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EXPEDIENTE : 03388-2015-0-3207-JR-PE-01

ESPECIALISTA : BAYONA
CUADERNO : PRINCIPAL
ESCRITO : CORRELATIVO
SUMILLA : FUNDMENTO RECURSO DE
APELACIÓN

SEÑOR JUEZ DEL PRIMER JUZGADO PENAL LIQUIDADOR DE SAN


JUAN DE LURIGANCHO.

RICHARD MAZA MORENO en el proceso que


se me sigue por el supuesto agravio a la sunat y
por el supuesto delito de violencia y resistencia a la
autoridad agravada, ante usted con el debido
respeto digo:

Que, dentro del término de ley vengo a


FUNDAMENTAR el RECURSO DE APELACION contra la resolución Nº
26 de fecha 30 de octubre del 2019, prolada por su despacho, contra la misma
por ante el jerárquico superior en grado; a fin de que el tribunal, merituando los
hechos, antecedentes y concomitantes del caso sub examine, la revoque dicha
decisión judicial.

Sustento el medio impugnatorio en los siguientes fundamentos:

I. FUNDAMENTACIÓN FÁCTICA:

I.1. HECHOS QUE SE IMPUTAN AL SENTENCIADO:

I.1.1. Que, el día 24 de julio de 2013, el procesado RICHARD MAZA


MORENO, manifestando ser padre de la persona que atendía el
Stand D–18 del Centro Comercial Multiplaza ubicado en la Av.
Procedes de la Independencia–SJL, pedir de manera airara una
explicación a la intervención que realizaba el señor Christian
Giovanni Ruiz Chirinos (Fedatario Fiscalizador de la
Superintendencia Nacional de Administración Tributaria), así
como haber insultado y amenazado a dicho funcionario y
arrebatado el Acta probatoria N° 0200600263379-01; mientras
que su coprocesada Corina Edith Bautista Palomino, se le que
al acudir al lugar donde se realizó la intervención comenzó a
vociferar insultos contra la SUNAT, obstaculizando con su
comportamiento la labor del fiscalizador; lo que conllevo a que
esté se comunique con la Coordinadora de Programas Masivos de
la Sección de Control Documentario II (María Elvira Cerin
Saboya), a efectos de que ésta solicite la presencia de un efectivo
policial y se comunique con el Superior Carlos Alfieri Hurtado
Zevallos, quien concurrió al lugar de los hechos, confeccionando
una nueva acta probatoria, luego de lo cual todos fueron
trasladados a la comisaria del sector.

sin embargo, esta argumentación no se ajusta a lo descrito en las demás piezas


procesales:

a) Declaración Instructiva de RICHARD MAZA MORENO (Fs. 144,


pregunta de la fiscalía)
b) Declaración Instructiva de ORINA EDITH BAUTISTA
PALOMINO (Fs. 145/147).

Estrictamente, los hechos que dieron lugar a la denuncia se refieren a


un supuesto de agresión y intimidación a un personal de la SUNAT en
ningún extremo del atestado se hace referencia a que el suscrito haya
sido intervenido con conocimiento de que el Señor Christian
Giovanni Ruiz Chirinos, fuese funcionario de la SUNAT, ya que el
este no se encontraba plenamente IDENTIFICADO como tal
(supuesto agraviado, nunca llego a rindió su manifestación, Fs.311,
considerando 11 de la Res.N°:708-2018 emitida por la Sala Superior
Especializada En Lo Penal Descentralizada y Permanente del distrito
de San Juan de Lurigancho), respecto al supuesto acto de violencia
hacia el fedatario Christian Giovanni Ruiz Chirinos, debemos de
resaltar que dicha VIOLENCIA nunca se realizó, ni ha podido
acreditarse daño alguno (Físico, psicológico), ya que no existe en
autos Certificado del Médico Legista.

I.1.2. RESPECTO A LA VIOLENCIA A LA AUTORIDAD:


