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La alimentación del niño es un aspecto muy importante para su salud óptima, ya que los alimentos y
nutrientes apropiados constituyen el sustrato imprescindible, necesario y fundamental para poder
expresar adecuadamente, es decir para que se realice según el patrón biológico particular y personal, su
potencial genético de crecimiento y desarrollo y las funciones fisiológicas correspondientes.
Los aportes nutricionales para lactantes, niños y adolescentes deben ser suficientes para proporcionar,
no solo el mantenimiento del peso actual, sino también para proveer el crecimiento y desarrollo
normal, propio de su edad y de sus características genéticas.
1. El crecimiento durante la infancia (de 0 a 3 años, aproximadamente) es muy rápido, crítico para
el desarrollo neurocognitivo, y presenta las necesidades energéticas y los requerimientos
nutricionales más altos, en relación con el peso, comparado con otros periodos de crecimiento.
2. A continuación, viene el periodo preescolar y escolar, durante el cual se produce el 60% del
crecimiento total, que se sigue finalmente del periodo puberal.
3. La nutrición y el crecimiento durante los tres primeros años de vida, va a predecir la talla adulta,
y va a condicionar ciertas características de la salud, o de algunas consecuencias sobre la misma.
4. El periodo de mayor riesgo para el estancamiento del crecimiento (retraso del crecimiento lineal)
es entre los 4 y los 24 meses de edad. Es esencial identificar pronto las deficiencias nutricionales,
para hacer un tratamiento enérgico y precoz de las mismas, porque pueden tener efectos
adversos persistentes sobre el crecimiento y el desarrollo.
5. La ingesta nutricional no solo cubre las necesidades energéticas, sino que aporta también macro-
y micronutrientes esenciales para mantener el funcionamiento de múltiples procesos vitales. Las
deficiencias nutricionales pueden limitar el crecimiento en talla, alterar la función inmune, y
aumentar la morbilidad y la mortalidad.
6. A nivel mundial, en los niños de menos de cinco años, la malnutrición y la desnutrición es la causa
más importante de inmunodeficiencia adquirida, y el principal factor subyacente de morbilidad y
mortalidad.
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Alberto Díaz / Ignacio López / Marina Dionisio / Irene Calzado Pediatría
El organismo humano tiene una gran capacidad de adaptación y hay que moverse entre estos márgenes
en la alimentación. Los datos que se den son aproximados.
Para comprender la alimentación del niño normal, debemos tener en cuenta los siguientes hechos y
circunstancias.
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Es importante el valor biológico de los alimentos (la eficiencia): que ese alimento que ofrecemos sea el
más adecuado en ese momento concreto del desarrollo para el niño para cubrir las necesidades
nutricionales, que son cambiantes según la edad y las circunstancias del niño.
4. Distribución del gasto de las calorías aportadas: varían en función de la edad y de la actividad
del niño. Esto condiciona modificaciones nutricionales.
5. Equilibrio calórico del origen de la dieta: en qué proporción deben estar los distintos
principios inmediatos – hidratos de carbono, lípidos, proteínas - aportados en la alimentación.
6. Destino de los nutrientes ingeridos: qué finalidad tienen los distintos componentes de los
alimentos recibidos, en su aplicación funcional y/o estructural.
7. Valoración del estado nutritivo: para contrastar con la normalidad óptima y comprender así la
eficacia de la alimentación recibida. Se puede hacer desde el punto de vista antropométrico,
bioquímico y funcional.
ALIMENTACIÓN
ALIMENTACIÓN ENTERAL
PARENTERAL PLACENTARIA
Continua Discontinua
Estable Intermitente
Pasiva Activa: "el niño tiene que mamar"
Asimilación Múltiples procesos
Al nacimiento se produce un cambio brusco que debe ser solucionado de una manera rápida.
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Todo esto nos lleva a considerar una serie de interrogantes a la hora de hacer la valoración de la
alimentación correcta para el niño normal y de cuantificar sus necesidades nutricionales y cómo podemos
cubrir dichas necesidades. Los problemas principales que se plantean son los siguientes:
¿Cuándo ha adquirido el niño todas las capacidades funcionales necesarias para una nutrición
correcta?
