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66 ) ECOS DE LA ACADEMIA, N. 2, DICIEMBRE 2015 Autor ECOS DE LA ACADEMIA, N.

2, DICIEMBRE 2015 ) 67

Una maldad desapasionada.


Reflexiones etnográficas sobre dos
requerimientos de las prácticas
violentas en sociedades modernas:
distancia y legitimación
PhD. Miquel Fernández González
Docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona
miquel.fernandez@uab.cat

RESUMEN

El texto que aquí se presenta está dividido en tres partes: la primera es un análisis del concepto de violencia
-que es parte de una investigación teórica sobre violencia y nuevas tecnologías. Una segunda parte
que trata sobre la cuestión de la distancia entre agredido y agresor y cómo esta distancia produce una
destrascentalitzación del acto violento, de forma que éste facilite una suspensión del juicio moral sobre la
propia acción. Y una tercera parte donde se recupera para el análisis las reflexiones de Max Weber sobre la
concentración de violencia por parte del Estado y la necesidad implícita que tiene el ordenamiento social
) No dejar ver, no dejar hablar...
moderno de legitimar el uso de la violencia por parte de sus instrumentos coactivos.
) Violencia policial en España contra protestas ciudadanas.

Palabras Clave: VIOLENCIA, ADIAFORIZACIÓN, LEGITIMACIÓN, INMIGRACIÓN.

ABSTRACT

A dispassionate evil. Ethnographic reflections on two requirements of vio-


lent practices in modern societies: distance and legitimation

The text is divided into three parts: the first is an analysis of the concept of violence - which is part of
a theoretical research on violence and new technologies. A second part deals with the question of the
distance between assaulted and aggressor and how this distance produces a loss of transcendence in the
violent act, so that it facilitates a suspension of moral judgment on the action itself. And a third part, where
Max Weber’s reflections are recovered for analysis on the concentration of violence by the state and the
implicit need of the modern social order to legitimize the use of violence by its coercive instruments

Keywords: VIOLENCE, ADIAPHORIZATION, LEGITIMATION, IMMIGRATION.


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y los ejecutores de la norma. violentos, por legítimos, pero que lo pue-


El texto que aquí se presenta está divi- den ser mucho; y hay mucha violencia que
dido en tres partes más un epílogo a modo no es producto de un ataque físico sino de
de conclusión: la primera es un análisis estructuras administrativas o del uso de
del concepto de violencia -que es parte de tecnología.
la investigación teórica sobre violencia y Cualquier definición que hiciéramos
nuevas tecnologías ya mencionada. Una (Arblaster, 1998) nos encontraríamos con
segunda parte que trata sobre la cuestión problemas similares. La confusión en lo
de la distancia entre agredido y agresor y que se refiere a concepto de violencia se
cómo esta distancia produce una destras- acentúa por las connotaciones de otros
centalitzación del acto violento, de forma conceptos relacionados, tales como po-
que éste facilite una suspensión del juicio der, fuerza, coerción, energía, agresión,
moral sobre la propia acción. Y una terce- conflicto, guerra o compulsión. Uno de
ra parte donde se recupera para el análisis, los más cercanos, “agresión”, proviene de
las reflexiones de Max Weber (2008) sobre la psicología y ya incluye cualquier ac-
la concentración de violencia por parte del ción manifiesta (no sólo el asalto físico)
Estado y la necesidad implícita que tiene que quiere causar daño físico o psicológi-
Introducción los adultos observadores calificaban como el ordenamiento social moderno de legiti- co. En esta línea, mostraré primero cómo
agresivos. Uno de los resultados de esta mar el uso de la violencia por parte de sus se ha tendido a extender la definición de
Tanto la violencia interpersonal (físi- investigación fue poder ofrecer una inter- instrumentos coactivos. violencia en varias direcciones, y como se
ca lesiva) como la institucional (sistémica pretación de esta relación entre los actos Se concluye con un epílogo con re- entrelaza con esta definición genérica que
o simbólica) requieren, de un lado, distan- violentos entre jóvenes y las nuevas tecno- lación al caso concreto y cercano de las propondré a continuación.
cia entre objeto y sujeto de la coacción y logías de grabación y difusión masiva de medidas tomadas en el momento (durante Esta definición amplia de violencia
del otro, legitimación. audiovisuales. el mes de enero de 2010) que dificultan el escapa a lo que desde el sentido común
Requiere distancia porque la acción Uno de los aspectos que el análisis empadronamiento de inmigrantes en la entendemos como tal, y nos hace ver que,
violenta es, - como más adelante mostra- de los resultados mostró fue la sustancial ciudad de Vic2. Este caso pues, se analiza como explica Imbusch (2003), la violencia
ré- fisiológicamente desagradable y produ- alteración de las condiciones de agresión. a la luz del concepto de adiaforización de no es sólo lo que destruye el orden esta-
ce tensión. Añado que requiere igualmen- Se identificaron seis modificaciones de las Bauman ya mencionado. blecido, sino también lo que le ha creado
te una legitimación para ser practicada. cuales, la más pertinente para el trabajo (Benjamin, [1921]1971). En este sentido, es
Si se alcanza esta legitimidad, el acto vio- que aquí se presenta es que, precisamente Hablemos de violencia parte consustancial. Más concretamente,
lento perderá su calidad inaceptable y se esta tecnología, permite la posibilidad de el filósofo Slavoj Žižek (2008:10) define
encaminará en un proceso de aceptación establecer una distancia física -pero deter- La violencia es de aquellos términos violencia objetiva como aquella que “is
que le llevará a reclamar el acto como una minadamente emocional- entre el agredi- que todos entendemos pero nadie sabe de- precisely the violence inherent to this nor-
fatalidad, en última instancia, justa. do y el agresor (o agresores) y por eso mis- finir. No me refiero a los individuos nor- mal state of things”.