En la jurisprudencia se ha señalado que el término violencia
debe entenderse como “la fuerza irresistible empleada contra un
tercero para que haga aquello que no quiera o se abstenga de lo
que sin ello se quería o se podría hacer” 1 . En ese sentido, por
ejemplo, el intercambio de palabras entre procesados y efectivos
policiales que conlleve a que los primeros les falten el respeto,
aunque es un hecho de por sí censurable, no configura el delito
de violencia contra la autoridad. De igual forma, no configuran
el delito de violencia contra la autoridad los tratos ofensivos,
menosprecios, ultrajes o insultos. Este criterio ha sido
respaldado por la Corte Suprema de Justicia de la República al
señalar que “los insultos o actos de menosprecio verbales o de
obra, proferidos contra la autoridad … (…) carecen de tipicidad
propia como delitos contra la administración pública cometidos
por terceros”2.
En resumen, una es la persona que dicta la orden a cumplir,
pudiendo ser otra la que la ejecuta y que sufre la acción de
1
Vid. Exp. N.° 8831-97-Lima, El CP en su jurisprudencia, ob. cit., p. 387.
2
Corte Suprema de Justicia de la República, Acuerdo Plenario Extraordinario N° 1-2016/CIJ-116, fundamento
17.
resistencia del agresor, agregándose a esto la necesidad
concurrente de ligera violencia o amenaza contra el mismo
ejecutor.3 Lo que no se puede permitir es que el agente ejerza
dicha violencia o amenaza haciendo uso de algún tipo de arma
blanca, de fuego.

El tipo penal hace referencia a los términos “violencia” o


“amenaza” como medios comisivos del delito. El autor del
delito debe ejercer violencia o amenaza contra el agente
público. La violencia a la que hace referencia el tipo penal debe
ser entendida como el uso de la fuerza física que busca vencer
obstáculos o imponer una voluntad ajena. Para la doctrina
nacional, el termino violencia es entendido como el empleo de
fuerza o energía física sobre las personas señaladas en el tipo
legal; se trata, por tanto, de violencia instrumental4 .

En la jurisprudencia se ha señalado que el término violencia


debe entenderse como “la fuerza irresistible empleada contra un
tercero para que haga aquello que no quiera o se abstenga de lo
que sin ello se quería o se podría hacer”5 .

En ese sentido, el intercambio de palabras entre procesados y el


fedatario Christian Giovanni Ruiz Chirinos que conlleve a
que el primero le falte el respeto, no configura el delito de
violencia contra la autoridad. De igual forma, no configuran el

3
La resistencia presupone conceptualmente (como subraya Rodríguez Devesa) que al funcionario se le resiste
por la fuerza, lo que denota: una, la negativa, de oposición a un mandato u orden de la autoridad o sus
agentes; otra, que esa oposición se materialice en una actitud corporal o material de violencia o fuerza más o
menos grave (Frisancho Aparicio, Delitos contra la administración pública..., 209). En la modalidad de
resistencia el sujeto trata de impedir mediante actos de resistencia, el cumplimiento de la orden… (Abanto
Vásquez, Los delitos contra la administración pública..., 178). El sujeto no solo se limita a no cumplir, sino que
se resiste, es decir, trata de impedir el cumplimiento de la orden que está siendo aplicada o concretada, se
opone a ella a través de actos de resistencia (de hostilidad o de fuerza) que no deben llegar a la violencia o a
la intimidación (resistencia activa) (Rojas Vargas, Delitos contra la administración pública..., 1010)
4
Rojas Vargas, Fidel, Delitos contra la administración pública, ob. cit., p. 976.
5
Vid. Exp. N.° 8831-97-Lima, El CP en su jurisprudencia, ob. cit., p. 387.
delito de violencia contra la autoridad los tratos ofensivos,
menosprecios, ultrajes o insultos. Este criterio ha sido
respaldado por la Corte Suprema de Justicia de la República al
señalar que “los insultos o actos de menosprecio verbales o de
obra, proferidos contra la autoridad policial, constituyen injuria
(art. 130) pero carecen de tipicidad propia como delitos contra
la administración pública cometidos por terceros”6.

1.1.3 RESISTENCIA A LA AUTORIDAD


Cabe señalar que, en lo referente al acto de la supuesta
resistencia a la autoridad, es cuando el agente se opone
abiertamente para que no se ejecute materialmente la orden.
La resistencia puede dar como consecuencia que la orden no se
ejecute o que esta se ejecute de manera distinta a la que supone
su materialización o que suponga un obstáculo con la
consecuente dilación en la ejecución de la orden.

Además, se exige que la orden sea legal, es decir, impartida por


un funcionario público en el ejercicio normal de sus funciones.
Aparte de ello, es necesario que la orden sea expresa, ya sea
verbal o escrita, sin ambigüedades, ya que si la orden no es
conocida, el delito no aparece,7 lo cual ocurrió en el presente
proceso, ya que el fedatario Christian Giovanni Ruiz
Chirinos, con posterioridad al supuesto acto resistencia a la
autoridad se identificó y dio a conocer el motivo de su
presencia.