¿Cuándo debe comer un niño, cuándo debe comenzar a comer y qué debe comer? La leche materna
tema siguiente. El niño tiene que empezar a comer cuanto antes, tiene que empezar con leche
materna e ir adaptándose progresivamente a la alimentación del adulto.
¿Cómo sabemos que tiene hambre? Los hay que lloran y no tienen hambre y los que tienen hambre
y no lloran. Cada uno lo manifiesta de una manera.
¿Cómo protegerle de los riesgos inmunológicos y biológicos? La lecha materna por sí misma
protege de esos riesgos, por lo que cuando se da lactancia artificial hay que tener en cuenta estos
aspectos.
El niño era nutrido por la madre a través de la placenta. Una vez nacido, cuál puede ser la manera
más eficaz de cumplimentar esa dependencia?
o ¿Por parte de la madre? El alimento ideal es la leche materna, la madre debe tener
tiempo y estar bien nutrida.
o ¿Por parte del niño? el niño tiene que tener maduración suficiente
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conveniente, dado que la cantidad de alimento que ingiere es muy alta en proporción a su
peso. Si no hubiera esta predisposición, con facilidad se produciría una distensión abdominal
molesta. Para ello:
o Incapacidad funcional fisiológica del esfínter esofágico inferior:
Se hincha el estómago, el EEI es laxo y permite que pase alimento y el niño eructa.
Pero si es excesivo puede ser patológico (reflujo gastroesofágico). "Eructan
después de comer".
Habitualmente, tras la toma de alimento se produce la perístole gástrica (el
tránsito está acelerado), para adaptar el volumen del estómago a su contenido
líquido, acompañada del eructo para expulsar el aire del estómago que, a veces,
incluye una cantidad pequeña de alimento o regurgitación. Cuando la ingestión de
alimento es elevada y/o el tono del esfínter esofágico inferior es excesivamente
bajo puede aparecer reflujo gastroesofágico (ruidos de tripas después de comer).
o Motilidad: se fermenta la lactosa y se produce una gran cantidad de gases.
Reflejo gastrocólico: la entrada de pequeñas cantidades de líquido en la primera
porción del duodeno provoca una contracción masiva del colon. Esto suele
manifestarse con una deposición ruidosa, blanda o líquida, explosiva pero no
abundante, pero dos o tres veces al día sí-, al final o poco después de la toma y
precedida de ruidos intestinales. "Se cagan después de comer".
o Es muy importante la absorción de nutrientes para el niño, por lo que en las
porciones del tubo digestivo donde es más importante la digestión y la absorción del
agua, el transito es más lento (estómago e ID), pero es más acelerado donde menos se
necesita (IG). En comparación con el adulto, el tránsito es más rápido en total "gana el
IG".
Reflejo gastro-cólico: a veces el niño, que ya ha hecho una deposición mientras comía o justo al
final de la toma, puede repetirla al cambiarlo, al tirar hacia arriba y levantarle un poco los miembros
inferiores, presionando los muslos contra el abdomen.
Hay que tener cuidado, porque la deposición sele ser explosiva y la “munición” puede alcanzar
al “observador y/o asistente”.
Hay que cambiar los pañales de lado, para evitar esto.
Desde el punto de vista anatómico las estructuras están bien desarrolladas al nacimiento, y, si bien
la cantidad que pueden albergar y su funcionalidad es escasa inicialmente, la puesta en marcha de la
alimentación induce rápidamente el aumento de capacidad y, cuando es necesario, la aparición y puesta
en marcha de las secreciones del tubo digestivo y de las glándulas accesorias como las salivares, el hígado
y el páncreas. En comparación con el adulto y el niño mayor, el transito digestivo en el estómago y el
intestino delgado está enlentecido, y está acelerado en el grueso, de manera que en el conjunto el tránsito
esta acelerado. Esto es más evidente en la lactancia materna.
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Sin embargo, recientes estudios sugieren que el retraso en la introducción de algunas proteínas,
como en el caso del huevo, aumenta el riesgo de aparición de alergia.
Hace años se utilizaba leche de vaca sin hervir con riesgo de transmitir tuberculosis bovina y el
riñón necesitaba mucha agua. Hoy en día esto se ha modificado a la hora de hacer biberones.
