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INTRODUCCION 1

DURANTE sus vacaciones, Joe y su esposa fueron a explorar un arrecife tropical repleto de peces de
todos los tamaños y colores. Se pusieron la máscara y el tubo de respiración, y nadaron hasta llegar a los
corales más apartados. Cuando el lecho marino dio paso a un profundo abismo, la esposa dijo
preocupada: “Creo que nos estamos alejando demasiado”, a lo que él respondió: “Tranquila. Tengo todo
bajo control”. Sin embargo, poco después observó con extrañeza que los peces se habían ido. Enseguida
comprendió horrorizado el motivo al ver surgir de la oscuridad un tiburón que venía directo hacia él.
No había escapatoria. El temible pez se le acercó muchísimo, pero por alguna razón dio media vuelta y
terminó desapareciendo.
2 Si un cristiano se dejara seducir por el mundo de Satanás y sus encantos —como las diversiones, las
oportunidades laborales y los bienes materiales—, podría adentrarse, sin darse cuenta, en aguas
peligrosas.

también es muy importante mantenerse en ‘aguas seguras’, o sea, quedarse dentro de la congregación y
no exponerse a malas compañías”.-----------------------------------------------------------------------------------------------
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SI TE QUIERES BAUTIZAR POR SOBRE LA EDAD EL CRITERIO MAS IMPORTANTE ES EL ESTADO ESPIRITUAL-

Padres, ¿cómo pueden saber si su hijo ya es un verdadero discípulo de Cristo? Por su conducta. De ahí
que la Biblia afirme: “Por sus prácticas el muchacho se da a conocer en cuanto a si su actividad es pura y
recta” (Pro. 20:11).

Algunos padres deciden que su hijo no se bautice aunque reúna las condiciones necesarias. ¿Qué
razones dan?
“Me da miedo que se bautice, pues si comete un pecado grave, puede terminar expulsado.” Pero ¿es
razonable creer que Dios no le va a pedir cuentas tan solo porque haya dejado el bautismo para más
adelante? Salomón dirige las siguientes palabras a cada joven: “Sabe que debido a todas estas [cosas
que hagas] el Dios verdadero te traerá a juicio” (Ecl. 11:9). Y Pablo no hizo ninguna excepción de edad
cuando dio esta advertencia: “Cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios” (Rom. 14:12).
Todos los siervos de Jehová —estén bautizados o no— tienen que rendirle cuentas de sus actos.

Estar bautizado es una gran motivación para llevar una vida justa”.
¿Le ha dado usted a su hijo un buen ejemplo y ha inculcado en su corazón la obediencia a Jehová?
Si así es, lo más natural es que siga fiel una vez bautizado. Ya lo dice Proverbios 20:7: “El justo anda en
su integridad. Felices son sus hijos después de él”.

EL EJEMPLO DE JESUS: , trató con bondad y consideración a todos sus semejantes (Mat. 15:29-37).
No obstante, tenía clara en su mente la línea divisoria entre la simple cordialidad y la amistad verdadera.
Se llevaba bien con las personas en general, pero únicamente entablaba relaciones estrechas con
quienes cumplían con una condición. ¿Cuál? La misma que les señaló a sus once apóstoles fieles:
“Ustedes son mis amigos si hacen lo que les mando” (Juan 15:14; véase también Juan 13:27, 30).
2 Es patente que Jesús solo aceptaba en su círculo íntimo a quienes eran discípulos suyos y siervos de
Jehová.

UNA NOTICIA RECIENTE EN EL BARRIO ALTO DE SANTIAGO CAUSO CONMOCION.UNA JOVEN


FUE VIOLADA EN UNA FIESTA POR UN HIJO DE UN DIPLOMATICO.
¿Qué HISTORIA BIBLICA LE RECUERDA?

