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INTRODUCCIÓN

El desgarro muscular se define como una lesión traumática en la que existe un desgarro
parcial o completo de un mayor o menor número de fibras musculares. Además de verse
afectadas las fibras musculares, también pueden verse afectadas las estructuras
circundantes como el tejido conjuntivo que las rodea o los vasos sanguíneos.

La afectación de los vasos sanguíneos nos va evidenciar que va a existir un hematoma en


la zona afectada. Viéndose afectado los vasos sanguíneos se verá afectada la nutrición del
músculo, así como la eliminación de desechos de la actividad muscular.

Habitualmente los músculos que se ven más afectados son los músculos de las
extremidades (más incidencia en las inferiores), y en los músculos de la espalda. Siendo
más habitual en músculos poliarticulares o con una estructura compleja. Un calentamiento
insuficiente o inexistente, aumenta las posibilidades de sufrir una lesión de este tipo, o
bien, un entrenamiento con cargas sin una supervisión correcta.

Las distensiones musculares son frecuente en aquellos deportes que existen movimientos
explosivos, como el fútbol, atletismo, etc. Un cambio de ritmo brusco en la carrera, un
golpeo al balón, una batida de salto, son movimientos en los que el músculo puede verse
afectado con esta lesión.

El mecanismo de lesión:

este tipo de lesiones se produce cuando existe una sobre carga dinámica sobre el
segmento implicado en un movimiento, habitualmente durante una contracción muscular
excéntrica. Por tanto la causa frecuente es una contracción muscular violenta con un
estiramiento simultáneo. Su localización frecuente es en la unión miotendinosa, aunque
también puede darse en el propio vientre muscular.

Exploración clínica:

Lo primero que deberíamos hacer con nuestro deportista a nivel de urgencia deportiva en
el terreno de juego sería aplicar hielo en la zona afectada, y llevarlo a un centro médico
para realizar la correspondiente prueba diagnóstica por imagen.

Toda información para la anamnesis en la lesión de un deportista de élite es de gran valor.


El propio deportista es quien nos puede dar una gran cantidad de datos de gran valor:
técnica realizada o movimiento de la lesión, situación ambiental, estado anímico durante la
práctica deportiva, etc.

La localización exacta de la lesión y el mecanismo de la lesión son factores importantes


para una correcta elaboración de un tratamiento, y su posterior éxito.
Para realizar un correcta exploración deberemos analizar el segmento implicado en todas
las posiciones posibles (supino, prono, bipedestación, sedestación, etc.). Es importante
también el análisis de estructuras circundantes a la principalmente implicada

Protocolo:

o Inspección visual: tanto en reposo como al solicitar las acciones que


veamos convenientes para la exploración. Pondremos especial cuidado a
la hora de solicitar ciertas acciones,ya que éstas podrían empeorar el
estado de la lesión.

o Palpación: realizar una palpación exploratoria completa del músculo


afectado, teniendo en cuenta posibles molestias por la propia presión
ejercida o por la propia tumefacción existente.

La distensión o desgarro muscular se clasifica según su gravedad en tres grados:

 Grado 1 o leve: existe un estiramiento o rotura de alguna fibra muscular. El


deportista experimenta una molestia ligera y una tumefacción mínima, pero
manteniendo una movilidad completa. Es posible que en este grado el deportista
no sea consciente de la lesión cuando se produce, y lo sea sin embargo después
de la actividad física o incluso al día siguiente. Esta afectación requiere tratamiento
conservador.

 Grado 2 o moderado: en este grado existe una rotura moderada de fibras del
músculo y del tendón. La palpación en la zona afectada es dolorosa. Presencia de
tumefacción y con una pérdida de movilidad. Además puede verse afectada la
marcha si la lesión se ha producido en el miembro inferior. El deportista
habitualmente suele abandonar la actividad deportiva en el momento de la lesión.
Esta afectación requiere tratamiento conservador.

 Grado 3 o grave: en este grado presenta la rotura completa del vientre muscular,
de la unión miotendinosa o de la inserción del tendón. A la palpación se aprecia un
defecto notable y amplio en la fibra muscular. Existe menos capacidad de
movilidad y carga si es en miembros inferiores que en el grado 2, habiendo un
dolor más intenso que en los grados precedentes. Presencia de un edema
importante.
DESGARRO MUSCULAR

El desgarro muscular es la lesión del tejido muscular que va acompañada de


hemorragia provocada por la rotura de los vasos sanguíneos que recorren el
músculo afectado, provocando un dolor muy intenso que impide contraerlo.

Sucede por una super elongación (exceder al músculo más allá de su


capacidad de estiramiento), por una contracción brusca (veloz), o por realizar
un esfuerzo superior a la capacidad biológica de resistencia a la tensión.

No debe confundirse con "esguince" o torcedura, que es la lesión de


los ligamentos (tejido elástico que mantiene juntos los extremos óseos en
una articulación).

Qué son.

Son roturas del tejido muscular, más o menos extensas (la gravedad depende
del área afectada). Puede ocurrir en cualquier músculo, pero de cara a la
práctica de las artes marciales, la bestia negra en todas aquellas en las que se
dán patadas altas es la rotura de los musculos de la cara interna del muslo (el
famoso estirón). En la figura se muestran los musculos candidatos más
probables a sufrir roturas. En cuanto a disciplinas, los practicantes de Karate,
Tae Kwon Do, y estilos similares son los más propensos.

