Sei sulla pagina 1di 9

PRESENTACION

El presente material es producto de la compilación de saberes y


conocimientos obtenidos en el proceso de la práctica educativa
comunitaria, tiene la finalidad de rescatar leyendas y mitos parte de la
tradición oral, como un aporte a la práctica educativa, que permita
fortalecer la identidad cultural de los estudiantes.

¿QUE ES LA TRADICION ORAL?

Es el rescate de los hechos vividos, las experiencias vividas, los


conocimientos transmitidos de generación en generación las
narraciones las diversas cosmovisiones y las distintas creencias tanto
propias como de la comunidad.

¿QUE ES UNA LEYENDA?

La leyenda es un relato de que se transmite por tradición oral, el cual combina


elementos reales con elementos imaginarios o maravillosos enmarcados en un
contexto geográfico e histórico concreto

¿QUE ES UN MITO?

Es un relato de tradición oral que se refiere a unos acontecimientos prodigiosos


protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses
semidioses héroes, monstruos o personajes fantásticos que buscan dar una
explicación a un hecho fenómeno
EL GUAJOJÓ

Recopilador: Estudiante María Siles Quispe

En la selva, después de caído el sol, se escucha el canto del guajojó. Dicen que es
casi un llanto desgarrador que deja trastocado a quien lo escucha.

Su canto se oye en la selva, en algunas regiones del Amazonas. El guajojó es un


ave, pero según cuenta la leyenda, antes fue mujer.

Era la hija de un cacique que se enamoró de un hombre de su misma tribu. Al


enterarse, su padre utilizó sus poderes de hechicero para matar al pretendiente en
el espesor de la selva por no considerarlo digno.

Cuando la india comenzó a sospechar por la prolongada ausencia de su amado, fue


a buscarlo. Al encontrar los restos del crimen
amenazó a su padre con denunciarlo ante la tribu.
Para protegerse, el cacique la convirtió en ave.
Desde entonces está por allí llorando la muerte de
su amado.

CHIRU CHIRU

Recopilador: Estudiante Daniela Barreto

Chiru Chiru era un ladrón que vivía en las minas, una especie de Robin Hood que repartía
lo que hurtaba entre los pobres.

Un día un minero lo encontró robando y lo hirió. Cuentan que cuando fueron a


buscarlo a su cueva, donde se refugió luego del ataque, encontraron su cadáver
junto a una imagen de la Virgen. Desde entonces, la cueva de Chiru Chiru se volvió
un lugar sagrado.
LA DESTRUCCIÓN DE HUARI

Recopilador: Estudiante Américo Gallardo

Un dios maligno llamado Huari decidió enfrentar a la tribu de los urus por haber
seguido el camino del bien.

Envió plagas y monstruos como serpientes y sapos a


destruir la población, pero la Virgen del Socavón salió a
su rescate y peleó con el dios hasta que este huyó y se
escondió donde nadie más pudiera encontrarlo.

LOS DUENDES

Recopilador :Estudiante Carlos Manuel Pari


El duende es un personaje recurrente en las historias bolivianas. Distintas versiones
hablan de ropas blancas, sombreros y otros atuendos particulares, pero todas
coinciden en que es un niño cuyos ojos asoman el mal.
Cuentan que murió antes de que lo bautizaran y ahora va por ahí haciendo
travesuras. Algunas historias aseguran que tiene una mano de hierro y
con ella golpea a quien encuentra; otras historias lo asocian con
asesinatos.

EL CUIDADOR DE MINAS

Recopilador: Estudiante Sara Cielo Ala Coila

El tío»: así se conoce al protector del mundo subterráneo en Potosí. Allí, donde los dominios de Dios no
alcanzan, los mineros se han entregado a la tutela del diablo, a quien apodaron “el tío”.

Después de siglos de explotación minera iniciada por la colonia española e innumerables muertes (se dice que
superaron los ocho millones), aún pueden encontrarse en los pasillos de las
minas figurines rodeados por cervezas, cigarros e incluso animales
sacrificados en adoración al tío, para que este los proteja.

Los riesgos para los mineros son muy altos. Algunas de las causas de
muertes de estos trabajadores son los rudimentarios equipos de
protección, la falta de oxígeno, las posibilidades de accidentes y la
constante amenaza de la enfermedad negra pulmonar.

La adoración al diablo le da a estos hombres y niños la esperanza de


protección, Mientras el tío esté contento, podrán regresar a casa.
LLUVIAS Y SEQUIAS

Recopilador :Estudiante :Bladimir Calle

Cuenta la historia que Pachamama (la tierra) y Huayra Tata (el viento) eran pareja.
Huayra Tata vivía en el tope de cierros y abismos, y cada cierto tiempo bajaba y
vaciaba el lago Titicaca para fecundar a
Pachamama, dejando luego caer el agua en
forma de lluvia.

Cuando se quedaba dormido en el lago, las


agua se turbaban, pero siempre regresaba a
las cumbres, que eran sus dominios.

ORIGEN DEL MAIZ

Recopilador: Estudiante Danner Jheerson Salluco

Un día el dios Ñandú Tampa se encontró a unos mellizos, Guaray (sol) y Yasi (luna), jugando solos en el monte.
Al verlos pensó que serían buena compañía para el dios padre Ñanderu Tampa y velozmente los atrapó y se
fue volando a entregarlos.

