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NOMBRE: Eusebio Salas Ramírez.

Ensayo no. 5 MATERIA: Temas selectos de Áfricas. XIX-XX.

África: conflictos vinculados a la guerra fría.


Introducción
Los conflictos actuales que afronta África son consecuencia de La Guerra Fría por un grave
deterioro económico y una política constantemente conflictiva, por ser catalogada como una
zona de subdesarrollo al integrarse al ámbito internacional. En este periodo, el mundo se tiene
una visión bipolar hasta finales del siglo XX en los 80´s, donde se valorizaba el desarrollo
industrial y el fin de la guerra exigía un nuevo orden mundial, aun así, el continente africano es
considerado pobre en lo económico pero un lugar rico en recursos naturales.
A pesar de ser el lugar donde se dio el origen de la humanidad, un lugar con recursos
minerales de gran valor, causo muchos pleitos externos e internos por el dominio de las minas
y el territorio, por métodos bélicos por grupos militares y mercenarios, su economía gira en
torno al mercado negro, financiados por el tráfico de armas, diamantes y drogas.
Los desastres de toda una historia de colonización y dominio a este continente dejo
una dependencia total hacia las que fueron sus Naciones dominantes, y estas aprovechan la
pobreza para embaucarlas en préstamos que se transforman en deudas, aumentando la
pobreza en los países ahora independientes. De manera breve en este ensayo se muestra un
marco histórico de lo que paso en el periodo de la Guerra Fría y como continúan en la
actualidad algunos de estos conflictos.

Desarrollo.
África tuvo un valor estratégico por determinar su papel entre el enfrentamiento de las dos
grandes potencias, expectativas que despertaron en los nacientes Estados, sobre todo en los
círculos académico se discutía a la ideología iban a pertenecer, en este sentido destaca las
variables que definían su valor a partir de reacciones estratégicas en lo político y lo militar en
el mundo bipolar. Los líderes locales expresaban en foros internacionales se preguntaban
cómo se involucrar en los nuevos intereses del conflicto por su posición geográfica y la
importancia para algunas economías que eran dueñas de los recursos naturales de África.
En los años 60 y 70 los líderes africanos se distinguieron en el plano ideológico por su
deseo de afirmar simbólicamente al menos la autonomía política y cultural el subcontinente en
un mundo fracturado por capitalismo y socialismo, en lo que se interpretaba como un aporte
de África al pensamiento universal y para la reforma de un orden internacional Injusto. Es por
eso que en este periodo elaboran grandes tesis anticoloniales antirracistas y en favor de la

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solidaridad del Tercer mundo en este periodo un símbolo de unidad entre los gobiernos la
región para tratar de dar una buena imagen de la región, por ejemplo, la lucha contra el
apartheid1, que era básicamente un sistema desegregación racial en Sudáfrica, y consistía en
la creación de lugares separados, tanto habitacionales como de estudio o de recreo, para los
diferentes grupos raciales, donde el poder exclusivo de la raza blanca era ejercer el voto y en
la prohibición de matrimonios o incluso relaciones sexuales entre blancos y negros.
Pero esto no fue posible porque la búsqueda de nuevos socios en la lógica del mundo
Bipolar, las potencias económicas se involucraron, lo que facilito el movimiento de “préstamos
y ayudas” bajo los criterios de estas potencias principalmente atreves del Banco Mundial y del
Fondo monetario Internacional para los regímenes capitalistas, mientras que los fondos
procedentes de la Unión Soviética y de Europa del Este tenían como destino los regímenes
calificados como pro soviéticos. Es a partir de aquí, que en la década de los 70´s, África atrajo
la atención de China, que daba apoyo a bandos contrarios a los pro soviéticos; y también llamó
la atención de Cuba por sus lazos y herencia africana. También la primera crisis petrolera
intensifica un conflicto entre Palestina-Israel y el inicio de la Revolución islámica en Irán, es
cuando África adquiere una relevancia para diversos estados árabes y musulmanes e
intentaron consolidar sus lazos, tomando en cuenta la cultura islámica y de países
exportadores de petróleo por ejemplo Nigeria y Gabón. Se pueden decir que guerras de
liberación, así como las guerras civiles tomaron importancia durante la Guerra Fría. La guerra
fría dividía las rivalidades entre movimientos de liberación concurrentes, que se iban situando
en uno de los dos campos.2
En Angola, el MPLA3, apoyado por la Unión Soviética, combate a la Unita, respaldada
por Suráfrica y los Estados Unidos. En Mozambique, el FERLINO4 socialista lucha contra la
RENAMO5, apoyada por Suráfrica y los Estados Unidos. En las colonias portuguesas: dirigidas
por movimientos de liberación que se reclamaban del socialismo y apoyados por la Unión
Soviética o por China, las guerras de liberación de Guinea Bissau, Angola y Mozambique han
durado hasta mediados de los años 1970, en la medida en que la ocupación portuguesa ha

