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GÉNERO EN COLOMBIA:
ENTRE LOS LÍMITES Y
LAS POSIBILIDADES
Angela María Estrada M.*
- Tres momentos en la conceptuali- partida, pero que pretende caracteri- ción cultural de la feminidad -reificada
zación del género zar la evolución de la noción en el con el aporte de los ‘relatos’ científi-
contexto de esta literatura: cos-, desarticuló la red de relaciones
La noción de género11 fue sociales en la cual se construye la fe-
acuñada en la literatura anglosajona, Momento 1: El sistema sexo/ minidad, al ser heredera de una con-
particularmente en el campo de la an- género. Se debe a Gayle Rubin12 quien cepción marxista del poder, entendi-
tropología feminista, para hacer refe- en 1975 publicó su artículo ‘El tráfi- do como el medio de dominación ab-
rencia a la construcción social de las co de mujeres: notas sobre la <<Eco- soluto de unos sobre otros, aunque sin
diferencias sexuales a lo largo de la nomía Política>> del sexo’, texto que duda abriendo la mirada exclusiva
historia y en las diferentes culturas, sigue siendo una referencia obligada desde las relaciones de clase. También
construcciones de las cuales se deri- para la comprensión de la noción: el sexo fue puesto como la base mate-
van los imaginarios culturales y las “...un <<sistema sexo/género>> es el rial para las construcciones sociales,
instituciones sociales, los modelos de conjunto de disposiciones por el que atribuyéndole así su carácter de exis-
socialización y de atribución de la fe- una sociedad transforma la sexualidad tencia como realidad biológica
minidad y la masculinidad y los pro- biológica en productos de la actividad diferenciable.
cesos subjetivos de mediación en los humana, y en el cual se satisfacen esas
cuales se dirime y construye la identi- necesidades transformadas.” (p. 97). Momento 2: La mirada sobre
dad personal. la mujer es también mirada sobre el
Aquí el foco de mirada del hombre. El género como categoría
Se encuentran, sin embargo, género era la mujer y más bien en el relacional. Joan Scott definió el géne-
en la literatura especializada transfor- sentido de un sistema cerrado en sí ro, en 1985, en los siguientes térmi-
maciones en la elaboración de la no- mismo; aún cuando no se puede des- nos: “... El núcleo de la definición re-
ción que marcan matices dignos de ser conocer el papel que jugó la propues- posa sobre una conexión integral en-
considerados. Se trata de una interpre- ta de Rubin, en el sentido de contri- tre dos proposiciones: el género es un
tación que puede no ser del todo com- buir a ‘desnaturalizar’ nuestra concep- elemento constitutivo de las relacio-
ciones, con las prácticas sociales y con
los procesos subjetivos, se abre cami-
no la noción de experiencia como
prácticas concretas de subjetivación.
Es un eje con una fuerte di- poblacionales específicos: jóvenes, tra- vestigación. Realiza un seguimiento
námica, fruto seguramente del traba- bajadoras sexuales, mujeres campesi- de las transformaciones en los patro-
jo permanente de los grupos de muje- nas, mujeres pobladoras -e incluso víc- nes de trabajo de las mujeres y su gra-
res integrados a las redes de la socie- timas de la violencia y el desplaza- do de incorporación reciente. Llama
dad civil con presencia en la constitu- miento-, trabajadoras asalariadas y la atención sobre el proceso de
yente, y que continúan teniéndola en domésticas, entre otras. Enfoca la feminización de la actividad
torno a acciones de oposición y pre- identidad de género desde lo que se agropecuaria. Precisa los problemas de
sión ciudadana en la coyuntura políti- denominan roles sexuales. Presenta cualificación a los que se ve enfrenta-
ca actual. Se nutre por la investigación una dinámica importante en el contex- da la empleada de la industria manu-
empírica de nivel superior a lo descrip- to de la muestra; sin embargo se man- facturera.
