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TUCUMAN
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PREMISA MAYOR
CONCLUSION
3- El caso se rige por el art. 19 de la CN “Las acciones privadas de los hombres que de
ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo
reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación
será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.”
Tomando en cuenta la tipología de normas sugerida por los autores manuel Atienza y Juan Ruiz
Manero, cabe encuadrar al art. 19 como una norma regulativa y dentro de dicha tipología como
un princpio en sentido estricto en tanto que el mandato derivado del princpio de privacidad y
legalidad contenido en la norma puede ser cumplido en diversos grados y porque la medida
ordenada de su cumplimiento no solo depende de las posibilidades fácticas, sino también de
las posibilidades jurídicas. Los principios en sentido estricto en cambio configuran de forma
cerrada sus condiciones de aplicación aunque su modelo de conducta sea abierto, por ende el
término «mandatos de optimización».solo sería valido para «principios en sentido estricto».
Véase ATIENZA Manuel y RUIZ MANERO, Juan. Las piezas
concibe los derechos constitucionales como principios, y los principios como mandatos de
optimización, que ordenan que algo debe realizarse en la mayor medida posible (de acuerdo
con las posibilidades fácticas y normativas existentes). Cuando se pr
En tanto mandatos de optimización, los principios son normas que ordenan que algo sea
realizado en la mayor medida posible de acuerdo con las posibilidades jurídicas y fácticas. Esto
significa que pueden ser satisfechos en grados diferentes y que la medida ordenada de su
satisfacción depende no solo de las posibilidades fácticas, sino jurídicas, que están
determinadas no solo por reglas, sino también, esencialmente, por los principios opuestos61.
Esto último implica que los principios son susceptibles de ponderación y, además, la necesitan.
La ponderación es la forma de aplicación del Derecho que caracteriza a los principios. En
cambio, las reglas son normas que siempre o bien son satisfechas o no lo son. Si una regla vale
y es aplicable, entonces, ordena hacer exactamente lo que ella exige; nada más y nada menos.
En este sentido, las reglas contienen determinaciones en el ámbito de lo fáctica y jurídicamente
posible. Su aplicación es una cuestión de todo o nada.62 No son susceptibles de ponderación y
tampoco la necesitan. La subsunción es para ellas la forma característica de aplicación del
Derecho. De esta manera, el principio que tiene precedencia restringe las posibilidades
jurídicas de la satisfacción del principio desplazado. Este último sigue siendo parte del orden
jurídico. En otro caso puede invertirse la relación de precedencia. ¿Cuál ha de ser la solución?
Depende de los pesos relativos de los principios opuestos. Con esto es claro, al mismo tiempo,
que en las colisiones de principios, a diferencia de lo que ocurre en los conflictos de reglas, no
se trata de la pertenencia o no al sistema jurídico. Las colisiones de principios no tienen lugar
en la dimensión de la validez, dado que solo pueden entrar en colisión principios válidos, sino
que se dan dentro del sistema jurídico en la dimensión de la ponderación63. Dentro del marco
de una teoría del sistema jurídico la teoría de los 59 El término «mandatos de optimización»
utilizado por el profesor Robert Alexy indica que el mandato derivado del principio se
caracteriza porque puede ser cumplido en diversos grados y porque la medida ordenada de su
cumplimiento no solo depende de las posibilidades fácticas, sino también de las posibilidades
jurídicas. Atienza y Ruiz Manero no comparten con Alexy.que los principios en sentido estricto
puedan ser cumplidos en diversos grados; pues ellos distinguen entre «principios en sentido
estricto» y «directrices o normas programáticas». Lo característico de las.«directrices o normas
programáticas» se halla en que este tipo de pautas configura de forma abierta tanto sus
condiciones de aplicación como el modelo de conducta prescrito. En la conducta gobernada
por directrices no se trata de determinar la prevalencia de una u otra en relación con un
determinado caso, sino de articular políticas capaces de lograr, en el mayor grado posible, la
consecución conjunta de todos estos objetivos. Los principios en sentido estricto en cambio
configuran de forma cerrada sus condiciones de aplicación aunque su modelo de conducta sea
abierto, por ende el término «mandatos de optimización».solo sería valido para «principios en
sentido estricto». Véase ATIENZA Manuel y RUIZ MANERO, Juan. Las piezas
Norma II): "(...) Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas: a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el
traductor o intérprete, si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal (...)"(8) .
a) En primer lugar, las normas transcriptas son distintas en cuanto a su fuerza deóntica. En
efecto, por su propia índole, la prescripción de la norma I (el respeto de la integridad física,
psíquica y moral) puede ser llevada a cabo en más o en menos, es decir, admite distintos
niveles de cumplimiento (o de incumplimiento). Lo que la norma ordena es que sea
observado en la mayor medida posible, en otras palabras, que sea optimizada. La norma
II, en cambio, ordena un algo que no admite distintos niveles de cumplimiento. Puede ser
observado o no: no hay puntos intermedios, o el inculpado tiene la asistencia de un
intérprete o no la tiene. Esta diferencia es causa de que la interpretación de los principios
sea con frecuencia más complicada que la de las reglas. Sobre la base de lo dicho, R.