1
Francisco Correa Villalobos, El apartehid, Ed Colegio de México, pp 427-452. Consulta digital:
http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/BV9BUKLVUH2N93LB49I8UY2VUIBAKD.pdf
2
Hilda Varela Barraza, “África subsahariana: en las aguas turbias del desorden internacional de la posguerra fría”, en
estudios de Asia y África, Vol. XXX, Núm. 3, 1995, pp. 487-517.
3
El Movimiento Popular de Liberación de Angol. En Mundo actual de la segunda guerra mundial a nuestros días, pág. 156.
4
Frente Para la Liberación de Mozambique. En Loc. Cit. 156.
5
La Resistencia Nacional Mozambiqueña, en Loc. Cit., 156

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sido vista como una muralla del mundo libre contra la amenaza comunista en África
subsahariana. Por otra parte, si la revolución portuguesa de los claveles de 1974 puso fin a las
guerras coloniales, no acabó con las guerras en estos países, con la excepción de Guinea
Bissau y Cabo Verde, salvados por su escasa importancia estratégica y la existencia de un
único movimiento de liberación.6
Tras la guerra fría, los dos países conocerán un destino diferente. Mozambique
encontrará pronto la paz porque las potencias occidentales y Suráfrica, en el posapartheid, no
tenían más interés en perpetuar la guerra. No fue el caso de Angola, en que la versión local de
la guerra fría se ha transformado en una guerra por el monopolio de las rentas, por tanto, por
el poder. La Unita7 y el MPLA se han librado a una guerra sin cuartel por el petróleo y los
diamantes, que han financiado la guerra de los dos lados, convirtiendo un país de una decena
de millones de habitantes bien dotado en recursos en uno de los más pobres del África
subsahariana. Será necesario esperar la muerte de uno de los dos protagonistas, Jonas
Savimbi, en el 2002, para que la guerra se acabe, para el gran provecho del clan restante, en
el poder y ahora apoyado por los Estados Unidos, que lo perciben como un interesante
proveedor de petróleo.8
De golpe, se constata un fraccionamiento de las guerras en pequeños movimientos que
actúan por su cuenta y dirigidos por pequeños señores de la guerra locales. Liberia y Sierra
Leona han, probablemente, conocido en los últimos años la peor cara de las guerras africanas.
Son el mejor ejemplo de las guerras por las rentas del diamante y las riquezas mineras y
agrícolas de la región (hierro, caucho, entre otras). La lógica de las bandas armadas, Taylor
en Liberia y el FRU en Sierra Leona, es una lógica del caos, porque permite depredar mejor.
El caos supone la liquidación de aquello que queda del Estado y de la organización a todos los
niveles, mediante la extensión del terror entre la población (prohibición sangrienta de las
elecciones por el FRU en Sierra Leona para que ningún Gobierno pudiera pretender una
legitimidad). Toda organización de tipo formal es sustituida por un conglomerado de redes
mafiosas, que puede tener relaciones con los dirigentes de los estados vecinos participando
en la depredación mediante el comercio informal ilícito y blanqueando las sumas sacadas de

6
Rafael Aracil, et al., Mundo actual de la segunda guerra mundial a nuestros días, Ed. Universitat de Barcelona, Barcelona,
1998, págs. 151-160.
7
Unión Nacional para la Independencia Total de Angola o UNITA. en Mundo actual de la segunda guerra mundial a nuestros
días, págs. 156 y 157.
8
Hilda Varela Barraza, “África subsahariana: en las aguas turbias del desorden internacional de la posguerra fría”, en
estudios de Asia y África, Vol. XXX, Núm. 3, 1995, pp. 114-121.

