfavorecidos, frustra- ington consideraba afín a los intereses estaduni-
más aguda, más hostil, más fuerte, alentando y dos, despojados, maltratados o explotados habían denses, la coalición de Carranza, militarmente
agravando los conflictos imperialistas. Esto se sufrido, no como clases, sólo como individuos, fa- organizada como Ejército Constitucionalista, la
profundizó como beligerancia de apoderados con milias o comunidades.5 Aun así, la expectativa de cual se robusteció por la adhesión de otras, y se
el pendenciero derrocamiento del gobierno revo- justicia fue contagiosa en todas las clases.6 fortaleció mucho más gracias al ingreso petrole-
lucionario en 1913, cuando Washington perdió Dado que la Revolución no tenía entonces sufi- ro de Veracruz condonado por los Estados Uni-
control del golpe a causa de un general apoyado ciente organización política para hacer compro- dos. Así que esta coalición obtuvo la enemistad
por Londres y Berlín y apoyó entonces a los re- misos firmes, menos para satisfacer las esperan- de las otras dos grandes coaliciones revolucio-
volucionarios hasta que tuvo éxito en 1914 (dada zas burguesas o populares, mucho menos para narias: la División del Norte (dn) comandada por
la intervención armada de los Estados Unidos en impartir justicia duradera a las quejas burguesas Villa, y el Ejército de Liberación del Sur (els) con
Veracruz). Pero Washington y Nueva York no ga- o populares, su primer gobierno no podía durar. su jefe Zapata. Estas tres fuerzas continuaron
naron nada contra Londres, o Berlín, o México. sus campañas contra la contrarrevolución, todas
Aun si los ejércitos revolucionarios al triunfar más fuertes que antes, más separadas que antes,
hubieran tratado de restaurar el viejo arreglo im- al menos en su mayor parte, hasta después de la
perialista, o negociar uno nuevo como mejor para 5$ Valadés, op. cit., I, II; Alan Knight, The Mexican Revolution, 2 capitulación de la contrarrevolución, cuya derro-
México que las guerras imperialistas de apodera- vols. (Cambridge: Cambridge University, 1986). I; Friedrich Katz, ta final fue lograda por todas ellas a mediados de
dos, no podrían haberlo hecho, pues los poderes De Díaz a Madero: orígenes y estallido de la Revolución Mexicana 1914. El Ejército Constitucionalista, siendo enton-
(Ciudad de México: Editorial Era, 2008). Sobre la ilusión liberal:
imperialistas habían empezado su propia Guerra W.E.B. Dubois, The Souls of Black Folk (Chicago: A.C. McClurg & ces el más rico, llegó primero a disolver el viejo
de los Treinta Años moderna en Europa en 1914, Co., 1903); idem, John Brown (Filadelfia: G.W. Jacobs and Com- ejército y ocupar la Ciudad de México. El intento
cuyo primer round duró hasta que la interven- pany, 1909); Domenico Losurdo, Liberalism: a counterhistory de la coalición carrancista de imponer su autori-
(Londres: Verso, 2011).
ción militar de los Estados Unidos obligó a firmar 6$ Ej., Mariano Azuela, Los de abajo: novela de la revolución meji- dad sobre las otras dos las impactó, las presionó
el armisticio de 1918. Durante la primera Gue- cana [1915] (Madrid: Espasa-Calpe, 1930); Álvaro Obregón, Ocho hasta que juntas intentaron en 1914-1915 organi-
rra Mundial, los revolucionarios de México usa- mil kilómetros en campaña [1917], 3ª. ed. (Ciudad de México: Fondo zar la primera representación nacional de la Re-
de Cultura Económica, 1960), 4-32; Francisco Bulnes, El verdade-
ron los conflictos imperialistas para hacerse la ro Díaz y la revolución [1920] (Ciudad de México: Editora Nacional
volución, una “Convención Soberana” para hacer
guerra entre ellos, lo cual intensificó su uso por Edinal, 1960), 335-430; Gabriel Gavira, Su actuación Político-Mili- una nueva constitución, normas para realizar los
estadunidenses, británicos y alemanes como gue- tar Revolucionaria, 2ª. ed. (Ciudad de México: Talleres Tipográfi- “ideales… de mejoramiento [democrático] social
cos de A. del Bosque, 1933), 5-69; José Vasconcelos, Ulises criollo:
rras de apoderados, provocó una segunda inter- La vida del autor escrita por él mismo, 6ª. Ed. (Ciudad de México:
y político…” de la Revolución. La Convención se
vención armada de los Estados Unidos en México, Ediciones Botas, 1936); Alberto J. Pani, Apuntes autobiográficos, 2 deshizo en la guerra civil revolucionaria de 1915-
prolongó la guerra civil, con lo cual, desprovisto vols. (Ciudad de México: Manuel Porrúa, 1951), I, 17-166; Porfirio del 1916, los villistas y los zapatistas se volvieron a
de toda premeditación revolucionaria, mucho me- Castillo, Puebla y Tlaxcala en los Días de la Revolución (Ciudad de separar, y el Ejército Constitucionalista ganó su-
México: Imprenta Zavala, 1953); Michael C. Meyer, Mexican Rebel:
nos sin plan para ello, atizó más intensamente Pascual Orozco and the Mexican Revolution, 1910-1915 (Lincoln: ficiente terreno como para que la coalición de Ca-
que nunca el nacionalismo mexicano antiestadu- University of Nebraska, 1967), 9-93; James D. Cockcroft, Intellec- rranza clamara creíblemente autoridad nacional,
nidense. En consecuencia, hacia 1920, en el nuevo tual Precursors of the Mexican Revolution (Nueva York: Alfred A. obtuviera reconocimiento de los Estados Unidos
Knopf, 1969), 3-158; Paul Friedrich, Agrarian Revolt in a Mexican
imperialismo de posguerra, en circunstancias de Village (Englewood Cliffs: Prentice-Hall, 1970, 43-68; Héctor Agui- y, pese a las resistencias villistas, zapatistas y
predominio económico, geopolítico y cultural de lar Camín, La frontera nómada: Sonora y la Revolución Mexicana algunas contrarrevolucionarias, pudo escenifi-
los Estados Unidos sin precedentes en el hemisfe- (Ciudad de México: Siglo XXI, 1977), 19-273; Ian Jacobs, Ranchero car elecciones nacionales para tener su propia
Revolt: The Mexican Revolution in Guerrero (Austin: University of
rio occidental, la Revolución prácticamente había Texas, 1982), 3-97; Ángeles Mendieta Alatorre, Juana Belén Gutié- convención nacional y redactar las reglas de un
impuesto sobre las relaciones exteriores oficiales rrez de Mendoza (1875-1942): Extraordinaria precursora de la Revo- nuevo Estado liberal más poderosamente aser-
de México la obligación de realizar (al menos) ex- lución Mexicana (Cuernavaca: Impresores de Morelos, 1983), 15-26, tivo.7 Esta convención fue mucho más allá de las
43-45-47, 63-65, 83-103, 123-153; Douglas W. Richmond, Venustia-
hibiciones ocasionales de antiimperialismo, espe- no Carranza’s Nationalist Struggle, 1893-1920 (Lincoln: University
expectativas de Carranza, mucho más allá que
cíficamente nacionalismo “antiamericano”.4 of Nebraska, 1983), 1-42; Gonzalo N. Santos, Memorias, 5ª. ed. (Ciu- el viejo liberalismo mexicano, jurando, en febre-
(2) La Revolución demolió al viejo régimen de dad de México: Grijalbo, 1984), 13-65; Ricardo Corzo Ramírez et al., ro de 1917, una constitución con artículos sobre
…nunca un desleal: Cándido Aguilar (1889-1960) (Ciudad de Méxi-
México y desintegró sus largamente reinantes je- co: Colegio de México, 1986), 136-137; David LaFrance, The Mexi-
la propiedad productiva y el trabajo asalariado
rarquías políticas. Desde sus círculos sólidamen- can Revolution in Puebla, 1908-1913: The Maderista Movement and sociológicamente mediados (notablemente como
te burgueses, semicoloniales, privados, la Revo- the Failure of Liberal Reform (Wilmington: Scholarly Resources, las posiciones del Partido Progresista de los Es-
lución planteó al público mexicano, a la sociedad 1989); Thomas Benjamin and Mark Wasserman, eds., Provinces of tados Unidos).8 Ni la nueva constitución ni la
the Revolution: Essays on Mexican Regional History (Alburquerque:
civil mexicana y entre las fuerzas armadas regu- University of New Mexico, 1990); David W. Walker, “Homegrown
lares e irregulares, durante diez años, la cuestión Revolution: The Hacienda Santa Catalina del Álamo y Anexas and
de quién debía gobernar México oficial y real- Agrarian Protest in Eastern Durango, México, 1897-1913”, Hispa-
nic American Historical Review, LXXII, 2 (mayo, 1992), 239-273; 7$ Valadés, op. cit., III, IV, V, VI, 1-61; Luis F. Amaya C., La Sobe-
mente. (Éste fue mi punto sobre “gobernanza” Oscar Flores Torres, Burguesía, militares y movimiento obrero en rana Convención Revolucionaria, 1914-1916 (Ciudad de México: F.
Monterrey, 1909-1923: revolución y comuna empresarial (Monte- Trillas, 1966); Meyer, Mexican Rebel, 94-175; Womack, Zapata,
rrey: Universidad Autónoma de Nuevo León, 1993), 19-72; Ana Lau 159-266; Richmond, op. cit., 43-164; Linda B. Hall, Álvaro Obregón:
y Carmen Ramos, eds., Mujeres y Revolución, 1900-1917 (Ciudad de Power and Revolution in Mexico, 1911-1920 (College Station: Texas
4$ Vol’skii, op. cit., 75-80, 141-156, 167-177, 194-198, 205-206; México: Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución A & M University, 1981), 38-162; Alicia Hernández Chávez, “Mili-
Ortega, Agrarnyi vopros, 30-42, 49-52, 77-79, 110-110, 113-117; Mexicana, 1993), 25, 30-34, 177-208; William K. Meyers, Forge of tares y negocios en la Revolución Mexicana”, Historia mexicana,
José C. Valadés, Historia general de la Revolución Mexicana, 10 Progress, Crucible of Revolt: Origins of the Revolution in La Comar- XXXIV, 2 (octubre 1984), 181-212; ídem, “El zapatismo: una gran
vols. (Ciudad de México: M. Quesada Brandi, 1963-67), VI, 298- ca Lagunera, 1880-1911 (Alburquerque: University of New Mexico, coalición nacional popular democrática”, en Javier Garciadiego,
299, 303-304, 306-309, 311, VII, 43, 145-153, 157-194; Friedrich 1994); Alicia Villaneda, Justicia y Libertad: Juana Belén Gutiérrez ed., Zapatismo: origen e historia (Ciudad de México: Instituto
Katz, Deutchland, Diaz und die mexikanische Revolution: die de Mendoza, 1875-1942 (Ciudad de México: Documentación y Estu- Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México,
deutsche Politik in Mexiko, 1870-1920 (Berlín: deutscher Verlag dios de Mujeres, 1994), 17-57: Mónica Blanco, Revolución y contien- 2009), 17-51; Knight, op. cit., II, 1-469; Katz, Villa, 193-614; Aldana
der Wissenschaften, 1964); Robert F. Smith, The United States and da política en Guanajuato, 1908-1913 (Ciudad de México: Colegio de Rendón, op. cit., 92-274; Francisco Pineda Gómez, La revolución
Revolutionary Nationalism in Mexico, 1916-1932 (Chicago: Univer- México, 1995); Friedrich Katz, The Life and Times of Pancho Villa del sur, 1912-1914 (Ciudad de México: Ediciones Era, 2005), 469-
sity of Chicago, 1972), 23-228; Lorenzo Meyer, Mexico and the Uni- (Stanford: Stanford University, 1998), 14-189; Francie R. Chassen 529; ídem, Ejército Libertador, 1915 (Ciudad de México: Ediciones
ted States in the Oil Controversy, 1917-1942 (Austin: University of de López, From Liberal to Revolutionary Oaxaca, The View from Era, 2013), 38-85, 132-151, 177-178, 201-216, 242-246, 250-255,
Texas, 1977), 3-148; Emilio Zebadúa, Banqueros y revolucionarios: the South: Mexico, 1867-1911 (University Park: Pennsylvania State 266-272, 288-291, 302-305, 317-321, 369-373, 379-382.
la soberanía financiera de México (Ciudad de México: Colegio de University, 2004) 351-537; Mario A. Aldana Rendón, Manuel M. Dié- 8$ Felipe Tena Ramírez, Leyes fundamentales de México, 1808-
México, 1994), 137-155, 168-222. The new “Thirthy Years War”: guez y la revolución mexicana (Zapopan: Colegio de Jalisco, 2006), 1967, 3ª. ed., rev. (Ciudad de México: Porrúa, 1967), 606-629, 745-
Arno Mayer, Why Did the Heavens Not Darken? The “Final Solu- 23-92; Ana Lau Jaiven, “Las mujeres también fueron a la Revolu- 881; H.N. Branch, “The Mexican Constitutionn of 1917 compared
tion” in History (Nueva York: Pantheon, 1988), 19-20, 30-33. ción”, en Patricia Galeana, ed., Impacto de la Revolución Mexicana with the Constitution of 1857”, Annals of the American Academy of
(Ciudad de México: Siglo XXI, 2010), 91-112.

n ov i e m b r e d e 2 01 6 l a g ac e ta 7
la revolución mexicana: qué hizo, qué hizo posible y qué no hizo

Political and Social Science, Supplement LXXIII (mayo 1917), 1-116;


Ignacio Marván Laborde, “Los constituyentes abogados en el Con- elección del jefe de la coalición carrancista como políticos revolucionarios pequeño-burgueses (en
greso de 1916-1917”, Anuario Mexicano de Historia del Derecho, presidente pacificó a los villistas, los zapatistas muchos casos inicialmente por las buenas o por
XXV (2013), 319-340; Duncan M. Kennedy, “Three Globalizations of y los contrarrevolucionarios. Los carrancistas las malas, mediante el saqueo, pero a menudo
Law and Legal Thought: 1850-2000”, en David Trubek y Álvaro
Santos, ed., The New Law and Economic Development: A Critical mismos rápidamente se dividieron en nuevas vueltos respetables después por parientes y abo-
Appraisal (Cambridge: Cambridge University, 2006), 19-46. Consti- facciones, cada una tramando su propia sucesión gados); la democratización del machismo, del lema
tutionalist Sociology and law re property: Andrés Molina Enríquez, presidencial en 1920. La que triunfó, en una nue- agrarista la tierra es de quien la trabaja al engrei-
Los grandes problemas nacionales [1909] (Ciudad de México: Edi-
torial Era, 1978); ídem, Esbozo de los primeros diez años de la revo-
va coalición a favor de Obregón, lo hizo mediante miento de cualquier hombre de que la mujer es de
lución agraria de México (1910-1920), 5 vols. (Ciudad de México: rebelión, favorecida por los Estados Unidos y en quien la manda; más impresionante, la formación
Talleres Gráficos del Museo Nacional de Arqueología, Historia y alianza con sobrevivientes zapatistas y algunos de un nuevo ejército nacional. Estos cambios pro-
Etnografía, 1933-37), V, 112-120, 143-162, 167-192; Luis Cabrera, contrarrevolucionarios.9 Aunque nadie podría ha- fundos, serios algunos de ellos, han sido sacados a
“Compañía Agrícola, Industrial, Colonizadora, Limitada del
Tlahualilo, S.A., contra el Gobierno Federal de la República Mexi- berlo dicho entonces, éste fue el arreglo final de la la luz por los historiadores sociales en los últimos
cana” [1909], en sus Obras completas, 4 vols. (Ciudad de México: Revolución, después del cual la historia económi- 40 años.
Ediciones Oasis, 1972-75, 347-361, 365-386, 394-395; ídem, “La ca, política y social sería nueva. Pero éstos son cambios revolucionarios sólo
reconstitución de los ejidos de los pueblos como medio de suprimir
la esclavitud del jornalero mexicano [1912]”, Ibid., I, 137-165; Stan- Había sido una gran, larga Revolución, cierta- en el sentido más general. Algunos historiadores
ley F. Shadle, Andrés Molina Enríquez, Mexican Land Reformer of mente una década de grandes, duras, violentas los han confundido con la Revolución mexicana
the Mexican Revolutionary Era (Tucson: University of Arizona, luchas por el poder. La lamentación de las quizá como tal. Pero no fueron cambios revoluciona-
1994), 21-75; Emilio H. Kouri, “Interpreting the Expropiation of
Indian Pueblo Lands in Porfirian Mexico: The Unexamined Legacies 2500000 muertes en acción militar, probablemen- rios mexicanos específicos; son solo el tipo de
of Andrés Molina Enríquez”, Hispanic American Historical Review, te muchas más por enfermedades causadas por la cambios que cualquier fuerza poderosa desenca-
LXXXII, 1 (febrero 2002), 90-104. The main antecedents the Cons- guerra, más otras 4000000 por la epidemia global denaría, cambios que, por ejemplo, cualquier gran
titutionalists mistook to justify their work on property, Article 27:
“Fuero Juzgo [654/1241], en Esteban Pinel y Alberto Aguilera y de influenza en 1918-1919, fue muy dolorosa para innovación tecnoeconómica, digamos la máquina
Velasco, eds., Colección de códigos y leyes de España: Primera sec- la mayoría de los mexicanos hacia 1920.10 De he- de vapor, la transmisión eléctrica a larga distan-
ción, códigos antiguos, 4 vols. (Madrid: Francisco Roig, R. Labajos, cho, hacia el tiempo del arreglo el imperialismo cia, los combustibles derivados del petróleo, o
1865-66), I, 52; Castile, Laws, “Aquí comienza la Primera Partida
[1256 ff ]”, Los códigos españoles, concordados y anotados, 12 vols.,
de los Estados Unidos era más fuerte que nunca cualquier gran innovación dietética de altas calo-
2ª ed. (Madrid: Antonio de San Martín, 1872), II-1, xiv, 327-328, en México; las fuerzas armadas dirigidas (ofi- rías (caña de azúcar, papas, maíz), cualquier gran
489-490; Robert I. Burns, ed., Las Siete Partidas [1252-1284], 5 cialmente o no) por grandes empresarios mexi- invención médica (como los medicamentos contra
vols. (Filadelfia: University of Pennsylvania, 2001-12), II, 273, 376- canos apoyados por los Estados Unidos seguían la viruela o la fiebre amarilla), o cualquier racha
377; Frances G. Davenport, ed., European Treaties on the History of
the United States and its Dependencies, 4 vols. (Washington: Carne- peleando entre ellas para decidir las elecciones de desastres naturales, o plagas, o hambrunas,
gie Institution, 1934), I, 9-26, 56-83, III, 223-231; Alfonso García nacionales a favor de sus propios intereses; con desencadenarían; cualquier guerra civil grande
Gallo, ed., Cedulario indiano, recopilado por Diego de Encinas todo y los discursos y decretos revolucionarios y desbandaría al ejército derrotado y haría que los
[1596], 4 vols. (Madrid: Cultura Hispánica, 1945), I, 58-60; Francis-
co Martínez Marina, Ensayo histórico-crítico sobre la Antigua los nuevos artículos constitucionales desde 1910, victoriosos crearan un nuevo ejército. Cualquier
legislación y principales cuerpos legales de los reynos de León y la única reforma sustantiva para los desposeídos guerra intensa por ferrocarril en México habría
Castilla, especialmente sobre el código d D. Alonso el Sabio, conoci- y explotados que una fuerza revolucionaria había traído entonces todos estos cambios, incluyendo
do con el nombre de las Siete Partidas (Madrid: La Hija de D. Joa-
quín Ibarra, 1808), 43-44, 52-53, 57-61, 122-123, 137-140, 317-320; hecho realmente en diez años, la restitución de las la creación de un nuevo ejército nacional.
“Bienes…”, en Joaquín Escriche, Diccionario razonado de legisla- viejas tierras agrarias a las comunidades de la re- Lo que está implicado aquí es lo que hizo la Re-
ción y jurisprudencia [1831], 2ª ed., 3 vols. (Bogotá: Editorial gión zapatista por el els, había sido desecha con volución mexicana a la Revolución mexicana, lo
Témis, 1998), I, 712, 727-731; “Dominio…”, ibid., II, 129-132; “Patri-
monio…”, ibid., III, 395; “Propiedad”, ibid., III, 512-513; “Realengo”, perjuicio extremo por el nuevo ejército nacional que la especificó, lo que la hizo especial, “la Re-
ibid., III, 555; “República”, ibid., III, 601. Cf. Otto Gierke, Political constitucionalmente legitimado. Pero aun así, no volución Mexicana”. La clave es la conexión conti-
Theories of the Middle Age (Cambridge: Cambridge University, menos significativo, las promesas que los revolu- nuamente cambiante, doblemente contradictoria
1900); Adhémar Esmein, “L’inaliénabilité du domaine de la Couron-
ne devant les États Généraux du xvie siècle”, en Paul Oertmann et.
cionarios habían hecho continuamente, así fuera siempre, entre las fuerzas burguesas y las fuer-
al., Festschrift Otto Gierke, zum siebzigsten Geburstag, dargebracht sólo para superar a sus rivales, habían revivido zas populares del México de entonces, conexión
von Schülern, Freunden un Verehren (Weimar: Hermann Böhlaus las esperanzas burguesas de independencia na- de fuerzas impulsadas por tres clases en colabo-
Nachfolger, 1911), 361-381; William W. Buckland, A Text-Book of cional respecto de los Estados Unidos, esperan- raciones y conflictos continuamente repetidos.
Roman Law from Augustus to Justinian (Cambridge: Cambridge
University, 1921), 107-111, 174-181, 183-191, 201-202, 206-213, 258- zas burguesas de una democracia como la de los Como en tandas de cooperación y contención
261, 275-277, 331-356, 504-512; Ernst H. Kantorowicz, “Inalienabi- Estados Unidos (liberal o progresista) para ellos naturalmente repetidas, en mutua obsesión, ac-
lity: A Note on Cannonical Practice and the English Coronation mismos, y esperanzas populares de justicia para cionadas por una Wechselwirkung [interacción]
Oath in the Thirteenth Century”, Speculum, XXIX, 3 (julio 1954),
488-502; J.P. Canning, “The corporation in the political thought of las clases explotadas. loca, por una “salvaje corriente alterna”, esto fue
the Italian jurists of the thirteenth and fourteenth centuries”, His- Toda esta Revolución, Revolucionamiento, Re- realmente la lucha de clases en México entonces,
tory of Political Thought, I, 1 (1980), 9-32; Daniel Lee, “Private Law volucionización, trajo algunos cambios notables capitalistas, trabajadores propietarios y prole-
Models for Public Law Concepts: The Roman Law Theory of Domi-
nium in the Monarchomach Doctrine of Popular Soverignty”, en la sociedad mexicana. Ejemplos: la huida de al- tarios en una lucha doble, en ambas juntos y en
Review of Politics, LXX (2008), 370-399. The jurisprudence they gunas familias de la élite al exilio en los Estados contra de los otros, en una dialéctica imperialista
mostly followed, but did not cite: Jacinto Pallares (d. 1904, no Revo- Unidos o en Europa; la huida de los jerarcas cató- continuamente trenzada, en la que ninguna fuer-
lutionary, or revolutionary), ed., Legislación federal complementa-
ria del derecho civil mexicano (Ciudad de México: Ramón F. Rive- licos al exilio; la huida de muchas familias burgue- za subsumía a la vieja dinámica, tomara control
roll, 1897); idem, Curso completo de derecho mexicano, o exposición sas de la provincia a la Ciudad de México; la migra- de la torsión, diera el giro hacia una nueva direc-
filosófica, histórica y doctrina de toda la legislación mexicana, 2 ción de muchos proletarios a trabajar en las indus- ción definida y ascendiera para escribir una nue-
vols. (Ciudad de México: I. Paz, 1901). U.S. Progressivism then ideo-
logically interesting in Mexico: e.g., Lester F. Ward, Dynamic Socio-
trias del transporte, la manufactura y la agricultu- va historia mexicana.11
logy; or Applied Social Science, as based upon Statical Sociology ra de los Estados Unidos, escasas de mano de obra, En las luchas de poder y en las esperanzas re-
and the Less Complex Sciences, 2 vols. (Nueva York: D. Appleton o en los nuevos campos petroleros mexicanos; la surgentes, convergentes, divergentes, reconcilia-
and Company, 1883); idem, Applied Sociology: A Treatise on the pesada nueva carga sobre las mujeres trabajado- doras, antagónicas, la Revolución mexicana trans-
Conscious Improvement of Society by Society (Boston: Ginn and
Company, 1906; Richard T. Ely y George R. Wicker, Elementary ras migrantes sin vínculos consanguíneos, o de- currió la mayor parte de la década como si las
Principles of Economics, together with A Short Sketch of Economic jadas atrás para cuidar a los viejos y a los niños; fuerzas burguesas movieran a las fuerzas popula-
History (Nueva York, Macmillan, 1904); Richard T. Ely, “La division muchos más hombres no blancos (algunos no sólo res, extraídas de trabajadores propietarios y pro-
del trabajo”, La Iberia, Agosto 27, 1910; idem, “Las organizaciones
obreras”, ibid., septiembre 6, 7, 8, 1910; “Lo que es el Sistema de las indios sino también con adn africano profundo); letarios. En muchas situaciones diferentes, geo-
organizaciones”, ibid., septiembre 22, 1910; Roberto A. Esteva el enriquecimiento de los alguna vez generales y gráficas, económicas y sociales, contemporáneas
Ruiz, “El derecho público internacional en México”, Diario de y sucesivas, la conexión fue mayormente directa,
Jurisprudencia, septiembre 11, 1911, 70; National Progressive Con-
vention, A Contract with the People: Platform of the Progressive mutuamente reforzante y efectiva entre la fuerza
Party, adopted at its first National Convention, Chicago, August 7, revolucionaria explotadora de clase, la fuerza re-
1912 (Nueva York: Progressive National Committee, 1912); Wesley volucionaria autoexplotadora de clase y el liderato
N. Hohfeld, Fundamental Legal Conceptions as applied in Judicial Labor, held at Baltimore, Md., 13 a 25 de noviembre, 1916 (Washing-
Reasoning [1913], and Other Legal Essays (New Haven: Yale Univer- ton: Law Reporter Printing, 1916), 55-64, 385-389; John Murray, definitivamente superior, esto es, liderato burgués
sity, 1919), 23-64; “A New Frontier”, Mexican Herald, marzo 24, “Behind the Drums of Revolution”, The Survey, 2 de diciembre, y seguidores propietarios. Aun así, estos seguido-
1914; “The Socialization of the Common Law: Professor Pound’s 1916, 241, 243; Rosendo Salazar y José G. Escobedo, Las pugnas de res, subordinados, subalternos oficiales literales,
Lowell Institute Lectures”, The Green Bag, abril 1914, 166-170; Ros- la gleba, 1907-1922, dos partes en una (Ciudad de México: Editorial
coe Pound, The Spirit of the Common Law (Boston: Marshall Jones Avante, 1923), I, 193-200; Amos R. E. Pinchot, History of the Pro- fueron intermediarios socialmente estratégicos,
Company, 1921); “Sociología económica”, El Correo Español, mayo gressive Party, 1912-1916 [1927-36] (Nueva York: New York Univer- líderes en sí mismos, quienes por sus propias ra-
18, 1914; “Reflexiones: la civilización y el progreso social” y “Nota sity, 1958) 7-71, 218-223; Lincoln Stephens, The Autobiography of zones se habían vuelto voluntarios bajo un man-
editorial: Después del desastre, el meliorismo”, ibid., mayo 22, Lincoln Stephens, 2 vols. en uno (Nueva York: Harcourt, Brace and
1914; “Por mayoría ayer se aprobó el artículo trece”, Mexican Company, 1931), 715-740; Eugene M. Tobin, Organize or Perish: do general y se movilizaron entre sus vecinos
Herald, marzo 27, 1915; “Carranza Sends Commission to U.S. to America´s Independent Progressives, 1913-1933 (Nueva York: Gre- propietarios y, proletarios urbanos, industriales
Study the Laws Regulating the Oil Industry”, New York Call, mayo enwood, 1986), 9-10, 67-73; Nancy P, Pinchot, “Amos Pinchot: Rebel y rurales.12 Esta fue la fuerza en movimiento de
14, 1915; “Mexican Oil Wealth Great Lure to Wealthy Interventio- Prince”, Pennsylvania History, LXVI, 2 (Primavera, 1999), 180-191.
nists”, ibid., junio 7, 1915; José Vázquez Schiaffino, “Memoria rela- The best light now on Molina’s confusion: Antonio Azuela, “El pro-
tive al viaje efectuado a los Estados Unidos de América, por una blema con las ideas que están detrás”, en Emilio Kouri, ed., En bus-
parte del personal de la Comisión Técnica del Petróleo [septiembre, ca de Molina Enríquez: Cien años de “Los grandes problemas nacio-
1915]”, Boletín del Petróleo, II, 6 (diciembre 1916), 505-534; “Sec- nales” (Ciudad de México: Colegio de México, 2009), 79-125; y 11$ Cfr. V.I. Lenin, “El slogan del ‘Desarme’ [octubre 1916]”, en
ción editorial: Lo que significa para México la Reelección de Wil- Alejandra Núñez Luna, “Las aportaciones del jurista sobre la pro- sus Obras Completas, 45 vols. (Moscú: Editorial Progreso, 1960-
son”, El Pueblo, (diciembre 1916). Why the congeniality of (some) piedad de las aguas: Del rey a la nación”, ibid., 127-227. On Consti- 70), XXIII, 94-104; ídem, “Lectura de la Revolución de 1905 [marzo
U.S. Progressivism and Mexican Constitutionalist reformism: tutionalism re Labor in 1916-17: William Suárez-Potts, The Making 1917]”, ibid., XXIII, 236-253; ídem, “Cartas desde lejos: Primera
Charles A. Hale, The Transformation of Liberalism in Late Nine- of Law: The Supreme Court and Labor Legislation in Mexico, 1875- Carta [marzo 1917]”, ibid, XXIII, 297-308; ídem, “Das Militärpro-
teenth-Century Mexico (Princeton: Princeton University, 1989); 1931 (Stanford: Stanford University, 2012), 110-180. gramm der proletarischen Revolution”, Jugend-Internationale,
Gillis J. Harp, Positivist Republic: Auguste Comte and the Recons- 9$ Valadés, op. cit., VI, 62-392, VII, 1-92; Womack, Zapata, 266- No. 9 y 10 (septiembre y octubre 1917), 4-6, 3-4, respectivamente;
truction of American Liberalism, 1865-1920 (University Park: Penn- 370; Meyer, Mexico and the United States, 75-148; Richmond, op. Leopold H, Haimson, The Russian Marxists and the Origins of Bol-
sylvania State University, 1995), 109-209; Barbara H. Fried, The cit., 98-237; Alicia Hernández Chávez, “Militares y negocios en shevism (Cambridge: Harvard University, 1955), 99-101; Georges
Progressive Assault on Laissez Faire: Robert Hale and the First Law la Revolución Mexicana”, Historia Mexicana, XXXIV, 2 (octubre Haupt, L’historien et le mouvement sociale (París: Maspero, 1980),
and Economic Movement (Cambridge: Harvard University, 2001). 1984), 181-212; ídem, “El zapatismo: una gran coalición nacional 237-266; Stathis Kouvelakis, “Lenin as Reader of Hegel; Hypothe-
Direct U.S. Progressive-Mexican Constitutionalist political connec- popular democrática”, en Javier Garciadiego, ed., Zapatismo: ori- ses for a Reading of Lenin’s Notebooks on Hegel’s The Science of
tions, 1916: Crystal Eastman, The Mexican-American League (Nue- gen e historia (Ciudad de México: Instituto Nacional de Estudios Logic”, en Stanislav Budgen et al., eds., Lenin Reloaded: Toward
va York: n.p., 1916); “’La Unión Americana contra el Militarismo”’ Históricos de las Revoluciones de México, 2009), 17-51; Knight, op. a Politicos of Truth (Durham: Duke University, 2007), 164-205;
Trabaja Activamente Para ver [sic] de Evitar Decorosamente la cit., II, 469-516; Linda B. Hall, Oil, Banks and Politics: The United Étienne Balibar, “The Philosophical Moment in Politics”, ibid, 207-
Guerra”, El Pueblo, 23 de junio, 1916; “Los Delegados se van direc- States and Post-Revolutionary Mexico, 1917-1924 (Austin: Univer- 221. Sobre corriente alterna salvaje: Wayne Kilcollins, Mainte-
tamente a Washington”, ibid, 4 de julio, 1916; Atl a Luis R. Guzmán, sity of Texas, 1995); Katz, Villa, 615-715. nance Fundamentals for Wind Technicians (Clifton Park: delmar,
AGN, G, 168-16, 7 de julio, 1916; Atl a Jesús Acuña, ibid., G, 168-16, 10$ Melvin Small y J. David Singer, Resort to Arms: International 2012), 7-8.
27 de junio, 1916; “Brief Peace Notes”, Advocate of Peace, agosto and Civil Wars, 1816-1980, 2ª ed. (Beverly Hills: Sage, 1982), 227, 12$ “Subalterno”, en Harry T. Peck, ed., New Websterian 1912
1916; American Federation of Labor, Report of the Proceedings of 238, 254, 278; Valadés, op, cit., VII, 81-83, 108-109; Womack, “The Dictionary, rev. (Nueva York: Syndicate Publishing Company,
the Thirty-Sixth Annual Convention of the American Federation of Mexican Revolution”, 138, 153. 1912), 801; “Subaltern”, en J.A. Simpson y E.S.C. Weiner, eds., The

