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APOYO PSICOLÓGICO:
Relación de ayuda inmediata a
las personas afectadas por
desastres 1
1
Adaptado y ampliado de Parada, E. (2004). Primeros Auxilios Psicológicos: Habilidades de relación de ayuda
con víctimas y afectados. Reg. Prop. Intelectual: M-006059/2004
INDICE
Bibliografía
Anexos
Algunos de los eventos golpean con tanta virulencia el estado de equilibrio de personas,
familias o entornos sociales enteros (p.ej. poblaciones), que dejan tras de sí pérdidas
humanas, pérdidas materiales, y cambios situacionales sumamente traumáticos.
• Organización de la respuesta.
• Intervención Inmediata (Primeros
Auxilios Psicológicos, Intervención en
• PREVENCIÓN SECUNDARIA
Crisis).
• Atención Psicoterapéutica y
• PREVENCIÓN TERCIARIA rehabilitación psicosocial y comunitaria.
Los desastres son sucesos con un gran impacto emocional capaces de paralizar los
recursos habituales de personas o grupos que en circunstancias normales se comportan
de manera eficaz. Generalmente suceden de forma imprevista, causan gran impacto,
Aun con los niveles de afectados expuestos en el punto anterior, no todas las personas
reaccionan de igual manera en situaciones de desastre. Algunas de las variables que más
influyen en dichas diferencias son:
• Casi toda persona que está envuelta en un desastre, sufre un accidente o cualquier
otro tipo de situación crítica, experimentará algún tipo de alteración emocional con
diferente grado de ajuste funcional a la situación.
• Las personas afectadas son, en principio, personas con un estado de salud mental
normalizada, no casos psicológico-psiquiátricos.
• Las lesiones emocionales son tan reales y tan serias como las físicas.
• Las personas pueden rechazar la ayuda por razones de orgullo y dignidad. Ayudar a
las personas tras situaciones de desastre implica colocarse a su disposición y no
“atornillar” una ayuda que no quieren o no están aún preparadas para recibir.
Implica “hacer con” más que “hacer por” y tanto una como otra acción, sólo si su
actitud muestra que lo desean o lo permiten.
• Cada uno tiene derecho a sentirse como se siente. Este es el principio desde el cual
comenzar a trabajar con sistemas de valores distintos o frente a actitudes de la
persona afectada, objetivamente apartadas de la realidad (p.e. culpa por algo de lo
que ni siquiera se es responsable).
Con las consideraciones del punto anterior presentes, podemos afirmar que numerosas
personas afectadas por una situación de desastre van a encontrarse en los momentos
inmediatamente posteriores, en un estado de estrés agudo en el que pueden emitir
respuestas como las siguientes:
A NIVEL FISIOLOGICO:
• Aumento de tasa cardiaca.
• Tensión muscular excesiva y generalizada (agarrotamiento).
• Aumento de la respiración (agitada y superficial).
• Aumento de la presión arterial.
A NIVEL COGNITIVO:
• Valoraciones irracionales.
• Pensamientos negativos.
• Desorganización en la toma de decisiones.
• Bloqueo en el análisis de información.
• Falta de autoconfianza.
• Concentración deteriorada.
• Focalización inadecuada de la atención.
• Olvido de aspectos relevantes.
• Sensación de falta de control.
A NIVEL MOTOR:
A NIVEL EMOCIONAL:
Cuando ponemos en marcha un plan de intervención en crisis, procuramos que este sea:
Si hubiera que diferenciar niveles de apoyo, estos se podían desglosar del siguiente
modo:
• Acompañamiento.
I Población General • Cubrir necesidades básicas.
• Acompañamiento.
II Intervinientes (Socorristas, • Cubrir necesidades básicas.
bomberos, fuerzas de seguridad, • Atención a estrés agudo.
voluntarios institucionales, etc.). • Canalización de reacciones.
INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA
Presentación y establecimiento de rapport. La pareja (en algunos casos, era una sola
persona) de profesionales se presenta a la familia (nombre, y profesión). Explicar de
forma breve y concisa el motivo de tu presencia (que estas para ayudar en lo que sea
necesario y para informales...). En los primeros momentos, la observación, el silencio,
la comunicación no verbal y la escucha son fundamentales para ir recogiendo
información sobre la familia (que miembros de la familia están presentes, que tipo de
relación hay entre ellos, que nivel de apoyo van a necesitar, quienes son los que mas
necesitan de nuestra intervención...)
Recogida de datos. Se recogen los datos de la persona desaparecida, de los
miembros de la familia y de los profesionales que están interviniendo. Se entrega en la
sala de Filiación de Profesionales. En la medida de lo posible, estos datos los da la
persona mas cercana al familiar desaparecido, de esta manera se inicia nuestra
intervención.
Ofrecer la información que fuéramos conociendo; informar de la labor de la policía
científica, consultar las lista de heridos, que en cuanto tuviéramos información se la
daríamos, que se estaba haciendo un esfuerzo muy grande para saber que había pasado
con su familiar, que el tiempo que se estaba tardando era necesario para que la policía,
los forenses, los jueces... hicieran de forma eficaz su trabajo... La labor de contención
fue muy difícil debido al largo tiempo que pasaban las familias sin apenas información,
a la incertidumbre; el cansancio y la desesperanza según pasaban las horas se iban
adueñando de las familias.
Invitar a la persona a relatar lo que ha pasado, permitir la expresión de vivencias y
emociones experimentadas durante el evento. Mientras la persona habla, es importante
atender a posibles signos de peligro (ideas de suicidio, antecedentes médicos y/o
psiquiátricos importantes...)
Disminuir el estrés proveniente de amenazas psicológicas, expectativas, exigencias,
predicciones, distorsiones cognitivas.
Algunas actitudes que van a facilitar la prestación eficaz de ayuda por parte de los
miembros del equipo de apoyo psicosocial son:
• Comunicación Verbal
• Comunicación no verbal y paralingüística
• Empatía
• Escucha Activa
• Observación de reacciones ante el suceso
• Facilitar el relato de acontecimientos
• Facilitar la Expresión Emocional
• Acompañamiento y Apoyo Emocional
: El contacto ocular.
: La expresión facial.
: Los gestos corporales.
: La postura.
: La proximidad espacial.
• El tono
• El volumen
• La velocidad del habla
Paráfrasis: Repetición del contenido del mensaje que describe una situación,
acontecimiento, persona o idea.
Habilidad Objetivo
• Ayudar a la persona a centrarse en el
REPETICIÓN contenido del mensaje.
• Ayudar a la persona a centrarse en el
PARÁFRASIS contenido del mensaje.
• Animar a la persona a expresar sus
sentimientos.
