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ColecclÓn "LO INCONSC~NTE''

dirigida por Robert(J Harari. . ·.

1. PUNTUALIZACIONES PSICOANALJ.TICAS. O. Mannoni, C Stein y


G. Roso/ato (Comp. R. Hatari) · . · · .. . . . . · ..
2. TEXTURA Y ABORDAJE DEL INCONSCIENTE.Roberto Harari
3: RENACIMIENTO DE ED'fPO.MauriclciA.badi .
4. D. W~ WINNICOIT.D. W. Winnicottyotros
S. LA PERVERSION•.P. Aulagnier y otros
6. CLINICA YMETAPSICOLOGIAl.J. Clavreulyotros
·1. LA TEORIA PSICOANALITICA Y·LOS ESQUEMAS
REFERENCIALES. Jabiie L Szpi/kll · . .
EL SE.NTl.DO·
8. LA REALIZACION IMPOSIBLÉ•. Bncruc:ijadas de la psicopatolog{a
psicoanalítica. Jaime L Szpilka .
9. ESTUDIOS CRITICOS~ OWtian David y otros
PERDIDO
10.EL NARCISISMO.BélaGnmberger . Pi.era Aulagnier. .
11.LA FUNCION DEL FAW EN LA LOCUllA.Antonio Go4ino ·Cabas
12. EL SENTIDO PBRDIOO.Piera AuTagnier

. ~EDITORIAL TRllB .
Buenos Aires
,
·.·;,,....·.
..... '·
. •. ·"·:t:
·,

VII
A PROPOSITO DE LA TRANSFERENCIA:
EL RIESGO DE EXCESO Y LA ILUSION MORTIFERA*

A. Lo8 presupues~os teóricos

Escribimos estas páginas poco. 'después de la publicación de un libro1


que clausura la primera etapa de una indagación sobre la metapsicología,
etapa en la cual se concedió un lugar de importancia aI·ariáJisis'.de la fun·
ción del Yo en la construcdón delirante. . ·
La escasa distancia temporal que nos separa de dicho· texto explica
que aquí tan sólo podamos apelar a reflexiones "en vías" de elaboracióit,
forzosamente parciales y no acabadas. ·Tales reflexiones son prolongación
lógica de un trabajo que, a nues~os· propios ojos, sólo encontrará su pleno
sentido cuando hayamos podido mostrar que la aplicácíón a la experiencia .
¡málítica ·de Jos .conceptos por nosotros fonnulados pennite comp~nder
:mejor la siilgulandad del proceso que en ella se desenvuelve, así como la·
de los eséollos que pueden llevarla al fracaso. . · ·
· Los el~entos de análisis que propon~os conciernen al re~tro de
la neurosis:·sólo fuera del campo de la psicosis 8e puede af"umar que la ar~
. madura• así como la prosecución de la experiencia, presuponen por I?ªrte
de.lOS dos Süjetos en presenc:iá la aceptación a priori de un extraño pactO,
potél c de ellos acepta hablar su sufrimiento su lacer, sus suefios,
su cue¡po, su mundo, y e otro se compromete a asegurar la presencia
de suescuchapar¡[ toda palabra pronunciada•. Pacto que ni uno ni otro
podrán respetarj~s de manera tótal ni constante, aun cuando sus dos
cláusulas d~b~ seguir siendo la me.ta ..ideal" propuesta a la atención de los
dos SÚjetos en pr~sencia~ El ..decir todo" de la regla fundamental cobra un .
1
Cf. Pieia ~odadis-Áuiagnier, La Violence de.l'interprétation. Du Pi.ctogrammé
· a.l'Enon'cé; París, P.U.F., abril de 197.S (Le fil rouge).
* "A.propOÍ d~ ~ansfert: Íe risque d'excés et l'illusion mortif~re", artículo publi•.
cádo ~n Savoir, faire, espérer: les. limites ·de la raison. Publications des Facultés
Universitaites Saint·Lollis, Bru8e~s; 1976.

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···~\,
;1·.··.
"

..
sentido específico cuando se refleXiona sobre lo que va a signific~ para rntpido que él encuentra y encontrará, eón el-fin de que ella tome "vivt"bles"
· el Yo la demanda que se le dirige: la puesta-en-pa!abra! de pe~1entos representaciones del Yo c:Qnformes con lo que esa mstancia espera de su
de los que es al mismo tiempo agente y referente, mchudos, y q~.iza so~re propió proyecto identi.ficatorio. .
todo, esos pensamientos que -como .ciertos fantasmas- pr.etendían ser . Este rodeo acerca del confli~o neurótico muestra que su núcleo se
y "se pensaban~_p.o comunicables: . . · . · si~ entre el ·Yo '.y los pensamientos por medio de los cuales se presenta
Ya desde el comienzo de la partid~ el Yo del analizado se ve proyec· a sí mismo y se ~senta con respecto a los otros, conflicto que el proto-
tado por el ariálisis al htgar de un sujeto que supuestamente puede Y quiere colo de la experiencia comienza por reforzar gracias ál privilegio concedido
transfonnar pensamientos ·en "actos": actos de p~bra, desde_ll_lego, pero a su puesta-en-palabras y a lo que tiene de particular el trabajo de pensa·
que cómo todo acto pueden ·actuar sobre la realidad de lo VIVtdo por el miento al que el Yo apela para responder a esa exigencia. Tal refuerzo del
enunciante así fuese sólo· porque pueden enfrentarlo con una respuesta no . . conflicto, del que el analizado siempre tiene una suerte de intuición antes
previsi'ble. Con la sola ubicación de los peones sobr~ el tablero 8!!31ítico, incluso de qite se opere, es fuente de la ilusión y de la espectativa transferen·
uno de los sujetos. encuentra que se Je atrfüuye un 'poder-querer }/.abiar • c~s: la existencia. de otro a quie.n se supone saberlo todo, a priori, sobre ·
sus pensamientos, y el otro un "~~esto saber" sobre el deseo inconscien· las ~caciones ignoradas de los pensamientos y deseos ·que·se le ex·
te que juega en esos mismos pensamientos. - .. presan, "sabe~ todo" que disolvería corno nieve al sol el conflicto que los .
Si a lo largo de la_ experiencia la proyección al lugar del sujeto "supues· desgarra y el Sufrimiento .resultante. Pero esa ilusión, necesaria para el de·
to saber" pesará gravemente sobre los hombros d~l analista; lo mjsmo sarrollo de la experiencia, en $Ud de su inmediata acción sobre la relación
sucede con ei analizado, al que el proceso imputa la posibiµdad de una que vincula al Yo con sus pensamientos y más aún a causa de las transfor·
puesta:.en-palabras dei conjunto de las prod11cciones psíquicas que su _Yo nia~ones sucesivas y complejas que va á inducir en esa misma relaci(m,
puede conocer. Hablar sus pensamientos a otro es, p,ara el Yo;~c;a]mente puede desembocar a veces en una consecilencia "paradójica" .que invertirá
un .acto, y quizás·-eracro por excelencia: ya~ ma aprendio lo. que el 'fm al. que el pr.oceso apuntaba. En este caso, la transferencia se pondrá
puede costarle iñterpe1ar a otro Yo y_§illarse frente a UJl8 re!J?uesta ~~s· al servicio de un deseo de. muertEi del Yo por el Yo, que se realizará no a .
peraua que va il ac~ sin que'él pueda oponerse a ell~, sobre su relacion, través del suicidio sino del deseo de no desear pensar más, de Ja tentativa
con sus propios hitos identificatorios. De allí la angustia que puede ~-ex­ de irtl¡>oner silencio a esa forma de actividad psíquica constitutiva del Yo.
perimentar el sujeto sobre el diván, !1º s!em~re en r~ón de lo ?u~ p1e.nsa Victoria, parcial en tanto. que hay vida, de algo que podríamos llamar déseo
sino con motivo de una regla cuyas lIDplicaciones mide a postenon. Mien- · de autoenajenaclón en lo relativo a los propios pensamientos. · ·
tras se pennanezcá en el registro. de la neurosis, el :hacer ~a~" en la sesión. Antes de proseguir, debemos resumir brevemente nuestra conceptua·
es mucho más fácil de observar que el "decir todo ; esto último representa lización del Yo y de los factores que permiten su entrada en Ja escena psí·
para el Yo, a justo títUlo, una- acción tanto más peligrosa cu:mto que la re· quica2 • Rogamos al lector tener presente este esquema referencial; de lo
gla fundamental exige que ·se prive de todo poder de elecetón sobre este contrario, las reflexiones que siguen perderán sentido.
«hacer.decir". Peligro cuyas consecuencias se compren~en c?and? se sa~
que itida neurosis posee como primum movens un. c~nflict? 1~enti.ficatono 1. El concepto de violencia primaria y el origen del Yo
en el ser mismo del Yo. Conflicto entre representaerones 1deicas, y.por lo Uno de los caracteres específicos de la vida psíquica hace que el sujeto
tanto pensamientos, que tienen como referente un mismo Yo al que le ~s se vea repetitivamente enfrentado con experiencias, discursos, 'demand¡is,
·imposible imponerles una coexistencia pacífica: de allí su lucha por exc!utt que muy a menudo se ·anticipan a sus pOSioilidades de respuesta y siempre
de su campo toda representación que contradiga a otra a Ja que qwere a lo que el sujeto puede. P.,rever en cuanto a las causas· y a las consecuencias
· ·privilegiar en su tiempo actual. Pero lucha destinada al fracaso, porque es de ~ exi>eriencia que él produce o padece. Cuanto más .se mira hacia co- el
adenlás ese mismo Yo el que, con .todo desconocimiento, sigue invistiendo mierizo de la vida, más excesiva es esa anticipación:: exceso de sentido, ex·
con idéntica fuerza representaciones contradictorias de sí mismo. · ceso de excitación, exceso de frustración, exceso de oferta. Toda respuesta
La primera tarea del proceso analí~co se~ favorecer 18: exp~esi6~ del . del medio psíquico ambiente en el que se impregna la psique del infans lleva
conjunto de esas representaciones, gracias a lo cual el conflicto.1dentifica- . en sí un ''menos" en relación. con lo que el deseo inconsciente demandaba,
torio se actualizará y se ..hablará,, en el hic et nunc d'e tas sesiones. Primer pero también un "más" en relación con lo que esa respuesta espera, a su
tiempo necesario para que el ~abajo analítico permita q_?e una ~e ~e esas vez, de aquel al que ella se ofrece y se impone. ·
representaciones devengan para . el Yo no ya lo que este· repetitivamente . . Este carácter encuentra su fomia más pura y exacerbada cuando se exa-1
ñitenta reprimir, sino aquella que puede conservar entre las representa- mina la prob~ática demanda-respuesta propia de esta fase, en .la 'cual lo
ciones de su propio·pasadp. El fin~l proceso implica. e?tre og.co.sas, que se demanda a la voz materna (y hemos mostrado que ·en esta etapa lo
la posibilidad para el Yo ·de no segwr gastando su energ1a en re ~. esperado es, de hecho, un atributo de. sonoridad imputado al pecho) es un ·
deséonocer o que o ~. su· d~o a conservar y por lo tan~ a mve~tir puro "placer de oir", ·mientras qú.e lo que· ella ofrece son palabr!lS y un flujo
su recuerdo y, a]!!_ inversa, que ese mikmo Yo ace e transfenr e~clusiva· 2
. . .