8 l a g ac e ta n ov i em b r e de 2 016
revoluc ión m exic ana

la revolución maderista, como después la fuer- mente por mucho tiempo en escala nacional, no Mucho más importante para las entonces tres
za en movimiento revolucionaria carrancista, pudieron crear un poder nacional, y la alianza coaliciones revolucionarias mayores fue la otra
1910-1915. Entonces irrumpió la excepción sobre- carrancista las destruyó por separado y una tras excepción secundaria, el movimiento laboral. En
saliente, la guerra civil Revolucionaria, 1914-16, otra. El Ejército Constitucionalista de Operacio- esta crisis importó poco que en la división eco-
cuando la Revolución burguesa-propietaria per- nes comandado por Obregón destruyó a la dn en nómica del trabajo en México, vastamente rural
dió una parte crítica, cuando por su propia fuerza 1915. El Ejército Constitucionalista de Oriente todavía, mayormente agrícola, sólo una pequeña
y contra el liderato burgués, algunos jefes subor- comandado por González destruyó al els en 1916. fracción fuera proletaria en servicios urbanos,
dinados fuertes, el jefe mayor Villa, alió a la dn Las fuerzas norteñas y sureñas sobrevivientes minas, molinos, fábricas, transporte, plantas de
con el els, y amenazó desde adentro con conver- (en los años por venir) no pudieron poner en peli- electricidad, campos petroleros. Lo que impor-
tir a la Revolución en “revolución social” popular, gro por sí mismas al nuevo régimen de dirección taba era su poder industrialmente estratégico,
populista. La alianza popular villista-zapatista, burguesa de 1917. cuánto poder específico tenían en su trabajo para
dn-els, fracasó en 1915-1916 —el mayor fracaso, Que en 1915-1916 fue cuando la Revolución dio parar la producción en cuántos departamentos
el más significativo, de la Revolución—. Pero la su giro crítico contra un proyecto popular po- de la matriz de producción nacional y así desa-
nueva coalición revolucionaria burguesa propie- pulista, a favor de un proyecto burgués progre- fiar (más o menos) el orden de seguridad nacio-
taria, aunque dominante sobre las viejas y nuevas sista, es una vieja observación. La observación nal existente (lo que hubiera de él). De todas es-
facciones disidentes revolucionarias y las persis- es correcta respecto de que el giro fue entonces tas organizaciones obreras en el país en 1914, en
tentes facciones contrarrevolucionarias, no vol- esencial para hacer de la Revolución lo que resul- muchas ciudades y pueblos diferentes, en muchas
vió a recuperar el control burgués del liderato de tó ser. Pero no es correcta si significa que el giro industrias diferentes, en muchas situaciones po-
la Revolución, 1916-1920. El arreglo de 1920 fue no fue más que asunto de capacidades político- líticas diferentes, sin organización nacional, los
en consecuencia definitivo y espurio. militares comparadas, pues en tal sentido signi- sindicatos tenían poder estratégico industrial en
Debido a las contradicciones esenciales, mu- ficaría que el giro no fue realmente crítico, sino alrededor de 15 lugares militarmente críticos (es-
tuamente interferentes, dialécticas, mutuamente inevitable, ya inscrito en las cartas de clase, de tratégicos como puertos o talleres ferroviarios).
accionantes, entre las grandes luchas por el poder modo que la Revolución terminaría inevitable- Entre ellos, sin sorpresa, la plaza más importan-
de la Revolución, las continuamente resurgentes mente en el arreglo constitucional de 1917. Cier- te era la Ciudad de México, el Distrito Federal,
esperanzas burguesas de democracia burguesa, tamente fue el giro crítico de la Revolución, pero considerando sus suburbios. Ahí, a principios de
y las incongruentes esperanzas populares de jus- en un sentido más profundo, de modo que tomó 1915, bajo una rápida ocupación constituciona-
ticia, justicia propietaria, justicia proletaria, a otros cuatro años para concluir en el acuerdo lista con Obregón como comandante en jefe, los
lo largo de toda la década, la crisis de 1915-1916 de liquidación de cuentas espurio de 1920. Para sindicatos sufrieron un cisma crítico. Muchos de-
requiere especial reflexión. Reflexionar sobre entender lo que fue realmente la distintiva, defi- talles altamente reminiscentes de las traiciones
esto no es negar la significación de otros sucesos, nitiva crisis de 1915-1916 se requiere un análisis excitadas por la guerra de 1914 en los movimien-
conflictos, momentos revolucionarios. Es tratar más allá de las fuerzas villistas, zapatistas y ca- tos laborales europeos son parte de la historia
de entender cómo, en la coyuntura dinámica to- rrancistas. Y aquí exigen consideración las otras de este cisma en el movimiento obrero mexicano
tal de la época, imperialismo, guerra mundial, dos excepciones revolucionarias porque, aunque pero no son pertinentes aquí. Analíticamente es
grandes revoluciones en otras partes (ejemplos: ambas fueron secundarias en cuanto a compro- suficiente resumir: algunos sindicatos aceptaron
Turquía, China, Rusia), la crisis de 1915-1916 fue miso revolucionario en 1915-1916, pudieron haber de Obregón una oferta difícil de rehusar: servi-
la diferencia esencial de la Revolución mexicana. hecho una diferencia crítica, histórica. cio militar constitucionalista en sus propios “Ba-
El análisis reflexivo de esto considera espe- Ambas excepciones fueron movimientos socia- tallones Rojos”, con pago de salarios normales a
cialmente cuatro excepciones revolucionarias, les inevitablemente metidos en política, uno de sus miembros y derechos de veteranos al regre-
dos grandes fuerzas, dos movimientos secunda- cierta laicidad católica; el otro, totalmente dife- sar a sus empleos al triunfo del constitucionalis-
rios. Las dos excepciones principales, la fuerza rente, de un cierto movimiento obrero. Los oríge- mo sobre las fuerzas villistas y zapatistas; otros
villista y la fuerza zapatista, surgieron original- nes de ambos son anteriores a la Revolución. Sus sindicatos, políticamente independientes, recien-
mente de la revolución maderista. Fueron excep- terríficas y entonces incomprensiblemente com- temente unidos en una federación del Distrito
cionales no sólo por su sorprendente afirmación plejas historias, demasiado complejas, demasia- Federal, no aceptarían la oferta, y a lo largo de
de independencia (para el escandaloso disgus- do diferentes para tratarlas aquí, involucraron 1915 desafiaron sucesivos puestos de mando en la
to de la burguesía), sino mucho más por luchar tantas contradicciones que ni la Iglesia ni el mo- ciudad en medio de la guerra civil revolucionaria,
como fuerzas populares, no con propósitos bur- vimiento laboral, nacionalmente, habrían toma- gran inflación, comercios vacíos y tifoidea, reali-
gueses, sino por la justicia propietaria y prole- do a estos movimientos como aproximadamente zando cuatro grandes huelgas por reconocimien-
taria, principalmente por el derecho a la tierra, representativos de ellos durante la Revolución. to contractual, salarios y condiciones de trabajo,
los villistas idealmente en igualdad individual, El clero y los laicos tomaron diversas actitudes (a la mayoría de las cuales ganaron.15 De estos sin-
los zapatistas idealmente en solidaridad comuni- menudo en mutua discordia) hacia las diferentes
taria. A fin de entender la importancia de estas facciones revolucionarias, aunque más acordes
fuerzas en la Revolución, la mayoría de los histo- en su enemistad radical hacia la coalición cons-
riadores ha estudiado sobre todo sus programas, titucionalista, 1914-1917. Si solo por esta razón,
parroquia de Tizayuca, México., Tlálpam, Santo Tomás la Palma y
pero importa más cómo ellas se comportaron en para no entrar en otros asuntos como doctrina, San Pablo, todas en el Distrito Federal, y desde 1896 notorio gua-
la guerra civil. La mayor fuerza de ambas, mili- conciencia y voluntad de Dios, los entonces bien dalupano: “El cumplimiento Pascual en la Cárcel de Tlálpam”, El
tarmente, en contingentes, logística, disciplina, organizados católicos sociales de la Ciudad de tiempo, 19 de junio 1895; “Instalación de la Junta Guadalupana”,
Voz de México, 17 de octubre, 1896; “Actualidades”, ibid., 14 de
armamento, movilidad, rango de operaciones México, incluyendo a los fieles que doblaron las abril, 1897, “La gran peregrinación obrera al Santuario de Ntra.
y duración de la acción, fue la dn de Villa, pro- campanas por la ocupación de la ciudad por el Sra. De Guadalupe”, El Tiempo, 2 de junio, 1900; “Misiones”, ibid.,
bablemente el ejército revolucionario regular els (el miércoles 25 de noviembre de 1915) y sus 6 de mayo, 1902; “El colmo de la mala fe”, El País, 5 de julio, 1902;
Aviso religioso”, Voz de México, 21 de agosto, 1906; “Religioso”, El
más grande en la historia de América Latina. regimientos aprovisionados con el estandarte de Tiempo, 21 de octubre, 1906; “Más de cincuenta mil almas han pre-
Gracias a Katz los historiadores conocen ahora Guadalupe y los medallones de la Virgen María senciado la entrada del nuevo arzobispo de México”, El Tiempo, 12
mucho de esto, incluyendo, como Katz lo explicó que ostentaban, bien pudieron haber organizado de febrero, 1909; “Las Bodas de Plata del señor Pbro. D. Modesto
brillantemente, la debilidad central de la dn: que en 1915 el Partido Popular de México y un mo- Basurto”, El Tiempo, 6 de octubre, 1909; “Los nuevos Canónigos en
la Catedral”, Correo Español, 11 de febrero, 1910; “El señor Pbro.
para mantener unidas sus columnas, mantener vimiento zapatista clandestino con poderosos, Aguilar celebra sus bodas de plata”, El Tiempo, 6 de abril, 1910;
su impulso revolucionario, no podía cumplir su probablemente críticos efectos en 1916, de serias “Honras fúnebres por el eterno descanso del alma del señor Pbro.
reforma agraria.13 La otra fuerza —el Ejército Li- consecuencias mucho después.14 Don Modesto Basurto”, ibid., 11 de febrero, 1911; “Fue recibido con
indescriptible entusiasmo la venerada imagen de Nuestra Señora
bertador del Sur dirigido por Zapata— era más de los Remedios en Catedral”, El País, 19 de abril, 1912; “No se ha
pequeña, localizada, mucho menos móvil pero nombrado nuevo srio. De la Sagrada Mitra”, ibid., 17 de marzo,
más coherente, consistente, intensiva, intensa y 1915; “Notes of the Passing Day”, Mexican Herald, 5 de abril, 1914;
14$ Jorge Prieto Laurens, Cincuenta años de política mexica- El Canónigo Benavides Gob. De la Mitra”, ibid., 17 de marzo, 1915;
subversiva, siempre basada en Morelos, por eso na: Memorias políticas (Ciudad de México: Editora Mexicana de “Está en Veracruz el Sr. Vicario Paredes”, ibid., 22 de marzo, 1915.
no más extendida que replicada o adaptada en las Periódicos, Libros y Revistas, 1968), 10-30, 34, 37-41, 49-52; Jean 15$ Para completar, según mis cuentas, diecisiete, ver Guay-
provincias vecinas. Dada su lucha en las planta- Meyer, La cristiada, 3 vols. (Ciudad de México: Siglo XXI, 1973), mas, Guadalajara, Juárez, Monterrey, Tampico, San Luis Potosí,
II, 54-100; Manuel Ceballos Ramírez: El catolicismo social: un Torreón, Aguascalientes, Irapuato, Celaya, Veracruz, Orizaba,
ciones de azúcar en Morelos, los molinos en los tercero en discordia: Rerum Novarum, la “cuestión social” y la Puebla, Apizaco, Rincón Antonio, Salina Cruz y Ciudad de México:
campos ahí, y las villas de las que los hacenda- movilización de los católicos mexicanos (1891-1911) (Ciudad de Departamento de Guerra de los Estados Unidos, Oficina del Jefe
dos había tomado las tierras y obtenido fuerza México: Colegio de México, 1991), 270-416; Javier Garciadiego de Estado Mayor, División del Colegio de Guerra, Staff General,
de trabajo, las villas mismas aprovisionaban al Dantan, Rudos contra científicos: La Universidad Nacional duran- No. 21, Monograph on Mexico (Washington: Government Printing
te la Revolución mexicana (Ciudad de México: Colegio de México, Office, 1914), 97-121, 157-180; [George Marvin?] “What War with
els, sus cuarteles podían hacer justicia agraria 1996), 60, 141, 204, 218, 229, 300, 327, 331-332, 337-338; Katz, Mexico Means”, World’s Work, agosto 1916, 427-429; y War Map
colectiva a algunos trabajadores propietarios y Villa, 45-47, 51-52, 233-234, 236-237, 266-267, 404-409, 426-428, of Mexico (Garden City: World’s Work, n.d. [1916]. The Red Batta-
proletarios, tenían todas las buenas razones para 446-448. The ELS’s first entrance into the city: “Han entrado ya lions: Dr. Atl al Primer Jefe, 1 de marzo, 1915, Archivo Histórico de
a la capital las tropas surianas”, Mexican Herald, 25 de noviem- la Defensa Nacional (en adelante AHDN), XI/481.5/97/627; John
hacerlo y lo hicieron. Si estas dos excepcionales bre, 1914; “Capital Quiet under Rule of the Zapatistas”, ibid., 26 de Murray, “Labor Unionism Sweeping Mexico”, New York Call, 2 de
fuerzas hubieran cooperado en acciones serias noviembre, 1914; “Emiliano Zapata with His Staff Arrive in Capi- abril, 1915; ídem, “Mexico May be the First Socialist Republic…”;
en 1914-1915, probablemente hubieran dividido a tal”, ibid., 28 de noviembre, 1914; Francisco Ramírez Plancarte, ídem, Murray in Trench as Bullets Sing”, ibid., 2 de mayo, 1915;
La ciudad de México durante la revolución constitucionalista, 2ª idem, “When Diaz Ruled Mexico it was slavery and death for wor-
la fuerza carrancista de dirección burguesa, dada ed. (Ciudad de México: Ediciones Botas, 1941), 246-252; Gustavo kers. Under Carranza the workers strike and get the moral support
la Convención Soberana, con un poco de tiempo Casasola, et., Historia gráfica de la Revolución Mexicana, 1900- of the Constitutionalists”, ibid., 19 de mayo, 1915; idem, “When
para intentar realizar una mancomunidad agra- 1970, 2ª ed. 10 vols., (Ciudad de México: Trillas, 1973), III, 928. The We Take a City, You Organize Workers, Carranza Tells Unions”,
DN-ELS parade into the city, the ELS against Guadalupan: “60,000 ibid., 20 de mayo, 1915, agradezco a Jenny Kastner las copias de
ria nacional. Pero precisamente debido a sus Troops to Make Entry into Capital Today”, Mexican Herald, 6 de los seis últimos documentos; idem, “Behind the Drums”; Eliseo
bases y organización diferentes, diferencias en diciembre 1914; “Troops from North and South Parade in Capital”, López Rabela e Ismael E. Sonoqui, “Informe que rinde la comi-
las que fueron tan lejos como pudieron en 1915, ibid., 7 de diciembre, 1914; Ramírez Plancarte, op. cit., 271-278; sión nombrada para investigar las cuentas del compañero Jesús
Casasola, op. cit., III, 942; Christopher G. Cunningham, “The Casa Torres Polo, ex tesorero de la Casa del Obrero Mundial”, 5 de abril,
fueron incapaces de cooperar política o militar- del Obrero Mundial and the Mexican Revolution: Radical Ideolo- 1915, Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Secretaría
gy and the Role of the Urban Worker in Mexico City, 1912-1916”, de Gobernación (en adelante G), 99-35; Comité Revolucionario de
Disertación Ph.D. (Universidad de Toronto: Departamento de la Casa del Obrero Mundial de México a Eliseo Arredondo, 10 de
Historia, 1978), 274-447; Pineda Gómez, La revolución, 515. The junio, 1915, AHDN, XI/481.5/316/240; Salazar y Escobedo, op. cit.,
individual likeliest most responsible for the Church’s welcome of I, 92-113, 119.125, 137-142, 153-162; Ramírez Plancarte, op. cit.,
Oxford English Dictionary, 2a ed., 20 vols. (Oxford: Clarendon, the ELS and its Guadalupan entry, Fr. Pedro Benavides Lira, enton- 325, 355-362, 371-372; Cunningham, op. cit., 311-334, 341-365; Ali-
1989), XVII, 13. ces canónigo y tesorero de la Catedral Metropolitana de la Arqui- cia Hernández Chávez, “Los Batallones Rojos y Obregón, un pac-
13$ Katz, Villa, 287-308, 358, 807. Sobre las contradicciones de diócesis de la Ciudad de México y secretario de la Sagrada Mitra to inestable”, manuscrito, Simposio Denominado Gral. Emiliano
Villa: ibid., 211, 236-238, 249, 403-414, 474-475, 541, 803, 808. ahí, en efecto el vicario diocesano general, antiguo párroco de la Zapata Salazar y el Problema Campesino, 30 de noviembre, 1979.