Alexy ha caracterizado los principios como "mandatos de optimización"(9) .
En los casos de conflictos entre reglas hay que decidir la precedencia de una u otra, y esa
decisión conllevará la anulación de la regla preterida. Un conflicto de reglas, en efecto,
"sólo puede ser solucionado o bien introduciendo en una de las reglas una cláusula de
excepción que elimina el conflicto o declarando inválida, por lo menos, una de las reglas"
(11). Imaginemos que a la norma II se le opone esta otra regla:
Norma III): Durante el proceso, los inculpados de nacionalidad argentina no tienen derecho
a ser asistidos gratuitamente por un traductor o intérprete, puesto que se presupone su
conocimiento del idioma nacional.
Este hipotético conflicto normativo puede ser resuelto de dos modos: 1) introduciendo en la
regla II) una excepción, que deje a salvo lo que establezca cada país respecto de sus
nacionales; 2) declarando una de las dos reglas inválida, lo cual puede tener lugar,
respectivamente, acudiendo al criterio o principio de competencia y al de jerarquía. El
criterio de competencia resulta aplicable a las cuestiones jurídicas para cuya solución se
brindan reglas provenientes de dos o más subsistemas jurídicos diferentes (p. ej., una
norma federal y una provincial). La solución surge al determinar quién tiene la potestad
normativa para regular la materia, de acuerdo con la distribución territorial y orgánica que
se haya hecho de ella, habitualmente en sede constitucional. El criterio de jerarquía
comporta, por su parte, un análisis del lugar que ocupan las reglas en cuestión en la
pirámide normativa; aunque esto resulte insuficiente en caso de equivalencia, y habrá que
acudir a reglas como lex posterior derogat legi
Artículo 19 de la Constitución Nacional, su extensión e importancia.
“Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral
pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de
los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley,
ni privado de lo que ella no prohíbe.”
La Corte Suprema aprovecha la cuestión para zanjar varias lagunas en términos de la extensión
e importancia de este artículo podemos señalar.
- Se remitió a Ponzetti de Balbin (fallo) para recordar la extensión que el Tribunal impuso a la
aplicación del derecho contemplado en el artículo.
“la libertad individual protege jurídicamente un ámbito de autonomía individual constituida por
los sentimientos, hábitos y costumbres, las relaciones familiares, la situación
económica, las creencias religiosas, la salud mental y física y, en suma, las acciones,
hechos o datos que, teniendo en cuenta las formas de vida aceptadas por la
comunidad están reservadas al propio individuo y cuyo conocimiento y divulgación
por los extraños significa un peligro real potencial para la intimidad. En rigor, el
derecho a la privacidad comprende no sólo a la esfera doméstica, el círculo familiar de amistad,
sino otros aspectos de la personalidad espiritual física de las personas tales como la integridad
corporal o la imagen y nadie puede inmiscuirse en la vida privada de una persona ni violar
áreas de su actividad no destinadas a ser difundidas, sin su consentimiento o el de sus
familiares autorizados para ello y sólo por ley podrá justificarse la intromisión, siempre que
medie un interés superior en resguardo de la libertad de los otros, la defensa de la sociedad,
las buenas costumbres o la persecución del crimen.”
La Corte consideró en una decisión sin precedentes legitimar la voluntad de Pablo Albarracín
expresada a través del documento firmado ante escribano público.
Entre las fundamentaciones que presentan para dicha decisión se puede resaltar.
- “No existen elementos que permitan albergar dudas respecto de la validez formal del
documento señalado… firmado de puño y letra por Pablo.” Considerando 9°. La actora se
centraba en que el documento firmado constituida un contrato de adhesión ya que Pablo no
había podido determinar ninguna de las clausulas.
- “No existen pruebas claras y convincentes de que el paciente al momento de expresar dicha
voluntad no haya considerando la trascendencia y las consecuencias de su decisión”.
Considerando 10°. Esto exime de la posibilidad de un vicio de la voluntad que derribe la
presunción de validez del documento expresada en el punto anterior.
- Se desestimó la posición de que Pablo había abandonado el culto, se encontraba casado con
una mujer del mismo credo y el casamiento se había realizado en diciembre de 2011, en el
Salón del Reino de los Testigo de Jehova. Considerando 11°.
- El tribunal concluye con “mientras una persona no ofenda al orden o a la moral pública, o a los
derechos ajenos, sus comportamientos incluso públicos pertenecen a su privacidad, y hay que
respetarlos, aunque a lo mejor resulten molestos para terceros o desentonen con pautas del
obrar colectivo”. Segundo párrafo del considerando 19.
EN DERECHO NINGUN DERECHO ES ABSOLUTO. (Ni siquiera el de la vida).
El caso es, sin duda, muy doloroso y es comprensible que haya posturas
contrapuestas ante la decisión de la Corte. No hablamos, por supuesto,
del padecimiento indescriptible de un padre que pelea por salvar la
vida de su hijo. Sólo quien tiene esa desgracia puede entender lo que se
siente ante ella. Tampoco nos referimos al aspecto religioso,
justamente porque el respeto a las creencias –o, nuevamente vale
aclararlo, a la ausencia de ellas- es un principio fundante del Estado de
Derecho y de toda idea democrática.
Una posibilidad, sin duda, es la de recurrir a la lógica formal clásica, como han hecho muchos
autores (incluidos los representantes de la teoría estándar de la argumentación jurídica: como
MacCormick o Alexy). El formalismo de la lógica es, obviamente, útil para muchos propósitos,
pero la representación que proporciona no resulta satisfactoria cuando se trata de argumentos
jurídicos de cierta complejidad (no sólo en relación con los casos estrictamente difíciles). Por
diversas razones: no da cuenta del flujo de la argumentación, o sea, lo que se representa no es
el proceso, la actividad de argumentar, sino exclusivamente el resultado; no da cuenta de la
diferente fuerza que tienen cada una de las razones, de los argumentos (en la lógica formal
estándar, todas las premisas –no superfluas- valen lo mismo); no da cuenta de la variedad de
actos de lenguaje en que consiste la argumentación; y la representación que ofrece es, cabría
decir, lineal, mientras que las argumentaciones reales se asemejan más bien –como a veces se
ha dicho- a la trama de un tejido (es una metáfora de Perelman) o a las patas de una silla
(Wisdom). Tampoco cabría proponer una representación basada en las razones, en lo que
hemos llamado elementos “materiales” de la argumentación, puesto que el sentido de esas
razones no sería comprensible si se dejaran fuera los elementos estructurales y los
pragmáticos. De manera que la mejor alternativa parece que tendría que ser la de un modelo
que asumiera más bien la perspectiva pragmática de la argumentación pues, como se señaló en
el capítulo anterior, esa perspectiva no es reductivista, esto es, permite dar cuenta también de
los elementos formales y materiales de la argumentación. Un ejemplo de esto último es el
esquema ideado por Toulmin y al que ya se ha hecho referencia varias veces. Y otro, el
propuesto por el procesalista estadounidense John Wigmore, a partir de la segunda década del
siglo XX, que denominó “chart method”, y que ha sido desarrollado (y simplificado)
recientemente por Twining, Anderson y Schum.
Pero sigamos, Morales Godo anota que “puede ocurrir que las
apreciaciones de sentido y de valor cambien, porque se le están
atribuyendo, a determinado caso específico y concreto, apreciaciones
anteriormente desconocidas, lo que ameritaría una solución específica y
adecuada a dicho caso. Ello generaría la posibilidad de un cambio
legislativo o de un desarrollo jurisprudencial específico. En otras
palabras, al cambiar de sentido y de valor los casos concretos, deben
cambiar las reglas para la solución de dichos casos, sea mediante
disposición legislativa o de un desarrollo jurisprudencial. Debo confesar
mi apuesta por la jurisprudencia, como la forma natural como evoluciona
el Derecho” [24].
En esa directriz, Hurtado Reyes sostiene que “el juez al resolver conflictos
no es un mero aplicador del derecho, no realiza una tarea mecánica,
porque su labor seria meramente subsuntiva, sino que ocurre todo lo
contrario ante la indeterminación de los instrumentos normativos debe
realizar una tarea especial para la determinación del derecho. La
aplicación del derecho implica un juez colabora en la determinación del
derecho, cuando éste es vago, ambiguo, contradictorio o presenta
lagunas” [26].
