Tomo

CONTENIDO
EL QUE NOS MUESTRA LAS COSAS

QUE SUCEDERÁN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
JEHOVÁ RUGIENDO DESDE SIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
LA VENIDA DEL REINO DE DIOS

Y LA POSICIÓN DE CADA CREYENTE EN ÉL . . . . . . . . 115
EL MISTERIO DE LA ESPOSA DEL CORDERO . . . . . . . 151
LAS NACIONES SUBIENDO

AL MONTE DE JEHOVÁ PARA
CONOCER SU CAMINO Y ANDAR POR ÉL . . . . . . . . . 179
EL QUE MULTIPLICA LOS PANES Y LOS PECES . . . . . . 235
LA GRAN RAMERA SENTADA

SOBRE MUCHAS AGUAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279
LA MENTE QUE TENGA SABIDURÍA . . . . . . . . . . . . . 311

EL QUE NOS MUESTRA
LAS COSAS QUE
SUCEDERÁN
EL QUE NOS MUESTRA
LAS COSAS QUE SUCEDERÁN
Por William Soto Santiago

Domingo, 9 de Marzo de 2003
Santa Cruz, Bolivia
M uy buenos días, amables amigos y hermanos presen-

tes; es para mí una bendición grande estar con ustedes
en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos
de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su
Programa correspondiente a este tiempo final.
2. Reciban todos saludos de mi esposa Erica, y también
los niños reciban saludos de mis niñas América y Yahan-
nah Gabriela.
3. Para esta ocasión quiero leer en Apocalipsis, capítulo
22, versos 6 al 9, donde dice de la siguiente manera:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el
Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado
su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben
suceder pronto.
¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda
las palabras de la profecía de este libro.
Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que
las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del
ángel que me mostraba estas cosas.
Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy
consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que
guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
4 WILLIAM SOTO SANTIAGO
Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este

libro, porque el tiempo está cerca.”
4. Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos
permita entenderla.
5. Nuestro tema es: “EL QUE NOS MUESTRA LAS
COSAS QUE SUCEDERÁN.”
6. En el verso 6 de este pasaje que leímos, dice:
“Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha
enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que
deben suceder pronto.”
7. Conforme a esta Escritura el que muestra las cosas que
deben suceder pronto, las cosas que sucederán, es el Ángel
del Señor Jesucristo, enviado por el Señor para ese propó-
sito.
8. En Apocalipsis 22 también, verso 16, Cristo mismo,
hablando de Su Ángel, dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio
de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de
David, la estrella resplandeciente de la mañana.”
9. También en el capítulo 4 del Apocalipsis, también dice:
“Después de esto mire (verso 1), y he aquí una puerta
abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de
trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te
mostraré las cosas que sucederán después de estas.”
10. Y en Apocalipsis, capítulo 1, dice:
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para

manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder
pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su
siervo Juan,
que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del
testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras
EL QUE NOS MUESTRA LAS COSAS QUE SUCEDERÁN 5
de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas;

porque el tiempo está cerca.”
11. Desde el capítulo 1 del Apocalipsis hasta el capítulo 22
del Apocalipsis encontramos al Ángel del Señor Jesucristo

enviado con la revelación de Jesucristo; así como en el
Antiguo Testamento, desde el Génesis hasta Malaquías,
encontramos al Ángel de Jehová enviado por Dios; y a
través del Ángel de Jehová, Dios se manifestó a Adán y a
todos los demás profetas: a Set, a Enoc también, a Noé
también, a Abraham, a Isaac, a Jacob...
12. Jacob luchó con el Ángel de Jehová, y no lo soltó hasta
que recibió la bendición del Ángel de Jehová, el cual le

cambió el nombre de Jacob a Israel (eso está en el capítulo
32 del Génesis, versos 24 al 32). Y Jacob dijo que había
visto a Dios cara a cara. Y el lugar donde tuvo esa expe-
riencia le llamó: “Peniel”, que significa: “Rostro de Dios.”
13. Ahora, ¿quién es el Ángel de Jehová en el Antiguo
Testamento? Es nada menos que Cristo en Su cuerpo

angelical. Dios a través de Cristo en Su cuerpo angelical
creó los Cielos y la Tierra. Cristo en Su cuerpo angelical es
el Verbo que era con Dios y era Dios, y se hizo carne,
conforme a San Juan, capítulo 1. Vean. Dice:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de
lo que ha sido hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hom-
bres.”
14. Y ahora, el Verbo que era con Dios, y por el cual Dios
creó todas las cosas, es nada menos que Cristo.

15. Vean aquí en San Juan, capítulo 1... leí capítulo 1
también, verso 1 al 4, ahora capítulo 1, verso 14 de San

Juan, dice:
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre noso-
tros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de gracia y de verdad.”
16. Y cuando el Verbo se hizo carne, ¿quién era? Jesucristo
nuestro Salvador, el Verbo hecho carne. El Ángel de

Jehová, el Ángel del Pacto, se hizo carne, se hizo hombre
de esta dimensión terrenal; pero antes de hacerse carne en
esta dimensión terrenal, Él era hombre de otra dimensión,
y ése es nada menos que el Ángel de Jehová, el cual le
apareció al Profeta Moisés en una llama de fuego, y le dijo:
“Yo Soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, de Isaac
y de Jacob.”
17. ¿Y cómo el Ángel de Jehová puede ser el Dios de
Abraham, de Isaac y de Jacob, y Dios también del

padre de Moisés (o sea, de Amram, el padre de Moisés)?
Porque Él es el Verbo que era con Dios y era Dios. Él es
nada menos que Jesucristo en Su cuerpo angelical, en quien
estaba Dios; y a través de Jesucristo en Su cuerpo angelical,
llamado el Ángel de Jehová, se le apareció a Moisés.
18. Y la Escritura dice en el libro de los Hebreos, o carta de
los Hebreos de San Pablo, en el capítulo 1, verso 7, Él dice

que hace a Sus ángeles espíritu y a Sus ministros llama de
Fuego. Y en el capítulo 1, verso 14, dice que son ángeles
ministradores enviados a los herederos de salvación. Los
herederos de salvación reciben la visita de ángeles de Dios,
los cuales traen la Palabra de Dios en cada tiempo.
19. También en Proverbios, dice en el Proverbio número
20, verso 27, dice:

“Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre
(¿Ven?)...
Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre,

La cual escudriña lo más profundo del corazón.”
20. Es el espíritu del hombre el que escudriña lo profundo
del ser humano. Nadie conoció las cosas del hombre, sino
el espíritu del hombre que está en el hombre, en el ser
humano; ése conoce las cosas del hombre, el espíritu propio
de la persona. Y dice: “Y nadie conoció las cosas de Dios,
sino el Espíritu, ¿de quién? De Dios.” [Primera de Corin-
tios 2:11]. Y el Espíritu de Dios es el Ángel del Pacto, el
Ángel de Jehová, Cristo en Su cuerpo angelical.
21. Todas las cosas le fueron reveladas a Jesucristo. ¿Ven?
Y Jesucristo decía: “Yo no hago nada de mí mismo, sino

que lo que yo oigo al Padre hablar, y lo que yo veo al Padre
hacer, eso es lo que yo hablo y eso es lo que yo hago.” [San
Juan 5:19] No puede el Hijo hacer nada de Sí mismo;
tampoco puede hablar nada de Sí mismo.
22. Así como usted: su cuerpo físico no puede hablar nada
de sí mismo, porque el cuerpo físico no es el que habla.

Usted le saca el espíritu y el alma a un cuerpo, ¿y qué es?
Un cadáver; y usted le pregunta a ese cuerpo algo, y no le
puede contestar; porque el cuerpo no es el que habla, el que
habla es el que está dentro del cuerpo, el cual es alma
viviente. Y él (el alma viviente) usa el espíritu, que es un
cuerpo de otra dimensión; y el espíritu usa el cuerpo de
carne, y transmite a través del cuerpo de carne lo que el
alma está diciéndole a las personas. Y así es Dios en
Jesucristo.
23. Veamos aquí, en Hebreos, capítulo 1, verso 1 en
adelante, lo que nos dice San Pablo, el cual tenía una

revelación completa de Dios el Padre y de Cristo. Dice,
capítulo 1, verso 1 al 3:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas...”

24. ¿Cómo habló Dios en el Antiguo Testamento? Por
medio de los Profetas; era Dios en Espíritu Santo manifes-

tado en los profetas, era Dios a través de Su Ángel, el
Ángel de Jehová, usando velos de carne llamados los
Profetas de Dios.
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a
quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo
hizo el universo.”
25. Y ahora Dios habla por medio de Jesucristo como habló
a través de los Profetas del Antiguo Testamento.

26. Y ahora Dios con Su cuerpo angelical, llamado el
Ángel de Jehová, el cual era manifestado en los Profetas,

ahora está manifestado en un cuerpo de carne que Él
mismo se creó en el vientre de la virgen María.
27. Y ahora tiene Dios Su propio cuerpo de carne llamado
Jesús. En Jesucristo habitó la plenitud de la Divinidad.

28. En ninguno de los Profetas había habitado la plenitud
de la Divinidad, porque todos habían nacido por medio de

la unión de un hombre y de una mujer; pero ahora nació
uno por medio de Creación Divina, llamado Jesús, nació en
Belén de Judea, y en ese cuerpo de carne habitó Dios en
toda Su plenitud. Por eso Jesús decía: “El Padre que mora
en Mí.” Y también en una ocasión dijo: “El Espíritu del
Señor está sobre mí.”
29. Así que el Padre... Padre, Hijo y Espíritu Santo estaba
en Jesús: eso es la plenitud de Dios habitando en un cuerpo

de carne. Por eso Jesucristo es la Persona más importante,
no solamente del planeta Tierra, sino del Universo comple-
to. Vean, dice:
“...En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,

a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo
30. ¿Ven? Dios por medio de Jesucristo, estando Jesucristo
en Su cuerpo angelical, y llamado el Ángel de Jehová, creó

Dios el Universo completo. “En el principio creó Dios los
Cielos y la Tierra.” ¿Cómo? Por medio de Su Hijo Jesucris-
to, estando Jesucristo en Su cuerpo angelical, llamado
también el Verbo que era con Dios y era Dios, porque Dios
estaba dentro de Él.
31. ¿Y para quién creó Dios por medio de Jesucristo
todas las cosas? Para Él. Jesucristo es el Heredero de todas

las cosas, a quien constituyó heredero de todo.
32. ¿No es acaso el más importante de toda la Creación,
Jesucristo? ¡Si es el Heredero de todo! Nadie más tiene

nada, el único que tiene es Jesucristo, Él es el Dueño de
toda la Creación. Y si es el Dueño de toda la Creación,
¿será el más importante de todos? No hay nadie más
importante. Todo le pertenece a Jesucristo.
33. Por lo tanto, Él es el único que tiene la vida eterna para
otorgarla a toda persona que quiere vivir eternamente con

Cristo en Su Reino. El que no quiera vivir con Cristo en Su
Reino eternamente, pues no tiene que recibir a Cristo como
su Salvador, no va a estar allá con Cristo.
34. Pero el que quiere vivir con Cristo en Su Reino por toda
la eternidad, entonces lo recibe como su Salvador, Cristo lo

recibe; la persona arrepentida de sus pecados los confiesa
a Cristo, Cristo lo perdona, y con Su Sangre preciosa lo
limpia de todo pecado, y la persona es bautizada en agua en
el Nombre del Señor Jesucristo. Cristo dijo: “Id por todo el
mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado.” [Marcos 16:15].

35. Así que todo ser humano en esta Tierra tiene dos
opciones: o creer, o no creer. Si no cree: es condenado, será

juzgado en el Juicio Final y será echado en el lago de
fuego, que es la segunda muerte, donde dejará de existir en
cuerpo, espíritu y alma, y será como si nunca hubiese
existido esa persona en la Tierra. Pero el que creyere y
fuere bautizado, será salvo y vivirá eternamente con Cristo
en Su Reino.
36. Ahora, podemos ver la bendición tan grande que hay en
creer en el Evangelio y recibir a Cristo como nuestro

Salvador personal. El que creyere y fuere bautizado, será
salvo; la persona será bautizada en agua en el Nombre del
Señor Jesucristo, y Cristo lo bautizará con Espíritu Santo y
Fuego, y así la persona habrá obtenido el nuevo nacimien-
to, habrá nacido en el Reino de Cristo, que es el Reino de
los Cielos, el cual es la Iglesia del Señor Jesucristo.
37. Cristo dijo a Nicodemo: “El que no nazca del Agua y
del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” Por lo

tanto, la persona que cree en Cristo como su Salvador, que
arrepentido de sus pecados los confiesa a Cristo, Cristo lo
limpia con Su Sangre preciosa, perdona sus pecados, es
bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y
Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y así la
persona habrá obtenido el nuevo nacimiento, habrá nacido
del Agua y del Espíritu; habrá nacido en el Reino de Cristo.
38. ¿Por qué se requiere un nuevo nacimiento? Porque
el nacimiento que hemos obtenido aquí en la Tierra a través

de nuestros padres terrenales, ha sido un nacimiento en un
reino mortal, corruptible y temporal; porque desde la caída
del ser humano en el Huerto del Edén, la raza humana
perdió la gloria de Dios, y la raza humana perdió la imagen
celestial de Dios, y por consiguiente la raza humana vino a

ser mortal.
39. Por lo tanto, nuestro nacimiento físico ha sido en una
raza caída, en una raza a la cual entró la muerte. Por lo

tanto, esta vida terrenal, ¿qué le ofrece al ser humano? Le
ofrece: nacer, le ofrece comer, dormir, crecer, luego más
adelante estudiar en la escuela, luego graduarse, ir a la
universidad, hacerse de una profesión (los que pueden
hacerse de una profesión), luego trabajar, casarse, tener
familia y después morir. ¿Ven? Por que la raza humana fue
juzgada y condenada a muerte por haber pecado contra
Dios.
40. ¿Y cómo podemos ser libertados de esa situación? Una
sola forma hay para el ser humano ser libertado y poder

vivir eternamente.
41. Nuestra estadía aquí en la Tierra es pasajera, y es una
experiencia única, no se repetirá esta experiencia; y es por

un propósito divino por el cual estamos nosotros en la
Tierra.
42. La raza humana tiene una angustia, se llama la angustia
existencial; porque no sabe de dónde ha venido, ni siquiera

sabe cómo ha venido, no sabe dónde está, ni porqué está
aquí, y no sabe a dónde va después que sus días aquí en la
Tierra terminan. La ciencia no ha podido descubrir de
dónde vino, porqué está aquí y hacia dónde va después que
se muere.
43. Y como muchas personas dicen: Si la ciencia no sabe,
pues nadie sabe. Pero hay Uno que sí sabe, se llama: El

Señor Jesucristo. Él dijo: “Salí de Dios y vuelvo a Dios,
salí del Padre y vuelvo al Padre.” Y Él dijo que donde Él
está... Él dijo al Padre: “Yo quiero que donde Yo estoy,
éstos también estén conmigo.”
44. Ahora, cuando la persona recibe a Cristo como su

Salvador, arrepentido de sus pecados, y lava sus pecados en
la Sangre de Cristo y es bautizado en agua en Su Nombre,
Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y la persona
nace de nuevo; y ya esa angustia existencial desaparece de
la persona, porque ya sabe que ha venido del Cielo, de
donde vino Jesús, y sabe que está aquí en la Tierra por un
propósito divino: para hacer contacto con Cristo, la vida
eterna, y confirmar su lugar en la vida eterna.
45. Cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador
estamos confirmando nuestro lugar en la vida eterna, en el

Reino de Jesucristo nuestro Salvador; por lo tanto, la
angustia existencial desaparece de nuestras almas, porque
ya sabemos lo que será después que termine nuestra vida
terrenal aquí en la Tierra.
46. Cuando una persona creyente en Cristo muere, lo que
muere es su cuerpo de carne, pero la persona sigue vivien-

do porque es alma viviente y tiene un cuerpo espiritual de
la sexta dimensión, y la sexta dimensión es el Paraíso; ese
es el Espíritu Santo que ha recibido: un cuerpo angelical de
la sexta dimensión, y va al Cielo a vivir a la sexta dimen-
sión, que es el Paraíso.
47. Es llevado por los ángeles de Dios, como fue llevado el
mendigo Lázaro al Seno de Abraham, que estaba antes en

cierto lugar, pero que ahora los santos en el Nuevo Testa-
mento van al Paraíso, que es la sexta dimensión, porque ya
la Sangre de Cristo está funcionando en el Nuevo Testa-
mento; y no cubre el pecado de las personas, sino que quita
el pecado de la persona, lo desintegra, y por consiguiente
regresa a su origen, que es el diablo; pero la persona queda
libre, queda justificada, como si nunca en la vida hubiese
pecado. Eso hace la Sangre de Cristo; por eso obtenemos la
victoria por medio de la Sangre de Jesucristo nuestro

Salvador.
48. Ahora, podemos ver quién es nuestro amado Señor
Jesucristo. Por eso en San Juan, capítulo 8, verso 56, Él

podía decir unas palabras que, para los que la escucharon,
para los que escucharon esas palabras, fue un escándalo y
una blasfemia, según ellos, pero no según Dios; porque la
verdad es la verdad, aunque muchas personas se escandali-
cen; aunque muchas personas no la entiendan, la verdad
sigue siendo la verdad; y aunque muchas personas rechacen
la verdad, continúa siendo la verdad; y aunque muchas
personas digan que es mentira, la verdad sigue siendo la
verdad. Cristo dijo: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la
Vida.”
49. Muchos, y sobre todo líderes religiosos, incluyendo el
sumo sacerdote, dijeron que era un hombre pecador,

dijeron que era un amigo de publicanos y de pecadores,
dijeron que era Beelzebú, dijeron que era samaritano y
tenía demonios (miren todas las cosas que dijeron). Pero
todavía Jesucristo sigue siendo, ¿qué? La Verdad; y los
mentirosos fueron aquellos líderes religiosos que dijeron
que Cristo era un impostor, era un farsante.
50. Y ahora, conforme a las Escrituras, los farsantes fueron
ellos y no Jesucristo. Jesucristo sigue siendo la única

Verdad.
51. Ahora, vean lo que dijo aquí, en San Juan, capítulo 8,
verso 54 en adelante... vamos a ver un poquito antes:

Capítulo 8, verso 47 en adelante, dice:
“El que es de Dios, las palabras de Dios oye...”
52. ¿Qué hacen los que son de Dios, los hijos de Dios?
Oyen la Palabra de Dios.

“El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto
no las oís vosotros, porque no sois de Dios.”

53. Así le habló Cristo a aquellos líderes religiosos y
aquellos fariseos y saduceos de aquel tiempo.

“Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No
decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes
demonio? (Miren, porque dice la verdad...)
Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a
mi Padre; y vosotros me deshonráis.
Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y
juzga.
De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi
palabra, nunca verá muerte.”
54. O sea, vivirá eternamente con Cristo en Su Reino;
aunque su cuerpo físico muera, Cristo ha prometido una

resurrección para todos los creyentes en Él; y para los que
queden vivos en este tiempo final, hasta que Cristo resucite
a los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados y
eternos, ¿entonces qué pasará con nosotros, si permanece-
mos vivos hasta ese momento? Seremos transformados, y
entonces tendremos un cuerpo eterno como el cuerpo
eterno y glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo; y
ya entonces no seremos físicamente mortales, sino inmorta-
les; tendremos el cuerpo que tanto hemos deseado: un
cuerpo que no tendrá ni una falla, que usted no le encontra-
rá ningún defecto. Pero hemos tenido que venir en este
cuerpo mortal, corruptible y temporal por una temporada.
Y Cristo dice: “En lo poco has sido fiel, en lo mucho te
pondré; entra en el gozo de tu Señor.”
55. Pero los que no son fieles, y no reciben a Cristo como
su Salvador, y no lavan sus pecados en la Sangre de Cristo,

y no son bautizados en agua en Su Nombre para recibir el
Espíritu Santo; esas personas pierden la oportunidad y el
derecho de recibir un cuerpo eterno para vivir por toda la

eternidad con Cristo en Su Reino. A los siervos que no han
sido fieles les dirá: “Siervo infiel: al fuego preparado para
el diablo y sus ángeles.” ¿Ven? Al lago de fuego. Ahora,
continuemos leyendo aquí:
“De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi
palabra, nunca verá muerte.
Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que
tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices:
El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.
¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el
cual murió? ¡Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti
mismo?
Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi
gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que
vosotros decís que es vuestro Dios.
Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si
dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros;
pero le conozco, y guardo su palabra.
Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi
día; y lo vio, y se gozó.”
56. ¿Cuándo lo vio? El día antes de la destrucción de
Sodoma y Gomorra le apareció Dios con Sus Arcángeles

Gabriel y Miguel, y comió con Abraham, y le reconfirmó
la promesa del hijo prometido. Y luego los Arcángeles
Gabriel y Miguel bajaron a Sodoma para sacar a Lot de
Sodoma, y traer la destrucción de Sodoma y Gomorra y las
ciudades cercanas.
“Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuen-
ta años, ¿y has visto a Abraham?
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que
Abraham fuese, yo soy.”
57. ¿Cómo era Cristo antes que Abraham? Cristo era

nada menos que el Ángel de Jehová, Cristo en Su cuerpo
angelical. Todavía no tenía el cuerpo de carne, porque el
cuerpo de carne fue el cuerpo que nació a través de la
virgen María; pero Él en el Antiguo Testamento tenía Su
cuerpo angelical, en el cual estaba Dios en toda Su pleni-
tud.
58. Ahora, podemos comprender porqué Pablo dice que
Jesucristo es la imagen del Dios invisible. Jesucristo en Su

cuerpo angelical es la imagen del Dios invisible; la imagen
es el cuerpo angelical; y la semejanza física terrenal del
Dios invisible es Jesucristo también, en Su cuerpo físico de
carne, en el cual estuvo en medio del pueblo hebreo; cuerpo
que luego fue transformado y está en el Cielo.
59. Ahora, vean lo que sucedió:
“Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero

Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en
medio de ellos, se fue.”
60. ¿Ven? Jesús no podía hablar estas cosas tan grandes,
estas revelaciones tan grandes, con gente que no tenían el

entendimiento de estas cosas; no conocían al Dios Creador
de los Cielos y de la Tierra; no conocían que Él, por medio
del Verbo que era con Dios y era Dios, el cual es Cristo en
Su cuerpo angelical, creó los Cielos y la Tierra; y no sabían
que allí estaba, en Jesús, el Dios de Abraham, de Isaac y de
Jacob; el Dios del pueblo hebreo estaba allí en Jesús en
toda Su plenitud.
61. Por lo tanto, Cristo no podía hablar con gente fanática
religiosas; se necesita gente que no sean fanáticos religio-

sos, que puedan escuchar la Voz de Dios y puedan recibir
la revelación de Dios. El fanatismo religioso es un obstácu-
lo para las personas poder comprender la Palabra de Dios,
para poder comprender todo el Programa Divino y conocer

al Dios Creador de los Cielos y de la Tierra.
62. Por lo tanto, para poder comprender todo el Programa
de Dios no se necesitan fanáticos religiosos, sino personas

realistas, que escuchan la Voz de Dios, la Palabra de Dios,
y abren su corazón a la Palabra de Dios, y Cristo les abre el
entendimiento para poder comprender las Escrituras que Él
está abriéndole al pueblo.
63. Ahora, hemos visto quién es nuestro amado Señor
Jesucristo: Él es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, el

que libertó al pueblo hebreo y luego vino en carne humana
en medio del pueblo hebreo; y el pueblo que lo estaba
esperando, lo rechazó. Pero hubo un propósito en eso: era
el propósito de la Redención, en el cual Jesucristo tenía que
morir por usted y por mí.
64. Así que, gracias a Dios porque el pueblo hebreo rechazó
a Cristo, y Cristo murió en la Cruz del Calvario por mí. ¿Y

por quién más? Por todos ustedes también, y por el pueblo
hebreo también. Ellos todavía no saben que mataron el velo
de carne de Dios, el cuerpo físico de Dios, donde Dios
estaba habitando en toda Su plenitud.
65. Por eso San Pablo en Primera de Timoteo, capítulo 3,
verso 15, dice: “Sin contradicción...” Vamos a ver... es algo

que no tiene contradicción. Y nos habla ahí del misterio de
Dios en Cristo:
“E indiscutiblemente (o sea, eso es ‘sin contradicción’)
grande es el misterio de la piedad (o sea, grande es el
misterio de Dios):
Dios fue manifestado en carne (¿en quién? En
Jesucristo),
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,

Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.”
66. Todo eso dice de Dios. Fue recibido arriba en gloria
cuando ascendió al Cielo Jesucristo. Jesucristo es el velo de

carne donde Dios estaba habitando, y a través del cual Dios
estaba hablándole al pueblo hebreo. “Y en estos Postreros
Días Dios nos ha hablado por Su Hijo,” dice Pablo en
Hebreos, capítulo 1, verso 1 al 3, lo cual ya leímos. Tam-
bién dice Pablo, ahí en ese mismo pasaje, dice:
“...El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la
imagen misma de su sustancia.”
67. ¿Ven? ¿Quién es la imagen misma de Su sustancia?
Cristo. Cristo en Su cuerpo angelical es la imagen de Dios.

“... y quien sustenta todas las cosas con la palabra de
su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros
pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la
Majestad en las alturas (se sentó en el Trono de Dios).”
68. Y es la primera ocasión en que un cuerpo físico, pero
glorificado, se sienta en el Trono de Dios.

69. Y ahora, podemos ver también en Colosenses, donde
nos habla acerca de Cristo, en el capítulo 1, verso 12 en

adelante, dice:
“...Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos
para participar de la herencia de los santos en luz;
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y
trasladado al reino de su amado Hijo,
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de
pecados.
El es la imagen del Dios invisible...”
70. ¿Quién es la imagen del Dios invisible? Jesucristo,
Jesucristo en Su cuerpo angelical. Y la semejanza física del

Dios invisible es Jesucristo en Su cuerpo físico, en Su

cuerpo de carne, el cual ya está glorificado y está sentado
en el Trono celestial de Dios.
“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de
toda creación.
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que
hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para
él.”
71. ¿Por medio de quién Dios creó todas las cosas: el
mundo invisible y el mundo visible? Por medio de

Jesucristo, por medio de Jesucristo: la imagen del Dios
invisible, por medio de Jesucristo en Su cuerpo angelical.
“...Todo fue creado por medio de él y para él.”
72. Toda la Creación, Dios la creó por medio de Jesucristo
para Jesucristo; porque en Jesucristo, Dios está en toda Su

plenitud.
“Y él es antes de todas las cosas...”
73. ¿Ven? Jesucristo es antes de todas las cosas, Jesucristo
es antes de toda la Creación.

“Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en
él subsisten.”
74. Sin Cristo dejan de existir las cosas, con Cristo conti-
núan existiendo las cosas, porque Él es el que sustenta

todas las cosas.
“... y todas las cosas en él subsisten;
y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es
el principio, el primogénito de entre los muertos, para que
en todo tenga la preeminencia;
por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda
plenitud,
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas,

así las que están en la tierra como las que están en los
cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños
y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora
os ha reconciliado.”
75. La reconciliación del ser humano con Dios es a través
de Cristo, es Jesucristo el que reconcilia al ser humano con

Dios, y hace la paz entre Dios y el ser humano. Por eso esa
paz que Cristo dijo: “Mi paz os dejo, mi paz os doy; no
como el mundo la da, yo os la doy,” es la paz de Dios, es la
paz entre Dios y el ser humano.
76. Y ahora, el capítulo 2, verso 9 al 10 dice, de esta misma
carta de Colosenses, dice San Pablo:

“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de
la Deidad (¿en quién? En Jesucristo)
y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de
todo principado y potestad.
En él también fuisteis circuncidados con circuncisión
no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecamino-
so carnal, en la circuncisión de Cristo;
sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis
también resucitados con él, mediante la fe en el poder de
Dios que le levantó de los muertos.
Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la
incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con
él, perdonándoos todos los pecados.”
77. Todo eso en Cristo. Por lo tanto, la única Esperanza
nuestra es Jesucristo nuestro Salvador; fuera de Jesucristo

no hay esperanzas para ninguna persona, y mucho menos
de vida eterna.
78. Ahora, vean cómo San Pablo dice en el capítulo 3 de
Colosenses, también dice... verso 1 en adelante:

“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las
cosas de arriba (o sea, las celestiales), donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la
tierra.”
79. Nuestra esperanza no está en la profesión que podamos
tener, no está en nuestra posición social o económica, no

está en el dinero, sino que está en Jesucristo, Él es nuestro
futuro.
80. Cualquier persona que coloque su vista y su futuro en
las cosas de la Tierra, descubrirá al final que todo era

vanidad, todo es pasajero. Cuando muere la persona no se
puede llevar ni el auto, ni se puede llevar la casa, ni se
puede llevar el dinero, ni se puede llevar su profesión: no
va a llegar a la dimensión donde le toque ir; porque hay
solamente dos dimensiones: está la quinta dimensión, que
es el infierno, para los que no reciben a Cristo como su
Salvador, porque no quieren estar con Cristo, pues Cristo
no los va tener allá; y la sexta dimensión, que es el Paraíso,
que es la dimensión donde van los creyentes en Cristo.
81. Ahora, ninguna persona llega a una de esas dimensiones
a decir: “Yo soy el abogado fulano de tal, o el doctor fulano

de tal, o el político fulano de tal”; ahí no vale nada de eso.
82. A la quinta dimensión, cuando van allá, lo que entra es
un incrédulo, un pecador que no recibió a Cristo como su

Salvador. Y los que mueren y son creyentes en Cristo,
cristianos, van al Paraíso, y allá entró un cristiano, un
creyente en Cristo. ¿Ven? Así que no valen los títulos
cuando la persona termina su vida terrenal. Si es un
creyente en Cristo, lo que vale es que fue un creyente en
Cristo, otra cosa no tiene valor.
83. Ahora, continuemos leyendo, dice... Por eso dice:

“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las
cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de
Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la
tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida
con Cristo en Dios.
Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste (o sea, eso
es la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia), entonces
vosotros también seréis manifestados con él en gloria.”
84. Entonces nosotros seremos transformados, los muertos
en Cristo resucitados en cuerpos glorificados, y entonces

todos seremos manifestados en gloria, en cuerpos glorifica-
dos, con Cristo nuestro Salvador; y todos entonces tendre-
mos un cuerpo igual al cuerpo glorificado de Jesucristo,
nuestro Salvador; y entonces podremos ir con Cristo a la
Casa de nuestro Padre Celestial, a la Gran Fiesta de la Cena
de las Bodas del Cordero, que durará tres años y medio.
85. Y mientras estemos con Cristo en el Cielo, en la Cena
de las Bodas del Cordero, disfrutando las bendiciones

celestiales, y con cuerpos eternos y jóvenes para toda la
eternidad, la humanidad estará pasando por la gran tribula-
ción, que son tres años y medio, donde los juicios divinos
caerán sobre la raza humana. Y todos los que no recibieron
a Cristo como su Salvador tendrán que enfrentarse al juicio
divino.
86. Muchas personas pueden decir: “Hace años y siglos
están predicando que viene el juicio divino, y no ha

venido.” ¡Gracias a Dios que no ha venido todavía! Mien-
tras no haya comenzado el juicio divino sobre la raza
humana, hay oportunidad de salvación para las personas;
pero cuando Cristo complete Su Iglesia, por lo cual el

juicio divino se ha detenido, está aguantado... porque Dios
no puede destruir al justo con el injusto, Él no puede
destruir a todas esas personas que tienen sus nombres
escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; por
lo tanto, Él tiene que llamarlos por medio del Evangelio, y
colocarlos ¿dónde? En Su Iglesia, con vida eterna.
87. Eso es Cristo, el Buen Pastor, en Espíritu Santo en
medio de Su Iglesia, llamando y juntando Sus ovejas; y Sus

ovejas oyen Su Voz y le siguen; porque el que es de Dios,
la Voz de Dios oye. Y las ovejas de Dios que le han sido
dadas a Cristo, son de Dios, y por consiguiente escuchan la
Voz de Dios, la Voz de Dios por medio del Espíritu Santo
en medio de Su Iglesia, de edad en edad, hablando por
medio del Mensajero correspondiente a cada edad.
88. Y en cada edad o etapa de la Iglesia, Cristo en Espíritu
Santo ha estado llamando y juntando Sus escogidos a través

de la predicación del Evangelio, y han estado creyendo y
siendo bautizados millones de seres humanos a través de
estos dos mil años, aproximadamente, que van de Cristo
hasta este tiempo en que vivimos.
89. Eso es Cristo en Espíritu Santo, el que muestra las cosas
que sucederán. Así como lo hizo en el Antiguo Testamento,

por los Profetas del Antiguo Testamento, mostrando las
cosas que sucederían. Vean, aquí en Isaías, capítulo 42,
dice... dice Dios en Isaías, capítulo 42, verso 9 (8 al 9),
dice:
“Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi
gloria, ni mi alabanza a esculturas.
He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio
cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré
notorias.”
90. ¿Quién es el que anuncia, el que muestra las cosas

que han de suceder antes de suceder? El Dios de Abra-
ham, de Isaac y de Jacob. ¿Cómo lo hace? Veamos en
Zacarías, capítulo 7, verso 11 al 12, cuando le hablaba al
pueblo hebreo y no querían escuchar; vean cómo le hablaba
(era por medio de los Profetas), veamos:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la
espalda, y taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la
ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por
su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por
tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
91. Ahora, ¿cómo le hablaba Dios al pueblo hebreo?
Dice:
“Y pusieron su corazón como diamante, para no oír la
su Espíritu, por medio de los profetas primeros.”
92. Dios por medio de Su Espíritu Santo, Dios por medio
del Ángel de Jehová, Dios por medio de Cristo en Su

cuerpo angelical, hablaba a través de los Profetas; por eso
los Profetas veían al Ángel de Jehová. Era el Ángel de
Jehová en el cual estaba Dios usando los Profetas del
Antiguo Testamento, hablando a través de ellos; no eran las
palabras de un hombre, sino la Palabra de Dios por medio
del Ángel de Jehová a través de los Profetas, y después
habló por medio de Jesucristo al estar en carne humana.
93. Ahora, podemos ver quién es el que anuncia, el que
muestra, las cosas que sucederán.

94. Y ahora, en Isaías también, en el capítulo 54, vamos a
ver, verso 13, dice:

“Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se
multiplicará la paz de tus hijos.”
95. Cuando las personas son enseñadas por Dios se multi-

plica la paz para las personas. Este fue el pasaje que Cristo
utilizó en una ocasión, cuando en el capítulo 6 de San Juan,
verso 45, le dijeron: “Tú siendo hombre, te haces Dios.”
Vamos a ver:
“Murmuraban entonces de él los judíos (verso 41 en
adelante), porque había dicho: Yo soy el pan que descendió
del cielo.
Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre
y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del
cielo he descendido?
Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre voso-
tros.
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no
le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados
por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió
de él, viene a mí.
No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino
de Dios; éste ha visto al Padre.
De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene
vida eterna.
Yo soy el pan de vida.”
96. Ahora, podemos ver ahí cómo Cristo toma ese pasaje de
Isaías y muestra que todos serán enseñados de Dios; y para

Dios enseñar tiene que usar un hombre, un instrumento. Así
como usó a los Profetas del Antiguo Testamento, Dios
enviando a Su Espíritu Santo, enviando al Ángel de Jehová,
y usando a esos Profetas, ahora el Ángel de Jehová está
dentro del cuerpo de carne llamado Jesús, y por consiguien-
te Dios está ahí en toda Su plenitud, y está Dios hablando
por medio de Jesús.
97. El Dios que habló por medio de los profetas, dice

Pablo, ahora nos ha hablado por medio de Su Hijo. Por eso
Cristo decía: “Las palabras que yo hablo, no las hablo de
mí mismo; el Padre que mora en mí, Él hace las obras, Él
me muestra qué yo debo hablar, qué yo debo decir y qué yo
debo hacer.”
98. Así como su cuerpo físico no habla de sí mismo, ningún
cuerpo físico habla de sí mismo. Es el alma de la persona

el que habla a través de su espíritu, y el espíritu de la
persona a través del cuerpo. Por eso la persona, cuando va
hablar, primero le llega al pensamiento lo que va hablar;
eso es el alma transmitiendo a la mente, al espíritu de la
persona, lo que debe a hablar; y entonces lo que piensa,
entonces eso lo ordena al cuerpo que lo hable, y el cuerpo
lo habla; pero es el alma de la persona hablando a través de
ese velo de carne.
99. Ahora, así era como Dios hablaba a través de los
Profetas y a través de Jesucristo, y a través de San Pedro y

los apóstoles, y a través de los ángeles mensajeros, de edad
en edad. Y para este tiempo final, así estará hablando a
través de Su Ángel, el Ángel del Señor Jesucristo.
100. Cristo ha estado usando Mensajeros, porque Su cuerpo
de carne fue glorificado y está sentado en el Trono a la

Diestra del Poder de Dios.
101. Y ahora, Él ha estado usando velos de carne, como los
Apóstoles San Pedro y demás apóstoles, y luego San Pablo

y los demás ángeles mensajeros. Y para este tiempo final
está prometido que usará a Su Ángel Mensajero, a través
del cual estará dando a conocer todas las cosas que deben
suceder pronto.
102. Ahora, ¿quién será el que estará hablando? Vamos a
ver, ¿quién será el que estará revelando todas esas cosas

que deben suceder pronto, en este tiempo final? Vamos a

ver aquí, que lo diga el mismo Jesucristo, nuestro Salvador:
En el capítulo 14 de San Juan, verso 26, dice Cristo:
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el
Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las
cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
103. ¿Quién es el encargado de enseñarle a la Iglesia de
Jesucristo, y por consiguiente, a todo ser humano, todas

las cosas que deben ser conocidas acerca de Dios? El
Espíritu Santo.
cosas.”
104. El mismo Espíritu Santo que en el Antiguo Testamento
enseñaba a través de los Profetas.

105. Hay solamente un Maestro: El Espíritu Santo. Dios por
medio de Su Espíritu Santo es el que enseña a Su pueblo;

y todos son, serán enseñados por Dios.
106. Así ha sido de etapa en etapa, de edad en edad; así fue
a través de Jesucristo, así fue a través de San Pedro y los

apóstoles, así fue a través de cada ángel mensajero, y así es
para este tiempo final.
107. Hay un sólo Maestro: El Espíritu Santo, el cual es
Cristo en Espíritu Santo.

108. Cristo dijo: “Estaré con vosotros hasta el fin del
mundo.” Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia.

109. Ahora, en el capítulo 15 del Evangelio según San Juan,
verso 26, dice:

“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os
enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede
del Padre, él dará testimonio acerca de mí.”
110. O sea, que estará dando testimonio acerca de Cristo, y
eso es el Espíritu Santo ungiendo a los apóstoles y a los

ángeles mensajeros, y hablando a través de ellos, y trayen-
do el Mensaje del Evangelio de la Gracia.
111. La predicación del Evangelio de la Gracia es el Testi-
monio que el Espíritu Santo da de Jesucristo, donde

muestra que Jesucristo es el Cordero de Dios que quitó el
pecado del mundo, el que murió en la Cruz del Calvario
por ustedes y por mí, y con Su Sacrificio Él nos salvó; Su
Sangre nos limpia de todo pecado.
112. Y ahora, ese es el testimonio que el Espíritu Santo da
acerca de Jesucristo, y Su testimonio es verdadero.

113. Ahora, veamos aquí en San Juan, capítulo 16, versos 12
en adelante, donde dice (12 al 15):

“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no
las podéis sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará
a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta,
sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las
cosas que habrán de venir.”
114. ¿Quién es el que hará saber las cosas que habrán de
venir? El Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo en medio

de Su Iglesia.
“El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo
hará saber.
Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que
tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
115. Todas las cosas que los apóstoles predicaron fueron, no
las palabras de hombres, sino la Palabra de Dios por medio

de Su Espíritu Santo a través de los apóstoles y a través de
los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la
Iglesia; y así será para este tiempo final; porque para este
tiempo final la promesa es, en Apocalipsis, capítulo 4:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán

después de estas.”
116. ¿Quién estará dando a conocer esas cosas que
sucederán después de estas? En Apocalipsis, capítulo 22,

verso 6, dice:
suceder pronto.”
117. ¿Ven? Por medio del Ángel del Señor Jesucristo son
mostradas todas estas cosas que deben suceder pronto.

118. ¿Y no era el Espíritu Santo el enviado para dar a
conocer las cosas que iban a suceder? Claro que sí.

119. ¿Y cómo aparece este Ángel enviado por el mismo
Cristo, para dar a conocer todas las cosas que han de

suceder? Porque en ese Ángel estará el Espíritu Santo
dándonos a conocer todas las cosas, todas las cosas que
deben suceder pronto.
120. Apocalipsis 22, verso 16, dice: “Yo Jesús he enviado mi
ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

121. ¿Ven? Esa es la forma en el Nuevo Testamento para
obtener el conocimiento de todas las cosas que deben

suceder pronto.
122. Apocalipsis, capítulo 1, también da testimonio de esto,
cuando dice: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio,

para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder
pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel.”
123. Ese Ángel es el mismo Ángel de Apocalipsis, capítulo
7, del cual dice la Escritura, dice Apocalipsis 7, verso 2:

“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el
sol, y tenía el sello del Dios vivo.”
124. ¿Cuál es el Sello del Dios vivo? El Espíritu Santo. Es
el Ángel que viene con el Espíritu Santo en el Día Postrero.

125. En Efesios, capítulo 4, verso 30, San Pablo dice: “Y no
contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis

sellados para el día de la redención.”
126. O sea, para el Día en que Cristo resucitará los muertos
creyentes en Él en cuerpos glorificados y nos transformará

a nosotros los que vivimos, y entonces todos tendremos un
cuerpo glorificado: ese es el Día de Redención, la reden-
ción del cuerpo, esa es la Adopción, la redención del
cuerpo, donde seremos transformados; y entonces seremos
inmortales y seremos restaurados a la vida eterna física
también.
127. Ahora, este Ángel viene con el Sello del Dios vivo, y
veamos para qué es que viene [Apocalipsis 7:2]:

“Y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los
cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de
hacer daño a la tierra y al mar,
diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los
árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los
siervos de nuestro Dios.
Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro
mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.
De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de
Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil
sellados (y sigue enumerando doce mil sellados de cada
tribu).”
128. Ese Ángel del Señor Jesucristo viene con el Espíritu
Santo, con el Sello del Dios vivo, para llamar y juntar

ciento cuarenta y cuatro mil hebreos (doce mil de cada
tribu) cuando se haya completado la Iglesia del Señor
Jesucristo.
129. La Iglesia del Señor Jesucristo no es este grupo de
ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. Este grupo de ciento

cuarenta y cuatro mil hebreos van a pasar por la gran
tribulación y van a morir en la gran tribulación; pero los
escogidos de la Iglesia de Jesucristo van a ser transforma-
dos en este tiempo final, y vamos a ir con Cristo a la Cena
de las Bodas del Cordero.
130. Este Ángel que viene con el Sello del Dios vivo (prime-
ro estará en medio de la Iglesia), es el Ángel del Señor

Jesucristo a través del cual Cristo en Espíritu Santo estará
manifestado dandónos a conocer todas estas cosas que
deben suceder pronto, en este tiempo final. Porque es
Cristo en Espíritu Santo el que revela, el que muestra las
cosas que sucederán; y para este tiempo final tendrá el
último de los Profetas, que será un Profeta dispensacional,
será el Profeta más grande después del Señor Jesucristo,
este será el segundo Profeta más grande de todos los
Profetas de Dios.
131. Recuerden que los últimos son primeros y los primeros
son últimos, los postreros primeros y los primeros postre-

ros.
132. Ahora, ese Ángel del Señor Jesucristo será un miembro
de la Iglesia del Señor Jesucristo. El Rvdo. William

Branham hablando de este Ángel, dijo que ese Ángel que
le dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis es un
Profeta. Y ese Ángel estaba en el tiempo de Juan; eso fue
por el año 95 (por ahí), 95 al 96; durante unos dos años
estuvo dándole a Juan el Apóstol esta revelación del
Apocalipsis.
133. Ahora, ¿cómo es posible esto: que casi mil novecientos
y algo de años atrás ya este Profeta, el Ángel del Señor

Jesucristo, estaba dándole a Juan el Apóstol la revelación
del Apocalipsis? Así como fue posible que Cristo fuera
antes que Abraham.

134. Cristo en Su cuerpo angelical fue el que libertó al
pueblo hebreo, el que le dio la Ley al pueblo hebreo en el

Monte Sinaí, el que guió al pueblo hebreo; fue el Ángel en
el cual estaba el Nombre de Dios, y cuando se hizo carne
dijo: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.”
135. Vean, en Éxodo, capítulo 23, Dios habla acerca de Su
Ángel, y dice: Capítulo 23, verso 20 en adelante:

“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te
guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he
preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebel-
de; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi
nombre está en él.”
136. ¿Dónde estaba el Nombre de Dios? En el Ángel. Por
eso cuando Moisés le preguntó al Ángel de Jehová: “¿Cuál

es tu Nombre?” El Ángel le dijo cuál era Su Nombre al
darle cuatro consonantes, que es la ‘Y,’ la ‘H,’ la ‘W,’ y la
‘H.’ O sea, cuatro consonantes: Y H W H; y le han añadido
otras letras para que - para poder pronunciar un nombre;
pero con todo y eso no han logrado todavía pronunciar ese
nombre correctamente; pero Moisés escuchó ese Nombre.
137. Ahora, Cristo dijo: “Yo he venido en Nombre de mi
Padre.” En Él estaba el misterio del Nombre de Dios.

138. Ahora, ya que hablamos de este Nombre, vean, el Ángel
de Jehová es el que lo tiene. Sigue diciendo:

“Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que
yo te dijere...”
139. Vean: “Si oyeres Su Voz (la Voz del Ángel), e hicieres
todo lo que yo te dijere.”

140. ¿Y cómo va Dios a hablar? Por medio del Ángel, por
medio del Ángel es que Dios estaría hablando; y el Ángel

le estaría hablando a Moisés y estaría hablando a través del

Profeta Moisés.
“Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que
yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los
que te afligieren.
Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la
tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del
heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.”
141. El pueblo que oye la Voz de Dios a través de Su
Ángel, es un pueblo que tiene la protección de Dios,

Dios está con ese pueblo. Dice: “Y afligiré a los que te
afligieren.” O sea, que los defenderá; y se cumple lo que
Dios prometió a Abraham, a Isaac y a Jacob: “El que te
bendiga será bendito, y el que te maldiga será maldito.”
142. Ahora, en el Nuevo Testamento, miren aquí lo mismo,
Dios dijo acá en lo que leímos:

preparado.”
143. Ahora veamos en el Nuevo Testamento lo que sucede:
Apocalipsis, capítulo 22, verso 16: “Yo Jesús he enviado

mi ángel...”
144. Y ahora, así como Dios en el Antiguo Testamento envió
Su Ángel, ahora Jesucristo en el Nuevo Testamento dice

que ha enviado Su Ángel. Así como Dios en el Antiguo
Testamento colocó Su Nombre, ¿dónde? En Su Ángel, el
Ángel de Jehová...
145. Ahora, vamos a ver aquí, con relación a esto que Cristo
nos dice. Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, dice:

“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de
mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el
nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios,
la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios,

y mi nombre nuevo.”
146. Lo mismo que Dios hizo con Su Ángel, con Su Ángel
en el Antiguo Testamento, que colocó Su Nombre en Su

Ángel, ahora Cristo dice que Él escribe el Nombre de
nuestro Dios y el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y
Su Nombre Nuevo, lo escribe sobre el Vencedor: ese es el
Ángel del Señor Jesucristo. Ese es un misterio, como fue
un misterio el Ángel de Jehová en el Antiguo Testamento
y el Nombre de Dios en el Ángel de Jehová.
147. Ahora, en el Ángel del Señor Jesucristo estará el que
muestra las cosas que han de suceder, estará ¿quién? El

Espíritu Santo, que es el único que conoce todas las cosas
de Dios. “Nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu
de Dios,” y nos las ha revelado por Su Espíritu. Vamos a
ver, esto está por aquí en Primera de Corintios, capítulo 2.
San Pablo hablando en el capítulo 2, verso 9 en adelante
dice:
“Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;
porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de
Dios.
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del
hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así
tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu
de Dios.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo
que Dios nos ha concedido.”
148. Para así conocer todas las cosas que Dios nos ha dado,
nos ha concedido, y conocer todas las cosas que deben
suceder.
149. Ahora, en Romanos también nos dice San Pablo, en el
capítulo 11 de Romanos, versos 33 en adelante:

“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de
la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e
inescrutables sus caminos!
Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién
fue su consejero?
¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recom-
pensado?
Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A
él sea la gloria por los siglos. Amén.”
150. Ahora, ¿quién entendió la Mente de Dios? ¿Quién
conoció la Mente de Dios? El Espíritu de Dios, que es el

Ángel de Jehová, que es el Varón vestido de lienzo con el
tintero en su cintura, de Ezequiel, capítulo 9. Ese es Cristo
en Su cuerpo angelical.
151. Todas las cosas le han sido transmitidas a Cristo, Cristo
es el que conoce todas las cosas de Dios, y Él es el único

que puede dar a conocer todas las cosas de Dios.
152. Y Cristo en Espíritu Santo está en medio de Su Iglesia,
de etapa en etapa, dando a conocer lo correspondiente a

cada tiempo a través de los apóstoles y de los siete ángeles
mensajeros de las siete edades. Y para este tiempo final
Cristo dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros
testimonio de estas cosas en las iglesias.”
153. Ese es el Ángel que viene con la revelación de Jesucris-
to, y viene con el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, en

medio de la Iglesia de Jesucristo, para darle a conocer, para
mostrarle, todas las cosas que deben suceder.
154. Ahora, encontramos que toda revelación divina tiene

que venir a un Profeta, así ha sido de etapa en etapa.
“Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su
secreto a sus siervos los profetas.” (Amós, capítulo 3,
verso 7).
155. Y en Deuteronomio, capítulo 18, versos 15 en adelante,
Dios estableció la forma en que Él hablaría a Su pueblo.

Dice, capítulo 18, verso 15 al 19, hablando el Profeta
Moisés:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo,
te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.”
156. ¿A quién dice el Profeta Moisés que hay que escu-
char? Al Profeta que Dios envía. Y aquí esta profecía se

cumple plenamente en Cristo en Su Primera Venida y en
Su Segunda Venida. Por consiguiente, parcialmente se
cumple en los Profetas del Antiguo Testamento, luego en
Cristo en toda su plenitud, luego en los apóstoles, y luego
en los siete ángeles mensajeros, y luego en el Ángel del
Señor Jesucristo.
157. ¿Y por qué hay que escuchar al Profeta que Dios
envía? Porque en ese Profeta viene el Espíritu Santo

hablándole a Su pueblo. Vamos a verlo aquí. Dice:
“Conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en
Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír
la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego,
para que no muera.
Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han
dicho.
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos,
como tú; y pondré mis palabras en su boca.”
158. ¿Dónde Dios coloca Sus Palabras, que Él quiere que
Su pueblo escuche? Las coloca en la boca del Profeta que

Él envía; y a través de ese Profeta Él muestra las cosas que

han de suceder.
“... y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará
todo lo que yo le mandare.”
159. ¿Qué habla un Profeta enviado por Dios? Lo que
Dios le manda a hablar. Dios coloca en el alma, en el

corazón, la mente y la boca de ese Profeta, la Palabra
Divina, la Palabra Creadora de Dios, para que ese profeta
la hable; y eso es un Profeta, un hombre, hablando ungido
con el Espíritu Santo; por lo tanto, eso es Dios por medio
de Su Espíritu Santo hablando a través de un hombre, a
través de un Profeta; y esa Palabra es la Palabra de Dios.
Así ha venido toda la Palabra de Dios: La Biblia, por medio
de Profetas, de hombres de Dios.
160. Ahora, hay personas que siempre dicen: “Yo no estoy
interesado en cosas espirituales, cosas religiosas, yo no

estoy interesado en escuchar a un hombre.” Puede la
persona decir lo que quiera, porque toda persona tiene libre
albedrío, puede escuchar o no escuchar.
161. ¿Y qué pasará con los que no quieren escuchar?
Vean lo que dice:

“Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él
hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”
162. Se las tendrá que arreglar con Dios, Dios le va a pedir
cuenta en el Juicio Final, lo va a juzgar, y por incrédulo lo

va a echar en el lago de fuego, porque no quiso escuchar la
Voz de Dios a través de un Profeta.
163. Pero aquellos que escuchan reciben las bendiciones de
Dios. “Si oyes hoy su voz, no endurezcas tu corazón.” Ya

sabes cómo es que Él estuvo hablando en tiempos pasados:
Dios por medio de Su Espíritu Santo a través de los
Profetas, estuvo hablando. Los que no quisieron escuchar
a esos Profetas, no quisieron escuchar a Dios; los que

escucharon a esos Profetas, estaban escuchando a Dios
hablando a través de esos Profetas.
164. Los que no quisieron escuchar a Jesucristo, no quisieron
escuchar a Dios que estaba hablando a través de Jesucristo;

los que escucharon a Jesucristo, estaban escuchando a Dios
hablando a través de Jesús, y ellos recibieron la bendición
de Dios.
165. Los que no quisieron recibir a los profetas, no quisieron
recibir a Dios; los que no quisieron recibir a Cristo, no

quisieron recibir a Dios que estaba en Cristo; y los que no
recibieron a los Profetas, no quisieron recibir a Dios que
estaba en los Profetas.
166. Pero los que los recibieron tuvieron la bendición que
dice: “El que recibe a profeta, en nombre de profeta,

recompensa de profeta recibe.” Recibe toda la bendición de
Dios que Él trae en ese Profeta para el pueblo, la cual es
hablada por Dios a través de ese Profeta.
167. Ahora, esta Escritura donde dice que cualquiera que no
quisiera escuchar, Dios le pedirá cuenta, también la cita

San Pedro en el capítulo 3 del libro de los Hechos; y dice
(verso 22 en adelante):
“Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro
Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos,
como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable;
y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarrai-
gada del pueblo (pierde el privilegio de pertenecer al
pueblo de Dios, es desarraigado del pueblo).”
168. Por lo tanto, también, si tiene su nombre escrito en la
sección del Libro de la Vida es borrado de esa sección

también, y pierde el derecho a vivir eternamente; porque no
quiso escuchar, no a un hombre, sino a Dios que estaba
hablando a través de ese hombre.

169. Ahora, para este tiempo final tenemos grandes prome-
sas de cosas grandes y maravillosas que Dios va hablar a

Su pueblo, a Su Iglesia, las cuales le traerán grandes
bendiciones del Cielo.
170. Ahora, veamos lo que nos dice el Rvdo. William
Branham en el libro de “Los Sellos,” página 128: dice en

uno de los párrafos, por el centro de la página:
“Ahora, los siete Truenos de Apocalipsis, permitirán
que Él muestre a la Novia cómo prepararse para obtener
esa gran fe de traslación.”
171. La fe para ser transformados y llevados con Cristo a la
Cena de las Bodas del Cordero viene, es dada, a través de

los Siete Truenos de Apocalipsis 10. Y los Siete Truenos de
Apocalipsis, capítulo 10, es la Voz de Cristo, el Ángel
Fuerte descendiendo del Cielo, es la Voz del Ángel de
Jehová, del Ángel del Pacto, de Cristo. Y estará clamando
como cuando ruge un León. Eso nos habla de un Mensaje
dispensacional que estará siendo proclamado por Cristo, el
Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová. Y para eso tendrá un
velo de carne a través del cual estará hablándonos ese
Mensaje, estará clamando como cuando ruge un león, y
Siete Truenos emitiendo Sus voces.
172. ¿Y cuál es el misterio grande contenido en los Siete
Truenos? ¿Cuál es el misterio grande que dan a conocer

los Siete Truenos, la Voz de Cristo hablando en forma
consecutiva en el Día Postrero, por medio de Su Ángel
Mensajero? Porque ése es el último Profeta, y es dispensa-
cional, y por consiguiente viene con un Mensaje dispensa-
cional. Y el único Mensaje dispensacional que está prome-
tido para ser traído en este tiempo final es el Mensaje del
Evangelio del Reino.
173. Y con el Mensaje del Evangelio del Reino, que es la

Voz de Cristo clamando como cuando un león ruge, y Siete
Truenos emitiendo sus voces, hablándonos por medio de un
hombre, de un Profeta dispensacional, por medio del Ángel
del Señor Jesucristo, estará abriéndonos el misterio del
Séptimo Sello, el Misterio de la Segunda Venida de Cristo.
174. Ese es el misterio más grande en el Cielo, el cual en
Apocalipsis, capítulo 8, verso 1, cuando fue abierto, hubo

silencio en el Cielo como por media hora.
175. Es el misterio que ni los ángeles conocían, es el miste-
rio que ni el Hijo del Hombre conocía en aquellos días en

que Jesús estuvo en la Tierra, pero luego, cuando ya fue
transformado y ascendió al Cielo, sí lo supo. Pero es un
misterio que la humanidad no ha conocido, es un misterio
que ni lo teólogos saben lo que es, es un misterio que ni los
ángeles conocen; ese es el misterio de la Segunda Venida
de Cristo, prometido para ser dado a conocer a la Iglesia
del Señor Jesucristo.
176. Y eso es lo que le da a la Iglesia de Jesucristo en el Día
Postrero la fe, la revelación, para ser transformados y

llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Esa
es la fe, la revelación, que la Iglesia-Novia de Jesucristo, en
el Día Postrero, estará esperando.
177. Y para ser dada una revelación a la Iglesia, veamos
cómo tiene que venir toda revelación a la Iglesia del Señor

Jesucristo... Si no viene en esa forma, no es una revelación
de Dios, es cualquier cosa menos una revelación de Dios;
pueden ser conjeturas humanas, de sabiduría humana, de
interpretaciones teológicas; pero toda revelación divina
tiene un Orden para venir al pueblo de Dios. No puede
venir por teólogos, no puede venir por doctores en divini-
dad, no puede venir por cualquier tipo de persona. Vamos
a ver cómo tiene que venir toda revelación de Dios.

178. En la página 301 y 302 del libro de “Los Sellos” en
español, dice el Rvdo. William Branham, hablando del

Ángel del Señor Jesucristo. Dice:
“Noten bien: En el tiempo cuando Dios iba librar al
mundo antes del diluvio (o sea, cuando lo iba a destruir, iba
a librar a Noé y su familia) Él mandó un águila.”
179. Un águila representa un Profeta. Dios también se
representa en un águila, y representa a todos Sus hijos en

águilas también.
“Cuando decidió librar a Israel, también mandó un
aguila (a Moisés).”
180. Cuando fue a libertar al pueblo hebreo de la esclavitud
en Egipto, mandó un Profeta dispensacional, el cual fue

Moisés; eso es un águila mayor: un Profeta dispensacional.
“¿No cree usted, que cuando Juan estaba en la Isla de
Patmos, este Mensaje era tan perfecto que no podía ser
confiado a un Ángel? Ahora, un Ángel es un Mensajero,
pero ¿sabía usted que aquel Mensajero era un profeta?
(¿Sabía usted que aquel Ángel de Jesucristo que le dio a
Juan la revelación del Apocalipsis era un profeta?) ¿Lo
creen? Vamos a probarlo. Veamos Apocalipsis 22, verso 9,
para ver si no era un águila. Él era un Ángel, un Mensaje-
ro, pero era un profeta, el cual reveló a Juan completamen-
te este libro del Apocalipsis. Ahora veamos lo que Juan
vio:
‘Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después
que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies
del ángel que me mostraba estas cosas.
Y él (el ángel) me dijo: Mira, no lo hagas (ningún
verdadero profeta recibirá adoración o mensajero alguno);
porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los
profetas, y con los que guardan las palabras de este libro.

Adora a Dios.’ Apocalipsis 22:8-9.
Ahora, el Libro era tan importante, y es la Palabra de
Dios. ¡Cuidado! Cuando la Palabra de Dios es revelada,
tiene que ser traída por el profeta, porque solamente a él
llega la Palabra de Dios.”
181. Y este Ángel es un Profeta, un Profeta dispensacional;
por eso tiene la Palabra y la da a Juan el Apóstol en forma

simbólica. Ese Ángel ahí está en su cuerpo angelical, como
Jesucristo estuvo en Su cuerpo angelical en el Antiguo
Testamento.
182. El Arcángel o Voz de Arcángel, Trompeta de Dios:
Todo esto está prometido para este tiempo final. Eso será
la Voz de Dios en medio de Su Iglesia dándonos a conocer
las cosas que sucederán.
183. Ahora, hemos visto el Orden Divino para venir toda
revelación divina al pueblo de Dios, a la Iglesia del Señor

Jesucristo, y también al pueblo hebreo.
184. Y el Ángel del Señor Jesucristo, dice el Rvdo. William
Branham (en lo que leímos): “Es un Profeta.” Ese es el

mismo Ángel con el Sello del Dios vivo, para llamar y
juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; en él estará el
Espíritu Santo operando los Ministerios de Moisés, de Elías
y de Jesús; porque el único que tiene ministerios es el
Espíritu Santo, y los opera a través de seres humanos.
185. Ahora, hemos visto que el Orden para venir toda
revelación divina es a través de un Profeta. La fe, la

revelación, para ser transformados y raptados, llevados con
Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, tiene que venir
conforme al orden ya establecido: a través de un Profeta. Y
para la Iglesia de Jesucristo está la promesa de Jesús:
“Yo Jesús he enviado mi Ángel, para daros testimonio
de estas cosas en las Iglesias.”

186. Tiene la promesa, la Iglesia de Jesucristo, de un Profeta
Mensajero, para darle a conocer todas estas cosas que

deben suceder pronto; y eso será el Espíritu Santo en el
Ángel del Señor Jesucristo dándonos a conocer las cosas
que sucederán.
187. ¿Vieron que no hay ninguna contradicción entre lo que
dijo Jesús en el Evangelio según San Juan (que el Espíritu

Santo vendrá y nos enseñará todas las cosas, y nos revelará
las cosas que han de suceder), y ahora Cristo enviando a Su
Ángel para dar a conocer todas estas cosas que deben
suceder pronto? Porque en él viene el Espíritu Santo
manifestado, dándole a conocer a la Iglesia de Jesucristo
todas las cosas que han de suceder.
188. Ese Ángel de Jesucristo ha estado en la Iglesia de
Jesucristo todo el tiempo. Pero de eso no vamos a hablar,

porque no vamos a abrir completamente el misterio del
Ángel del Señor Jesucristo. Hay un tiempo en donde va a
ser abierto completamente, como hubo un tiempo donde
fue abierto el misterio del Ángel de Jehová.
189. Durante el Antiguo Testamento ese misterio del Ángel
de Jehová estaba oculto, hasta que vino en carne humana el

Ángel de Jehová, y luego que murió, resucitó y ascendió al
Cielo, luego Pedro anunció el misterio que estaba en
Cristo: Era el misterio del Ángel de Jehová hecho carne en
medio del pueblo hebreo, hablándole al pueblo hebreo, y
llevando a cabo la Obra de Redención.
190. El misterio grande del Ángel de Jesucristo es millones
de veces más grande de lo que ustedes se pueden imaginar.

Y para poder encontrar algo con lo cual comparar ese
misterio, hay solamente una cosa: Va paralelo al misterio
que estaba en el Ángel de Jehová, es paralelo al misterio
que estaba manifestado en Cristo, para que tengan una

comparación exacta.
191. Ahora, el Rvdo. William Branham hablándonos del
misterio del Espíritu Santo, dice en la página 134 del libro

de “Los Sellos”:
“Y noten ustedes. Cuando este Espíritu Santo que
tenemos llegue a encarnarse.”
192. Vean, aquí tenemos la promesa de que el Espíritu Santo
que ha estado en medio de la Iglesia, de edad en edad,

manifestado en los diferentes ángeles mensajeros, teniendo
un ministerio a través, y manifestando un ministerio a
través de los ángeles mensajeros, y manifestándose tempo-
ralmente en cada ángel mensajero, ahora tenemos la
promesa aquí:
“Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a
encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en
la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encar-
nado en la persona de Jesucristo, entonces nosotros le
coronaremos como Rey de reyes y Señor de señores.”
193. Aquí está la promesa de que el Espíritu Santo se va
encarnar.
194. En la página 146, del libro de “Los Sellos,” también
nos habla algo aquí; porque así como el Ángel de Jehová se

hizo carne en Jesús, luego encontramos que cuando
apareció Jesús, que era Dios hecho carne, manifestado en
carne humana, Dios encarnado, apareció Judas Iscariote, y
en Judas Iscariote apareció el diablo encarnado. Cuando se
echó el bocado allá de pan en la última cena, dice la
Escritura que el diablo entró en Judas Iscariote.
195. Así que Judas era el diablo hecho carne, hecho hombre
en el velo de carne llamado Judas Iscariote. Por eso cuando

murió se fue a su lugar. ¿A dónde? Al infierno. Ahora,
Jesús era Dios hecho carne, Dios encarnado. Dios fue

manifestado en carne, en el velo de carne llamado Jesús.
196. Ahora, para este tiempo final, los dos espíritus: El
espíritu del diablo se va encarnar en el anticristo, la bestia,

y el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, se va encarnar en
un hombre; y vamos a tener en la Tierra al diablo encarna-
do en el anticristo por un lado, y al Espíritu Santo encarna-
do en un hombre en otro lugar, en la Iglesia de Jesucristo.
197. Vamos a ver aquí en la página 146, del libro de “Los
Sellos,” el último párrafo al final, dice:

“Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se
encarna en un hombre, el Espíritu Santo sube y viene
encarnado en un hombre.”
198. Por lo tanto, habrá dos hombres en la Tierra en los
cuales habrá una manifestación sobrenatural: un hombre en

el cual estará el diablo encarnado; y otro hombre en el cual
estará el Espíritu Santo encarnado.
199. Ahora, vamos a otra página: Página 352 del libro de
“Los Sellos” también, dice en el penúltimo párrafo, el

Rvdo. William Branham, dice:
“Y sucederá que al mismo tiempo, cuando el anticristo
venga en su plenitud, Dios también vendrá en Su plenitud
para redimirnos.”
200. O sea, eso es para la redención del cuerpo, que es la
resurrección de los muertos en Cristo y la transformación

de nosotros los que vivimos; para eso vendrá el Espíritu
Santo encarnado en el Día Postrero; y Él no tendrá otro
Mensajero, excepto el Ángel del Señor Jesucristo.
201. También en la página 256 del libro de “Los Sellos,” en
el centro de la página, dice:

“Cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él
vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será
completamente Emanuel —la Palabra de Dios encarnada

en un hombre.—”
202. La Palabra de Dios encarnada en un hombre. Esas son
las promesas que tiene la Iglesia de Jesucristo para este

tiempo final, para poder obtener el conocimiento de las
cosas que sucederán en este tiempo final, y obtener la fe
para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de
las Bodas del Cordero.
203. La revelación de todas estas cosas las estará dando
Cristo en Espíritu Santo por medio del velo de carne donde

Él estará manifestado. Y lo que estará siendo hablado será
la Palabra de Dios, de Cristo, para Su Iglesia para este
tiempo final, mostrándonos las cosas que sucederán.
204. Hemos visto el Orden Divino para obtener el conoci-
miento de todas estas cosas que sucederán, y obtener la

revelación divina del misterio del Séptimo Sello.
205. El Rvdo. William Branham también hablándonos de
este misterio, dice que los Truenos son los que darán a
conocer este misterio. Por lo tanto, los Truenos, que es la
Voz de Cristo hablando en el Día Postrero por medio de Su
Ángel Mensajero, estará revelándonos el misterio del
Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo
por Su Iglesia.
206. En Su Primera Venida vino a redimir Su Iglesia, en Su
Segunda Venida viene a buscar Su Iglesia y a llevarla a la

Casa de nuestro Padre Celestial, a la Cena de las Bodas del
Cordero; para lo cual, tiene Cristo que resucitar a los
muertos creyentes en Él, y a nosotros tiene que transfor-
marnos.
207. Por lo tanto, Él tiene que darnos Su Palabra revelada,
darnos esa Palabra Creadora, para que así tengamos la fe,

la revelación, para ser transformados y llevados con Cristo
a la Cena de las Bodas del Cordero.

