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CRISTIANOS BIPOLARES

(Gálatas 3:1-5)

Una de las cosas más interesante en este tiempo es encontrarme con los
"cristianos bipolares"; por un lado creen que la salvación viene de Jesucristo
pero por otro lado piensan que deben guardar la ley para mantenerse salvos.
Es decir su mente tiene dos polos, un polo es la fe en la obra de Cristo en la
cruz y la otra se encuentra la ley de Moisés.

Pablo se encontró con este mismo problema en las iglesias de Galacia; él les
había predicado claramente la obra de Cristo en la cruz pero ellos se habían
ido tras la enseñanza de los judaizantes quienes enseñaban que para ser
salvos había que circuncidarse y guardar toda la ley de Moisés.

En los grupos de Facebook me encuentro con estas personas; creen que


Cristo les salvó, pero piensan que no es suficiente, que es necesario guardar
la ley para justificarse. El día de hoy el énfasis no es tanto en la circuncisión
sino en el decálogo o los diez mandamientos.
Pregunté en un grupo de Facebook: ¿En qué lugar de la Biblia dice que los
gentiles deben guardar los 10 mandamientos? Y ninguno pudo responder,
escribieron muchas cosas o versículos fuera de contexto pero ninguno pudo
responder. ¿Por qué? Porque en la Biblia no existe tal cosa como que los
gentiles deben de guardar los 10 mandamientos.

¿Para quien fueron dados los 10 mandamientos?

Para responder esta pregunta debemos ir a Deuteronomio 5:

1 Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos
que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para
ponerlos por obra. 2 Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb.
3 No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los
que estamos aquí hoy vivos. (Deuteronomio 5:1-3)
Moisés está en la última etapa de su vida, recordando lo que pasó hace 40
años cuando Israel salió de Egipto. Les dice que Dios hizo un pacto con
exclusivamente con ellos en Horeb. Un pacto que ni siquiera había hecho con
sus padres (Abraham, Isaac y Jacob); sino como dice Moisés: "Con todos los
que estamos vivos hoy."

Les está diciendo que este pacto era algo nuevo, algo que no existió antes, y
les empieza a enunciar el pacto.

Entre los versos 4 y 21 vemos que ese pacto es lo que llamamos el decálogo o
los diez mandamientos.

Veamos el verso 22: "Estas palabras habló Jehová a toda vuestra


congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la
oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra,
las cuales me dio a mí."

Estas leyes, que fueron escritas por el dedo de Dios en dos tablas de piedra
fueron exclusivas para el pueblo de Israel.

Veamos lo que dice Pablo en Romanos:

12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el


pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no
hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán
hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de
Adán, el cual es figura del que había de venir. (Romanos 5:12-14)
Entonces vemos que hasta Moisés no hubo ley; la ley empezó con él, así que
la ley tuvo un inicio; aunque también tuvo un fin. (Romanos 5:12-14)

Romanos 10:1-4
1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por
Israel, es para salvación. 2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de
Dios, pero no conforme a ciencia. 3 Porque ignorando la justicia de Dios, y
procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Pablo está diciendo aquí que el pueblo de Israel aunque tenían celo de Dios
no lo hacían correctamente, porque no tomaban en cuenta la justicia de Dios
sino que procuraban establecer la suya propia mediante el cumplimiento de
la ley, sin darse que el fin de la ley es Cristo.

Eso es lo que hacen muchos que se dicen cristianos hoy y que quieren
justificarse ante Dios mediante el cumplimiento de la ley, están
estableciendo su propia justicia por no entender que la ley llegó a su fin con
Cristo.

Gálatas 3:19-26
19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las
transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y
fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. 20 Y el
mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. 21 ¿Luego la ley es contraria
a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera
vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22 Mas la Escritura lo
encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo
fuese dada a los creyentes. 23 Pero antes que viniese la fe, estábamos
confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.
24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de
que fuésemos justificados por la fe.25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo
ayo,26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.

Vemos que la ley tuvo un propósito, fue añadida a causa de las


transgresiones; pero también tuvo una terminación, hasta que viniese la
simiente a quien fue hecha la promesa.

La ley no está en contra de las promesas de Dios, pero la ley no puede dar
vida, la ley lo encerró todo bajo pecado para que recibamos la promesa por la
fe en Jesucristo.

Antes que llegase la fe estábamos confinados bajo la ley, es decir la ley fue
como un ayo que nos llevó a Cristo.

Pero ahora que llego la fe (en Cristo) ya no tenemos la necesidad de un ayo,


es decir, ya no tenemos necesidad de la ley.
Pero estos creyentes bipolares no entienden esto; la sangre de Cristo no fue
suficiente, para ellos la cruz no fue suficiente, necesitan de la ley como un
valor agregado.

El problema es que al hacer esto se ponen ellos mismo bajo maldición pues
nadie es capaz de cumplir con la ley.

10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición,
pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas
escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11 Y que por la ley ninguno se
justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12 y la ley
no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
(Gálatas 3:10-12)

Ellos mismo entran en la maldición de la ley porque esta exige que uno haga
todo lo que está escrito en ella, sin fallar. y nadie puede. Sin darse cuenta de
lo sencillo que es la solución.

Gálatas 3:13-14
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero.
14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles,
a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

La solución es Cristo, Él ya nos redimió de la maldición de la ley, ya no


tenemos que estar luchando para cumplir la ley para estar bien con Dios.

Esa maldición de la que nunca podíamos salir por nuestra imperfección en


cumplir cabalmente toda la ley ha sido rota por la cruz de Cristo.

Deja ya esa bipolaridad y centra tu mente y todo tu ser en una sola persona
Jesucristo.

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