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«Jehová está contigo, ¡varón esforzado y valiente! ¡Salvarás a Israel de la mano de los
madianitas!»
Los mandamientos de Dios no siempre nos parecen razonables. Como seres
humanos somos cortos de vista y débiles. Caemos una y otra vez cuando confiamos
en nuestra propia fuerza en lugar de esforzarnos para encontrar y hacer la voluntad
de Dios en nuestras vidas. Gedeón llegaría a experimentarlo él mismo en su vida.
Un pueblo oprimido
Debido a que el pueblo de Israel se había apartado de Dios, Él permitió a los
madianitas aterrorizar a Israel por siete años, y destruir los frutos de su tierra y
ganado. En Jueces 7,12 está escrito que los madianitas estaban «tendidos en el valle
como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que
está a la ribera del mar en multitud.»
Israel clamó a Dios en su necesidad. Dios intervino por su gracia y decidió que
Gedeón llevaría a los pobres, oprimidos y temerosos israelitas a la victoria.
Cuando escuchó esto, Gedeón tuvo que haber pensado «¿No sabes lo débil y
temeroso que soy?» Por supuesto que Dios lo sabía, pero de todos modos escogió a
Gedeón. Dios conoce nuestra personalidad y nuestras debilidades, nuestra tendencia
al pecado. Pero no nos ha elegido por error. Los que se ven a sí mismos como el más
grande, el más fuerte, el más sabio, difícilmente escucharán la voz de Dios por
encima de sus pensamientos altos y opiniones propias. Los que son humildes, con
un corazón abierto y receptivo, por el contrario tendrán la capacidad para
convertirse en hombres de Dios, listos para hacer su voluntad.
El líder incierto
Gedeón tomó el rol contra su voluntad. Le pidió repetidas señales a Dios. Primero, el
ángel consumió en fuego la comida que Gedeón había traído de ofrenda. Después,
Gedeón dejo un vellón de lana en la era dos noches seguidas. Primero pidió que la
lana estuviera húmeda quedando toda la tierra seca, y luego que el vellón quedara
seco y el roció sobre la tierra.
Dios se negó a dejar de creer en Gedeón, incluso cuando el mismo Gedeón había
dejado de creer en sí mismo.
¿Dios se desanimó con todas estas peticiones constantes? ¿Comenzó a reconsiderar
su elección? ¡No! Todas estas señales y milagros sucedieron, ¡y le dieron a Gedeón la
fuerza y fe que necesitaba! Dios se negó a dejar de creer en Gedeón, incluso cuando
el mismo Gedeón había dejado de creer en sí mismo.
Un avance rápido en poco tiempo: Gedeón se ha armado recién con el Espíritu del
Señor, y está a la cabeza de un ejército israelita de 32.000guerreros. ¡Es realmente un
ejército poderoso! Entonces vino un nuevo mandamiento de Dios: ¡Todo el que tema
devuélvase a casa! Dios sabía que Israel se atribuiría el mérito de la victoria, y
celebraría su propia fuerza en lugar de darle la gloria que le corresponde a Dios como
jefe del ejército.
Una cosa es escuchar lo que Dios quiere que hagamos… ¡pero otra es realmente
hacerlo, puede sentirse como una lucha totalmente nueva!
¿Aún muchos? ¡Este nuevo mandamiento iba contra todo razonamiento humano! Y es
exactamente como Dios lo quería.
En obediencia a la guía de Dios, Gedeón llevó el ejército al río a beber. Sólo los que
lamieron el agua con sus lenguas, como lame el perro, se les permitió quedarse,
mientras los demás fueron enviados a su lugar. ¡Cuando el polvo se asentó, Gedeón
se había quedado con sólo 300 hombres!
Nuevamente Dios alentó a Gedeón a seguir. Le dio instrucciones de espiar el
campamento, y aquí Gedeón escuchó que los soldados madianitas también tenían
miedo. Uno hablaba de un sueño donde veía que un pan de cebada rodaba hasta el
campamento de Madián y la golpeaba y la tienda caía. «¡Esto no es otra cosa sino la
espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel!» exclamó el soldado madianita.
«Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.»