208. Con la revelación del Espíritu Santo a través de Su
Ángel Mensajero en el Día Postrero será abierto el misterio

del Séptimo Sello, será abierto el misterio de la Segunda
Venida de Cristo, será abierto el misterio del Ángel que
viene con el Séptimo Sello: el Ángel que tiene el Séptimo
Sello de los siete ángeles que le aparecieron al Rvdo.
William Braham, el que era diferente a los demás es el que
tiene el Séptimo Sello; por lo tanto, con la apertura del
Séptimo Sello queda abierto el misterio del Ángel que tiene
el Séptimo Sello.
209. Por lo tanto, para este tiempo final la Iglesia del Señor
Jesucristo tiene estas grandes promesas de recibir el

conocimiento de todas estas cosas que sucederán en este
tiempo final. Y Dios por medio de Su Espíritu Santo estará
mostrándonos las cosas que deben suceder utilizando a Su
Ángel, el Ángel del Señor Jesucristo.
210. Hemos visto que así como hubo un Ángel principal en
el Antiguo Testamento, llamado el Ángel de Jehová, hay un

Ángel principal en medio de la Iglesia de Jesucristo,
llamado el Ángel del Señor Jesucristo. Así como estuvo en
medio del pueblo hebreo el Ángel de Jehová todo el
tiempo, en medio de la Iglesia de Jesucristo estaría todo el
tiempo el Ángel del Señor Jesucristo. Vean, estaba allá en
el tiempo de Juan el Apóstol.
211. Ahora, va a llegar un tiempo donde va a ser abierto
plenamente EL MISTERIO DEL ÁNGEL DE JESUCRISTO y de la

manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su
Ángel. Y ya les dije que es millones de veces más grande
de lo que ustedes se imaginan el misterio del Ángel de
Jesucristo y de Cristo en Su Ángel.
212. Ahora, hemos visto quién es el que muestra las cosas
que sucederán, hemos visto quién es el que mostraría el

misterio del Séptimo Sello: Es Cristo, el Ángel de Jehová,
el Espíritu Santo, utilizando a Su Ángel en el Día Postrero;
porque toda revelación tiene que venir por medio de un
Profeta, y ese es el único y el último Profeta que Dios tiene,
y es un Profeta dispensacional.
213. Por lo tanto, por medio de ese Ángel es que tiene que
venir toda revelación de las cosas que han de suceder, para

ser dadas a conocer a la Iglesia de Jesucristo, y luego para
ser dadas a conocer al pueblo hebreo. No hay otro instru-
mento, no hay otra forma, Cristo no tiene otro instrumento.
214. Por lo tanto, el que recibe, Cristo dice... hemos visto
que “el que recibe a profeta en nombre de profeta, recom-

pensa de profeta recibe.” Ahora, vamos a ver (eso lo dijo
Cristo), pero vamos a ver aquí, en San Juan, capítulo 13,
verso 20, también lo que Cristo dice:
“De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo
enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al
que me envió.”
215. El que recibió al Enviado de Cristo para cada etapa,
estaba recibiendo a Cristo, que estaba en Espíritu Santo

manifestado en cada ángel mensajero. Y el que en el Día
Postrero estará recibiendo al Ángel del Señor Jesucristo,
estará recibiendo a Cristo, que estará en Su Ángel en
Espíritu Santo manifestado, mostrándonos las cosas que
deben suceder pronto, en este tiempo final; y por consi-
guiente esas personas estarán recibiendo recompensa de
Profeta, toda la bendición de Dios que Cristo trae a través
de ese Profeta, estarán recibiendo la fe, la revelación, para
ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las
Bodas del Cordero; estarán obteniendo el conocimiento de
todas las cosas que deben suceder pronto, en este tiempo
final.
216. Ahora, hemos visto: “EL QUE NOS MUESTRA LAS
COSAS QUE SUCEDERÁN.” Es el Espíritu Santo. Él es

el único que ha mostrado siempre las cosas que han de
suceder, y Él es siempre el que ha traído cada Mensaje para
cada edad y para cada dispensación, pero siempre usando
un Profeta.
217. Para nuestro tiempo, hemos visto quién será el instru-
mento de Cristo, para mostrarnos a través de Él las cosas

que sucederán.
218. Hemos visto (vamos a repetirlo para que quede graba-
do): Hemos visto en esta ocasión quién es el instrumento

que Cristo usará en este tiempo final para mostrarnos las
cosas que han de suceder pronto en este tiempo final:
hemos visto que es el Ángel del Señor Jesucristo, el cual es
un Profeta dispensacional.
219. Hemos visto que también es la primera ocasión en que
Cristo envía un Profeta dispensacional a Su Iglesia, y único

Profeta dispensacional en la Iglesia y para la Iglesia de
Jesucristo, enviado por Jesucristo.
220. Hemos visto por medio de quién vendría para este
tiempo final el último Mensaje; y el último Mensaje es un

Mensaje dispensacional para la última dispensación, que es
la Dispensación del Reino, y por consiguiente ese Mensaje
es el Evangelio del Reino.
221. El Rvdo. William Branham, hablando acerca de un
Mensaje que vendría después del Mensaje del Rvdo.

William Branham, dijo lo siguiente... Vamos a ver dónde
lo encontramos para que tengan el cuadro claro. En la
página 157 del libro de “Citas,” párrafo 1407, dice:
“Estoy solamente edificando. La hora está cerca, a la
mano, cuando ustedes van a ver pasar algo, cuando algo
va a tener lugar, y todo este fundamento aquí, sólo ha sido

colocando una base para un corto Mensaje rápido, que
sacudirá toda la nación.”
222. Y ahora, todo el Mensaje del Rvdo. William Branham,
siendo que él fue el precursor de la Segunda Venida de

Cristo, él le está colocando el fundamento, la base, el
andamio, para uno que vendrá más adelante, uno que
vendrá después de él con un Mensaje que va a estremecer
el mundo entero, va a estremecer la nación americana y a
todas las naciones.
223. Tenemos también otros lugares donde el Rvdo. William
Branham habla de un Mensaje que va a venir. Dice en la

página 168, párrafo 1496:
“¿Por qué yo, un hombre viejo, sufrí toda mi vida, por
qué Él me curó ahora? ¡Creo que cabalgaré esta senda
otra vez, tengo que traer un Mensaje!”
224. Y después... aquí está hablando él ya finalizando su
tiempo, él está hablando en noviembre 28 del 65, y en

diciembre 24 partió; y no trajo el Mensaje que él dijo que
iba a traer después. ¿Y qué pasó con lo que dijo? ¿Sería
verdad? ¡Claro que es verdad!
225. Dios le dijo, por ejemplo, al Profeta Elías Tisbita, allá
en el Monte Sinaí, cuando él estuvo en una cueva, y Dios

le apareció en el silbo apacible, le habló y le dijo: “Ve y
unge a Hazael por rey de Siria, y unge a Jehú por rey de
Israel, y a Eliseo por Profeta en lugar tuyo (o sea, unge a
Eliseo como tu sucesor).” [Primera de Reyes 19:15-16].
226. Y cuando Elías descendió del monte y fue caminando
hacia la tierra de Israel, con el primero que se encontró fue

con el último que Dios le dijo, porque el último vino a ser
primero.
227. Y colocó su manto sobre Eliseo, y Eliseo le dice...
Eliseo estaba arando con la última yunta de bueyes, y...

Eliseo era una persona que vivía bien, vivía en la casa de su
padre, su familia, y eran agricultores y estaba económica-
mente bien, pero ahora ése era el hombre que vendría
después de Elías.
228. Y Dios escoge desde antes de la fundación del mundo
los que serán Sus Profetas. No es que una persona diga:

“Yo me voy a ayunar o voy a estudiar para ser un Profeta.”
Eso no funciona, esos son imitadores de Profetas.
229. ¿Qué es lo que hace un Profeta, diferente a las
demás personas? Sencillo: Todas las personas tienen las

dos conciencias separadas, un Profeta tiene las dos concien-
cias juntas; y estando despierto puede estar viendo en otra
dimensión, y nadie más estar viendo; y puede estar escu-
chando en otra dimensión la Voz de Dios o de ángeles, y
nadie más estar escuchando. Por eso los Profetas son los
que reciben la revelación de Dios para el tiempo en que
Dios los envía.
230. Dios no puede tener un Profeta sin un Mensaje. Si Dios
no tiene nada para hablar, pues no envía un Profeta; porque

cuando Él envía un Profeta a la Tierra es porque tiene algo
para decirle a Su pueblo.
231. Ahora, hemos visto la diferencia que hay entre un
Profeta y las demás personas: un Profeta es un hombre

escogido por Dios para un propósito divino, es un reflector
de Dios: Dios se refleja a través de él; es también el
Portavoz de Dios, porque es el que porta la Voz de Dios:
Dios habla a través de él el Mensaje correspondiente a ese
tiempo.
232. Un Profeta de Dios es un hombre escogido por Dios y
enviado a Su pueblo. Un Profeta de Dios es un Embajador

de Dios en la Tierra, es un Embajador del Reino Celestial
de Dios colocado en esta Tierra; por lo tanto, es el Repre-

sentante de Dios para esa edad o para esa dispensación. A
través de ese hombre el Espíritu Santo está obrando en ese
tiempo; así ha sido de edad en edad.
233. En la historia de Moisés, cuando fue a libertar al pueblo
hebreo, vean todos los milagros que fueron hechos por

Moisés y los juicios divinos que vinieron sobre el pueblo
egipcio.
234. Y luego, el secreto está en que Moisés no hizo ningún
milagro. ¿Cómo que Moisés no hizo ningún milagro?

235. Ningún milagro hizo Moisés, el que hizo todo fue el
Ángel de Jehová, el Espíritu Santo, Cristo a través de

Moisés. No fue un hombre, fue Dios a través de un hombre
hablando y siendo creadas las plagas que vinieron sobre
Egipto; y fue Dios también el que abrió el Mar Rojo; fue la
Obra de Dios usando a un hombre, hablando a través de un
hombre que se rindió a Dios para que Dios lo usara como
Él quisiera usarlo.
236. Ese era el cuerpo humano que Dios estaba usando, en
el cual Dios estaba velado y revelado; la Palabra, el Verbo,

se había hecho carne temporalmente en un velo de carne
temporal. Cuando se hizo carne en Jesús, ese es un velo de
carne para siempre, que fue glorificado, ese es el cuerpo
físico de Dios, el cual está glorificado.
237. Ahora, hemos visto lo que es un Profeta y porqué la
revelación divina siempre viene a un Profeta.

238. Ahora, fue dicho: “Tengo que traer un Mensaje...”
239. Ahora, Elías Tisbita podía decir: “Tengo que bajar del
Monte Sinaí porque tengo que traer un Mensaje para

Hazael, otro para Jehú, y otro para Eliseo; y tengo que
ungir esas personas.” Pero solamente se encontró con
Eliseo.
240. Eliseo, luego que Elías colocó su manto sobre Eliseo,

Eliseo dijo: “Permíteme despedirme de la familia, que yo
me voy contigo.” Elías le dice: “¿Pero qué yo te he hecho
a ti? Yo no te he hecho nada, ni te he dicho que te vengas
conmigo para donde yo voy.” O sea, “¿qué yo te he hecho
a ti para que tú estés diciendo: ‘Espérame, espera que yo
me despida que yo me voy contigo’?”
241. Eliseo mató la yunta de bueyes con la cual estaba
arando, y con el arado de madera hizo el fuego y cocinó,

asó, los bueyes, y los dio a todos los que estaban trabajan-
do; o sea, hizo una fiesta de despedida. Ya no tenía bueyes
con los cuales arar, ya no tenía nada que lo hiciera regresar
a su trabajo; ahora se dedicaría a ser el siervo del Profeta
Elías.
242. Y Eliseo no sabía que Dios le había dicho a Elías que
Eliseo iba a ser el sucesor de Elías; pero ahora Dios lo va

a entrenar, Dios lo va a enseñar, ¿cómo? Siendo el siervo
de Elías ahí va a estar aprendiendo con Elías todo el trabajo
ministerial de un Profeta.
243. Y cuando ya Elías se tiene que ir, le dice a Eliseo:
“Mira, ya... tengo que ir a tal lugar.” Eliseo le dice... Y le

dice: “Eliseo, quédate aquí.” Eliseo le dice: “Yo no te
dejaré, yo voy contigo, dondequiera que tú vayas yo voy
contigo, no me ruegues que te deje.” Y se fue con Elías.
244. Y luego Dios lo llama a otro lugar, a Elías, y le dice:
“Quédate aquí que yo voy a tal lugar.” Eliseo le dice: “No,

yo me voy contigo.”
245. Ahora, cuando Elías le dice: “Quédate aquí que yo voy
a tal lugar.” Eliseo le dice: “No, yo voy contigo, no me

pidas que te deje.” Y se va con Elías frente al mar, frente al
Jordán; y Elías toma su manto, hiere las aguas, y las aguas
se abren y pasa en seco Elías, y Eliseo al lado de Elías.
Como había hecho Josué: con Josué las aguas del Jordán se
abrieron y pasaron en seco.
246. Ahora vean, el mismo Dios que abrió el Mar Rojo,
abrió el Jordán en los días de Josué, y ahora abre el Jordán

en los días de Elías. ¿A dónde fue que pasaron? ¿A Jericó?
De Jericó, pasaron al otro lado del Jordán. Ahora, el mismo
Dios, Cristo en Espíritu Santo en Elías, abrió el Jordán de
nuevo.
247. Y ahora, cuando van caminando, Elías sabiendo que ya
ese día tenía que irse... Y los hijos de los Profetas llamaban
a Eliseo aparte y le decían: “¿Sabes una cosa? Que hoy
Dios se llevará a tu señor, será quitado de ti tu señor.”
Eliseo pendiente a Elías les decía: “Sí, ya yo lo sé. ¡Shhh...!
Guarden silencio, ya yo sé eso.”
248. Y ya cuando Elías ve que está llegando el momento,
porque teniendo las dos consciencias juntas ve en otras

dimensiones, le dice a Eliseo: “Pide lo que tú quieras y te
será concedido.” Eliseo podía decir: “Yo quiero ser el rey
de Israel para arreglar ese pueblo que está todo torcido.”
Pero como rey, como rey Eliseo no quería estar en medio
del pueblo hebreo. Un rey es grande, pero un Profeta, para
no exagerar, es unos cuantos billones más grande que un
rey.
249. Pero si un rey es Profeta, y es Profeta dispensacional,
ya ahí se acabaron los números. ¿Y saben cuál es el Rey

más grande? Se llama nuestro amado Señor Jesucristo: es
el Rey Profeta más grande de los Cielos y de la Tierra, y es
el Heredero de toda la Creación, es Rey en el Cielo y en la
Tierra también, es Rey en la dimensión visible y en la
dimensión invisible también.
250. Ahora, Eliseo, vean, no tenía su mirada, su mira, su
vista, puesta en las cosas terrenales, sino en las celestiales.

Y de seguro Eliseo cuando escucha a Elías decirle: “Pide lo

que tú quieras y te será concedido, pídelo antes de que yo
me vaya.” Eliseo de seguro decía - dijo en su corazón.
“¡Esto era lo que yo estaba esperando: que él me pregunta-
ra!” Eliseo le dice: “Lo que yo quiero es que una doble
porción del espíritu que está en ti venga sobre mí.”
251. Vean, si Eliseo vio que era maravilloso lo que estaba en
Elías, esa manifestación del Espíritu de Dios en Elías...

Apreciaba y amaba tanto esa manifestación del Espíritu de
Dios en Elías, que quería el doble para él. Y eso es lo que
todo creyente en Cristo quiere: quiere más y más de Cristo.
252. Ahora, Elías cuando escucha eso, de seguro dice, piensa
en su corazón: “Este discípulo sí que me ha salido entendi-

do, ha pedido la cosa más grande y la más difícil también.”
Y le dice: “Cosa difícil tú has pedido.” ¿Y por qué pidió
una cosa difícil? Si hubiera pedido ser rey, algo que se ve
tan grande humanamente, eso era sencillo; pero pedir la
doble porción del espíritu que está en Elías, eso significa
pedir ser un Profeta grande, con una doble porción del
Espíritu Santo.
253. Y nadie puede ser un Profeta porque él diga: “Yo
quiero ser un Profeta.” Y Eliseo está diciendo que quiere la

doble porción que está en Elías. Eso significa que quiere
ser un Profeta con la doble porción; por lo tanto, cosa
difícil había pedido.
254. Pero ya Dios le había revelado al Profeta Elías en el
Monte allá del Sinaí, que fuera para ungir a Eliseo como
Profeta. Por lo tanto, ya Elías dice: “Dios dijo que Eliseo
sería mi sucesor.” Por lo tanto, de seguro se puso contento
también: “Bueno, mi sucesor va a tener el doble de lo que
yo tengo, una doble porción.” Así que se puso muy conten-
to con su hijo espiritual, que quiso una doble porción.
255. Como todos nosotros: queremos una doble porción del

Espíritu de Dios. Nosotros queremos una doble porción de
Dios. La primera porción es el Bautismo del Espíritu Santo,
donde obtenemos el cuerpo angelical teofánico, y la otra
porción es el cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible
y glorificado; somos como Eliseo.
256. Por eso Eliseo representa la Iglesia del Señor Jesucristo,
y también representa al último Profeta Mensajero que viene

en el Día Postrero con una doble porción ministerial: con
el Ministerio de los Dos Olivos, de Moisés y Elías; y con
una doble porción que tendrá, porque tendrá la porción del
cuerpo angelical teofánico primero, y después tendrá la
porción del cuerpo físico glorificado cuando Cristo lo
adopte, cuando Cristo lo transforme; y así podemos ver que
tendrá en todo una doble porción.
257. Tendrá una doble porción, por ejemplo, en cuanto al
Mensaje, una doble porción de Mensaje; eso es: tiene el

Mensaje del Evangelio de la Gracia y el Mensaje del
Evangelio del Reino.
258. Tiene una doble porción de Lluvia: La Lluvia Tempra-
na y la Lluvia Tardía, una doble porción de Lluvia de

Enseñanza.
259. Y tiene una doble porción de pueblo también: la
porción de la Iglesia del Señor Jesucristo y la porción del

pueblo hebreo. ¿Ven? Ministra a la Iglesia de Jesucristo en
el Día Postrero y ministra al pueblo hebreo también, en el
Día Postrero. En todo tendrá una doble porción.
260. Cristo lo sentará con Él en Su Trono, y por consiguiente
tendrá una porción con el pueblo hebreo y una porción con

los gentiles. En todo tendrá una doble porción.
261. Y ése será, como Hijo de Jesucristo, el Primogénito de
los Primogénitos de Jesucristo; de la Iglesia que tiene los

Primogénitos de Dios, ése será el Primogénito. ¿Por qué?

Porque todos los demás Mensajeros solamente tuvieron la
porción del Bautismo del Espíritu Santo, donde obtuvieron
el cuerpo angelical, pero ese Mensajero del Día Postrero
tendrá la porción del Bautismo del Espíritu Santo, y
después tendrá la porción de la transformación de Su
cuerpo; será el primero que estando vivo será adoptado.
262. Cuando mi hija América me decía, a eso de las 2:00 -
de 1:00 a 3:00 de la mañana, en una ocasión que se levantó

y fue donde yo estaba estudiando en la oficina y me dice:
“Papi.” Me tocaba la... siempre me toca la puerta aunque
esté la puerta abierta, ella no entra así, sino que me toca y
pregunta: “Papi, ¿puedo entrar?” Y si por casualidad sin
tocar entra, se da cuenta y vira, y sale, y entonces toca, y
pregunta: “Papi, ¿puedo entrar?”
263. Yo le dije: “Sí, hija entra.”
264. Y me dice: “Papi, quiero decirte una cosa.”
265. Yo le dije: “Sí, dime.”
266. —“Tú vas a ser transformado primero, y yo voy a ser
transformada también; y yo voy a ser una jovencita, y tú

también vas a ser un jovencito.”
267. Yo le dije: “Voy a buscar...” Después yo dije: “Voy a
investigar bien porqué esta niñita de tan poquitos años sabe

estas cosas.” Me puse a investigar y vi en la Escritura que
eso es así. Y eso es así porque el Ángel del Señor Jesucristo
será, de todos los Mensajeros, el único que estando vivo
será adoptado, será transformado físicamente. Los demás
tuvieron la Adopción espiritual, y también el Ángel de
Jesucristo; pero luego tendrá la Adopción física sin ver
muerte, estando vivo obtendrá esa Adopción.
268. ¿Y quiénes más, luego tendrán esa Adopción? Todos
nosotros. Seremos transformados, y todos seremos inmorta-

les con cuerpos glorificados.

269. Ahora, continuando con lo de Elías y Eliseo, para no
dejarlo a medias. Elías se fue en un carro de fuego... Vean,

pero antes Elías le dijo a Eliseo: “Cosa difícil tú has
pedido.” ¿Por qué cosa difícil? Porque una persona puede
decirle a un Profeta: “Yo quiero ser Profeta.” Y eso no
quiere decir que va a ser Profeta. Si Dios no dice que ése es
un Profeta; aunque el Profeta por su propia cuenta diga: “Sí
hijo, vas a ser Profeta.” Eso no quiere decir que va a ser
Profeta.
270. Ahora, si Dios dice que ése va a ser Profeta, pues ése va
a ser Profeta. Y Eliseo lo que pidió, lo pidió de acuerdo a

la voluntad de Dios. Era una cosa difícil, pero estaba en el
Plan de Dios. Y Elías tenía la revelación de que Eliseo sería
el Profeta que vendría después de él. Y le dijo: “Cosa
difícil tú has pedido; pero si tú me ves cuando yo sea
quitado de ti, de en medio de ti, te será concedido; si no, no
te será concedido.”
271. Así que Eliseo no podía decir: “Yo voy a ser Profeta,
voy a tener la doble porción, me voy a acostar a dormir. Ya

que se vaya Elías y yo me voy a dormir, y allá pues... de
todos modos voy a ser Profeta.” No. Eliseo estaba cerca de
Elías, no se le fuera a pasar la bendición: “Si me ves
cuando yo sea quitado de en medio de ti, te será concedido,
si no, no te será concedido.”
272. Vino un carro de fuego, y carros de fuego vinieron a
buscar a Elías; porque cuando Dios se va a llevar a Sus

hijos envía los ángeles para que lo lleven al Paraíso. Y
vinieron los ángeles de Dios, se llevaron a Elías, carros de
fuego se lo llevaron, y Eliseo clamó: “¡Padre mío, padre
mío, carros de Israel, carros de Israel, se llevaron a Elías,
carros de fuego!” Y el manto de Elías se cayó, y Eliseo lo
tomó.
273. Y luego muy triste porque la despedida de un ser
querido, como lo era Elías para Eliseo —era su padre

espiritual—, fue muy doloroso para el alma de Eliseo.
Eliseo prefería quedarse sin ser Profeta, pero tener a Elías
cerca de él. Pero Dios no lo tenía así planeado. Dios tenía
planeado que el Ministerio de Elías continuaría en Eliseo,
pero el velo de carne de Elías ya terminaba su tiempo.
274. ¿Y qué pasaría con lo que Dios le dijo, que ungiera a
Hazael por rey de Siria y a Jehú por rey de Israel? Eso es

Palabra de Dios, por lo tanto eso seguía hacia adelante. Y
Elías, el Ministerio de Elías, en Eliseo se encargaría del
cumplimiento de esa parte. Fue Elías pero en su segunda
manifestación en Eliseo el que ungió a Hazael y después a
Jehú, enviando uno de los hijos de los Profetas. Por lo
tanto, en el Ministerio de Elías, continuando en Eliseo, se
cumplió lo de Jehú y lo de Hazael, el ungimiento de ellos.
275. Y ahora, aquí el Rvdo. William Branham, en quien
estaba el espíritu y virtud de Elías en su cuarta manifesta-

ción, dijo: “Tengo que traer un Mensaje.” ¿Y qué pasó? Ya
se fue el velo de carne. Pero él dijo: “Creo que cabalgaré
esta senda otra vez.”
276. Si el Ministerio de Elías cabalgando por cuarta ocasión
en el Rvdo. William Branham dice que: “Cabalgaré otra

vez,” ya es la quinta vez.
277. En el quinto ministerio de Elías, en la quinta manifesta-
ción del espíritu y virtud de Elías, que vendrá con Moisés,

se cumplirá esta promesa; y vendrá un Mensaje.
278. ¿Y quién es el que trae el Mensaje del Evangelio del
Reino para el pueblo hebreo? Los Dos Olivos, Moisés y

Elías. ¿Ven? Por lo tanto, esa Palabra que fue hablada tiene
cumplimiento para este tiempo final.
279. Las cosas que fueron habladas por el Espíritu Santo a

través del Rvdo. William Branham, y no fueron cumplidas
bajo Su ministerio, están señaladas para ser cumplidas bajo
el Ministerio del quinto Elías y segundo Moisés. Estaba
anticipando lo que Dios haría más adelante; por lo tanto,
esas son Profecías que tienen que ser cumplidas en este
tiempo final: Como también la Visión de la Carpa, los
milagros y maravillas vistos en la Visión de la Carpa,
corresponden a los Ministerios de Moisés y Elías.
280. El Rvdo. William Branham hablando, dijo: “Los
milagros y maravillas son para Moisés y Elías.” ¿Ven? Pero

por cuanto en él estaba el Ministerio de Elías por cuarta
vez, en ese ministerio estaba reflejándose lo que Dios hará
más adelante.
281. La Tercera Etapa se reflejó en el Rvdo. William
Branham, y Dios nos dio una muestra a través del Rvdo.

William Branham, lo que será más adelante, la Tercera
Etapa en toda Su plenitud, cuando Dios adopte a Su Ángel.
282. Ahora, podemos ver que las cosas que deben suceder,
las muestra ¿quién? Cristo en Espíritu Santo, de edad en

edad, las que tenía que mostrar en edades pasadas por
medio de Sus Mensajeros; y para este tiempo final las que
Él tiene que mostrarle a la Iglesia, las tiene que mostrar a
través de Su Ángel Mensajero:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de
suceder después de estas (después de las que ya han
sucedido en edades pasadas).”
283. Y para eso dice... Eso fue Apocalipsis, capítulo 4, verso
1. Y para cumplir eso, dice Apocalipsis 22, verso 6:

suceder pronto.”
284. Este es el orden bíblico para Cristo en Espíritu Santo
mostrar a Su Iglesia las cosas que deben suceder pronto, en

este tiempo final.
285. Hemos visto quién es el que muestra las cosas que
sucederán: es Dios por medio de Su Espíritu Santo, por

medio del Ángel del Pacto, por medio de Cristo en Su
cuerpo angelical, mostrándonos todas las cosas que han de
suceder; para lo cual en el Día Postrero tendrá a Su Ángel
Mensajero, a través del cual Cristo en Espíritu Santo estará
manifestado mostrándonos las cosas que sucederán.
286. Hemos visto: “EL QUE NOS MUESTRA LAS
COSAS QUE SUCEDERÁN.”

287. Es el Espíritu Santo, pero utiliza seres humanos,
Profetas Mensajeros, de edad en edad.

288. Y ahora, hemos visto cómo es que vendrá el Mensaje
final, el Mensaje para este tiempo final, para el cual el

Rvdo. William Branham con Su Mensaje puso el funda-
mento. Por eso en el Mensaje que está prometido para venir
a la Iglesia en este tiempo final estará usándose lo que dijo
el Rvdo. William Branham, porque eso es el fundamento de
lo que Dios estará haciendo en este tiempo final.
289. Y así, con ese Mensaje correspondiente a este tiempo
final, Cristo en Espíritu Santo, por medio de Su Ángel,

estará mostrándonos las cosas que sucederán.
290. “EL QUE NOS MUESTRA LAS COSAS QUE
SUCEDERÁN.”
291. Es el Espíritu Santo, Cristo, el Ángel del Pacto, Dios
por medio de Cristo, por medio del Ángel del Pacto, a

través de Su Ángel Mensajero.
292. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes
en esta ocasión dándoles testimonio de: “EL QUE NOS

MUESTRA LAS COSAS QUE SUCEDERÁN.”

293. Muchas gracias por vuestra amable atención, amados
amigos y hermanos presentes. Y que las bendiciones de

Cristo, nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes.
294. Y en esta ocasión, todos los que ya han recibido a
Cristo como su Salvador, ya tienen vida eterna y estamos

siendo preparados para ser transformados y llevados con
Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
295. Y los que todavía no han recibido a Cristo no están
preparados para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del

Cordero, todavía no están preparados para ser transforma-
dos; por lo tanto, tendrán que quedarse aquí para pasar por
la gran tribulación.
296. ¿Pero qué pueden hacer para recibir las bendiciones
de Dios? Pues hacer lo mismo que nosotros hemos hecho:

recibir a Cristo como su Salvador. Por lo tanto, tendrán la
oportunidad en esta ocasión de recibir a Cristo como su
Salvador, podrán levantar sus manos; y el Rvdo. Miguel
Bermúdez Marín estará orando por ustedes para que Cristo
les perdone, les lave con Su Sangre preciosa, y salve sus
almas, sean bautizados en agua en el Nombre del Señor
Jesucristo. “Porque el que creyere y fuere bautizado, será
salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
297. Todos queremos ser salvos y todos queremos que
ustedes, que todavía no han recibido a Cristo, sean salvos

recibiendo a Cristo como su Salvador, lavando sus pecados
en la Sangre de Cristo y siendo bautizados en agua en Su
Nombre; y Cristo los bautizará con Espíritu Santo y Fuego;
y así obtendrán el nuevo nacimiento y entrarán al Reino de
Cristo.
298. Por lo tanto, dejo al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín
para que ore por todos los que levantarán sus manos para
recibir a Cristo como su único, exclusivo y suficiente

Salvador.
299. Muchas gracias por vuestra amable atención y conti-
núen pasando una tarde llena de las bendiciones de Jesu-

cristo nuestro Salvador, que es el que nos muestra las cosas
que sucederán.
300. Con nosotros nuevamente el Rvdo. Miguel Bermúdez
Marín para orar por todos los que levantarán sus manos
para recibir a Cristo como su Salvador personal.
301. Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“EL QUE NOS MUESTRA LAS COSAS QUE

SUCEDERÁN.”
JEHOVÁ RUGIENDO
DESDE SIÓN
JEHOVÁ RUGIENDO DESDE SIÓN

Domingo, 30 de marzo de 2003
San Pablo, Brasil
M uy buenos días, amados amigos y hermanos presentes;

es para mí una bendición y privilegio grande estar con
ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos
momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de
Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Reciban todos saludos de mi esposa Erica, y los niños
reciban saludos de mis niñas América y Yahannah Gabrie-
la.
2. Para esta ocasión leemos en el libro del Profeta Joel, en
el capítulo 3, verso 14 al 17, y dice de la siguiente manera...
Vamos a comenzar aquí en el verso 9, mejor, para que
tengan el cuadro claro. Dice:
“Proclamad esto entre las naciones, proclamad guerra,
despertad a los valientes, acérquense, vengan todos los
hombres de guerra.
Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de
vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.
Juntaos y venid, naciones todas de alrededor, y congre-
gaos; haz venir allí, oh Jehová, a tus fuertes.
Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat;
porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de
alrededor.
Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid,
descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas;
porque mucha es la maldad de ellos.
Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque

cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión.
El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán
su resplandor.
Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde
Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová
será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos
de Israel.
Y conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que
habito en Sion, mi santo monte; y Jerusalén será santa, y
extraños no pasarán más por ella.”
permita entenderla.
4. Nuestro tema para esta ocasión es: “JEHOVÁ RU-
GIENDO DESDE SIÓN.”
5. Esta es una profecía dada por Dios para ser cumplida en
este tiempo final. Para que nosotros podamos comprender
lo que Dios estará haciendo en este tiempo final, Dios lo
muestra con cosas que nosotros conocemos; o sea, que las
cosas celestiales las habla a nosotros en forma terrenal, con
cosas terrenales que nosotros ya conocemos.
6. Dios rugiendo desde Sión es Dios en Su Programa
como el León de la tribu de Judá. El cordero no ruge, el que
ruge es el león. Y Jesucristo, el Cordero de Dios, en Su
Primera Venida en Su Obra de Redención, dio Su vida en
la Cruz del Calvario, allá en Jerusalén, por todos los hijos
e hijas de Dios, por todas las ovejas que el Padre le dio para
que les dé vida eterna.
7. Y durante la Dispensación de la Gracia, Jesucristo el
Cordero de Dios, ha estado en el Cielo como Sumo Sacer-
dote intercediendo con Su Sangre, la Sangre del Cordero de
Dios, intercediendo con esa Sangre por cada persona que lo
JEHOVÁ RUGIENDO DESDE SIÓN 69
recibe como su Salvador; con esa Sangre Cristo limpia de

todo pecado a la persona que lo recibe como su Salvador.
8. Él está haciendo esa Obra de Intercesión desde que
ascendió al Cielo, como hacía el sumo sacerdote en la
Tierra, en el templo terrenal que construyó Salomón y el
tabernáculo terrenal que construyó el Profeta Moisés. Todo
eso es tipo y figura de lo celestial.
9. Por lo tanto, así como en el templo terrenal que
construyó Salomón y el tabernáculo que construyó Moisés
se llevaba a cabo el sacrificio por el pecado, y el sumo
sacerdote una vez al año (el día diez del mes séptimo de
cada año) entraba al lugar santísimo del templo terrenal con
la sangre de la expiación del macho cabrío, para interceder
por el pueblo, para pedir el perdón por los pecados del
pueblo, para que quedaran perdonados todos los hebreos y
quedaran cubiertos con la sangre del sacrificio del macho
cabrío...
10. Las personas que no se arrepentían de sus pecados y no
los confesaban a Dios, y ese día no se afligían en sus almas

por haber pecado contra Dios: no quedaban perdonados en
ese día, y por consiguiente no quedaban reconciliados con
Dios, y por consiguiente la sangre de la expiación no cubría
sus pecados; por lo tanto, Dios los miraba y los veía con
pecados. Y por cuanto la paga del pecado es la muerte, la
muerte venía sobre esas personas, perdían el derecho y
privilegio de vivir un año más como pueblo de Dios.
11. Ahora, ese día diez del mes séptimo, el día de la
expiación, era el día para la reconciliación de cada hebreo

con Dios, era el día más importante para el pueblo hebreo.
Vean, en Levítico, capítulo 23, verso 26 en adelante, nos
habla de la importancia de ese día. Dice:
“También habló Jehová a Moisés, diciendo:
A los diez días de este mes séptimo será el día de

expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras
almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.
Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de
expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro
Dios.
Porque toda persona que no se afligiere en este mismo
día, será cortada de su pueblo.”
12. Será cortada del pueblo toda persona que no se afligiere
en ese día, arrepentida de sus pecados, y confesara a Dios

sus pecados y pidiera perdón y Misericordia de parte de
Dios para que quedaran perdonados sus pecados y quedaran
cubiertos con la sangre de la expiación.
13. La sangre de la expiación no podía quitar los pecados,
porque era sangre de un animal, y los animales no tienen

alma; por lo tanto el espíritu del animal no podía venir al
creyente; por lo tanto, la sangre solamente cubría los
pecados, pero no los quitaba; pero al estar cubiertos los
pecados de las personas, Dios no veía los pecados de las
personas, porque estaban cubiertos con la sangre de la
expiación.
14. Aquel sacrificio del macho cabrío y su sangre, represen-
taban el Sacrificio de Cristo y Su Sangre derramada en la

Cruz del Calvario; y por cuanto Jesucristo tiene alma,
entonces el Espíritu que estaba en Jesucristo podía venir
sobre los creyentes en Cristo, y la Sangre de Jesucristo
podía limpiar de todo pecado al ser humano creyente en
Cristo.
15. La Sangre de Cristo no cubre los pecados de ninguna
persona. La Sangre de Cristo quita los pecados de la

persona, porque la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo
pecado. Es como el blanqueador, que no cubre las manchas,
sino que quita las manchas, vuelve las manchas a lo que

eran antes de ser mancha.
16. Y la Sangre de Cristo quita la mancha del pecado de
todos los creyentes en Cristo, y vuelve esa mancha del

pecado al dueño original del pecado, que es el diablo.
17. Y ahora, si tenemos comunión con Cristo, la Sangre de
Jesucristo nos limpia de todo pecado. Si creemos en Cristo

habiéndolo recibido como nuestro Salvador, habiendo
confesado a Cristo nuestros pecados, y habiéndole pedido
perdón a Cristo por haber pecado contra Dios, Cristo nos ha
perdonado y nos ha limpiado con Su Sangre preciosa.
18. Hemos sido bautizados en agua en Su Nombre; y la
promesa es que al ser bautizados, luego de ser bautizados

Cristo ha prometido el Bautismo del Espíritu Santo.
19. Juan cuando habló de Cristo dijo: “Este es Aquel del
cual yo dije: ‘He aquí un varón viene después de mí.’ Este

es aquel varón. Yo no le conocía, pero el que me envió a
bautizar me dijo: ‘Sobre quien tú veas el Espíritu Santo
descender en forma de paloma, ese es Él.’ Y yo le vi, y he
dado testimonio de que ese es Él.” Y estaba señalando a
Jesucristo.
20. Había dicho también: “He aquí el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo.” Nadie más podía quitar el

pecado del ser humano, solamente Jesucristo nuestro
Salvador. Todos los sacrificios que el pueblo hebreo
realizaba en el Antiguo Testamento, todos esos sacrificios
eran tipo y figura del Sacrificio de Cristo, todos los anima-
litos de sacrificio tipificaban a Jesucristo.
21. Cuando Jesucristo murió en la Cruz del Calvario
cumplió todos los tipos y figuras de los sacrificios que se

efectuaban en el Antiguo Testamento; por lo tanto, ya no se
requieren sacrificios de animalitos desde que Cristo murió
en la Cruz del Calvario, y Dios no acepta ningún sacrificio

de animalitos ni sangre de animales, excepto la Sangre de
Jesucristo nuestro Salvador y Su Sacrificio realizado en la
Cruz del Calvario.
22. Por lo tanto, ninguna persona se puede acercar a Dios,
a menos que sea a través de Jesucristo. Cristo dijo: “Yo Soy

el Camino, la Verdad, y la Vida; y nadie viene al Padre,
sino por mí.” San Juan, capítulo 14, verso 6.
23. Y ahora, todo ser humano, así como en el Antiguo
Testamento se acercaban a Dios efectuando un sacrificio

por el pecado, el cual tipificaba a Cristo en Su Primera
Venida y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario,
ahora ya Dios no acepta sacrificios de animalitos; por lo
tanto, ninguna persona se puede acercar a Dios efectuando
un sacrificio de un animalito por sus pecados.
24. Pero toda persona sí se puede acercar a Dios, pero con
un Sacrificio perfecto: con el Sacrificio de Cristo en la

Cruz del Calvario. Por lo tanto, ya hay un Sacrificio por el
pecado, hecho por Jesucristo mismo.
25. Ya las personas no tienen que hacer ningún sacrificio
por el pecado, no tienen que estar sacrificando animalitos;

ya fue hecho el Sacrificio perfecto para que toda persona se
pueda acercar a Dios por medio del Sacrificio de Cristo en
la Cruz del Calvario, pueda recibir el perdón de sus peca-
dos, pueda ser limpiado de todo pecado y pueda recibir el
bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y
pueda entonces recibir el Bautismo del Espíritu Santo y
Fuego y obtener el nuevo nacimiento, nacer del Agua y del
Espíritu: nacer de la Palabra, del Evangelio, creyendo el
Evangelio, y recibiendo el Espíritu Santo luego de ser
bautizado en agua. Esa persona ha nacido del Agua y del
Espíritu, y por consiguiente ha entrado al Reino de Dios, ha
entrado a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo,

que son los que componen el Reino de Dios.
26. Ahora, podemos ver este misterio de Cristo como el
Cordero de Dios llevando nuestros pecados y muriendo en

la Cruz del Calvario. Él es el Cordero Pascual, Él es nuestra
Pascua, y Él también es el Macho Cabrío de la Expiación
que fue sacrificado por nuestros pecados.
27. Y ahora, Jesucristo nuestro Salvador ascendió al Cielo
y presentó Su Sangre por el pecado, ante Dios, en el

Templo Celestial.
28. ¿Ven? Jesucristo no fue al templo terrenal para presen-
tar Su Sangre en el lugar santísimo, sino que Él ascendió al

Cielo y entró al Lugar Santísimo del Templo Celestial, y se
abrió así en el Cielo el Día de la Expiación para todo ser
humano.
29. Y ahora, por cuanto un Día de Dios para los seres
humanos no son veinticuatro horas... Ahora, hay Días de

milenios: un Día delante de Dios son mil años; también un
Día puede ser una edad, también un Día puede ser una
dispensación.
30. Y ahora, en el Día de la Dispensación de la Gracia,
Jesucristo, el Cordero de Dios, está en el Cielo haciendo

Intercesión con Su propia Sangre, por toda persona que lo
recibe como su Salvador; esas personas tienen sus nombres
escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero,
desde antes de la fundación del mundo; por eso es que
desde antes de la fundación del mundo Cristo fue sacrifica-
do, pero manifestado en los Postreros Días.
31. ¿Y cómo puede ser posible que Él desde antes de la
fundación del mundo haya sido destinado cuando todavía

no existía este planeta Tierra ni existía el sistema solar
nuestro? Es que Dios en Su Mente tiene todo Su Programa
desde antes de la Creación, Dios no hace nada sin primero

pensarlo; y todo lo que Dios haría, ya Él lo pensó desde
antes de la fundación del mundo.
32. ¿Y entonces qué está haciendo Dios? Lo que Él está
haciendo es lo que Él pensó hacer. Algunas personas se

preguntan: “Y antes de la Creación, ¿qué Dios estaba
haciendo?” Pensando, planificando, diseñando, toda la
Obra que Él iba a llevar a cabo. Así que Él pensó bien lo
que iba a hacer.
33. No es como algunas personas que hacen cosas y
después dicen: “Yo no pensé lo que iba a hacer, no pensé.”

Pero Dios piensa todo lo que Él va a hacer. Por lo tanto, el
Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario fue algo bien
pensado por Dios.
34. Vean, en Primera de Pedro, capítulo 1, verso 18 en
adelante, nos dice la forma en que hemos sido rescatados.

Dice:
“...Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana
manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no
con cosas corruptibles, como oro o plata,
35. (Y ahora, vamos a ver cómo entonces hemos sido
rescatados:)
sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un
cordero sin mancha y sin contaminación...”
36. Con la Sangre de Cristo es que hemos sido rescatados,
hemos sido rescatados del reino de las tinieblas, hemos sido

rescatados del pecado, hemos sido rescatados del diablo.
Cristo nos libertó del diablo y su reino, y nos colocó
¿dónde? En Su Reino. En el Reino de Cristo hemos sido
colocados por Jesucristo, porque Él nos rescató con Su
Sangre preciosa:
“...ya destinado desde antes de la fundación del
mundo...”
37. Desde antes de la fundación del mundo Jesucristo fue
destinado como Cordero de Dios para morir en la Cruz del

Calvario, y libertarnos, rescatarnos, con Su Sangre precio-
sa.
38. Cristo vino a buscar y a salvar lo que se había perdido;
y Él muestra que lo que se había perdido son seres huma-

nos, son las ovejas que el Padre le dio para que las busque
y les dé vida eterna. Y ahora, esto fue destinado desde antes
de la fundación del mundo.
39. Antes de nosotros venir a la Tierra y antes del ser
humano pecar en el Huerto del Edén, ya Dios había

destinado a Cristo como un Cordero para morir en la Cruz
del Calvario. O sea, antes del pecado entrar a la raza
humana, ya Dios tenía la medicina para curar al ser humano
del veneno del pecado, ya todo estaba destinado por Dios
para nuestra liberación, para ser rescatados de las garras del
enemigo de Dios.
“...pero manifestado en los postreros tiempos por amor
de vosotros...”
40. El Cordero de Dios, Jesucristo, destinado desde antes de
la fundación del mundo, fue manifestado en la Tierra en

carne humana en los postreros tiempos.
41. ¿Por qué fue manifestado en la Tierra? Por amor. ¿Por
amor a quién? A nosotros. “Porque de tal manera amó

Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.” Para que todo aquel que en Él cree, sea rescatado
y no se pierda, sino que tenga vida eterna; para eso fue que
vino Jesucristo, el cual estaba destinado desde antes de la
fundación del mundo, pero manifestado en la Tierra en
carne humana en los Postreros Días.
42. Por eso el Verbo que era con Dios y era Dios, el cual
creó todas las cosas, porque fue Dios a través del Verbo...
y el Verbo es Jesucristo, Jesucristo en Su cuerpo angelical.
A través de Jesucristo Dios creó los Cielos y la Tierra; por
eso Jesucristo es también el Heredero de los Cielos y de la
Tierra. Veamos aquí en San Juan lo que nos dice acerca de
Cristo: Capítulo 1 de San Juan, verso 1 en adelante, dice:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de
lo que ha sido hecho, fue hecho.”
43. ¿Por quién fueron hechas, creadas, todas las cosas? Por
el Verbo.
“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres.”
44. Y ahora, vamos a ver quién es el Verbo que era con
Dios y era Dios, y creó todas las cosas. En el mismo

capítulo 1, verso 14 de San Juan, dice:
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre noso-
tros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de gracia y de verdad.”
45. Y ahora, el Verbo que era con Dios, y era Dios, y creó
todas las cosas, se hizo carne, se hizo hombre; y habitó en

medio de la raza humana, en medio del pueblo hebreo, y
fue conocido por el nombre de Jesús. Él es el Verbo que era
con Dios, y era Dios, y creó todas las cosas; porque en
Jesucristo en Su cuerpo angelical estaba Dios, y luego se
hizo carne, se hizo hombre, y Dios estaba allí dentro de ese
cuerpo de carne llamado Jesús.
46. En Jesucristo estaba la plenitud de la Deidad, de la
Divinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, todo estaba en

Jesucristo; por eso Jesucristo decía que Él no hacía nada de

Sí mismo, sino que el Padre que estaba en Él, Él hacía las
obras. Era el Padre obrando a través de Jesucristo, a través
del Hijo de Dios.
47. Y Jesucristo también decía que Él no hablaba nada de
Sí mismo, sino que lo que Él escuchaba al Padre hablar eso

era lo que Él hablaba. Era el Padre colocando en la boca de
Jesucristo lo que Él tenía que hablar; por lo tanto era la Voz
de Dios, la Palabra de Dios, hablándole al pueblo.
48. Y ahora, veamos en Colosenses, capítulo 1, verso 12 en
adelante. Dice:
“...Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos
para participar de la herencia de los santos en luz;
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y
trasladado al reino de su amado Hijo...”
49. Él nos ha librado, nos ha libertado del reino de las
tinieblas, del reino del maligno, del reino del diablo, nos ha
libertado Cristo y nos ha colocado Cristo en Su Reino, nos
colocó en Su Reino.
50. Y ahora, Él es el que ha producido esa liberación, como
Él llevó a cabo la liberación del pueblo hebreo del imperio

del faraón, libertó al pueblo hebreo del faraón y su imperio.
Y el pueblo hebreo es tipo y figura de la Iglesia del Señor
Jesucristo; el pueblo hebreo es el Israel terrenal, y es tipo
y figura del Israel Celestial; y el Israel Celestial es la
Iglesia del Señor Jesucristo. Sigue diciendo:
“...en quien tenemos redención por su sangre, el perdón
de pecados.”
51. La redención es por medio de la Sangre de Cristo, y el
perdón de nuestros pecados lo otorga Jesucristo; por eso se

predica el arrepentimiento y el perdón de los pecados en el
Nombre del Señor Jesucristo; esa fue la orden que Cristo
dio en San Lucas, capítulo 24, versos 46 al 48.

52. Él ordenó predicar el arrepentimiento y el perdón de los
pecados en Su Nombre; por lo tanto, se llama a las personas

al arrepentimiento en el Nombre del Señor Jesucristo, para
que se arrepientan delante de Jesucristo y pidan perdón a
Cristo por sus pecados, porque el perdón de los pecados
también es por medio de Jesucristo; Él es el único que
puede perdonar mis pecados y los pecados de ustedes.
Continuamos leyendo:
“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de
toda creación.”
53. O sea, que lo visible de Dios es Jesucristo, Él es la
imagen del Dios invisible. Jesucristo en Su cuerpo angeli-

cal llamado el Ángel de Jehová, es la imagen del Dios
invisible:
“Porque en él fueron creadas todas las cosas...”
54. ¿Y cómo pueden ser creadas en una persona todas las
cosas? Eso es lo más sencillo para entender. Yo siempre he

dicho que miles de plantas de trigo fueron creadas en una
semilla de trigo. En una semilla de trigo hay miles de
plantas de trigo ya creadas, pero que están en una etapa
potencial; potencialmente están ahí esas multitudes de
plantas de trigo, potencialmente; o sea, que no están
manifestadas todavía como una planta de trigo.
55. Es como en un huevo hay un pollo, pero es potencial-
mente, necesita ser colocado debajo de la gallina y pasar

por el proceso, que dura unos cuantos días, y ahí queda
empollado, queda formado el pollo, y después nace; pero
estaba todo en el huevo, ahí estaba potencialmente un pollo
o un gallo, no importa el tamaño de él, todo estaba en un
huevo. Y usted podía abrir el huevo y decir: “Yo no veo
aquí ningún pollo.” Pero ahí estaban hasta las plumas de
ese pollo que iba a nacer.

56. Pero todo tiene que pasar por el proceso que Dios
estableció para que cada simiente se reproduzca conforme

a su género. Por eso de un huevo de gallina no puede nacer
una vaca, ni puede nacer una oveja tampoco, tiene que
nacer aquello que es de acuerdo al género, al género
correspondiente de ese huevo.
57. Si es de un gallo y de una gallina, pues tiene que nacer
un ave del género de gallo y gallina; no puede nacer

tampoco un pato ni una avestruz, porque el huevo de la
gallina es de un género, es de la especie de las aves de
gallinas, no es del género o especie de avestruz.
58. Ahora, podemos ver que en ese huevo estaba un pollo
que luego sería un gallo o una gallina, ahí estaban hasta las
plumas que tendría esa ave, y también estaban los hijos que
tendría ese gallo o gallina; todos los hijos que tendría ese
gallo estaban allá en el huevo, pero no se veía allí ningún
pollo, y mucho menos un gallo; pero todo estaba allí.
59. También encontramos que en un grano de trigo hay
miles de plantas de trigo, todo eso está allí potencialmente;

ese grano de trigo tiene el potencial para reproducirse en
miles de plantas de trigo, y en miles o millares o millones
de granos de trigo.
60. Ahora, ¿cómo? Tiene que seguir el Orden Divino de
reproducción. Y Jesucristo dijo que el Hijo del Hombre es

el Grano de Trigo.
61. Ahora vean, usted siembra un grano de trigo y nace una
planta de trigo. Esa planta de trigo va pasando por diferen-

tes etapas, y todavía usted no ve granos de trigo; pero en
esa planta de trigo, en cada una de sus etapas, está el trigo
potencialmente, los granos de trigo. Pero cuando llega el
momento en que nacen los granos de trigo, allí ya tiene
usted literalmente granos de trigo, los cuales maduran, son

cosechados, y usted dice: “Ahora yo tengo cientos de
granos de trigo, de aquel granito de trigo que sembré en la
tierra.”
62. Y luego toma esos granos de trigo, los siembra, y nacen
cientos de plantas de trigo; y luego pasan por el mismo

proceso, y nacen muchos más granos de trigo; y vuelve y
los siembra (todos esos granos de trigo), y nacen miles de
plantas de trigo, y producen millones de granos de trigo.
Pero, ¿y dónde estaba todo eso? En el grano de trigo
original que fue sembrado en tierra.
63. Y ahora, ¿dónde estaba toda la Creación y dónde
estaban todos los hijos de Dios? En Jesucristo nuestro

Salvador. Dice: “Porque en Él fueron creadas todas las
cosas.” Por lo tanto, de Él tiene que venir a la existencia
todas las cosas. Todas las cosas fueron hechas por Él y para
Él; por Él fueron creadas, hechas, todas las cosas, toda la
Creación; y sin Él nada fue hecho, de lo que fue creado.
Toda la Creación viene de Jesucristo.
64. Ahora, Cristo dijo: “Si el grano de trigo no cae en tierra
y muere, él solo queda.” ¿Cómo sucede con un grano de

trigo? Usted se queda con un grano de trigo, ¿y cuántos
granos de trigo tendrá? Uno solo; pero usted lo siembra y
luego tiene muchos granos de trigo.
65. Y nuestro Padre Celestial colocó a Jesucristo en la
Tierra como el Grano de Trigo. Y Cristo dijo hablando del

Hijo del Hombre, hablando de Sí mismo, Él dijo: “Si el
grano de trigo no cae en tierra y muere, él solo queda.” Y
entonces Dios tendría un sólo grano de trigo, un sólo hijo
manifestado como hombre: a Jesucristo; pero no podría
tener más hijos e hijas de Dios iguales a Jesucristo, a
imagen y semejanza de Jesucristo.
66. “Pero si el grano de trigo cae en tierra y muere (dice

Jesucristo), mucho fruto lleva (o sea, muchos granos de
trigo, muchos hijos e hijas de Dios).” Y entonces todo ese
potencial que estaba en Cristo para reproducirse en hijos e
hijas de Dios, sería manifestado.
67. Y desde el día que Cristo murió en la Cruz del Calvario,
dando Su vida por nosotros, fue sepultado, luego resucitó

y ascendió al Cielo, vean, ha estado pasando por todo el
proceso para la reproducción de Cristo, el Grano de Trigo,
en muchos hijos e hijas de Dios, en muchos Granos de
Trigo.
68. Por eso es que Jesucristo tipifica a los hijos e hijas de
Dios, a los hijos del Reino, en el trigo de la parábola del

trigo y de la cizaña.
69. Y ahora: “...En él fueron creadas todas las cosas...”
70. Toda la Creación viene de Dios, pero a través de
Jesucristo. No puede venir a través de otra cosa o de otra

persona, tiene que ser a través de Jesucristo. “En Él estaba
la vida”; por lo tanto, todo lo que vendría a vida, tenía que
salir ¿de dónde? De donde estaba la vida. Y la vida ¿estaba
dónde? En Jesucristo. Y Él es la luz que alumbra a todo
hombre, Él es la luz de todo hombre:
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que
hay en los cielos (o sea, las invisibles) y las que hay en la
tierra (o sea, las visibles, las tangibles), visibles e invisi-
bles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”
71. Y ahora, aquí nos habla de tronos, de dominios, de
principados, de potestades; o sea, que hay un mundo

espiritual que está bien ordenado, en donde hay principa-
dos, o sea, esos son príncipes de otra dimensión.
72. ¿Recuerdan al Arcángel Gabriel cuando le dijo a Daniel
en el capítulo 12, que para este tiempo se levantará Miguel,

el gran Príncipe que está de parte de los hijos de Israel? O
sea, que el Arcángel Miguel es un Príncipe de ese Reino
Celestial, de ese Reino invisible a la vista humana; él
también tiene su poderoso Ejército.
73. Cuando el Arcángel Gabriel fue enviado a Daniel para
darle la revelación de lo que él quería saber, para traer la

contestación de parte de Dios a la oración que Daniel había
hecho, vean lo que dice el Arcángel Gabriel...
74. Recuerden que el Arcángel Gabriel tiene que ver con
las oraciones que hacen los hijos de Dios, el pueblo de Dios

a Dios, y tiene que ver con la respuesta que Dios da a esas
oraciones. Veamos lo que sucedió en el capítulo 10, verso
10 en adelante (ustedes pueden leer todo el capítulo luego).
Dice:
“Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese
sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.
Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las
palabras que te hablaré, y ponte en pie.”
75. Son hermosas palabras las que escuchó Daniel cuando
el Arcángel Gabriel le dice: “Daniel, varón muy amado.”

Daniel es muy amado en el Cielo.
76. Y ahora, le dice: “está atento (a mis palabras) a las
palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido

enviado ahora.”
77. Y ahora, Dios le envía un Arcángel al Profeta Daniel:
“Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie

temblando.
Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el
primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humi-
llarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras;
y a causa de tus palabras yo he venido...”
78. Daniel quería entender, y oró para que Dios le diera

entendimiento, y para eso le envió un Arcángel: para que le
diera entendimiento, para que le enseñara; y dice que
Daniel oró a Dios, y su oración fue oída en el Cielo, y a
causa de la oración de Daniel, a causa de las palabras de
Daniel, el Arcángel Gabriel fue enviado por Dios al Profeta
Daniel:
“...y a causa de tus palabras yo he venido.
Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso
durante veintiún días.”
79. Así como hubo un príncipe físico, un rey allá en Persia,
hubo un príncipe del mundo espiritual, del reino espiritual,

un príncipe perteneciente al reino de las tinieblas; porque
el reino de los gentiles, el cual comenzó en Babilonia, iba
pasando por diferentes etapas; y ese reino lo ha estado
controlando el enemigo de Dios: el diablo.
80. Por lo tanto, el reino de los gentiles ha estado bajo el
control del reino de las tinieblas, y el reino de las tinieblas

tiene diferentes príncipes; y son colocados en diferentes
naciones, en diferentes imperios, y así por el estilo.
81. Y ahora, el príncipe espiritual, el príncipe que estaba
allí en Persia a cargo de ese reino, se le opuso al Arcángel

Gabriel. Había llegado el tiempo para un cambio de
imperio: tenía que ser cambiado del reino medo-persa a la
etapa del reino de Grecia; y para esos cambios el Arcángel
Gabriel se hace presente, y también tiene otro Arcángel que
lo ayuda cuando él necesita ayuda.
82. Vean, el príncipe de Persia es un príncipe de otra
dimensión, pero tenía que usar también al príncipe o rey

físico que tenía el imperio.
83. Ahora, vean ustedes, el pueblo hebreo tiene un príncipe
también, pero no es de las tinieblas, es del Reino de Dios,

y se llama el Arcángel Miguel. ¿Ve? Así como el pueblo

hebreo tiene un príncipe invisible, las diferentes naciones
tienen príncipes invisibles espirituales de otra dimensión.
84. Y encontramos que cuando hay guerras en la Tierra, en
el mundo espiritual es donde más recia está la guerra. En

estos mismos días, en el mundo espiritual hay una guerra;
por eso se está reflejando en la Tierra este tiempo de
guerra.
85. Ahora, veamos lo que nos dice el Arcángel Gabriel:
“Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso

durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los
principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con
los reyes de Persia.”
86. Miguel como Gabriel pertenecen a los principados del
mundo invisible:
“He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu
pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos
días.”
87. Los Postreros Días delante de Dios, para los seres
humanos son los milenios postreros, que son el quinto

milenio, sexto milenio y séptimo milenio; por lo tanto,
durante este término de tiempo, cosas estarían pasando con
el pueblo hebreo, las cuales ellos no podrían comprender.
Aún el Profeta Daniel no comprendía, pero el Arcángel
Gabriel vino para darle entendimiento:
“He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu
días.
Mientras me decía estas palabras, estaba yo con los
ojos puestos en tierra, y enmudecido.
Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre
tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al
que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han

sobrevenido dolores, y no me queda fuerza.”
88. El que estaba delante de Daniel con apariencia o
semejanza de hombre, semejanza de Hijo de Hombre, era

el Arcángel Gabriel. ‘Gabriel’ significa ‘Hombre de Dios,’
‘Varón de Dios:’ Un varón de Dios de otra dimensión, de
la dimensión del mundo invisible; él es un príncipe en ese
mundo invisible, como lo es también el Arcángel Miguel.
89. Este Arcángel Gabriel tiene que ver con la revelación
divina de todas las cosas que han de suceder, es el que tiene

acceso a todas las cosas que han de suceder, y es enviado
por Dios para darle a Daniel la revelación de las cosas que
han de suceder; pero se las da en esa forma de símbolos, y
queda grabado todo en la Escritura, todas las cosas que han
de suceder:
“¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con
mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me
quedó aliento.
Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra
vez, y me fortaleció (o sea, el Arcángel Gabriel),
y me dijo: Muy amado, no temas.”
90. Ahora, le vuelve a repetir que él es muy amado, Daniel
es muy amado en el Cielo. ¿Y quiénes más son muy

amados en el Cielo? Todos nosotros.
“...y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea conti-
go; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba,
recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has
fortalecido.”
91. Y ahora, le va a hacer una pregunta, la misma pregunta
que puede hacer cada ángel mensajero de cada edad:

“El me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora
tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia;
y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.”

92. El Arcángel Gabriel que estaba peleando contra el
príncipe de Persia, y recibió ayuda del Arcángel Miguel,

hizo una pausa en esa batalla que tenía, para venir a donde
Daniel; pero vean, estuvo peleando por veintiún días. O
sea, que fue una guerra en el mundo espiritual, que le tomó
veintiún días. Y se hizo una pausa, y vino a donde el
Profeta Daniel para traer la contestación a la oración de
Daniel; y luego regresaría para continuar la guerra. Dice:
“...Pues ahora tengo que volver para pelear contra el
príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de
Grecia vendrá.”
93. Y ahora, no había terminado la batalla, pero tomó unos
momentos para ir donde Daniel; pero tenía que regresar

para continuar la batalla; y dice que iba a ganar la batalla.
Dice:
“Y al terminar con él (o sea, que lo iba acabar, iba a
ganar la batalla) ...y al terminar con él, el príncipe de
Grecia vendrá,” otro príncipe, el cual estaría a cargo del
reino de Grecia; y entonces aparecería un príncipe físico, el
cual vino a ser Alejandro el grande.
“Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de
la verdad...”
94. Vean, este Arcángel tiene acceso al Libro de la Verdad,
él conoce lo que está escrito ahí, y sabe el significado de lo

que está escrito ahí.
“Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de
la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel
vuestro príncipe.”
95. Ahora, aquí el Arcángel Gabriel no se presenta como el
Príncipe del pueblo hebreo, se presenta como el Príncipe

¿de dónde? ¿De quién?... Ahora él presenta al Arcángel
Miguel como el Príncipe del pueblo hebreo. Gabriel es el

Príncipe de la Iglesia del Señor Jesucristo, y él es un buen
guerrero; él sabía que iba a ganar la batalla contra el
príncipe de Persia, porque él conocía lo que está escrito en
el Libro de la Verdad.
96. Daniel fue el Profeta del Antiguo Testamento que tuvo
más conocimiento de quién era el Ángel que lo visitaba y

le revelaba todas esas cosas que iban a suceder.
97. Y ahora, el Arcángel Gabriel habla muy bien del
Arcángel Miguel. Miguel lo ayuda cuando Gabriel necesita

ayuda. Miguel tiene un poderoso Ejército, el cual en
Apocalipsis, capítulo 12, aparece peleando contra el
dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás.
98. Vean, Gabriel dijo que en ese tiempo, o sea, para ese
tiempo de la gran tribulación, que es del cual está hablando,

se levantará Miguel, el gran Príncipe que está por los hijos
de Israel, y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde
que hubo hombres, desde que hubo gente. El tiempo de la
gran tribulación es el tiempo de más angustia para la raza
humana, es el tiempo donde los juicios divinos van a caer
sobre la raza humana, y Dios va a traer el Juicio como Él
dijo que lo iba a traer.
99. ¿Y por qué va a traer el Juicio Divino Dios sobre la raza
humana? Porque para ese tiempo ya Cristo no estará en el

Trono de Intercesión haciendo Intercesión con Su propia
Sangre como Sumo Sacerdote, ya Cristo no estará como
Cordero de Dios, Cristo estará como León de la Tribu de
Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de
Reclamo; por lo tanto será tiempo de angustia.
100. Para ese tiempo es que Jehová, el cual en el Nuevo
Testamento es Cristo, estará rugiendo desde Sion y estará

dando Su Voz desde Jerusalén. Esa fue la lectura que
tuvimos, donde dice Dios por medio del Profeta Joel:

“Muchos pueblos en el valle de la decisión (ese es el
capítulo 3, verso 14 en adelante, de Joel); porque cercano
está el día de Jehová en el valle de la decisión.
El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán
su resplandor.
Y Jehová rugirá desde Sion.”
101. Ya no será Cordero sino León, porque el león es el que
ruge. Y en Apocalipsis, capítulo 10, Cristo, el Ángel Fuerte

que desciende del Cielo, coloca Su pie derecho sobre el
mar y el izquierdo sobre la Tierra; Él viene envuelto en una
nube, y el arco iris alrededor de Su cabeza; o sea, que viene
con el Pacto Divino, porque un arco iris o el arco iris es el
Pacto Divino, porque Él es el Ángel del Pacto; y Él clama
como cuando un león ruge, y Siete Truenos emiten sus
voces.
102. Ahí tenemos a Jehová, a Cristo, el Ángel del Pacto,
clamando, rugiendo, desde Sion.