mente ·al futuro la posfüilidad y el anhe o de actuar sobre una realidad del Cf. op. fit., cap. I y cap. IV •
......_.., --
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. . . ' . . . ;.
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discursivo ~rtador .Y creador de un sentido; que se anticipa.de lejos~ _PO. ·;.1·"
der del infans de "entender" su significación. !.a consecuencia del desajuste intrinca entre sí esos tres ~gistros fundamentales que son lo imperioso, .
que separa las producciones psíquicas del "YO:.' mate?I~ de las ~el infa!'s, o Ji'"'necesidad, el deseo y1íi demanda, coñfusion gue hice imposible deSen·
cobrará su fomia completa· en el momento en:que este último deba· apropiar- ·. mas~la comó tal cuando se presenta bajo la aparieneia de lo demandado
se de un comienzo· de saber en el campo semántico, hacer suya una p~era y d!_ lo esperado. Hay que agregar que casi sie~pre· lleva a los dos partiiiiii·
. Serie de significaciones sobre las cuales sólo secundariamente podrá ejercer res a desconocer sus caracteres constitutivos; La violencia primaria ejercida ·
· su derecho a .la duda, a la contradicción, a la elección' y, por lo de~ás. pqr el· efecto de anticipación del discurso materno se manifiesta esencial·
siempre respétando los límites que impone a todo sujeto etorden del dis- mente en esa oferta de significación cuyo resultado es hacerle émitir una .
curso, el que nunca puede presentarse como creación autárciéa de un solo. respuesta que ella formula en el lugar y sitio del infans"3 •
. Por lo tanto, en el encuentro entre la psique del infans y el sistema de Si analizarnos los efectos de la interpretación forjada por el discurso
signif_!gclón del gue la voz materna se hace primer portavoz, ~· materno, del deseo y de la demanda que ella ·imputa al infans, se h3llarán
violencia primaria tan absoluta como .necesaria. Por el discurso que la madre .los caracteres .que acabamos de describir: el "agente" que interpreta está
dirigí al niño, y sobre el riiño, ella se crea una representación ideica de motivado por un deseo heterogéneo al del infans, el deseo de la madre
éste con el {!Ue identifiéa el ser del infans, forcluido ¡>ara siempre en cuanto que espera seguir siendo una oferta. continua y necesaria para él. Dicho
tal de· su conocimiento. Pues bien, este discurso y los hitoª-Jdentl!!catorios deseo se instrumenta sobre algo que es, para el infans y con doble motivo,
que es el único en oder · _ ..on lo u el ans én el momen.!o un objeto necesario para que· haya supervivencia física y psíquica: la satis·
en que a· quiere los primeros. rudinle~Jcng¡i~ y ..Pasa al estado d~ faCclón de las necesidades del éuerpo y la satisfacción de una "necesidad"
libi~ •. Lo que la madre desea se convierta en aquello que la psique
niño, -a:ébjmí apropiarse: eri un primer tiempo. uria imagen del ~n
saber sobre quién es Yo -que vienen de otra parte-, van· a hacer irruP.; del 1nfam va a demandar y esperar: ambos desconocerán la violencia opera·
·· ciÓn-en su espacio psí uico y a dar cue o, arád "icamente" a una ins· . da por una respuesta que prefonna lo que desde ese momento será demanda·
tancia, el Yo, que tendrá e p er e sprenderse de los eféctos de una do y aquello a lo cual se deberá ·renunciar. Tanto la necesidad que esa
violencia representa, como el desconocimiento que Ja acompafia, tomarán
violeñciaili-cual debe su propia existencj¡t ... ·Es· ~·necesidad para el.
fUQcionamiento psíquico ·que de entrada el discllfSO materno traduzca . posible su riesgo de exceso: si bien es cierto que no se actualiza forzosa·
el gritó en ténninos de llamada, en· t~rminos de· demanda de amor la espera mente, · siempre está en ·el 'horizonte de· to posible, suerte de tentación
de uñlinposible cierre narcisístico; en términos. de una· intención ~1ª.. . más peligrosa aún por responder en la madre al deseo siempre resurgente
coneíeme lo que sólo se·dirigía a "objetos" fanta,smatizados como parte de poder fmalmente ser y seguir sienQQ para otro ese dispensador de todos
del cue~ própio que se debe rejnrotporar o destruir. . los bienes al que él mismo debió renunciar. · .
. Vemos que esta ..traducción" .supone~ ..traición" si se la compara
con el texto origúial, pero dicha traición pasa a ser, inversamente, recons· 2. El riesgo de exceso
tnicción neceSllria, si se tiene presente a qué instancia se dirige: al Yo, Lo que corre el riesgo de ser.deseado y .de ser realizado concierne ·a la
cuya presencia en Ja psi~e del infans, cl. discurso de Ja madre anticipa de no- modificación de un statu quo relacional. (lue nada cambie: este .a1\llelo.
entrada. Error nó sólo "mevitable -pódríamos decir que el Yo no puede basta para invertir radicalmente los efectos de algo que durante un 'mo-
dirigirse máS que a otro .Yó- sino además indiS~ble pam que el espacio mento fue lícito y necesario, y para transformarlo en la condición por
psíquico c:p,\e rodea al infans se convierta; en ese espacio al cual su Yo podrá excelencia necesaria, aunque no suficiQnte, para Ja creación del pensaínien·
advepir. Es por eso.que al término "violencia" le hem~ afiad.ido el doble to delirante (del nifio). Anhelo sosten.ido por un deseo cuya loea desme·
calificativo de necesária y de primaria: no Sólo l?orque es temporalmente sura queda probada por lo que su realización implicaría: la exclusión del
prinJera, sino porqUe hay que diferenciarla de otras fo~ de violencia infans del orden de la .temporalidad, la fijación de su ser y de su devenir
(secundada) a Jas que abre el camino, pero que se distinguen .de ella por . en ese momento en el que del mundo sólo puede conocer e investir
ejercerse contra ese Yo al que la primera había dad.O nácimientó. . . . . una imagen de la que el portavoz e~ .donador, la imposibilidad de pensar
.Reproducimos aquí nuestra definición del coneepto áe· vioiencia . una representación que no haya sido ya . pensada y propuesta;por;la 'psi·
primaria: "Llamamos violencia primaria a la a.Cción psíquica por medio. que de otro. ·
de la cual se im~& a la psique cieotr:Ouna élección, un pensaíajentó, ll!!ª .· . . Si bien es.cierto que, salvo el caro de delirio, ninguna madre cree posi·
acción!.-mQ..tivádos por el deseo de aquel que lo impone pero g,ue se apoyan_. ble detener la evolución física del nii'Ío, es preciso advertir que 8u anhelo
en un objeto que· responde para ~l óti'o ..ª-la categoría de lo ne<;eS3J:i9. ·: apunta a lo psíquic<>, que es un devenir concelniente a lo pensado y a los
Al ·enlatar el registro del deseo .de uno al c;le Ja necesidad y lo imp~rioso pensamientos del ruño lo. que ella querría preformar para ·evitar que llegue
. del otro, el objetivo de la violencia asegwa su victoria: inStrwnentando lo que. "normalmente" debería llegar: lo que el niño deba y logre pensar
el de5eo sobre el objeto de .una necesidad, la violencia primaria alcanza · desembocará en el oMdo del tiempo y de la vivencia de ese primer en~
.su es
fin, que. hacer de ,Ja re3lización del deseo de aquel que lo ejerce aque-. " cuentro;.la imagen de la madre perderá la en~guecedora brillantez de la
lfo que devendrá el·objeto demandado por quien la ·padece.: TfJ...Y'ol~ncia · ·3 .
Qp. cit., p. 40.