tivo y por documentos que expresan tiene a un nivel altamente descripti-
procesos de concertación y consulta. vo. De otro lado, la conceptuali-
zación del trabajo doméstico del femi-
7. Género, mujer, condicio- 8. Mujer, trabajo y trabajo nismo marxista en la década de los 80
nes de vida y demografía: Con én- doméstico: Uno de los campos más -desafortunadamente con poco impac-
fasis en los análisis de la dinámica destacados de la producción de la so- to en nuestra cultura, al tratarse de una
poblacional, es también un espacio ciología con perspectiva de género. En de las dimensiones más endurecidas
privilegiado para el examen de las si- efecto, caracteriza la brecha existente de los patrones de género-, plantea la
tuaciones y las vicisitudes de la salud entre el trabajo desempeñado por las necesidad de reconsiderar la atribución
femenina. Se caracteriza también por mujeres y las modalidades del mismo cultural del trabajo doméstico a la
la observación y estudio detallado de que ha sido posible definir a través de mujer, su aceptación más como un
las condiciones de vida de grupos los instrumentos disponibles en la in- acto de amor que como tarea de re-
M. Bremen, 1893. Archivo Melitón R.
producción de la fuerza de trabajo y flexión permanente sobre el uso 10. Feminismo, género,
la exigencia de justicia, de hacer visi- (sexista) del lenguaje. Se pregunta: identidad y relaciones de género,
bles las condiciones de la trabajadora ¿qué sucede en la relación entre mu- feminidad, masculinidad: También
doméstica asalariada. Señala la nece- jeres y dónde recurrir para conseguir aquí se da la presencia de un debate
sidad de reconceptualizar el trabajo apoyo como escritoras? que podría caracterizarse como
doméstico en la lógica del cuidado ‘estructuralismo versus construcción
mutuo y de repensar la masculini- Se afirma la necesidad de im- social de la realidad’. Elabora la afir-
dad30 . pulsar una nueva lectura de la historia mación de que la diferencia ha sido
de las mujeres que permita identificar convertida en desigualdad, la cual se
9. Literatura, historia, ma- cómo distintos hechos y procesos valida en prácticas culturales donde el
terial cultural, género, mujer y es- abren espacios para ellas al tiempo que poder está en juego en las relaciones
critura: Aúna trabajos que afirman se requiere no sólo de estrategias par- de género. Hace falta pensar el poder
tanto la existencia de una cosmovisión ticulares para captar su punto de vis- y el liderazgo desde la identidad de
particular de las mujeres que posibili- ta, sino de una mirada que diferencie género y decidir qué se busca: igual-
ta construir y reconstruir desde ella, modelos e imaginarios propios de dis- dad o diferencia.
como los que postulan y estudian la tintas condiciones sociales. Se trata de
construcción de la idea social de la un eje que integra una producción con Igualmente, el seguimiento de las
mujer y la contribución de la literatu- base en ensayos principalmente. identidades de género existentes en-
ra a tal fin. Se denuncia la castración tre nosotros diferenciadas por una se-
sufrida por la mujer como sujeto de rie de factores (ubicación geográfica,
enunciación, lo cual requiere una re- sociales, generacionales, etc.), los pro-
cesos de transición que están tenien- dentro de las cuales se desenvuelve la de otras fuentes, el pensamiento tien-
do lugar, en cuanto al surgimiento de vida de mujeres y hombres, particu- de a configurar un orden cerrado so-
otras nuevas y las alternativas de con- larmente en condiciones de bre sí mismo, que deja pocas entradas
vivencia, de pareja, de pautas de crian- marginalidad y escasez de oportunida- a la experiencia concreta y situada de
za y de unidades domésticas que -en des. las mujeres y los hombres colombia-
torno a las nuevas identidades- se es- nos y latinoamericanos en condicio-
tán generando, en un marco que des- En efecto, en estos casos, y nes de vida específicas. Lo anterior a
borde la noción hegemónica de la fa- dado que entre nosotros la bipolaridad pesar de que la misma literatura teóri-
milia nuclear, ampliaría las posibilida- de la identidad de género se encuen- ca afirma que las identidades subjeti-
des de comprensión y crítica cultural tra fuertemente endurecida, la coinci- vas en muchas ocasiones constituyen
de la dinámica de los géneros en la vida dencia sexo/género es muy alta. Y es modos de resistencia frente a los mo-
cotidiana. necesario decirlo: aunque la investi- delos prescritos.
