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CLASIFICACIÓN DE FLUJOS

El flujo se define como la cantidad de fluido que pasa por un sistema por unidad de tiempo,
puede clasificarse de diversas maneras, según sus características y criterios de velocidad
espacio y tiempo.
FLUJO LAMINAR Y TURBULENTO
El flujo laminar se encuentra libre de fluctuaciones macroscópicas de velocidades.
Teóricamente se describe como un patrón bien ordenado donde se supone que las capas
de fluido se deslizan una sobre otra.
Para ilustrar este flujo, examínese el experimento clásico de Reynolds sobre flujos viscosos.
Se establece un flujo de agua a través de un tubo de vidrio, como se muestra en la figura
1.1 en el que la velocidad se controla mediante una válvula colocada a la salida. A la entrada
de la tubería se inyecta una tinta que tiene un peso específico igual al del agua, cuando la
válvula de salida está ligeramente abierta, la tinta se moverá a través del tubo de vidrio en
forma intacta formando un filamento, como se muestra en la figura 9.1. Esta demostración
indica la naturaleza ordenada de este flujo. Sin embargo, a medida que se abre la válvula se
alcanza una condición en la cual la tinta asume un movimiento fluctuante a medida que
avanza en la tubería (figura 1.2). Tiene lugar una transición desde el flujo anterior bien
ordenado, el cual puede considerarse como flujo laminar, hacia un tipo de flujo inestable.
Abrir más la válvula establece una condición en la cual se desarrollan fluctuaciones
irregulares del flujo, de manera que la tinta se dispersa completamente antes de alcanzar
una distancia importante a lo largo de la tubería (figura 1.3). Este flujo irregular se conoce
como flujo turbulento.

1.1 Experimento de Reynolds.


Figura 1.2 Transición.

Figura 1.3 Flujo turbulento


El experimento muestra la diferencia esencial entre el flujo laminar y el turbulento. El
primero, aunque tiene movimientos moleculares irregulares, es un flujo
macroscópicamente bien ordenado. Sin embargo, en el caso de flujo turbulento existe el
efecto de una fluctuación de velocidad pequeña pero macroscópica 𝑉’ superpuesta al flujo
bien ordenado 𝑉̅. Una gráfica de velocidad contra tiempo en una posición dada en el tubo
del aparato de Reynolds aparecería como se muestra en la figura 1.4 para flujo laminar, y
en la figura 1.5 para flujo turbulento. En la gráfica de este último se indica la velocidad media
temporal y se denota como 𝑉̅. Debido a que esta velocidad es constante con el tiempo, el
flujo se ha designado como permanente. Un flujo turbulento no permanente debe
considerarse como aquel en el cual el campo de velocidad media temporal cambia con el
tiempo.

Figura 1.4 Flujo laminar permanente.


Figura 1.5 Flujo turbulento permanente. Medición de V’.

Figura 1.6 Flujo turbulento permanente. Medición de 𝑉′ con respecto a 𝑉̅.

Como se muestra en la figura 1.6 nótese que 𝑉′ se mide a partir de 𝑉̅ para el flujo turbulento
permanente y para el flujo turbulento no permanente.
Reynolds encontró que el criterio para la transición de flujo laminar a flujo turbulento en
una tubería es el número de Reynolds, en el cual el parámetro de longitud es el diámetro
de la tubería. En el experimento el número de Reynolds se incrementó continuamente
aumentando la velocidad. Sin embargo esto podría haberse logrado al utilizar tuberías de
diferentes diámetros o fluidos con viscosidad o densidades diferentes. Se ha encontrado
que un número de Reynolds de aproximadamente 2,300 denota la inminencia de una
transición de flujo laminar a turbulento.
Para comprender mejor el flujo laminar o turbulento existe un parámetro importante, que
es la viscosidad del fluido, se ha definido como la relación existente entre el esfuerzo
cortante y el gradiente de velocidad y se representa como:
𝜂
𝑣=𝜌 Donde

𝑚2
𝑣: Viscosidad cinemática 𝑠
𝑘𝑔
𝜂: Viscosidad dinámica del fluido 𝑚∙𝑠
𝑘𝑔
𝜌: Densidad del fluido 𝑚3

Los fluidos con viscosidad baja fluyen con mayor facilidad que los fluidos con viscosidad
elevada, por ejemplo si calentamos un fluido de viscosidad alta, por ejemplo un aceite
lubricante de motores, su viscosidad disminuye y permite que circule con más facilidad. Por
el contrario, si reducimos su temperatura la viscosidad se incrementa y el aceite fluye más
despacio. Esto ilustra el concepto de que la índole del flujo también depende de la
viscosidad del fluido. Es más probable que el flujo de líquidos de viscosidad baja, como el
agua, sea turbulenta.
El comportamiento de un fluido, en particular en lo que se refiere a las pérdidas de energía,
depende de que el flujo sea laminar o turbulento. Por esta razón, se necesita un medio para
predecir el tipo de flujo sin tener que observarlo en realidad.
El carácter del flujo en un tubo redondo depende de cuatro variables: la densidad del fluido
𝜌, su viscosidad 𝜂, el diámetro del tubo D y la velocidad promedio del flujo 𝑣. Obsome
Reynolds fue el primero en demostrar que es posible pronosticar el flujo laminar o
turbulento si se conoce la magnitud de un numero adimensional, al que hoy se le denomina
número de Reynolds (𝑁𝑅 ). La ecuación siguiente muestra la definición básica del número
de Reynolds.
𝜐𝐷𝜌 𝜐𝐷
𝑁𝑅 = =
𝜂 𝜈
Unidades
𝜐𝐷𝜌 1
𝑁𝑅 = = 𝜐×𝐷×𝜌×
𝜂 𝜂
𝑚 𝑘𝑔 𝑚 ∙ 𝑠
𝑁𝑅 = ×𝑚× 3×
𝑠 𝑚 𝑘𝑔
Debido a que todas las unidades se cancelan, 𝑁𝑅 es adimensional.
Cantidad Unidades del SI Unidades tradicionales de EU
Velocidad 𝑚 𝑝𝑖𝑒
𝑠 𝑠
Diámetro 𝑚 𝑝𝑖𝑒
Densidad 𝐾𝑔 𝑠2 𝑠𝑙𝑢𝑔𝑠
ó
𝑙𝑏 ∙ 𝑠 2
𝑜 𝑁 𝑝𝑖𝑒 3 𝑝𝑖𝑒 4
𝑚3 𝑚4
Viscosidad dinámica 𝑠 𝑘𝑔 𝑙𝑏 ∙ 𝑠
ó
𝑠𝑙𝑢𝑔𝑠
𝑁 ó 𝑃𝑎 ∙ 𝑠 ó 𝑝𝑖𝑒 2 𝑝𝑖𝑒∙𝑠
𝑚2 𝑚∙𝑠
Viscosidad cinemática 𝑚2 𝑝𝑖𝑒 2
𝑠 𝑠
Tabla 1.1 Unidades estándar para las cantidades utilizadas en el cálculo del número de
Reynolds, con el fin de garantizar que sea adimensional.

El número de Reynolds es la relación de la fuerza de inercia sobre un elemento de fluido a


la naturaleza viscosa. La fuerza de inercia se desarrolla a partir de la segunda ley del
movimiento de Newton F = ma. La fuerza viscosa se relaciona con el producto del esfuerzo
cortante por área.
Los flujos tienen números de Reynolds grandes debido a una velocidad elevada y/o una
viscosidad baja, y tienden a ser turbulentos. Aquellos fluidos con viscosidad alta y/o que se
mueven a velocidades bajas, tendrán números de Reynolds bajos y tendrán a comportarse
en forma laminar.
Para aplicaciones prácticas del flujo de tuberías, encontramos que si el número de Reynolds
para el flujo es menor que 2000, este será laminar. Si el número de Reynolds es mayor que
4000, el flujo será turbulento. En el rango de números de Reynolds entre 2000 y 4000 es
imposible predecir que flujo existe; por tanto, le denominaremos región crítica.
Por esta razón se establecerá lo siguiente:
Si 𝑁𝑅 < 2000, El flujo es laminar.

Si 𝑁𝑅 > 4000, El flujo es turbulento.


EJERCICIO DE FLUJOS LAMINARES O TURBULENTOS
Ejercicio 1
Determinar el rango de velocidad promedio donde el flujo estaría en la región critica, si
aceite con especificación SAE 10 a 60°C fluyera por una tubería de 2 pulg, cedula 40. El aceite
tiene una gravedad específica de 0.89.
Solución El flujo estará en la región critica si 2000 < 𝑁𝑅 < 4000. En primer lugar utilizamos
la expresión del número de Reynolds y despejamos la velocidad:
𝜐𝐷𝜌
𝑁𝑅 = (Ecuación a)
𝜂
𝑁𝑅 𝜂
𝜐= (Ecuación b)
𝐷𝜌
Después encontramos los valores de 𝜂, 𝐷 y 𝜌:
𝐷 = 0.1723 𝑝𝑖𝑒 Dimensión nominal de la tubería.
𝜂 = 2.10 × 10−3 𝑙𝑏 ∙ 𝑠⁄𝑝𝑖𝑒𝑠 2 Viscosidad dinámica a 60°C
𝑠𝑙𝑢𝑔𝑠 𝑠𝑙𝑢𝑔𝑠 𝑠𝑙𝑢𝑔𝑠
𝜌 = (𝑠𝑔) (1.94 3
) = (0.89) (1.94 3
) = 1.73
𝑝𝑖𝑒𝑠 𝑝𝑖𝑒𝑠 𝑝𝑖𝑒𝑠 3
Al sustituir estos valores en la ecuación b, obtenemos
𝑁𝑅 (2.10 × 10−3 )
𝜐= = (7.05 × 10−3 )𝑁𝑅
(0.1723)(1.73)
Para 𝑁𝑅 = 2000, se tiene
𝑝𝑖𝑒𝑠
𝜐 = (7.05 × 10−3 )(2 × 103 ) = 14.1
𝑠
Para 𝑁𝑅 = 4000, se tiene
𝑝𝑖𝑒𝑠
𝜐 = (7.05 × 10−3 )(4 × 103 ) = 2.82
𝑠
Por tanto si 14.1 < 𝜐 < 28.2 𝑝𝑖𝑒𝑠/𝑠, el flujo se encontrara en la región critica.
Ejercicio 2:
Por un tubo de 150 mm de diámetro y 30 m de longitud, a una velocidad de 4.0 m/s fluye
glicerina a 25°C.
Determine si el flujo es laminar o turbulento por medio de la evaluación de numero de
Reynolds.
Solución
𝑁𝑅 𝜂
𝜐=
𝐷𝜌
Para la glicerina a 25°C la densidad es de 𝜌 = 1258𝑘𝑔/𝑚3 y la viscosidad dinámica 𝜂 =
9.60 × 10−1 𝑃𝑎 ∙ 𝑠
Entonces tenemos
(4.0)(0.15)(1258)
𝑁𝑅 = = 786
9.60 × 10−1
Debido a que 𝑁𝑅 < 2000, el flujo es laminar.

Bibliografía.
Robert L. Mott. (2006). MECANICA DE FLUIDOS. Sexta Edición. Mexico: PEARSON
EDUCACIÓN.

Irving H. Shames. (1995). MECÁNICA DE FLUIDOS. Tercera edición . Santafé de Bogotá,


Colombia: McGRAW-HILL INTERAMERICANA.

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