La fe de Gedeón se renovó al escuchar esto. Con sus 300 hombres, armados nada
más que con trompetas y antorchas ardiendo dentro de cántaros, los israelitas se
arrastraron hasta el extremo del campamento medianita. Cuando se dio la señal, los
israelitas rompieron los cántaros, revelando las antorchas, y soplando sus trompetas,
gritando «¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!»
Escucha su voz
Escucha la voz de Dios que te guía en tu vida. Día tras día podemos sentir que
enfrentamos paredes y obstáculos insuperables; momentos en que vemos a nuestro
enemigo – el pecado que está profundamente arraigado en nosotros – y somos
tentados a sentir miedo que no tenemos ninguna oportunidad de ganar esta batalla.
Pero Él sabe quiénes somos, y nos ha escogido antes del principio de los tiempos
¡para surgir como vencedores sobre nuestro pecado que mora en nosotros! ¡Cuando
dejamos que Dios tome la responsabilidad de dirigir nuestras decisiones, entonces
somos vencedores!
Puedes leer toda esta historia inspiradora sobre Gedeón en Jueces 6-8.
1. Los antecedentes
De acuerdo a la época de nuestra historia, estamos en el período donde Israel estaba
gobernado por jueces. La última juez (antes de Gedeón) fue Débora, una mujer de Dios
que a través de ella “... la tierra reposó cuarenta años...” (Jueces 5:31). Sin embargo, ese
descanso no duró siempre. Jueces 6:1-6 dice:
Jueces 6:1-6
“Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano
de Madián por siete años. Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de
Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares
fortificados. Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y
amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban. Y acampando contra
ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en
Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos. Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus
tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus camellos eran innumerables; así
venían a la tierra para devastarla. De este modo empobrecía Israel en gran manera por
causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová.”
Después de cuarenta años de descanso, debido a los madianitas, Israel estaba bajo
gran opresión. Como el texto dice, destruyeron su propiedad a tal grado que “no dejaban
qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos” (Jueces 6:4). Sin embargo, todas estas
calamidades no pasaron accidentalmente. Jueces 6:1 nos da el motivo:
Jueces 6:1
“Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano
de Madián por siete años.”
“Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová”. Esa fue la razón de su
opresión1, la cual no obstante tuvo también un resultado positivo. Jueces 6:6 dice:
Jueces 6:6
"De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de
Israel clamaron a Jehová."
Jueces 6:6-10
“De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de
Israel clamaron a Jehová. Y cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová, a causa de los
madianitas, Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta, el cual les dijo: Así ha
dicho Jehová Dios de Israel: Yo os hice salir de Egipto, y os saqué de la casa de
servidumbre. Os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los que os afligieron, a
los cuales eché de delante de vosotros, y os di su tierra; y os dije: Yo soy Jehová vuestro
Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero no habéis
obedecido a mi voz.”
Como respuesta al clamor de los israelitas, Dios envió un profeta para darles Su
palabra, reprendiéndoles por lo que habían hecho. Obviamente, Dios no permaneció en
silencio ni siguió enojado con ellos. Sino que a pesar del hecho de que muchas veces lo
habían traicionado, adorando maderos y piedras, cuando volvieron a Él, ahí los estaba
esperando, listo para librarlos de nuevo. En nuestro caso, Su primer paso fue enviarles un
profeta para reprenderlos, dándoles Su Palabra. Sin embargo, ese era solo el principio. En
la sección siguiente, veremos que mas hizo para liberarlos.
Jueces 6:11-12
“Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de
Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo
de los madianitas. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón
esforzado y valiente.”
Regresando a nuestro tema, observa cómo Dios saludó a Gedeón. Lo llamó “varón
esforzado y valiente”. Aunque era un hombre pobre que sacudía trigo para esconderlo de
los madianitas. Sin embargo, para Dios, Gedeón era un hombre esforzado y valiente, un
hombre que, como veremos, creyó y siguió a Dios, llevando a cabo obedientemente todo
lo que Él le ordenaba hacer. Los versículos siguientes nos dicen lo que Gedeón le
respondió al ángel:
Jueces 6:13-14
“Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha
sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos
han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha
desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. Y mirándole Jehová, le dijo:
Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”
Gedeón cuestionó dónde estaba Dios cuando sucedieron todas esas calamidades. No
obstante, no era que Dios no estaba con ellos, SINO QUE ELLOS no estaban con Dios.