gación empírica se centra de modo
Se intenta construir explicaciones teó- principal, por no decir que exclusiva- Son pocos los trabajos que
ricas en torno a la subordinación de mente en la mujer, abriéndose a la aportan al desarrollo de las teorías fe-
las mujeres, tomando como núcleo la multiplicidad que le permiten los da- ministas y el campo del género. No se
díada naturaleza/cultura, asociada a lo tos, la perspectiva teórica sobre el gé- encuentra con frecuencia el uso de
femenino y lo masculino respectiva- nero no penetra en las miradas matrices transdisciplinares que permi-
mente. investigativas y en las propuestas tan aprovechar categorías fuertes de
metodológicas. La investigación em- algunas de disciplinas sociales para el
Se formula la necesidad de construir pírica estudia a las mujeres, noción tratamiento de problemas en el cam-
una ética desde las mujeres que bus- problemática -como la que más-, en po. En efecto, parece que en muchos
que disminuir la ‘servidumbre inte- la perspectiva conceptual de género. sentidos somos ahora el producto del
rior’ y el crecimiento de la concien- ghetto que fue necesario construir para
cia, así como promover un proyecto En los casos en que se trata que la academia le hiciera recepción a
amoroso que matice la lógica de la de ensayos (ver Gráfica 2.), particu- los temas del género y al feminismo.
exclusión a partir de la reciprocidad y larmente los que enfatizan el reciclaje
la simetría. Igualmente, se formula la
necesidad de reconceptualizar los es-
pacios y los modelos de socialización
masculina. Finalmente, también la
noción de género alcanza en algunos
trabajos una dimensión teorética que
recoge categorías teóricas fuertes y
avanza en su desarrollo. Presenta, sin
embargo, una altísima producción con
fundamento en ensayos.
- Recuperando la voz
de mucho arraigo en la tradición mar- ESTRADA MESA, Angela María. La reserva mo-
ARANGO G., Luz Gabriela; LEÓN, Magdalena;
xista, como la del poder, que como lo VIVEROS, Mara. Estudios de género e identidad. ral femenina frente al fortalecimiento de la socie-
dad civil. Facultad de Psicología - Universidad
muestra Foucault 31 , es insuficiente Desplazamientos teóricos. Tercer Mundo Editores.
Javeriana. Bogotá, 1995.
Bogotá, 1995.
para dar cuenta de la multiplicidad de
tramas de relaciones de poder, si se tie- BERMÚDEZ Q., Suzy. Hijas, esposas y amantes:
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de los datos provenientes de la realidad. Cristina (1989). Jacques Derridá. Texto y
deconstrucción. Barcelona, Anthropos. También
Citas 10
Término acuñado por Derridá, para cuestionar Scott, Joan (1988). “Igualdad versus diferencia: los
la preferencia de la historia de la filosofía por lo usos de la teoría postestructuralista”. En: Debate
1
Debo un reconocimiento explícito a Alexandra masculino -pero extendible al conjunto de las cien- Feminista. Año 3, Vol. 5, marzo, 1992 pp. 85-
Torres, quien de manera solidaria, cómplice diría cias sociales-, buscando impedir que la diferencia 102, muestra el valor que tienen la ‘inversión’ y el
yo, y desinteresada, no sólo se encargó de la cons- sexual se relegue “...a la categoría de objeto de ‘desplazamiento’ como estrategias metódicas de
trucción y la depuración de la base de datos, sino ciencia regional, bajo el pretexto de una neutrali- la deconstrucción, orientada a trastocar el senti-
que me ofreció el soporte moral que por momen- dad trascendental...”. En: Bennington, Geoffrey & do.
tos requerí. Derridá, Jacques (1991). Jacques Derridá. Ma-
21
drid, Cátedra, Teorema, p. 216. Fernández, Ana María (1993). La Mujer de la
2
Agradezco al Programa de Estudios de Género, Ilusión. Buenos Aires, Paidós.