• Ayudar a la persona a ser más consciente
de los sentimientos que le dominan.
REFLEJO • Ayudar a la persona a conocer y manejar
sus sentimientos.
• Ayudar a la persona a discriminar entre sus
diferentes sentimientos.
• Enlazar los diversos elementos de los
mensajes de la persona.
RESUMEN • Identificar un tema común, proveniente de
distintos mensajes.
/ ¡ YA NO TE QUIERO ESCUCHAR ¡ /
“TÉCNICAS” EFICACES PARA CREER QUE PRESTAMOS APOYO SIN
HACERLO REALMENTE
Si tiene junto a Vd. una persona que le molesta; que cada dos por tres viene a
contarle sus penas y le tiene ya harto/a, utilice los siguientes métodos infalibles
para que se aleje de Vd.:
U Ignorar. Ignore lo que la otra persona está diciendo aunque ponga cara de
estar escuchando.
U Comparar. Compare lo que le ha ocurrido a la persona con su propia
experiencia o la de otros que Ud. conoce y subráye cómo estos casos
fueron peores que los que ella cuenta.
U Juzgar y criticar. Opine sobre lo que le ha ocurrido a la otra persona y
cómo ha llegado a esa situación. Destaque especialmente la
responsabilidad que ella ha tenido para estar donde está.
U Aconsejar. No espere a que ella tome decisión alguna. Dígale
constantemente lo que tiene que hacer. No espere a que le pida consejo u
opinión.
U Asentir. Muestre acuerdo absoluto con todo lo que la otra persona le
diga.
U Ir por delante. Haga predicciones constantes sobre lo que la persona le va a
decir y hágaselo saber. No la deje terminar las frases.
Objetivo:
Realizar una valoración inicial de las reacciones generales de las personas implicadas en
el incidente.
Principios De Actuación:
Observación de las personas presentes en el lugar del incidente (heridos, familiares,
testigos y otros relevantes), y atención a manifestaciones de tipo:
FISIOLÓGICO
COGNITIVO
AFECTIVO
MOTOR
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8.6. Acercamiento a la persona afectada
Objetivo:
Pautas Generales:
• Identificación del agente de ayuda
• Ofrecimiento de ayuda u otras acciones relevantes
• Información de las acciones inmediatas
Pánico:
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Objetivos del control de la ansiedad elevada y el pánico.
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8.8. Contención física
Objetivo:
Procedimiento general:
Objetivo:
• Disminuir preocupación
• Reducir ansiedad
Procedimiento General:
• Presentarse
• Proporcionar información específica, clara y oportuna, atendiendo a:
Ö Habilidades de comunicación
Ö Honestidad. No mentir
Ö Evitar detalles excesivos
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Ö Evitar comentarios desdramatizadores
Objetivo:
Procedimiento General:
• Hacer preguntas
• Escucha activa
• Facilitar orden de pensamientos y exposición del relato
Objetivo:
• Favorecer la aceptación de la situación y su integración psicológica
• Canalizar las reacciones
• Evitar la desorganización conductual prolongada
Procedimiento General:
• Facilitar la expresión de emociones
• Reconocerlas y legitimarlas
• Normalizar las reacciones
• Cuidar al afectado y a terceras personas de reacciones agresivas o descontrol
excesivo
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9.1. Niños
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Precauciones del agente de ayuda
9.2. Ancianos
Al prestar ayuda a personas mayores, conviene prestar atención a una serie de aspectos
que pueden condicionar nuestra intervención. Así:
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persona y facilitarnos la comunicación en aspectos relevantes, manteniendo un
“ten con ten”.
¾ Siempre que podamos, ofreceremos información sobre las acciones que vamos a
poner en marcha y sus razones.
¾ Tener en cuenta un probable desconocimiento de enseres, aparatos, etc. que
podamos utilizar en nuestra intervención. Explicarle sencillamente, qué son y
cómo lo vamos a utilizar para ayudarle.
¾ El contacto físico amable, suele ser especialmente bien recibido por las personas
mayores, que lo viven como fuente de control y seguridad por parte del
interviniente.
9.3. Ciegos
Tanto con este colectivo como con el de sordos, la relación de ayuda a de prestarse en
general, del mismo modo que se facilitaría a personas sin discapacidad sensorial.
Orientaciones básicas:
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9.4. Sordos
Una mala noticia es siempre una mala noticia, pero la comunicación establecida
con las víctimas y/o familiares es una importante variable para disminuir el impacto
psicológico al recibir la información. Es, por ello, importante que las personas que
lleven a cabo la tarea de comunicar una mala noticia, conozcan y dominen una serie de
estrategias y habilidades que posibiliten un proceso de adaptación , a la nueva situación,
lo más normalizado posible .
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Hoy en día estamos preparados para múltiples situaciones que se nos presentan
en la vida. Nos preparan para ritos como el matrimonio, nos enseñan a comportarnos en
la mesa, a no hacer preguntas indiscretas. Sin embargo, nadie nos informa, prepara o
asesora para un hecho tan impactante como es comunicar la muerte de un ser querido,
hecho que probablemente tengamos que realizar alguna vez si participamos en una
Catástrofe desde los primeros momentos.
Casi siempre resulta difícil aventurar la reacción de las personas que reciben una
mala noticia, pero conocer el valor de las palabras en los entornos culturales en los que
nos movemos nos otorga una gran ventaja. Las palabras no son inocentes. En sí mismas
llaman a recuerdos y experiencias diferentes para cada persona. Todas ellas pueden
llevar una enorme carga emocional, pudiendo actuar como un látigo lacerante sobre
nuestros pensamientos y consecuentemente sobre nuestras emociones. Debemos tener
especial cuidado en la elección de palabras y frases.
Uno de los aspectos claves para explicarnos la reacción de los pacientes ante una
mala noticia es el grado de previsión y preparación que tiene ante “ la peor hipótesis
posible”.
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• Personalidad de la persona. Las personas “frágiles”, aquellas con unas
características de personalidad especialmente proclives a un ajuste deficiente ante
malas noticias, son hacia las que deberíamos dirigir nuestra mayor atención a la hora
de comunicar la información. Esto obviamente, es en numerosas ocasiones muy
difícil de conocer.
• Tipo de muerte siendo de especial interés el grado de violencia y/o sufrimiento que
la víctima haya tenido que soportar. Así por ejemplo, un asesinato con violación es
mucho más impactante que una muerte por una parada cardio-respiratoria.
• Contexto en que ocurra, así no es lo mismo una muerte en un periodo de Guerra
que en un periodo de paz. Las personas que viven en países que se encuentran
inmersos en un conflicto bélico, ven constantemente a su alrededor la muerte,
sintiendo que está cercana a ellos y a sus familiares y que en cualquier momento
pueden ser ellos los afectados. Esta situación , en la que se ven inmersos, disminuye
la imprevisibilidad y sorpresa ante una mala noticia (aunque no el sufrimiento
posterior).