Este trabajo surge a partir de los re- mo, facilitar la agresión; en el sentido que males y corrientes, sino incluso a los espe- Podemos encontrar esta tensión ya
sultados de una investigación etnográfica -posteriormente desarrollaré- que se puede cialistas que lo estudian. Y es que es muy en el origen etimológico de la palabra, y
y su posterior análisis e interpretación a la establecer una suspensión del juicio moral difícil encontrar una definición no proble- en la oposición entre ‘violenta’ y ‘potestas’.
luz de las teorías sobre la violencia como sobre el acto que se está produciendo. mática del término. La clásica descripción En el caso de la palabra “violencia”, esta
instrumento comunicativo e integrador Es a partir de esta idea germinal que de la violencia como “cualquier asalto fí- nos llega directamente del latín “violentos”
(Simmel, 1988; Goffman, 1991; Delgado se ha profundizado en teorías que dieran sico a un ser humano con la intención de y tiene el mismo significado: “calidad de
1999 entre otros). La investigación1 se cen- cuenta de este fenómeno. Esta búsque- herirlo o de causarle dolor o sufrimiento”, violento”. Violento tiene el mismo origen
tró en el uso de las nuevas tecnologías por da me ha llevado indefectiblemente al es por ejemplo difícil de sostener, ya que latino “violentus” y también coincide en
parte de los adolescentes en los actos que concepto de adiaforitazción de Zygmunt hay eventos que nos parecen muy violen- los significados. Según el diccionario Ma-
1. La investigación “Violencia en Internet y escuelas. Norma- Bauman. Para Bauman, (2004 y 2006) los tos pero quien lo hace no tiene la intención ría Moliner (2008): “cualquier cosa que se
tivización de la vida corriente ligada a la difusión de vídeos
con prácticas agresivas en Internet” se va llevó a cabo durante
procesos de adiaforización (la separación clara de hacer daño a seres humanos (un hace u ocurre con brusquedad o con ex-
2008 en el marco del grupo KEC (Digital Common Culture - de la ejecución de un acto y su valoración aviador que bombardea edificios estraté- traordinaria fuerza o intensidad”.
Knowledge, Experience and Communication ) de la Universitat
Oberta de Catalunya. El trabajo fue dirigido por el Dr. Roger
moral) que son característicos de la mo- gicos p.e.); hay actos que no nos parecen De hecho “violentus” deriva de “vis”
Martínez Sanmartí. Los resultados de la investigación están en dernidad, requieren el establecimiento 2. Municipio de la provincia de Barcelona en Catalunya, España. fuerza. La palabra “vis” -la raíz indoeu-
trance de ser publicados por la Secretaría de Juventud de la Ge- de distancias entre los elaboradores de la Con unos 42.000 habitantes es uno de los municipios del Esta- ropea es “wys” y al parecer quería decir
neralitat de Catalunya. Se puede encontrar más información en do con mayor población foránea que cuenta con un regidor del
la web: http://www.uoc.edu/portal/catala/recerca. norma coactiva y moralmente reprobable partido anti inmigración Plataforma per Catalunya. “ fuerza física”- la encontramos por ejem-
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plo en la expresión “vis cómica”, aunque de “psicológica”, etc. Bourdieu (1999)3. Estas últimas no tienen cionados. Pero la maraña de definiciones y
uso corriente. Las dos palabras comparten Me ocuparé exclusivamente en expli- nada que ver con las emociones de miedo, acepciones del término violencia nos obli-
un mismo significado: “ fuerza”. Sin em- citar las tres principales vías a través de tensión y el pánico hacia adelante (sino gan a tomar como elemento fundamental
bargo, los hablantes parecen tener necesi- las cuales se ha expandido el concepto de que son en cambio suaves, sin tensión, no sólo las conductas o acciones, sino los
dad de distinguir la “ fuerza” de su exceso violencia. En primer lugar, se ha tendido no confrontacional, muy repetitivas y sin ojos que definen o no estas conductas o
“la violencia”. El exceso, lo “extraordina- a incluir aquella violencia que no es me- contingencias contextuales): mientras la acciones como violentas. Lo importante
rio” según María Moliner, parece por tan- ramente física en un sentido restringido, violencia simbólica es fácil y va asociada al en este sentido es identificar los procesos
to el específico de la violencia. en tanto que incluye palabras, gestos, sím- fluir de las interacciones situacionales, la de significación de estas expresiones, tal y
“Fuerza” es una palabra con un cam- bolos y otras formas que también son ca- otra va en contra de la interacción normal como sugiere Manuel Delgado (1999:8) la
po semántico muy extenso, sin embargo, paces de herir y causar dolor, aunque sea porque pone en duda nuestro compromiso violencia es sólo lo que se dice de este con-
la palabra “violencia” ser refiere sólo a la psicológico, incluso cuando son ejercidas con la solidaridad interaccional, y por eso cepto es lo que se significa como violen-
fuerza “en acto”. Podemos apreciar con de una manera indirecta, es decir, a través es tan difícil definir como violencia. to -y continúa - “la violencia siempre es el
claridad esta característica si pensamos de rumores, de la marginación social, etc. Por poco que pensamos, nos daremos resultado de valoraciones sociales, políticas
cómo cambia el sentido de “una perso- En segundo lugar, también se ha amplia- cuenta que con estas ampliaciones del con- y culturales que lejos de determinarla, la
na fuerte” a “una persona violenta”. En la do el concepto por la banda de la llamada cepto estamos hablando ya no de lo que generan en calidad de objeto de discurso”.
