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Transpiración en las plantas.

Es la pérdida de agua desde los órganos aéreos en forma de vapor, es


una consecuencia natural de las características anatómicas fundamentales de las plantas. Las células del
parénquima o mesófilo acuoso tienen una superficie húmeda en contacto con los espacios intercelulares
y estos a su vez se comunican con el medio exterior a través de los estomas, de manera que el agua de
las células del mesófilo que se evapora pasa al aire a través de los espacios intercelulares, y por otra
parte el agua perdida por el parénquima foliar es remplazada por la que llega procedentes de las raíces a
través de los vasos conductores del xilema. Tanto las plantas terrestres, como los hongos, como los
animales terrestres, transpiran. En animales la transpiración ocurre por la superficie de la piel. ... En
las plantas, el agua llega en gran cantidad a las hojas, absorbida por las raíces, pero de la misma, sólo una

pequeña parte se utiliza en la fotosíntesis.

Tanto las plantas terrestres, como los hongos, como los animales terrestres, transpiran.
En animales la transpiración ocurre por la superficie de la piel. ... En las plantas, el agua llega en gran
cantidad a las hojas, absorbida por las raíces, pero de la misma, sólo una pequeña parte se utiliza en la
fotosíntesis.

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La transpiración vegetal consiste en la pérdida de agua en forma de vapor que se produce en
las plantas. A las hojas de estas llega gran cantidad de agua absorbida por las raíces, pero solo una
pequeña parte se utiliza en la fotosíntesis.

Transpiración vegetal - Wikipedia, la enciclopedia libre

https://es.wikipedia.org › wiki › Transpiración_vegetal

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Preguntas relacionadas
¿Cómo sudan las plantas?
Tanto las plantas terrestres, como los hongos, como los animales terrestres, transpiran. En animales
la transpiración ocurre por la superficie de la piel. ... En las plantas, el agua llega en gran cantidad a
las hojas, absorbida por las raíces, pero de la misma, sólo una pequeña parte se utiliza en la
fotosíntesis.

Transpiración - Wikipedia, la enciclopedia libre

https://es.m.wikipedia.org › wiki › Transpiración

Buscar: ¿Cómo sudan las plantas?


¿Cómo pierden agua las plantas?

¿Cómo respiran y transpiran las plantas?


Y es que en la fotosíntesis la planta obtiene dióxido de carbono y expulsa oxígeno; mientras que en
la respiración la planta toma oxígeno y desprende dióxido de carbono. La respiración de estos seres
vivos produce la denominada transpiración o perdida del agua.7 oct. 2016

Por qué se produce la transpiración? La transpiración o sudoración es un proceso fisiológico que tiene
como misión regular la temperatura corporal. Consiste en la liberación de vapor de agua y sales minerales por
parte de las glándulas sudoríparas, a través de los poros de la piel.7 fe

La transpiración en las plantas

Se entiende por transpiración la pérdida de agua, en forma de vapor, a través de las distintas partes de la planta, si bien se realiza
fundamentalmente por las hojas.
La transpiración esta entrelazada con una función de vital importancia para el crecimiento de las plantas, la fotosíntesis. La
absorción de dióxido de carbono para la fotosíntesis y la pérdida de agua por transpiración están inseparablemente enlazadas en
la vida de las plantas verdes, y todas las condiciones que favorecen la transpiración favorecen la fotosíntesis.
LA TRANSPIRACIÓN EN LAS PLANTAS
La transpiración de las plantas es un fenómeno físico que les ocurre como a cualquier ser
vivo. La transpiración es la encargada de promover diversas funciones vitales en la planta,
como la de mantener a las hojas a más bajas temperaturas que en el aire, consiguiendo
“refrigerarlas”.
También es la causante de que circule el agua obtenida por las raíces a través del xilema
(sistema vascular de las plantas situado en la parte central interior de los tallos que sirve
para transportar el agua y las sales mineral del suelo hasta las partes verdes de la planta). El
efecto de la transpiración lo podemos observar claramente si cubrimos la planta con una
bolsa de plástico y al cabo de unas pocas horas veremos cómo hay pequeñas gotas de agua
en el plástico.
Éste fenómeno se produce por diferencias de potencial hídrico entre el suelo, la planta y la
atmósfera. La subida del agua desde el suelo hasta la planta y por último a la atmósfera, se
produce por un efecto “tirón “de esas diferencias de potencial hídrico. La diferencia de
potencial entre la atmósfera y la planta es muy alta y la diferencia entre la planta y el suelo
es ligeramente mayor en la planta. Como la diferencia principal la encontramos entre la
atmósfera y la planta, la climatología afectará a que transpire más o menos la planta.
La principal causa de la transpiración es la apertura o el cierre de los estomas situados en el
interior de las hojas, encargados de la regulación del flujo de entrada y salida del agua al
exterior de la planta. Las estomas suelen cerrarse al atardecer cuando ya no realizan la
fotosíntesis y los vuelven a abrir por la mañana una vez se ha reanudado la actividad solar.
Claramente podemos comprobar después de esta pequeña introducción a la transpiración
como en los días más calurosos la pérdida de agua por la transpiración es mayor que a
temperaturas más suaves. Uno puede pensar que la transpiración es la causante de que
muchas plantas se sequen, y estará en lo cierto, aunque también hay que añadir que gracias
a ella las plantas pueden vivir gracias a que pueden hidratarse, transportar los minerales que
con la fotosíntesis obtendrá la glucosa y expulsará al exterior el valioso oxigeno que
respiramos, etc.
En este relato les voy a hablar de Henry, un niño, al cual le encantaba jugar con los
amigos que vivían cerca de su casa. Una vez que llegaba de la escuela, almorzaba, y
salía al encuentro con sus amigos. Todos se conocían desde siempre. Luisa, Jaime,
Elizabeth, Carolina, Juan, Aleida, Luís y él se iban a jugar a la cancha.