• Edad del fallecido suponiendo un mayor impacto cuanto más joven sea la persona.
Un proceso normal de evolución implica la muerte de los padres, antes que de los
hijos, pero cuando por alguna circunstancia este proceso se altera es difícilmente
aceptable, ya que todas las expectativas y esperanzas depositadas en los más jóvenes
desaparecen.
• El nivel cultural condiciona en menor medida las reacciones emocionales. La
emocionabilidad del individuo, su entereza o su debilidad, dependen de factores
aprendidos, personalidad y creencias.
El sentimiento más común es la PENA. Las reacciones pueden ser muy diversas, y
estas mismas variarán en cada caso concreto, pero si la noticia no era esperable, pueden
darse las siguientes reacciones:
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Dios ha permitido esto? ¿ Por qué me ocurre a mí esto? ¿ Por qué ahora que éramos
tan felices?
• Incredulidad, sentimientos de irrealidad como si formara parte de un sueño, como si
se viera desde fuera, como si fuera una nebulosa “ No me lo puedo creer, no me
entra en la cabeza, está tan lleno de energía y vitalidad, pero si se iba a casar el mes
que viene, tiene ya todo preparado”. “¿ Está usted seguro? ¿ No se habrá
confundido?”, “ pero si es un chico muy prudente, no bebe, no se mete con nadie”.
• Sentimientos de honda soledad, impotencia, dolor y abandono “ ¡ Qué desgracia!,
no me lo puedo creer ¿ qué voy a hacer ahora?”.
• Sentimientos de culpa “ si no le hubiera permitido ir, si no le hubiera comprado el
coche, si no...”. “ Si le hubiera sujetado más fuerte, el agua no le habría arrastrado”.
A) ¿ Dónde?
El sitio o espacio físico elegido para dar una mala noticia es una variable muy
determinante en la creación de un clima favorecedor de la emocionabilidad.
En ocasiones y ante noticias que no permiten demora, es necesario establecer
una comunicación en lugares de “ mala calidad comunicacional”. Llegado el caso será
necesario aprovechar el espacio físico de tal manera que creemos una cierta sensación
de aislamiento. Aunque tal aislamiento no sea real, la voluntad de crearlo suele ser
apropiada y valorada para los familiares o víctimas.
La búsqueda de un mejor habitáculo puede ser parte de una estrategia de
aclimatación. Mientras se conducen a los familiares a un espacio adecuado, se crea
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cierto suspense que, en sí mismo, ya les “dice” algo: la información a transmitirle
reviste gravedad. Facilitamos una situación mental anticipatoria ( “ algo va mal, voy a
prepararme para una mala noticia, las cosas se ponen feas, debo aguantar con entereza,
etc.) aunque no debemos olvidar que una espera supone también un incremento del
nerviosismo.
Es conveniente dar estas noticias de forma conjunta al mayor número de
miembros del sistema familiar. El apoyo emocional que entre ellos se puedan
proporcionar en este contexto , será de máxima importancia para la elaboración de la
información. Es la red familiar la que juega un papel esencial en la contención de las
emociones que cada uno de ellos pueda manifestar
B) ¿ Cómo?
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1. El hecho de no ser un médico le permite zafarse de preguntas delicadas
alegando ignorancia. “ lo siento, esta información la ignoro, y el médico que
está atendiéndole en estos momentos no puede ponerse por teléfono”
2. No se proporciona ningún elemento de confianza, es más, se urgía a la
esposa a personarse en el centro “ cuanto antes”, con el correspondiente
peligro de accidente para la propia esposa.
3. En el supuesto de que el paciente hubiera ingresado en la unidad de cuidados
intensivos, la información a dar hubiera podido ser: “ Su marido se encuentra
ingresado y en observación médica. En todo momento recibe atención
especializada de manera que venga sin prisas, a poder ser con algún familiar,
no vaya usted misma a correr riesgos con los nervios”.
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ERRORES A EVITAR AL COMUNICAR MALAS NOTICIAS
Aunque parece obvio, recordemos que cosas NO debemos hacer en un contexto de
comunicación de malas noticias:
• Utilizar frases que culpabilicen a nuestro interlocutor. “ Si hubiese estado en
casa a esas horas”
• Dar falsas expectativas o esperanzas “ su hijo está bien”, cuando hace horas
que murió.
• Entretenerse en conversaciones triviales ( sobre el tiempo, el tráfico)
• Intentar minimizar la situación “ no se preocupe, que podría haber sido más
grave”
• Exponer hipótesis gratuitas y sin fundamento, emitiendo juicios de valor
“ Yo creo que la culpa de todo la tiene esta juventud, que va como loca”
• Utilizar palabras de alto contenido emocional “ Destrozado, machacado,
decapitado”.
• Perder la serenidad ( pues contagiaremos la ansiedad)
• Utilizar frases de relleno “ nadie sabía que esto sucedería”.
A MODO DE CONCLUSIÓN:
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5. No proporciones falsas esperanzas ni palabras amables de “ relleno”. Aguanta el
silencio en actitud empática , respetando los tiempos necesarios para asimilar el
impacto emocional de las noticias. No podemos tener soluciones mágicas.
6. Ofrezcamos otras fuentes de apoyo, sobre todo, dentro de la red familiar y de
amigos que puedan acompañar en el dolor a la víctima o familiar.
7. Cuando comuniquemos este tipo de noticias, debemos “chequearnos”, y
preguntamos ¿ Cómo nos encontramos? ¿ Estamos en condiciones de continuar
haciendo la misma función?. Tendremos que poner en marcha los mecanismos para
estabilizar nuestras emociones.
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11. FACTORES ESENCIALES PARA UNA RESPUESTA PSICOSOCIAL
EFECTIVA ANTE DESASTRES Y OTRAS SITUACIONES CRÍTICAS
Ya se han visto algunas de las habilidades que con más frecuencia van a emplear los
grupos de apoyo psicológico, y su modo de empleo dentro de actuaciones específicas
que suelen ser necesarias realizar. No obstante, las actuaciones tienen lugar en un
contexto amplio, en el que la organización de la respuesta cobra una importancia clave.
Si por algo se caracteriza una situación de desastre, además de por el daño originado, es
por el ambiente de caos que puede reinar en los momentos iniciales (y en ocasiones,
posteriores). Algunas de las intervenciones psicológicas tras desastres pueden ser
calificadas también de “desastrosas” por no contemplar una serie de factores
elementales que confieran eficacia y efectividad a esta respuesta.
