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TRABAJO FINAL

Formación Ciudadana y Constitucional, 2019-1


Miguel Ángel Arboleda Hernández
Ana Milena Bustamante Parra

POLÍTICA HOLÍSTICA INTERDISCIPLINAR

La pregunta por la participación política nos encara desde tantas perspectivas que trasciende
el ámbito ciudadano y nos lleva a preguntas por la visión de mundo, la escala de valores y las
percepciones de cada individuo respecto a quién es él, dónde se encuentra y cuál es su rol allí.

Cada una de estas respuestas nos va delimitando y orientando, respecto a estas bases (y
muchas otras) tomamos decisiones vitales y cotidianas que conforman nuestra forma de vida.
Por esto tal vez sea importante que la pregunta por el individuo político (el ciudadano) se
extienda a la pregunta por el ser.

Adela Cortina realiza un acercamiento a esta perspectiva a través de la pregunta por la ética y
la influencia real del pensamiento individual en el resultado político, ante lo cual afirma:

El diagnóstico es -entre otros aspectos fundamentales- el de que, en esas sociedades, la ética fundamental
es la ética del individualismo hedonista. A fin de cuentas, la clave de nuestras sociedades es el
individualismo. Cada persona siente que él y sus allegados son el centro de la sociedad, el núcleo de la
sociedad. Y además, cada uno de ellos siente que tiene deseos, deseos de determinados placeres; los
deseos son infinitos y cada uno entiende que él, sus deseos y la satisfacción de sus deseos constituyen la
clave de su sociedad. (2003)

Así pues, una sociedad cooperativa en términos políticos requiere seres humanos que valoren
la cooperación y acudan a ella de manera orgánica, con la comprensión cabal de la necesidad
de los otros en el desarrollo propio y de las relaciones que existen entre el ser humano y sus
distintos entornos: naturales, sociales, familiares, geográficos, etc.

Esta es una labor educativa más que política, pero es un objetivo de este documento plantear
la pregunta por la necesidad interdisciplinar en el gobierno de nuestras polis. Cada vez más
en términos pedagógicos se alude a la necesidad interdisciplinar en el aprendizaje y la
enseñanza de todo tipo de saberes y habilidades para la vida, argumentándose sólidamente en
la diversidad que habita dentro y fuera de cada uno de nosotros.

La educación es una herramienta política, entre muchas otras cosas, y si se reconoce para ella
al ser humano como una entidad complejísima de infinitas variables, se hace necesario que la
política acuda también a la pregunta por la interdisciplinariedad. Ante lo anterior, Cortina
(2003) afirma:

Se ha dicho habitualmente que la tradición filosófica occidental se ha centrado en exceso en la dimensión


racional y ha olvidado también en exceso la dimensión sentimental, que es una dimensión fundamental
para los seres humanos. No sólo somos razón, sino también sentimiento.

Todos necesitamos condiciones particulares para tener la vida que consideramos exitosa. En
el desarrollo de la misma tomamos decisiones que dirigen a algún lugar, consciente o
inconsciente, y en gran medida depende de ellas la calidad del camino que labramos. Sin
embargo, es deber del estado garantizar la igualdad de oportunidades en dicha construcción.
Las mismas opciones para todos.

Si nos detenemos en ese punto nos daremos cuenta de la complejidad del mismo. Garantizar
igualdad en la sociedad nos puede remitir inmediatamente al asunto económico, pero la
igualdad debe garantizarse también en la familia, en el pensamiento, en la espiritualidad, etc.
La igualdad que planteamos radica en amar por igual, respetar por igual, y entender que las
necesidades de cada uno son prioritarias, por igual.

Ahora, nadie dice que sea una tarea sencilla, y mucho menos unidireccional. He ahí la
responsabilidad nuestra, a la que aboga Adela Cortina en su conferencia, el despertar de los
individuos: el Estado necesita brazos, manos, mentes, un organismo completo en el desarrollo
de su labor.

Idealmente, este es el punto de la interdisciplinariedad política. Ministerios, secretarías y


consejos, se forman diariamente para atender necesidades específicas, pero factores como la
corrupción y la falta de veeduría ciudadana (que a nuestro parecer están profundamente
conectadas) han hecho de esas instituciones bancos políticos donde se facturan y pagan
favores.

La corrupción existe, es un problema para el acceso a la participación ciudadana diversa que


garantice igualdad de oportunidades para todos, pero es tan importante atacar el flagelo como
prevenirlo. Ya sabemos que está profundamente relacionada con nuestra escala de valores
sociales, caemos en círculo a la postura de Adela Cortina sobre el hedonismo político.

Para nosotros no existe una entidad social, política o estatal capaz de contener en sí misma la
responsabilidad del bienestar de todos sus ciudadanos. Es una tarea titánica de organización
en engranaje, para lo cual Cortina (2003) propone las distinciones de responsabilidades entre
el sector político, económico y social.

La pregunta final sería si pensamos en estos sectores como entidades ajenas que sobreviven
por sí mismas, o como organismos formados por ciudadanos para el bienestar de los mismos,
con necesidad obligatoria de escucha a las comunidades que buscan atender y de las cuales
hacemos parte todos, en acción u omisión.

Todos somos el Estado.


REFERENCIAS.

Cortina, A. (2003). Conferencia “Ética, ciudadanía y modernidad”. ​Revista Cyber Humanitas​,


27​(1), 1-13.

Rendón, A. G. (2011). DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN COLOMBIA: UN SUEÑO


VEINTE AÑOS DESPUÉS. ​Revista Jurídicas​, ​8​(2).

Vargas, V. C. B. (1994). La soberanía estatal frente a las demandas del nuevo orden mundial.
Derecho & Sociedad,​ (8-9), 46-51.

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