n ov i e m b r e d e 2 01 6 l a g ac e ta 9
la revolución mexicana: qué hizo, qué hizo posible y qué no hizo

dicatos independientes, el más estratégico indus- Considérese lo que hubiera ocurrido en la Re- mente, esta Comuna de la Ciudad de México
trialmente fue el de Luz y Fuerza de la Ciudad de volución si un Batallón Rojo se hubiera amoti- hubiera fracasado, habría hecho una tremenda
México, el Sindicato Mexicano de Electricistas nado y pasado a pelear como batallón zapatista, diferencia histórica en la Revolución y su memo-
(sme), organizado en diciembre de 1914 durante algo de lo cual ocurrió.18 Mucho más importante: ria popular. Supongamos que fracasó. Considé-
la ocupación de la capital por el els, bajo cierto considérese si el Sindicato Mexicano de Maqui- rense sus efectos en la convención constitucio-
entendimiento (secreto) con Zapata, el cual evi- nistas del ferrocarril local del Distrito Federal, o nal, programada para noviembre de 1916; y si la
dentemente se mantuvo bajo la ocupación consti- mejor el sme, o mejor ambos, hubieran organiza- convención se hubiera realizado y emitido una
tucionalista después de agosto de 1915, sindicato do células clandestinas de resistencia anticons- constitución burguesa-propietaria en 1917, pién-
técnicamente capaz, como lo demostró más de titucionalista en el distrito, coordinados con sese en la remembranza de esa Comuna de 1916
una vez, de cortar la fuerza motriz del transpor- los cuarteles del els para acciones decisivas, si en la crisis de sucesión de 1920. La Comuna de
te mecanizado, de servicios públicos vitales y de hubieran convertido una huelga económica ge- París fracasó. Igual la insurrección de Pascua en
casi toda la industria moderna en el Distrito Fe- neral del distrito en huelga política de masas en Irlanda en abril de 1916. Pero dejaron poderosas
deral.16 Del 31 de julio al 2 de agosto de 1916, du- demanda no sólo de un nuevo gobierno nacional memorias, vívidas, indelebles a lo largo del siglo
rante la Expedición Punitiva de los Estados Uni- popular sino de la nacionalización de la tierra, xx, de fuerza popular revolucionaria en acción,
dos contra Villa en Chihuahua, el sme golpeó de inhabilitado al mando constitucionalista de la en combate, por la fundación de repúblicas na-
nuevo al poder, parando los servicios modernos y capital y abierto la ciudad para ser retomada por cionales democráticas, socialmente comprome-
la producción del distrito, más ofensivamente (si el els, con el comité de huelga maquinistas-sme tidas.20 Como una premonición menor, distan-
bien brevemente) las fábricas de pólvora y muni- haciéndose cargo de la economía del distrito y te, de la fatal gran Entente del Euro-Armisticio
ciones del ejército nacional en la Ciudad de Méxi- los cuarteles del els decretando la nacionaliza- de 1918-19 impuesto por los Estados Unidos, la
co. El mando constitucionalista orilló al sindicato ción de la tierra en todo México, con comités de coalición burguesa-propietaria de 1917-18 del
a terminar la huelga, significativamente median- trabajadores agrícolas localmente electos que Presidente Carranza dependía no solo del nue-
te órdenes, amenazas horrendas, despliegue de habilitaran a quienes tenían derecho, restitu- vo Ejército Nacional, sino también de la milicia
fuerzas armadas y arrestos, no baño de sangre.17 yeran a los desposeídos y distribuyeran tierra estratégica y de los sindicatos de transportistas,
a quienes no la tenían.19 Aun si, más probable- cuya memoria de la Comuna los habría vuelto
aún más desleales de lo que realmente fueron en
la crisis de 1920.
16$ Indicios de un entendimiento SME-ELS: Libros de Actas del Que una Comuna de la Ciudad de México en
Sindicato Mexicano de Electricistas, I, 14 de diciembre, 1914, 6 y 13 10 de agosto, 1916; “Fueron absueltos del delito de rebelión los 1916, incluso el potencial de constituir ahí el nú-
de febrero, 13, 16 y 21 de abril, 2 de junio, 11 y 13 de agosto, 1915, II, obreros procesados,” ibid., 12 de agosto, 1916; “Queja de Emplea-
17, 20 y 24 de noviembre, 1, 2, 6, 18, 21, 22 y 29 de diciembre, 1915, dos Contra el Sindicato de Electricistas,” ibid., 15 de agosto, 1916;
cleo de una república mexicana nacional, demo-
8 de enero, 19 de febrero, 1 de marzo, 1916; L. Ochoa y E. Velasco a “Los Obreros Huelguistas Comparecerán Nuevamente ante el Con- crática y social, es demasiado para tomarla en
José Colado, 22 de diciembre, 1914, AGN, Departamento de Traba- sejo de Guerra,” ibid., 16 de agosto, 1916; “El Sindicato Mexicano cuenta, irrazonable, fuera de la cuestión, algo que
jo (en adelante DT), 31/2/7/11; C.B. Vilchis, Informe confidencial, de Electricistas rechaza varios cargos que se le hacen,” ibid., 21 exuda fantasías izquierdistas juveniles, va direc-
13 de marzo, 1914 [sic por 1915], AGN, G, 8-32; J. Guilibaldo Nava al de agosto, 1916; “Se efectuó el consejo de guerra de los obreros
Secretario de Gobernación, 5 de octubre, 1915, AGN, G, 177-89; “En huelguistas,” ibid., 27 de agosto, 1916; “Ayer Fueron Restablecidos to a mi punto. Considerarlo es demasiado para
las minas no se registraron daños”, Mexican Herald, 6 de mayo, los Servicios Públicos que Quedaron en Suspenso al Estallar la cualquier propósito práctico. Pero sirve, no obs-
1915; “Durante dos horas toda la ciudad careció de luz”, ibid., 9 de Huelga” y “Durante el Movimiento Huelguísta, La Fábrica Nacio- tante, para hacer una reflexión histórica válida y
julio, 1915; “Á última hora”, ibid., 20 de julio, 1915; “El servicio de nal de Armas no [sic] Interrumpió sus Labores,” El Demócrata, 3
los eléctricos se normaliza”, ibid., 21 de julio, 1915; “Tres poblacio- de agosto, 1916; “Son muy graves las trascendencias de la huelga,” plantear mi argumento.
nes en poder del General Amado Azuara”, ibid., 8 de agosto, 1915; La Defensa, extra, 1 de agosto, 1916; “Hoy, a las cinco de la tarde, Primero, suscita preguntas interesantes, cues-
“Quedó arreglada la huelga gral. de electricistas” y “La huelga gral. se promulgará la Ley Marcial en vista de que los obreros no cejan tiones guía, sobre la crisis de 1915-1916: ¿qué
paralizó ayer muchos servicios”, ibid., 14 de ahosto, 1915; “Las en su actitud,“ El Nacional, 1 de agosto, 1916; “A las doce y media
concesiones a los electricistas”, ibid., 12 de agosto, 1915; “Se inte- se reanudaron todos los servicios públicos, entre ellos, los tran- hubiera sido necesario para que esta clase de
rrumpió el servicio de luz y fuerza”, ibid., 15 de septiembre, 1915; viarios y eléctricos y el alumbrado,” ibid., 12 de agosto, 1916; “El acción revolucionaria, acción revolucionaria ra-
“Luz y energía de las plantas de la capital”, ibid., 16 de septiem- Consejo de Guerra de los promotores de la última huelga se reunió dical, ocurriera? No importan el pobre Ricardo
bre, 1915; “Fue recuperada Necaxa por el Gral. A. González” y “Se hoy por la mañana,” ibid., 11 de agosto, 1916; “Ernesto H. Velasco
reanudaron los servicios de luz y agua”, ibid., 29 de septiembre, fue sentenciado a sufrir la pena capital,” ibid., 28 de agosto, 1916; Flores Magón, el pobre Juan Sarabia, o el verda-
1915; “Los últimos triunfos de las armas constitucionalistas”, El “Sección Telegráfica,” Periódico Oficial del Estado de Chihuahua, deramente heroico Lázaro Gutiérrez de Lara.21 No
Pueblo, 30 de septiembre, 1915; “Regocijo popular por los triunfos 5 de agosto, 1916; R.G. Cox, “A ‘Good’ Government in Action,”
obtenidos en Torreón, Necaxa y Viesca”, ibid., 2 de octubre, 1915; Regeneración, 28 de agosto, 1916; idem, “Benevolence on a Ram-
“Sindicato Mexicano de Electricistas”, ibid., 15 de diciembre, 1915; page,” ibid., 16 de septiembre, 1916; idem, “The Real Carranza” y
“Un agitador trató de provocar una huelga entre los empleados de “Carranza Still at It,” Regeneración, 30 de septiembre, 1916; “Pro-
la Compañía de Tranvías”, ibid., 29 de marzo, 1916; Pablo Gonzá- medios de kilowatts-hora generados en la planta de Necaxa, en zapatistas” y “Vendían parque a los zapatistas,” El Nacional, 8 de
lez, “Parte oficial rendido por el General Pablo González, sobre los comparación con los acontecimientos políticos [febrero 1913-julio julio, 1916; “Fueron detenidos unos espías zapatistas,” ibid., 28 de
combates sostenidos contra fuerzas zapatistas, con motivo de la 1922],” Archivo de la Compañia de Luz y Fuerza Motriz de Méxi- julio, 1916. Cfr. La vieja anarco-confusión propugnada en México
recuperación de la plaza de México, efectuada en el mes de Julio co, cuya copia agradezco a Jonathan Schrag; Salazar y Escobedo, en 1915-16, ej., Miguel Mendoza L. Schwerdtfeger, ¡Tierra libre!
de 1915 [12 de julio, 1915]”, en Juan Barragán, Historia del Ejército op. cit., I, 184-187, 200-208; Rosendo Salazar, Líderes y sindicatos (Ciudad de México: Secretaría de Fomento, 1915); Ricardo Flores
y de la Revolución Constitucionalista, 2 vols. (Ciudad de México: (Ciudad de México: T.C. Modelo, 1953), 55-61; Valadés, op. cit., V, Magón, “La barricada y la trinchera,” Regeneración (Los Ange-
Antigua Librería Robredo, 1946), II, 609; ídem, “Parte oficial de 364-381; Luis Araiza, Historia del movimiento obrero mexicano, 4 les), 20 de noviembre, 1915; idem, “La necesidad del momento”,
las operaciones militares llevadas a cabo por el Cuerpo de Ejército vols. (Ciudad de México: Editorial Cuauhtémoc, 1964-65), III, 138- ibid., 8 de enero, 1916; idem, “¡Venganza!” ibid., 26 de agosto, 1916;
de Oriente desde el 17 de julio hasta la reocupación de la Ciudad 177; Jacinto Huitrón, Orígenes e historia del movimiento obrero “Manifiesto al Pueblo Mexicano [Tlaltizapan, junio 1916], ibid., 26
de México, el 2 de agosto de 1915 [2 de agosto, 1915]”, ibid., II, 611- en México (Ciudad de México: Editores Mexicanos Unidos, 1974), de noviembre, 1916, todo en Armando Bartra, ed., Regeneración,
617; ídem, “Informe, que el General de División Pablo González, 193-296; Cunningham, op. cit., 383-394; Berta Ulloa, Historia de 1900-1918: La corriente más radical de la Revolución de 1910 a tra-
rinde al C. Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Consti- la Revolución Mexicana, 1914-1917 (Ciudad de México: Colegio vés de su periódico de combate (Ciudad de México: HADISE, 1972),
tucionalista y Encargado del Poder Ejecutivo de la Nación, sobre de México, 1983), 271-324; John Lear, Workers, Neighbors, and respectivamente 451-452, 462466, 485, 488-495; Comité Central,
su gestión en la parte administrativa, como General en Jefe del Citizens: The Revolution in Mexico City (Lincoln: Universidad de La Confederación del Trabajo de la Región Mexicana, “Declaración
Cuerpo de Ejército de Oriente y con motivo de la recuperación y Nebraska, 2001), 320-340; Ariel Rodríguez Kuri, Historia del des- de Principios…, Pacto de Solidaridad [13-14 de marzo, 1916],” en
ocupación de la Ciudad de México y poblaciones cercanas [diciem- asosiego: La revolución en la ciudad de México, 1911-1922 (Ciudad Salazar y Escobedo, Las pugnas, 179-180; “Programa de reformas
bre 1915]”, en Pablo González [Jr.], El centinela fiel del constitu- de México: Colegio de México, 2010), 125-177. [18 de abril, 1916],” op. cit., 459-463; con V.I. Lenin, “Socialism
cionalismo (Saltillo: Editorial Alfonso Reyes, 1971), 411-414, 426, 18$ Antecedentes e instigación: “Coyoacán: le será aplicado el and War: The Attitude of the R.S.D.L.P. towards the War [julio-
431, 433, 435-436; Graham Fulton al Secretario de Gobernación, 8 artículo 33 a Eloy Armenta,” El Diario, 31 de mayo, 1913; “Notes of agosto 1915],” Collected Works, XXI, 295-338; idem, “The Socialist
de julio, 1916, AGN, G, 205-54; ídem al Secretario de Gobernación, the Passing Day,” Mexican Herald, 13 de junio, 1913; “Los que salen Revolution and the Right of Nations to Self-Determination [ene-
14 de julio, 1916, AGN, G, 205-53; ídem al Secretario de Gober- del país,” La Opinión, 2 de junio, 1913; “Se expulsarán a unos peli- ro-febrero 1916],” ibid., XXII, 143-156; idem, “The Discussion on
nación, 26 de julio, AGN, G, 206-41; Subsecretario de Comunica- grosos socialistas,” El Imparcial, 3 de junio, 1913; “Los que salen Self-Determination Summed Up [julio 1916],” ibid., XXII, 353-358;
ciones al Secretario de Guerra, 28 de julio, 1916, ibid.; Fulton al del país,” El Correo Español, 7 de junio, 1913; “El mitin socialis- idem, “The Military Program of the Proletarian Revolution [sep-
Secretario de Gobernación, 4 de septiembre, 1916, AGN, G, 221- ta,” Diario del Hogar, 7 de septiembre, 1914; “Notes of the Passing tiembre 1916],” ibid.., XXIII, 77-87; idem, “Letters from Afar: Fifth
64; Hernández Chávez, “Los batallones rojos”, 3-4, 12-15, nn 5, 22, Day,” Mexican Herald, 31 de octubre, 1914; “Arrest of Director of Letter, The Tasks Involved in the Building of the Revolutionary
24, 25, 27; ídem, “El zapatismo, 38-41; David G. LaFrance, “Lucas Workingmen’s Society,” ibid., 1 de noviembre, 1914; “Los sindica- Proletarian State [26 de marzo/8 de abril, 1917],” ibid., XXIII, 340-
and the Mexican Revolution, 1910-1917”, en Guy P.C. Thomson con tos de Artes Gráficos y Sastres apoyan definitivamente la idea de 342; idem, “The Tasks of the Proletariat in the Present Revolution
David G. LaFrance, Patriotism, Politics, and Popular Liberalism in la Casa del Obrero para ayudar a la Revolución,” El Pueblo, 8 de [4-5/17-18 de abril, 1917],” ibid., XXIV, 19-26.
Nineteenth-Century Mexico: Juan Francisco Lucas and the Puebla marzo, 1915; “Regocijo popular por los triunfos…Expulsión de un 20$ Karl Marx, The Civil War in France [1871] (Nueva York: Inter-
Sierra (Wilmington: Scholarly Resources, 1999), 294-300. agitador,” ibid., 2 de octubre, 1915; “El movimiento obrero en Gua- national Publishers, 1940), 58-64, 81-82, 85-86; Edward S. Mason,
17$ Entre fuentes abundantes, Secretario de Justicia a Secre- najuato,” ibid., 10 de diciembre, 1915; [C.D. López] “Sociedades y The Paris Commune: An Episode in the History of the Socialist Move-
tario de Gobernación, 13 de junio 1916, AGN, G, 15753; Ignacio sindicatos,” ibid., 15 de febrero, 1919; “Informe del Sr. J. Guilebal- ment (Nueva York: Macmillan, 1930). Noticias mexicanas sobre la
López Bancalari a Lugo, 24 de junio y 24 de julio, 1916, AGN, do [sic] Nava al Director General de Consulados, Rafael Múzquiz, rebelión en Irlanda: “Sangrientos Motines Tienen Lugar en la Ciudad
Departamento de Trabajo (en adelante DT), 31/2/11/14; Director acerca de la fundación y actividades de la Casa Obrera Mundial, de Dublín, Donde Gran Número de Civiles Sostiene Nutrido Tiro-
del Departamento de Trabajo a Gerente General de la Compañía por el Sr. Eloy Armenta [15 de octubre, 1915], en Isidro Fabela, teo con las Fuerzas del Gobierno,” “Las Calles de Dublín continúan
Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, 27 de junio, 1916, ibid.; B.G. Hill ed., Documentos Históricos de la Revolución Mexicana, 23 vols. en siendo teatro de acontecimientos trágicos,” “En la capital de Irlanda
a Subsecretario de Fomento, 20 de julio, 1916, AGN, DT, 34/1/13/2; 10, más índice (Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica/ ondea el pabellón republicano” y “La Ciudad de Dublín Recobra su
Graham Fulton a Secretario de Gobernación, 26 de julio, 1916; Editorial Jus, 1960-76), IV-1, 257-259; Oficial Mayor de Hacienda a Perdida Calma,” El Pueblo, 26, 28 y 29 de abril y 2 de mayo, 1916.
Libro de Actas del Sindicato Mexicano de Electricistas, II, 26 de Secretario de Gobernación, 4 de marzo, 1916, AGN, G, 5-67; y Lear, Cfr. Thomas Darragh [¿Roddy Connolly?], “Revolutionary Ireland
julio, 16 de octubre, 1916; “La Confederación de sindicatos exige op. cit., 275-276. and Communism,” Communist International, serie vieja No. 10-11
para los trabajadores a partir del día de hoy, el pago de salarios 19$ Este tipo de huelgas en: Karl Kautsky, Der Weg zur Macht: (junio-julio 1920), columnas 2281-2294. Memory, fidelity, and for-
a base de oro,” El Pueblo, 22 de julio, 1916; “Sindicatos obreros,” politische Betrachtungen über das hineinwachsen in die Revolu- titude: V.I. Lenin, “Karl Marx: A Brief Biographical Sketch with an
ibid., 23 de julio, 1916; “Las clases laboriosas no deben divorciarse tion, 2a ed., rev. (Berlin: Vorwärts, 1910). Reforma agraria: cfr. Exposition of Marxism [1913],” Collected Works, XXI, 78; Haupt, op.
en su conducta económica, del gobierno de la revolución,” ibid., “Plan de Ayala [25 de noviembre, 1911],” en Josefina E. de Fabe- cit., 45-76; George Jackson, “Interview,” “P.S. On Discipline,” and
25 de julio, 1916; “Obreros de la metrópoli: Volved sobre vuestros la, ed., Documentos Históricos de la Revolución Mexicana (1970), “On Withdrawal,” The Black Panther, 28 de agosto, 1971, 6-8, 13-17,
pasos,” “Los obreros de México no han tenido plena conciencia de XXI, 35-40; “Ley Agraria [26 de octubre, 1915],” ibid., XXI, 246- 19; Priscilla Metscher, Republicanism and Socialism in Ireland: A
su conducta legal,” y “Conceptos del ciudadano Primer Jefe que 253; y “Programa de reformas político-sociales de la Revolución Study in the Relationship of Politics and Ideology from the United
deben tener presentes los obreros,” ibid., extra, 1 de agosto, 1916; aprobado por la Soberana Convención Revolucionaria [18 de abril, Irishmen to James Connolly, 2a ed. (Dublín: Connolly Books, para
“Ayer, a Medio Día, Fueron Reanudados los Servicios Públicos que 1916],” en Luis F. Amaya C., La Soberana Convención Revoluciona- ser publicado en May 2016); Finbar Cullen, “Commemorating the
se Encontraban en Suspenso a Causa de la Huelga,” ibid., 13 de ria, 1914-1916 (Ciudad de México: F. Trillas, 1966), 459-460; con 1916 Rising: Taking stock,” Socialist Voice, marzo 1916, http://www.
agosto, 1916; “Á propósito de la huelga,” “El noventa por ciento de V.I. Lenin, To the Rural Poor [1903], 2a ed., rev. (Moscú: Foreign communistpartyofireland.ie/sv/07-rising.
los obreros declarados en huelga se ha presentado ya a reanudar Languages Publishing House, 1967); idem, The Agrarian Program- 21$ Lázaro Gutiérrez de Lara y Edgcumb Pinchon, The Mexi-
sus labores,” y “Se Fija la Jornada de Ocho Horas de Trabajo para me of SocialDemocracy in the First Russian Revolution, 1905-1907 can People: Their Struggle for Freedom (Nueva York: Doubleday,
los Obreros de los Ferrocarriles Constitucionalsitas,” ibid., 4 de [1907] (Moscú: Foreign Languages Publishing House, 1954), 299- Page & Co., 1914); John L. Donnelly et al., Proceedings of the Sixth
agosto, 1916; “La Opinión Pública y la Huelga” “Los Enemigos de la 308; y D.A. Kolesnichenko, “Agrarnye proecty Trudovoi gruppy Annual Convention of the Arizona State Federation of Labor, held
Patria Siempre Serán de los Obreros,” y “Está terminada la averi- v I Gosudarstvennoi dume,” Istoricheskie zapiski, No. 82 (1968), at Clifton, Arizona, 6 a 10 de agosto, 1917 (Miami [Ariz.]: Conven-
guación judicial contra los obreros huelguistas,” ibid., 5 de agosto, 40-88. El ELS público y clandestino en la Ciudad de México, 1912- tion City, 1918), 78, 11-13, 34, 36-38, 44-46, 48, 54-56, 58-59, 63-65;
1916; “¿Huelga……[sic] Política?,” “La “Última Huelga,” “Nombra- 16: Ramírez Plancarte, op. cit., 333-334, 368-372; Mendieta Alato- “Mexican Agitator Killed in Sonora,” Copper Era and Morenci Lea-
ron defensor los obreros detenidos,” y “Con motivo de la huelga,” rre, op. cit., 27-39, 65; Pineda Gómez, La revolución, 32, 268277, der, 8 de febrero, 1918; “Freed in Gun Plot, Held in Draft Case,”
ibid., 6 de agosto, 1916; “Sobre el mismo tema,” “Una entrevista 292-293, 296-298, 518-522, 526-529; idem, Ejército, 105-110, 182- Los Angeles Herald, 16 de febrero, 1918; “El leader socialista
con los obreros de Puebla a propósito de la huelga,” “Terminó el 183, 187, 195-201, 204-205, 214, 276, 279288, 359; y ej., “Acúsan- Gutiérrez de Lara, promotor de levantamientos entre los Yaquis,
proceso de Ernesto Velasco y Luis Harris,” y “Está Próximo el Con- las de enviar armas a los del Sur,” Mexican Herald, 6 de octubre, fue capturado y fusilado,” El Informador, 8 de marzo, 1918; Gail
sejo de Guerra de los Huelguistas,” ibid., 8 de agosto, 1916; “Hoy se 1915; “Notas de México… Fueron aprehendidas las hijas de Paulino H. Stimson, The Rise of the Labor Movement in Los Angeles (Ber-
efectuará el consejo de guerra de los obreros huelguistas,” ibid., Martínez,” El Pueblo, 18 de octubre, 1915; “Aprehensión de espías keley: Universidad de California, 1955), 226-233, 305-310, 321-

