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(Revuelta de la teoría)
Sergio Villalobos-Ruminott
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Octubre 18
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preparan la revuelta. Pero una vez que la revuelta
comienza ellos se convierten en simples instrumentos
para garantizar la afirmación operativa de valores que
no son los valores del partido o del sindicato, sino los
valores intrínsecos de la revuelta. (Furio Jesi,
Spartakus, 58)
Octubre 19
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• Cuando desperté,
El golpe todavía estaba ahí.
Augusto Monterroso
Octubre 20
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heterogeneidad imaginal y en sus formas de auto-
organización, mantiene viva la antorcha de la dignidad,
haciendo de las protestas estudiantiles el antecedente de un
proceso radical de destitución del marco institucional que
legitima la explotación y la precarización de la vida en el país.
La duración de un instante mesiánico puede tomarnos toda
una vida!
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¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Octubre 21
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indicación de varios procesos sociales y políticos que es
necesario desenredar para entender en toda su complejidad.
En efecto, lo que comenzó como una evasión juvenil del
pasaje del Metro, pronto, y por la negligencia de las
autoridades de gobierno, se convirtió en una inédita forma
de insurrección popular, caracterizada por marchas,
cacerolazos, protestas y meetings en lugares emblemáticos,
pero también por la ruptura radical del cordón umbilical que
ataba la ciudadanía al sistema político institucional. Quizás
en estos días lo más importante sea destacar, precisamente,
estas dos situaciones: la transformación de la revuelta
estudiantil en revuelta popular, entendiendo lo popular en su
condición heterogénea y no identitaria, por un lado; y, por
otro lado, la puesta en práctica de las capacidades de auto-
organización de diversos sectores de la sociedad, en términos
transversales, interseccionales y a nivel nacional, haciendo
que la evasión del Metro quede cifrada como el origen
puntual de un proceso de destitución más amplio.
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que, mediante la propagación del miedo, quiere justificar su
excepcionalismo fáctico y su militarismo destemplado;
tampoco basta con mostrar cómo estos medios de
comunicación, monopolizados por los grandes grupos
financieros, funcionan como aparatos propagandísticos al
servicio de la gobernabilidad neoliberal. Es necesario
mostrar y enfatizar que la gobernabilidad neoliberal
descansa, ella misma, en un delicado equilibrio juristocrático,
ciego por definición a todas aquellas manifestaciones de
democracia y participación popular que se desarrollen más
allá del estrecho marco constitucional en el país. En
cualquier caso, sería este estrecho equilibrio el que ha sido
develado en su precariedad constitutiva gracias a las
insistentes manifestaciones de estos últimos días.
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en estas manifestaciones, pues ellas ponen en evidencia el
agotamiento radical de un horizonte categorial marcado por
las tibias dinámicas de la transición a la democracia. Las
recientes manifestaciones muestran claramente dos cosas:
que la dictadura no había terminado con la transición, y que
la legitimidad misma de la transición está finalmente agotada.
En otras palabras, las protestas y manifestaciones han dejado
en claro que el marco juristocrático en el que habitamos
sigue siendo el de Pinochet y que las reformas y
modificaciones de los últimos años son solo decorativas,
pues tan pronto como se anuncia una posibilidad de cambio
más profundo, todo el sistema institucional reacciona, sin
descaro, apoyando la restitución militarizada del orden
social.
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declaración del estado de excepción constitucional, cuestión
que no puede esconder una paradoja muy relevante; a saber,
se trata de una Constitución que se pone en suspenso a sí
misma, según la voluntad soberana del presidente, es decir,
según la voluntad del soberano. Sin embargo, el otro aspecto
de esta paradoja auto-fundacional de la juristocracia
constitucional chilena, aspecto que aparece frecuentemente
velado y silenciado, está relacionado con el carácter
radicalmente ilegítimo de la misma Constitución, es decir,
con su condición fraudulenta y con su imposición autoritaria
sobre la población, junto a la serie de mecanismos de auto-
inmunización que hacen imposible su modificación hasta el
día de hoy.
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trata pues de cuestionar tanto su origen como su función
disciplinante, gubernamental y preventiva.