ACERCA DEL DESGARRO MUSCULAR

El desgarro muscular (también denominado tirón muscular) se produce cuando


un músculo o un tendón (el tejido resistente que une el músculo con el hueso)
se estira demasiado o se rompe. Por lo general, el desgarro muscular ocurre
durante el ejercicio o las actividades deportivas. También puede ocurrir al
levantar objetos pesados.

El desgarro muscular suele producirse en las piernas o en la parte baja de la


espalda. Los músculos que se lesionan con mayor frecuencia son los
siguientes:

 Músculos de la pantorrilla – un desgarro de la pantorrilla es una rotura


de los músculos posteriores de la parte baja de la pierna. La función de
los músculos de la pantorrilla es ayudar a levantar el talón.

 Cuádriceps – un desgarro del cuádriceps es una rotura de los músculos


delanteros del muslo. La función principal del cuádriceps es ayudar a
enderezar la rodilla.

 Músculos isquiotibiales – un desgarro de los músculos isquiotibiales es


una rotura de los músculos posteriores del muslo. La función principal de
los músculos isquiotibiales es ayudar a flexionar la rodilla.

 Músculos paravertebrales – un desgarro lumbar o en la parte baja de la


espalda es una rotura de los músculos de la parte baja de la espalda. La
función principal de los músculos paravertebrales es sostener la columna
vertebral y soportar el peso de la parte superior del cuerpo.

Factores de riesgo[

Sedentarismo: debilita la estructura conjuntiva del músculo.

 Desnutrición, debilita la capacidad contráctil de las fibras musculares (se


adelgazan).

 Circulación arterial y venosa deficiente: incapacidad de aumento de


irrigación ante la exigencia del ejercicio físico, lo cual fatiga al músculo por
falta de oxígeno y por acumulación de ácido láctico.

 Ciertas enfermedades del metabolismo: por ejemplo, diabetes.


 Realizar ejercicio físico o práctica deportiva sin el debido precalentamiento
(que lo previene aunque no anula su ocurrencia), de modo que es más
probable que se produzca al principio de dichas actividades.

 Situación traumática como una super-elongación, sobre-esfuerzo, o


continuar un esfuerzo intenso o prolongado aún con signos de fatiga
muscular.

Síntomas

Dolor repentino, agudo e intenso pero momentáneo, acompañado


generalmente de un hematoma.

En los casos más graves (al desgarre total del músculo) se produce un
hematoma muy extenso e inflamación más pronunciada, que inmoviliza la
región afectada que se experimenta como una parálisis temporal (contractura
de musculación vecina a la lesión). Si el dolor es muy intenso -aunque es poco
frecuente- puede aparecer un componente de shock, con mareo y sudor frío.

Al momento de producirse se siente un dolor como de puñalada o una punzada


y se puede escuchar un chasquido, Limitación muscular funcional.
Signos: Tumefacción, la zona desgarrada se hincha y tumefacta por edema y
hemorragia, Signo clínico de depresión, al pasar los dedos se nota un agujero
en la zona.

Exámenes de laboratorio: adicionalmente a los signos que el médico puede


observar en el paciente y los síntomas que este percibe, se puede realizar un
diagnostico complementario con la ayuda de la tecnología, proyectando
imágenes de la zona afectada, podemos mencionar tres exámenes utilizados
para este fin:

Ultrasonidos y ultrasonidos de alta resolución

Resonancia magnética nuclear

Tratamiento

El tratamiento normalmente incluye1 :


 Reposo: No se deben hacer actividades que causen dolor, si el andar
normal lastima, se debe reducir su duración. No se deben practicar
deportes hasta que el dolor haya desaparecido.

 Frío: Se puede aplicar hielo en el área lastimada, de 15 a 20 minutos cuatro


veces al día, durante varios días después de la lesión. No se debe aplicar el
hielo directamente en la piel. Para evitar que se extienda el hematoma y
reducir la inflamación.

 Medicamentos antiinflamatorios sin esteroides: Estos ayudan a aliviar el


dolor. Para retomar la actividad física normal se debe evaluar la respuesta
muscular luego de abandonar la medicación para evitar el
"enmascaramiento" (cuando la medicación oculta los síntomas).

 Calor: El uso de calor debe restringirse únicamente para cuando se esté


regresando a la actividad. Posteriormente se lo puede usar antes de hacer
el calentamiento para el ejercicio.

 Estiramiento: Cuando el dolor agudo ha desaparecido, se debería


comenzar con un estiramiento ligero, hasta donde el dolor lo permita. Se
debe sostener cada estiramiento durante 10 segundos y repetir hasta 6
veces y hasta 4 veces al día. En general ante la persistencia de dolores
fuertes, se recomienda no proseguir exigiendo la parte afectada con más
ejercicios o movimientos, ya que se puede lesionar aún más la zona y
dejarla incapacitada por varios meses.

