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CURSO
Nombre:
ACADEMIA DE LIDERES - IDEC ―LA VID‖
PROGRAMA DE CURSO
TRABAJO EN EQUIPO
3. Analizar ejemplos bíblicos que nos ayuden a entender la importancia del trabajo
en Equipo y sus resultados positivos.
TRABAJO EN EQUIPO
Bases Bíblicas: Génesis 11, Eclesiastés 4:9-12, 1 Crónicas 19: 26-30, Juan 17.
INTRODUCCION
En la historia de la iglesia, uno de los elementos más dramáticos ha sido la
tendencia individualista de sus líderes y miembros. Es decir, por alguna razón, en
nuestra cultura eclesiástica, trabajar en Equipo es algo que pareciera imposible.
Cada pastor, cada supervisor, cada líder siempre está buscando y cumpliendo sus
propios propósitos y su propia manera de ver la obra de Dios.
Finalmente, todo esto se refleja en la vida de la iglesia local en donde cada líder
procura realizar su trabajo para superar a otros o demostrar que él o ella son
mejores que los demás. Podríamos concluir que la falta de trabajar en Equipo es
algo endémico. La pregunta surge inmediatamente. Qué modelos bíblicos podemos
usar para demostrar que humanamente hablando, muy poco se puede lograr
cuando no existe trabajo en Equipo.
I. ¿QUÉ ES UN EQUIPO?
Un grupo de personas con destrezas complementarias que están dedicadas a un
propósito común, metas de rendimiento y maneras de proceder, por las cuales se
hacen mutuamente responsables. Analicemos los elementos que conforman un
buen Equipo.
La falta de unidad en los propósitos y planes que tenemos hace que no podamos
trabajar en Equipo. Uno de las cosas más difíciles en administración eclesiástica es
comunicar adecuadamente nuestra visión, luego articular nuestra misión claramente
y finalmente establecer objetivos y metas que den a los miembros de la iglesia y a
los Líderes un sentido claro de dirección.
En el trabajo en Equipo cada miembro del equipo aporta lo que tiene. La suma de
capacidades y habilidades es geométricamente multiplicada. No hay límite a lo que
podemos lograr cuando trabajamos en Equipo. Es importante repetir esto, ¡Trabajo
en Equipo! ¡Trabajo en Equipo!
Este es uno de los aspectos más tristes del ministerio y de la vida eclesial.
Lamentablemente muchos tienen mejores amigos fuera del círculo eclesial ya que
no se puede confiar en otro creyente ó líder de la iglesia. Pueda ser que en su caso
es diferente y usted tiene gente cerca de usted, tanto en su iglesia, como en su
región, en la que usted puede confiar. Déjeme decirle que eso es un tesoro. La
realidad es que muchas veces no confiamos en otro hermano porque sabemos que
si le contamos o pedimos un consejo, nuestro problema será sabido y criticado por
muchos.
Acaso creemos nosotros que podemos salir adelante solos. Necesitamos un Equipo
a nuestro lado. No un grupo de esclavos o personas que solo hacen lo que nosotros
queremos, y generalmente nos dicen lo bonito que queremos oír. No, no es eso lo
que necesitamos. Lo que necesitamos es un equipo de personas que nos ayuden y
a la vez sean nuestro grupo de referencia o grupo de responsabilidad. Tenemos que
estar dispuestos a oírlos y a analizar lo que ellos nos dicen.
Entre más se tira de él, más granítica es nuestra unidad e integración. Un detalle de
los nudos es que no es como una soldadura en la cual se funden los metales. En un
nudo, la soga se mantiene integra, no obstante, el amarre lo funde al resto de los
pliegues de la soga. Linda ilustración de cómo, en un Equipo, cada uno de nosotros
mantenemos nuestra identidad, no obstante, estamos amarrados unos a otros de
tal manera que nada nos puede desatar.