La madre escuchó a sus hijos y corrió hacia ellos, pero no pudo sino tomarlos de los pulgares del pie, que se
quedaron en sus manos mientras el dios Ñandú seguía obstinadamente su camino.

Tiempo después, el dios padre le ordenó en sueños a la madre que


sembrara los pulgares de sus hijos. Después de un largo período de
sol y lluvia, comenzaron a crecer grandes plantas con forma de lanza
del lugar en donde enterró los dedos de los mellizos.

De estas plantas comenzaron a salir frutos con granos de distintos


colores: amarillos, blancos y morados, como regalo del dios padre.
LEYENDA CHIRIGUANA

Recopilador: Estudiante Virginia Clavijo


Según los Chiriguanaos, etnia tupí-guaraní que ocupó territorios bolivianos, el origen de esta leyend

a está en la historia de dos hermanos: Tupaete y Aguara-tumpa, el bien y el mal, creación y destrucción.

En tiempos lejanos, Aguara-tumpa estaba celoso de la creación de su hermano y quemó todos los campos y
bosques en donde habitaban los chiriguanos.

Para protegerlos, Tupaete les recomendó mudarse a los ríos, pero su hermano se negó a rendirse e hizo llover
hasta que toda la chiriguania se inundara.

Ya rendido ante el destino, Tupaete habló a sus hijos. Todos morirían. Sin embargo, para salvar la raza los
mandó a elegir entre todos sus hijos a los dos más fuertes, para meterlos en un mate gigante.

Así, los dos hermanos se mantuvieron protegidos hasta que Aguara-tumpa creyó extintos a todos lo chiriguanos
y dejó que los campos se secaran. Los niños crecieron y salieron de su escondite.

Los niños se encontraron a Cururu, un sapo gigante que les dio el fuego y les permitió sobrevivir hasta que
fueron suficientemente grandes para reproducirse y recuperar la raza chiriguana .

EL JICHI

Recopilador: Maestra en formación Abigail Choque Salvatierra

Los chiquitanos creen en un genio guardián que cambia de forma. Aunque a veces
es sapo y otras tigre, su más común manifestación es la de la serpiente.
Resguarda las aguas de la vida y por esto se esconde en ríos, lagos y pozos. A
veces, como castigo para quien no valora este recurso, se va y deja atrás la sequía.

Al jichi hay que rendir tributo, porque si se


molesta pone en peligro la prosperidad de la
pesca y la supervivencia de los
pueblos.

MITO OMAWE

Recopilador: Maestra en formación Carla cazas Arias

Antiguamente era uno sólo el yanomamo que poseía el fuego:


Iwa-riwé. Era alto y caminaba despatarrado. Era tan celoso
de su fuego, que lo guardaba escondido debajo de la lengua.

Iwa-riwé era el más malo de los yanomamos. Era malo porque


era mezquino: a nadie cedía ni siquiera una llamita de su fuego.
Los otros yanomamos regresaban de cacería y le pedían a
Iwa-riwé un poquito de fuego para asar la carne. ¡Nada! Tenían
que lavarla bien, frotarla sobre una piedra, exprimirle toda
la sangre, y luego se la comían cruda.
Llegaban las lluvias y hacía frío. Iwa-riwé escupía una parte
de su fuego, encendía el fogón, cocinaba sus alimentos y se calentaba de lo lindo. Cuando
quería, con las manos apagaba el fuego. A los otros yanomamos no los dejaba siquiera
acercarse al fogón.
Iwa-riwé no tenía amigos. Los hombres mezquinos no pueden
tenerlos. Los yanomamos, resignados, ya nada esperaban de
él. Estaban cansados de pedirle un poquito de fuego.
Pero había un hombre pequeño, charlatán y muy avispado,
que no se rendía. Se llamaba Yorekitirami. Iwa-riwé lo rechazaba,pero él seguía rondando
junto al chinchorro del dueño del fuego. Le hablaba mucho y lo hacía reír con sus
morisquetas.Cuando Iwa-riwé se movía, no lo perdía de vista.
Con las lluvias, de noche, hacía mucho frío. Había muchos
yanomamos resfriados que tosían. Con el fuego de Iwa-riwé se
habrían podido calentar. Eso hubiera bastado para curarlos. Pero el dueño del fuego seguía
terco. Les negaba su fuego también a los enfermos. Era una mañana de densa neblina.
Iwa-riwé se levantó con un gran dolor de cabeza, pero tenía sueño: la gripe no lo había
dejado dormir. Volvió a acostarse como todos los demásTodo fue inútil. Pero Yorekitirami
seguía cerca del chinchorro
de Iwa-riwé, alerta como nunca. El dueño del fuego dormitaba,
cuando, de pronto, estornudó.-¡Atchún! El fuego había saltado afuera de su boca. Iwa-riwé,
aturdido, no sabía qué estaba pasando. Cuando se dio cuenta de lo. sucedido, Yorekitirami
ya tenía el fuego entre sus manos y corría lejos, saltando loco de contento.Iwa-riwé había
perdido el fuego. Entonces, se enfureció y huyo

LA LEYENDA DE LA PAPA

Recopilador: Maestra en formación Carla Cazas Arias

REFERENCIAS

Trabajo de grado unidad educativa Bolivia mañana autores ECTG

Potrebbero piacerti anche