10 l a g ac e ta n ov i em b r e de 2 016
revoluc ión m exic ana

importa Luis N. Morones, el Samuel Gompers de no de ellos o cualquiera otro con su experiencia, de la reforma pretérita, de modo que no pudieron
México.22 No importa el charlatán Dr. Atl.23 ¿Qué valor, inteligencia y compromiso popular, com- siquiera ver el nuevo socialismo, mucho menos
acerca de Antonio Villarreal (y sus hermanas), promiso “social” básicamente, fue más allá de entenderlo, organizar para él, luchar por él.
o Manuel Palafox, o Antonio Díaz Soto y Gama, la “revolución social” del siglo xix —viejo, buen Así que aquí está lo más significativo que la
o Jacinto Huitrón, o Celestino Gasca?24 Ningu- anarquismo utópico (ni siquiera anarcosindica- Revolución mexicana realmente hizo, sus po-
lismo)—. En 1915-1916, mucho menos después, sibilidades más significativas, la dinámica de
ninguno de ellos dio un paso firme o pronunció su época, incluyendo sus propias luchas, lo que
una palabra clara sobre un rompimiento decisi- abrió, y las posibilidades más significativas que
323; Eugenio Martínez Núñez, Juan Sarabia: Apóstol y mártir de vo, definitivo, con el capitalismo en México, por no realizó, que ni siquiera se encaminó a realizar.
la Revolución Mexicana (Ciudad de México: Instituto Nacional de
Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1965); Cockcroft, una revolución todavía proletaria y propietaria Destruyó el viejo arreglo imperialista sobre Mé-
op. cit., 180, 202, 224; Huitrón, op. cit., 74-75, 227; W. Dirk Raat, entonces ahí, pero clara, intencional, definitiva- xico y el viejo régimen de México. En la dinámica
Revoltosos: Mexico’s Rebels in the United States, 1903-1923 (Colle- mente enfilada hacia un nuevo socialismo del si- global de su época, preponderantemente la Gran
ge Station: Texas Universidad A & M, 1981), 17, 21, 25-27, 47-54,
58-59, 80-87, 106, 118-119, 121, 191, 193, 212; José C. Valadés, El glo xx.25 ¿Qué tan diferentes debieron haber sido Guerra, abrió inmensas posibilidades revolucio-
joven Ricardo Flores Magón (Ciudad de México: Editora Extempo- para preverla, organizarla y tratar de hacerla? narias, despejó caminos para conducir hacia la
ráneos, 1983);Juan L. Sariego Rodríguez, Enclaves y Minerales en ¿Qué habrían hecho diferente? nueva fase moderna de la lucha de clases a tra-
el Norte de México: Historia social de los mineros de Cananea y
Nueva Rosita, 1900-1970 (Ciudad de México: Centro de Investiga-
Estas cuestiones son interesantes porque ata- vés del capitalismo. No entró verdaderamente en
ciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 1988), 132- ñen a la historia de la que estos hombres sur- esos caminos, en ese tipo de lucha. Permaneció
134, 152, 159-160; Carlos Macías Richard, Vida y temperamento: gieron, la historia que los formó y limitó. La con mucho en el largo siglo xix. No entró al breve
Plutarco Elías Calles, 1877-1920 (Hermosillo: Instituto Sonorense
de Cultura, 1995), 231-232; Philip J. Mellinger, Race and Labor in
reflexión suscita en este punto cuestiones apre- pero asombroso siglo xx.$•
Western Copper: The Fight for Equality, 1896-1918 (Tucson: Uni- miantes sobre esta historia, México, 1870-1910:
versidad de Arizona, 1995), 89,142, 154173, 197; F. Arturo Rosales, qué hubo en ella para impedir que estos hombres
ed., Testimonio: Documentary History of the Mexican-American desarrollaran no sólo una alienación valerosa,
Struggle for Civil Rights (Houston: Arte Público, 2000), 217; Clau-
dio Lomnitz, The Return of Comrade Ricardo Flores Magón (New de gran corazón, del capitalismo y su burguesía,
York: Zone Books, 2014). sino una inteligencia clara, crítica, del capita-
22$ Araiza, op. cit., III, 59-60, 108-111, 114, 131, 187-189, IV 12-55; lismo, de modo que descartaran fantasías de re-
José Ortiz Petricioli, El compañero Morones: Biografía de un gran
líder (Ciudad de México, Costa-Amic, 1968). formarlo y lucharan por una revolución, para ir
23$ Referencias sobre Atl, su cultura y el impostor: André Arn- deliberadamente más allá, hacia la creación del
yvelde [André Lévy], “La Courtisane,” L’Illustration théatrale: nuevo socialismo. Esta historia no estuvo escasa
Journal d’actualités dramatiques, No. 41 (27 de octubre, 1906), de héroes populares, campeones valerosos de la
1-40; idem, “Les Arts: Un grand peintre mexicain, Atl,” Gil Blas, 19
de enero, 1912; idem, “À propos d’un livre récent: l’oeuvre écrite justicia popular. Pero no tuvo nada claro contra
dans la chambre close--Chez M. Marcel Proust,” Le Miroir, 21 de el capitalismo, por el socialismo pos capitalista.26
diciembre, 1913, resumido en traducción parcial en Marcel Proust, Yo argumentaría que los problemas esenciales de
Swann’s Way, ed. Susanna Lee (Nueva York: W.W. Norton, 2014),
409-411; Gaston Sorbets, “La Courtisane à la Comédie Française,” esta historia fueron entonces el liberalismo, su
L’Illustration théatrale, No. 41 (27 de octubre, 1906), ii, contrapor- doblez, complacencia, mendacidad, hipocresía,
tada; “Exposition Atl,” Gil Blas, 1 de mayo, 1914; Jean Jaurès, “Au engreimiento, y el catolicismo por su pusilánime
Mexique,” L’Humanité, 17 de julio, 1914; [Antonio] Fabra Ribas, “La
démission du Général Huerta,” ibid., 17 de julio, 1914; “Le Géné- adaptación al capitalismo, su franca avenencia
ral Huerta donne les Raisons de sa Démission,” ibid., 17 de julio, con el capitalismo y el orgullo burgués.27 Esta
1914; Marciano C. de Medina, “Los ferrocarrileros formarán una historia inculcó en la generación de hombres que
brigada,” El Pueblo, 25 de diciembre, 1914; Doctor Atl [Gerardo
Murillo], “La Importancia de la Revolución Mexicana en el Con- hicieron la revolución algún tipo de obediencia
flicto Mundial,” ibid., 31 de diciembre, 1914; “Hoy habrá mitin en radicalmente extraviada a su pasado fatal, dema-
la Plaza de Armas,” ibid., 7 de enero 1915; M. Fernández Cabrera, siada confianza en él, una confianza irrevocable
“Mi viaje a México: El doctor Atl,” ibid., 8 de enero, 1915; Jorge
Useta, “Al margen de los sucesos diarios,” ibid., 9, 23 de enero,
en la reforma, una incapacidad para asumir la
1915; “Los últimos trabajos de la Confederación Revolucionaria,” gracia redentora de la alienación, para liberarse John Womack, Jr.
ibid., 19 de enero, 1915; “Notas personales y de sociedad,” ibid., 20 Widener 46
de enero, 1915; “Notas obreras,” ibid., 22 de enero, 1915; “Movi- Universidad de Harvard
miento de pasajeros,” ibid., 18 de febrero, 1915; “Quedó en libertad
el vicario capitular, señor canónigo Paredes,” ibid., 25 de febrero, 28 de octubre de 2015.
1915; “Informe que rindió el ingeniero Pani sobre los trabajos de la México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2010), 520- Deo gratias.
Junta Revolucionaria de Auxilios,” ibid., 11 de marzo, 1915; “Mani- 529, 536-542; México, Secretaría de la Cámara de Senadores del
Congreso de la Unión, 2a. Comisión de Guerra, XXXIV Legislatu-
©John Womack, Jr.
festación en memoria de los mártires de Río Blanco,” ibid., 13 de
marzo, 1915; John Murray, “John Murray Finds Soul of Mexican ra, “Hoja de Servicios del General de Brigada Manuel Palafox Yba-
Revolution; Tells of Labor’s Hopes,” New York Call, 31 de marzo, rrola,” 24 de noviembre, 1931, 1485/70; Araiza, op. cit., III, 21, 45, Traducción: Ramón Cota Meza
1915; idem, “Mexico May Be First Socialist Republic, Says John 65-66, 69, 72, 76-77, 100, 177, IV, 37-39, 42, 47-49, 95-98; Jeffrey
Murray, in Heart of Revolutionary Center,” ibid., 4 de abril, 1915; K. Lucas, The Rightward Drift of Mexico’s Former Revolutionaries
Dr. Atl, “The Importance of the Mexican Revolution in the World’s (Lewiston: Edwin Mellen, 2010), 57-239; Elisa Servín, “Reclaiming
Conflict,” ibid., 16 de mayo, 1915, agradezco a Jenny Kastner por Revolution in Light of the ‘Mexican Miracle’: Celestino Gasca and
los tres últimos artículos; idem, “La Prensa llamada ‘Revoluciona- the Federacionistas Leales Insurrection of 1961,” The Americas,
ria,’” Acción Mundial, 16 de mayo, 1916; “La Petición de los obre- LXVI, 4 (abril 2010), 527-557.
ros,” ibid., 25 de julio, 1916; Gonzalo de la Parra, “Gerardo Murillo, 25$ Paul Zierold, “Die Revolution in Mexiko,” Die Neue Zeit,
alias Doctor Atl, no puede digerir sus fracasos,” El Nacional, 17 XXIX, 2 (1911), 396-402; idem [translator], “Suicides in the
de mayo, 1916; Salazar y Escobedo, Las pugnas, I, 203-304; Cle- Army,” International Socialist Review, XV, 4 (octubre 1914), 254;
ment Greenberg, “Avant Garde and Kitsch [1939],”en Art and Cul- “Progress in Mexico,” ibid., XV, 8 (febrero 1915), 508; Jacinto
ture: Critical Essays (Boston: Beacon, 1965), 3-21; Paul Fort, Mes Huitrón Chavero y Luis Méndez al Congreso Anarquista de Lon-
mémoires: toute la vie d’un poète, 1872-1943 (Paris: Flammarion, dres, 8 de julio, 1914, en Huitrón , op. cit., 242-246; idem, ibid.,
1944); Dr. Atl, Gentes profanas en el convento (Ciudad de Méxi- 299-304; Linn A.E. Gale, “Mex [sic] Socialists Join Commune
co: Ediciones Botas, 1950), 67-74; Antonio Luna Arroyo, El Dr. [sic] Party,” Butte Daily Bulletin, 22 de septiembre, 1920; Andrei
Atl: Paisajista puro (Ciudad de México: Editorial Cultura, 1952), [Pestkovsky] a Dorogoi Druzhya, 8 de diciembre, 1924, RGASPI,
15-42; Huitrón, op. cit., 257-258, 275, 277, 296; Roger Shattuck, 495-108-39, agradezco a Miles V. Rodriguez; Vol’skii [Pestkovsky],
The Banquet Years: The Origins of the Avant-Garde in France, 1885 op. cit., 168-176, 187-206; Woog, “Chiffres et Materiaux,” 164-169,
to World War I (Garden City: Anchor Books, 1961), 7-29, 40-43, 212-220; Stirner [Woog], “Rapport Politique,” 15 de septiembre,
186-222, 273-287; Paul Desanges, “Chronique d’une communauté 1929, pp. (renumeradas) 76-90; Kheifets, op. cit., 49-50, 112-121,
militante: Les Forgerons, 1911-1920,” Le mouvement social, No. 130-133, 139-162, 177-190, 338-358. Cfr. Pineda Gómez, La revolu-
91 (abril 1975), 35-43; Cunningham, op. cit., 282-299, 307, 309- ción, 450; idem, Ejército, 261-288, 302-305, 316-321 y, por ejem-
315, 320321, 354, 393; Arturo Casado Navarro, Gerardo Murillo: plo, V. I. Lenin, “Letters on Tactics [abril 1917],” Collected Works,
El Dr. Atl (Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de XXIV, 44-51; idem, “From a Publicist’s Diary [14 de septiembre (1),
México, 1984), 13-32, 177-182; Debora L. Silverman, Art Nouveau 1917],” ibid., XXV, 294-304; idem, “The Proletarian Revolution and
in Fin-de-Siècle France: Politics, Psychology, and Style (Berkeley: the Renegade Kautsky [octubre-noviembre 1918],” ibid., XXVIII,
Universidad de California, 1989), 212-214, 226-228, 275, 284-314; 294-304, 311-315; Alexander V. Chayanov, The Theory of Peasant
Richard D. Sonn, Anarchism & Cultural Politics in Fin-de-Siècle Economy [1924-28] (Madison: University of Wisconsin, 1986),
France (Lincoln: Universidad de Nebraska, 1989), 26, 55-56, 76-78, 1-28; Mancur Olson, The Logic of Collective Action: Public Goods
181-210; Daniel Wildenstein, Monet, or the Triumph of Impressio- and the Theory of Groups (Cambridge: Universidad de Harvard,
nism (Colonia: Benedikt Taschen Verlag, 1999), 400. Cfr. Robert 1965); Eric R. Wolf, Peasants (Englewood Cliffs: Prentice-Hall,
Hunter, Socialists at Work (New York: Macmillan, 1908), 31-55, 1965), 77-95; Harold Wolpe, “Capitalism and Cheap Labour-Power
71-75, 236-238; William Z. Foster, “Revolutionary Tactics,” The in South Africa: From Segregation to Apartheid,” Economy and
Agitator, 15 de abril, 1 y 15 de mayo, 1 y 15 de junio, 1 de julio, 1912; Society, I, 4 (1972), 425-456; idem, “Introduction,” en idem, The
idem, “Syndicalism in France,” ibid., 15 de julio, 1 y 15 de agos- Articulation of Modes of Production: Essays from Economy and
to, 1912; idem, From Bryan to Stalin (Nueva York: International Society (London: Routledge & Kegan Paul, 1980), 1-45.
Publishers, 1937), 47-52; idem, Pages from a Worker’s Life (Nue- 26$ Cfr James Connolly, Labour in Irish History (Dublín: Maunsel
va York: International Publishers, 1939), 286-293; idem, History and Co., 1910); Priscilla Metscher, James Connolly and the Recon-
of the Three Internationals: The World Socialist and Communist quest of Ireland (Minneapolis: MEP Publications, 2002); idem,
Movements from 1848 to the Present (Nueva York: International “James Connolly and the Wider Class Politics of 1916,” Marxism-
Publishers, 1955), 157-249; Edward P. Johanningsmeier, Forging Leninism Today, marzo 1916, http://mltoday.com/article/2387.
American Communism: The Life of William Z. Foster (Princeton: 27$ Liberalism: Judith N. Shklar, The Faces of Injustice (New
Universidad de Princeton, 2014), 42-46, 56-87 y V.I. Lenin, war- Haven: Universidad de Yale, 1990); Walter B. Michaels, The Trou-
ning of “anarcho-syndicalists” acting “as shamefully [as] in Fran- ble with Diversity: How We Learned to Love Identity and Ignore
ce,” in his “The European War and International Socialism [Sept- Inequality (Nueva York, Henry Holt, 2006); Carole Pateman and
ember 1914],” Collected Works, XXI, 23. Charles W. Mills, Contract & Domination (Cambridge: Polity,
24$ Fortunato Lozano, Antonio I. Villarreal, Vida de un Gran 2007); Losurdo, op. cit.; Karen E. Fields and Barbara J. Fields,
Mexicano (Monterrey: Imprenta Monterrey, 1959); Cockcroft, op. Racecraft: The Soul of Inequality in American Life (London: Ver-
cit., 83, 121-122, 125-133, 136, 147-153, 161-162, 175, 180-182, 192- so, 2012); Adolph Reed, Jr., “Marx, Race, and Neoliberalism,” New
203, 230; Huitrón, op. cit., 194-196, 198, 210-213, 224, 227, 235- Labor Forum, XXII, 1 (Winter 2013), 49-57. Catholicism: Jean-
247, 254, 257, 259, 262, 264, 266, 268, 278, 282-283, 291, 293; Michel-Alfred Vacant, Études théologiques sur les constitutions
Cunningham, op. cit., 269-271, 317, 324, 369; Gloria Sánchez Azco- du Concile du Vatican d’après les actes du Concile, 2 vols. (París:
na, El general Antonio I. Villarreal, civilista de la Revolución Mexi- Delhomme et Briguet, 1895), I, 134-145, 298-303, II, 256-262;
cana (Ciudad de México: Instituto Nacional de Estudios Históricos Gerald A. McCool, Catholic Theology in the Nineteenth Century:
de la Revolución Mexicana, 1980); Raat, op. cit., 19, 21-22, 25-27, The Quest for a Unitary Method (Nueva York: Seabury, 1977); Hans
32, 37-38, 46-55, 58-61,79-87, 95, 104-106, 118-119, 125-126, 132- U. von Balthasar, The Glory of the Lord: A Theological Aesthetics,
136, 145-147, 151-167, 191193, 212; César Garza Guajardo, El gobier- 7 vols. (Edinburgh: T. and T. Clark, 1982), V, 21-29; Fergus Kerr,
no revolucionario de Antonio I. Villarreal, 1914 (Monterrey: Uni- After Aquinas: Versions of Thomism (Malden: Blackwell, 2002);
versidad Autónoma de Nuevo León, 1988); Gloria Villegas Moreno, idem, Twentieth-Century Catholic Theologians: From Neo-Scho-
Antonio Díaz Soto y Gama, intelectual revolucionario (Ciudad de lasticism to Nuptial Mysticism (Malden: Blackwell, 2007).

n ov i e m b r e d e 2 01 6 © josé guadalup e p osada l a g ac e ta 11


Francisco Villa
en Canutillo
El fce se enorgullece de incluir en su catálogo
el famoso y acaso fatídico reportaje de Regino
Hernández Llergo sobre Francisco Villa en
Canutillo, Durango, publicado originalmente
en el diario El Universal, poco antes de que Villa
muriera asesinado. Presentamos a continuación el
prólogo de Ignacio Solares, que ubica el reportaje
en su adecuado contexto político.

ignacio solares

E
l reportaje en El Universal hay que ubicarla en Luego de más negociaciones, eso sí: se resiste a dar opiniones
realizado por el el contexto en el que se realizó di- finalmente, a las 11 de la mañana del políticas, aunque de vez en cuando
periodista Regino cho trabajo periodístico. 28 de julio de 1920 se firma el acta se le salga alguna.
Hernández Llergo Tan pronto como llegó a la presi- de rendición. Villa depone las armas Así, a los 10 años, diez de los cua-
en la hacienda del dencia provisional, en junio de 1920, para retirarse a la vida privada. les había pasado en guerra, en los
general Francisco el general Adolfo de la Huerta se dio Cuidadosamente se evita la que recorrió 680000 kilómetros, la
Villa en Canutillo, a la tarea de establecer contacto con palabra rendición. Le entregan la mayoría de ellos a caballo, ganador
Durango, y que fue publicado con Villa para negociar la pacificación. hacienda de Canutillo, donde debe- de batallas decisivas en la lucha
gran despliegue de texto e imágenes Villa, aún con recelo, extiende un rá tener su residencia, le permiten revolucionaria, Francisco Villa, el
a lo largo de una semana —del 12 al pliego de peticiones a De la Huerta, tener una escolta de 50 hombres Centauro del Norte, se retiró a la
18 de junio de 1922— en las páginas quien no lo acepta en su totalidad, armados con sueldos a cargo de la vida del campo.
de El Universal, es un documento pero le plantea seguir negocian- Secretaría de Guerra; a los comba- Durante los dos primeros años
histórico indispensable para enten- do, en tanto Plutarco Elías Calles, tientes que depongan las armas se que pasó en Canutillo, no hay evi-
der la vida de un hombre fundamen- con la venia de Obregón, entonces les entregará un año de haberes y dencias de que Villa participara
tal del movimiento revolucionario candidato presidencial, maniobra tierras en propiedad o se aceptará abiertamente en la política nacio-
de principios del siglo xx en México, con sus generales en el norte para su incorporación al ejército. El nal, regional o local. Durante todo
sobre todo si tenemos en cuenta cercar y eliminar a Villa en cuanto texto terminaba con el compromi- ese tiempo trató de llevar relacio-
que el Centauro del Norte sería hubiera oportunidad. so de Villa de “no tomar las armas nes en buenos términos con el go-
asesinado apenas 13 meses después. Ante tal situación, Villa y su contra el gobierno constituido”. bierno, sobre todo con Obregón, a
¿Cuánto contribuyó esta entrevista ejército emprenden una travesía de Obregón trata de azuzar a algunos quien mandaba a felicitar en sus
a su desenlace fatal? 13 días recorriendo en línea recta generales para que manifiesten cumpleaños y le mandaba notas
Es probable que a ningún otro 700 kilómetros desde Chihuahua su inconformidad ante el acuerdo aclaratorias cuando algún periódico
general revolucionario —salvo los hasta Coahuila, cabalgando día y con Villa, pero De la Huerta aplaca le atribuía que andaba metiendo la
que alcanzaron la Presidencia de noche, atravesando el desierto, la las quejas. Obregón apechuga ante cuchara en asuntos políticos. Villa
la República— se le haya dado un serranía, veredas y pasos de mon- los hechos consumados y Calles ni sabía que necesitaba cultivar a sus
tratamiento tan destacado en un taña, sin alimentos ni agua, en una protesta, pues no estaba en el país viejos enemigos para desarrollar el
diario tan importante como a Villa. de sus más sorprendentes hazañas en esas fechas. proyecto que quería hacer realidad
Y no era para menos: para entonces bélicas, cruzando territorio enemi- Los oficiales villistas firmaron el en Canutillo. Desde luego, no falta-
era ya una leyenda viviente y se- go y sin librar un solo combate. llamado “Manifiesto de Tlahualilo” ron los rumores calumniosos de que
guía siendo temido por sus compa- Luego de tomar Sabinas sin el 31 de agosto de 1920 en el que se Villa había recibido la hacienda y un
ñeros de armas en el poder. Aunque problema alguno, Villa establece explicaban las razones para dejar la millón de pesos por rendirse.
se había retirado a la vida privada comunicación telegráfica con De lucha armada, ya que en el gobierno Con quien sí estableció una re-
para ejercer como un simple agri- la Huerta hasta Palacio Nacional, había “hombres de buena fe”. Se lación más cordial, y hasta podría
cultor, Villa era visto como un fac- como cuenta Paco Ignacio Taibo comprometían a nunca volver a to- decirse que cercana y muy abierta,
tor de poder real y de riesgo para II en Pancho Villa. Una biografía mar las armas, salvo en caso de una fue con Adolfo de la Huerta, que
el aún frágil equilibrio político que narrativa: intervención extranjera. Aceptaban terminó siendo ministro de Hacien-
buscaba consolidar el grupo enca- —Me pongo a sus órdenes, se- retirarse “para siempre a una vida da en el gobierno de Obregón. Como
bezado por Álvaro Obregón y Plu- ñor presidente, la intransigencia de trabajo”. Villa insistió en que lo testimonia la larga correspon-
tarco Elías Calles. de uno de sus jefes me ha obligado había que “darles oportunidad a dencia entre ellos, de los sonoren-
El reportaje de El Universal nos a apoderarme de esta ciudad, pero los señores del nuevo movimiento”, ses en el poder De la Huerta era el
muestra un Francisco Villa casi en perfecto orden, ningún mal ha además de que no se estaban rin- que le inspiraba más confianza, a
irreconocible, alejado del imagina- sufrido la población, no ha habido diendo sino simplemente aceptando grado tal que decidió regalarle nada
rio popular en el que lo han situa- un solo muerto… estoy a sus ór- el Plan de Agua Prieta. más y nada menos que su yegua
do tanto sus partidarios como sus denes para continuar los arreglos Tan pronto colgó las armas y se Siete Leguas, a la que le guardaba
detractores: ya no es el bandolero interrumpidos. retiró a la vida privada en Canu- especial cariño y debió tener gran
que se convierte en uno de los prin- Extrañamente, De la Huerta no tillo, Francisco Villa dejó de ser significado simbólico.
cipales caudillos militares de la Re- se sorprendió de lo hecho por Vi- material noticioso para los perió- Esta cercanía con De la Huerta
volución; ya no es el guerrillero que lla: había burlado a los hombres de dicos. Esporádicamente atendía a debió tener nervioso a Obregón,
realizó la única incursión militar Calles que supuestamente lo tenían reporteros, sobre todo extranje- pero sobre todo a Calles. Por otro
que ha sufrido Estados Unidos en “cercado” en Chihuahua. ros, a los que les presumía lo que lado, hay que tener en cuenta que, a
su propio territorio, luego de atacar —Quiero decir que estoy a sus estaba logrando en su hacienda: pesar de sus intenciones manifies-
Columbus, Nuevo México, y eludir órdenes y que con usted sí me rindo trabaja la tierra él mismo, atiende tas de no participar abiertamente
la persecución de Pershing; tampo- —dijo Villa. las necesidades de su gente, reúne en política, Villa seguía actuando
co es ya Pancho Villa el asesino de —Usted no se rinde con nadie, a su familia, sus hijos y sus muje- como un evidente factor de poder,
curas y gachupines. Busca acercarse véngase a hacer la paz conmigo res que andaban desperdigados, no solo local sino nacional, habida
más bien a la imagen más apacible —respondió el presidente. establece una escuela ejemplar a la cuenta de su gran popularidad,
de amigo y bienhechor de los pobres, —Sí, solamente quiero señalar que bautiza con el nombre de Feli- como lo reveló luego una encuesta
los campesinos y los desamparados. las condiciones; no por mí, que es- pe Ángeles, cultiva cordiales rela- de El Universal sobre quién podría
Para entender la trascendencia toy incondicionalmente a sus órde- ciones políticas con sus antiguos ser el sucesor de Obregón: Carlos
del reportaje de Hernández Llergo nes, por mis muchachos. enemigos Obregón y Calles, pero B. Zetina tuvo 142 872 votos; De la