expresión “una persona fuerte” resuenan violencia “estructural” y “institucional”, diariamente entendemos por violencia, Ante la indefinición del término, y su
todas las virtualidades de la “ fuerza” -en que hace referencia no sólo al daño direc- sino también del conjunto de relaciones de aplicación a aspectos muy concretos, nos
el carácter, “mientras que en “una persona to, sino a las “injusticias” provocadas por desigualdad y poder y los malestares que hace ver que el uso de la etiqueta “violento”
violenta” se supone una acción realizada instituciones y organizaciones sociales, lo estos crean en los individuos, tanto en el nos interesa no sólo por lo que nos dice o
o una actitud. El carácter necesariamente que o lo definido anteriormente como vio- patio de la escuela como en una empresa, pretende decir de la acción o el comporta-
transitivo y el exceso, es el específico de la lencia sistémica. Y en tercer lugar, por últi- tanto en el barrio como en nuestra rela- miento de unos individuos, sino por lo que
violencia respecto de la fuerza. mo, se ha ampliado la noción para incluir ción con el sistema judicial o la policía. nos dice de los “etiquetadores”, por cómo
Las palabras “excesiva” o “extraordi- la invisibilización de la violencia a través Por eso Johan Galtung (1978), creador nos habla de la forma en que cada socie-
naria” que hemos utilizado para definir la de legitimaciones culturales, que hacen de los conceptos de violencia “estructural” dad y grupo social marca los límites de lo
violencia suponen una dualidad: dentro / aparecer algunas heridas como “ justas” y violencia “cultural”, llega a afirmar que que es o no es violento, y sobre cómo esto
fuera para “excesivo” (del latín “excessus”, y por tanto no violentas. Es lo que a me- cuando los individuos son influenciados se convierte en una fuente de orden y de
salida) u ordinario (normal) / extraordi- nudo se denomina violencia “cultural” o para que su realización somática y mental derecho. Estas serán las dos dimensiones
nario (fuera de lo normal). O como lo dice “simbólica” en términos por ejemplo del sea menor a su potencial, esto quiere decir -discursiva y recursiva- que urdirán las re-
el Diccionari de la Llengua Catalana de citado Pierre Bourdieu, que es la que ha que hay violencia de por medio4. flexiones de este texto con los datos reco-
Joan Carner (1980): “Que está fuera del or- hecho que las agresiones de los maestros a Hemos hablando pues de la violencia gidos en nuestro trabajo de campo.
den o de la regla comúnmente seguida o la los alumnos, o de los maridos a las muje- en términos recursivos; es decir, la violen-
segunda acepción: que excede el grado, la res, no se hayan visto como violencia hasta cia es un instrumento de comunicación en Distancia y destrascendentalización
medida, el nivel, habitual, ordinario.” hace muy poco. En este sentido es que afir- la que entra en juego el poder. La violencia de la agresión
La violencia parece estar definida, mamos que la violencia simbólica es acep- es un recurso de comunicación (Simmel,
cuando se refiere a las personas, por un tar cierto orden de cosas, cierta limitación [1917] 1988) y que en este caso, es el Estado A continuación quiero dar cuenta de
carácter moral de anormalidad, de trans- de la voluntad del sujeto. Esta es la violen- el único que lícitamente puede recorrer y algunos resultados del análisis de la inves-
gresión. Lo que nos interesa de esta apro- cia que impone silenciosamente qué decir, segundo, es un recurso que tiene más pre- tigación mencionada sobre violencia, jóve-
ximación es que cuando la fuerza transgre- qué se puede hacer y qué se puede desear. sencia/visibilidad precisamente allí donde nes y nuevas tecnologías (Fernández, M.
de la norma se vuelve violencia. Y es aquí Sin embargo se puede suscribir la re- los demás recursos de comunicación son & Martínez, R., 2010) que destacan como
cuando entra en clara tensión con la noción flexión de Randall Collins (2008) o Žižek escasos. la mediación tecnológica de la violencia
de “potestades”, entre la violencia designa- (2008) cuando afirma la distinción entre Es preferible situarse a este nivel más permite el establecimiento de una distan-
da como tal y la que es legítima y propia de dos de las formas en las que se expresa la amplio para entender la violencia en todas cia emocional entre agredido, agresor y
la ley, del Estado y de la autoridad. violencia: la violencia física o verbal y la sus dimensiones. Las heridas que los indi- espectador (Collins, 2008; Bourke, 2008).
Desde esta mirada amplia, se ha ten- violencia simbólica o institucional: La vio- viduos nos hacemos unos a otros van mu- La incomodidad, la aversión y la ten-
dido a diferenciar la violencia física direc- lencia física tiene un referente claro que cho más allá de los ataques físicos inten- sión confrontacional hacen que la violencia
ta de otras formas de violencia que según podemos estudiar en observaciones mi- 3. Bourdieu fue el primero en acuñar el término y lo definió nos sea difícil, y por eso los que la practican
como “esta violencia que arranca sumisiones que ni siquiera se
los autores y las miradas se han llamado cro-situacionales, y esto no tiene nada que perciben como tales apoyándose en unas expectativas colecti-
necesitan estrategias para controlar esta
de maneras tan diversas como violencia ver con la violencia simbólica en los tér- vas, en unas creencias socialmente inculcadas. (Bourdieu, 1999: tensión. Una de ellas, fundamental, es esta-
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“situacional”, “estructural”, “cultural”, minos de la definición que aportó Pierre 4. Citado en Imbusch (2003: 24) refiriéndose a Galtung, J. (1975)
blecer una distancia emocional con la mis-
“simbólica”, “indirecta”, “verbal”, “ritual”, Strukturell Gewalt, Reinbek: Rowohlt: 9. ma violencia y con el objeto de la misma. Y
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un aparato de grabación puede facilitarlo. distanciamiento respecto del sujeto agre- hechos violentos escapa a la atención, no de el amanecer de la Modernidad “la pa-
Si la violencia “cara a cara” es por sí dido, en el sentido que interpone un objeto para de aumentar. cificación” siempre ha consistido en hacer
misma desagradable, si nos genera ten- específico a la agresión, aumentan la dis- La tecnología de grabación de au- interno lo que antes era violencia externa,
sión, es porque estamos equipados para tancia entre agresor y agredido, que pasa diovisuales y la posibilidad de ser difun- por medio de la conquista y la incorpora-
buscar, en presencia del otro, el acuerdo y a ser visto a través de la pantalla, en parte dido por internet -es decir de ampliar su ción, o por medio de una reestructuración
el buen funcionamiento de la interacción. como una ficción más que como alguien público potencial- no sólo puede facilitar de una violencia difusa y errática convir-
Recordemos que en el cara a cara es donde de carne y hueso. Es en este sentido que las agresiones, sino que también facilita el tiéndola en la presión constante de la coer-
se experimentan con más fuerza la pleni- la violencia se destrascentaliza y por tanto consumo de violencia, el papel del público ción habitual.
