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EQUIPO MULTIDISCIPLINARIO-ASISTENCIA, INVESTIGACIÓN, CAPACITACIÓN.

NEUROPSICOLOGÍA – NEUROLOGÍA - PSICOPEDAGOGIA- PSICOLOGÍA-


SOCIOLOGÍA CLÍNICA – NEUROCIENCIA COGNITIVA.

NEUROPLASTICIDAD CEREBRAL Y APRENDIZAJE.


Nuestras destrezas y habilidades individuales son moldeadas en gran medida por nuestros
ambientes, y en especial por nuestra historia.
El cerebro humano , afortunadamente tiene lo que nos gusta llamar como en la Informática,
un "código abierto"... que permite que sigamos "inscribiendo" en él y transformándolo
gracias a sus mecanismos de neuroplasticidad.

El mayor reto para nuestro cerebro somos nosotros mismos, nuestra forma singular de
enfrentar los retos a que nos enfrenta el ambiente, el contexto social y cultural. El sistema
nervioso central es un producto nunca terminado, es el resultado, siempre cambiante y
cambiable, de la interacción de factores genéticos y epigenéticos, (experiencias de vida,
nutrición, tóxicos, tecnología, entre otros) .
Los neurocientificos pueden aportar el conocimiento que se va construyendo acerca de
los cambios que experimenta el cerebro, como procesa la información, cómo la almacena,
como las emociones están ligadas a todo proceso de aprendizaje, de modo de brindar a los
educadores un marco de referencia para mejorar la práctica educativa.

EL CEREBRO LECTOR.
Áreas cerebrales que se activan cuando respondemos a una pregunta y cuando leemos en
voz alta.
Cada vez que enseñamos una habilidad nueva en el aula, se producen cambios masivos
en el cerebro de un niño mientras logran adquirir patrones, modelos de respuesta para
alcanzar los desafíos y objetivos que plantea consolidar esa nueva destreza, ya sea ésta,
relacionada a habilidades de comportamiento del movimiento en general, o adquirir sus
habilidades lingüísticas nativas. Cientos de millones de neuronas en su cerebro, decenas
de millones de conexiones sinápticas se remodelan a partir de cambios físicos, de estímulos
que vienen del entorno.
Estudiando estos fenómenos de plasticidad cerebral, podemos también desarrollar
estrategias para hacer correcciones en la maquinaria de un niño que incrementen la
competencia del niño como receptor y usuario del lenguaje, y a partir de entonces, como
lector por ejemplo.
Las investigaciones han permitido hacer una distinción entre los procesos, las
representaciones cognitivas superiores, y los procesos mediadores. Estos últimos son los
que facilitan o permiten el acceso a los primeros y constituyen un objetivo más inmediato
para la labor mediadora del profesor. Así por ejemplo, la acción pedagógica sobre la
memoria inmediata verbal o sobre el reconocimiento fonológico, facilita la decodificación
del significado y contribuye a mejorar la comprensión lectora.
Desde los primeros pictógrafos que dieron sus trazos a la escritura cuneiforme o a los
caracteres chinos y hasta los alfabetos que se elaboraron en épocas posteriores,
transcurren más de cinco mil años de fascinante historia que puede ser contada por
nuestros circuitos neuronales...

La capacidad humana de escribir evolucionó a partir de nuestra capacidad de hablar, ambas


acciones se relacionan hoy día con sistemas independientes del cerebro. Por eso, alguien
incapaz de escribir una frase de manera gramaticalmente correcta, puede que sea capaz
de decirla bien en voz alta, y viceversa. Esto es lo que han constatado investigadores de la
Universidad Johns Hopkins de EEUU.
EL ROL DE LOS DOCENTES.
El rol de los docentes actuales ha cambiado, pues ha dejado de ser un transmisor de
conocimientos para convertirse en un gestor y orientador que acompaña el proceso de
aprendizaje del alumno y su evolución personal, fomentando su autonomía, en la medida
que parte de sus intereses y le permite ser un protagonista activo en la construcción de sus
aprendizajes.
EL CEREBRO SIEMPRE ESTÁ INCORPORANDO INFORMACIÓN.
El conocimiento de cómo aprende un ser humano que nos aportan las Neurociencias, nos
revela la gran conexión que existe entre el “cerebro racional” y el “cerebro emocional”. Nos
enseña que aprender implica poner en juego al ser humano total, desde sus dimensiones
bio-psico-sociales.
Nuestro cerebro siempre está incorporando información, incluso cuando la persona no está
prestando atención, tiene que ver con la capacidad del cerebro para procesar información
implícitamente.
El cerebro de los adultos mayores también cambia gracias a los mecanismos de
Neuroplasticidad; pueden generarse células nuevas y establecer nuevas conexiones, esto
se ha demostrado al menos en algunas regiones del hipocampo, por lo cual no existiría
límite de edad para el aprendizaje.
Pero algo que la neurociencia remarca, es que la plasticidad del cerebro, su capacidad para
adaptarse a circunstancias cambiantes depende en gran parte de cuánto se usa.
Es decir que una de las claves para que se produzca plasticidad neuronal es hacer “aerobics
cerebrales “, ejercitarnos, leer, buscar nuevas cosas para hacer y aprender.
MEJORAR SIEMPRE ES POSIBLE, EN ESPECIAL SI TENEMOS MENTALIDAD DE
CRECIMIENTO.
Nuestro cerebro es un órgano complejo que trabaja en paralelo realizando continuas
predicciones y asimilando información a través de la asociación de patrones ya conocidos.
Como es muy maleable, las experiencias vitales hacen que se vaya reorganizando y es
este proceso de adaptación continua el que nos permite aprender durante toda la vida, lo
cual tiene enormes repercusiones educativas. Conocer que nuestro cerebro es plástico,
que podemos generar nuevas neuronas o que la inteligencia es una capacidad maleable
constituye una puerta abierta a la esperanza porque permite desarrollar lo que Carol Dweck
llama mentalidad de crecimiento, aquella que nos permite afrontar mejor los retos al creer
que nuestras habilidades personales pueden desarrollarse. La mejora siempre es posible.
Las creencias previas de los alumnos (también las de los profesores) sobre su inteligencia
condicionan la forma que tienen de afrontar los retos. Algunos creen que la inteligencia es
fija y que debido a los determinismos genéticos no podemos hacer nada para cambiarla,
mientras que otros creen que sí podemos desarrollarla y mejorarla mediante la Educación.
Y esta diferente forma de entender la inteligencia repercute en el rendimiento académico
del alumno.