 Tratamiento: el tratamiento común para cualquier tipo de desgarre


muscular, es la terapia conocida como RICE (del ingles rest, ice,
compression, elevation) reposo, aplicación de hielo al producirse la
lesión , compresión con venda y elevación del miembro.
 En este tipo de tratamiento la duración de cada etapa varia dependiendo
la gravedad del desgarre.
 Tratamiento de Terapia Física: si bien es cierto el tratamiento RICE que
se menciono anteriormente es el mas utilizado, los terapeutas físicos
hacen provecho de otras técnicas para tratar la lesión dependiendo de la
gravedad de la misma.
A continuación se muestran tres tablas con el tratamiento de terapia
física que se puede aplicar en desgarres según su gravedad.
 Grado 1 o leve
 Días 1-3 Compresión, Hielo, Elevación, Movilización activa,
Entrenamiento isométrico, tens.
 Días 4-7 Entrenamiento en piscina, estiramientos sin dolor,
potenciación isotónica (comenzando con pesos ligeros a más pesados y
primero con acciones concéntricas a excéntricas), ejercicios funcionales.
 Día 8 Entrenamiento isocinético (desde velocidades angulares
rápidas a lentas y desde acciones concéntricas a excéntricas),
entrenamiento pliométrico, ejercicios específicos del deporte practicado.
 Grado 2 o moderado
 Días 1-3 Compresión, Hielo, Elevación, Movilización activa indolora,
Marcha con muletas.
 A partir del día 4 Entrenamiento isométrico indoloro.
 A partir del día 7 Entrenamiento en piscina, estiramientos indoloros,
potenciación isotónica (comenzando con pesos ligeros a más pesados y
primero con acciones concéntricas a excéntricas), ejercicios funcionales.
 A partir de la segunda semana Entrenamiento isocinético (desde
velocidades angulares rápidas a lentas y desde acciones concéntricas a
excéntricas), entrenamiento pliométrico, ejercicios específicos del
deporte.
 Grado 3 o grave
 Días 1-3 Compresión, Hielo, Elevación. Marcha con muletas.
 A partir del día 4 Electroestimulación muscular.
 A partir del día 7 Movilización activa indolora, Entrenamiento
isométrico indoloro.
 A partir de la segunda semana Entrenamiento en piscina,
estiramientos indoloros, potenciación isotónica (comenzando con pesos
ligeros a más pesados y primero con acciones concéntricas a
excéntricas), ejercicios funcionales.
 A partir de la tercera semana Entrenamiento isocinético (desde
velocidades angulares rápidas a lentas y desde acciones concéntricas a
excéntricas), entrenamiento pliométrico, ejercicios específicos del
deporte.
Pronóstico: el tiempo aproximado de recuperación de un desgarre
muscular varia según la gravedad del mismo, en la siguiente tabla
podemos observar el tiempo en el que el paciente puede retornar a sus
actividades normales.
 Grado Tiempo aproximado
 Grado 1 o leve 8 a diez días
 Grado 2 o moderado Dos a tres semanas
 Grado 3 o grave Tres semanas a un mes

El tratamiento mas común y el mas aplicado para desgarres musculares, es la


terapia que se conoce como RICE, (del ingles rest, ice, compression,
elevation), consiste en guardar reposo, aplicar hielo inmediatamente después
de producirse la lesión, comprimir con una venda la zona afectada y, por último,
elevar el miembro lastimado.

En este tipo de tratamiento la duración de cada etapa varía según la gravedad


del desgarre.

Existen 3 tipos de grados de desgarres

grado 1 o leve,

 grado 2 o moderado,

 grado 3 o grave.

El tiempo aproximado de recuperación es: Grado 1 o leve de 8 a diez días,


Grado 2 o moderado de dos a tres semanas, y grado 3 o grave de tres
semanas a un mes.

Tipos de Desgarro Muscular

 Desgarro Parcial - Es la rotura de algunas fibras musculares, no todo el


músculo ya que se rompen homogéneamente no en forma dispareja.

 Desgarro Total - Es la rotura de la mayoría de las fibras musculares.


Desgarro en aductor de pierna

Este es uno de mis primeros articulos de temas de salud, y terapia fisica, trata
el tema de los desgarros musculares de una forma clara y sencilla, trata de
explicar que es desgarro muscular, causas, tipos , tratamientos , espero que les
sea de utilidad.

Definición: un desgarro muscular o tirón muscular es una rotura parcial o


completa de las fibras musculares a causa de un fuerte impacto ( lesión
traumática) . Además de verse afectadas las fibras musculares, también
pueden verse afectadas las estructuras circundantes como el tejido conjuntivo
que rodea los vasos sanguíneos.

Epidemiología: entendemos como epidemiología, las estadísticas de una


enfermedad, en el caso de los desgarros musculares podemos decir que estos
se presentan tanto en músculo sano, como en músculo enfermo.
En músculo sano se presenta en cualquier tipo de persona, por lo general en
deportistas, tanto elites como aficionados.

En músculo enfermo, so n los músculos afectados por alguna patología que


debilita las fibras musculares, ejemplo infecciones. También pueden darse por
rotura degenerativa debido al uso del músculo, estos se presentan en
población de mayor edad.

Habitualmente los músculos que se ven más afectados son los músculos de las
extremidades (más incidencia en las inferiores), y en los músculos de la
espalda. Siendo más habitual en músculos poliarticulares o con una estructura
compleja.

Etiología: tenemos varias causas que producen un desgarro muscular, a


continuación se enumeran las más comunes:
Traumatismo una de las principales causas, especialmente en deportes de
contacto.