tud de síntomas de la subjetividad de los se puede practicar sin tener que emitir un -que, recordemos, es otro de los requisitos Hablaremos a continuación pues,
demás, es la experiencia más importante juicio moral que, probablemente, coarta- para la mayor parte de violencias. Golpear, de lo que Norbert Elias (1994) denominó
en el sentido de que es la que establecerá ría la acción propuesta. insultar, grabar y difundir son tareas dife- proceso de civilización que, entre otras
los límites de las subsiguientes experien- Del mismo modo, agredir a través rentes que se pueden repartir, y cada uno cuestiones estableció un objetivo de paci-
cias más distantes (Goffman, 1991; Berger de internet, lejos del cara a cara, facilita puede buscar el papel en el que se encuen- ficación de la sociedad aunque igualmente
y Luckman, 1976). Como explica Collins evitar el miedo confrontacional. Son mu- tra más cómodo entre un grupo (agresor, comportó este proceso de interiorización
(2008), en contra del mito que nos llega a chos los vídeos que hay en internet des- animador, espectador o narrador). En el de la violencia que tan acertadamente des-
través del cine y las historias de la calle, la preciando estilos juveniles determinados, caso del papel del espectador, presenciar cribe Bauman (2004, 2006)
pauta más común de los enfrentamientos conformando por ejemplo un género muy una agresión, una burla o una pelea es Es partir de autores como el citado,
es que generalmente son cortos y no ter- popular entre algunos entrevistados, que emocionante pero también una práctica Elias (1994) o Sennett (1975) que se puede
minan en violencia sino en un apacigua- consiste en bajo el título de “Análisis de que conlleva mucha tensión. Se suele ha- afirmar que el proceso de civilización no
miento del conflicto. Y cuando los hay, un [EMO, Pokero, pijos, etc.]”, se incluyen cer, por tanto, en un contexto de nervio- describe una desaparición de la violencia
normalmente es torpe porque la tensión y fotografías y una voz de ordenador en off sismo lúdico. sino, más bien una ocultación o desviación
el miedo dominan la actuación. que con un lenguaje muy duro ridiculi- Se está a punto de ver de cerca como del exterior hacia el interior de las perso-
La mediación de la pantalla, por lo za el estilo juvenil en cuestión o también un cuerpo es agredido por otro, y se hace nas. Esta desviación se ha llevado a cabo
tanto, origina una experiencia muy dife- personas populares, a menudo en Internet un espectáculo (de hecho, según nuestra ya su tiempo ha comportado una nueva y
rente al cara a cara, y es en este sentido mismo. Aquí interesa captar como la me- etnografía, serían pocos los chicos que se más amplia distancia entre los sujetos y los
que es una herramienta muy útil para dis- diación tecnológica modifica las condicio- pelearían si no tuvieran público). El hecho objetos de la coacción.
tanciar la agresión, y para separar agresor nes de la relación cara a cara, no sólo en de presenciar por internet, o de presenciar Elias (1994) desarrolló la teoría webe-
y víctima, y facilitar así los caminos que relación a los vídeos, sino en Internet y los directamente pero compartirlo con más riana del Estado y señaló la importancia
permiten superar la tensión y el miedo teléfonos móviles en general. Los entrevis- gente por internet, diluye la tensión y la res- capital que en este proceso “pacificador”
confrontacional para convertirse en vio- tados tenían muy presente el hecho de que ponsabilidad de participar del espectador, había tenido la instauración de los Esta-
lencia (Collins, 2008). Recordemos que si las cosas que se decían de forma diferida rebajando la tensión propia de la violencia. dos-nación como forma de gobierno hege-
los combatientes de una guerra son ca- (por una web, por un chat o por mesenger) Al mismo tiempo, esta difusión con- mónica en Europa y más concretamente,
paces de luchar es en gran parte debido ya sean muestras de estima o de odio, no lleva que a veces la grabación llegue a per- del monopolio de la violencia por parte de
una gestión racional orientada a reducir el se reproducen en el cara a cara. sonas que pueden tomar medidas contra esta institución. Esta concentración de la
miedo y la tensión confrontacional. Y uno Precisamente Bauman (2004) cita a los que han participado en la agresión, la fuerza en único agente fue acompañado de
de los elementos para lograrlo es mante- Mijaíl Bajtin y lo que él llama “cultura del grabación y la difusión de la misma. Y es la deslegitimación de cualquier expresión
nerse emocionalmente distanciados de sus carnaval”. Si el Carnaval es precisamente que no siempre se tiene conciencia de la de violencia que no tuviera como sujeto
víctimas a través del uso de la tecnología el momento de suspensión de las normas gravedad de las agresiones, ya que entre los del Estado.