.us
l 119
.que estaba dotada; al saber que ella pretendía poseer -y no sin alguria ra-
3. Un derecho de' goce in?fienable

Í zón- sobre lo que el niño demandaba y deseaba y sobre la causa de su goce


o de su sufrimiento, deberá sustituirse el reconocimiento de su ignorancia,
No examinaremos aquí 1o que permite a la madre tal· renunciamiento
-nada podemos decir de ello, en efecto, sin apelar a la problemática de 1a
represión y a· su transmisión-, y en cambio nos preguntaremos por algo
. · La .ne~rosis ·nós p~eba que, a pesar del elevado precio pagado por el
su3eto, este puede ser pnvado del ·derecho de gozar sexualmente sin caer por
este motivo en la locura: la ~ocura nos muestra que si se despoja alS\ifetO
del derecho de gozar de su autonomía de pensamiento,· sólo J!Uede sobre-
que parece constituir una ha.Zaña mucho más difícil: ¿cómo logra el Yo
. del niño desprenderse de la trampa que le dio nacimiento? Esa instancia
vivir .tratando de recuperar aquello que le fue expropiado mediante el re-
curso a Uña construcción delirante, creación de ún Yo que intenta y consi·
que primero se constituyó can la intrusión, en el espacio psíquico, de una gne así pre8exvarse un "poder hablar" que le garantice ~ existencia de üña
primera serie de enunciados identificatorlos forjados por una heterogénea funcióñ pensante en su propio espacio psíquico.
actividad de pensar, ¿cómo puede percibir su propio estado de sujeción y Los analistas se han inclinado con diligencia, y a justo título, sobre el
conseguir h1>erarse de él? ¿Cómo se puede pasar de un "Yo hablado" PQr complejo de Castración y sus consecuencias; al hacerlo, permitieron conce·
el discurso del portavoz, a uncwyo hablo" que puede enunciar un discurso bir de otro modo el concepto de .sexualidad y de sujeto. Pero quizá no me-
que desmiente al ael otro? ¿Cfuno obligarlo a reconocer gue ya no posee ditar~ lo suficiente sobre otro riesgo que Sil propia estructura hace correr .
ninguna certeza sobre ese Yo al que en parte sigue· invistiendo como su .al sujeto: que .se lo despoje de un placer concerniente al ensar la in~·
objeto privilegi!do? Logro más sorprendente..aún por cuanto no hay ~~ table l!:!.11I!Utaci6n gue esto supone. o un derecho de oce sobre .
subestimar 1a fascinación quesupoñeta reláción descripta y que es CO.!_X· la proR.,ia·.actividad de pensar, reconocerse elderecho de pensar lo gue e
tensiva del encuentí'ó. entre. un· poder-comprender del niño y el discurso otro ~ piensa Y lo aue no sabe que uno piensa, es una condición necesaria ·
del que ~l ·portavoz es me~dor. Rela.ción cuya persistencia Sólo podrí~ para el funcionamiento del Yo. Pero el acceso a este derecho p.feiiiPoneel
conducir al absoluto de la alienaci6n4 , pero también relación que responde
';
! abandono de la creencia e,q. el "saber-todo,, del portavoz, la renuncia a en-
~J a ese deseo de fmal de búsqueda queproyecta su sombra sobre todo deseo, contrát sobre la escena de la realidad una voz que garantice to verdadero
cualquiera que fuese su objeto, y por lo tanto sobre el deseo de conoci- y lo falso, el duelo de un placer Ubidinal ligado al don de una pura sonori·
miento mismó. dad. Esto sólo es posible .si el nifio descubre que el discurso del portavoz
Todo deseo lleva en sí la loca esperanza del ~ncuentro con un objeto dice Ja ve:dad pero tam~én puede mentir, que su propio enunciado puede
que volvería carente de motivo a su propia resu~gencia: hallar a otro cuyo est~ moti~ado por el deseo de engafiar· y que nada le asegura a priori que
pensamiento poseería el conjunto de las res.puestas~ al que nunca tendría que· esta al ab!J8o del error, cualquiera que sea su fe en Ja verdad de lo dicho
demandársele que demostrara su legitimidad, porque de una vez para siem- u oído. . · ·
pre se habría reconocido en él al garante de la verdad absoluta: he aquí un ·. El de~briJniente de. que el discurso puede ser portador de verdad
fantasma del Yo cuya familiaridad todos percibimos. Un.a cosa es que todo · o de mentira es, para el nifio2 tan fundamental como el descubrimiento de· ·
sujeto retroceda con horror cuando comprende· cuáles serían las conse· )a diferencia. de sexos; poder '.dudar de lo oído es tan indispensable como
cuencias de su realización,. y otra es decir que soñar con· esa posibilidad . pode~ dudar de la realidad de una construcción qúe reve1a hallarse bajq
· implica una sensación de tregua, de silencio, de quiettid, ·que no deja de la égida del fantasma. Sólo a este precio puede el sujeto cuestionar al Otro
suscitar un efecto de fascinación. De allí nuestra pregunta: ¿cfuno se opera -y cuestionarse- sobre quién-es Yo, sobre la definición de .Ja realidad que
·esa renuncia al "saber todo" del Otro? ¿Qué cosa hace posible la reivindi· · el discurso ofrece y sobre· Ja intención que anima al discurso del Otro y de
cación de un derecho de. autonomía sobre el propio penSamiento?-,.. · los ?tros: Per~ este ~estionamiento y esta duda sólo ·son posibles para
'• el niño si el discurso· del portavoz acepta ser puesto en te1a de juicio y re·
4
Por alienación entendemos una situación relacional en la que el Yo remite la conoce para sí; como para la :voz infantil, la existencm de un referente·
totalidad de aus representaciones ideicas (de sus pensamientos) al juicio exclusivo que .ningún sujeto singular puede encamar y al que todo sujeto puede,
y
de otro que puede, sería el Único en poder, dotarlas de S!Dtido o declararlas al m1S1Do título y con los mismos derechos, apelar. Hay un punto en el que
insensatas. La ¡dienación es sinónmio de la pérdida su~rida por el Yo de todo de- . goce ~xual Y goce de pensar comparten un mismo carácter: es muy difícil
recho de goce y de todo derecho de juicio sobre su propia actividad de pensar. expenmentarlo,. lo que no significa imposible, si el partenaire tiene ta firme
Debe agregarse que un estado semejante nunca es totalmente actualizable en tanto
que la vida persista. Representa la mira de un fantasma que pone en escena el intención. de negarlo al otro. Debe agregarse que la imposición de no pensar
asesinato de la actividad de pensamientos frente a un Y6 que se convertiría en el otra cosa que 1o ya-pensado por el otro es una 1contrajlicción en los térmf.·
testigo viviente de ese crimen infinitamente repetido. Fantasma que ignora la ·nos: pensar es crear pensamientos, y "crear,, nunca púede ·hacerse sinó-
:i
contradicción incontorneable sobre la que fracasa su realiz3ción: Yo y actividad nimo de un simple "repetir~. El Yo no puede pretenderse creador de un
de pensamiento son los dos elementos que componen ui1a misma y única entidad.
De tal fraeaso da testimonio la ·psicosis; ésta muestra que, en tanto que el sujeto
eco: en este caso es el eco el que se propondrá como única e irrisoria prue
esté vivo, un Último fragmento del espacio ocupado por el Yo rehusa entr,egarse ba de la existencia del Yo. · ·
y prosig~ una lucha sin piedad contra ei resto de su territorio, enrolado en las Esto explica por qué razón goce ·del cuerpo y goce de 1a propia acti~ ·
filas de (liña tos. vidad de pensar designan los dos terrenos sobre los cuales. podrá ejercene.

120 121
. .

por excelencia, la inlúbición neurÓtica: la neurosis pon~ de ~esto el


eguilibrio y la analogía que pueden establecerse .entre unpQtencia sexual
e' impotencia intelectUal, entre e.l goce de~ cu~o Y el place~ esperado
.de la propia actividad de pensar, entre la ~cac1on de ~espacio corporal
que uno podrá concebir, con esta condietón, como hab;'f't autónomo del
r · su sufrimiento como sobre su goce.. .
· El Calificativo de "mágico" muestra la desmesura de aquello que se ·
espera del saber ..analítico", pero no por eso hay que subestimar lo que
implica el hecho de que ese poder (gozar, no sufrir más, o cualquier otra
realización ·esperada por el Y o) sea esperado por el sesgo de un saber.
.