11
de la Universidad Nacional de Bogotá, la genero- Aunque no se trata de una noción libre de ambi-
22
sa oportunidad que me ofreció de participar en el güedades, tal como lo deja ver Marta Lamas en La noción de teoría generativa aparece propues-
programa de formación de docentes en el campo, “Usos, dificultades y posibilidades de la categoría ta por Kenneth Gergen (1978). “Toward Generative
altamente enriquecedora personal y académica- <<género>> (1993)”. Lamas, M. (Comp.1996). El Theory”. En: Journal of Personality and Social
mente Género: la construcción cultural de la diferen- Psychology. U.S.A.,Vol. 36, No. 11, pp.1344-1360,
cia sexual. México, UNAM - Porrúa, pp. 327-366. como lo propio de las teorías del campo de la Psi-
3
Los desarrollos de este parágrafo se basan en mi En primer lugar, no parece ser una noción que se cología Social. En el contexto de la evaluación de
proyecto de doctorado en filosofía, en cuya pre- corresponda etimológicamente en las diferentes propuestas teóricas rivales, Gergen sugiere tomar
paración me encuentro comprometida en este mo- lenguas. En castellano tiene diferentes acepciones en consideración la capacidad generativa de las
mento. y la que alude a la construcción de lo femenino y diferentes propuestas, la cual define como: “...la
lo masculino se basa en los géneros gramaticales, capacidad de retar los supuestos que orientan la
4
Scott, Joan. (1985). “El Género: una categoría noción que sólo es comprensible para los ya ini- cultura, a fin de desarrollar preguntas fundamen-
útil para el análisis histórico”. En: Lamas, M. ciados, y que por lo tanto termina teniendo un uso tales sobre la vida social contemporánea, y apa-
(Comp.1996). El Género: la construcción cultu- críptico. drinar una reconsideración de ‘lo tomado por dado’
ral de la diferencia sexual. México, UNAM - y, a través de esto, ofrecer nuevas alternativas para
12
Porrúa, pp. 265-302. Rubin, Gayle (1975). “El tráfico de mujeres: la acción social.” (p.1346). Esta noción de
notas sobre la ‘Economía Política’ del sexo”.En: generatividad de Gergen es empleada por Ignacio
5
La teoría y la filosofía feministas, son términos Revista Nueva Antropología. No. 30, Vol. VIII, Martín Baró para proponer su Psicología de la Li-
acuñados y reconocidos internacionalmente. México, noviembre, 1986, pp. 94-145. beración. La noción de generatividad también es
empleada por Giulia Colaizzi. “Feminismo y teo-
6 13
Offen, Karen (1988). “Definir el Feminismo: un Scott, Joan. Op. Cit. ría del discurso. Razones para un debate”. En:
análisis comparativo”. Historia Social. No.9, in- Collaizzi, G. (Ed. 1990). Feminismo y teoría del
14
vierno 1991, pp.103-135. Alcoff, Linda (1987). “Cultural feminism versus discurso. Madrid, Cátedra, pp. 13-28, para refe-
postestructuralism: the identity crisis in feminist rirse a la distinción entre lenguaje y discurso, alu-
7
No puede pensarse en un movimiento unificado, theory”. En: Signs. 13 (3), 1988, pp. 405-436. diendo al “principio dialéctico y generativo a la
sino en una multiplicidad de procesos de búsque- vez”, por el cual las palabras remiten a una red de
15
da tanto de reivindicación social y cultural, como De Lauretis, Teresa (1989). “La esencia del trián- relaciones de poder históricas, específicas y cons-
de espacios sociales. Son muchos los modos de gulo, o tomarse en serio el riego del esencialismo: truidas, y, por lo tanto, transformables. (p. 20)
clasificación que ha tenido y le han sido atribui- teoría feminista en Italia, los E.U.A. y Gran Breta-
23
dos incluso durante un mismo período histórico. ña”. En: Debate Feminista. Año I, Vol. 2. Méxi- Fernández, Ana María. Op. Cit.
También ha sido pensado como facción de movi- co, septiembre de 1990, pp. 77- 115.
24
mientos políticos, uno de cuyos más destacados Son varios los autores que señalan que mien-
16
ejemplos es el feminismo marxista; no obstante, Butler, Judith. “Variaciones sobre sexo y tras sea el cuerpo de la madre el único objeto (en
la historia ha mostrado que el feminismo tiene su género. Beauvoir, Wittig y Foucault (1987)”. sentido psicoanalítico) con el cual hay que rom-
propia dinámica y que puede disolver y/o trans- En: Benhabib, Seyla & Cornella, Drucilla. per lazos para configurar un modelo de masculini-
formar los lazos que ha construido durante épocas Teoría Feminista y Teoría Critica. Valencia, dad que termina dando lugar a un sujeto
particulares. Alfons El Magnanim, 1990. Butler, Judith desincardinado, al rechazar el cuerpo de la madre,
(1993). Bodies that matter. On the discursive nuestra cultura seguirá siendo misógina. Un cam-
8
Bonder, Gloria. “Los estudios de la mujer y la limits of “sex”. Grait Britain, Routledge. bio cultural de la masculinidad pasaría por el ejer-
crítica epistemológica a los paradigmas de las cien- cicio de unos modos simétricos de maternización
17
cias humanas”. Desarrollo y Sociedad. No.13. Bo- Foucault, Michel. Microfísica del poder. Ma- (donde cada ser humano fuera también
gotá, enero de 1984, pp. 25-38. drid, La Piqueta, 1992. maternizado por un sujeto de su propio sexo). Cfr.