(Bourke, 2008; Collins, 2008). Hablo, por morales, la “cultura de carnaval” establece jóvenes pueden ser una práctica “normal”, El autor de El proceso de civilización
ejemplo, de eliminar el contacto directo una permanencia de esta suspensión. Un en el sentido que está “normativizado” que (Elias, 1994) remarcó que este desarrollo
con el agredido y por tanto la posibilidad resultado de esta constancia del carnaval en ciertos espacios sociales y en respuesta no debía conllevar la exclusión de la vio-
de despertar en el agresor cualquier sen- es que el vasto número y la monotonía de a ciertas interacciones se utilice la violen- lencia del ámbito cotidiano o interper-
timiento de culpa o compasión. Un ejem- las imágenes de violencia pueden tener un cia verbal o física, sutil o explícita, como sonal. El monopolio de la violencia por
plo evidente del papel de la tecnología en efecto desgastador; para retrasar la fati- un recurso comunicativo para definir con- parte del Estado llevó a que, en un primer
las agresiones y en la violencia es la de los ga del visionado deben ser cada vez más tinuamente los límites, las jerarquías y las momento se desacredita cualquier valora-
ataques a personas empleando armas de sangrientas, impactantes y “imaginativas” relaciones sociales. ción moral de su uso por parte de los ciu-
fuego a distancia, o bombas que agreden si pretenden poder despertar un mínimo dadanos y ésta pasaba a ser una cuestión
a personas invisibles. Los aparatos de gra- sentimiento o, al menos, atraer la atención. Barbarie y civilización exclusiva de las instituciones estatales.
bación de vídeo (grabadoras o teléfonos) De este modo, el nivel de violencia “ fami- Básicamente consistía en la alienación del
pueden también desempeñar ese papel de liar”, por debajo del cual la crueldad de los Según Zygmunt Bauman (2004) des- recurso de la fuerza de los individuos dele-
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gándola en la instancia suprema en la que burocratización de la vida es el anverso de necesidad de reducir la intensidad (Keane la única soberanía sobre el individuo, ena-
se estaba convirtiendo el Estado. Es por la burocratización de la muerte. 2001). Concretamente Foucault estudió jenándolo de su capacidad de exteriorizar
ello que la violencia interpersonal se hizo El mismo Bauman (2006) señala que el funcionamiento de instituciones peni- sus sentimientos, inquietudes y angustias.
visible como una manifestación, prime- la pacificación de la vida cotidiana en las tenciarias y de lo que se llamaba violencia Culpabilizando por todo ello se le exige
ro ilegal, desautorizada, y fue derivando condiciones de la modernidad, la civili- institucional. Por medio de estas prácticas implícitamente sumisión y docilidad. La
hacia la concepción de la violencia como zación sería sinónimo de la existencia de en los que los cuerpos de los súbditos son consecuencia más inmediata de esta alie-
expresión de desafío a la orden del Esta- un poder político con capacidad constante confinados, en contra de su voluntad pero nación es tal como nos recuerda Sennett
do y por tanto de la nación, del pueblo, del para perfeccionarse, para planificar buro- en nombre de su mejora. (1975) que cuando se enajena al individuo
“nosotros”. cráticamente y ejecutar ordenadamente la Richard Sennett en su El declive del de su propio poder, el de ser un verdadero
La monopolización de la violencia muerte sistemática de seres humanos. hombre público (1978) fue el primero en ser humano, es cuando él estalla y provoca
por parte del Estado tuvo como inmediata La evolución hacia el control de la aducir que la vergüenza se fue haciendo la represión masiva por parte de las insti-
consecuencia la deslegitimación e inclu- vida y la muerte por parte del Estado tie- un fenómeno cada vez más importante tuciones del exterior.
so la expulsión social de toda expresión ne un momento performativo interesante en la sociedad moderna a medida que iba En el caso concreto de la vergüenza,
desordenada, de intensa confrontación que acontece cuando se ocultó de las pla- desapareciendo la violencia física. Pos- esta es un ejemplo de acto de violencia
entre personas al margen del Estado que zas públicas las ejecuciones de las penas teriormente, Sennett (1982) demostrará simbólica, como efecto de un aprendizaje
automáticamente fue etiquetada como en de muerte. La implantación de los cadal- que la noción de autoridad, a partir de un que nos impulsa a avergonzarnos de algo
violenta. La violencia fue expulsada del sos dentro de los muros de las prisiones a momento histórico concreto, se abastece que “tenemos dentro” y que al hacerla aflo-
espacio público para convertirse en el as- partir del año 1868 y su expulsión de las del término disciplina y del control per- rar desenmascara la representación que
pecto más relevante y delator de lo asocial, plazas públicas tenía poco que ver con un manente. Para explicarlo relata el proceso de nosotros mismos nos esforzamos en
bárbaro, salvaje y animal considerándola compromiso y con los principios de la ci- por el que ha ido avanzando la vergüenza hacer. En un mundo donde la asociación
como una afirmación antisocial. Este pro- vilidad. Conseguía, por un lado quitarle al a medida que se ha ido desvaneciendo la de individuos está desplazando al poder
ceso de civilización desacreditó la violen- reo la simpatía que podía despertar entre violencia como instrumento cotidiano de de la comunidad (Tönnies, 1979 [1912]) la
cia ejercida por personas ordinarias no los espectadores y, del otro reducir los ata- la disciplina: indiferencia, la no visibilidad de nuestra
legitimadas y comenzó a ser entendida ques públicos en todo el sucio asunto de la “La erosión de la violencia física en el especificidad, la falta de reconocimiento,
como abominable, monstruosa, en cual- pena capital ya que, como más de una vez siglo XIX no es una muestra de que dismi- convierte a los sujetos en sumisos y, esta
quier caso siempre extra social. había sucedido, era grande la posibilidad nuya la coerción. Es indicio de que aparece es una manera mucho más eficiente -que,
Desde este punto de vista entendemos de que los mismos espectadores desaprue- una serie nueva de controles como la ver- por ejemplo, con la violencia física lesiva-
el proceso civilizador moderno, como una ben la ejecución y acabasen ejecutando al güenza, controles menos palpables que el de imponer cierto orden de cosas y de sig-
lenta pero continua inculcación de normas verdugo (Keane, 2001). dolor físico pero iguales que él en cuanto a nificados de unas personas sobre otras.
