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Valores: Pilares en nuestra sociedad

Buenas días profesora, compañeros y demás asistentes. En esta oportunidad


tengo el placer de presentar mi discurso titulado “Valores: Pilares en nuestra
sociedad” Les agradezco su atención.

Los valores los enseñan en el hogar, en el colegio, en la iglesia, pero, ¿alguien


sabe para qué? Y en primer lugar, ¿qué son? ¿Cuáles son? No vengo a darles
respuestas ni mucho menos a someterles mi pensar, ya que conceptos como
este son increíblemente subjetivos, solo voy a decirles mi opinión más sincera.

Los valores son principios morales y éticos que determinan a la persona y la


forma en que esta se comporta en la sociedad. Son los que dan rumbo a
nuestra vida, por ejemplo, dos personas pueden estar interesadas en el
comercio, pero una podría convertirse en un contrabandista y el otro en un
honesto negociante, todo depende del esquema de valores que la persona
posea. Su ausencia o presencia en las personas definen nuestra sociedad y he
aquí su gran importancia, ¿queremos una sociedad llena de ladrones?, ¿de
mentirosos?, ¿de irrespetuosos? Yo estoy seguro que no.

Los valores son fundamentales en nuestra vida porque nos permiten


desarrollarnos de una manera asertiva y enriquecer nuestra sociedad como
virtuosos ciudadanos. Es por esto que debemos practicarlos siempre, en todo
contexto. Hoy voy a hablarles de tres que para mí son vitales.

Personalmente el valor que jerarquizo como más importante es la honestidad.


Lamentablemente nuestro país sufre una gran deficiencia de este valor porque
estamos acostumbrados a mentir para quedar bien con los demás, para cubrir
nuestras faltas y debilidades. No asumimos nuestros errores y fallas. Por esto
se nos debe enseñar desde pequeños a ser personas íntegras y de palabra, a
ser coherentes entre lo que decimos y hacemos. Entender que no hay mentiras
blancas o negras, lo que una persona considera una mentira pequeñita e
inocente puede terminar en una enorme red de mentiras sin fin. Sé honesto no
solo para tener paz con tú consciencia sino para ser justo con los demás. Ellos
confían en tus palabras y acciones.

En segundo lugar, coloco el respeto. Este valor posee diversas connotaciones


dependiendo del contexto, pero una ley que se aplica en general es que es
imposible que una persona que no se respeta a sí misma logre respetar a los
demás. En esta oportunidad voy a hablar del respeto como principio de la
tolerancia que es el reconocimiento de que cada uno de nosotros piensa y
siente diferente pero eso no significa que una opinión o decisión es menor que
otra. Obviamente no todos vamos a pensar igual y en ciertos temas podremos
tener puntos de vista completamente diferentes pero yo respeto tus creencias
aunque no las comprenda ya que simplemente por el hecho de ser una persona
mereces ser escuchado y aceptado.

En último lugar pero no por eso menos importante, está la solidaridad, que lo
defino como la ayuda incondicional a otro sin recibir ningún beneficio. Una
mente egoísta diría: ¿pero, cómo, utilizar mi valioso tiempo haciendo algo que
no me ayuda, dónde está la recompensa?” La recompensa es ver la sonrisa en
la cara de una persona, el saber que con tus talentos y habilidades has ayudado
a hacer del mundo un poco mejor. Como la Madre Teresa de Calcuta decía:
“No hace falta que hagas un gran acto para ser solidario, los puedes ayudar
desde tu pequeño lugar en el mundo”

Existen más valores, la lealtad, el agradecimiento, la humildad, la amistad, lo


importante no es en qué orden los tienes, eso es relativo, lo importante es
practicarlos día a día para hacer poco a poco un país y un mundo mejor, más
digno, más humano. No olvidarse nunca de compartir lo que aprendemos, con
nuestro ejemplo le podemos enseñar a muchas personas que aún hay
esperanza y que el cambio, empieza con nosotros.

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