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Guía Para Elaborar Ensayos Autor: Carlos A. Briceño V.

Vicerrectorado de Planificación y Desarrollo Social


Coordinación de Área Postgrado
Maestría en Administración: Mención Gerencia General
Sub Proyecto: Economía para la Gerencia

Guía Para Elaborar Ensayos

Autor: Carlos A. Briceño V.

Barinas, 16 de octubre de 2015.

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Guía Para Elaborar Ensayos Autor: Carlos A. Briceño V.

A continuación se presentan los aspectos teóricos y algunas consideraciones prácticas


que permitirán tener los elementos básicos para realizar un ensayo argumentativo
como un instrumento generador de múltiples aprendizajes y experiencias significativas
para el que los realiza, y de reflexión, conocimiento e información al que los lee. De
manera concreta en el presente ensayo se aborda lo que se entiende por el concepto
de ensayo en el ámbito académico y discursivo, sus características, estructura y los
pasos o procedimientos fundamentales para su realización.

En primer lugar los ensayos en términos generales, son escritos relacionados y


relativos a distintas disciplinas o áreas del conocimiento como la economía,
administración, teología, historia, sociología, psicología, filosofía, política, literatura,
entre otras. Según la RAE (2001) la palabra ensayo es definida como “escrito en el cual
un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de mostrar el aparato erudito” o “escrito en
prosa en el cual un autor desarrolla sus ideas sobre un tema determinado con carácter
y estilo personales” (2014). Es decir, es generalmente breve, sin la solemnidad ni la
extensión que requiere un tratado completo sobre la misma materia. Con esto se
acentúa que no es un discurso irresponsable sino un texto que obvia la intensidad
teórica y el rigor de las fórmulas y cuadros con el fin de aumentar la lectura y consulta
del mismo, así como la capacidad explicativa. Según Gómez-Martínez (1992), la voz
“ensayo” o “ensaye” quiere decir “prueba, examen, inspección, reconocimiento". Por su
etimología, se refiere al acto de pensar o valorar algo, "exagium"; voz afín a las clásicas
exigere "pesar" y examen "acción de pesar, examen", proveniente del latín tardío. La
palabra tiene su origen en Grecia, donde se consideraba como una proposición original
que dispone elementos de creación, generación e innovación. Entonces, se puede
decir que el ensayo es un género literario, discursivo e investigativo que se caracteriza
por permitir desarrollar un tema determinado de una manera libre y personal para
manifestar alguna opinión o idea, sin tener que preocuparse de ceñirse a una
estructura rígida de redacción o documentarlo exhaustivamente.

En este mismo orden de ideas, Gómez de Baquero (1924), citado por Gómez-Martínez
(1992), señala que el ensayo “es la didáctica hecha literatura, es un género que le pone
alas a la didáctica y que reemplaza la sistematización científica por una ordenación
estética, acaso sentimental, que en muchos casos puede parecer desorden artístico.
Según entiendo el ensayo, su carácter específico consiste en esa estilización artística
de lo didáctico que hace del ensayo una disertación amena en vez de una investigación
severa y rigurosa. El ensayo está en la frontera de dos reinos: el de la didáctica y el de
la poesía, y hace excursiones del uno al otro" (140-141). Es decir, un buen ensayo es
como una buena pintura, las frases al igual que los colores, se deben combinar de una
forma agradable. La armonía resultante de esta mezcla es el gran secreto de los
ensayistas; no basta que las ideas de un ensayo sean armoniosas, deben ser además,
como los elementos de un buen cuadro, vivos y atractivos, para que puedan mostrar
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las tesis confrontadas por los argumentos de una forma cautivante, ya que el mismo se
escribe para ser leído, pues el lector que se acerca a él, lo hace por la necesidad
sicológica de la ilusión, de la esperanza y del descubrimiento que pueda obtener.

A continuación, les presento una imagen que muestra la dialéctica del ensayo desde el
autor y desde el lector:

En tal sentido, el ensayo crítico o argumentativo, es un escrito sin la extensión que


requiere un tratado completo sobre la misma materia, donde se resalta lo que piense su
autor, su crítica y se juzga una determinada cuestión, hechos e ideas basado
en argumentos, que le permite producir textos con firmeza donde sus ideas pueden ser
abordadas desde lo estético hasta lo propiamente didáctico y pueden ser organizadas
desde la exquisita sensibilidad del autor hasta la conjugación de elementos didácticos-
científicos. El laboratorio de producción es su experiencia de vida y lecturas, además
de su propia individualidad.