compartidas, como la abominación del De manera ciertamente convergente, producir sumisión”. (Sennett, 1982: 35) Este sentimiento está muy ligado a
asesinato, el rechazo al ataque violento, la Foucault (1998) aprovecha el evento men- Continuamos pues, perfilando las las cuestiones relativas a la dependencia, a
responsabilidad moral por las propias ac- cionado para añadir al análisis de Elias teorías de Elias y otros cuando afirman querer algo que uno no tiene y los otros sí.
ciones en el mundo y el miedo a una con- (1994) y de Goffman (1991) la dimensión que el proceso de modernización no es La desigualdad -remarca Sennett (2003)-
ciencia de culpa. Este importante cambio interior, inconsciente. El monopolio de la otra cosa que un traslado del poder de la carcome el respeto y la comparación de-
implica (tal como lo admite Elias, 1994) violencia por parte del Estado y la dismi- comunidad al poder del Estado que será nigrante puede convertir el anhelo de ser
una concentración peligrosa de los medios nución de las explosiones desordenadas y el soberano del espacio público. En el es- tratado como un igual en una necesidad
de violencia en manos del Estado, y ade- descontroladas de la agresividad más que pacio privado surge pues, una experiencia pura y es allí donde comienza un fuerte
más, es un proceso, tal como acabamos de desviar la agresividad y la violencia inter- sin precedentes en ninguna otra cultu- sentimiento de vergüenza.
señalar anteriormente que aleja el recurso personal hacia una madriguera apartada ra urbana como consecuencia específica El actual orden social moderno ba-
a la violencia de cualquier consideración de la mirada pública pero no por ello me- de emergencia del interior: la invención sado en la racionalización económica y
moral y, a partir de ahí, lleva en su seno nos eficaz en lo que se refiere al control y al del sujeto, el individuo, del yo. Este yo no partidista de la ley y que aspira al máxi-
la semilla de la crueldad planificada a un orden social, al contrario. debe responder al control de la comunidad mo control de todas las expresiones de la
nivel masivo (Keane 2001). La desgraciada Max Weber (cuya teoría sobre la que sino al de él mismo. Y este no está forja- naturaleza -social- humana hasta el más
máxima expresión de este proceso la ob- volveremos en el siguiente apartado) re- do sobre la base de un diálogo comunita- mínimo detalle requiere la alienación del
servó Zygmunt Bauman (2006) en el Ho- marcó intensamente la potencia de la vio- rio -entre los miembros de la comunidad, individuo de importantes porciones de su
locausto nazi donde afirmaba que sólo en lencia legítima y por eso invisibilizada. del nosotros- en respuesta a lo que Émile expresividad. La sanción sistemática de
el marco de un proceso de modernización Se trata pues de procedimientos, a través Durkheim (1978) llamaba solidaridad me- estas, toma la forma de la violencia sim-
y de racionalización de todos los aspectos de los cuales, el proceso de civilización cánica. La aparición del yo responde a los bólica conllevando la necesidad de una
de la vida, se podía concebir la práctica de puede reorganizar, sanear y camuflar la mecanismos de represión unidirecciona- represión masiva y ahora sí, en última ins-
la muerte planificada. En este sentido, la violencia, disciplinaria y de otro tipo, sin les que provienen del Estado y que otorgan tancia, fuertemente lesiva.
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Volvamos ahora pues, a la definición La forma concreta de maquinaria de control y sometimiento de consecuencias morales.
reducida de violencia que contempla cen- legitimidad de la violencia la población estaba regulada por los prin- Para Weber el desencanto del mundo
tralmente el acto de agresión físico lesivo. institucional contemporánea cipios del “Contrato social” roussoniniano conllevará la falta de referentes éticos. Y
A pesar lo que se ha afirmado hasta ese y tenía un objetivo racionalmente impe- será el derecho penal basado en la raciona-
momento, hay que remarcar que la cons- Ya he señalado al principio de este cable: la defensa de la nación y el mante- lidad lo que elaborará una generalización-
tante histórica con relación a este tipo de texto que todo acto violento -para ser de- nimiento de su orden, pero moralmente tipificación y sistematización de las reglas.
violencia ha sido – con más o menos inten- finido como tal- requiere que la acción cuestionable porque equiparaba la figura La racionalidad debía dar legitimidad para
sidad- la excepción y no la regla a pesar de incorpore las cualidades de excesiva y de del “otro” a la del enemigo, como elemen- a las aplicaciones de la ley por parte de las
las motivaciones o condiciones subyacen- ilegítima. A continuación recuperaremos to que amenaza el orden y la coherencia de instituciones establecidas.