Como respuesta a la pregunta de Gedeón, Dios le dijo que avanzara, asegurándole que el
sería el que libraría a Israel. “¿No te envío yo?” le dijo, fue Dios quien lo envió. Esa no fue
una misión que Gedeón había tomado por sí mismo, estaba ahí en el trigo escondiéndolo
de los madianitas. Lo más probable, es que nunca haya pensado que él iba a ser el que
libertara a Israel de los Madianitas. Sin embargo, podemos decir con seguridad que de lo
que le dijo el ángel le daba muchas razones para pensar seriamente en esa propuesta. En
los versos 15-16 dicen la respuesta de Gedeón:
Jueces 6:15-16
“Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi
familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. Jehová le dijo:
Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.”
La gente sigue fácilmente a alguien que conocen bien como líder, por ejemplo un rey,
un general etc. ¿Pero Gedeón? ¿Quien lo seguiría? Era un completo desconocido. No
obstante, una vez más Dios le aseguró que Él estaría con él. “ Ciertamente yo estaré
contigo” y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre”, le dijo. Por eso Gedeón
no tenía motivos para tener miedo. Sin embargo, a veces Dios promete algo que como es
extremadamente bueno nos tardamos en creerlo. Nos preguntamos “¿en verdad pasará
eso tan maravilloso”? “¿de verdad Dios me lo concederá?” Eso tipo de pensamientos
también tenía Gedeón. Los versos 17-24 dicen:
Jueces 6:17-24
“Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú
has hablado conmigo. Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi
ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas. Y
entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la
carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella
encina. Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos
sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así. Y extendiendo el ángel de Jehová el
báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió
fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová
desapareció de su vista. Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah,
Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara. Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no
tengas temor, no morirás. Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom;[a]
el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas.”
Esta es la primera vez que leemos que Gedeón pidió y obtuvo una señal de Dios. Sin
embargo, no es la única. Más delante veremos mas señales. Entre ellas está la bien
conocida señal del vellón de lana. Nos vamos a reservar los comentarios sobre las señales
que Gedeón pidió y la práctica de pedir señales en general para mas adelante. Por el
momento, es suficiente que antes de pedir una señal, Gedeón sabía la voluntad de Dios
en esa situación. No pidió la señal para determinar Su voluntad a través de ella, sino que
la pidió para confirmar lo que Dios ya le había dicho y que era Su voluntad. Dios respondió
positivamente a esta petición de Gedeón, dándole lo que quería.
Aunque es obvio que ese día fue muy activo espiritualmente para Gedeón, esa
actividad no paró ahí sino que continuó hasta la noche. Los versos 25-27 dicen:
Jueces 6:25-27
“Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el
segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también
la imagen de Asera que está junto a él; y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de
este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto
con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado. Entonces Gedeón tomó diez
hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la
familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.”
Dios le dijo a Gedeón que derribara el altar de Baal que su padre tenía y también que
cortara la imagen de Asera. La existencia del altar y de la imagen y la reacción de la gente,
que como se puede ver leyendo mas delante, fue de enojo cuando los vieron destruidos
(ver Jueces 6:28-30), confirman que el mal que había hecho Israel ante los ojos de Dios
era la adoración a ídolos. También demuestra que solo una parte de Israel se volvió a Dios
y no todos ellos. Aun así, por esa parte, Dios salvaría a TODA la nación.
Jueces 6:33-35
“Pero todos los madianitas y amalecitas y los del oriente se juntaron a una, y pasando
acamparon en el valle de Jezreel. Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y
cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él. Y envió mensajeros por
todo Manasés, y ellos también se juntaron con él; asimismo envió mensajeros a Aser, a
Zabulón y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles.”
Parece que se había llegado el tiempo en que Gedeón debía llevar a cabo su misión.