Mal esfuerzo o fatiga muscular intensa, más que todo en la practica deportiva y
es cuando se excede temporalmente el uso del músculo.

Una mala circulación sanguínea (tanto venosa como arterial), ocasiona que
durante el ejercicio el músculo no recibe el aporte suficiente de flujo sanguíneo
con lo que las sustancias de desecho no se eliminan adecuadamente; ello
implica a su vez una posible “intoxicación” del propio músculo.

Mala preparación previa del músculo no realizar o realizar de forma incorrecta


ejercicios de calentamiento, estiramientos o incluso masoterapia antes de la
actividad física.

Sedentarismo, en personas sedentarias se debilitan las fibras musculares


haciéndolas mas propensas a sufrir un desgarro.

Desnutrición, que debilita la capacidad contráctil de las fibras musculares,

Enfermedades, como por ejemplo la diabetes.

Clasificación: tradicionalmente se han clasificado los desgarres musculares, por


su gravedad, esta es la clasificación que todos hemos escuchado; sin embargo
algunos autores difieren de está, ya que consideran que es un poco ambigua y
con la ayuda de la tecnología específicamente el ultrasonido de alta resolución,
han desarrolla una clasificación en base a las características del desgarre, a
continuación se presentan ambas clasificaciones, por gravedad o por
características.

Desgarro muscular según su gravedad:

Grado 1 o leve: existe un estiramiento o rotura de alguna fibra muscular. La


persona experimenta una molestia ligera y una tumefacción mínima, se
mantiene una movilidad completa.

Grado 2 o moderado: en este grado existe una rotura moderada de fibras del
músculo y del tendón. La palpación en la zona afectada es dolorosa,
tumefacción y una pérdida de movilidad.
Grado 3 o grave: en este grado presenta la rotura completa del vientre
muscular, de la unión miotendinosa o de la inserción del tendón. A la palpación
se aprecia un defecto notable y amplio en la fibra muscular. Existe menos
capacidad de movilidad y carga que en el grado 2, dolor más intenso que en los
grados precedentes.

Desgarrollo muscular según sus carácterísticas:

Desgarro miofascial: comprende dos elementos anatómicos, la fascia o


aponeurosis y, las fibras musculares periféricas.

Desgarro fibrilar: generalmente es una lesión de tipo lineal muy fina, de ahí su
nombre, con una longitud variable, pero con un grosor que no debería exceder
los 2 mm. Ocurre en el espesor de la musculatura.

Desgarro multifibrilar: variante del anterior, de mayor importancia clínica.


Consta de varias lesiones lineales.

Desgarro fascicular: es una lesión de mayor trascendencia, puede ocurrir en el


espesor del músculo o en su periferia, donde se acompañan de compromiso
fascial, presenta hematoma.

Desgarro total: son todas lesiones graves que dejaran algún grado de pérdida
de la función, desbalances musculares y grandes cicatrices. Comprenden
desde un grueso segmento hasta todo el espesor del músculo.

Adherenciolisis: apertura de la cicatriz, o redesgarro, generalmente parcial y


que ocurre siempre en la zona periférica del desgarro.

Clínica: en este apartado nos referiremos a los signos y síntomas que se


presentan en un desgarre muscular entendiendo por síntomas, a los cambios
subjetivos corporales que no son evidentes al observador y por signos, los
cambios objetivos que un médico puede observar o medir.
Ecografía

Síntomas.

Dolor repentino, agudo e intenso (cualquiera que lo haya sufrido alguna vez lo
identifica inmediatamente: parece una puñalada), localizado en un punto muy
concreto. Desde el momento en que se produce resulta muy doloroso, cuando
no imposible, hacer cualquier movimiento con ese músculo.
En los casos leves (roturas pequeñas), el dolor es la única señal. En casos más
graves (desgarro de todo un músculo), se produce también un hematoma
bastante aparatoso, debido a la hemorragia interna. Si el dolor es muy intenso
puede aparecer un componente de shock, con mareo y sudor frío, pero esto es
menos frecuente.

Qué los causa.

Causas directas:

Las causas generales son contracciones violentas del músculo, o estirones


súbitos y bruscos. También se puede producir cuando se somete a éste a una
carga excesiva cuando está fatigado o no se ha calentado lo suficiente. Los
músculos que han sufrido recientemente lesiones de cualquier tipo, que aún no
están curadas del todo, tienen también bastantes posibilidades de sufrir una
rotura. Causas externas, como golpes o caidas, también pueden originar esta
lesión.

Causas indirectas:

La sudoración origina pérdida de líquidos y sales en el organismo. Los


músculos van perdiendo elasticidad al perder hidratación, por lo que tras un
ejercicio prolongado aumentan las probabilidades de sufrir tirón.

Otro factor que aumenta las posibilidades es tener agujetas. Si no se calienta lo


suficiente como para "fundirlas", el musculo tiene en su interior pequeños
cristales de ácido láctico, lo que en la práctica resulta como tener alfileres
dentro del músculo. Un movimiento que en condiciones normales (músculo sin
agujetas) no causaría problemas, puede hacer que estos cristales corten
pequeños haces de fibras. Puede ocurrir en todo el cuerpo, pero principalmente
lo sufren los abdominales inferiores (en especial, al día siguiente de una sesión
particularmente intensa de flexiones).

