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El versículo clave es 3:15, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia
del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. Comprendiendo que el comportamiento se basa en lo que
se cree, Pablo recalca la sana doctrina.
Primera y segunda de Timoteo y Tito son las tres “epístolas pastorales”, escritas a pastores a cargo de
importantes iglesias, en lugar de estar dirigidas a las iglesias mismas. Tanto Timoteo como Tito recibieron
instrucciones explícitas para el pastoreo de las ovejas, para cuidar a las iglesias una vez que Pablo ya no
estuviese, cosa que sabía que iba a ocurrir pronto (2Timoteo 4:7, 8). A Timoteo se le había encargado el
gobierno y la supervisión de Éfeso, y a Tito la iglesia en Creta.
Era un verdadero honor para el joven Timoteo el que pudiese disfrutar de la amistad del apóstol Pablo. Era uno
de los propios convertidos de Pablo, y Pablo lo menciona como su “hijo amado y fiel en el Señor” (1Corintios
4:17). Fue durante los días cruciales de la adolescencia de Timoteo que Pablo visitó Listra, cuando el pueblo
intentó primeramente adorar al apóstol, y luego a quitarle la vida.
Cuando Pablo volvió a Listra durante su segundo viaje misionero, se llevó a Timoteo como compañero.
Timoteo quedó a cargo de la importante iglesia en Éfeso. Esto hizo que el tímido joven se viera enfrentando a
serios problemas. Cuando Timoteo actuaba de pastor en Éfeso, Pablo escribió sus dos cartas a Timoteo, como
cartas de instrucción y orientación para Timoteo, pero también como manual para pastores cristianos en todas
las épocas. Pablo instruyó a Timoteo para que tratase severamente a los falsos maestros, para que dirigiese el
culto público, eligiese las autoridades de la iglesia, y para que trabajase con todos los elementos que había en
ella. Pero más importante que todo esto, debía vivir una vida que fuera ejemplo para todos. A Timoteo le tocó
una tarea difícil.
EL PELIGRO DE LA INCOSECUENCIA
Pablo les había anticipado cuando salió de Éfeso siete años antes, que crueles lobos harían estragos en el redil
(Hechos 20:29, 30), lo cual representaban para el Joven Timoteo el peor problema de los que habían tenido
que afrontar.
Pablo desea que Timoteo viva una vida que ensalce lo que predica. Lo desafía a ser un buen soldado de
Jesucristo. No olvidemos que no vamos a pelear con muchas ganas por algo que no vivimos.
“Lo que Timoteo ha de predicar tendrá el vigor y el poder que le acuerda lo que Timoteo es”. A Timoteo se le
encarga “militar la buena milicia” (1:18).
Pablo declara humildemente: Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo
para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero (1:15)
La razón de que muchas personas en el día de hoy no tengan conciencia de pecado está en que se encuentran
lejos de Cristo. Con solo estar en la presencia de Cristo, nos sentimos condenados. Pablo no se daba cuenta de
lo pecador que era, hasta que estuvo frente a frente con su Señor y salvador. Consideraba que su conversión
milagrosa tenía como objeto constituir un ejemplo de cómo Dios puede salvar y utilizar al principal de los
pecadores. (1:2-15).
AUTORIDADES DE LA IGLESIA
Cuando pensamos en las autoridades eclesiásticas, inmediatamente pensamos en el “Consejo Administrativo”.
Se describe dos clases de autoridades para dirigir la iglesia: los obispos y los diáconos. Pablo bosqueja los
requisitos que deben llenar ambos grupos.
Después de haber señalado la excelencia del cargo de obispo o pastor, Pablo indica los requisitos que deben
llenar la vida del pastor. Vemos que tiene que ser una persona bien equilibrada. (1Timoteo 3:1-11).
Que el pastor tiene que ser un hombre de carácter intachable que no debe tener más de una mujer mientras
está viva, que no debe ser pendenciero, no avariento. Tiene que ser un buen enseñador, y debe tener la
habilidad necesaria para lograr que sus hijos lo obedezcan. No debe ser un recién convertido, no sea que se
vuelva orgulloso.
Los diáconos tienen que tener las mismas cualidades morales que los ancianos o pastores. El diácono debe ser
elegido con el mismo cuidado. A veces puede ser necesario designar mujeres para esta función.
LA IGLESIA
Pablo indica cómo debes conducirte en la casa de dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte
de la verdad (3:15). La iglesia exhibe toda la doctrina a la vista de todos los hombres. Ella es la única institución
terrena a la que Cristo encomendó la predicación del evangelio.