Juntos practicaban todos los juegos que conocían hasta que se hacia de noche y sus
madres los venían a buscar para llevarlos a casa.

Su otra gran pasión era la televisión, pero no podían verla hasta que no terminaran la
tarea y ordenara los libros, cosa que pocas veces lograba hacer ya que el juego de toda
la tarde y el sol, lo dejaban cansado y luego de cenar se recostaba en su cama y así con
ropa y todo se quedaba dormido.

Su mamá que estaba ocupada en las labores de la casa y de sus otros hermanos,
cuando venia a ver que estaba haciendo, lo encontraba en su cama y ella tenia que
obligarlo a levantarse para que pudiera bañarse y era así como se presentaba entre ellos
algunos enfrentamientos antes de acostarse, que producían malestar tanto a él como a
su madre. Por eso la madre muchas veces como lo veía tan profundamente dormido
prefería dejarlo quieto.

Pero esto a la larga trajo le consecuencias a Henry, ya que comenzó a ver en su piel,
manchas y pequeñas erupciones, que le producían mucha picazón al igual que en su
cabeza. Era tal su picazón que una vez en clase su maestra le dijo Henry ven acá y el se
paro y fue donde su maestra y esta le dijo que te pasa que hace rato te observo que te
rascas mucho la cabeza y tu cuerpo.

-El contesto- maestra es que no se que me pasa pero tengo algo que me molesta en el
cuerpo y aquí en la cabeza, mi mama dice que es el shampoo o el agua que me produce
eso. Entonces su maestra se dispuso a revisarlo y observó que tenía piojos y que en su
piel había como manchas parecidas a quemadas. Le dijo tu tienes un animalito que se
llama piojo. Necesito hablar con tu mamá, así que debes decirle que debe venir mañana,
ya que tenemos que hablar.

Henry le dijo a su mamá cuando fue a buscarlo, que la maestra quiere hablar contigo y
ella se acercó.

La maestra muy cortésmente le dijo mire Ud. hoy revisé a Henry y le encontré piojos y
unas ronchas que parecen sarna o algo parecido. Es por eso que sugiero que lo lleves a
consulta, para que ella lo examine y le indique el tratamiento y además no debes traerlo a
clases hasta tanto no esté curado, porque ambas cosas son contagiosas y debemos
evitar que los otros niños se enfermen.
La historia de Henry nos indica que debemos tener higiene y aseo para con nosotros ya
que ello nos va a proporcionar una buena salud y así evitaremos la entrada de las
enfermedades.

Por eso debemos preguntarnos:

– ¿Te bañas diariamente?