Los enemigos de Israel “los madianitas y amalecitas y los del oriente” se juntaron en un
solo lugar. Para ese momento, Dios había apresurado a Gedeón para que enviara
mensajeros para que convocara a los israelitas a reunirse con él. Observa que fue Dios
quien movió a Gedeón para que llegara a la decisión de empezar la lucha en ese tiempo,
apurándole a llamar a la gente. Esto demuestra que fue Dios el que planeó la batalla
mientras que Gedeón era el que llevaba a cabo el plan. Si Dios no se lo hubiera dicho,
para Gedeón hubiera sido imposible saber lo que Dios quería. Si Gedeón no hubiera
creído lo que Dios le dijo, o sea actuar al respecto, la voluntad de Dios hubiera seguido sin
ejecutarse. Por lo cual, el éxito de toda la operación dependía de la cooperación entre
Dios, el comandante, y Gedeón, el ejecutor.. No fue Gedeón el que decidió y llevó a cabo,
sino Dios quien decidió y Gedeón quien llevó a cabo. El principio es el mismo, siempre que
queramos seguir la voluntad de Dios: Dios es el que tiene que darnos a conocer su
voluntad – lo cual hace, a través de Su Palabra escrita o mediante revelación – y nosotros
somos los que debemos de caminar bajo esa voluntad. Ese es el único medio que
garantiza el éxito en cualquier cosa que hagamos.
Regresando a Gedeón, Dios no solo le dijo qué hacer, sino que también lo ayudó a
creer y a hacerlo. Así como vimos anteriormente cuando Gedeón le pidió a Dios una
señal, Dios se la dio. Sin embargo, no se detuvo ahí. Sino que fue más allá cuando Gedeón
más lo necesitaba. Entonces después de que Israel estaba reunido tras Gedeón, le pidió
de nuevo a Dios una señal. Los versos 36-38 dicen:
Jueces 6:36-38
“Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, he aquí que
yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente,
quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano,
como lo has dicho. Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón
y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua.”
Jueces 6:39-40
“Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez;
solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede
seco, y el rocío sobre la tierra. Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y
en toda la tierra hubo rocío.”
Los pasajes anteriores que describen lo que se conoce como “el vellón de Gedeón”
desafortunadamente han sido muy mal entendidos, y mucha gente los usa, poniendo
varias señales para determinar la voluntad de Dios. Algunos, deciden cual es la voluntad
de Dios jugando con una moneda “águila o sol” u otros con el “Bingo Bíblico” (es abrir la
Biblia en una página al azar) y otros a través de otras formas parecidas. No obstante, toda
conexión con esas prácticas no está basada en la Biblia. La razón es que mediante la señal,
Gedeón no buscaba determinar la voluntad de Dios, sino que quería CONFIRMAR LO QUE
YA SABÍA MEDIANTE REVELACIÓN. El verso 36 dice: “Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a
Israel por mi mano, como has dicho....”. La frase “como has dicho” demuestra que
Gedeón ya sabía la voluntad de Dios3. Así que, no pidió la señal, para que mediante esta,
determinar la voluntad de Dios, sino que la pidió para CONFIRMAR LA VOLUNTAD DE
DIOS QUE YA SABÍA. En cuanto a las señales, algo más que vale la pena enfatizar, es que
nada en la Palabra de Dios obliga a Dios a darnos señales, y menos cuando Él ya nos ha
dado a conocer su voluntad a través de su Palabra escrita o mediante revelación. Cuando
no sabemos la voluntad de Dios, tratamos de aprenderla. Estudiamos la Biblia y oramos
para que nos la revele, si por supuesto Él no la ha revelado ya en la Biblia. No deberías
ponerle restricciones a Dios ni predeterminar el tiempo ni la forma de su respuesta. La
Palabra de Dios no lo obliga a darnos una respuesta que nos guste y cuando queremos
que nos sea dada. Más bien, Dios está obligado mediante su misma naturaleza de Dios de
amor y cuidado a darnos la mejor respuesta en el tiempo que Él cree es el más
conveniente. En cuanto a la práctica de pedirle señales, lo que podemos decir con
seguridad basados en su Palabra, es que Dios ciertamente nos va a ayudar a seguir su
voluntad (si por supuesto queremos seguirla). Sin embargo, nadie lo puede restringir en la
manera que nos va a ayudar. El hará lo que considere mejor. Cuando algo es la voluntad
de Dios, Él lo apoyará completamente, incluso si eso implica dejar el vellón seco cuando
toda la tierra está húmeda o darnos un pasaje que respalde su voluntad en el.....................
