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Reconstrucción Nacional

Es la etapa posterior a la guerra con Chile donde el Perú buscó resarcirse de la ruina y retornar a la
senda de la prosperidad y el desarrollo. Se manifiesta con la aparición del “SEGUNDO
MILITARISMO”.

I. Miguel Iglesias (1883-1885)

Asumió el poder durante los últimos meses de la guerra con Chile, encargándose de negociar la
penosa rendición con los chilenos y de la firma del Tratado de Ancón en 1883. En su breve gestión,
no se registran obras importantes; únicamente podemos destacar la reapertura de los tribunales
de justicia, cerrados durante la guerra; se inicia la reconstrucción de la Biblioteca Nacional a cargo
de Ricardo Palma (el "Bibliotecario Méndigo"); se produce la inmolación del estudiante de
medicina Daniel Alcides Carrión, quien se inoculó el virus de la verruga, muriendo el 5 de octubre
de 1885.

Estalla la rebelión de Pedro Pablo Atusparia y Pedro Cochachín en el Callejón de Huaylas, quienes
se levantaron contra los abusos de las autoridades locales contra los indios. Pero el hecho más
importante de este gobierno va a ser la guerra civil que encabezó el rebelde General Andrés A.
Cáceres, quien terminó por derrotar a Iglesias en la batalla de Huaripampa y ocupó Lima el 18 de
noviembre de 1885. Iglesias abandonó el país y se instaló un gobierno provisional que convocó a
elecciones presidenciales en las cuales resultó vencedor Cáceres.

II. Andrés A. Cáceres (1886-1890)

Tras asumir la presidencia, Cáceres tuvo que enfrentar los dos principales obstáculos que el país
tenía para su recuperación económica: La deuda externa y el problema del billete fiscal.

Desde inicios de la década de los años setenta, el Perú venía arrasando una deuda impaga con los
acreedores ingleses que sobrepasaba los cincuenta millones de libras esterlinas. Si el Perú no
cancelaba esta inmensa deuda externa no podría acceder a nuevos créditos internacionales tan
necesarios para su reconstrucción material.

Ante esta situación, el gobierno entró en negociaciones con los acreedores ingleses quienes
propusieron una fórmula para la cancelación de la deuda: El Perú debía aceptar ceder a los
acreedores ingles lo siguiente:

1. La administración de los ferrocarriles del Perú por 66 años.

2. El derecho a la libre navegación por el Lago Titicaca.

3. Tres millones de toneladas de guano.

4. Dos millones de hectáreas en la cuenca del Río Perené.

5. 33 cuotas anuales de ochenta mil libras esterlinas.


El gobierno peruano no tuvo más remedio que aceptar a las condiciones fijadas por los ingleses y
en 1889, se llevó a cabo la firma del Contrato Grace entre el Estado peruano y los acreedores.
Dicho contrato es considerado como uno de los más lesivos para los intereses nacionales en toda
nuestra historia. Sin embargo, gracias a la firma del contrato, el Perú canceló su deuda externa y
pudo acceder a nuevos créditos internacionales. Asimismo, se creó la compañía inglesa Peruvian
Corporation, la cual se encargó de administrar los ferrocarriles del Perú.

El gobierno optó por reemplazar el billete por monedas de plata y por títulos de la deuda externa.
La conversión fue a proporción de S/15.00 en billete por S/1.00 en moneda, este logró poner fin a
la inflación, pero afecto a los sectores populares.

Subió el impuesto al alcohol y al tabaco, incrementó el impuesto al papel sellado, asimismo creó
el estanco del opio y creó las juntas departamentales para administrar los gastos fiscales.

III. Remigio Morales Bermúdez (1890-1894)

Miembro del Partido Constitucional, se hizo cargo de la presidencia en 1890. El proceso de


reconstrucción nacional va a proseguir con la lenta reactivación de la economía. Se van a cumplir
los diez años de la firma del Tratado de Ancón y sin embargo Chile no lleva a cabo la realización del
plesbicito. Asimismo, se celebró la firma del Tratado García Herrera con Ecuador, el cual no fue
ratificado por los congresos de ambos países.

Uno de los hechos de más trascendencia de este gobierno es el inicio de las luchas obreras en el
Perú, Se van a dar las primeras huelgas como la de los empleados de aduanas, de los tipógrafos o
la de los trabajadores del muelle y dársela del Callao. Asimismo, es durante el régimen de Remigio
Morales Bermúdez que se van a aprobar la Ley de Habeas Corpus y la Ley de Municipalidades.

El Presidente falleció en abril de 1894, a pocas semanas de finalizar su mandato. Según la


constitución, el primer vicepresidente, Pedro Alejandrino del Solar, debía reemplazar al fallecido
mandatario; sin embargo, el congreso decidió nombrar como nuevo Presidente al segundo
vicepresidente Justiniano Borgoño. Esta actitud se explica por la intención de los caceristas de
llevar a cabo un fraude en las elecciones presidenciales de aquel año. Dicho fraude estaba
destinado a favorecer al General Cáceres, quien postulaba a la reelección; Del Solar no estuvo a
favor de dicha maniobra ilegal por lo cual el congreso, controlado por los caceristas, le dan la
presidencia a Borgoño, quien era hombre de confianza de Cáceres.