– ¿Te lavas las manos antes y después de comer y cada vez que

se ensucian?.
EL NIÑO SUCIO
Timy era un niño muy nervioso. Se pasaba el día haciendo travesuras en su casa y en el cole y
no paraba ni un momento. A Timy no le gustaba bañarse, no cuidaba su aspecto personal, por
eso, en el colegio, muchos niños y niñas se alejaban de él quejándose porque casi siempre olía
mal. A Timy no le importaba quedarse solo y si los maestros le
preguntaban el porqué de esa situación, él siempre contestaba:
-No me importa, estoy mejor solo.
La madre de Timy, que era una mujer muy limpia y aseada, se pasaba
todo el día regañando a Timy para que se lavase, aunque casi nunca lo
conseguía.
Era tan “marrano” que un día la nariz de Timy llamó a la boca.
-¡Oye amiga boca!, ¿qué te parece la actitud que está tomando Timy últimamente?.
La boca le contestó:
-Mira nariz, yo ahora lo estoy pasando muy mal. Hace más de un mes que Timy no se cepilla
los dientes, por eso tengo restos de comida por todos los rincones y como es de hace tantos
días, pues huelo fatal, además, mi lengua se está poniendo blanca y mis dientes empiezan a
tomar un color oscuro. Ahora le ha dado por comer chucherías y mucho chocolate.
-¡Qué horror!.
Sí, pues eso no es nada, a mí ya me están empezando a salir caries y mis preciosos dientecillos
se están estropeando. Si esto sigue así, se me caerán todos. ¡Estoy tan triste!.
A mí tampoco me trata mejor- le contestó la nariz- ya no se sueña con pañuelo y cuando tengo
moquitos, se empieza a meter los dedos una y otra vez hasta que acabo sangrando. Todos los
días me hace una herida con sus enormes y afiladas uñas, y como no se las lava ni se las corta,
las lleva tan largas, y tan sucias, que las heridas las tengo infectadas, por eso, estoy
empezando a inflamarme y tengo tanto dolor. Si esto sigue así ¿qué pasará conmigo?.
- Pues eso no es todo amiga nariz. Si alguna vez Timy bebe algo bueno para su salud, como un
vaso de leche, se lo toma tan caliente, que me quema entera, y paso una temporada enferma.
En otras ocasiones, se toma los alimentos tan fríos, que se me congelan hasta las encías y, ¡es
tan desagradable!.
- Yo creo que nos maltrata demasiado....
Estaban hablando tranquilamente cuando sintieron una vocecita que les gritaba:
- Yo tampoco recibo un trato mucho mejor que el vuestro.
-¿Quién está hablando? – preguntaron la nariz y la boca enseguida.
Soy yo, la oreja- contestó.
Y, ¿a ti, qué te pasa?- le preguntó la nariz.
Hablad más fuerte, que no os oigo.
- ¿Qué a ti qué te pasa?- gritaron a la vez nariz y boca.
-Pues que Timy, se pasa todo el día metiendo cosas en el oído. Unas veces se mete un lápiz,
otras se mete una llave, y muchas otras cosas como: palos, tijeras de punta redonda, hojas de
papel, ...¡de todo!, hasta que ya no lo aguanto más y se me explota el tímpano. Por eso cada
día estoy más sorda. La mayoría de vuestras conversaciones ya no las oigo y... ¡me estoy
quedando sorda!.
Y, ¿qué os parece si hacemos algo para que Timy tenga más cuidado?- dijo la nariz.
La boca pensó un momento y contestó:
- Os propongo que hagamos un pacto para que Timy se dé cuenta de que nos está
maltratando, y de que queremos que empiece a cuidarnos un poquito.
- Estoy de acuerdo- afirmó la oreja- las tres unidas tendremos más posibilidades de
conseguirlo.
Así fue como la nariz, la boca y la oreja se pusieron de acuerdo y juntas decidieron que no
dejarían pasar por ellas más aire, hasta que Timy prometiese comportarse mejor.
La boca habló con Timy y le dijo que no podría respirar más hasta que no hiciera la promesa de
cambiar su conducta con ellas.
Timy, que era el niño más descuidado del planeta, no le dio importancia a sus palabras y siguió
jugando sin hacer caso.
Al rato, Timy sintió que le faltaba el aire en sus pulmones y empezó a pensar en lo que le
habían dicho. Ya estaba poniéndose colorado por falta de aire y aún así no quería hacer su
promesa, pues pensaba que la nariz y la boca se iban a arrepentir y le dejarían respirar.
Se equivocaba, pues ni la nariz ni la boca se iban a echar atrás en su decisión.
Había pasado ya tanto rato que Timy empezaba a sentir que se mareaba . ¡Ya no aguantaba
más! Y ...
- ¡Lo prometo!. ¡Lo prometo!- gritaba Timy desesperado- ¡Necesito aire!.
En ese momento, le dejaron respirar y desde ese día, Timy parecía otra persona.