PABLO EN LA CARCEL
Después de escribir su primera epístola a Timoteo, Pablo fue arrestado nuevamente, en Grecia o Asia Menor, y
llevado rápidamente de vuelta a Roma, esta vez como criminal (2:9). Mientras esperaba en a cárcel romana
que llegara “el tiempo de mi partida”, escribió esta última carta a su amado hijo en el evangelio, Timoteo.
Su arresto se había producido tan súbita e inesperadamente, que no había tenido tiempo de juntar sus valiosos
libros y pergaminos, ni siquiera para llevar consigo un abrigo (4:13). Pablo ya había comparecido ante el
perverso Nerón, pero el caso había sido postergado (4:16,17). Esperaba tener que comparecer nuevamente en
el invierno, y le escribió a Timoteo pidiéndole que acudiese inmediatamente y llevase consigo a marcos
también. Le pidió que le trajese las cosas que habían quedado atrás (4:9, 11, 13, 21). No teniendo seguridad de
que Timoteo pudiese llegar antes de su muerte (lo cual ocurrió efectivamente, porque el juicio probablemente
se llevó a cabo en junio y no en el invierno siguiente), quería darle sus últimas palabras de advertencia y
aliento.
AVIVAR EL DON
Timoteo tenía uno de los dones del espíritu (1Corintios 12). Parece haberlo estado descuidando. En la primera
carta (4:14) Pablo le dice: No descuides el don que hay en ti, y en la segunda carta (1:6), escribe: Te aconsejo
que avives el fuego del don de Dios que está en ti.
Todos estaremos de acuerdo en que las malezas no volverán a crecer en el jardín mientras el fuego siga
ardiendo. Jóvenes, avivad el fuego en vuestros corazones. Es fácil dejar que se apague. El fuego hará que no
surjan las malezas en la vida de ustedes. Procuren que su amor a Cristo arda constantemente sirviéndole.
SUFRIR EN EL CAMPO – ALEJADO DEL HOGAR (2Timoteo 2)
Pablo le dice a Timoteo que, como siervo fiel, confíe las doctrinas que ha aprendido de él, a hombres idóneos
que a su vez puedan enseñar a otros. Como soldado valiente, sufre penalidades. El soldado no se deja
comprometer con asuntos ordinarios, sino que está sujeto a la autoridad de su superior. Evitemos los
compromisos comerciales que nos impidan cumplir el mejor servicio. Vigilemos, también, no sea que las
comodidades de la vida y los deleites comunes nos hagan amar demasiado lo fácil y lo cómodo.
Suframos las penalidades valientemente y con el espíritu del héroe. Pablo era un hombre bueno, y sin embargo
sufrió cruelmente. Le recuerda a Timoteo que él adora a un Cristo viviente. Acuérdate de Jesucristo…
resucitado de los muertos conforme a mi evangelio.
Dios nos proporciona un “fundamento firme” sobre el cual edificar nuestra vida – el fundamento puesto por
dios mismo (2:19).
LA DESPEDIDA DE PABLO
Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la
corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los
que aman su venida. (2Timoteo 4:6, 7,8). Tuvo una preparación intensa, y una lucha tenaz durante toda su
carrera. Pero por dentro, reinaba la paz.
Las iglesias de Creta estaban siendo molestadas por maestros venidos de otras partes, en busca de ganancia
monetaria, y estaban trastornado “casa enteras” (1:11). Pablo llama a los tales “abominables “ y “rebeldes”
(1:16), y dijo que debían ser impedidos de enseñar.
FUNDAMENTO FIRME
En estos tiempos que vivimos, cuando todo está siendo sacudido por la confusión que nos rodea, hay muchos
contumaces, habladores de vanidades y engañadores… que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia
deshonesta lo que no conviene (1:10, 11), que profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan (1:16),
pongamos nuestra confianza no en los razonamientos y opiniones de los hombres, sino en la infalible Palabra
de Dios. Por esta Palabra sola juzguemos las doctrinas nuevas y extrañas y tapemos la boca de los que utilizan
la Palabra de dios engañosamente (1:9-11).
Según sea nuestro comportamiento, así podemos impulsar el evangelio o detenerlo. En todas las cosas
muéstrate como ejemplo de buenas obras. (2:7)
La prueba de que hay comunión no es el calor de la devoción, sino la santidad de vida. No se puede vivir
fundado en las “sensaciones” fuertes. Algunas perdonas confunden sentimiento o sensación religiosa con
santidad y buenos pensamientos, unidos a la buena conducta. Se usa y se abusa de las emociones religiosas.
Pablo dice que somos salvos por la misericordia de Dios (3:5), y justificados por su gracia (3:7).
“Dios nuestro Salvador” no nos salvó como resultado de nuestras buenas obras, sino por su bondad y de
conformidad con su misericordia. Nos limpió con su sangre y nos dio nueva vida por su Espíritu Santo.