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(verschuldend) y expiatoria (sühnend) a la vez, la divina es
redentora (entsühnend), si aquella amenaza, ésta golpea,
si aquella es sangrienta, esta otra es letal de modo
incruento. (Walter Benjamin, Crítica de la violencia)
Octubre 22
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Sin embargo, lo que nadie podía anticipar está
comenzando a ocurrir: la gente ha decidido mantener las
protestas a pesar de las amenazas y los ataques policiales y
militares, a pesar de los montajes del gobierno y la prensa
oficial, y a pesar de la apelación al caos, los cortes
intencionados de agua, la retórica del miedo y las amenazas
existenciales. Una nueva felicidad se funda en la rebeldía que
implica retomar el uso común de lo público y, a partir de allí,
comenzar un proceso de construcción alternativo. Habría
que ser ser muy claros al respecto: no se trata del gesto
romántico y profético que ve en estas revueltas una
explosión de la multitud y la fundación de un proceso radical
y constituyente, basado en una rebeldía que bien puede ser
pensada como el anverso de la violencia mítica del derecho,
una forma resentida de la venganza. Tampoco habría que
subestimar la inclinación natural de la derecha y de los
sectores políticos oficiales a usar la violencia militar en
defensa del Estado de derecho, sin reparar en la cantidad de
víctimas que tal represión potencialmente produciría; por el
contrario, dependerá de la capacidad de auto-organización
de los movimientos populares, en toda su heterogeneidad,
hacer de estos eventos, realmente, el fin de la ilusión
transicional, terminar con la democracia 'en la media de lo
posible' y sentar las bases para una verdadera
democratización que pasa, necesariamente, por una
asamblea constituyente y por la cancelación del pacto de
gobernabilidad del gobierno y la oposición, uno de los más
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flagrantes crímenes de la política neoliberal contemporánea,
que el mismo gobierno intenta nuevamente restituir
mediante una negociación a espaldas de los movimientos
sociales y sus organizaciones. Sin embargo, eso requiere una
racionalidad política de nuevo tipo, capaz de negociar
directamente, sin la mediación tradicional de los partidos
implicados en el fraude, en función de la paulatina
institucionalización de una nueva democracia.
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compromisos, pero ningún compromiso puede ser más
importante que la misma democracia, más allá de su
secuestro juristocrático y su reducción procedimental. Solo
para aquellos que complicitan con el secuestro institucional
de la política, el énfasis en las organizaciones sociales puede
aparecer como romántico o ineficiente, pues lo que hace
posible dicho secuestro es la misma invisibilización de las
dinámicas de cooperación y participación que ya siempre
están teniendo lugar antes del momento de la revuelta. La
revuelta, en este sentido, es una dislocación del orden que
deja ver, por un momento, que las cosas podrían ser,
perfectamente, de otro modo. Coordinadoras de
trabajadores, de estudiantes, de vecinos, formas locales y
regionales de organización, de apoyo, de lucha, muchas
marcadas por el infame crimen de la dictadura, y otras
nuevas, surgidas de las mismas dinámicas de la explotación
neoliberal contemporánea, movimientos de defensa de
derechos minoritarios, étnicos, sexuales, ecológicos, en
convergencia con lógicas comunitarias, municipales y con
militancias de base; barras bravas y clubes culturales, etc. No
ver todo esto es, precisamente, estar preso del pacto
juristocrático y su gobernabilidad neo-corporativa.
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Octubre 22, noche
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retórica radical pero no muy efectiva. Sin embargo, esa
capacidad de metamorfosis del neoliberalismo no es infinita,
en la medida en que, como tal, el neoliberalismo es una
radicalización de los procesos de explotación y acumulación
que han definido al capitalismo históricamente. En este
sentido, la actual crisis de gobernabilidad neoliberal está
directamente relacionada con la baja inevitable en la tasa de
ganancia, baja que los grupos financieros e industriales
dominantes no están dispuestos a sobrellevar, transfiriéndola
a la población, cada vez más pauperizada. Frente a esto, se
necesita una nueva forma de entender la política
democrática, pues las viejas estrategias de la gobernabilidad
neoliberal están acabadas. Si el límite histórico de la
gobernabilidad neoliberal fue la administración de lo social y
su contención, para asegurar la continuación de los procesos
de extracción y acumulación, hoy en día, la crisis expuesta
por la diversidad y abundancia de protestas sociales, debe
abrir la posibilidad de un tipo de práctica política que no se
limite a la mera administración del chorreo. Es necesario no
solo recuperar el histórico distribucionismo benefactor, sino
llevarlo a cabo mediante la institución de una (im)propiedad
común basada en el uso colectivo de los bienes, más allá de
la apropiación capitalista contemporánea.
