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Masificación de la Educación Superior

Introducción
La educación ha ido sufriendo cambios a lo largo de la historia, no es ajeno al
saber que ha ido evolucionando y de la simple enseñanza de la escritura hoy
podemos contar con niveles no solo en la educación primaria sino en los
sucesivos niveles educativos. Esta evolución trajo consigo a las universidades,
que también han crecido y cambiado con el paso de los años, tanto como
beneficios sociales ha ido alcanzando la sociedad.

En el siglo XX, la evolución de la universidad se expresa a través una expansión


en la cobertura de la misma, con un objetivo muy claro y ambicioso, la
universalización de la educación superior.

Este proceso de universalización de la educación superior inició en Estados


Unidos en la década de los cincuenta, lo siguió Europa en los sesenta; se dio en
Asia en los años setenta e inició en América Latina en la siguiente década.1

Se pretende abordar el fenómeno de la masificación de la educación superior en


la región y el país.

L
a masificación de la educación superior es uno de los fenómenos sociales
más significativos de la segunda mitad del siglo XX. En América Latina,
este proceso pareció obedecer a las reivindicaciones sectoriales de una
clase media en ascenso, que buscaba en el acceso a la universidad una
reafirmación identitaria, a la vez que un canal de promoción social. Sin embargo,
la expansión en la matrícula universitaria no logró articularse con los
requerimientos estructurales que demandaba el desarrollo económico de los
países. Por otra parte, a partir de la fragmentación social agravada notoriamente
desde los noventa, la masificación de la universidad esconde los efectos de una
dramática polarización social, en la que la matrícula universitaria crece mientras
se deterioran los niveles educativos básicos, dando lugar a una amplia capa de
la población que ve cercenadas desde etapas muy tempranas sus posibilidades.
La ‘masificación de la educación superior ha sido la implantación de políticas
públicas para reemplazar la provisión de un servicio a base de mérito y
subsidiado por las instituciones y la familia, hacia uno de elección y pago de

1
C. Rama. La tendencia a la masificación de la cobertura de la educación superior en América Latina.
Revista Iberoamericana de Educación. Nº 50 (2009), pp. 173-195.
cuotas por los individuos (bien individual) asistido por el estado con asistencia
financiera de becas a los estudiantes con ingresos bajos como ha sido el caso
en los EE.UU. y PR (Pell-Grants / Student Loans, 1965 -2014) y otros ampliando
más allá las oportunidades de educación superior que ofrecían las instituciones
tradicionales, o las universidades ‘elite’ que caracterizaron la sociedad de las
credenciales (Collins, 1979), a través de universidades metropolitanas, en los
colegios de comunidades, y con la provisión del servicio de carreras
postsecundarias con nuevos proveedores privados en donde la educación
superior, se convirtió en un “bien individual” o público imperfecto que lleva a una
nueva meritocracia restructurada de acuerdo a nuevas credenciales
institucionales de status-prestigio de clase mundial, de carreras y profesiones
técnicas, y con una gran variedad de servicios especializados. La capacidad de
responder al mercado y a las demandas sociales (sectores de interés y poder en
la sociedad) ha sido un factor determinante en la transformación de la educación
superior. La competencia por recursos, estudiantes, profesores con un agregado
de instituciones con programas de estudios similares y credenciales de egreso
de acuerdo a estándares de las juntas de gobierno de las instituciones, los
requisitos de financiamiento, las acreditadoras, los gremios profesionales,
autorización-licencia del estado y los requisitos del mundo del trabajo (McNay,
2006). Las políticas públicas de la educación superior sin fines de lucro requieren
que los excesos de ingresos sobre los costos de operación se reinviertan en la
institución para mejorar los servicios y ampliar la cobertura como mejorar las
oportunidades de acceso a la población, estímulos para el crecimiento, la
diversificación y diferenciación de las instituciones.