.
.

Yo, y la imagen de un espacio psíquico que el Yo·debera.~ent!' repre- Posibilidad de gozar. de su pensamiento, poder pensar el goce, ser po~
sentarse como un espacio unificado y ocupado por una acti.vtda~ autonoma. seedor de una actividad de pensar que poseería la totalidad. de lo pensable <
el
En lugar y tiempo .de la sesión, .tanto el goce del cuerpo como su sobre el ÍWlcionamiento psíquico: tal es el triple fin de la demanda que..
imposibilidad s(>lo pueden ser hablados: esto explica que el sujeto privi- dirige el Yo al analista. En el registro del Yo, el deseo-de un poder-todo es·
legie su trabajo de pensamiento y de pue~~-en-palabras, y plantee en este sinónimo de un deseo de saber todo, "saber" gracias al cual se podría
doble registro el objeto de su demanda· Jib1dinal y el espectro de nu~ prohibir a la propia psique todo pensamiento que sea fuente de sufrimiento,
rechazo5 • "saber" S9bre lo que piensan Jos otros en virtud del cual se podría ejercer
Por escueto que resulte este resumen de la relación entre el "f?
! sus sobre -ellos un dominio total •. Lo prueba el fm último al que apunta el poder
pensamientos y entre la actividad de pensar y·.su agente, nos pennitiri cen- del déspota: conocer los pensamientos de todos sus súbditos, lograr que no
trar las reflexiones que siguj'm sobre el conflicto actuante· en· los }'e~· conozcan· ni piensen sino lo que él quiere hacerles saber y hacerles pensar•
mientos transferenciales", cmiflicto del que es responsable la antinomta · Es por ló tanto "saber" lo que se viene a .demandamos.y lo que se .espera
presente entre los ~s fiñes que ellas esperan~. obtener. De allí Ja sing\Ílaridad de la partida que se jugará y que la vuelve
Qistinta de cualquier otra: la especificidad del sabér taf como se constituí·
rá sesión tras sesión, revelará. que para los. dos sujetos resulta de la crea"
B. Reflexiones ..en curso" sobre el conflicto transferen~ ci6n de algo que ni uno ni otro conocí~ antes de la experiencia. Pero esa
Singularidad sólo será descubierta, si lo es, porque la experiencia revela ser
1. El snjeto supuesto saber diferente; con respecto al analizado, de aquella que, con total desconocí-
Dentro del registro de la neuroSis, la demanda de análisis mu~stra que . . mi~ntó, suponía éste posible.
en la gran mayoría de los casos -Y de ellos hablaremos- preexiste en el La relación que ha existido. entre el· infans y el portavoz, entre un no-
demandante una cierta "idea" del concepto "analista". Esto exp~ca por sabe.i;·nada del Yo ·sobre el Yo y el saber-todo imputado al discurs0· del ·
qué razón de entrada se transfiere sobre el sujeto al que Se. dirigirá Ja aeman· OtrQ, no es idéntica a la telación que se. instaura en ocasión del encuentro
da de análisis la imagen de "ptro" al que descub~os haber espt;.rado en.- entre un. Y9 que no carece de saber y ese otro sujeto supuesto saber. Empe-
contrar desde siempre. De allí la frecuencia de ese p~íodo de, luna de ro, she indagan de cerca las motivaciones transferenciales, surge el proble-
núel" 6 que. puede vivir el ~do, ~do cree. haber ~n~n~~ final~ ma de una serie de ·analogías. Al sujeto-supuesto-sabe.r no se le imputa
mente a aquel que .poseeria, y habna de d9volverle, esa ~ cuyo "saber". ni siquiera el saber en .general, sirio de manera especí~ca un cono-
duelo jlPllás se pudo hacer. ¿Mitad de quién y de q~. y p~ qué com.pl~­ ·cimiento .que le pe'.nnitiría decir "en verdad" y ,sin duda p?siblé cuáles son
ción por recuperar? ¿Acaso se trata, como en el mito plat~mco, de reurur el deseo y Ja identidad del Yo del demandante. El poder que se proyecta
las dos mitades que primitivamente habían fonnado parte,de un.solo cuer- s9bre el analista encuentra aquí su fuente y sus razones (a los ojos del ana·
po? ·¿O, como para Tiresias, se tra~ de apropiarse .del saber sobre un goce ~do; desde luego). Hay. otro que conoce vuestro .deseo,· que sabe quién
desconocido, el del sexo complementario?· No hay duda de que estos fan·· es. verdaderamente Yo, que posee los enunciados conformes; y los únicos
tasmas fonnan parte de un patrimonio compartido, pero si se entiende Yse coriformes, con Ja realidad de Ja que hablan,. que tiene el póder de decretar
respeta lo que el sujeto nos expresa al comienzo de.la partida, se comprende lo que es ilusión y lo que no lo es en ·la historia misma del Yo. Entonces,
que cualquiera que sea el fm que lo motiva, la esperanza de su realización ¿cómo negar que el espejismo transferencial·propone a la mirada un paisaje
·se instrumenta, a sus propios ojos, sobre y por un saber (sobr~ el cuerpo, que comparte." los caracteres de lo "ya-visto"?, y ¿cómo negar que este
el sufrimientó, el goce, el deseo) que nos imputa,y del qu~ e.spera apro-. "yá.,.vjsto" hace pensar irresistiblemente e~ el encuentro inaugural entre la
piarse; En otros términos, la- demanda del neurótico tiene como condi- psi9ue Y. el pórtavoz? · ·
ción ya realizada el investimiento por el Yo de una búsqueda de pensa· · Prlniera analogía a Ja que vienen a agregarse. otras doi¡. El exceso de
mientos y de palabras a las éuales atrfüi.1ye. un poder mágico, tamo sobre poder del que el portavoz puede volverse ·responsable no tiene otra causa,
dijimos, qúe la simple prolongación temporal de una ilusión que prim~ro.
5 Para nosotros, el término re_gresión 'designa específicamente el retomo a un modo fue necesidad vital para el Yo. El· exqeso tempoml de la relación transferen·
de investimiento del pensamiento y de Ja palabra que va a dotar a estos dos "ob- cial ·puede tambien llevar a la wposi'bilidad, para el Yo del analizado, de·
jetos" de un poder erógeno qu.e hará de ellos los representantes del c::onjunto
de los objetos perimidos a que apuntaban las pulsiones. . . .
. ~ar la autonomía de un pensamiento -el suyo- que.para siempre re·
.. sultar4 dependiente de lo que piensa el analista; de sus palabras, de su teoría.
de
6 Término tomado Freud.
En ambos.·easos, una misma y única experiencia puede dar al Yo las armas._