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Es necesario señalar que parte del compromiso del escritor cuando se dispone a
escribir un ensayo, consiste en pensar profundamente en el tema elegido, explorar en
su conciencia juicios claros e impresiones innovadoras o que nunca antes hubiera
imaginado. A partir de ese proceso reflexivo, acompañado de la investigación, el autor
debe estar en la posibilidad de expresar sus propias ideas, estructuradas en forma
ordenada, sin limitarse a ofrecer un resumen del tema. Entonces, un ensayo
argumentativo debe contener el análisis, interpretación o evaluación de cierto tópico.

Entre los elementos que necesariamente deben cumplirse al desarrollar este tipo de
ensayo, están: proponer un contenido de interés bien documentado, uso de una
argumentación apropiada y bien organizada, y correcto empleo del discurso, además
del cuidado de la cohesión y coherencia de las ideas, sin dejar de lado los aspectos
formales de la escritura, donde quien escribe debe tener presente que lo hace para un
lector o grupo de ellos.

En este mismo orden de ideas, en cuanto a su estructura, no existe un orden


esquemático riguroso que deba ser impuesto al escritor para la producción del ensayo,
sin embargo, es importante aliarse con un orden y método, pues, es necesario utilizar
un sistema que permita un desarrollo conveniente, tanto para el escritor como para el
lector; el escritor para hacer llegar sus ideas y el lector para comprenderlas. De allí, que
se deba cuidar la exposición de éstas y que al mismo tiempo permitan al ensayista
actuar y mostrarse con libertad y propiedad.

Una estructura sencilla de un ensayo generalmente contiene la introducción o


presentación, el desarrollo o exposición y cierre o conclusión; aunque no todos los
ensayos se construyen con esta lógica, cada texto traza su función teniendo en cuenta
el estilo y la libertad expresiva que el autor asume.

En la introducción o presentación, el ensayista pone de manifiesto el tema desarrollado,


su importancia, la orientación y finalidad del trabajo o escrito. Es decir, se ilustra al
lector todo aquello que permita contextualizarlo con la temática a tratar. Esta sección es
el punto de partida del ensayo. El escritor pretende dar cuenta de un suceso o de
opinión, de un dato inicial que adquirirá una conformación plena sólo al concluirse el
escrito. La función discursiva de esta parte introductoria, es familiarizar al lector con
una determinada temática: presentar lo relevante del asunto a tratar, quizá su
problemática o sus rasgos enigmáticos o curiosos. Así, la introducción consiste en dar
a conocer una perspectiva sobre un tema cualquiera, presentando ciertas posibilidades
de tratamiento, ciertos caminos de abordaje. Esta componente es aproximadamente el
10% del ensayo y abarca de media hasta una hoja. Está compuesta de tres partes, un
párrafo para cada una de ellas. La justificación de por qué se escogió el tema del

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ensayo y por qué se elaboró el mismo. El contenido del ensayo, o sea, de qué trata. Y
finalmente las limitaciones que se tuvieron para realizarlo (si existen).

En el desarrollo o exposición, el escritor se atreve a realizar todo lo relativo a


afirmaciones argumentadas y sustentadas, análisis, comparaciones, críticas,
apreciaciones. Es la parte donde el autor da a conocer todo el acervo de conocimientos
que posee acerca del tema, llevando de la mano al lector a través del pensamiento,
conocimientos y originalidad. Es decir, es la argumentación del tema. A medida que el
ensayo avanza en su desarrollo, la perspectiva de partida se amplía: el escritor
establece determinadas consideraciones generales. El estilo se vuelve explicativo y en
ocasiones demostrativo. Propone argumentos, da un conjunto de razonamientos a
favor o en contra de una determinada afirmación. Mediante la argumentación se trata
no sólo de exponer una perspectiva determinada, sino, de alguna manera, de probar su
legitimidad. El ensayista adopta una posición didáctica, toma al lector de la cotidiana
trivialidad y lo conduce hacia una visión si no nueva, renovada e innovadora. Esta
sección constituye aproximadamente el 75% del ensayo; abarca más o menos siete
páginas. En él va todo el tema desarrollado, utilizando la estructura interna: 60% de
síntesis, 20% de resumen y 20% de comentarios.

