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Los carbohidratos son unas biomoléculas que también toman los nombres
de hidratos de carbono, glúcidos, azúcares o sacáridos; aunque los dos
primeros nombres, los más comunes y empleados, no son del todo
precisos, ya que no se tratan estrictamente de átomos de carbono
hidratados, pero los intentos por sustituir estos términos por otros más
precisos no han tenido éxito. Estas moléculas están formadas por tres
elementos fundamentales: el carbono, el hidrógeno y el oxígeno, este
último en una proporción algo más baja. Su principal función en el
organismo de los seres vivos es la de contribuir en el almacenamiento
y en la obtención de energía de forma inmediata, sobre todo al cerebro y
al sistema nervioso.
Esto se cumple gracias a una enzima, la amilasa, que ayuda a
descomponer esta molécula en glucosa o azúcar en sangre, que hace
posible que el cuerpo utilice la energía para realizar sus funciones.
Anabolismo
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El anabolismo (del griego ana ‘hacia arriba’, y ballein ‘lanzar’) es el conjunto de procesos
del metabolismo que tienen por fin la síntesis de componentes celulares a partir
de precursores de baja masa molecular,1 por lo que también recibe el nombre
de biosíntesis. Es una de las dos partes en que suele dividirse el metabolismo. Aunque
anabolismo y catabolismo son dos procesos contrarios, los dos funcionan de forma
conjunta y armónica, y constituyen una unidad difícil de separar.
Consiste en la síntesis de moléculas orgánicas (biomoléculas) más complejas a partir de
otras más sencillas, orgánicas o inorgánicas, con requerimiento de energía (reacciones
endergónicas) y de poder reductor, al contrario que el catabolismo. Los procesos
anabólicos son procesos metabólicos de construcción, en los que se obtienen moléculas
grandes a partir de otras más pequeñas. En estos procesos se consume energía.
Anabolismo
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El anabolismo (del griego ana ‘hacia arriba’, y ballein ‘lanzar’) es el conjunto de procesos
del metabolismo que tienen por fin la síntesis de componentes celulares a partir
de precursores de baja masa molecular,1 por lo que también recibe el nombre
de biosíntesis. Es una de las dos partes en que suele dividirse el metabolismo. Aunque
anabolismo y catabolismo son dos procesos contrarios, los dos funcionan de forma
conjunta y armónica, y constituyen una unidad difícil de separar.
Consiste en la síntesis de moléculas orgánicas (biomoléculas) más complejas a partir de
otras más sencillas, orgánicas o inorgánicas, con requerimiento de energía (reacciones
endergónicas) y de poder reductor, al contrario que el catabolismo. Los procesos
anabólicos son procesos metabólicos de construcción, en los que se obtienen moléculas
grandes a partir de otras más pequeñas. En estos procesos se consume energía.
Los seres vivos utilizan estas reacciones para formar, por ejemplo, proteínas a partir
de aminoácidos. Mediante los procesos anabólicos se crean las moléculas necesarias para
formar nuevas células.
Lípido
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1
Lípidos comunes
Fosfolípidos organizados en liposomas, micelas y bicapa lipídica.
Los lípidos son un conjunto de moléculas orgánicas (la mayoría biomoléculas), que están
constituidas principalmente por carbono e hidrógeno y en menor medida por oxígeno.
También pueden contener fósforo, azufre y nitrógeno.2
Debido a su estructura, son moléculas hidrófobas (insolubles en agua), pero son solubles
en disolventes orgánicos no polares como la bencina, el benceno y el cloroformo lo que
permite su extracción mediante este tipo de disolventes. A los lípidos se les llama
incorrectamente grasas, ya que las grasas son solo un tipo de lípidos procedentes
de animales y son los más ampliamente distribuidos en los organismos vivos.2
Vitaminas
Las vitaminas no producen energía y por tanto no implican calorías. Intervienen como
catalizador en las reacciones bioquímicas provocando la liberación de energía. En otras
palabras, la función de las vitaminas es la de facilitar la transformación que siguen los
sustratos a través de las vías metabólicas.