103. Sion es la Iglesia del Señor Jesucristo, ese es Sion
Celestial. El Sion terrenal es Jerusalén, pero el Sion

Celestial es la Iglesia del Señor Jesucristo.
104. Por lo tanto, “Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz
desde Jerusalén.” O sea, que Cristo hablará como el León

de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores
en Su Obra de Reclamo, desde Sion. Desde Sion, porque
Sion es la Iglesia de Jesucristo, y la Iglesia de Jesucristo es
el Templo Espiritual de Jesucristo.
105. Y en el templo que construyó Salomón, y en el taber-
náculo que construyó Moisés, cuando vino Dios en la

Columna de Fuego, cuando fue dedicado el templo de
Salomón y el tabernáculo de Moisés, entró al templo, y
pasó al lugar santísimo, y se colocó sobre el propiciatorio,
en medio de los dos querubines de oro (el propiciatorio es

la tapa del arca del pacto), y allí permaneció Dios; y desde
allí le hablaba al Profeta Moisés todas las cosas que Moisés
tenía que decirle al pueblo hebreo.
106. Y ahora hay un Nuevo Templo, el cual Cristo ha estado
construyendo con piedras vivas, con seres humanos que

han estado recibiendo a Cristo como su Salvador personal,
y han estado pidiendo a Cristo perdón por sus pecados.
Cristo los ha perdonado, Cristo los ha lavado con Su
Sangre preciosa, han sido bautizados en agua en el Nombre
del Señor Jesucristo, y Cristo los ha bautizado con Espíritu
Santo y Fuego, y han obtenido el nuevo nacimiento, han
nacido del Agua y del Espíritu, y han entrado a formar
parte del Sion Celestial, de la Iglesia del Señor Jesucristo,
que es el Monte de Sion Celestial, pues el Reino de Dios
pasó de los hebreos a la Iglesia del Señor Jesucristo.
107. Cristo en San Mateo, capítulo 21, versos 42 al 46, dice
al pueblo hebreo que el Reino de Dios será quitado de en

medio de ellos y dado a gente que produzca los frutos del
Reino. El pueblo que produciría hijos e hijas de Dios es la
Iglesia del Señor Jesucristo, los hijos del Reino son el fruto
del Reino de Dios.
108. Y ahora, encontramos que el Reino corresponde a la
Iglesia del Señor Jesucristo, por eso somos Reyes con

Cristo, Coherederos con Cristo, del Reino Milenial y del
Reino Celestial también, del Reino para toda la eternidad.
Somos Reyes, somos Sacerdotes con Cristo también, y
somos Jueces con Cristo.
109. Cristo siempre es el Mayor. Somos Jueces, pero el Juez
Supremo es Cristo, porque Dios lo ha hecho Juez de vivos

y muertos. Él juzgará a los vivos y a los muertos, porque Él
es el Juez que juzgará a vivos y muertos; pero nosotros
somos Jueces con Él, pertenecemos a la Corte Divina de

Cristo, pero Él es el Juez Supremo, el Juez Principal.
110. También somos Reyes del Reino de Cristo, pero el Rey
Principal es Jesucristo nuestro Salvador. Cada ángel

mensajero es un Príncipe del Reino de Cristo, como los
apóstoles también son príncipes del Reino de Cristo. Por
eso Cristo dijo a Sus apóstoles: “Ustedes que me habéis
seguido se sentarán en doce tronos y juzgarán a las doce
tribus de Israel.” Son Príncipes del Reino de Cristo, por eso
serán colocados en doce tronos. Hay veinticuatro tronos
que están delante de Dios: doce pertenecen a los doce
apóstoles, y los otros doce pertenecen a los doce patriarcas.
111. Ahora, encontramos que ellos tienen que ver con el
pueblo hebreo. Los ángeles mensajeros de cada edad tienen

que ver con los gentiles, tienen que ver con la Iglesia del
Señor Jesucristo de en medio de los gentiles; por lo tanto,
cada ángel mensajero con el grupo de su edad es un
Príncipe con su Ejército, que Dios le dio para trabajar en la
edad que Dios lo envió.
112. Por eso cuando el Rvdo. William Branham visitó el
Paraíso, antes de partir definitivamente al Paraíso, lo

colocaron en un lugar alto, y él preguntó: “¿Por qué ustedes
hacen eso conmigo?” Ellos le dijeron... los que estaban en
el Paraíso, que eran los creyentes convertidos a Cristo bajo
el ministerio del Rvdo. William Branham, le dijeron:
“Porque tú en la Tierra fuiste un líder.”
113. Él dijo: “Yo quiero ver a Jesús.”
114. Le dijeron: “No puedes ver a Jesús todavía.”
115. Y él preguntó: “¿Por qué?”
116. Le dijeron: “Él está más arriba.” O sea, “Él está en la
séptima dimensión, donde está haciendo Intercesión”; y el

Rvdo. William Branham y todos los convertidos a Cristo
bajo el ministerio del Rvdo. William Branham estaban más

abajo, o sea, en la sexta dimensión, que es el Paraíso.
117. Y le dijeron a él: “Él vendrá a ti.” Pues allí están
esperando la Venida del Señor. Y le dicen: “Él vendrá a ti

primero y te juzgará; y si tú entras, nosotros entraremos
contigo, regresaremos a la Tierra, tomaremos cuerpos (o
sea, cuerpos físicos pero glorificados) y seremos tus
súbditos.”
118. ¿Por qué sus súbditos? Porque el Príncipe de su edad es
el Mensajero, y el pueblo de ese Príncipe es el grupo de

creyentes de esa edad.
119. Por lo tanto, así como está ordenado el mundo invisible,
Cristo tendrá todo ordenado en Su Reino Milenial; por lo

tanto, habrá personas en el Reino Milenial en cuerpos
glorificados, que pertenecerán al Principado de San Pablo.
Le preguntaremos: “¿A qué Principado tú perteneces? ¿A
qué reino del Reino de Cristo, o a qué Principado del Reino
de Cristo, bajo qué Príncipe del Reino de Cristo tú estás?”
Los de San Pablo dirán: “Bajo el Príncipe San Pablo; él es
el principal del grupo de la primera edad de la Iglesia entre
los gentiles”; y así por el estilo podremos preguntar a cada
persona que esté allí, y cada uno sabrá contestar a qué
principado pertenece. Si nos preguntan a nosotros, también
nosotros vamos a saber qué contestar.
120. Ahora, podemos ver que Dios tiene todo bien ordenado.
Dios es un Dios ordenado, el cual antes de hacer las cosas

las pensó desde antes de la fundación del mundo; por lo
tanto, lo que Dios está haciendo es lo que ya Él pensó
llevar a cabo.
121. Ahora, siendo que la Iglesia del Señor Jesucristo es
Sion, el Monte de Sion Celestial, el Israel Celestial, y la

Jerusalén Celestial, siendo que también es el Templo
Espiritual de Cristo, así como Él ha estado hablando por

medio de Su Espíritu Santo a través de cada ángel mensaje-
ro en cada edad en el Lugar Santo del Templo Espiritual de
Cristo, que corresponde a las siete edades de la Iglesia; para
este tiempo, Cristo en Espíritu Santo estará hablando desde
Su Templo Espiritual, que es el Monte de Sion Celestial; y
estará hablando como León, estará rugiendo como el León
de la tribu de Judá, hablando como Rey, como el Rey de
reyes y Señor de señores, como Hijo del Hombre e Hijo de
David. Y desde Sion, desde el Lugar Santísimo del Templo
Espiritual de Cristo, que es la Edad de la Piedra Angular,
estará hablando lo que Él desea que nosotros escuchemos,
y lo que Él desea hablarle al mundo entero y al pueblo
hebreo.
122. Desde el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual es
que Él estará hablando como cuando ruge un león, y por

consiguiente estaremos escuchando la Voz de Cristo en
forma consecutiva como los Siete Truenos de Apocalipsis,
capítulo 10; y eso es Jehová, Jesucristo, rugiendo desde
Sion.
123. Y ahora, encontramos que Jesucristo nuestro Salvador
estará rugiendo desde Sion, desde Su Iglesia, desde la etapa

de la Edad de la Piedra Angular, que es el Lugar Santísimo
de ese Templo Espiritual. ¿Y después qué hará? Después
dará Su Voz desde Jerusalén: estará hablándole al pueblo
hebreo.
124. Ahora, la Jerusalén Celestial es la Iglesia de Jesucristo,
y la Jerusalén terrenal es la capital del pueblo hebreo; por

lo tanto, todo el Programa Divino que Cristo ha estado
llevando a cabo en Su Iglesia, luego lo dará a conocer al
pueblo hebreo, cuando llegue el tiempo; lo cual hará por
medio de los Ministerios de los Dos Olivos, por medio de
los Ministerios de Moisés y Elías, siendo operados por el

Espíritu Santo en el Ángel que viene con el Sello del Dios
Vivo, para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil
hebreos (doce mil de cada tribu); y eso será la Voz de
Jehová, de Cristo, desde Jerusalén, para el pueblo hebreo;
eso será Jehová, Jesucristo, dando Su Voz desde Jerusalén;
y temblarán los Cielos y la Tierra.
125. Ahora, vean dónde es colocado todo esto de los Cielos
y la Tierra ser estremecidos. Cuando el Mensaje se torne al

pueblo hebreo serán estremecidos los Cielos y la Tierra;
aunque en la actualidad también hemos visto grandes
estremecimientos del Cielo y de la Tierra, pero el grande
viene cuando Dios esté hablando hacia el pueblo hebreo.
126. Cuando se torne el Mensaje de Dios para el pueblo
hebreo, para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil

hebreos, para ese tiempo los Cielos y la Tierra estarán
siendo estremecidos, y eso nos habla del terremoto grande
que ha de venir sobre la raza humana.
127. Para la resurrección habrá un terremoto grande como lo
hubo cuando Cristo resucitó con los santos del Antiguo

Testamento; y para este tiempo también habrá un terremoto
grande en este planeta Tierra. Pero queremos estar prepara-
dos antes que ocurra ese terremoto grande, porque quere-
mos ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de
las Bodas del Cordero. No deseamos pasar por la gran
tribulación.
128. Por lo tanto, estemos preparados escuchando la Voz de
Cristo rugiendo desde Sion, rugiendo desde Su Iglesia en

y desde la Edad de la Piedra Angular, desde la parte alta del
Monte de Sion, que es la Iglesia de Jesucristo; ese es el
Sion Espiritual y Celestial, como nos dice San Pablo en
Hebreos, capítulo 12, versos 22 en adelante, donde nos
muestra que ahora no nos hemos acercado al Monte Sinaí,

sino que estamos en otro Monte; no nos hemos acercado al
monte que se podía tocar, se podía palpar, sino que nos
hemos acercado a otro Monte. Capítulo 12, verso 22 de
Hebreos, dice San Pablo:
“...Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la
ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía
de muchos millares de ángeles...”
129. Aquí nos dice que nos hemos acercado al Monte de
Sion, a la Ciudad del Dios Vivo, Jerusalén la Celestial. Por

eso San Pablo en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21, dice
que:
“...nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde
también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
130. el cual transformará el cuerpo de la humillación
nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria

suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí
mismo todas las cosas.”
131. Él tiene el poder para transformar nuestro cuerpo, y Él
lo ha prometido y lo va a cumplir; y vamos a ser transfor-

mados y vamos a tener un cuerpo eterno, inmortal, inco-
rruptible y glorificado y joven para toda la eternidad, igual
al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador,
porque nos hemos acercado al Monte de Sion, a la Jerusa-
lén Celestial, a la Ciudad del Dios Vivo, a la multitud, “a
la compañía de muchos millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos que están
inscritos en los cielos (los Primogénitos son los hijos e
hijas de Dios creyentes en Cristo, nacidos de nuevo; esos
son los miembros de la Iglesia de Jesucristo, esos son los
ciudadanos de la Jerusalén Celestial, de la Ciudad del Dios
vivo, del Monte de Sion, del Monte Celestial de Dios), a
Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos

perfectos...”
132. Los espíritus de los justos hechos perfectos es el cuerpo
angelical, el cuerpo espiritual que cada creyente en Cristo

recibe cuando recibe el Espíritu Santo: obtiene el nuevo
nacimiento y obtiene un cuerpo angelical teofánico igual al
cuerpo angelical teofánico de Jesucristo nuestro Salvador,
el cual es llamado en el Antiguo Testamento el Ángel de
Jehová.
133. En Exodo, capítulo 23, verso 20 al 23, tenemos al
Ángel de Jehová enviado por Dios, en el cual está el

Nombre de Dios; por lo cual Dios dice: “No le seas
rebelde...” Capítulo 23 del Exodo, verso 20 en adelante,
dice:
preparado.”
134. Vean, Dios en el Antiguo Testamento obraba a través
de Su Ángel, envió a Su Ángel para libertar al pueblo

hebreo y para guiarlo hacia la tierra prometida, para
introducirlos en la tierra prometida. El Ángel de Jehová es
el cuerpo angelical de Dios, el cual es Cristo en Su cuerpo
angelical, Su cuerpo teofánico.
“Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas
rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque
mi nombre está en él.”
135. ¿Dónde estaba en el Antiguo Testamento el Nombre de
Dios? En el Ángel de Jehová. Por eso cuando Moisés en el

capítulo 3, verso 13 en adelante, le preguntó cuál era Su
Nombre, el Ángel de Jehová, el cual le había dicho a
Moisés en el mismo capítulo 3: “Yo Soy el Dios de tu
padre (o sea, el Dios de Amram, el padre de Moisés), el
Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob...”

136. Y ahora, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob es el
Ángel de Jehová. ¿Por qué? Porque en Él está Dios. Por lo

tanto, Dios manifestado en Su Ángel, en Su cuerpo angeli-
cal, es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el cual fue
visto en algunas ocasiones en la forma de un hombre, pero
de otra dimensión. Y aquí en el capítulo 3 del Exodo, verso
13 al 14, dice:
“Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos
de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha
enviado a vosotros.
Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les
responderé?
Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.
Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió
a vosotros.”
137. Cuando buscamos en los originales, encontramos que el
“YO SOY” son cuatro letras consonantes, las cuales son: Y

H W H; y ahí está el Nombre de Dios. La pronunciación de
ese nombre la escuchó Moisés, por lo tanto Moisés sabía
pronunciar el Nombre de Dios. Moisés para el Día Postrero
conocerá también el Nombre de Dios.
138. Moisés hablaba la Palabra que Dios ponía en su boca y
las cosas sucedían; y en Apocalipsis, capítulo 11, están los

Dos Olivos, que son Moisés y Elías. Moisés nuevamente
—el Ministerio de Moisés— conocerá el Nombre de Dios,
el Nombre que todavía los teólogos con todos sus doctora-
dos en Divinidad todavía no conocen y todavía no han
podido pronunciarlo bien; solamente conocen esas cuatro
consonantes, pero no saben cuál es el sonido, cómo se
pronuncia ese Nombre; ni los teólogos, los doctores en
Divinidad de la religión hebrea, no saben, ni los teólogos
del cristianismo tampoco; mucho menos los de otras

religiones que no son del cristianismo o del judaísmo.
139. Ahora, el Nombre de Dios ¿dónde dice Dios que está?
En el Éxodo 23, así como en el Éxodo, capítulo 3, el Ángel

de Jehová le dijo cuál era Su Nombre. ¿Por qué? Porque el
Nombre de Dios estaba en Él. Y aquí cuando Dios dice:
“Guardate delante de él...” Capítulo 23, verso 21:
“Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas
rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque
mi nombre está en él (¿dónde estaba el Nombre de Dios?
En el Ángel de Jehová).
Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que
yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los
que te afligieren.
Porque mi Ángel irá delante de ti...”
140. Dios envió Su Ángel delante del pueblo hebreo para
guiarlos por el camino e introducirlos a la tierra prometida.

141. Y ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que la
misma forma en que Dios, Jehová, el Padre Celestial, hizo

a través de Su Ángel: colocó Su Nombre en Su Ángel, a
través de Su Ángel guió al pueblo hebreo, y luego, cuando
llegó el tiempo, el Ángel de Jehová se hizo hombre y
habitó en medio del pueblo hebreo, y allí estaba el Nombre
de Dios... “Yo he venido en Nombre de mi Padre,” dijo
Cristo. Y también dijo: “Padre, glorifica Tu Nombre.” Y
Dios dijo: “Lo he glorificado y lo glorificaré otra vez.” Lo
glorificó en la Primera Venida del Hijo del Hombre, de
Cristo, y lo glorificará en Su Segunda Venida.
142. Y ahora, así como el Padre colocó Su Nombre en Su
Ángel... y Su Ángel es Cristo, el Ángel del Pacto, el cual se

hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo. Y ahora,
la Escritura nos dice en Apocalipsis 19, donde nos muestra
la Venida del Señor, en el capítulo 19, verso 11 en adelante

del Apocalipsis:
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo
blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero,
y con justicia juzga y pelea.
Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su
cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que
ninguno conocía sino él mismo.”
143. No es el Nombre Jesús, porque el Nombre Jesús todo el
mundo lo conoce; es un Nombre que nadie conoce, es el

Nombre correspondiente a la Segunda Venida de Cristo.
144. Y si era un misterio grande la Primera Venida de Cristo,
la cual se cumplió cuando se hizo carne el Verbo, el Ángel

de Jehová, y dijo: “Yo he venido en Nombre de mi Pa-
dre...” Ahora, si fue grande aquel misterio y el Nombre de
Dios manifestado allá, es grande también el misterio de la
Segunda Venida de Cristo y el Nombre que nadie conoce.
En Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, dice:
“Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y
le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un
nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo
recibe.”
145. Alguien va a recibir la Piedrecita Blanca y va a recibir
el Nombre de esa Piedrecita Blanca. Él ha prometido darle

esa Piedrecita Blanca al Vencedor, y darle el Nombre de
esa Piedrecita Blanca.
146. Ese Nombre que nadie conoce no es Jesús, es el Nom-
bre Nuevo del Señor, es el Nombre que será revelado en la

Segunda Venida de Cristo.
147. Todas las personas, todos los teólogos, todos los
doctores en divinidad, dicen: “Estamos esperando la

Segunda Venida de Cristo, y cuando Él venga, vamos a
conocerlo.” Y están esperando que cuando venga, se llame

“Jesús.” Pero no se han dado cuenta, no se han percatado,
que Él dice que esa Piedrecita Blanca tiene un Nombre
Nuevo.
148. Esa Piedrecita Blanca es la misma Piedra que vio el
Profeta Daniel y el rey Nabucodonosor, que fue cortada del

Monte, del Monte de Dios, y vino e hirió a la imagen en los
pies de hierro y de barro cocido, o sea, hirió al reino del
anticristo, de la bestia, en este tiempo final.
149. Y ahora, esa Piedrecita no cortada de manos es la
Segunda Venida de Cristo con un Nombre Nuevo que nadie

conoce sino aquel que lo recibe; y el que lo recibe es el que
recibe la Piedrecita Blanca: el que recibirá a Cristo en Su
Segunda Venida, ése será el que conocerá ese misterio del
Nombre Nuevo, ése será el que recibirá la Estrella resplan-
deciente de la Mañana; y la Estrella resplandeciente de la
Mañana es Jesucristo.
150. En Apocalipsis, capítulo 2, verso 28, dice:
“Y le daré la Estrella de la Mañana.”

151. Y en Apocalipsis 22, verso 16, dice:

152. Le va a ser dado al Vencedor la Estrella resplandeciente
de la Mañana, le va a ser dado Cristo, va a tener a Cristo,

Cristo estará en él, Cristo en Espíritu Santo estará manifes-
tado en él; y por consiguiente ahí estará Cristo con Su
Nombre Nuevo que ninguno conoce, lo va a escribir sobre
el Vencedor.
153. ¿Que Cristo va a escribir el Nombre de nuestro Dios, de
la Ciudad de nuestro Dios y Su Nombre Nuevo, sobre el

Vencedor? Que lo diga Cristo mismo. Vamos a leer a ver
si Él lo dice. Y si Él lo dice entonces todos decimos:

“¡Amén! ¡Así tiene que ser! Porque Cristo dice que será
así.” Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, nos dice:
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de
mi Dios...” O sea, que lo hará una persona muy importante
en el Templo de Dios; y el Templo de Dios es la Iglesia del
Señor Jesucristo.
154. Cuando se dice que tal persona es una columna o en la
Iglesia o en la ciudad donde vive, significa que es una

persona muy importante en esa ciudad; y si se dice que es
la columna principal, pues es la persona principal de esa
ciudad o de la Iglesia:
“...y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el
nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios,
la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios,
y mi nombre nuevo.”
155. ¿Dice Cristo que va a escribir el Nombre de nuestro
Dios y el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios, y Su

Nombre Nuevo sobre el Vencedor? Lo hemos leído; por lo
tanto, nosotros decimos: “¡Amén! ¡Así es! Porque Cristo lo
dice.” Aunque suene un poco extraño; pero miren, lo que
suena extraño es que una persona diga que no puede ser eso
así.
156. Cualquier persona que diga que eso no puede ser así, se
le hizo muy tarde para opinar, porque esto está aquí escrito
desde hace cerca de dos mil años. Dios lo dijo antes de
cualquier persona decir que no podía ser así.
157. POR LO TANTO, SEA TODA PALABRA DE HOM-
BRE MENTIROSA, MAS LA DE JESUCRISTO VER-

DADERA. POR LO TANTO, COMO EL HA DICHO,
ASÍ ES.
158. Y ahora, este misterio, vean ustedes, llega al punto en
donde Cristo va a escribir sobre el Vencedor, sobre un

hombre, el Nombre de nuestro Dios, el Nombre de la
Ciudad de nuestro Dios y el Nombre Nuevo Suyo.
159. Cuando Él ascendió victorioso al Cielo recibió un
Nombre Nuevo que nadie conoce, ese es el Nombre que Él

escribirá sobre el Vencedor, y ese es el Nombre que está
ligado a la Segunda Venida de Cristo; y si era misterioso el
tema de la Segunda Venida de Cristo, más misterioso es al
saber que viene con un Nombre Nuevo.
160. Y ahora, para ser revelado ese Nombre tiene que
mantener el Orden en que fue revelado el Nombre de Dios

para Redención, porque el Nombre Nuevo del Señor es
para la Obra de Reclamo, está ligado a la Obra de Reclamo.
161. Y ahora, ¿dónde estaba el Nombre de Dios en el
Antiguo Testamento? En el Ángel de Jehová. Por lo tanto

tiene que escribirlo Cristo en un Ángel. Y para el Día
Postrero Él tiene que tener un Ángel Mensajero en carne
humana, en el cual Cristo escriba el Nombre de nuestro
Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Su Nombre
Nuevo. Y ese misterio lo conocerá aquel que recibirá esa
Piedrecita Blanca, aquel sobre el cual Cristo escribirá el
Nombre de nuestro Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro
Dios y Su Nombre Nuevo; ese misterio lo conocerá ese
Ángel Mensajero. Por eso Cristo dice:
de estas cosas en las iglesias.” (Apocalipsis 22, verso 16)
162. Así como Dios envió Su Ángel, el Ángel de Jehová, en
el Antiguo Testamento, en el cual estaba el Nombre de

Dios; y ahora Cristo en el Nuevo Testamento envía Su
Ángel: en ese Ángel vendrá la revelación del misterio del
Nombre de Dios, de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre
Nuevo del Señor Jesucristo; ese será el único que podrá
revelar el misterio de ese Nombre y el misterio de la

Segunda Venida de Cristo; y eso lo hará rugiendo como
león desde el Monte de Sion, que es la Iglesia de Jesucristo,
y luego dando su Voz desde Jerusalén, dando el Mensaje,
y llamando y juntando ciento cuarenta y cuatro mil he-
breos. Eso es lo que está prometido para este tiempo final.
Y ahí está la bendición de Cristo para mí y ¿para quién
más? Para todos ustedes también.
163. Ahora, podemos ver: “EL MISTERIO DE JEHOVÁ
RUGIENDO DESDE SION.”

164. Es Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, en
la Edad de la Piedra Angular, hablándonos, dándonos Su

Mensaje final, y trayéndonos la Lluvia Tardía y la Lluvia
Temprana a la misma vez, trayéndonos el Evangelio del
Reino y el Evangelio de la Gracia a la misma vez, dándo-
nos la Enseñanza del misterio de la Primera Venida de
Cristo, y dándonos la Enseñanza del misterio de la Segunda
Venida de Cristo.
165. Hablándonos esos dos misterios alrededor de los cuales
gira la Dispensación de la Gracia y la Dispensación del

Reino, nos da la fe para ser transformados y llevados con
166. Ahora, hemos visto: “EL MISTERIO DE JEHOVÁ
RUGIENDO DESDE SION.”

167. Y en Apocalipsis, capítulo 10, encontramos al Ángel
Fuerte, el cual es Cristo, el Ángel del Pacto. Veamos,

capítulo 10, verso 1 en adelante del Apocalipsis:
“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en
una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era
como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie
derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo

clamado, siete truenos emitieron sus voces.”
168. Y aquí tenemos a Cristo, el Ángel Fuerte que desciende
del Cielo, clamando como cuando ruge un león, y Siete

Truenos emitiendo sus voces.
169. ¿Y desde dónde Él ruge? Él ruge cuando tiene un pie
sobre el mar y el otro sobre la tierra, el derecho sobre el

mar y el izquierdo sobre la tierra; y entonces rugió, clamó,
como cuando ruge un león. Y eso es Jehová rugiendo desde
Sion, Jehová, Jesucristo, rugiendo como el León de la tribu
de Judá, hablándonos, y Siete Truenos emitiendo sus voces:
Un Mensaje completo, eso es un Mensaje dispensacional:
el Mensaje del Evangelio del Reino; y así es como estaría-
mos escuchando a Jehová rugiendo desde Sion.
170. Y ahora, veamos lo que dijo el Rvdo. William Branham
en la página 57 del libro de “Los Sellos,” en español. Dice:

“Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de
una nube, y el arco celeste sobre su cabeza (está refiriendo-
se a Apocalipsis, capítulo 10)...’
Ahora, si Ud. se fija bien, notará que esta persona es
Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento El fue
llamado el Angel del Pacto (vean, es Cristo, el Ángel del
Pacto, el Ángel de Jehová, descendiendo del Cielo); y El
ahora viene directamente a los Judíos porque la iglesia ha
llegado a su fin (eso es para dar Su Voz en Jerusalén).
Bien, ahora continuando:
‘...y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas
de fuego.’
¿Recuerdan el ángel de Apocalipsis capítulo uno? Este
es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensaje-
ro a Israel. ¿Ve Ud.? La iglesia está a punto de ser rapta-
da, El viene por Su iglesia.”
171. Y ahora, Cristo, el Ángel del Pacto, el cual es el

Mensajero a Israel, y vino en carne humana en medio del
pueblo hebreo, y fue rechazado. Ahora en Su Venida viene
para Israel, pero la Iglesia todavía está en la Tierra, y tiene
que ser raptada, por lo tanto Él viene por Su Iglesia. Su
Iglesia es Su
172. Él tiene que transformarnos cuando haya completado
Su Iglesia. Y luego que seamos transformados estaremos de

30 a 40 días aquí; como Cristo y los santos del Antiguo
Testamento luego que resucitaron estuvieron unos 40 días
en la Tierra, y luego Cristo fue raptado, y también con Él
ascendieron al Cielo los santos del Antiguo Testamento que
habían resucitado con Cristo. Tiene que mantener el mismo
orden del pasado.
173. Ahora, podemos ver que el Ángel Fuerte que desciende
del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10, es Cristo, el Ángel

del Pacto; y Él viene directamente a los Judíos; pero por
cuanto la Iglesia está aquí en la Tierra, y está a punto de ser
raptada, Él viene por Su Iglesia, Él viene al Monte de Sion,
que es la Iglesia de Jesucristo, y clama como cuando un
león ruge, y Siete Truenos emiten sus voces: Es la Voz de
Cristo hablándonos y revelándonos el misterio del Séptimo
Sello, el misterio de Su Venida.
174. Por lo tanto, eso es Cristo, el Ángel Fuerte, descendien-
do del Cielo y viniendo al Monte de Sion, que es la Iglesia

del Señor Jesucristo; eso es lo que está prometido para este
tiempo final.
175. Por lo tanto, cuando Cristo termine Su Obra de Interce-
sión en el Cielo, Él se va a manifestar en toda Su plenitud

en medio de Su Iglesia, y va a transformar nuestros cuer-
pos, va a resucitar a los muertos creyentes en Él, y entonces
Cristo estará manifestado en Su Iglesia en toda Su plenitud.
176. Y Él tendrá ungido al Mensajero del Día Postrero, y Él

clamará a través de Su Mensajero en el Monte de Sion, que
es Su Iglesia; y luego, de ahí luego irá el Mensaje al pueblo
hebreo. Pero primero le toca a la Iglesia del Señor Jesucris-
to, porque el pueblo hebreo rechazó a Cristo; y ahora la
bendición está en la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el
Monte de Sion Celestial, la Ciudad del Dios Vivo, Jerusa-
lén la Celestial.
177. Pero luego vendrá al Monte de Sion terrenal, a la
Jerusalén terrenal allá en medio del pueblo hebreo. Pero

primero la bendición es para el Monte de Sion Celestial,
para la Jerusalén Celestial, que es la Iglesia del Señor
Jesucristo.
178. Así que ellos no pueden recibir la bendición de Dios
primero que nosotros; ellos la tuvieron y la rechazaron en

la Primera Venida de Cristo; la Segunda Venida de Cristo
corresponde a la Iglesia de Jesucristo.
179. Es en la Iglesia de Jesucristo que está la promesa para
la Segunda Venida de Cristo, y el pueblo hebreo luego verá

el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo en medio
de la Iglesia, y verá las cosas que Cristo estará realizando
en medio de Su Iglesia, y dirá: “Este es el que nosotros
estamos esperando.”
180. Pero Él viene por Su Iglesia, por Su Novia, para llevarla
a la Cena de las Bodas del Cordero. Por eso es que Jehová,

Jesucristo, para este tiempo final estará en medio de Su
Iglesia. ¿Dónde ha estado por todos estos años desde el Día
de Pentecostés en adelante? Ha estado en y con Su Iglesia.
181. Y para este tiempo final... Podemos ver que ha hablado
por medio de Su Espíritu Santo a través de Sus diferentes

Mensajeros, y para este tiempo Cristo estará rugiendo como
cuando ruge un león. ¿Dónde? En medio de Su Iglesia.
182. Por lo tanto, Él tendrá un instrumento a través del cual

estará hablándonos y revelándonos todas estas cosas.
Apocalipsis 22, verso 6, dice:
suceder pronto.”
183. Es por medio de Su Ángel Mensajero que Cristo estará
manifestado en el Día Postrero en el Monte de Sion

Celestial, que es Su Iglesia, y estará rugiendo como un
león, y Siete Truenos estarán emitiendo sus voces, y estará
revelándonos estos misterios de este tiempo final, estará
revelándonos el misterio de la Segunda Venida de Cristo
como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y
Señor de señores en Su Obra de Reclamo; y eso nos dará la
fe, la revelación, para ser transformados y llevados con
184. Y ahora, hemos visto que así como Dios envió Su
Ángel, el Ángel de Jehová en el Antiguo Testamento, y

luego lo manifestó en carne humana, para el Día Postrero...
así como Cristo envió a Su Ángel a Juan el Apóstol y lo ha
mantenido en Su Iglesia (a Su Ángel), para el Día Postrero
lo enviará en carne humana como ha enviado en carne
humana a los otros ángeles mensajeros que son Príncipes
en el Reino de Cristo.
185. Y ahora, hemos visto en el Programa Divino lo que
corresponde a nuestro tiempo. ¿Qué es lo que corresponde

a nuestro tiempo en la Iglesia del Señor Jesucristo? Lo que
corresponde es Jehová, Cristo, rugiendo desde Sion; es ahí
donde estará el Mensaje del Día Postrero, el Mensaje del
Evangelio del Reino juntamente con el Mensaje del
Evangelio de la Gracia; y de ahí pasará al pueblo hebreo.
186. Hemos visto: “EL MISTERIO DE JEHOVÁ RUGIEN-

DO DESDE SION.” Es Jesucristo en el Nuevo Testamento
hablando como el León de la tribu de Judá desde Su
Iglesia, a todos los gentiles, a toda Su Iglesia, y luego le
estará hablando al pueblo hebreo: por eso dice que dará Su
Voz en Jerusalén o desde Jerusalén.
187. Por lo tanto, el Mensaje que estará en medio de la
Iglesia de Jesucristo, luego pasará al pueblo hebreo; por lo

tanto, Jehová, Jesucristo, rugiendo desde Sion, luego dará
Su Voz desde Jerusalén, en medio del pueblo hebreo; pero
primero ruge, nos habla, como león en medio de la Iglesia
en este tiempo final.
188. Cuando Él complete Su Iglesia, entonces adoptará a
todos Sus hijos que estarán vivos; eso será nuestra trans-
formación; adoptará a Su Ángel y se manifestará en él y a
través de él en toda Su plenitud, y resucitará a los muertos
en Cristo en cuerpos glorificados, y eso será la Adopción
para ellos.
189. La Adopción es la redención del cuerpo donde obtene-
mos un nuevo cuerpo glorificado.

190. “JEHOVÁ, JESÚS, RUGIENDO DESDE SION.”
191. El Jehová del Antiguo Testamento es el Jesús del
Nuevo Testamento.
192. “JEHOVÁ, JESÚS, RUGIENDO DESDE SION.”
en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema:

“JEHOVÁ RUGIENDO DESDE SION.”
194. Y ahora, ¿dónde están las personas que han escuchado
la Voz de Cristo en este tiempo final? Aquí estamos,

habiendo escuchado Su Voz y habiendo recibido a Cristo
como nuestro Salvador, y habiendo sido limpiados con la
Sangre de Cristo, perdonados por Cristo, bautizados en
agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y Cristo nos ha

bautizado con Espíritu Santo y Fuego, y ha producido en
nosotros el nuevo nacimiento, ha producido el nacimiento
del Agua y del Espíritu, y hemos entrado al Reino de
Cristo.
195. Él nos ha colocado en Su Reino con vida eterna; por lo
tanto tenemos vida eterna, no pereceremos jamás; ya Él nos

salvó, y ya no nos puede perder. Él salva para siempre.
196. Y ahora, si hay alguna persona que todavía no ha
recibido a Cristo como su Salvador, quiero decirle que

usted todavía no tiene vida eterna, usted todavía está
perdido. Pero Cristo, el Hijo del Hombre, vino a buscar y
a salvar lo que se había perdido; ya Él nos buscó a noso-
tros, nos encontró y nos salvó.
197. Y usted es una oveja del Señor a la cual Cristo vino a
buscar y a salvar también. Por lo tanto usted está en esta

ocasión, en esta actividad, porque Cristo por Su Espíritu
Santo lo ha traído a usted para que usted escuche la Palabra
de Cristo acá en su alma, y usted despierte a la realidad de
que usted es un hijo o una hija de Dios:
“Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo,” dice San Pablo en Efesios,
capítulo 5, verso 14.
198. Por lo tanto, usted tiene que despertar acá en su alma;
su alma (lo cual es usted, porque usted es alma viviente)

tiene que despertar, para despertar a la vida eterna, desper-
tar como un hijo o una hija de Dios en el Reino de Cristo,
para que pueda vivir eternamente con Cristo en Su Reino.
199. Por lo tanto, en esta ocasión usted tiene la oportunidad
de recibir a Cristo como su Salvador personal, para que

Cristo perdone sus pecados, lo limpie con Su Sangre
preciosa de todo pecado, sea bautizado en agua en Su

Nombre, y Cristo lo bautice a usted con Espíritu Santo y
Fuego, y así usted reciba vida eterna. En San Marcos,
capítulo 16, verso 15 al 16, dice Cristo, luego de resucita-
do:
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evange-
lio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que
no creyere, será condenado.”
200. ¿Qué desea usted: desea usted ser condenado o desea
usted ser salvo? Los que sean condenados serán echados al

lago de fuego, y serán destruidos en cuerpo, espíritu y
alma; pero tal cosa nadie lo desea para sí mismo, todos
deseamos ser salvos y vivir eternamente con Cristo en Su
Reino. Por lo tanto, necesita usted creer y ser bautizado:
“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el
que no creyere, será condenado.”
201. Por lo tanto, creyendo en nuestro amado Señor Jesucris-
to como su Salvador personal, arrepentido de sus pecados

y pidiéndole perdón a Cristo por sus pecados, Cristo lo
perdonará, lo lavará con Su Sangre preciosa, usted será
bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y
Cristo lo bautizará con Espíritu Santo y Fuego, y usted
recibirá vida eterna.
202. En el libro de los Hechos, capítulo 2, Pedro predicando
dijo: Capítulo 2, verso 36 en adelante:

“Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel,
que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha
hecho Señor y Cristo.
Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a
Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué
haremos?
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de

vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros
hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el
Señor nuestro Dios llamare.”
203. O sea, que el Bautismo del Espíritu Santo y Fuego es
para todos los que el Señor Jesucristo llame.

204. Y ahora, el Señor Jesucristo les está llamando a ustedes
que todavía no han recibido a Cristo como su Salvador,

para que ustedes le reciban como Salvador, y ustedes
reciban el perdón de sus pecados, sean lavados con la
Sangre de Cristo, sean bautizados en agua en el Nombre del
Señor Jesucristo, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y
Fuego; y así sean colocados en el Reino de Cristo.
205. “No hay otro Nombre dado a los hombres en que
podamos ser salvos, solamente en el Nombre del Señor

Jesucristo.” Ese es el Nombre para Redención, ese es el
Nombre en que se predica la salvación del alma de todo ser
humano, ese es el Nombre en el que se predica el arrepenti-
miento y el perdón de los pecados.
206. Por lo tanto, en esta ocasión, ustedes que no han
recibido a Cristo todavía como su Salvador, tienen la

oportunidad de hacerlo, como lo hicieron estas personas
que escucharon el Mensaje y la invitación de San Pedro:
“Y con otras muchas palabras testificaba y les exhorta-
ba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.”
207. La generación humana descendiente de Adán está
condenada a muerte, pero hay un Salvador que salva todas

las personas que lo reciban.
“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautiza-
dos; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”
208. Como tres mil personas recibieron la Palabra, y fueron

bautizadas en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y
fueron añadidas a la Iglesia de Jesucristo como tres mil
personas.
209. Y ahora, la oportunidad la tienen los que todavía no han
recibido a Cristo como su Salvador, para que Cristo los

reciba, perdone sus pecados, los limpie con Su Sangre
preciosa, sean bautizados en agua en el Nombre de Jesu-
cristo, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego, y
sean añadidos a la Iglesia del Señor Jesucristo, y así tengan
vida eterna, y así hayan asegurado su alma con vida eterna.
210. La vida eterna es lo más importante para todo ser
humano. El dinero se acaba, cuando la persona muere no se

lo puede llevar para donde va, las riquezas terrenales no se
las puede llevar, todo lo que estudió en las universidades
tampoco se lo puede llevar; allá no puede decir: “Yo soy
abogado, yo me gradué de la universidad, por lo tanto yo
quiero defender mi caso.”
211. No, en el Cielo hay solamente un Abogado Defensor, y
es Jesucristo nuestro Salvador en la Corte Divina; otro

abogado no sirve allí. Todo abogado de aquí de la Tierra,
en el Cielo necesita un Abogado que lo defienda. Y
solamente hay uno: se llama Señor Jesucristo. Él es nuestro
Abogado, el cual intercede por nosotros ante Dios, ante el
Juez de los Cielos y de la Tierra.
212. Por lo tanto, en estos momentos todos los que levanten
sus manos para recibir a Cristo, recibirán el perdón de sus

pecados, Cristo los limpiará con Su Sangre preciosa, serán
bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y
Cristo los bautizará con Espíritu Santo y Fuego.
213. Por lo tanto, voy a dejar al Rvdo. Miguel Bermúdez
Marín para que ore por todas las personas que levantarán
sus manos, para que Cristo tenga Misericordia de ustedes.

Voy a pedirle al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín pase acá
para que ore por todas las personas que levanten sus manos
para recibir a Cristo como su Salvador personal.
214. Este es el momento más importante de la vida de
ustedes que todavía no han recibido a Cristo como su

Salvador, ha llegado el momento para recibir a Cristo como
su Salvador, para así tener vida eterna y tener una nueva
esperanza: la esperanza de vivir eternamente con Cristo en
Su Reino por toda la eternidad.
215. Muchas gracias por vuestra amable atención, amables
amigos y hermanos presentes. Con nosotros nuevamente el

Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para orar por todas las
personas que levantarán sus manos y pasarán al frente para
que el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín ore por ustedes.
Desde ya pueden estar pasando al frente para que el Rvdo.
Miguel Bermúdez Marín ore pronto por ustedes, y Cristo
les perdone, y los lave, los limpie, con Su Sangre preciosa.
216. Que Dios les bendiga, que Dios les guarde; y muchas
gracias por vuestra amable atención.

“JEHOVÁ RUGIENDO DESDE SION.”
LA VENIDA
DEL REINO DE DIOS
Y LA POSICIÓN
DE CADA CREYENTE
EN ÉL
LA VENIDA DEL REINO DE DIOS
Y LA POSICIÓN
DE CADA CREYENTE EN ÉL

Viernes, 11 de abril de 2003
Cayey, Puerto Rico
M uy buenas noches, amados amigos y hermanos

presentes; es para mí una bendición y privilegio
grande estar con ustedes en esta noche, para compartir con
ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la
Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este
tiempo final. Ya estamos acercándonos a la Semana Santa,
donde estaremos recordando todo lo que sucedió en
aquellos días de la muerte de nuestro amado Señor Jesu-
cristo en la Cruz del Calvario.
2. Antes de la muerte de Cristo, Él tuvo Su entrada triunfal
un domingo, pero antes de eso, vean lo que sucedió. En San
Mateo, capítulo 19, y ya en el capítulo 21 ya es la entrada
triunfal; pero vamos a ver en el capítulo 19, verso 27 al 30,
dice la Escritura... y también en San Lucas 22, verso 28 al
30 también, que es el mismo pasaje, pero enfocado toman-
do otro ángulo.
“Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí,
nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué,
pues, tendremos?
Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regenera-
ción, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su
gloria, vosotros que me habéis seguido también os senta-
réis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de

Israel.
Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por
mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida
eterna.
Pero muchos primeros serán postreros, y postreros,
primeros.”
3. Y en San Lucas, lo cual es el mismo pasaje, pero que
toma otros detalles, dice capítulo 22, verso 28 al 30:
“Pero vosotros sois los que habéis permanecido
conmigo en mis pruebas.
Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo
asignó a mí,
para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os
sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.”
permita entenderla.
5. Nuestro tema es: “LA VENIDA DEL REINO DE
DIOS Y LA POSICIÓN DE CADA CREYENTE EN
ÉL.”
6. A través de la historia bíblica podemos ver que hay una
lucha en el planeta Tierra, en donde se lucha por el poder
del gobierno en cada nación y en cada continente.
7. Ahora, a través de la historia bíblica podemos ver que
los reinos aquí en la Tierra son dirigidos desde otra
dimensión. Eso es muy importante saberlo, para que así
podamos comprender nuestro tema de esta ocasión. El Dios
Todopoderoso es el Rey de los Cielos y de la Tierra.
8. Ahora, encontramos que antes de existir las cosas
físicas que nosotros podemos ver, vinieron a existencia las
cosas invisibles, las cosas que pertenecen a otra u otras
LA VENIDA DEL REINO DE DIOS Y LA POSICIÓN... 119
dimensiones. Y antes de aparecer reinos aquí en la Tierra,

ya existían reinos en otra u otras dimensiones: principados,
potestades, señoríos, y así por el estilo.
9. Y ahora, tenemos en ese mundo invisible, en ese mundo
espiritual, que Cristo tiene Su Reino; y Lucero, el arcángel
que se rebeló contra Dios, tiene su reino. Y Lucero estaba
celoso con Cristo porque Lucero quería tener un reino
mejor, más hermoso, que el Reino de Cristo.
10. Ahora, encontramos que el reino aquí en la Tierra, dijo
Cristo que está bajo un príncipe. Y ahora, vamos a ver algo

aquí para poder comprender nuestro tema de esta ocasión.
En el capítulo 12 de San Juan, verso 31, dice:
“Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de
este mundo será echado fuera.”
11. Se refiere aquí al diablo, que es el príncipe de este
mundo, el cual Cristo dice que sería echado fuera. También

en el capítulo 14 de San Juan, verso 30, dice:
“No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el
príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.”
12. Y ahora, Cristo habla del príncipe de este mundo como
el diablo.
13. Y ahora, en el capítulo 16, verso 11, dice, de San Juan
también:
“...Y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha
sido ya juzgado.”
14. El príncipe de este mundo es el diablo, el cual en San
Mateo, capítulo 4, cuando Cristo estuvo ayunando por

cuarenta días, y terminó Su tiempo de ayuno... vean, en el
capítulo 4 de San Mateo, verso 8 en adelante, dice:
“Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le
mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.
Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito

está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles
y le servían.”
15. Aquí también podemos ver que el diablo, siendo el
príncipe de este mundo y de los reinos de este mundo, le

ofreció a Cristo los reinos de este mundo si Cristo postrado
lo adoraba; por lo tanto, la adoración que Cristo ofrecería
no sería a Dios, sino al diablo; y por consiguiente la
adoración de ese reino que le ofreció el diablo a Cristo es
una adoración ¿a quién? Al príncipe de este mundo, que es
el diablo. Y el diablo quería que Jesucristo fuera rey de ese
reino; por consiguiente, el diablo lo que quería era encar-
narse en Jesucristo, y a través de Jesucristo gobernar la raza
humana y el Universo completo.
16. Ahora, encontramos que Cristo conocía el Programa
Divino, y Cristo no estaba interesado en ser el representante

del reino de las tinieblas.
17. Ahora, el diablo siempre ha estado buscando un
instrumento en y a través del cual manifestarse en toda su

plenitud, y el cual está señalado como el anticristo, en el
cual el diablo se manifestará en toda su plenitud en el
tiempo final.
18. Ahora, el reino de este mundo, que es del maligno, bajo
el cual están los reinos de este mundo, vean ustedes, van a

dejar de existir en algún momento, porque Cristo va a
establecer Su Reino, que es el Reino de Dios en este
planeta Tierra; pero mientras llega ese momento, el diablo
lleva miles de años gobernando la raza humana, y lleva
miles de años con ese reino de las tinieblas establecido
sobre la raza humana, el cual es un reino de muerte; por eso
vemos tantas muertes y tantas guerras en medio de la raza
humana.
19. ¿Qué está sucediendo? El reino de las tinieblas está
convulsionado, está ya para pronto dejar de existir. En los

tiempos, por ejemplo, del Profeta Daniel, tenemos la visita
de un varón, un hombre de otra dimensión llamado el
Arcángel Gabriel, el cual le apareció al Profeta Daniel en
el capítulo 10 del libro del Profeta Daniel. Dice capítulo 10,
verso 5 en adelante, dice:
“Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de
lino, ceñidos sus lomos de oro de Ufaz.
Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un
relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus
brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el
sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.
Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los
hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de
ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron.
Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó
fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en desfallecimien-
to, y no tuve vigor alguno.
Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de
sus palabras, caí sobre mi rostro en un profundo sueño,
con mi rostro en tierra.
Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese
sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.
Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las
palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido
enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en
pie temblando.
Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el
primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humi-
llarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras;
y a causa de tus palabras yo he venido.

Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso
durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los
principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con
los reyes de Persia.
He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu
días.”
20. Ahora vean, aquí tenemos príncipes de un mundo
invisible a la vista del ser humano. Por ejemplo, tenemos el

príncipe de Persia, de ese reino de los gentiles, en esa etapa
de plata, esa etapa del reino medo-persa, que es la segunda
etapa del reino de los gentiles. La primera etapa fue la
cabeza de oro de la estatua que vio el rey Nabucodonosor
y de la estatua que vio el Profeta Daniel; pero ahora el
reino se encuentra en la etapa del pecho y los brazos de
plata, pero esa etapa también tiene que terminar.
21. Ahora, para cada etapa del reino de los gentiles hay un
príncipe del reino de las tinieblas que está a cargo de esa

etapa, y que está dirigido por el príncipe de las tinieblas;
porque el reino de las tinieblas se ha estado materializando
en la raza humana y en estos reinos terrenales del reino de
los gentiles. Pero por cuanto el Reino de Dios gobierna
toda la Creación, el reino de las tinieblas, el reino del
maligno, es un reino rebelde, un príncipe que con su reino
se levantó en contra de Dios.
22. Ahora, veamos aquí lo que sigue diciendo la Escritura,
dice verso 18 al 21 del mismo capítulo 10:

“Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra
vez, y me fortaleció,
y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo;
esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré
las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortale-

cido.
El me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora
tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia;
y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá (o sea,
que entonces se pasaría a la tercera etapa del reino de los
gentiles, que corresponde al imperio de Grecia).
Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la
verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel
vuestro príncipe.”
23. Cuando dice: “Miguel vuestro príncipe,” siendo que
Daniel es hebreo, el príncipe de los hebreos, el príncipe del

mundo espiritual que está por el pueblo hebreo, es el
Arcángel ¿quién? Miguel.
24. Ahora, por eso podemos ver que también la Escritura
nos enseña algo con relación al Arcángel Miguel, el cual en

una ocasión, nos dice la Escritura que se encargó del
cuerpo del Profeta Moisés, el cual... Vean, aquí en Judas, el
Apóstol Judas, capítulo 1, verso 8 al 9, dice:
“No obstante, de la misma manera también estos
soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y
blasfeman de las potestades superiores.
Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el
diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se
atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que
dijo: El Señor te reprenda.”
25. Ahora, fue el Arcángel Miguel más respetuoso con el
diablo, que muchas personas - que lo que son muchas

personas con las cosas de Dios. Vean, dice:
“Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y
en las que por naturaleza conocen, se corrompen como
animales irracionales.
¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y

se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron
en la contradicción de Coré.”
26. Ahora, aquí podemos ver que el Arcángel Miguel
acompañaba al pueblo hebreo, y se encargó del cuerpo del

profeta Moisés. Es que cuando los santos de Dios mueren,
los ángeles de Dios se encargan de esas personas y los
llevan al Paraíso.
27. Y ahora, por cuanto Moisés es un Profeta dispensacio-
nal, encontramos que el Arcángel Miguel se encargó de

Moisés. Era el Arcángel que estaba por el pueblo hebreo,
y sigue siendo el Arcángel que está por el pueblo hebreo.
28. Ahora vean, el Profeta Moisés tenía un Arcángel
poderoso que lo acompañaba y se encargó de él hasta el

momento de su partida. Este es el Arcángel que ayuda al
Arcángel Gabriel.
29. Ahora, en el mundo espiritual encontramos que hay
estas luchas espirituales, luchas como las hay aquí en la

Tierra, nación contra nación. Encontramos que hay una
lucha en el mundo espiritual, en donde el Arcángel caído,
Lucero, se levantó contra Cristo y Su Reino. Por lo tanto,
esa lucha que comenzó en el Cielo, se ha estado materiali-
zando en la Tierra; y por eso es que las personas no com-
prenden porqué suceden estas cosas en la Tierra.
30. Cuando en la Tierra podemos ver ese panorama de
guerras, de luchas, como están en la actualidad, en el

mundo espiritual la cosa es mayor; y solamente se está
teniendo aquí en la Tierra un reflejo de lo que está suce-
diendo en el mundo espiritual. El reino de las tinieblas
pronto va a ser quitado, y va a ser establecido el glorioso
Reino de la Luz, el glorioso Reino de Cristo, que es la Luz
del mundo.
31. Por lo tanto, en el reino de las tinieblas hay miedo, hay

gran temor, tanto en el mundo espiritual como en el mundo
físico gobernado por el reino de las tinieblas. Pero para los
creyentes en Cristo, Él dijo: “Mi paz os dejo, mi paz os
doy; no como el mundo la da, Yo os la doy.” Por lo tanto,
para los creyentes en Cristo hay paz acá en el alma y hay
seguridad acá en el alma.
32. Ahora, el reino de las tinieblas ha estado gobernando a
la raza humana desde que el ser humano pecó en el Huerto

del Edén; el diablo ha tenido unos seis mil años de gobier-
no físico sobre la raza humana. Pero eso va a ser quitado,
porque Cristo va a establecer el Reino de Dios en la Tierra.
Y por eso cuando Cristo estuvo predicando, aun en Su
comienzo de Su ministerio en San Mateo, capítulo 4, verso
12 al 17, dice la Escritura:
“Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a
Galilea;
y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum,
ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí,
para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías,
cuando dijo:
Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
Camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;
El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Luz les resplandeció.
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
33. Y ahora, encontramos a Cristo anunciando que el Reino
de los Cielos se ha acercado; por lo tanto, allí Cristo está

proclamando que está cerca el Reino de los Cielos, y allí
está el Rey que ha de gobernar ese Reino, que es Jesucristo

nuestro Salvador.
34. Ahora, los discípulos deseaban saber cuál sería su
posición en el Reino de Dios cuando Cristo, el Mesías, lo

estableciera en la Tierra. Lo mismo que sucede con muchas
personas que ayudan a un candidato en la política, el
candidato que va a ser el presidente o gobernador, y
también los que ayudan a los que van a ser alcaldes;
siempre le preguntan: “Bueno, ¿cuál es la posición en que
tú me vas a colocar en esa administración de tu gobierno?”
Porque todos quieren saber porqué y qué beneficios van a
recibir por el trabajo que llevan a cabo en favor de ese
candidato.
35. Y ahora, siendo que Jesucristo es el único candidato
para gobernar como Rey en el Reino de Dios que será

establecido en la Tierra, el cual es el mismo Reino que Dios
le dio a David... El Reino de David y el Trono de David,
pues es el Trono de Dios terrenal; y Cristo es el Heredero
a ese Trono terrenal.
36. Vean, en San Lucas, capítulo 1, el mismo Arcángel
Gabriel... del cual el Rvdo. William Branham dice en un

viaje imaginario que él invita a dar a sus oyentes, les dice:
“Vamos a donde el padre Abraham a preguntarle qué es lo
más importante.” Y cuando lo entrevistan, dice Abraham:
“Lo más importante es la vida eterna.” Y luego dice:
“Vamos a donde el Arcángel Gabriel a preguntarle.” Le
preguntan al Arcángel Gabriel, y el Arcángel Gabriel dice:
“Lo más importante es la Vida (o sea, la vida eterna).” No
hay cosa más importante que la vida eterna.
37. Ahora, veamos aquí en San Lucas, capítulo 1, versos 30
en adelante, dice:
“Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque
has hallado gracia delante de Dios.

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo,
y llamarás su nombre JESÚS.
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el
Señor Dios le dará el trono de David su padre;
y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin.”
38. Ahora, podemos ver aquí cómo el Arcángel Gabriel
señala que Dios le dará el Trono de David Su Padre, ¿a

quién? A Cristo. Cristo es el Heredero al Trono de David.
39. Ahora, vean lo que es este Trono y lo que es este Reino
de David. En el capítulo 28 de Primera de Crónicas, verso

5 al 6, dice... esto fue en el tiempo en que David fue a
establecer quién sería el heredero de David, al Trono de
David. Aquí dice... cuando David quiso edificar el templo
para Dios, vean, capítulo 28, verso 3 en adelante, dice
[Primera de Crónicas]:
“Mas Dios me dijo: Tú no edificarás casa a mi nombre,
porque eres hombre de guerra, y has derramado mucha
sangre.
Pero Jehová el Dios de Israel me eligió de toda la casa
de mi padre, para que perpetuamente fuese rey sobre
Israel; porque a Judá escogió por caudillo, y de la casa de
Judá a la familia de mi padre; y de entre los hijos de mi
padre se agradó de mí para ponerme por rey sobre todo
Israel.
Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado
muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente
en el trono del reino de Jehová sobre Israel.”
40. El Trono del Reino de Jehová sobre Israel, sobre el
pueblo hebreo, vean, es el Trono de David.

“Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa
y mis atrios; porque a éste he escogido por hijo, y yo le

seré a él por padre.
Asimismo yo confirmaré su reino para siempre, si él se
esforzare a poner por obra mis mandamientos y mis
decretos, como en este día.”
41. Ahora, veamos, el Reino de Dios sobre el pueblo
hebreo tiene un Trono, es el Trono de David. Ese es el

Trono del Reino de Jehová sobre el pueblo hebreo, es el
Trono de Dios terrenal sobre el pueblo hebreo y en el Reino
de Dios en medio del pueblo hebreo.
42. Ahora, en el capítulo 29, verso 22 en adelante, dice... el
día que por segunda vez dieron la investidura del rey a

Salomón, dice [Primera de Crónicas]:
“Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día
con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del
reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron
por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.
Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en
lugar de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció
todo Israel.”
43. ¿En qué trono se sentó Salomón? Dice: “Y se sentó
Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de David

su padre.”
44. Y ahora, ese Trono es el Trono terrenal de Dios, del
Reino de Dios terrenal; porque Dios tiene Su Trono

Celestial en el Cielo, sobre el cual Él está sentado, y desde
el cual Él gobierna o reina sobre toda la Creación.
45. Ahora, este Trono terrenal de Dios, llamado el Trono de
David, es el Trono terrenal al cual Cristo es Heredero. El

Reino de Dios en la Tierra no puede ser llevado a cabo, a
menos que sea sobre el Trono de David, porque ése es el
Trono terrenal de Dios en la Tierra.
46. Y ahora, encontramos que cuando Cristo, el cual es el

Heredero a ese Trono, lo reclame y lo tome, entonces
establecerá el Reino de Dios en la Tierra. Por eso Él dijo,
enseñando a orar a Sus discípulos, les enseñó a que pidie-
ran la Venida del Reino de Dios; dijo: “Venga Tu Reino.
Hágase Tu voluntad como en el Cielo aquí en la Tierra, o
también en la Tierra.”
47. Cuando el Reino de Dios sea establecido en la Tierra,
será el Reino de David sobre el Trono de David, gobernan-

do Cristo, y entonces habrá paz verdadera sobre la Tierra,
habrá prosperidad y habrá amor los unos por los otros,
naciones por las naciones, y así por el estilo.
48. Ahora, ese Reino de Dios es el que tendrá a Cristo y en
el cual Cristo estará como Rey de reyes reinando en esta

Tierra. Él estará como Hijo de David. Por eso como Hijo de
David Él es Heredero al Trono de David.
49. Y ahora, esto será en la regeneración, lo cual es el
Reino Milenial; en el Reino Milenial será el Trono y Reino

de David restaurado. Eso es la regeneración del Reino de
David, y Trono de David, en donde estarán con Cristo
todos los que han obtenido también la regeneración; y por
consiguiente, esas personas estarán ocupando posiciones
muy importantes en ese Reino de nuestro amado Señor
Jesucristo.
50. En ese Reino de nuestro amado Señor Jesucristo, todas
las personas que vivirán y que tendrán una parte importan-

te, serán las personas pertenecientes al Cuerpo Místico de
Cristo, son los que han recibido la regeneración espiritual,
y luego recibirán la física, en donde recibirán el cuerpo
nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.
51. Ahora, estas personas son las que tendrán cien veces
más de lo que tenían, y heredarán la vida eterna. Y Cristo

dice: “Vosotros...” Dice: “Y Jesús les dijo...” Capítulo 19,

verso 28 en adelante:
“Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regenera-
ción, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su
gloria (el Trono de Su gloria es el Trono de David, el
Trono terrenal de Dios, el cual Cristo recibe), vosotros que
me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos,
para juzgar a las doce tribus de Israel.”
52. Estos apóstoles del Señor Jesucristo tendrán una
posición bien importante en el Reino Milenial de Cristo:

estos son los príncipes terrenales que estarán con Cristo
gobernando sobre el pueblo hebreo; son colocados sobre
doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Esto nos
habla de la Teocracia siendo restaurada, como fue en el
tiempo de los jueces, a través de los cuales Dios juzgaba al
pueblo hebreo, los dirigía, los gobernaba, a través de los
jueces del Antiguo Testamento.
53. Y ahora, encontramos que la posición que va a tener
cada persona en el glorioso Reino Milenial de Cristo, y

luego en la eternidad, primero la tiene que tener en la
Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, tiene toda persona
que comprender que si va a tener o desea tener una
posición importante en el glorioso Reino Milenial de
Cristo, tiene entonces que trabajar en el Reino de Cristo.
54. Él dijo: “Haced tesoros (¿dónde?) En los Cielos.” Es
hacer tesoros en el Reino de Cristo. Él dijo también:

“Buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia.” Por
lo tanto, es en el Reino de Cristo, el cual se materializa
espiritualmente, o se manifiesta espiritualmente, en la
forma de la Iglesia del Señor Jesucristo.
55. El Reino de los Cielos o Reino de Cristo está en una
esfera espiritual todavía, todavía no está establecido en la

Tierra físicamente, pero va a ser establecido físicamente en

la Tierra; y ahí los que han luchado y han trabajado en el
Reino de Cristo, tendrán posiciones bien importantes en el
Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.
56. Por lo tanto, los creyentes en Cristo no pueden esperar
estar en el glorioso Reino Milenial de Cristo para decir:

“Ahora yo voy aquí a trabajar para lograr obtener una
posición importante en este Reino.” Usted y yo seremos
colocados en la posición que nos corresponde de acuerdo
a la posición que hayamos tenido en la Iglesia del Señor
Jesucristo.
57. Por lo tanto, donde hay que luchar no es cuando
estemos en el Reino Milenial, es aquí mientras estamos en

esta etapa o esfera espiritual. Vean, mientras los apóstoles
estaban en esa esfera espiritual, mientras vivían en la
Tierra, fue que Cristo les dio esa promesa. Por lo tanto, la
promesa siempre es para cuando estamos aquí en estos
cuerpos mortales.
58. Siempre, vean ustedes, vamos a ver algunas promesas
dadas aquí en el libro del Apocalipsis. Por ejemplo...