122 123
,.1,-
•_c.,-J~, '•

que le pennitan luchar para adquirir su autonomía, adquisición que nill'.l·


- -
ana[ista. Oincluso .que, para éste, pensar lo imprevisto a partir de los ·pens1. ·
ca puede resultar s6lo de- la oferta del ºU:º de co~cederla ~o que exige míeñfos que debe al analizado puede ser uria actividad fuente de placer.
el compromiso activo del Yo que la adqwere; o bien, a la mve~, pue~e Esta convicción que el analizadÓ nécesita conf'mnarse periódicamente,
inducir al Yo a renunciar a toda lucha, a negar que haya una diferencia puede ser, a ojos vistas, nada más que una ilusión, y mantenerse a pesar
-entre verdad y mentira y a rechazar el trabajo de la duda que resilltaría de la evidencia contraria: cabe preguntarse a qué precio es esto posi"ble.
del reconocimiento de esa diferencia. Trabajo de la duda que es sinónimo Para ello basta pensar en lo que implicaría la .Presencia de un analista que
del trabajo de duelo exigido por ese ..bien" particular que se llamaba ''cer- sólo .pudiera pensar con displacer el conjunto de los pensamientos que
teza" y que es preciso abandonar6 bit 1 No tener que dudar: deseo qu~ uno tienen como '~ferente a ta sesf'on: tampoco aquí pretendemos que ese
·puede creer realizado al dejar a otro 1a respon~bili~d de de~ar pensar displacer pueda ser evitado, pero muy distinto sería no poder hallar nunca
y -de pensar westro deseo para perderse en un silencio escandido por un en la propia escucha uná fuente de placer. Si tal no-placer es constante
único enunciado indefinidamente repetido: "E1 Yo no piensa nada". o mucho más frecuente que su contrario; el analista escapará del displaCQ?
Segunda analogía, pues, entre los dos. resultados de un exceso de la pensando "otra cosa" o reduciendo cada vez más el tiepipo de las sesiones,.
ilusión. -Está presente una tercera: hemo~ ~cho que autono~í~ y alie~a· o aun. haciendo lo necesario para _que el analizado no hable· más que un -_
ción. comparten una misma causa y una rrusr_na fecha de nacmuento, pero discuao conformé con lo que le da plácer (al anaJista). Tres soluciones
también que ninguna de las dos p~ede realizarse, salvo excepciones siem· - que, por desgracia, casi siempre son peñectmµente realizables: basta para
pre posfüles, sino por la suma c;te dos deseos y de dos placeres compartidos. 'ello que el analista ab~ de ta transferencia y la convierta en un instrumen·
Es menester que el ~eseo de aútonomía del Yo exista ~~o su de~o, ~ero to al exclusivo servicio de su placer. y de lo que él no quiere saber sobre
que el Yo oiga en la voz· del portavoz el anhelo de facilitai'le su ~alización. su propio desinvestimiento en lo que concierne a su función y al trabajo ..
A ese precio, la lucha que libra el Yo contra su estado inaugural de depe~­ psíquico que ~ exige. Tal abuso de poder y, más aún, de confianza -en
dencia se revelará a posteriori como una lucha- librada contra una tendencia el sentido más estricto del término- hará qúe el analizado, que evidente·
de su propio deseo, contra una ilusión cuyo duelo él debe hacer, por obra mente no puede reconocerlo en tanto quiere conservar su investimiento
de 1o cual la autonomía adquirida podrá ir a la par con el sentimiento de para su análisis con este analista, tenga que rechazar las pruebas que de él
que la madre sigue amándolo, que le da placer el que él sienta plaeer al le vuelven. Rechato que se hace poSI"ble gracias a una serie de racionaliza·
crear pensamientos nuevos 7 • Asimismo, la negativa del Yo a usar de ese clones que pueden ·acercarse peligrosamente a un remodelado de la realidad -
derecho de libertad sobre su pensamiento muestra casi siempre que tiene de su vivencia ·de y en Ja Sesión, remodelado que mucho se emparenta con
como aliado al deseo materno de rehusarla. · _ · las defensas psicóticas. A su vez, este rechazo exigirá que el analizado
Tampoco en este registro la relación transferencial deja de presentar acepte denegar toda siqgularidad y poi: lo tanto;todo valor creativo a sus
analogías. Si designamos con el término "pensamiento transferencial" al propios pensamientos: el anal.iSta. y su teoría ya han pen$ado todo lo ptm·
conjunto de _pensamientos, expresados o ~º· que se presentan en la ment~ sable. con respecto al sujeto y a es(e sujeto. La creencia en la singularidad
del analizado durante el tiempo de la sesión y que se refieren· a los senti· de su historia será denunciada como una ilusión, ihlsión que es preciso
mientoS vividos por el Y o, es evidente que estos pensamientos a i:ie~udo perde\' para alcanz'ar ta suprema sabiduría que lleva a proclamar que el. Yo (
serán expresados con displacer, ya sea que acompañen a un sufrimiento es un· puro seftuelo y que basta con saberló. para•• : seguir instalándose
psíquico efectivo o que hablen lo que uno quisiera callarª. En tales mo· indefinidame~ sobie un mismo diván- y. frente a un mismo silencio y a
mentos, pensar en la sesión será fuente de displacer. Pero et proceso analí· una misma ''ausencia,. del analista; -~ p0S11>ilidad de ~ortarlo prueba
üco detiería poder encontrar tunbién "momentos" en los cuales pensar en . que el deseo del Yo no puede sino encontrar Ja "nada". única imagen con·
la 8esión, pensar la sesión, pensar para la sesión, sea fuente de placer. Este forme con su •supuesta" verdad y con su. "des-ser" congénito.
placer desempefia un rol esencial en el investimient~ por el Y.o d~ la ~e~ - Vemos qll". existe una efectiva analogía entre el riesgo de ex~eso del que
que· persigue el proceso analítico y de ese modo particular de trabaJO p~1qu1- el portavoz puede hacerse responsable al rehusar al infans experimentar
co que exige el "a.nafu.arse". La ~~ción transferencia! nos mue~ que placer en crear pensamientos, y el exceso de frustración del que se toma
ese placer, para estar presente ser reconocido como tat por el analizado, .responsable et aDalista incapaz de prestar atención y de ieconocer la singu·
casi siempre e e poder a o sobre la convicción de e e tra a·o_~_. laridad de ese sujeto y de ese análisis en cuanto. fuente de nuevos pensa·
lítico j_ os pen~entos que de él re tan son fuente de placer Pll!ª el mientas_ -pero, con. ello, fuente de una posi1>Je duda acerca de sus certezas
. . te6ñcas preestablecidas-. ·Queda así al descubierto la paradoja propia de
6 flÍI ce. "A propósito de la realidad: saber o certeza" en este mismo volumen. - .
·
Ja demanda dirigida por el sujeto a ese otro sujeto supuesto saber: que
- - asegure ser poseedor de ese "bien-saber" que uno e!lpera desde "siempre,
7 Es olMo que esa autonomía. se trate del Yo de un niño _o del Yo de Fréud,-es _
relatiVa y debe respetar límites que ella no elige pero que le son jmpuestos tanto
pero que simultáneamente pruebe, de -manera implícita, que hay pensa·
por Ja ~uctum propia. de Ja psique como por fa estructura propia del lenguaje. · · mientos, obra del trabajo de pensar del anaHsta, que pueden aportarle "lo
a Defudmos como "sentimiento.. todo afecto de que el.Yo tiene conoclmie_nto Y · que él ·n.o poseía de toda Ja vida; que existe intereambio, esperado e inves-
cuya denominación posee. Cf. óp. cit., cap; IV. _ __ ·. - · tido pór am~ partenaire& Esta segunda demanda casi siempre iesulta

1?C:
124
traducción de este deseo en lenguaje.
velada para el analizado, pero si el analista olvida su presencia y su funeión i···. En efecto, dos rasgos diferencian radicalmente la puesta-en-sentido del
corre el gran riesgo de despojar al primero de un factor indispensable para anhelo, de la puesta en escena del fantasma: --°'
el posible éxito del proyecto analítico. - el anhelo anticipa uná experiencia cuya realización se espera. posible ~.:;:
pero que, a la inversa de. la leyenda del fantasma, no se realiza ipso facto· \
2. El proyecto analítico por su sola representación; . · .,·
Lo p edente demuestra que la transferencia sólo uede desenipeñar - el acontecimiento que uno espera realizable respeta la categoría de ·-')
su papel de aliada de este pro.r_ecto si, para os dos sujetos,. pensar la expe- l~ posible y, además, se inscribe en una experiencia futura que reconocemos L
riencia que se desenvuelve se presenta como fuente posible de nuevos pen- diferente de otra experiencia cuyo recuerdo mantenemos. Experiencia (
samientos, ellos mismos fuente de un placer compartido. Si nos limitamos . · . ya pasada que sin embargo servirá de patrón oro al que se recurrirá para \
a cOñiiderar lo que sucede en. el campo del analizado~ esto significa.que la evaluar el ''verdadero" valor de esos "bienes" particulares que el sujeto j
relación que vincula al Yo con sus pensamientos y con su actividad de llama felicidad y sufrimiento. '
pensar en la situación analítica, también ha de poder ser cau8a de placer.· , V~~s a explicar qué entendemos expresar con ~ metáfora del "pa-
Pero aun es preciso aclarar qué entendemos aquí por "placer". Pedimos ~o~ ?ro . Antes, concluiremos estas reflexiones sobre el proyecto analítico
disculpas por-. el aspecto abrupto de las fónnulas · que Siguen; y que no 1DS1Stiendo s_obre el doble papel que en él cumple la temporalidad. Inducir
podríamos desarrollar sin desbordar los lúnites de este· texto. Planteamos al .Yo ~ privilegiar la realización diferida de un placer implica un misino·
que el análisis -y por lo tanto el analista- tienen un proyecto que puede . pnvilegio otorgado al investimiento del tiempo futuro a expensas del tiempo
definirse como sigue: pennitir al Yo liberarse de su "sufrimiento neurótico", pasado:~~~ ello se ve .también valorizado por el sujeto ese "poder de trans-
liberándolo de los efectos de alienación que resultan de la copresencia y de fonnac1on de la realidad que Freud designaba como atributo y premio
la equivalencia afectiva que él preserva entre las representaciones por las de 1:1 "~?~dad". Sin tener que recwrir a la negación de lo que la "dura
cuales se delme, a su propio respecto y al de los otros, en tanto q11e Yo realidad .unpone, esperamos cambilµ' lo que advendrá,.pero no podemos
actual, y representacfones que pertenecen al pasado de ese mismo Yo. Pa- anula_r lo que fue. Y t~avía debe agregarse que, a la inversa, el relato de
sado que con ello se ve paradójicamente transfonnado en futuro, pues ese tiem_po pasado sera completamente reconstruido por el analizado y en
vendrá a designar lo que el Yo espera repetir en su "mañana", esperanza u~ s~ntido rem°'!elado. El proyecto analítico tomará apoyo en la experien-
siempre frustrada y siempre renaciente. El fm del proyecto analítico es;· c.ra. smgular, realizada por el analizado, de su relación con su propia tempo-
primeramente y ante todo, "temporal"; apunta a hacer posible que el sujeto ralidad, para permitirle sustituir el tiempo vivido por el relato histórico
invista y cree representaciones que anticipen por definición lo que ya nunca de un tiempo que puede, pero sólo a este precio -es decir, transformán-
pudo ser: un moment9 del tiempo futuro que, precisamente por ser futuro, ~o~ en ~n puro relato-, pasar a ser para el Yo ese patrimonio inalienable,
' jamás será idéntico a ningún momento pasado. uruco qu~ _Puede aportarle la certeza de que para él es po~ible un futuro.
Este poder de anticipar es la tarea específica del Yo y de la actividad. d$' Fonnulaeton abrupta y parcial, pero que a nuestros ojos respeta su espíri-
pensar; ret9ma por.su. C(Uenta la anticipación ejercida por·el discurso que tu, de la definición que permitiría esclarecer la meta que se propone el
les pennitió existir;. para que el Yo adviniera, primero fue preciso que el proyecto analítico. ·
discurso materno lo anticipara gracias a su creación de esa "sombra. ha-
blada" a la que comenzó por .dirigirse el Yo materno; sombrá hablada 3. Sobre las creaciones de "tiempo-mixto"9
que viene a preformar el lugar q11e ocupará .el Yo, al que ella anuncia y hace .
posi1>Ie. Una· vez. advenido,. incumbirá al. Yo la tarea, vital para él -en· el ., Lo q11e acabamos de decir acerca de la relación con la temporalidad bas-
tar~a para demostrar que el éxito del proyecto tiene. como condición la
sentido más .fuerte del ténnino-, de (IUtoanticipane.en-cada·momento de
P?sibilidad, par~ el .analista y el anali7.ado, de aceptar y anhelar que lo pro-
su inapresable presente proyectándose sobre lo que devendrá. el Yo en el pio. de la expenenc~ sea el tener que acabarse. El tiempo futuró que se ha
momento que sigue, momento cercano o bien sepamdo por un decenio, de _mvestir es tam~1én _aqu_el en q11e la presencia del analista.ya no será nece-
esto poco importa. Vivir irriplica el invesµiniento anticipado del tiempc»
saria. Antes de senalar que cosa puede hacer imposible este anhelo, conside-
futuro, y la posibilidad para el Yo· de. investir ese mismo fu~ supon~ ~.
preexistencia constante de una .representación, por él creada; de ese tiempo 9
·"Ellos (los fantasmas) están por una parte muy ·orgaJÍizados,. son no contradicto- \
por venir~ Tales representaciones de un. tiempo donde· "el Yo deberá deve- rios Y han sabido sacar provecho de· todas lás cualidades del.sistema consciente· ;
nir" son para nosotros .sinónimos: de lo que llamaremos los anhelos que a nuestro juicio le sería difícil distinguidos de las formaciones de este sistema:
motivan los pen8amientos y la acción del Yo y-podo tanto, del anhelo Pero, por '!tra parte, son inconscientes e incapaces de tornarse conscientes. Ha ,~.
que subtiende su proyecto identificatorio. mténnilio anhelo no debe ser de compararse/os con e80s hombres de sangre mixta que en general se parecen a
confundido con el de fantasma consciente. En efecto, si ·bien es cier(o que los.blancos, pero cuyo color de o~ige1J, se revela en algún indicio llamativo y que,
p~r esta razon, permanecen excluidos de la sociedad y no gozan de los privilegios
en el anhelo, que expresa la meta a la que el Yo aspira yen vista de la cual reservados.a los blaneos". Cf. S. Freud, The unconscious, S.E_, t. XIV, p. 190
· · ordena SÜ actuar, siempre hallaremos la particip~ón del deseo inconsciente (el subrayado es nuestro). . ,/
y del fantasma que· lo pone en escena, no podemos hacer de ella una simple

