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INTRODUCCIÓN

El Espacio Agrario viene dado por la porción de terreno o de aquellas útiles para
ya sea para la siembra o el pastoreo, su uso es diferente a otro y por lo tanto
viene caracterizado por la ocupación de una baja densidad demográfica en
comparación con las Ciudades Capitales, se remonta a las épocas Antiguas como
el Neolítico donde los espacios eran utilizados para el cultivo de cebada y trigo,
abasteciendo las necesidades de sus pobladores para aquel momento.

Con la domesticación, el hombre logró controlar el ambiente físico, es decir, la


fuente básica de energía alimenticia, lo cual permitió un modo de vida que no sólo
solucionaba el problema de la obtención de alimentos, sino que promovía la
noción de que él podía modificar el ambiente físico y adaptarlo a sus propias
necesidades. La especialización alimenticia que se produjo a través de la
domesticación no sólo trajo consigo un aumento considerable en la cantidad de
alimentos, sino una mayor estabilidad en su suministro y esto, frecuentemente,
permitió el aumento poblacional. La agricultura forma parte del medio ambiente en
el cual se practica y por ello, los diversos sistemas agrícolas, son tipos distintivos
de ecosistemas modificados por el hombre.

La agricultura en la antigua gobernación de Venezuela se desarrolló a partir de los


productos indígenas que hallaron en estas tierras los primeros pobladores
españoles. Pasando así de la agricultura para la subsistencia a la comercialización
y exportación de la producción. Estas dos etapas, junto con la postcolonial y la
petrolera marcan los antecedentes del proceso de la reforma agraria en
Venezuela. Esta reforma se considera más u producto de importación que de
gestación propia, es decir surge como resultado de un movimiento epocal
mundial, de demanda por la democratización de las tierras.

Lo anterior se explica en el hecho del carácter dependiente de la economía


venezolana, sostenido en la subordinación de nuestro desarrollo económico a los
intereses de los países capitalistas avanzados. Estos nos utilizaban como
mercado para su creciente producción industrial y como proveedores de materias
primas y alimentos necesarios a su desarrollo capitalista.

En ese sentido, se entiende que la reforma agraria es un proceso o reacción anti


feudal, que va contra aquel sistema donde el poder radica en los propietarios de
grandes cantidades de tierras donde viven campesinos que dependen del
propietario. Este escenario trajo como consecuencia la dependencia económica
que a su vez propicio formas soterradas de dependencia política e ideológica.

La falta de desarrollo de la producción no agrícola, obligó al país a importar toda


clase de materia prima o herramientas para el trabajo en el campo, las cuales eran
fabricadas en otros países, a pesar de la facilidad de su elaboración, no era
posible que las mismas fuesen realizadas en el país; razón por la cual, Venezuela
desde su época colonial, comenzó a importar todo aquello que no le era posible
realizar en su territorio. Nos comenzamos a convertir así, en un país dependiente
de otros países más desarrollados.

La reforma agraria en Venezuela se inicia con su respectiva ley, el 5 de Marzo


de 1960, durante la presidencia de Rómulo Betancourt. Con ella se perseguía una
meta en común: la equitativa distribución de las tierras, cuya concentración estaba
en manos de terratenientes y el latifundio era la forma de apropiación de las
mismas. A su vez se fundamentó en 4 principios de orden jurídico, económico,
social y políticos, cuyo norte signo los nuevos rumbos agrarios, orientados a la
democratización en la tenencia. Eso principios permitieron la adjudicación, la
asignación de recurso y medios, así como la conformación de un marco jurídico
que respaldo la actividad agrícola.
ANTECEDENTES

EVOLUCIÓN DE LA AGRICULTURA EN VENEZUELA

En América Latina, los espacios agrarios han sido utilizados durante toda su
historia para el desarrollo de diferentes tipos de rubros agrícolas. De forma general
los países de Suramérica han tenido vocación agrícola y de manera particular
Venezuela, desde los primeros siglos ha sido un país netamente agrícola, donde
las agrupaciones originarias o cultura Indígena, que ocupaban grandes áreas del
territorio, estaban dedicadas especialmente al desarrollo de las actividades
agrícolas.

