Todos andan locos por las calles, buscando que comer, buscando que
comprar. Pareciera que nadie se acordara de mí en este tumulto,
El día de hoy “Dia de todos los Santos” salgo a las calles para encontrarme con algún conocido. Puedo caminar libremente recordando los momentos junto a mi familia. Aquellos días en los que comíamos lechon de Huarocondo y les regalaba sus panes Wawa y Caballo a mis sobrinos, los cuales tampoco se acordaron de mí. Éramos una familia unida, pero luego de que mamá murió, nunca mas volvió a ser lo mismo. Cada uno se fue por su lado y solo nos reuníamos en navidad los primeros años, luego todo se fue al carajo. Dicen que cuando yo nací, no lloré y que tuvieron que reanimarme con un cigarro, mejor dicho llamar a mi ánima con un cigarro, pues ya me iba de este mundo sin decir Ma ni Pa; fue mi abuela quien con sus conocimientos chamánicos me dio el primer aliento de vida a través del tabaco. Toda mi vida pensé que no se acabaría y que podría seguir esta vida bohemia de alcohol y transnochadas, que poco a poco me consumía. Pero, ¿Por qué tomaba? Era acaso una forma de escapar de mis problemas, de mis responsabilidades. O era una forma de expiar los fantasmas que me atormentaban y no me dejaban andar libremente. Uno puede ser libre exteriormente, pero la cadena más grande es la que lleva uno dentro. Nunca supe valorar la vida, ni los momentos que esta me ofrecía, tampoco la valoré a ella, Sara. Ella siempre me decía que cada uno busca su destino y si alguien en verdad te ama nunca te lo dirá, simplemente no te hará sufrir. Yo la hice sufrir mucho, es así que ella se alejó de mí y yo nunca la busqué. Hoy sufro por ella en cada recuerdo suyo, de un hubiera o un como quisiera. Hoy 01 de Noviembre del 2019, nadie se acordó de mi, ni mis amigos que decían ser mis amigos, ni mi familia que decía ser mi familia. Nadie se acordó de mi cumpleaños, porque yo tampoco me acordé que estoy muerto.