En las conclusiones o cierre, el autor enuncia sus propias opiniones y particulares


reflexiones finales después de realizar el recorrido de análisis y críticas acerca del tema
planteado. Esta parte puede considerarse como el resultado o la decisión a la que llega
el autor, después de haber recorrido un camino particular. Quizás el de las
conclusiones sea un apartado que no interesa demasiado al ensayista, pues el ensayo
tiene la característica importante de mostrar una posición, y aun una pluralidad de
perspectivas sin rigidez. Su función es abrir horizontes y mostrar una posición
posible. A través de las consideraciones finales, el escritor señala su posición personal
la cual puede enfatizar, soslayar o aun ironizar. Estos matices dependerán tanto de las
temáticas abordadas como del estilo de cada autor. Las conclusiones contemplan el
otro 15% del ensayo, alrededor de una a dos páginas. En ellas se expresa la relevancia
del tema, la importancia, la manera de llevar a cabo las recomendaciones o
aportaciones.

En resumen, escribir un ensayo requiere de un gran dominio acerca de un tema, dar a


conocer opiniones y puntos de vista, pero sustentados de manera organizada y formal.
Para que el escrito de un ensayo resulte preciso y eficaz, es recomendable considerar
lo siguiente: en el desarrollo del tema debe emplearse un 60% de síntesis, o sea, las
ideas del (la) o los autores pero expresadas con las palabras propias; un 20% de
resumen, o sea, textos o frases de los autores, copiados al pie de la letra, entre
comillas y con la referencia bibliográfica al pie de página o al final del ensayo; y un 20%

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de comentario, o sea, los aportes, las propuestas, las reflexiones, las críticas
personales.

En un primer momento se puede escribir un ensayo considerando los aspectos


mencionados y escribiendo las partes separadas. De esa manera, paulatinamente se
llega a estructurarlo con todas las partes seguidas como si se tratase de un solo
capítulo o de un solo artículo. No es necesario, entonces, que lleve el nombre de cada
parte: introducción, desarrollo y conclusiones.

En el cuadro siguiente se muestra un resumen de los contenidos estructurales del


ensayo, que deben tomarse en cuenta en función a los contenidos manejados en el
mismo.

Otros rasgos que caracterizan a los ensayos son los siguientes:


 Portada: es la primera hoja y corresponde a la presentación del ensayo. Deben
considerarse en ella los siguientes puntos: Institución, título o tema del ensayo,
autor, lugar y fecha. Todo distribuido en toda la hoja con letras mayúsculas con un
tamaño de letra no mayor a 14. Puede llevar una imagen.
 Título: debe estar en estrecha relación con el resto del ensayo haciendo alusión a
su contenido o tema desarrollado. Se recomienda que sea corto.

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 La extensión: que varía entre pocas páginas a varios cientos de ellas de acuerdo
a la necesidad del tema y del autor. Es recomendable que un ensayo tenga
alrededor de 10 páginas, escritas en tamaño carta, a máquina o en computadora,
a espacio y medio. Una alternativa para no desechar, es que pueda ser escrito a
mano, permitiendo corregir ortografía, caligrafía. La extensión más bien breve
permite publicarlos con mayor facilidad, obtener mayor número de lectores,
producir un efecto más directo, escribirlos más rápidamente y con la adecuada
oportunidad.
 La rigurosidad de los planteamientos: se mueve entre un análisis impresionista
hasta un detallado marco conceptual;
 Las formas de comunicarlo: debe utilizarse un lenguaje impersonal, objetivo,
científico, técnico. No es adecuado utilizar el lenguaje coloquial de manera
exagerada. Se recomienda usar el lenguaje literario y periodístico.
 El lenguaje que se utiliza es más bien directo, pero sin perder coherencia; su
forma demanda sencillez, aunque con cuidado de la rigurosidad; su contenido
exige información precisa, pero rechaza el detallismo superficial.
 Coherencia: se debe abordar un solo tema, no varios. Es algo así como un sólo
capítulo, articulado y afín.
 Personal: debe ser el resultado de todo un proceso de investigación personal.
Elaborar un ensayo implica realizar un escrito que no caiga en excesivas e
innecesarias argumentaciones, hay que estar vigilantes frente a la repetición, la
inconsistencia. Esto implica, por tanto, diseñar, investigar, ejecutar y revisar el
escrito.