Recuerden que el obrero primero tiene que trabajar, ¿para
qué? Para recibir el pago de su labor. El dueño de una finca
antes de cosechar tiene que sembrar, y luego con paciencia
esperar que crezcan las plantaciones, que echen fruto, y que
madure, se madure el fruto, para luego cosechar.
59. Y así es también para cada individuo. Lo que el hombre
sembrare, eso es lo que cosechará. Toda persona quiere

cosechar una posición importante ¿dónde? En el Reino de
Cristo, en la regeneración, en ese glorioso Reino Milenial.
Por lo tanto, lo que hay que hacer es ¿qué? Trabajar para
luego cosechar, sembrar con nuestro trabajo para luego
cosechar una posición importante en el Reino de Cristo.
60. Ahora, veamos algunas promesas aquí. Por ejemplo, en

el capítulo 2, verso 26 en adelante, dice [Apocalipsis]:
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo
le daré autoridad sobre las naciones,
y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas
como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de
mi Padre.”
61. Y ahora, vean ustedes, recibe autoridad luego que
obtiene la victoria. Al que venciere, el que venciere será el

que recibirá la bendición. Por lo tanto, tenemos una labor
para llevar a cabo cada creyente en Cristo como individuo;
y de cómo la persona luche y trabaje en la Obra de Cristo
será la recompensa que recibirá en el Reino de Cristo. Esto
también lo habló Cristo en la parábola de los talentos, y
también en la parábola de las minas.
62. Vean, vamos a ver en la parábola... en estas parábolas
vamos a ver algo... En San Lucas, capítulo 13, vamos a ver

lo que Cristo nos dice aquí. Capítulo 13.... San Lucas,
capítulo 13, y San Mateo, capítulo 25... En San Mateo,
capítulo 25 nos habla de los talentos; y las minas es en el
capítulo 19 de San Lucas. En el capítulo 19 de San Lucas,
“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una
parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos
pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediata-
mente.”
63. Vean, estaba ya Jesús cerca de Jerusalén, y en esos días
Cristo iba a entrar a Jerusalén como Rey, iba a entrar como

el Príncipe, el Rey del pueblo hebreo. Y ellos pensaban que
Cristo al entrar a Jerusalén iba a establecer el Reino de
Dios literalmente, y se iba a sentar sobre el Trono de
David.
“Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano,

para recibir un reino y volver.
Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y
les dijo: Negociad entre tanto que vengo.
Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras
él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine
sobre nosotros.
Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino,
mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había
dado el dinero, para saber lo que había negociado cada
uno.
Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado
diez minas.
El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco
has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.”
64. Y aquí esto nos habla de la etapa en que el Reino de
Cristo está primero en su etapa espiritual, donde hay que

estar trabajando. Y luego cuando Él regresa, eso es Su
Segunda Venida, para establecer el Reino Milenial, el
Reino físico de Dios en la Tierra.
65. Ahora, ahí es donde Él, al que había recibido estas
minas - esta mina, y había ganado diez minas, le dice:

“Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido
fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.”
66. Así que vendrá a ser, no un alcalde, porque un alcalde
solamente tiene autoridad sobre una ciudad; vendrá a ser

una autoridad. Por ejemplo, en una ciudad la autoridad
máxima es el alcalde; en un Estado la autoridad máxima es
el gobernador del Estado; y en una nación que tiene un
presidente, la autoridad máxima es el presidente; y en una
nación que tiene un rey, la autoridad máxima es el rey.
67. Y ahora, en una nación el presidente o rey tiene autori-
dad sobre los gobernadores, y tiene autoridad sobre los

alcaldes también; porque más arriba de la autoridad del
alcalde, hay una autoridad mayor; y más arriba de esa
autoridad mayor, del gobernador, hay una más alta, que es
la del presidente o rey de esa nación. Y así es en el Reino
de Cristo.
68. Ahora, vean todas estas ciudades sobre las cuales estará
este siervo fiel; todas estarán bajo una autoridad más alta,
la autoridad que corresponde gobernar sobre ese reino o
esas ciudades sobre las cuales estará el alcalde; pero el
alcalde le tiene que dar cuenta al que está más arriba, para
que tengan un cuadro más claro. Y todas pertenecerán a un
Reino: el Reino de Dios en la Tierra, sobre el cual Cristo
será el Rey.
69. Ahora, los apóstoles estarán sentados sobre doce tronos
gobernando, juzgando, a las doce tribus de Israel. Ellos

serán los Líderes, pero todos ellos estarán bajo el Gobierno
de Cristo: Cristo gobernará sobre ellos; o sea, que son
tribus sobre las cuales estarán esos apóstoles en el Reino de
Cristo. Cristo gobernará sobre todos ellos.
70. Y ahora, entre los gentiles, encontramos que el Reino
de Dios fue pasado a los gentiles, a la Iglesia del Señor

Jesucristo; y así como tuvo doce apóstoles Cristo entre los
hebreos, ahora entre los gentiles (en donde el Israel Espiri-
tual, Celestial, ha estado siendo formado, ese pueblo de
Dios compuesto por hijos e hijas de Dios) encontramos que
Él ha tenido Sus diferentes ángeles mensajeros. Y cada
ángel mensajero con el grupo de su edad, es como es cada
apóstol con cada tribu del pueblo hebreo.
71. Y ahora, de esto fue que habló el Rvdo. William
Branham también, cuando habló de los Mensajeros del

Señor Jesucristo y esa autoridad que Cristo daba a esos
Mensajeros.
72. Estos Mensajeros son como eran los apóstoles para las
doce tribus de Israel, ahora así son los Mensajeros que

Cristo envía a Su Iglesia.
73. Él ha tenido entre los gentiles siete ángeles mensajeros
en las siete edades de la Iglesia, que corresponden al Lugar

Santo del Templo Espiritual de Cristo. Y luego, para el Día
Postrero, para la Edad de la Piedra Angular, Él envía Su
Ángel para dar a conocer estas cosas a todas las Iglesias o
a todas las congregaciones del Cuerpo Místico de Cristo.
74. Y todos esos Mensajeros pertenecen al Reino de Cristo.
Y en el Reino Milenial de Cristo, la Iglesia del Señor

Jesucristo estará gobernando en ese Reino Milenial de
Cristo bajo la dirección de nuestro amado Señor Jesucristo.
75. Por eso en el capítulo 20 del Apocalipsis, verso 4 en
adelante, dice:
“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibie-
ron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados
por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios,
los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que
no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y
vivieron y reinaron con Cristo mil años.
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se
cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera
resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre
éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y
reinarán con él mil años.”
76. Y ahora, aquí tenemos a los creyentes en Cristo de las
diferentes etapas, edades, que reinarán con Cristo por mil

años y luego por toda la eternidad. En el Cuerpo Místico de
Cristo los Mensajeros son Príncipes en el Reino de Cristo,
como lo son los apóstoles del Señor Jesucristo; porque

Príncipe es el principal, y el principal en cada edad es el
Mensajero de cada edad.
77. Por lo tanto, cada grupo de cada edad tendrá un Prínci-
pe, que será su Mensajero; y ese Mensajero con su grupo

estará a cargo de una parte de ese Reino de Cristo, así como
cada apóstol está a cargo de una tribu de las doce tribus de
Israel. Vean, fueron divididas para cada apóstol del Señor.
78. Y ahora, podemos ver que los de una tribu podrán decir:
“Nuestro Príncipe es el Apóstol Tal.” El de otra tribu podrá

decir: “Pero nuestro Príncipe es el Apóstol Tal.” Y así por
el estilo. Pero sobre esos Príncipes estará el PRÍNCIPE de
todos los Príncipes, que es Jesucristo nuestro Salvador.
79. Ahora, todos los que han trabajado brazo a brazo con
esos Príncipes, tanto los Príncipes del pueblo hebreo, los

apóstoles, como los Príncipes de la Iglesia del Señor
Jesucristo entre los gentiles... Vean, los que trabajaron con
los Príncipes del pueblo hebreo bajo el cristianismo, o sea,
en la Iglesia de Jesucristo, y los que han trabajado con los
Príncipes de la Iglesia de Jesucristo de entre los gentiles
(que son los ángeles mensajeros de cada etapa), las perso-
nas que han estado brazo a brazo con esos Mensajeros,
tendrán una bendición muy grande: Pertenecerán al Gabi-
nete del Gobierno de ese Príncipe, y tendrán grandes
bendiciones de parte de Dios en el Reino Milenial de
Jesucristo nuestro Salvador.
80. Y todos esos Príncipes, tanto los apóstoles como los
ángeles mensajeros de cada etapa, de las siete edades y de

la Edad de la Piedra Angular, van a formar el Gabinete del
glorioso Reino Milenial de Jesucristo nuestro Salvador.
¿Vieron lo sencillo que es todo?
81. Ahora, hemos visto: “EL MISTERIO DE LA VENIDA
DEL REINO DE DIOS Y LA POSICIÓN DE CADA

CREYENTE EN ESE REINO.”
82. Ahora, todavía queda el misterio, no abierto totalmente,
de la Venida del Reino de Cristo. En ese misterio está todo

el secreto del Séptimo Sello, que es el secreto de la Segun-
da Venida de Cristo.
83. Ahora, Cristo, miren lo que nos dice en Apocalipsis,
capítulo 3, verso 21. Dice:

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi
trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi
Padre en su trono.”
84. Antes de este Vencedor sentarse con Cristo en Su
Trono, tiene que vencer; y para vencer tiene que luchar,

tiene que estar trabajando y luchando en la Obra de Cristo,
tiene que estar trabajando en el Reino Espiritual de Jesu-
cristo, para que luego se materialice en el Reino físico de
Cristo esa bendición de sentarse con Cristo en Su Trono.
85. Así que para tener una buena posición en el Reino
literal de Cristo, en ese Reino Milenial, tenemos que estar

en el Reino de Cristo, en la etapa espiritual en que se
encuentra, en la forma de la Iglesia de Jesucristo, y estar
trabajando ahí, en la Iglesia del Señor Jesucristo. Todos los
que están trabajando en la Iglesia del Señor Jesucristo están
trabajando en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo
en la etapa espiritual en que se encuentra en la actualidad
desde el Día de Pentecostés hacia acá.
86. Pero se va a materializar ese Reino, y los miembros de
ese Reino van a estar materializados en cuerpos glorifica-

dos; y entonces el Reino espiritual se convertirá en un
Reino físico, en donde estaremos físicamente como Reyes,
como Sacerdotes y como Jueces también. Por lo tanto, en
la Venida del Reino de Dios, físicamente, tendremos una
posición bien importante.

87. Ahora, el Reino de Dios o Reino de Cristo o Reino de
los Cielos, ya está en la Tierra. ¿Dónde? En el alma, en el

corazón, de cada creyente en Cristo, porque está en una
forma espiritual, en donde nosotros hemos entrado por
medio del nuevo nacimiento, y hemos obtenido un cuerpo
angelical teofánico, y hemos entrado al Reino de Cristo, el
Reino del Hijo de Dios. Fuimos sacados del reino de las
tinieblas y colocados en el Reino de Jesucristo, el Hijo de
Dios.
88. Siempre que las personas saben que un reino, un país o
un gobierno va a ser destruido por una guerra, ¿qué tienen

que hacer? Salir de ese lugar, porque bajo la guerra van a
morir miles de personas. Y Dios ha dicho que va a destruir
el reino de las tinieblas; por lo tanto, la solución es salir del
reino de las tinieblas e ir al Reino de Cristo, nuestro
Salvador.
89. Lo cual podemos hacer recibiendo a Cristo como
nuestro Salvador, lavando nuestros pecados en Su Sangre,

siendo bautizados en agua en Su Nombre, y recibiendo Su
Espíritu Santo; y así obtenemos el nuevo nacimiento,
nacemos en el Reino de Cristo, y ahí tenemos vida eterna,
y tenemos seguridad para toda la eternidad.
90. Ese Reino nunca será destruido; pero el reino de las
tinieblas va a ser destruido, y todos los que estén en el reino

de las tinieblas también van a ser destruidos.
91. Así que el reino de las tinieblas, que es el reino del
maligno, es un reino temporal, que no tiene vida eterna, y

que Dios lo ha condenado, ha condenado ese reino y ha
condenado al príncipe de ese reino, que es el diablo. El
diablo ha sido juzgado y condenado, y va a ser echado en
el abismo por mil años. Luego será suelto por un corto
tiempo; en ese tiempo resucitarán todas las personas, en la

segunda resurrección. No los escogidos, porque los escogi-
dos resucitan en la primera resurrección, que es antes de la
gran tribulación, y resucitan en cuerpos glorificados.
92. Ahora, en la segunda resurrección el diablo será suelto
también, y engañará a todas esas naciones que existieron y

que aparecerán de nuevo en la Tierra; y del Cielo va a
descender fuego, porque el diablo va a organizar esas
naciones para dar un golpe de estado, darle un golpe de
estado a Cristo: Rodearán la Ciudad Santa, Jerusalén,
donde estará Cristo como Rey gobernando sobre el pueblo
hebreo y sobre todas las naciones. O sea, que el diablo
tratará de hacer de nuevo lo mismo que hizo en el Cielo.
Pero, dice la Escritura que del Cielo caerá fuego y los
quemará a todos, y el diablo será echado en el lago de
fuego, donde estará la bestia y el falso profeta.
93. Ahora, podemos ver que el único Reino que permanece-
rá para toda la eternidad será el Reino de Dios, del cual

Cristo es su Rey. Cristo es el Rey de ese Reino de Dios que
será establecido en la Tierra. Por lo tanto, el Reino de Dios,
el cual está en forma o esfera espiritual en la Tierra, en la
Iglesia de Jesucristo, se va a materializar; y entonces
tendremos literalmente el Reino de Dios en la Tierra
gobernando sobre todas las naciones.
94. Por eso en Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en
adelante, dice:
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes
voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han
venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará
por los siglos de los siglos.”
95. Y ahora, aquí tenemos un cambio de reino. Los reinos
de este mundo van a dejar de ser del diablo y del reino de

las tinieblas, y van a ser ¿de quién? De Cristo. Cristo va a

establecer el Reino de Dios en la Tierra.
96. Y en ese Reino encontramos a los apóstoles como
Jueces, juzgando las doce tribus de Israel, y a los ángeles

mensajeros en ese Reino de Cristo gobernando también; y
a todos los que han pertenecido a la Iglesia de Jesucristo en
las diferentes edades estarán también ahí con el Mensajero
de la edad en la cual ellos vivieron.
97. Y ahora, veamos también el capítulo 12 del Apocalip-
sis, verso 10 en adelante, dice: “Entonces...” Hay que ir un

poquito antes: Verso 7 en adelante, dice:
“Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y
sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el
dragón y sus ángeles.”
98. Y ahora, aquí, vean, se levanta el Arcángel Miguel de
nuevo, como dice también el libro del Profeta Daniel en el

capítulo 12, donde dice que “en aquel tiempo se levantará
Miguel vuestro príncipe, el cual está de parte de los hijos de
Israel.” Se levantará en ese tiempo el Arcángel Miguel. Y
acá en Apocalipsis, capítulo 12... Vean, en el capítulo 12 de
Daniel y el capítulo 12 del Apocalipsis hablan del Arcángel
Miguel. Capítulo 12, verso 1, del libro del Profeta Daniel,
dice:
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe
que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo
de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta
entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo,
todos los que se hallen escritos en el libro.”
99. O sea, todos los que se hallen escritos en el Libro de la
Vida, todos esos hebreos, ciento cuarenta y cuatro mil

hebreos, serán libertados. Esos son los que serán llamados
y juntados en este tiempo final, del pueblo hebreo.
100. Ahora, sigo leyendo en el capítulo 12 del Apocalipsis.

Dice [verso 8]:
“...Pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para
ellos en el cielo.
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente
antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al
mundo entero (el mundo entero está engañado por el
diablo, por unos seis mil años); fue arrojado a la tierra, y
sus ángeles fueron arrojados con él.
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora
ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios,
y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera
el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
delante de nuestro Dios día y noche.
Y ellos le han vencido por medio de la sangre del
Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menos-
preciaron sus vidas hasta la muerte.
Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos.
¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el
diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que
tiene poco tiempo.”
101. Así que ese poco tiempo que le quedará al diablo serán
los tres años y medio de la gran tribulación. Por lo tanto:

¡Ay de los que moran en la Tierra en ese tiempo! Porque
será el tiempo de la gran tribulación, tiempo de angustia
para la raza humana.
102. Así que podemos ver aquí, en la Escritura que hemos
tenido, que antes de la gran tribulación el Arcángel Gabriel

- el Arcángel Miguel - se levantará, habrá una lucha, el
diablo será echado del Cielo, y se va a encarnar en el
hombre de pecado, en el anticristo; y ahí será el tiempo
difícil para la humanidad.
103. Ahora, podemos ver lo que está profetizado para este

tiempo final, y podemos ver también que en EL MISTE-
RIO DE LA VENIDA DEL REINO DE DIOS Y LA
POSICIÓN QUE OCUPAREMOS EN ESE REINO,
podemos ver que grandes eventos del Reino Dios se estarán
llevando a cabo en este tiempo final.
104. Hemos visto en estas lecturas que hemos tenido del
libro del Apocalipsis, que cuando la Séptima Trompeta

suena... Y la Séptima Trompeta, dice el Rvdo. William
Branham, que son Moisés y Elías, los Ministerios de
Moisés y Elías. Esos son los Ángeles del Hijo del Hombre
enviados con Gran Voz de Trompeta para llamar y juntar
ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu
de los hijos de Israel.
105. Por eso cuando el Mensaje veamos que se dirija al
pueblo hebreo, tengan sus ojos bien abiertos, porque para

el pueblo hebreo va a sonar esa Séptima Trompeta; y la
suenan los Ministerios de los Dos Ungidos, los Ministerios
de Moisés y Elías, para llamar y juntar ciento cuarenta y
cuatro mil hebreos. Eso está bajo el Ministerio del Ángel
que viene con el Sello del Dios vivo, de Apocalipsis,
capítulo 7, verso 2 en adelante.
106. Ahora, podemos ver que hay algo muy importante ahí
para el pueblo hebreo. Le va a ser predicado al pueblo

hebreo el Reino de Dios. Bajo el Ministerio de Moisés y
Elías se les estará anunciando que está cerca el Reino de
Dios, que va pronto a comenzar el Reino de Dios en este
planeta Tierra.
107. Ahora, todo eso es bajo el Evangelio del Reino, que es
el Mensaje proclamado por la Séptima Trompeta, esa Gran

Voz de Trompeta. O sea, que lo que anuncia la Venida del
Reino es la Séptima Trompeta, que suenan los Ministerios
de los Dos Olivos, los Ministerios de Moisés y de Elías.

108. En el tiempo en que estos Ministerios estarán en la
Tierra proclamando el Mensaje final es el tiempo en que el

Reino de Dios estará tan cerca que solamente faltarán
pocos años para comenzar la gran tribulación, y después el
glorioso Reino Milenial de Cristo.
109. Por lo tanto, la señal de que el Reino está cerca en el
Día Postrero será la aparición de los Ministerios de los Dos

Olivos sonando la Séptima Trompeta; y la Séptima Trom-
peta como el Séptimo Sello son la Venida del Señor. La
Séptima Trompeta para el pueblo hebreo son Moisés y
Elías, y el Séptimo Sello para la Iglesia es Cristo, la Venida
del Señor.
110. Ahora, estamos en el tiempo más glorioso de todos los
tiempos, en donde muy pronto va a ser establecido el

111. Pero primero tiene que ser completada la Iglesia de
Jesucristo, los muertos en Cristo tienen que ser resucitados

en cuerpos glorificados, nosotros tenemos que ser transfor-
mados, y luego tendremos de 30 a 40 días aquí en la Tierra
en una manifestación plena de Dios en medio de Su Iglesia;
y luego iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del
Cordero. Y estaremos tres años y medio con Cristo en la
Gran Cena de las Bodas del Cordero en la Casa de nuestro
Padre Celestial, o sea, en la séptima dimensión.
112. Mientras la Tierra estará pasando por el tiempo de la
gran tribulación, en donde el diablo estará encarnado en el

hombre de pecado, en el anticristo, y la Tierra estará
pasando por esos juicios divinos... porque el Juicio Divino
se va a derramar sobre el reino del anticristo, que estará en
la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, y va a ser
quitado ese reino durante todo ese tiempo con los juicios
apocalípticos de la gran tribulación; y luego será estableci-

do en la Tierra el glorioso Reino de nuestro amado Señor
Jesucristo.
113. Y así estaremos nosotros en ese Reino, reinando con
Cristo en la posición gloriosa que nos corresponde, de

acuerdo a como hayamos trabajado en Su Reino, en Su
Iglesia, en los días que nos ha tocado vivir en este cuerpo
de carne humana que ustedes tienen y que yo también
tengo. O sea, que la posición que usted y yo ocuparemos
allá será de acuerdo a la posición que hemos ocupado en la
Iglesia del Señor Jesucristo y lo que hemos trabajado en la
Iglesia del Señor Jesucristo.
114. Por lo tanto, hacemos tesoros para el glorioso Reino
Milenial, ¿cuándo? Ahora. Trabajando en la Obra del Señor

Jesucristo.
115. “LA VENIDA DEL REINO DE DIOS Y LA
POSICIÓN DE CADA CREYENTE EN ÉL.” Ese es

nuestro tema para esta ocasión.
116. Y ahora, dejaremos algunas cosas de estos misterios del
Reino de Dios, y de la Venida del Reino de Dios; pues fue

dicho por Cristo: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la
gloria de Su Padre.” En Mateo 16 (ahí). Y en Mateo 17 está
la visión de lo que será la Venida del Reino de Dios: Jesús,
Moisés y Elías. Eso es el Séptimo Sello y la Séptima
Trompeta.
117. Bueno... Aquí dice, verso 27 del capítulo 16 de San
Mateo:
“Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su
Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno
conforme a sus obras.
De cierto os digo que hay algunos de los que están
aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al
Hijo del Hombre viniendo en su reino.”

118. Y luego el capítulo 17, verso 1 en adelante, muestra en
esa visión lo que será la Venida del Reino de Dios, y lo que

será el Hijo del Hombre viniendo en Su Reino.
119. Y ahora, dejaremos esto para estos días, como el
domingo próximo, luego el Viernes Santo y el Domingo de

Resurrección, donde esperamos que Dios nos permita ver
más ampliamente sobre estos misterios, por lo cual Cristo
murió en la Cruz del Calvario. Él murió por nosotros para
colocarnos en Su Reino, en este Reino que será para toda la
eternidad.
POSICIÓN DE CADA CREYENTE EN ÉL (la posición

de cada creyente en ese Reino).”
121. Bueno, hemos visto: “LA VENIDA DEL REINO DE
DIOS Y LA POSICIÓN DE CADA CREYENTE EN

ÉL.” Por lo tanto, hemos visto nuestra posición que hemos
de ocupar en el glorioso Reino de nuestro amado Señor
Jesucristo.
122. En estos días estará nuestro hermano Bermúdez con
nosotros. Él llega ¿qué día? El miércoles ya él está con

nosotros en Puerto Rico; por lo tanto, estará allá en las
actividades del Viernes Santo y del Domingo de Resurrec-
ción.
123. Hemos visto también que nuestro hermano Bermúdez
tiene una buena parte también, en ese glorioso Reino

Milenial de Cristo, porque es una persona que está trabajan-
do en ese Reino de Cristo.
124. ¿Quiénes serán los que tendrán una buena parte en ese
Reino? Los que estarán trabajando en el Reino de nuestro

amado Señor Jesucristo; Reino que está en la fase espiri-
tual, pero que luego vendrá en la fase física; y entonces
seremos Reyes físicos literalmente, Príncipes y Princesas

del glorioso Reino Milenial de Cristo nuestro Salvador.
POSICIÓN DE CADA CREYENTE EN ÉL.”

126. Muchas gracias por vuestra amable atención, amados
amigos y hermanos presentes, y que Cristo nuestro Salva-

dor les continúe bendiciendo a todos y les use grandemente
en Su Reino, para que tengan una parte grande en ese
127. Pidan a Cristo que Él les use grandemente en Su Obra
en este tiempo final.

128. Dios Eterno, Padre Celestial, en el Nombre del Señor
Jesucristo venimos a Ti dándote gracias por Tus bendi-

ciones, gracias por la bienaventuranza de estar viviendo
en Tu Reino en esta fase espiritual, y tener la esperanza
y confianza de que viviremos en Tu Reino en la fase física
literal, que será el glorioso Reino Milenial Tuyo, en
donde estaremos Contigo por el Milenio y luego por toda
la eternidad.
129. Señor, sabiendo que nuestra posición en ese Reino
Milenial depende de nuestra posición en Tu Iglesia y de

lo que hagamos en Tu Iglesia, Te rogamos, Señor,
coloques a cada creyente Tuyo en la posición correcta en
Tu Iglesia, y le uses grandemente en Tu Iglesia en este
tiempo final. Y a mí también. ¡Oh Señor! Dios Todopode-
roso. Y también a cada hijo e hija Tuya no solamente en
Puerto Rico sino en las diferentes naciones en toda la
América Latina y el Caribe, y en los demás continentes y
naciones.
130. En Tus manos los encomiendo y me encomiendo, ¡oh,
Señor Jesucristo!
131. Y Señor, en estos días de Semana Santa, que comen-
zarán el domingo próximo, Te rogamos grandes bendicio-

nes del Cielo para Tus escogidos, para Tu Iglesia, en este
tiempo final.
132. Y Te rogamos que llames los que faltan por venir, les
hables al alma, al corazón, les abras el entendimiento y el

corazón, y los traigas a Tu Reino en este tiempo final.
133. En el Nombre del Señor Jesucristo Te lo rogamos
todo, ¡oh, Padre Celestial! Y Te damos gracias por esta

bendición o bendiciones que nos has dado esta noche en
esta actividad. Gracias Padre Celestial. Y ve con nosotros
hasta nuestros hogares, y que Tu paz permanezca siempre
en nuestras almas.
134. En estos días de confusión, Señor, que haya claridad
y entendimiento en nuestras almas, y paz, para seguir

adelante sirviéndote todos los días de nuestra vida. Y que
pronto, Señor, terminen estos problemas de guerras para
que Tus hijos estén más tranquilos en las diferentes
naciones.
135. Y ahora, Padre Celestial, en Tus manos estamos;
úsanos en Tu Obra conforme a Tu Voluntad. En el

Nombre del Señor Jesucristo, Padre Celestial, Te lo
rogamos todo. Amén y amén.
136. Bueno, muchas gracias por vuestra amable atención, y
dejo nuevamente al Rvdo. José Benjamín Pérez para

continuar y finalizar ya nuestra parte en esta ocasión.
137. Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
138. En lo que llega nuestro hermano Benjamín: Oren
mucho por la actividad del viernes por televisión, la cual

será ¿a qué hora? [Nota - Hno. Benjamín: A las 6 de la
tarde...] No, en la televisión... [A las 6 de la mañana...]
Para los madrugadores [Y a la 1:30...] Ya eso es para los
que no duermen en la noche. [En el Canal 11] ¿Y cuán-
tas...? [En el Canal 7 el lunes...]... Está muy bien.

139. Bueno, ya saben que van a haber esas transmisiones.
Aunque ustedes no las vean, oren mucho para que las

personas que las puedan ver, reciban en sus almas la
Palabra; y como se va a hacer el anuncio también de las
actividades que van a llevarse a cabo acá, también que
vengan al escuchar la invitación, para estar en la actividad
de Viernes Santo a las 3:00 de la tarde. Se comenzará a las
3:00 de la tarde.
140. Así que oren mucho por esa actividad del Viernes
Santo, en donde esperamos también grandes bendiciones de

parte de Dios. Y oren también por la actividad del domingo
próximo, donde yo espero que el Señor nos dé grandes
bendiciones y grandes revelaciones, ya que estaremos
hablando de la entrada triunfal de Cristo como Rey, como
Hijo de David.
141. Así que yo espero que el Señor me dé para todos
nosotros grandes revelaciones ahí, de la entrada triunfal de

Cristo a Jerusalén, dos mil años atrás, en Su Primera
Venida, entrando a Jerusalén para cumplir la Obra para la
cual Él vino. Y luego viendo lo que está prometido para
este tiempo final, en donde Él es el Hijo de David, el
Heredero al Trono de David.
142. Si Dios nos llega a permitir ver el cuadro correspon-
diente a nuestro tiempo, estaríamos obteniendo un cuadro

muy claro de todo el Programa de Dios correspondiente a
este tiempo final; del cual, pues, no se ha podido hablar
muy abiertamente para que no se interrumpa el Programa
que Cristo tiene para este tiempo final; pero Él nos puede
dar muchas cosas que nos abrirán más los ojos para ver lo
que Cristo está haciendo y lo que le falta de hacer en este
tiempo final.
143.Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que

Dios les guarde, y continúen pasando una noche llena de
las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador.
“LA VENIDA DEL REINO DE DIOS Y LA
POSICIÓN DE CADA CREYENTE EN ÉL.”
EL MISTERIO DE
LA ESPOSA
DEL CORDERO
EL MISTERIO DE
LA ESPOSA DEL CORDERO

Martes, 29 de abril de 2003
(Primera Actividad)
San Marcos, Texas, Estados Unidos
M uy buenas tardes, amados amigos y hermanos presen-

en esta ocasión, para saludarlos y pedirle a Cristo Sus
bendiciones sobre cada uno de ustedes.
2. Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto,
sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también, y nos
hable directamente a nuestras almas en esta ocasión, nos
abra las Escrituras, y nos permita comprender Su Pala-
bra. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y
amén.
3. Reciban también saludos de mi esposa Erica, y los
niños reciban saludos de mis niñas América y Yahannah
Gabriela.
4. Para esta ocasión leemos en Apocalipsis, capítulo 19,
verso 7 en adelante, donde dice:
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque
han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha
preparado.
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino,
limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las accio-
nes justas de los santos.
Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que

son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me
dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo:
Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus herma-
nos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios;
porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”
permita entenderla.
6. Nuestro tema es: “EL MISTERIO DE LA ESPOSA
DEL CORDERO.” (La cual aparece en este pasaje).
7. Así como Dios creó al primer hombre aquí en la Tierra:
Adán... primeramente le dio un cuerpo angelical de la sexta
dimensión... En Génesis, capítulo 1, verso 26 al 27, dice:
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los
peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en
toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la
tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó.
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multipli-
caos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces
del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que
se mueven sobre la tierra.”
8. Luego en el capítulo 2... Aquí ya tenemos la creación
del hombre por Dios, en donde ya el hombre fue creado a
la imagen, pero le falta la semejanza física; ya tiene aquí la
imagen, que es el cuerpo angelical igual al cuerpo angelical
de los ángeles, igual al cuerpo angelical del Ángel de
Jehová, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical. Y ya ahí
dice Dios: “Varón y hembra los creó.”
EL MISTERIO DE LA ESPOSA DEL CORDERO 155
9. Luego, en el capítulo 2, verso 7 del Génesis, dice...

ahora es cuando Dios le da un cuerpo físico de esta
dimensión, y ahí ya el hombre es un ser viviente en esta
dimensión en un cuerpo físico, en un cuerpo de carne.
Dice:
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de
la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el
hombre un ser viviente (o sea, fue el hombre un alma
viviente, un ser viviente).”
10. Ahora, podemos ver que aquí todavía el hombre es
varón y hembra. Vean, aquí en el capítulo 2 mismo, dice,

verso 18, dice:
“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté
solo; le haré ayuda idónea para él.
Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del
campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que
viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó
a los animales vivientes, ese es su nombre.
Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y
a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló
ayuda idónea para él.”
11. ¿Y dónde está la ayuda idónea que Dios iba a darle a
Adán? Vamos a ver dónde está. Cuando Dios creó al ser

humano a imagen de Dios, eso es en cuerpo angelical, y fue
creado por Dios, Dios lo hizo varón y hembra.
12. Y ahora, aquí el hombre, cuando es formado del polvo
de la Tierra, en cuanto a su cuerpo físico, no tiene una

compañera, sigue siendo varón y hembra; pero ahora
vamos a ver lo que sucede aquí:
“Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre
Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y
cerró la carne en su lugar.
Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo

una mujer, y la trajo al hombre.
Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos
y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del
varón fue tomada.
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y
se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se
avergonzaban.”
13. Ahora, aquí vemos que la compañera que Dios le daría
a Adán estaba en Adán. La mujer salió, fue sacada de

Adán; porque en Adán estaba el espíritu masculino y el
espíritu femenino, y por consiguiente en Adán estaba Eva.
14. Y ahora, esto nos enseña algo muy grande en cuanto a
Cristo y Su Iglesia. Para comprender el misterio de Cristo

y Su Iglesia, y poder comprender cuál es el misterio de la
Esposa del Cordero, tenemos que ver el tipo y figura de eso
aquí en la Escritura; y el tipo y figura, uno de ellos, es
Adán y Eva. En Adán estaba Eva y la Iglesia del Señor
Jesucristo, que es la Esposa del Cordero, estaba en Cristo.
15. Cuando Cristo todavía no tenía Su cuerpo físico, Cristo
tenía Su cuerpo angelical, y en Él estaba Su Iglesia; pero

Dios no había separado - la Iglesia de Cristo no la había
separado de Cristo. Como cuando Dios creó al hombre en
el cuerpo angelical, no lo había separado, a la mujer del
hombre; era el hombre varón y hembra. Luego cuando le da
un cuerpo de carne, todavía la mujer (Eva) está en Adán. Y
luego Dios separa la parte femenina, el espíritu femenino,
y lo coloca en un cuerpo de carne, que fue formado de una
parte de Adán.
16. Por eso Adán dijo: “Esto es ahora hueso de mis huesos
y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del

varón fue tomada.” Vean, la esposa de Adán recibió por

nombre Varona. Si vamos a profundizar un poquito más,
Adán es “Ish,” y Eva es “Ishshah.” ¿Ven?
17. Y ahora, en el misterio de Cristo y Su Iglesia, que es lo
más grande: en Cristo estaba Su Iglesia, así como Eva

estaba en Adán; ambos espíritus estaban en una sola
persona.
18. Y esto también está reflejado en una semilla de trigo,
porque Cristo se tipificó en una semilla de trigo, en un

grano de trigo, y dijo en San Juan, capítulo 12, verso 24:
“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, él solo
queda; pero si cae en tierra y muere, mucho fruto lleva.” O
sea, muchos granos de trigo, iguales al grano de trigo que
fue sembrado en tierra.
19. Y ahora, recuerden que los santos no mueren, por eso
los santos son resucitados, porque no están muertos, no

mueren; solamente están dormidos. Por eso cuando Cristo
fue a resucitar a algunas personas: a Lázaro y a otras
personas, Él decía: “Está dormido, no está muerto.”
20. Y ahora, encontramos que para Dios separar a Eva de
Adán, y darle una compañera, tuvo que dormir a Adán; fue

dormido por Dios, y mientras Adán dormía, Dios trabajaba
formándole una compañera para él. Y Adán cuando
despertó se gozó, porque ahora Adán tenía una compañera,
una ayuda idónea para estar con él, para expresarse amor el
uno para con el otro, y para trabajar en la Obra de Dios, que
Dios le había encomendado. Porque Adán fue colocado
como rey de todo el planeta Tierra con todo lo que tenía el
planeta Tierra.
21. Ahora, para la Iglesia del Señor Jesucristo aparecer,
tuvo que dormir el Segundo Adán en la Cruz del Calvario;

y fue sepultado. Del costado que fue herido salió Agua y
Sangre, para así ser formada la Iglesia del Señor Jesucristo;

y el Día de Pentecostés nació la Iglesia del Señor Jesucris-
to: el Espíritu de Cristo vino a aquellos ciento veinte que
estaban en el Aposento Alto (allá en el capítulo 2 del libro
de los Hechos, verso 1 en adelante), y fueron llenos del
Espíritu Santo; y allí nació la Iglesia del Señor Jesucristo,
la cual es compuesta por todos los creyentes en Cristo que
arrepentidos de sus pecados reciben a Cristo como su
Salvador, lavan sus pecados en la Sangre de Cristo, Cristo
los limpia de todo pecado, los perdona, los limpia de todo
pecado, son bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo los
bautiza con Espíritu Santo y Fuego; y así obtienen el nuevo
nacimiento, nacen como hijos e hijas de Dios en la Iglesia
22. Porque la Esposa del Cordero, que es la Iglesia del
Señor Jesucristo, está compuesta por muchos miembros.

Así como nuestro cuerpo físico está compuesto por muchos
miembros: las piernas, los brazos, y así por el estilo, y la
cabeza; la cabeza, pues, tipifica a Cristo.
23. Y encontramos que la Iglesia del Señor Jesucristo es la
Segunda Eva, así como Cristo es el Segundo Adán. Por lo

tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo, veamos lo que dice
San Pablo que es, conforme a la revelación que San Pablo
tenía, de quién es la Iglesia del Señor Jesucristo.
24. En Efesios, capítulo 5, verso 22 en adelante, San Pablo
hablando del hombre y la mujer casados, aquí nos da una

enseñanza muy hermosa: y nos muestra que el hombre y la
mujer (el matrimonio), representan a Cristo y Su Iglesia.
Todas las casadas han escuchado esto, todos los hombres
casados y las damas casadas han escuchado esto. Dice:
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como
al Señor;
porque el marido es cabeza de la mujer, así como

Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es
su Salvador.”
25. ¿Ven? La Iglesia del Señor Jesucristo es Su Cuerpo, Su
Cuerpo Místico de creyentes, y Él es el Salvador de Su

Iglesia.
26. Ahora, Cristo no tiene en la actualidad un cuerpo de
carne, físico, mortal, porque Su cuerpo cuando resucitó fue

glorificado. Pero el cuerpo físico de carne y mortal que
Cristo tiene es el suyo y el mío, es el Cuerpo Místico de
Cristo, compuesto por seres humanos; y a ese Cuerpo
Místico de creyentes fue que vino el Espíritu Santo, el
Espíritu que formó la Iglesia del Señor Jesucristo.
27. Y así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así
también toda etapa de la Iglesia, cuando está vigente, tiene

el Espíritu de Cristo en ella, manifestándose por medio del
Mensajero correspondiente a ese tiempo; y por consiguien-
te esa es una Iglesia viva. Y así también cada individuo sin
el Espíritu Santo está muerto espiritualmente. Se requiere
tener el Espíritu Santo, recibir el Espíritu Santo, para ser
vivificados, para ser traídos a la vida eterna, ser restaurados
a la vida eterna.
28. Y ahora, encontramos que la Iglesia estaba en Cristo,
pero el Día de Pentecostés vino el Espíritu de Cristo a

ciento veinte creyentes; y allí fue que apareció la Iglesia
como Cuerpo Místico de creyentes con el Espíritu de Cristo
en Ella. Así como Dios colocó el espíritu femenino de
Adán en Eva, ahora Dios ha colocado el Espíritu de Cristo
en Su Iglesia. Y ahora, la Iglesia de Jesucristo es una
Iglesia viviente, porque tiene el Espíritu de Cristo en Ella.
29. Y ahora, el propósito de la Iglesia de Jesucristo es el
mismo proposito por el cual Dios le dio una compañera a

Adán, la cual fue Eva: le dio una compañera para que Adán
pudiera reproducirse en muchos hijos e hijas de Dios. Y
Dios le ha dado una Planta de Trigo al Grano de Trigo que
ha sido sembrado en tierra, y usted ve eso repetidamente en
cada ocasión que se siembra trigo.
30. Conforme a la Ley Divina, vean, Dios ha dado una
planta de trigo a cada semilla de trigo que es sembrada, ¿y

de dónde sale? Del mismo grano de trigo, porque ahí está
la planta de trigo, en la semilla de trigo está la planta de
trigo con todos los granos de trigo que va a tener; pero
tiene que ser sembrado el grano de trigo, tiene que dormir,
morir, así como Adán tuvo que dormir, y así como Cristo
tuvo que dormir.
31. Ahora, el grano de trigo nace en la forma de una planta
de trigo para poderse reproducir en muchos granos de trigo.

Por lo tanto, el grano de trigo puede decir, cuando ve la
planta de trigo: “Esto es carne de mi carne, esto estaba en
mí, es parte mía; esto es espíritu de mi espíritu.” ¿Por qué?
Porque la vida que estaba en el grano de trigo, ahora está en
la planta de trigo, y va creciendo esa planta de trigo para
reproducirse en muchos granos de trigo.
32. La vida del grano de trigo es la que hace que surja esa
planta de trigo, y la que hace que esa planta de trigo crezca;

y la vida del grano de trigo es la que hace que la planta de
trigo produzca granos de trigo.
33. Y el Espíritu de Cristo en la Iglesia, Su Iglesia, Su
Planta de Trigo, es el Espíritu Santo la Vida de Cristo, la

Vida que estaba en la Sangre, es la que hace que la Iglesia
haya nacido el Día de Pentecostés, haya crecido y se haya
reproducido en muchos hijos e hijas de Dios; porque la
Vida de Jesucristo, el Hijo de Dios, está en Su Iglesia; y Su
Iglesia es la Esposa del Cordero, y el Cordero es Jesucristo.
Juan el Bautista presentó a Cristo, diciendo: “He aquí el

Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”
34. Ahora, ya hemos visto el Misterio de la Esposa del
Cordero, y hemos visto, a la misma vez, el Misterio del

Cordero, Jesucristo, nuestro Salvador; y hemos visto que en
Cristo estaba Su Esposa, Su Iglesia. Por eso, vean aquí lo
que nos dice el mismo San Pablo en Corintios, Segunda de
Corintios, capítulo 11, verso 3, y luego continuaremos con
Efesios. Segunda de Corintios, capítulo 11, verso 3, dice:
“Pero temo...” Vamos a ver, capítulo 11, verso 1 en
adelante, dice:
“¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme.
Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado
con un solo esposo, para presentaros como una virgen
pura a Cristo.”
35. Y ahora, San Pablo dice que los ha desposado a los
creyentes en Cristo, como una virgen pura a Cristo. La

virgen María cuando recibió la visita del Arcángel Gabriel,
dice la Escritura que estaba desposada con José, pero
todavía no se habían juntado; o sea, que estaba en esa etapa
del compromiso, estaba comprometida.
36. Y ahora, aquí la Iglesia del Señor Jesucristo está
comprometida con Cristo.

37. Y ahora, en cierto sentido es la Esposa, pero en otro
sentido es la Novia del Cordero. En el sentido espiritual la

Iglesia está unida y está casada con Cristo, y se reproduce
en muchos hijos e hijas de Dios; en el aspecto espiritual
encontramos que millones de hijos e hijas de Dios han
nacido a través de la manifestación de Cristo en Espíritu
Santo en Su Iglesia, Su Esposa, la Esposa del Cordero; han
obtenido millones de seres humanos el nuevo nacimiento,
han nacido en la Iglesia de Jesucristo, en el Reino de Dios,
como hijos e hijas de Dios.

38. Ahora, en la parte física todavía estamos en estos
cuerpos mortales, y todavía estamos como hijos de nuestros

padres terrenales, hijos nacidos en esta dimensión terrenal;
todavía no estamos con el cuerpo físico de hijos e hijas de
Dios. El cuerpo físico de hijos e hijas de Dios es el cuerpo
glorificado que Él le dará, ¿a quiénes? A cada uno de
nosotros. A cada creyente en Cristo nacido de nuevo, Cristo
le dará un cuerpo físico glorificado, y entonces estará
manifestado físicamente como un hijo o una hija de Dios;
y esa es la manifestación gloriosa de los hijos de Dios.
39. Así como la manifestación gloriosa de los hijos que
cada hombre lleva en sus lomos es cuando nacen, para lo

cual necesitan tener una esposa, y entonces el hombre se
reproduce en hijos, y cuando nacen fueron manifestados
esos hijos que traía en sus lomos.
40. Por ejemplo, cuando Abraham diezmó a Melquisedec,
dice la Escritura que también (por decirlo así) Leví diezmó

a Dios, el cual estaba en los lomos de su padre; y todavía ni
siquiera había nacido Isaac, ni tampoco había nacido Jacob,
y ya Leví, que es hijo de Jacob, estaba diezmando a
Melquisedec, ¿por qué? Porque estaba en los lomos de
Abraham, estaba Isaac, estaba Jacob y estaba Leví también.
41. Así como en el grano de trigo está la planta de trigo con
todos los granos de trigo que va a tener; y también si

siembran esos otros granos de trigo que nacen, nacen otras
plantas de trigo, y llevan muchos granos de trigo también.
¿Dónde estaban? En el primer grano de trigo que fue
sembrado; de ahí vino todo. Y de Jesucristo vienen todos
los hijos e hijas de Dios, y aun toda la Creación vino de
Jesucristo, nuestro Salvador.
42. Esto lo dice San Pablo en Colosenses, capítulo 1, verso
15 en adelante. Dice: “El es la imagen del Dios invisible,

el primogénito de toda creación.”
43. Si es el primogénito es el primero, y si usted tiene
muchos granos de trigo, o tiene un grano de trigo, y dice:

“Éste es mi grano de trigo primogénito, pero yo voy a tener
muchos granos de trigo.” ¿De dónde los va sacar? De ese
grano de trigo primogénito. Usted puede decir: “Yo tengo
aquí un grano de trigo. Este es mi grano de trigo primogé-
nito, y yo tengo muchos granos de trigo.” Y cualquier
persona puede decir: “¿Y dónde están?” Usted puede decir:
“Están aquí.”
44. En la actualidad es más fácil para entenderlo, porque la
ciencia ha adelantado tanto, que ahora usted puede tener un

disquete de una computadora, o algo de una computadora,
y decir: “Aquí yo tengo tal cosa y tal cosa, y tal cosa y tal
cosa.” Cualquiera mira, y lo que ve quizás sea una cosita,
¿de qué tamaño, Miguel? ¿Así pequeñita? ¿Tienes la
grabadorcita... la... tuya ahí?
45. Miguel tiene una pequeña, una computadora pequeña,
y él ahí tiene todos los Mensajes del Hno. Branham,

¿verdad? En español. No sé si en inglés también. Y él
puede decir... sacarla... ¿cómo le llama el...? ¿el chip?
¿Cómo le llama? No sé si es un chip o es un disquete
chiquitito. Saca eso y dice: “Aquí están todos los Mensajes
del Hno. Branham.” Cualquier persona dice: “No, tú, estas
loco.” —“Vamos a probarlo (lo coloca en la computadora
pequeña que tiene). Vamos a ver: ¿Cuál quiere? ¿De qué
fecha lo quiere? ¿Ve que están aquí?”
46. Y así también es en un grano de trigo: usted tiene ahí
una planta de trigo con muchos granos de trigo. Y si

encuentra poco, pues miren, tiene muchísimas plantas de
trigo, con muchos granos de trigo, lo único que tiene que
hacer es colocarla en el sistema del proceso divino de la

siembra para poder obtener una cosecha de ese producto en
forma multiplicada.
47. Y luego toma todos esos granos de trigo, y los siembra
de nuevo, y después dice: “¿Ve que tenía muchas plantas

de trigo? Aquí hay más plantas de trigo, y muchos granos
de trigo más.” Y cualquiera le puede decir:
48. — “Ya se te acabaron. No tienes nada más.”
49. — “Si quiero puedo tener más.”
50. Toma todos esos granos de trigo que cosechó, los
siembra, nacen, crecen esas plantas de trigo, y producen

trigo, y usted le dice: “¿Ve que tenía más trigo?” Ahí lo
tienen; tenía más plantas de trigo, y más granos de trigo.
51. También nuestro Hno. Bermúdez puede - cualquiera le
puede decir: “Vean, lo que tenía era solamente un Mensa-

je.”
52. — ¿Cuántos más quiere? (Se los va marcando). Ahí los
tiene.”
53. Y Cristo, en Cristo, Dios colocó toda la Creación. Dios
ha traído a existencia toda la Creación por medio de

Jesucristo. Dios colocó en Cristo todo. Él es la semilla. Por
lo tanto, toda la Creación original estaba en Cristo, y de
Cristo tenía que nacer, nacer a existencia, venir a existen-
cia. Así como en el primer grano de trigo estaban todas las
demás plantas de trigo y todos los granos de trigo. Y en
Jesucristo, el Hijo de Dios, el Primogénito, y el también es
el Unigénito, estaban todos los hijos e hijas de Dios.
54. Cristo dijo... Luego les leo lo de Colosenses. Vamos a
ver el capítulo 14 de San Juan, verso 19 en adelante, dice:

“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero
vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también
viviréis.
En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi
Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.”
55. Y ahora, con lo que hemos escuchado vamos compren-
diendo que estábamos, ¿dónde? En Él. Y Él está en noso-

tros por medio de Su Espíritu Santo. Y Él estaba y está en
el Padre. Y ahora, dice:
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el
que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre,
y yo le amaré, y me manifestaré a él.
Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te
manifestarás a nosotros, y no al mundo?
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra
guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y
haremos morada con él.
El que no me ama, no guarda mis palabras; y la
palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me
envió.”
56. Y ahora, Dios, Cristo, dice que vamos a conocer este
misterio de: Cristo el Padre, nosotros en Cristo, y Cristo en

nosotros.
57. Y ahora, vamos aquí a Colosenses, en el capítulo 1,
verso 15 en adelante (es que les dije):

“El es la imagen del Dios invisible...”
58. O sea, Él es el cuerpo angelical de Dios, el Ángel de
Jehová. Esa es la imagen del Dios invisible.

“... el primogénito de toda creación (el primogénito,
pues es el primero).
Porque en él fueron creadas todas las cosas.”
59. ¿En quién fueron creadas todas las cosas? En Él.
“... las que hay en los cielos y las que hay en la tierra
(sean), visibles e invisibles.”
60. Porque hay un mundo invisible y hay un mundo visible

también; pero todo, toda la Creación de Dios, fue creada en
Jesús.
“...sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”
61. Dios lo colocó todo en Cristo. Cristo es la semilla, la
simiente; y de esa semilla, de esa simiente, es que ha

venido a existencia toda la Creación.
“Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en
él subsisten.”
62. Él es antes de todas las cosas; como un grano de trigo
es antes que la planta de trigo y que todo el fruto que lleva

esa planta de trigo, pero todo está en el grano de trigo. Por
eso dice que en Él fueron creadas todas las cosas, y luego
dice que todas las cosas fueron creadas por Él; por Él
fueron creadas todas las cosas. Por lo tanto, el verso 16
dice:
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que
hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para
él.”
63. El único dueño de toda la Creación es Jesucristo. ¿Y no
era Dios? Es que Dios está en Jesucristo.

“Todo fue creado por medio de él y para él.
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él
subsisten.”
64. Nada puede tener existencia propia, nada puede tener
vida propia; la Vida, dice la Escritura, que es Cristo. Cristo

dijo: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida; y nadie
viene al Padre, sino por mí.” También Él dijo a los que no
creían en Él, Él dijo: “Si no creen, no tendréis vida perma-
neciente en sí.” Porque nadie tiene vida permaneciente en

sí. Es Cristo la Vida. “En él estaba la vida, y la vida era la
luz de los hombres.” Cristo es la Vida. También San Juan,
en una de las cartas dice que aquella Vida fue manifestada.
65. Ahora, Cristo siendo la Vida, la cual fue manifestada,
y la cual vieron los apóstoles manifestada, ¿cómo? En

carne humana, en la forma de un hombre llamado Jesús...
Esa es la Vida Eterna manifestada en forma de un hombre,
manifestada en carne humana, para poder otorgar vida
eterna a los seres humanos.
66. Primera de Juan, capítulo 1, verso 1 al 2, dice:
“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo

que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contem-
plado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida
(porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y
testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba
con el Padre, y se nos manifestó).”
67. ¿Y cómo se manifestó? En carne humana, en la forma
de un Hombre llamado Jesús.

68. Y ahora, nadie puede tener vida eterna, a menos que sea
a través de Jesucristo, porque Él es la Vida; y nadie puede

subsistir sin Jesucristo. La humanidad no sabe que si está
existiendo es porque Cristo está dándonos vida. Él, Él es el
sustentador de toda la Creación.
69. Después que Dios realizó la Creación por medio de
Cristo, ¿qué fue lo próximo que hizo? Sostener, darle

sostén, a toda la Creación, darle subsistencia a toda la
Creación para que continuara existiendo, darle continuidad
de vida a toda la Creación. Por eso es que sin Cristo el ser
humano y toda la Creación dejaría de existir.
70. Por eso es que Cristo dijo: “Si el grano de trigo no cae
en tierra y muere, él sólo queda.” Dejaría de existir el resto

de la Creación. Y Cristo continuaba vivo porque Él es la

Vida Eterna; pero Él murió para poder impartir vida eterna
al ser humano, y darle continuidad, para que la Creación
continuara existiendo, para que la raza humana continuara
existiendo.
71. En aquel tiempo la raza humana tenía que morir, era el
tiempo del juicio divino, donde Dios juzgaba a la raza

humana, a todo ser humano, por sus pecados, lo condenaba
y lo destruía (como fue en el tiempo de Noé). Pero Cristo
tomó nuestros pecados y se hizo pecado por nosotros, y por
eso murió con una muerte tan horrible, como la que tuvo:
Fue abofeteado, escupido, desfigurado Su rostro, le arran-
caban la barba, le dieron azotes con varas y con fuetes
también, le colocaron una corona de espinas; y hasta los
soldados también le daban golpes con un palo, y bofetadas,
y así por el estilo. Solamente con una bofetada o un puño,
le desfiguran el rostro a cualquier persona, cuanto más con
tantos golpes que le dieron en Su rostro y en Su cuerpo a
nuestro amado Señor Jesucristo.
72. Es que todas esas cosas son consecuencia del pecado; y
por cuanto Él tomó nuestros pecados, se hizo pecado por

nosotros, y vino entonces la paga del pecado sobre Él, que
es la muerte; y para llegar al momento de la muerte, miren
todo lo que sufrió; porque todo eso era consecuencia del
pecado de nosotros, del ser humano; y por consiguiente la
antesala a la muerte fue terrible.
73. No dice que a los otros ladrones, no dice que los
abofetearon, no dice que los golpearon, pero de Cristo sí

dice; porque Él llevó el castigo de nuestra paz, Él llevó
nuestros pecados, sufrió por nosotros lo que nosotros
teníamos todos juntos que sufrir, lo sufrió un sólo hombre.
Todas las deudas, toda la deuda del pecado que cada
persona tenía pendiente, la pagó uno sólo.

74. Piense usted en lo físico: que todas las deudas que
tienen físicamente económicamente todas las personas, y

todas las naciones, que un sólo hombre las pague. ¿Verdad
que el pago de esa deuda es grande? Pues Cristo pagó la
deuda de todo ser humano, Cristo pagó por nuestros
pecados, para que nosotros pudiésemos quedar libres, y
quedar la cuenta salda, y delante de Dios estar a salvos, y
sin ningún pecado en nuestra contra; porque la Sangre de
Jesucristo nos limpió, y nos continúa limpiando, de toda
falta, error, o pecado.
75. Por lo tanto, la deuda fue pagada. Fue grande. ¿Qué
costó esa deuda? ¿Con qué fue pagada? Con la vida de

76. Por lo tanto, para Él darnos Vida, tuvo Él que dar Su
Vida por nosotros. Ése fue el mandamiento que Él recibió

del Padre, dice Él en San Juan, capítulo 10, versos 14 en
adelante, dice:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las
mías me conocen,
así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre;
y pongo mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil;
aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un
rebaño, y un pastor.
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida,
para volverla a tomar.
Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo.
Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a
tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”
77. ¿Ve? Ya Él tenía Mandamiento del Padre para poner Su
Vida por nosotros y luego para volverla a tomar, y resucitar

victorioso el domingo de resurrección.

78. Y ahora, todo esto que Cristo hizo, lo hizo para que
pudiera nacer el Día de Pentecostés Su Iglesia-Novia, la

Esposa del Cordero. Todo lo que había Dios hecho con
Adán, colocando sueño sobre él, para luego formarle una
compañera, es lo que Dios hizo con el Segundo Adán. Por
eso Cristo murió: para que pudiera nacer la Iglesia del
Señor Jesucristo el Día de Pentecostés.
79. Y ahora, el misterio de la Iglesia del Señor Jesucristo es
que ella es la Segunda Eva, a través de la cual Cristo se

reproduce en hijos e hijas de Dios. Cristo por medio de Su
Espíritu Santo está en medio de Su Iglesia reproduciéndose
en hijos e hijas de Dios; Él vino para llamar y buscar, y
juntar a Sus escogidos. “También tengo otras ovejas que no
son de este Redil, las cuales también debo traer; y oirán mi
voz; y habrá un Rebaño, y un Pastor.” El Rebaño es la
Iglesia, las ovejas son los creyentes en Cristo, el Buen
Pastor es Jesucristo nuestro Salvador.
80. ¿Y cómo van a escuchar la Voz de Cristo? De etapa en
etapa, de edad en edad, Cristo en Espíritu Santo estando en

medio de Su Iglesia ha estado llamando y juntando Sus
ovejas cuando ha enviado un Mensajero para cada edad; y
junto a ese Mensajero ha enviado maravillosos colaborado-
res y ministros, y colaboradores que han trabajado en esa
edad con ese Mensajero, y han llevado el Mensaje de Cristo
a todos los lugares, y principalmente en el territorio donde
se cumple esa etapa de la Iglesia.
81. Y Cristo ha llamado y ha juntado las ovejas que el
Padre le dio para que les dé vida eterna; y esas ovejas en el

Redil del Señor son la Esposa del Cordero. La Esposa del
Cordero, es entonces, siendo Cristo el Cordero de Dios, la
Esposa del Cordero es la Cordera de Dios, la Iglesia del
Señor Jesucristo, para que el Cordero de Dios se reproduz-

ca a través de la Cordera de Dios, la Iglesia del Señor
Jesucristo.
82. La Iglesia del Señor Jesucristo es la que reinará con
Cristo en el Reino Milenial; Ella es la que con sus miem-

bros glorificados, iguales a Cristo, será la Reina del Reino
Milenial, con el Rey: Jesucristo, nuestro Salvador. La
Esposa del Cordero hemos visto que es la Iglesia del Señor
Jesucristo.
83. Esa bendición de tener como suyos a la Esposa del
Cordero con todos los miembros que componen la Esposa

del Cordero, la perdió, esa bendición, el pueblo hebreo.
Cristo dijo que el Reino sería quitado de en medio de ellos
y dado a otro pueblo que produzca los frutos de él. Por lo
tanto, perdió la bendición el pueblo hebreo de que todos los
hijos e hijas de Dios, que componen la Esposa del Cordero,
que componen la Iglesia de Jesucristo, fueran todos
hebreos, de allá del pueblo hebreo.
84. Y ahora, encontramos que los miembros de la Iglesia de
Jesucristo, los miembros de la Esposa del Cordero, algunos

son hebreos, y la mayoría son gentiles, de todas las nacio-
nes. Y Dios por medio de Su Espíritu Santo ha estado
llamando y juntando un pueblo para Su Nombre, de todas
las naciones; no importa sean blancos, sean rojos, sean
amarillos, o sean negros, no importa el color; lo que
importa es que el alma sea una semilla de Dios, una
simiente de Dios, sea una alma escrita en el Cielo, en el
Libro de la Vida del Cordero.
85. La parte física no tiene importancia, a tal grado que la
parte física va a ser cambiada por un cuerpo nuevo, eterno,

inmortal incorruptible y glorificado; y así vamos a estar
vestidos de inmortalidad para vivir con Cristo por toda la
eternidad en cuerpos jóvenes que representarán de 18 a 21

años de edad.
86. Y ahora, les dije que en un sentido la Esposa del
Cordero está casada, eso es en lo espiritual; pero en la parte

física todavía no, porque todavía tenemos el cuerpo de
carne mortal. Cuando estemos transformados, ya estaremos
casados físicamente, o sea, la parte física será igual a la de
Jesucristo: cuerpo glorificado, y Él podrá decir... Ahora Él
puede decir, hablando de Su Iglesia, Su Esposa, en lo
espiritual: “Ella es Espíritu de mi Espíritu.” Y cuando
estemos transformados podrá decir: “Y es carne de mi
carne. Ella es carne de mi carne, carne glorificada como la
mía.”
87. Ahora, en lo físico, el único cuerpo físico aquí en la
Tierra que Cristo tiene es el suyo y el mío; porque el de Él

está en el Cielo y está glorificado. Pero nosotros vamos a
ser físicamente como Él también; y así seremos a imagen
de Dios: el cuerpo angelical, y a Su semejanza, la semejan-
za física: el cuerpo físico glorificado. Ese es el plan de Dios
desde el principio.
88. Ahora, hemos visto: “EL MISTERIO DE LA ESPO-
SA DEL CORDERO.”
89. Y en el misterio de los miembros de la Esposa del
Cordero, ¿ha visto usted el misterio de los miembros de la

Esposa del Cordero? ¿Quiénes son? Todos nosotros.
90. Así que hemos visto: el Misterio de la Esposa del
Cordero, hemos visto también el Misterio del Cordero:

Jesucristo, y hemos visto el Misterio de los miembros de la
Esposa del Cordero. Todos estamos como parte de ese
Cuerpo Místico de creyentes, somos los miembros de la
Esposa del Cordero.
91. Ahora, la invitación, dice: “Bienaventurado...” Hay una
bienaventuranza aquí... Dice, capítulo 19, verso 9 [Apoca-

lipsis]:
“Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que
son llamados a la cena de las bodas del Cordero.”
92. La Cena de las Bodas del Cordero es la Recepción; y
ahí son bienaventurados los que van a estar allí, y esos son
los miembros de la Esposa del Cordero. Vamos a estar allí
presentes en la Gran Cena de las Bodas del Cordero en el
Cielo, en la Casa de nuestro Padre Celestial, allá en la
Séptima dimensión. Por eso es que vamos a ser vestidos
físicamente de un cuerpo nuevo, un cuerpo glorificado,
vamos a ser transformados, los muertos en Cristo van a ser
resucitados en cuerpos glorificados también.
93. Y luego, ya solamente vamos a estar una temporada
corta; dice el Rvdo. William Branham que de 30 a 40 días

vamos a estar aquí en la Tierra, cuando ya los muertos en
Cristo estén resucitados en cuerpos glorificados y nosotros
seremos transformados; luego nos iremos con Cristo.
94. En ese lapso de tiempo de 30 a 40 días, cuando ya los
muertos en Cristo hayan resucitado, habrá una manifesta-

ción plena del Poder de Cristo en medio de Su Iglesia, y
eso será la Tercera Etapa en toda Su plenitud, ése será el
ministerio que le predicará a los perdidos que ya no pueden
ser salvos, y eso será cuando ya Cristo haya terminado Su
Obra de Intercesión en el Cielo; le predicará también a la
iglesia, o sea, las vírgenes insensatas que no tenían aceite,
y también a la Novia, a las vírgenes prudentes.
95. Porque la Tercera Etapa será para el mundo, o sea, los
perdidos que no tienen ya oportunidad, para la iglesia, o

sea, el cristianismo, y para la Novia, para la Iglesia-Novia,
para la Esposa del Cordero.
96. Así como Cristo cuando murió, fue y predicó a los
espíritus que no podían ser salvos, los que fueron desobe-

dientes en el tiempo de Noé. Eso será en este tiempo final
repetido en la Tercera Etapa, manifestación de Cristo en
toda Su plenitud en medio de Su Iglesia, cuando ya haya
completado Su Iglesia y haya adoptado a Sus hijos. Es una
etapa de Adopción, un ministerio adoptado estará ahí, y
Cristo hará grandes maravillas en ese tiempo.
97. Ese será el ministerio que luego pasará al pueblo
hebreo, porque el pueblo hebreo verá ese ministerio

obrando esas maravillas tan grandes, que dirá: ¡Este es el
que nosotros estamos esperando!
98. Por eso el Rvdo. William Branham también dijo que las
grandes señales y maravillas son para Moisés y Elías. Eso

será la Tercera Etapa para el mundo, para la iglesia (o sea,
el cristianismo) y para la Novia; y eso será cuando Cristo
complete Su Iglesia y adopte al instrumento que Él tendrá
en este tiempo final, el Ángel del Señor Jesucristo, el cual
será adoptado, y todos también seremos adoptados. La
Adopción es nuestra transformación.
99. Bueno, hemos visto las bendiciones tan grandes que hay
para la Iglesia, para la Esposa del Cordero.

100. Y hemos visto: “EL MISTERIO DE LA ESPOSA
DEL CORDERO.”
101. Y para nosotros es un privilegio grande pertenecer, ser
parte, ser miembros, de la Esposa del Cordero. Ser miem-

bros de la Esposa del Cordero, de la Iglesia de Jesucristo,
es el privilegio más grande que una persona puede tener.
Eso lo identifica como un hijo o una hija de Dios.
102. “EL MISTERIO DE LA ESPOSA DEL CORDE-
RO.”
103. Hemos visto la bendición tan grande que tiene la
Esposa del Cordero. ¿Y cómo se ha ido formando? A

medida que se ha estado predicando el Evangelio de la

Gracia, y las personas han escuchado, y han creído en
Cristo como su Salvador; porque han escuchado el Mensaje
que anuncia la Primera Venida de Cristo y Su Obra de
Redención en la Cruz del Calvario, y han recibido a Cristo
como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de
Cristo, han sido bautizados en agua en el Nombre del Señor
Jesucristo, y Cristo los ha bautizado con Espíritu Santo y
Fuego, y han recibido el nuevo nacimiento, y han nacido
así del Agua y del Espíritu, y han entrado al Reino de Dios.
Porque el que no nazca del Agua y del Espíritu no puede
entrar al Reino de Dios; pero el que nace del Agua y del
Espíritu ha entrado al Reino de Dios.
104. Y ahora, Cristo dijo en San Marcos, capítulo 16, verso
15 en adelante:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.
105. ¿Ven lo sencillo que es todo?
106. Y ahora, esa es la forma en que se ha ido formando la
Esposa del Cordero: con todos los creyentes que han

recibido a Cristo somo su Salvador, han lavado sus pecados
en la Sangre de Cristo, han sido bautizados en agua en Su
Nombre, y han recibido el Espíritu Santo, y han nacido de
nuevo, han obtenido el nuevo nacimiento, han nacido en la
Iglesia del Señor Jesucristo, han nacido en la Esposa del
Cordero; porque para eso es que Dios le dio una Esposa,
una compañera a Cristo: para que se reproduzca en muchos
hijos e hijas de Dios.
107. Por lo tanto, Él ha estado reproduciéndose en hijos e
hijas de Dios en el campo espiritual, y luego se materializa-

rá todo, y obtendremos nuestra Adopción, nuestra transfor-

mación. Ya la Adopción Espiritual la hemos obtenido al
recibir el Espíritu Santo y obtener el cuerpo angelical
teofánico, y haber nacido en el Reino de Cristo; y ahora nos
falta solamente la física, que será nuestra transformación.
108. Por lo tanto, en el misterio de la Esposa del Cordero
encontramos que hay grandes bendiciones para ustedes y

para mí. Todo lo que Cristo ha estado haciendo y lo que
hará es en y con Su Esposa; con Su Esposa que es la
Esposa del Cordero, la Esposa de Jesucristo nuestro
Salvador.
109. “EL MISTERIO DE LA ESPOSA DEL CORDE-
RO.” Ese ha sido nuestro tema para esta ocasión.

en esta ocasión dándoles testimonio de “EL MISTERIO

DE LA ESPOSA DEL CORDERO.”
111. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto,
nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes y sobre mí

también; y pronto se complete la Iglesia de Jesucristo, la
Esposa del Cordero; y pronto Cristo se levante del Trono
del Padre, tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo
y haga Su Obra de Reclamo, resucite a los muertos
creyentes en Él en cuerpos glorificados, y nos transforme
a nosotros los que vivimos, y nos lleve con Él a la Cena de
las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno
del Señor Jesucristo. Amén y amén.
dándoles testimonio de “EL MISTERIO DE LA ESPO-

SA DEL CORDERO.”
113. Dejo nuevamente al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín
para continuar y finalizar nuestra parte en esta ocasión. Él

orará por toda persona que levante su mano para recibir a
Cristo como su Salvador, para que Cristo lo coloque a usted

en la Esposa del Cordero, como un miembro de la Esposa
del Cordero.
Marín para continuar.