Identificar las vitaminas ha llevado a que hoy se reconozca, por ejemplo, que en el caso de
los deportistas haya una mayor demanda vitamínica por el incremento en el esfuerzo
físico, probándose también que su exceso puede influir negativamente en el rendimiento.
Antioxidante
Mejora la visión
Es antibacteriana, por lo que inhibe el crecimiento de ciertas bacterias dañinas para
el organismo.
Repara y mantiene cartílagos, huesos y dientes.
Reduce las complicaciones derivadas de la diabetes tipo II
Vitamina C Disminuye los niveles de tensión arterial y previene la aparición de enfermedades
vasculares
Tiene propiedades antihistamínicas
Ayuda a prevenir o mejorar afecciones de la piel como eccemas o soriasis.
Es imprescindible en la formación de colágeno.
Aumenta la producción de estrógenos durante la menopausia
Mejora el estreñimiento por sus propiedades laxantes.
El rol más importante de esta vitamina es mantener los niveles de calcio y fósforo
normales.
Vitamina D Participa en el crecimiento y maduración celular.
Fortalece al sistema inmune ayudando a prevenir infecciones.
Es un antioxidante natural
Vitamina E Cumple un rol importante en cuanto al mantenimiento del sistema inmune saludable
Protege al organismo contra los efectos del envejecimiento.
Es esencial en el mantenimiento de la integridad y estabilidad de la membrana
axonal (membrana de las neuronas).
Previene la trombosis.
Es importante en la formación de fibras elásticas y colágenas del tejido conjuntivo.
Promueve la cicatrización de quemaduras.
Protección contra la destrucción de la vitamina A, selenio, ácidos grasos y vitamina
C.
Protección contra la anemia.
Coagulación sanguínea
Vitamina K Participa en el metabolismo oseo ya que una proteína ósea llamada osteocalcina
requiere de la vitamina K para su maduración.
Como todas las biomoléculas, los carbohidratos tienen tres elementos básicos: el
carbono (C), el hidrógeno (H) y el oxígeno (O). Son dos los grupos químicos que
caracterizan a los carbohidratos: el grupo carbonilo (-C=O) y el grupo hidroxilo (-
OH). El carbonilo se encuentra en aldehídos y cetonas; el hidroxilo se encuentra en los
alcoholes.
Adicionalmente, un carbohidrato posee varios grupos hidroxilo, por lo que pueden ser
considerados como polialcoholes o polihidroxi. Estructuralmente, los carbohidratos son
polihdroxi aldehídos o polihidroxi cetonas y sus derivados.
Tipos de Carbohidratos
Los carbohidratos se dividen en simples y complejos, según el número de unidades que
los componen.
Carbohidratos simples
Los monosacáridos son los carbohidratos más simples. Los ejemplos más conocidos
son la glucosa, la fructosa, la ribosa y la galactosa. La dihidroxiacetona y el
gliceraldehído son los dos monosacáridos más simples, cada uno posee tres átomos de
carbono en su cadena principal.
Carbohidratos complejos
Los carbohidratos con más de una unidad de monosacáridos son conocidos como
carbohidratos complejos.
Disacáridos
Los polisacáridos son cadenas de más de diez monosacáridos. Los más conocidos son el
almidón, el glucógeno y la celulosa.
También se dice que, normalmente, son inorgánicos, pero no siempre, ya que algunos minerales son
formados por seres vivos (minerales biogénicos), como ocurre con la concha de aragonito de los
moluscos, la magnetita presente en el pico de muchas aves, o nuestros huesos y dientes de apatito.
Las técnicas de laboratorio nos permiten sintetizar algunos minerales, pero éstos quedan fuera de
nuestra definición de mineral. Los minerales se forman de manera natural, ya que los distintos
elementos químicos tienden a organizarse según sus afinidades químicas. Por ejemplo, el oxígeno en
estado libre tiene carga negativa y es muy reactivo, por lo que se combina rápidamente con
elementos metálicos que tienen carga positiva, mediante enlaces iónicos.
