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Introducción:

El presente ensayo tiene como objeto analizar los modelos pasados en clases, las cuales se
basan en técnicas y teorías, enmarcadas en un contexto clínico y seleccionadas de forma
cuidadosa para propiciar un abordaje oportuno y eficaz al paciente.

Estos modelos estudian cambios de comportamiento que no pueden explicarse en


términos de naturaleza normal o aquello que se entiende como regularidad, lo que se entiende
como cambios que no son originados ni por la madurez natural del individuo, por aprendizaje ni
por maduración, desde cierta perspectiva más acercada al ámbito de la salud se entiende como
aquello no sano, de acuerdo a la perspectiva que se use se puede o no usar el término
enfermedad o desorden.

Estos modelos ayudan a la búsqueda de esas respuestas a esas interrogantes, preguntas


como las repuestas a los grandes desórdenes mentales, tanto como la depresión, el mal humor,
que origina aspectos como esto dentro de nuestro cerebro y de ser posible cuál es su mejor
tratamiento.

Por ello realizaremos una breve descripción de estos 5 modelos y diferentes enfoques
dados para la intervención clínica de pacientes.
El modelo humanista tiene como principal característica considerar al ser humano como
un todo, sabiendo que existen múltiples factores que intervienen en la salud mental, en su
crecimiento personal y en su autorrealización. Entre ellas convergen e interrelacionan aspectos
como las emociones, el cuerpo, los sentimientos, la conducta, los pensamientos, etc.

No nos equivocamos si decimos que este enfoque, esta perspectiva teórica y práctica se alza a día
de hoy como una de las corrientes psicológicas más destacables. Es un legado que vale la pena
conocer y que nos puede dotar sin duda de valiosas herramientas: el autoconocimiento y
autodescubrimiento, competencias para el cambio, relaciones sociales, fortalecimiento de la
autoestima.

El conductismo está determinado por los refuerzos y castigos que reciban más que por
predisposiciones internas. El comportamiento, por tanto, no depende principalmente de
fenómenos internos, como los instintos o los pensamientos (que no dejan de ser, por otra parte,
conductas encubiertas) sino más bien del entorno, y no podemos separar ni la conducta ni el
aprendizaje del contexto en que tienen lugar.

De hecho, aquellos procesos que ocurren en el sistema nervioso son la causa de cómo actuamos,
para los conductistas no son más que otro tipo de reacciones generadas a través de nuestra
interacción con el entorno.

El psicoanálisis o teorías psicodinámicas se han caracterizado por dividir la psique en tres


aspectos fundamentales, consciente, preconsciente e inconsciente, de los cuales se han centrado
principalmente en el estudio del último. El inconsciente es la parte de la psique más determinante,
al recoger los deseos, impulsos y sensaciones más primitivos y pulsionales que vamos
desarrollando desde la infancia y regirse por el principio de placer.

Ello, yo y superyó

Además, en esta teoría el aparato psíquico está configurado por tres elementos principales,
denominados ello, yo y superyó. Mientras que el ello es la parte instintiva e impulsiva que dicta lo
que deseamos y que suele actuar a nivel inconsciente, el superyó es la parte de nuestra psique que
observa la moralidad de la conducta y busca que esta sede de una forma responsable. Por último,
el yo se encargaría de hacer que los deseos del ello entren dentro de lo que el superyó encuentra
aceptable, utilizando varios mecanismos de defensa para mediar entre deseos y realidad.
En el modelo biológico se entiende que la enfermedad mental es igual a la enfermedad
física, por lo que posee una etiología orgánica. Además, tendrá un curso determinado y un
pronóstico concreto. Para este modelo, la conducta anormal nos más que un mero síntoma que
indica una alteración orgánica. El tratamiento será de tipo orgánico médico.

Y por último el modelo Cognitivo se caracteriza por estudiar cómo el ser humano conoce,
piensa y recuerda, centra su atención en el papel como elabora, crea e interpreta la información el
hombre como sujeto pensante. Resalta su preocupación por el desarrollo de habilidades mentales
y su representación en el aprendizaje.

El modelo Cognitivo se basa en el pensamiento, explora la capacidad de las mentes


humanas para modificar y controlar la forma en que los estímulos afectan nuestra conducta,
sustenta al aprendizaje como un proceso donde se modifican significados de manera interna. Estas
modificaciones las provoca el individuo. El aprendizaje se realiza mediante la relación de diversos
aspectos registrados en la memoria.

Conclusión:

A mi parecer los distintos modelos vistos, se refiere a desordenes psicológicos internos tales como
la depresión o ansiedad, por ejemplo, tanto como los desórdenes exteriores tales como el
desorden de conducta, de estado de ánimo, de oposición desafiante, agresividad, alimentación.

Los métodos tradicionales se basan tan solo en la clasificación y tratamiento y ya está solucionado,
algunos lo adoptan bajo conceptos de enfermedad, cuando a veces se trata de otros factores más
subjetivos que objetivos y que los clínicos tantas veces se niegan a ver, podría ser aspectos como
el sentirse bien, la relación familiar, es decir no siempre en cuanto a la sicopatología se debe de
clasificar a el paciente con un desorden como enfermo, ya que en lugar de mejorar las cosas se
corre el riesgo de empeorarlas.
Trabajo
Psicopatología.
Resumen de los 5 modelos visto en clases.
Pablo Hernández Maldonado.

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