IMPLICACIONES PEDAGÓGICAS. ALGUNAS SUGERENCIAS:


Enseñar cómo funciona el cerebro
Explicar a los alumnos de cualquier edad que el cerebro es muy plástico y que nos permite
un aprendizaje continuo, que somos capaces de generar nuevas neuronas o que las
sinapsis se pueden fortalecer al aprender algo nuevo y hacernos más inteligentes es
imprescindible. Y eso se podría hacer, por ejemplo, dedicando los primeros minutos de las
primeras clases del curso para despertar la motivación inicial. Mostrar a los alumnos
imágenes cerebrales de personas con trastornos del aprendizaje como la dislexia o la
discalculia en las que aparecen las mejoras de regiones cerebrales luego de tratamientos
específicos, es una evidencia científica que redundará en una mayor confianza en si
mismos, en sus capacidades y que los alentará a enfrentar desafíos.
Asumir el error con naturalidad. Concepto de “error útil”.
El error forma parte del proceso de aprendizaje. Es nuestra obligación crear un clima
emocional seguro en el aula en el que todos nos equivocamos, rectificamos, analizamos y
aprendemos. No coartemos la creatividad de los alumnos.
Elogiar por el esfuerzo
Elogiemos por el esfuerzo y no por la capacidad. Es indudable que para llegar a ser Einstein
o Mozart han de existir unos condicionamientos genéticos, pero sin un enorme esfuerzo no
hubieran podido ser quienes fueron. El verdadero éxito radica en la mejora personal, no en
la constante comparativa con los demás. Cada persona es única porque su cerebro es
único.
La carga emocional del aprendizaje influye en su éxito.
Cuando más relación guarda la materia que se aprende con la realidad vivida por el niño,
más carga emocional encierra y mejor se procesa
Sin etiquetas
Si nuestro cerebro nos permite desarrollar una mentalidad de crecimiento y una mejora
continua, no sería adecuado valorar las capacidades de los alumnos con un criterio de
inalterabilidad. Y, como consecuencia de ello, los docentes hemos de tener siempre
expectativas positivas sobre nuestros alumnos. En caso contrario, los propios mecanismos
cerebrales inconscientes capaces de captar cualquier pequeño mensaje no verbal
condicionarán nuestras relaciones con los alumnos en el aula.

Lo importante es el proceso
Si no somos capaces de desligarnos de la presión ejercida por los resultados académicos,
los alumnos no disfrutan del proceso y no se centran en lo verdaderamente importante: el
aprendizaje. Pero para ello, ha de ser un aprendizaje significativo, útil, en definitiva cercano
a la realidad y con aplicaciones prácticas directas en la vida cotidiana. Valoremos el
esfuerzo y no olvidemos también la importancia del feedback o retroalimentación durante
el proceso de aprendizaje, tanto para el profesor como para el alumno.

Fases sensibles.
Los años previos a la pubertad son fases particularmente sensibles para el aprendizaje; por
lo que cuanto antes se aprenda un idioma o a tocar un instrumento, mejor será la
performance.
No eliminar los desafíos.
Los desafíos constituyen uno de los ingredientes esenciales para el aprendizaje, aunque
han de ser adecuados para potenciar la motivación. Conforme el alumno mejore su
mentalidad de crecimiento, incremente su autoestima, dispondrá de más estrategias para
afrontar tareas de mayor dificultad.
Aprender con otros.
Una persona puede aprender sola, pero si aprende con otros aprende mejor, por lo cual el
estímulo de las relaciones sociales y la interacción debe convertirse en un núcleo
fundamental de la enseñanza.
Conclusiones finales
Las modernas investigaciones en neurociencia están demostrando que la inteligencia no
es algo inamovible, sino que siempre se puede mejorar. Incluso existe algún estudio que
demuestra cómo, en el caso de los adolescentes, una mejora en pruebas verbales y no
verbales para medir el cociente intelectual va acompañada de una mayor densidad neuronal
en regiones cerebrales que intervienen en estos procesamientos (Ramsden et al., 2011). Y
lo más importante es que la creencia de que es posible desarrollar nuestras capacidades
personales nos permite afrontar mejor los desafíos que nos plantea la vida cotidiana.

Prof. Silvia Pérez Fonticiella


Lic. en Psicología
Lic en Psicopedagogía MP: P-12-4061
Esp. Neuropsicología
Consultora en Neurociencia Cognitiva.

Prof. Lic Mario A. Valdez


Lic. en Psicopedagogía MP: P-12-4062
Neuropsicología del Lenguaje.
Neuropsicología de las Dif. Del Aprendizaje.

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