Los minerales pueden expresarse mediante fórmulas químicas específicas. Es el caso del cuarzo que
se formula como SiO2. Este mineral, que es el más abundante en la Tierra, tiene una composición
química fija. Sin embargo, en la mayoría de minerales la composición no está perfectamente
definida, ya que algunos elementos pueden encontrarse sustituyendo parcialmente a otros, como
ocurre en la dolomita, CaMg(CO3)2, donde el magnesio (Mg) puede estar remplazado por
cantidades variables de hierro (Fe) o manganeso (Mn).
Finalmente, los átomos de un mineral se disponen según un modelo geométrico regular, y decimos
que los minerales son cristalinos. Existen algunos sólidos naturales que carecen de esta estructura
ordenada, como el vídreo volcánico (obsidiana) o el ópalo, a los que denominamos mineraloides, y
aunque estrictamente nos nos minerales, si que son objeto de estudio de la mineralogía.
Clasificación de los minerales
La composición química es la base de la clasificación de los minerales, dividiéndose en clases en
función del anión o complejo aniónico (de carga negativa) dominante. Así cuando elementos
metálicos (Fe2+) aparecen combinados con el oxígeno (O2-) hablamos de óxidos, ya que el anión
dominante es el oxígeno. Si el anión dominante fuera el azufre (S2-) serían sulfuros, y así
sucesivamente para silicatos, carbonatos, haluros, etc… Algunos elementos pueden formar redes
cristalinas entre ellos, y los denominamos elementos nativos, para dar lugar a minerales como el
grafito o el diamante, el oro, la plata, y el platino.
Existen fuertes razones que justifican esta clasificación. En primer lugar, los minerales que poseen el
mismo anión dominante en su composición, muestran semejanzas más marcadas que aquellos que
comparten el mismo catión dominante. En segundo lugar, los minerales con el mismo anión tienden
a encontrarse en determinados contextos genéticos, por ejemplo los sulfuros se asocian a
yacimientos minerales en ambientes volcánicos, o los carbonatos a ambientes sedimentarios
acuáticos. En tercer lugar, este esquema de clasificación es el mismo que se usa en química para
clasificar y nombrar los compuestos inorgánicos.
Propiedades
Ya hemos comentado que las propiedades físicas de los minerales son el resultado directo de sus
características químicas y estructurales. Algunas propiedades físicas, como las determinadas por
rayos X o métodos ópticos, precisan de equipos especiales y preparaciones complicadas de las
muestras, por lo tanto expondremos, a continuación, las propiedades físicas que pueden determinarse
por inspección visual sencilla o ensayos simples.
Color: Quizás sea la propiedad más fácilmente observable. Para muchos minerales el color es
distintivo, aunque para otros se trata de una propiedad altamente variable, y por lo tanto insegura
para identificarlo.
La raya: El color del polvo fino de un mineral se conoce como raya o huella. Se emplea
frecuentemente en la identificación de minerales, porque, aunque el color de un mineral puede variar
entre límites amplios, el de la raya es normalmente constante.
Brillo: Es el aspecto general de la superficie de un mineral cuando se refleja la luz. El brillo de los
minerales puede ser de dos tipos, metálico y no metálico. Los minerales que tienen el aspecto
brillante de un metal, tienen un brillo metálico, y son completamente opacos a la luz, por lo que su
raya es negra o muy oscura. Los minerales con brillo no metálico son, en general, de colores claros y
transmiten la luz, sino a través de secciones gruesas sí, al menos, a través de láminas delgadas. La
raya de un mineral con brillo no metálico es incolora o de color débil. El brillo no metálico puede
definirse como vítreo cuando brilla como el vidrio, resinoso cuando se parece a la resina, nacarado
cuando su brillo es irisado como el de las perlas, graso cuando parece estar cubierto de una película
de aceite, sedoso cuando es como la seda o adamantino cuando tiene un reflejo fuerte y brillante.