Elijamos bien nuestras compañías


13 El ejemplo de Dina, la hija de Jacob, ilustra los peligros de las malas compañías. El relato de Génesis
señala que solía frecuentar a las muchachas cananeas que vivían cerca de su familia. Sin embargo, los
habitantes de Canaán no compartían las altas normas morales de los siervos de Jehová. Todo lo
contrario. Según testimonios arqueológicos, terminaron llenando su país de idolatría, inmoralidad,
violencia y depravados ritos sexuales (Éxo. 23:23; Lev. 18:2-25; Deu. 18:9-12). ¿En qué acabó la amistad
de Dina con aquellas jóvenes?
14 Siquem, un cananeo que, según el relato, era “el más honorable de toda la casa de su padre”, la
tomó, “se acostó con ella y la violó” (Gén. 34:1, 2, 19). ¡Qué tragedia! ¿Cree usted que Dina se imaginaba
que podría ocurrirle algo así? Lo más probable es que solo le interesara la amistad de los jóvenes de la
región y que los considerara inofensivos. Sin embargo, no podía estar más equivocada.
15Este pasaje nos enseña una lección importante: es poco realista esperar que no pase nada malo si
hacemos vida social con no creyentes.

Todos los días tenemos que decidir de una forma u otra si haremos las cosas a la manera de Jehová

HIJOS A VECES PROTEGER ES NEGAR:

Los hijos no siempre agradecen la protección de sus padres. De hecho, es posible que a veces hasta se
resientan por ella, pues proteger a los hijos significa a menudo negarles alguna cosa. Una respetada
escritora de libros sobre la crianza de los hijos hace el siguiente comentario: “Aunque no siempre lo
demuestran, y quizás no nos den las gracias de momento, los niños en realidad quieren que los padres les
proporcionemos una estructura segura y predecible en la vida. Podemos lograrlo si actuamos con
autoridad y establecemos límites a su conducta”

LA BIBLIA COMPARA A LOS HIJOS CON FLECHAS EN SALMO 127:4,5 (LEER)

Pues bien, educar a los hijos también exige un esfuerzo considerable. Obviamente, ellos no pueden
criarse por sí mismos, igual que una flecha no puede lanzarse ella sola hacia el blanco. Por desgracia, hoy
día muchos padres no parecen dispuestos a realizar el esfuerzo que se requiere. Siguen el camino fácil y
dejan que sean la televisión, la escuela y los amigos los que instruyan a sus hijos en cuestiones de
moralidad, sexo, etc. Permiten que sus hijos tengan todo lo que quieran. Y cuando piensan en todo el
trabajo que implicará negarles algo, simplemente se lo conceden, y suelen justificarse diciendo que
no quieren herir los sentimientos de sus hijos. Sin embargo, lo que en realidad causará a sus hijos un
daño real y duradero es la permisividad.
3 LAS TELESERIES

Hace aproximadamente 30 AÑOS, La Atalaya (2007) dio una amorosa advertencia sobre las series de
televisión. Hablando del sutil efecto que pueden tener las populares telenovelas, la revista mencionaba:
“Se emplea la búsqueda del amor para justificar cualquier tipo de conducta. Por ejemplo, cierta joven
soltera que está embarazada dice a una amiga: ‘Pero yo amo a Víctor. No me importa. [...] ¡El llevar dentro
de mí su hijo compensa todo lo que yo tenga que hacer!’. La suave música de fondo dificulta el calificar de
incorrecto el derrotero de ella. A la telespectadora también le agrada Víctor. Siente compasión por la
muchacha. ‘La comprende.’ ‘Es asombrosa la manera como una razona’, declaró una telespectadora que
más tarde recobró el juicio. ‘Sabemos que la inmoralidad es incorrecta. [...] Pero me di cuenta de que
mentalmente estaba participando en ello’”.

Una mujer confesó: “He sido adicta a las telenovelas durante trece años. Creía que, con asistir a las
reuniones y predicar de vez en cuando, mi espiritualidad no se vería afectada. Pero no fue así. Acabé
adoptando la actitud mundana típica de las telenovelas: si tu esposo te trata mal o no te hace sentir
querida, el adulterio está justificado; la culpa es de él. Creyendo que estaba ‘justificada’, finalmente cometí
adulterio y así pequé contra Jehová y contra mi cónyuge”.