115. Muchas gracias por vuestra amable atención, y conti-
núen pasando una tarde llena de las bendiciones de Jesu-

cristo nuestro Salvador.
“EL MISTERIO DE LA ESPOSA DEL CORDE-
RO.”
LAS NACIONES
SUBIENDO AL
MONTE DE JEHOVÁ
PARA CONOCER
SU CAMINO
Y ANDAR POR ÉL
LAS NACIONES SUBIENDO
AL MONTE DE JEHOVÁ
PARA CONOCER SU CAMINO
Y ANDAR POR ÉL

Jueves, 19 de junio de 2003
Santo Domingo, República Dominicana

presentes; es para mí un privilegio y bendición grande
estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con
tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica, y
los niños reciban saludos de mis niñas América y Yahan-
nah Gabriela.
2. Para esta noche leemos en el libro del Profeta Miqueas,
en el capítulo 4, verso 1 en adelante, donde dice:
“Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de
la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes,
y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos.
Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos
al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos
enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas;
porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de
Jehová.
Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a
naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus
espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará
espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la
guerra.
Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su

higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca
de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.
Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre
de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de
Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre.”
permita entenderla.
4. Nuestro tema es: “LAS NACIONES SUBIENDO AL
MONTE DE JEHOVÁ PARA CONOCER SU CAMI-
NO Y ANDAR POR ÉL.”
5. En este pasaje que hemos leído tenemos la profecía
divina de que muchos pueblos van a subir al Monte de
Dios, al Monte de Sion, para recibir la Enseñanza del
Camino por el cual Sion camina, para muchos pueblos
como naciones caminar en el Camino de Dios.
6. Ahora, tenemos que comprender algo muy importante,
y es que la Iglesia del Señor Jesucristo es el Israel Celestial.
La Iglesia del Señor Jesucristo fue reflejada en el pueblo
hebreo.
7. El pueblo hebreo es el Israel terrenal compuesto por los
siervos de Dios. El Israel Celestial es la Iglesia del Señor
Jesucristo compuesta por los hijos e hijas de Dios, por las
personas que han recibido a Cristo como su Salvador, han
lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, han sido
bautizados en agua en Su Nombre, y han recibido el
Espíritu Santo y han obtenido el nuevo nacimiento, han
nacido del Agua y del Espíritu, y así han entrado al Reino
de Dios, han nacido en el Reino de Dios, y han venido a
formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo.
8. Cristo dijo a Nicodemo en San Juan, capítulo 3, algo
muy importante con relación al Reino de Dios y los que
LAS NACIONES SUBIENDO AL MONTE DE JEHOVÁ... 183
entrarían al Reino de Dios, pues toda persona desea entrar

al Reino de Dios para vivir eternamente con Cristo en Su
Reino, en el Reino de Dios.
9. Pero así como hubo un requisito para usted entrar al
reino terrenal, en el cual usted y yo vivimos, y vivir en este
reino terrenal de mortales... ¿Cuál fue el requisito? Nacer.
Si usted no nacía, usted no estaría aquí presente vivo
escuchando en esta noche la Palabra de Dios; por lo tanto,
el requisito para todo ser humano vivir en este planeta
Tierra, y vivir una temporada, es nacer. Y para entrar al
Reino de Dios el requisito establecido por Cristo es nacer,
nacer del Agua y del Espíritu.
10. El nacimiento que obtuvimos a través de nuestros
padres terrenales es un nacimiento en la permisiva voluntad

de Dios, en donde obtenemos un cuerpo mortal, corruptible
y temporal, en el cual no podemos vivir eternamente; es un
cuerpo permitido por Dios para que estando en este cuerpo
nosotros confirmemos nuestro lugar en la vida eterna:
¿Cómo? Obteniendo el nuevo nacimiento, naciendo del
Agua y del Espíritu, y así entrando al Reino de Dios; para
lo cual recibimos a Cristo como nuestro Salvador, arrepen-
tidos de nuestros pecados, y le pedimos perdón a Dios por
nuestros pecados; Él nos perdona y somos lavados con la
Sangre de Cristo; y son quitados así nuestros pecados,
porque “la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo peca-
do,” dice Primera de Juan, capítulo 1, verso 7; y así somos
limpios de todo pecado, somos bautizados en agua en el
Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo nos bautiza con
Espíritu Santo y Fuego; y así obtenemos el nuevo naci-
miento, así hemos nacido del Agua y del Espíritu, y hemos
entrado al Reino de Dios por medio del nuevo nacimiento.
Naciendo de nuevo es que entramos al Reino de Dios.
11. Y siempre que un nacimiento ha ocurrido en un hogar,

usted va, ¿y qué le muestran? Un bebé, ya sea niña o niño,
un cuerpecito ha nacido; eso es cuando una persona nace en
este reino terrenal. Y una persona cuando nace en el Reino
de Dios, en el Reino de los Cielos, en el Reino de Cristo, ha
obtenido un cuerpo espiritual, un cuerpo celestial, un
cuerpo angelical; y así ha nacido como un bebé en el Reino
de Cristo.
12. Aunque todavía tenemos nuestro cuerpo aquí, pero
hemos obtenido un cuerpo espiritual de la sexta dimensión;

por eso es que todos los creyentes en Cristo, nacidos de
nuevo, tienen un cuerpo angelical llamado el Ángel de
Jehová, que acampa en derredor de los que le temen y los
defiende; ése es el cuerpo angelical que usted ha recibido
cuando ha obtenido el nuevo nacimiento. Y si usted
físicamente muere, usted sigue viviendo en el cuerpo
angelical, que es de la sexta dimensión; y la sexta dimen-
sión es el Paraíso.
13. Ahora, si una persona muere sin haber recibido a Cristo
como su Salvador, pues no tiene ese cuerpo angelical para

ir a vivir al Paraíso, a la sexta dimensión; por lo tanto, tiene
que ir la persona a vivir en el espíritu del mundo que
recibió cuando nació en la Tierra, y ese espíritu del mundo
es de la quinta dimensión; y entonces va a la quinta
dimensión a vivir hasta que llegue la resurrección de los
muertos, la segunda resurrección, la cual será para ser
juzgados en el Juicio Final por Cristo, desde el Trono
Blanco, en donde Cristo se sentará como Juez, y juzgará a
toda persona que ha nacido en este planeta Tierra, y ha
vivido aquí en este planeta Tierra.
14. Los escogidos no tendrán que ser juzgados, porque ya
recibieron a Cristo como su Salvador, y no tienen porqué

ser juzgados, porque Cristo nos limpió de todo pecado y

nos colocó en Su Reino.
15. Pero todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, en
el Juicio Final van a estar con Cristo allí como Jueces para
juzgar con Cristo a todos los seres humanos que serán
juzgados, y aun a los ángeles. De eso fue que nos habló el
Apóstol San Pablo cuando él dijo que los santos juzgarán
al mundo.
16. Por lo tanto, si los santos van a juzgar al mundo,
entonces los santos tienen un lugar muy importante allá en

ese Juicio Final. Vean, Primera de Corintios, capítulo 6,
“¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra
otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los
santos?
¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y
si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos
de juzgar cosas muy pequeñas?
¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?
¿Cuánto más las cosas de esta vida?”
17. Y ahora, no solamente el mundo, la humanidad, será
juzgada por Cristo y Su Iglesia, sino también los ángeles

que se rebelaron en contra de Dios; porque los creyentes en
Cristo, nacidos de nuevo, forman el grupo Sacerdotal
Celestial del Orden de Melquisedec, y forman el grupo de
Príncipes y Princesas del Reino Celestial.
18. Vean, de esto fue que nos habló Dios en el libro del
Apocalipsis, en el capítulo 1, verso 5 al 6, dice:

“Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los
muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos
amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él
sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.”

19. Vean, Cristo nos lavó con Su Sangre preciosa de todo
pecado, y nos ha hecho para nuestro Dios Reyes y Sacerdo-

tes; y también aquí en el capítulo 5 del Apocalipsis, verso
8 en adelante, vean lo que nos dice aquí: Capítulo 5, verso
8 en adelante, dice... esto fue cuando Cristo tomó el Libro
de la Diestra del que está sentado en el Trono. Dice:
“Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres
vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante
del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de
incienso, que son las oraciones de los santos;
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de
tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste
inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de
todo linaje y lengua y pueblo y nación;
y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,
y reinaremos sobre la tierra.”
20. Aquí tenemos la promesa de que hemos de reinar sobre
la Tierra en ese glorioso Reino Milenial de Cristo nuestro

Salvador.
21. Ahora, veamos en el capítulo 20 también, lo que nos
dice, para que tengamos el cuadro claro de lo que sucede

con las personas que reciben a Cristo como su Salvador
personal. Capítulo 20, verso 4 en adelante, del Apocalipsis,
dice:
vivieron y reinaron con Cristo mil años.”
22. Ése es el Reino Milenial de Cristo, donde estaremos con
Él como Reyes y Sacerdotes y Jueces, reinando en ese

glorioso Reino de Cristo nuestro Salvador:
“Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que
se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
23. Ese es el glorioso Reino Milenial de Cristo, en donde
estaremos como Reyes y como Sacerdotes y como Jueces

según el Orden de Melquisedec, del cual Cristo es el Rey
de reyes y Señor de señores, y también Él es el Juez de toda
la Tierra, y también Él es el Sumo Sacerdote del Templo
Celestial.
24. Melquisedec, en el capítulo 14 del Génesis, cuando le
apareció a Abraham, le dio pan y vino; y dice la Escritura

que este Melquisedec, el cual es Sacerdote del Dios
Altísimo, y es también Rey de Salem (o sea, Rey de
Jerusalén) y Rey de Justicia y Rey de Paz, vean todo lo que
es este Rey de Jerusalén, el cual es Melquisedec; y ése es
Cristo.
25. Cristo es el Rey de reyes y Señor de señores. Cristo es
el Sumo Sacerdote del Templo Celestial, el cual está

haciendo Intercesión con Su propia Sangre por toda
persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro
de la Vida del Cordero, y Él lo llama aquí en la Tierra y lo
coloca en Su Cuerpo Místico de creyentes, que es Su
Iglesia.
26. Con Su Sangre Cristo nos limpia de todo pecado, y
quedamos justificados ante Dios, o sea, como si nunca en

la vida hubiésemos pecado, porque la Sangre de Jesucristo
tiene poder, tiene poder para quitar el pecado del ser
humano.
27. La Sangre de Cristo no cubre el pecado, sino que lo
quita, desintegra el pecado. Es como el blanqueador: el

blanqueador quita las manchas, y usted las busca luego en
el blanqueador y no están, porque las desintegró, las volvió
a lo que eran antes de ser una mancha o ser un producto
con color.
28. Y la Sangre de Cristo desintegra el pecado, y lo desapa-
rece de nosotros, y lo retorna al dueño original, que es el

diablo; porque la Sangre de Cristo tiene ese Poder, para eso
fue derramada la Sangre de Cristo: para limpiarnos de todo
pecado.
29. Ahora, hemos visto que toda persona que recibe a
Cristo como su Salvador, está haciendo algo muy importan-

te que en el Antiguo Testamento se hacía en lo que llegaba
un Sacrificio perfecto, y ellos obtenían el perdón; aunque
sus pecados solamente eran cubiertos con la sangre del
sacrificio del macho cabrío.
30. Pero en lo que llegaba lo que era perfecto, ellos tenían
ese sacrificio de la expiación del macho cabrío, el día diez

del mes séptimo de cada año. Ese era el día del perdón, y
era para ser reconciliados con Dios.
31. Vean, aquí en Levítico, capítulo 23, verso 26 en
adelante, dice:
“También habló Jehová a Moisés, diciendo:
A los diez días de este mes séptimo será el día de
expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras
almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.
Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de
expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro
Dios.
Porque toda persona que no se afligiere en este mismo
día, será cortada de su pueblo.”

32. Y ahora, vean cómo ése era un día muy importante para
todos los hebreos.

33. Toda persona que en ese día no se afligía en su alma, no
se lamentaba y se dolía en su alma por haber pecado contra

Dios, y le pedía perdón a Dios por haber pecado contra
Dios, ¿qué pasaba? Pues no quedaba perdonado y no
quedaba reconciliado con Dios, y por consiguiente perdía
el derecho a vivir un año más. Ya esa persona... Dice: “Será
cortado del pueblo.”
34. Dios lo cortaba, terminaban los días de vida de esa
persona al comienzo de ese tiempo, luego del día de la

expiación; porque no se afligió, no se arrepintió, de sus
pecados, dolido en su alma por haber pecado contra Dios,
y no le pidió perdón a Dios; y quizás creyó que podía
seguir viviendo.
35. Pero vean, era como cuando Dios ordenó a Moisés
levantar la serpiente de bronce en el desierto, cuando los

hebreos estaban siendo mordidos por serpientes venenosas
a causa del pecado del pueblo hebreo. Dios le dijo a
Moisés: “Levanta una serpiente de bronce, y toda persona
que mire a la serpiente de bronce, no morirá sino que vivirá
(o sea, personas mordidas por serpientes venenosas).”
36. Toda persona sabe que cuando una serpiente venenosa
muerde a una persona, esa persona quedó condenada a la

muerte, y solamente le quedan minutos de vida; y si la
serpiente es de la clase más venenosa, entonces le quedan
segundos de vida, está condenada a la muerte.
37. Pero con una mirada de fe hacia la serpiente de bronce,
la persona quedaba perdonada y quedaba libre del efecto de

la mordida y del veneno de la serpiente (y el efecto sería la
muerte); quedaba libre de la muerte.
38. Y la raza humana fue mordida por el diablo, Satanás, la

serpiente antigua, e introdujo el veneno del pecado a la raza
humana, y por consiguiente la raza humana fue condenada
a la muerte, y por eso la raza humana no tiene vida eterna,
solamente lo que tiene es vida temporal.
39. Por lo tanto, el ser humano, la raza humana, murió a la
vida eterna, y lo que tiene es una vida pasajera, temporal.

Los que duran setenta a ochenta años han tenido éxito,
porque la mayoría mueren antes de los setenta y de los
ochenta años.
40. Ahora, esto es por causa del pecado. “Porque la paga
del pecado es muerte, más la dádiva de Dios vida eterna en

Cristo Jesús Señor nuestro.”
41. Ahora, podemos ver que la causa de la muerte del ser
humano es el pecado, que fue el veneno que el diablo

introdujo en la raza humana allá cuando Adán y Eva
estaban en el Huerto del Edén.
42. Ahora, así como toda persona mordida por serpientes
venenosas miraba a la serpiente de bronce y quedaba libre

del pecado, porque quedaba perdonado, y el efecto del
veneno quedaba anulado; y entonces ya la persona no
moría, quedaba libre de la condenación de la muerte.
43. Alguna persona podía decir: “A mí no me va a hacer
ningún bien mirar a esa serpiente de bronce, porque cuando

una serpiente venenosa muerde a uno, eso ya la persona
está condenada a morir; y cómo va a... con una mirada
solamente a esa serpiente de bronce ¿cómo va uno a vivir
cuando ya ha sido mordido por una serpiente venenosa?”
44. Por incrédulo, pues no miraba, y moría; pero los que
daban la mirada de fe hacia la serpiente de bronce, no

morían. Esa era la diferencia entre los que miraban y los
que no miraban: los que miraban, miraban con fe, no
tocaban nada, era solamente una mirada de fe, porque la

serpiente de bronce representaba el pecado ya juzgado.
45. Y cuando la persona miraba la serpiente de bronce, el
pecado de la persona ya quedaba transferido a la serpiente

de bronce, ya fue juzgado allí, y ya la persona quedaba
libre del pecado, quedaba perdonado, quedaba libre del
pecado, y el efecto del veneno quedaba anulado; porque
con una mirada de fe a la serpiente de bronce, quedaba
libre de la condenación de la muerte.
46. Y Cristo dijo en San Juan, capítulo 3, algo muy impor-
tante con relación a la serpiente de bronce, lo cual no

podemos dejar pasar por alto, porque eso tiene que ver con
nuestra salvación, para poder vivir eternamente con Cristo
en Su Reino.
47. En San Juan, capítulo 3, verso 14 en adelante, dice:
“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así

es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.”
48. Y ahora, la forma de evitar la segunda muerte, en donde
las personas serán condenadas y echadas en el lago de

fuego, que es la segunda muerte, la única forma de evitar el
lago de fuego, es dando una mirada de fe a Cristo, creyen-
do. “Todo aquél que en Él cree no es condenado,” o sea,
queda libre de la condenación, porque sus pecados son
perdonados, es limpiado con la Sangre de Cristo de todo
pecado, y queda sin pecado; y si no tiene pecado, entonces
no hay condenación.
“...Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
[Segunda de Corintios 5:17] Y para los que están en Cristo
ninguna condenación hay; quedaron libres de la condena-
ción, quedaron libres de la muerte, de la muerte segunda.

Por eso Cristo dijo: “El que oye mi Palabra y cree al que
me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación,
mas pasó de muerte a vida.” Es una mirada de fe a Cristo
lo que libra a la persona de la condenación del lago de
fuego, y por consiguiente de dejar de existir.
49. Ahora, uno estando consciente de que uno es un ser
humano y que existe, que es una realidad, uno no desea

dejar de existir, uno desea seguir existiendo, y desea seguir
existiendo en una condición mucho mejor de la que
estamos viviendo en la actualidad.
50. Y ése es el Programa de Dios a través de Jesucristo; Él
ha prometido una vida eterna con un cuerpo nuevo, eterno,

inmortal, incorruptible y glorificado, igual a Su cuerpo
glorificado, y joven para toda la eternidad, en donde no
tendremos más problemas, ni siquiera una gripe nos dará,
porque eso será en un cuerpo eterno, en un cuerpo perfecto,
igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.
El Señor Jesucristo tiene esa bendición para usted y para
mí, por eso Cristo dijo que:
“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así
es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.”
51. La única forma de evitar que el alma de la persona se
pierda... y la persona es, en realidad, alma; eso es lo que es

en realidad la persona: alma viviente. Ahora, la persona
para evitar perderse, para evitar perder la vida eterna, tiene
que recibir a Cristo como su Salvador; no hay otra forma.
Sigue diciendo:
“...para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado

a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para conde-
nar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree,
ya ha sido condenado.”
52. Es un asunto de creer o no creer en Jesucristo. El que no
cree, ya ha sido condenado, y está condenado a ser juzgado

en el Juicio Final, ser condenado y ser echado en el lago de
fuego, que es la segunda muerte, donde será exterminado,
donde dejará de existir en cuerpo, espíritu y alma. Y eso
nadie lo quiere.
53. ¿Y cómo podemos evitar eso? Recibiendo a Cristo
como nuestro Salvador; es un asunto de una mirada de fe a

Jesucristo. Y así nuestros pecados son perdonados y
quedamos libres de todo pecado, porque cuando Cristo
murió en la Cruz del Calvario, murió por nuestros pecados,
Él llevó nuestros pecados.
54. Por lo tanto, usted no tiene que morir, no tiene usted
que dejar de existir eternamente; si da una mirada de fe a

Cristo, usted queda perdonado; y Cristo con Su Sangre lo
limpia de todo pecado, y es bautizado en agua en el Nom-
bre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu
Santo y Fuego; y así usted obtiene el nuevo nacimiento,
nace como un hijo o como una hija de Dios en el Reino de
Dios, en el Reino de Cristo, en donde obtiene vida eterna.
55. Ese nuevo nacimiento es con vida eterna. El nacimiento
físico que obtuvimos de nuestros padres es con vida

temporal; por eso nacemos, crecemos, trabajamos, lucha-
mos, comemos, dormidos, y nos ponemos viejos, y después
morimos: porque fue un nacimiento con vida temporal.
Pero el nacimiento que obtenemos en el Reino de Cristo es

con vida eterna, para vivir eternamente con Cristo en Su
Reino, y reinar con Cristo como Reyes y como Sacerdotes
y como Jueces.
56. Vean, es la posición más alta del Reino de Cristo:
Reyes, Sacerdotes y Jueces. Como en un reino las posicio-

nes más altas son las del rey y la reina con sus hijos; esa es
la clase más alta de un reino.
57. Y el deseo que siempre hubo en nuestra alma: de ser
hijos de un rey y una reina era porque somos hijos de Dios,

y Dios es el Rey de los Cielos y de la Tierra; y cuando
hemos nacido en el Reino de Cristo por medio de Cristo,
hemos obtenido el nuevo nacimiento, y hemos nacido como
hijos e hijas de Dios; y por consiguiente como príncipes y
princesas en el Reino de Cristo. Esa es la posición más alta
en el Reino de Dios; y la tenemos nosotros al obtener de
parte de Cristo el nuevo nacimiento.
58. Ahora, vean cómo aquí nos dice Cristo en San Marcos,
capítulo 16, versos 15 al 16:

59. Y nadie quiere ser condenado, todos queremos ser
salvos; por lo tanto, todos creemos en Jesucristo, Lo hemos

recibido como nuestro Salvador, y hemos sido bautizados
en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Él nos ha
bautizado con Espíritu Santo y Fuego, y hemos obtenido el
nuevo nacimiento, hemos nacido en el Reino de Dios, y
hemos obtenido vida eterna, hemos sido restaurados a la
vida eterna.
60. ¿Y qué es lo que ha sucedido? Lo mismo que sucedía el
día de la expiación, en donde se afligían las personas por

haber pecado contra Dios, pedían perdón a Dios, y ése día
era el día del sacrificio del macho cabrío de la expiación, y
los pecados de las personas quedaban perdonados; y
quedaban reconciliados con Dios, porque era el día de
reconciliación con Dios.
61. Y ahora, desde el día que Cristo murió en la Cruz del
Calvario, se abrió en el Templo Celestial el Día de la

Expiación y Día de la Reconciliación con Dios, Día del
Perdón para todo ser humano que recibe a Cristo como su
Salvador personal. Esa persona obtiene el perdón de sus
pecados; y Cristo lo limpia con Su Sangre preciosa, de todo
pecado, y es bautizada la persona en el Nombre del Señor
Jesucristo, porque dice: “El que creyere y fuere bautizado,
será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Tan
simple como eso.
62. ¿Ve? El asunto de la salvación y vida eterna es un
asunto de fe en Jesucristo nuestro Salvador, porque Él es el

Camino, la Verdad y la Vida. Y Él dijo: “Y nadie viene al
Padre sino por mí.” No hay otro camino para obtener la
salvación y vida eterna.
63. Por lo tanto, Cristo es el único medio de salvación para
todo ser humano; y el que no lo cree, pues no será bautiza-

do en agua en el Nombre de Jesucristo, y no obtendrá el
perdón de sus pecados, y no obtendrá la salvación y vida
eterna; y por consiguiente no vivirá con Cristo en Su Reino,
porque no recibió al Rey de ese Reino de Dios.
64. Ahora, hemos visto lo simple que Dios hace las cosas
para que esté al alcance de todo ser humano la salvación

del alma de toda persona, y tenga la oportunidad de (la
persona) de obtener el perdón de sus pecados, ser limpio de
todo pecado con la Sangre de Cristo, ser bautizado en agua
en el Nombre del Señor Jesucristo y obtener la salvación de

su alma.
65. El pobre y el rico, el grande y el pequeño, el que
estudió y el que no estudió, todos pueden obtener el perdón

de sus pecados, y por consiguiente, la salvación de su alma.
66. No hay acepción de personas, es un asunto de fe en
Cristo; y por cuanto es un asunto de fe en Cristo, no se

requiere que la persona tenga que ir a una escuela a estudiar
primero para después recibir a Cristo como su Salvador
personal; es por medio de escuchar la predicación del
Evangelio. Y la persona en la predicación del Evangelio
escucha que Cristo vino a la Tierra y murió en la Cruz del
Calvario llevando nuestros pecados; murió por ti y por mí,
para así que le recibamos como nuestro Salvador y obten-
gamos el perdón de nuestros pecados, y Él con Su Sangre
nos limpia de todo pecado, y seamos bautizados en agua en
Su Nombre, en donde nos identificamos con la muerte,
sepultura y resurrección de Jesucristo nuestro Salvador.
67. Ahora, todo esto se lleva a cabo en el Monte de Sion,
que en el Nuevo Testamento es la Iglesia del Señor Jesu-

cristo; porque el pueblo hebreo rechazó a Su Rey, a Cristo,
el Rey de Israel, lo rechazó el pueblo hebreo; y ahora el
Reino fue pasado a otro pueblo que lleva los frutos del
Reino, lleva hijos e hijas de Dios.
68. Por lo tanto, ahora la Iglesia del Señor Jesucristo es el
Israel Celestial y es el Monte de Sion espiritual. Por eso

San Pablo en Hebreos, capítulo 12, versos 22 en adelante,
dice:
“...Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la
ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía
de muchos millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos que están
inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los

espíritus de los justos hechos perfectos,
a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre
rociada que habla mejor que la de Abel.”
69. Vean, nos hemos acercado al Monte de Sion, a la
Jerusalén Celestial, nos hemos acercado al Reino de los

Cielos, al Reino de Dios, al recibir a Cristo como nuestro
Salvador.
70. El Reino de Dios está en una forma espiritual, por eso
el nuevo nacimiento es un nacimiento espiritual, en donde

nacemos en una condición espiritual en el Reino de Cristo;
y luego vendrá la parte física, donde obtendremos la
transformación de nuestro cuerpo, y los muertos en Cristo
recibirán la resurrección en cuerpos nuevos y eternos y
jóvenes, y entonces todos tendremos un cuerpo glorificado
igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador,
y entonces el Reino de Dios se establecerá físicamente en
la Tierra. Y Cristo, que es el Heredero al Reino de Dios en
la Tierra y Heredero al Trono de David, reclamará ese
Reino y ese Trono, y se sentará sobre el Trono de David; y
Él reinará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las nacio-
nes.
71. El gran Arcángel Gabriel le habló a la virgen María en
el capítulo 1 del libro o del Evangelio según San Lucas,

versos 30 en adelante, en la siguiente forma:

72. Y ahora, el Reino de Dios en la Tierra es el Reino de
David, y el Trono de Dios terrenal es el Trono de David;

pero Dios tiene Su Trono Celestial en el Cielo, en donde
Cristo cuando ascendió al Cielo se sentó y recibió Poder y
Autoridad en los Cielos y en la Tierra.
73. Veamos lo que nos dice aquí, lo que nos dice en
Primera de Crónicas, capítulo 28, verso 5 en adelante. Esto

fue en el tiempo del rey David, cuando presentó a su hijo
Salomón como rey. Dice capítulo 28, verso 3 en adelante:
sangre.
Israel.
74. Vean, el Trono del Reino de Jehová sobre el pueblo
hebreo es el Trono de David, y el Reino de Jehová sobre el

pueblo hebreo es el Reino de David, el Reino que David
estaba gobernando, el cual luego heredó el hijo de David:
Salomón.
75. Y ahora, Dios había colocado Su Reino y Su Trono aquí
en la Tierra, y David estaba sentado en el Trono del Reino

terrenal de Dios en medio del pueblo hebreo.
76. También en Primera de Crónicas, capítulo 29, verso 22
en adelante, donde le dan la investidura por segunda vez a

Salomón, dice:
todo Israel.”
77. Y ahora, cuando le dieron la investidura por segunda
vez, dice que se sentó en el Trono de Jehová en lugar de Su

padre David; porque el Trono de Dios terrenal es el Trono
de David, y el Reino de Dios terrenal es el Reino de David;
y a este Reino y a este Trono Jesucristo es Heredero, Él es
el Heredero.
78. Por eso el Arcángel Gabriel le dice a la virgen María
que Dios le dará el Trono de David Su Padre y se sentará

sobre el Trono de David y reinará sobre el pueblo hebreo,
sobre Israel.
79. Por eso es que Cristo enseñando a orar a Sus discípulos,
entre las cosas que les enseñó, que les dijo que pidieran a
Dios, una fue: “Venga Tu Reino. Hágase Tu Voluntad,
como en el Cielo, aquí en la Tierra.” Y eso será en la
Venida del Reino de Dios y establecimiento del Reino de
Dios en esta Tierra, en donde Cristo, el Hijo de David, se
sentará sobre el Trono de David Su Padre; ése es el Trono
de Cristo, el Trono terrenal de Cristo; pues Cristo está
sentado en el Trono de Dios, en el Trono Celestial de Dios,
pero Cristo tiene un Trono terrenal: el Trono de David. De
ese Trono es que Cristo habla en Apocalipsis, capítulo 3,
verso 21, cuando dice de la siguiente manera:
80. ¿Ven? En la misma forma en que Cristo venció y se
sentó con el Padre Celestial en el Trono Celestial, así Cristo

promete sentar en Su Trono al Vencedor.
81. Por lo tanto, para el tiempo final habrá un Mensajero
sobre la Tierra, que obtendrá la gran victoria en el Amor

Divino; y Cristo lo sentará con Él en Su Trono. Esa es una
promesa de Cristo.
82. Y así como Cristo se sentó en el Trono con Su Padre, en
el Trono Celestial de Dios, y recibió Poder y Autoridad

sobre los Cielos y sobre la Tierra... “Todo Poder me es
dado en el Cielo y en la Tierra,” dijo Cristo en San Mateo,
capítulo 28, versos 16 al 20.
83. Y ahora, el Trono terrenal de Jehová, de Dios, es el
Trono al cual Cristo es Heredero, ése es el Trono de Cristo;

y será restaurado el Reino de Dios en la Tierra, será
restaurado el Reino de David y el Trono de David.
84. Por eso es que la promesa es que Cristo es el Heredero
al Trono de David, y se sentará sobre el Trono de David y

reinará sobre el pueblo hebreo. Y cuando esté reinando
sobre el pueblo hebreo es que naciones, pueblos y lenguas
vendrán a Jerusalén, vendrán al pueblo hebreo, y sobre todo
a Jerusalén, para preguntar por el Camino de Sion, para
caminar en el Camino de Sion; y el Camino de Sion es
Cristo, para caminar en Cristo.
85. Y por consiguiente serán eliminadas todas las religiones
paganas, y será establecido un sólo Camino religioso, será

establecido un sólo Camino divino, y todos servirán a Dios
en ese Reino Milenial. Por lo tanto, eso está muy cerca por
convertirse en una realidad.
86. Ahora, siendo que en el campo espiritual Sion es la
Iglesia del Señor Jesucristo, primero Cristo en Su Segunda

Venida estará en medio de Sion espiritual, en medio de Su

Iglesia, y el pueblo hebreo va a ver esa manifestación de
Cristo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.
87. Vamos a ver aquí en el Salmo 2, vamos a ver lo que nos
dice, y luego leeremos algunas porciones del Rvdo. Wi-

lliam Branham con relación a Sion y al Reino. En el Salmo
número 2, verso 1 en adelante, dice:
“¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
Se levantarán los reyes de la tierra,
Y príncipes consultarán unidos
Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
Rompamos sus ligaduras,
Y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos.
Luego hablará a ellos en su furor,
Y los turbará con su ira.
Pero yo he puesto mi rey
Sobre Sion, mi santo monte.
Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;
Yo te engendré hoy.
Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
Y como posesión tuya los confines de la tierra.”
88. Cristo es el Heredero al Trono de David, Él es el
Heredero al Reino de David sobre el pueblo hebreo, como

Hijo de David; Él es el Heredero a todo lo que Dios le
prometió a Abraham, Él es el Heredero a toda la tierra de
Israel como Hijo de Abraham; Él es el Heredero al
planeta Tierra como Hijo del Hombre; y Él es el Heredero
de los Cielos y de la Tierra como el Hijo de Dios.
89. Vean, cada uno de esos Títulos de Hijo tiene una

Herencia, y todos esos Títulos pertenecen a Jesucristo
nuestro Salvador. Dice:
“Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación, jueces de la tierra.
Servid a Jehová con temor,
Y alegraos con temblor.
Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el
camino;
Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían.”
90. Y ahora, todos confiamos en el Hijo de Dios: Jesucristo;
y por consiguiente es bendición lo que viene de parte de

Jesucristo para ustedes y para mí también.
91. El pueblo hebreo, por cuanto rechazó a Cristo, rechazó
la bendición de Dios; y por eso es que el pueblo hebreo ha

estado con tan graves problemas desde aquellos tiempos
hasta este tiempo.
92. Cristo había profetizado que por cuanto no conocieron
el día de Su Visitación, el templo y la ciudad sería destrui-

da; y así sucedió en el año setenta, cuando el general
romano Tito cercó a Jerusalén y la destruyó, y destruyó el
templo; y de ahí en adelante no han tenido templo donde
ofrecer a Dios el sacrificio por el pecado, el sacrificio de la
expiación del día diez del mes séptimo de cada año; y ya
Dios tampoco acepta sacrificios de animalitos por el
pecado, porque ya fue realizado el Sacrificio perfecto por
el pecado, el cual lo efectuó Jesucristo en la Cruz del
Calvario.
93. Ése es el Sacrificio por el pecado, que sería efectuado,
y Su Sangre sería llevada al Lugar Santísimo del Templo

Celestial de Dios; como el sumo sacerdote llevaba la sangre
de la expiación el día diez del mes séptimo de cada año, al
lugar santísimo del templo terrenal.
94. Eso que hacía el sumo sacerdote es lo que Cristo iba a
hacer en el Templo Celestial entrando como Sumo Sacer-

dote, el cual es Melquisedec, el cual es Sumo Sacerdote
según el Orden de Melquisedec del Templo Celestial; y
entró con Su propia Sangre al Lugar Santísimo del Templo
Celestial, y la colocó sobre el Trono de Intercesión, el
Trono de Dios en el Cielo, y se convirtió en un Trono de
Misericordia desde donde es extendida la Misericordia de
Dios para los seres humanos, para que puedan obtener el
perdón de sus pecados y puedan obtener la salvación de sus
almas.
95. Y desde el día que Cristo murió en la Cruz del Calvario,
comenzó en el Templo Celestial el Día de la Expiación, el

Día del Perdón y Reconciliación del ser humano con Dios.
96. Por eso es que desde aquel tiempo hacia acá, desde el
Día de Pentecostés, se ha estado predicando a todo ser

humano el arrepentimiento y el perdón de los pecados en el
Nombre del Señor Jesucristo, para que “todo aquel que en
Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
97. Vean, en San Lucas, capítulo 24, verso 45 en adelante,
dice:
“Entonces les abrió el entendimiento, para que com-
prendiesen las Escrituras;
y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el
Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;
98. y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el
perdón de pecados en todas las naciones, comenzando

desde Jerusalén.”
99. Todo ser humano está llamado a escuchar la predica-

ción del Evangelio para comprender que el arrepentimiento
de los pecados y el perdón de los pecados es en el Nombre
del Señor Jesucristo; y la persona obtiene el perdón de sus
pecados, Cristo lo limpia con Su Sangre preciosa de todo
pecado, y la persona es bautizada en agua en el Nombre del
Señor Jesucristo, y la persona es bautizada con el Espíritu
Santo y Fuego, Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y
Fuego, y la persona obtiene el nuevo nacimiento; y así la
persona ha obtenido el nuevo nacimiento y ha entrado al
Reino de Dios.
100. Vean lo que sucedió el Día de Pentecostés cuando San
Pedro predicó su primer Mensaje, lleno del Espíritu Santo.

En el capítulo 2, verso 36 en adelante, dice:
hecho Señor y Cristo.”
101. Por eso es que decimos SEÑOR JESU-CRISTO:
porque Dios ha hecho a Jesús SEÑOR y CRISTO, porque

en Él habitó, habita y habitará toda la plenitud de Dios,
toda la plenitud de la Divinidad: Padre, Hijo y Espíritu
Santo, todo estaba, está y estará en Jesucristo nuestro
Salvador. Por eso Cristo decía: “Yo no hago nada de mí
mismo. El Padre que mora en mí, Él hace las obras.” Sigue
diciendo San Pedro:
“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a
haremos?

Señor nuestro Dios llamare.
Y con otras muchas palabras testificaba y les exhorta-
ba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautiza-
102. Como tres mil personas escucharon la predicación del
Evangelio de la Gracia a través del Espíritu Santo en San

Pedro, creyeron y fueron bautizados en agua en el Nombre
del Señor Jesucristo, Cristo los bautizó con Espíritu Santo
y Fuego y obtuvieron el nuevo nacimiento, y nacieron en el
Reino de Dios, entraron a formar parte de la Iglesia del
Señor Jesucristo.
103. Se requiere que toda persona escuche la predicación
del Evangelio, crea y sea bautizado en agua en el

Nombre del Señor Jesucristo, donde la persona se
identifica con la muerte, sepultura y resurrección de
104. Ahora, hemos visto que esto ha estado sucediendo
desde el Día de Pentecostés hacia acá, porque desde el día

que Cristo murió en la Cruz del Calvario se abrió en el
Templo Celestial el Día de la Expiación, se abrió en el
Templo Celestial el Día del Perdón, el Día de la Reconci-
liación del ser humano con Dios. Por eso se predica la
reconciliación del ser humano con Dios desde el Día de
Pentecostés hacia acá.
105. Vean, en Romanos, capítulo 5, verso 6 en adelante, dice
San Pablo:
“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su
tiempo murió por los impíos.
Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con
todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que

siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre,
por él seremos salvos de la ira.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con
Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando recon-
ciliados, seremos salvos por su vida.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios
por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido
ahora la reconciliación.”
106. Hemos recibido la reconciliación de nosotros con Dios
por medio de Jesucristo nuestro Salvador, así como el día

diez del mes séptimo de cada año las personas eran reconci-
liadas con Dios cuando se efectuaba, se ofrecía a Dios, el
sacrificio del macho cabrío de la expiación por el pecado.
107. Pero ahora ya Dios no acepta sacrificios de animalitos,
porque ya el Sacrificio perfecto que quita el pecado fue

efectuado por Jesucristo nuestro Salvador.
108. Aquellos sacrificios de animalitos representaban el
Sacrificio de Cristo; y cuando fue efectuado el Sacrificio de

Cristo, ya no hay otro sacrificio por el pecado sino el
Sacrificio de Jesucristo.
109. Ninguna persona puede presentarse a Dios sin el
Sacrificio por el pecado, el Sacrificio de Cristo; ninguna

persona puede ir a Dios sin recibir a Cristo como su
Salvador; y Cristo lo limpia de todo pecado con Su Sangre,
y entonces la persona queda justificada ante Dios como si
nunca en la vida hubiese pecado; y entonces puede acercar-
se a Dios para pedir a Dios Sus bendiciones.
110. Por lo tanto, toda persona que recibe a Cristo como su
Salvador ha confirmado su lugar en la vida eterna para

vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad; así
como le daba derecho a toda persona que el día diez del

mes séptimo, arrepentido de sus pecados pedía perdón a
Dios. Y cuando el sumo sacerdote terminaba sus labores de
ese día, entonces esas personas quedaban reconciliadas con
Dios, quedaban perdonadas y obtenían el derecho a vivir un
año más. Pero ahora con el Sacrificio de Cristo, nosotros
obtenemos el derecho a vivir, no un año más, sino por toda
la eternidad.
111. Por lo tanto, Cristo nos ha reconciliado con Dios para
que vivamos con Dios en Su Reino por toda la eternidad,

con Cristo como Rey de ese Reino glorioso de Dios que
será establecido en este planeta Tierra.
112. Y cuando esté establecido físicamente en este planeta
Tierra el Reino de Dios, Cristo será el Rey sobre el pueblo

hebreo y sobre todas las naciones, y con Él estaremos
nosotros como Reyes y Sacerdotes y Jueces en la parte
administrativa de ese Reino.
113. Por lo tanto, seremos personas importantes en el Reino
de Cristo, aunque en el reino terrenal en el cual vivimos no

somos personas importantes, pero en el Reino de Cristo sí,
porque en el Reino de Cristo somos Reyes, somos Sacerdo-
tes y Jueces; por lo tanto tendremos las tres esferas princi-
pales de ese Reino. Como Jueces: la parte de la judicatura,
el poder judicial; como Reyes: la parte del Reino, la parte
política; y como Sacerdotes la parte religiosa.
114. Por lo tanto, esas tres fases del Reino de Cristo las
tendrá Cristo con nosotros; por lo tanto somos el grupo

administrativo de Cristo y Su Reino, estaremos adminis-
trando con Cristo ese Reino Milenial.
115. Muchas personas les gustaría ser un empleado de
gobierno, pero en el Reino de Cristo seremos ejecutivos

con Cristo, de ese Reino, no empleados; porque vean, en un
reino literal los hijos del rey y la reina no son empleados,

son herederos de ese reino, por lo tanto son las personas de
la posición más importante de ese reino, por lo tanto son
los grandes ejecutivos que con el rey trabajan en ese reino.
116. Y así es con Cristo y cada creyente en Cristo. Por eso es
que el pueblo hebreo cuando vea a Cristo en medio de Su

Iglesia en este tiempo final... pues ellos están esperando al
Mesías, a Cristo, y no saben que vino; lo tuvieron en medio
de ellos y no lo reconocieron, decían que era Beelzebú,
decían que tenía demonios, que era un engañador, pero Él
era el Mesías que estaba prometido que estaría en medio de
ellos; era la piedra que los edificadores desecharon, la
Piedra del Ángulo, ellos estaban ciegos a la Primera Venida
de Cristo como el Rey de Israel.
117. Pero gracias a Dios que estuvieron ciegos, porque si no
llegaban a estar ciegos, no hubieran pedido la muerte de

Cristo, y por consiguiente no hubiera podido derramar Su
Sangre para limpiarnos de todo pecado.
118. Cuando Juan el Bautista presentó a Cristo, dijo: “He
aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”

Y para poder quitar el pecado del mundo tenía que morir y
derramar Su Sangre, y pagar así el precio de la redención
de nosotros.
119. Por lo tanto, Él ya pagó por nuestros pecados, para que
nosotros no tengamos que pagar por nuestros pecados;

porque la paga del pecado es muerte, es la segunda muerte.
120. Por lo tanto, Él nos libra de la paga del pecado, Él nos
libra de la muerte eterna, de la segunda muerte; para que

nosotros estemos con Él en Su Reino como Reyes, como
Sacerdotes y como Jueces, por el Milenio, ¿y por cuánto
tiempo más? Por toda la eternidad, y jóvenes para siempre;
cuerpos perfectos, cuerpos inmortales, cuerpos glorificados
igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

121. Por lo tanto, cuando estemos ya en el cuerpo nuevo,
usted va a representar de 18 a 21 años de edad, y yo

también; por lo tanto, seré un joven de 18 a 21 años en un
cuerpo perfecto, y estaré con Cristo como Rey, como Juez
y también como Sacerdote. ¿Y quién más? Ustedes tam-
bién. Así es el Reino de Cristo que Él establecerá en este
planeta Tierra con todos los que lo han recibido como su
Salvador personal.
122. Cristo cuando se manifieste en toda Su plenitud en este
tiempo final, lo cual será cuando complete Su Iglesia, y

entonces vendrá una manifestación plena del Poder de
Jesucristo... Pero el Rvdo. William Branham dice que
cuando eso ocurra, ya la Puerta de la Misericordia estará
cerrada, y será algo así como cuando Cristo fue y le predicó
a los espíritus que estaban encarcelados allá en el infierno.
Cuando Cristo murió, fue, bajó, al infierno y predicó a los
espíritus encarcelados que fueron desobedientes en el
tiempo de Noé.
123. Y para este tiempo, el infierno (que es la quinta
dimensión) se abrirá y estará sobre la Tierra; por lo tanto,

Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia en este
tiempo final se manifestará en toda Su plenitud, y grandes
maravillas y milagros van a ser llevados a cabo; pero ya
para ese tiempo se habrá completado la Iglesia del Señor
Jesucristo, y la Puerta de la Misericordia estará cerrada. De
esto fue que habló el mismo Cristo en San Lucas, capítulo
13, versos 22 en adelante, donde dice:
“Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y
encaminándose a Jerusalén.
Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan?
Y él les dijo:
Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os

digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
Después que el padre de familia se haya levantado y
cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la
puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo
os dirá: No sé de dónde sois.”
124. Y ahora, la Puerta de la Misericordia es Cristo, y esa
Puerta va a ser cerrada. Él es la Puerta angosta y Él es

también el Camino angosto que lleva a la vida eterna. De
esto fue también que nos habló en San Mateo, capítulo 7,
versos 13 al 14, cuando dijo:
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la
puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
muchos son los que entran por ella;
porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que
lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
125. Y ahora, Cristo es el Camino, Cristo es la Verdad y
Cristo es la Vida. “Y nadie viene al Padre sino por mí,”

dijo Cristo. Por lo tanto, Él es la Puerta y el Camino que
lleva a la vida eterna, que lleva al Padre Celestial, para
vivir eternamente con Cristo en el Reino de Dios.
126. Vean, en San Juan, capítulo 10, verso 9, dice Cristo:
“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y

entrará, y saldrá, y hallará pastos.”
127. ¿Ven? La única forma de obtener la salvación es
entrando por la Puerta de Salvación, que es Jesucristo

nuestro Salvador. Él dijo: “Yo soy la Puerta; el que por mí
entrare, será salvo.” ¿Cómo se entra? Recibiendo a Cristo
como nuestro Salvador, lavando nuestros pecados en Su
Sangre, siendo bautizados en agua en Su Nombre y reci-
biendo Su Espíritu Santo, y así obtenemos el nuevo
nacimiento, y hemos entrado al Reino de Dios, y tenemos
vida eterna.
128. Ahora, esto ha estado sucediendo desde el Día de
Pentecostés hacia acá; y para este tiempo el llamado de

Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia es llaman-
do y juntando a Sus escogidos con Gran Voz de Trompeta.
129. De edad en edad la Voz de Cristo como una Trompeta
ha hablado, ha sonado esa Voz de Trompeta, y ha llamado

y ha juntado Sus escogidos, Sus ovejas en Su Redil, en Su
Iglesia, de edad en edad; y en este tiempo está llamando y
juntando las últimas ovejas, los últimos escogidos de Dios.
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y
juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un
extremo del cielo hasta el otro.” (San Mateo, capítulo 24,
verso 31).
130. Primero son llamados y juntados los escogidos de la
Iglesia del Señor Jesucristo; y después serán llamados y

juntados los escogidos del pueblo hebreo, que son ciento
cuarenta y cuatro mil escogidos, doce mil de cada tribu,
conforme a Apocalipsis, capítulo 7, versos 2 en adelante;
en donde aparece el Ángel que viene con el Sello del Dios
Vivo, el Ángel que sube de donde nace el sol, el cual viene
con el Sello del Dios Vivo; y el Sello del Dios Vivo es el
Espíritu Santo.
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual
fuisteis sellados para el día de la redención.” (Efesios,
capítulo 4, verso 30).
131. Y ahora, este Ángel viene con el Sello del Dios Vivo
para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.

Ese es el Ángel que viene con el Espíritu Santo, y viene
con la Gran Voz de Trompeta: ésos son los Ministerios de
Moisés y Elías, los Ministerios de los Dos Olivos, siendo
operados en este Ángel enviado por Cristo para llamar y
juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; pero antes tiene

que llamar y juntar los escogidos de la Iglesia del Señor
Jesucristo. Y cuando el pueblo hebreo vea a Cristo manifes-
tado en medio de Su Iglesia, bajo ese Ministerio del Día
Postrero, dirá: “Este es el que nosotros hemos estado
esperando.” Pero Él no viene por ellos, sino que viene por
Su Iglesia.
132. Vean aquí, en la página 22 del libro de “Citas,” párrafo
176, dice:
“Cuando vean a Jesucristo viniendo por la Novia, ellos
dirán: ‘Mirad, éste es el Dios a quien esperábamos. ¡Éste
es Él!’ Pero Él no viene por ellos, viene por Su Novia.”
133. Cristo en Su Segunda Venida viene por Su Iglesia. Su
Iglesia es el Israel Celestial. En Su Primera Venida Él vino

por el pueblo hebreo; y lo rechazaron. En Su Segunda
Venida viene por Su Iglesia, para resucitar a los muertos
creyentes en Él, en cuerpos glorificados; y transformarnos
a nosotros los que vivimos. Sigue diciendo más abajo, al
final:
“Cuando el Señor Jesucristo venga por su Novia, y
ellos lo vean a Él, ellos dirán: ‘Ése es el que hemos
esperado, allí está Él.’ Él se levantará con sanidad en Sus
alas.”
134. Ahora vean cómo es que está prometido que Cristo
vendrá en el tiempo final o Día Postrero.

135. También aquí en la página 2A, párrafo 15, dice:
“El poder del Evangelio volverá a los judíos en ese

tiempo. Entonces allí habrá un avivamiento entre aquellos
judíos que llevarán miles y decenas de miles y... ciento
cuarenta y cuatro mil al Reino de Dios, serán sellados por
el Angel. Y allí mismo, tan pronto como el ángel empiece
a sellar a esos ciento cuarenta y cuatro mil, la Puerta de la
Iglesia Gentil es cerrada, y los judíos llevan el Espíritu

Santo a los judíos. ¡Y ellos tendrán un avivamiento que
barrerá al mundo entero! Y el poder de Dios será manifes-
tado entre los judíos.”
136. ¿Y eso será qué? Eso será la Tercera Etapa que está
prometida para ser cumplida en la Visión de la Carpa, que

tuvo el Rvdo. William Branham. Y eso será la manifesta-
ción del Espíritu Santo, de Cristo en Espíritu Santo en
medio de Su Iglesia en el Día Postrero. Y eso será la
manifestación del Ángel Fuerte que desciende del Cielo,
Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo. En la
página 57 del libro de “Los Sellos,” dijo el Rvdo. William
Branham:
una nube, y el arco celeste sobre su cabeza...
Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue
llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente
a los Judíos porque la iglesia ha llegado a su fin. Bien,
ahora continuando:
de fuego.’
¿Recuerdan el ángel de Apocalipsis capítulo uno? Éste
da, Él viene por Su iglesia.”
137. Y ahora, el Mensajero a Israel, el Ángel del Pacto,
Cristo, el cual viene por el pueblo hebreo, por cuanto la

Iglesia ha llegado a su fin, se ha completado la Iglesia, Él
viene entonces por Su Iglesia para resucitar a los muertos
creyentes en Él, que han muerto físicamente, y para
transformarnos a nosotros los que vivimos; para así todos
tener cuerpos eternos, inmortales y glorificados, igual al

cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, y
después tratará con el pueblo hebreo.
138. Y ahora, esto es un misterio muy grande y está dentro
del misterio del Séptimo Sello; y dentro del misterio del

Séptimo Sello está también el misterio del Sexto Sello y de
la Séptima Trompeta. Esa Séptima Trompeta de Apocalip-
sis, capítulo 11, verso 15 en adelante, es la Trompeta que
suenan Moisés y Elías, es la Gran Voz de Trompeta, es el
Mensaje del Evangelio del Reino revelando el misterio del
Séptimo Sello, revelando el misterio de la Segunda Venida
de Cristo.
139. Ahora, sin el sonido de esa Trompeta no hay fe para ser
transformados y raptados. El misterio de la fe para el Rapto

está en los Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que es la
Voz del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, en donde
clama como cuando ruge un león, y Siete Truenos emiten
sus voces. Esos Siete Truenos que emiten sus voces son la
Voz de Cristo viniendo a Su Iglesia y clamando como
cuando ruge un león, viene como el León de la tribu de
Judá.
140. Es la Voz de Cristo, la misma Voz que habló en medio
de Su Iglesia en las diferentes edades, en las siete edades,

por medio de cada ángel mensajero. Para el Día Postrero
estará hablando por medio del Ángel que viene con el Sello
del Dios Vivo, el Ángel que viene de donde nace el sol.
141. El Ángel Mensajero para el pueblo hebreo estará en
medio de la Iglesia de Jesucristo, y Cristo en Espíritu Santo

estará manifestado en Él; por eso Él viene con el Sello del
Dios Vivo, con el Espíritu Santo; Cristo en Espíritu Santo
en él hablándonos y enseñándonos todas estas cosas que
deben suceder pronto, y dándonos así la fe, la revelación
del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de

Cristo.
142. Ahora, ese es el misterio por cuya razón hubo silencio
en el Cielo, en Apocalipsis, capítulo 8, cuando fue abierto

el Séptimo Sello; este misterio del Séptimo Sello es para
ser revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo, para que así
tenga la fe, la revelación, para ser transformada y llevada
con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
143. Recuerden que de eso depende nuestra transformación,
por lo tanto tenemos que tomar en serio este misterio.

144. Vean, en la página 128 del libro de “Los Sellos” dice el
Rvdo. William Branham:

“Ahora, los Siete Truenos de Apocalipsis permitirán
que Él muestre a la Novia cómo prepararse para obtener
esa gran fe de traslación.”
145. ¿Ven? Son los Siete Truenos de Apocalipsis 10, los que
le permitirán a la Novia de Cristo, a la Iglesia, prepararse

para recibir esa gran fe de traslación; y fe es revelación. La
fe de Rapto, la fe de traslación, es la revelación del Séptimo
Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo como
el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de
señores en Su Obra de Reclamo, para estar creyendo ese
misterio revelado y estar esperando nuestra transformación.
146. Así como para recibir la transformación interior hemos
tenido que recibir la revelación de la Primera Venida de

Cristo en - y Su Obra de Redención en la Cruz del Calva-
rio. Sin esa revelación, que es dada a través de la predica-
ción del Evangelio de la Gracia, ninguna persona recibiría
a Cristo como su Salvador; porque ¿cómo una persona va
a recibir a Cristo como su Salvador si no escucha la
predicación del Evangelio, en donde se presenta la Primera
Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del
Calvario, para obtener nosotros el perdón de nuestros

pecados y obtener la salvación de nuestra alma?
147. Si no se nos da a conocer el misterio de Su Primera
Venida y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario,

pues ninguna persona puede recibir a Cristo como su
Salvador, porque preguntarían: “¿Y para qué hay que
recibir a Cristo?”
148. Pero cuando se le explica el misterio de Su Primera
Venida y Su muerte en la Cruz del Calvario, llevando

nuestros pecados para que así nosotros obtengamos el
perdón de nuestros pecados, pues toda persona quiere
obtener el perdón de los pecados y recibe a Cristo como su
Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, queda
justificado delante de Dios como si nunca en la vida
hubiese pecado (porque la Sangre de Cristo lo limpia de
todo pecado), y es bautizado en agua en el Nombre del
Señor Jesucristo, donde se identifica con Cristo y Su
muerte, sepultura y resurrección; y luego Cristo lo bautiza
con Espíritu Santo y Fuego, y la persona obtiene el nuevo
nacimiento, obtiene esa transformación interior.
149. Por eso lo que nos da la fe para obtener esa transforma-
ción interior, es la revelación de la Primera Venida de

Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario; y
lo que nos da la fe para obtener nuestra transformación
física, es la revelación de la Segunda Venida de Cristo y Su
Obra de Reclamo.
150. Ése es el misterio contenido bajo el Séptimo Sello, para
ser dado a conocer, revelado, a todos los creyentes en

Cristo en este tiempo final, para así obtener la fe, la
revelación, para obtener la transformación de nuestro
cuerpo y ser a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro
Salvador. Para eso es la Segunda Venida de Cristo.
151. Por lo tanto toda persona necesita escuchar la Voz de

los Siete Truenos, que es la Voz de Cristo en este tiempo
final clamando como cuando ruge un león; clamando ¿en
qué parte del Cuerpo Místico de Cristo? ¿En la primera
edad? No. En la primera edad habló a través de San Pablo.
¿En la segunda edad? No. En la segundad edad ya habló a
través ¿de quién? De Ireneo. ¿En la tercera edad? No. En la
tercera edad habló a través de Martín. ¿En la cuarta edad?
No. En la cuarta edad habló a través de Colombo. ¿En la
quinta edad? No. En la quinta edad habló a través de
Lutero. ¿En la sexta edad? No. En la sexta edad habló a
través de Juan Wesley allá en Inglaterra. ¿En la séptima
edad? No. En la séptima edad habló a través del Rvdo.
William Branham.
152. ¿Y dónde vamos a subir para oír la Voz de Cristo que
dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que deben

suceder pronto”? Vean, siempre ha sido subiendo, subiendo
de una edad a otra.
153. Ahora, el llamado es: “Sube acá, y yo te mostraré las
cosas que han de suceder después de estas.” Las cosas que

han de suceder después de las que ya han sucedido en las
siete edades de la Iglesia, entonces subimos a la Edad de la
Piedra Angular; porque ya las demás edades tuvieron sus
Mensajeros y Sus Mensajes, pero en ninguna de esas
edades los Siete Truenos... en ninguna de esas edades los
Siete Truenos hablaron Sus voces, porque en las diferentes
edades Cristo estuvo hablando por medio de Su Espíritu
Santo a través de cada ángel mensajero, pero no en forma
consecutiva; habló a través de San Pablo, y después hubo
un lapso de tiempo; y luego habló a través de Ireneo, y así
por el estilo; pero hablar en una forma consecutiva sola-
mente en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angu-
lar, y solamente por medio de un Mensajero: el Ángel que

viene con el Sello del Dios vivo...
de estas cosas en las iglesias.”
154. Ese Ángel del Señor Jesucristo es el Ángel que viene
con el Sello del Dios Vivo. Así como cada ángel mensajero
de cada edad vino con el Espíritu Santo, este Ángel del
Señor Jesucristo viene con el Espíritu Santo en el Día
Postrero; y en ese Ángel será que se cumplirá la promesa
dada por Dios a través del Rvdo. William Branham. Dice
en la página 134 del libro de “Los Sellos:”
“Y noten Uds.: Cuando este Espíritu Santo que tenemos
llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora
mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a
ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces
nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de
Señores.”
155. La promesa es que el Espíritu Santo que ha estado en
medio de la Iglesia de Jesucristo se va a encarnar.

156. Ahora, vean ustedes, el Ángel de Jehová, el Ángel del
Pacto, estuvo en medio del pueblo hebreo, y se manifestó

a través de cada Profeta del Antiguo Testamento, pero
luego se encarnó en la persona de Jesucristo nuestro
Salvador; se hizo carne. “El Verbo se hizo carne y habitó
entre nosotros,” dice San Juan, capítulo 1, verso 14.
157. Y así, para el Día Postrero el Espíritu Santo que ha
estado en medio de la Iglesia de Jesucristo se hará carne,

vendrá en carne humana en medio de la Iglesia de Jesucris-
to conforme a la promesa.
158. Vean, en la página 146 del libro de “Los Sellos,” dice
el Rvdo. William Branham... Recuerden que cuando vino

Jesús, también vino Judas Iscariote. Para este tiempo final
el anticristo, el hombre de pecado, también estará en la

Tierra, pero Cristo también estará en la Tierra. Vean:
159. Y entonces tendremos dos encarnaciones: una buena y
una mala: tendremos por un lado, en el anticristo, en el

hombre de pecado, al diablo encarnado, y entonces el
diablo tendrá un velo de carne en el cual se manifestará
plenamente. Pero Cristo tendrá un velo de carne también,
en el cual Cristo en Espíritu Santo vendrá manifestado en
ese cuerpo de carne para un propósito divino.
160. Ahora, veamos aquí el propósito divino: Página 352 del
libro de “Los Sellos.” Dice:

“Y sucederá que al tiempo cuando el anticristo venga
en su plenitud, Dios también vendrá en Su plenitud para
redimirnos (o sea, para transformarnos y resucitar a los
muertos en Cristo). Siempre corren paralelos. Caín y Abel,
el cuervo y la paloma en el arca, Judas y Jesús.”
161. ¿Ven? Así que para los escogidos de Dios hay esperan-
za, para los escogidos de Dios la bendición es que Cristo en

Espíritu Santo se encarnará en este tiempo final, por lo
tanto tendrá un velo de carne.
162. Si conseguimos ese velo de carne, encontraremos a
Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia manifesta-

do, encontraremos al Ángel del Pacto, al cual el pueblo
hebreo también lo va a ver y va a decir: “Éste es el que
nosotros estamos esperando.”
el Rvdo. William Branham:

“Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la tierra,
Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será
completamente Emanuel —la Palabra de Dios encarnada

en un hombre.”
164. Si conseguimos ese hombre, vamos a conseguir al
Verbo manifestado, al Espíritu Santo manifestado en carne

humana, en un hombre, en medio de la Iglesia de Jesucris-
to; porque tiene que ser un miembro de la Iglesia de
Jesucristo; porque la Iglesia es la que tiene la promesa de
la Venida del Señor.
165. Por lo tanto es la Iglesia de Jesucristo, el Sion Espiri-
tual, el Sion Celestial, la que tiene la bendición de Dios; y

de ahí pasará la bendición luego al pueblo hebreo. Y como
los hebreos trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles
lo llevarán a los hebreos.
166. ¿Y cómo es que los gentiles van a llevar el Evangelio a
los hebreos? Como los hebreos lo trajeron a los gentiles.

¿Cómo pasó de los hebreos a los gentiles el Evangelio?
Cuando Pedro predicó en la casa de Cornelio (un gentil) y
todos recibieron el Evangelio y recibieron a Cristo, ahí
estaba pasando a los gentiles el Evangelio; y luego Pablo
entre los gentiles predicando el Evangelio.
167. ¿Ven? Como Pedro y Pablo trajeron el Evangelio a los
gentiles, los gentiles lo llevarán a los hebreos. ¿Y quiénes

son los que llevan a los hebreos el Evangelio? ¿Quiénes?
Vamos a ver. En el libro de “Las Edades,” de “Las Siete
Edades de la Iglesia,” dice el Rvdo. William Branham en
la página 30:
“Ahora, ¿cuándo volverá el Evangelio a los judíos?
Cuando se haya terminado la Dispensación de los gentiles
(o sea, cuando haya terminado la Dispensación de la
Gracia). El Evangelio está listo para volver a los judíos.
Oh, si tan solo les pudiera decir algo que está a punto de
suceder hoy, en este nuestro día. Esta cosa que va a
suceder recorrerá hasta Apocalipsis 11 (¿Ven?). Y aquellos

dos testigos, aquellos dos Profetas, Moisés y Elías, trayen-
do el Evangelio de nuevo a los judíos.”
168. ¿Ven? ¿Quién llevará el Evangelio a los judíos? Moisés
y Elías; y eso será los gentiles llevando el Evangelio a los

judíos. Por lo tanto, ¿dónde tendrá que estar Moisés y
Elías? Con la Iglesia del Señor Jesucristo para llevar de los
gentiles a los hebreos el Evangelio.
“Estamos listos. Todo está en orden. Igual como los
judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, así también los
gentiles se lo llevarán de regreso a los judíos, y el rapto
sucederá.”
169. Ahora, ¿dónde estaban los Dos Olivos de Zacarías,
capítulo 4? Estaban uno a cada lado del candelabro con sus

siete lámparas, y el candelabro con sus siete lámparas es la
170. ¿Dónde estaban los dos olivos, los dos querubines de
madera de olivo cubiertos de oro en el templo que constru-

yó el rey Salomón? En el lugar santísimo.
171. La Iglesia del Señor Jesucristo durante las siete edades
ha estado en la etapa del Lugar Santo; y en esta etapa en

que está la Iglesia de Jesucristo en este tiempo corresponde
al Lugar Santísimo. Cristo está construyendo un Templo
Espiritual con piedras vivas, con seres humanos, un
Templo para Dios morar en toda Su plenitud en Espíritu
Santo.
172. ¿Y dónde estaba el lugar santísimo del templo que
construyó el rey Salomón, y del tabernáculo que construyó

el Profeta Moisés? En el Oeste. ¿Y dónde estaba el atrio?
En el Este. Y el lugar santo comenzó en el Este hacia el
Oeste. Y las siete edades comenzaron allá en la tierra de
Israel, y fueron viajando del Este al Oeste, hasta llegar a
Norteamérica: pasaron por Asia Menor, Europa y Norte-

américa.
173. Y ahora hemos llegado a la Edad de la Piedra Angular,
que es el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo;

edad que se está cumpliendo en la América Latina y el
Caribe. Y de ahí se extiende la Voz de Cristo hablando,
desde el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual se
extiende para otras naciones y otros continentes.
174. Y ahora, hemos visto lo que está sucediendo en la
América Latina y el Caribe: Cristo está construyendo el

Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual con piedras
vivas, con seres humanos.
175. Y así como estaba en el Oeste el lugar santísimo en el
templo que construyó Salomón y el tabernáculo que

construyó Moisés, así también en el Templo que Cristo está
construyendo le ha tocado al Oeste: la América Latina y el
Caribe, el Lugar Santísimo; porque ya la séptima edad se
cumplió también en el Oeste, en Norteamérica; pero la
séptima edad corresponde al Lugar Santo del Templo
Espiritual de Cristo; pero la etapa nuestra corresponde al
Lugar Santísimo.
176. ¿Y dónde estaban los dos querubines de madera de
olivo cubiertos de oro, en el templo que construyó el rey

Salomón? En el lugar santísimo. ¿Dónde tienen que estar
los Dos Olivos, Moisés y Elías, en el Templo de Jesucristo?
En el Oeste, en el Lugar Santísimo. Y de ahí es que sale el
Mensaje para el pueblo hebreo; de ahí, del lugar santísimo,
era que Dios le hablaba al Profeta Moisés todo lo que Dios
le mandaba para el pueblo hebreo.
177. Dice el libro de Éxodo, capítulo 25, versos 20 en
adelante, dice:
“Y los querubines extenderán por encima las alas,
cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno

enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de
los querubines.
Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca
pondrás el testimonio que yo te daré.
Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre
el propiciatorio, de entre los dos querubines que están
sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare
para los hijos de Israel.”
178. ¿De dónde salía el Mensaje para el pueblo hebreo? Del
lugar santísimo, de sobre el propiciatorio. ¿Y de dónde

saldrá el Mensaje para el pueblo hebreo de la Iglesia del
Señor Jesucristo? Del Lugar Santísimo, de la Edad de la
Piedra Angular, pues ya las demás edades terminaron.
179. Por eso fue que cuando el Rvdo. William Branham
quiso ir al pueblo hebreo para llevar el Mensaje del Evan-

gelio al pueblo hebreo, el Ángel le dijo que no fuera. ¿Por
qué? Porque no era en la séptima edad que el Mensaje para
el pueblo hebreo iría al pueblo hebreo, le fue dicho que
tenía que ser conforme a la Escritura, y le fue dicho que no
era el tiempo.
180. Y también él dijo que el cuarto Elías no sería el Elías
que le llevaría el Mensaje al pueblo hebreo, no sería él, por

lo tanto sería otro. Porque Elías vino: en su primera
manifestación fue Elías Tisbita, en su segunda manifesta-
ción fue Eliseo, en su tercera manifestación fue Juan el
Bautista, en su cuarta manifestación fue el Rvdo. William
Branham, y en su quinta manifestación viene con Moisés.
Y ésos son los Dos Olivos: Moisés y Elías.
181. Y ahora, ¿qué será y cómo será ese misterio de Moisés
y Elías cumplido? Veamos lo que será el misterio de Elías,

y así también será el misterio de Moisés. En la página 399
del libro de “Los Sellos,” le preguntan al Rvdo. William

Branham en la pregunta número 11:
“11. El Elías que viene a predicar a los judíos, ¿es el
verdadero Elías que estuvo en los días de Acab, o será
solamente el espíritu de Elías en otro hombre? (La
contestación fue:)
Yo he pensado que será un hombre de este tiempo
ungido con ese espíritu; porque allá, cuando Elías ya
había subido y Eliseo se encontró con los hijos de los
profetas, ellos dijeron: ‘El espíritu de Elías reposó sobre
Eliseo.’ Es que Eliseo obró igual a Elías.”
182. Y ahora ¿qué dice el Rvdo. William Branham que será
el Elías que le predicará al pueblo hebreo? Será el espíritu

de Elías, ese espíritu ministerial, en un hombre de este
tiempo; será un hombre de este tiempo en el cual el Espíritu
Santo estará operando el ministerio del Profeta Elías;
porque el único que tiene ministerios es el Espíritu Santo.
el Rvdo. William Branham:

“Hay una sola persona quien podría dar cumplimiento
a esa promesa. El único Espíritu que ha estado sobre la
tierra, que yo sepa, tendría que ser Elías, como fue en su
tiempo; y así fue predicho que sería, porque su Espíritu fue
nada menos que el Espíritu de Cristo. Cuando Cristo vino,
Él fue la plenitud, fue el Dios de los profetas.”
184. Y ahora, fue el Espíritu de Cristo en el Profeta Elías,
fue el Espíritu de Cristo en el Profeta Eliseo, fue el Espíritu

de Cristo en el Profeta Juan el Bautista, fue el Espíritu de
Cristo en el Profeta William Marrion Branham, y será el
Espíritu de Cristo en el Ángel que sube de donde nace el
sol con el Sello del Dios Vivo: el Ángel del Señor Jesucris-
to.
185. En ese Ángel es que vendrá el Espíritu Santo manifesta-

do operando el Ministerio de Elías por quinta ocasión y el
Ministerio de Moisés por segunda ocasión; y ellos serán,
esos ministerios manifestados en un hombre de este tiempo,
los que llevarán el Mensaje del Evangelio al pueblo hebreo.
¿Ven? El Rvdo. William Branham dijo que tenía que ser
conforme a Apocalipsis 11.
186. Pueden ir muchas personas al pueblo hebreo para
convertirlos a Cristo, pero no podrán. Ni lo pudieron

convertir a Cristo San Pedro ni los apóstoles, ni San Pablo.
Y cuando el Rvdo. William Branham quiso, le fue prohibi-
do ir. Y cuando le preguntaban o le decían al hermano
Branham que querían ir a Israel algunos predicadores, él les
decía: “Manténganse apartados de Israel, no vayan.” ¿Por
qué? Porque eso tiene que ser conforme a Apocalipsis,
capítulo 11. Quien vaya, o quien lleve el Mensaje, tiene que
tener el Espíritu Santo operando el Ministerio de Elías por
quinta ocasión, y el Ministerio de Moisés por segunda
ocasión.
187. Y eso solamente puede cumplirse en el Ángel del Señor
Jesucristo: Y ése es un Profeta dispensacional, un Profeta

mayor que los Apóstoles, un Profeta mayor que los siete
ángeles mensajeros; será un Profeta dispensacional con el
Mensaje del Evangelio del Reino para abrir la séptima
dispensación: la Dispensación del Reino.
188. Siempre que hay cambios dispensacionales hay grandes
problemas. Vean, cuando vino Cristo para abrir una nueva

dispensación, hubo grandes problemas, hasta lo crucifica-
ron; cuando vino también en otra ocasión anterior, Noé, y
cuando vino también Abraham, y cuando vino Moisés,
hubo grandes problemas también. Para este tiempo también
habrá grandes problemas; y habrá un enfrentamiento con el
anticristo; pero obtendremos la gran victoria en el Amor

Divino; seremos transformados y seremos llevados con
189. Ahora, hemos visto que hay un misterio en este tiempo
final para llamar y juntar a los escogidos del Día Postrero

en el Cuerpo Místico de Cristo, y luego llamar y juntar
ciento cuarenta y cuatro mil hebreos en el Monte de Sion,
conforme a Apocalipsis, capítulo 14, verso 1 en adelante,
donde aparecen ciento cuarenta y cuatro mil con el Corde-
ro, en pie sobre el Monte de Sion; y eso ocurre bajo el
Ministerio del Ángel que viene con el Sello del Dios Vivo,
el Ángel del Señor Jesucristo con el Espíritu Santo operan-
do en ese Ángel los Ministerios de Moisés, de Elías y de
Jesús.
190. Ése es el misterio prometido para ser cumplido en el
Día Postrero; por lo tanto, lo que Dios haga en este tiempo

tiene que ser conforme a lo que ha sido prometido, no
puede ser de otra forma.
191. Por lo tanto, tenemos nosotros que recibir primero la
bendición de Cristo entre los gentiles, para después el

pueblo hebreo recibir la bendición de Cristo. No pueden
ellos recibir a Cristo hasta que se haya completado la
Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, los Ministerios de
Moisés y Elías estarán primero en medio de la Iglesia de
Jesucristo, y después en medio del pueblo hebreo.
192. La Visión de la Carpa encontramos que fue mostrada
al Rvdo. William Branham, en donde hubo un llamamiento,

predicación y llamamiento al altar para recibir a Cristo
como su Salvador, y después hubo la oración por los
enfermos.
193. Eso es nada menos que el Ministerio de Moisés y Elías.
Los grandes milagros y maravillas están prometidos para el

Ministerio de los Dos Olivos.

