Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
La edición 333 como lo dice su editorial, José Cabrera, representa media bestia por ende
lo hace un número especial al acercarse al 666. La edición 347 puede caer en lo rutinario
y monótono pero, no deja de ser hijo del monstro, del miedo a lo desconocido que invade
la ignorancia de cada ser cuasi letrado. La sección enfoque escrita por el periodista Jorge
Hernández, en esta ocasión, nos habla de lo que el miedo no nos deja entender y, cada
estadio de la historia de nuestra sociedad trae su propio monstro.
Pero según María Fernanda Ampuero, escritora de la sección primera línea. Me atrevo a
decir que el miedo data en los libros que leemos o quizás en los que no leemos y, que
configuran nuestra identidad, lo que somos. La editorial del número 347 evidencia al
miedo que el poder le tiene a los medios de comunicación porque son capaces de eliminar
la autenticidad de obras consideradas únicas por políticos “honestos”. Hernández cita a
Guillermo del Toro por su película la forma del agua “la idea para mi es que dentro de lo
monstruoso esta lo bello y dentro de lo normal esta lo monstruoso”.
Si leemos a Sade, Henry Miller, las edades de Lulú de Almudena Grandes, para aquella
alma que vive vendada los ojos, miedo, resultaría escandaloso encontrase con la mirada
sensual de un lector apasionado. Esto nos convierte en anormales, monstros, los
incomprendidos de la sociedad. Pero no nos victimicemos, ¿Qué hay del inmigrante, del
religioso, del glbtiq? Ellos crean miedo e intolerancia para los normales civilizados. Por
ello la literatura es la única capaz de dibujar, hacer arte e invadir la mirada para manipular
el recuerdo y las concepciones de un aura, que gracias a la piratería se ha logrado
desmitificar las conciencias del siglo XII.
El suplemento cartón piedra creado por diario el telégrafo ayuda, sin duda, a revalorizar
nuestra cultura, sus contenidos, sus expresiones las cuales muchas veces rayan en el
abandono de lo cotidiano, de lo que ya no nos sorprende, de lo que pasamos por alto sin
entendimiento alguno.
El ritual de cartón piedra a lo largo de sus ediciones nos lleva a contemplar la importancia
de la política y la tradición. Todo cambia lo canta Mercedes Sosa y, el suplemento
presenta esta variación entre un enfoque y otro entre un acoso textual y otro y ni hablar
de un editorial y otro. Esta variabilidad, considero yo, es el clímax de cartón piedra. Al
igual cuando vamos en el vagón 204 y la ilusión, el romanticismo y la perdida de
objetividad periodística nos enloda en suspiros interminables.
Cartón piedra permitido a sus lectores pasar del valor de culto, donde solo el 1% de la
población tiene acceso al arte, a la cultura y a letras de gran calibre, donde solo aquellos
nacidos en cunas de oro pueden tener la posta del conocimiento. Cartón piedra ha pasado
al valor de exhibición, permitiendo que el 99% frente a ese 1% tenga acceso total al
conocimiento critico de lo que llamamos y entendemos por cultura.