127
12~
raremos una mamf~tación particular del deseo incó~te; deseo que movimiento regrediente que atrae la mirada del hOínbre hacia efpasado,
siempre logrará infiltrarse en el registro del Yo y convertirse en apoyo de ésa es la primera figuraC!6n de un "instante" original de felicidad que puede
las demandas, de los anhelos, de las acciones que animan al Yo Y le hacen reconstruir. · ·
vivir, actuar, sofiar y morir. · . Para qne el Yo pueda privilegiar un anhelo de vida a expensas de ~n
Es propio de todo anhelo o, su~tamente, d~ todo ~eseo dec"-?l~ y deseo !fe muerte, es preciso que logre pensar con placer la "idea" de su
del que el y 0 se reconoce sujeto, inclwr dos vectores de. sentid~ contrarío. futuro. Ahora bien: esto implica que el Yo-·tenga·a 81úlisposicl6ñ eliecílér~
- uno que propulsa al sujeto y lo pro-yec..a. ha~ ~ busque~ ~e u~ doaé momentos pasados en los cuales hu~~/: ~r,~~~~.t_:·p~~~. .
momento futuro, condición vital para que el SUJeto mvista ese ob3eto Desde aquí se iq>one otra comprol>aci6ti re111.tiva a una función muy
por conocer y que ha imaginado: su tiempo futuro; · particular que incumbe al Yo: reconstruir su pasado de manera que expe-
- paralelamente, este anhelo re~ta estar sometido a lo que llamarem'>S riencias de placer cuya huella. mnésica no pudo conservar, puedán ser enJa:.. ·
la re-percepción de lo mismo en el registro del afecto. zadas a situaciones más tardías pero a cuyo recuerdo puede recu$. Lo que
Bajo la égida. del Yo, la actiVi~d psíquica ~s cal?az de p~sar -repre- el Yo no sabe, Y. nunca podrá saber, es que todo recuerdo por él privile·
sentarse- un obieto un acontecinuento, una situaetón, un mundo, pero giado no es otra ·cosa que algo que metafóricamente podríamos llaÓlar un
no es capaz de imaginar,
J '
•. que e1 Yo
•• ,, lo
de pensar una nueva " p~cepC10D. "recuerdo-pantalla": Jos recuerdos que su memoria cree elegir "libremente"
espera re-experhnentar en el futuro como alegna o sufrimiento (traduc- son en realidad representaciones que se irilponen al sujeto gracias a sus·
.ón en .términos del Yo del binomio pblcer-displacer) sólo le es represen· puntos de semejanza -reales o ficticios- con otrás repre~taciones repri·
~ble como re-percepción de una experiencia afectiva ya conocida. El Yo midas cuya carga. afectiva podrá ser' por este motivo, parcialmente transfe· .
puede representarse un mundo en el cual tOdas las flores estarán P.erfuma· rida sobre el recuerdo memorizable. · · ·
das puede actuar sobre la "realidad botánica" de ese mundo sele~onando .Tales ret>resentaciones olvidadas pueden formar parte de un "conod.do"
sus' especies, pero no puede representarse un perfume ~ recumr a olores que ha caído bajo el efecto de. la represión; en. este caso, a veces pc;idrán
ya conocidos. Las experiencias originales de placer y displa~e~ no son me- ser recuperadas. Peró también pueden no .haber tenido lugar nunca, pór
morizables; sin embargo, per.siste de ellas esa huella emgmatica que hace más lejos que uno se remonte, en lo decible, no haber sido nwica otra cosa
que todo deseo también esté animado··p?r 1a búsqueda de algo que es, por . qúe representaciones pictográficas, obra del proceso orlginario1 0 , y eilton-
excelencia lo Perdido: un momento del tiempo pasado. . ces no podrán dar lugar a ninguna toma de conciencia que no esté medfati·
"Dese~ vivir" es la primera condición para que haya '?da psíq?Ica• zada por una· construcCión que no tiene más garante que la teoría aDalitica
pero preservarse como sujeto desean~e supone el entrelazamiento ex1tOSf:! . a la cual se la debe. · '
de dos miras antinómicas: . • . ... · La activi<fa~ de rememora9ión ·del .Yo aupone .a su lado una fullci6n
_ el investimiento de un tiempo· futuro cuya espera se halla mvestida de reconstruéci6n que remodela una historia en Ja cual siempre faltará el
positiVamente, gracias a lo cual· quedará ~Y~~do p~vamente. aquello texto original de lós primeros capítulos. Sin embargo, esta ''rememora;.·
qué el proceso primario, pot su parte, segwra ignorando. el cambto, .c~~o ci6n·rec~cd6n,, aportanf al Yo Ja certeza de su eJtjst:encia pasada ·y
condición inherente y constitutiva del tiempo mismo. En este doble inv~s­ presente, pero Pl:fl que dicha certeza ·&e vea acompaftada: del deseo de un .
timiento se verá, y con motivo, la manifestación esencial del poder de Eros, futuro todavía es me,nester que et Yo quede asegurado de que estuvo en sús
así como el anhelo de vivir es aquello a. través de lo cual se expresa su ·pre· manos ~pedmentar placer y que por lo tanto· el anhelo de volver a exped-
sencia y su fuerza; · · · . • ·mentarlo es realir.able. El pasado "afectivo,, del Yo, que es tamb.Nn el
-- la esperanza del retomo de lo que se sintió J).umnte una -e_xpenencia Wrlco . pasado que importa para el Yo, aquel que él reconstruye, idealiza .
que ya tuvo lugar. Esperanza sobre ~ que va a instrum~ntarse 1a pulSi~n o reprime, es no s61o una conStrucci6n sino también una reconstrucción
de muerte, cuya irreductible presenc:Ja se expresa a traves de la nosta}gia que siempre debe permitir su eventual recomienzo. Reelaboración nece-·
por el retomo de un '!tiempo muerto'~. . . lfl!.r.ia para que el Yo pueda transferir de una representación de acontecf...
La tarea del Yo será conseguir la amalgama de esas dos nmas c?n~- miento a otra, más cercána o más lejana, el investimiento qlie ·hará <fe la
dictorias, con el. fm ·de investir el tiempo futuro. ~ ~uanto ex~e_ncia. vivencia, atn~uida a posteriori al suceso re~scogido, lo que él espera que
por hacer, sin dejar de preservar la esperanza de ~ue dicha exr.en~~cta. ~ el futuro. le ~á reencontrar. Equivalencia afectiva arbitrariamente
vea acompañada por una vivencia que el Yo deStgne como•. fe~c1dad · · planteada por el Yo entre recuerdos vinculados a momentos temporales
vivencia que el sujeto no puede pensar. o sea representarse, Stno apelándo que. el Yo reconoce como diferentes, y que unas veces, según las nécesi· ·
a un "estado" ya vivido. Paradoja siempre _actual~ el Yo y que n~ pu~de dades de su causo. representarán la referencia paradigmática de un estado
soslayar;Freud lo sefiala al expresar que la nnage~ e3emplar de~ expen~-. de felicidad, y otras de un estado de Sufrimiento.
cia de felicidad es, para todo hombre, la del lactante ado~eCI~dose e~ Es preciso· que esta "listaº de referentes pueda quedar abierta, es pre·.
tos brazos de su madre después de la mamada. No porque la vivencia. pie el ciso que el Yo conserve la posi1>ilidad de privilegiar momentos de sn hiato~
adulto imputa a esta imagen sea siempre verdadera -el sueíio del mfans
también está habitado por los monstruos del odi~, sino porque, en el ro ' E.n ~to a los. conceptos de pictograma y d~ oii8marló. cf. op. cit•.' cáp. n. ·