Bingo Bíblico o hacer cualquier cosa que sea necesaria para ayudarnos a creer y hacer su
voluntad. No estamos diciendo que Dios no usa señales para ayudarnos a seguir su
voluntad. Lo que queremos decir es que cuando esas señales se dan, no se dan como
sustitutos de la Palabra de Dios sino como una manera de respaldar y ayudarnos a creer
lo que ya es la voluntad de Dios declarada.
Llevando la discusión más allá, yo creo que la señal más grande para saber si algo
viene de Dios o no es la manera en que fluye. Todo lo que viene de Dios fluye sin
complicaciones y está continuamente en armonía con Su Palabra. Como en Proverbios
10:22 dice:
Proverbios 10:22
“La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella.”
Volviendo a nuestro caso, después del milagro del vellón, ciertamente Gedeón
estaba fortalecido, que era lo que Dios quería al contestar su petición. No obstante, ese
no es el final de la historia. Después de la reunión de los israelitas y a pesar del hecho de
que estaban enfrentando un ejercito muy grande y vasto, Dios sugirió a Gedeón reducir
su ejercito. Los siguientes versículos lo dicen:
Jueces 7:1-2
“Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo que estaba
con él, acamparon junto a la fuente de Harod; y tenía el campamento de los madianitas al
norte, más allá del collado de More, en el valle. Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que
está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se
alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.”
Dios quería demostrarles a los israelitas que EL ES DIOS, un Dios capaz de liberar
independientemente de la magnitud del enemigo. Entonces ÉL ordenó a Gedeón que
redujera el ejército. Jueces 7:3-8 dice:
Jueces 7:3-8
“Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca,
madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo
veintidós mil, y quedaron diez mil. Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo;
llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá
contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. Entonces
llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con
su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se
doblare sobre sus rodillas para beber. Y fue el número de los que lamieron llevando el
agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló
sobre sus rodillas para beber las aguas. Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos
trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus
manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar. Y habiendo tomado provisiones
para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo
a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle.”
Jueces 7:9-14
“Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento;
porque yo lo he entregado en tus manos. Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura
tu criado al campamento, y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y
descenderás al campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los puestos
avanzados de la gente armada que estaba en el campamento. Y los madianitas, los
amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle como langostas en multitud,
y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud.
Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un
sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el
campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la
trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó. Y su compañero respondió y dijo: Esto no es
otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus
manos a los madianitas con todo el campamento.”
Dios no solo le dio a conocer su voluntad a Gedeón sino que también lo ayudó a
creerla y observa la manera tan maravillosa en que lo hizo: lo envió al campamento del
enemigo a escuchar con sus propios oídos cómo alguien describía su victoria en contra de
los Madianitas! El resultado de esta ayuda viene en el verso 15:
Jueces 7:15
“Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al
campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de
Madián en vuestras manos.”
Jueces 7:16-22
“Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas
en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros. Y les dijo:
Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del
campamento, haréis vosotros como hago yo. Yo tocaré la trompeta, y todos los que
estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el
campamento, y diréis: !!Por Jehová y por Gedeón! Llegaron, pues, Gedeón y los cien
hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la
medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y
quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. Y los tres escuadrones tocaron las
trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la
derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: !!Por la espada de Jehová y de
Gedeón! Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento;
entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo. Y los trescientos tocaban
las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el
campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera
de Abel-mehola en Tabat.”
Gedeón siguiendo un atrevido plan y yendo a pelear en contra de una gran multitud
con solo 300 hombres, armados con ................. trompetas, antorchas y jarros, finalmente
vencieron a ese gran ejercito. Ahora, si alguien se pregunta porqué decidió pelear contra
los madianitas de tal manera, la obvia respuesta es porque DIOS ASÍ LE DIJO. Si
recordamos, fue Dios quien le dijo que reuniera a Israel para la batalla y fue Él que de la
multitud de ellos escogió solo 300 hombres. Como el texto dice: “y Jehová puso la espada
de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta
Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat”. Los versos
24 y 25 nos dan la parte final de esta gran victoria de los Israelitas:
Jueces 7:23-25
“Y juntándose los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a los
madianitas. Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, diciendo:
Descended al encuentro de los madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del Jordán
antes que ellos lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron los vados de
Bet-bara y del Jordán. Y tomaron a dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y
mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb; y después
que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro
lado del Jordán.”