IV. Andrés A. Cáceres (1894-1895)

Como ya hemos visto, Cáceres llegó a la presidencia por segunda vez de forma totalmente
irregular, lo cual provocó el total rechazó de todos los sectores políticos del país, incluyendo sus ex
socios del Partido Civil, que ya exigían que los militares den paso a los civiles en la conducción del
país. Esto provocó que las principales agrupaciones políticas del país: (Partido Civil, Partido
Demócrata Pierolista) decidan unirse y formar la denominada Coalición Nacional, la cual quedó al
mando del caudillo civil Nicolás de Piérola. Se inició así una sangrienta guerra civil que duró hasta
marzo de 1895. Piérola invadió Lima y, luego de una cruenta lucha que dejó centenares de
muertos en las calles, obligó a la renuncia de Cáceres quien tuvo que marchar al exilio. Se nombró
un gobierno provisional a cargo del civilista Manuel Candamo, quien convocó a elecciones, en las
cuales resultó triunfador Piérola. De esta forma, llegaba a su fin el llamado segundo militarismo en
el Perú.

V. Nicolás de Piérola (1895-1899)

A este segundo gobierno, Nicolás de Piérola llegó con el apoyo de su enemigo histórico, el Partido
Civil, el cual lo apoyó en su revolución contra Cáceres.

Este gobierno se caracterizó por haber ser el nexo entre la Reconstrucción Nacional y la llamada
República Aristocrática, pues sentó las bases para el futuro apogeo de la oligarquía civilista. Es así
que va a entregarle a este sector de la sociedad el control de importantes actividades productivas.
Esto se puede apreciar fundamentalmente en la actividad agro industrial; el gobierno de Piérola
propició la concentración de las mejores tierras de la costa norte en manos de un pequeño grupo
de familias.

Los años del segundo gobierno de Piérola marcan el inicio de una relativa bonanza económica
para el Perú. La exportación del azúcar se elevó considerablemente, se inició la era del caucho, se
incrementaron las inversiones inglesas y se logró la recuperación económica del aparato estatal.
Se puso énfasis en la recaudación tributaria, para lo cual creó la Sociedad Anónima de
Recaudación de Impuestos. Se adopto la Libra de oro como nuevo patrón monetario; se creó el
estanco de la sal para recaudar los diez millones de soles a pagarle a Chile por Tacna y Arica. Se
fundan el Banco del Perú y Londrés, el Banco Internacional del Perú y la Compañía de seguros
Rímac.

Se creó la Escuela Militar de Chorrillos, se establece la ley del servicio militar obligatorio y se
promulgó el Código de Justicia Militar.

En el frente externo, se produjo la firma del Tratado Billinghurst - La Torre con Chile para sentar
las bases para la realización del plesbicito sobre Tacna y Arica. Finalmente, se inicia el crecimiento
urbano de Lima con la construcción de nuevas avenidas como el Paseo Colón o La Colmena. Son
también los años en que la llamada "modernidad" se hace presente en el Perú con la llegada de
nuevos avances tecnológicos como el primer fonógrafo, el primer cinematógrafo, el primer
automóvil, el primer teléfono, las primeras lámparas a electricidad, etc.

Al concluir el segundo gobierno de Nicolás de Piérola, se cierra en ciclo de la llamada


Reconstrucción Nacional y el Perú está a punto de pasar al siglo XX, para dar inicio a un nuevo
período de nuestra historia: La República Aristocrática.

Las Haciendas Azucareras


El cultivo de la caña de azúcar se dice que fue introducido al Perú por los españoles en los
primeros años posteriores a la conquista, y se extendió rápidamente gracias a las
favorables condiciones de la costa. Helfgott (1997) manifiesta que, en la publicación
efectuada por la Unión de Productores de Azúcar del Perú en 1945, se señalaba que en
1549 ya existían cuatro trapiches para moler caña y el equipo indispensable para elaborar
azúcar. Hasta antes de la Reforma Agraria (1969), la industria azucarera peruana estaba
constituida por doce empresas, de las cuales ocho eran grandes negociaciones
(haciendas), ubicadas en Lambayeque (Cayaltí, Pomalca, Pucalá y Tumán), La Libertad
(Casa Grande, Cartavio y Laredo) y Lima (Paramonga), mientras que las otras cuatro eran
pequeñas empresas ubicadas en Arequipa (Chucarapi-Pampa Blanca), Ancash (San Jacinto)
y Lima (Andahuasi e Ingenio). Las haciendas Casa grande, Cartavio, Tumán y Paramonga
destacaban como las unidades más importantes. 2 La propiedad de las acciones de los
complejos azucareros se encontraba mayoritariamente (65%) en manos de ciudadanos
extranjeros o empresas extranjeras. En las empresas Cartavio y Paramonga, la
participación del capital extranjero era casi 100%, de propiedad de la empresa
norteamericana Grace and Company. En las haciendas Casa Grande y Laredo, ambas
dirigidas por la familia Gildemeister, el capital extranjero ascendía a 73,51% y 49,67%,
respectivamente. En Tumán, el 60,81% del capital era extranjero, proveniente de los
Estados Unidos, Suiza, Panamá, y Portugal, principalmente. Sólo los complejos Pomalca y
Cayaltí y las empresas menores de Andahuasi, Ingenio y Chucarapi eran íntegramente de
propietarios peruanos.
Con la Ley de Reforma Agraria se expropiaron todos los complejos azucareros de la costa,
los que fueron entregados a sus trabajadores, organizados en cooperativas. Actualmente
la industria azucarera se encuentra conformada por diez empresas, de las doce que
existían previos a la Reforma. Todas las empresas han cambiado de modelo empresarial,
de cooperativas a sociedades anónimas, pero sólo seis de ellas (Cartavio, Laredo,
Paramonga, San Jacinto, Pucalá y Chucarapi) han incorporado socios estratégicos. Las
empresas Casa Grande, Tumán y Pomalca, se encuentran todavía bajo gestión de sus
accionistas trabajadores, manteniendo aún esquemas propios del modelo cooperativo.

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