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Documento de performance

Lxs artistas de performance nos hemos preguntado y repreguntado incontables veces sobre
la documentación como una responsabilidad inherente al tipo de trabajo. Documentamos o
no? cómo documentamos? para qué? para quién? para cuándo? Respondiendo más o
menos a este problema tomamos decisiones que después podrían resultar fundamentales
para la lectura, incluso debatiendo cierta idea de verdad, de autenticidad, de oficialidad.
Wow, todo muy serio y analítico. Parecen filtrarse del funcionamiento mas hegemónico del
arte estos gigantes que nos condicionan la percepción hasta límites insospechados. Para
ver una obra de perfo, corremos a googlear a lx artista para cazarle la onda, para no perder
información fundamental, para ver si entonces esto que vimos es bueno o no, es válido,
verídico, auténtico y entonces darnos permiso para la conmoción o habilitarnos a que nos
parezca una porquería.
Qué es lo que se necesita documentar de una performance? Por qué? Cómo existiría una
performance no documentada en el contexto de producción de esx artista? Qué hace el
aparato del arte con las obras de performance no documentadas? Cuál es el original y cuál
es la copia? podríamos preguntarnos también. Una acción performática puede ocurrir en
un único momento determinado o puede repetirse siendo nuevamente una pieza original. Y
la documentación de esas acciones tambien es un original. Lxs artistas tenemos la
posibilidad de determinar ciertas verdades sobre nuestro trabajo, tenemos que hacerlo.

Archivos y documentos
Si alguien me pregunta sobre qué hace de un documento, un documento de archivo, podría
reproducir algunas definiciones exactas, académicamente correctas a los fines archivísticos.
Diría que es un documento generado como consecuencia natural de una actividad que
ocurre en el marco de una función vital. Estos esquemas son muy fáciles de entender en
organismos con estructuras bien definidas y mas difusos cuando se trata de organismos
menos funcionales a los sistemas verticales hegemónicos. Es mas fácil entonces, entender
la organicidad interna de una entidad empresarial que fabrica cosas que la de unx artista.
Pero la familiaridad con estos sistemas no la elegimos, la aprehendimos como modus
operandi del sistema capitalista de nuestra sociedad. El estudio de los archivos de hecho,
se incrementó enormemente a partir del desorden documental de posguerra y fue
imprimiendose de órdenes impuestos por las potencias resultantes, inculcándonos por
ejemplo toda la sarta de términos empresariales tipo C.E.O, F.O.D.A que las universidades
privadas de nuestro país se encargaron de repartir como piñas en los años noventa. Me
parece fundamental empezar a desarmar ya estos términos y cuestionar las estructuras
para dar espacio a la documentación de otrxs agentes, mas desajustados y hasta ahora
perfiéricxs o marginales.

En ese marco legítimo, lxs archivistas aprendimos que cuando aparecen las excepciones
en el mundo documental, traen consigo pérdida de información y obstaculización en el
acceso. Le tenemos terror a las misceláneas.
El modo “correcto” de archivar, guardar, acceder a un documento de archivo es en su
contexto documental original, respetando los tipos, las series y los grupos a los que
pertenecen. Nos convertimos en guardianxs de esos ecosistemas documentales ya que
nuestra función es preservar la información en bruto como fuente original, “verdadera”.

En estos ecosistemas de datos, los documentos de archivo condensan información explícita


y tácita pero además, en su contexto natural, son información en potencia. Son la llave a
una innumerable cantidad de supuestos variables de acuerdo a quien los lea, quien acceda
a ellos. Los documentos en relación, se convierten en metadocumentos, expandiendo su
valor.
Así la historiografía es móvil de acuerdo a un conjunto de intereses, mientras los
documentos de archivo son fijos. Los documentos de archivo son únicos y por lo tanto
fuente de información primaria, y lo que se diga a partir de ellos, son múltiples fuentes
secundarias. Funcionan como disparadores de un sistema menos formal que es la red de
información sensible de las personas que los consultan. Así, una fotografía en un álbum
familiar comunica algunas cosas y esa misma fotografía encontrada en el barro podrido de
la calle, al lado de un container, comunica otras. Las mismas y otras, válidas las dos en
diferentes contextos de lectura.
Puedo armar un ramo con rosas compradas en una florería y puedo hacerlo con las rosas
robadas del jardín de mi vecina mientras duerme la siesta. El valor es completamente
diferente aunque a simple vista veamos dos ramos de rosas. Y así las plantas y los animales
y las piedras y lxs humanxs en nuestros ecosistemas naturales o exportados funcionamos
diferente, los documentos no son la excepción.
Algunxs creen de hecho que un documento, sacado de su contexto original, deja de ser un
documento de archivo para ser simplemente un documento x. Me pregunto qué significa el
“simplemente”. Un documento que ya no es un documento de archivo deja de documentar
algunas cosas pero sigue documentando otras y tiene un nuevo potencial como extranjero.
Abre un mundo de nuevas lecturas.

Autenticidad y valor:

A veces las acciones performáticas ocurren con la finalidad de su documentación, como por
ejemplo las acciones “para la cámara”. En esos casos estamos pensando en el documento
antes de accionar, estamos creando documentos de manera conciente, no ya “naturalmente”
como consecuencia de una acción y esto marca diferencias fundamentales con las rígidas
posturas de la archivología para la historia. Somos concientes de la historicidad, somos
quienes editamos los documentos primarios para generar fuentes secundarias, históricas
sobre nuestro propio trabajo. Tomamos decisiones políticas sobre cómo inscribirnos en
nuestro propio contexto. Así, éste tipo de generación de documentos se posiciona en el
borde de las teorías y prácticas académicas y desde ahí coquetea con una gran cantidad
de factores para mover sus límites, hacerlos portatiles y poder avanzar con ellos marcando
territorio sobre múltiples áreas de interés.
Lo que se pone en juego a partir de esta postura móvil y altamente política es el valor. Ya
no el valor de original o copia o el valor de autenticidad sino un valor exportado del mundo
de lo ritual. Una pieza que intervino en una acción puede tambien transformarse en
documento portando valor testimonial y cierto valor aurático. Los objetos participantes de
una perfo pueden o no transformar su valor a partir de una experiencia ritual. El manto de
la verónica, la remera del goleador del mundial, el arma homicida, el saco de Beuys, el
mingitorio de Duchamp.