12 l a g ac e ta n ov i em b r e de 2 016
fra ncisco villa en ca nu tillo

Como Lara la llevaba bien con el Aclara que en realidad lo de la


ahora boyante agricultor, le presen- candidatura para gobernador de
tó al periodista. Tardó una hora en Durango no tiene mucha importan-
convencer a Villa de que aceptara cia para él en estos momentos, pero
la entrevista, y dejó muy claro que eso demostraría su gran populari-
“nada de política”, lo que evidente- dad, “el gran partido que tengo...
mente no se cumplió. ¡tengo mucho pueblo, señor!... Mi
Como señala Katz, el gobierno raza me quiere mucho; yo tengo
esperaba que Villa repitiera en su amigos en todas las capas sociales,
entrevista con Hernández Llergo ricos, pobres, cultos, ignorantes…
lo que constantemente decía en sus ¡Uh, señor, si yo creo que nadie tie-
cartas a Obregón: que lo único que ne ahora el partido que tiene Fran-
le interesaba era su hacienda de Ca- cisco Villa!... Por eso me temen
nutillo, sus negocios y sus asuntos los políticos…, me tienen miedo,
familiares, y que de ningún modo porque saben que el día que yo me
participaría en política. lance a la lucha, ¡uh, señor!... ¡los
Villa paseó a Hernández Llergo aplastaría!” Y remata, contundente:
por toda la hacienda. Fungió como “Yo, señores, soy un soldado de ver-
el perfecto anfitrión, y cautivó al dad. Yo puedo movilizar cuarenta
periodista, que lo retrató en todo mil hombres en cuarenta minutos”.
su esplendor: el general Francisco Rota ya la promesa de no hablar
Villa “vive sin rastacuerismo de de política, Hernández Llergo le
rico improvisado…, sin alardes y pregunta su opinión por los can-
sin ostentaciones…, hospitalario, didatos punteros: de “Fito” —a tal
cordial…” grado era la confianza que le tenía
En especial presume la escuela a De la Huerta— dijo que era “un
Felipe Ángeles, cuyos salones “tie- muy buen hombre” y que los defec-
nen el nivel de la mejor escuela de tos que tenía se debían a su excesi-
la república”: pizarras, ábacos, cua- va bondad. Fito era un político que
dros explicativos, mapas, libreros, quería conciliar los intereses de
mesas, baños. todos y cualquiera que lograra eso
Era un viejo anhelo que Villa no le haría un gran servicio a su pa-
pudo concretar cuando fue fugaz tria... “Fito es una buena persona,
gobernador interino de Chihuahua muy inteligente, y no sería un mal
—entre 1913 y 1914—, pues creía presidente de la república...” De
Huerta, 139 965; Calles, 840129, y posiblemente el primer paso para que con “tierra para el pueblo y Calles opina que “tiene muchas bue-
Villa, 770854. una decadencia en el gobierno de su escuelas para los niños” resolvería nas cualidades, pero también, como
Su gran influencia política la de- muy digno cargo, y creo que tal mal todos los problemas del país. En ese todos los hombres, algunos defec-
mostró aún más con el asunto de bien vale la pena de ver de poner- entonces estableció más de cincuen- tos. Su punto de vista político, se-
McQuatters y las tierras de los Te- le inmediato remedio”. Villa dijo ta escuelas en el breve lapso de su gún creo yo, es resolver el problema
rrazas en Chihuahua, que para Frie- que escribía esa carta para “salvar gobierno —veía a un grupo de niños obrero a base de radicalismo”.
drich Katz, el gran biógrafo de Villa, tanto a mi patria, así como también pobres jugando en la calle y ahí mis- Entonces Hernández Llergo le
“pudo ser la causa de su muerte”. al gobierno que usted actualmente mo les mandaba abrir una escue- dice que él tiene muchos votos. Vi-
A pesar de que la justicia agraria representa y al que soy verdade- la—, repartió cuanta tierra pudo, lla señala que podría tener más si
fue una de las banderas enarbo- ramente adicto como he venido y estableció un decreto por el cual se no “hubiera partidarios míos que
ladas por los revolucionarios, en vengo demostrándolo”. Y apuntaba, expropiaban sin indemnización las están silenciados”. No obstante, se
la tierra de Francisco Villa no fue con evidente intención amenazante: haciendas más ricas, las cuales que- descarta para ocupar la silla, pues
posible aplicarla debido al poder “Después de las unánimes protestas daron en manos de sus trabajado- “yo sé bien que soy inculto..., hay
de la familia Terrazas, grandes del pueblo chihuahuense se vendrán res, y puso también a sus soldados que dejar eso para los que están
terratenientes a los que Villa había sin duda los balazos, y esto se dice a estudiar y a trabajar en el molino, mejor preparados”.
desafiado abiertamente. La pro- que será antes de tres meses”. Villa en el rastro, en los tranvías o en la Al parecer, Villa quedó muy sa-
mesa de la expropiación de sus mandó la carta al presidente con un vigilancia policiaca, pues sólo el tisfecho con la entrevista. El propio
propiedades y el posterior reparto mensajero especial y pidió que le estudio y el trabajo justificaban los Hernández Llergo contó años des-
entre los campesinos había sido respondiera inmediatamente. tiempos de paz. Tanto así que cuan- pués que Villa dijo que había sido
una de las banderas principales que Así fue. Obregón le contestó que do Obregón le ofreció hacerse cargo “el único periodiquero que había
le habían dado gran popularidad a coincidía por completo con él. Calles de la educación de su hijo Agustín, dicho la verdad”.
Villa. En 1916 se ratificó el decreto tampoco estaba muy de acuerdo con Villa le contestó que la primaria de Katz señala que no está claro lo
expropiatorio, pero en 1920 Ca- el contrato de McQuatters y lo había Canutillo era muy buena. Aunque que pretendía Villa en esa entre-
rranza dio marcha atrás. Al llegar vetado, así que, finalmente, Obregón confiesa luego en la entrevista que vista; era posible que “simplemente
al poder Obregón, la demanda reculó y a los pocos días decretó la le gustaría que alguno estudiara dijera lo que le pasaba por la cabe-
campesina de repartición de tierras expropiación de las tierras de los en el extranjero, pero en Estados za, como hacía con frecuencia, y
en Chihuahua era cada vez más Terrazas para que fueran repartidas Unidos nunca: “Lo primero que les más desde que no tenía asesores
fuerte, pero políticamente no podía entre los campesinos de Chihuahua. enseño es a odiar al enemigo de mi políticos que lo frenaran”, o en
hacerlo. Estaba entre dos fuegos, Obviamente, tanto los estaduniden- raza”. Y predice que llegará un día efecto quería inclinar la balanza en
así que se sacó de la manga una es- ses como Terrazas y Enríquez pu- en que habrá un enfrentamiento favor de De la Huerta. No obstante,
tratagema para usar, prácticamente sieron el grito en el cielo, pero ante inevitable con los gringos. cuando éste, 11 meses después de
como prestanombres, a un rico los hechos consumados no tuvieron Villa deja muy claro que su pro- la entrevista, le pidió que apoyara
empresario minero estadunidense nada más que hacer que apechu- mesa de no participar en política la candidatura de Calles, Villa se
llamado A. J. McQuatters, quien gar… aparentemente. Al gobierno es sólo mientras Obregón esté en decepcionó de Fito y se inclinó por
compraría todas las propiedades de de Obregón le interesaba saber qué la presidencia (“Muchos de esos Raúl Madero. Se dice —como con-
los Terrazas y se comprometería a se traía Villa entre manos. Lograr políticos de petate han ido a decir- signa Friedrich Katz en su magna
firmar un contrato con el gobierno que se diera marcha atrás al contra- le a Álvaro Obregón que yo quiero biografía— que el propio Calles se
mexicano para venderles en abonos to de McQuatters fue una evidente rebelarme, y no es cierto. ¡Déjen- reunió con Villa y le pidió su apoyo,
las tierras y las haciendas a los demostración de fuerza. Había que se de chismes!”), pero admite que pero a la pregunta directa de Calles:
campesinos y trabajadores; eso en hacer que Villa asomara la cabeza y luego bien podría lanzarse de can- “¿Puedo contar contigo?”, Villa res-
la letra, porque en la realidad, los mostrara sus cartas. Y lo lograron didato a gobernador de Durango: pondió: “Eso depende... Ya sabes, si
beneficiarios resultarían empresa- con la entrevista de Hernández Ller- “De muchas partes de la república, estás con la justicia y con la mayoría
rios y amigos ligados al gobernador go. Como bien señala Katz, una de de muchos distritos de Durango del pueblo, sí. Si no, ¡pos no!”
Ignacio Enríquez, principal intere- las características del temperamen- me han enviado cartas y comisio- En alguna ocasión Villa le dijo
sado en el proyecto. to de Villa, que solía contribuir a sus nes ofreciéndome mi candidatura, a Felipe Ángeles: “Yo soy hombre
Al saberse el proyecto, de in- derrotas, era el exceso de confian- y pidiéndome autorización para que vino al mundo para atacar,
mediato se levantó una oleada de za que le inspiraban sus victorias. trabajar en mi favor… Pero yo les general, no para atrincherarse y
descontento. Como cuenta Katz, Quizá por eso, ya encarrerado, Villa he dicho que se esperen... que no esperar, aunque no siempre mis
Villa envió una carta a Obregón habló de más en la entrevista, y ése muevan ese asunto por ahora. Les ataques me deparen la victoria.
el 12 de marzo de 1922 en la que ma- fue el principio del fin. he manifestado que en los arreglos Y si por atacar hoy me derrotan,
nifestaba abiertamente su oposición El Universal tenía fuertes víncu- que hice cuando me arreglé con el tenga plena seguridad que atacaré
al contrato de McQuatters, pues los con el gobierno de Obregón y le gobierno, había dado mi palabra de mañana y ganaré”.
lo consideraba “una conspiración facilitó los contactos para llegar a que yo no me metería en asuntos de Ese 20 de julio de 1923, en la es-
de sus tres mayores enemigos: el Villa, que seguía reticente a hablar política durante el periodo del ge- quina de Juárez y Barreda, en la ciu-
clan Terrazas, los estadunidenses con la prensa. El comandante de las neral Obregón... y estoy dispuesto dad de Parral, Chihuahua, no sólo lo
y el gobernador Enríquez”. Le dijo fuerzas federales del norte, Gon- a cumplir con mi palabra… A todos derrotaron sino que lo mataron.$•
que McQuatters “no es sino un fiel zalo Escobar, encomendó a Félix mis amigos les he dicho lo mismo:
servidor de los altos funcionarios Lara, comandante de Parral, vecina que esperen, que cuando menos lo
de Norte América, y ya compren- a Canutillo, que apoyara a Hernán- piensen llegará la oportunidad...
diéndolo el pueblo mexicano, es dez Llergo para convencer a Villa. ¡entonces será otra cosa!”

n ov i e m b r e d e 2 01 6 © leop oldo mé nde z l a g ac e ta 13


Escritos sobre
la Revolución
y la dictadura
El propósito de publicar Rodulfo Brito
Foucher. Escritos sobre la Revolución
y la dictadura (fce, 2016) es estimular
la discusión sobre el clima intelectual de la política anticlerical y de las relaciones Esta-
do-Iglesia escritores
do-Iglesia, muy recurridos por otros escritores,
opositor a la Revolución mexicana en los no aparecen en su reflexión.
La idea que atraviesa el conjunto de ensayos
años treinta y cuarenta, separando las rreproducidos en este libro es que, a partir de la
R
Revolución, los niveles local, regional y nacional
lógicas
ideas rescatables de las aristas ideológicas d
de gobierno funcionaban como un sistema dicta-
ttorial donde la legalidad había sido anulada. Des-
y contradicciones del momento. ccribe de manera pormenorizada los mecanismos
q
que hacían funcionar la maquinaria política —por
eejemplo, el sistema electoral— y ofrece elementos
p
para poner a prueba su interpretación. Los ensa-
y
yos contienen percepciones lúcidas de los orígenes
beatriz urías
d
de algunos fenómenos que siguen presentes en el

L
M
México actual, como la violencia, y afloran otros
p
problemas de fondo que es necesario explicitar.
El primero de estos problemas está relaciona-
a primera mitad del siglo xx fue do una dictadura bajo el disfraz de un régimen de- do con los cambios ideológicos que marcaron la
un periodo marcado por contro- mocrático. Brito Foucher explora una problemáti- trayectoria del autor. Al igual que muchos otros
versias y polémicas entre los ca de fondo a partir del examen pormenorizado de intelectuales mexicanos de su época, Brito Fou-
partidarios de la Revolución y una coyuntura regional: la experiencia garridista. cher fue un conservador influido por la corrien-
sus críticos. Algunos de estos En su cometido retomó algunas de las grandes pre- te hispanoamericanista en su juventud pero no
últimos son muy poco conoci- guntas de la discusión política europea del perio- formó parte de los grupos católicos que reaccio-
dos, no sólo porque fueron sata- do de entreguerras: ¿bajo qué condiciones podía naron con virulencia contra el laicismo y las po-
nizados por la historiografía oficial, sino también hablarse de la existencia de una dictadura? ¿En líticas modernizadoras. En la década de 1930 se
porque sus trayectorias políticas e intelectuales qué medida el liberalismo podía seguir ofreciendo perfiló como un contrarrevolucionario que fusti-
estuvieron plagadas de aristas y contradicciones. soluciones a una situación política marcada por la gaba la retórica oficialista, el corporativismo, las
Este libro recupera los escritos de Rodulfo Brito irrupción de masas manipuladas por nuevas elites violaciones a la legalidad y la política de masas.
Foucher, uno de los principales representantes de corruptas? ¿Era el corporativismo una opción de- En cambio, en los textos que publicó en 1938 hace
la vertiente de oposición contrarrevolucionaria seable para encuadrar a estas mayorías? ¿Cuáles una reflexión crítica e inteligente de las formas
de tendencia laica que adquirió presencia y visi- eran los riesgos de concentrar mayor poder en un de funcionamiento del sistema político revolucio-
bilidad durante el cardenismo. Estado asentado en el sistema corporativo? ¿Se nario, reflexión entrelazada por momentos con
Los contrarrevolucionarios, como Brito Fou- estaban creando las bases de un nuevo despotismo manifestaciones de admiración hacia los auto-
cher, propusieron un modelo de sociedad con ma- con la expansión del estrato burocrático? ritarismos europeos de la época. Al inicio de la
yor participación de las elites que habían sido des- A partir del triunfo de la Revolución soviética década de 1940 adoptó posturas cada vez más
plazadas de la vida política; argumentaban a favor y del ascenso del fascismo italiano, los críticos de autoritarias y derechistas, reivindicó el régimen
de fortalecer las libertades y los derechos de pro- la Revolución mexicana comenzaron a interro- franquista y estableció vínculos con grupos cató-
piedad dentro del marco legal establecido; mini- garse sobre la capacidad de las elites para con- licos de choque en el medio universitario. Final-
mizaban la influencia del pasado prehispánico y trolar las acciones de un nuevo actor social: las mente se retiró a la vida privada y a la filantropía,
el peso de lo indígena en la configuración del nue- “masas”. Éstas fueron imaginadas como fuerzas se afilió a asociaciones masónicas estaduniden-
vo proyecto de nación y de sociedad, y frecuen- amenazantes, violentas, fácilmente manipula- ses y se inclinó hacia el esoterismo.
temente adoptaron la doctrina de la hispanidad bles, incapaces de generar un pensamiento pro- Un segundo problema a señalar es que los go-
para sustentar que México debía recuperar su re- pio y de llevar a cabo acciones independientes. biernos revolucionarios fueron intolerantes ha-
ferente original: España. Dentro de esta corriente Para un filósofo como José Ortega y Gasset, la cia cualquier forma de crítica y marginaron de la
se ubican individuos que habían aspirado a ocu- participación de las multitudes en la vida política vida política a las elites opositoras cuyos miem-
par posiciones en el nuevo aparato político como era el origen del caos que había aparecido en las bros, entre ellos Brito Foucher, tenían una sólida
Luis Cabrera; filósofos cristianos como Antonio sociedades de esa época. formación universitaria, albergaban ambiciones y
Caso, y escritores críticos de tendencia liberal Brito Foucher empezó a escribir sus ensayos mostraban capacidad de gestión. Estos individuos
como Jorge Cuesta. Caben también dentro de ella a partir de que se convirtió en político activo. Él fueron descalificados y marginados por no com-
Miguel Alessio Robles, Eduardo Pallares, Diego fue el líder del movimiento de protesta protago- partir los principios y las prácticas de los grupos
Arenas Guzmán, Manuel Herrera y Lasso, Luis nizado por un grupo de estudiantes tabasqueños revolucionarios en el poder y muy rápidamente se
Lara Pardo, Alberto J. Pani, José Vasconcelos, radicados en la Ciudad de México contra el go- les etiquetó de “antimexicanos”, “reaccionarios”
Manuel Gómez Morin y Rodulfo Brito Foucher. bierno de Tomás Garrido Canabal en Tabasco en y “enemigos del cambio”. En esta retórica, la críti-
Todos ellos difundieron sus ideas en periódicos de julio de 1935 y que provocó una represión violen- ca de raíz liberal-conservadora, como la de Brito
amplia circulación como Excélsior, El Universal, ta por parte de ese gobierno. A partir del examen Foucher, fue encerrada en la misma categoría del
El Hombre Libre y Omega; en revistas importan- retrospectivo de lo ocurrido en Villahermosa en tradicionalismo católico. Con ello desaparecieron
tes como Hoy, Lectura, Ábside y La Nación, y en ese entonces, los ensayos abordan una segunda las diferencias de matiz entre los contrarrevolu-
libros publicados por casas editoriales reconoci- dimensión que resulta en una visión demoledora cionarios seculares descontentos por el giro que
das como Polis, Jus y Cvltvra. Desde esos espa- del cardenismo. En este nivel, el autor presenta la Revolución estaba dando al país, y los conser-
cios sostuvieron que la Revolución había intro- argumentos para demostrar que Cárdenas dio vadores recalcitrantes que buscaban un retorno
ducido una nueva forma de autoritarismo bajo el continuidad a las alianzas y los equilibrios po- al pasado, negando la posibilidad de una transfor-
modelo corporativo, y que el hombre modelado líticos instaurados durante el obregonismo y el mación. Los primeros pertenecían a elites despla-
por este tipo de Estado no era un “hombre nuevo”, callismo. Siguiendo esta línea de argumentación zadas de la vida política, pero no pugnaban por el
sino un ser amorfo y manipulable que se adapta- pasó a un tercer plano, donde hizo un cuestiona- retorno al pasado. La marginación política de que
ba con facilidad a las directrices impuestas por miento más profundo de los mecanismos de fun- fueron objeto dio lugar a la radicalización de sus
la pirámide de complicidades en la cúspide de la cionamiento y reproducción del sistema político posturas iniciales y a la deformación de sus argu-
cual se encontraba el Estado. La serie de ensayos posrevolucionario. En este plano puso a discu- mentos, lo que parecía justificar la censura y el
de Rodulfo Brito Foucher, que apareció bajo el tí- sión cuestiones clave como la articulación y las silencio que cayeron sobre ellos. Su giro radical
tulo de “Mi expedición a Tabasco” en la revista ramificaciones del autoritarismo en los niveles a la derecha contribuyó a anular la posibilidad de
Hoy entre abril y junio de 1938, se sitúa en este local y regional, la construcción de un entramado que su argumentación crítica sobre la Revolución
contexto político e intelectual. piramidal de relaciones de dominación y de com- fuera discutida seriamente.
Sus temas son la Revolución y la dictadura, los plicidad a través de las organizaciones obreras y El tercer problema está relacionado con el
cuales habían sido objeto del pensamiento conser- del partido, la manipulación electoral, la viola- hecho de que, en el marco de su crítica políti-
vador años atrás, y constituyen una parte impor- ción sistemática de la legalidad, la instauración ca, Brito Foucher sustentó doctrinas raciales
tante del debate que se produjo en México entre del terror, el ejercicio de la violencia como motor que cuestionaban el tipo de mestizaje mexicano
partidarios y opositores de la revolución a finales de la vida política, la postulación de derechos fic- y la preeminencia de lo indio sobre lo español.
de la década de 1930. En ellos, el análisis de aconte- ticios, la amenaza constante de revoluciones y la En esta perspectiva, el mestizaje producido en
cimientos políticos coyunturales se entrelaza con ausencia de libertad de pensamiento y de acción la época colonial y en el periodo independiente
la denuncia de una Revolución que había instaura- para la mayor parte de los ciudadanos. Los temas habría determinado los$continúa en la página 16

14 l a g ac e ta © alfr e do zalce n ov i em b r e de 2 016


a dela nto de lib r0

Camino a
La frontera
nómada
Publicada por primera vez
en 1976 por Siglo XXI, La frontera
nómada es un hito renovador en
l estudios historiográficos de la
los
Re
Revolución mexicana. Presentamos
a ccontinuación un fragmento de uno
de los textos que se incorporan
en la nueva edición del fce,
de próxima publicación.

héctor aguilar camín

L
legué a La frontera nómada por torio. El centro de aquel discurso era una
un curiosa ces en una pregunta académica simple: ¿por qué
el camino de una superstición idea de la historia patria, según la cua
cual México no había estudios ni prestigio para los ganadores
académica según la cual las in- había marchado de epopeya en epopeya,
epopeya desde su de la Revolución —los constitucionalistas: Ca-
vestigaciones históricas debían Independencia, hacia la grandeza. El rrepresen- rranza, Obregón, Calles— y sí los había para los
ser monográficas sobre temas tante de aquella grandeza era el gobierno
gobiern priista perdedores: Madero, los Flores Magón, Zapata.
poco estudiados.
estudiados Era una su- en turno.
turno La pregunta creció cuando hice una lista de
perstición vigente en El Cole- Cubetadas de agua fresca sobre ese discurso los sonorenses que habían ocupado altos puestos
gio de México cuando ingresé en 1969 a hacer el empolvado fueron en aquellos años la historia de en los gobiernos posrevolucionarios entre 1920
doctorado en el Centro de Estudios Históricos. Se Cosío Villegas sobre el Porfiriato, la de Womack (año del ascenso de Obregón) y 1936 (año del exi-
hacía ahí poca historia del siglo xx y poca histo- sobre Zapata, la de James Cockroft sobre los her- lio de Calles).
ria política. La historia del siglo xx parecía de- manos Flores Magón, la de Jean Meyer sobre los La lista mostraba algo más que un triunfo mi-
masiado cercana para ser historia, y la historia cristeros y, desde luego, la de Luis González sobre litar: una verdadera ocupación del gobierno por
política reciente era cosa de “politólogos”. San José de Gracia, su Pueblo en vilo. Antes de políticos y militares nacidos en Sonora. Ellos no
Lo más cercano al presente que se investiga- esta oleada historiográfica, las visiones críticas sólo habían sido el grupo militar triunfador de la
ba era el Porfiriato (1876-1910), cuya exploración de México sólo podían encontrarse en sus escri- revolución. En los siguientes 15 años se habían re-
monumental, dirigida por Daniel Cosío Villegas, tores, Octavio Paz, José Revueltas, Carlos Fuen- partido el gobierno del país y puesto los cimientos
había consumido las energías de los mejores his- tes o en los novelistas de la Revolución: José Vas- institucionales del siglo xx mexicano, empezando
toriadores de la institución, como Luis González concelos, Mariano Azuela, Martín Luis Guzmán. por la pacificación del ejército y terminando con la
y González y Moisés González Navarro. Pero sus hallazgos no bastaban para explicar el creación del banco central y del Partido Nacional
A mí me interesaba la Revolución mexicana 68. Hacía falta la historia de por qué el país ha- Revolucionario (1929), el abuelo político del pri.
por razones generacionales. Me había marcado el bía llegado a donde llegó. Había en mi generación Me propuse entonces escribir la historia de
68, quería hacer historia crítica de los gobiernos hambre de historia que explicara el presente. aquel triunfo y de aquella ocupación. Con la en-
que seguían llamándose “herederos de la Revolu- Para mí es claro ahora que estábamos atrapa- jundia juvenil del caso —nací en 1946, entré a El
ción”, en particular el gobierno de Gustavo Díaz dos en una de las grandes mistificaciones de la Colegio en 1969, escogí el tema un año o año y me-
Ordaz (1964-1970), responsable de la matanza de historia de México, eso que llamé en alguna par- dio después, por ahí de los 25 años—, me propuse
Tlatelolco. te “el fetiche de la Revolución mexicana”. Me re- hacer una historia que empezara en 1910 y termi-
Buscando un tema poco estudiado de aquel pe- fiero al hecho de que sucesivos gobiernos que se nara en 1936.
riodo di con los caudillos sonorenses. Habían gana- dedicaban a crear un país industrial capitalista Escribí la primera versión de La frontera
do la revolución pero nadie les había dedicado un llevaban del brazo un discurso oficial obrerista, nómada, en forma de tesis doctoral, a marchas
estudio académico. La historia de los sonorenses campesino, indigenista, revolucionario. forzadas para cumplir el plazo de entrega. La
coincidía poco o nada con la idea oficial de aque- Para legitimarse como revolucionario, el Es- promoción doctoral del año 69 del Centro de Es-
lla revolución justiciera, popular, asociada a los tado creó un discurso popular y social. Sin em- tudios Históricos de El Colegio de México fue ex-
nombres de Madero, Zapata, Villa o los hermanos bargo, a ese discurso le venían mejor las causas travagante. Por insistencia de José Gaos, el gran
Flores Magón. Lo que mi generación veía era un de los movimientos derrotados durante la Revo- maestro del centro, se abrió la posibilidad de ha-
México injusto, desigual, autoritario, distante del lución —el agrarismo de Zapata, la justicia ple- cer el doctorado en historia a no historiadores.
discurso de la revolución social hecha gobierno. beya de Villa, el anarquismo de los Flores Ma- Entre los 12 doctorantes de aquella promoción
Cuando digo “mi generación” hablo de los jóve- gón— que la historia de las facciones ganadoras: hubo una contadora, un ingeniero, un economis-
nes universitarios que vimos en el 68 la prueba de el liberalismo de Carranza, la fiebre empresarial ta, un ex seminarista y un renegado de la comuni-
que el “régimen de la Revolución” había llegado de Obregón, la corrupción de los caudillos revo- cación, yo mismo.
a su extremo intolerable. En esos años y en esa lucionarios como forma de movilidad social y de Nos dieron un año de clases de historia, metodo-
franja generacional empezó a incubarse lo que acumulación primitiva, valores y prácticas más logía y ciencias sociales y tres años de plazo para
sería con los años la demolición del legado de la consistentes que el zapatismo o el floresmagonis- escoger y terminar una tesis. La mitad de esos
Revolución mexicana. mo con los procesos que siguieron: la industriali- tres años trabajé en el Departamento de Investi-
Aquella sensibilidad urbana, hija de la nacien- zación, la urbanización, el desarrollo capitalista. gaciones Históricas del inah por invitación de mi
te clase media del “milagro mexicano”, padecía el La contradicción entre el discurso y la realidad maestro y, a partir de entonces, amigo de toda la
autoritarismo presidencial y su discurso celebra- posrevolucionaria se condensaba para mí enton- vida, Enrique Florescano.$continúa en la página 16

n ov i e m b r e d e 2 01 6 © arturo garcía bustos l a g ac e ta 15


escritos sobre la revolución y la dictadura camino a la fr o n t e r a n ó m a da