En ese sentido, la vida estaba sustentada en una agricultura de subsistencia,


donde lo que se producía era netamente para satisfacer la demanda de sus
pobladores. Estos agrupamientos humanos estaban ubicados muy cerca de los
flujos de agua dulce o ríos, que les permitían mantener un regadío acorde a los
diferentes tipos de cultivos producidos. De esta forma se fue desarrollándo este
tipo de utilización y explotación de los espacios agrarios ligado a la evolución de la
agricultura con el sembradío principalmente de productos tales como: el café, la
papa y la yuca que está estrechamente relacionado a los espacios agrarios, hasta
la llegada de los Colonizadores.

A partir de la presencia de los españoles en nuestro territorio, se implanto un


nuevo concepto y prácticas de la utilización del espacio agrario, ligado a la
evolución de la agricultura ya que aparece la figura, antes inexistente de la
propiedad de la tierra, la diversificación de los rubros agrícolas con mano de obra
esclavizada, bajo ese escenario la Venezuela colonizada se convierte en una de
los principales exportadoras de cacao a nivel mundial.

Una vez culminado el proceso de colonización y lo concerniente e la guerra de


independencia, la agricultura venezolana se caracteriza por la continuidad de la
vocación monoproductora, la orientación predominante hacia el mercado externo y
su dependencia de éste, asi como las dificultades para mantener rendimientos
crecientes. Circunscrito a un ámbito geográfico de escasas proporciones en
relación con la disponibilidad de tierras, para la primera década del siglo XIX la
agroexportación afianzó su predominio en el cuadro de la producción, bajo el
liderazgo del cacao y con la participación de otros bienes, como el tabaco, el café,
el añil y los cueros de res.

Se observa en ese mismo periodo que, con la desorganización de la base


productiva como consecuencia de la Guerra de Independencia, esta expansión se
frenó y la agricultura entró en una situación de estancamiento de difícil y lenta
superación hasta los años de 1870, cuando, al atenuarse los factores críticos, en
lo social, político y económico, se produjo una nueva expansión de la producción
que mantuvo su impulso hasta el cierre del siglo. Es así como la persistencia de la
carencia de capitales y de la escasez de mano de obra contribuyó a mantener sin
muchos cambios las formas de producción. El latifundio se consolidó como el
patrón fundamental de organización del espacio agrario, pese a que la producción
familiar amplió su alcance geográfico y su importancia en la actividad para el
mercado externo.

A partir de la década de 1840, la producción agropecuaria comenzó a


recuperarse lentamente, pero no fue sino hasta fines de la década de 1860
cuando logró expandirse. La producción de café ascendió, estimulada por el alza
de los precios en los mercados internacionales, llegando a multiplicarse por 5
entre 1840 y 1866 al ampliarse las extensiones cultivadas principalmente en los
valles de la provincia de Caracas. Por otra parte la destrucción de propiedades, la
fuga de capitales, la confiscación de bienes, los empréstitos forzosos y el
debilitamiento de las fuentes crediticias, ocasionados por las prolongadas guerras
civiles que asolaron al país, agravaron las dificultades para la obtención de
capitales que había sido una constante de la agricultura colonial.
LA EXPLOTACIÓN PETROLERA COMO ACELERASTE DE LA
REFORMA AGRARIA