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guerra contra la población civil, llamando al orden de manera
vacía y obtusa, a espaldas de los movimientos y
organizaciones sociales, no son solo atributos notorios de su
(falta de) ‘liderazgo’, sino síntomas del agotamiento mismo
de la gobernabilidad transicional. Sin embargo, lejos de
predicar una crisis terminal del capitalismo, una debacle del
neoliberalismo, o la aparición intempestiva de la multitud
como un nuevo sujeto de la historia, habría que pensar que
nos encontramos en una difícil encrucijada: o fortalecemos
las capacidades de auto-organización popular, más allá de los
niveles locales, estableciendo redes de cooperación
internacional y procesos de ayuda material efectiva, o
caeremos nuevamente en la lógica del cordón umbilical con
el que seguiremos amarrados a los procesos institucionales
de cooptación y representación con los que se ha perpetuado
la gobernabilidad neoliberal a nivel global. No hay razón para
ser optimistas, sobre todo si el fascismo militarista y
securitario neoliberal sigue latente y asechando, pero frente
a todo esto, lo único realmente posible es seguir
fortaleciendo las formas de organización social y sus
imaginarios democráticos, inclusivos y transversales.
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Octubre 23
En que vamos:
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de cada crimen, cada tortura, cada abuso, cada muerte
perpetrada en estos días por las así llamadas fuerzas de orden
y seguridad.
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Octubre 25
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La estupidez del gobierno ha hecho las cosas más
claras: haber militarizado al país, haber declarado una guerra,
haber roto los canales de comunicación, terminó por
favorecer una ruptura con la interpelación gubernamental,
una suspensión de la transferencia, una anarquía de los
sentidos que se reconocen ahora en la ausencia de origen y
fin, de arché y finalidad, más allá de la estructuración
sacrificial, archeo-teleológica, de la existencia. La suspensión
de la transferencia como anulación de la deuda, hace posible
la revuelta como suspensión del tiempo histórico. No
importa si esto dura unas semanas, unos meses o es
brutalmente reprimido por el poder, hemos asistido hoy a un
hecho inédito y radical, en estas masivas concentraciones se
ha hecho viable una experiencia común y desujetada de los
imperativos sacrificiales del capital, abriendo una pequeña
fisura en el poder, por donde destella la posibilidad de una
vida sin deudas ni sacrificios.
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mismos obstáculos, el mismo enemigo. (Furio Jesi,
Spartakus, 53)
Octubre 26
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hasta domesticar la rebeldía de las calles en la promesa de
unos tiempos mejores que nunca llegarán.
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bandas de precio a farmacias y bienes de consumo,
desarrollar una política tributaria progresiva que aumente el
presupuesto fiscal, el que debe ser reinvertido en transporte,
salud, educación, cárceles, hospitales...etc., etc., etc.
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popular, capaces de ir avanzando en estas tareas. Las hay y
muchas, desconocerlas es creer en la espontaneidad de la
revuelta y en la inexistencia de la lucha. Por años han
existido, al margen de la representación, y han acumulado
mucha experiencia política, claro que de una política de la
destitución, esto es, de una política que expresa las profundas
desconfianzas de un pueblo que solo ha sido convidado a la
repartición de las sobras y migajas de la fronda aristocrática
chilena.
Octubre, 27
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más, la realidad nacional. Valparaíso, Concepción, El Parque
O'Higgins, Arica, Valdivia, etc., el país sigue en estado de
emergencia.
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concentraciones masivas como señal para un nuevo
comienzo, por supuesto, liderado por ellos mismos.
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conseguido nada?, ¿cómo conformarse con cambios
decorativos mientras en bambalinas los dueños de Chile se
ríen a carcajadas?
Octubre 28
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en la que ha reinado el crimen y la corrupción desde tiempos
dictatoriales. El llamado es bien preciso, y está dirigido a toda
la clase política, para que asuman posiciones claras y
defiendan el duopolio que con tanto trabajo han logrado
construir para repartirse el país.
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más, el acuerdo palaciego que dejará fuera al pueblo y sus
demandas.
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Octubre 28, noche
Octubre 29
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con la confianza que les daba contar con el ejército para
calmar cualquier señal de protesta. Tampoco me refiero a la
generación de sociólogos, antropólogos, cientistas políticos
y administrativos formados en las infames teorías de la
modernización y el estructural-funcionalismo que fue clave
en la criminalización de los movimientos sociales
catalogados como formas anómicas y patológicas de
resistencia al modelo de modernidad americana, convertida
desde la Segunda Guerra Mundial, en el paradigma de la vida
moderna, el American Way of Life. Me refiero a la no
cuestionada responsabilidad de los programas de ingeniería
comercial, MBAs por doquier, y maestrías truchas y auto-
referentes que terminan por legitimar la reproducción de una
misma y estrecha visión utilitaria del mundo y que adornan
los currículos de nuestros políticos y expertos. (One day,
somebody must tell the history of how the metropolitan
academia was instrumental in the reproduction of this new
neoliberal elite, and how this metropolitan academia profits
from selling that neoliberal knowledge, a knowledge that
ultimately legitimizes the current process of accumulation by
dispossession, and the weak ethical standards of our political
and business classes).
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la naturalización del crimen capitalista según una auto-
legitimada lógica de la ganancia. Para decirlo aún más claro:
nuestros intelectuales y líderes políticos, además de
criminales y coludidos, son autómatas, sin horizonte cultural,
poseedores de saberes técnicos y deshistorizados, e
incapaces de entender otra lógica que no sea la lógica del
business y la devastación. Se felicitan entre ellos, se otorgan
premios mutuamente y, a pesar de que exhiban gruesas hojas
de vida con títulos adquiridos en grandes universidades
extranjeras, no debemos olvidar que esos rankings los hacen
ellos mismos.
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para diluir la urgencia del cambio constitucional, pero
también, y quizás con la misma importancia, hay que derogar
el sistema electoral proporcional (basado en el modelo del
D’hont), que es una modificación menor del anterior sistema
binominal y que, al igual que ese, está diseñado para
mantener y reforzar el duopolio político chileno. Este
duopolio, constituido por un bipartidismo burocrático no
está estructurado por dos partidos, como en el caso
norteamericano (demócratas y republicanos), sino por dos
coaliciones de poder que han logrado resistir su desgate
histórico mediante purgas internas y refundaciones, cuando
no, mediante simples cambios de nombre.
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no directamente políticos, esto es, las corporaciones, son
directamente políticos en un sentido mayor.
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la historia del pueblo romano". A su manera,
entonces, Ballanche vincula la política de los
"clásicos" y la de los "modernos". El relato de Tito
Livio asociaba el fin de la guerra contra los volscos, la
retirada de la plebe hacia el Aventino, la embajada de
Menenio Agripa, su fábula célebre y el retorno de los
plebeyos al orden. Ballanche reprocha al historiador
latino su incapacidad para pensar el acontecimiento de
otra manera que como una revuelta, un levantamiento
de la miseria y la ira que instaura una relación de
fuerzas carente de sentido. Tito Livio es incapaz de
dar al conflicto su sentido porque es incapaz de situar
la fábula de Menenio Agripa en su verdadero
contexto: el de una disputa sobre la cuestión de la
palabra misma. Al centrar su relato apólogo en las
discusiones de los senadores y las acciones verbales de
los plebeyos, Ballanche efectúa una nueva puesta en
escena del conflicto en la que toda la cuestión en
juego es saber si existe un escenario común en
donde plebeyos y patricios puedan debatir algo.