6
Corte Suprema de Justicia de la República, Acuerdo Plenario Extraordinario N° 1-2016/CIJ-116, fundamento
17.
7
Ramiro Salinas Siccha, Delitos contra la administración pública (Lima: Grijley, 2014), 106.
En el derecho, a través de la Ejecutoria de fecha 22 de
noviembre de 1988, Expediente N° 192-88-Ayacucho, se
precisa que cuando no existe una orden no se configura el
delito de desobediencia o resistencia a la autoridad: “Negarse
a firmar una notificación judicial, … (…) no constituye dicho
delito”.8

En esa lógica, la orden es un mandato de carácter intimidatorio


y de cumplimiento obligatorio (que debe ser acatada y
observada), emanada de una autoridad competente, en el
legítimo ejercicio de sus funciones; para ella, esta tiene que
haber sido puesta oportunamente en conocimiento del sujeto
obligado, lo que en doctrina se conoce como “conminación
previa”,9 pues resulta inconcebible que se exija a un ciudadano
el cumplimiento de una orden que no ha sido conocida por este.

Cuando la orden no se ejecuta debido a los actos de resistencia,


el servidor que la ejecuta termina por retirarse del lugar, sin
lograr la ejecución de la orden, momento en el que se
perfecciona esta modalidad delictiva, sin embargo el fedatario
Christian Giovanni Ruiz Chirinos, habiéndose identificado en
la comisaria como funcionario de la SUNAT, y habiéndose
indicado al procesado en qué consistía la intervención de
Christian Giovanni Ruiz Chirinos, el referido funcionario
procedió a levantar otra Acta Probatoria, como se puede
apreciar se logra ejecutar la orden de la SUNAT, por
consiguiente NO se comete el acto ilícito denunciado.

8
Fidel Rojas Vargas, Código Penal: dos décadas de jurisprudencia, tomo III (Lima: Ara Editores, 2012), 151.
9
Eusebio Gómez A., Tratado de derecho penal, tomo V (Buenos Aires: Ediar, 1954), 471-472
Hago notar este hecho, que considero relevante, por cuanto corresponde a mi
derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva, y a la observancia
estricta de los principios de imputación y culpabilidad, que la imputación de
hechos sea estricta.

Indica la doctrina nacional lo siguiente:


“la determinación de la imputación y/o acusación cumple una doble
función en el sistema penal, o en general, en el derecho sancionador.

En primer lugar, fija el objeto de la investigación o del proceso penal


(función de delimitación) que repercute en la precisión de los límites de
la cosa juzgada o cosa decidida10,

En segundo lugar, la existencia de la imputación permite cumplir con


la función de información al ciudadano acerca de los cargos que pesan
en su contra, con el fin de que pueda diseñar de la manera que crea
conveniente su derecho de defensa. el imputado debe saber la clase y
las propiedades específicas de la acción que se le atribuye haber
cometido”11.

En tal sentido, al adolecer la sentencia recurrida de defectos en el extremo de la


imputación en el considerando primero por ser inexacto, alteró los hechos y
afectó al razonamiento realizado por el juzgador al momento de determinar la
pena y las demás sanciones impuestas, por lo que debe ser revocado en vía de
apelación por la instancia superior.
10
v. gr. si a una persona se la juzga por haber disparado en un día y hora determinada generando años sobre
un bien y se le condena; se debe aplicar la non bis in idem si es que luego se demuestra que dicho disparo en
realidad terminó matando a una persona. igual ocurre cuando una persona es procesada por ser autor y
luego de su absolución se descubre que solo había sido partícipe (complicidad o instigación).
11
(cfr. castillo alva, josé luis: “el derecho a ser informado de la imputación”. en: temas penales en la
jurisprudencia del tribunal constitucional. anuario de derecho penal 2008, PUCP fondo editorial, lima; pág.
204).
I.2. DEFICIENCIAS DE LA ACUSACIÓN FISCAL:

I.2.1. OBRA el ATESTADO POLICIAL 1207-2014 DIREICA-


JUS-DIVPIDOMO-01
Donde se puede apreciar en numeral i. información:
Señala que la apersona RICHARD MAZA MORENO y con una
actitud hostil le agrede físicamente en la mano, sin embargo, no
obra en autos Reconocimiento del Médico Legal, que acredite dicha
lesión.

I.2.2. Que como es de verse en autos los testigos: Carlo Alferi Hurtado
Zevallos (a fojas 180 al 181) y María Elvira Cerin Saboya (a fojas
70 al 72) donde ambos en sus declaraciones señalan: “que tomaron
conocimiento de las supuestas agresiones al fedatario fiscalizador
a través de una llamada que realizo este había sido agredido”, sin
embargo ambas personas mencionadas no presenciaron los hechos
de la supuesta agresión en contra del supuesto funcionario
agraviado.