La situación postcolonial, antes descrita se mantendría imperante en todo el


territorio nacional hasta la aparición de petróleo. El petróleo en Venezuela se
puede analizar como un conjunto de acontecimientos de orden político-
económicos a partir de 1908. Su explotación se inicia en el año 1878, con la
formación de compañía Petrolea del Táchira, la cual construyó una pequeña
refinería. Ya en 1914 comienza el auge petrolero lo que representa su explotación
a gran escala bajo el mando del general Juan Vicente Gómez, en la segunda
década del siglo XX. A partir de allí el petróleo forma parte de la economía
Venezolana, llegando a desplazar a la producción agrícola, casi de inmediato, su
producción se suma a los ingresos provenientes del café, cacao , la agricultura y
ganadería, a finales del siglo XIX el gobierno otorgó concesiones a empresas
internacionales para que operaran en Venezuela.
Durante el Auge petrolero, los recursos proveniente de esa renta sustituye
por completo todo lo relacionado con la utilización de los espacios agrarios para la
conformación de sistemas agrícolas. Esto da paso al éxodo rural y origina los
movimientos migratorios, donde la población busca mejores empleos, debido al
decrecimiento económico y el descuido del Estado como ente Rector en la
implementación de políticas que le garanticen a la población campesina una mejor
calidad de vida en el campo. Estos dos factores: el desplazamiento de la población
y el boom petrolero generaron a lo largo del tiempo, procesos de urbanización
acorde a la población asentadas en los principales campos petroleros y
estableciéndolas en lugares no aptos, lo que interrumpió, el aprovechamiento de
los suelos y espacios que podían ser aprovechados para otros fines. Para ese
entonces Venezuela, paso a depender de una economía de importación y los
espacios agrarios son dejados a un lado y todo lo relacionado con las actividades
agrícolas que son de vital importancia para la base fundamental de un país.
Durante ese proceso en la Venezuela petrolera, la actividad Agrícola no pudo
representar un papel protagónico, pese a los esfuerzos realizados por productores
y en algunos casos, por el propio Estado Venezolano, para incentivar y desarrollar
la producción agrícola. Allí se evidencio una difícil realidad, cuya consecuencias
más evidente se relaciona con la baja en la producción de muchos rubros, así
como la elevación de los costos de producción y el abandono del campo, así como
la figura del latifundio, entre las características más significativas de ese proceso
se evidencian las de:
- Alta concentración de la propiedad de la tierra. El latifundio es la forma
predominante y controla la mayoría de las tierras productivas.
- La mala utilización de las tierras ya que la tierra se encuentra en pocas manos y
se convierten en tierras improductivas o en todo caso de arriendo.
- Las líneas de producción adoptadas en Venezuela no son dedicadas a la
alimentación del pueblo si no a el monocultivo de exportación.
- El éxodo rural forzado y la migración a regiones fronterizas con otros países. Los
campesinos ya no tienen futuro en sus lugares de residencia y son obligados a
migrar a las ciudades.
- Concentración del Capital Industrial que domina el comercio e industrialización
de los productos agrícolas. Está concentrado geográficamente en regiones más
desarrolladas del país y en manos de empresas transnacionales. Afectando al
desarrollo agrícola, ya que hoy en día la mayoría de los alimentos pasa por
procesos agroindustriales.
- El Abandono de proyectos de desarrollo Nacional y
Agroalimentario sometidos a la voluntad del Capital Financiero.
- Reducción de los Espacios Agrarios para la implementación de infraestructuras
acorde al Capital financiero y el desarrollo del Capitalismo y la Globalización.
LA REFORMA AGRARIA