194. Página 136 del libro de “Citas,” dice, párrafo 1208,
dice:
“¿La Novia antes de que venga Jesús, ella tendrá todo
poder del Espíritu Santo para hacer milagros, levantar
muertos, y así sucesivamente como en la lluvia tardía? ¿Y
es esta lluvia tardía para los ciento cuarenta y cuatro mil
judíos?”
195. Ésa es la pregunta que le hacen al Rvdo. William
Branham. La contestación... Vamos a ver, dice:

“¿Tendrán todos los ministros esto? ¿Y estamos sólo
esperando la venida? Ahora... (Ahora contesta el Rvdo.
William Branham) Ahora, lluvia tardía, ciento cuarenta y
cuatro mil judíos. No, eso es cuando Elías y Moisés... allí
es donde los milagros tienen lugar. Las cosas que la gente
ha estado buscando, los Pentecostales, por milagros; pero
donde eso tendrá lugar será bajo Elías y Moisés.”
196. Y ahora, en la Visión de la Carpa es donde ocurren los
grandes milagros y maravillas; y eso es bajo los Ministerios

de Moisés y Elías. Y ahí es donde el pueblo hebreo va a ver
a Cristo en medio de Su Iglesia, en medio de Su Novia,
llevando a cabo grandes maravillas, grandes milagros; y
ellos van a decir: “Éste es el que nosotros estamos esperan-
do.” Pero Él viene por Su Novia, Su Iglesia, porque va a
estar en medio de Su Iglesia. Ellos lo van a ver en medio de
Su Iglesia (¿ven?), bajo el cumplimiento de la Tercera
Etapa, bajo el cumplimiento de la Visión de la Carpa.
197. Y sólo hay un hombre que podrá encender la luz para
este tiempo final: será el Ángel del Señor Jesucristo con el

Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo operando los Ministe-
rios de Moisés y Elías. No habrá otro hombre, solamente
uno, y en ése “uno” estarán los Ministerios de Moisés, de
Elías y de Jesús siendo operados por el Espíritu Santo.

198. Dios no tiene dos Profetas mayores al mismo tiempo, y
mucho menos tres Profetas mayores, pero puede tener dos

o tres espíritus ministeriales en un sólo hombre; y eso es lo
que está prometido. Por eso es que en Apocalipsis, capítulo
7, aparece solamente un Ángel con el Sello del Dios Vivo
para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.
199. Y en Apocalipsis, capítulo 11, aparecen los Ministerios
de los Dos Olivos, los Ministerios de Moisés y Elías; esos

son los ministerios que estarán operando en un hombre de
este tiempo, que será el Ángel del Señor Jesucristo. En ese
sólo hombre, y en ningún otro hombre (para que nadie más
se haga las ilusiones de que puede ser usado con el pueblo
hebreo para convertir el pueblo hebreo a Cristo). Ese será
el Enviado de Cristo: primero a la Iglesia, y después al
pueblo hebreo. Ese será el que estará dando a conocer todas
estas cosas a la Iglesia del Señor Jesucristo:
de estas cosas en las iglesias.” Apocalipsis 22, verso 16.
200. Y Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, con esa Voz de
Trompeta, Cristo dice: “Sube acá, y yo te mostraré las

cosas que sucederán después de estas.”
201. Y en Apocalipsis 22, verso 6, dice cómo es que Él
estará dando a conocer todas estas cosas que deben suceder

pronto. Dice: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y
verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los
profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto.”
202. ¿A quién ha enviado? A Su Ángel. ¿Para qué? Para
mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto.

203. La revelación divina viene siempre a un Profeta. Esa
revelación de todas estas cosas que deben suceder pronto

viene al Ángel del Señor Jesucristo.

204. El Rvdo. William Branham dijo que ese Ángel era un
Profeta; y si es un Profeta, un espíritu de Profeta, tiene que

aparecer en medio de la Iglesia de Jesucristo, en carne
humana, en el Día Postrero, para darnos a conocer todas
estas cosas que deben suceder pronto; y ése será el único
que tendrá la revelación divina de todas estas cosas que
deben suceder pronto; ése será el único que tendrá la
revelación divina del misterio del Séptimo Sello, para darlo
a conocer a la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo
final.
205. Con conjeturas humanas no se llegará a ningún lugar;
tiene que ser con la revelación divina del Espíritu Santo a

través del Ángel del Señor Jesucristo dándonos a conocer
todas estas cosas que deben suceder pronto, para así tener
la fe, la revelación, del Séptimo Sello: la revelación, la fe,
para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de
las Bodas del Cordero.
206. Por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo no recibirá
opiniones humanas, no recibirá conjeturas humanas, de

ninguna persona, sino que recibirá la revelación del
Espíritu Santo a través del Ángel del Señor Jesucristo, para
así tener la fe, la revelación, para ser transformada y
llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
207. Y luego el pueblo hebreo recibirá a Cristo como su
Salvador (el pueblo hebreo como nación), donde ciento

cuarenta y cuatro mil hebreos lo recibirán. Y después,
durante el Reino Milenial, las naciones subirán al Monte de
Dios para recibir el conocimiento del Camino de Dios y
caminar en el Camino de Dios, caminar en el Programa de
Dios para el Reino Milenial.
208. “LAS NACIONES SUBIENDO AL MONTE DE
JEHOVÁ PARA CONOCER SU CAMINO Y ANDAR

EN ÉL.”
209. Pero antes de las naciones subir ahí, los escogidos de
Dios suben ahí: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que

deben suceder pronto.” Así como subieron en cada edad, a
la edad correspondiente, los escogidos de cada edad, para
escuchar a Cristo en Espíritu Santo en el ángel mensajero
de cada edad; y al escucharlo, esas personas fueron llama-
das y juntadas en el Cuerpo Místico de Cristo, y fueron así
unidas con Cristo completamente; eso fue lo que sucedió
cuando Cristo en Espíritu Santo se manifestó en cada
Mensajero que Él envió.
“Como ya hemos mencionado, Jesús se identifica con
el Mensajero de cada edad. Ellos reciben de Él la revela-
ción de la Palabra para cada edad; esta revelación de la
Palabra saca del mundo a los escogidos, y los coloca en
unión completa con Cristo Jesús. Estos Mensajeros son
llamados estrellas porque brillan con una luz prestada o
reflejada, la luz del Hijo Jesús. También son llamados
estrellas porque son ‘portadores de luz’ en la noche. Así
que en la oscuridad del pecado, ellos traen la luz de Dios
a Su pueblo.” [Página 265 de “Las Edades.”]
210. Ésa es la forma en que las personas son unidas a Cristo
de edad en edad, y así es para este tiempo final. Por medio

de la manifestación de Cristo en Espíritu Santo hablando a
través de cada Mensajero en cada edad; y para el Día
Postrero hablando a través de Su Ángel Mensajero, y
colocándonos en el Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de
la Piedra Angular, que es la edad correspondiente a este
tiempo final, para conocer el Camino de Dios y caminar en
él.
211. “LAS NACIONES SUBIENDO AL MONTE DE

POR ÉL.”
en esta noche dándoles testimonio de nuestro tema.

213. Toda persona que ha recibido a Cristo como su Salva-
dor, ha subido al Monte de Dios para conocer el Camino de

Dios, que es Cristo, y caminar en ese Camino todos los días
de su vida, y vivir eternamente con Cristo en Su Reino, por
lo tanto la persona tiene vida eterna.
214. Los que no han recibido a Cristo como su Salvador no
tienen vida eterna y no han subido al Monte de Dios; pero

en esta noche pueden subir al Monte de Dios, y obtener el
perdón de sus pecados y la salvación de su alma para vivir
con Cristo por toda la eternidad.
215. El Rvdo. Miguel Bermúdez Marín estará orando por
todas las personas que levantarán sus manos, para que el

Rvdo. Miguel Bermúdez Marín ore por ustedes, para que
Cristo tenga Misericordia de ustedes, les perdone, les lave
con Su Sangre preciosa, perdone sus pecados y sean
limpios de todo pecado, y sean bautizados en agua en el
Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo los bautice con
Espíritu Santo y Fuego; y así obtengan el nuevo nacimiento
y obtengan salvación y vida eterna.
en esta noche dándoles testimonio de nuestro tema.

217. Muchas gracias por vuestra amable atención; y conti-
núen pasando una noche llena de las bendiciones de

Marín para orar por las personas que levantarán sus manos
y pasarán al frente, para que el Rvdo. Miguel Bermúdez
Marín ore por ustedes, para que alcancen la Misericordia de
Dios y la salvación y vida eterna.

219. Que Dios les continúe bendiciendo a todos. Ya tenemos
al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para orar por todas las

personas que pasarán al frente, para que él ore por ustedes,
para que Cristo tenga Misericordia de ustedes.
220. Con nosotros el Misionero y Rvdo. Miguel Bermúdez
Marín.
“LAS NACIONES SUBIENDO AL MONTE DE
POR ÉL.”
EL QUE MULTIPLICA
EL PAN Y LOS PECES
EL QUE MULTIPLICA
EL PAN Y LOS PECES

Domingo, 22 de junio de 2003
Cayey, Puerto Rico
M uy buenas tardes, amados amigos y hermanos presen-

en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos
de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su
Programa correspondiente a este tiempo final.
2. Para esta ocasión leemos en San Juan, capítulo 6, verso
1 en adelante, donde dice:
“Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de
Galilea, el de Tiberias.
Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que
hacía en los enfermos.
Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus
discípulos.
Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos.
Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él
gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan
para que coman éstos?
Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que
había de hacer.
Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no
bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco.
Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón
Pedro, le dijo:
Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de

cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?
Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había
mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en
número de cinco mil varones.
Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias,
los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los
que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto
querían.
Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos:
Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda
nada.
Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos,
que de los cinco panes de cebada sobraron a los que
habían comido.
Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús
había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta
que había de venir al mundo.”
permita entenderla.
4. Nuestro tema es: “EL QUE MULTIPLICA EL PAN
Y LOS PECES.”
5. El que multiplica los panes y los peces es el mismo
Creador, el que creó los peces y el que creó la cebada y el
trigo de donde sacan el pan.
6. Y ahora, Él en esta ocasión, que fue el primer milagro
de multiplicación de panes y peces mencionado... luego, en
los otros tres evangelios nos hablan de una segunda ocasión
en que Él multiplicó también los panes y los peces.
7. Ahora, en esta ocasión, siendo la primera, encontramos
que son cinco panes, los cuales fueron dados a nuestro
Señor, y dos pececillos; y con ellos, al bendecirlos y
EL QUE MULTIPLICA LOS PANES Y LOS PECES 239
multiplicar los panes y los peces, lo cual eran Creación de

Dios, Él ahí estaba multiplicando Su propia Creación, Él
cortaba los peces - de los peces, y no se acababan; seguía
cortando y seguían apareciendo más pedazos, seguía
cortando y seguía creciendo; o sea, se estaba multiplicando
la Creación, porque toda la Creación Divina tiene orden de
multiplicarse.
8. Por lo tanto, allí Cristo está personalmente llevando a
cabo la multiplicación de la propia Creación de Dios para
alimentar cinco mil personas, hombres, sin contar los niños
y las mujeres.
9. Ahora, esto es muy importante, pues luego que Cristo
había realizado este gran milagro, y muchas personas
habían creído en Él, luego dice más abajo, en este mismo
capítulo 6 de San Juan, dice (verso 22):
“El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del
mar vio que no había habido allí más que una sola barca,
y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos,
sino que éstos se habían ido solos.
Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al
lugar donde habían comido el pan después de haber dado
gracias el Señor.
Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni
sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Caper-
naum, buscando a Jesús.
Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí,
¿cuándo llegaste acá?
Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo
que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino
porque comisteis el pan y os saciasteis.
Trabajad, no por la comida que perece, sino por la
comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del
Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.”

10. Y ahora, el milagro de la multiplicación de los panes y
los peces, con los cuales alimentó cinco mil hombres, sin
contar los niños y las mujeres, fue un milagro muy grande;
pero esas personas al otro día ya tenían hambre y estaban
buscando a Jesús de nuevo; porque habían visto el milagro
de los panes y los peces, y ya esperaban que Cristo conti-
nuara dándoles alimento como lo había hecho Moisés en el
desierto: que por cuarenta años les dio maná y también
aves, codornices, y fueron así alimentados.
11. Ahora, Cristo les enseña aquí que hay una comida
superior a la comida física, una comida que a vida eterna

permanece, la cual el Hijo del Hombre da a los que siguen
a Cristo, a los que creen en Cristo. En Deuteronomio,
capítulo 8, verso 3, y San Mateo, capítulo 4, verso 4, Cristo
citando ese pasaje de Deuteronomio, dice: “No solamente
de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de
la boca de Dios.” San Lucas, capítulo 4, verso 4, también
contiene este pasaje.
12. Ahora, así como nosotros físicamente sentimos hambre
y tenemos necesidad de suplir a nuestro cuerpo alimento

físico, porque si no come nuestro cuerpo físico, se va
poniendo débil y se va poniendo delgado, y luego se
enferma y se muere. Por eso le damos alimento a nuestro
cuerpo.
13. Y así como nuestro cuerpo físico tiene necesidad de
alimento físico, nuestra alma tiene necesidad de Alimento

Espiritual. Y ahora, no solamente de pan literal vivirá el
hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.
14. La Palabra de Dios es el Alimento para el alma nuestra;
si no le damos Alimento a nuestra alma, Palabra de Dios,

la Palabra que sale de la boca de Dios, para el tiempo que
le toca vivir a la persona, la persona espiritualmente, acá en

su alma, se enferma, se debilita y muere espiritualmente;
por eso es más importante el Alimento Espiritual que el
alimento físico.
15. El Alimento Espiritual es para vida eterna; el alimento
físico es para darle vida, para mantener vivo nuestro cuerpo

por una cantidad de años, y hay que darle comida a nuestro
cuerpo todos los días; y nuestra alma también necesita
todos los días el Alimento Espiritual de la Palabra de Dios,
porque de otra forma nos debilitamos espiritualmente, nos
enfermamos espiritualmente y morimos espiritualmente.
16. Ahora, la Palabra establecida por Dios para el ser
humano, nos dice Cristo enseñando a orar a Sus discípulos,

dice en una de las cosas que Él dijo a Sus discípulos que
pidieran a Dios, Él dijo: “El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy.”
17. Siempre se requiere recibir el pan físico del día en que
la persona está viviendo. Usted no puede decir, o su esposa

cuando usted se sienta a la mesa, no le puede decir: “Pero,
¿qué tu haces sentado a la mesa? Si tú comiste ayer.” Usted
dice: “Pero eso fue ayer, esa fue la comida de ayer, pero
hoy es otro día.” Y así es de etapa en etapa, de edad en
edad y de dispensación en dispensación.
18. El Pan Espiritual de la Palabra de Dios revelada para
cada edad hay que comerla en esa edad; usted no puede

decir o vivir del pan que fue para una edad pasada, usted
tiene que recibir el pan que corresponde a la edad que le ha
tocado vivir.
19. Y ahora, a nosotros nos ha tocado vivir en la etapa más
gloriosa de todos los tiempos, en la etapa de la Edad de la

Piedra Angular, que es la etapa de la Edad Eterna de la
Iglesia del Señor Jesucristo; y así como en el segundo
milagro de la multiplicación de los panes y los peces,

encontramos que eran siete panes y algunos pececillos,
Cristo los multiplicó, y alimentó cuatro mil personas...
20. En la primera ocasión donde solamente eran cinco
panes y dos pececitos, alimentó cinco mil personas; ahora

en esta segunda ocasión ya las personas llevaban tres días
con el Señor, estaban escuchando al Señor, estaban en esa
actividad de tres días (digamos, una campaña de tres días),
donde Jesús predicaba y donde Jesús sanaba a los enfer-
mos; y ya se les había acabado el alimento a las personas;
y Cristo dice a Sus discípulos que era bueno darles qué
comer a las personas porque ya hacía tres días que estaban
con Él. Capítulo 15, de San Mateo, dice, verso 32 en
adelante:
“Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo
compasión de la gente, porque ya hace tres días que están
conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no
quiero, no sea que desmayen en el camino.
Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos
nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una
multitud tan grande?
Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron:
Siete, y unos pocos pececillos.
Y mandó a la multitud que se recostase en tierra.
Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los
partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud.
Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que
sobró de los pedazos, siete canastas llenas.
Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin
contar las mujeres y los niños.
Entonces, despedida la gente, entró en la barca, y vino
a la región de Magdala.”
21. Ahora vean, en este segundo milagro ya llevaban tres

días con Jesús; y ahora, con una cantidad de panes pequeña
(siete panes y algunos pececitos), Cristo vuelve y hace el
milagro de la multiplicación de los panes y los peces, y
alimenta una multitud de cuatro mil hombres, sin contar los
niños y las mujeres.
22. Todo eso es tipo y figura de lo que Él haría más
adelante; y lo que Él haría más adelante, lo haría dándole

el Pan de vida eterna. Cristo dijo: “Yo soy el Pan de Vida.”
También Él dijo: “Yo soy el Pan que he descendido del
Cielo.” Vamos a ver cómo aquí lo dice: Capítulo 6 de San
Juan, verso 47, dice:
“De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene
vida eterna.
Yo soy el pan de vida.
Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y
murieron.
Este es el pan que desciende del cielo, para que el que
de él come, no muera.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno
comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo
daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.”
23. Y ahora, el pan tipifica a Cristo. Cristo es el Pan de vida
eterna.
24. Y ahora, a través de la predicación del Evangelio de la
Gracia ordenado por Cristo para ser predicado a toda

criatura, conforme a San Marcos, capítulo 16, versos 15 al
16 que dice:
25. Y cuando Él ordena ir por todo el mundo predicando el

Evangelio a toda criatura: “Y el que creyere y fuere
bautizado, será salvo,” está cada persona que es enviada:
los apóstoles allí, y los demás ministros que son enviados
a llevar el Evangelio por todo el mundo. Cuando cumplen
esa orden ¿qué están haciendo? Están haciendo lo que dice
aquí en Eclesiastés, capítulo 11, verso 1 en adelante, donde
dice (1 al 2):
“Echa tu pan sobre las aguas: porque después de
muchos días lo hallarás.
Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal
que vendrá sobre la tierra.”
26. El mal que vendrá sobre la Tierra es la gran tribulación,
donde los juicios divinos van a caer sobre la raza humana.

27. Y ahora: “Echa tu pan sobre las aguas.” “Aguas”
representa naciones, pueblos y lenguas.

28. “Echa tu pan,” echa la Palabra, el Mensaje. Cuando se
lleva el Mensaje del Evangelio de Cristo, se está echando

el Pan sobre las aguas de naciones, pueblos y lenguas; y lo
vamos a hallar en personas que reciben a Cristo como su
Salvador personal. Ahí va a estar el Pan que hemos echado
sobre las aguas, la Palabra de Cristo.
29. “Reparte a siete...” ésas son las siete edades de la
Iglesia, o siete etapas de la Iglesia entre los gentiles; “y aun

a ocho...” ésa es la Edad de la Piedra Angular, la cual es la
Edad Eterna, y por eso está representada en el ocho, porque
el ocho representa eternidad.
30. Y ahora, han transcurrido ya las siete etapas o edades de
la Iglesia, donde se ha echado el Pan de la predicación del

Evangelio que revela el misterio de la Primera Venida de
Cristo como el Cordero de Dios quitando el pecado del
mundo allá en la Cruz del Calvario; y millones de seres
humanos han recibido a Cristo como su Salvador personal,

y han comido del Pan de Cristo al creer la predicación del
Evangelio y recibir a Cristo como su Salvador personal.
31. Son millones de seres humanos en estos dos mil años,
aproximadamente, que han transcurrido desde el Día de

Pentecostés hasta este tiempo en el cual nosotros estamos
viviendo; más exactamente 1970 años, conforme al calen-
dario gregoriano; pero si fuera conforme al calendario
profético de 360 días al año, serían muchos más años,
serían unos dos mil años, o dos mil años más o menos.
32. Ahora, en estos dos mil años, conforme al calendario
profético, de la Crucifixión de Cristo hacia acá, millones de

seres humanos han comido del milagro de los panes y los
peces multiplicados en el campo espiritual. Y ésa es la
Comida que para vida eterna permanece; y es para vivir
eternamente que comemos de ese milagro de la multiplica-
ción de los panes y los peces en el campo espiritual. O sea,
que aquel milagro allá estaba tipificando lo que Cristo haría
para vida eterna de todos los que participarían de la
multiplicación en el campo espiritual de los panes y de los
peces.
33. Los panes que fueron utilizados (los cinco panes) en el
primer milagro de la multiplicación de los panes y los

peces, eran panes de cebada; y tipifican a Cristo, porque la
gavilla mecida era una gavilla de cebada, la cual representa
a Cristo, el cual resucitó y fue mecido delante de Dios.
34. Ahora, llevamos 2000 años conforme al calendario
profético, y 1970 años conforme al calendario gregoriano,

echando el pan sobre las aguas de pueblos, naciones y
lenguas, o sea, echando el Evangelio, llevando el Evangelio
a pueblos, naciones y lenguas; se ha repartido entre los
gentiles a siete edades, y en la actualidad se está repartien-
do a ocho, al número ocho, que es la Edad de la Piedra

Angular.
35. Y en ese milagro primero, cuando recogieron lo que
sobró, sobraron doce cestas llenas de panes; o sea, que

sobró más o quedó más de lo que hubo antes de Cristo
multiplicar los panes y los peces. O sea, cuando le presen-
tan a Cristo los cinco panes y los dos pececitos, eso estaba
en una canasta, en una cesta, pero cuando los discípulos
recogen lo que sobró, no cabía todo en una cesta, necesita-
ron doce cestas.
36. Y ahora vean, luego de las siete edades hay más de lo
que hubo cuando comenzaron el Día de Pentecostés, hay

tanta Palabra en la misma Biblia desde el Día de Pentecos-
tés en adelante, hay más de lo que tenían los discípulos
antes del Día de Pentecostés, más revelación divina, y todo
esto correspondiente a la Dispensación de la Gracia.
37. Y luego el segundo milagro son siete panes y algunos
peces, y ya llevaban tres días con el Señor; y desde el Día

de Pentecostés hacia acá ya han transcurrido dos Días, dos
milenios, y ya estamos en el tercer Día, en el tercer mile-
nio; ya éste es el tercer Día delante de Dios, en que la
humanidad se encuentra delante del Señor Jesucristo, y en
donde se ha estado predicando a Cristo en todas las nacio-
nes.
38. Pero ahora, la humanidad, y sobre todo los creyentes en
Cristo, han sentido hambre, no hambre de pan literal, sino

de oír la Palabra de Dios, la Palabra de Dios para este
tiempo final; y así como se acabó para aquellas personas el
alimento, y ya en esos tres días, ya al tercer día, no tenían
alimento, y tenían hambre... porque el hambre viene, haya
o no haya alimento.
39. Por lo tanto, el pueblo ya tenía hambre; y Cristo no
quería enviarlos sin comer. ¿Y qué hace Cristo? Vean aquí

lo que sucede. Esto es lo que ha estado sucediendo espiri-
tualmente luego de la séptima edad de la Iglesia de Laodi-
cea. En Amós, capítulo 8, verso 11 en adelante, dice:
“He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los
cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni
sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.”
40. Y ahora, por cuanto ya pasaron las siete edades de la
Iglesia, en ninguno de los territorios donde se cumplieron

esas edades, en ninguno de esos territorios, ya no hay
Alimento Espiritual; porque ya esas edades terminaron, por
lo tanto ya no hay Alimento Espiritual en esas edades, ya
han transcurrido las siete edades de la Iglesia; y ahora nos
encontramos en la etapa de la Edad de la Piedra Angular.
41. Y ahora, el Rvdo. William Branham estuvo diciendo en
diferentes Mensajes, que el avivamiento para Norteamérica

ya se había acabado; y si se acabó, entonces la bendición de
Dios también cesó.
42. Y vean ustedes, durante las siete edades estuvo cayendo
la Lluvia Temprana de la Enseñanza de la Primera Venida

de Cristo.
43. Cuando viene la lluvia, cae sobre la tierra, y la tierra
produce hierba, produce trigo; y del trigo viene el fruto y

del fruto viene el alimento; pero si no hay lluvia, no hay
hierba, no hay trigo, no hay cebada y no hay alimento para
el pueblo, como sucedió en los días del Profeta Elías
cuando dijo: “No habrá lluvia ni rocío, sino por mi Pala-
bra.” O sea, que el Profeta Elías paró la lluvia, porque tenía
Poder, le había sido dado Poder, aun sobre la naturaleza; y
no vino lluvia ni rocío por tres años y medio en medio del
pueblo hebreo; por lo tanto, hubo una sequía y una hambru-
na sobre el pueblo hebreo.
44. Pero luego cuando Dios le dijo, le habló, después de los

tres años y medio, entonces el Profeta Elías le dijo a Acab:
“Una grande lluvia suena.” Y luego Elías se fue al monte
y le pidió a Dios Su bendición.... o viceversa, él no sabía
nada, le dice al siervo: “Vé y mira (¿hacia dónde?) hacia el
Oeste, hacia el mar.”
45. Y la nación hebrea está aquí, y el mar está en este lado:
“Mira hacia el mar.” Y el siervo de Elías miraba, y no veía

nada. Y vuelve al Profeta Elías y le dice: “No veo nada.” Y
el Profeta Elías le dice: “Vuelve y mira.” Y el Profeta Elías
queda orando para que lo que él había visto se materializa-
ra, se hiciera realidad.
46. Y en una de las ocasiones en que el siervo va a ver, vio
una nube pequeña como del tamaño de la palma de una

mano; o sea, que ya vio lo que el Profeta Elías quería que
apareciera: una nube pequeña; por lo tanto, ya se estaba
materializando la visión, la revelación divina que el Profeta
Elías tenía.
47. Y ya cuando fue visto eso, ya el Profeta Elías sabía que
ya estaba ahí la nubecita que se multiplicaría y traería una

grande lluvia. Esa “grande lluvia” es la Lluvia Tardía, esa
“grande lluvia” es la Lluvia Tardía de la Enseñanza de la
Segunda Venida de Cristo.
48. Y vean, el Profeta Elías dijo: “No habrá lluvia ni rocío,
sino por mi Palabra.” Y la Lluvia Tardía no viene sino por

la Palabra de Elías, por la Palabra de Elías en su quinta
manifestación; y esa es la Lluvia Tardía de la Enseñanza de
la Segunda Venida de Cristo.
49. Y por cuanto esa Lluvia Tardía corresponde a la Iglesia
del Señor Jesucristo, y después pasará al pueblo hebreo, la

Iglesia del Señor Jesucristo, la cual estará recibiendo la
Lluvia Temprana, y ha estado recibiendo la Lluvia Tempra-
na por dos mil años, también recibirá la Lluvia Tardía.

50. Y la Iglesia del Señor Jesucristo en la etapa de la Edad
de la Piedra Angular es donde recibe ambas Lluvias; y al

recibir ambas Lluvias, recibirá los beneficios de ambas
Lluvias.
51. La Lluvia Temprana es la Lluvia de la Enseñanza de la
predicación del Evangelio de la Gracia, donde se nos

muestra el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su
Obra de Redención en la Cruz del Calvario, muriendo por
nosotros, llevando nuestros pecados para así salvar nuestras
almas.
52. Y cuando la persona escucha esto, y escucha que hay un
Salvador, el cual perdona nuestros pecados, y con Su

Sangre nos limpia de todo pecado, ya la persona puede ver
que ya no necesita un sacrificio, no necesita realizar un
sacrificio con un animalito, como lo hacía el pueblo hebreo
el día diez del mes séptimo de cada año, sino que ya hay un
Sacrificio de Dios, un Sacrificio perfecto: el Sacrificio de
Cristo nuestro Salvador, para ser reconciliados con Dios,
ser perdonados, ser limpios con la Sangre de Cristo de todo
pecado, y ser reconciliados para toda la eternidad.
53. En el sacrificio de la expiación del macho cabrío del día
diez del mes séptimo de cada año, eran reconciliados por

un año, porque los animales no son perfectos por cuanto no
tienen alma, y por consiguiente el espíritu del animal no
puede venir al que hace el sacrificio por sus pecados con
esos animalitos.
54. Pero ahora el Sacrificio de Cristo es un Sacrificio
perfecto, porque Cristo es perfecto; y Su Espíritu viene al

creyente, y produce en la persona el nuevo nacimiento; y la
persona obtiene una transformación interior, y obtiene
salvación y vida eterna.
55. Y así la persona obtiene el nuevo nacimiento, nace en

el Reino de Cristo como un bebé con vida eterna, y es
alimentado con la Palabra de Dios para ir creciendo fuerte
espiritualmente hasta que llegue a la estatura de un varón
perfecto, hasta que lleguemos a ser iguales a Jesucristo
nuestro Salvador.
56. Y ésa es la Lluvia Temprana, la Lluvia Temprana de la
predicación del Evangelio de la Gracia, porque la Lluvia

Temprana viene a la Tierra como viene la lluvia física
sobre la tierra, y riega toda la vegetación; así cae la Lluvia
Temprana de la Enseñanza sobre personas que son tipifica-
dos en el trigo, y también son tipificados en otros árboles
buenos. Y también la Lluvia Temprana caería sobre los
malos, por eso el campo estaría con trigo y también con
cizaña, así estaría el mundo religioso del cristianismo.
57. Ahora, para el Día Postrero la promesa es que Dios
enviará también la Lluvia Tardía. La Lluvia Temprana

comenzó a caer en el Este, la Lluvia Tardía es en el Oeste.
Ahora veamos en Zacarías, capítulo 10, verso 1, dice:
“Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía (o sea, la
Lluvia Tardía). Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia
abundante, y hierba verde en el campo a cada uno.”
58. Y ahora, veamos lo que nos dice Dios por medio del
Profeta Joel, acerca de esta Lluvia también, en el capítulo

2, verso 21 en adelante. Recuerden que estas son grandes
cosas. Dice:
“Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová
hará grandes cosas.
Animales del campo, no temáis; porque los pastos del
desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto,
la higuera y la vid darán sus frutos.
Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en
Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia

a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia
temprana y tardía como al principio.
Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán
de vino y aceite.
Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el
revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra
vosotros.
Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de
Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros;
y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo
soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca
jamás será avergonzado.”
59. Aquí tenemos la promesa de la Lluvia Temprana y
Tardía para el pueblo de Dios. Esta Lluvia Temprana y

Tardía: la Lluvia Temprana ya hemos visto que es la
revelación divina de la Primera Venida de Cristo, enseñada,
predicada, en el Evangelio de la Gracia; y la Lluvia Tardía
es la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo,
enseñada en la predicación del Evangelio del Reino.
60. Y así como por medio de la Lluvia Temprana obtene-
mos el conocimiento de la Primera Venida de Cristo y Su

Obra de Redención en la Cruz del Calvario, para recibir los
beneficios de Su Primera Venida, y obtener el perdón de
nuestros pecados y ser limpios de todo pecado con la
Sangre de Cristo, ser bautizados en agua en Su Nombre, y
recibir Su Espíritu Santo, y obtener el nuevo nacimiento, y
obtener el cuerpo angelical, y así entrar al Reino de Cristo,
al Reino de Dios, y así tener el cuerpo angelical de la sexta
dimensión.
61. Y ahora, con la predicación del Evangelio del Reino
revelando el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la

Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de
Reclamo, obtenemos la fe, la revelación, para ser transfor-
mados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del
Cordero.
62. Por eso el Rvdo. William Branham dijo que los Truenos
darán la fe de Rapto a la Iglesia. La fe de Rapto gira

alrededor del Séptimo Sello; y lo que abre el Séptimo Sello
es los Siete Truenos; y los Siete Truenos es la Voz de
Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo. El mismo
que habló por medio de los apóstoles y por medio de los
siete ángeles mensajeros en medio de Su Iglesia... habló a
través de cada Mensajero, se - terminaba su ministerio el
Mensajero, y después transcurría un lapso de tiempo, y
Dios enviaba otro Mensajero, y volvía a hablar Cristo en
Espíritu Santo a través de ese otro Mensajero. O sea, que
no hablaba en forma consecutiva a través de uno sólo, sino
a través de siete ángeles mensajeros. Pero ahora, conforme
a Apocalipsis, capítulo 10, el Ángel Fuerte que desciende
del Cielo, el cual clama como cuando ruge un león, y Siete
Truenos emiten sus voces: Él habla en forma consecutiva.
63. Por lo tanto, Él estará hablando en forma consecutiva
en la Edad de la Piedra Angular, a través de la predicación

del Evangelio del Reino, a través de la Lluvia Tardía
cayendo sobre el pueblo, así como habló por medio de cada
ángel mensajero a través de la Lluvia Temprana, a través de
la Enseñanza de la Primera Venida de Cristo.
64. Y para este tiempo final el pueblo más privilegiado es
el pueblo sobre el cual estará cayendo la Lluvia Temprana

y Tardía a la misma vez; o sea, estará viniendo la Enseñan-
za de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención
en la Cruz del Calvario, y la Enseñanza de la Segunda

Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como
Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
Y después pasará al pueblo hebreo, porque el pueblo
hebreo tiene esa promesa de que será en esa forma, confor-
me a Oseas, capítulo 6, donde nos dice de la siguiente
manera. Oseas, capítulo 6, dice, versos 1 al 3:
“Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos
curará; hirió, y nos vendará.
Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos
resucitará, y viviremos delante de él.”
65. ¿Y cuándo fue, en el segundo milagro que Cristo hizo,
en qué día fue que el pueblo tenía que ser despedido, tenía
que irse el Señor de en medio de ellos para otro lugar, y ya
no tenían alimento? En el tercer día. Y ahora, en el tercer
Día la promesa es que Dios le dará vida al pueblo hebreo.
Eso está de acuerdo también a Ezequiel, capítulo 37, versos
1 al 14, y también Ezequiel, capítulo 37, versos 15 al 28;
será la restauración de Israel, del pueblo hebreo como
nación.
66. El pueblo hebreo como nación, representado en ciento
cuarenta y cuatro mil hebreos (doce mil de cada tribu),

recibirán a Cristo; pero ellos, vean cómo es que lo van a
recibir, qué estará sucediendo para ellos recibirlo.
67. Por eso San Pedro no pudo convertir el pueblo hebreo
a Cristo, San Pablo tampoco, y los otros Mensajeros

tampoco. El Rvdo. William Branham quiso ir, y no le fue
permitido ir. Él tenía la Lluvia Temprana de la predicación
del Evangelio de la Gracia.
68. Ahora, veamos aquí en Oseas cómo será que el pueblo
hebreo recibirá vida, será resucitado como nación; dice que

será al tercer día:
“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a

Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a
nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana
a la tierra.”
69. Y ahora, tenemos ahí la profecía: “Vendrá a nosotros
como la Lluvia Tardía y Temprana.” Y conforme a la

Escritura: un Ángel que viene con el Sello del Dios Vivo,
que viene con el Espíritu Santo, que es el Sello del Dios
Vivo, conforme a Apocalipsis, capítulo 7, verso 2 en
adelante, es el que llamará, juntará y sellará ciento cuarenta
y cuatro mil hebreos (doce mil de cada tribu).
70. ¿Y no eran dos: Moisés y Elías? Es que en ese Ángel
estarán los Ministerios de Moisés y Elías manifestados para

llamar, juntar y sellar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.
71. El Rvdo. William Branham cuando le preguntaron
acerca del Elías que le va a predicar al pueblo hebreo, y le

preguntaron si sería el verdadero Elías, el Elías literal que
vivió en la Tierra hace unos cuantos miles de años; vean, en
la pregunta número 11 del libro de “Los Sellos,” página
399, pregunta número 11, la pregunta es:
solamente el espíritu de Elías en otro hombre? (La
contestación fue:)
Yo he pensado que será un hombre de este tiempo
ungido con ese espíritu; porque allá, cuando Elías ya
había subido y Eliseo se encontró con los hijos de los
profetas, ellos dijeron: ‘El espíritu de Elías reposó sobre
Eliseo.’ Es que Eliseo obró igual a Elías.”
72. Y ahora, si encontramos ese hombre, habremos encon-
trado el Mensajero que les llevará el Mensaje al pueblo

hebreo. Vean, en la página 449 del libro de “Los Sellos,”
dice el Rvdo. William Branham:

“El único Espíritu que ha estado sobre la tierra, que yo
sepa, tendría que ser Elías, como fue en su tiempo; y así
fue predicho que sería, porque su Espíritu fue nada menos
que el Espíritu de Cristo. Cuando Cristo vino, Él fue la
plenitud, fue el Dios de los profetas.”
73. Y ahora, es el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, el
que estuvo en Elías, en Eliseo, en Juan el Bautista y en el

Rvdo. William Branham; y es el mismo Espíritu Santo el
que estará en el que tendrá el Ministerio de Elías por quinta
ocasión.
74. En Primera de Pedro, capítulo 1, verso 10 en adelante,
dice:
“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada
a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca
de esta salvación,
escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el
Espíritu de Cristo que estaba en ellos.”
75. El Espíritu de Cristo era el que estaba en ellos manifes-
tándose y llevando a cabo las Obras que vemos que fueron

hechas por aquellos Profetas, pero ellos de sí mismos no
hicieron nada, era el Espíritu de Cristo en ellos, era el
Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto. El que libertó al
pueblo hebreo no fue Moisés; fue el Ángel de Jehová, el
Ángel del Pacto, usando al Profeta Moisés.
76. Y vean ustedes, en Zacarías, capítulo 7, versos 11 al 12,
el pueblo hebreo no quiso escuchar a los Profetas que Dios

le envió, y por consiguiente no escucharon al que estaba en
los Profetas, que era el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo.
Dice:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la
espalda, y taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la

su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por
tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
77. Y ahora, vean ustedes, era Dios por medio de Su
Espíritu Santo hablando a través de los Profetas; por eso “el

que recibe a Profeta, recompensa de Profeta recibe.”
Recibe el beneficio para lo cual Dios envía ese Profeta,
recibe la Palabra de Dios que el Espíritu Santo habla a
través de ese Profeta, y por consiguiente recibe la bendi-
ción de Dios que viene en esa Palabra hablada, porque es
una Palabra Creadora.
78. Encontramos también en Hebreos, capítulo 1, versos 1
al 3, San Pablo hablando, dice:

maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a
quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo
79. ¿Por medio de quién Dios hizo el Universo? Por medio
de Su Hijo, por medio de Jesucristo. Por eso Jesucristo en

el capítulo 8, versos 56 al 58 de San Juan, dice:
“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver
mi día; y lo vio, y se gozó.
Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta
años, ¿y has visto a Abraham?
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que
Abraham fuese, yo soy.”
80. ¿Cómo era Jesucristo antes de Abraham? Jesucristo era
nada menos que el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto.

Jesucristo es la imagen del Dios viviente, Jesucristo en Su
cuerpo angelical es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová,
el cuerpo angelical de Dios; y Jesucristo en Su cuerpo de

carne es la semejanza física de Dios.
81. En Jesucristo moró la plenitud de la Divinidad: Padre,
Hijo y Espíritu Santo; y el Día de Pentecostés vino el

Espíritu Santo a la Iglesia, a ciento veinte creyentes, y allí
comenzó la Iglesia del Señor Jesucristo.
82. Y ese Espíritu Santo que ha estado en la Iglesia del
Señor Jesucristo por estos dos mil años que han transcurri-
do del Día de Pentecostés hacia acá, vean, está prometido
que va a ser algo muy importante. Dice en el página 134
del libro de “Los Sellos,” el Rvdo. William Branham, dice:
llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora
mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a
ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces
nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de
Señores.”
83. La promesa es que el Espíritu Santo se encarnará en
este tiempo final. En la página 146 del libro de “Los

Sellos,” dice el Rvdo. William Branham:
84. El diablo se encarnará en el hombre de pecado, en el
anticristo, y vendrá a ser la bestia; pero el Espíritu Santo

viene encarnado en un hombre en el Día Postrero; eso es lo
que dice aquí: “...el Espíritu Santo sube y viene encarnado
en un hombre.”
85. Si conseguimos ese hombre, habremos conseguido el
instrumento a través del cual el Espíritu Santo estará

manifestado en este tiempo final.
86. En la página 352 del libro de “Los Sellos,” dice el
Rvdo. William Branham:

en su plenitud...” Eso es cuando el diablo se encarne en el
anticristo:
redimirnos (o sea, para transformarnos a nosotros los que
vivimos y resucitar a los muertos en Cristo). Siempre
corren paralelos, Caín y Abel. El cuervo y la paloma en el
arca. Judas y Jesús.”
87. Eso es lo que está prometido para este tiempo final a la
Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, ¿qué es lo que

Dios estará haciendo, cumpliendo, en Su Programa? Lo que
Él ha prometido; no puede hacer otra cosa porque estaría
contradiciendo lo que Él prometió.
88. Y ahora, en el libro de “Los Sellos,” página 256, dice:

completamente Emanuel - la Palabra de Dios encarnada
en un hombre.”
89. Si conseguimos ese hombre habremos encontrado el
instrumento en el cual estará la Palabra, el Verbo, Cristo

manifestado en carne humana.
90. Ahora, hemos visto todas estas promesas, vimos
también la promesa de lo que será la manifestación de Elías

en su quinta manifestación. El Rvdo. William Branham
dice que será un hombre de este tiempo ungido con ese
espíritu.
91. El Espíritu de Cristo ungirá a un hombre de este tiempo
con ese espíritu ministerial del quinto Elías, y con el

espíritu ministerial del segundo Moisés, y con el espíritu
ministerial de Cristo, de Jesucristo, de Jesús; y estarán ahí
operando los Ministerios de Jesús, de Moisés y de Elías.

92. Porque lo que es el Séptimo Sello para la Iglesia del
Señor Jesucristo, lo cual es la Segunda Venida de Cristo, lo

es la Séptima Trompeta para el pueblo hebreo, y por
consiguiente lo es el Séptimo Sello para el pueblo hebreo,
vean aquí, en el libro de “Citas,” página 128, dice (Esto es
un extracto del Mensaje: “Fiesta de las Trompetas”)...
Página 128, párrafo 1143, dice:
“Debajo de la Séptima Trompeta es para Israel lo
mismo que el Séptimo Sello fue para la Iglesia.”
93. ¿Y qué es el Séptimo Sello para la Iglesia? La Segunda
Venida de Cristo. ¿Y qué es la Séptima Trompeta para el

pueblo hebreo? Lo mismo que fue el Séptimo Sello para la
Iglesia: la Venida del Señor. Y el pueblo hebreo recibiendo
la Venida del Señor como el Sol naciente, el Sol de la
Mañana, y como y con la Lluvia Tardía y Temprana, con la
predicación del Evangelio del Reino y con la predicación
del Evangelio de la Gracia.
94. Y solamente un sólo Mensajero de la Iglesia de Jesu-
cristo es el que tiene la promesa de tener ambas Lluvias,

ambas Enseñanzas, para darlas a la Iglesia de Jesucristo, y
luego al pueblo hebreo; y por consiguiente ese es un
Mensajero dispensacional, porque es en un cambio de
dispensación donde surge una Lluvia Tardía, surge la
Enseñanza del Evangelio del Reino para la séptima
dispensación, la Dispensación del Reino.
95. Por eso es que la Séptima Trompeta y el Séptimo Sello
son una misma cosa: la Venida del Señor. Y la Séptima

Trompeta la suenan ¿quién? Moisés y Elías, para llamar y
juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. En la página
458 y 459 dice el Rvdo. William Branham, del libro de
“Los Sellos:”
“Entonces es entre el sexto y séptimo Sello cuando Él

llama esta gente, los cuales fueron mencionados por
Jesucristo en Mateo 24:31. Cuando la trompeta suena, será
la trompeta de los dos testigos de la edad de gracia para
los judíos. Suena una trompeta. Ahora veámoslo más claro
acá en Mateo 24:31: ‘Y enviará sus ángeles (no es sola-
mente uno, sino dos) con gran voz de trompeta.’ ¿Qué es?
Cuando Dios habla, se oye el sonido de trompeta. Siempre
ha sido así la Voz de Dios, llamando a la batalla. Dios está
hablando. Estos dos ángeles vienen con el sonido de la
trompeta.”
96. Y ahora vean, los Ángeles que Él envía son Moisés y
Elías.
“Y noten bien: Pero en los días de la voz del séptimo
ángel, suena la trompeta. En los días de la voz del primer
ángel, sonó la trompeta (o sea, la Trompeta correspondien-
te a cada edad, la Voz de Cristo hablando a través de cada
uno de los Mensajeros de cada edad con el Mensaje de cada
edad)... En los días de la voz del segundo ángel, sonó una
trompeta, y así fue cuando Él mandó a cada uno.
Pero cuando fueron anunciados los Sellos, estaban
todos juntos en una gran escena divina para llamar un
grupo de gente, y hubo el sonido de una sola trompeta; y
fueron abiertos siete Sellos. Él está reuniendo Sus judíos
escogidos de los cuatro ángulos de la tierra.”
97. Y ahora, hemos visto que este sonido de esta Trompeta,
que es la Gran Voz de Trompeta, vean, suena una sola

Trompeta; eso es la Voz de Cristo hablando en forma
consecutiva, esa es la Gran Voz de Trompeta o Trompeta
final.
98. Ahora, veamos algo más en el libro de los “Los Sellos”
también. Dice en la página 351, dice el Rvdo. William

Branham:
“En este sexto Sello es cuando Israel recibe el Mensaje
del Reino.”
99. ¿Qué Mensaje recibe el pueblo hebreo? El Mensaje del
Reino bajo el Sexto Sello, y eso es la Lluvia Tardía para el

pueblo hebreo.
“En este sexto Sello es cuando Israel recibe el Mensaje
del Reino por medio de los profetas de Apocalipsis once.
Recuerden: Israel es una nación, un pueblo; ellos son los
siervos de Dios. Y cuando Israel dé el paso de entrada al
Reino, eso tendrá un carácter nacional. En Israel, durante
la Edad del Reino, será cuando el Hijo de David se sentará
sobre el trono. Por eso fue que aquella mujer en Mateo
15:22 clamó: ‘¡Hijo de David!’, porque Dios le juró a
David que Él levantaría su Hijo que tomaría su trono, y
sería un trono perpetuo, que no tendría fin. Salomón fue el
tipo cuando edificó el templo.”
100. Aquí... Vamos a leer un poquito más abajo, dice:
“Entonces en el tiempo del sexto Sello se desarrolla la

gran tribulación. Recuerden: Cuando el Reino es estableci-
do sobre la tierra, durante el tiempo del Milenio, Israel es
una nación; las doce tribus estarán presentes como una
nación. Pero la Novia estará en el Palacio. Ella ya es la
Reina porque está casada. Toda la tierra llegará a la
ciudad de Jerusalén y traerán su gloria delante de ella.”
101. Ahora, más abajo dice, en esta misma página, el último
párrafo:
“Entonces estos dos profetas o mensajeros, de Apoca-
lipsis capítulo once, predicarán a los judíos: ‘El Reino está
a la mano.’ Porque el Reino de los Cielos será estableci-
do.”
102. Eso será el Reino de Dios siendo establecido en la
Tierra. Estos Ministerios de Moisés y Elías estarán anun-

ciándole al pueblo hebreo que el Reino de Dios está a la
mano para ser establecido en la Tierra, en donde el pueblo
hebreo será (como nación) la cabeza de todas las naciones.
Jerusalén será la Capital del mundo y todo el territorio de
Israel será el Distrito Federal de ese Reino de nuestro
amado Señor Jesucristo.
103. Ahora, hemos visto que hay un orden establecido para
el pueblo hebreo ser restaurado como nación a la vida. Por

eso fue que Dios no le permitió al Rvdo. William Branham
ir al pueblo hebreo a predicarles, porque él no tenía la
Lluvia Tardía, solamente tenía la Lluvia Temprana,
solamente él tenía la predicación del Evangelio de la
Gracia, la predicación del Evangelio del Reino de los
Cielos, pero no tenía la predicación del Evangelio del
Reino para establecer el pueblo hebreo en el Evangelio del
Reino; por lo tanto, él no podía ir porque solamente él tenía
el Ministerio de Elías por cuarta ocasión, y tiene que ser
con el Ministerio de Elías por quinta ocasión y el Ministe-
rio de Moisés por segunda ocasión.
104. Y ahora, vean aquí en la página 129 párrafo 1150 del
libro de “Citas,” lo cual es un extracto del Mensaje:

“Fiesta de las Trompetas,” página 43 y 44 en español (eso
fue predicado en el año 1964), dice:
“Ahora, tan pronto como esta Iglesia, el misterio del
Séptimo Sello es conocido, y los judíos son llamados por el
misterio de la Séptima Trompeta que son dos profetas:
Elías y Moisés.”
105. Y ahora, el misterio de la Séptima Trompeta son dos
Profetas: Moisés y Elías, los Ministerios de Moisés y Elías.

106. Y ahora, en la página 130 párrafo 1164, dice... Es un
extracto del Mensaje “Cisternas Rotas,” página 33 de ese

Mensaje, dice:
“Recuerden que los que están vivos y queden no
impedirán a los que están durmiendo, porque la Trompeta
de Dios, esa última Trompeta...”
107. La Trompeta de Dios. Y esa Trompeta de Dios, que es
la última Trompeta, la Trompeta Final, es la Trompeta que

suenan Moisés y Elías.
“...(la sexta acaba de tocar), y esa última Trompeta
como el último Sello, será la venida del Señor; tocará, y los
muertos en Cristo se levantarán primero.”
108. Ahora, hemos visto el gran misterio de la Trompeta
Final o gran Voz de Trompeta, y hemos visto quién es el

que suena esa Trompeta: es Moisés y Elías.
109. Y en Tesalonicenses, capítulo 4, dice que será el Señor.
¿Por qué? Porque el Séptimo Sello (que es la Venida del

Señor) y la Séptima Trompeta son la Venida del Señor; el
Séptimo Sello y la Séptima Trompeta son la Venida del
Señor; Cristo manifestado en medio de Su pueblo, el Jinete
del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, lo cual será la
Palabra encarnada en un hombre; y por consiguiente eso
será el Espíritu Santo viniendo en carne humana, encarnado
en un hombre, y operando los Ministerios de Jesús, de
Moisés y de Elías; y eso es el Hijo del Hombre con Sus
Ángeles, eso es lo prometido para la Iglesia y para el
pueblo hebreo.
110. Y el cumplimiento de esa promesa es lo que produce el
recogimiento de los escogidos del Día Postrero en el

Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular,
y luego el recogimiento de ciento cuarenta y cuatro mil
hebreos.
111. Sin la manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto, el
Espíritu Santo en carne humana en el Día Postrero operan-

do esos tres Ministerios: el de Moisés, el de Elías y el de

Jesús, no hay recogimiento para los escogidos de entre los
gentiles en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la
Piedra Angular, para obtener la fe para ser transformados;
y no hay tampoco llamamiento y recogimiento de ciento
cuarenta y cuatro mil hebreos, conforme a como está
prometido. Tiene que ser de acuerdo a como está prometi-
do, tiene que ser el cumplimiento de esa promesa, tiene que
venir el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, manifestado en
carne humana operando el Ministerio de Jesús, de Moisés
y de Elías.
112. Por lo tanto, la Séptima Trompeta, que son Moisés y
Elías, y el Séptimo Sello, que es la Venida del Señor, son

la misma cosa: la Séptima Trompeta y el Séptimo Sello son
la Venida del Señor, dice el Rvdo. William Branham; y
dice: “Sonará, tocará, y los muertos en Cristo se levantarán
primero.”
113. Ése es el misterio que la Iglesia del Señor Jesucristo en
este tiempo final estará conociendo para poder obtener su

transformación en este tiempo final. Así como para obtener
la transformación interior y obtener el nuevo nacimiento
tuvo que conocer el misterio de la Primera Venida de
Cristo, la Venida del Ángel del Pacto hecho carne en el
velo de carne llamado Jesús, con el Nombre de salvación:
Jesús.
114. Y ahora, Cristo tiene un Nombre Nuevo, dice Apocalip-
sis, capítulo 3, verso 12, y Él dice que escribirá el Nombre

de nuestro Dios, y el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios,
y Su Nombre Nuevo, en el Vencedor. Y también dice que
dará al Vencedor una Piedrecita Blanca, y en la Piedrecita
escrito un Nombre Nuevo que ninguno conoce sino aquél
que lo recibe.
115. Por lo tanto, ese misterio está dentro del Séptimo Sello,
ese misterio solamente podrá ser conocido por el velo de
carne en el que se cumpla la Venida y manifestación del
Espíritu Santo en el Día Postrero operando los Ministerios
de Moisés, de Elías y de Jesús; y él se va a reservar por un
buen tiempo ese secreto; pero cuando sea adoptado, cuando
esté transformado, de seguro lo dará a conocer abiertamen-
te a todos los hijos e hijas de Dios; y todos estarán dicien-
do: “Tan sencillo que era, y tan difícil que ha sido para los
grandes teólogos doctores en divinidad comprender ese
misterio.” Todo será sencillo.
116. Ahora, para este tiempo final, por cuanto la Palabra
prometida tiene que ser cumplida en carne humana, pues

Dios tiene que tener un velo de carne en este tiempo final,
en el cual venga el Espíritu Santo cumpliendo estas prome-
sas. Pero ese velo de carne no será el Señor Jesucristo, ese
velo de carne será el Ángel del Señor Jesucristo que le dio
a Juan el Apóstol la revelación del libro del Apocalipsis.
117. El Rvdo. William Branham hablando de ese Ángel dijo
que ese Ángel es un Profeta; y si el Rvdo. William Bran-

ham dijo que ese Ángel es un Profeta, es porque es un
Profeta ese Ángel; y dijo que ese es un espíritu de Profeta,
el cual le dio a Juan la revelación del Apocalipsis; y un
espíritu de Profeta es un cuerpo angelical de Profeta
dándole a Juan la revelación del Apocalipsis, porque para
ese tiempo todavía no tenía un cuerpo de carne.
118. Ése es el segundo Profeta que ministra antes de tener un
cuerpo de carne. El primero fue nuestro Señor Jesucristo,

el cual es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual
ministró en el Antiguo Testamento y libertó al pueblo
hebreo a través del Profeta Moisés, y estuvo utilizando
cuerpos humanos, uno en cada tiempo; pero luego tuvo uno
propio, el cual creó en el vientre de María, y el cual nació

en Belén de Judea, y al cual le pusieron por nombre Jesús:
ése es el cuerpo propio del Ángel de Jehová. Y el Ángel de
Jehová es Cristo en Su cuerpo angelical, y el Ángel de
Jehová es la imagen del Dios Viviente, el Ángel de Jehová
en Su cuerpo angelical es la imagen del Dios Viviente, y el
Ángel de Jehová en Su cuerpo de carne es la semejanza
física de Dios, el cual es Jesús, y el cual ya está glorificado.
119. Por lo tanto, para este tiempo final tenemos grandes
promesas para la Iglesia de Jesucristo, de parte de Dios,

para con el cumplimiento de esas promesas obtener la fe, la
revelación para ser transformados y llevados con Cristo a
la Cena de las Bodas del Cordero.
120. Sin la Lluvia Tardía de la Enseñanza del Evangelio del
Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo,

alrededor del Séptimo Sello, ninguna persona podrá tener
la fe para ser transformado y llevado con Cristo a la Cena
de las Bodas del Cordero, ¿por qué? Porque la Segunda
Venida de Cristo es para resucitar a los muertos creyentes
en Él, y para transformarnos a nosotros los que vivimos.
Eso está en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21, donde
dice:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde
el cual transformará el cuerpo de la humillación
121. Para eso es la Segunda Venida de Cristo. También en la
página 149 dice el Rvdo. William Branham, en el párrafo

1333, que es un extracto del Mensaje: “Avergonzados de
él.” Dice:
“Recuerden que los que viven y quedan no impedirán

a los que duermen; porque la trompeta de Dios, esa última
trompeta (la sexta acaba de sonar)... y esa última trompeta,
con el último sello, será la venida del Señor. Tocará, y los
muertos en Cristo se levantarán primeramente... sólo
descansando hasta ese tiempo.”
122. Y ellos están descansando hasta que Cristo los resucite;
y nosotros descansamos en Cristo, en Su Cuerpo Místico de

creyentes, hasta que Él nos transforme.
123. Y ahora, la resurrección de los muertos en Cristo y la
transformación nuestra depende de la Trompeta Final; y la

Trompeta Final, esa última Trompeta, como el último
Sello, es la Venida del Señor.
124. Por lo tanto, la transformación de los escogidos de Dios
depende del Séptimo Sello y de la Séptima Trompeta, que

son la misma cosa: la Venida del Señor. Todo gira alrede-
dor de la Segunda Venida de Cristo, todo el Programa de
Dios correspondiente a este tiempo final, o sea, el Progra-
ma de Dios en Su Obra de Reclamo para la resurrección de
los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los
que vivimos.
125. Y ahora, habrá un grupo de escogidos de Dios en el
Cuerpo Místico de Cristo, en la etapa de la Edad de la

Piedra Angular, que tendrán la Lluvia Temprana y la
Lluvia Tardía, tendrán el Mensaje del Evangelio de la
Gracia y el Mensaje del Evangelio del Reino, tendrán la
revelación divina de la Primera Venida de Cristo y Su Obra
de Redención en la Cruz del Calvario, y tendrán la Ense-
ñanza y revelación divina de la Segunda Venida de Cristo
como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y
Señor de señores en Su Obra de Reclamo; y eso es tener la
Lluvia Tardía y la Lluvia Temprana.
126. En la página 155, párrafo 1383, dice el Rvdo. William

Branham, lo cual es un extracto del Mensaje: “¿Cuál es la
atracción en el Monte?”
“Oh, habrá una verdadera lluvia temprana y tardía en
los postreros días sobre ese grupo pequeño que viene con
Él sobre este asno manso y humilde, sin una denominación,
clamando: ‘Hosanna al Rey que viene en el nombre del
Señor.”
127. ¿Ven que habrá un grupo, aunque sea pequeño, compa-
rado con la cantidad de seres humanos que hay en el

planeta Tierra? Pero habrá un grupo que vendrá con la
Lluvia Temprana y Tardía, y vendrá con Él; porque Él
viene, dice Oseas: “Vendrá a nosotros como el alba,” o sea,
como el Sol naciente trayendo un Nuevo Día, una Nueva
Mañana, y eso es trayendo una Nueva Dispensación y un
Nuevo Reino, el Reino de Dios; “y como la Lluvia Tempra-
na y Tardía.”
128. Así está prometido y así tiene que ser cumplido para el
pueblo hebreo y también para la Iglesia del Señor Jesucris-

to. No hay otra forma para Dios cumplir Su Programa.
“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a
Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a
nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana
a la tierra.”
129. Ésa es la forma señalada en la Palabra Profética para
Dios revelarse al pueblo hebreo y para revelarse a la Iglesia

del Señor Jesucristo. Página 22 del libro de “Citas,”
párrafo 176, dice:
“Y allí están esos dos testigos (está hablando de ellos,
dice). Y cuando ellos atormenten al mundo, con sus
predicaciones, y reúnan otra vez a los judíos, trayéndolos
a arrepentimiento, trayéndolos otra vez a que crean...
cuando vean a Jesucristo viniendo por la Novia, ellos

130. Y más abajo en ese mismo párrafo, dice:

ellos lo vean a Él, ellos dirán: ‘Éste es el que hemos
esperado, allí está Él.’ Él se levantará con sanidad en Sus
alas.”
131. Y ahí hay sanidad física y sanidad espiritual, hay
sanidad física para los que están enfermos, y hay sanidad

del cuerpo completo con la transformación de nuestro
cuerpo, en donde nunca más nos enfermaremos, ni siquiera
una gripe nos tocará; eso es sanidad total. Y ni los años nos
afectarán, estaremos en cuerpos nuevos, inmortales,
incorruptibles y glorificados como el cuerpo glorificado de
Jesucristo nuestro Salvador. Página 57 del libro de “Los
Sellos,” dice:
una nube, y el arco celeste sobre su cabeza...’
Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue
llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente
a los Judíos porque la iglesia ha llegado a su fin. Bien,
ahora continuando:
de fuego.’
¿Recuerdan el ángel de Apocalipsis capítulo uno? Este
da, Él viene por Su iglesia.”
132. Y ahora, el Mensajero a Israel, el Ángel Fuerte que
desciende del Cielo, el cual es el Mensajero a Israel, y

viene por el pueblo hebreo. ¿Ahora dónde va a ser hallado?

Con la Iglesia del Señor Jesucristo. Él viene por Su Iglesia
porque ha llegado el tiempo para la Iglesia ser transformada
y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
133. Por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo es la Iglesia-
Novia bienaventurada, que ha estado esperando a Cristo

por dos mil años; y para este tiempo final, en este séptimo
milenio que ha comenzado, se cumplirán las esperanzas de
la Iglesia del Señor Jesucristo.
134. Por lo tanto, en este mismo milenio que ha comenzado,
y en este primer siglo de este séptimo milenio que ha

comenzado, Dios cumplirá esta promesa, y la Séptima
Trompeta estará sonando y el Séptimo Sello estará siendo
abierto; y la Séptima Trompeta y el Séptimo Sello son la
Venida del Señor.
135. Y con la Séptima Trompeta sonando, lo cual será la
Voz de Cristo hablando en forma consecutiva (lo cual serán

los Siete Truenos de Apocalipsis), Él estará multiplicando
el Pan Espiritual para nosotros, estará dándonos el Alimen-
to del Evangelio del Reino en adición al Evangelio de la
Gracia.
136. No es que sea quitado el Evangelio de la Gracia, porque
mientras falten escogidos de Dios por venir al Cuerpo

Místico de Cristo, se estará predicando el Evangelio de la
Gracia y se estará llamando al arrepentimiento a la gente,
y se estarán bautizando las personas en el Nombre del
Señor Jesucristo. “Y el que creyere y fuere bautizado, será
salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
137. Por eso San Pedro en el libro de los Hechos, capítulo 2,
dice, predicando su primer Mensaje, lleno del Espíritu

Santo, el Día de Pentecostés, dice de la siguiente manera:
“Sepa...” capítulo 2, verso 36 en adelante:

hecho Señor y Cristo.”
138. Por eso es que llamamos a Jesús: SEÑOR JESUCRIS-
TO, porque Dios lo ha hecho SEÑOR y CRISTO.