En Artes Marciales:

Lo dicho anteriormente se refiere a roturas musculares en general, y pueden


suceder en cualquier músculo del cuerpo. Referente a los músculos de las
piernas antes indicados, hay dos causas principales:

 Mal entrenamiento de la elasticidad.


 Intentar dar patadas laterales o circulares lo más alto posible, sin tener
en cuenta nuestras limitaciones físicas.

Esto se explica con más detalle al final de la página, al hablar de la prevención


y lo que no se debe hacer.

Qué se debe hacer cuando ocurre: Primeros auxílios y convalecencia.

Mucha gente, si el estirón no es muy doloroso, se limita a interrumpir el


entrenamiento por ese día (incluso algunos continuan la clase). Esto es una
"machada" que no tiene sentido. Un estirón mal curado puede hacerte perder
en 5 minutos la elasticidad conseguida con mucho esfuerzo durante meses de
entrenamiento. Y además queda una lesión mal curada, que puede repetirse
más adelante. Es mejor "perder un poco de tiempo" en el momento, y tomarse
el descanso necesario, antes que echar a perder muchos meses de trabajo.
Esto es lo que hay que hacer:

 Lo primero de todo, aplicar hielo sobre la zona dolorida. A veces no es


posible tener hielo en el gimnasio, por lo que se tratará de enfriar el
músculo lo mejor posible (toallas empapadas en agua fría, una lata de
refresco si hay una máquina dispensadora, lo que sea... lo más frío que
se encuentre). Esto reducirá la inflamación y disminuirá o cortará la
hemorragia si existe. Ha de mantenerse el frío durante unos 10 o 15
minutos.

 Colocar un vendaje compresivo alrededor del muslo y hasta la ingle. En


todos los gimnasios debería de haber un botiquín, y contener vendas
elásticas (las que no se estiran no sirven). Después de unos 20 minutos
se quita el vendaje, se deja descansar 5 minutos, y se vuelve a poner.

 No se debe aplicar calor. Esto aumenta la hemorragia.

En estirones leves (la grán mayoría) esto es suficiente. Además, por supuesto,
de reposar al menos una semana, antes de reanudar el entrenamiento (y por
supuesto, abstenerse de dar patadas altas en un par de semanas más). No hay
que tener prisa por entrenar al día siguiente, a la larga se ahorra tiempo y
problemas con un descanso que permita la curación. El que puedas salir por tu
propio pié del gimnasio, 20 minutos después del estirón, no significa que no
haya pasado nada.
Los casos más graves son muy fáciles de identificar: la persona lesionada no
puede ni caminar, y el dolor apenas se reduce después de usar el hielo y las
vendas. Esto ya sale del ámbito de estas páginas: manteniendo el vendaje y
procurando no mover ni tocar la zona dolorida, se debe acudir al médico. De
entrada se puede anticipar que la recuperación será larga, así que conviene
tomarselo con calma y obedecer las instrucciones que dé el traumatólogo.

Aunque no se llegue al extremo de no poderse mover, si 24 horas después


continúa la inflamación y el dolor fuerte, conviene ir al médico (atención:
dolor fuerte. Es normal tener la zona ligeramente dolorida durante un par de
días).

Cómo tratar un desgarre muscular

El desgarre muscular es una ruptura parcial o total de las fibras musculares, las
cuales son causadas por un fuerte impacto o lesión traumática. No sólo las
fibras musculares se ven afectadas sino todo lo que las rodea como el tejido
conjuntivo que envuelve los vasos sanguíneos.

Existen varias causas que pueden producir un desgarre muscular, las más
comunes son :

 Fatiga muscular intensa, es causada cuando en la práctica de deportes


se excede el uso del músculo.

 Sedentarismo, en las personas que tienen este ritmo de vida, se


debilitan las fibras musculares y quedan más expuestas a sufrir un
desgarre.

 Una de las principales causas es el traumatismo, fundamentalmente en


deportes de contacto.

 La desnutrición, debilita la capacidad contráctil de las fibras musculares.

 La mala circulación, causa que el músculo no reciba, durante el ejercicio,


el aporte suficiente de flujo sanguíneo por lo tanto que las sustancias de
desecho no se eliminen adecuadamente; esto implica una probable
intoxicación del músculo.
 Ciertas enfermedades, como por ejemplo la diabetes.

 Mal acondicionamiento del músculo antes de realizar actividad física, un


mal calentamiento del músculo, estiramientos o incluso masoterapia
antes de la actividad física.

La prevención: Cómo evitar que nos ocurra.

 Los momentos más delicados son al comienzo y al final de las clases. Al


principio, porque el músculo aún no se ha calentado lo suficiente. Al
final, porque el cansancio y la deshidratación pasan factura.

 Siempre hay que calentar bien antes de comenzar el entrenamiento. Y


no se deben practicar patadas circulares o laterales justo después de
calentar. Conviene empezar con otras técnicas para que el movimiento
lleve a los músculos al punto óptimo.