Bajo el escenario antes descrito, la Venezuela rural y agrícola ha tomado el


rumbo de la industrialización, capaz de proveer recursos económicos para
satisfacer las demandas de infraestructura, vialidad, salud, educación, vivienda y
servicios públicos, pero incapaz de atener la demanda alimentaria de sus
pobladores.
En esas mismas condiciones imperan el año 1960, cuando tienen lugar
para la agricultura Venezolana una serie de acontecimientos que la caracterizan y
condicionan para su desarrollo futuro. La creciente aceleración y expansión de la
actividad de los grupos empresariales, es lo que constituye la línea principal de su
desarrollo ya iniciado antes, pero ahora afianzado y con una capacidad de
crecimiento aún mayor. La promulgación y ejecución de la Reforma
Agraria acapara la atención hacia el sector agrícola en los primeros años de la
década. Sin embargo, su incidencia en el comportamiento de la agricultura ha sido
en realidad mucho menor de lo que pudiera haberse esperado, y lo que es aún
más claro, su papel dentro de la actualidad agrícola.
La Ley de la Reforma Agraria fue promulgada el 5 de Marzo de 1960,
durante la presidencia de Rómulo Betancourt. Este documento fue producto de un
consenso nacional, en donde participaron sectores como la Iglesia y el Partido
Comunista de Venezuela, entre otros. Se perseguía una meta en común: la
equitativa distribución de las tierras, cuya concentración estaba en manos de
terratenientes y el latifundio era la forma de apropiación de las mismas. En dicha
reforma se consagró un modelo de propiedad con una función social y la
expropiación se contempló como castigo para los absentistas y rentistas. La
reforma se concibió como un medio de transformación social democrática para
evitar la violencia en las áreas rurales, dando lugar a un nuevo movimiento
campesino fuerte y extendido nacionalmente.
Los principios más importantes que sustentaron la promulgación de esta
reforma descansan en un conjunto de fundamentos dirigidos a la democratización
en la tenencia, cultivo y uso de la tierra, los cuales vienen a satisfacer la demanda
social que de forma general se reclama en el ámbito internacional, realidad a la
que no escapa Venezuela en el contexto de las naciones. Estos principios se
analizan a continuación:
a) La distribución equitativa y justa de las tierras.
En este Sentido la concentración de la propiedad de la tierra, originaria
de los resquicios del feudalismo y de la oligarquía rural, se transformó
en obstáculo al desarrollo de las fuerzas productivas en el campo y en
la industria. Para las instituciones internacionales, la temática de la
reforma agraria en Latinoamérica tiene su origen en la distribución muy
desigual de la posesión de las tierras rurales, junto con una muy
extendida pobreza rural.
Este proceso se consideró como una auténtica reacción anti feudal, es
decir contra aquel sistema donde el poder radica en los propietarios de
grandes cantidades de tierras donde viven campesinos que dependen
del propietario. Con ello se redistribuyo la propiedad a quienes la
trabajan. Esto permitió incrementar el número de pequeños
propietarios, asignándoles una cantidad de tierra limitada o no muy
grande y que sobre esta tierra tengan los derechos de uso, de goce y
de usufructo. Lo anterior le asigna también una función social, donde la
propiedad no solo beneficia a su dueño inmediato sino que también le
traiga beneficio a toda la comunidad.
b) La adecuada organización del crédito y la asistencia integral para los
productores del campo.
Este propósito permitió que la tierra se constituyera para el hombre que
la trabaja, base de su estabilidad económica fundamento, de su
progresivo bienestar social y garantía de su libertad y dignidad. Para
ello se dispuso la asignación de una cartera crediticia en la banca
comercial, que permitiera al campesinado Venezolano acceder a
créditos agrícolas, bajo esquemas preferencial en cuanto al interés para
el pago de dichos créditos, basados en la rentabilidad de los mismos.
Esta medida permitió la adquisición de maquinaria y semillas, sistemas
de riego, mejoras en la condiciones de habitabilidad, trasporte de
bienes y servicios, así como la extracción y comercialización de las
cosechas.
Por otra parte se crean un conjunto de organismos, dependientes del
Estado, cuyo propósito por una parte fue la de brindar asesoría
profesional y técnica, a los agricultores, en temas tales como vocación
agrícola de la tierra, siembra, fertilización, injerto y rotación de cultivos
entre otros. Mientras que por la otra parte, algunos organismos tenían
cono función la vialidad rural o agrícola, la construcción de
infraestructuras para el almacenamiento, secado, comercialización y
depósito de maquinarias, equipos y suministros. Así como la
conformación de sistemas de riego.
c) Aumentar la productividad del sector agrario.
Se dispone para ello, la creación de instituciones administrativas,
figuras o instancias judiciales, teniendo por objeto establecer las bases
del desarrollo social rural y sustentable como el medio fundamental
para el crecimiento humano y desarrollo económico del sector agrario
dentro de una justa distribución de la riqueza y una planificación
estratégica democrática eliminando el Latifundio como sistema contrario
a la justicia.
Bajo ese esquema, la agricultura ostenta un crecimiento inusitado: el
PIBA crece a una tasa de 6,7% interanual, especialmente en los rubros
que habían presentado tasas muy bajas de crecimiento en el período
anterior (maíz, sorgo, caña de azúcar, oleaginosos, etc.). La política de
severas restricciones a las importaciones, así como las relacionadas
con el tipo de cambio, la restitución de los subsidios a los fertilizantes y
las tasas de interés, hicieron posible lo que se conoció como «el milagro
agrícola», es decir, aumentó tanto la superficie cosechada (1985: 1,85
millones ha; 1988: 2,33 millones ha), como la rentabilidad de los rubros
más importantes.
Esta última, con la incorporación de nuevas áreas, muchas de ellas
con suelos de calidad marginal, y la rentabilidad por efecto de la
disminución de los costos de producción ocasionada por los subsidios
al crédito y a los fertilizantes, principalmente.
La incorporación de tierras marginales, a su vez, causó una sensible
disminución de la productividad de la tierra. Como se vio más tarde, el
Estado venezolano no pudo continuar sosteniendo los elevados niveles
de gasto público que implicaban tales medidas, ni eliminar las
distorsiones estructurales presentes en la agricultura.