EN CONCLUSION
David se refirió a otro factor que fortalecía su integridad con las siguientes palabras: “No me he sentado
con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son. He odiado la congregación de los
malhechores, y con los inicuos no me siento” (Salmo 26:4, 5). David no se sentaba con los malvados.
Aborrecía las malas compañías.
SATANAS SE ESCONDIO TRAS UNA SERPIENTE
13 ¿Y nosotros? ¿Nos negamos a sentarnos, por así decirlo, con los “hombres de falsedad” que
aparecen en la televisión, el video, el cine, Internet u otros medios? ¿Evitamos a las personas que
esconden lo que son? En nuestros trabajos o en clase hay quienes tal vez finjan ser nuestros amigos con
malas intenciones. ¿Queremos entablar relaciones estrechas con quienes no andan en la verdad de Dios?
Puede que, tras una fachada de sinceridad, los apóstatas también oculten su intención de apartarnos de
servir a Jehová. ¿Y qué diremos de los miembros de la congregación cristiana que llevan una doble vida?
También esconden lo que son en realidad. De joven, Jayson, que ahora es siervo ministerial, tenía esa
clase de compañeros. Cuenta sobre ellos: “Cierto día uno de mis amigos me dijo: ‘No importa lo que
hagamos ahora. Cuando llegue el nuevo mundo, estaremos muertos y no vamos a enterarnos de lo que
nos perdimos’. Aquellas palabras hicieron sonar la alarma en mi interior. No quiero estar muerto cuando
venga el nuevo sistema”. Jayson tomó la sabia decisión de cortar su amistad con ellos. “No se extravíen
—advirtió el apóstol Pablo—. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles.” (1 Corintios 15:33.)
Es de capital importancia que rechacemos las malas compañías.
4
Trampas que Satanás tendió a los primeros cristianos
4 Los cristianos de los siglos primero y segundo de la era común vivieron en la época de máximo esplendor del Imperio
romano. La pax romana fomentó el comercio y produjo prosperidad, la cual concedió mucho tiempo libre a la clase dominante.
Los gobernantes se encargaron de facilitar diversiones en abundancia a las masas a fin de que no se rebelaran. Hasta hubo
períodos en que los días festivos eran tantos como los laborables. Los dirigentes usaban fondos públicos para dar pan y
espectáculos al pueblo, y así les llenaban el estómago y les distraían la mente.
5¿Representaba esta situación un peligro para los primeros cristianos? A juzgar por las advertencias de escritores
posteriores a los apóstoles, como Tertuliano, casi todas las diversiones de aquel tiempo atentaban contra la espiritualidad y la
moral de los cristianos verdaderos. Para empezar, la mayoría de las fiestas y juegos públicos se celebraban en honor de dioses
paganos (2 Corintios 6:14-18). En los teatros, hasta las obras clásicas eran en muchos casos escandalosamente inmorales o
sanguinarias. Con el tiempo, la afición del público por los clásicos decayó, y estos fueron reemplazados por pantomimas
obscenas. En su libro La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio, el historiador Jérôme Carcopino señala que en
aquellas obras las “actrices [...] acostumbraban a desnudarse de la cabeza a los pies”. Además, “la sangre terminaba brotando
a borbotones”. El escritor explica que “las masas de la [ciudad] cedieron ante estos espectáculos absolutamente pervertidos,
quizá porque, después de años de abyectas matanzas en el anfiteatro, los sentimientos estaban envilecidos y los instintos se
habían desviado” (Mateo 5:27, 28).
6 En los anfiteatros, los gladiadores peleaban a muerte entre sí o con animales salvajes. A los condenados se les arrojaba a
las fieras, y lo mismo terminó por hacerse con muchos cristianos. Ya en aquel entonces, la artimaña de Satanás consistió en
atenuar la repugnancia natural que inspiran la inmoralidad y la violencia, hasta que estas cosas se volvieron tan comunes, que
el populacho las demandaba. La única forma de no caer en la trampa era manteniéndose alejado de los teatros y anfiteatros
(1 Corintios 15:32, 33).
7 Las carreras de cuadrigas (carros) que se disputaban en los monumentales estadios de forma alargada llamados circos
eran sin duda muy emocionantes, pero inaceptables para los cristianos debido a que las multitudes solían ponerse violentas.
Según cierto escritor del siglo III E.C., algunos espectadores se enzarzaban en peleas, y Carcopino dice que bajo las arcadas
de los circos “atendían al público [...] astrólogos y prostitutas”. Es evidente que estos edificios no eran lugar para los cristianos
(1 Corintios 6:9, 10).
8 ¿Y qué puede decirse de los famosos baños romanos? Está claro que no había nada malo en bañarse con fines higiénicos,
pero muchos de aquellos lugares eran establecimientos enormes con salas de masajes, gimnasios, salones de apuestas y sitios
donde comer y beber. Aunque, en teoría, cada sexo usaba los baños a distintas horas, a menudo se permitía que hombres y
mujeres se bañaran juntos. Clemente de Alejandría escribió: “Los baños están abiertos indistintamente para los varones y para
las mujeres, y allí se desnudan con intención lasciva”. De ese modo, Satanás bien podía convertir una institución legítima en
una trampa para los cristianos. La prudencia dictaba no acudir a tales establecimientos.
9 Los juegos de azar eran uno de los pasatiempos favoritos cuando el Imperio romano se hallaba en su cúspide. Los