Era el niño más curioso y aseado de todo el colegio. Ahora Timy se comportaba
estupendamente y tenía una conducta excelente:
- Se sonaba la nariz con pañuelos limpios.
- Se lavaba las manos antes de comer.
- Procuraba comer pocas chucherías y chocolate.
- Cepillaba sus dientes después de cada comida.
- No se metía nada en los oídos.
- Y , una vez al año acudía voluntariosamente a sus revisiones al dentista y al otorrino.
Se cuidaba tanto que ni la boca, ni la nariz ni la oreja volvieron a quejarse de Timy nunca más.
Carlita era una bebé realmente tierna, como lo son todos los niños a su edad. Pero tenía
un pequeño defecto: Detestaba la hora del baño y la higiene en los niños. Para ella era
el peor castigo que le podían dar.

Todo lo demás lo recibía sin quejarse, pero bastaba con que se mencionara la bañera, para que

cambiara totalmente.

Su mamá había tratado de muchas maneras de quitarle esa mala costumbre. Le decía que era

necesario para que esté limpia, evitar enfermedades, que era una práctica de buena higiene y que
así las niñas se veían más sanas y lindas.

Artículo relacionado: Los Niños y el Rotavirus

Al final, con el dolor de su corazón, la introducía a la fuerza a la tina y cuando le tocaba el turno a su

cabeza, Carlita gritaba pidiendo que no se la moje, y lo mismo con todas las partes del cuerpo.

Un día, la mamá de Carlita compro dos patitos de juguete y los dejó en la sala. Uno era blanco y el

otro no se sabía de qué color era, por lo sucio que estaba. Cuando Carlita pasó con su muñeca a la

sala y vio los dos patitos, lo primero que hizo fue coger el blanco y llevárselo corriendo a su cuarto de

juguetes.

En el camino, su mamá le preguntó: "¿Dime Carlita, por qué elegiste ese patito?" A lo

que Carlita le respondió que el otro estaba muy sucio. "Lo vez hijita; lo que sucede es que ese se

baña y el otro no. Lo mismo pasa con las personas; si no se bañan ni demuestran limpieza, los demás
las rechazan.

Carlita se llevó la mano a la boca y jugando con los labios dijo: "Ah! Entonces siempre me bañaré!". Y

desde entonces fue una niña aseada, pues entendió que su mamá quería lo mejor para ella.
(Adaptación de la obra de Gloria María Sanz)

Sigue leyendo: Sana, sana: déjales jugar al doctor, tendrás niños más sanos

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CUENTO SOBRE LA HIGIENE PERSONAL


Carlita era un bebé realmente tierna, como lo son todos los niños a su edad. Pero tenía un
pequeño defecto: Detestaba la hora del baño. Para ella era el peor castigo que le podían dar.
Todo lo demás lo recibía sin quejarse, pero bastaba con que se mencionara la bañera, para que
cambiara totalmente. La mamá había tratado de muchas maneras de quitarle esa mala
costumbre. Le decía que era necesario para que esté limpia, evita enfermedades, que era una
práctica de buena higiene y que así las niñas se veían más sanas y lindas.

Al final, con el dolor de su corazón, la introducía a la fuerza a la tina y cuando le tocaba el turno
a su cabeza, Carlita gritaba pidiendo que no se la moje, y lo mismo con todas las partes del
cuerpo. Un día, la mamá de Carlita compro dos patitos de juguete y los dejó en la sala. Uno era
blanco y el otro no se sabía de qué color era, por lo sucio que estaba. Cuando Carlita pasó con
su muñeca a la sala y vio los dos patitos, lo primero que hizo fue coger el blanco y llevárselo
corriendo a su cuarto de juguetes. En el camino, su mamá le preguntó: "¿Dime Carlita, por qué
elegiste ese patito?" A lo que Carlita le respondió que el otro estaba muy sucio. "Lo vez hijita; lo
que sucede es que ese se baña y el otro no. Lo mismo pasa con las personas; si no se bañan ni
demuestran limpieza, los demás las rechazan.

Carlita se llevó la mano a la boca y jugando con los labios dijo: "Ah! Entonces siempre me
bañaré!". Y desde entonces fue una niña aseada, pues entendió que su mamá quería lo mejor
para ella.
Publicado por Paula Navarro en 11:06
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Etiquetas: Cuentos

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