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Delitos sexuales

Delitos sexuales es un término muy utilizado aunque impreciso,1 para agrupar a una serie de delitos que
afectan la libertad sexual, la indemnidad sexual, la dignidad y el desarrollo de la sexualidad de las
personas. Varios países consideran también que estos delitos atentan contra la honestidad, el pudor,
las buenas costumbres, o la familia,

Características generales

Evolución
Los delitos sexuales aparecieron en la Antigüedad euroasiática y africana, mientras que
en América no se conocieron hasta la llegada de los europeos en el siglo XV. Surgieron para
proteger el derecho de propiedad que los hombres tenían sobre las mujeres, buscando
garantizar la virginidad de las mujeres solteras y la exclusividad sexual de las mujeres
casadas, o para garantizar la héteronorma (obligación de desear a personas de otro género).
Durante siglos en la mayoría de las culturas la falta de consentimiento de la persona
sexualmente agredida tuvo poca o ninguna significación jurídica, y las víctimas,
principalmente las mujeres, recibían la misma pena que el agresor. Los principales delitos
sexuales antiguos fueron la violación, la sodomía y el adulterio.

Hasta épocas muy recientes, en prácticamente todas las culturas, las mujeres que eran
víctimas de delitos sexuales solían ser culpabilizadas por haberlos "provocado", quedando
así marcadas por la figura de la mancilla, por haber perdido su honestidad y su honra, en una
suerte de "asesinato moral". Ello produjo y aún sigue produciendo que los delitos sexuales
fueran en muchos casos silenciados y ocultados por las víctimas. Se desarrollaron
mecanismos normativos, policiales, judiciales, culturales y mediáticos que justificaban o
amparaban la comisión de delitos sexuales, que conformaron lo que algunas corrientes de
investigación denominan la cultura de la violación. Un ejemplo fue la obligación de mantener
relaciones sexuales dentro del matrimonio, que justificaba hasta hace poco, y aún justifica en
algunos países, la violación conyugal.
Los delitos sexuales son habituales en la violencia de género, cometidos mayoritariamente
por personas que tienen una relación muy cercana con las víctimas, generalmente cometidos
por un grupo de hombres, o en función de un grupo de hombres.16 Estadísticas europeas dan
cuenta que el 99% de las personas condenadas por violación son varones y el 90% de las
víctimas son mujeres,20 mientras que estadísticas estadounidenses muestran que el 76% de
las víctimas mujeres fueron violadas por sus esposos, novios o parejas.3

A partir del siglo del siglo XX, con la promoción de los derechos humanos, la democracia,
el feminismo, los movimientos LGBT y los derechos de la niñez, los delitos sexuales
sufrieron una transformación radical, aún en curso, y se orientaron a proteger la libertad
sexual y la dignidad de las personas, dentro de un marco más general de lucha contra
la violencia de género y el abuso infantil, tendiendo a eliminar los
mecanismos patriarcales de impunidad para los perpetradores y culpabilización de las
mujeres y niños.

Acciones punibles.

Los delitos sexuales abarcan un amplio rango de acciones que tienen en común su
connotación sexual y en muchos casos el cuerpo de las personas. Dos elementos principales
califican las acciones punibles: la ausencia de consentimiento, o vulnerabilidad de la persona
afectada y la minoría de edad.

El hecho de que las acciones punibles son casi siempre realizadas en ámbitos privados,
caracteriza a estos delitos, influyendo en los medios de prueba.

Sujetos activos

Los sujetos activos de los delitos sexuales suelen ser hombres que mantienen relaciones
familiares, vecinales o afectivas con las víctimas.34 Jurídicamente sin embargo todas las
personas pueden ser sujetos activos de los crímenes sexuales, sin importar su género. Aunque
estadísticamente minoritarias, las violaciones realizadas por mujeres, sobre todo contra otras
mujeres, no son un caso excepcional.22 En algunos casos, la calidad de hombre, familiar,
pareja de la víctima, persona con autoridad o confianza, suele ser un agravante.

Sujetos pasivos
Los sujetos pasivos de los delitos sexuales suelen ser mujeres, niñas, niños y personas con
orientaciones o identidades LGBT.34

Agravantes

La edad de las víctimas, cuando son menores de edad, es una de las principales agravantes
de los delitos sexuales. También lo son los vínculos familiares y de confianza. Finalmente
constituyen agravantes los daños físicos sufridos (lesiones y muerte), aun cuando no fueren
intencionales.

Medios de prueba

Por tratarse de delitos cometidos la mayoría de las veces en espacios privados e íntimos, la
prueba de los mismos es problemática. Las víctimas han exigido otorgar valor probatorio a
la declaración de la víctima -siempre sometida a escrutinio de los jueces y los abogados
defensores-, y a las pericias psicológicas.

Penas[editar]

Las penas por delitos sexuales se han ido endureciendo, llegando en los casos más graves a
la prisión perpetua o a la pena de muerte en los países que la contemplan. En algunos países
está contemplada también la pena de castración química, con características obligatorias o
voluntarias.

Factores sociales y culturales.

Los delitos sexuales están fuertemente relacionados con prácticas sociales y culturales que
toleran, avalan, justifican, encubren e incluso promueven la comisión de los delitos sexuales,
dentro de un marco más amplio de un sistema de relaciones de desigualdad entre los géneros,
conocido como patriarcado y una práctica de violencia privada sistemática conocida
como violencia de género. Los investigadores han denominado a estos factores como cultura
de la violación y segunda violación, significando con dichas expresiones un entorno cultural
de tolerancia y pasividad, que facilita la comisión de delitos sexuales.

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