En el Perú existen 2,662,940 de empresas formales, de las cuales 42,808 se
dedican al sector agropecuario (a la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca) que de acuerdo a datos del (Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2019), constituye uno de los sectores que ha tenido en el último trimestre del 2019 un incremento de su producción del 1.25% con respecto a mayo 2018, impulsado por la producción de la actividad agrícola que creció en un 0,15% y de la actividad pecuaria en un 1,10% de acuerdo al (Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2019).
Una de las principales actividades agrícolas desarrolladas en el Perú es la
producción de mandarina, siendo así también, en el continente americano uno de los principales productores (Gestión, 2018). Esta actividad tiene mayor repercusión en Lima, Ica y Junín (Canchanya, 2016) que, en el 2015, incrementaron su producción en 5.2%, 9.8% y 2.3% respectivamente. En el año 2016, la producción total de mandarinas, creció 5.4%, y alcanzó las 357,900 toneladas, principalmente de las variedades W. Murcott y Clementina siendo el distrito de Huaral una de las zonas que es reconocida por la producción de mandarinas.
Desde el punto de vista contable, específicamente para el caso que fue
desarrollado, las mandarinas son el producto final de la etapa denominada actividad agrícola, siendo consideradas como activos biológicos hasta su punto de cosecha, adicionando el costo de la mano de obra y otros costos vinculados con la producción (depreciación, servicios básicos, insumos químicos, etc.), que son necesarios para el crecimiento, reproducción y degradación de acuerdo a la NIC 41 Agricultura. De acuerdo a (Mesén , 2007) en 1994 se desconocía totalmente el registro de los activos en la contabilidad de las empresas agropecuaria y de naturaleza similar. Por ello el Comité de Normas Internacionales de Contabilidad se dio a la tarea de establecer criterios técnicos para su contabilización. En el 2003 el Comité de Normas Internacionales de Contabilidad (IASC), publica y define en la Norma Internacional de Contabilidad 41 como activo biológico a todo aquel ser viviente “planta o animal” sujeto a procesos de transformación biológica derivados de las actividades empresariales asociadas con el sector agrícola, ganadero o de índole similar. Y estos se clasifican en activos biológicos consumibles y activos biológicos para producir, siendo los primeros aquellos que serán cosechados como productos agrícolas o vendidos como activo y el otro todos los que sean distintos a los del tipo activos biológicos consumibles.
Los costos vinculados con la producción, en adelante costos de producción
(Materia prima, mano de obra y costos indirectos de fabricación), serán diferidos hasta la cosecha, según los establece el marco conceptual de las NIC’s, acumulándose en el activo, específicamente en la cuenta 35 establecida a través de la Res. C.N.C. N°043-2010-EF/94 Plan Contable General Empresarial. Cada mandarina tiene un período de producción que inicia en la brotación y culmina en la cosecha o recolección, una vez realizada la cosecha, las mandarinas pasan a denominarse productos agrícolas, de acuerdo a la NIC 2 Inventarios que en el plan de cuentas es referido a los activos realizables en la cuenta 213 Productos terminados agrícolas. Este tratamiento se utiliza del mismo modo para los insumos químicos e insecticidas que fueron parte del proceso productivo.
(UMNG, 2015) Para la distribución de los gastos de manufactura acumulados en
los departamentos productivos a los productos transformados en cada uno de ellos, existen diferentes bases que pueden aplicarse, tomando en cuenta naturalmente las características de cada empresa.
(Siguas, 2014), el criterio para establecer un centro de Costos, consumidor o
área de negocios, está en relación a la división del fundo, al tipo de cultivos, al circuito que siguen los cultivos, etc. Resulta una buena técnica de contabilidad codificar los centros de costos en función a la división de lotes que la empresa agrícola ha efectuado en relación al terreno y las otras actividades que se realizan. Por otro debemos indicar que en la mayoría de los fundos, existe la costumbre ancestral de denominar los lotes por determinados nombres, lo cual también puede ser de utilidad para la codificación de las áreas de cultivo. Con lo que podemos afirmar que para la distribución de los costos de los activos biológicos es necesario realizarlo por cada línea producto (tipo de mandarina), y por los lugar de donde se realiza los costos (lotes detallados en el anexo 3) lo cual debe se aplicado al costos de producción, constituido por los 3 elementos del costo (materia prima, mano de obra y costos indirectos de fabricación) , y también a los costos operativos (costos administrativos y ventas).
Sin embargo, a pesar de la transcendencia de los criterios que se utilizan para la
distribución de costos de activos biológicos para el sector agrícola, en la empresa Sociedad Agrícola Yaguay S.R.LTDA., omite su utilización en la determinación de sus costos lo cual afecta a la determinación de la rentabilidad. Es decir, los productos agrícolas tienen un costeo globalizado, siendo obviados las líneas de producto, estando contabilizados en la cuenta 203 del plan contable general empresarial, recibiendo asi un tratamiento de mercaderías que principalmente solamente es determinado por los costos de: los insumos químicos e insectidas, dejando de lado para este costeo la mano de obra y la carga fabril. Cabe mencionar, que la mano de obra si es reconocida por la mano de obra y la carga fabril si es reconocida como gasto, pero es obviada en la determinación de costos, desatendiendo la exigencia mínima, que son establecidas por las normas y criterios técnicos anteriormente mencionados ya sea por diversos motivos como el desconocimiento de la aplicación de la contabilidad de costos, especialización en contabilidad agraria, reducción de costos, etc.
En una indagación preliminar hemos podido constatar que el problema parte
inicia en el control de consumo de insumos químicos ya que se maneja hasta la actualidad en un kardex global, estando en contra de lo que indica la Res. de Superintendencia N.º 234-2006/Sunat: el control de existencias se debe realizarse por tipo o por ítem, trayendo como consecuencia una incorrecta distribución del costo del consumo de estos insumos por tipo de mandarina, adicionalmente no se puede satisfacer solicitudes oportunas de información por parte de la gerencia u otras áreas, como el requerimiento de informes de insumos químicos para realizar la cotización con los proveedores para renovar inventarios o cuando la gerencia solicita una valorización. En la cosecha por tipo de mandarina, no se realiza los reportes de los costos para realizar un comparativo con los ingresos por la venta del período, ocasionando, así como la incertidumbre de querer incursionar en el mercado exterior, es decir la exportación de mandarinas ya que esta empresa solo vende su mercancía a mercados locales, porque no puede establecer un precio de venta adecuado ante el pedido de un cliente potencial, o el rechazo de alguna solicitud de crédito al Banco Agrario, ya sea para comprar maquinaria especializada para la cosecha de mandarinas, por el hecho de no mostrar un patrimonio y resultados reales, mostrándose así la información financiera distorsionada, la cual no está acorde a la realidad y necesidad de la empresa.
Nuestro trabajo de investigación busca determinar la magnitud de la distorsión
de los costos de los activos biológicos en la rentabilidad de la empresa Sociedad Agrícola Yaguay SRL y evaluar qué tan significativo es la distribución de los costos de los activos biológicos, definiendo como significativo a la mejora en la rentabilidad, es decir, a la variación positiva que existe al comparar la rentabilidad que resulta de la distribución correcta, con la rentabilidad incorrecta.