Dirección
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Resulta también necesario, asegurarse de que los miembros del grupo no sobrepasan sus
límites psicológicos. Es necesario dirigirles para que se procuren autocuidado y prevenir
que alcancen niveles excesivos de estrés, desgaste y fatiga por compasión. Esto mismo
es aplicable para los responsables de dirigir a los grupos. En ocasiones, el personal
interviniente se sobreimplica (en intensidad y en duración) en el contacto con las
personas afectadas y el desbordamiento emocional o la fatiga física van mermando
eficacia a su labor.
Comunicación
Todas las acciones significativas relacionadas con el desastre han de verterse en los
canales de comunicación adecuados. Lo contrario, intensifica y prolonga la sensación
(lógica en los primeros momentos) de caos.
Cooperación
Priorización
Las prioridades en un desastre son alcanzar la escena, acceder a los supervivientes,
rescatar los atrapados, atender a los heridos y prevenir riesgos adicionales. El entorno es
a veces caótico y la presencia inmediata y desorganizada de equipos de apoyo
psicológico puede aumentar aún más el caos. No es recomendable que en dicho
escenario haya un grupo de apoyo psicológico. A lo sumo unos pocos psicólogos
especializados, en carácter preventivo, para posibles atenciones puntuales, no
estratégicas.
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Autonomía
Añadido a lo anterior, hay que gestionar la aportación de recursos. En este sentido, la
ayuda voluntaria puede no ser bienvenida si no se aporta de forma organizada, ya que
en caso contrario puede incluso hacer más daño que beneficio. En este sentido, conviene
establecer un contacto previo y una confirmación de necesidad, antes de caer en el
escenario de la situación crítica como un “paracaidista”, sin avisar y sin haber sido
requerido.
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Conviene recordar que todas las tareas de apoyo psicológico se van a llevar a cabo dentro
de un dispositivo global en el que la atención debe ir encaminada a dar una respuesta a las
diferentes necesidades de los afectados; es decir, una atención biológica o sanitaria,
psicológica y social; en definitiva, global. Una aproximación gráfica a esta afirmación se
puede observar en la siguiente tabla (Adaptado de Martel, 1999):
Ámbitos de Actuación
Ámbitos de Actuación
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hospitalaria Contacto con básicas aplicación de
medidas de
Atención afectados
Apoyo económico prevención y
ambulatoria Apoyo y protección
Apoyo en la
autoayuda
reconstrucción Asesoramiento
Gestión del a la población
Reorganización afectada
estrés agudo
del entorno
Acciones Atención a cotidiano Introducción de
medidas
requeridas personas
Reestablecimiento correctivas
dependientes de los sistemas de tangibles,
asistencia postincidente
Gestión de
información Apoyo alas Control de la
familias calidad del
Facilitación de
ambiente
procesos de Supervisión del
estado de salud Colaboración
elaboración de
con los medios
pérdidas Transporte de
provisional comunicación
Información de
calidad
Ámbitos de Actuación
Servicios Ministerios
Ambulancias Servicios
psicosociales sociales
Hospitales Consejerías
públicos
Escuelas
Servicios Servicios
Universidades
requeridos sanitarios Consultoría Centros de Día
especializada Centros
ambulatorios
Asociaciones especializados
Organizaciones
de autoayuda ONGs
ONGs ONGs
Compañías de
transporte
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Hoteles,
albergues
1. Alerta
Existencia de un dispositivo con recursos humanos y materiales que permitan dar
respuesta a una demanda de intervención psicológica tras la ocurrencia de una situación
crítica.
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• Psicólogos/as y psiquiatras con formación en Apoyo Psicológico, Psicología de
Urgencia y Emergencia, Intervención en Crisis y perfil actitudinal facilitador del
Apoyo.
Además, el GRIC debe poder contar con referentes de apoyo en el área afectada:
Personal de Bienestar Social y personal sanitario (Médico de familia, pediatra,
enfermeras y socorristas), que pueden trabajar dentro o junto al GRIC o ser localizables.
Un ejemplo de organigrama para una situación de desastre podría ser (Parada, 2001):
COORDINADOR
DEL
GRIC
• Gestionar los recursos humanos del GRIC (organización de subgrupos, turnos, etc.).
• Participar en la mesa de coordinación operativa y en la planificación de la respuesta
interinstitucional.
• Ser referente para la atención a medios de comunicación.
Los psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales van a realizar tareas de apoyo a los
subgrupos de respuesta. En función de la magnitud del evento, van a poder integrarse en
un subgrupo de respuesta o ubicarse fuera de estos de manera que puedan atender a las
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demandas de más de un subgrupo. Lo ideal es que cada subgrupo cuente con al menos
un psicólogo y un trabajador social. Estos van a realizar las tareas puntuales que por sus
características, exceden la capacidad de respuesta de los agentes de Apoyo Psicológico
(Muñoz, 1998a,b; 1999), o a reforzar la labor de estos.
Los miembros del GRIC pueden o no, ser profesionales de Salud Mental aunque es
condición indispensable que estén capacitados para prestar Primeros Auxilios
Psicológicos (p.e. personal voluntario y de emergencia reciben formación específica en
habilidades de actuación con víctimas). Estos agentes de ayuda van a desarrollar las
tareas directas de apoyo a los afectados, coordinados por un responsable que va a servir
de enlace con el coordinador y contando con el apoyo y orientación de psicólogos y
trabajadores sociales.
Respecto a los recursos materiales que ha de procurarse que existan de manera genérica
(en cualquier operación de acogida tras desastres) estos son:
; Medio de transporte.
; Medios de comunicación entre equipos
; Distintivos de identificación como agentes de ayuda
; Sistemas de recogida de información
; Habitáculos en los escenarios significativos (Sala , habitación o tienda de campaña)
con intimidad. Sillas, y camilla.
; Pañuelos de papel, agua, vasos de plástico, etc. para la facilitación de procesos de
apoyo emocional
; Habitáculo de planificación y descanso.
2. Alarma
Presencia de un servicio que reciba la notificación de la necesidad, la gestione y la
canalice para que los recursos existentes den la respuesta oportuna.
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En la evaluación de la situación, conviene tener en cuenta el carácter del suceso (Páez,
Fernández y Martín, 2001):
Si el hecho ha afectado a un número considerable de personas o ha sido provocado por el
hombre, el impacto va a ser probablemente mayor(...) Algunos hechos pueden ser
particularmente dolorosos para los sobrevivientes como: las condiciones previas que hacen
pensar que se hubiera podido evitar el impacto y no se hizo; muchas personas fueron testigos
de muertes; la forma en que murió mucha gente, golpeada o mutilada(...)