Resumiendo lo que hemos mencionado hasta aquí enumeramos los elementos
importantes que se requieren para trabajar en Equipo. Primero, necesitamos una
comunicación efectiva, en dos vías, la cual es la base para realizar el trabajo en
equipo. Segundo, necesitamos unidad de visión, misión, propósito y estrategia en
el cumplimiento del trabajo en equipo. Tercero, el principio de la sinergia nos
enseña que juntos podemos lograr mucho más que separados. Nuestra energía se
multiplica geométricamente. Cuarto, teniendo un equipo nos asegura poder llegar
invictos y de pie hasta el final de la carrera. El trabajo en Equipo es la manera más
efectiva de llegar alcanzar objetivos y metas que salen de lo normal o convencional.
El texto dice que “viendo Joab que el ataque contra él había sido dispuesto por el frente y
por la retaguardia, escogió de los más aventajados que había en Israel, y con ellos ordeno
su ejército contra los sirios.” (Verso 10). “Puso luego el resto de la gente en mano de
Abisai su hermano, y los ordeno en batalla contra los amonitas” (Verso 11).
En esta descripción bíblica vemos que Joab diseña una estrategia apropiada para
enfrentar al enemigo el cual viene en dos frentes. El principio de subdivisión de
responsabilidades es importante aquí. No todos tenemos que hacer de todo. Unos
son bueno para algo, otros son buenos para otras cosas. Cada uno tiene una
función en el cuerpo de Cristo para la cual está mejor preparado.
Aceptar y poner en práctica eso es asunto de vida o muerte. Muchas iglesias están
muriéndose por falta de una subdivisión adecuada de responsabilidades. Volviendo
al contexto de nuestro pasaje, Joab no podía darse el lujo de ir primero a pelear
contra el ejército que estaba en el campo, los cuales tenían 32,000 carros con sus
soldados y luego volver para atrás a rescatar la ciudad que seguramente ya estaría
tomada por el otro ejercito amonita. Era tiempo de confiar en otro miembro de su
ejército y darle la autoridad y el empoderamiento para que tomara acción al mismo
nivel que el la tomaría.
LA CLAVE ES SUBDIVIDIR LAS FUNCIONES. CADA UNO VAMOS A HACER
LO QUE SOMOS MEJORES PARA HACER.
Joab sabía que era crucial entregar una parte de la tarea en manos de su hermano
y el mismo tomar la otra parte. Interesante que él, como general toma la sección
elite del ejército de David. Seguramente allí estarían muchos de los valientes de
David, hombres diestros en la guerra y cuya fuerza y valor había sido probada. Así
que él va con la elite del ejército de David. El RESTO, es decir los otros soldados
rasos, los cuales, según mi especulación, serían más en número, estarían con el
segundo en rango en el ejército, el comandante Abisai.
Me llama la atención que dice que los “ordeno en batalla contra los amonitas,” lo
que él consideraba seguramente el ejército más débil y el cómo General, según el
verso 10 iría en contra de los Sirios, o sea el ejército más fuerte y armado que
venía contra ellos. El pastor como general de su ejército necesita ser un estratega y
definir a donde y en donde pondrá sus esfuerzos y a su gente a hacer la tarea que
tiene que hacer. Muchas veces concentramos demasiados recursos en una parte de
nuestra tarea como iglesia, por ejemplo la alabanza y la adoración, y descuidamos
la palabra, la oración, el ayuno, el evangelismo. Todos estos elementos son
necesarios y no podemos descuidarlos en aras de un solo elemento en la iglesia.
El Señor Jesucristo fue diferente, él se hizo vulnerable. Cuando estaba triste por la
muerte de su amigo Lázaro, él lloro, cuando tuvo hambre, pidió que le compraran
comida. Cuando estaba angustiado pidió que le acompañaran en oración. Cuando
se enojó en contra de los comerciantes en el templo, no escondió su enojo y su ira
santa, en contra de aquellos que estaban tergiversando el propósito del templo. El
se mostró humano en todo momento.