128 .j29
· actual,' Q de .~u pasado inmediato, para que .bi. tlistanCia ~evitableme,qte . ··1· .·. ·.Y o Y del que elfo es. fumbién agente puede cobrar,pmv e.a ;.,,;,,,,,;,, dos .
presente: entre el pJace.r·vivido y ~1 placer esperado ~o atmiga al.deseo del ÍOflllas: la Ifiuerte del cuerpo delque él u otro puede 'ser el asesin6 la ma~
..· .Yo fuiciit ta única e imposible búsqueda de. un pasad9 perdido pata siemp~.
.· · · El'análisis nQS prueba qt1e Jas experienclu de placer y de displacer de
.· ·tas· primeras etapas de·. ia vida nunca. son menionzables. mientras que todo
1f . . tanza: de su pensainient,o, por' élo por otro. No hablaremos aquí los aD.- · d:
helos. de m~i:!e centrad.os .en el, C1_1erpo ni. de las ideas. suicidas que los expte•
san ~ ambigue~d posible. Más miport;u:ite,.nos parece un conjunto de for7 ·
-. lleva .a· creer que 'los afectos que ~afiaban a esos momentos nunca ¡. ·:mul~ciones que ~an a]rededor de' 1a actividad.depénsar;aeJvacío·delpen~ .
:. más recupei:arán .su intensidad. primera. De allí ésa nostalgia índe_SlJmligable, ~ a
sanuento, de lo mal-pensado o de la negativa ·a pen8ar' trávés de las ciiales ·.
ese dUelojamás beeho ·que concierne. ésp~ÍficilJnente a la flérdida de. un 4 . el' Yo··~xpresa .un d~seo1 desconocido por él, de recobrar ese momento d~ .
recuerdo: el Sujeto)abl' que no está en· suS .manos re~daf las. primeras .
· mám;Ulas, 'tos priínetós arrullos, Ja aleJ?.Ía. que acompafió el encu~.ntro. en
:.~ j . enge~iento en.el ~ual toqavíá ~l Íio ex:iStía, saivo como lo "y'a-pensadé. .
ll por 'el diScurso del p9rta:voz.- "Antes" de un estado de coiülictc> ..antes';
. ·el espejo. o los. primer.os pasos. que fue capaz de dar. Reconoce la melucta~ ~ de Ja ·prµeba que implica el 4ut;i!o de Já certeza y)a aceptación de t~ner que:
.· · bilidad ® este .(lgUjiro de memoria, lo· cua! no .impide que.jamás·haga to~ § · dudar de .la palabra. del Otro, 'antes" en el cual Ja realización del deseo .
· · tal:niente su dÜefu. La fuerza· de la:. nostalgia y el ~chazo del. duelo reapa- " '. ?e n0; .tener ·que pensar se ptese:nta,ba co~o respuesta acorde con ei deseo · .
.récen en' la ·telacióll. a:PaJítiea y, en la ilusi6ii_tíansf.é.tenéial: encontrar.a. al- f.~ ·... .nnp~_!a-do: al Otro'. Freud· decía •q\le ta. muerte tiene algo en coilliín con 1a .
. gUien:que.ubci qué é_osa'fue el Yo de• ·su~~. que conoce la totalidac;t · a . pul~1~ W: muerte que infil~ta eltejido celular misnio1 ~.Pensamos que est~--) ·
de· 1u·,historu.. y. la fotalidad ·de l<>S deseo~ y de los placeres que. fueron .,·.· · . -~ºnJu.nt_o ~con~xo que .se mailifi_esta fuera ·M· la psicosis 'eón la in.Íu"bicfón · !
$\iy~' y qu~ peímitirúi recúp~tar ~ éoínp1eci6n de .uri pasado ~n. ~l que . mt~l~, ~ iniposi"bilidad. de ~VesUz' actividades.Creadoras·; e1 abui'rimfen~. \
. . . " . ·.. palábi:a. ~ ~epreSelÍtaCión•.ningún ~.. faltarían.. . ·.' .
· tQ X el djspla~:.que_,prqvoca tódo trabajo de tefleXión, la repetición obsesi- >
-~mteresari~ apuniar.,.qúé·di~ ilusión a veces cone ehiesgo de ser· .
va de pe~~entos idénticos;. el sentimiento de vacío del pensamiento .r
éompllr#da .por el. pro~o." analista~. Jiabíamoi atribuido el. calificativo de . son. expresiones y·re~a:ion.,s·parciaJes de un.ere.seo de mue.rte de1 ctú;L .
:a
. · "tiempcHiiixto" ias iepiesentacioJ}es por Jás ~ates ·et YQ pone-ef1-Sentido
' el Yo e~ agente y cuyo obJe.to es ese "ótro él _mismo", representado p~uus \
·.. y .pone-en-forma sus propi0$ deseos: aquí pqdemos dar un_paso más y decir .
. . que .Ja .tixtura:det y o mismo tiéite cómo matetjal fibras de ~tiempo-mixto".
p~nsam1entos ·Y ante todo poi: los pensamientos .a través de. los
piensa y sin los cuales no existiría. · . · ·· · . · ··· '
cuales.·se·
. · i
.1
Si huéstra hipótesis es c-Orrecia, d~ ~lla. resultari dos corÓlarids:...· · _.' : ·
· 4~i.ái1Usi6n'niortífemy~l ~~bUso" detransfe~ . .
. . ...:Ja ~úsqueda: de saber, e¡ an:ielo que quedará_y p(lbe quedar fri.tsh-ado~
el
·. · . Pre~rvill: anhelo de que ·.ia ·~xpenencm, analítica tenga' ~ fin:· si la .· de reencontrar. t()(fos los pensamientos pe.r9!4i:>$ y de ·pQder pensarlo todo; .
• preiencia. ~ UÍ1 an,helo :~jante es neéesaiia .para el .desenvolvimiento . eLptacc:r,:de- ser re~Iio<:ido .c~in<:> ereador ·de un· n~evo ·pen8arnieritc~; '.son
<fel p..roééso árialítiCo; de~c>s:.preguntamos b11-jo. qué condiciones puede un conjunto de·motivaciones al servicio de Eros..De~ll!.,P~ll.~~-cualq1:1ier!i
mantenef el Yo tal· anhelo~ cuarido ~ relación' trari'Sfer~n'c.úil no puede sino que sea la meta proyectada, $Opone el.~e.seo de ·que e~ ac_ti!i.d~d. pe~~ª;. ' '. .·
.refomi .el: deseO de q11e nuestra .presencia ~o vaya ~- faltar jamás. o bien, . -.:-. _el rec~o ~~· toda búsq.ueda d~. sa~er. el 11o·plircef .Y. . e~ ·~o:'de,e~.I
es
.. ·~ que eqtiivalente, pregúÍltamos cuáles $OJ1 fo~ factores·que·pueden anti~ . rel~tivo. a ~s ~ciones del propio pensamiento expresan,. a la ll}ve.rSa; -~ ,
. -~ dicho· arihelo en pi:ovecho de un único deseo: asegurarse Ja perennidad
.· y Ja íepetieión del enétlentro cpn .otro que tendrá el poder .de' decidir, en
desmv.:estimiento de,; e.sta actividad~. un deseo de destiuh"Jir· o·
en síntesis el' deseo de darle muerte. . . . . '
de am:iiada. · .
. . . . .• . ·. J: :
..cada ocasión~ sobre la verdad o f~d de nue~o propio ~n~.. . · En 1á mayor parte. de 198 ~s Eros. tomará )4· pi:~~dencla,: sin Ioirár .
· ·· DelegÍlcíón de un derecho · de· decisión .que sólo es la fonna ·apenas ·nunca, empero, forcluir ra~ente la preSellci¡¡:de sil adverfuio:.nó trata- '
· ·élisfnizada ~l. de~o de dejar a ese mismo otro Ja responsabilidad de pensar : rc:mo:s aquí acer~a de los efectos q-qé resultan dé esta mevitable intrlneación~. "· ·
en n:íresti:o lugilr y de expresar· -en nuestro nombre los enunciados .snpUes· m d~} compromiso que. en este terreno. repl'ese~tl!- lo que llamamos st.Íbli~.
· tameiite conformes. con nuestro .d~..Este de.ae.ojle__~QJ~ner que pensar . mac1on:. Basta a nµestro propósito con señalar que elanalisti se 4állá frente .
1· niáS para no ser ya sino el reeeptáculo d.e un '"ya:pensadO:Por:(ifñ)~ ~' a una~de~da_ya habitada por ese deseo antinómico, yfr1mte a'-un~µjeto·
a
¡ .-. nueSiiojfaiecer; ti mañiféstacióii'por medio de la cual se expresa un. déseo . que, sin dejar de procl~ar ·que .del análi!!is y del analistá espera.. poder sa~.- :
'. . de .muerte,"um vfu. q1,1e. pudo someter a··Sµs fines· al' Yo JDismo. Cuando el · f~cer .sus ~elos, su busqueda de goce, de placer y de. saber, también nos·
¡ deseo. de no' ¡>Cñái'Súlo lo que yá tVé: penííad~ ~ si$n_pré y. pata siem-· dice llilpbcitamente que lo que al mismo tiempo y contradictor.útrn.ente
pre
¡ · poi: el ánaliSta ·0cupa él frente de' Ja escena, debe. coneluirse· que en 1a e8?em es que quede aniquilada para siempre .tocta causa dé posiblejuffi.
; .parte que ~sempeña ~l:análiiado é,Ste. 4efiende los intereses de '.Táilatos. .· lDlento, 9ue ~ueda nQ temer.~ nunca .más la apari~ón de un deseo iinposi~ . •
! El- riguioso análisiS c;le · Ja relación transf'erei;icial, tal ·como. se ~Ieee -: b!e de ser sa~fecho, que todo pensamiento fuente. de· displacer. quede tedu- ·..
; . desde el. coonenzo del encuentro,. permj,te . efectuar otra coµiprobación- . c1do al silencio~ •. Si 1a espera nos mtiestra el investiiniénto de un· futuro, . ·.
¡. . que consíderáriioo e8encial: en la demanda ·que el sujeto dirige a eSe otro-su- . . la. esperanza atestig¡¡a la presencia _del deseo de re.encontrar el silenci9 de, · •
. . . . .. .
· puesto-saber; ánhelo de Vida y 'dése() de muerte e~ Sie.lllpre y de.entrada '. ' ,· '