En la tabla adjunta se expresa la carga calculada de solutos que se genera según el tipo de alimento que
el niño recibe.
Esta carga osmolar debe ser eliminada a través del riñón, cuya capacidad de concentración y dilución
está disminuida en el niño, tanto más cuanto más pequeño es. La carga generada por la lactancia materna
es mínima, y es máxima para la leche entera de vaca, producto a partir del cual se confeccionan la gran
mayoría de las leches para lactantes, por lo que la disminución de la carga osmolar es uno de los
aspectos más importantes para tener en cuenta en la elaboración de los dietéticos infantiles. La
cantidad de sustancias que debe excretar es cuatro veces menos con leche materna que de vaca.
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3. REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES
Vamos a hablar a continuación de una serie de conceptos que deben quedar claros:
3.1. ALIMENTO
Toda sustancia comestible, sólida o líquida.
Contiene sustancias con valor nutritivo o sin él.
La parte no nutritiva es también importante:
o Regulación de la palatabilidad (cualidad o sensación de un alimento de ser agradable).
o Motilidad y absorción.
3.2. NUTRIENTE
Es el elemento nutritivo de un alimento, aquel que una vez digerido es absorbido y tiene un efecto
metabólico.
Nutriente esencial: el organismo no puede sintetizarlo a partir de su actividad metabólica y lo
precisa en la dieta para mantener su normalidad.
Nutriente no esencial: el organismo lo necesita también pero puede ser sintetizado en el
organismo a partir de otros componentes de la dieta.
Nutrientes esenciales son las vitaminas, y determinados aminoácidos y ácidos grasos. No se considera
ningún hidrato de carbono como esencial en el momento actual, aunque se considera que la maltasa
podría serlo.
NUTRIENTES ESENCIALES
Aminoácidos esenciales: son aquellos que el adulto necesita y no puede sintetizar a partir de las
proteínas de la dieta. Son los siguientes: Leucina, Isoleucina, Valina, Metionina, Treonina,
Triptófano, Fenilalanina y Lisina.
◽ AA condicionalmente esenciales: en el adulto no son esenciales pero en el niño sí
porque el hígado no ha madurado aún. Pueden ser esenciales en determinadas
enfermedades o en el RN y prematuro.
- Histidina en el lactante y niño pequeño.
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En determinadas enfermedades, los AA que no pueden ser obtenidos, deben estar presentes en la dieta
para no dar lugar a una situación carencial.
Luego están los precursores de los condicionalmente esenciales, los cuales se deben proveer para evitar
la deficiencia.
Los AA no esenciales: alanina, ácido aspártico, asparragina, ácido glutámico, y serina, se pueden sintetizar
a partir del aporte de proteínas en la dieta, requiriendo para ello un gasto energético.
Ácidos Grasos esenciales: son importantes para el cerebro, retina y etc. Deben estar en la dieta
y en la proporción adecuada. Dos ácigos grasos insaturados, el ácido linoleico y el ácido α-
linolénico, son esenciales.
◽ Ácido linoléico (C18:2-ω6): origen de la serie ω6, y su derivado el ácido araquidónico,
son precursores de tromboxanos, leucotrienos, prostaglandinas y estructuras de la
membrana celular.
◽ Ácido α-linolénico (C18:3- ω3): es el origen de la serie ω3 con su derivado el ácido
docosahexanóico. La ingesta recomendada de ácido linoléico es 1-3 por 100 del aporte
calórico total. En la leche materna se encuentra una proporción ácido linoléico/ácido α-
linolénico de 10/1 y se aconseja que se mantenga así en la lactancia artificial.
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El valor calorimétrico hace referencia a las calorías que teóricamente se pueden obtener por su completa
transformación o degradación a carbónico y agua; el valor energético en el organismo se refiere, al que
es capaz de obtener el organismo a partir del principio inmediato administrado, considerando que su
absorción y utilización es completa.
Pero esto no ocurre exactamente así, y la asimilación varía según el origen alimentario del principio
inmediato y su digestibilidad; de manera que, a la hora de hacer el cálculo del aporte energético en una
dieta determinada, se establece un valor redondeado de 4 kC por gramo de hidratos de carbono y
proteínas y 9 kC por gramo de grasa aportado.