Un líder que sabe quién es en el Señor, el cual tiene una visión clara de Dios y está
seguro de su llamado y de la misión que el Señor le ha encomendado, nunca tiene
temor de mostrarse humilde y vulnerable a sus discípulos o miembros de su equipo.
Este líder sabe que el que lo tiene en donde esta es Dios. No ha llegado allí por
voluntad humana sino porque el Señor le ha colocado allí y no hay nada ni nadie
que lo pueda remover de dicho lugar.
El otro aspecto notable de esta historia es la segunda parte del verso 12, cuando
Joab le dice a Abisai, “y si los amonitas fueren más fuertes que tu, yo te ayudare”
(verso 12b). Que tremenda garantía y confianza se estaba creando en el corazón de
Abisai. Su hermano no solo confiaba en él y lo consideraba una persona capaz, sino
que también le estaba diciendo. Hermano, si necesitas mi ayuda, cuenta conmigo.
Yo confío en tu capacidad, pero si por cualquier razón te veo siendo derrotado, allí
estaré contigo, no te dejaré. Yo vendré a ayudarte.
Lo otro es que Joab dice, pelearemos por las ciudades de nuestro Dios. El pueblo,
era el pueblo de ellos, no porque el pueblo les perteneciera, sino más bien, porque
ellos pertenecían a ese pueblo. Pero en el caso de las ciudades, eran las ciudades
de Dios. Este es un concepto muy profundo. En el corazón de Joab estaba claro que
ellos no defendían algo que era solamente de ellos sino algo que pertenecía a su
Dios. No era que pelearemos por nuestras ciudades, sino era las ciudades de
nuestro Dios. Claro entendimiento de a quien le pertenecen las cosas.
Finalmente Joab concluye diciendo, “que haga Jehová lo que bien le parezca.” En
otras palabras, nosotros hacemos lo que nos corresponde, queda en manos de Dios
el hacer lo que él quiera. Linda actitud de reconocimiento que realmente la batalla
no dependería ni del general con sus dos ejércitos, ni de la capacidad militar de los
ejércitos. Realmente ellos estaban en gran desventaja.
El resultado de esta batalla fue asombroso. Los sirios, con sus carros y su gente de
a caballo, huyen delante de Joab. Que paso, como paso, que fue lo que Joab hizo
no lo sabemos. Lo que sabemos es que el todopoderoso respaldo la estrategia, la
actitud y el espíritu de estos fieles guerreros, y el peleo por ellos. Los amonitas
también, viendo que los sirios huyeron, también huyeron delante de Abisai. Una
batalla puede ser pérdida o ganada antes de pelearla, dependiendo de la estrategia
seguida, la actitud de los que forman el ejército y sobre todo la actitud de sus
líderes.
Si existe algo que provoca problemas en los equipos de trabajo son las
actitudes altivas. Hay personas que se alaban a si mismas por su conocimiento
y capacidades, humillando a otros que no lo tienen. Es por eso que nadie debe
estimarse superior a otro, ya que como en el cuerpo humano, todos nos
necesitamos mutuamente.
Mas ahora Dios ha colocado los miembros, cada uno de ellos en la iglesia, como
el quiso. Porque si todos hicieran los mismo, ¿en dónde estaría la iglesia? Así
que ni lo profetas pueden decir a los diáconos no los necesito, ni tampoco los
pastores puede decir a los evangelistas y misioneros no tengo necesidad de
ustedes. Antes bien aquellos miembros que parecieran ser los menos dignos en
la iglesia, los cuales no pueden dar mucho dinero, pero oran y ayunan por el
Pastor, los Líderes y la iglesia, estos también son necesarios.
En el cuerpo tenemos miembros más frágiles, pero eso no implica que son
innecesarios; por el contrario, los protegemos y los cuidamos con mayor
esmero.
Si de valor se trata, en el Cuerpo de Cristo todos somos valiosos; por lo tanto,
no debe haber celos, orgullo, etc. sino aprecio, preocupación y ayuda mutua.
CONCLUSION: