Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Historia de la Música I
27 marzo 2019
En los primeros años de desarrollo del cristianismo se retoman los ideales musicales
pitagóricos y platónicos, y son expuestos a la influencia del canto sinagogal hebreo. Los
Padres de la Iglesia para formar el nuevo canto cristiano van a acoplar las tradiciones
greco-romanas con las judías, siempre teniendo en cuenta la capacidad que tiene la música
como fuente de perversión y como fuente de valores, tal y como lo predicaba Platón. San
Clemente de Alejandría, un autor cristiano del siglo II, va a dejar claro que el canto cristiano
aunque contenga ciertos ideales griegos, está totalmente diferenciado del carácter de este.
Para él, el canto griego está originado en la idolatría y lleva a la perdición, es un instrumento
que ha utilizado el demonio para esclavizar; mas, el canto cristiano tiene que ser una
actividad liberadora, que llene de vida la congregación y los una con la armonía de toda la
creación. En esta afirmación San Clemente usa la misma definición de armonía que utilizaban
los pitagóricos, esto es, la unión de elementos en discordia. También se vuelve a la idea de
que el universo está constituido de música, osea de armonía. Otro autor cristiano del siglo III,
San Basilio, va a atribuir los poderes que antes se le daban a Orfeo, al rey David. Para él, los
salmos dan tranquilidad al espíritu, son fuente de paz y calma. Este autor también habla
enseñanzas bíblicas. Él nos expresa como lo que se escucha con amor, es más fácil que se
ciencia de medir bien”. Esta definición al incluir la música dentro de las ciencias, nos indica
que esta, mas que valerse de los sentidos, se tiene que valer primordialmente de la razón.
Ahora bien, San Agustín no desecha del todo el placer que pueda ocasionarnos el oír alguna
melodía, pero este placer no debe ser un fin en sí mismo, sino que debe someterse a la
comprensión racional de la música. Por tanto, se puede crear una jerarquía en cuanto a la
ejercitación de la música. En la parte inferior de esta jerarquía, está la música que se produce
por instinto, por ejemplo el canto de los pájaros. En un peldaño superior a este, está la música
que se produce por imitación, como los intérpretes que imitan lo que les han enseñado. Y en
un peldaño superior está la música vista como ciencia, y esta solo puede ser ciencia si esta
“bien medida”. San Agustín para explicarnos que es “bien medido”, se va a la metafísica del
número. Por cuanto la música es ciencia, y la ciencia es racional, la música debe ser medida
en números. El movimiento de los sonidos tanto desde el punto de vista de los intervalos
como desde el rítmico, deben estar basados en relaciones numéricas simples, o como él los
más armónicos y movimientos racionales menos armónicos. También hay números que
alcanzan un carácter sagrado, como lo es el número tres. Por cuanto representa la Trinidad, en
Para San Agustín además, el alma está directamente relacionada con el número. El
(siguiendo la lógica agustiniana), esta tiene su origen en el alma, y como algo secundario se
convierte en sonido. Toda la argumentación de San Agustín está determinada a demostrar que
la música es una operación del alma. Es por esto que él va a determinar como peldaño
superior de la jerarquía musical, el término “numeri judiciales”; esto representa la música que
obstante, los numeri judiciales se pueden dividir en dos: sensuales y racionales. Los sensuales
nos dictan la aprobación o desaprobación de los movimientos del alma, y los racionales nos
La problemática clave de la visión agustiniana es: hasta que punto es lícito el placer
producido por la belleza que proviene de la variedad, ya sea de colores, ritmos, etc. Para San
Agustín la belleza absoluta ésta representada en la unidad, osea en Dios. Pero esa belleza
superior también irradia su reflejo a las bellezas inferiores. Entonces es lícito para el alma
En otro de sus tratados: Las Confesiones; él en un enfoque mucho más personal, nos
comenta las crisis que ha tenido que pasar por la intensidad en que disfruta la música. Él
describe esta experiencia como algo que lo atrapa, que lo aleja de alguna forma de la razón y
que Dios ha tenido que liberarlo de esas fuerzas. Pero en otras ocasiones se vuelve muy
severo y aleja sus oídos de los cánticos de los salmos. Él propone como un sistema seguro el
de la declamación de los textos mas que cantarlos. Ahora bien, sí permitió los cantos en su
iglesia, por el recuerdo que tenía del impacto que tuvieron en él estos cantos cuando volvió a
la fe cristiana.
Dicho todo esto se puede ver la dualidad de San Agustín concerniente al tema de la
música. Por un lado está el filósofo, que no tiene mucha simpatía por la música ni por los que
la interpretan. Y por otro lado está el sensible al arte, que es capaz de recibir con brazos
abiertos la belleza de las melodías, incluso al punto de llorar. Este dualismo estará
impregnado en casi toda la Edad Media en donde se ve la música como ciencia teorética, y
Si bien, el tratado “De Música” trata temas estéticos, el tratado “De institucione
Musica” de Boecio va a ser sobre todo un libro de métrica, influenciado claramente por las
ideas pitagóricas. Boecio otro autor cristiano, posterior a San Agustín, va a dividir la música
La música mundana, se refiere a la música de los astros y del universo. Pero Boecio
no se enfoca tanto en el sonido que produzcan en sí, debido a que no la podemos escuchar;
sino que, se centra en los movimientos cíclicos de la naturaleza, tales como el ciclo de las
estaciones, y relaciona este movimiento con el concepto de armonía. Para Boecio la única
música que es verdadera es esta y las demás de esta provienen. El otro tipo de música es la
humana, esta refleja a la “mundana” en las relaciones entre el cuerpo y el alma. Por eso se
utilización de instrumentos.
Otro autor contemporáneo a Boecio fue: Casiodoro. Este hace más hincapié en el
interiores, que por lo tanto estaban obligadas a obedecer los mandamientos divinos. Entonces,
música; pero, si cometemos injusticias nos quedaremos sin ella. Por eso él afirma que la
Se puede ver como en la visión medieval se rescatan todas las ideas pitagóricas de la
dualidad que tiene la música, tanto como fuerza benigna como maligna.