A partir de aquí tenemos que tener en cuenta la Influencia del marketing y de la propaganda, y de las
referencias que se tomen como normales, además de diferencias genéticas, étnicas, geográficas.
Hay grandes y poderosas influencias del marketing y de la propaganda, (y también presiones
políticas en sentido positivo y negativo), para definir los conceptos, según convenga que una zona
sea considerada como sometida a situación de carencias nutricionales en la población o no, o bien
de exceso de aporte calórico con riesgo de obesidad. De ahí que las referencias que se tomen
puedan ser distintas según lo que se quiera considerar como normal o adecuado.
Por ejemplo, si se toma como referencia de la normalidad los valores medios de alimentos consumidos
por la población infantil de los países desarrollados, (sin tener en cuenta que en ellos la obesidad infantil
es alta y en aumento constante) tendremos que la tasa de aporte nutricional insuficiente, con riesgo de
malnutrición, será muy alta en los países en vías de desarrollo. Junto a esto existen importantes
diferencias genéticas, étnicas y geográficas. En un grupo de niños con un aporte nutricional similar, es
evidente que no vamos a encontrar a todos los niños con el mismo peso, talla, masa muscular y cantidad
de tejido adiposo. También es evidente que en distintas áreas geográficas y dependiendo de la estación
del año, de la actividad física, de la temperatura ambiental media, y de otros factores, las necesidades
basales individuales van a variar.
En resumen, que son muchos los condicionantes, (unos reales y otros relativos, y que son cambiantes)
que se utilizan a la hora de establecer los valores de referencia. Por tanto, estos valores no son absolutos
o estrictos, ni aplicables de manera rígida; más bien son valores de referencia aproximada, que se deben
contrastar con la realidad obtenida en cada caso: individuo, familia, etnia, comunidad o región.
3.4. REQUERIMIENTOS
Cantidad mínima de un nutriente, necesaria para mantener a un sujeto en estado óptimo de salud.
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Aunque vengan esos valores, siguen siendo valores medios. Hay que tener en cuenta la
variabilidad genética.
Las necesidades calóricas, al principio elevadas, van disminuyendo conforme avanza la edad del
niño.
Igualmente, las necesidades de agua (inicialmente de 1,5 ml de agua por cada caloría aportada),
bajan a 1 ml por caloría aportada hacia los 7-8 años.
o La cantidad de agua recomendada es importante aportarla para que el riñón pueda trabajar
bien.
Como las necesidades calóricas disminuyen con la edad, consecuentemente disminuyen también
las necesidades de agua por kilogramo de peso y día (KgP/d).
Los valores que se expresan son medios y pueden existir amplias variaciones individuales. En la
tabla apreciamos diferencias en las recomendaciones de proteínas sugeridas en Norteamérica
(Recommended Dietary Allowances, RDA) y en Europa por la ESPGHAN (European Society of
Pediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition).
En general, las necesidades proteicas guardan relación con la velocidad de crecimiento,
disminuyendo progresivamente en los primeros años para aumentar transitoriamente con el
estirón puberal.
o Las recomendaciones varían en las distintas sociedades científicas y varían según la calidad
de la proteína que se administra.
3.4.2. VITAMINAS
HIDROSOLUBLES
C 35 mg 35 mg
Tiamina 0’3 mg 0’4 mg
Riboflavina 0’4 mg 0’5 mg
Complejo B
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El exceso de aporte puede ser peligroso en las vitaminas liposolubles, que quedan en depósito,
pero esto mismo permite que la administración intermitente, dentro de ciertos márgenes, evite
situaciones de carencia.
En el caso de las vitaminas hidrosolubles, el exceso de aporte se elimina habitualmente por la
orina, por lo que el riesgo de efecto tóxico es escaso, y sólo aparece para la administración de
grandes cantidades durante periodos largos de tiempo.
o Últimamente estudios afirman que excesos de vitaminas del complejo B favorecen el cáncer de
pulmón en personas muy mayores.