viene de la página 14 $rasgos negativos de los gober- viene de la página 15 Luego empaqué mis cosas, me El hecho es que escribí una historia narrativa
nantes mexicanos y el desarrollo de una cultura fui a Sonora y trabajé siete meses en el archivo más que una historia analítica. Cuando empecé
política marcada por la barbarie. La amplia cir- del gobierno del estado y en la Biblioteca y Mu- la investigación no tenía hipótesis en el sentido
culación de explicaciones racialistas de la reali- seo de Sonora. académico, sólo algunas preguntas. La principal
dad política y social mexicana en el siglo xx no se Volví con gran cantidad de tarjetas y docu- era cómo había surgido la Revolución en Sonora.
entiende sólo como prolongación de ideas formu- mentos cuando me quedaban unos cuantos me- Conforme la fui respondiendo se fue desvanecien-
ladas en la última parte del siglo xix sino como ses para escribir. Luego de ordenar las tarjetas do en mi horizonte la idea de la Revolución como
elemento del contexto más amplio de la reacción en una secuencia narrativa razonable, escribí alzamiento popular, espontáneo, incontenible.
contra las transformaciones radicales que la Re- copiosamente, tratando de explicar los detalles En lugar de un “pueblo en armas” apareció
volución estaba generando. En particular, la for- de cada situación más que su sentido general. En- ante mis ojos un gobierno estatal que organiza-
mación de una sociedad de masas en cuyo seno cerrado a piedra y lodo, tecleando, corrigiendo ba la guerra a partir de la tradición de autode-
diferentes segmentos de la clase media y de los y volviendo a teclear, vi crecer el manuscrito de fensa de pueblos acostumbrados a guerrear y a
estratos populares comenzaron a interactuar al manera incontenible. Lo que pensé que sería un defenderse. En lugar de un ejército popular des-
amparo de un nuevo marco legal e institucional. breve capítulo introductorio, el retrato de la So- bordado apareció un ejército profesional cuyos
En suma, la irrupción de una sociedad de masas nora porfiriana y de sus agravios locales, creció soldados cobraban su “haber” y cuyos jefes eran
—receptora de la propaganda oficial y potencial hasta volverse una tercera parte de la obra. nombrados por el gobierno rebelde. Se trataba de
productora y consumidora— fue percibida por las Encontré un mecanismo narrativo que hizo una “revolución administrada” por un gobierno
elites conservadoras como un fenómeno amena- menos académica o menos árida esa reconstruc- mediante un ejército profesional que ese gobier-
zante frente al cual articularon una retórica ra- ción. Fui siguiendo el itinerario de la gira de Ma- no pagaba con sus ingresos provenientes de las
cialista de orientación hispanófila, en oposición dero por el estado, contando morosamente las grandes empresas mineras y agrícolas del estado,
a la mestizofilia oficial. Tanto los intelectuales características de cada lugar a que llegaba, de en su mayor parte extranjeras. Para conservar
ligados a los regímenes revolucionarios como sus manera que, cuando la narración de la gira ter- sus ingresos y pagar su ejército, el gobierno local
opositores mantuvieron la interconexión entre lo mina, de algún modo tenía una historia de la vida tenía que cuidar los intereses de esas compañías,
político y lo racial hasta mediados del siglo xx. sonorense durante el Porfiriato. mantenerlas trabajando.
La idea subyacente en los ensayos de Brito Fou- Las siguientes partes del libro fueron ordena- No había nada muy revolucionario en todo eso,
cher apunta hacia la instauración de un régimen das en una secuencia más lineal, propiamente cro- nada que correspondiera al lugar común según el
autoritario con perfil legalista que, sin embargo, nológica, pasando de la insurrección maderista cual una revolución supone la alteración radical
no clama por un regreso al autoritarismo porfi- en 1911 a la rebelión de Orozco en 1912, a la rebe- de las relaciones de propiedad o el acceso de las
rista. En vez de eso planteó que la única manera lión de Sonora contra Huerta en 1913 y a la “revolu- clases proletarias al poder. En Sonora apenas se
de terminar con la decadencia y la corrupción im- ción administrada” que marchó del noroeste hacia interrumpió el hilo constitucional del gobierno es-
perantes era remplazar la “dictadura de partido” el centro por la cuenca del Pacifico y el Bajío, has- tablecido. Fue el gobierno local el que organizó la
con una “dictadura necesaria” de orientación éti- ta la rendición del ejército federal en agosto de rebelión contra el centro, es decir, contra la dicta-
ca. Define la dictadura de partido como aquella 1914. dura militar de Victoriano Huerta cuyo golpe de Es-
“en la que exclusivamente los hombres del régi- La narración cronológica fue ordenada concep- tado había derribado a Madero en febrero de 1913.
men [tenían] el derecho de jugar como candidatos tualmente por unos cuantos temas recurrentes: Fue una rebelión de rancheros, comerciantes,
en las elecciones, pero en la cual todos los sec- la persistente violencia indígena, la organización maestros de escuela, hacendados venidos a me-
tores populares, sin excepción, [conservaban] el del ejército revolucionario desde el gobierno es- nos contra el intento del gobierno federal de so-
derecho del voto”.1 En contra de ese sistema que tatal, las pugnas políticas de jefes y dirigentes, la meter al gobierno local.
se perpetuaba indefinidamente a través de diver- lógica financiera de la guerra, la frontera como La continuidad entre el viejo y el nuevo régimen
sos mecanismos (clientelares, electorales, repre- gran proveedora de armas, dinero y negociación era más evidente en Sonora que en el sur zapatista
sivos) que reforzaban los rasgos antidemocráti- política con los Estados Unidos. o en el norte villista. Por ejemplo, el gobierno es-
cos de la sociedad, proponía instaurar otra forma Escribí sin más pretensión que hacer fluido el tatal y sus huestes revolucionarias sostenían una
de autoritarismo que asumiría la totalidad de las texto, dejándome llevar en todo momento por los guerra de tintes raciales contra las tribus yaqui
funciones del gobierno durante un tiempo limi- hechos que me sorprendían. Fue el primer libro y mayo, la cual se diferenciaba poco de la guerra
tado con el propósito de preparar a la sociedad que escribí con premeditación: trazando su es- porfiriana contra esas mismas tribus.
para ejercer sus derechos ciudadanos. De acuer- tructura en un mapa preciso que luego llené. Fue Desde el punto de vista del paradigma revo-
do con esta idea, una minoría selecta trabajaría mi primer libro profesional en el sentido gozoso lucionario, el de una Revolución con mayúscula
activamente a favor de la estabilidad y el respe- de esa palabra. Al mismo tiempo, fue un libro —como la rusa o la cubana: sueño político, luego
to a la ley, combatiría los poderes personalistas completamente amateur, del todo inacabado res- pesadilla de mi generación—, la revolución sono-
e impediría la formación de cacicazgos como el pecto de su pretensión original que era narrar la rense era un anticlímax, todo lo contrario de la
que Garrido Canabal había impuesto en Tabasco historia hasta 1936. Como he dicho antes, termi- revolución popular que habíamos aprendido a de-
durante más de una década. né cuando la narración iba en 1914. sear ingenua y encendidamente. Mi molestia con
Sabemos muy poco sobre la fascinación que los Con La frontera nómada descubrí el placer de esa realidad poco revolucionaria puede advertir-
autoritarismos europeos ejercieron sobre una par- la microhistoria. Una entidad poco poblada, una se en diversos pasajes del libro, en los que me de-
te de la intelectualidad mexicana de mediados del sociedad alcanzable con la investigación de un ar- diqué a reprochar a los sonorenses que hubieran
siglo xx y sobre la manera en que las ideas extran- chivo como la sonorense, era como un Aleph donde hecho la revolución que ellos querían, no la que
jeras se entrelazaron con las formas de conserva- podían leerse todas las trazas del comportamien- mi generación hubiera querido.
durismo entonces vigentes en México. Hasta muy to humano, su variedad de pasiones, necesidades, Escribí La frontera, pues, con los anteojos
recientemente, este tema y los indicios de vínculos esperanzas. La historia de Sonora era la de unas de mi generación, reprochando a los sonoren-
de algunos intelectuales con la España franquista 80 familias extensas y sus etnias principales: los ses que no fueran suficientemente revoluciona-
y la Alemania nazi fueron silenciados. El ocaso de yaquis y los mayos. Lo demás eran las etnias pe- rios, que no satisficieran el estereotipo de revo-
la doctrina nazi al término de la segunda Guerra queñas y los fuereños, ricos y pobres, que llegaron lucionarios radicales determinados a cambiar
Mundial y el repliegue del franquismo en América a aquella remota sociedad atraídos por un venda- el régimen de propiedad y a someter a las clases
Latina al comienzo de la década de 1950 termina- val de cambios que, en una década, hizo aparecer y propietarias a las demandas del pueblo. La revo-
ron por erosionar la reputación de algunos de esos desaparecer ciudades, fortunas, destinos. lución que teníamos en la cabeza como digna de
intelectuales, mientras que otros negaron haber Uno de los grandes retos de escribir La fronte- tal nombre era la revolución socialista, en parti-
mantenido filiaciones semejantes. ra nómada fue reconstruir la Sonora porfiriana cular la Revolución cubana, pero también la so-
La ausencia de un debate en torno a esta proble- con ayuda de unos cuantos libros y miles de tele- viética y la china: la revolución que faltaba por
mática puede explicar el predominio de la ideolo- gramas que dejaban traslucir la vida local a tra- hacer en México.
gía de la Revolución mexicana durante esos años. vés de los más diversos incidentes: la presencia No sé con qué maestros, con qué autores, en
Hasta final de la década de 1960, a excepción del de unos abigeos, un escándalo en el pueblo, los in- qué ambiente de época adquirimos prejuicios tan
Partido Acción Nacional y de individuos aislados, formes políticos de los presidentes municipales y funestos y desencaminados. No en El Colegio de
algunos de izquierda y otros liberales, la ideología los prefectos, las cartas de solicitantes al gobier- México, ciertamente, donde el talante político era
oficial no fue objeto de una crítica consistente en no explicando sus problemas, etc. Aprendí en qué liberal y ponderado, incluso reaccionario para
el ámbito intelectual. La argumentación en contra consiste el bordado a mano y por qué puede llegar muchos. Quizá el ambiente fue el de la Universi-
de un aparato burocrático, corrupto, ineficiente a ser una actividad absorbente y maravillosa. dad Nacional Autónoma de México, sacudida por
y revestido de nacionalismo, quedó en manos de La abundancia y significación de los pequeños el 68, donde el tono dominante en humanidades
grupos minoritarios que fueron fácilmente repri- detalles satisfizo otra de mis grandes tentacio- era de izquierda radical. La revuelta estudiantil
midos o censurados. Individuos que, como Brito nes: la del gusano novelístico. Olí en la historia de de los sesenta fue antigubernamental, antilibe-
Foucher, habían esgrimido una crítica sistemática la Revolución en Sonora una versión real de las ral, antiautoritaria y de izquierda. No la guiaba
a final de la década de 1930, se retiraron a la vida aventuras del lejano oeste que veía en el cine y de un espíritu democrático. Era rupturista y revolu-
privada, dejaron de escribir y quedaron en el ol- las que aún soy irredento aficionado. Fui a la his- cionaria, aderezada con cierto vitalismo que aso-
vido. Una relectura de esta crítica a la Revolución toria de Sonora como quien acude a un western ciaba la revolución a la libertad de costumbres,
permite comprender mejor los giros de la historia de la vida real: guerra contra los indios, vaqueros la fiesta, el rechazo a las normas y a los límites:
intelectual del siglo xx mexicano, los argumentos libres, gente de caballo y carabina, pueblos remo- prohibido prohibir. Era el espíritu de los tiempos.
que estuvieron en juego y las cambiantes filiacio- tos, abigeos, minas incendiarias, ranchos próspe- Ahora entiendo que la retórica de la revolución
nes ideológicas de sus actores.$• ros y una revolución. Encontré todo eso, y encon- socialista era sólo un extremo de la retórica de la
trarlo fue una fiesta aparte. revolución nacionalista y estatista que dominaba
Quise escribir una historia narrativa que pu- el discurso público de México. Hasta los empre-
diera leerse como novela. Mi amigo de la vida, tas en el México
sarios eran nacionalista y estatistas
José María Pérez Gay, leyó la primera versión y na. •
de la Revolución mexicana.$•
me escribió que era una “novela desangelada”.
Tenía razón, entre otras cosas porque el libro
1$Rodulfo Brito Foucher, Mi expedición a Tabasco. IV, “El siste- termina cuando los personajes apenas empiezan
ma electoral mexicano”, Hoy, núm. 64, 14 de mayo de 1938. a tomar fuerza y contornos propios.

16 l a g ac e ta © alfr e do zalce n ov
ovii em b r e de 2 016
E
adem ás

scribir una introducción para


un libro es intentar de una
Ejercicio de significación sobre literatura
manera o de otra justificar su
existencia. A veces los auto-
y lenguaje, Poética y profética es una divagación
res se sienten tan seguros de
sí mismos, o más bien de ser
deliberada cuyo desafío es pensar lo que al
tan poco ellos mismos, o sea
de cumplir tan minuciosamente con las reglas o
autor le viene en gana sin que eso paralice el
las convenciones de su profesión, que esa ansia
de justificación se confunde con un autoritaris-
lenguaje sobre el que está pensando. Nada de
mo satisfecho o con la buena conciencia de quien,
protegido por su adhesión a la norma instituida,
conclusiones, sólo apertura de brechas; nada
no sólo tiende a verla como sustraída a la duda y
a la interrogación sobre su fundamento, sino que
de academismos, sólo rigor intelectual y felicidad
desconfía de toda actividad fuera de sus carriles
y tiene incluso la tentación inquisitorial o policia-
expresiva. El fce se honra en publicar la tercera
ca de pedir la exclusión y el baldón para esos ex-
travíos. El lector perspicaz ha adivinado ya, tan
ersario
edición de este libro en el quinto aniversario
sólo por el estilo del párrafo que precede, que tal
no es el caso del libro que tiene entre las manos.
de la muerte de su autor.
Le aconsejaremos sin embargo no pasarse de
perspicaz, porque si este libro siente en efecto la
necesidad, y más bien angustiosa, de justificar-
se, no es porque sienta la seguridad en sí mismo, Introducción a
de por sí precaria, amenazada sólo por ese lado.
Cuando se deja uno ir ocasionalmente a la ilu-
sión de que podría uno ver su época como si no
perteneciera a ella, imagina uno que esta mane-
Poética y profética
tomás segovia
ra nuestra de pensar, vista a siglos de distancia,
aparecerá sobre todo como un curioso episodio
histórico donde el pensamiento dio en la manía
de querer estar siempre, como dicen en París (to-
davía un poco capital de la moda en este rutina-
rio siglo), “desmarcado”. Nada más típico ni más
exclusivo de nuestros tiempos que ese universal
concierto de los antiautoritarismos, cuyo discur-
so reclama a todas luces la autoridad más prísti-
na cuando no recurre simplistamente al clamor a
la vez denunciatorio y autoritario. Hacer de la di-
sidencia un academismo, de la protesta un estilo
aclamado, de la ruptura una tradición (como dice
Octavio Paz), de la revolución una institución
(como proclama el partido dominante mexicano),
de la singularidad un gregarismo (como propone
la publicidad), de la originalidad una norma nive-
ladora, de la agresión al espectador un éxito ar-
tístico, de las declaraciones subversivas la mejor
manera de hacer una brillante carrera oficial y
hasta del socialismo un burocratismo son para
nosotros hábitos cotidianos que sin embargo en
cualquier época pasada (o también, esperémoslo,
futura) hubieran provocado insuperable asom-
bro. Todas las épocas se ignoran, por supuesto,,
pero cada una a su manera: la nuestra no parecee
notar que nos hemos vuelto todos ovejas negras,
y cada cual sigue juzgándose diferente por ser
oveja negra como todo el mundo. Hablo, por su-
puesto, de la civilización occidental; en ella casi
puede definirse hoy el ámbito intelectual como
aquel donde la marginalidad puede ser dificilísi-
ma de alcanzar.
De este vertiginoso juego de ganar lo que se de-
clara perder es claro que resulta casi imposible
escapar. Intentaré sin embargo no utilizar mi di-
sidencia frente a la buena conciencia académica e
institucional para fabricarme a mi vez una buena
conciencia más inexpugnable de rebelde agasaja-
do o de disidente aplaudido. Este libro no ha sido
nunca de los que sueñan ser una Biblia, o tan si-
quiera un catecismo, de la contracultura o del con-
trapoder. Para él la contracultura es cultura y el
contrapoder poder, aunque en sentidos divergen-
tes: la primera porque la cultura, por su diversi-
dad misma, por la imposibilidad de clausurarla y
centrarla, porque todo lo humano cae dentro de
ella sin que nada la rebase, es en su indefinición y esa creencia mía se volvía casi evidencia cuando i r su negación, o sea como
ra: siendo, en su interior,
su inacabamiento una y la misma, y por eso siem- hace años leí en México algunos textos clave de un hueco en un sólido. Pero así comoomo los aguje-
pre tradición. La unidad indefinida e inacabada la contracultura en un… suplemento cultural. ros del gruyer sólo están incrustados allí porr no
del sentido describe simultáneamente a la cultu- Se me ocurre incluso que tal vez la contracul- ser de gruyer sino de aire, la contracultura sólo
ra y a la tradición. Precisamente una de las obse- tura no podría salirse de la cultura para ponérse- puede ser contra estando hecha de otra cosa que
siones de este libro es que no se puede dividir lo le en contra sino en la medida en que se apoye o de cultura, o sea de otra cosa que tradición. La
indefinido e inacabado: verdad general que nues- se funde en un contrapoder. Porque al contrapo- cultura, como el gruyer, sigue siendo una unidad
tro academismo, por supuesto, no ignora, puesto der le sucede en cambio lo contrario: por muy en continua a pesar de contener agujeros, mientras
que de ella saca sus conminaciones pedagógicas contra que se ponga nunca dejará de ser poder. Si que los agujeros sólo existen por estar rodeados
al definir y clausurar para poder dividir a gusto, la cultura es un espacio sin bordes, sin verdade- de queso y son discontinuos. Esa discontinuidad
pero de la que podría sacarse también el conse- ras divisiones fijas y sin partes separadas, has- es la ruptura con el caldo de la tradición buscada
jo inverso, el de no dividir ni clasificar para po- ta el punto de que puede pasarse insensiblemen- por la contracultura. Pero esa disrupción no pue-
der nadar a gusto en lo no clausurado, o sea en te, sin transición disruptiva, de “una” cultura a de hacerla una cultura, aunque quiera ser contra;
la cultura. Creo pues (es una creencia, como su “otra”, el poder en cambio es cosa demarcada y sólo la puede hacer un contrapoder, que tiene los
opuesta) que una contracultura no podría de ve- dividida, y un poder no sólo se distingue de otro, tres rasgos necesarios para ello: no ser cultura,
ras ser contra sin dejar de ser cultura, y que esta sino que se opone a él. Es otra manera de decir estar dentro, y estar contra. La cultura quiere ser
última seguiría siendo la misma en su diversidad que el poder está dentro de la cultura (de la so- cultura otra, o sea cultura a su vez, pero otra por
sin centro. Así por ejemplo (porque en este mun- ciedad) mientras que la cultura no está dentro del ser sin tradición, cosa imposible. En cambio otro
do del sentido inacabado todo puede tener valor poder. Una contracultura sólo podría oponerse a poder es perfectamente posible, incluso es la úni-
de ejemplo y todo detalle puede ser significativo), la cultura desde dentro, puesto que no hay un fue- ca manera de oponerse al poder, y por eso lo lla-

n ov i e m b r e d e 2 01 6 tarot siciliano l a g ac e ta 17
introducción a poética y profética

mamos oposición. Lo que esté frente al poder sin que esas fronteras que me salto alegremente no
ser otro poder podrá resistirle, pero no oponér- podrían saltarse de otra manera. Es que en me-
sele: será cultura, y sólo podría oponérsele con-
El desafío era pues tratar dio de tantas lamentaciones y denuncias, a la vez
virtiéndose en ese ideal utópico y contradictorio de escribir un libro donde viejas como el hombre y típicas de nuestra época,
que es un poder popular, cosa imposible. Es pues frente a los poderes de ocultación, enajenación
de esperarse que una contracultura, para tener
pueda uno pensar todo lo y dominación de los lenguajes, intento decidida-
alguna consistencia, se funde en un contrapoder. que le dé la gana sin que eso mente una salvación por el lenguaje, y el lenguaje
Tal vez pueda ahora pasar a lo concreto y decir salvador, como bien vieron los románticos, tiene
cuáles son los rasgos de este libro que me hacen
paralice el lenguaje sobre una alianza irrenunciable con la ironía.
temer tanto como para llevar al lector tan lejos el que está uno pensando. Sucede pues que, como tantos otros escritores,
en busca de su posible justificación. El más fá- he sentido a menudo que me incumben en gran
cil de ver es un detalle superficial, pero que no
La vida, como estaba diciendo, parte las ideas más básicas, más difundidas o
por eso me hace temblar menos ante la probable le enseña a uno el camino. más características de mi época; que, como mu-
iracundia de mis autorizados colegas: se trata chos de ellos, me he preguntado qué significan
de un libro sin una sola nota y sin la más exigua
Porque en la vida se piensa para mi actividad y mi experiencia, y qué signifi-
página de bibliografía. Confesaré que este deta- escribiendo y hablando, can estas últimas para ellas; y que, como algunos
lle aparentemente nimio me produjo más dudas de ellos, he acabado por emprender una reflexión
y aprensivas vacilaciones que otros dilemas qui-
y siempre en el lenguaje de continuada aunque inevitablemente no exhausti-
zá más serios. Varias veces estuve convencido todos los días, incluso cuando va. No sólo porque en su vastedad y su vaguedad
de que no valía la pena provocar la pelea por esa esos problemas no tienen ninguna probabilidad
tontería y era preferible aceptar la aburrida pero
a la vez (pero no siempre) de agotarse, sino además y sobre todo porque
rudimentaria tarea de montar lo que llaman apa- se “escriban” o se “hablen” aquí están abordados deliberadamente, como ya
rato crítico, a pesar de la irritación que ese solo dije, sin ninguna erudición, sin ninguna califica-
término me produce. Otras pocas veces me incli-
lenguajes artificialmente ción especial y aun sin ninguna autoridad. Y esto
né por una solución intermedia: un comentario construidos. Se puede me pone en el riesgo de despertar, además de las
final, al que llamaría por ejemplo “Andamiaje” o iras del académico y del purista, las del conoce-
“Bambalinas”, donde se hablaría, con una redac-
entonces intentar pensar dor, las del especialista, las del catequista, las del
ción corrida y humanamente articulada, de las con un lenguaje que sabe todo militante. Confieso en efecto que en estas pági-
fuentes librescas, las alusiones inocentes y ma- nas piso a menudo con temeridad terrenos que
liciosas, las nociones implicadas o complementa-
el tiempo que es lenguaje y tienen dueño, o sea que tienen sus especialistas.
rias, los ejemplos a veces que pudieran ser útiles. que piensa por ser lenguaje, Aclaro que no discuto sus títulos de propiedad,
Estas vacilaciones significan tal vez que mi deci- sino únicamente la pretensión de que esos títulos
sión final no carecía de gravedad.
no por otra cosa que estaría dan el derecho de prohibir a otros el libre tránsito
La cuestión es que acabé por pensar que este en otro sitio y para la que por esas tierras. Aspectos del pensamiento actual
libro sería más fiel a sí mismo sin notas y sin bi- tan importantes como el marxismo o el evolucio-
bliografía. Cierto que no puedo, por desgracia, en
el lenguaje sería vehículo nismo, el freudismo o el estructuralismo, la física
alguna medida, en algún terreno y en algún sen- o traducción. relativista o la genética molecular, y tantos otros,
tido, dejar de ser del todo un especialista. Por lo no pueden ser hoy coto exclusivo de los especialis-
menos no subrayaré deliberadamente esa mal- tas. El no especialista se mostraría bien ingenuo
dición. Por poco que recupere uno la mirada es- en aceptar esas barreras cuando es precisamen-
pontánea o que comparta uno la mirada del lec- ideas que son de la época y que otros han traba- te en él, en su actividad y en su vida, donde esas
tor no especialista, los complicados hábitos de la jado concretamente. El lector interesado en los grandes ideas tienen más probabilidades de ejer-
moderna redacción académica resultan cosa de mismos temas que yo reconocerá fácilmente de cer alguna influencia autoritaria, alguna tiranía o
lunáticos. Sugieren un temor paranoico al robo qué lecturas estoy alimentado y a qué corrientes algún chantaje. Hay que atreverse a afirmar sin
intelectual, una enfermiza obsesión de honesti- o episodios aludo, porque además no están disi- ambages que si hoy en día es preciso tener cono-
dad proclamada con sospechosa insistencia, un mulados, sino que he mencionado todos los nom- cimientos especializados para opinar sobre nu-
hieratismo estereotipado que en la horrible jer- bres y todas las pistas que he juzgado pertinen- mismática o sobre polinología, no es preciso en
ga de los psicólogos se llamaría securizante. Sólo tes. El lector en cambio para el que estas cosas cambio tenerlos para opinar sobre el marxismo
quien tenga muy pocas ideas puede temer tanto sean nuevas no ganará nada con que esas pistas o sobre la tecnología, sobre ingeniería genética o
que se las roben y sólo quien no se tenga mucha se le den en un estilo tecnicista y más autoritario sobre los límites de la ciencia, incluso sobre una
confianza en el fondo en materia de honestidad que autorizado. Me temo que ese estilo se usa so- verdadera profesión como el psicoanálisis: no es
puede ser tan puntilloso con los signos visibles bre todo, y casi siempre con éxito, para provocar cierto en absoluto (puede demostrarse que no lo
de esa fanática virtud. Por lo demás, nadie veri- en el lego un temor sagrado que lo disuadirá de es) que del freudismo un psicoanalista tenga una
fica nunca la exactitud de las referencias de citas toda tentación de intervenir en el debate y dejará noción más clara que la que pueda tener un hom-
salvo por maldad y animadversión, y las tergi- bien clara la frontera infranqueable entre la au- bre culto y reflexivo de profesión muy diferente.
versaciones y dolos intelectuales se hacen siem- toridad y la falta de autoridad, cuya forma canó- Así, no ha sido nunca legítimo exigir conocimien-
pre, por supuesto, a cubierto bajo todo el “apara- nica es la frontera, institucionalmente vigilada y tos especializados para opinar no sólo sobre po-
to” imaginable. Mientras que no recuerdo haber celosamente defendida por sus beneficiarios, de lítica, sino también sobre poesía o pintura. Nada
encontrado muchas fichas bibliográficas en Pla- los grados académicos por coopción ritualizada. más obviamente manipulador y falaz que esa
tón o en Aristóteles, ni tampoco, para no ir tan Yo por lo menos no podía hacerle eso al lector, interesada pretensión de exclusividad, porque,
lejos, en la Crítica de la razón pura o en Más allá puesto que a mi vez me estaba tomando la liber- aunque tienen visiblemente sus especialistas, sus
del bien y del mal. Con lo cual no quiero compa- tad de saltarme alguna que otra frontera, conven- militantes y sus mártires, tanto la poesía como
rarme imprudentemente con esos modelos, sino cido de que lo que se piense en cualquier terreno la política pertenecen indisimulablemente al es-
sacar la lección. se piensa para mí, como yo pienso en cualquier pacio público. Lo que digo es que los grandes de-
Pero no negaré que estoy exagerando. Aparte terreno para el lector (o también a veces para el bates de ideas de una época pertenecen también
de que no puedo evitar sentir respeto por lo que paciente auditor). Porque este libro es de cabo a a ese espacio.
esos hábitos académicos tienen de artesanal, y rabo divagación, o sea vagar fuera de casa. Y pre- Confío en que esté claro que no abogo por una
aun por lo que tienen de ritual, tengo que reco- fiero avisar desde la introducción a su lector to- garrulería irresponsable y caprichosa en estos
nocer también que hay temas, terrenos y hasta davía potencial que le conviene más no perder su grandes debates de ideas, todo lo contrario: lo
estilos donde son muy útiles y a veces necesa- precioso tiempo en esa lectura si la aborda con la mismo que en la poesía o en la política, el no es-
rios. Una investigación histórica no podría dejar esperanza de llegar finalmente a un capítulo de pecialista está obligado aquí a un mayor esfuerzo
de citar sus fuentes ni un estudio sociológico sus “Conclusiones” que pueda embolsarse como re- de comprensión y a una reflexión más cautelosa;
datos estadísticos. Tan lejos estoy de negar es- tribución por su paciencia y su aburrimiento. Al pero quien emprenda una meditación un poco
tas cosas, que hasta tengo un poco la manía (que contrario: esta divagación no sólo no se preocupa proseguida sobre algún tema de historia o de hu-
cuidaré de no hacer pasar por un argumento), así de concluir alguna vez, sino que intenta siempre manidades podrá evitar quizá toparse con esos
como desconfío de un poeta que pasa al “verso” li- abrir brechas en todas las esferas conclusas por grandes modos de pensamiento bajo su forma de
bre sin dominar el oficio (el del verso tradicional, donde le toca pasar en su excursión. doctrinas exhaustivas o de teorías desarrolla-
se entiende: no hay otro), de desconfiar de un uni- Pero conviene puntualizar que una cosa es di- das, pero no bajo su forma de estilos de pensar,
versitario que pasa al estilo liberado sin dominar vagación y otra cosa es vagabundeo errático u de sesgos de la mirada, de lugares comunes más
su oficio académico. Pero es precisamente porque ociosos paseos de esparcimiento. Este libro, por o menos vulgarizados y deformados, incluso de
he tratado de meditar un poco sobre la diferencia desgracia, no está escrito para divertir, aunque tics formularios o de recetas en boga. Es en reali-
entre el oficio y la técnica por lo que creo que las tampoco creo que haya que aburrir necesaria- dad con esos lugares comunes, con esos modos de
“reglas del arte” pierden su sentido no sólo si se mente al lector hasta las lágrimas para conven- ver y hablar característicos, convertidos a veces
empieza a hacerlas valer por sí mismas, sino in- cerlo de que no está uno diciendo tonterías. Pero en automatismos, con los que un libro como éste
cluso si se empieza a dejar de confrontarlas con el tono que alguno podría encontrar desenvuelto tiene que enfrentarse, más que con las doctrinas
su propio contenido, o sea de transgredirlas en (o deshilachado), la ingenuidad con que prefiero o teorías específicas en las que se basan o con las
su propio nombre, diluyendo un poco sus límites ver si hay lectores con esa misma anormalidad que se justifican.
para que vuelvan a bañarse en el sentido que ori- que a mí, ante otros libros, me hace enfrascar- Pero tranquilicemos al lector: todo esto no
ginalmente las justificaba. Es la diferencia, seña- me deliciosamente en el despliegue de un pen- significa que las páginas que siguen sean de las
lada en los últimos párrafos de este libro, entre samiento y gozar de todas sus evoluciones, sus que toman como su asunto la literatura o el len-
fidelidad y literalidad. astucias y sus malicias que alguno podría encon- guaje sólo para lanzarse a hablar exclusivamen-
No se trata pues de borrar dogmáticamente trar desplazadas (o estúpidas) —todo eso no es te de sociología, economía y política, o de libido,
los dogmas académicos, ni mucho menos de fin- aquí ni una meta ni un adorno o una prima con censura y edipo. Si lo más característico, en mi
gir que estoy pensando a partir de la nada impo- que compensar lo desabrido del meollo, sino, val- opinión, del pensamiento actual no es ni siquiera
luta o de hacer pasar por mi propiedad privada ga lo que valga, parte del pensamiento mismo. Es el pensamiento científico, que a pesar de su evi-