La tendencia en la dirección de las universidades y la educación superior, se
puede resumir a través de cuatro tipos de acción (Lorange, 2001; Berquist, 2008;
Aponte, 2012) que se complementan:
A. Estratégica-racional: busca un balance estratégico entre el gobierno y la
gestión académica a través de los grupos de interés (de arriba hacia abajo y
de abajo hacia arriba).
B. Proactiva-innovadora: establece una dirección a seguir y llega primero
en la búsqueda de estudiantes, recursos y prestación de servicios. Busca el
balance entre la adaptación y crear opciones de cambio.
C. Adaptativa: fija su dirección y hace ajustes de acuerdo con las
necesidades cambiantes de los estudiantes, servicios a empresas para decidir
opción
D. Emprendedora / empresarial: busca establecer equipos de cambio y
estrategias de acción empresariales entre administradores y gestores de
conocimiento de la academia para traer recursos externos, proveer servicios
y realizar investigaciones.
La masificación de la educación superior promovida por el estado y orientada por
el ‘mercado’ ha tenido resultados contradictorios no esperados en las tasas de
participación, retención y de egreso. Por un lado ha aumentado el acceso a
oportunidades de estudio que en ocasiones no han sido de calidad, en otras ha
creado sobre oferta de egresados con relación a los puestos de trabajo
existentes, con escasez de otros en puestos de gran demanda en la sociedad.
Tendencias que han movido a personas a emigrar a otras regiones y países
perdiéndose el talento y la inversión en capital intelectual. Otra consecuencia ha
sido la sobre educación para los puestos existentes creando una inflación en los
requisitos de los puestos con relación a los salarios para estos cuando las
personas están sobre cualificadas. Resultados que están fuera del alcance de
análisis de este trabajo enfocado en la transformación de las instituciones de
educación superior y las universidades. En su contribución al desarrollo
económico y en la construcción de sociedades del conocimiento, las
universidades como organización protagónica, tendrán que ampliar la cultura
anticipatoria para crear y manejar los cambios en la cobertura de formación,
investigación y servicio a la sociedad para el desarrollo político, social y cultural.
Ante el crecimiento del “gerencialismo”, las universidades, para ser instituciones
autónomas responsables, van a tener que fortalecer (no delegarlas al poder
administrativo) su participación y fortalecer la autogestión de conocimiento en las
decisiones académicas y de autoevaluación (rendir cuentas por eficiencia-
efectividad de impacto) en cuanto a pertinencia-calidad, ejecución y desempeño
en la utilización de recursos.
Recapitulando, dos de los grandes retos de las universidades en estos tiempos
son la innovación y transformación como respuesta a un contexto caracterizado
por cambios rápidos en la sociedad, la economía, la política, la cultura y el
conocimiento científico-tecnológico. En el gobierno de las universidades, se
exige creatividad, flexibilidad, liderazgo, capacidad de convocatoria y
movilización, visión estratégica, identificación y evaluación de opciones posibles,
eficacia en la implementación de políticas institucionales. Por otro lado, las
características de la masificación de la educación superior son la reflexividad de
las instituciones ante nuevos contextos políticos y socio-económicos, y segundo
el cambio de una intelectualidad contenida en las instituciones universitarias
hacia sistemas intelectuales abiertos (intelectualidad pública). Las universidades
con autonomía y autosuficiencia institucional de estos determinantes, han sido
las universidades élites’ (cosmopolitas) que mantienen la libertad académica
como precondición de su utilidad social y significado cultural para la sociedad, la
humanidad, las universidades tendrán que ser de autogestión, emprendedoras,
innovadoras, democráticas y responsables para orientar la formación de las
nuevas generaciones hacia mayor participación de la ciudadanía,
comprometidas con la equidad, la justicia y la paz para construir sociedades
sustentables para un desarrollo endógeno, de justicia con equidad en los países
de la región.