La leche materna contiene todas las vitaminas necesarias, a excepción de la vitamina D, que debe
ser suplementada si no toma el sol.
La vitamina K, es deficiente en los primeros días de vida, hasta que se sintetice en el tubo
digestivo en cuanto se instaure la frota saprofita intestinal.
Las fórmulas infantiles están suplementadas en vitaminas y minerales para cubrir las
necesidades del niño si el volumen ingerido alcanza los 600-750 ml diarios.
En los niños con nutrición hiperproteica, las necesidades de piridoxina están elevadas.
3.4.3. MINERALES
Aspectos importantes:
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Aunque el aporte calórico por KgP/d, va disminuyendo con a la edad, en la distribución porcentual, hay
componentes que, proporcionalmente, permanecen bastante estables como los correspondientes al
metabolismo basal, la acción dinámico-específica de los alimentos y las pérdidas por las heces.
Sin embargo, a medida que aumenta la edad, aumenta la actividad muscular y disminuye el crecimiento,
y de manera aproximada, se invierten los porcentajes destinados a cada proceso.
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Es importante tener en cuenta la Acción dinámico-específica de los alimentos (la energía adicional
necesaria para la síntesis de cada nutriente, concreta para cada uno de ellos).
Las grasas (en parte) y los hidratos de carbono aportan energía y son sustituibles en buena parte
unos por otros, excepto los ácidos grasos esenciales.
Las proteínas, como elementos plásticos, tienen un mayor valor nutricional cuanto más se
adecúen los aminoácidos (AA) que contienen (y su digestibilidad y asimilación) a los que el
organismo precisa para sintetizar las proteínas estructurales y enzimáticas que en ese momento
necesita para su mejor crecimiento y desarrollo, de acuerdo con el patrón genético y las influencias
ambientales.
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Estos dos aspectos: el estímulo de la síntesis proteica por el aflujo de AA procedente de la alimentación y
la incapacidad del organismo para almacenar el exceso de AA, son dos motivos para recomendar que las
necesidades proteicas diarias sean distribuidas de manera intermitente y en varias tomas a lo largo del
día.
Esto es muy importante para el organismo en crecimiento. Es decir que, como principio general, en
el niño se obtiene un mejor crecimiento y desarrollo, y un mejor estado nutritivo, repartiendo las
necesidades de manera regular y en más tomas, recibiendo la cantidad necesaria pero dividida en
mayor número de tomas, de menor cantidad cada una.
Si nosotros comparamos la proporción en que se aportan las calorías en la leche materna, el aporte
fundamental es a expensas de las grasas (55%) y el menor aporte calórico lo representan las
proteínas. En la leche de vaca es mucho mayor el aporte de HdC y de proteínas (debido al menor valor
nutricional de la proteína del dietético artificial frente a la proteína de la leche materna).
Cuando se realiza una fórmula artificial de leche de vaca nunca se puede obtener la misma tasa que en
la leche materna, pareciéndose mucho más a la leche de vaca que a la materna.
Estas diferencias eran más significativas cuando los biberones para la lactancia artificial se preparaban
con leche de vaca entera, rebajada con agua, y se corregía su contenido calórico a base de cocimiento de
cereales.
Las grasas (en parte) y lo Hidratos de Carbono aportan energía y son sustituibles en buena parte unos
por otros, excepto los ácidos grasos esenciales.
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Las proteínas, como elementos plásticos, tienen un mayor valor nutricional cuanto más se adecúen los
aminoácidos que contienen –y su digestibilidad y asimilación- a los que el organismo precisa en ese
momento para sintetizar las proteínas estructurales y enzimáticas que en ese momento necesita para su
mejor crecimiento y desarrollo, de acuerdo con el patrón genético y las influencias ambientales.
Esto es aplicable fundamentalmente a las proteínas, aunque también a las grasas e hidratos de carbono.
En consecuencia, el equilibrio calórico de la dieta para obtener un mismo efecto nutricional, variará de
unos alimentos a otros.