18 l a g ac e ta n ov i em b r e de 2 016
adem ás

dente madurez me parece haber seguido desde empieza por estar ya separada de ella, sino de eso, en nuestra civilización, redunda siempre en
comienzos de siglo una dirección general cons- otra manera que la observación no puede obser- reforzar el prestigio y el exclusivismo de lo teó-
tante, sino más bien el comienzo de una reflexión var; pero justamente esa otra manera de saber es rico y lo técnico, concederle todo el saber, o sea
enriquecedora sobre la naturaleza de la signifi- la que más valdría la pena de tratar por fin de en- toda la luz sobre el sentido, y hacerlo al mismo
cación, yo no podía dejar de preguntarme cómo tender un poco. Que esa significación de primer tiempo cada vez más incapaz de entender otro sa-
significa la literatura y, más concretamente aún, grado es efectivamente circular es algo que se re- ber. En mi experiencia cotidiana estoy tan acos-
qué sentido toman las nociones o las teorías ela- pite a menudo en este libro. Pero se señala tam- tumbrado a encontrar lingüistas que no saben es-
boradas por mi época en torno a esos problemas bién que eso se debe a que es nuestro horizonte, cribir como escritores que tienen sobre la lengua
al confrontarlas con mi experiencia de escritor y y todos los horizontes son circulares, incluyen- las ideas menos lúcidas del mundo.
de lector, o incluso, por extensión, de comenta- do el del espacio físico (por lo menos según Eins- El desafío era pues tratar de escribir un libro
dor de la literatura. tein); pero en el sentido de que no se puede estar donde pueda uno pensar todo lo que le dé la gana
Esta experiencia nos coloca en efecto, para es- más allá de un horizonte, y no en el sentido literal sin que eso paralice el lenguaje sobre el que está
tas cuestiones, en una posición privilegiada. No de un círculo geométrico. Hay otras circularida- uno pensando. La vida, como estaba diciendo,
por el valor superior que la literatura como tal des y hay otras maneras de delimitar un espacio le enseña a uno el camino. Porque en la vida se
tenga o deje de tener, sino porque ella, como ejer- de manera que no toque el horizonte, pero eso no piensa escribiendo y hablando, y siempre en el
cicio de significación deliberadamente asumi- quita que haya mil señales para sugerirnos que lenguaje de todos los días, incluso cuando a la vez
do, puede situarse a la vez más allá de los actos un lenguaje podría saber que es un lenguaje sin (pero no siempre) se “escriban” o se “hablen” len-
significativos indeliberados o involuntarios que dejar de ejercerse —o para empezar a decirlo con guajes artificialmente construidos. Se puede en-
no pueden verse a sí mismos como tales, y más un término más característico: en su uso mismo. tonces intentar pensar con un lenguaje que sabe
acá de las miradas exteriores que ven la signifi- En cuanto a mí, ese es claramente el tema de la todo el tiempo que es lenguaje y que piensa por
cación sin ejercerla —o más exactamente que no siguiente etapa de la reflexión, para la que este ser lenguaje, no por otra cosa que estaría en otro
pueden ejercerla en el mismo lugar o el mismo ni- libro no hace más que barrer un poco el camino. sitio y para la que el lenguaje sería vehículo o tra-
vel o el mismo momento en que la ven. Siempre Pero volvamos a los rasgos de este libro, sa- ducción. Pero esto no es tan fácil como parece.
que he reflexionado sobre la significación, lite- cando un poco de los párrafos anteriores con qué Quiero decir que corre el peligro de caer en al-
raria o no, me ha parecido terminar en un pun- seguir situándolo, y hasta poniéndolo en su sitio. gunas facilidades. Una de ellas, muy de nuestros
to desde donde se vislumbra en el horizonte un Esta tercera zona no repugna únicamente a la mi- tiempos, es no distinguir entre la afirmación de
nivel de esta naturaleza. Todo me inclina a pen- rada teórica que, como el búho de Arreola, sólo que el pensamiento no está en otro lugar que el
sar que entre los lenguajes invisibles para sí y los reflexiona digiriendo. Como en la historia po- lenguaje, y la afirmación que los identifica al uno
metalenguajes que los fijan en una luz glacial hay lítica, la represión de un tercer mundo proviene con el otro. Decir que todo pensamiento es pala-
otra cosa. Para empezar, es claro que un lengua- siempre simultáneamente de los dos primeros. brería (o en el otro extremo, pero da igual, codi-
je nunca es igual al lenguaje-objeto en que lo pe- En nuestro caso, la que proviene del otro lado ficación lingüística), o que todo lenguaje es auto-
trifica la mirada de un metalenguaje que lo hace usará naturalmente un lenguaje menos refinado, máticamente pensamiento me parece que es su-
su tema, sin que ese excedente de significación pero, por ejemplo, ¿no nos reprime también, o primir el problema en lugar de enfrentarlo. Otra
pueda recuperarse tampoco en el nivel segun- más exactamente no nos reprimimos también so- de ellas, no menos frecuente, es tener una verdad
do que cree digerirlo. Para ese nivel, como para litos con la oscura convicción de que un poeta no escondida en otro sitio, y mientras se está procla-
todo digeridor, ese excedente son heces; pero no debe reflexionar demasiado sobre estas cosas? mando que hay que dejar a los lenguajes manifes-
seamos zoocentristas y pensemos en todo lo que Aparte de que a los que no piensan les irrita siem- tarse por sí mismos, estar manipulando en reali-
eso que llamamos heces puede ser en el metabo- pre que alguien piense, hay además aquí un mito dad ese espontaneísmo contra las otras verdades
lismo ecológico general. No hagamos pues ascos más profundo y confuso. Creer que la lucidez o teóricas para imponer sobre sus ruinas la propia.
a la comparación y no seamos por ejemplo menos incluso el conocimiento pueden hacer tanto daño Es como esos partidos que “se ponen a la cabeza”
atrevidos que uno de esos metalenguajes, el freu- es sin duda desconfiar de esas cosas, pero tam- de los movimientos populares: al final siempre
dismo, que se ha atrevido a mostrarnos toda la bién quizá atribuirles demasiados poderes. Por lo habla el partido, no el pueblo. Es lo que le pasaría
historia de activa represión que ha sido necesa- menos atribuirles demasiado terreno: implica que a este libro si desembocara en unas “Conclusio-
ria para llegar psicológicamente a ese asco físi- todo lo que no esté en el terreno de la expresión nes”: las conclusiones habrían estado en realidad
co. Pero entonces atrevámonos también a ver la ciega cae necesariamente en el petrificado terre- desde el principio instigando a la divagación en
represión teórica que nos elabora un asco inte- no que hiela la letal mirada de Medusa: la mira- espera de su oportunidad. Una facilidad más se-
lectual hacia el sentido cultural de ese asco mis- da que mira la acción. Si ya Perseo supo mandar ría identificar a nuestra vez el pensamiento con
mo, en el que nos repugna cada vez más meter las a Medusa a petrificarse sola, no se ve qué sigue los signos, pero secretamente concebidos como
narices. Pues entre el asco irreflexivo que se juz- persuadiéndonos de esa fatalidad. En el fondo de signos artificialmente construidos, y sólo ver un
ga “invencible” y no puede verse a sí mismo por ese miedo hay este otro: si pienso demasiado no pensamiento en el lenguaje de todos los días en
no poder vencerse a sí mismo, y la impasibilidad podré hacer el amor. Ninguna convicción menos la medida en que veamos en él ocultos los signos
objetiva que tiene primero que haber vencido su explícita y confesada ni más difundida que la que artificiales más o menos deformados o atenua-
asco, aplastándolo y borrándolo, para poder ver- podría resumirse en la consigna: o conciencia u dos. Con lo cual en realidad seguiríamos viendo
lo y desarticularlo, y que por consiguiente no se orgasmo (hasta el freudismo vulgar la perpetúa). el pensamiento en otro sitio, aunque ese otro sitio
las huele, hay una zona donde el asco es senti- Pero seamos justos con la vida, que no sólo no fuera otro lenguaje.
do humano del mundo y por lo tanto no es con- es, afortunadamente, tan simple, sino que ni si- Por todo esto este libro tenía que ser enor-
secuencia de unos mecanismos de la cultura, ni quiera nos deja casarnos del todo y para siem- memente digresivo. Tenía que mantener todo
parte de los mecanismos cuya consecuencia es la pre con nuestras simplezas. Si es cierto que to- el tiempo el punto de vista menos especializado
cultura, sino contemporáneo de esa cultura mis- davía hoy las mujeres, puesto que los hombres que le fuera posible, que era, entre los posibles,
ma, y por eso ni automático en el sentido en que siguen viéndolas como “naturales” (quiero decir el punto de vista del poeta. Pero incluso ése hu-
lo son los fenómenos extraculturales, sometidos como más “naturales” que ellos), corren el ries- biera podido ser demasiado especializadamente
(por lo menos para nosotros) a la causalidad, ni go cuando dejan ver demasiado su inteligencia de poético. Contra eso, por un lado, se introduce a
mudo en el sentido en que lo son los fenómenos provocar las dudas masculinas sobre su sexuali- veces el punto de vista menos prestigioso y au-
significativos acostados en el quirófano analí- dad, también es cierto que esas mismas mujeres torizado que existe: el del traductor, que nunca
tico: todo metalenguaje desarticula el lenguaje suelen despertar, por esa misma inteligencia, y a podrá permitirse la ridiculez de parangonarse
del que hace, justamente, su objeto, y así el asco menudo en los mismos hombres, exaltadas fan- con los guías de este mundo, como a veces los es-
desarticulado por una teoría del asco deja de ser tasías de superación sexual. Las dos reacciones critores y poetas se la permiten. Y por otro lado,
significancia, o sea perspectiva donde unos as- se superponen con frecuencia, y cuál de las dos se autoriza a la mirada a indagar en todos los te-
pectos del mundo toman sentido asqueroso, para vencerá en un momento dado depende sobre todo mas que despierten su curiosidad, y esa mirada,
presentarse únicamente como lugar vacío consti- de cuál vencerá entre el miedo y el deseo. Pero de aunque no deja de mirar desde la poesía, no mira
tuido por su pura posición en un orden de lugares estas cosas no sacamos nunca la consecuencia, por eso, mira por la curiosidad. Porque además,
que la determina. Tal es el famoso “desinterés” como si, una vez más, pensáramos en un lugar y aunque intente ser una mirada no especializada,
de la ciencia (y de la “ciencia”), o sea la actitud viviéramos en otro que no se tocan. Todavía hoy, tiene que mirar algunas zonas especializadas,
para la cual el valor no valora sino que acontece. entre los datos hace mucho divulgados por los puesto que sigue siendo siempre una mirada po-
En esa tercera zona, en cambio, el asco para estudios de Masters y Johnson, el que sigue pro- lémica que no puede permitirse la trampa mal-
empezar nos distingue de los animales: es pues duciendo infaliblemente sorpresa es el de las es- vada de fingir que el enemigo no existe. La más
parte de lo que nos hace humanos —pero “hace” tadísticas que muestran cómo el orgasmo es in- cercana de estas zonas era naturalmente la lin-
en el sentido lógico (o metafísico), que es como comparablemente más frecuente en las mujeres güística: hay así algunos pasajes (que no está pro-
decir que es “lo mismo” que lo humano y no una citadinas, modernas y con alto grado de educa- hibido saltarse) que abordan cuestiones lingüís-
cosa que “produce” lo humano y por lo tanto no lo ción que en las mujeres sencillas, campesinas y ticas bastante técnicas, pero siempre desde una
es. Y si lo es “para empezar”, quiere decir que, si supuestamente espontáneas (como también, na- posición rigurosamente no militante.$•
nos colocamos en esa perspectiva, fuera a la vez turalmente, en las maduras que en las jóvenes).
de la mirada que no sabe que mira y cree que el Y sin embargo los lectores de esos estudios son
mundo se mira solo, y de la que ve el error de ésa mujeres citadinas y cultas, y hombres del mismo
pero no como un modo de ver sino como un no tipo y que hacen sobre todo el amor, estadística-
ver, entonces esa mirada, nos coloquemos donde mente, con esas mujeres, y que por consiguiente
nos coloquemos, está siempre ya empezada y no deberían saberlo.
es posible colocarse antes de su comienzo para Esta comparación sexual puede todavía ense-
derivarla de un antecedente. Pero esa zona don- ñarnos algo. Saber hacer el amor no es lo mis-
de la significación está siempre ya empezada (y mo que tener conocimientos teóricos o técnicos
por supuesto nunca ya concluida) no es la zona en sobre eso. Pero tampoco es lo mismo que hacer-
que la significación es incapaz en su circularidad lo ciegamente, mal hecho, o para ser más exac-
de separarse de sí misma, es decir de saber que tos, estúpidamente. Confundir ese saber con un
es significación. No podrá saberlo como lo sabe conocimiento teórico o una técnica no hace sino
la otra significación, la que observa a ésta y que agrandar la brecha entre esos dos extremos, y

n ov i e m b r e d e 2 01 6 l a g ac e ta 19
N OVEDADES
FOND O DE C U LT U R A EC O N ÓMICA
NOV I E M B R E D E 2 016
551

Una vida en resiliencia Teatro completo Novelas escogidas En defensa de los derechos
El arte de vivir en peligro (1981-1998) de los animales
elena garro
brad evans y julian reid elena garro tom regan
El presente volumen reúne las 16
Enmarcado en los debates post- piezas dramáticas de esta escritora, La deslumbrante irrupción literaria El movimiento a favor de los
estructurales que animan buena entre ellas Andarse por las ramas, de Elena Garro (1916-1998) se derechos animales ha argumentado
parte de la sociología actual, este Los pilares de doña Blanca, Felipe dio en tres géneros: dramaturgia que la caza y captura de seres
libro es ante todo una lúcida crítica Ángeles, La dama boba, Parada (Un hogar sólido), novela (Los vivos, así como su uso para realizar
política del concepto de resiliencia, San Ángel y Sócrates y los gatos, recuerdos del porvenir) y cuento experimentos, son actividades
definida como la habilidad de los en las que impera el lenguaje (La semana de colores). Esto injustificables y reprobables.
sistemas para anticipar, absorber, poético y simbólico expresado en ocurrió entre 1958 y 1964. Luego Para defender estos argumentos
acomodarse o recuperarse atmósferas inesperadas, ámbitos de este triple debut, señalado generalmente se apela a principios
eficientemente de los efectos reales y fantásticos y una singular por la madurez técnica y la morales, pero casi nunca con
adversos de acontecimientos visión de la vida, la historia y la imaginación osada, Garro no volvió una base teórica sólida. A fin de
azarosos. Los autores analizan la condición humana. Esta edición a los estantes de las librerías superar esta deficiencia, Tom
conversión del concepto en una ordena cronológicamente las piezas sino hasta 1980. En el marco del Regan busca establecer cimientos
especie de mantra del liberalismo y enmienda los errores editoriales centenario del nacimiento de esta filosóficos para dicho movimiento.
y las implicaciones políticas de de versiones anteriores. El escritora fundamental de las letras Contra las afirmaciones de que los
tal manipulación. Se trata de un prólogo de Jesús Garro y de mexicanas del siglo xx, el presente animales carecen de conciencia,
trabajo pionero, pues inaugura la Guillermo Schmidhuber de la Mora, volumen reúne seis novelas y deseos, memoria, creencias o
crítica de tal concepto desde la otorga una visión íntima de la seis nouvelles: Reencuentro percepción, y por lo tanto, de
biopolítica. autora. En el marco del centenario de personajes, Mi hermanita derechos, Regan argumenta que
de su nacimiento, el fce se propone Magdalena, Testimonios sobre estos seres tienen más elementos
sociología
1ª ed. 2016, 269 pp.
contribuir al redescubrimiento del Mariana, La casa junto al río, Y en común con la humanidad de lo
fascinante universo imaginario de Matarazo no llamó… y Busca mi que se admite. De esto se desprende
una de las voces más originales de esquela. Todas ellas forman parte la necesidad de un cambio radical
las letras mexicanas. de la última etapa literaria de la en la forma de tratarlos. El
autora, la mayoría textos de poca autor aborda cuestiones como
letras mexicanas circulación editorial, difíciles de el bienestar, las capacidades
1ª ed. 2016, 408 pp.
conseguir. Por todo lo anterior, sensoriales, la justicia, el deber
este volumen pone a disposición indirecto y directo, los derechos y
del lector diversas aristas de la la igualdad. Gracias a ello, la obra
novelística de Garro, desde lo va más allá de su objetivo principal
testimonial hasta el suspenso, y da pie a la discusión sobre los
pasando por la política. derechos básicos de los miembros
más vulnerables de la sociedad.
letras mexicanas
1ª ed. 2016, 928 pp. filosofía
1ª ed. (fce, instituto de investigaciones
filosóficas-unam, programa universitario
de bioética), 2016, 504 pp.

20 l a g ac e ta n ov i em b r e de 2 016
El Machete
Edición facsimilar
luciano concheiro (coordinador). autores varios

En 1980, el antropólogo Roger Bartra fundó la revista El Machete, publicación financiada por el
Partido Comunista Mexicano que, pese a su breve vida —tan sólo 15 números— llegó a convertir-
se en punto de referencia del análisis social y la cultura política del país. La revista fue nombrada
así en homenaje a la revista del mismo nombre vinculada también al PCM en la década de 1920.
En retrospectiva, El Machete representa un punto de inflexión en el pensamiento de izquierda,
particularmente el de raigambre marxista, al introducir temas de identidad cultural que hoy son
parte de la agenda política e institucional: derechos de los homosexuales, legalización de la ma-
rihuana, guadalupanismo, todo ello en un lenguaje escrito y gráfico irreverente. Irónica, lúdica y
siempre crítica, su búsqueda podía oscilar entre una visita al teatro Blanquita, un examen de La
familia Burrón o el análisis polivalente del rock y la trova. Su discurso plástico presentó innova-
ciones radicales gracias a los reconocidos artistas Rafael López Castro y Alberto Castro Leñero,
encargados del diseño y el arte, respectivamente. Esta edición facsimilar reproduce las caracte-
rísticas originales de la revista en cuanto a papel, portadas, color y formación.

letras mexicanas
1ª ed. 2016, 1110 pp.