Una vez obtenida la 1ª información se puede decidir sobre las tasas de movilización de
recursos y el nivel al que se van a activar (local, provincial, autonómico o nacional).
3. Aproximación
Desplazamiento y acceso al lugar en el que van a desarrollarse las intervenciones
psicológicas iniciales.
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4. Control
Acotamiento del lugar de trabajo y acceso de personas a los servicios de emergencia que
se van a prestar.
Los tres sectores que se crean en la intervención en el escenario del desastre son:
• Área de Salvamento
• Área de Socorro
• Área de base
ÁREA DE SALVAMENTO
Principios Tareas
Actuación excepcional Contacto y comunicación con atrapados sin
No ingerencia con tareas de rescate posibilidad de asistencia inmediata
Acción reactiva y de consultoría a Orientación al personal de rescate para el
demanda de equipos de rescate, más que acompañamiento de personas en estado de
proactiva shock hasta nido de heridos o PMA
Existencia de condiciones básicas de
seguridad
ÁREA DE SOCORRO
Principios Tareas
Triage psicológico básico, posterior al Triage psicológico básico (observación de
sanitario signos y síntomas, factores de
No ingerencia con tareas de asistencia vulnerabilidad)
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sanitaria Atención en PMA a clasificados verdes y
Atención a clasificados en el triage amarillos por el personal sanitario, hasta su
sanitario como verdes y amarillos (éstos traslado
últimos por indicación o con el VºBº de Gestión de emergencias psicológicas
facultativos médicos) Gestión del acompañamiento de
clasificados verdes al área de base o a otros
lugares
ÁREA DE BASE
Principios Tareas
Proactividad en la asistencia Valoración inicial básica (si no hay
Inmediatez traslado inmediato)
Expectativa de continuidad en la atención Atención inmediata básica a familiares y
gestión del reagrupamiento
Atención de emergencias psicológicas
Enlace con recursos posteriores de ayuda
Además del escenario del desastre, hay otros donde la presencia de los equipos de
apoyo psicológico van a ser tanto o más efectivos (hospitales, centros de acogida de
supervivientes, recepción de familiares, etc.).
Como afirma Cesar San Juan (2001), uno de los puntos clave en la planificación de la
intervención en catástrofes es el establecimiento de un centro de información y logístico donde
se instalen parte de los servicios de asistencia. Pp.21. En este sentido, las funciones de este
centro serían entre otras:
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• La filiación de afectados no hospitalizados (cuya filiación se establecerá en estos
centros) y de los familiares, con el fin de poder hacer un seguimiento posterior.
• Crear un lugar donde los afectados pueden recibir la asistencia necesaria en
condiciones óptimas.
• Establecer un lugar donde pueden personarse los allegados de los afectados y se
facilita el apoyo a estas personas
• Facilitar las tareas policiales y judiciales de identificación, personas “diana” para la
comunicación de fallecimientos, etc. a través de las declaraciones de familiares
afectados
• Evitar la convergencia de allegados en el lugar del desastre en el que se podrían
dificultar las tareas de rescate, búsqueda de personas desaparecidas, etc.
5. Clasificación
Por otra parte, una respuesta demasiado demorada puede provocar sentimientos de
desconfianza o enojo (¿Por qué ahora y no antes?).
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De la mano del momento de la estabilización (apoyo) va el tipo de intervención
prestada. Conviene contemplar la posibilidad de desplegar una intervención multimodal
en la que desarrollar tanto estrategias de Primeros Auxilios Psicológicos como
procedimientos más elaborados llevados a cabo por profesionales como psicólogos,
trabajadores sociales y otros profesionales de referencia cuya participación específica
resulta altamente favorable para el afrontamiento psicosocial del desastre (como
médicos, enfermeras, educadores, etc.). Todo lo anterior, realizado en función de las
necesidades concretas de la situación (p.e. personas con enfermedades crónicas, grupos
de niños supervivientes que han quedado sin cuidado por parte de sus familiares); así
como acercamientos procedimentales a los afectados, tanto individuales como grupales.
Conviene en la medida de lo posible homogeneizar la atención al máximo (p.e. no
mezclar familiares con intervinientes) o atender a grupos con una red de apoyo social
previa (p.e. familias, equipos, etc.).
Las tareas de apoyo que se van a desarrollar en una situación de emergencia o desastre,
van a depender de las características concretas de esta. Si hubiera que destacar las más
frecuentes y/o generales, estas serían:
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- Atender las necesidades básicas que heridos, afectados o familiares puedan
tener en diferentes momentos (al llegar, durante la estancia, al preparar su
marcha o desplazamiento).
- Acompañarles en el proceso de Identificación de cadáveres.
- Facilitarles ayuda en los desplazamientos (hospitales, alojamientos, etc).
- Prestar apoyo emocional en todo momento.
• Enlace con otros recursos. Facilitar el contacto con otros recursos que puedan ser
necesarios para el afectado y que están más allá de las posibilidades y/o
competencias del GRIC.
7. Traslado
Desplazamiento de afectados a lugares significativos para su atención y cuidado
8. Transferencia
Esta fase se refiere a la necesidad de enlace de las personas afectadas, con los recursos
adecuados para la continuación del cuidado o la facilitación de atenciones específicas.
El fin de la intervención inmediata pretende dar paso a otro tipo de procesos dentro del
paraguas de la asistencia a las personas afectadas. En numerosas ocasiones, los hechos
que van a poner punto final a la asistencia inmediata son:
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Las fases de estabilización, traslado y transferencia pueden, en el caso de la
organización del apoyo psicológico en desastres, ser consideradas como fases
transversales, que en ocasiones van a sobreponerse, cruzarse o entrelazarse unas con
otras y que pueden durar horas, días o semanas.
Las funciones realizadas por uno de los equipos de apoyo psicológico tras el atentado
terrorista acaecido en Madrid, en marzo de 2004, fueron (Lillo, Muñoz, Parada, Puerta,
Ramos, Pereira, del Val y Guijarro, 2004):
FUNCIONES REALIZADAS
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• Planificar y coordinar al equipo de psicólogos intervinientes, organizando la
intervención y los turnos de descanso.
9. Informe
Elaboración de informes que recojan la información significativa sobre la intervención
realizada, para proporcionar feedback y facilitar el planteamiento de reajustes de mejora
en servicios, procedimientos, etc.
10. Reactivación
Regreso del dispositivo al estado de alerta
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Durante la fase de estabilización, también puede desarrollarse un tipo de intervención
comunitaria en crisis, diseñada para mitigar los niveles de estrés agudo tras la estela del
desastre, actos violentos y atentados terroristas (Everly, 2001).