tes. Collins (2008) sostiene que el enfren- el trabajo originario de Max Weber ((2008 la nación. En este proceso, la racionalidad, El problema derivado del análisis
tamiento violento en contra de elementos [1922]) sobre el monopolio de la violencia tuvo un papel preponderante que fue ní- weberiano de este proceso “necesario” de
centrales de la fisiología humana. La vio- por parte del Estado y su necesidad de le- tidamente descrito por los trabajos sobre centralización de los instrumentos coacti-
lencia no viene ni fácilmente ni automá- gitimarse. Este tránsito hacia la legitima- la burocracia elaborados por Max Weber. vos, era que dejaba en una única instancia
ticamente y añade que los antagonismos ción hará que la coacción del Estado sobre En su análisis de los “tipos de domi- (la racionalización burocrática del Estado)
son por naturaleza tensos y desagradables, sus habitantes no se pueda denominar vio- nación” Weber (2008) señala que estos la aplicación de las sanciones normativas y
y las ansiedades de confrontación erigen lencia sino gobierno como advertirá Rad- descansan sobre varios elementos deter- precipitaba juicios sobre la pertenencia de
una barrera emocional energética en con- cliffe- Brown (1940). minantes. Para Weber la forma de domi- las sanciones alejando del núcleo de la de-
tra de la violencia. Max Weber explica que la “ fuerza es nación legal formalmente racional es la cisión cualquier elemento comprensivo de
Uno de los elementos imprescindibles un medio específico del Estado [...] En el que se articula alrededor de la burocracia la conducta y por tanto de la posibilidad o
para percibir el componente dramático de pasado, las más variadas instituciones han del Estado moderno no ya vinculado a tra- no de ejecución legítima -al margen de cri-
una agresión, por ejemplo, sistemática y considerado el uso de la fuerza como algo diciones o cualidades carismáticas, sino a terios de legalidad racional- de la sanción.
continuada sobre una misma persona es bastante normal. Hoy, sin embargo, por Es- un orden legal instituido donde hay una Cabe destacar un segundo peligro
la extensión entre los individuos implica- tado debe entenderse un instituto político rígida jerarquía funcional, una imperso- consecuencia del proceso de civilización
dos en un acto violento de un sentimiento de actividad continuada, cuando y en la nalidad formalista y estricta observancia que es, paradójicamente, el establecimien-
como el de la compasión. Para definir este medida en que su cuadro administrativo de las reglas y expedientes tal y como co- to de una tensión bélica continua (Elias,
sentimiento tenemos que hablar de empa- mantenga con éxito la pretensión al mo- rresponde a las necesidades de gestión de 1994). Tal y como afirma Keane, siguiendo
tía e incluso de solidaridad. La compasión nopolio legítimo de la coacción física para una sociedad industrial de masas (Ama- a Elias: la guerra y los rumores de guerra
es literalmente compartir la pasión con el el mantenimiento del orden vigente” (2008 ral, 2004). son condiciones omnipresentes del proce-
otro, ser el otro y concretamente, el sufri- [1922], p. 43-44) Todo este orden legal, requiere que, so de civilización en tanto éste puede po-
miento del otro. Diferentes procesos socia- Una de las aportaciones weberianas en última instancia el Estado sea la ins- nerse en peligro, ya sea por la agresión de
les han desacreditado este sentimiento y lo más originales a la teoría del Estado fue la titución política de actividad continua, otro Estado o por la insubordinación inte-
han desprestigiado. Cultivar la compasión crítica a la asimilación de la legalidad a la dado que posee este cuadro administrati- rior (Keane, 2001). Es en este sentido, que
puede requerir haber tenido una experien- legitimidad. Esta distinción ha permitido vo con monopolio legítimo de Ia coacción se vislumbra como una consecuencia del
cia como objeto de agresión que facilite la gracias al monopolio del Estado, que la física para mantener el orden vigente. Se monopolio la amenaza bélica constante.
identificación con un “otro” cualquiera, coerción quede escindida entre dos clases insiste pues en que, la fuerza es la última El mismo Elías cita la obra de Weber
cercano o lejano agredido. bien distintas, caracterizadas respectiva- instancia que asegura el mantenimiento como primer trabajo sobre la importancia
Es desde este prisma que se puede mente como legítima e ilegítima. A una de del orden racional. del monopolio de la violencia física por
comprender el éxito de la propuesta mo- ellas -como acabamos de señalar- se la de- La cuestión relevante en este sentido, la estructura de los Estados (Elias, 1994).
derna y civilizadora. Lo que está com- nomina cumplimiento de la ley y el orden es la que se liga a la noción weberiana de El Estado moderno tiene, por tanto, unos
portando es apartar a los individuos de la mientras que la denominación de “violen- legalización. Esta -tal y como se ha insi- efectos potencialmente más terribles que
“responsabilidad” del uso de la fuerza de- cia” se reserva para el segundo tipo. nuado en las páginas antecedentes- es la los sistemas políticos pre modernos. Su
legando a un ente superior que es el Esta- Weber facilitará la posterior tarea de que “libera” a la población de la violencia monopolio de los medios de coacción, si-
do y por tanto exonerando del hecho tenso dilucidar los procesos según los cuales se cotidiana precisamente porque acepta, de túa sus súbditos bajo una amenaza perma-
y desagradable, tanto de infligir dolor o legaliza la coerción del Estado sobre sus mayor o menor grado, este monopolio es- nente de violencia. Según Keane que -de
de padecerlo por hostilidad de otro. Es a súbditos permitiendo legitimar el control tatal como violencia legalizada. nuevo cita en Elias- los Estados modernos
partir de la comprensión de la dimensión punitivo y la violencia ejercida por parte Este proceso puede comportar tres centralizados claramente fuertes y expan-
desagradable de la violencia que podemos de la judicatura y de los cuerpos de seguri- tipos de peligros: El primero -apuntado sionistas han recortado la capacidad de los
interpretar el, a veces, visceral rechazo a dad del Estado sobre la población. algunas líneas más arriba- es el que tiene sujetos para organizarse en asociaciones
las prácticas agresivas. Si hacemos una somera recapitulación que ver con la tendencia intrínseca de esta pacíficas, con la posibilidad de interme-
histórica podemos constatar como toda la racionalización a separar los hechos de sus diación (Keane, 2001):
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“Desde los tiempos de las primeras gue- en sí mismos una necesidad de crear nue- Es de esta manera como podemos mental, la centralización de los instru-
rras ligadas al proceso de formación estatal vos fines. Si la alarma de Weber acertó fue comprobar la actualidad del modelo de mentos de coacción por parte del Estado y
en la Italia del Renacimiento y la destruc- porque vislumbró en su momento estos “solución de problemas sociales” resultado la escisión entre una decisión “racional” y
ción violenta de corrientes religiosas, como peligros según el cual la maquinaria bu- de la expansión de la racionalidad instru- su evaluación moral. )
los hugonotes, por la monarquía francesa rocrática diseñada como un medio para
en los siglos XVI y XVII, gobernantes vio- alcanzar unos fines, termina requiriendo
lentos han destruido sus sociedades y han la invención de nuevas finalidades para REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS de Cultura Económica.