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reducida a su facultad reproductiva. Quien carece de
nombre no puede hablar. Fue un error fatal del
enviado Menenio imaginarse que de la boca de los
plebeyos salían palabras, cuando lógicamente lo único
que puede salir es ruido […]
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Octubre 30, madrugada
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la insólita postulación de una acefalía radical como
posibilidad de una república anárquica. Esa anarquía no se
reducía a la imagen violentista del anarquismo que tanto se
ha insistido en consagrar, sino que se refería a una
posibilidad de vida sin principios, desujetada de la
estructuración sacrificial de la historia, de la deuda como
marca de una destinalidad sin alteraciones. La república
anárquica era la comparecencia de todas y todos no a la
muerte del Rey, sino a la posibilidad de un mundo en que la
felicidad no era una promesa teológica, sino una posibilidad
efectiva. Vivir sin deudas, sin el robo del tiempo, robándole
el tiempo a la rutina, al capital, esa es la promesa de la
revuelta, es decir, una promesa sin promesa, sin futuro, sin
cálculo de posibilidad. Esta comparecencia en un común
desujetado de la culpa no puede ser aplacada sino mediante
el uso brutal y fundacional de la violencia y de su
consiguiente apelación al Estado de derecho. Sin embargo,
desde la revuelta, el soberano podrá seguir haciendo
declaraciones, multiplicando sus llamados a la cordura y a la
paz, pero no dejará de ser percibido como un loco, tal cual
aparece en la traducción del Rey Lear hecha por Nicanor
Parra. Locura y soberanía se encuentran, después de todo, y
se reconocen en momentos como este, cuando una estatua
es investida con una potencia simbólica que solo dura lo que
dura el instante de la revuelta. Ser ahí es perseverar en la
desobediencia.
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Lear:
Dónde estoy? Dónde he estado? Pleno día?
Estoy tremendamente confundido.
Moriría de lástima si viera a otro
En el estado en que me encuentro yo.
Realmente no sé que decir.
Nicanor Parra (Lear Rey & Mendigo)
Octubre 30
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mediano y largo plazo hacia objetivos finales;
entonces podemos decir que la revuelta es una
suspensión del tiempo histórico. La revuelta instituye
imprevisiblemente un tiempo en el cual todo lo que
ocurre tiene un valor en sí mismo,
independientemente de sus consecuencias y de sus
relaciones con el complejo transitorio o permanente
que constituye la historia. La revolución, en cambio,
estaría total y deliberadamente inmersa en el tiempo
histórico. (Furio Jesi, Spartakus, 46)
Octubre 31
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constitucionalista Jaime Bassa en una comisión
parlamentaria a la que fue invitado, la misma declaración del
estado de emergencia es, como mínimo, inconstitucional,
tanto porque devela las incongruencias entre la Constitución
y el marco normativo que la regula -mostrando de paso las
inconsistencias de la misma aplicación por parte del
Gobierno de Piñera-, como por el hecho de que el estado de
emergencia tiene diversos niveles y grados según la
complejidad de la situación que, en principio, ameritaría su
proclamación. Como sea, su aplicación no autoriza, en
ninguna circunstancia, ni la implementación del toque de
queda ni la detención de personas, ni mucho menos las
golpizas, abusos sexuales, torturas y asesinatos que se han
reportado en diversas instancias nacionales e internacionales,
y que sindican a las fuerzas de orden y seguridad y al ejército
como responsables directos. Mediante la vieja estrategia de
criminalización de la protesta social, el Gobierno, de manera
inconstitucional e incongruente, ha decretado un estado de
emergencia incompleto, sin delegar finalmente la
responsabilidad total a las fuerzas armadas (lo que obligaría
a entender este proceso como un autogolpe de Estado),
produciendo un vacío constitucional en el que las fuerzas
armadas y carabineros se sienten autorizados, ilegal e
ilegítimamente, a aplicar fuerza extraordinaria en la
conculcación de las libertades civiles. En otras palabras, el
Gobierno ha actuado irresponsablemente, permitiendo una
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brecha legal que posibilita el desarrollo de una forma de
terrorismo de Estado contra la población en general.
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poder. Las estrategias utilizadas en esta neutralización
preventiva van desde la persuasión y la promesa hasta la
represión directa y brutal, como queda demostrado en los
casos de Ecuador, Haití y Chile durante estos meses.
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conllevan una condición anómica o desterritorializada, que
hace de la acumulación contemporánea una práctica flexible
y rapaz ilimitada, sin importar el costo social. En este
sentido, el carácter antineoliberal y anticapitalista de las
protestas en Chile no tiene que ver con el nivel discursivo ni
con la supuesta conciencia de clases de los manifestantes,
sino con la forma en que estas protestas expresan un límite
existencial al capital, es decir, un límite a la destrucción y a la
devastación de la vida misma.
