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y en verdad.” Suena bonito y es una excelente exhortación – ¡hasta que nos damos
cuenta que, por lo general, nadie lo explica! Nos dicen que debemos adorar a Dios en
espíritu y verdad, pero no nos dicen qué significa ni cómo hacerlo.
La lección que Jesús le trajo a la mujer samaritana fue sencilla: la adoración a Dios
no se debe limitar a una localización geográfica o necesariamente regulada por las
provisiones temporeras de las leyes del antiguo testamento. Al llegar Jesús, la
separación entre judío y gentil no era relevante – ni tampoco lo central del templo
de adoración. Cristo consiguió acceso equitativo para todos a través de Él.
Por lo cual, la adoración se convirtió en un asunto del corazón (no acciones externas),
dirigido por la verdad, no la ceremonia.
¿Qué es nuestro “espíritu”?
Aquí se menciona algo que dice en Deuteronomio 6:4, que Jesús repite en Mateo
22:37-38. Todos lo conocemos:
—“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu
mente”. Este es el primer mandamiento y el más importante.
Para poder adorar a Dios en espíritu y verdad necesariamente incluye amarlo con
todo nuestro corazón, toda nuestra alma y toda nuestra mente.
¿Por qué?
Porque nuestro espíritu es todo lo que somos: nuestro corazón, nuestra alma y
nuestra mente.
Esa parte inmaterial de nosotros que cubre nuestras emociones, nuesto carácter y
nuestros pensamientos (en el artículo anteriormente enlazado hay una descripición
un poco más a fondo sobre qué es nuestro corazón, qué es nuestra alma y qué es
nuestra mente). Por lo tanto, una adoración como Jesús la describió requiere una
sintonía y armonización de todo lo que somos dirigido a un solo propósito: agradarlo
a Él con todos los aspectos de quiénes somos.
Una adoración a Dios “en verdad” es diferente a “de verdad” o “de veras.” La
sinceridad de nuestra adoración no tiene que ver con Dios ni Sus atributos. Cuando
adoramos en verdad, nos colocamos en el centro de la realidad sobre quién es Él, el
conocimiento de lo que ha hecho y la confianza de lo que ha dicho.
Adorando “en espíritu y verdad”
Tanto nuestro espíritu como la verdad y realidad de quién es Dios deben estar
presentes para que nuestra adoración honre a Dios.
Es la verdad, y sólo la verdad, lo que puede influir de forma apropiada sobre nuestras
emociones de tal manera que honren a Dios. La verdad de Dios, siendo de infinito
valor, merece infinita pasión. El hecho de que la adoración sea algo tan íntegro y
abarcador de nuestro ser, no se limita – como bien dijo Jesús – a un lugar, sino que
adoramos a Dios con cómo vivimos. Por lo tanto, aunque nuestra expresión de
adoración puede variar (puede ser más pasiva o expresiva), lo que importa es a quién
adoras y que lo adores “en espíritu y verdad.”
Juan 4:23 "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán
al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca
que le adoren".
Y es que Dios hizo a todos en la tierra para que le alaben: los arboles, las aguas, los
mares, los vientos, los animales, ect, ect. Pero ningunos de estos arriba mencionados
pueden adorarle.
¿Quién es un adorador?
Un adorador es alguien que se prepara para las exigencias que conlleva tal privilegio
y lugar, de hecho la mayorías de personas que llegan al templo
conmienzan alabando a Dios con poca o ninguna preparación espiritual (esto incluye
hasta los mismo levitas asignados) !que barvaridad! observar esa irreverencia a Dios
de los que deben enseñar a los demás: "los levitas"
¿Por qué se necesita una preparación continua para ser un adorador?
¿Como te presentaría delante de Dios? ¿Como te vestiría? ¿Te pondría el mejor traje
adecuado para ver al Rey? ¿Como te prepararía? ¿Prepararas tu corazón? ¿Cambiaria
de actitud? ¿Llegaría temprano al templo? ¿Cuando llegue te postraría en su
presencia? ¿Oraras antes de adorarle? Se sincero y dime que haría mi amado levita?