hurtado a la población su capacidad para darle sentido al medio. Señala Bauman Fernández, M. & Martínez, R. (2010) Jo-
la auto-organización pacífica, excepto los (2004) que cuando más instrumentos ten- Amaral, B. (2004). Weber y la racionalidad ves, violència, internet i mòbils. Bar-
grupos familiares o de las organizaciones gamos para juguetear con las realidades del control punitivo contemporáneo. celona: Generalitat de Catalunya.
promovidas por el estado”. de la vida, más aspectos del entorno social In Bergalli & Rivera, Mitologias y Foucault, M. (1998). Vigilar y castigar: na-
Un tercer peligro derivado de lo ante- en el que vivimos se nos empiezan a anto- discursos sobre el castigo. Barcelona: cimiento de la prisión. Siglo XXI.
rior se hizo realidad y fue recogido de for- jar “problemas”, problemas insoportables, Anthropos. Galtung, J. (1975) Strukturell Gewalt, Re-
ma brillante por los trabajos de Zygmunt problemas con los que debemos “hacer Arblaster, A. (1998 [1993]) “Violence”, in inbek: Rowohlt: 9.
Bauman (2004) o Hannah Arendt (1999) algo”. Es en este sentido que mientras ace- W. Outhwaite & T. Bottomore, The Goffman, E. (1991). El orden de interac-
en los que, partiendo de los postulados leramos en sociedades cada vez más po- Blackwell Dictionary of Twentieth- cion. In Los momentos y sus hombres.
weberiana y utilizando sus instrumentos larizadas, cada vez hay más gente que se Century Social Thought, Oxford: Barcelona: Paidós.
de análisis, los autores identifican la cum- convierte en “problema”, y dado que exis- Blackwell: 700-2 Imbusch, P. (2003) “The Concept of Vio-
bre de la civilización y burocratización de ten los medios para deshacerse de ellos, y Arendt, H. (1999): Eichmann en Jerusalén: lence”, en W. Heitmeyer & J. Hagan
los elementos coactivos del Estado en el por tanto, del problema, no parece haber un estudio sobre la banalidad del mal. (eds) Internacional Handbook of Vio-
diseño, la aplicación y el espíritu del Ho- razón alguna por la que su presencia -una Barcelona: Lumen. lence Research, Dordrecht/Boston/
locausto nazi. presencia como la de los “inmigrantes” Bauman, Z. (2004). El eterno retorno de la London: Kluwer A.P.: 13-39.
Para ambos autores, el Holocausto no ofensiva, limitativa, opresiva- debería ser violencia. In J. Beriain, Modernidad Keane, J. (2001). Reflexions sobre la violèn-
fue obra de unos criminales desalmados tolerada y soportada. y violencia colectiva (pp. 17- 48). Ma- cia. València: Universitat de València.
sino, el producto de pautas de comporta- Las respuestas de la Ley de Extranje- drid: CIS. (2006). Modernidad y holo- Moliner, M. (2008). Diccionario de uso del
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nidad así como de la extensión de la racio- como el de Vic no hacen más que enfatizar Benjamin, W. ([1921]1971). Para una críti- Radcliffe- Brown, A. (1940) “Preface”
nalidad tecnológica y burocrática. que, en última instancia, el problema son ca de la violencia.Madrid : Taurus. en Fortes, M. y Evans Pritchard, E.,
Ambos autores, entre otros, nos re- “los inmigrantes” y que la solución pasa Berger, P., & Luckmann, T. (1976). La cons- African Political Systems, Londres:
cuerdan pues que los actos brutales come- por controlarlos, identificarlos con una trucción social de la realidad. Buenos Oxford UP.
tidos por el Estado o en su nombre no son X (letra que tienen todos los documentos Aires: Amorrortu. Sennett, R. (1975). Identidad personal y
“rémoras tribales”, por el contrario son la que identifican a los extranjeros como no Bourdieu, P. (1999). Meditaciones pasca- vida urbana, Barcelona: Península
quintaesencia de la modernidad. No sólo nacionales, y por tanto menguantes de lianas. Barcelona: Anagrama. – (1978). The Fall of Public Man, Nova
por su función en la lucha para establecer derechos) separarlos según procedencia Bourke, J. (2008). Sed de Sangre. Barcelona: York, Knopf (versión en castellano: El
los límites territoriales del poder del esta- (como de hecho, la propia Ley contempla Crítica. declive del hombre público. Barcelona:
do, sino también porque constituyen un la variabilidad del tiempo que un extranje- Coromines, J., Gulsoy, J., & Cahner, M. Península.
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amedrentar poblaciones enteras y evitar o Asia) o la concentración provocada -al Barcelona: Caixa de Pensions. del hombre en un mundo de desigual-
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La actualidad de los procesos o lo que la Ley ya prevé y ahora, ayunta- curs i com a discurs. Barcelona: Secre- Weber, M. (2008 [1922]). “Teoria de las ca-
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