 En frio, no se debe intentar lanzar patadas de estos tipos buscando la


mayor altura posible. Además, eso de buscar "patear la cara del
contrario" debe reservarse para el gimnasio, para pulir la técnica y
aumentar el control y el equilibrio. En una situación de defensa personal
callejera, es más práctico limitarse a patear rodillas (¡y más efectivo!).
No tiene sentido dejar K.O. al agresor rompiendose una pierna.

 Un fallo común entre novatos es que después de practicar elongaciones


(entrenamiento de elasticidad, normalmente hecho al final de las clases),
y asombrados por tener las piernas abiertas casi 180º, cuando se
levantan piensan: "voy a patear, a ver hasta donde llega la patada, ¡tiene
que quedar de cine!". Lo que queda de cine es el aullido de dolor que
lanzan al rasgarse los músculos del muslo. Una cosa es ir abriendo las
piernas milímetro a milímetro, durante varios minutos, y otra patear de
golpe. Además, después del estiramiento forzado mientras se hacen
elongaciones, el músculo está más frágil que un papel de fumar.

 Si se suda mucho, conviene beber algo durante la clase (mejor si son


bebidas isotónicas), para mantener la hidratación.

 Por último, pero no menos importante, practicar las técnicas


correctamente. Existe una forma correcta de pegar ciertas patadas, y
para eso se vá al gimnasio, para aprenderla. Es mejor pegar patadas
bien, aunque bajas, que no forzar la posición para que suban más alto, y
hacerlas mal.

El desgarro muscular es la distensión o rotura de un músculo o un tendón por


estirar o contraer demasiado el tejido muscular. Los músculos que suelen verse
más afectados son los de las piernas y los de la parte baja de la espalda.

Tipos de desgarro muscular

Según la gravedad de la lesión, el desgarro muscular puede clasificarse de la


siguiente manera:

 De primer grado – daños leves de las fibras musculares

 De segundo grado – rotura parcial de las fibras musculares

 De tercer grado – rotura total de las fibras musculares

SÍNTOMAS DEL DESGARRO MUSCULAR

Si usted ha sufrido un desgarro muscular leve (de primer grado), puede tener la
zona sensible y el músculo tenso. Con un desgarro leve, quizás pueda
continuar con sus actividades.

Los desgarros musculares más graves (de segundo y tercer grado) causan un
dolor considerable. El músculo se siente rígido y se inflama la zona que rodea
la lesión. El dolor empeora con el movimiento, por lo que le impedirá continuar
con sus actividades. Incluso puede tener algunos moretones alrededor de la
zona lesionada.

Si usted ha sufrido un desgarro muscular de tercer grado, el dolor será agudo,


tendrá mucha inflamación y perderá la funcionalidad muscular. Si el desgarro
muscular es considerable, pudiera haber una protuberancia o una desigualdad
que antes no estaba presente en la zona lesionada.

CAUSAS DEL DESGARRO MUSCULAR

El desgarro muscular ocurre cuando el músculo se contrae al estirarse. Esto


puede suceder al correr, saltar o patear.
Hay más probabilidades de que se desgarre un músculo en los siguientes
casos:

 el calentamiento es demasiado breve

 no deja pasar suficiente tiempo de recuperación entre una y otra sesión


de entrenamiento

 los músculos ya están tensos o rígidos

 los músculos están cansados o fatigados

 los músculos están débiles

DIAGNÓSTICO DEL DESGARRO MUSCULAR

Su médico o un fisioterapeuta (un profesional de la salud especializado en


mantener y mejorar el movimiento y la movilidad) puede diagnosticar el
desgarro muscular. Este determinará exactamente cuáles son los tejidos
musculares que están dañados, el alcance del daño y cuánto tiempo tardará la
lesión en curarse.

TRATAMIENTO DEL DESGARRO MUSCULAR

Autoayuda
Los desgarros musculares leves pueden tratarse rápida y fácilmente en casa,
con el método PRICE (por sus siglas en inglés).

 (Protect) − Proteger la lesión de daños ulteriores.


 (Rest) – Reposar durante las primeras 48 a 72 horas; posteriormente,
reanudar poco a poco el movimiento para no perder demasiada fuerza
muscular.

 (Ice packs) Aplicar bolsas de hielo o una bolsa de guisantes


congelados envuelta en una toalla sobre la zona lesionada, para reducir
la inflamación y los moretones. Nunca se aplique el hielo directamente
sobre la piel, porque puede ocasionarse una "quemadura por hielo";
coloque un paño entre el hielo y la piel.

 (Compress) Comprimir la zona con vendas para contener la lesión y


ayudar a reducir la inflamación.

 (Elevate) Elevar la zona lesionada por encima del nivel del corazón para
controlar la inflamación. Mantener la zona contenida, e intentar
mantenerla lo más elevada posible hasta que disminuya la inflamación.

Si la lesión es muy dolorosa y la inflamación no cede, consulte a un médico.

Medicamentos
Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol o el ibuprofeno, pueden
aliviar el dolor leve o moderado. Si el dolor es agudo, su médico de cabecera
pudiera recetarle analgésicos más fuertes. Además de aliviar el dolor, los
analgésicos pueden reducir la inflamación y la hinchazón. Lea siempre el
prospecto de información al paciente que viene con el medicamento, y si tiene
preguntas, consulte a su médico o farmacéutico.

Cirujía
Si la lesión es grave, quizá requiera cirugía para reparar el músculo o ligamento
desgarrado, seguida de un largo período de reposo y recuperación.