primeros cristianos podían evitar las apuestas que generaban las carreras de cuadrigas si sencillamente se mantenían alejados
de los circos. Las trastiendas de posadas y tabernas también eran escenario de apuestas, aunque de menor cuantía e ilegales.
Los jugadores apostaban a que el número de piedrecitas o huesos que uno de ellos tenía en la mano fuera par o impar.
El juego aportaba un aliciente a sus vidas, pues alentaba la esperanza de ganar dinero fácil (Efesios 5:5). Además, las
taberneras solían ser prostitutas, de modo que a la lista de peligros se añadía el de la inmoralidad sexual. Estos eran algunos
de los lazos que Satanás tendía a los cristianos que vivían en las ciudades del Imperio romano. ¿Son muy diferentes las
condiciones hoy día?
Lazos que Satanás tiende hoy
10 En esencia, los ardides del Diablo no han cambiado con el transcurso de los siglos

En muchos países desarrollados de hoy, la situación es similar a la que reinaba en el apogeo del Imperio romano.
En general se dispone de más tiempo libre que nunca antes. Las loterías estatales llevan un rayo de esperanza incluso a los
pobres. Hay mucho entretenimiento barato con el cual mantener ocupada la mente de las masas. En los abarrotados estadios
deportivos corren las apuestas, la multitud a veces se pone violenta, y a menudo también los jugadores. La música degradante
satura los oídos de la gente, mientras que espectáculos lascivos inundan los teatros, el cine y la televisión. En algunos países
se han popularizado los baños mixtos en saunas y balnearios, por no hablar de las playas nudistas. Tal como en los primeros
siglos del cristianismo, Satanás intenta atraer a los siervos de Dios mediante diversiones mundanas.
11 En este mundo plagado de tensiones, es normal sentir la necesidad de despejarse o de salir de la rutina. No obstante, así
como los baños romanos tenían aspectos que suponían un peligro para los primeros cristianos, también algunos
establecimientos de vacaciones y centros turísticos han resultado ser una trampa mediante la que Satanás ha inducido a
cristianos de nuestros días a cometer actos inmorales y beber en exceso. Pablo escribió a los cristianos de Corinto: “No se
extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles. Despierten de manera justa al estado sobrio y no practiquen
el pecado, porque algunos no tienen conocimiento de Dios” (1 Corintios 15:33, 34).

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