“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a
haremos?
Señor nuestro Dios llamare.
Y con otras muchas palabras testificaba y les exhorta-
ba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautiza-
139. Éste es el primer momento en que se predica el Evange-
lio de la Gracia, lleno del Espíritu Santo; y Pedro tenía las

Llaves, por lo tanto, era el que tenía la orden de parte de
Cristo para comenzar predicando el Evangelio de la Gracia
y abrir la Puerta a los hebreos, la Puerta del Reino de los
Cielos; y la Puerta es Cristo: abrió esa Puerta, abrió el
misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de
Redención en la Cruz del Calvario; y luego la abrió a los
gentiles en la casa de Cornelio más adelante.
140. Y ahora, el llamado fue: “Arrepentíos, y bautícese cada
uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de

los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
141. Y así es como las personas obtienen el nuevo nacimien-
to al recibir a Cristo como su Salvador, lavar sus pecados

en la Sangre de Jesucristo y ser bautizados en agua en Su

Nombre y recibir el Espíritu Santo; y así nacen del Agua y
del Espíritu en el Reino de Cristo, nacen como bebés en el
Reino de Cristo, y luego son alimentados para ir creciendo
en el conocimiento del Padre y de Jesucristo Su Hijo.
142. Y así crecemos en el Cuerpo Místico de Jesucristo,
como los niños van creciendo en la familia a medida que

van recibiendo el alimento físico para su cuerpo físico; y
así crecemos en la Iglesia de Jesucristo a medida que
recibimos el Alimento Espiritual de la Palabra de Cristo y
se convierte en nosotros en parte nuestra, se hace carne en
nosotros la Palabra de Dios para nuestro tiempo, como se
hizo carne en los escogidos de Dios de edades pasadas la
Palabra de Dios correspondiente a cada edad del pasado.
143. Y ahora, Dios ha multiplicado los panes y los peces allá
en el tiempo de los apóstoles, físicamente los multiplicó, y

luego espiritualmente cuando se predicó el Evangelio de la
Gracia; y de allí en adelante ha estado dando Alimento
Espiritual, la predicación del Evangelio de la Gracia, para
todo ser humano.
144. Y en este tiempo final, en adición de ese primer milagro
del cual todavía estamos comiendo de ese Alimento...

porque Cristo en el milagro - los milagros que hizo, dijo:
“No boten nada, recojan todo lo que ha sobrado.”
145. Y ahora, para este tiempo final, en adición al Alimento
Espiritual del Evangelio de la Gracia, Él ha hecho el

milagro de multiplicar los panes y los peces, y nos ha dado
Alimento Espiritual en adición para una nueva dispensa-
ción: y eso es el Evangelio del Reino, que gira alrededor de
la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de
Reclamo.
146. Eso es el Séptimo Sello y la Séptima Trompeta, lo cual

es la Venida del Señor. Nos está dando Alimento para un
nuevo Día dispensacional.
147. Recuerden que cuando Dios ordenó recoger el maná, Él
dijo que todos los días en la mañana iba a caer maná del
cielo, o sea, iba a aparecer en el campo; eso durante la
noche iba cayendo o en la madrugada, y ya cuando se
levantaban lo encontraban allí y lo recogían, y tenían que
tomar para un solo día, pero en el sexto día tenían que
tomar maná para dos días; y el que tomaban para dos días,
se comían el del sexto día, y luego guardaban el que era
para el séptimo día; y no se dañaba. Ese era el único día en
que se podía guardar alimento para otro día.
148. Y ahora, encontramos que hemos llegado al tiempo en
que Alimento para dos Días ha venido a fines del sexto

milenio: Alimento para el sexto milenio y Alimento para el
séptimo milenio.
149. Y ese Alimento de la Lluvia Tardía, la Enseñanza de la
Lluvia Tardía, que gira alrededor del Séptimo Sello, de la

Segunda Venida de Cristo, esa Enseñanza, ese Alimento
Espiritual, ese Maná, también lo estaremos comiendo en el
Reino Milenial; porque en el Reino Milenial Cristo estará
gobernando sobre el pueblo hebreo y sobre todas las
naciones.
150. Y lo que Él estará cumpliendo, como el cumplimiento
del Séptimo Sello, como el cumplimiento de Su Segunda

Venida, se estará enseñando durante la Dispensación del
Reino; como lo que Él cumplió en Su Primera Venida es lo
que se ha venido enseñando durante toda la Dispensación
de la Gracia. Así de sencillo como lo han escuchado, así es
y será en el glorioso Reino Milenial de Cristo.
151. Y allí estaremos escuchando con más detalles todo lo
que Cristo habrá hecho bajo el cumplimiento del Séptimo

Sello, bajo el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo
como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y
Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Todo el misterio
plenamente lo vamos a conocer.
152. Ahora, antes de ser transformados vamos a conocer lo
necesario para recibir nuestra transformación; como los

apóstoles recibieron lo necesario, entendieron lo necesario,
para recibir el Bautismo del Espíritu Santo; pero después
fueron recibiendo más conocimiento de todo el Programa
que Dios había llevado a cabo en la Primera Venida de
Cristo.
153. Ahora, así como el pan fue multiplicado, y los peces,
allá literalmente, fue multiplicado el Pan Espiritual en la

Dispensación de la Gracia desde el comienzo; y luego en
este tiempo final es multiplicado el Pan Espiritual para la
Dispensación del Reino, para que así tengamos el Alimento
Espiritual que nos da la fe para ser transformados y lleva-
dos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
154. Y ahora, todos los que ya han recibido a Cristo como su
Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo,

han sido bautizados en agua en Su Nombre, y han recibido
Su Espíritu Santo, ya tienen vida eterna. ¿Y quiénes son
esas personas? Todos nosotros.
155. Y toda persona que no ha recibido a Cristo todavía
como su Salvador, y no ha sido bautizado en agua en Su

Nombre, y no ha recibido el Espíritu Santo, no tiene vida
eterna. Pero puede en esta tarde recibir vida eterna reci-
biendo a Cristo como su Salvador personal.
156. En todos los países donde hemos ido han sido muchos
los que han recibido a Cristo como su Salvador; y por

consiguiente han recibido vida eterna; y en esta tarde
también ustedes tienen la oportunidad para recibir a Cristo

como su Salvador si todavía no lo han recibido como su
Salvador personal.
157. También los niños de 12 años en adelante tienen esa
misma oportunidad, y los que se hayan descarriado en

alguna ocasión y quieren ser reconciliados con Dios,
pueden hacerlo también en esta ocasión; y el Misionero, el
Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, estará orando por ustedes
para que Cristo les reciba, les perdone y les limpie con Su
Sangre preciosa, y sean bautizados en agua en el Nombre
del Señor Jesucristo, y Cristo los bautice con Espíritu Santo
y Fuego, y así reciban salvación y vida eterna.
en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: “EL

QUE MULTIPLICA EL PAN Y LOS PECES.”
159. Dejo al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para orar por
las personas que recibirán a Cristo como su Salvador

personal, para que Cristo les reciba, les perdone, les limpie
con Su Sangre preciosa, porque la Sangre de Cristo nos
limpia de todo pecado: y así reciban la bendición de
Jesucristo nuestro Salvador, y aseguren su futuro eterno
con Cristo en Su Reino. Y así sepan que cuando termine
esta vida terrenal, en este cuerpo terrenal, continuaremos
viviendo con Cristo en Su Reino en un cuerpo nuevo y
glorificado; y eso es lo que nosotros tenemos que asegurar:
asegurar nuestro futuro eterno.
160. Por lo tanto, tenemos que comer el Alimento que es
para vida eterna, el cual Cristo ha multiplicado.


también; y pronto se complete el número de los escogidos
de Dios, y pronto Cristo se levante del Trono del Padre,
resucite a los muertos en Cristo, nos transforme a noso-

tros los que vivimos y nos lleve con Él a la Cena de las
Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del
Señor Jesucristo. Amén y amén.
162. Con nosotros el Misionero y Rvdo. Miguel Bermúdez
Marín para orar por todas las personas que levantarán sus
manos para recibir a Cristo, y pueden pasar al frente, y el
Rvdo. Miguel Bermúdez Marín estará orando por ustedes.
163. El domingo próximo les veré nuevamente, y el viernes
próximo también. Todo este mes voy a estar acá con

ustedes para compartir con ustedes todas estas actividades
de los viernes y de los domingos también, y también parte
del próximo mes.
164. Bueno, que Dios les bendiga. Ha sido para mí un
privilegio grande estar con ustedes y verles a todos ustedes,

y ver que las bendiciones de Cristo están sobre todos
ustedes, y ver también a nuestro amigo y hermano... las
visitas que tenemos, Benjie, ¿quiénes son? Tenemos a
Adalberto por aquí: Que Dios te bendiga, Adalberto, y te
guarde; es un privilegio verte. Y deseaba hacía tiempos
verte, pero siempre hemos estado viajando Miguel y yo,
pero ha sido concedido el deseo de nuestro corazón (de
Miguel y mío) de verte, y deseamos que Dios te bendiga
grandemente y te guarde, y deseamos verte en el glorioso
Reino Milenial también, con una bendición y un galardón
bien grande allá.
165. Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos; y te
bendiga y te guarde, Adalberto.

166. Bueno, con nosotros nuestro amigo y hermano Miguel
Bermúdez Marín para orar por todas las personas que

desean que Cristo les reciba, les perdone y salve sus almas;
porque lo más importante es la vida eterna, y para eso
Cristo tiene que salvar el alma de la persona. Lo más

importante es la salvación del alma.
167. Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“EL QUE MULTIPLICA EL PAN Y LOS PECES.”

LA GRAN RAMERA
SENTADA
SOBRE MUCHAS
AGUAS
LA GRAN RAMERA SENTADA
SOBRE MUCHAS AGUAS

Viernes, 27 de junio de 2003
Cayey, Puerto Rico

grande estar con ustedes en esta noche, para compartir con
tiempo final; para lo cual leemos en Apocalipsis, capítulo
17, versos 1 en adelante, donde dice:
“Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las
siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te
mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está
sentada sobre muchas aguas;
con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los
moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su
fornicación.
Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer
sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de
blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y
adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía
en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la
inmundicia de su fornicación;
y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILO-
NIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE
LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la

sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé
asombrado con gran asombro.
Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el
misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene
las siete cabezas y los diez cuernos.
La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir
del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra,
aquellos cuyos nombres no están escritos desde la funda-
ción del mundo en el libro de la vida, se asombrarán
viendo la bestia que era y no es, y será.
Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete
cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la
mujer,
y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el
otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que
dure breve tiempo.
La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de
entre los siete, y va a la perdición.
Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún
no han recibido reino; pero por una hora recibirán
autoridad como reyes juntamente con la bestia.
Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder
y su autoridad a la bestia.
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá,
porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que
están con él son llamados y elegidos y fieles.
Me dijo también: Las aguas que has visto donde la
ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y
lenguas.
Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrece-
rán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y
LA GRAN RAMERA SENTADA SOBRE MUCHAS AGUAS 283
devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego;

porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo
que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la
bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios.
Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina
sobre los reyes de la tierra.”
permita entenderla.
3. Nuestro tema es: “LA GRAN RAMERA SENTADA
SOBRE MUCHAS AGUAS.”
4. De este tema hablaremos hasta donde podamos hablar,
ya que este tema tiene una parte que todavía no se ha
cumplido, y que no podemos interrumpir el cumplimiento
de esta parte final, en donde Cristo obtendrá la gran
victoria. Por lo tanto, habrá cosas aquí que no podremos
hablar abiertamente, para que no se interrumpa el cumpli-
miento de la parte que falta, en donde Cristo ha de obtener
la gran victoria.
5. La bestia que trae a esta mujer, la gran ramera, la bestia
es el reino babilónico, de los gentiles, que comenzó en el
tiempo del rey Nabucodonosor. Y encontramos que ese
imperio ha ido pasando por sus diferentes etapas; y por eso
el misterio que trae la gran ramera, dice la Escritura que es
“BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS
RAMERAS”; porque con el nombre con el cual comenzó
el reino de los gentiles, y con el imperio con el cual
comenzó, que fue el imperio babilónico, del cual el rey
Nabucodonosor fue su cabeza, fue su primer rey en el
programa del reino de los gentiles, ese nombre continúa en
esa bestia, ese nombre continúa en esa estatua que vio el
rey Nabucodonosor, y la interpretó el Profeta Daniel, en el
capítulo 2 del libro del Profeta Daniel.
6. Por lo tanto, en ese reino de los gentiles, que comenzó

con el rey Nabucodonosor, estaría el espíritu del anticristo
moviéndose en sus diferentes etapas; y en ese reino o
imperio de los gentiles encontramos que el anticristo se
manifestaría, así como Cristo se manifestó en Su Primera
Venida en medio del pueblo hebreo, el cual y en el cual fue
establecido el Reino de Dios; pues dice la Escritura en el
libro de Primera de Crónicas, capítulo 28, versos 5 en
adelante, cuando el rey David señaló que Salomón, su hijo,
sería el que heredaría el Trono de David y se sentaría en el
Trono de David. Veamos, capítulo 28, verso 3 en adelante,
dice:
sangre.
Israel.
7. Y ahora, el Trono del Reino de Jehová, ¿dónde estaba?
En medio del pueblo hebreo. Y el Trono de Dios sobre el
pueblo hebreo, el Trono terrenal de Dios, es el Trono de
David, sobre el cual se sentó David y luego el rey Salomón.
“Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa
y mis atrios; porque a éste he escogido por hijo, y yo le
seré a él por padre.
Asimismo yo confirmaré su reino para siempre, si él se
esforzare a poner por obra mis mandamientos y mis

decretos, como en este día.
Ahora, pues, ante los ojos de todo Israel, congregación
de Jehová, y en oídos de nuestro Dios, guardad e inquirid
todos los preceptos de Jehová vuestro Dios, para que
poseáis la buena tierra, y la dejéis en herencia a vuestros
hijos después de vosotros perpetuamente.
Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre,
y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario;
porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende
todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo
hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre.
Mira, pues, ahora, que Jehová te ha elegido para que
edifiques casa para el santuario; esfuérzate, y hazla.
Y David dio a Salomón su hijo el plano del pórtico del
templo y sus casas, sus tesorerías, sus aposentos, sus
cámaras y la casa del propiciatorio.”
8. Y luego el verso 19 dice... de este mismo capítulo 28 de
Primera de Crónicas:
“Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por
la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras
del diseño.”
9. Y ahora, el plano que le da el rey David a Salomón fue
un plano el cual fue trazado por la Mano de Dios, fue Dios
el que le mostró a David cómo tenía que ser construido ese
templo.
10. Y ahora, acá en el capítulo 29 del mismo libro de
Primera de Crónicas, versos 22 en adelante, dice... Esto fue

cuando le dieron por segunda vez la investidura a Salomón
como rey:

todo Israel.”
11. Y ahora vean, aquí nos muestra que en el Trono en el
cual se sentó Salomón por rey fue el Trono de Jehová;

porque el Reino de Jehová fue establecido en y con el
pueblo hebreo; y el Trono de David, sobre el cual luego se
sentó el rey Salomón, es el Trono del Reino de Dios en la
Tierra.
12. Por eso para el Reino Milenial encontramos que Cristo
se sienta sobre el Trono de David, porque el Trono de

David es el Trono del Reino de Dios en la Tierra.
13. La oración hecha o enseñada por Cristo a Sus discípu-
los, en donde les enseña a pedir la Venida del Reino, les

dice que oren pidiendo la Venida del Reino: “Venga Tu
Reino. Hágase Tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo
(o sea, como en el Cielo también en la Tierra).” Y por
consiguiente, al venir el Reino, el Trono que estará vigente,
y sobre el cual estará Cristo gobernando, será el Trono de
David.
14. Por eso el Arcángel Gabriel cuando visitó a la virgen
María para hablarle acerca de la bendición que Dios tenía

para ella, dice en el capítulo 1 de San Lucas, verso 30 en
adelante:

15. Ahora vean, el Trono al cual Cristo es Heredero aquí en
la Tierra es el Trono de David. Cuando Cristo ascendió

victorioso al Cielo se sentó en el Trono Celestial, en el
Trono de Dios. Pero ahora el Trono sobre el cual Dios reina
en la Tierra sobre el pueblo hebreo es el Trono de David;
y a ese Trono es heredero Jesucristo nuestro Salvador. Ése
es el Trono sobre el cual Cristo dice en Apocalipsis,
capítulo 3, verso 21:
16. En la misma forma que el Padre hizo con Su Hijo,
Jesucristo, Cristo hará también con uno de Sus hijos, que

será el Vencedor del Día Postrero.
17. Ahora, esta es la bendición más grande que hay en
medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, como en el Cielo

la bendición más grande es la bendición de sentarse con
Dios en Su Trono Celestial; y esa bendición la obtuvo
¿quién? Jesucristo nuestro Salvador.
18. Ahora, para el Reino Milenial habrá tronos, como nos
dice la Escritura en Apocalipsis, capítulo 20, versos 4 en

adelante:
vivieron y reinaron con Cristo mil años.”
19. Ahora vean, aquí aparece el grupo de escogidos que
obtuvieron la victoria en contra de la bestia, y por consi-

guiente también en contra de la mujer que montaba la

bestia.
“...y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se
cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
20. Y ahora, “serán Sacerdotes de Dios y de Cristo:”
pertenecen entonces al Orden Sacerdotal Celestial, que es

el Orden de Melquisedec. Ese Orden de Melquisedec es el
Orden del Sacerdocio Celestial, del cual Cristo es el Sumo
Sacerdote, y nosotros somos Sacerdotes con Él de ese
Orden Sacerdotal. Pero mayor es Jesucristo: Él es el Sumo
Sacerdote.
21. Como en medio del pueblo hebreo, en el orden sacerdo-
tal levítico, hubo muchos sacerdotes, pero siempre uno era

el mayor. ¿Quién? El sumo sacerdote era el mayor de los
sacerdotes, era el príncipe de los sacerdotes, el principal de
los sacerdotes, el que podía entrar al lugar santísimo y
llevar a cabo la intercesión con la sangre de la expiación
del macho cabrío, y así obtener el perdón para todo el
pueblo que arrepentido pedía perdón a Dios, y obtenían el
perdón de sus pecados, y eran cubiertos con la sangre de la
expiación, y eran reconciliados con Dios para vivir un año
más.
22. Pero conforme al Orden Celestial la reconciliación es
para vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Por lo tanto,

en la Intercesión del Orden Sacerdotal Celestial, el Orden
Sacerdotal de Melquisedec, la reconciliación es hecha por
el Sumo Sacerdote de ese Orden Sacerdotal, el cual es
Cristo; y esa reconciliación la hace para ser reconciliados

con Dios para toda la eternidad, para vivir con Cristo por
toda la eternidad en el Reino de Dios, que es el Reino de
Cristo.
23. Ahora, hemos visto que todas estas personas que
obtienen la victoria estarán en ese Reino Milenial de Cristo.

Encontramos también... Vamos a ver en otro lugar de la
Escritura: en el capítulo 4, verso 4 en adelante del Apoca-
lipsis, dice:
“Y alrededor del trono había veinticuatro tronos
(¿Ven? Hay otros tronos también. Habían veinticuatro
tronos ¿alrededor de qué trono? Del Trono de Dios); y vi
sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de
ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.”
24. Esos veinticuatro ancianos son los doce patriarcas, hijos
de Jacob, y los doce apóstoles del Señor Jesucristo; entre

esos doce apóstoles no está Judas Iscariote; porque él
perdió la bendición de ser uno de los que se sentaría en uno
de esos tronos, y otro obtuvo ese lugar. De esa bendición
fue que Cristo habló en San Mateo, capítulo 19, versos 27
en adelante, dice (27 al 30):
“Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí,
nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué,
pues, tendremos?
Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regenera-
ción (o sea, esto es en el Reino Milenial), cuando el Hijo
del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que
me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos
(Y ahora, vean, no solamente estará el Trono de Cristo, el
Trono de David, sino que habrá otros tronos también), para
juzgar a las doce tribus de Israel.
Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por

mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida
eterna.
Pero muchos primeros serán postreros, y postreros,
primeros.”
25. Ahora, podemos ver que para el glorioso Reino Mile-
nial habrá personas que tendrán posiciones muy importan-

tes en el glorioso Reino Milenial de Cristo.
26. Los apóstoles del Señor Jesucristo para con el pueblo
hebreo tendrán una posición muy importante, y los siete

ángeles mensajeros de las siete edades también tendrán una
posición muy importante en el Reino de Cristo, para con
los gentiles.
27. Y en ese Reino Milenial de Cristo, así como sucedió en
el Cielo, en donde Cristo, el Hijo de Dios, se sentó con Su

Padre en Su Trono, Cristo dice: “Al que venciere, yo le
daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he
vencido y me he sentado con mi Padre en Su Trono.” O
sea, que Cristo hará en el Reino terrenal, que es el Reino de
Dios sobre la Tierra, Cristo hará en la misma forma en que
Dios hizo con Él en el Cielo. Por eso Cristo en el Cielo
recibió todo Poder y Autoridad, y todas las cosas le fueron
entregadas a Cristo en Su mano.
28. Por lo tanto, Dios por medio de Jesucristo gobierna el
Universo completo; porque por Él y para Él fueron creadas

todas las cosas, y Él es el Heredero a todas las cosas; y si es
el Heredero, es también el Rey. Y por cuanto Dios está en
Cristo, entonces Dios por medio de Cristo lleva a cabo el
Gobierno del Universo completo, de toda la Creación.
29. Y para el glorioso Reino Milenial el Reino de Dios
sobre la Tierra es el Reino de David, y el Trono de Dios

sobre la Tierra es el Trono de David, al cual Cristo es
Heredero; y por consiguiente, en ese Reino Milenial se

gobernará para Dios; o sea, que todo será conforme a las
Leyes del Reino Celestial; las cuales serán transferidas y
administradas en esta Tierra; y entonces habrá paz en la
Tierra. Y el ser humano que vivirá en la Tierra recibirá las
bendiciones de Dios.
30. Por lo tanto, ese Reino Milenial de Cristo es muy
importante para la raza humana; y va a cumplirse en este

Nuevo Milenio que ha comenzado; en algún año de este
Nuevo Milenio va a llevarse a cabo el establecimiento de
ese Reino del Mesías, en forma literal, luego que Cristo
complete Su Iglesia y transforme - resucite a los muertos en
Cristo y nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos
lleve con Él a la Cena de las Bodas del Cordero, Cena o
Fiesta Celestial que durará tres años y medio.
31. Y durante esos tres años y medio de Fiesta en el Cielo,
la Tierra estará pasando por la gran tribulación, donde los

juicios divinos estarán cayendo sobre la raza humana; y la
bestia y la mujer que monta esa bestia serán aniquilados,
serán destruidos, porque los juicios de Dios caerán sobre el
reino del anticristo, ese reino del anticristo, del hombre de
pecado; y luego los reinos de este mundo pasarán a ser de
nuestro amado Señor Jesucristo.
32. Ahora, para este tiempo final, en la estatua que vio el
rey Nabucodonosor, y la interpretó el Profeta Daniel, la

cual representa el reino de los gentiles, el cual comenzó con
la cabeza de oro: el imperio babilónico con el rey Nabuco-
donosor; y pasó por la segunda etapa... La primera etapa
fue la cabeza de oro; luego la segunda etapa fue el pecho y
los brazos de plata, el cual fue el imperio medo-persa; y
luego pasó su tercera etapa, que fue el vientre y los muslos
de bronce, el cual fue el imperio de Grecia, el cual comen-
zó con Alejandro el Grande; y después pasó a su cuarta

etapa: las piernas de hierro, y luego los pies de hierro y de
barro cocido.
33. Las piernas de hierro es el imperio romano; y luego los
pies de hierro y de barro cocido es el mismo imperio

romano bajo el anticristo, el hombre de pecado, el cual es
el líder de ese imperio, el anticristo, el hombre de pecado,
y el cual es el esposo de la mujer que viene sobre esa
bestia.
34. Y ahora, el hombre de pecado, el anticristo, en el cual
el diablo se encarnará en toda su plenitud, ha sido represen-

tado en diferentes ocasiones y con diferentes personajes.
Por ejemplo, con el rey de Tiro, el cual fue un rey sabio,
muy inteligente, el cual dijo que él estaba sentado sobre el
Trono de Dios.
35. Vean, aquí en Ezequiel, capítulo 28, nos habla del rey
de Tiro, y dice, capítulo 28, verso 1 en adelante:

“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
Hijo de hombre, dí al príncipe de Tiro: Así ha dicho
Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y
dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en
medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has
puesto tu corazón como corazón de Dios;
he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay
secreto que te sea oculto.
Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado
riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros.
Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones
has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se
ha enaltecido tu corazón.
Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto
pusiste tu corazón como corazón de Dios,
por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los

fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas
contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu
esplendor.”
36. Y sigue ahí hablando del rey de Tiro, lo cual es ahí un
reflejo del anticristo, del hombre de pecado, y también del

diablo cuando se rebeló en el Cielo. Y el diablo a través del
anticristo, del hombre de pecado, estará en su rebelión final
durante el tiempo final; porque en el anticristo es que el
diablo se encarnará, como se encarnó en la serpiente; y a
través de la serpiente engañó a Eva.
37. Vean, en el mismo capítulo 28, verso 13 en adelante,
dice:
“En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda
piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio,
jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo,
esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas
estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.
Tú, querubín grande, protector...”
38. Ahora es señalado como un querubín, como un protec-
tor, porque está aquí reflejándose el diablo en él; porque en

ese príncipe de Tiro, en ese rey de Tiro, se manifestó el
diablo; y por consiguiente las características del diablo
estaban manifestadas en ese rey de Tiro.
“Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo
monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de
fuego te paseabas.
Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que
fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.
A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno
de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de
Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh queru-
bín protector.”
39. Ahí podemos ver que se está reflejando en el rey de
Tiro lo que le sucedió al diablo y lo que le va a suceder al

anticristo, al hombre de pecado, en el cual estará el diablo
encarnado.
40. Ahora, encontramos que el imperio babilónico tenía su
religión pagana, también el imperio medo-persa, el imperio

de Grecia también, y el imperio romano; ha sido la misma
religión pagana idólatra que ha ido pasando de una etapa
del imperio de los gentiles a otra etapa; y en algunas etapas
le han cambiado el nombre al mismo dios de ese reino de
los gentiles; pero ha sido el mismo dios al cual ellos
adoraban: un dios pagano; y muchos dioses paganos; y le
han cambiado los nombres en diferentes etapas, en algunas
etapas.
41. Y en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido
también le han cambiado el nombre al dios pagano babiló-

nico, y le han cambiado los nombres también a los diferen-
tes dioses paganos babilónicos; pero sigue siendo “Babilo-
nia, Misterio Babilonia, la Madre de las Fornicaciones.”
42. Porque son fornicaciones espirituales; han fornicado
contra Dios teniendo dioses ajenos, dioses paganos,

teniendo como religión: religión idólatra, la idolatría,
adorando dioses que no son Dios, adorando dioses paganos
y apartándose del Dios verdadero Creador de los Cielos y
de la Tierra.
43. La bestia que la trae, vean ustedes, que trae a la gran
ramera, es el mismo imperio pasando por sus diferentes

etapas; y en la etapa final, ahí tenemos la religión pagana
montada sobre la bestia, y tenemos ahí al anticristo, el
hombre de pecado, el cual es el instrumento del maligno en
el cual el diablo se encarnará en este tiempo final.
44. Dice el Rvdo. William Branham hablándonos de la

forma en que sucederá todo esto, dice en el libro de “Los
Sellos,” página 352, dice:
en su plenitud (o sea, cuando el anticristo, el hombre de
pecado, venga con el diablo encarnado en toda su plenitud
en él, dice), Dios también vendrá en Su plenitud para
redimirnos. Siempre corren paralelos. Caín y Abel, el
cuervo y la paloma en el arca, Judas y Jesús, etc.”
45. Y ahora, para el tiempo en que el anticristo venga en
toda su plenitud, o sea, que venga con la plenitud del diablo

manifestada en él, porque estará encarnado el diablo en él,
como se encarnó en la serpiente antigua, entonces dice que
Dios también vendrá en Su plenitud para redimirnos, o sea,
para transformarnos; porque ésa es la redención del cuerpo:
nuestra transformación, y la resurrección de los muertos en
Cristo en cuerpos glorificados.
46. En la página 146 también nos habla aquí muy claramen-
te, cuando nos dice acerca de esto que va a suceder, dice, al

final de la página 146 del libro de “Los Sellos:”
47. Por lo tanto, habrán dos hombres en la Tierra: uno, el
anticristo, en el cual se encarnará el diablo cuando sea

echado del Cielo; y otro hombre en el cual el Espíritu Santo
se encarnará. Y ahí será un tiempo en donde habrá un
enfrentamiento entre Cristo y el anticristo; porque el
Espíritu Santo estará encarnado en un hombre, y el espíritu
del maligno estará encarnado en otro hombre.
48. Uno, el espíritu del anticristo, el espíritu del maligno,
estará encarnado en un hijo de la cizaña, en una cizaña;

porque en la parábola del trigo y de la cizaña del capítulo

13 de San Mateo, Cristo dijo que el trigo son los hijos del
Reino; y la cizaña son los hijos del malo, o sea, los hijos
del diablo.
49. Por lo tanto, así como Dios tiene hijos, el diablo
también tiene hijos. Y desde el principio, allá en el Génesis,

encontramos que hubo dos hijos: Caín y Abel. Y en
Primera de Juan, capítulo 3, hablándonos de Caín, el cual
mató a su hermano Abel, vean lo que dice hablándonos de
Caín. Capítulo 3, verso 12 de Primera de Juan, dice:
“No como Caín, que era del maligno y mató a su
hermano.¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran
malas, y las de su hermano justas.”
50. Y ahora, San Juan el Apóstol dice que Caín era del
maligno, del diablo. Cristo también dijo a un grupo de

personas que estaban en contra de Él, que eran hijos de su
padre, el diablo, o sea, del padre de ellos, el diablo; aunque
eran personas muy religiosas de la religión del pueblo
hebreo. Es que en medio del trigo también estaría la cizaña.
51. Y ahora, en la parábola del trigo y de la cizaña en
medio del campo, del cristianismo, estarían los hijos de

Dios y estarían también los hijos del malo.
52. Por lo tanto, así como estuvo Abel, hijo de Dios, y
Caín, hijo del maligno en la Tierra (y Caín mató a su

hermano Abel), encontramos que ha estado también el trigo
y la cizaña en el campo del cristianismo, en medio de la
religión cristiana. Y de en medio, vean ustedes, de en
medio de la religión allá en el tiempo de Adán y Eva, y
Caín y Abel, allí estaba el hijo del maligno, Caín, y el hijo
de Dios que vino por medio de Adán: Abel. Y vean, en
medio de todo el asunto religioso estaba el hijo del malig-
no, la cizaña; y el hijo de Dios, el trigo, un grano de trigo:
Abel.
53. Y ahora, el que era cizaña mató al que era trigo.
También cuando vino Jesús, Él dijo: “Si el grano de trigo

no cae en tierra y muere, él solo queda.” Identificándose
Cristo como el grano de trigo. Pero Judas Iscariote era
cizaña, era hijo del maligno, era el hijo de perdición, como
dice la Escritura.
54. Luego, para el tiempo final el hijo de perdición será el
anticristo, el hombre de pecado, que será la cabeza o líder

de todos los que están identificados con la cizaña en la
parábola del trigo y de la cizaña, con todos los que están
identificados como hijos del maligno, como la cizaña que
estará en el campo del cristianismo, pero que no serán
trigo, sino que serán cizaña.
55. Y en medio del mismo cristianismo estarían los que son
trigo, los que son hijos del Reino de Dios, que son los que
reciben a Cristo como su Salvador, lavan sus pecados en la
Sangre de Cristo, son bautizados en agua en el Nombre del
Señor Jesucristo, Cristo los bautiza con Espíritu Santo y
Fuego, y obtienen así el nuevo nacimiento, y obtienen un
cuerpo angelical de la sexta dimensión, y así entran al
Reino de Dios, y tienen vida eterna, y así son sellados en el
Reino de Dios con vida eterna.
56. Pero la cizaña son solamente creyentes intelectuales,
son creyentes profesantes que no pueden ser redimidos;

porque para ser redimidos tienen que venir de Dios, y
tienen que tener sus nombres escritos en el Cielo en el
Libro de la Vida del Cordero; pero la cizaña son aquellos
que no tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro
de la Vida del Cordero, y son engañados, y se maravillarán
viendo la bestia que era y no es; se maravillarán de esa
bestia que tiene siete cabezas y diez cuernos, y sobre la cual
viene una mujer sentada: una religión: la religión de ese

reino en el tiempo final, en el tiempo de la etapa de los pies
de hierro y de barro cocido, que es la misma religión que ha
venido en ese reino de los gentiles, desde el tiempo de
Nabucodonosor; y ésa es la misma religión que tenía Caín
y que tenía Nimrod en su reino allá, que fue establecido en
Babel.
57. Así que, vean ustedes, el trigo y la cizaña: ambos son
religiosos; pero uno tiene la verdadera revelación del Dios

verdadero, y el otro lo que tiene es una religión en la cual
adora al príncipe de las tinieblas, a Satanás; lo que tienen
es religión satánica; aunque no piensan que lo que tienen es
religión satánica, sino que piensan que lo que tienen es la
religión verdadera, y que están sirviendo al mismo Dios.
Esto es así porque el diablo los tiene engañados.
58. El diablo tiene engañados a sus propios hijos; pero Dios
tiene con la verdad a todos los hijos e hijas de Dios.

59. Ahora, hemos visto, hasta donde hemos llegado, este
misterio de la gran ramera sentada sobre muchas aguas.

Esta mujer sentada sobre muchas aguas, que son pueblos,
naciones y lenguas, es la religión babilónica que ha ido
pasando a cada etapa del reino de los gentiles; y en diferen-
tes ocasiones y en diferentes etapas le ha cambiado los
nombres un poco a su dios y a sus diferentes dioses que
tienen en esa religión babilónica; hasta que llega a la etapa
de los pies de hierro y de barro cocido, donde le cambia
también los nombres para hacer más atractiva la religión
babilónica, y para engañar con la religión babilónica a
pueblos, naciones y lenguas, los cuales se maravillarán
viendo a la bestia que era y no es, la cual trae esa mujer
ramera sobre ella; así como encontramos en todos los
tiempos de la historia de la raza humana, que todos los
imperios han tenido la religión imperial.

60. También, vean ustedes, el imperio o reino de los
gentiles, representado en la estatua que vio el rey Nabuco-

donosor, ha tenido la religión del estado, la religión del
reino, la religión del gobierno, y siempre ha sido esa misma
religión pagana cambiando sus nombres paganos, cambian-
do el nombre de su dios pagano y de los diferentes dioses
paganos.
61. Por lo tanto, no ha cambiado la religión, sino que ha
sido siempre la misma; aunque se vista de cordera, será

siempre una loba rapaz. Ahora, así es la religión pagana
babilónica, es mostrada en el libro del Apocalipsis.
62. Con lo que hemos escuchado, entonces sabemos que
para este tiempo final habrá una persecución, pero antes

comenzará como una apretura, en donde la cizaña traerá
una apretura, y luego será una persecución sobre el trigo,
sobre los hijos del Reino; o sea, que los hijos del malo
tratarán de destruir a los hijos del Reino, los hijos de Dios,
en este tiempo final. Y los hijos del malo estarán represen-
tados, encabezados, en el anticristo, el hombre de pecado,
en el cual el diablo se encarnará; y entonces tratará de
destruir a todos los hijos de Dios, a todo el trigo de Dios.
63. Pero para ese tiempo en que vendrá esa apretura, el
Espíritu Santo vendrá manifestado en toda Su plenitud; y

eso será Dios en toda Su plenitud para redimir a Sus hijos,
al trigo, para transformar a los que estamos vivos y para
resucitar a los muertos en Cristo. Y eso será la manifesta-
ción final en medio de la Iglesia de Jesucristo para ser
transformados e ir con Cristo a la Cena de las Bodas del
Cordero.
64. De eso habló el Rvdo. William Branham cuando habló
de la Tercera Etapa que será manifestada en medio de la

Iglesia de Jesucristo, y le fue dada una visión de una

grande carpa, donde él vio una multitud grande de
personas asistiendo, en donde se predicó el Evangelio y se
hizo el llamado para recibir a Cristo como su Salvador, y
en donde muchas personas pasaron al frente llorando,
recibiendo a Cristo como su Salvador.
65. Y luego se llevó a cabo, más adelante, la oración por los
enfermos, lo cual él vio cuando se formó una fila muy

grande alrededor de la Carpa, y luego esa fila, esa línea, fue
hasta la calle, de tantas personas que se colocaron en la fila
para la oración por los enfermos.
66. Pero la oración por los enfermos era en una forma muy
diferente a como se acostumbraba en otros tiempos, pues

las personas entraban a un cuartito pequeño de madera por
una puerta que quedaba frente a la congregación; y luego
salían por otra puerta, sanados.
67. Y le preguntaba, una persona que estaba con una
grabadora, le preguntaba: “¿Cómo sucedió? ¿Qué sucedió

y cómo sucedió?” Y la persona decía: “Yo no sé cómo
sucedió, lo único que sé es que sucedió.” Y personas
paralíticas salían caminando bien, personas con muletas
salían con las muletas en la mano caminando bien, personas
que estaban en camillas, que llevaban años de cama, salían
caminando bien.
68. Y el Rvdo. William Branham en la visión no entendía
porqué... en ese lugar, porqué era hecho en esa forma, y no

en la forma que comúnmente él hacía: en donde se hacía
una fila, y pasaban frente al Rvdo. William Branham.
Ahora era en una forma privada; y eso era conforme a lo
que dice Cristo: “Cuando tú ores, entra en tu cámara
secreta, en tu aposento secreto; y ora a Tu Padre Celestial,
el cual ve; y Él te recompensará en público.”
69. Y vean, así será en el tiempo cuando venga la apretura,

y eso será una manifestación de Dios plena en medio de la
Iglesia del Señor Jesucristo. Él tendrá un instrumento de
carne en el cual estará manifestado, llevando a cabo a
través de él esa manifestación grande en beneficio de cada
uno de ustedes y también de mí, en beneficio de todos los
hijos de hijas de Dios. Ésa será la Tercera Etapa, ésa será
la etapa en donde la plenitud de Dios estará sobre la Tierra,
y en donde Dios hará grandes cosas, en donde Dios hará
grandes cosas sin siquiera poner las manos sobre la perso-
na, sólo por la Palabra Creadora siendo hablada.
70. Y si la Palabra Creadora tiene que ser hablada tiene que
tener un instrumento a través del cual hablar. Por lo tanto,

ésa será la etapa más gloriosa para la Iglesia del Señor
Jesucristo, pero será un tiempo en donde vendrá una
apretura; por lo tanto, el enemigo tratará de destruir a los
hijos e hijas de Dios, y de detener la manifestación de Dios;
pero vamos a ser transformados, y los vamos a dejar a ellos
peleándose acá en la Tierra, y nosotros nos vamos a ir con
Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; porque lo que
necesitamos es ser transformados para ir con Cristo a la
Cena de las Bodas del Cordero.
71. Y para ser transformados, y los muertos en Cristo ser
resucitados, lo que se necesita es que Cristo complete Su

Iglesia, porque Cristo no puede salir del Trono de Interce-
sión en el Cielo sin que haya entrado a Su Reino, a Su
Iglesia, hasta el último escrito en el Cielo, en el Libro de la
Vida del Cordero.
72. Por eso es que tenemos que estar trabajando en la Obra
Misionera, tanto en otros países como también en nuestro

país (aquí en Puerto Rico), para que Cristo llame y junte
Sus escogidos de este tiempo final en Su Iglesia, en la edad
correspondiente a este tiempo final, y así se complete el

grupo de los escogidos de Dios.
73. ¿Y con qué vamos a hacer la Obra Misionera para que
escuchen la Voz de Cristo y vengan a Cristo y se complete

el número de los escogidos de Dios? Con la Palabra de
Dios correspondiente a este tiempo final.
74. ¿Quieren saber ustedes si en una ciudad o en una
comunidad hay escogidos de Dios? Pues lleven el Mensaje,

y “el que es de Dios, la Voz de Dios oye.” Por lo tanto, ésa
es la forma establecida por Cristo. Por eso Él dijo en San
Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.
75. En palabras más claras: van a creer los escogidos de
Dios, los que son trigo, y van a ser bautizados en el Nom-

bre del Señor Jesucristo, y van a obtener el perdón de los
pecados, van a ser lavados con la Sangre de Cristo, y van a
ser bautizados por el Espíritu Santo, y van a obtener el
nuevo nacimiento.
76. “Mas el que no creyere, será condenado.” ¿Quiénes no
van a creer? La cizaña, los hijos del malo. Pero los hijos de
Dios van a creer, porque el que es de Dios, la Voz de Dios
oye.
77. Llevando la Voz de Dios para nuestro tiempo, el
Mensaje de Dios para nuestro tiempo, por todos los lugares;

los que son de Dios van a escuchar, y van a venir a los pies
de Cristo, y van a ser colocados en el Cuerpo Místico del
Señor Jesucristo.
78. Y cuando se complete esa labor, el Mensajero del Día
Postrero que estará en medio de la Iglesia de Jesucristo en

este tiempo final, a través del cual Cristo estará obrando y

llamando y juntando a Sus escogidos, luego será adoptado;
y entonces Cristo en toda Su plenitud se manifestará a
través de él, y Cristo hará grandes cosas a través de él, y
cumplirá la Visión de la Carpa.
79. Antes tiene que estar trabajando en la Obra del Señor
Jesucristo hasta que se cumpla, hasta que se complete la

Iglesia de Jesucristo; luego será adoptado él y también
todos los escogidos de este tiempo final, todos seremos
transformados; eso es la Adopción, la transformación de
nuestro cuerpo; y ya transformados, todas las cosas serán
posibles para todos nosotros; porque para el que cree todas
las cosas son posibles.
80. Para ese tiempo, ya con el cuerpo nuevo, no quedará ni
una duda en nuestra mente ni en nuestro corazón.

81. Por lo tanto, cuando tengamos el nuevo cuerpo, grandes
cosas, grandes maravillas, hará Dios, no solamente por

medio del Mensajero del Día Postrero, sino por medio de
cada uno de ustedes también; y ése será el Ejército invenci-
ble que estará sobre la Tierra en el Día Postrero, a través
del cual Cristo estará obrando y en medio del cual Cristo
estará obrando; y a ese grupo de escogidos se unirá cada
ángel mensajero de cada edad con su grupo, cuando
resuciten; y entonces estará toda la Iglesia del Señor
Jesucristo, de edades pasadas y de nuestro tiempo, juntas,
juntos todos; pero serán vistos solamente los escogidos de
este tiempo. Pero los que resucitarán en cuerpos glorifica-
dos no tienen que ser vistos por el mundo, pero serán vistos
por nosotros cuando ellos resuciten.
82. Así que ése será el Ejército invencible de Jesucristo
nuestro Salvador, el Ejército que vencerá al enemigo, a la

bestia, y al falso profeta, a la bestia y a la mujer que viene
sobre la bestia.
83. Por lo tanto, será Cristo con Su Iglesia la que obtendrá -
el que obtendrá la gran victoria en el Amor Divino en el

Día Postrero, en el tiempo final en el cual nosotros estamos
viviendo.
84. Y la gran ramera sentada sobre muchas aguas, la cual
viene sobre la bestia, será quitada, para el Reino Milenial

no estará; y el diablo será echado a una prisión, al pozo del
abismo, y será encerrado allí por mil años.
85. Por lo tanto, no molestará por mil años, no molestará a
ninguna persona en el Reino Milenial de Cristo, y estare-

mos viviendo con Cristo felices por mil años; y luego será
suelto el diablo por un corto tiempo, conforme a Apocalip-
sis, capítulo 20, verso 7 en adelante; pero volverá a moles-
tar, y entonces será destruido todo ese ejército que levanta-
rá el diablo en contra de Cristo, y el diablo será echado
donde estará el anticristo. Y ahí será donde el diablo,
después de cierta cantidad de días, meses, años, milenios,
o millones de años, dejará de existir, y la bestia y la imagen
de la bestia, el anticristo, el hombre de pecado, y todos los
que siguieron a la bestia.
86. Pero los hijos e hijas de Dios estarán con Cristo en el
Reino de Cristo por toda la eternidad; por el Milenio ya

estuvieron, pero después hay un Juicio Final; y luego
volveremos a la Tierra para vivir por toda la eternidad. Y
para ese tiempo la Tierra será convertida en el centro del
Universo, en la Capital del Universo.
87. Por eso en los planes de Dios, vean ustedes, este planeta
Tierra tiene una parte muy importante. En esta Tierra, en el

territorio donde en la actualidad es Jerusalén, ahí estará la
Nueva Jerusalén, la cual será más grande que todo el
territorio de Israel; y ahí estará el Trono de Dios y de
Cristo; o sea, que ahí estará el Trono terrenal de Cristo, el

Trono de David, y ahí estará el Trono Celestial de Dios;
todo estará ahí en la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén. Por
lo tanto, estará ahí también, por consiguiente, la séptima
dimensión ahí manifestada en la Nueva Jerusalén.
88. ¿Y quiénes estarán ahí con Cristo? Todos nosotros
también. Ya no habrá ni recuerdo de la gran ramera sentada

sobre la bestia y sobre muchas aguas. Pero habrá memoria
de Cristo y Su Iglesia por toda la eternidad.
89. “LA GRAN RAMERA SENTADA SOBRE MU-
CHAS AGUAS.”
90. Ha sido para mí una bendición y privilegio grande estar
con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “LA

GRAN RAMERA SENTADA SOBRE MUCHAS
AGUAS.”
91. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto,

también. Y que Cristo, el Ángel del Pacto, pronto comple-
te Su Iglesia, y resucite a los muertos creyentes en Él y
nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos lleve con
Él a la Cena de las Bodas del Cordero al Cielo, a la Casa
de nuestro Padre Celestial, a la séptima dimensión. En el
Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

93. El próximo domingo, o sea, pasado mañana estaré
nuevamente con ustedes, y el tema será: “JESÚS ANDAN-

DO SOBRE EL MAR.”
94. Y ahora, vimos: “LA GRAN RAMERA SENTADA
SOBRE MUCHAS AGUAS,” que son, esas muchas

aguas, pueblos, naciones y lenguas; pero el domingo
veremos a Cristo caminando sobre el mar, sobre las aguas,

como fue visto por los apóstoles cuando la embarcación de
ellos estaba azotada por un gran viento, una tempestad,
pero apareció Cristo caminando sobre las aguas.
95. El domingo próximo veremos a Cristo caminando sobre
las aguas, como Él lo estará haciendo en este tiempo final.

En Apocalipsis, capítulo 10, aparece Cristo ahí con un pie
sobre el mar: el derecho, y el izquierdo sobre la tierra. Eso
es Cristo caminando sobre el mar en este tiempo final. Y
vamos a ver ese misterio de Cristo caminando sobre el mar
para este tiempo final.
96. Que las bendiciones de Cristo sean sobre todos ustedes
y sobre mí también, y pasen todos muy buenas noches.

Dejo con nosotros nuevamente al Rvdo. José Benjamín
Pérez para finalizar nuestra parte en esta noche.
97. Recuerden: no solamente el domingo próximo estaré
con ustedes, sino el viernes próximo también, y el domingo

de más arriba también. Así que oren mucho por mí para la
actividad del domingo próximo, que Él me dé todo lo que
debo hablar, y para todas las demás ocasiones, y también
para cuando esté viajando Él me dé todo lo que debo
hablar; y que Cristo junte Sus escogidos que faltan en este
tiempo final. Ése es el propósito de los viajes: que Cristo
llame y junte los escogidos de este tiempo final.
98. ¿Cuántos han visto ya en las conferencias de otros
países, como en Cali, Colombia, en Cartagena, en Santa

Marta, en Bogotá... y también en México, en diferentes
lugares de México, como Villahermosa, Monterrey, Ciudad
México y otros lugares; cómo Dios ha llamado y han
venido a los pies de Cristo cantidades grandes de personas?
99. En Villahermosa fue una cantidad grande: más de mil
personas, mil quinientas personas quizás, pasaron al frente.

También en Monterrey fue una cantidad muy grande; y en

Guatemala.
100. Guatemala, dice Miguel, que pudo haber allí una
cantidad como de mil quinientas personas que pasaron al

frente; habían colocado seis mil quinientas sillas en esa
actividad, en un lugar público que alquilaron, porque los
lugares que tienen las congregaciones eran muy pequeños
para la cantidad que ellos esperaban que vinieran a la
actividad. Por lo tanto, alquilaron un lugar en un lugar de
ferias, en donde tienen muchos edificios grandes, los cuales
alquilan para ese tipo de actividades, y fue una cantidad
muy grande la que pasó al frente.
101. Nuestro hermano Miguel dice que pudo ser... ¿cómo
cuántos fue que dijo? Unas mil quinientas personas, más de

mil personas, unas mil quinientas personas pudo ser el
grupo que pasó al frente, creo yo, ahí en Guatemala. Si hay
seis mil quinientas sillas, y está lleno el lugar, cuando pasan
mil personas al frente, se ve un grupo no muy grande
comparado con el resto de la multitud que hay en la
actividad.
102. Así ha sido también en Cali, Colombia, donde han
pasado de mil a mil quinientas personas en diferentes

ocasiones. Nuestro hermano Miguel en Cali, habíamos
estado en una ocasión en que pasaron mil personas o más
(eso es sacando un cálculo), y él pensó: “Ya para la
próxima actividad que demos en Cali, Colombia, pues no
van a pasar tantas personas, porque ya pasaron, quizás, casi
todas las que iban a pasar.” Y cuando tuvimos la otra
actividad pública en otro de los viajes, pasaron más perso-
nas.
103. Así es porque Dios está llamando y juntando Sus
escogidos en este tiempo final. Eso es una señal grande

para nosotros.
104. Por lo tanto, estemos preparados para nuestra transfor-
mación, porque de un momento a otro va a suceder cuando

entre hasta el último escogido de Dios al Cuerpo Místico
del Señor Jesucristo. Estemos preparados con nuestras
vidas arregladas delante de Dios, y sirviendo a Cristo y
trabajando en la Obra de Cristo todos los días de nuestra
vida.
105. Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, y
oren mucho por la actividad del próximo domingo, o sea,

de pasado mañana.
106. Que Dios les bendiga y con nosotros nuevamente José
Benjamín Pérez para continuar.

“LA GRAN RAMERA SENTADA SOBRE MU-
CHAS AGUAS.”
LA MENTE QUE
TENGA SABIDURÍA
LA MENTE QUE
TENGA SABIDURÍA

Viernes, 4 de julio de 2003
Cayey, Puerto Rico

grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir
unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra
de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual leemos en Apocalipsis, capítulo 17, versos 8 en
adelante, donde dice:
“La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir
del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra,
aquellos cuyos nombres no están escritos desde la funda-
ción del mundo en el libro de la vida, se asombrarán
viendo la bestia que era y no es, y será.
Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete
cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la
mujer,
y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el
otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que
dure breve tiempo.
La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de
entre los siete, y va a la perdición.
Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún
no han recibido reino; pero por una hora recibirán
autoridad como reyes juntamente con la bestia.
Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder

y su autoridad a la bestia.
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá,
están con él son llamados y elegidos y fieles.
Me dijo también: Las aguas que has visto donde la
ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y
lenguas.
Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrece-
rán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y
devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego;
porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo
que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la
bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios.
Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina
sobre los reyes de la tierra.”
2. Tomamos el verso 9, que dice: “Esto, para la mente
que tenga sabiduría.”
3. “LA MENTE QUE TENGA SABIDURÍA.”
4. Y ahora, la Mente que tenga Sabiduría para conocer
todos estos misterios contenidos en el libro del Apocalipsis
será una Mente privilegiada, será una Mente que compren-
derá todos estos misterios, y los estará dando a conocer a la
5. Y ahora, vamos a buscar a través de la Escritura esta
Mente que tendrá Sabiduría y que dará a conocer estos
misterios apocalípticos a la Iglesia del Señor Jesucristo,
estos misterios que ya están colocados en el libro del
Apocalipsis.
6. Así como Juan el Apóstol recibió esta revelación del
Apocalipsis, encontramos que en el Antiguo Testamento el
Profeta Daniel había recibido de parte de Dios, a través del
LA MENTE QUE TENGA SABIDURÍA 315
Arcángel Gabriel, la revelación también del reino de los

gentiles, representado (el reino de los gentiles) en la estatua
que vio el rey Nabucodonosor en sueños. Y se le olvidó el
sueño al rey Nabucodonosor; y luego Dios le reveló al
Profeta Daniel cuál había sido el sueño y también el
significado de ese sueño.
7. Y luego que vio todo ese sueño y su interpretación, lo
dio a conocer al rey Nabucodonosor; y le mostró que el
sueño era una estatua que tenía la cabeza de oro, la cual
representaba a Nabucodonosor y su reino, el cual fue el
reino o imperio babilónico; y luego tenía el pecho y los
brazos de plata, lo cual representaba el reino medo-persa;
y luego la estatua tenía el vientre y los muslos de bronce, lo
cual representaba el reino o imperio de Grecia; y luego
tenía las piernas y los pies: las piernas de hierro, y los pies
de hierro y de barro cocido, lo cual representa el reino
romano o el imperio romano de los Césares.
8. Y luego, vean ustedes, llega a la parte de los pies de
hierro y de barro cocido, o sea, el imperio romano mezcla-
do; y eso tipifica el reino o el imperio del anticristo, que es
el mismo imperio babilónico que viene pasando del
imperio babilónico con su religión al imperio medo-persa;
y del imperio medo-persa al imperio de Grecia; y del
imperio de Grecia al imperio romano; o sea, que viene
bajando ese reino de la cabeza a los pies.
9. Y en cada etapa va perdiendo valor; porque una cabeza
de oro tiene más valor que unos brazos y un pecho de plata;
porque el oro tiene más valor que la plata; y tiene más valor
que un vientre y unos muslos de bronce; y tiene más valor
que unas piernas de hierro; y tiene más valor que unos pies
de hierro y de barro cocido.
10. Si a usted le dan un camión lleno de hierro y tierra, le
regalan un camión de hierro y tierra, y le dan a escoger:

“Bueno, ahí tienes un camión lleno de hierro y de tierra, de
barro; y aquí tienes esto pequeñito aquí (digamos un
bloque): un bloque de oro.” El que se llena los ojos, dice:
“El camión es más grande.” El que no entiende de lo que es
el valor de cada cosa, dice: “Aquel camión es más grande,
por lo tanto me van a dar algo mayor, algo más grande.”
Algo grande en apariencia, en bulto, pero pequeño en valor,
comparado con un bloque que se ve pequeño, pero es de
oro; y el oro vale más que el hierro y que el barro. Y aún,
aunque le regalen el camión, todavía un bloque de oro vale
mucho más.
11. Ahora, podemos ver que el reino de los gentiles ha
estado perdiendo su valor. Ya en la actualidad el reino de

los gentiles está en una etapa de muy poco valor; o sea, lo
que vale unos pies de hierro y barro... Vean, eso es lo que
vale el reino de los gentiles en la actualidad; por donde-
quiera tiene problemas, por dondequiera está tropezando.
Y su tropezón grande será con la Piedra no cortada de
manos.
12. Y vean ustedes, en el tiempo de la Primera Venida de
Cristo, que se estaba en las piernas de hierro (el imperio

romano), el imperio romano fue el que crucificó, a petición
de los líderes religiosos hebreos, crucificó a Cristo. Siendo
Cristo la piedra no cortada de manos, vean, no hirió al reino
de los gentiles en aquel tiempo, porque no era el tiempo
todavía.
13. Es en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido,
que dice la profecía que el reino de los gentiles será herido

y será destruido el reino de los gentiles por Cristo, la Piedra
no cortada de manos, en Su Segunda Venida.
14. En Su Primera Venida Él vino como Cordero para
quitar el pecado del mundo, en Su Segunda Venida viene

como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y
Señor de señores, para quitar el reino de los gentiles y
establecer Su Reino. Y ahí podemos ver lo que sucedió con
la estatua que vio el Profeta Daniel y le interpretó al rey
Nabucodonosor; porque él quiso saber lo que sería en el
porvenir el reino, el reino que él tenía, el cual iría pasando
de etapa en etapa, porque aquél era el reino de los gentiles
que había comenzado con el rey Nabucodonosor.
15. Por eso es que la religión también babilónica va
pasando por esa estatua, por ese reino de los gentiles, de

etapa en etapa; y en algunas etapas le cambian el nombre a
los dioses, al dios babilónico y a los demás dioses babiló-
nicos, le cambian un poco el nombre, pero es la misma
religión babilónica, es el mismo imperio babilónico.
16. Ahora, en la etapa de los pies de hierro y de barro
cocido es donde aparece el anticristo, el hombre de pecado,

y en donde el diablo trata de consolidar completamente su
reino en el aspecto político y religioso; y también en el
aspecto de otra dimensión: de la dimensión de los ángeles
caídos; o sea, que trata de consolidar lo político, lo religio-
so y lo demoníaco, para tratar de vencer a Cristo.
17. Y en Apocalipsis, capítulo 17, aquí donde habíamos
leído, verso 14 al 15, dice:

“Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá,
están con él son llamados y elegidos y fieles.”
18. Los que están con Él son los creyentes en Cristo
nacidos de nuevo, que reciben el nuevo nacimiento y

obtienen el cuerpo angelical, y esperan recibir el cuerpo
físico glorificado. Y cuando ya tengamos el cuerpo físico
glorificado, nosotros los que vivimos, y los muertos en
Cristo cuando resuciten, ahí estará el Ejército de Jesucristo

plenamente adoptado, con cuerpos eternos. Ése es el
Ejército con el cual Él viene, esos son los que están con Él,
son llamados, elegidos y fieles. Ese es el mismo Ejército
que aparece aquí en Apocalipsis, capítulo 19, versos 11 en
adelante, donde dice:
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo
blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero,
y con justicia juzga y pelea.”
19. Esto nos habla del juicio que viene, que Cristo traerá
sobre el reino del anticristo.

“Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su
cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que
ninguno conocía sino él mismo (ése es el Nombre Nuevo
del Señor).
Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su
nombre es: EL VERBO DE DIOS.”
20. Cuando el Verbo se hizo carne dos mil años atrás, el
Nombre del Verbo de Dios fue: Jesús.

“Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo,
blanco y limpio, le seguían en caballos blancos (ése
Ejército es la Iglesia del Señor Jesucristo; los cuales cuando
estén transformados será un Ejército invencible).
De su boca sale una espada aguda, para herir con ella
a las naciones (esa Espada es la Palabra Creadora de Dios;
porque la Espada del Espíritu es la Palabra de Dios), y él
las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del
furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este
nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.”
21. Porque Él viene como Rey de reyes y Señor de señores,
viene como Juez de toda la Tierra, y por eso es que juzga

y pelea; y tiene una espada aguda que sale de Su boca, lo

cual es la Palabra.
“Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a
gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del
cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,
para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y
carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y
carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.
Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos,
reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo,
y contra su ejército.
Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que
había hecho delante de ella las señales con las cuales
había engañado a los que recibieron la marca de la bestia,
y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados
vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.
Y los demás fueron muertos con la espada que salía de
la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se
saciaron de las carnes de ellos.”
22. Esto es Cristo con Su Iglesia. Y cuando ya estemos
transformados y los muertos en Cristo resucitados, ése es

este Ejército con Cristo; Cristo a la cabeza de Su poderoso
Ejército.
23. Ahora, en estas promesas apocalípticas hay grandes
misterios sellados aquí, entre los cuales hay algunos de los

cuales no se puede hablar abiertamente, porque daría a
conocer toda la estrategia militar celestial que Cristo estará
usando en este tiempo final.
24. Recuerden que en la Primera Venida de Cristo, Cristo
ocultó muchas cosas; aun cuando bajó del Monte de la

Transfiguración, dijo a Sus discípulos: “No digan a nadie
que yo soy el Cristo.” O sea, que no fueran a decir que
Jesús era el Señor, el Cristo. Vamos a ver San Mateo,

capítulo 17, verso 9 en adelante, dice:
“Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó,
diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del
Hombre resucite de los muertos.”
25. No podían decir a la gente la visión que habían tenido.
En otros lugares nos habla también de que Cristo les dijo

que no dijeran a las personas que Él era el Cristo. Por lo
tanto, hay cosas siempre en el Programa Divino que pueden
ser habladas, pero hay otras que no pueden ser reveladas
hasta que se cumpla el tiempo y Dios realice lo que Él tiene
para llevar a cabo.
26. Ahora, ¿por qué? ¿por qué Cristo en algunas ocasiones
decía que no dijeran que Él era el Cristo, el Mesías? Así,

guardando eso en secreto, evitaba mayor persecución, y
evitaba muchos problemas a Sus discípulos. Ahora, hay
cosas que quedan reservadas hasta que sean cumplidas.
27. Ahora, veamos acá en Daniel. Vimos que la bestia es
apresada acá en Apocalipsis, capítulo 17 y capítulo 19.

28. Ahora, vamos a ver aquí en Daniel, capítulo 7, versos
8 en adelante, dice... Esto está hablando del cuarto imperio,

el imperio romano. Dice:
“Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que
otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él
fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí
que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que
hablaba grandes cosas.”
29. Está hablando de la cuarta bestia que aparece aquí en el
verso 7. Dice:
“Después de esto miraba yo en las visiones de la noche,
y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran
manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de
hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con

sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi
antes de ella, y tenía diez cuernos.”
30. Y ahora, esos diez cuernos pues son diez reyes. Ahora
continuemos en el verso 9, dice:

“Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se
sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la
nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono
llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.
Un río de fuego procedía y salía de delante de él;
millares de millares le servían (esos son los escogidos), y
millones de millones asistían delante de él (esos son los que
serán juzgados); el Juez se sentó, y los libros fueron
abiertos.
Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes
palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron
a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser
quemado en el fuego.”
31. Aquí también, vean, el Profeta Daniel vio lo mismo que
había visto el Apóstol San Juan.

“Habían también quitado a las otras bestias su domi-
nio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto
tiempo.”
32. O sea, que las otras bestias, que son los otros imperios
anteriores al romano: el imperio griego, el imperio medo-

persa y el imperio babilónico... Vean, “le habían también
quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido
prolongada la vida hasta cierto tiempo”; o sea, que esos
imperios y esos países continuaron, pero ya su poder, su
dominio como imperios, había terminado. Pero siguieron
existiendo esos países donde estaba Babilonia: eso es el
territorio de Irak, y todo eso más abajo también; y los
medo-persa y luego los griegos, todavía esos lugares están.

Pero con la Piedra no cortada de manos, cuando hiera la
imagen en los pies de hierro y de barro cocido, el juicio
para todos esos demás lugares de esas etapas de ese reino
de los gentiles, esos lugares recibirán un juicio divino; han
recibido un juicio temporal, pero vendrá un juicio que
cubrirá el planeta Tierra completo; y eso será durante la
gran tribulación.
33. Ahora, vimos que el Profeta Daniel había visto de
antemano las mismas cosas que había visto el Apóstol San

Juan, o que vio el Apóstol San Juan.
34. Ahora, vean lo que dice el Rvdo. William Branham en
el Mensaje: “Las Setenta Semanas de Daniel.” En este

Mensaje dice... en el párrafo 68:
“El Espíritu de sabiduría viene a la Iglesia para hacer
conocer a la Iglesia por la revelación del Espíritu -introdu-
ciéndole a la Iglesia y revelándole en qué día estamos
viviendo. Lo mismo como Gabriel vino a Daniel, el Espíritu
Santo viene a la Iglesia en estos últimos días para revelar
estas grandes, profundas y secretas cosas. ¿Lo entienden?”
35. Ahora, veamos lo que le fue dicho a Daniel. En el
capítulo 9, verso 20 en adelante, dice (Daniel dice):

“Aún estaba hablando y orando, y confesando mi
pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi
ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi
Dios;
aún estaba hablando en oración, cuando el varón
Gabriel, a quien había visto en la visión al principio,
volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrifi-
cio de la tarde.
Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel,
ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.”
36. Y ahora, aquí un Arcángel es el que viene con el

Espíritu de Sabiduría, para darle sabiduría y entendimiento
al Profeta Daniel. Por eso le he llamado siempre al Arcán-
gel Gabriel: El Arcángel Profeta de la sexta dimensión,
porque está trayendo profecías de las cosas que han de
suceder.
37. O sea, que no fue Daniel el que profetizó, fue el
Arcángel Gabriel. En el Nuevo Testamento también le

profetizó al sacerdote Zacarías que iba a tener un hijo, y le
profetizó algo que era imposible para el sacerdote Zacarías,
que ya estaba avanzado en edad, y su esposa también; y
luego le profetizó a la virgen María que iba a tener un niño,
y que iba a ser el Hijo de Dios, y que le pusiera por nombre
Jesús. Dice:
“Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he
venido para enseñártela, porque tú eres muy amado.”
38. Y qué bueno es cuando los Ángeles de Dios le dicen a
uno que uno es muy amado allá en el Cielo. Es una cosa

muy grande saber que uno es amado en el Cielo.
“Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.”
39. Y ahí comienza a hablarle de las setenta semanas. Por
lo tanto, la profecía que está en el libro de Daniel no fue

una profecía de Daniel, sino del Arcángel Gabriel, revelan-
do todo esto al Profeta Daniel, y el Profeta Daniel lo
escribió.
40. Ahora, es como cuando el Ángel que le aparecía al
Rvdo. William Branham, le habla y le dice en la página 12

y 13 del libro de “Citas,” párrafo 97, dice... Esto fue
cuando le mostró una... en visión, un lago con muchos
peces, y le dijo: “Yo te enseñaré a pescar.” Y le dijo los tres
pasos que tenía que seguir, y los tres halones que tenía que
dar: uno primero, lento; luego uno más rápido; y luego el
tercer halón, que sería el que tomaría los peces grandes. Y

los peces grandes representan a los escogidos de Dios.
41. Dice... Y luego dice que cuando le tocó el tercer halón,
dio un halón tan fuerte que sacó el anzuelo con todo y

carnada, y la línea fuera del agua, y se le volvió un paquete
de hilo enredado todo, y con una pesca del tamaño de la
carnada; eso fue lo que pudo pescar.
42. El primer halón fue cuando le fue dada la señal en el
brazo, donde ponían sus manos sobre las manos del

hermano Branham, sobre la mano del hermano Branham;
y los que tenían alguna enfermedad, al hacer contacto con
la mano, esa enfermedad se reflejaba en el brazo, y por
ciertas vibraciones el Rvdo. William Branham sabía qué
enfermedad era; el brazo se hinchaba y tomaba ciertos
colores también. Y él llegó a mostrar su brazo delante del
público, y colocaba las manos y se veía todo lo que suce-
día. Y después salieron imitadores tratando de hacer lo
mismo.
43. Luego la segunda señal fue cuando le fue ordenado
hacer otras cosas, y él públicamente las hizo, cuando el

Ángel le había dicho que guardara silencio; y entonces
venían otros haciendo las mismas cosas, ¿y qué pasaba?
Pues el público en vez de tener su mirada puesta en el
Rvdo. William Branham, donde estaba Dios obrando, la
puso luego en otras personas; y apartaron el pueblo del
ministerio correspondiente a la séptima edad. Y por eso
surgieron todos esos imitadores que hicieron que el pueblo
se apartara de la dirección del Espíritu de Dios, que estaba
en el Rvdo. William Branham guiando al pueblo.
44. Luego la Tercera Etapa era la más importante. En la
Tercera Etapa hay algo muy, pero que muy importante.