VÍA ml/KgP/día
Pérdidas insensibles (PI) 30-70
Fiebre: cada aumento de 1ºC deT (Piel 2/3) 30
Taquipnea (Pulmón 1/3) 15
Agua para el crecimiento 5-10
Heces 7-10
Orina (de 110 a 60ml) Resto
Mínimo 10-12
En circunstancias normales de salud, el agua que debe ingerir el lactante pequeño se calcula de unos
150ml/kgPeso/día.
Una parte se destina a las pérdidas insensibles a través de la piel y de los pulmones; puede variar
con relación a la temperatura ambiente, el ejercicio y la temperatura corporal, no superando
habitualmente la mitad del agua ingerida.
No más de 10 ml se aportan al crecimiento.
Una pequeña parte se pierde por las heces.
El agua restante se la que puede utilizar el riñón para la formación de orina, disponiendo de un
margen amplio, ya que, con un mínimo entre los 10 y 15 ml, tiene suficiente para depurar la carga
osmolar que se ha generado con la alimentación.
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Conclusiones:
1. El niño normal sano, correctamente alimentado al pecho o con una fórmula infantil, no precisa
de un suplemento adicional de agua.
"No habrá que dar más agua salvo que se hagan biberones con vino".
"No meter cocaína en los biberones tampoco".
2. Se ha de tener en cuenta que cuando hay una ingestión menor de agua y aumento de las pérdidas,
como puede ocurrir en caso de fiebre, vómitos, diarrea, y/o infección respiratoria con
taquipnea, la cantidad de agua a disposición del riñón puede resultar insuficiente, por lo que las
necesidades de agua se incrementan. En estos casos, con leche artificial hay que dar mucha
agua.
De los 12 a los 24 meses el 70% de lo que engorda un niño es agua. El incremento en grasa pasa de un
34% a los 4 meses al 11% a los 24 meses.
Una conclusión importante es que la alimentación (con una composición bastante estable y
relativamente simple), es un proceso imprescindible como base de la nutrición adecuada y del
crecimiento y desarrollo, pero su traducción a las estructuras orgánicas está dirigida
genéticamente y es muy compleja. Así podemos comprender las variaciones individuales y los
procesos de adaptación que se establecen a lo largo de las distintas etapas del crecimiento, y en
situaciones de agresión y carencia, y la posibilidad de recuperación una vez superadas situaciones
adversas que puedan darse.
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La normalidad estructural debe traducirse en una adecuada normalidad del crecimiento y desarrollo, y
de la expresión de las distintas funciones propias de cada órgano y del conjunto para la edad del niño.
La valoración del estado nutritivo es un aspecto individual pero también poblacional, el organismo
tiene que estar bien nutrido pero también todas las estructuras. El estado nutritivo es un indicador de
salud, su alteración implica una situación patológica.
La comparación relativa de algunos parámetros suele proporcionar una utilidad y una información mayor.
Las más utilizadas son:
Malnutrición <90
Delgadez p<25
Índice de Masa Corporal (es el más usado; o Índice de Quetelet)
(Peso en kg)/(Talla en metros)2 Sobrepeso p>85
Es el índice que mejor expresa el peso relativo a cualquier edad
Obesidad p>95
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Estos complejos cálculos, pueden tener un valor teórico y de investigación, indudables, pero no son
utilizables en la práctica clínica diaria. Tiene la virtualidad de introducir referencia clara a la actividad
del niño, con evidente importancia circunstancias como la Hiperactividad, la Obesidad, los trastornos de
la alimentación y las enfermedades crónicas.
Apéndice 2.
Acceptable Macronutrient Distribution Ranges Adapted from Otten JJ, Hellwig JP, Meyers LD, editors;
Institute of Medicine: Dietary reference intakes: the essential guide to nutrient requirements , Washing- ton,
DC, 2006, National Academies Press. Tomado de Nelson, Textbook of Pediatrics, 20 ed. Elsevier, 2016. Pág. 269
AMDR (% OF ENERGY)
Children 1-3 yr Children 4-18 yr
Fat 30-40 25-35
ω6 PUFAs (linoleic acid) 5-10 5-10
ω3 PUFAs (α-linolenic acid) 0.6-1.2 0.6-1.2
Carbohydrate 45-65 45-65
Proteo 5-20 10-30
AMAR, acceptable macronutrient distribution range; PUFA, polyunsaturated fatty acid.
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