Fisioterapia
Si la lesión es grave o vuelve a repetirse, es posible que la fisioterapia le ayude
a fortalecer el músculo o ligamento dañado.

Su médico de cabecera pudiera referirle a un fisioterapeuta, o usted puede


consultar a un fisioterapeuta privado. El fisioterapeuta desarrollará un programa
de ejercicios de rehabilitación, para que sus músculos se vayan fortaleciendo y
estirando gradualmente. Estos ejercicios variarán según el tipo y la gravedad
de la lesión que usted tenga. El fisioterapeuta también puede usar diversas
técnicas para que la lesión se sane más rápido.

Usted deberá dejar sanar el músculo por completo antes de empezar a hacer
ejercicios de nuevo.

PREVENCIÓN DEL DESGARRO MUSCULAR

Usted puede reducir el riesgo de desgarro muscular haciendo un calentamiento


y un enfriamiento completos antes y después del ejercicio, respectivamente. La
razón del calentamiento es darle tiempo al cuerpo para prepararse mental y
físicamente para el ejercicio que usted va a realizar. Este deberá incluir
ejercicio cardiovascular seguido de estiramiento.

El desgarro muscular es ocasionado casi siempre por algún movimiento,


golpe o esfuerzo mal realizado y suelen ser muy dolorosos y confusos

Pocas personas se han salvado de sufrir alguna vez undesgarro, tirón o


distensión muscular.

Es provocado por una lesión o rotura en los tejidos musculares y/o tendones,
que son las bandas fibrosas que unen los músculos con los huesos y su
gravedad depende de la parte del cuerpo que se lesione.

Son ocasionados por golpes, movimientos inadecuados o por ejercer mucha


presión al cargar cosas pesadas con una postura incorrecta, y ocasionan
mucho dolor y dificultad para mover bien la zona lastimada.

Cuando el desgarro ocurre en los pies o brazos suele confundirse con una
esguince que es el estiramiento de los ligamentos que unen a los huesos unos
con otros para fortalecer y estabilizar las articulaciones.

Hay dos tipos de desgarros musculares:


- Los que ocurren por la presión repentina y excesiva de un músculo y que
llegan a ocasionar un sangrado leve, hinchazón, dolor y pérdida de la fuerza y
de la función.
- Los que ocurren por uso brusco, inmoderado y violento, que provocan que los
músculos se estiren violentamente por el esfuerzo, haciendo que se inflamen,
aunque no haya rotura ni pérdida de fuerza.

Los desgarros ocurren con mayor frecuencia cuando los músculos que se
encuentran fríos, fatigados o débiles por la falta de uso y se someten a un
esfuerzo súbito y extremo. Los tendones de la parte posterior del muslo, son
muy susceptibles de sufrir este tipo de lesión.

Las lesiones por esfuerzo inmoderado se deben al repetido esfuerzo de los


músculos durante un periodo más largo. Los músculos más afectados son los
de la espalda, la ingle, las piernas y los hombros.

Los síntomas comunes son:


- Dolor repentino, agudo e intenso en la parte afectada.
- Dificultad de movimiento.
- Puede haber hinchazón, enrojecimiento o ardor.
- Si la lesión es fuerte, puede presentarse un leve sangrado que se manifiesta
en forma de moretón o hematoma.

Si el dolor es muy intenso puede presentarse mareo y sudor frío, aunque estos
síntomas no son muy frecuentes.

IMPORTANTE: El contenido de esta nota es informativo y no suple el


diagnóstico médico, por lo que no nos hacemos responsables sobre su uso.

Un desgarro es una rotura o rompimiento. El término suele utilizarse para


nombrar al desgarro muscular, que es una lesión del tejido muscular con
daños en las fibras interiores y la rotura de los vasos sanguíneos.

Por ejemplo: “El delantero chileno sufrió un desgarro y


estará dos semanas sin jugar”, “López se está tomando la parte posterior del
muslo: pareciera que acaba de sufrir un desgarro”, “Esta temporada me he
perdido cuatro torneos ya que tuve dos desgarros y una pubalgia”.
El desgarro puede producirse por contracción (con un esfuerzo que supera la
capacidad biológica del músculo para resistir la tensión) o elongación (por un
estiramiento exagerado). Un calentamiento adecuado antes de la actividad
física reduce la posibilidad de sufrir un desgarro, aunque no la anula por
completo. El desagarro también puede producirse por exceso de actividad,
cuando la persona siente cansancio en los músculos pero se sigue esforzando.

Entre los factores de riesgo, se encuentran el sedentarismo, la desnutrición,


la circulación deficiente y ciertas enfermedades (como la diabetes). Otra
posibilidad es que el desgarro se produzca por un traumatismo.

Quien sufre un desgarro, siente un pinchazo que le impide contraer el músculo.


Se trata de un dolor repentino e intenso que puede estar acompañado por
una inflamación y la aparición de un hematoma.

Ante estos síntomas, es importante cesar la actividad física de inmediato ya


que, de lo contrario, es posible lesionar aún más el músculo afectado. Los
expertos recomiendan reposo, la aplicación de hielo en la zona y la utilización
de una venda que permita contener la hemorragia.