d) El principio de “banco de suelos” sería conveniente para el desarrollo


sustentable rural.
El principio de “banco de suelos” sería conveniente para el desarrollo
sustentable rural. Se trata de reconocer el hecho que los suelos de
vocación agraria pueden ser conservados bajo uso forestal, bien de
vegetación natural o plantaciones con fines de producción.
En este último caso una plantación con turno de por lo menos cinco
años, constituye una modalidad de mínima labranza, pues el suelo se
altera solamente una vez cada cinco años y el uso de pesticidas puede
ser evitado y el uso de fertilizantes puede producirse una vez por turno.
Lógicamente, entre más largo el turno, mejor la conservación del
suelo. En cualquier momento estos suelos pueden ser reconvertidos al
uso agrícola. Un monitoreo permanente de los suelos permitiría conocer
los efectos reales sean éstos positivos o negativos, lo cual es muy poco
probable, aun en el caso de especies como los eucaliptos.

e) La instauración de los conceptos de Baldío y Ejido


Bajo la óptica de estos dos principios, se logró a su vez identificar los
elementos que conforman la vocación de uso agrícola de la tierra. Este
término se entiende como aquellas características de los suelos, que
permiten el establecimiento de sistemas de producción agrícola, con
plantas cultivadas de diferentes ciclos de vida y productos.
En el caso particular del termino Baldío, se refiere en agricultura, a la
tierra que no tiene una dedicación determinada, en especial agrícola o
ganadera, y en la que predomina una vegetación natural.
También el término se aplica a la tierra yerma, susceptible de cultivo.
Históricamente, los baldíos eran la parte de las tierras comunales que
no se cultivaban ni arrendaban, sino que los vecinos las utilizaban para
pastos, leña u otros usos. Estas tierras eran contrarias a los terrenos
propios (las tierras con dueño). Los baldíos se utilizaban y se utilizan
para atender a los gastos públicos de los municipios.
En cuanto al termino Ejido, aborda aquellos terrenos no cultivados, de
uso común, situado en el linde de una población, pero que, en el caso
de los países latinoamericanos, hace referencia a la propiedad rural de
carácter colectivo, de suma importancia en su historia agraria.
Un ejido (del latín exitum) es una porción de tierra no cautiva y de uso
público también es considerada, en algunos casos, como bien de
propiedad del Estado o de los municipios.
Bajo esos preceptos de efectuó la clasificación de la tierra que
permitió identificar cuales estaban disponible para la asignación a los
productores. De igual forma se le dio cabida al término de agricultura
empresarial, entendida esta como la que se lleva a cabo mediante
empresas dedicadas a los procesos de utilización en la producción de
rubros agrícolas de carácter monocultivo para una exportación de
acuerdo a os precios del mercado internacional y también el Desarrollo
Nacional, utiliza mucha maquinaria acordes a la extracción de los
cultivos y obtiene muchos beneficios ya que se basa en una base
Capitalista, y proporciona la mayor parte de la producción agrícola, esto
se encuentran en la Mayoría de los países Europeos.