Fluorita (CaF2). Vista con luz ultravioleta
Fluorescencia y fosforescencia: Los minerales que se hacen luminiscentes al ser expuestos a la
acción de los rayos ultravioletas, rayos X o rayos catódicos son fluorescentes. Si la luminiscencia
continúa después de haber sido cortada la fuente energética que incide sobre ellos, se dice entonces
que el mineral es fosforescente.
Hábito: Se refiere a la forma y apariencia de los cristales y de los agregados minerales. Existen
una gran cantidad de formas, y algunos minerales pueden presentarse en varios tipos de hábitos.
Éstos pueden ser laminares, columnares, aciculares, dendríticos, hojosos, fibrosos, en bandas, etc…
Si un agregado de minerales es compacto, irregular y sin ninguna apariencia peculiar, decimos que
es masivo.
Exfoliación, partición y fractura: Son propiedades que se ponen de manifiesto en respuesta a una
fuerza externa. La exfoliación es la tendencia que poseen ciertos minerales a romperse paralelamente
en planos atómicos. La partición se produce cuando los minerales se rompen a lo largo de planos con
debilidad estructural. Por su parte, la fractura se produce cuando la resistencia de los enlaces del
mineral es aproximadamente la misma en todas direcciones, y puede ser fibrosa o astillosa, irregular,
ganchuda o concoidal cuando genera superficies lisas y cortantes.
Dureza: Es la resistencia que ofrece la superficie lisa de un mineral a ser rayada (se designa por una
H). El mineralogista austriaco F. Mohs, estableció en 1824 una escala de 10 minerales frecuentes en
la naturaleza de manera que, con estos valores, por comparación se puede definir la dureza relativa
de cualquier mineral.
1. Talco: se raya fácilmente con la uña.
2. Yeso: se raya con la uña con dificultad.
3. Calcita: se raya con una moneda de cobre.
4. Fluorita: se raya con una navaja de acero.
5. Apatito: se raya difícilmente con una navaja de acero.
6. Ortosa u ortoclasa: se raya con una lima de acero.
7. Cuarzo: raya el vidrio.
8. Topacio: raya a todos los anteriores. Se raya con herramientas de tungsteno.
9. Corindón: se raya con el carburo de silicio.
10. Diamante: es el mineral natural más duro. Se raya, únicamente, con otro diamante.
19.
20.
21. Estructura secundaria:
22. Se trata de la disposición de la cadena polipeptídica en el espacio. Existe una
conformación más estable que ninguna otra que es la que se mantiene. Los tipos
básicos de la estructura secundaria son:
23. · α-hélice: plegamiento en espiral de la cadena polipeptídica sobre sí misma.
24. Se mantiene estable por medio de puentes de hidrógeno que entre los grupos -NH-
y –C=O. Si estos enlaces se rompen, la estructura secundaria se pierde.
25. (Ej: α-queratina de las plumas)
26.
27.
28. · Lámina plegada: el plegamiento no origina una estructura helicoidal sino una
lámina plegada en zig-zag.
29. La estabilidad de esta estructura también se consigue mediante puentes de
hidrógeno, pero en este caso son transversales.
30. (Ej: β-queratina de la seda)
31.
32.
33.
34. · Hélice de colágeno: se trata de una hélice mas extendida debido a la abundancia
de determinados aminoácidos que no pueden formar puentes de hidrógeno.
35. La estabilidad de esta estructura se debe a la asociación de tres hélices unidas
mediante enlaces covalentes y enlaces débiles.
36.
37. Estructura terciaria:
38. Nos informa sobre la disposición de la estructura secundaria de un polipéptido al
plegarse sobre sí mismo originando una conformación globular. Dicha conformación
globular en las proteínas facilita su solubilidad en agua y esto les permite realizar
funciones de transporte, enzimáticas, hormonales, etc, (proteínas globulares).