Para realizar los ensayos argumentativos o discursivos, hay que tomar en cuenta las
siguientes consideraciones:
 Es requisito fundamental para su elaboración realizar un proceso de investigación
acerca del tema a tratar. Para que la lectura resulte fecunda es conveniente
realizarla en actitud de trabajo; es una lectura de estudio.
 Es recomendable subrayar y destacar las ideas. El subrayado se hace ubicando
las ideas principales de los autores a modo de resumen. Esto servirá para
fundamentar el ensayo con textos o frases textuales –tal como lo expresan los
autores- utilizando en las citas comillas. Para cada cita se señala una nota a pie
de página o se referencia al final del ensayo.
 Analizar la información: consistente en la clasificación de la información, en
ordenarla para entenderla.
 La síntesis e interpretación es el paso más importante, pues consiste en
apropiarse y "manejar" el concepto, la idea y al mismo tiempo poder expresarla en
forma oral o por escrito, utilizando un estilo propio.
 Finalmente el comentario es un aporte personal, que va acompañado de
reflexiones, críticas, comentarios y propuestas.
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Entre los diferentes pasos a seguir para elaborar un buen ensayo están:
 Establecer la intención: en cualquier trabajo de redacción se parte de una clara
determinación de su propósito. Este requisito permite saber si lo que se requiere
es un ensayo u otro tipo de escrito; también ayuda a concretar el enfoque que
debe darse, el nivel, los recursos por aplicar, entre otros.
 Investigar y documentarse bibliográficamente: consiste en investigar los
contenidos que se desea desarrollar. La bibliografía es la base de esta labor. El
objetivo es ampliar la mirada inicial, contrastar con posiciones distintas, conocer
los antecedentes de lo que se ha escrito o discutido al respecto. La revisión que
se haga debe realizarse en función de un planteamiento base e ir incorporando,
para ilustrar, contrastar o comparar, las ideas de otros autores. Las referencias
bibliográficas, de internet y otras fuentes en las que se fundamentó el ensayo se
añaden al final del mismo. Se colocan en orden alfabético, iniciando por el
apellido y nombre del autor, fecha de impresión, luego el título del libro
consultado, la editorial, país o ciudad de acuerdo a las Normas APA vigentes.
 Elaboración del diseño: consiste en la disposición que el autor decide darle a
la información del texto. Es realmente el producto de su creatividad. El diseño
del ensayo podría ser, por ejemplo, la decisión de empezar por un planteamiento
general para incluir, posteriormente, los argumentos; presentar detallados
antecedentes y pasar luego a una rápida resolución; desarrollar, una por una, las
partes del planteamiento; entre otros.
 Elaboración del esquema: una vez establecido el diseño, vale decir, la forma
de organización general del ensayo, es conveniente preparar un esquema de
redacción. Dentro de cada apartado propuesto puede pensarse en algún tipo de
ordenamiento de las ideas: presentarlas cronológicamente, en orden causa-
efecto, de manera comparativa, entre otras. El esquema es una herramienta
imprescindible para la generación de un texto amplio.
 Redacción: lo normal es que se requieran varios borradores sucesivos. El
resultado, de acuerdo con un generalizado precepto de redacción, puede
guardarse algunos días entre una versión y otra. Algunos recursos específicos
de redacción son: a.- ordenamiento o clasificación de la información. En los
escritos de carácter práctico, los órdenes más corrientes en el ensayo son tres:
cronológico, causa-efecto, comparativo. b.-El uso de conectores en la
redacción ayuda a ilustrar mejor las relaciones entre las ideas. No obstante, es
necesario tratar con mesura este recurso para no recargar el texto. c.-Recursos
retóricos usados como técnica del bien decir, de dar al lenguaje eficacia para
deleitar, persuadir o conmover. Se le asocia generalmente con la oratoria, por
ser este arte pionero en la preocupación de utilizar todos los medios posibles
para lograr su efecto persuasivo. El ensayo, por ser un escrito en la que

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sobresale el afán de convencer, tiene a la retórica como uno de sus medios


principales. Los recursos retóricos se clasifican dos grandes campos: Figuras de
dicción (adornan el texto en su nivel fónico) y Figuras de significación (permiten
resaltar una idea). Ejemplo: sentencia, gradación, paradoja antítesis,
interrogación, e hipérbole. En el ensayo las figuras retóricas deben usarse con
mesura y plena justificación. Es necesario que estén al servicio de las ideas
fundamentales que se quiere impulsar.

