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La Señal del Cinto Podrido

Jeremías 13: 1-11

Dios habla por símbolos; en algunas ocasiones y vemos que en esta cita bíblica lo hace, usa acciones simbólicas
para llevarnos a la realidad.

Analicemos cada símbolo:

El profeta representa a Dios

El cinto representa al creyente o al pueblo de Dios

El rio Éufrates representa al mundo y al pecado.

V.1 Jesús nos compró con su sangre, no fue un regalo hubo que hacer una compra, porque tú y yo teníamos otro
dueño.

El cinto que se compra es de lino: Es interesante como nos ve el Señor, el lino, era el tejido de que estaban hechas
las vestiduras sacerdotales y reales; el lino es símbolo de Riqueza y Pureza; así es como nos ve el Señor.

La orden de no sumergirlo en el agua; manifiesta la intención de evitarle todo contacto que lo deteriorara. Es lo que
quiere evitar el Señor en nosotros todo contacto con las cosas del mundo, con el pecado todo esto nos daña, nos
contamina.

V.4 El cinto es quitado de los lomos del profeta; y es llevado a una hendidura, junto al rio. La marea del rio subía y
le llegaba el agua y cuando bajaba la marea, el cinto quedaba expuesto al aire, al sol, a la lluvia y a todos los factores
ambientales.

Que nos quiere decir el Señor con esto; el alejados de la presencia del Señor, vamos a estar expuestos a la
contaminación de este mundo, seducidos por los placeres que el mundo ofrece; el mundo y el pecado nos deteriora.
El Señor nos dice que aunque estemos en el mundo no nos dejemos engañar por lo que el mundo nos ofrece.

V.5 Saben mis hermanos alejados del Señor; escondidos de su presencia apestamos, nos pudrimos.

V.6-7 Cuál fue el final del cinto? Se había podrido; al principio el rio que representa al mundo y al pecado parecen
bonitos; pero poco a poco el rio fue dañando el cinto. El dejar al Señor, el abandonarlo, el descuidar su presencia, el
perder la comunión con él; trae destrucción, pudrición a nuestras vidas. El cinto fue quitado de los lomos del Señor,
en los lomos del Señor estamos bien, estar bajo su presencia es estar bajo su cobertura, bajo su protección; pero
nos pudrimos en un lugar distinto. El no estar ante la luz del Señor es estar en oscuridad. Para ninguna cosa somos
buenos; alejados del Señor nada somos.

Analicemos estas preguntas que nos hace el Señor, en esta noche: Qué hay dentro de nosotros que nos ayuda a que
nos deterioremos, a que nos pudramos? R/ Orgullo, altivez, terquedad, soberbia……Qué clase de cinto somos?
Estaremos a la luz o estaremos escondiéndonos? Qué nos ha dado Dios que aún tenemos escondido? R/ dones,
talentos, virtudes, sueños, ministerios, visiones….etc. En cuál peña nos estamos escondiendo? En la peña del temor,
en la peña del egoísmo, de la indiferencia, de la mentira, de la murmuración, de la falsedad, de la deshonestidad, de
las excusas, de los argumentos, de las justificaciones etc.….

V.8-9 El alejarnos del Señor, trae soberbia a nosotros, y la soberbia descompone el alma; la soberbia deteriora, el
Señor quiere que maduremos que crezcamos espiritualmente, pero todo eso lo logramos a su lado, en su presencia;
somos cristianos bonsái: el cristiano bonsái es aquel que está de adorno, crecen hasta donde les da la maceta,
crecen con lo que le da la iglesia o el pastor, pero no buscan más. Los cristianos bonsái son aquellos que pueden
parecer lindos, van a la iglesia todos los domingos; pero nunca pueden servir para alimentar a otros, se quedan con
lo que saben con dos o tres herramientas espirituales; están en una maceta limitante. Dios quiere que seamos
árboles frondosos plantados en la buena tierra que crezcamos hasta alturas increíbles. Que nunca dejemos de
crecer, de aprender y que nunca dejemos de llenarnos de Dios. La iglesia está urgida de cristianos maduros, en
crecimiento, que tomen responsabilidades, no que estemos de adornos sin dar frutos.

V. 10 Mira como llama Dios a este pueblo: Malo porque: -No quiere oír mis palabras: vivimos rechazando y
menospreciando la palabra del Señor; cuando no la queremos oir: cuando venimos escuchamos la palabra y de ahí
no pasa, nos convertimos solo en oidores y no hacedores; la oímos pero no la ponemos en práctica. Jeremías 6:10
hay sordera espiritual en nosotros, no amamos al Señor mucho menos su palabra. Ezequiel 12:2 Somos casa
rebelde

- Anda en las imaginaciones de su corazón: Tenemos imaginaciones perversas, porque no estamos haciendo ni lo
recto ni lo correcto delante de Dios y así van a ser nuestros pensamientos. Romanos: 1:21 Andamos en nuestro
propio razonamiento, a lo bueno llamamos malo y a lo malo llamamos bueno.