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imaginario nacional y republicano, sino que además ha
desechado el horizonte reformista burgués asociado a la
igualdad y a los Derechos Humanos, desde la convicción
ideológica de las facultades autoregulativas del mercado.
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Sin embargo, la condición deshistorizada,
autorreferencial y antidemocrática de esta fase del
neoliberalismo indica que, para asegurar sus tasas de
ganancia, los grupos económicos transnacionales están
dispuestos a deshacer el pacto de gobernabilidad que habían
establecido con los gobiernos progresistas latinoamericanos
a comienzos de este siglo, cuestión que explica la
desesperada elección de líderes populistas de derecha en los
últimos años. El llamado fin de ciclo con el que denominó el
retroceso de los gobiernos de la Marea Rosada, y el arribo de
los gobiernos de Sebastián Piñera, Mauricio Macri, Jair
Bolsonaro, Iván Duque e, incluso, Donald Trump, confirma
la tendencia de esta crisis, precisamente porque lo que ha
distinguido a estos nuevos gobiernos, además de una retórica
cuasi fascista, anti inmigratoria y securitaria, es la
implementación de medidas de ajuste neoliberal aún más
radicales que las implementadas bajo regímenes autoritarios.
Es en este contexto que las protestas sociales del año 2019,
en varios países de este hemisferio, y las actuales
manifestaciones sociales en Chile, expresan un desasosiego
mayor con la radicalización del neoliberalismo en su fase
devastadora, es decir, constituyen manifestaciones
existenciales a favor de una forma de vida que no se reduce
al modelo de la gobernabilidad neoliberal.
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Octubre 31, tarde
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ha decretado irresponsable y criminalmente, sino aquel otro
en el que muchas organizaciones sociales habitan, más allá
de su invisibilización permanente. La crítica del
neoliberalismo y de su filosofía de la historia requiere no solo
denunciar el excepcionalismo jurídico como poder de facto,
sino el excepcionalismo invertido que ve en las protestas la
encarnación de una cierta multitud emancipatoria. Se trata
de algo más complejo, pues el acontecimiento de la protesta
consiste en desocultar las dinámicas de participación y auto
organización que ya siempre están ocurriendo, y no
reducirlas a una ocurrencia puntual surgidas al calor de la
fogata. Percibir la continuidad de las luchas históricas y sus
diversos relevos no significa traicionar el carácter inédito de
estas manifestaciones, sino traicionar el marco historicista
que las obliga a dar cuenta de su razón de ser.
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proceso. Pero eso requiere, como mínimo, no solo devolver
el ejército a los cuarteles y respetar la ficción de la
Constitución, sino perseguir los excesos y violaciones a los
derechos humanos y castigar a los responsables directos e
indirectos. A pesar del carácter ilegítimo de la misma
Constitución, hay que enfatizar cómo el actual estado de
emergencia decretado por el gobierno es, en sí mismo,
inconstitucional y criminal, lo que hace imposible devolverle
al Gobierno y al sistema de representación parlamentario
vigente el monopolio de las decisiones democráticas en el
país. Hacerlo no solo es traicionar lo que las revueltas nos
han mostrado, sino que es restituir la gobernabilidad
neoliberal que solo existe a condición de la permanente
devastación y precarización de la vida.
Noviembre 01
51
ser homologados, demasiado rápidamente, como luchas
contra el neoliberalismo, no porque esto sea falso, sino
porque en dicha lucha hay diversas estrategias y
posibilidades, según los contextos específicos en que dichas
luchas se desenvuelven.
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Intentar remitir las revueltas continentales, según una
misma vocación articulatoria, a la lucha contra-hegemónica
contra el neoliberalismo, para pavimentar el camino a la
recuperación del Estado nacional distribucionista, aunque
puede parecer urgente, es volver a traicionar la historicidad
radical de estas manifestaciones, convirtiéndolas en
demandas a ser satisfechas bajo la misma lógica del Estado
nacional soberano y su organización hegemónica del poder.