Miren lo que dice aquí de la Tercera Etapa: En la página
102, párrafo 881, dice... hablando de Jezabel, que es tipo y

figura de la bestia y de esa mujer que viene sobre la bestia,
de la mujer que viene sobre la bestia. Dice:
“Y esa moderna Jezabel que ha desviado y embrujado
bajo la hechicería de su poder hasta que toda la nación
estaba corrompida, y Elías se paró solo en la montaña.”
45. ¿Dónde se paró Elías? En la montaña, en el Monte
Carmelo; y el Monte Carmelo es tipo y figura de la Iglesia

“Dios dijo, ¿No crees tú que tengo siete mil allá,
honestos de corazón todavía? (Porque Elías creía que él
solo había quedado. Dice:) Esta es tu segunda etapa, y al
tercero regreso por ellos.”
46. O sea, en la Tercera Etapa es que regresa el Espíritu
Santo, Cristo, en el Ministerio de Elías, por los hebreos del

Día Postrero, así como regresó por los siete mil que no
habían doblado sus rodillas a Baal. Y en la Tercera Etapa
es que Dios llamará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.
47. Esa Tercera Etapa es la más importante de todo el
Programa de Dios. Bajo esa Tercera Etapa, la cual es (dice

el Rvdo. William Branham) para la Novia, dice también
que será para las vírgenes insensatas (o sea, las vírgenes
fatuas, las que no tenían aceite en sus lámparas; o sea, el
resto del cristianismo), y para el mundo (o sea, para los
incrédulos).
48. Y él muestra... Vamos a ver, en el Mensaje: “Almas
encarceladas...” En el Mensaje: “Almas encarceladas,”

página 48, dice:
“Fíjense en las Escrituras agrupadas aquí. ¿Podría
ser? ¿Es la tercera Etapa para predicar a los perdidos
eternamente, los cuales han rechazado el Mensaje de
salvación?
Ud. dirá: “Pues la iglesia seguirá...”

Sí, ellos seguirán igual como siempre. Pero RECUER-
DEN: Por todo este tiempo Noé estaba en el arca. Igual-
mente, la Novia está sellada adentro con Cristo. El último
miembro ya habrá sido redimido (o sea, habrá recibido a
Cristo como su Salvador, habrá obtenido el perdón de sus
pecados, habrá sido lavado con la Sangre de Cristo, habrá
sido bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo,
y habrá recibido el Espíritu Santo, y habrá obtenido el
nuevo nacimiento; y habrá entrado, por consiguiente, al
Reino de Dios, y estará redimido). El Sexto Sello se habrá
producido y el Séptimo Sello lo trae de nuevo a la tierra. El
Cordero vino y tomó el Libro de la diestra del que estaba
sobre el trono, y luego se sentó y reclamó lo que era Suyo,
lo que había redimido. ¿Correcto? Siempre ha sido esa
tercera Etapa.
El número tres es el número de perfección. El ministe-
rio llegó a su perfección cuando reprodujo a Jesucristo
nuevamente en lo natural, entre seres humanos, así como
fue predicho: “Así como fue en los días de Lot.” ¡PIÉNSE-
LO! La gente continuará predicando y pensando que están
siendo salvos; creerán que están haciendo bien y que sus
organizaciones están creciendo. Cierto. Pero no habrá ni
la menor esperanza. Y ahora, si esa visión fue eso y ha sido
tan duro en contra de las mujeres, entonces hemos llegado
a esa hora. La puerta está cerrada. Es el fin. El Libro ya
está en Su mano.”
49. Y sigue diciendo aquí... Esto es muy importante. Dice:
“Déjenme decirles esto antes de terminar. Ya vamos a

terminar. Hay una historia de algo que sucedió en Irlanda,
allí frente al océano. Hay una bajada al mar, de pura
piedra, allí a lo largo de la costa. Y había un hombre
caminando por allí un cierto día, pero era a la misma hora

cuando estaba por entrar la marea. Y allá arriba sobre el
cerro, vivía un hombre muy sabio (o sea, un hombre que
tenía mente con sabiduría; era el hombre con la mente de
sabiduría, con mente de sabiduría, con espíritu de sabidu-
ría)... Y allá arriba sobre el cerro, vivía un hombre muy
sabio, quien conocía las mareas. ¡Él conocía el tiempo del
día cuando las mareas debían llegar! Él sabía a qué hora
llegaban; pero a este caminante no le importaba la hora en
que llegaban, él era uno de esos ‘sabelotodo’ que tenía sus
propias ideas; era un hombre atlético e inteligente, pero no
conocía el tiempo de las mareas. Él no conocía esa parte
del país. No conocía el tiempo correcto de la señal, cuando
la luna desaparecía del horizonte de la tierra. ¡Hermano,
cuando llegue el tiempo en que Dios quite Su Espíritu de la
tierra, entonces no hay más nada! Allí será el fin. Si esta
luna se saliera de su órbita, las aguas inundarían la tierra
como fue cuando Dios comenzó en Génesis capítulo uno.
Pero allí está la luna, y cuando apenas se mueve un
poquito, las mareas comienzan a entrar. Este hombre sabio
vivía allí en la presencia del mar y sabía a qué tiempo
entraban; pero este otro hombre no sabía. Él nunca había
estudiado tal cosa no le importaba nada. El hombre sabio
corrió y le gritó: “Amigo, ¿cómo te atreves a proseguir
más? ¡Vuélvete pronto porque allí está la pared y no vas a
poder subirla! ¡Vas a perecer! ¡Las señales ya están! ¡La
marea entrará de repente y no podrás volver, no camines
más!
Entonces el otro hombre miró al sabio y se rió y le
gritó: ‘Ve, cuida de lo tuyo. Yo bien sé lo que puedo y lo
que no puedo hacer.’ En eso entró la marea y lo atrapó.”
50. Ahora vean, ¿el hombre sabio dónde vivía? En la parte
alta, sobre la montaña. Y en la parte alta del Monte de Dios

eso es la Edad de la Piedra Angular; en donde conforme a
la promesa habrá una mente que tenga sabiduría para
comprender todos estos misterios del libro del Apocalipsis,
que son los mismos misterios del libro de Daniel. Y así
como vino el Arcángel Gabriel a Daniel y le reveló todas
esas cosas, de las cuales el Profeta Daniel quiso saber
algunas: cuándo sería el tiempo; y le fue dicho: “Esto está
cerrado hasta el tiempo del fin.” A Juan cuando quiso
escribir lo que los truenos hablaron, le fue dicho: “No los
escribas, no escribas lo que los truenos han hablado.”
51. Ahora, podemos ver que el mismo Espíritu de Dios que
vino manifestado para revelarle a Daniel aquellas cosas es

el mismo Espíritu Santo que viene en el tiempo de Juan el
Apóstol para revelarle todas esas cosas, pero quedan
selladas. Toda la historia de la Iglesia de Jesucristo está
contenida de antemano en el libro del Apocalipsis.
52. Ahora, vamos a ver algo más, aquí donde nos habla
acerca de este tiempo final, para que tengamos el cuadro

claro. En el tiempo de Noé Dios envió Su Misericordia al
mundo antediluviano a través del Profeta Noé, allí estaba
la Misericordia de Dios manifestada para toda la humani-
dad; pero ellos pensaron que lo que Noé estaba diciendo no
era correcto. Pero Noé era un Profeta dispensacional, y por
consiguiente Noé tenía la revelación divina de todas las
cosas que iban a suceder.
53. Ahora, vamos a ver aquí lo que está prometido. Página
52 y 53 (en el libro de “Citas,” página 114, párrafo 1002).

Vamos a leer aquí. Dice... orando el Rvdo. William Bran-
ham, dice:
“Señor, ¿todavía hay gracia? Permite que yo esté
equivocado en esto; que no sea como yo pienso, que no sea
así; antes por el contrario, que la gente todavía pueda

llegar a ser salva. Concédelo Señor.”
54. Más abajo dice:
“Señor Jesús, yo he hecho lo mejor posible. He hecho

todo lo que sabía hacer. Concede, Señor, que las puertas
de la misericordia todavía estén abiertas para estos
centenares de almas que te están buscando en esta hora.
Señor, quita toda mancha de pecado y déjalos entrar hoy.
Te ruego con todo mi corazón mientras vemos que esto no
es simplemente alguien hablando, sino las mismas Escritu-
ras señalándonos esta hora.
Y aquella visión cuando yo era un muchacho donde vi
esa gente en aquella condición, y luego pensar que el
infierno mismo (si la misericordia ha sido quitada de la
tierra), el infierno mismo está por toda la tierra; y la gente,
Señor, se encuentra en estas condiciones tan horrorosas.
Dios Todopoderoso, ruego que derrames sobre esta Iglesia
escogida Tus bendiciones para que ellos puedan recibir un
ministerio de testimonio como el que tuvo Lot y como el
que tuvo Noé y aun como el que tuvo Jesús para con los
perdidos eternamente (o sea, el ministerio que tuvo Jesús
con los perdidos eternamente fue cuando Cristo murió y
descendió en Su cuerpo angelical al infierno, bajó en
Espíritu)... como el que tuvo Jesús para con los perdidos
eternamente; que ellos mismos estén sellados en el Reino
de Dios por medio del testimonio de Jesucristo siendo el
mismo ayer, hoy y por los siglos.”
55. Y ahora, vamos a ver aquí el párrafo 1002. Dice:
“Y tiene que haber un ministerio que les predique. Pero

recuerden, para ese tiempo ya todo habrá cesado. ¡Es una
cosa horrenda! Habrá un ministerio que mostrará grandes
maravillas, Joel así lo dijo. Pero no habrá tiempo para la
redención. Todo entonces es terminado, porque el Cordero

ya habrá tomado su Libro y la redención habrá cesado.
Jesús predicó y fue rechazado; luego prosiguió hacia
aquellos que estaban encarcelados y no podían arrepentir-
se; ya no había tiempo para la salvación. ¡Ése mismo
ministerio tendrá que repetirse! ¿Que tal si eso pudiese ser
la Tercera Etapa, a los que están perdidos eternamente?”
56. Y ahora, ¿cuál es el Ministerio profetizado que hará
grandes maravillas? El Ministerio de Elías en su quinta

manifestación; y eso cumplirá la Visión de la Carpa en
toda su plenitud, cuando se complete el número de los
escogidos de Dios, y Cristo termine Su Obra de Intercesión
en el Cielo, se levante del Trono del Padre, del Trono de
Intercesión, tome el Título de Propiedad, lo abra en el
Cielo, y haga Su Obra de Reclamo, resucite a los muertos
en Cristo en cuerpos glorificados, y nos transforme a
nosotros los que vivimos.
57. Cuando Cristo termine Su Obra de Intercesión se habrá
completado ¿qué? La Iglesia del Señor Jesucristo, y

entonces viene la resurrección de los muertos en Cristo en
cuerpos glorificados y la transformación de nosotros los
que vivimos; viene la Adopción física, que es nuestra
transformación. Y por consiguiente, el Mensajero del Día
Postrero, que tendrá el Ministerio del Día Postrero, será
adoptado; y entonces vendrán los milagros y maravillas a
nivel mundial. Y ahí es donde el pueblo hebreo verá a
Cristo manifestado en toda Su plenitud, el Espíritu Santo
manifestado en toda Su plenitud, y dirán: “Éste es el que
nosotros estamos esperando.”
58. Ellos están esperando a Elías y están esperando la
Venida del Mesías. Por lo tanto, ellos verán grandes señales

y maravillas. ¿Dónde? En el Monte de Dios, que es el
Monte Carmelo espiritual, verán ahí la Tercera Etapa en

toda su plenitud; y dirán los hebreos: “Esto es lo que
nosotros estamos esperando.” Pero Él viene por Su Iglesia.
Por lo tanto, la Iglesia de Jesucristo tendrá la Tercera Etapa
en toda su plenitud.
59. Dice el Rvdo. William Branham hablando de las
grandes maravillas y milagros que Dios hizo a través de él,

y de esas cinco muestras que él tomó de entre todo lo que
Dios había hecho; porque fue un número mayor que fue
realizado todo esto de la Palabra siendo hablada y las cosas
viniendo a existencia; pero él tomó cinco, cinco... dice:
“Cinco veces he visto la mano de Dios manifestada, la
poderosa mano de Dios.”
60. Nos habla de la creación de las ardillas. No hubo allí
nada que él tomara para hablar la Palabra, y del polvo de la

tierra, de alguna cosa, convertirse en una ardilla o en
ardillas; solamente (no había nada) habló la Palabra y vino
a existencia lo que fue hablado. Como cuando Moisés, pero
Moisés tomó polvo de la Tierra (ahora...) o hirió la tierra
con la vara.
61. Pero vean, ¿quién era el que hacía esas cosas? El Ángel
de Jehová, el que estaba con y en Moisés. Era el Ángel de

Jehová, no era Moisés; porque ningún hombre tiene ese
Poder Creador, solamente Dios. Y el Poder Creador de
Dios está en el Ángel de Jehová, porque el Ángel de Jehová
es el cuerpo angelical de Dios, el cual es Cristo en Su
cuerpo angelical, la imagen del Dios viviente.
62. Por eso después cuando se hizo carne el Verbo, el
Ángel de Jehová, luego ese Poder Creador estaba en el velo

de carne, en Jesús. Pero no era el velo de carne el que hacía
esos milagros, sino el que estaba dentro de él. Fue visto el
Poder Creador manifestado a través de Jesús.
63. Y ahora, el Rvdo. William Branham también nos habla

de la resurrección del pececito que llevaba ya como media
hora. Y él dice que si pudo resucitar un pececito, puede
resucitar a los creyentes que han partido. Vean, vamos a
verlo aquí, y después continuaremos allá. Página 166 del
libro de “Citas,” párrafo 1476, dice:
“Si Él está interesado a hablar la Palabra de vida a un
pequeño pez insignificante recostado allí muerto, en el
agua, por media hora, Él ciertamente puede hablar Vida a
Sus hijos algún día. No importa si su cuerpo no sea más
que una cucharada de polvo (o sea, para los que están
muertos, pero son creyentes), Él hablará, y le contestare-
mos algún día.”
64. El Rvdo. William Branham también hablaba mucho de
que él iba a escuchar la Voz de Cristo e iba a resucitar,

porque él ya sabía que él tenía que irse.
65. Ahora vean, el pececito que llevaba como media hora
de muerto allí sobre el agua: tipo y figura de los muertos en

Cristo, y sobre todo de los muertos en Cristo de este tiempo
final; pero también cubre a todos los muertos en Cristo de
edades pasadas.
66. Vean en la forma que tipificó la resurrección de los
muertos en Cristo, como también Cristo la tipificó en la

resurrección de Lázaro, un pez también. ¿Cómo que un
pez? Pues los creyentes están tipificados en peces. Cristo
dijo: “Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores de
hombres.”
67. Por lo tanto, el cristianismo, y por consiguiente los
cristianos, están representados en peces. En la parábola de

la red también nos habla de la red que es echada al mar, y
luego es sacada, y se recoge lo bueno en cestas y lo malo se
echa fuera. Dice: “Así será en el fin del siglo o de este
siglo: saldrán los Ángeles y apartarán a los...” Vamos a ver

cómo lo dice: Capítulo 13, verso 47 en adelante, dice... de
San Mateo:
“Asimismo el reino de los cielos es semejante a una
red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;
y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, reco-
gen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.
Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y aparta-
rán a los malos de entre los justos,
y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y
el crujir de dientes.”
68. Los malos serán echados al horno de fuego, que será la
gran tribulación, en donde se cumplirá Malaquías, capítulo

4, verso 1, donde dice que será un día ardiente como un
horno:
“He aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos
los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa;
aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los
ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.” (Malaquías,
capítulo 4, verso 1)
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el
Sol de justicia (o sea, la Segunda Venida de Cristo) y en sus
alas (que son los Ministerios de Moisés y Elías, Sus
Ángeles) traerá (salud) salvación.”
69. O sea, que en la Segunda Venida de Cristo con Sus
Ángeles viene la parte de la redención física, la salvación

física, nuestra transformación.
70. Y ahora, hemos visto aquí sobre la resurrección de los
muertos en Cristo, representada en un pececito que llevaba

como media hora de muerto sobre el agua, y también en la
resurrección de Lázaro.
71. Ahora, el Ministerio que hará grandes maravillas será
el Ministerio que el Espíritu Santo estará operando en el

Día Postrero en el Mensajero del Día Postrero, en el
Mensajero en el cual vendrá el Espíritu Santo para enseñar-
nos todas estas cosas que deben suceder pronto; y por
consiguiente, tendremos la Mente que tendrá la Sabiduría
de Dios para enseñarnos todos estos misterios del libro del
Apocalipsis, y que así tengamos la revelación clara de todas
estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
72. En Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice: “Sube acá, y
yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

73. Y luego en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice:

suceder pronto.”
74. Es por medio del Ángel del Señor Jesucristo que Dios
estará enseñando a Sus siervos las cosas que deben suceder

pronto, porque en él estará la Mente que tiene Sabiduría;
ésa es la Mente de Cristo; la Mente de Cristo la cual es
manifestada en medio de la Iglesia de Jesucristo de edad en
edad. Él manifiesta a Su Iglesia todas estas cosas corres-
pondientes a cada edad, por el Mensajero de cada edad. O
sea, que la Mente privilegiada que tiene esa Sabiduría de
Dios es la Mente de Cristo, es el Espíritu Santo.
75. Y, vean ustedes, aquí en San Juan, capítulo 14, verso
26, dice:
cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
76. Y ahora, ¿quién es el que enseña a la Iglesia todas las
cosas? El Espíritu Santo. El Espíritu Santo es esa Mente

que tiene toda la Sabiduría de Dios.
77. También en San Juan, capítulo 15, verso 26, dice:

“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os
enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede
del Padre, él dará testimonio acerca de mí.”
78. Y ahora, el que viene dando testimonio acerca de
Jesucristo es el Espíritu Santo: dio testimonio a través de

los apóstoles, dio testimonio a través de cada ángel mensa-
jero, y estará dando testimonio en este tiempo final.
79. Y en San Juan, capítulo 16, verso 12 en adelante, dice:
“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no

las podéis sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad (vean, el
Espíritu Santo, el Consolador, es también el Espíritu de
Verdad), él os guiará a toda la verdad.”
80. ¿Quién guiará a la Iglesia a toda la verdad? El Espíritu
Santo, de edad en edad.

“...porque no hablará por su propia cuenta, sino que
hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que
habrán de venir.”
81. Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice que
es el Ángel de Jesucristo el que dará a conocer todas las

cosas que habrán de venir, ¿por qué? Porque el Espíritu
Santo viene en el Ángel del Señor Jesucristo; y por consi-
guiente ahí estará la Mente que tiene Sabiduría, para poder
entender y dar a conocer todas estas cosas que deben
suceder pronto.
“El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo
hará saber.
Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que
tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
82. Y ahora, veamos aquí en Apocalipsis, capítulo 7, verso
2 en adelante, dice:
“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el

sol, y tenía el sello del Dios vivo.”
83. Un Ángel con el Sello del Dios vivo. ¿Y qué significa
eso? Efesios, capítulo 4, verso 30, dice:

“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual
fuisteis sellados para el día de la redención.”
84. Y ahora, este Ángel viene con el Sello del Dios vivo, un
Ángel sellado con el Espíritu Santo, un Ángel en el cual

viene el Espíritu Santo manifestado.
“...y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a
los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de
hacer daño a la tierra y al mar,
diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los
árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los
siervos de nuestro Dios.
Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro
mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel (y
comienza a enumerar doce mil de cada tribu).”
85. Y ahora, ¿no eran dos Ángeles, Moisés y Elías, los que
llamarían a los judíos, y aquí solamente aparece uno?

Porque el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo es el
Ángel que viene con el Espíritu Santo, y el Espíritu Santo
en él viene operando el Ministerio de Moisés y el Ministe-
rio de Elías. Por eso viene para llamar y juntar ciento
cuarenta y cuatro mil hebreos.
86. Y en la página 399 del libro del libro de “Los Se-
llos,”dice el Rvdo. William Branham. Le preguntan en la

pregunta número 11:
solamente el espíritu de Elías en otro hombre?
(La contestación fue:) Yo he pensado que será un
hombre de este tiempo ungido con ese espíritu; porque

allá, cuando Elías ya había subido y Eliseo se encontró con
los hijos de los profetas, ellos dijeron: ‘El espíritu de Elías
reposó sobre Eliseo.’ Es que Eliseo obró igual a Elías.”
87. Y ahora, vean lo que decía el Rvdo. William Branham
que él creía: que él creía, que él pensaba, que era un

hombre de este tiempo ungido con ese espíritu. Siempre ha
sido así: vino Elías Tisbita, y después cuando vino el
espíritu de Elías por segunda vez era el espíritu ministerial
de Elías en otro hombre, en Eliseo; es que Eliseo obró igual
a Elías.
88. En la página 449 dice:
“El único Espíritu que ha estado sobre la tierra, que yo

sepa, tendría que ser Elías (el único espíritu que ha estado
sobre la Tierra), como fue en su tiempo; y así fue predicho
que sería, porque su Espíritu fue nada menos que el
Espíritu de Cristo.”
89. ¿Ven? Cuando dice: “El único espíritu que yo conozco
que ha estado sobre la Tierra es el espíritu de Elías, porque

su espíritu fue nada menos que el Espíritu de Cristo.”
“Cuando Cristo vino, Él fue la plenitud, fue el Dios de
los profetas.”
90. Ahora, podemos ver cómo el Espíritu de Cristo obró a
través de Elías, a través de Eliseo, a través de Juan el

Bautista y a través del Rvdo. William Branham; y el
Espíritu de Cristo estará obrando en este tiempo final. Y
como Él es el que tiene los ministerios, Él opera los
ministerios correspondientes a cada tiempo en el instru-
mento que Él tiene para cada tiempo. Por eso San Pedro,
vean, nos dice en Primera de Pedro, capítulo 1, verso 10 en
adelante, dice:
“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada
a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca

de esta salvación,
escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el
Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de
antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que
vendrían tras ellos.”
91. El Espíritu de Cristo que estaba en ellos... era el
Espíritu de Cristo el que obraba a través de Moisés, a través

de Josué, a través de Elías; y así por el estilo a través de
cada Profeta.
92. Y ahora, veamos aquí la página 369, dice... del libro de
“Los Sellos”:
“Ya pronto será tiempo para que acontezca todo esto
del sexto Sello. Y cuando eso suceda, será el FIN. Y en esa
hora la Novia ya habrá subido. La Reina ya estará en su
lugar; mientras esto sucede sobre la tierra (o sea, mientras
sucede lo del Sexto Sello: la gran tribulación), ella estará
allá celebrando las bodas con el Rey. Entonces el remanen-
te de Israel es sellado y listo para salir, y en ese tiempo
comienzan a estremecerse las fuerzas de la naturaleza.
¡Qué tiempo!
Ahora fijémonos en los últimos dos versículos de
Apocalipsis 6, o sea, lo que sucederá con los que hicieron
mofa y se rieron de la predicación de la Palabra vindicada
del Dios Viviente. Estos profetas estarán allí y harán toda
clase de milagros, oscurecerán el sol, y todas esas cosas a
través de ese tiempo. Luego aquellos clamarán a las
piedras y a los montes que los escondan de la misma
Palabra de la cual antes se habían burlado, porque ahora
lo podían ver que venía. Decían: ‘Escondednos de la ira
del Cordero.’ Él es la Palabra. Ellos se habían burlado de
la Palabra, y ahora allí estaba la Palabra encarnada (o
sea, en un velo de carne). Ellos se habían mofado grande-

mente de esos profetas, pero ahora había venido la Pala-
bra encarnada. ¿POR QUE NO SE ARREPINTIERON? No
pudieron; ya era demasiado tarde. Y ellos conocían muy
bien el castigo que les esperaba; habían oído todo eso.
Ellos habían estado en cultos como éste, y habían escucha-
do todas esas cosas. Ellos sabían que estaban encarando
las mismas cosas que esos profetas habían predicho. Pero
lo habían rechazado; despreciaron la Misericordia de Dios
por última vez.”
93. ¿Cuándo es que la Misericordia de Dios es manifestada
por última vez? Bajo el Ministerio de los Ángeles del Hijo

del Hombre, bajo el Ministerio de los Dos Olivos, bajo el
Ministerio de Moisés y Elías.
94. Vean, y si los Ministerios de Moisés y Elías para el
pueblo hebreo es para el tiempo de la gran tribulación, para

el tiempo cuando ya Cristo habrá salido de en medio o
habrá salido del Trono de Intercesión, ¿cómo es entonces
que bajo el Ministerio de Moisés y Elías desprecien la
Misericordia por última vez? Vamos a ver, página 30 del
libro de “Las Edades,” dice:
“Ahora, ¿cuándo volverá el Evangelio a los judíos?
Cuando se haya terminado la dispensación de los gentiles
(o sea, cuando haya terminado la Dispensación de la
Gracia, cuando Cristo haya completado Su Iglesia). El
Evangelio está listo para volver a los judíos. Oh, si tan sólo
les pudiera decir algo que está a punto de suceder hoy, en
este nuestro día. Esta gran cosa que va a suceder recorrerá
hasta Apocalipsis 11...”
95. Y ahora, lo que correrá hasta Apocalipsis 11, vean, lo
que tiene que suceder, sucede primero en medio de la

Iglesia, mientras todavía la Dispensación de la Gracia está
vigente. Pero recorrerá ¿hasta dónde? Hasta Apocalipsis

11.
“...y aquellos dos testigos, aquellos dos profetas,
Moisés y Elías, trayendo el Evangelio de nuevo a los
judíos.”
96. Pueden ir miles de predicadores. Aun San Pedro trató
de convertir el pueblo hebreo a Cristo, y no pudo; San

Pablo también trató, y no pudo; y algunos Mensajeros
trataron, y no pudieron. Y cuando el Rvdo. William
Branham quiso ir, el Espíritu le dijo: “No vayas, no es el
tiempo todavía. Tiene que ser conforme a la Escritura.”
Conforme ¿a qué? A Apocalipsis 11.
97. Y cuando le preguntan si el cuarto Elías es el mismo
quinto Elías que le llevará el Evangelio a los judíos, él dice:

“No, es otro.” Por lo tanto, él no podía ir, porque él era el
cuarto Elías, y no tenía con él nada más que el Ministerio
de Elías en su cuarta manifestación; el Ministerio de
Moisés no estaba en él siendo operado; y el Ministerio de
Elías por quinta vez no estaba siendo operado por el
Espíritu Santo en él. Por lo tanto, no podía romper el orden
profético establecido por Dios. Dice:
“Moisés y Elías, trayendo el Evangelio de nuevo a los
judíos. Estamos listos. Todo está en orden. Igual como los
judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, así también los
gentiles se lo llevarán de regreso a los judíos, y el Rapto
sucederá.”
98. Y ahora, dijo que era Moisés y Elías quienes le llevaban
el Evangelio a los judíos, y ahora dice: “Así como los

judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles lo
llevarán a los judíos.” Coloca el Ministerio de Moisés y
Elías, ¿dónde? Entre los gentiles, en la Iglesia del Señor
Jesucristo.
99. ¿Dónde estaban los dos olivos cubiertos de oro?

¿Dónde estaban los dos querubines de olivo cubiertos de
oro en el templo que construyó Salomón? En el lugar
santísimo.
100. Por lo tanto, en la Edad de la Piedra Angular, que es el
Lugar Santísimo del Cuerpo Espiritual de Cristo, es que

aparecen los Ministerios de Moisés y Elías, de los Dos
Olivos, siendo operados por el Espíritu Santo en el Día
Postrero. Y ahí estará la Mente que tiene Sabiduría.
101. Por eso bajo esos ministerios el Espíritu Santo va a
volver el Evangelio al pueblo hebreo, lo llevará de entre los

gentiles al pueblo hebreo. También encontramos en la
página 34 y 35 del libro de “Las Edades,” dice... hablando
de José revelándose al pueblo hebreo, dice:
“Al fin y al cabo trajeron al que había faltado, Benja-
mín (o sea, eso representa los ciento cuarenta y cuatro mil
hebreos). Fue el pequeño Benjamín, el hermano de sangre
pura, que hizo arder su alma. Y cuando nuestro José,
Jesús, venga al pueblo que ha guardado los mandamientos
de Dios, los cuales han regresado a la Palestina, Su alma
arderá. El pequeño Benjamín tipificaba los ciento cuarenta
y cuatro mil israelitas de toda la tierra que han vuelto a la
Palestina para su redención. Ellos estarán allí listos para
recibirle, Quien conociendo acertadamente es Vida Eterna.
Ellos dirán: ‘Éste es nuestro Dios a Quien hemos espera-
do.’ Entonces verán al que traspasaron.”
102. Ahí podemos ver lo que estará sucediendo cuando
Cristo complete Su Iglesia, y resucite a los muertos en

Cristo, y nos transforme a nosotros los que vivimos. Por
eso los grandes milagros y maravillas tienen un tiempo; y
será cuando Cristo haya completado Su Iglesia.
103. Cuando Cristo complete Su Iglesia bajo el Ministerio
del Día Postrero, entonces adoptará a Su Ángel, y entonces

vendrá ahí la Adopción para todos; y entonces vendrán los
milagros y maravillas que están prometidos en las Palabras
Proféticas de los Profetas del Antiguo Testamento y
también del Nuevo Testamento, y las Palabras Proféticas
del Rvdo. William Branham. Y entonces los grandes
milagros y maravillas estarán siendo vistos.
104. Y dice el Rvdo. William Branham que lo que fue visto
bajo el ministerio que él tuvo, eso es amateur, comparado

con lo que Dios se prepara para hacer. Para ese tiempo
habrá una apretura contra la Iglesia-Novia del Señor
Jesucristo; pero lo importante es que vamos a ser transfor-
mados y vamos a ir con Cristo a la Cena de las Bodas del
Cordero.
105. En la página 22, párrafo 176, dice:
“Cuando vean a Jesucristo viniendo por la Novia, ellos

106. Y más abajo en ese mismo párrafo, dice:

ellos lo vean a Él, ellos dirán: ‘Éste es el que hemos
esperado, allí está Él’ Él se levantará con sanidad en Sus
alas.”
107. Es bajo un tiempo en donde habrá sanidad física, pero
también habrá la sanidad total, que será nuestra transfor-

mación, en donde usted estará sano para toda la eternidad.
Ésa es la sanidad mayor.
108. Ahora, hemos visto que algo grande está por suceder. Y
cuando comenzamos muchos años atrás, pues estábamos...

digamos, desde el 74, para poner una fecha más o menos;
cuando comenzamos a recibir la Palabra, la revelación
divina para la Edad de la Piedra Angular, hasta nuestro
tiempo, ya han transcurrido unos 29 años, para 30 años; y

eso significa que estamos 30 años más cerca de nuestra
transformación. Y una obra tenía que ser llevada a cabo
para recoger a todos los escogidos del Día Postrero. Una
edad tenía que abrirse totalmente, y ser llamado cada
escogido en este tiempo final.
109. Ahora, eso fue lo que fue mostrado, y por eso hemos
estado trabajando en la Obra Misionera.

110. ¿Quién se iba a imaginar que Dios tenía tanta simiente
en la América Latina y el Caribe, y ahora en África? En

África muchos ministros de diferentes iglesias denomina-
cionales, y también congregaciones que creen el Mensaje
de nuestro hermano Branham, están clamando porque les
lleven más Mensajes, más literatura, y que tengan reunio-
nes con ellos.
111. Nuestro hermano Bermúdez estuvo allá, nuestro
hermano Tirzo también, nuestro hermano Gian del Corto

también, y algunos ministros. Y es algo maravilloso lo que
está sucediendo allá. Solamente con reuniones de ministros
es bastante trabajo; y ellos le llevan luego el Mensaje a
todos ellos; y lo que ellos dicen es que sabían que Dios
había prometido que algo más vendría, y ellos lo estaban
esperando. No tienen problemas ellos para recibir lo que
Dios tiene para nuestro tiempo.
112. Y nuestro hermano Branham dijo que vendría algo más
para la Iglesia, y él dijo que vendría una Edad de Piedra

Angular; sería una Edad Perfecta. Y en el Mensaje: “La
estatura de un hombre perfecto,” página 4, habla de esa
Edad Perfecta y habla de la subida a esa Edad Perfecta.
113. Ahora, podemos ver que lo que ha estado sucediendo en
nuestro tiempo es algo que estaba prometido y que ha ido

en una forma progresiva.
114. Quizás cuando todo comenzó en el año 74, quizás en

algunos países pensaron: “Ni a la vuelta de la esquina, ni a
la esquina van a llegar.” Pero miren, hemos llegado a toda
la América Latina, el Caribe, también a España, también al
África, y vamos a llegar hasta donde dice que vamos a
llegar: hasta el pueblo hebreo; porque el Evangelio será
llevado de entre los gentiles a los hebreos.
115. Y si va a ser llevado de entre los gentiles, tiene que
haber una edad que esté vigente, y donde esté el Espíritu

Santo obrando, y donde esté un Mensajero con el Mensaje
que el pueblo hebreo va a recibir; y tiene que tener la
Lluvia Tardía y Temprana, la Lluvia Tardía de la Enseñan-
za de la Segunda Venida de Cristo y la Lluvia Temprana de
la Enseñanza de la Primera Venida de Cristo.
116. Y ningún Mensajero en el pasado tuvo ambas Lluvias,
ambas enseñanzas. Solamente para el Día Postrero habrá

uno que tendrá la Mente privilegiada de Cristo operando en
él, para dar a conocer estos misterios correspondientes a
este tiempo final, los cuales no fueron revelados en tiempos
pasados.
117. Aunque los apóstoles y los Mensajeros tuvieron la
Mente privilegiada de Cristo, del Espíritu Santo operando

en ellos, pero con todo y eso, la Mente privilegiada de
Cristo no reveló esos misterios correspondientes a este
tiempo, sino que habló, profetizó, de esos misterios que
serían abiertos en este tiempo final. Y el misterio más
grande de todos es el misterio del Séptimo Sello, que es el
misterio de la Segunda Venida de Cristo.
118. Bajo la manifestación del misterio del Séptimo Sello
vendrán las plagas, las copas, los juicios divinos. Bajo el

misterio del Séptimo Sello vendrá el fin de las copas, el fin
del mundo, y la introducción al Milenio.
119. Vamos a ver dónde está por aquí: Página 464 y 465 del
libro de “Los Sellos,” dice:
“Debemos recordar que este séptimo Sello es el fin del
tiempo de todas las cosas. Correcto. Las cosas escritas en
el Libro de la redención, sellado desde antes de la funda-
ción del mundo con siete sellos, todo termina. Es el fin de
este mundo agitado; el fin de la naturaleza agitada y es el
fin de todo. En eso también encontramos el fin de las
Trompetas, de las Copas, de la tierra; y aun es el fin del
tiempo. El tiempo termina, así nos lo dice la Biblia en
Apocalipsis 10:1-7, donde el Ángel dijo: ‘El tiempo no será
más.’ Y eso será en el día cuando este gran evento suceda.
Allí todo termina.
Al final de este séptimo Sello es el fin de la edad de la
iglesia; es el fin del séptimo Sello.”
120. El fin... Ahora, siendo que el Séptimo Sello es la
Segunda Venida de Cristo, entonces tendrá un principio y

un fin. Como la Primera Venida de Cristo tuvo un princi-
pio, naciendo a través de la virgen María en Belén de
Judea; ahí comenzó: cuando fue engendrado, ahí fue el
principio, y nació; todo eso fue el principio. Y el fin:
cuando murió en la Cruz del Calvario; y luego, cuarenta
días después, ascendió al Cielo; ahí terminó en la Tierra la
Primera Venida de Cristo. Ya se fue.
121. Y el Séptimo Sello, vamos a ver si tiene un principio y
tiene un fin, porque aquí nos habló del fin del Séptimo
Sello.
122. Ahora, página 472, luego continuamos con la página
464. La 472, dice:

“Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello).”
123. Ahora, el Mensaje del tiempo del fin es ¿qué? El
Séptimo Sello. El Mensaje del tiempo del fin es el Mensaje

de la Segunda Venida de Cristo; y el Mensaje de la Segun-

da Venida de Cristo es el Mensaje del Evangelio del Reino,
que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo.
“Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello).
Él nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del
séptimo. El Sello del tiempo del fin, cuando empiece será
algo completamente secreto, según la Biblia.”
124. Y ahora, cuando el Séptimo Sello comience será algo
secreto. ¿Ven? El comienzo del Séptimo Sello.

125. Ahora, tiene comienzo y tiene fin. Continuamos:
“Al final de este séptimo Sello es el fin de la edad de la

iglesia; es el fin del séptimo Sello; es el fin de las Trompe-
tas; es el fin de las Copas y aun es el fin de la entrada al
Milenio. Todo eso es contenido en el séptimo Sello.”
126. Y luego sigue hablando acerca del Séptimo Sello como
un cohete, que es lanzado y explota en el aire, hace unas

explosiones, y así por el estilo. O sea, que el Séptimo Sello
tendrá ciertas manifestaciones grandes, como explosiones;
y cosas sucederán; o sea, etapas.
“Es como disparar un cohete al aire. Este cohete hace
una explosión por aquí cerca y luego mucho mas alto hace
otra explosión y de allí salen cinco estrellas. Una de esas
cinco hace una explosión y de allí salen otras cinco
estrellas y una de esas estrellas explota y de allí salen otras
cinco estrellas, y después desaparece gradualmente. Así es
el séptimo Sello.”
127. O sea, así es la Segunda Venida de Cristo; porque el
Séptimo Sello explota para las vírgenes prudentes, explota

para las vírgenes fatuas y explota para los perdidos; o sea,
todas esas son etapas, explosiones. Con una explosión que
es para un grupo, no puede alcanzar a otro grupo; por lo
tanto, tiene diferentes etapas. El Séptimo Sello estará
pasando por diferentes etapas.

“Así es el séptimo Sello. Allí termina el tiempo para el
mundo. Es el fin del tiempo para esto y aquello y todas las
cosas. Todo termina con el séptimo Sello (o sea, todo
termina con la Segunda Venida de Cristo).”
128. Y nuestro tiempo de gemir en estos cuerpos mortales
terminará también, porque seremos transformados y todo

terminará, todo lo terrenal terminará para nosotros; y
estaremos en cuerpos eternos y glorificados.
“Todo termina con el séptimo Sello. Ahora, ¿cómo lo
va a hacer Dios? Eso es lo que no sabemos, no lo sabemos.
En esto será el tiempo para todas estas cosas y la entrada
del Milenio.
Ahora, noten que la apertura de este Sello fue tan
tremenda que hasta los Cielos mismos fueron silenciados
por este evento por el tiempo de media hora. Ahora, ¿es
tremendo? ¿Qué es? No hubo nada que se moviera por ese
tiempo. Una media hora puede que no sea mucho tiempo si
Ud. se está divirtiendo, pero estando en suspenso entre la
vida y la muerte, puede ser como un milenio.”
129. Hay un lugar donde fue dicho que hubo silencio, los
Ángeles guardaron silencio para que el enemigo de Dios,

el diablo, no conociera ese misterio, y no hiciera daño al
pueblo de Dios.
130. Por lo tanto, el misterio del Séptimo Sello tiene su
comienzo y tendrá su fin. Y entre el comienzo y el fin

tendrá una Obra, como la Primera Venida de Cristo entre su
comienzo y su final tuvo un ministerio y una Obra que fue
la parte culminante de la Primera Venida de Cristo: Su
muerte en la Cruz del Calvario, Su Obra de Redención en
la Cruz del Calvario, para la cual Él vino. Eso era lo más
importante para Cristo en Su Primera Venida, para poder
traer la redención de todos los hijos e hijas de Dios.

131. Y en la Segunda Venida de Cristo la parte culminante
será la resurrección de los muertos en Cristo y la transfor-

mación de nosotros los que vivimos. En Filipenses 3:20 al
21, dice:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde
el cual transformará el cuerpo de la humillación
132. ¿Para qué es la Segunda Venida de Cristo? ¿Para qué
estamos esperando la Segunda Venida de Cristo? Para

nuestra transformación: “...el cual transformará el cuerpo
de la humillación nuestra.”
133. Hemos venido en una condición de humillación al venir
en estos cuerpos de carne, sujetos a todas las debilidades

humanas y necesidades humanas; pero cuando tengamos el
nuevo cuerpo, ya no tendremos las necesidades y debilida-
des humanas que tenemos en estos cuerpos mortales.
134. Y ahora, la promesa ha sido que el misterio del Séptimo
Sello va a ser revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo; y

eso es por medio de la Voz de Cristo clamando como
cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces.
Ésa es la Voz de Cristo para el Día Postrero, el cual está
revelando ese misterio. Y el Rvdo. William Branham, vean,
vamos a terminar aquí en la página 472, dice:
“Pero antes de conocer eso... Recuerden Apocalipsis
10:1-7: que al fin del mensaje del séptimo ángel, TODOS
los misterios de Dios, serían conocidos. Estamos en el
tiempo del fin, la apertura del séptimo Sello.
El domingo pasado, hace una semana hoy, cuando
estaba predicando sobre: ‘Sed humildes, sed humildes,

recuerden que Dios obra en cosas pequeñas,’ en verdad no
me daba cuenta de lo que estaba hablando, pero ahora lo
veo bien. Será de una manera tan humilde. Uno pensaría
que una cosa tan tremenda sería revelada allá en el
Vaticano, pero mas bien viene como vino Juan el Bautista;
viene como el nacimiento de nuestro Señor, ¡allá en un
establo! ¡GLORIA A DIOS! ¡La hora está a la mano! ¡Aquí
estamos! ¡Oh hermano!”
135. Y ahora viene como vino Juan el Bautista. ¿Cómo vino
Juan el Bautista? Vino con el espíritu y virtud de Elías en

su tercera manifestación. El Séptimo Sello tiene que venir
con el Ministerio de Elías por quinta ocasión, y tiene que
venir con el Ministerio de Moisés por segunda ocasión y
con el Ministerio de Jesús por segunda ocasión.
136. Página 128 y 129 del libro de “Citas...” Página 128,
párrafo 1143, dice:

“Debajo de la Séptima Trompeta es para Israel lo
mismo que el Séptimo Sello fue para la Iglesia.”
137. ¿Y quién suena la Séptima Trompeta? Moisés y Elías,
la Séptima Trompeta de Apocalipsis, capítulo 11, verso 15

en adelante. Y en la página 129, párrafo 1150, dice:
“Ahora, tan pronto como esta Iglesia, el misterio del
Séptimo Sello es conocido, y los judíos son llamados por el
misterio de la Séptima Trompeta que son dos profetas Elías
y Moisés.”
138. ¿Cuál es el misterio de la Séptima Trompeta? Moisés y
Elías.
139. Y ahora, la página 130 dice, párrafo 1164:
“Recuerden que los que están vivos y queden no

impedirán a los que están durmiendo, porque la Trompeta
de Dios, esa última Trompeta (la sexta acaba de tocar), y
esa última Trompeta como el último Sello, será la venida

del Señor; tocará, y los muertos en Cristo se levantarán
primero.”
140. ¿Qué será la Séptima Trompeta? ¿Qué será Moisés y
Elías? ¿Qué será? Lo mismo que el Séptimo Sello para la

Iglesia. La Séptima Trompeta para los hebreos es lo mismo
que el Séptimo Sello para la Iglesia. Moisés y Elías para los
judíos, el Ministerio de Moisés y Elías para los judíos, es lo
mismo que el ministerio de Cristo para la Iglesia del Señor
Jesucristo; es el Séptimo Sello lo mismo que la Séptima
Trompeta.
141. También en la página 149, párrafo 1333, dice:
“Recuerden que los que viven y quedan no impedirán

a los que duermen; porque la trompeta de Dios, esa última
trompeta (la sexta acaba de sonar)... y esa última trompeta,
con el último sello, será la venida del Señor. Tocará, y los
muertos en Cristo se levantarán primeramente, sólo
descansando hasta ese tiempo.”
142. Y ahora, la Séptima Trompeta, la Trompeta final, la
gran Voz de Trompeta, vean lo que es: La Trompeta final

o gran Voz de Trompeta es lo mismo que el Séptimo Sello.
143. Ahora, hemos visto este misterio que tenemos como
tema: “LA MENTE QUE TENGA SABIDURÍA.”

144. La Mente que tendrá Sabiduría estará operando en este
tiempo final en medio de la Iglesia de Jesucristo.

145. Por lo tanto, la Iglesia de Jesucristo tendrá la Mente que
tiene Sabiduría, que es la Mente de Cristo. El Espíritu

Santo en medio de la Iglesia de Jesucristo manifestado en
el Día Postrero en el Ángel que viene dando testimonio de
estas cosas en las Iglesias, el Ángel que viene dando a
conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
146. Apocalipsis 22, verso 16, dice:

147. Y ahora, hemos visto quién es el Enviado de Jesucristo:
ése es el Enviado en el cual estará la Mente privilegiada de

Cristo con la Sabiduría de Dios, dando a conocer todas
estas cosas que tienen que suceder en este tiempo final. Y
en San Juan, capítulo 13, verso 20, dice:
“De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo
enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al
que me envió.”
148. ¿Por qué? Porque en el Enviado de Cristo viene Cristo
en Espíritu Santo manifestado, dándonos a conocer todas

estas cosas que deben suceder pronto; y ahí estará la Mente
privilegiada que tiene sabiduría.
149. La Mente de Cristo es la Mente privilegiada que tiene
Sabiduría; y estará manifestando esa - se estará manifestan-

do esa Mente que tiene Sabiduría, en este tiempo final, en
el Ángel del Señor Jesucristo, así como antes se manifestó
en los apóstoles, también en cada ángel mensajero.
150. Era la Mente que tiene Sabiduría manifestada en San
Pedro y los demás apóstoles, y en cada uno de los ángeles

mensajeros, comenzando con San Pablo y terminando con
el Rvdo. William Branham.
151. Y para este tiempo final estará esa Mente que tiene
Sabiduría manifestada en este tiempo final. Ésa es la única

Mente privilegiada, la única Mente que tiene la Sabiduría
de Dios; y ha estado manifestando esa Sabiduría de Dios de
etapa en etapa.
152. Ésa era la Sabiduría que estaba manifestada en Cristo.
Por eso decían: “¿Cómo tiene éste todo este conocimiento?

¿Cómo tiene éste esta sabiduría sin haber estudiado?
(Hablando de Jesús).” No sabían que estaba la Mente que

tiene Sabiduría, la Mente de Dios, el Espíritu Santo, la
Mente de Cristo, operando en carne humana, en Jesús de
Nazaret.
153. Y esa Mente que tiene Sabiduría es la que estaría
operando de edad en edad. Él dijo que enviará al Espíritu

Santo, el cual nos guiará a toda justicia y a toda verdad, y
nos mostrará todas las cosas que han de suceder. Para eso
fue enviado el Espíritu Santo, y para eso es que el Espíritu
Santo en el Día Postrero está prometido que estará manifes-
tado.
154. ¿Cómo estará manifestado en el Día Postrero el Espíritu
Santo? Que lo diga aquí Dios por medio del Rvdo. William
Branham, en la página 134 del libro de “Los Sellos,” donde
nos dice:
llegue a encarnarse...”
155. O sea, que el Espíritu Santo que ha estado en la Iglesia
de Jesucristo, de edad en edad, manifestándose por medio

de cada Mensajero, llegará a una etapa en donde va a
encarnarse.
156. En cada Mensajero ha estado manifestado, terminó el
tiempo de un Mensajero, y pasó de un Mensajero a otro

Mensajero. Como el Ángel de Jehová en el Antiguo
Testamento estuvo manifestado en cada Mensajero, cada
Profeta del pasado, pero luego se hizo carne en Jesús.
“...el que está en nuestro medio ahora mismo en la
forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encarnado
en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronare-
mos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores.”
157. Y en la página 146 dice, al final:

encarna en un hombre (o sea, en el anticristo; en el hombre

de pecado se encarnará), el Espíritu Santo sube y viene
158. Eso es lo que estuvo precursando, lo que estuvo dicien-
do el Rvdo. William Branham que Cristo hará en medio de

Su Iglesia. ¿Y para qué será? Tiene un propósito divino.
Página 352 del libro de “Los Sellos,” dice:
redimirnos (o sea, para transformarnos; ése es el propósito
de la Venida de Dios, del Espíritu Santo, del Espíritu de
Cristo, en medio de Su Iglesia en el Día Postrero).”
159. Página 256 también nos dice:

en un hombre.”
160. Ésa es la promesa. Eso fue lo que estuvo precursando el
Rvdo. William Branham; como Juan el Bautista que

precursó la Venida de la Palabra hecha carne en un hombre
llamado Jesús. El Rvdo. William Branham dice: “No habrá
dos aquí al mismo tiempo.”
161. Ahora, cuando él habla esas cosas así, está hablando
algo muy importante, y lo está hablando bien claro. Dice

página 474 y 475:
“Yo no sé quién será, ni qué va a suceder (o sea, que
está hablando de un hombre, de una persona. No sabe quién
será ni qué va a suceder) ¡No sé! Solamente sé que esos
Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo
silencio en el Cielo. ¿Todos entienden?
Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca
esta gran persona que hemos estado esperando. Quizás
este ministerio, por el cual he tratado de convertir a la

gente a la Palabra, ha servido de fundamento.”
162. El Mensaje del Rvdo. William Branham es el funda-
mento para lo que él dice que va a venir después. Por eso

él dijo: “Aunque yo no esté presente, este Mensaje introdu-
cirá a Cristo al mundo.”
“Si así es, entonces les estaré dejando para siempre. No
habrá dos aquí al mismo tiempo.”
163. Y ahora está hablando de otro que vendrá, al cual él le
está preparando el camino.

“Y aun si así fuera (o sea, y aun si el precursor, el
Rvdo. William Branham, aun si él estuviera presente, miren
lo que dice:)... Y aun si así fuera, él crecerá y yo menguaré.
¡Yo no sé! Pero Dios me ha dado el privilegio de mirar y
ver lo que es; lo vi abrirse hasta donde lo vi (o sea, que él
vio mucho de lo que iba a suceder).”
164. Por lo tanto, estamos en el tiempo en que todas las
cosas que dijo el Rvdo. William Branham que tienen que

suceder en medio de la Iglesia de Jesucristo tienen que
convertirse en una realidad. Pero el Rvdo. William Bran-
ham dice: “Será todo tan sencillo (cuando habla del
Séptimo Sello); todo será tan sencillo que muchas personas
no se darán cuenta. ¿Por qué? Porque miran lo que Dios
hizo en el pasado y dicen: “¡Gloria a Dios!” Miran lo que
Dios ha prometido hacer y dan gloria a Dios, pero ignoran
lo que está sucediendo.
165. Bueno, eso aquí lo consiguen en la página 17, párrafo
primero, dice [Libro de “Los Sellos.”]:

“Muchos lo pasan por alto por razón de la manera en
que se revela. El hombre tiene sus propias ideas de lo que
debe ser Dios y sobre lo que Dios hará. Como he dicho
muchas veces, el hombre es igual a como siempre ha sido;
él siempre está alabando a Dios por lo que hizo, mirando

a lo que Dios hará en el futuro, pero ignorando lo que Dios
está haciendo en el presente. Así es. Miran para atrás y ven
la cosa tan grande que Dios hizo, pero no pueden ver la
cosa tan sencilla que Dios usó para efectuarla. Miran
adelante y ven lo grande que viene, y en nueve de diez
casos, las cosas ya están sucediendo todo a su alrededor,
sin embargo es tan sencillo que no lo saben.”
166. Y así dice que sería el Séptimo Sello cuando comience;
pero cuando llegue a su etapa final, entonces van a ver algo

grande suceder; y entonces van a ver ahí a Cristo en medio
de la Iglesia en el cumplimiento de la Tercera Etapa.
167. Y va Cristo a hacer grandes maravillas y señales, a tal
grado que el Rvdo. William Branham dice que lo que la

gente vio a través de él, del Rvdo. William Branham,
siendo hecho por Cristo, por el Espíritu Santo, es amateur,
es algo pequeño comparado con lo que Dios va a hacer.
168. Pero eso será bajo la Adopción del instrumento que Él
esté usando en ese tiempo, y que tiene que ser el Ángel del
Señor Jesucristo, el cual es un Profeta dispensacional, el
cual será un Profeta mayor que todos los siete ángeles
mensajeros juntos. Sin ofender a ninguno de los siete
ángeles, sino colocando a cada Mensajero en su lugar.
Fueron grandes, pero más grande será el instrumento que
Cristo tendrá para este tiempo final, porque será un Profeta
dispensacional. Y será el segundo de los grandes Profetas.
¿El primero es quién? Nuestro amado Señor Jesucristo.
169. Por lo tanto, será mayor que todos los demás Profetas
dispensacionales, exceptuando a Jesucristo nuestro Salva-

dor. Por eso es que Cristo le va a dar esa Autoridad que
dice ahí: le dará Autoridad sobre las naciones, y también le
va a dar que se siente con Él en Su Trono.
170. Ése será el siervo fiel y prudente de San Mateo, capítulo

24, versos 42 al 47: “Sobre todos sus bienes le pondrá.”
Para ponerlo sobre todos Sus Bienes lo tiene que sentar en
Su Trono. Así como Dios puso sobre todos Sus Bienes a
Jesucristo, sentándolo ¿dónde? En Su Trono en el Cielo.
171. Bueno, para la Mente que tenga Sabiduría, vean, todas
estas cosas serán tan sencillas, y las estará dando a conocer

a la Iglesia del Señor Jesucristo, para la Mente que tenga
Sabiduría.
172. Para la Mente que tenga Sabiduría será el que tenga la
Mente de Cristo, el Espíritu Santo, operando en él en el Día

Postrero; y eso tiene que ser un Mensajero dispensacional;
porque para llevar el Mensaje del Evangelio del Reino al
pueblo hebreo tiene que ser un Mensajero dispensacional,
porque todo Mensaje dispensacional viene a un Mensajero
dispensacional.
173. Bueno, hemos visto LA MENTE QUE TIENE SABI-
DURÍA: es la Mente de Cristo, la Mente del Espíritu Santo,

la Mente de Dios, la cual ha operado en los Profetas del
Antiguo Testamento; y luego cuando se hizo carne el Ángel
de Jehová, ahí estaba la Mente que tiene Sabiduría operan-
do en Jesús. Por eso preguntaban: “¿Cómo tiene éste esta
sabiduría sin haber estudiado?” Era la Sabiduría de Dios
manifestada por medio del Espíritu Santo en Jesús. Y así ha
sido de edad en edad.
174. Se preguntaban acerca de los apóstoles, los cuales eran
del común del pueblo, pero tenían una Sabiduría que no era
sabiduría humana, no era sabiduría de la teología humana,
sino la Sabiduría del Cielo, la Sabiduría de Dios operada
por el Espíritu Santo en los apóstoles, y luego en cada
ángel mensajero de edad en edad, y para este tiempo final
en la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular.
Ahí es donde estará la Mente que tiene Sabiduría siendo

manifestada en el Ángel del Señor Jesucristo, dándonos a
conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
175. ¿Quién sabía que la etapa de la Edad de la Piedra
Angular sería manifestada en la América Latina y el

Caribe? Nadie lo sabía. Pero la Mente que tiene Sabiduría,
la Mente de Cristo, la Mente del Espíritu Santo, es la que
nos ha abierto ese misterio.
176. ¿Quién sabía que la Edad de la Piedra Angular era el
Lugar Santísimo del Cuerpo Espíritu de Cristo, del Templo

Espiritual? Nadie lo sabía. Pero la Mente que tiene Sabidu-
ría nos ha dado a conocer ese misterio.
177. Y así por el estilo podemos enumerar todas las cosas
que la Mente que tiene sabiduría, la Mente de Cristo, nos

ha dado a conocer en este tiempo final.
178. ¿Quiénes sabían que eran escogidos? No lo sabíamos.
Pero ahora sí lo sabemos, porque la Mente que tiene

Sabiduría, la Mente de Cristo, la Mente del Espíritu Santo,
nos ha dado a conocer todas estas cosas.
179. ¿Quiénes sabían estos misterios del Séptimo Sello?
¿Quiénes sabían que en el Occidente sería que el Séptimo

Sello sería manifestado; que el Jinete del Caballo Blanco de
Apocalipsis, capítulo 19, sería manifestado? Nadie lo sabía;
o sea, estaba profetizado pero nadie lo entendía; pero estaba
profetizado.
180. Miren aquí... el Rvdo. William Branham hablándonos
en una ocasión, dice en la página 54, párrafo 231 del

Mensaje: “El Evangelismo del tiempo final,” dice:
“Parece que está bastante débil ahora para ambos: el
Mensaje y el Mensajero. ¡Pero no se preocupen! EN
ALGUNA PARTE, no sé cómo, pero estoy confiando en Él.
Él vendrá cabalgando a la escena algún día.”
181. Viene cabalgando. ¿Y dónde es que aparece el que

viene cabalgando? En Apocalipsis, capítulo 19.
182. Y ahora, ¿en qué territorio será? Vamos a tener que
tomar unos viernes para vigilia, para no tener prisa y dar

todo lo que haya.
183. Miren, aquí en la página 164, párrafo 1485, que contie-
ne un extracto del Mensaje: “El único lugar provisto por

Dios para adorar,” predicado en el año 1965, dice:
“Pensé... ¿Habrá otro avivamiento...?” (O sea, como
hubo de edad en edad donde Dios envió un Mensajero con
un Mensaje, y Dios llamó y juntó Sus escogidos de cada
edad) “¿Habrá otro avivamiento, veré otro tiempo? Y sólo
recuerden, del Oeste vendrá un jinete en un caballo
blanco.”
184. Y ahora, vean de dónde está prometido que vendrá un
Jinete en un Caballo Blanco, y será... leímos en el libro de

“Los Sellos,” página 256: “Será la Palabra encarnada en un
hombre.”
“Cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él
vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será
en un hombre.”
185. Y dice que será ¿dónde? En el Oeste. Y ya en el Oeste,
la parte Norte del Oeste, que es Norteamérica, ya Dios tuvo

la primera - la séptima edad y Su Mensajero; y lo que le
queda del Oeste es la América Latina y el Caribe, lo que le
queda en el Oeste es el pueblo latinoamericano y caribeño,
lo que le queda es a nosotros.
186. Por lo tanto, con lo que le queda es que Dios cumplirá
lo que Él ha prometido para este tiempo final.

“...del Oeste vendrá un jinete en un caballo blanco.
Cabalgaremos esta senda otra vez. Eso es correcto. Tan
pronto como estemos listos. Ven Uds. es una promesa.”

187. Y ahora, Elías está diciendo: “Cabalgaremos otra vez.”
Si es otra vez, es por quinta vez. “Otra vez.” Por lo tanto,

el Ministerio de Elías vendrá acompañado en esa quinta
vez: vendrá con el Ministerio de Elías, y con el Ministerio
de Moisés y con el Ministerio de Jesús.
188. Así será la manifestación de Cristo en Espíritu Santo en
medio de Su Iglesia en este tiempo final, así será que el

Espíritu Santo se manifestará en este tiempo final; porque
lo mismo que es el Séptimo Sello para la Iglesia, es la
séptima Trompeta para los judíos; lo mismo que es Moisés
y Elías para los judíos, es Cristo bajo el Séptimo Sello para
Su Iglesia.
189. Y todo eso será tan sencillo en su comienzo, que
algunas personas no podrán verlo hasta que lleguemos a esa

etapa en donde habrá grandes milagros y maravillas. Pero
bienaventurados los que no ven señales y creen por la
Palabra prometida, por la Palabra prometida, escrita,
revelada a todos nosotros en este tiempo final.
190. Por eso es que ustedes pueden ver que la Obra de Cristo
ha continuado hacia adelante; y continuará hacia adelante

hasta que se complete la Iglesia de Jesucristo; y entonces
los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos glorifi-
cados, y nosotros seremos transformados; y entonces habrá
terminado nuestro peregrinaje aquí en la Tierra en estos
cuerpos mortales.
191. Por lo tanto, lo que hayamos sufrido en estos cuerpos
no es comparable con la gloria venidera que será manifesta-

da cuando tengamos el nuevo cuerpo. Las lágrimas serán
secadas, y ya no sufriremos más por las cosas que nos
hacían sufrir. Y nos diremos el uno al otro: ¡Hemos llegado
a nuestra redención, a nuestra Adopción, a la transforma-
ción de nuestro cuerpo, como fue prometido!

192. Así que vale la pena seguir luchando y seguir trabajan-
do en la Obra de Jesucristo, y seguir esperando lo que Él ha

prometido: nuestra transformación. O sea, que la meta de
Dios es nuestra transformación.
en esta noche dándoles testimonio de: “LA MENTE QUE

TENGA SABIDURÍA.” O sea, que tenga la Sabiduría de
Dios. Y la única Mente es la Mente de Dios, la Mente de
Cristo, el Espíritu Santo. Ése es el único que tiene la
Sabiduría de Dios, y ésa es la Sabiduría que Él manifiesta
a Su Iglesia, revelándole Su Palabra de etapa en etapa, de
edad en edad; y lo mismo es para nuestro tiempo.
194. Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes
en esta noche dándoles testimonio de: “LA MENTE QUE

TENGA SABIDURÍA.” “LA MENTE QUE TIENE
SABIDURÍA.”
195. Y hemos visto cuál es esa Mente: ésa es la que nos ha
revelado todas estas cosas que deben suceder pronto, hasta

donde ya nos ha revelado, y el que nos revelará las que
falten por ser reveladas.
sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y continúe

la Mente de Cristo, la Mente que tiene Sabiduría, revelán-
donos todas las cosas que faltan por ser reveladas; y
pronto complete Su Iglesia, y pronto resucite a los muer-
tos en Cristo, y pronto nos transforme a nosotros los que
vivimos, y nos lleve con Él a la Cena de las Bodas del
Cordero. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y
amén.

Jesucristo nuestro Salvador. Y oren mucho por mí, para la

actividad del próximo domingo; el tema será: “EL HOM-
BRE ANIMAL Y EL HOMBRE ESPIRITUAL.” Y ahí, si
Dios nos permite escudriñar y profundizar más, veremos
cosas muy importantes que nosotros debemos conocer. Y
oren mucho también por las actividades del recorrido que
he de tener, en donde esperamos grandes bendiciones de
Dios, y que Dios añada muchas almas a Su Iglesia.
198. Bueno, dejo nuevamente a nuestro amigo y hermano, el
Rvdo. José Benjamín Pérez, para finalizar nuestra parte en

esta noche.
199. Es que no hay dónde detenerse. Aquí he tenido que
aprovechar un momentito y pasarlo rápido, porque si no,

tendríamos que tener una vigilia hoy, y hoy no vamos a
tener vigilia. Casi siempre tenemos vigilia el día 31 de
diciembre, pero en esta noche no vamos a tener vigilia.
200. Así que Dios les continúe bendiciendo a todos, y
continúen pasando una noche llena de las bendiciones de

Jesucristo nuestro Salvador. Con nosotros nuestro hermano
Benjie, Benjamín. Dios les bendiga a todos.
“LA MENTE QUE TENGA SABIDURÍA.”

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CONTENIDO

EL QUE NOS MUESTRA LAS COSAS

JEHOVÁ RUGIENDO DESDE SIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

LA VENIDA DEL REINO DE DIOS

EL MISTERIO DE LA ESPOSA DEL CORDERO . . . . . . . 151

LAS NACIONES SUBIENDO

EL QUE MULTIPLICA LOS PANES Y LOS PECES . . . . . . 235

LA GRAN RAMERA SENTADA

LA MENTE QUE TENGA SABIDURÍA . . . . . . . . . . . . . 311

Por William Soto Santiago

M uy buenos días, amables amigos y hermanos presen-

Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este

“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para

de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas;

del Apocalipsis encontramos al Ángel del Señor Jesucristo

que recibió la bendición del Ángel de Jehová, el cual le

Testamento? Es nada menos que Cristo en Su cuerpo

creó todas las cosas, es nada menos que Cristo.

también, verso 1 al 4, ahora capítulo 1, verso 14 de San

nuestro Salvador, el Verbo hecho carne. El Ángel de

Abraham, de Isaac y de Jacob, y Dios también del

los Hebreos de San Pablo, en el capítulo 1, verso 7, Él dice

20, verso 27, dice:

Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre,

Y Jesucristo decía: “Yo no hago nada de mí mismo, sino

de sí mismo, porque el cuerpo físico no es el que habla.

adelante, lo que nos dice San Pablo, el cual tenía una

maneras en otro tiempo a los padres por los profetas...”

medio de los Profetas; era Dios en Espíritu Santo manifes-

a través de los Profetas del Antiguo Testamento.

Ángel de Jehová, el cual era manifestado en los Profetas,

Jesús. En Jesucristo habitó la plenitud de la Divinidad.

de la Divinidad, porque todos habían nacido por medio de

en Jesús: eso es la plenitud de Dios habitando en un cuerpo

“...En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,

en Su cuerpo angelical, y llamado el Ángel de Jehová, creó

todas las cosas? Para Él. Jesucristo es el Heredero de todas

Jesucristo? ¡Si es el Heredero de todo! Nadie más tiene

otorgarla a toda persona que quiere vivir eternamente con

la eternidad, entonces lo recibe como su Salvador, Cristo lo

creyere, será condenado.” [Marcos 16:15].

opciones: o creer, o no creer. Si no cree: es condenado, será

creer en el Evangelio y recibir a Cristo como nuestro

del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” Por lo

el nacimiento que hemos obtenido aquí en la Tierra a través

celestial de Dios, y por consiguiente la raza humana vino a

raza caída, en una raza a la cual entró la muerte. Por lo

sola forma hay para el ser humano ser libertado y poder

experiencia única, no se repetirá esta experiencia; y es por

existencial; porque no sabe de dónde ha venido, ni siquiera

pues nadie sabe. Pero hay Uno que sí sabe, se llama: El

44. Ahora, cuando la persona recibe a Cristo como su

estamos confirmando nuestro lugar en la vida eterna, en el

muere es su cuerpo de carne, pero la persona sigue vivien-

mendigo Lázaro al Seno de Abraham, que estaba antes en

victoria por medio de la Sangre de Jesucristo nuestro

Jesucristo. Por eso en San Juan, capítulo 8, verso 56, Él

sumo sacerdote, dijeron que era un hombre pecador,

ellos y no Jesucristo. Jesucristo sigue siendo la única

verso 54 en adelante... vamos a ver un poquito antes:

Oyen la Palabra de Dios.

no las oís vosotros, porque no sois de Dios.”

aquellos fariseos y saduceos de aquel tiempo.

aunque su cuerpo físico muera, Cristo ha prometido una