- Va en pos de dioses ajenos: Lo que es más importante que obedecer al Señor. Ese es tu dios. Ese dios ajeno al que
nos postramos puede ser el dinero, el afán, el trabajo, la pereza….

Allí mismo dice: Vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno. Alejados del Señor para ninguna
cosa somos buenos. El rio que representa al mundo y al pecado hicieron que este cinto se pudriera; el Señor no
quiere que el fin de nosotros sea la pudrición sino por el contrario que lo busquemos, que deseemos su presencia, a
su lado estamos bendecidos, con él vamos de victoria en victoria y de triunfo en triunfo. Decídete a buscarle, a
servirle a creerle.

V.11 Dios quiere que estemos sobre sus lomos: para que le seamos por cinto, por pueblo; por fama (igual que
adorna un cinto) para que otros admiren a Dios al verte a ti; por alabanza: para que otros alaben a Dios al verte;
por honra: Dios exige honra de nosotros, pero en vez de honrarlo damos mal testimonio de su nombre, en vez de
honrarlo lo avergonzamos.

Pero no escucharon: Somos como esas cisternas rotas que no retienen agua; la palabra del Señor no la retenemos
en nuestros corazones, por un oído nos entra y por el otro sale pero no quedan atesoradas en nuestros corazones;
sabes por qué, porque no la amamos nos parece vergonzosa; hay sordera espiritual en nosotros. Prov. 8:32-34
Bienaventurado el que lo escucha y no lo menosprecia, aquel que atiende sus consejos adquiere sabiduría.

Conclusión: A través del sacrificio de Cristo, él nos ha justificado, él quiere que tu y yo aceptemos que él puede
sacarnos de la peña, donde nos hemos escondido, él puede limpiarnos y darnos una nueva oportunidad, que a
través de su sangre podemos. El Señor quiere que seamos ese cinto que fue quitado de sus lomos, que no
abandonemos su presencia; que caminemos limpios, sin impurezas, para que el propósito y el diseño que el ha
marcado para nuestras vidas, se cumpla.

tomando como ejemplo el CINTO PODRIDO..

Dios llama a Jeremías en el capitulo 1, del libro que lleva su nombre, en los siguientes capítulos Dios muestra a
Jeremías el malvado corazón del pueblo de Israel, falsos dioses, pactos violados, castigos, homicidios, orgullo y
soberbia son las cosas que caracterizan a este pueblo aparentemente tan religioso de labios y de sacrificios pero
con un corazón ignorante y ajeno a la palabra de Dios. Hay una porción que esta mañana llamo mi atención, al ver
la forma como Dios quiere mostrar lo que es Israel por medio de un cinto que se pudre y para nada sirve.
Jeremías 13:7- 10Entonces fui al Éufrates, y cavé, y tomé el cinto del lugar donde lo había escondido; y he aquí que
el cinto se había podrido; para ninguna cosa era bueno y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová:
Así haré podrir la soberbia de Judá, y la mucha soberbia de Jerusalén. Este pueblo malo, que no quiere oír mis
palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón, y que va en pos de dioses ajenos para servirles, y para
postrarse ante ellos, vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno.

Un cinto que Dios quiere usar se ha convertido en un cinto podrido, pienso en dos aplicaciones: para los creyentes
que se apartan de Dios que se alejan tras lo que su malvado corazón les dicta y dejan el camino de Dios, se
convierten en personas inservibles, viviendo para cosas que de nada aprovecha y con vergüenza se presentaran
ante Dios con las manos vacías. Dios nos libre de caer en estos niveles y nos alerte cuando nos estemos acercando a
estas tenebrosas aguas.

Pero veo una segunda aplicación para un pueblo colombiano “religioso” que en un día como hoy: VIERNES SANTO
se enorgullece de adorar ídolos que si lees en cualquier referencia de biblia que encuentres (ver Isaías 45) Dios
aborrece ya que lo comparan con un bulto de cemento o de madera o un pedazo de oro que no ve ni oye, que
comparado con un Dios santo y poderoso es como si a nosotros al hombre le hicieran una estatua de basura
podrida para recordarlo (¿Cómo te sentirías?), además es un pueblo soberbio que no se deja amonestar que se
indigna y defiende a muerte una religión que sirve a dioses ajenos, se postra ante ellos y hacen todo lo que su
corazón les dicta y no lo que esta escrito en la Biblia. Jeremías les llama un pueblo malo, que no quiere oír la
palabra de Dios, y el fin es terrible vendrá a ser como un cinto podrido que para ninguna cosa es bueno.