No se trata solo de pensar en un nuevo contrato social, sino
de pensar en nuevas formas de configuración de lo social
mismo, cuestión para lo cual ya existen tecnologías
disponibles, aun cuando estén alejadas de las formas de
imaginación política convencional. Pensar en una vida a la
altura de la tecnología, sin que ello se confunda con una
pulsión fascista y “futurista” por el orden, sigue siendo la
tarea a la que el pensamiento moderno le ha dedicado, y no
como filosofía política, geniales y sostenidos esfuerzos
(Benjamin, Simondon, Stiegler, etc.).
Noviembre 03
53
amigo/enemigo, pues aún cuando puede ser gatillada por
dicha dialéctica, las posiciones mismas del amigo y del
enemigo se definen en la topología de la ciudad en llamas.
“Los miembros de un partido de clase o de un sindicato
pueden, como tales, decidir sobre la oportunidad estratégica
de una revuelta pero eso significa que ellos eligen
temporalmente suspender la vida misma de su partido o de
su sindicato” (Jesi, Spartakus)
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Esa desconfianza radical con el progreso y sus
distintas encarnaciones define lo que alguna vez Walter
Benjamin llamó nihilismo como política mundial (Fragmento
teológico-político), estar a la altura de ese “nihilismo” es la tarea
a la que se debe abocar un pensamiento abierto a la
intempestividad de la revuelta como suspensión de la
transferencia y la legitimidad.
Noviembre 06-07
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8) Enroque ministerial y consolidación del pacto neoliberal,
entre los actores políticos de centro derecha, incluyendo a la
siempre oportunista Democracia Cristiana.
9) Evidente coordinación con la CIA en términos de su
política hemisférica.
10) Patética tozudez sin capacidad política.
11) Lealtad incuestionable a la Constitución como marco
jurídico que avala el fraude neoliberal en el país.
12) Continuación del nepotismo, del desfalco y de la
acumulación salvaje en contra de los intereses del común de
la sociedad.
Noviembre 07
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ilegitimo gobierno de Piñera (dos veces ilegítimo: primero,
por haber sido elegido con los votos de menos de un cuarto
de la población y, segundo, por haber perdido toda
legitimidad al haber declarado el estado de excepción y la
guerra contra la población) sino que confirman el recurso
represivo como componente de la gobernabilidad neoliberal
contemporánea.
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destituyente de las protestas; fuerza que ha sido rápidamente
criminalizada y demonizada por las retóricas oficiales.
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lucha del pueblo contra la guerra capitalista y sus formas de
endeudamiento y devastación.
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gobierno, la estricta continuidad programática y doctrinaria
con el pinochetismo, la incapacidad de percibir el
descontento social y la auto-referencialidad soberana que
limita la comprensión de la política a una cuestión
administrativa y gubernamental. Gracias a este proceso de
develamiento, las cosas no podrán volver a ser como antes,
como si nada hubiese pasado. Chile está haciendo una
experiencia radical que consiste en darle otro sentido a la
historia, sin apelar solo al conflicto entre el pueblo y las elites,
sino también al desencuentro entre los grupos de poder y las
formas de vida democrática que no pueden ser contenidas
en el corsé de la administración neoliberal contemporánea.
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capacidades de auto-organización y participación popular
hacia el sistema político institucional, a priori comprometido
con el fraudulento marco constitucional que rige al país. Lo
que las revueltas chilenas nos están mostrando, tal vez de
menara inédita, es la posibilidad de una vida en común fuera
del derecho. Esta comunidad por venir no es una promesa
que nos aguarda en el futuro, sino un destello que brilla en
el ahora, que resuena en los gritos desesperados de un pueblo
que se resiste a morir torturado, explotado y acallado por el
interés mayor del Estado y su tramposa seguridad. Rostros
sucios ocupan las calles, trayendo con ellos noticias de una
vida mejor.
Noviembre 09
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que, en el anonimato, nunca han dejado de pensar la
dimensión potencial de la historia, más allá de su secuestro
por las retóricas del orden y del progreso.
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positiva, como reencuentro de la potencia destituyente y
común de las personas, para habitar en común, coexistir en
el común de una esperanza que, lejos de disiparse con la
represión y las balas, se hace cada vez más necesaria.
Continuará…
63