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EL SEÑOR DE LAS MOSCAS

Y LOS ELEMENTOS DE LA CULTURA

El señor de las Moscas es una película dirigida por Harry Hook en el año de 1990 que se
encuentra basada en el libro homónimo de William Golding. En forma de síntesis, la
historia nos relata a un grupo de niños cadetes de una escuela militar no mayores de 15
años que naufragan súbitamente en una isla desierta y totalmente deshabitada, por lo cual
se sienten obligados a iniciar de forma inmediata una lucha por la supervivencia en relación
con la adaptación al medio que les rodea. De forma gradual, el filme nos coloca de
manifiesto cómo los protagonistas aparentemente van dejándose llevar por sus meros
instintos animales, alejados de la racionalidad que usualmente caracteriza al ser humano en
aquellas comunidades donde las estructuras sociales y las normas éticas/morales ya se
encuentran plenamente establecidas, ejerciendo cada individuo un rol determinante para el
funcionamiento del sistema social, sin verse inmiscuidos en la necesidad de la generación
de un nuevo proyecto de organización, con todos los conflictos que trae de por medio el
establecimiento del orden en una colectividad.

En esta película es posible observar cada uno de los elementos propios del concepto de la
cultura y como ellos mismos en el hilo argumental van abriéndose espacio dentro del nuevo
tipo de sociedad que los niños pretenden conseguir a través de su organización.

Inicialmente, se puede caer en el error apreciativo de imaginar que este grupo de niños se
convirtió poco a poco en una manada de animales salvajes, sin ninguna estructura social
que los rija y dejándose llevar únicamente por lo que sus necesidades básicas inmediatas
determinen, sin importar el medio para conseguirlo. Una percepción bastante cercana a
aquella que poseían y en la cual incurrieron los primeros etnógrafos al categorizar a las
culturas consideradas exóticas y diferentes a Occidente como sociedades primitivas,
ahistoricas, monumentalistas, salvajes y carentes humanidad; es decir, tan solo un montón
de bestias con figuras antropomórficas que persiguen únicamente la satisfacción de sus
instintos. Sin embargo, incurrir en esta interpretación seria limitar la visión de la cultura y
cómo la misma se manifiesta simbólicamente dependiendo del contexto social en el cual se
desarrolle una comunidad; toda vez que, incluso en el más caótico de los escenarios,
siempre existirá un orden que determine y organice las estructuras culturales de todas las
poblaciones humanas.

El señor de las Moscas es una película que nos permite; entre muchas otras cosas, observar
de manera muy dinámica el proceso de conformación cultural de una comunidad, el cual es
el resultado de sus propias variantes históricas, sociales y políticas por medio de las cuales
se van generando estructuras de organización y sistemas simbólicos caracterizados por los
elementos materiales y emotivos que los delimitan.

Con referencia al primer elemento constitutivo de la cultura; la organización, en la cinta se


logra dilucidar un primer intento de regulación socio-política y conformación estatal a
través de la democracia, representada metafóricamente por la “caracola”, ya que quien la
poseía era dueño de la palabra en las asambleas organizadas por el grupo, donde cada voz
podía ser tenida en cuenta, eligiendo de esta forma a su líder inicial. No obstante, en virtud
a las múltiples formas de anarquía que se presenta en todas las sociedades, se genera una
desintegración social al momento de que uno de los individuos de esta colectividad se
subleva en contra de la misma estructura en la cual él había estado de acuerdo al momento
de su constitución, al no acatar las normas impuestas por el líder electo. Esto conlleva a una
organización de la tribu a través de dos clanes distintos y con unas dinámicas socio-
culturales muy diferentes entre ellos en donde se evidencia; por un lado, la visión de la
democracia y un estado benefactor en cabeza de un líder humanista y por el otro, la
monarquía degenerada en tiranía de una persona que ostenta el poder y que otros siguen por
miedo y coacción. .

Frente al elemento material; el segundo nivel que conforma a la cultura, se evidencia dentro
de la película una naturaleza transformada por la nueva sociedad con el fin de satisfacer las
necesidades, como ejemplo de esto observamos la construcción de refugios a través de la
tala de árboles, la consecución del fuego por medio de la leña obtenida del bosque y la
fabricación de armas en madera. Este fenómeno nos deja entrever y reconocer la visión a
futuro del establecimiento de una nueva cultura sedentaria donde el hombre se apropia de
los recursos de la naturaleza para asegurar plenamente su supervivencia.

En relación con el tercer elemento cultural; el simbólico, se ve claramente cómo una vez
establecido el régimen social en cada uno de los clanes, se empieza a generar una
representación de la realidad a través de la imposición de creencias desarrolladas a partir de
los miedos a los cuales se ven inmersos todos los sujetos sociales en su propia cotidianidad.

En el filme, este aspecto se materializa con la aparición de “la bestia” o “el monstruo”; un
mito creado a partir del terror producido por una situación aparentemente inexplicable para
los protagonistas; incluso, llegan a la conformación ritual al realizar ofrendas a este
inexistente ser con el fin de que les permita vivir en su territorio, algo muy parecido a lo
que ocurre con todas las sociedades humanas que necesitan de la creación de entidades
ontológicas superiores como esclarecimiento de los fenómenos que se salen de la
concepción explicativa del pensamiento humano; un comportamiento que ya sea a nivel
religioso o únicamente espiritual cumple su función psico – social para unificar a una
población ya sea por pertenencia a una misma fe o por miedo a lo incomprensible. Estos
aspectos simbólicos también se retratan en la escena del baile alrededor de la hoguera
durante la cacería del jabalí, donde realizan todos con las caras pintadas una especie de rito
que los induce a una histeria colectiva que acaba con trágica muerte de uno de los
muchachos más pequeños al confundirlo con “La bestia”.

El cuarto elemento que compone a la cultura se basa en la emotividad, denominada como el


proceso por el cual toda sociedad establece sistemas éticos, morales y sentimentales. Como
se mencionó anteriormente, hasta en el sistema más caótico existe orden y para poder
preservar ese orden social pese a sus constantes transformaciones se determinan unas
normas a cumplir, papeles a seguir y sanciones impuestas para aquellos que pretendan
salirse del sistema organizativo. Estas sanciones están en constante relación con los dilemas
morales y éticos que se plantea cada sociedad, que suelen ser exclusivos de ellas mismas,
ya que toda ética y moral son construcciones eminentemente culturales. En la película
observamos los momentos específicos en los cuales se van determinando estos patrones
éticos y morales en sus diversas escenas, a saber cómo las principales: El momento de que
la tribu de los cazadores decide culpabilizar a uno de sus miembros por el asesinato del
pequeño “Simón” y a partir de allí empiezan a imponer sanciones a todos aquellos que se
consideren criminales dentro de su cosmovisión, aunque pareciera más la elección de un
chivo expiatorio para expirar remordimientos y generar orden a través del pánico colectivo
que ostenta un castigo público. También tenemos la escena en la cual los niños se debaten
el futuro del único marinero adulto que sobrevivió al naufragio, el cual se encontraba muy
mal herido y casi inconsciente. Frente a esto, algunos de los niños consideraban que debían
hacerse responsables de la vida de este hombre y darle los cuidados que se encontraban a su
alcance, mientras que otros opinaban que debían acabar con su vida ya que sus heridas eran
tan graves que solo causaría más cargas al grupo. Aquí podemos observar un dilema moral
entre la racionalidad humana y la selección biológica natural o ley del más fuerte, y como
cada uno de estos conceptos intentan imponerse por encima del otro en aquellas situaciones
en las cuales existe una lucha por la supervivencia individual.

La secuencia final del filme, es de suma relevancia porque representa la finalización o


destrucción de las estructuras sociales con las cuales ya se habían fusionado los personajes
y frente a la cual desenvolvían simbólicamente sus dinámicas culturales. El hecho de que el
marinero haya aparecido en la isla con la intención de rescatarlos (figura que representa y
les recuerda la racionalidad humana), sugiere que la mente de estos individuos reacciono de
forma chocante al caer en cuenta de que aún seguían siendo parte de las dinámicas
culturales de su verdadera sociedad, trasladándose a la pertenencia que sentían con respecto
a los principios morales y éticos que anteriormente habían olvidado, generando así los
sentimientos propios de culpabilidad por las acciones cometidas en un escenario distopico.

Como es viable observar, esta película proyecta una cantidad innumerable de puntos
relacionados con la filosofía del derecho y la antropologia socio – cultural; como la
conformación de un estado, el hombre como un ser meramente instintivo de Freud, la
degeneración de los regímenes políticos planteados por Platón, la canalización de conflictos
sociales a través de la creación de instituciones en los gobiernos sugerida por Maquiavelo,
la teoría del caos o caologia aplicada a las ciencias sociales, el milenario debate entre la
supuesta bondad o maldad natural del hombre, el contrato social como forma de
legitimación política esbozada por Rosseau; entre otras múltiples referencias políticas,
históricas y sociales que encontramos en el filme. Teniendo en cuenta lo anterior, se
evidencia que la película cuenta con un argumento que aunque en apariencia es simple y
lineal, se encuentra compuesto por una infinita gama de representaciones académicas en
diversos campos frente al análisis cultural, convirtiéndola en una joya audiovisual
susceptible de diversas interpretaciones.
“EL ETNÒGRAFO” DE JORGE LUIS BORGES Y SU
RELACION CON LA ANTROPOLOGÌA

PRESENTADO POR:

MATEO ACOSTA
VERÓNICA CAYÓN

PRESENTADO A:

FABIO SILVA VALLEJO

UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA


FACULTAD DE HUMANIDADES
PROGRAMA DE ANTROPOLOGIA

SANTA MARTA D.T.C.H.


2017

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