Cómo tratar un desgarro muscular

A todos nos han dolido los músculos alguna vez. Normalmente, es un indicativo
de que hemos hecho un sobreesfuerzo. Algunos han decidido escuchar a sus
cuerpos, y descansar un poco, pero otros deciden seguir haciendo ejercicio, a
pesar del dolor, y han terminado con un problema más grave. Un desgarro
muscular ocurre cuando los músculos, o los tendones que los unen, se rompen.
Algunos desgarros musculares requieren de ayuda médica especializada, así
que quizá tengas que visitar al doctor si piensas que sufres una posible rotura
muscular.

Diagnosticar la situación

 La persona oyó un crujido extraño durante la lesión.


 La persona no puede caminar.

 Si hay mucha inflamación, dolor, fiebre, sangrado, o heridas abiertas.

 2

Intenta averiguar el grado de desgarro o rotura del músculo. Hay diferentes


grados de lesión:

 Desgarro muscular de primer grado. Tambien se le llama “músculo extendido”.


Produce una ligera molestia y no hace que se pierda demasiada fuerza en el
músculo afectado. Normalmente indica que aproximadamente un 5% del
músculo se ha desgarrado. Seguramente se podrá mover completamente el
músculo sin sentir mucho dolor.
 Desgarro muscular de segundo grado. El dolor es un poco más que
simplemente una molestia. El músculo no se ha roto del todo, pero casi. Quizá
se pueda notar, al tacto o incluso con la vista, un bulto bajo la piel. Esta es la
parte donde se ha producido el desgarro, y es la zona que se estaba
contrayendo cuando se liberó la presión violentamente al romperse parte del
músculo. Quizá se pueda contraer el músculo, pero no hasta el final del
movimiento, porque produce mucho dolor.

 Desgarro muscular de tercer grado. El músculo se ha partido en dos y ya no es


posible contraerlo. El dolor es muy intenso. La parte del músculo que se
contrae forma un gran bulto, y seguramente se puede observar la hemorragia
interna. Se necesita cirugía para reparar el músculo.
2.

3 . Si piensas que pudieras sufrir un desgarro muscular de tercer grado,


llama a un médico inmediatamente. Deberías acudir a un hospital a que te
examinaran en el departamento de emergencias.

 Algunas roturas de segundo grado también debería examinarlas un doctor. El


médico podrá prescribirte algunos calmantes para el dolor y darte
recomendaciones útiles.

 Los desgarros de primer grado, normalmente, no necesitan atención médica.


3.

4 . Deja de hacer lo que sea que estuvieras haciendo, sea ejercicio u otra
cosa.Esto es de sentido común, pero mucha gente continúa trabajando, aun a
pesar del dolor, y la lesión se hace más grave aún.

editarParte 2 de 2: Tratamiendo de un desgarro muscular

1.

1. Aplica paños de agua fría o hielo en el área dañada por unos 20


minutos. Esto ayudará a reducir la circulación sanguínea en el músculo y
reducirá la inflamación.

 Continúa aplicándote hielo, o paños fríos en la zona por unos 10 ó 15 minutos


cada hora.
2.

2. Venda la zona lesionada de manera ajustada, pero no apretada. Manten


el área lesionada levantada sobre la cabeza para reducir la presión sanguínea
en el músculo dañado.

3.

3. Puedes tomar un calmante para el dolor sin prescripción médica como


aspirina o ibuprofeno. Los menores de 18 años no deben tomar aspirina,
pues el consumo de aspirina en menores se ha relacionado con el síndrome de
Reye.
4.

4. Intenta no utilizar el músculo afectado durante, al menos, 72 horas, y


evita levantar ningún peso. Usa una bolsa de hielo si necesitas utilizar el
músculo (por ejemplo, para andar en la casa). Puedes aplicarte frio durante 15
minutos 3 ó 4 veces al día. A partir de las 72 horas, puedes alternar el frio y el
calor en la lesión.

 El frío te ayudará a contener la inflamación, mientras que el calor permitirá que


la sangre que se acumule alrededor de la herida se disuelva y reabsorba.

5.
5. Empieza un programa de rehabilitación cuando ya te sientas
mejor. Empieza más tarde cuanto peor haya sido la lesión. Quizá debas
solicitar el consejo de un profesional antes de comenzar, pues el músculo es
mucho más propenso a desgarrarse de nuevo.

6. Trata de recordar todos los pasos del tratamiento para un desgarro


muscular.

 Proteger la lesión. Utiliza un vendaje suave para evitar que la zona lesionada
se mueva y empeore.

 Descansar. Debes dejar de utilizar el músculo afectado al menos un día entero.

 Aplica hielo. Hazlo tan pronto como sientas la lesión, y regularmente durante
las primeras 72 horas.
 Comprime la lesión. Aplica un vendaje bien ajustado alrededor del músculo.

 Eleva el músculo afectado. Mantén la zona lesionada en alto para reducir la


inflamación.
BIBLIOGRAFÍA

1. “Fisioterapia del deporte y el ejercicio” Editores: Gregory S Kilt Lynn Snyder-


Mackler. Prólogo: Per Renstrom. Editorial: Elsevier.
2. Krusen, Kottke, Lehmenn, MEDICINA FÍSICA Y REHABILITACIÓN, Editorial.
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7. http://galeon.com/medicinadeportiva/index.html
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