Teniendo en cuenta que el CMB debería ser uno de los varios frentes de abordaje del
impacto que la situación crítica ha tenido sobre la población afectada, a continuación se
presentan los pasos de esta intervención:
Fase I:
La primera fase implica la agrupación de las personas que han experimentado el evento
crítico. El agrupamiento y pasos posteriores van a facilitar la transmisión de un espíritu
colectivo y constructivo de afrontamiento tan importante en el proceso de recuperación
de comunidades afectadas (Ayalon, 1993).
Fase II:
Una vez que existe un grupo formado, así como un lugar en el que concentrarse
adecuadamente, el siguiente paso es poner frente a ellos un agente o figura de autoridad
creible que explique los hechos ocurridos.
55
Fase III:
Fase IV:
La fase final del CMB busca promover el afrontamiento proactivo del estrés y la
movilización de estrategias de autocuidado que pueden ayudar a los afectados a mitigar
las reacciones de estrés agudo consecuentes a la situación crítica.
Si no se han atendido previamente, este puede ser el momento de atender las dudas que
los asistentes puedan tener.
Las catástrofes son situaciones críticas y como tales van a suscitar una serie de conductas
de urgencia, distintas a las que pueden observarse en situaciones de normalidad.
56
2. Reacciones inadaptadas. Esperables entre el 20 y el 25% de los sujetos
afectados. Estas conductas pueden ir desde reacciones emocionales intensas (aquí
incluiríamos el pánico de escape, el cual será analizado posteriormente)hasta
comportamientos de agitación, inhibición o estupor, o también conductas negativistas y
oposicionistas.
3. El 50 o 60% restante será altamente influenciable. Se muestran inseguros e
indecisos y actuarán en función de las circunstancias. A esta población se dirigen de
forma preferente los esfuerzos y medidas preventivas. Por otro lado es necesario señalar
que la evidencia empírica al respecto señala que la mayoría probablemente responderá
al desastre con alto grado de racionalidad y altruismo.
Todas estas condiciones nos permiten concluir que si se da una información rápida
completa y eficaz a la población sobre qué esta pasando, que hay que hacer y porqué,
evitaríamos que se produjera este fenómeno y propiciaríamos que se tomen las medidas
oportunas por parte de la población afectada.
57
hacia o con aquellas otras con las que mantengan lazos afectivos y hacia las rutas más
conocidas. Esto supone que las personas preferirán acudir a casa de familiares o amigos
antes que a los refugios públicos establecidos para tal fin. Este será otro de los aspectos
fundamentales en los que habrá que pensar cuando vamos a informar a la población ya
que las personas tenderán a buscar a sus familiares independientemente de si se acercan
más al peligro o no, este será una criterio secundario en su actuación. Por tanto, el hecho
de que una situación peligrosa pueda tornarse en una desastre de proporciones mayores
tiene que ver en parte con el comportamiento de los sujetos y de su comprensión de la
situación. Este tipo de conocimiento psicosocial como se puede apreciar tiene importantes
implicaciones para el diseño, entrenamiento y educación a la población y posteriormente
para la eficaz gestión de la catástrofe.(Puy, A. y Cortés, B)
Por último, también ha sido muy estudiada el tipo de acciones que se llevan a cabo por el
conjunto de la población durante una catástrofe. Los investigadores llegan a la conclusión
de que el tipo de comportamiento mayoritario es el prosocial, es decir destacan la
naturaleza altruista, racional y cooperativa de las acciones.(DGPC. 1989)
58
definitiva es necesario que las instituciones responsables de la gestión de la emergencia
tengan un plan de información. Este plan debe atender a los siguientes aspectos:
Los estudios clásicos que relacionan atractivo del emisor con nivel de impacto y
credibilidad en este caso no son reales; La clave es demostrar competencia.
2. EL MENSAJE. Esta parte del proceso debe cuidarse especialmente valorando la utilidad
e impacto que tendrá en el público. El mensaje debe cumplir una serie de características:
59
desarrollo de la situación. Aun así el caso de lo medios de comunicación tiene pequeñas
variantes que serán tratadas en un capitulo posterior más específicamente.
Debemos retomar aquí las investigaciones sobre sesgos y heurísticos que se plantearon
previamente. Es necesario evitarlos haciendo hincapié en recomendaciones prácticas que
atiendan a aspectos concretos y personalizados. Asimismo se debe evitar el exceso de
información que pueda conducir a efectos no deseados tales como resistencia a la
información o elaboración de contraargumentos.
Debemos insistir en la idea de que el lenguaje a utilizar debe ser sencillo, apropiado a las
circunstancias y libre de retórica y tecnicismos inoportunos. Asimismo el emisor debe
cuidar el lenguaje no verbal el cual puede reforzar la información que se ofrece pero
también contradecirla y en este caso ésta será considerada por el receptor como más
determinante.
Para este tipo de información se elige el momento, el lugar y el grupo receptor y debe
proporcionarse toda la información relevante de manera indicativa y educativa.
60
donde dirigirse si fuera necesario. Todo ello se hará de manera imperativa pero intentando
trasmitir serenidad aliento y confianza.
Una de las relaciones amor / odio que suelen surgir tras situaciones de desastre, es la
que establecen los equipos asistenciales con los medios de comunicación, ya que su
61
labor puede facilitar enormemente, pero también entorpecer, la gestión, en este caso
psicosocial, de las ayudas a la población afectada.
Aspectos positivos:
Aspectos negativos:
62
Respecto al tema del rumor, como afirman Páez, Fernández y Martín (2001) El riesgo
de difusión de rumores es proporcional al nivel de tensión emocional o ansiedad previa,
la cantidad de personas que han propagado el rumor, la incertidumbre general y la
credibilidad del rumor. Todas estas condiciones se dan frecuentemente en las
situaciones de catástrofe. Los rumores, añaden estos autores, no se pueden evitar, pero
si mejorar su gestión y controlar los que puedan tener efectos más negativos en el
comportamiento frente al peligro o la cohesión comunitaria. Por último, proponen unas
pautas que ayudan a esta gestión y control:
1. Facilitar una información veraz y sencilla transmitida de forma coherente por los
diferentes interlocutores
2. Tratar de que la información sea oficial o con alguien que tenga credibilidad. Tener
en cuenta el papel de los líderes locales. Unificar criterios entre los diferentes
actores y medios de comunicación
4. Educación sobre el rumor, analizar las creencias que existen y por qué se dan y
cómo proporcionamos información continua teniendo en cuenta las necesidades de
dar sentido a los hechos y de anticipación a situaciones problemáticas. Recordar que
la información positiva circula más lentamente que la negativa
5. Atender a los diferentes tipos de rumores, y el impacto que pueden tener en las
formas de apoyo (por ejemplo su impacto en la división comunitaria), especialmente
los relativos al manejo de las ayudas o la convivencia con el peligro
Recapitulando sobre lo estudiado en las páginas anteriores, podemos concluir que pese a
que las personas gozan de una gran capacidad de resistencia, esta se ve mermada en
ocasiones ante situaciones de alto impacto, como son los desastres.