Balbus, Isaac (1987). “Michel Foucault y el po-
9 18
Martín-Baró, Ignacio. (1988). “Retos y perspec- Ibid. der del discurso feminista”. En: Benhabib, Seyla
tivas de la psicología en América Latina”. En: & Cornella, Drucilla. Teoría feminista y teoría
19
Pacheco, G. & Jiménez, B. (Comps). Ignacio Mar- Es esta una de las categorías centrales de mi pro- crítica.Valencia, Alfons El Magnanim, 1990.
tín-Baró (1942-1989). Psicología de la libera- yecto de doctorado en Filosofía, la cual requiere
25
ción para América Latina. Guadalajara, Instituto un tratamiento filosófico riguroso y profundo. Op. cit.
Tecnológico y de Estudios Superiores de Occiden-
20 26
te/Universidad de Guadalajara, 1990, 11-79. El Postulada por Derridá, quien afirma que “...la Foucault, Michel (1986). Las palabras y las
autor propone una distinción en tal sentido, afir- deconstrucción no se limita a ser una crítica, so- cosas. México, Siglo XXI.
mando la necesidad de tomar opciones en el tra- bre todo una crítica teórica, sino que debe despla-
27
bajo académico con unas poblaciones y unas pro- zar las estructuras institucionales y los modelos Jaquette, Jane. “Los movimientos de mujeres y
blemáticas concretas, manteniendo un ideal de ri- sociales...”. Derridá, Jacques. “Prólogo. <<...Una las transiciones democráticas en América Latina”.
gor científico que exige la apertura a la totalidad de las virtudes más recientes...>> ”. En: de Peretti, En: León, M. (Comp.) Mujeres y participación
política. Avances y desafíos en América Latina. vas y cuantitativas, dando por ejemplo de Leyva, 17-20 de marzo. León, M. (1987). “Co-
Santafé de Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1994, contextualización macro a estudios de caso en pro- lombia: trabajo doméstico y servicio doméstico”.
pp.117-138. fundidad, con lo cual se logra, en general, mayor En: Schuller, M. (Comp.) Poder y derecho. Estra-
potencia analítica. (d) Memorias (documentos re- tegias de las mujeres del Tercer Mundo. U.S.A,
28
Se empleó el siguiente procedimiento: se realizó sultado de encuentros y/o talleres sobre temas re- OEI International, pp. 333,347. León, M. (1988).
una primera consulta en el Centro de Documenta- lacionadas con el campo del género). (e) Docu- “La lucha por la seguridad social de la trabajadora
ción de Género, Mujer y Desarrollo de la Univer- mento de política (Incluye tanto informes de doméstica”. En: ISIS - MUDAR. Mujeres, crisis y
sidad Nacional (CDUN), cruzando los descriptores consultorías, como propuestas de política genera- movimiento. América latina y el Caribe. Santia-
Género y Colombia, dada la capacidad de éste para les o específicos por campos de desarrollo. (f) go de Chile, Ediciones de las mujeres, No. 9, pp.
captar material proveniente de todo el país, ade- Ensayo (Incluye elaboraciones conceptuales cuya 109-116. León, M. (1990). “La trabajadora invisi-
más de ser nuestro principal centro sobre el tema. tendencia preponderante es el ‘reciclaje’ de fuen- ble: condiciones de salud de la trabajadora domés-
La consulta por los descriptores mencionados es tes secundarias, sin mayor aporte personal. (g) tica en Colombia”. En: OPS Asociación america-
muy amplia, ya que, como el mismo nombre del Ensayo teorético (Incluye elaboraciones concep- na de personas jubiladas. Las Mujeres en edad me-
Centro lo indica, toda la documentación indizada tuales que no solamente emplean con propiedad diana y avanzada. Washington, pp. 383-394.