“Documento de performance” es un cuerpo de obra que presenta objetos y textos como


“ejercicios”. Los objetos se clasifican mas o menos en: objetos usados en una obra de
performance, objetos construidos para una obra de performance, objetos de valor
emocional, rescatados y enaltecidos en una obra de performance, objetos rescatados de
una performance para una instancia expositiva. Otro lugar fundamental en Documento de
performance, lo ocupan los textos. Algunos son una condensación poética textual como los
bordados sobre un paño, pero tambien la escritura reflexiva, poética, de bitácora y la
escritura propia o ajena que funciona como soporte de lectura en ciertas piezas.

Cuando Sole nombra estas piezas como “Documento de performance” reflexiona sobre
estos valores documentales, trascendiendo grandemente los límites y la solemnidad del
documento de archivo. Sintetiza los valores documentales en un objeto como una especie
de elixir, una conclusión sensible y material de un proceso extremadamente personal e
histórico sobre su propia vida y recorrido como artista, como artista de performance y como
trabajadora del arte.
Sus “documentos de performance” son testimonios, son objetos sacralizados a partir del
complejo ceremonial de la escena del arte, son objetos devocionales.
Los Documentos de performance de Soledad no son documentos generados naturalmente
como consecuencia de una actividad y por lo tanto la idea de documento vinculada al
archivo es una licencia poética y política con la cual despliega su llamado a la memoria
como estandarte.

Ella describe su archivo como un cúmulo de textos, bocetos, objetos y material fotográfico
y de video. “Eso no es un archivo, Soledad” le dije hace unos años con aires de técnica
profesional archivera -mientras clavamos millones de clavos en canvas para pagar el
alquiler-, es un conjunto de piezas seleccionadas de acuerdo a su valor mas o menos
testimonial. Es una colección de piezas que funcionan como un cordón umbilical entre su
vida y su trabajo.

Recuerdo haber escuchado entre chismes del traje de Soledad Sanchez Goldar codiciado
por algunxs coleccionistas, pedido como forma de pago de algunos servicios. Qué mito hay
en ese traje? ajeno, viejo, usado, rescatado, intervenido? Hay un trofeo de guerra, una
guerra declarada por Sole a los avatares de su hacer como artista. Es un testimonio de
aquella vez que decidió recuperarlo, bordarlo, empaparlo de sentido, de otro sentido mas.
Hay un documento de archivo! me digo, tirando por la borda un montón de definiciones
fijadas. Un documento de archivo que no encaja en un archivo de formato tradicional al que
se le puedan aplicar normas internacionales de descripción tan fácilmente, pero merecería
la consideración porque claramente estos documentos/gestos son fuentes de información
primaria que funcionan como un cuerpo siendo un conjunto seriado.

Lo que tenemos entre manos si tenemos una de estas piezas materiales es como esa foto
rescatada del barro de la calle. Es un documento descontextualizado y un objeto sagrado.
Una herramienta de acceso al mundo de Soledad, una llave a una videncia personal que
relata ese mundo ajeno.
“Recordar es una forma de resistencia”, dice Sole, hermosa, enérgica, montada sobre la
bici de su tío Eduardo. Una bici llave. Una acción con la bici llave a la historia del tío Eduardo,
y de por qué Eduardo no está y por qué lo recordamos y por qué todavía duele y final o
inicialmente todxs lxs tíos eduardos del mundo de quien vea a Sole montada en la bici llave
de su tío Eduardo.

Sole es una artista activista por la memoria. Sole es una artista activista por la memoria de
la performance también. Quiera ella o no, con la licencia que me da la contemplación puedo
entrar a su mundo a través de sus objetos elixir, sus “documentos de performance”. La idea
de memoria y de verdad resuena especialmente en ese nombre sublime: Soledad.
Soledad se transforma entonces en una medium, nos ofrece documentos de performance,
objetos elixir, bicis llaves, nos toca el hombro, chch...y activa nuestro modo de resistencia
a partir del recuerdo.

Ese es un gran “valor” que un documento testimonial puede tener, un valor diferente al valor
correcto de un documento de archivo en su contexto natural. Un valor que impregna de
contenido el relato, la contemplación, la experiencia. Un valor parecido al de un cartel
pegado a un palo y llevado la marcha o una virgencita que se pasea bendiciendo las calles.
Sole transforma el olvido en memoria. Descansa un poco de la pregunta sobre
documentación de performace, la deja en manos de testigos instagramers que publican al
toque imagenes y videos en tiempo casi real. El sentido del registro como documentación
se corre y deja espacio a esta actitud política y ritual de accionar, y recoger documentos
testimoniales como cálices. Documentos probatorios como memorial.

Ana Volonté. Agosto 2019, Buenos Aires.

Texto para la exposición Documento de Performance. Escrituras.


Artista: Soledad Sánchez Goldar
Acompañamiento en archive y documentos y curaduría: Ana Volonté.
Documento de Performance se presentó en el Centro Cultural Nordeste, en Resistencia,
Chaco, la exhibición fue organizada por Garra Galería.

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