En ese sentido, ha afirmado que dentro de los supuestos que dan lugar a
una violación del contenido constitucionalmente del referido derecho
fundamental, se encuentra el de la denominada motivación aparente. La
motivación es aparente, entre otros casos, cuando “no responde a las
alegaciones de las partes del proceso, o porque solo intenta dar un
cumplimiento formal al mandato, amparándose en frases sin ningún
sustento fáctico o jurídico”[30].
De ahí que Landa Arroyo sostenga que “las bases del derecho penal no
hay buscarlas en las leyes, sino en la Constitución, entendida como orden
jurídico fundamental del actual Estado constitucional democrático”[33].
La referencia del sistema penal y civil a la Constitución permite evitar
contradicciones normativas. Esta afirmación se sustenta en el principio
de supremacía constitucional, sin lugar a dudas.
Los jueces en los casos difíciles deben acudir a los principios. Pero como
no hay jerarquía preestablecida de principios es posible que éstos
puedan fundamentar decisiones distintas. Dworkin sostiene que los
principios son dinámicos y cambian con gran rapidez y que todo intento
de canonizarlos está condenado al fracaso. Por esa razón la aplicación
de los principios no es automática, sino que exige el razonamiento
judicial y la integración del razonamiento en una teoría. El Juez ante un
caso difícil debe balancear los principios y decidirse por el que tiene más
peso. El reconstruccionismo conduce a la búsqueda incesante de
criterios objetivos[41].
5. Conclusiones
Le
Hechos / Antecedentes:
a abogada del padre de Albarracini, Mariana Gallego señaló que la Corte hizo hincapie en
el "principio de reserva del artículo 19 de la Constitución Nacional", y en la voluntad del
paciente y que lo priorizó por sobre el derecho a la vida.
"Por ello, oído el señor Procurador General y agregado el informe del Cuerpo Médico
Forense, se declara formalmente admisible el recurso extraordinario interpuesto y se
confirma el pronunciamiento apelado".
El fallo lleva las firmas de los magistrados Enrique Petracchi (por su voto), Juan Carlos
Maqueda, Carlos Fayt (por su voto) y Elena Highton de Nolasco.
El jueves, el padre del testigo de Jehová presentó un recurso para que la Corte Suprema
de Justicia"ordene la transfusión de sangre" a su hijo que fue baleado en un robo, y que
había firmado un documento en el que se niega a recibir sangre.
El recurso extraordinario que este viernes fue resuelto por la Corte fue presentado por la
abogada Gallego, en representación de Jorge Albarracini, el padre del joven que reclamó
la intervención del máximo tribunal para que deje sin efecto el fallo que suspendió la
transfusión, indicaron fuentes judiciales a Infobae.com.
Para la letrada, "la sentencia que impide transfundir a Pablo es arbitraria y contraria a
principios constitucionales básicos, así como a tratados internacionales que protegen la
vida".
Gallego reiteró "el papel que supuestamente firmó Pablo es una copia simple y no aparece
el original, y que en todo caso lo firmó hace cuatro años y tal vez tampoco sería su voluntad
hoy. Aunque no lo podemos saber porque se encuentra en coma y en estado crítico".
Jorge Albarricini, padre del seguidor de los Testigos de Jehová baleado en un robo, criticó
el fallo de la Corte Suprema que terminó avalando la voluntad del paciente a no recibir
transfusiones de sangre por sus creencias religiosas.
"A la justicia le falta frescura", fustigó el padre de Pablo Albarracini, e indicó que el máximo
tribunal "se maneja como los Testigos de Jehová".
"Los testigos no van a cambiar su postura, porque con su idea de la vida eterna no les
importa la vida en la tierra", criticó severamente Albarracini a la organización que
pertenecía su hijo.
"Ellos están pendientes de la vida eterna, ignoran y desprecian todo lo demás, incluso el
sufrimiento que pasa uno de ellos",acotó.
Y, recordó que el joven "tiene dos balas alojadas en su cuerpo, una alojada en su cabeza.
Ahora se llegó a la conclusión de que hay que sacárselas y son cirugías sangrantes a largo
plazo". Respecto de la esposa de Albarracini, dijo "ella es la única que puede revertir esto".
"Es terrible no poder decidir, no poder hacer, no esta en la mente de uno y lo único que se
pude hacer es entrar con un equipo comando y transfundirlo", pidió el padre.
Por último, llama la atención el silencio de la Iglesia Católica y de los defensores del derecho
a la vida en caso de "aborto" que no sagan a defender el derecho a la vida de Albarracini,
ante el fallo negativo de la Corte y la idea de creencia que tiene esta secta
llamada "Testigos de Jehova" sobre lo que es el cuidado de la salud de una persona no
permitiendo transfuciones de sangre porque es pecado.
cagl
Te