... p.reSentes.
: . .'
·En·. efécto,. .la·' realización
., : .. .
de un deseo· de muerte ~ncemjente al
. .· '
ú .Cf. S. Freud, El problema ecot1ómico del ~asq_quismO.

130.
un pasado muy lejano. .
. Deseo de vida y ·deseo de muerte están presentes, por lo tanto, de · ~~.fumado. la Pi:ecedéncm ·el· dese~ de no tenei que: ~ensar ·más? ·
entrada; lOs dos harán irrupción en la relación traniferencial y tratarán . eten. r que se posee la totalidad de lo pensable, o proclamar qúe·ya nÓ
de• someterhi a sus fmes. Se comprende entonces que la iluSión de haber . hay nada más. f.llle: entender porque todo es equivalente o seftuelo, son éxac'
encontrado a un sujeto supuesto saber, a un sujeto·que.~see la totalidad · tamente lo Jll1SIDO. Los dos sujetos que en est~ .caso se encuéntran comp··ar- .
ten una misma nu
. _ . . ,, Ston, ~·mismo deseQ de no pensar más que en un. "ya· ·
O# • . •
de lo pensable, pueda ponerse .al servicio de un deseo·.de no tener que
pe~__más para delegar en ese otro este poder y este· derecho•. Hay otro P~do pm:-otro, • un mJSDlO rechazo de la duda y, como trasfondo, ún
·que.~ pensar en nuestro lugar y en nuestro nom)>re; desde ese momento, trusm() deseo. mOrtífe~Q concerniente ·al Yo y sus pensamientos: de esto .
·· el Yo· puede creer posible, respondiendo a este deseo, haber· reall7!ado su resulfirá un <Jiálogo de muertos. · · ·· . · · ·
propio deseo de dar muerte a su actividad dé pensar. El yo no piensa mas, . · En. estas 'considera~ones sobre ~ problimiática transferencial~ sólo nos
sé limita a aceptar la presencia continua de una perfusión que tmvasáría hemos abocado·ª» los. nesgos, que ella hace correr a los dos participantes
hacia su propio· espacio· psíquico "pensamientos" que lo piensan y que él en la relación .P~. entre _el Yo. y sus pensamientos. Hemos dejado de
sólo tendría .que repetir "mécánican:iente". Gracias a lo cual .puede creer lado la !Dt~cc.tQn eXistente entre dicha re1aci6n y 1as representaciones.·
realizable el .fantasma de resultar testigo vMente de 1a muerte indef'mida- que originario '1 primario se forjan de la vivencia de la experiencia analfti~ .
mente repetida de su propio pensainiento, y de poder gozar del "'asesinato. · ca:. U:n examen del ~ajo de pensamientQ del Yo y de su status en la
· de alma" 2 cumplido robre él por otro y por su deseo. · · ... · · PTflCtica analítica. e~ el examen conjunto del trabajo y del· status de
. Ahora podemos definir lo.. que denunciamos. coino manifestación de esas.~ producciones psíquicas que s~n fuente .de la actividad de pen1ar · ·
un "ab~ de transferencia" del que el analista se hace culpable: toda prác- • le ~ponen ~ límites y prese~ Siempre· de lo no-pensable: Al dar fo~· ·
tica y toda conceptualización ·teór:ica que amenacen confirmar al 'analizado escri~ a estas ~exion~. nos propusimos acercar al· lector· y· a nosotros··
Ja legitimidad de la ilusión que le hace afumar que lo que se tiene· que pensar . mfsmon ese (in. · · · · ·
sobre el sujeto y sobre este sujeto, ya fue pensado de una vez pari.. siempre
por UN analista13 y, .por lo tanto; que el analista no puede esperar ni oir. · Iúnio de 1975..
nada nuevo de y en. el discurso que se le ofrece. Algo que era una ilusión.
útil para la instalación· de~ transferencia, se transforma en una ilusión mor-
.. tífera que privará al analizado de ·todo interés por Ja ·búsqueda de pensa-
mientos nuevós.y de representaciones perdidas, l>úsqueda cuyo investimien~
· to el proceso. eXJge. Si otro posee la totalidad de lo pensable, po(:o importa
. que uno le. hable o se calle; baSt:a con esperar y repetir lo que casi SÍe1l1pre
· se conseguirá adiV:inar acerca de ~ ideas "técnicas'' y "teóricas" del analis-
.. ta •. E~ abilso .de pOder también puede ser ejercido a través de lá. interpre-
taclóti. a ultranza y, podríamos deck, prefabricada, o a trávés de Ja persis-
·. tencia de un silencio que vendrá a probarle al analizado que en el encuentro
no hay intercambio de saber, y que lo que él dice no aporta niilglln nuevo
.'pensamiento al analista; también háy abuso de .poder en el desprecio pór
· .. el tiempo de la. sesión, por las maniobras de seducción a las que se apelará
para velar· a1 sujeto, y robre todo a uno mismo; el abuso .de confianza que
·se comete. · · ·
. En todos estos casos,· el fáctor detenninante del fracaso del proéeso
conciepÍe a algo que constituye, en nuestra opinión, la .causa de ese abuso:
a.
la negativa, por parte del analistt, oir y recon~r la singularidad del
discurSó qúe se te dirige, el displaeer que parece ocaiioitarle toda palabra
que pudiera obligarlo a aceptar· nuevos. pensamientos y a renunciar a ótros,
su paso atrás frente~ a todo. aquello que pudiera hacerle dudar·de.lo que
consideraba demostrado para siempre. .
Pero ¿cómo no advertir que esta p9sici6n implica que en el mismo
12
. Término tomado de Schreber.
13
Que ese supuesto poseedor de u~a teoría a Ja que n~ le falta ninguna respuesta
sea su propio analista; Freud o cualquier otro teórico, es equivalente. .

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