I.2.3. El supuesto funcionario Agraviado Christian Giovanni Chirinos


nunca se apersono a rendir su declaración de los hechos
supuestamente de los agravios a su persona y ha sido
debidamente notificado conforme a ley por tanto no hay
persistencia en la incriminación, ni visimilitud en la denuncia
interpuesta, por consiguiente, existe duda en la comisión el delito que
mi persona haya cometido dicho ilícito penal.
I.2.4. En los actuados no hay una prueba contundente que mi persona haya
cometido el delito violencia y resistencia a la autoridad, ni la
declaración del supuesto agraviado que se ratifique en la supuesta
denuncia en mi contra hasta la fecha,

I.2.5. En autos la declaración del efectivo policial Jorge Luis Ñiño de


Guzmán Portilla en su declaración testimonial refiere precisa “no
observo ninguna agresión ese día”.

I.2.6. Tanto la Fiscalía Provincial y la Fiscalía Superior han opinado el


sobreseimiento del presente proceso de acuerdo a ley, ya que el
supuesto agraviado no ha ido a rendir su declaración, ni ratificación
de su denuncia en mi contra y han transcurrido seis años sin que lo
haya hecho.

I.2.7. Para que se externalice el supuesto de hecho contenido en el primer párrafo del
artículo 368° del CP, no basta con la sola verificación de la materialización de
los elementos objetivos del tipo en comento, sino que también se exige como
condición necesaria la concurrencia de la conciencia y voluntad en el ámbito
subjetivo del agente. Es decir, el delito bajo comentario, en sus dos modalidades,
sea resistencia o desobediencia, requiere de dolo, esto es, el conocimiento 12 por
parte del agente infractor respecto del contenido de la orden emitida por un
funcionario público que dispone que realice o deje de realizar un
comportamiento determinado y la voluntad de realizar la desobediencia o la
resistencia a dicha orden, o sea, el agente, conociendo la orden, se resiste a la
disposición funcionarial. Para que exista dolo, el agente tiene que haber
conocido plenamente la orden, con todos sus componentes (la obligación

12
“El conocimiento cierto de la orden dirigida a su persona es fundamental, si en un hecho concreto se llega a
determinar que el agente no conoció o no pudo conocer la orden impartida por el funcionario público, así se
verifique la resistencia, el delito no aparece. En tal sentido, no son válidas las notificaciones fictas, o sea, la
presunción de tener al sujeto por notificado sin que se demuestre que este ha tomado conocimiento de la
orden” (Carlos Creus, citado por Abanto Vásquez, Los delitos contra la administración pública..., 177-178).
mostrar los comprobantes de venta plasmado de manera clara, expresa y
exigible). Al respecto, el jurista Alonso Raúl Peña Cabrera Freyre sostiene que
“una figura criminosa así concebida solo resulta reprimible a título de dolo, con
conciencia y voluntad de realizar el tipo. El agente ha de saber que se está
resistiendo o desobedeciendo a cumplir una orden impartida legítimamente
por un funcionario público”.13

II. FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA:

Sustento mi recurso en las disposiciones normativas de rango


constitucional (art. 1°, 2°, 139°, inc.5 const. polit. 1993), en las
disposiciones contenidas en el código penal de 1991 (art. iv, viii, x, 45°,
46°, 52°, 62°), y los que provienen de los tratados de derechos humanos de
los cuales el Perú es parte. asimismo, me respaldo en las siguientes
ejecutorias penales:

II.1. INFRACCIÓN A LA GARANTÍA DE LA MOTIVACIÓN DE LAS


RESOLUCIONES JUDICIALES: MOTIVACIÓN INEXISTENTE
O INSUFICIENTE.
“TERCERO.- (…) se advierte la presunta vulneración de lo dispuesto
por el numeral cinco del artículo ciento treinta y nueve de la
constitución política, que consagra la garantía específica de la
motivación, que a su vez integra la garantía genérica de la tutela
jurisdiccional – la infracción de la garantía de motivación, como es
sabido, puede fundarse en que la motivación de una concreta
resolución judicial es inexistente, aparente o insuficiente,
contradictoria y/o irrazonable por vulnerar las reglas de la lógica, la
experiencia o la ciencia” (r. queja nro. 1108-2009-lambayeque, sala
penal permanente de la corte suprema, del 01 de julio de 2010).

13
Alonso Raúl Peña Cabrera Freyre, “El delito de desobediencia y resistencia a la autoridad”, Gaceta Penal &
Procesal Penal 12 (junio 2010).
POR TANTO:
Sírvase Ud., Señor Magistrado, conceder la
apelación y disponer elevar los autos a la instancia superior
correspondiente.

San Juan de Lurigancho 14 de noviembre del 2019

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