se encuentra en ese campo. La búsqueda lograda categorías teóricamente fuertes -con sustento dis- Meertens, D. (1987). “Mujer y Vivienda en un ba-
en el CDUN se complementó con el material per- ciplinar-, sino que con su apoyo los autores alcan- rrio de invasión”. En: Revista Foro. No. 4, no-
tinente y ya disponible en nuestra base datos, pro- zan niveles de teorización relativamente genuinos. viembre, pp. 3846 Bogotá, Fundación Foro por
veniente de una tesis de pregrado en Psicología (h) Estado del arte (Incluye el tipo de investiga- Colombia. Puyana, Y.(1990). “El trabajo domésti-
dirigida por la autora, consistente en un análisis ción, que a partir del análisis de una base docu- co: una forma ancestral de opresión de la mujer”.
documental sobre epistemología y género. El cri- mental significativa, permite determinar el estado En: Grupo Mujer y Sociedad. Mujer, amor y vio-
terio básico tenido en cuenta para la selección, fue de la cuestión en un campo particular). lencia. Bogotá, Tercer Mundo Editores - Univer-
que se tratara de material clasificado en el campo sidad Nacional - Centro Editorial. Rey de
29
del género, elaborado por colombianas/colombia- Debo un agradecimiento especial a todo el per- Marulanda, N. (1982). “La unidad reproducción-
nos o sobre Colombia. Con este criterio se inclu- sonal del ‘Centro de Documentación de Género, producción en las mujeres del sector urbano en
yeron algunos estudios sobre América Latina y se Mujer y Desarrollo’ de la Universidad Nacional, Colombia”. En: León de Leal, M. (De.). La reali-
eliminaron comentarios, presentaciones, y mate- por toda la colaboración prestada en la primera dad colombiana. Debate sobre la mujer en Amé-
rial semejante. Con el material seleccionado se de- etapa del estudio, durante la cual apoyaron al gru- rica Latina. Bogotá, ACEP, pp. 56-71. Rico de
finió una ‘muestra cualitativa’ sobre la cual se po de cinco lectores con que se contó, todos estu- Alonso, A. (1991). “Niñas y jóvenes en Colom-
realizó una lectura analítica, luego de haber depu- diantes de tesis o último año de Psicología, y ex- bia. Realidades, problemas y posibilidades”. In-
rado la base de datos para la consignación de la alumnos del seminario sobre ‘Aproximaciones teó- forme Final de Consultoria Presentado a
información. El material analizado se clasificó tan- ricas a la problemática del género’ que dirijo en la UNICEF. Santafé de Bogotá, mimeo. Segura de
to por ‘período de publicación’, como por ‘tipo Facultad; son ellos: María Isabel Botero, Adriana Camacho, N. (1982). “La reproducción social, fa-
de documento’, con base en las siguientes catego- Flórez, Inés Adriana Rojas, Sol Viviana Rojas y milia, trabajo”. En: León de Leal, M. (Ed.) La rea-
rías: (a) Investigación descriptiva (incluye inves- David Zuluaga. lidad colombiana. Debate sobre la mujer en
tigaciones empíricas de carácter cuantitativo o que América Latina. Bogotá, ACEP, pp. 84-98.
30
se basan en estadísticas. Se las clasificó como des- En el presente estudio se incluyó mi Estado del
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criptivas ya que los casos analizados no alcanza- Arte que realiza un balance respecto de la investi- Foucault, Michel. Microfísica del Poder. Op.
ban niveles explicativos del tipo posible -modelos gación sobre el trabajo doméstico en América La- cit.
explicativos estadísticos-, cuanto se maneja tal tipo tina durante la década 82-92. Las referencias co-
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de datos. (b) Investigación cualitativa (incluye lombianas que incluye la muestra de 17 trabajos Villarreal Méndez, Norma. “El camino de la uto-
estudios que emplean material de campo recogido son las siguientes: Dambois, R. (1992). “Trayecto- pía feminista en Colombia, 1975-1991”. En: León,
etnográficamente, particularmente historias de vida, rias en la perspectiva comparativa. Trayectorias M. (Comp.) Mujeres y participación política.
procesados a través de estrategias cualitativas, pero laborales de obreros en la industria colombiana y Avances y desafíos en América Latina. Santafé
cuyos niveles explicativos también son limitados. la industria alemana”. Ponencia presentada al de Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1994, pp.181-
(c) Investigación multimétodo (Incluye trabajos ‘Seminario sobre el uso de historias de vida en 204.
empíricos que combinan las estrategias cualitati- la investigación en las ciencias sociales’. Villa