Jueces 8:28
“Así fue subyugado Madián delante de los hijos de Israel, y nunca más volvió a levantar
cabeza. Y reposó la tierra cuarenta años en los días de Gedeón.”
Cuando los israelitas hicieron lo malo ante los ojos de Dios, traicionándolo y
adorando a dioses falsos el resultado fue aflicción y gran pobreza. Sin embargo, cuando
volvieron y encontraron su liberación, les envió un profeta para reprobarlos a través de su
Palabra . Además, levantó a Gedeón para que fuera el líder. Él aunque era un hombre
pobre y desconocido estaba dispuesto a hacer lo que Dios quería, y por consiguiente lo
ayudó a lo largo del recorrido para completar la misión de la liberación de Israel. El
resultado fue una grandiosa liberación para Israel así como tranquilidad durante los
siguientes 40 años que siguió vivo Gedeón. Por supuesto, Gedeón fue grandemente
bendecido. Como en Jueces 8:29-32 dice:
Jueces 8:29-32
“Luego Jerobaal hijo de Joás fue y habitó en su casa. Y tuvo Gedeón setenta hijos que
constituyeron su descendencia, porque tuvo muchas mujeres. También su concubina que
estaba en Siquem le dio un hijo, y le puso por nombre Abimelec. Y murió Gedeón hijo de
Joás en buena vejez, y fue sepultado en el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los
abiezeritas.”
También tuvo una larga y tranquila vida. Sin ya tener que esconder el trigo de los
enemigos sino viviendo con su familia en paz.
Por lo tanto, para concluir: apartarse del Señor solo trae opresión y calamidad. Sin
embargo, aunque se haga, Dios está siempre ahí listo para perdonar y librar a cualquiera
que regrese a Él.
Aparte de eso, algo más que también se enseña en los registros que leímos es que
cuando Dios dice algo, Él está dispuesto a ayudarnos a sobrellevarlo. Cosas así como
señales, cuando vienen de Dios tiene que estar alineadas con Su Palabra y apoyar lo que
ya está declarado como Su voluntad. Dios nos ha dado Su Palabra y las manifestaciones
del espíritu para darnos a conocer Su voluntad. Si ahora necesitamos ayuda en el camino,
deberíamos estar seguros que tendremos Su ayuda. No sé que tipo de ayuda será, lo que
sí sé, es que cualquiera que ésta sea, será suficiente para apoyarnos todo el camino
exactamente así como también lo fue para Gedeón.
Anastasios Kioulachoglou
Notas al pie
1. Desafortunadamente,este no es el único lugar donde la frase “los hijos de Israel
hicieron lo mano ante Dios” aparece en la Biblia. Hay muchas más (ver por ejemplo:
Jueces 2:11-15 4:1-2, 10:6, 13:1, 1 de Reyes 11:6, Nehemías 9:28) que adicionalmente
demuestran que lo malo que los israelitas hicieron fue adorar ídolos y por consiguiente
abandonaron a Dios.. también como en esos registros se puede ver muy claro, eso malo
siempre era seguido de destrucción, calamidades y opresión.
2. Ver por ejemplo Jueces: 3:7-9, 3:12-15, 4:3, 10:10, Nehemías 9:28
4. El
diablo también puede producir señales, pero falsas que pueden llevarnos a caer en
sus garras. Es por eso que debemos ser muy cuidadosos con las señales. Nuestra guía no
son las señales sino la Palabra de Dios. Cualquier cosa que este alineada con la Palabra
viene de Dios. Cualquier cosa contraria viene del diablo. Las señales son válidas cuando
apoyan una situación que fluye en completa armonía con la Palabra. De otra forma, no
tienen validez.