Yo me atrevo a decir que te presentaría con temor y reverencia; que te pondría el
mejor traje, el mas adecuado; te prepararía de lo mejor para adorar; tu corazón no
cupiera en tu pecho; tendría una actitud amable; llegaría mas temprano que nunca;
te postraría en el altar y oraras con llanto antes de adorarle. Oye mi hermano levita
que triste es que no entienda que Dios esta en el templo esperándote todos los días
de culto, pero tu llega como si el no hubiera llegado nunca, llega tarde y a veces ni
llega y dejas a tu Dios esperando por ti durante todo el culto, tu que dice que tanto
lo ama lo deja plantado y esperando, Al Dios que siempre esta, ¿te podrás tu llamar
levita adorador? tu levita que nunca llega para adorarle en espíritu y en verdad que
harás ahora? Este es el mas triste de todos los eventos del culto, y es que no lo
adoran en espíritu y en verdad porque no reconocen que Jehová esta en su templo,
si tan solo reconocieran eso, seria mas que suficiente para Dios encontrar a todos
los adoradores que el esta buscando que le adoren en espíritu y en verdad. Yo en
realidad no se que mas decir, solo digo que da mucha pena, porque no hay que ser
levita para ser un adorador, pero si hay que ser un adorador para ser un verdadero
levita.
No se a quien se podrá culpar, pero obviamente y es lamentable, pero hay que culpar
al Pastor porque permite que el adorador sea cualquier persona, con la escusa de
porque es lo único que tenemos como levitas. Aunque estoy conciente que en
muchos lugares es como si tuvieran al Pastor secuestrado, o acorralado, el pobre no
sabe que podria hacer en tal caso, porque quiere dar a Dios los mejor, pero lo mejor
no esta y muchas veces dice no hay quien para hacer la adoracion, y lo que tiene es
a los que yo les llamo: los talentosos cantantes, pero sin reverencia, y con poca o
ninguna santidad ni respeto; algunos pastores entonce creen, que se ven como
obligado a utilizar lo que tienen, es como decir: "que canten como quiera, eso es lo
único que hay" pero eso es un riesgo peligroso, si no hay consagración es como estar
ocupando un lugar y no un altar.
Quizás sea más razonable decir, que lo que tenemos realmente es un grupo de
alabanza como cualquier tipo de creyentes que van al templo y alaban como un
ritual de costumbre y acompañante de los demás. No son adoradores en espiritu y
en verdad, sino que simplemente alaban, pero no es adoración, es más para decir
más verdad podemos mirar que cuando llegan los levitas al templo(tarde) ni siquiera oran y
mucho menos se postran o se arrodillan, a buscar la dirección y bendición de Dios para
bendecir a un Dios Santo y Verdadero. Entonces la pregunta seria ¿se le podrá llamar
adoradores? !De ninguna manera!
Le digo algo importante de saber, en el cielo donde quiera que este se encuentre
o en el lugar que vamos adorar a Dios, eso es lo único que vamos hacer: adorar a
Dios y es mejor que los aprendamos aquí en la tierra, porque en el cielo ya no habrán
maestros para enseñar, pues ellos están aquí en el planeta tierra para enseñar ahora,
por eso es que el capitulo 4 versículo 23 del evangelio segun San Juan dice: Mas la
hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu
y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Es ahora
que hay que hacerlo y aprender mientras los practicamos.
En aquel lugar no vas haber necesidad de ayunar, orar, vigilar, diezmar, ofrendar y
los demás rituales que hacemos hoy en día en los templos, porque esas actividades
las creó Dios para los moradores de la tierra, mientras estemos morando en ella, es
bueno que entendamos eso, porque eso determina la gran importancia de
la dedicacion y santidad al llamado y mandato de Dios en lo que se
refiere especificamente a la adoración que finalmente les daremos a Dios
eternamente y para siempre. Aya no hay negociaciones en eso, eres o no eres, y si
no eres Dios sabras lo que va hacer contigo.
Que el Espiritu Santo nos ayude a practicar la verdadera adoración, la que se hace
en espiritu y en verdad.
Lo más maravilloso en nuestras vidas seria que esos adoradores que Dios esta buscando
seamos tu y yo.