El Paraguay fue el último país de Hispanoamérica que contó con una


universidad, la misma fue fundada bajo el gobierno del general Patricio Escobar,
en 1889. Posterior a eso fueron notables los avances de la Educación Superior,
más aún posterior a la democracia. La evolución a grandes rasgos de la
Educación Superior en el Paraguay, así como de la masificación de estudiantes
tanto como de instituciones de nivel terciario, y sus desencadenantes
problemáticas subyacentes.
Con el creciente aumento de alumnos que desean acceder a la educación
superior, se incrementó de manera exponencial la cantidad de universidades en
el Paraguay, hasta el año 1959 solo existía la Universidad Nacional de Asunción,
posterior a eso se han creado más de 50 Instituciones de Educación Superior.
Desde luego, es destacable este contributivo aporte del sector privado en cuanto
a inversión de capital y recursos humanos, pues representan más del 80% de
las Instituciones de nivel Terciario.
No obstante, hay que tener presente innumerables problemas que afectan
seriamente la calidad, la eficacia y la equidad de la realidad universitaria
paraguaya. Teniendo en cuenta la nueva era de la educación y las tecnologías,
aparecen desafíos, que son cada vez más exigentes y complejos. Pero esta
complejidad requiere una manera de planificación integral, concatenado con las
exigencias de los niveles inferiores y de igual forma a los desafíos a nivel
internacional. Pero sin escapar de la realidad social, económica y cultural de
nuestro país.
A pesar de meritorios y plausibles esfuerzos, existen falencias importantes que
deben enfrentarse responsablemente por el Estado, las Universidades y la
sociedad civil para que la Educación Superior Paraguaya responda
satisfactoriamente a las expectativas y requerimientos de los desafíos y retos del
tercer milenio. (Fogel, 2001)
Entre los riesgos y problemas se pueden mencionar principalmente la
masificación universitaria, expuesta por el gran número de Institutos de
Educación Superior per cápita del Paraguay en comparación con otros países,
esto ocasionó graves falencias dentro del control de calidad educativa, con un
reducido número de profesores altamente calificados, un escaso nivel de
investigación, un nivel académico relativamente bajo, entre otras problemáticas.
Por mucho tiempo se reclamó una reforma universitaria que pudiera dar solución
a las falencias de nuestro sistema educativo de nivel superior, y dentro de esa
demanda se estableció una Ley de educación Superior y se creó la Agencia
Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Aneaes), que
analizaremos a continuación.
Sin duda la situación de la educación superior universitaria en Paraguay ha
cobrado nuevos bríos a partir de la reciente sanción de la Ley N° 4995/2013 de
Educación Superior. Esta nueva reglamentación trata de regular, organizar,
controlar y dirigir el sistema educativo de nivel terciario y sus implicancias.
Esta Ley tiene importantes incorporaciones, tales como, la constitución de un
Consejo Nacional de Educación Superior (CNES), (López, 2013, pág. 2), dentro
de las funciones de este consejo se encuentra la creación de las Instituciones
Superiores, es decir, el Congreso no podrá seguir creando universidades en
contra del dictamen del CNES, y se podrá establecer estándares más altos de
calidad, dejando de lado el “negocio a costa de la educación”, pues el mercado
privado de educación superior se encuentra actualmente saturado.
Este nuevo marco legal ofrece a la sociedad un marco legal claro, asegurando
que al optar por una carrera terciaria, ésta cuente con todos los factores
necesarios para el logro de sus fines.
Una vez regulado la creación de Universidades, otro factor importante a concebir
es la regulación y control de calidad de los institutos ya existentes. “La referida
ley encarga a la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación
Superior (Aneaes) la verificación y certificación sistemáticas de la calidad de las
instituciones, sus filiales, programas y carreras, imponiendo la acreditación de
las carreras como condición para lograr fondos y becas del Estado y acceder a
sus concursos de licitaciones y prestaciones”. (Zuccolillo, 2014, pág. 3)
La ANEAES cumple un papel fundamental dentro del control de calidad de las
instituciones de nivel superior, pues contribuye en gran medida a depurar el
ambiente y a elevar el nivel de la enseñanza.
Tanto el CNES como la ANEAES aún no se encuentran 100% consolidadas, por
razones administrativas tanto como presupuestarias, pero se prevé que en unos
años, una vez afianzadas en el sistema, ejerzan su facultad de intervenir y hasta
clausurar universidades que no se encuentren en condiciones, pues se necesita
una política, en la cual no se creen más universidades para el comercio, y así
dar paso a la consolidación de las ya existentes.
La masificación de las instituciones de educación superior, así como la
revolución digital y tecnológica han ido de la mano en la evolución y desarrollo
de las universidades en el Paraguay, provocando la producción casi exponencial
de conocimientos en las últimas décadas, tanto como la variedad de carreras y
especialidades de nivel superior, que abren cada vez mayores posibilidades a la
formación de los jóvenes y al crecimiento de la sociedad.
No obstante dentro de los albores del progreso, a la vez, se desencadenaron
dificultades dentro del control de cantidad y calidad de los establecimientos de
nivel terciario. Por muchos años la Educación Superior estuvo en déficit, pues no
se habían previsto diversas cuestiones que provocaron el decaimiento del nivel
académico de la oferta universitaria.
Dentro de la búsqueda de respuestas a las problemáticas se estableció una
normativa a través de la Ley de Educación Superior, que a través del CNES y la
ANEAES, está procurando y logrando con éxito, pero de manera lánguida
depurar el sistema.
A la vez existen cuestiones sin tratamiento aún por las autoridades del Estado,
con relación a la situación de los estudiantes y egresados universitarios, dentro
de la selección de una carrera, provisión presupuestaria e inserción laboral.
Las políticas públicas de inserción laboral de los egresados demandan un mejor
diseño de la intermediación laboral, para favorecer el acceso a un empleo
decente.

Conclusión
Así como en la región, en Paraguay la educación superior hay tenido sus
cambios y proceso de masificación, aunque Paraguay haya sido de los últimos
países en acoplarse a la tendencia de expansión de las universidades.
Las instituciones de educación superior universitaria están presentes en todo el
territorio nacional y eso trajo consigo desafíos. El planteamiento de una
educación superior mejorada es un desafío que sigue su largo proceso de
consolidación. La presencia del estado en cuanto a regulación de la educación
superior está dando sus frutos aunque a pasos lentos.
El panorama descripto deja claro que el debate sobre la reforma universitaria
todavía tiene un camino importante que recorrer, pues una vez subsanados estas
problemáticas claves, se logrará el mejoramiento de la calidad de vida de los
habitantes de la nación, pues en la educación se encuentra la clave para el
progreso de la sociedad.
Bibliografía

Rama, Claudio. La tendencia a la masificación de la cobertura de la educación superior


en América Latina. Revista Iberoamericana de Educación, 2009 no. 50 p. 173-195.
(Artículo de revista)

Libro Calidad, eficiencia y evaluación de la educación superior. Editorial Netbiblo.


ISBN13: 9788497450300. 1ª Edición. 2005

Martínez Riso, Felipe. Nuevos retos para la educación superior. Funciones, actores y
estructuras. Asociación Nacional de universidades e instituciones de educación superior.
2000

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