63
Ocuparse de prestar una atención psicosocial, junto a otro tipo de atenciones (sanitaria,
material, etc.) cierra el círculo de la atención integral.
Los equipos de apoyo psicosocial pueden desarrollar una amplia cantidad de tareas para
las cuales requieren contar con una serie de actitudes y habilidades que faciliten su
ejecución.
64
BIBLIOGRAFÍA
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65
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66
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Madrid
San Juan, C. (Ed.) (2001): Catástrofes y ayuda de emergencia. Ed. Icaria. Barcelona.
67
ANEXO I
• ¿Qué ha pasado?
• ¿Qué impacto inicial tiene?
• ¿Qué se está haciendo?
• ¿Qué evolución de la situación se prevé?
1. ¿Qué ha pasado?
El proceso que media entre la petición de ayuda y el inicio de la respuesta, pasa por
afinar determinados detalles de información que pueden ser significativos para la
planificación de la acción.
68
Las siguientes preguntas van encaminadas a valorar la severidad del impacto de la
situación crítica:
Intervinientes
Personas afectadas
Pérdidas materiales
69
• ¿Qué necesidades asistenciales hacen priorizar o simultanear la intervención
psicológica inmediata frente a la actuación de aquellas?
• ¿Qué necesidades asistenciales hacen postponer la intervención psicológica
inmediata a favor de aquellas?
• ¿Puede la situación crítica aumentar en los mismos u otros términos en los que
se ha manifestado (Más pérdidas humanas, heridos, daños materiales, etc.)?
• ¿Qué se está haciendo a este respecto?
• ¿Pueden aumentar las necesidades de atención psicosocial? ¿En qué términos?
o Nuevos escenarios de actuación
o Nuevas personas necesitadas de asistencia
o Nuevas necesidades asistenciales __________
Las respuestas a las cuestiones anteriores permiten contar con una fotografía inicial de
calidad suficiente como para planificar el inicio de la respuesta de apoyo psicosocial.
Esta se va a iniciar, teniendo presente la necesidad de contar con información periódica
y actualizada que permita realizar los ajustes oportunos de dicha respuesta, en función
de la evolución de la situación crítica y su impacto.
70
ANEXO II
Introducción
En los últimos años, nuestro país ha vivido situaciones cruentas (accidentes con
múltiples víctimas, desastres y actos terroristas) en los que la salud mental de la
población afectada, se ha visto resentida y así se ha manifestado en los primeros
momentos posteriores al acontecimiento.
La elevada tasa de víctimas primarias y secundarias que las situaciones críticas con
múltiples víctimas y desastres provocan, dificultan la atención de los equipos
asistenciales, quienes habitualmente son significativamente menores en número que las
personas que demandan ayuda.
2
El presente artículo forma parte de uno de los capítulos del Manual “Psicología aplicada a crisis,
desastres y catástrofes”. Ramos, R.; García, A. y Parada, E. Coords. (2006). UNED-Melilla
71
Igual que la asistencia a múltiples heridos precisa del triage en aquellas ocasiones en
que las demandas superan los recursos asistenciales, surge la necesidad de establecer un
procedimiento de triage psicológico a los damnificados por una situación de gran
impacto psicológico (accidentes, desastres, atentados, actos violentos), cuando su
número supera al de psicólogos disponibles para prestar asistencia de urgencia.
La categorización que a partir del triage se otorga a una víctima, se apoya en una
información poco profunda, a partir de procedimientos rápidos de aplicar y en contextos
ambientales con clima de estrés y carga emocional. El rigor en las decisiones a tenor de
lo anterior, no es todo el que sería deseable, si bien compensa con creces, al dirigir el
orden de asistencia hacia aquellas personas que a tenor del triage, más lo necesitan y no
hacia aquellas que una persona no entrenada estimaría que más parecen necesitarlo.
72
• Fase I: Triage y valoración de signos y síntomas para la priorización de la asistencia.
La Fase I o de triage. Únicamente tiene sentido en aquellas ocasiones en las que las
necesidades de atención psicológica exceden los recursos humanos existentes.
Generalmente, el triage se realiza cuando los psicólogos establecen el primer contacto
físico con la población afectada,
Este procedimiento no tiene por qué ser el único que permite realizar esta labor (p.e. en
situaciones sin acceso físico inmediato a las víctimas, la orientación a equipos
multiprofesionales a través de medios como el telefónico).
La Fase II es una fase que pretende establecer sobre la base de algunos indicadores
conocidos, el riesgo de un desarrollo posterior de trastornos y conductas
psicopostraumáticas características. En este sentido, resulta interesante el protocolo
desarrollado por Lorente (2003).
La fase II se lleva a cabo al establecer el primer contacto con los afectados, siempre y
cuando no haya sido necesario llevar a cabo el triage psicológico. En caso en que así
hubiera sido, la fase de evaluación inicial de afectados se llevará a cabo en el momento
en el que se dispone, una vez priorizada la atención y gestionadas las situaciones de
emergencia psicológica (no de urgencia), de un tiempo y un contexto en el que esta
evaluación resulta funcional (tiene sentido).
73
En esta fase, es importante recordar la normalidad de las reacciones de estrés agudo que
las personas afectadas pueden presentar en las horas y días siguientes a la situación
crítica. Emplear demasiado pronto, herramientas de evaluación psicopatológica pueden
hacernos diagnosticar erróneamente psicopatologías, en personas que manifiestan
reacciones que pueden ir disminuyendo en frecuencia e intensidad en los días o semanas
siguientes, incluso sin intervención psicológica alguna.
Para llevar a cabo una adecuada clasificación de víctimas, ésta debe contar con una serie
de características (Álvarez Leiva, 2002):
- En sentido anterógrado: sin volver hacia atrás hasta haber examinado a todos
74
Las personas son clasificadas en tres categorías según los signos y síntomas, los cuales
nos darán el nivel de prioridad de atención que se otorga a la persona.
Los criterios utilizados para priorizar unos signos y síntomas sobre otros son
básicamente:
1.- Alta prioridad: ROJO. Necesidad emergente de atención según signos y/o síntomas
psicopatológicos o psicodisfuncionales, traslado e intervención psicológica.
3.- Baja prioridad: VERDE. La persona, pese a estar afectada, puede a priori ver
demorada su atención frente a otros afectados a tenor de su comportamiento funcional
en esa situación.