39. Las proteínas que no llegan a formar estas estructuras terciarias mantienen su
estructura secundaria alargada (proteínas filamentosas o fibrilares). Son insolubles
en agua y en disoluciones salinas, por lo que presentan funciones esqueléticas (Ej:
tejido conjuntivo, colágeno de los huesos...)
40. De la estructura terciaria depende por lo tanto la función de la proteína, por lo que
cualquier cambio que se produzca en la disposición de esta estructura puede
provocar la pérdida de su actividad biológica, proceso que conocemos con el nombre
de desnaturalización.
41. La estructura terciaria, constituye un conjunto de plegamientos que se originan por
la unión entre determinadas zonas de la cadena polipeptídica. Estas uniones se
realizan por medio de enlaces entre las cadenas laterales de los aminoácidos, y
pueden ser de los siguientes tipos:
42. · Puentes disulfuro: son enlaces fuertes covalentes entre los grupos –SH de los
aminoácidos cisteína.
43. · Fuerzas electrostáticas: se trata de enlaces tipo iónico entre los grupos de
cargas eléctricas opuestas. Se producen entre grupos radicales de aminoácidos
ácidos y aminoácidos básicos.
44. · Puentes de hidrógeno
45. · Fuerzas de Van der Waals: son uniones débiles que se producen entes los
aminoácidos apolares.
46.
47. Estructura cuaternaria:
48. Informa de la unión de varias cadenas polipeptídicas con estructura terciaria para
formar un complejo proteico. Cada una de estas cadenas polipeptídicas recibe el
nombre de protómero o subunidad proteica. Según el número de subunidades que se
asocian, las proteínas que tienen estructura cuaternaria se denominan:
49. · Dímeros: ej. enzima hexoquinasa
50. · Tetrámeros: ej. hemoglobina
51. · Pentámeros: ej. enzima ARN-polimerasa
52. · Polímeros: ej. actina, miosina y cápsida del virus de la polio (este posee 60
subunidades proteicas).
53. El tipo de unión que predomina en este tipo de estructura son los enlaces débiles.
Como ya se ha dicho, las proteínas constituyen un grupo de moléculas muy abundante en la
naturaleza (se calcula que en el ser humano existen cerca de 100000 tipos diferentes) y
realizan, así mismo, funciones muy variadas.
Actualmente se tiende a diferenciar entre las proteínas que cumplen su función de una
forma estática y aquellas otras, denominadas activas, que desempeñan un papel dinámico en
procesos bioquímicos y fisiológicos.
Entre las funciones estáticas de las proteínas destacan las siguientes:
Estructural. Muchas proteínas forman estructuras celulares, como las membranas,
las fibras contráctiles, los orgánulos vibrátiles, la sustancia intercelular y las
estructuras cutáneas entre otras.
Almacén de aminoácidos. Algunas proteínas constituyen una fuente de reserva de
aminoácidos, lo que permite la síntesis de proteínas, fundamentalmente durante los
procesos embrionarios. Son abundantes, por tanto, en las semillas vegetales y en los
huevos de los animales.
Las proteínas activas realizan múltiples funciones:
Fisiológica. Este grupo comprende las proteínas que intervienen en los
movimientos, los procesos homeostáticos (incluido el mantenimiento del pH), el
transporte de otras moléculas, hormonas, etc.
Regulación energética. Algunas proteínas participan en los procesos de activación
e inactivación de la información genética.
Catalizadora. Las proteínas que se incluyen en este grupo reciben el nombre de
enzimas. Actúan como biocatalizadores favoreciendo las reacciones químicas que se
producen en los seres vivos.
Inmunitaria. Ciertas proteínas proporcionan la identidad molecular de los
organismos vivos (antígenos), mientras que otras (anticuerpos) rechazan cualquier
molécula extraña que se introduzca en ellos.