Cazadores de especies La marca indeleble Romeo y Julieta Entre noches y fantasmas


richard conniff alicia molina, ilustrado william shakespeare, francisco tario, ilustrado
por carlos vélez ilustrado por mercè lópez por isidro r. esquivel
Richard Conniff, escritor
y periodista estadunidense Los primeros en darse cuenta Para conmemorar los 400 años Francisco Tario ha sido considera-
especializado en el comportamiento de que Inés no estaba fueron los de la muerte de Shakespeare, do durante mucho tiempo un autor
animal y el comportamiento pájaros. Daban vueltas piando publicamos esta versión ilustrada de culto pero en los últimos años su
humano, narra en esta obra los y reclamando alrededor de la del clásico Romeo y Julieta, obra obra ha ganado muchos nuevos lec-
descubrimientos de los viajeros banca del bosque donde, cada que se publicó por primera vez en tores. En 2012 la editorial española
y exploradores de los siglos xviii tarde, la princesita se sentaba a 1597 y que el paso del tiempo ha Atalanta publicó La noche; en 2013
y xix, pioneros del estudio de la ponerles trigo, arroz y alpiste. Los consagrado. La intensidad de los Conaculta, ahora Secretaría de Cul-
biodiversidad. El libro es idóneo últimos que la vieron recordaron sentimientos en ella representados tura, y Lectorum coeditaron La se-
para quienes estudian temas que iba entre las garras de un la ha convertido en una de las mana escarlata y otros relatos; en
de ecología y, debido a su estilo dragón. Después vino el llanto obras más divulgadas del autor 2015 el fce publicó el primer tomo
sencillo y directo, dotado de un y la desesperación, hasta que su inglés, la cual sigue siendo recreada de sus obras completas y este año
claro impulso literario que atrapa al hermano Esteban y su primo Rulo con frecuencia en la música, la publicó el segundo. En este resur-
lector, también para los interesados decidieron emprender un viaje para danza, el teatro y la literatura; sin gimiento se publica Entre noches
en conocer las relaciones históricas rescatarla, acompañados por Li, embargo, las ediciones ilustradas y fantasmas, breve selección de
y biográficas de importantes un astuto colibrí. La desaparición disponibles son pocas. Esta cuentos ilustrados por Isidro R. Es-
personajes de la biología como de la princesa Inés es el punto de propuesta completamente gráfica, quivel, quien ha logrado capturar la
Buffon, Say, Wallace, Bates, Owen o partida de este breve relato que ilustrada de manera espléndida voz del autor y propone, desde una
Daubenton. La obra se complementa describe la sagacidad de un paje, un por Mercè López, narra de manera mirada personal, su interpretación
con ilustraciones, bibliografía y un aprendiz de escudero y un colibrí fresca esta historia de amor de la historia que narra un féretro
índice analítico que enriquecen la para traerla de vuelta al castillo. juvenil que, desde el comienzo, que se sabe destinado al matrimo-
de por sí muy amena narración. La travesía estará llena de peligros predice su trágico desenlace. nio o, como lo designan comúnmen-
y retos, así que los tres valientes “Al placer violento sigue un final te, al entierro, y que sueña con el
ciencia y tecnología amigos tendrán que recurrir violento”, dice Fray Lorenzo. Este encuentro de su cónyuge; la de un
1ª ed. 2016, 449 pp.
una y otra vez a su imaginación presagio está presente también perro tísico que relata la muerte
para enfrentar al temible dragón; en la propuesta de Mercè, quien de su amo, un joven y triste poeta,
sin embargo, pronto se darán incluye en sus composiciones y la desesperación que siente al no
cuenta de que éste es más astuto elementos que simbolizan los poder hacer otra cosa que verlo mo-
de lo que suponen y que la única peligros de este amor imposible rir; la de un traje gris que, cansado
manera de vencerlo es si consiguen debido al odio imperante en sus de su espantosa monotonía, decide
hacerle las preguntas precisas. familias. En medio de este odio, el salir y experimentar la vida de los
Una historia conmovedora y amor de Romeo y Julieta persiste, hombres; la de una extraña enfer-
llena de aventuras que fomenta el así lo representa la ilustradora, medad que llega a un pueblo en la
pensamiento crítico de los niños quien envuelve a los personajes forma de una polka ininterrumpida
a través de las situaciones que entre corales y otros elementos que, después de que el paciente la
enfrentan y las decisiones que marinos que, conforme avanza la escucha durante diez días, desa-
deben tomar los protagonistas. Las historia, se van transformando parece; la de una mujer que no le
ilustraciones de Carlos Vélez están en espinos. El odio, la pasión cumple a su esposo la promesa de
llenas de detalles y expresividad, y llevada a la locura, los celos, la ser enterrado con su vieja pata de
logran transmitir con eficacia las fidelidad a los suyos y al amor que palo y por ello es atormentada. És-
emociones del texto. los protagonistas se han jurado tos son algunos de los personajes y
son algunos de los sentimientos tramas de esta selección de cuentos
a la orilla del viento que William Shakespeare expone donde lo impredecible, lo fantástico
1ª ed. en español, 2016, 56 pp.
en Romeo y Julieta y que Mercè y lo fantasmal siempre están pre-
captura y transforma en imágenes sentes. Entre noches y fantasmas,
que conquistarán a todo tipo de libro coeditado con la Secretaría de
lectores por su potente fuerza y Cultura, es un pequeño homenaje a
expresividad. uno de los mejores cuentistas mexi-
canos, quien ha sido comparado con
clásicos autores como Jorge Luis Borges,
1ª ed. en español, 2016, 56 pp.
Juan José Arreola y Juan Rulfo;
pero sobre todo un autor que siem-
pre ha sido reconocido y recomen-
dado por sus lectores. Por su parte,
Isidro R. Esquivel hace evidente su
madurez y rigor como ilustrador.
clásicos
1ª ed. en español, 2016, 120 pp.

n ov i e m b r e d e 2 01 6 l a g ac e ta 21
t ras f o n d o

fragmento

El tiempo real
Luis Tovar

El solipsismo no es la forma de pensamiento más


10
8
prestigiada pero puede ser una veta muy rica para la
exploración literaria, como lo demuestra el presente texto
—fragmento de la novela inédita El tiempo real— hecho de

3
sensaciones y reflexiones contenidas en la interioridad pura,
no obstante reveladoras de la condición humana moderna.

4 de mayo de 2001, los ojos—, recordando el cuento Recuerda cuántas veces ha pen- riamente múltiple, agolpado siem-
8:31 de la mañana de Ribeyro y haciéndole honores sado en no ser, como los que a sus pre a las puertas del entendimien-
Sólo ha transcurrido un minuto a la cortazariana vaga equívoca espaldas siguen saliendo del Metro, to y dándose codazos para entrar
desde que llegó a la estación Po- fragancia pero también al humo más que uno de tantos transeúntes, primero.
lanco del Metro. Tiene sueño, pues que tapiza las gargantas, al insigne que se dirige a un sitio sólo cono- La memoria es el vestíbulo de la
prácticamente no durmió anoche, puro entre los labios de Groucho, a cido por él mismo, movido por un razón, se dice, pero si no se le asig-
y no podría decidir qué parte del Cabrera Infante de puro humo y a propósito igualmente ignorado por nan turnos al infinito de posibles
cuerpo le duele más. Hasta ahora otros notables fumadores. el resto de las personas que, como evocaciones, la combinación será
le había funcionado la estratagema Aunque más tarde, al otro día, el él, andan por la calle. Se dice a sí irremediablemente caótica. ¿Y qué
de sumir la tensión nerviosa en un sueño sea mucho, no hace nada por mismo que el anonimato es el más combinación no lo es? Sólo un enga-
charco de cansancio, pero esta vez pelear contra el insomnio. La ma- claro signo de la vida urbana con- ño amable, eso de creer que la ruta
cada músculo le dice que todo el día drugada lo pesca en vela todas las temporánea, y que a nadie le impor- causal es algo más que la residencia
sentirá el cuerpo tan tieso como un noches, y cada una de ellas Mario tan los propósitos del otro, salvo provisional del desorden.
palo reseco, y al mismo tiempo un se repite que tal como hace con su que sus respectivas trayectorias se El presente. Aute cantando “aho-
agotamiento como el que producen cajetilla de cigarros diaria, así es intersecten, pero sabe también que, ra es un instante dentro de un re-
los insomnios largos y reiterados. él y así está bien. Lleva demasiados cuando eso sucede, por lo regular loj”. La no-metáfora de un reloj de
Como si eso no bastara fumará años acostándose a las dos o tres es de manera conflictiva. arena traído de Zacatecas que un
más que nunca, más que siempre, de la mañana como para aceptar Piensa en los desplazamientos, día, un instante cualquiera, dejó de
con lo que se acarreará todos los al menos la posibilidad de que lo en ir de un sitio a otro. Nadie pue- permitir el paso de los granos de
males posibles que nunca dejan suyo es un problema de sueño. Lo de concentrar la totalidad de sus un lado al otro. Cuando Mario se
de mencionar aquellos que no fu- tiene bien mecanizado: dormir has- actividades en un solo lugar. Sólo dio cuenta de que ahí, en el interior
man y consideran una obligación, ta bien tarde le permite levantarse renunciando, sólo evitando delibe- de esa clepsidra seca, para nadie
casi una cruzada, decirle al que cuando todos los demás ya están radamente el movimiento. Y sólo, y al mismo tiempo para cualquier
fuma que no debe hacerlo porque en movimiento, han desayunado, claro está, a partir de condiciones persona que lo descubriera y qui-
daña mucho no sólo su salud sino salieron a la calle y se dirigen o materiales específicas. Entre más siera creerlo, el tiempo no andaba;
la de medio mundo, que si los fu- ya llegaron al sitio adonde van. pobre más tiene uno que moverse, cuando entró a casa, encendió la
madores pasivos, que si la falta de Pero si le preguntaran, aseguraría pero es menos posible llegar lejos. luz del pasillo y, como si hubiera
concentración, el aniquilamiento que no es por eso que se desvela escuchado que alguien se lo orde-
neuronal, incluso a la larga la im- y se levanta tarde. Diría que no lo ** nara, lo primero que hizo fue mirar
potencia, pero antes y paulatina- hace por ninguna razón particular, el reloj de arena detenido a medio
mente los problemas de erección sino sencillamente porque así está El túnel Ogarrio en Real de Cator- camino; cuando lo descubrió tuvo
y el desinterés sexual, y más y acostumbrado. No reconocería, ce no tiene una inscripción donde un atisbo, así fuera humilde, de
más, tal como si el tabaco fuera y por mucho que explicarlo le regala- se lea “abandonad toda esperanza” intemporalidad.
siempre hubiera sido poco menos ra un breve placer, que después de pero no hace falta, porque cada Pero nada de esto ha ocurrido
o de plano tan letal como la más tantas noches de sueño incompleto quien ve lo que quiere ver y por eso todavía; sucederá más de tres años
eficiente de las armas bacteriológi- sabe bien que el premio consiste en Mario sí puede leerla o, más preci- después, aunque Mario no lo sabe.
cas —o una de destrucción masiva, ver, a la mañana siguiente, la rea- samente, sí podrá verla o, todavía Como con tantos otros aconteci-
ironiza—, todo lo cual, en caso de lidad como de a golpes. En fotones, más precisamente, del domingo seis mientos, no tiene modo de saberlo
ser cierto, daría mucho que pen- diría él. de mayo en adelante dirá que ahí y, no obstante, su ignorancia no al-
sar respecto de la creciente pero estaba, que vio esa leyenda advir- terará ni un ápice la configuración
siempre hipócrita prohibición fu- * tiéndole que, una vez habiendo pa- del futuro. Un ápice. Como todos,
madora pues, en todo caso, lo que sado por ahí, ya no había ni salva- Mario emplea la palabra “ápice”
deberían prohibir es su producción Así como si nada llegarán los días ción ni regreso ni nada; que cuando para significar “poco”. Lo que por
y comercialización, no su consu- por venir. Mario detiene la vista en traspasara ese túnel, única vía para ahora tampoco sabe es que dentro
mo, y entonces habría que replan- la palma de su mano izquierda, sa- entrar a Real de Catorce, lo que ha- de seis años leerá en un libro de Ro-
tearse decenas de consideraciones biendo que su futuro no está escrito bría de venir era la nada, el tiempo bert Kaplan la historia del número
—meros sobreentendidos, a cual ahí. Lo ignora todo respecto de la sin asideros, el reloj inmóvil. cero y comprenderá que, en rigor,
más difuso— respecto de los estu- quiromancia, y además no cree en Antes que todo eso, una cuen- un ápice es una porción de infinito,
pefacientes en general, sobre todo esas suertes. Se mira la palma por- ta atrás. Verá cumplido —ya está y que en sí mismo es infinito tam-
teniendo en cuenta que dentro de que sí, para distraerse. También, cumpliéndose, mejor dicho— algo bién. Lo que Mario sí sabe desde
unos doce o trece años comenza- un poco, porque sin darse cuenta que le gusta mucho decir: que el hace mucho es que basta un ápice
rá a legalizarse el consumo de la está rememorando la única vez que tiempo no debería medirse por los para caer en la tentación de forjar
mariguana, después de lo cual será alguien pretendió encontrar ahí su minutos que pasan sino por lo que los eternos universos del hubiera,
ridículo, por decir lo menos, que destino. Hace tantos años de eso, pasa en los minutos, pero dejará de palabra útil para tocar, aunque sea
nadie pueda fumarse un cigarro en que no podría recordar exactamen- decirlo en voz alta luego de que un sólo con el pensamiento, el que aca-
un restaurante, pero sí pueda pren- te lo que le dijeron. A su memoria menos que mediocre cantautor gua- so sea el único infinito de verdad
derle fuego a un buen churro gallo sólo viene la imagen de sí mismo temalteco perpetre una canción en accesible para el género humano.
carrujo porro chubi toquecito son. caminando por avenida Insurgen- la que incluirá una frase demasiado Cualquier hubiera es bueno, to-
Por eso, congruente consigo tes, distraído. Antes de llegar a una parecida. Lo que sí seguirá pensan- dos valen lo mismo, y debería ser
mismo, Mario celebra el día mun- esquina una mujer lo interpeló y do y diciendo es que a cada quien le fácil darse cuenta de que los hechos
dial de no fumar encendiendo muy ofreció leerle las líneas de la mano. toca su Aleph, que cada quien vive cotidianos también son un hubiera,
temprano su enésimo Lucky Strike A pesar de su escepticismo, él acep- su concierto y su desconcierto y, si que eso que tan confiadamente lla-
—y una mañana cualquiera de 2016 tó perder diez minutos y quince no tiene otro remedio ni logra evi- mamos realidad es apenas el tal vez
hará lo mismo con su Marlboro pesos colaborando en el sustento de tarlo, su simultaneidad, ese todo que alzó primero la mano, algo así
100, cuando apenas esté abriendo aquella falsísima gitana. indeseado, ingobernable, necesa- como el primer caramelo que sale

22 l a g ac e ta n ov i em b r e de 2 016
4 el tiemp o rea l

1
contra nadie, no tenemos millones
de pesos y por lo tanto no estamos

12
en posibilidades de perderlos, no
pertenecemos a ninguna organiza-
ción secreta ni pública, no manifes-
tamos preferencia política definida,
no se nos reprime en una manifes-
tación porque no vamos a ninguna,

6
no se nos censura porque no hace-
mos nada por expresar nuestra opi-

9 nión, con dificultad votamos cada


que hay elecciones, no conocemos a
ningún famoso, no vivimos roman-
ces dignos del fanzín, no deseamos
asesinar a nadie, no somos ladrones
7 ni grandes ni pequeños, no nos sa-
camos la lotería, no aparecemos en
pantalla alguna, no tenemos nada
que ver con el narco ni con la poli-

11
cía judicial ni con la piratería ni con
la política ni con ninguna de todas
las cosas de las que se habla en los
medios, que se escriben en la lite-
ratura, que se publican en diarios y
revistas o se performancean en

2
la calle.
Y después de todo, sólo somos
hombres ordinarios, como bien dijo
Waters aquella vez que anduvo del
otro lado de la luna. Ordinarios,
del paquete. Un puede serr que a fin prodigio era capaz de concitar la cación. Sí, claro, como si de verdad comunes y corrientes, semejantes
de cuentas fue, como pudo tocarle a unanimidad absoluta, puesto que su fuera posible comunicarse con los al resto. Iguales a nosotros mis-
otro cualquiera. amigo lo escuchó, dijo algo así como demás. Ni en sueños. Ni en un mi- mos, si se nos compara con los que
Aunque la frase suena bien bonita “ah, mira”, y volvió a lo suyo, va- llón de años. fuimos hace tres, seis, diez años, e
y ya ves cuántos la usan para decir riando apenas el gesto y la actitud. Pero como estoy solo y eso es idénticos a los que seremos dentro
algo quesque muy profundo, o cuan- algo que muy probablemente no va de otros doce y otros quince, da lo
do menos que suene medio culto, la *** a cambiar, en este aquí y este aho- mismo el número. Solamente unas
pura verdad es que arquitecto de su ra soy el único que decide si algo es cuantas canas, una barriga más
propio destino, bien visto, no es na- Como bien sabe cualquiera, el viaje importante, y mi dictamen es que prominente, una próstata más gas-
die. Más bien, como es claro si uno consiste en el trayecto y no en la es- todo lo es. Digamos que aplicaré tada, más poros en los huesos, otra
sabe escuchar lo que los ciegos can- tadía, forzosamente fugaz, en el si- la teoría del mínimo cambio nece- vestimenta porque la que teníamos
tan, cada quien ha hecho lo que ha tio adonde conducen los movimien- sario, pero de tal manera que no se fue estropeando
podido y Fortuna lo que ha querido. tos. Lo mismo habría que hacer con resulten eventos catastróficos ni
Es verdad, piensa, que los ac- el lugar de donde se ha salido, como notorios ni relevantes, ni siquiera como nosotros, ni más ni menos que
tos tienen consecuencias, pero el bien sabía Kazantzakis que sabía memorables. No todos los aleteos como nosotros, cada día más hechos
campo donde gobierna la causali- Odiseo. de mariposa tienen que terminar en del sedimento de aquello que quisi-
dad pura es en realidad muy res- ¡Pero qué ganas de hacerme un tifones, como pretende cierta mala mos ser y jamás acabó de cuajar/
tringido. La causalidad como yo la gran favor! ¿Qué clase de Odiseo literatura y como medio mundo
entiendo, es decir, una en la que no puedo ser aquí, hoy, una mañana de se muere de ganas de que sean sus pero por fin, entonces, ¿lo mismo o
intervenga ninguna contingencia. viernes afuera de una estación del viditas para no sentir que no están no? ¿Iguales o casi? Por ahí asoma
Pero para eso habría que vivir en Metro? ¿Me alcanza la soberbia para vivos, ignoro si por deformación su purulencia nuestro personalísi-
un laboratorio, e incluso en un ace- romantizar —en todos los sentidos literaria o quizá cinera o más bien mo retrato doriangreyesco, no para
lerador de partículas, con absoluta- posibles, incluyendo el de confeccio- televisiva o por supuesto que todas recordarnos quién somos ni quién
mente todas las condiciones contro- nar con todo esto una romain— un juntas. fuimos ni quién seremos, sino quién
ladas, también absolutamente. viaje que en este momento ni siquie- El mundo está lleno de nosotros, vamos siendo/
“Despacio”, piensa, catorce mi- ra sé si de veras voy a hacer? los que sólo somos importantes
nutos antes de que todo comience a Como tantos otros, y si me apu- para nosotros y quizá ni siquiera porque sólo somos un gerundio/
suceder. Piensa despacio. No siem- ran como casi todos, no soy sino un eso, cuyosnuestros actos no tienen
pre la mejor vía es la más corta, y puñado de trivialidades a las que más consecuencias que una nueva al dejar de ser y convertirnos en
se puede llegar más pronto siguien- puede otorgársele orden, sentido, organización en los impulsos y los unos nosotros diferentes a todo, pero
do una ruta que no sea ni recta ni la significado. Por sí mismo nada tie- flujos eléctricos dentro de nuestros sobre todo diferentes a los que nunca
que aparentemente tomaría menos ne importancia, ya se sabe. Es per- cerebros. Estamos en todas partes llegaremos a ser/
tiempo. La memoria y el pensa- fectamente posible vivir dándole y aunque nuestra ausencia indivi-
miento también tienen sus agujeros la espalda al mundo, mirándose el dual tampoco sería notable, si de y otra vez el verbo llegar, de nuevo
de gusano a modo de atajos, por ombligo. El centro del mundo está repente nos borráramos colectiva- la idea de trayecto debajo de toda
donde puede cortarse camino. Pero en todas partes, tantas como habi- mente del mapa y del tiempo, en- conceptualización acerca de uno y su
no. No se trata de llegar más pron- tantes hay en él. tonces sí que alguien, algún alguien contexto/
to. Aquí hay una trampa. Hay que Lo mío es el simple y puro egoís- igual de anónimo que los recién
evitar los pasadizos, no propiciar- mo de esa mónada consciente que, a desaparecidos levantaría las cejas pero qué derrotismo, dios mío/
los, para ya no hablar de seguirlos. final de cuentas, venimos a ser todos y se preguntaría si acaso antes no
De nueva cuenta mira la calle, y cada uno de los seres humanos. Mi había ahí diez o veinte millones de en una tierra sin dioses, precisamen-
y el desorden sonoro que sale del viaje, mi angustia, mi historia, ¿son seres, ¿qué pasaría con ellos? te, porque ellos también fueron po-
Metro le recuerda la nieve de un importantes para alguien que no sea Pasa que estamos un poco enfer- niéndose viejos, les vinieron los acha-
televisor sin señal, esa lluvia in- yo? ¿Lo serán para el yo que seré mos. Un poco enfermos y también ques, perdieron elasticidad… ¿Y qué
terminable de puntos blancogrises después, cuando todas estas pala- cansados. Encima de nuestras es- es un héroe, ya que un dios a fin de
que en otros tiempos remataba, ya bras que ahora me digo hayan sido paldas medra el peso inmenso del cuentas no es más que un ídolo al que
entradísima la noche, una jornada sustituidas por otras que en reali- prestigio de los que no son como se le habla de tú a la hora de los mie-
de transmisiones, lluvia hertziana dad vendrán a valer exactamente lo nosotros, ésos que nos necesitan dos grandes? ¿Qué es un héroe cuan-
hoy inexistente a consecuencia de mismo? ¿Por qué debo creer que la muchísimo más de lo que nosotros do está vencido, cuando no fue capaz
la todavía más interminable pro- representación del mundo que hoy podemos necesitarlos jamás a ellos, de las proezas en prenda de las cuales
gramación televisiva. Cuando supo ocupa mi cabeza es la más válida o la aunque hayan conseguido hacernos lo instalamos muy bonito en su pedes-
que una porción de ese ruido sin mejor si sólo, si apenas, es la única creer que es al contrario. Nosotros, tal? ¡A quitarlo entonces! Que se vaya
concierto en realidad es un rema- de la que soy capaz? Ya no estamos los enfermos de anonimato cróni- mucho a la chingada, si para fracasar
nente del Big Bang; cuando asimiló en el mejor de los mundos posibles, co, no hacemos, ni tenemos, ni de- cada quien se basta solo.$•
la paradoja tremenda de que resul- sino con dificultades, pobremente, cimos, ni pensamos ni nos sucede
tara tan fácil, incluso involuntario, en la menos incompleta de las re- nada de todo aquello que parece re-
acceder a un testimonio directo del presentaciones posibles, y todas son quisito insoslayable para que algún
origen de todo, y que como le pasó individuales, lo cual significa que otro nos mencione: huérfanos, au-
a millones y millones en todo el le sirven a uno nada más, aunque a sentes, ayunos, carentes de singu-
mundo, atestiguó la maravilla in- veces ni siquiera eso. laridad, o mejor dicho de cierto tipo
contables veces sin siquiera poder Se supone que todo esto tendría de singularidad, ésa que sale en las
imaginarla, Mario tuvo un estre- que estar diciéndoselo a alguien. A películas y en las series de televi-
mecimiento, y tuvo otro cuando le Beatriz, por ejemplo. Se supone que sión y de la que se habla en las nove- El tiempo real fue escrito gracias al
explicó el asunto a Bruno y descu- debo armar el artificio del diálogo, las. No vemos fantasmas, no hace- apoyo del Sistema Nacional de Crea-
brió que ni siquiera un auténtico la quimera reiterada de la comuni- mos estallar aviones, no atentamos dores de Arte.

n ov i e m b r e d e 2 01 6 l a g ac e ta 23
CONCURSO INTERNACIONAL DE

¡Si tienes entre 9 y 15 años esta convocatoria es para ti!

¿Cómo participo? Bases

1. Si tienes entre 9 y 11 años de edad participa en la categoría A. A. La convocatoria estará abierta a participantes de 9 a 15 años de edad. De-
2. Si tienes entre 12 y 15 años de edad participa en la categoría B. berán presentar un video en idioma español, sin importar el territorio geográfico
3. Elige uno de los siguientes libros de la colección A la Orilla del en el que residan. La participación en este concurso implica la total aceptación
Viento del FCE: de las bases de esta convocatoria.
B. El premio del Concurso Internacional de Booktubers 2016 consistirá en un
Categoría A
reconocimiento, una tableta, un paquete de libros del FCE y un taller en el
Concierto No. 7 para violín y brujas, de Joel Franz Rosell
Centro de Cultura Digital.
Travesuritis aguda, de Rafael Barajas, El Fisgón
La decisión de Ricardo, de Vivian Mansour C. El video deberá ser de 1 a 3 minutos de duración, de no ser así, será desca-
El profesor Zíper y la fabulosa guitarra eléctrica, de Juan Villoro lificado. Se valorarán las opiniones personales de los participantes más que
los resúmenes de los textos.
Categoría B
Un viejo gato gris mirando por la ventana, de Antonio Malpica D. Se descalificarán aquellos videos que se limiten a contar el libro, específica-
Los osos hibernan soñando que son lagartijas, de Juan Carlos Quezadas mente el final, o que sólo respondan las preguntas que sugerimos en el punto 5.
En la oscuridad, de Júlio Emílio Braz E. Cada participante deberá ser registrado en nuestra página:
Odisea por el espacio inexistente, de M. B. Brozon www.fondodeculturaeconomica.com por un adulto responsable.

4. Ve a tu librería más cercana o cómpralo en nuestra librería virtual F. Los videos se recibirán desde el 19 de octubre de 2016 hasta el 10 de febrero
www.fondodeculturaeconomica.com de 2017. No se aceptarán videos extemporáneos bajo ninguna circunstancia.
5. Cuando hayas terminado tu lectura, te invitamos a pensar ¿qué te pareció?, G. El Fondo de Cultura Económica designará un jurado compuesto por cinco pres-
¿te gustó?, ¿le cambiarías algo?, ¿te recuerda a alguien?, ¿quién fue tu per- tigiosos autores y booktubers que elegirán dos videos ganadores, uno por
sonaje favorito?, ¿le añadirías algo?, ¿qué te hizo sentir? cada categoría, y otorgarán menciones si así lo consideran.
6. Cuéntanos tus opiniones grabando un video de 3 minutos máximo en un ce-
lular, tableta o computadora. El nombre de tu video debe contener el hashtag H. El fallo del jurado será inapelable y se dará a conocer el 10 de marzo de 2017
#LeoyCompartoFCE + el título del libro que hayas elegido: por correo electrónico a los ganadores, en la página del FCE y en nuestras
#LeoyCompartoFCETravesuritisAguda redes sociales. Ese mismo día se dará a conocer el lugar de la ceremonia de
7. Listo, ahora ¡súbelo a YouTube! www.youtube.com premiación, la cual se llevará a cabo el 1° de abril de 2017.
· Accede a YouTube y crea tu cuenta.
I. Cualquier caso no previsto en esta convocatoria será resuelto por el Fondo de
· Haz clic donde dice Subir video (parte superior de la página).
Cultura Económica.
· Selecciona el video que desees subir.
· Mientras el video se sube, puedes agregar información, título, hashtag J. Los datos personales de los participantes son de carácter confidencial, y así
y descripción. serán tratados de conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables.
· Cuando haya quedado como tú quieres, haz clic en Publicar para terminar
K. En caso de dudas, pueden comunicarse a las oficinas del Fondo de Cultura
de subirlo a YouTube.
Económica en el teléfono 5554491800 o a los correos cperez@fondodecultu-
· Selecciona la opción Compartir (Share) y copia el enlace que aparece.
raeconomica.com y hdelarosa@fondodeculturaeconomica.com
8. Regístrate en nuestra página www.fondodeculturaeconomica.com y sube el
enlace de tu video. ¡Listo!
Lee, graba y comparte

¡Participa y gánate una


tableta electrónica y libros!

Potrebbero piacerti anche