El conjunto de principios antes señalados, fueron la base fundamental


donde se instauro la reforma agraria venezolana. Eso principios permitieron la
adjudicación, la asignación de recurso y medios, así como la conformación de un
marco jurídico que respaldo la actividad agrícola. Mientras que por otra parte
contribuyo significativamente con la identificación de las tierras productivas, con
potencial agrícola y pecuario, las improductivas con más potencial industrial que
agrario y el levantamiento del censo agrario que abarcaba tanto a productores
como a las tierras fértiles.

CONCLUSIONES

En el marco de la argumentación presentada, se evidencia en primer lugar que la


actividad agrícola esta signada de al menos 4 procesos históricamente bien
demarcados: en primer lugar la pre-colonial, donde los pueblos originarios se
servían de la actividad agrícola, cercana a los cursos de aguas dulces, con el
propósito de satisfacer sus necesidades alimenticias. Dicha producción no era
comercializada ni intercambiada. Así mismo, no existía mayor variedad de rublos,
ni abúndate producción, otra característica significativa fue la carencia de un
sistema de propiedad de la tierra.

Un segundo periodo enmarcado dentro de la etapa colonial, en la cual el español


se hace propietario de la tierra, la mano de obra es esclavizada ya sea con los
pueblos originarios o producto de la cacería humana en África. La producción
paso de ser con fines de satisfacción de la población originaria a la del interés
comercial mediante la exportación, para satisfacer las necesidades y
requerimientos del imperio español.

El tercer periodo viene marcado por el proceso de independencia y de reajuste


social, en el cual el campo fue abandonado por los requerimientos de hombres
para la guerra. Allí, la mujer venezolana se ve involucrada en las tareas agrícolas
como medios de supervivencia. Posterior a la guerra de independencia Venezuela,
desactiva o desmoviliza millares de hombres que sobreviven a dicho proceso y les
paga sus esfuerzos con la asignación de tierras. Estas tierras en su mayoría
permanecerán ociosas por falta de recursos, conocimientos y experiencia para su
cultivo. Ese periodo de ajuste social y político tiene como máximo exponente el
caudillismo, que a su vez genero la máxima expresión del latifundio, ya que estos
señores amos del poder iniciaron la compra o en la mayoría de los casos, el robo y
usurpación de la propiedad de la tierra, a sus legítimos dueños, quienes por poco
dinero la vendían o en todo caso, las cambiaban por habitación sustento y trabajo.

Un cuarto periodo se demarca con el paso de la Venezuela rural a la de la


bonaza petrolera. Allí la economía se ve rápidamente absorbida por la industria del
petróleo capaz de generar recursos económicos suficientes para la movilidad de la
población del campo a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida. El
urbanismo como forma de concentración de la población también absorbió los
recursos económicos que antes debieron ser asignados a la producción agrícola.
En ella se privilegió a la infraestructura urbana, los servicios públicos y el
comercio. Mientras que las necesidades alimentarias se subsanaron por la vía de
las importaciones. En ese sentido, solo se vuelve la mirada al campo, como modo
de expresión epocal o modismo producto de las luchas sociales generadas a partir
de otras latitudes.