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sus beneficios (vínculos Taylor-Compaoré, presidente de Burkina Faso). Este tipo de guerra
busca crear un caos regional en zonas relativamente prósperas, con la finalidad de extender
los territorios de depredación: así se explican los intentos de extensión de la guerra a Guinea,
además del caso complejo de Costa de Marfil, en el que está presente la mano de Taylor. Es
un tipo de guerra en la que se asiste, en su último grado, a la descomposición, y que puede
ser igualmente percibida como el síntoma de otros fenómenos.9
Los franceses hacían de policía del mundo libre en su zona de influencia mientras que
los actores externos estaban directamente presentes en las guerras de liberación por medio
de ejércitos de ocupación coloniales o en las guerras de la guerra fría (cubanos y soviéticos
en Angola contra estadounidenses y surafricanos). Ahora, los no africanos están menos
presentes en los conflictos. La ruptura se concretó en Ruanda en 1994. Todo ha transcurrido
como si el genocidio, figura monstruosa de la guerra civil en cuya preparación París y Bruselas
no han sido inocentes, hubiera puesto fin a todo deseo europeo de intervención directa. Para
los Estados Unidos, la ruptura se ha concretado mediante el fracaso de la operación Restore
Hope en Somalia en 1992. Cierto, todavía hay intervenciones externas: Gran Bretaña ha
salvado el régimen de Kabbah en Sierra Leona. Francia tiene aún guarniciones en Senegal,
Costa de Marfil, Yibuti. Desde septiembre de 2002, París se ha implicado espectacularmente
en Costa de Marfil para evitar que el país más rico de África occidental caiga en el caos. Pero
las intervenciones son, cuando menos, raras y más discretas. Hoy, las fuerzas africanas de
interposición sustituyen a los ejércitos occidentales, con la bendición de los occidentales: es el
caso del Ecomog10 en África occidental.11

Conclusión.
De este primer periodo de independencias africanas (1960-1990), solamente han
terminado los conflictos vinculados a la guerra fría. Los restantes, por causas diversas, se han
mantenido vivos, y han evolucionado, sin desaparecer, mientras que han surgido otros
conflictos al entre grupos étnicos o por el monopolio de las rentas y los conflictos más

9
Hilda Varela Barraza, “África subsahariana: en las aguas turbias del desorden internacional de la posguerra fría”, en
estudios de Asia y África, Vol. XXX, Núm. 3, 1995, pp. 118-121.
10
Economic Community of West African o Comunidad Económica de Estados de África Occidental. En LOS CONFLICTOS
ARMADOS AFRICANOS: LA CONFRONTACIÓN INTERIOR. En LOS CONFLICTOS ARMADOS AFRICANOS: LA CONFRONTACIÓN
INTERIOR. pág. 61 y 62. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4545105.pdf
11
Rafael Aracil, et al., Mundo actual de la segunda guerra mundial a nuestros días, Ed. Universitat de Barcelona,
Barcelona, 1998, págs. 142-150.

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profundos nacidos de una creciente población en el continente, de fracasos de desarrollo y del


fracaso del imponer un Estado en países que han intentado transformar en estados nación
para dejar atrás la forma administrativa colonial. Las guerras internas son más numerosas y
mortíferas que las guerras entre estados. Así vemos que el fin de la guerra fría ha criminalizado
las guerras tras la retirada de los antiguos y ricos aliados europeos. Desde esta retirada se
observa una financiación de las guerras por medio de tráficos: de diamantes y droga.

Bibliografía:
 Aracil Rafael, et al., Mundo actual de la segunda guerra mundial a nuestros días,
Ed. Universitat de Barcelona, Barcelona, 1998, págs. 121-160.
 Correa Villalobos Francisco, El apartehid, Ed Colegio de México, pp 427-
452.[PDF] Consulta digital:
http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/BV9BUKLVUH2N93LB49I8UY2VUIBAK
D.pdf

 Varela Barraza Hilda, “África subsahariana: en las aguas turbias del desorden
internacional de la posguerra fría”, en estudios de Asia y África, Vol. XXX, Núm.
3, 1995, pp. 487-517.
 Vega Fernández Enrique, “La intervención militar extranjera en el golfo de
Guinea” en LOS CONFLICTOS ARMADOS AFRICANOS: LA
CONFRONTACIÓN INTERIOR. Pags. 61-63. [PDF] Consulta digital:
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4545105.pdf

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