En conclusión, el ensayo como producto de creación intelectual puede resultar un


instrumento generador de múltiples aprendizajes. Por ello, es importante revisar cuáles
son sus características y de qué manera se puede aprovechar mejor en el proceso de
socialización de saberes. Los ensayos bien sean argumentativos, expositivos o
críticos, tienen una estructura global interna que hay que desarrollar con pertinencia,
coherencia y profundidad. De esta forma se hace necesaria su operativización, a través
de un esquema o gráfico que nos sirva de orientación para su desarrollo que permitirá
planear adecuadamente la ordenación y las relaciones jerárquicas de los contenidos.

Con respecto a la estructura semántica de los contenidos, temas y subtemas a


desarrollar dentro del cuerpo temático, se sugiere la utilización de mapas conceptuales,
mapas categoriales, mapas holárquicos entre otros, para jerarquizar las categorías o
conceptos que permitan una orientación pertinente al desarrollo temático del ensayo.
Este plan de organización es fundamental para introducir una lógica en la composición
del texto, que permitirá extraer los conceptos relevantes y poderlos hilvanar con las
ideas secundarias; lo mismo que para poder establecer nuevas asociaciones cognitivas
entre los conceptos o categorías utilizadas en el ensayo

Es importante recordar que los ensayos argumentativos a diferencia de los expositivos


deben concentrarse en la defensa de una determinada tesis o hipótesis, con el
propósito de convencer al lector. Lo anterior requiere un léxico preciso, uso de
alusiones directas y preguntas que generen expectativas y reflexiones con respecto al
objeto del ensayo. También las citas textuales deben acompañar los argumentos, sin
que sean excesivas, que no produzcan en el lector efectos de incredulidad o
inseguridad del autor del texto.

En fin, el ensayo como reflexión humana, es un discurso intertextual, donde la voz del
autor se expresa al unísono con la de otros autores. De otra parte el ensayo como
interpretación subjetiva en su tratamiento siempre refleja juicios de valor y críticos,
sumergidos dentro de un espacio libertario, en el cual el poder de los argumentos tiene
su principal participación. De esta forma la libertad en el ensayo debe interpretarse
como una capacidad cognitiva que tiene el hombre para romper con el orden simbólico
de la normatividad, para proponer de esta forma nuevas formas o modelos de acción,
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de reflexión y pensamiento, que permitan nuevas búsquedas del conocimiento, la


ciencia y de la cultura. Es decir, el ensayo, como interpretación personal, implica
asumir una posición epistemológica en la que el hombre no descubre el conocimiento
como lo creían los empiristas y los racionalistas, sino que el hombre a partir de sus
estructuras cognitivas, construye el conocimiento o el saber. La imposibilidad actual de
validar afirmaciones o postulados “absolutos”, origina que “la subjetividad”, tenga un
nuevo sentido, pues actualmente los nuevos argumentos filosóficos, psicológicos,
epistemológicos, ontológicos y lógicos, conducen a la imposibilidad de probar o
confirmar todo en forma dogmática. De esta forma el conocimiento como construcción
humana, siempre tendrá rasgos subjetivos. Con relación al estilo, debe ser de carácter
lúdico, agradable, ameno, ágil, atractivo, libertario y, en la medida de lo posible, con
una alta dosis del sentido humor. De esta forma el ensayo atrapa, seduce y saca a la
“ciencia dogmática” de su rigurosidad y formalismo.

¡Manos a la obra! Iniciemos la carrera de escribir para otros, logrando el


convencimiento básico de nuestros lectores y teniendo la seguridad de que
generaremos procesos de intercambio de saberes que redundarán en la búsqueda de
la verdad y el disfrute de la libertad plena producto del conocimiento de dicha verdad.

Referencias:
Gómez-Martínez, José L. (1992). Teoría del ensayo. México: UNAM.
Recuperado de: http://www.ensayistas.org/critica/ensayo/gomez/ el 15-09-2015.

Gómez de Baquero, Eduardo. El renacimiento de la novela española en el siglo XIX.


Madrid: Mundo Latino, 1924.

Real Academia Española (2001). Ensayo. Diccionario de la lengua española (22a ed.).
Madrid, España: Autor. Recuperado de http://lema.rae.es/drae/?val=ensayo.

Real Academia Española (2014). Ensayo. Diccionario de la lengua española (23a ed.).
Madrid, España: Autor. Recuperado de http://dle.rae.es/?id=NuZ5tyY

Russotto, R. (1989). La técnica del ensayo. Un instrumento para la enseñanza de la


redacción. Letras (46), 83-91.

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