La reforma agraria en Venezuela, se concibe más como medio para disminuir la


pobreza que como forma de desarrollo económico, ya que este descansa en la
producción petrolera. Esto orienta la problemática hacia la superación de la
pobreza rural como objetivo principal de la reforma y no hacia la distribución de
tierras. Por si sola la distribución de tierras no es una condición suficiente para
lograr el mencionado objetivo. En general, la eficacia de una reforma agraria
depende de la creación de un mercado formal y homogéneo de la propiedad.

La titularidad de la tierra es entonces una condición necesaria para el


funcionamiento de un mercado de tierras formal. La atención de los entes
gubernamentales encargados de la problemática agraria debe concentrarse en la
acción de las instituciones de la propiedad. Sin propiedad formal no puede haber
mercado, si se entiende apropiadamente al mercado no sólo como un mecanismo
de transacción; si no como un principio para organizar la actividad económica en
una sociedad.
Bajo los auspicios de la Reforma agraria, la superficie cultivada ascendió en 1996
a 3.500.000 hectáreas. Los variados recursos agrarios venezolanos se expresan
en diversos sistemas productivos que cubren desde la agricultura de subsistencia
y semicomercial, desarrollada en tradicionales conucos (huertas) y en pequeñas
fincas donde se cultivan productos para el consumo doméstico (caraotas, frijoles,
yuca y raíces tropicales), hasta plantaciones de diversos tipos, como las antiguas
(hoy modernizadas en su mayor parte) dedicadas al cultivo de café, cacao, caña
de azúcar y otros productos comerciales.

En estas últimas décadas se han multiplicado los sistemas de cultivos anuales


mecanizados y modernos, como los especializados en maíz, arroz, sorgo, ajonjolí,
maní (cacahuete), girasol y algodón, gracias a la irrigación, la fertilización y el
control de plagas, que han transformado los paisajes geográficos agrarios de la
mesa de Guanipa (estado de Anzoátegui) e importantes extensiones de Los
Llanos centrales y occidentales. Destaca la introducción reciente de los sistemas
innovadores de fruticultura, viticultura, horticultura y floricultura comercial en los
estados andinos de Zulia, Falcón, Lara, Guárico y Aragua, entre otros.

Entre los logros más significativos que promovió la Reforma Agraria, caben
mencionar, los orientados en función de los sistemas de vida rural, la disminución,
tanto de las formas indirectas de tenencia, como de la dispersión de los
pobladores del campo, el mejoramiento de las comunicaciones, de la vivienda y de
los servicios básicos, además hizo posible la expansión de la frontera agrícola
mediante la incorporación de grandes extensiones de tierras baldías y ejidos,
pertenecientes al Estado o los municipios.

Mientras que por otra parte promovió una menor proporción de tierras de
propiedad privada; como era de esperar, no siempre los suelos de los predios
adjudicados a los beneficiarios de la reforma agraria eran de buena calidad, lo cual
trajo como resultado la utilización de tierras marginales para determinados
sistemas agrícolas. Se incrementó el número de pequeños y medianos
productores, muchos de los cuales antes eran «conuqueros» o hijos de
campesinos sin tierra y constituyeron el germen de una categoría de profesionales
y medianos empresarios en ascenso. En el lapso 1960-1971 disminuyó
sensiblemente la proporción de productores que labraban la tierra bajo regímenes
indirectos de tenencia y aumentó la de propietarios.

Bibliografía

Dala, S. (2010), Evolución histórica de la agricultura en Venezuela, pagina Web,


https://www.monografias.com/trabajos81/evolucion-historica-agricultura-venezuela/evolucion-historica-agricultura-
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Yaguaraparo (s/f), Historia de la Agricultura en Venezuela, pagina web, disponible
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consultada el 13 de Noviembre de 2017
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https://geografiaagrariaucv.wordpress.com/2008/10/10/historia-y-evolucion-del-espacio-agrario-de-venezuela/

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