Por su sencillez, inmediatez y bajo coste, se nos ocurre proponer, con cautela y sin
descartar formas mejores, el empleo de etiquetas adhesivas de fácil desprendimiento y
alta adherencia (p.e. similar al tejido de esparadrapo), que se puedan colocar en el pecho
de la persona afectada.
75
Prevemos que en los afectados catalogados como “rojos” serían los que más dificultades
presentarían para ser físicamente etiquetados, aunque por otra parte, son aquellos que en
el momento de ser clasificados, necesitan contención y/o acompañamiento inmediato,
de manera que la “etiqueta roja” la constituiría el propio agente de ayuda que se asigne
para dicha tarea.
76
TRIAGE BÁSICO
ROJO AMARILLO VERDE
Alta prioridad de atención Media prioridad de atención Baja prioridad de atención
• Pérdida del control de impulsos • Inmovilidad o inquietud neuromuscular • Síntomas confusionales que no intervienen
(comportamiento autoagresivo o (inmovilidad física psicógena o voluntaria). en conductas normales adaptativas.
heteroagresivo) • Alteración de la memoria sobre aspectos de • Alteraciones emocionales leves en
• Presencia de sintomatología de tipo la situación traumática. intensidad
psicótico activa, objetivable o referida • Alteraciones cognitivo-emocionales agudas • Crisis de ansiedad leves
por/en el paciente. e intensas • Ausencia de pérdidas personales /
• No ser capaz de seguir instrucciones de los • Distorsión en la percepción temporal. materiales
profesionales (por gravedad de signos y • Ideas de autodestrucción.
síntomas disociativos: aturdimiento, • Estados de disociación que permiten seguir
embotamiento, amnesia disociativa). instrucciones de los profesionales.
• Conocimiento de la existencia en el • Pérdidas personales objetivadas o no.
momento de la situación crítica, de un
estado psicológico o psiquiátrico que
dificultan o ponen en grave riesgo la
autonomía e integridad de la persona
afectada o de terceros.
77
Clasificación Roja.
Se van a incluir en esta categoría los que presenten signos y síntomas a encuadrar en:
1) Inmovilidad neuromuscular:
1. Inhibición psicomotriz: Ausencia de actividad motora caracterizada por la
presencia de estupor, mutismo, negativismo y rigidez muscular.
2. Bradifisia o taquifisia
2) Alteración amnésica:
1. Pérdida de la función de fijación (disfunción de la memoria reciente)
caracterizada por la incapacidad para recordar la información inmediatamente
anterior o posterior al suceso (amnesia retrógrada / anterógrada y paramnesias).
3) Alteraciones cognitivo-emocionales:
1. Verbalización de sentimientos de abandono, desesperanza, indefensión,
síndrome del superviviente, miedo a morirse, etc.
2. Alteración de la afectividad: Estado de ánimo mantenido y persistente
caracterizado por afecto (respuesta emocional) inapropiado al contexto
(paratimia), cambios bruscos ante estímulos banales (labilidad emocional) y
embotamiento afectivo.
4) Desorientación temporal:
1. Desorientación autopsíquica: Pérdida de la referencia personal caracterizada por
no saber quién es y cómo se llama.
5) Autoagresividad:
1. Personas agresivas: Pérdida de control caracterizada por agresividad verbal.
6) Estados de disociación:
79
1. Alteración del pensamiento: Alteraciones del curso del pensamiento
caracterizados por la aceleración (taquipsiquia, fuga de ideas), interrupción
(bloqueo de pensamiento) y falta de sentido global del discurso (disgregación).
2. Alteraciones sensoriales: Visuales, sensaciones corporales extrañas.
7) Pérdidas personales:
1. Sujetos que han perdido algún ser querido en esa situación crítica
Clasificación verde:
1) Síntomas confusionales:
2) Alteraciones emocionales:
3) Crisis de ansiedad:
80
1. Cortejo de síntomas somáticos y neurovegetativos.
4) Ausencia de pérdidas:
1. Personales
2. Materiales
Las personas clasificadas como verdes, van a recibir una atención psicológica demorada
y no urgente, pero similar en términos generales, a la que recibirán los clasificados
naranjas.
Recapitulación
Cabe añadir por último, la necesidad de aprehender y trabajar con soltura en las labores de
triage. En este sentido, la formación y el entrenamiento en situaciones simuladas puede
ser un elemento altamente útil para la capacitación de los profesionales que lo van a
realizar.
81
Referencias bibliográficas
Everly, G.S. Jr. (1999): Toward a model of psychological triage: Who will most
need assistance? International Journal of Emergency Mental Health. 3, 151-154.
82
- ANEXO III -
Primeros Auxilios
Psicológicos
Primeros
Auxilios
Psicológicos
PRIMEROS AUXILIOS
PSICOLÓGICOS
Primeros
Auxilios
Psicológicos
TU GUÍA DE APOYO
Durante las próximas horas vas a trabajar en un entorno en el que puedes encontrar
personas en estado de crisis.
83
RECUERDA: ¿QUIÉN SE VE AFECTADO?
El impacto de una situación crítica puede llegar a expandirse entre diversos círculos o
niveles de afectados:
Nivel 1: Personas que
experimentan directamente el
incidente.
FISIOLÓGICAS COGNITIVAS
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MOTORAS AFECTIVAS
- Shock emocional
- Aumento del tiempo de - Tristeza
reacción - Irritabilidad
- Alteraciones en la coordinación - Ira
- Imprecisiones en el - Negación
comportamiento - Embotamiento
- Precipitación en las acciones - Ansiedad
- Bloqueo (paralización) - Culpabilidad
- Gestos motores inadecuados o - Aprehensión
innecesarios (tics, - Indefensión
estereotipias, etc)
- Recurrencia a antiguos hábitos
automáticos e inadecuados
T t d i i ió b l
TUS
HABILIDADES TU EMPATIA Y TU
BÁSICAS CAPACIDAD DE
VAN A SER
ESCUCHA ACTIVA
85
RECUERDA: COMO ESTRATEGIA GENERAL
• Haz y motívala a hacer cosas que ayuden a relajarse (p.e. tomar una bebida
caliente).
86
RECUERDA: ES PRECISO QUE TAMBIÉN TE OCUPES DE TI
Sé consciente de tus
capacidades ANTES
Provéete de toda la
información relevante
pos i bl e
Recupérate
Ten presente dos ideas fundamentales:
físicamente
“No me ha pasado a mí”
(descanso,
"Yo no he tenido responsabilidad en el
rehidratación,
acontecimiento de esta situación”
etc)
Evita luchar
DESPUÉS contra
pensamientos,
Evita apoyarte imágenes o
Participa en los en hábitos pesadillas
procesos de nocivos
facilitación (alcohol,
grupal drogas)
(debriefing)
87