Me impresiona escuchar el testimonio de cuantos cintos podridos que Dios sano y restauro, cuantas religiones que
Dios quito de nuestros corazones que ahora tienen una relación personal de Padre a hijo, no te desanimes al
escuchar un pueblo religioso de labios pero con un corazón lejos de la palabra de Dios, es nuestra visión
COLOMBIA PARA CRISTO, llevar la palabra que tiene el poder de abrir los ojos ciegos espirituales, es la muerte de
Cristo la que rompe el velo en dos para que toda persona pueda tener acceso directo al Padre único perfecto, pídele
a Dios sabiduría para que en esta semana puedas aprovechar lo que el pueblo hace para llevarlos al cordero de
Dios que quita el pecado del mundo. Mucha sabiduría pero pídela con Fe….. Dios los bendiga…

Cinto_ Parte de la vestidura tanto de hombres como de mujeres. En hebreo hay varias palabras que se traducen
como c. en castellano. La más usual se refiere al c. corriente, que servía para ceñir el vestido interior y el
exterior a la cintura. No se hacía lo mismo con la otra pieza, el manto. El c. que utilizaba †¢Elías era, en
realidad, muy ancho, casi como un delantal (2Re 1:8), así como el de Juan el Bautista (Mat 3:4). Ambos eran de
cuero. Dios usó como figura †œun c. de lino†• que Jeremías debió esconder debajo de una peña en el
†¢éufrates (Jer 13:1-7). Ese tipo de c. era considerado como valioso. El c. podía ser de la misma tela que el
vestido, o de cuero, o de lana. Sólo en Daniel y Apocalipsis se mencionan c. de oro (Dan 10:5; Apo 1:13; Apo
15:6).

La expresión †œceñir los lomos†• significa tomar el ruedo del vestido y amarrarlo a la cintura con el
c. para estar preparado para la acción, ya sea viajar o para trabajar (Exo 12:11; 2Re 4:29; 2Re 9:1).
También se consideraba el uso del c. como señal de que el niño había llegado a ser hombre, porque
podía usar armas. El c. se utilizaba para llevar dinero (a veces escondido) o en una bolsa pequeña que
también servía para guardar algunos alimentos. Por eso el Señor Jesús dijo a sus discípulos que no se
proveyeran †œde oro, ni plata, ni cobre en vuestros c.†• (Mat 10:9). En el c. se llevaban armas (2Sa
20:8). El espacio entre el borde de la falda y el c. podía utilizarse como recipiente para transportar
granos. Bastaba tomar la falda por el ruedo y levantarla. A eso se refiere la expresión †œdad y se os
dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo†• (Luc 6:38).
†¢Armadura y armas.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

Estas palabras cubren varios términos heb. y varias prendas de vestir. El término ˒aḇnēṭ se aplica al
cinturón ceremonial, especialmente el que llevaban el sumo sacerdote y sus asociados, y que se hacía
de lino bordado en azul, púrpura, y escarlata (Ex. 28.4, 39–40; 29.9; 39.29; Lv. 8.7, 13; 16.4), aunque
también lo llevaban otros altos dignatarios (Is. 22.21, “talabarte”). En Ex. 28.8, 27–28, etc. el “cinto
de obra primorosa” es ḥēšeḇ, “artefacto”, de oro, azul, púrpura, escarlata, y lino fino, aparentemente
un cinto muy trabajado para el efod (* VESTIDO, d). El término ˒ēzôr generalmente significa
“taparrabo”. Un tosco cinturón de cuero caracterizaba al profeta Elías (2 R. 1.8) y a su contraparte en
el NT, Juan el Bautista (Mt. 3.4; Mr. 1.6).

Dios ordenó a Jeremías (13.1–11) que se comprara un cinto de lino que luego se pudrió, como símbolo
de que la corrupta Judá no tenía ningún valor.

Siglos después, Agabo se ató con el cinturón de Pablo como símbolo del cautiverio que sufriría el
apóstol (Hch. 21.11). Además de simbolizar el avance de las tropas asirias con cintos bien ajustados
(Is. 5.27; cf. ANEP, fig(s). 236), Isaías vio que la justicia y la fidelidad rodearían al hijo de David como
un cinto. Ezequiel (23.15) habla de los babilonios “ceñidos por sus lomos con talabartes, y tiaras de
colores en sus cabezas”; cf. ANEP, fig(s). 454.

ḥaḡôr, ḥaḡôra significa cinto, pretina o faja propiamente dicha. A menudo dichos cinturones eran muy
ornamentados y valiosos, incluyendo, sin duda, los que se vendían en Pr. 31.24 y pertenecientes a las
damas opulentas en Is. 3.24; cf. Dn. 10.5; Ap. 1.13; 15.6. Los llevaban los guerreros para sujetar la
espada en su vaina (2 S. 20.8; cf. 1 R. 2.5 y el heb. de 2 R. 3.21; cf. ANEP, fig(s). 173–174), y pueden
haber sido parte de regalos y recompensas (1 S. 18.4; 2 S. 18.11). En el trabajo, la gente generalmente
recogía sus vestidos dentro de la faja o cinto, como se hace todavía en el oriente.

La palabra mēzah, ‘cinto’ o ‘faja’, aparece en Sal. 109.19; este término y ˒aḇnēṭ quizás podrían
relacionarse con las palabras egp. mḏḥ y bnd respectivamente (T. O. Lambdin, JAOS 73, 1953, pp. 146,
152).

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