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13 Applied study of cultural heritage and clays. José Luis Pérez


Rodríguez (ed.). Pedro Cobo Parra es licenciado y doctor en Ciencias
14 Limnogeología en España: Un homenaje a Ferry Kelts. Blas Físicas por la Universidad Complutense de Madrid. En
Valero (coord.).
15 Aplicaciones clínicas de biomagnetismo. Antonio Madroñero 1987 ingresó en el Instituto de Acústica del CSIC, ac-
de la Cal. tualmente integrado en el Instituto de Tecnologías Fí-
16 D iseños de plantación y formación de árboles frutales.
Mariano Cambra Ruiz de Velasco y Rafael Cambra Ruiz de sicas y de la Información (ITEFI), donde ha desarrollado
Velasco. toda su actividad científica. Durante los años 1989 y
17 Reología de suspensiones cerámicas. Rodrigo Moreno Botella.
18 Atlas histológico del lenguado senegalés, Solea senegalensis 1990 realizó una estancia posdoctoral en la Universi-
(Kaup, 1858). Juana M.ª Arellano y Carmen Sarasquete. dad Tecnológica de Delft (Holanda). A lo largo de su
19 C lones de albariño (Vitis vinifera L.) seleccionados en el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas. M.ª del carrera investigadora, ha trabajado en acústica subma-
Carmen Martínez Rodríguez, Susana Boso Alonso, José Luis rina (propagación, ruido, reverberación, transductores
Santiago Blanco.
20 Estudios sobre la biodiversidad de la región de Bahía Honda sonar), acústica fisiológica (potenciales evocados audi-

ABSORCIÓN DEL SONIDO


tivos, terapias sonoras del acúfeno, modelos animales

ABSORCIÓN DEL SONIDO


(Veraguas, Panamá). Santiago Castroviejo, Alicia Ibáñez (eds.).
21 Internacional Studbook Gazella Dama MOR. Andrés Barbosa, Los dispositivos absorbentes son aquellos susceptibles de producir una absorción del sonido
Gerardo Espeso. alta. Estos incluyen los materiales porosos y fibrosos, los resonadores, las membranas y los de sordera), procesado de señales (filtrado, deconvo-
22 Landscapes as Cultural Heriage in the European Research
dispositivos mixtos. El objetivo fundamental de este libro es incidir en los aspectos que carac- lución, conformación de pulsos arbitrarios) y acústica
(Proceedings of the Open Workshop, Madrid). Almudena
Orejas Saco del Valle, María Ruiz del Árbol Moro (eds.). terizan a dichos dispositivos, entre los cuales figuran los materiales sostenibles, los paneles mi- ambiental (efectos del ruido, evaluación del ruido,
23 Las lecciones de la catástrofe del Prestige. Antonio Figueras
croperforados sencillos y múltiples, o los sistemas absorbentes híbridos pasivo-activos. Además control pasivo y activo del ruido). Ha publicado sobre
Huertas. Emilio Lora-Tamayo D’Ocon, Joaquín Tintoré, Fiz F.
Pérez, J. Albaigés, Francisco Suárez, M. Anxo Murado García, de estos, se abordan temas ya desarrollados en otros trabajos, como la absorción en el aire, la estos temas más de doscientos trabajos, incluyendo ar-
Emilio Esteban Rodríguez Merino, Ramón Hermán Paadín.
absorción por materiales porosos, el efecto del suelo en la propagación del sonido o los méto- tículos en revistas indexadas, en otras revistas, en actas
24 Depuración de aguas residuales: modelización de procesos de
lodos activos. Manuel Gil Rodríguez. dos de medida del coeficiente de absorción. Este coeficiente se puede predecir si se conoce la de congresos y en volúmenes colectivos. Es autor del
25 New acoustics. Selected topics II. F. Montero de Espinosa
impedancia de entrada al sistema, la cual depende de la impedancia acústica compleja del ma- libro Control activo del ruido. Principios y aplicaciones,
Freijo-C. Ran-Guerra-J. Pfretzschner (eds.).
26 Biología y cultivo del mejillón (Mytilus Galloprovincialis) en terial, de su constante de propagación compleja y de su espesor. Los modelos de propagación publicado por el CSIC en 1997, en su colección de Tex-
Galicia. Antonio Figueras Huerta.
a través de los materiales absorbentes proporcionan estas variables acústicas, que resultan ser tos Universitarios.
27 Prácticas de tratamiento estadístico de datos con el programa
SPSS para Windows. Aplicaciones en el Área de Ciencia y funciones de sus parámetros constitutivos (resistividad al flujo, porosidad, tortuosidad, facto-
Tecnología de Alimentos. Pedro J. Martín-Álvarez.
28 E cología acuática y sociedad de las Lagunas de Ruidera res de forma, etc.). Esta obra analiza los modelos que proporcionan las variables acústicas de
– Aquatic ecology and society of Ruidera Lakes (Central los materiales absorbentes a partir de sus parámetros constitutivos, enfatizando su uso para el
Spain). Miguel Álvarez Cobelas, Santos Cirujano Bracamonte,
Esperanza Montero González, Carmen Rojo García.Morato, diseño óptimo de un sistema absorbente en una determinada banda de frecuencias.
María Antonia Rodrigo Alacreu, Elisa Piña Ochoa, Juan Carlos
Rodríguez Murillo, Óscar Soriano Hernando, Marina Aboal
Sanjurjo, José Pedro Marín Murcia, Rafael Araujo Armero.
29 El Protocolo de Kyoto y su impacto en las empresas españo-
las. Félix Hernández Álvarez, Pablo del Río González.
30 Corrosión en las estructuras de hormigón armado: fundamen-
tos, medida, diagnosis y prevención. José Antonio González
Fernández, Juana Miranda Vidales.

Pedro Cobo Parra


31 H istofisiología de moluscos bivalvos marinos. Eduardo
Cargnin-Ferreira y Carmen Sarasquete Reiriz.
32 Estudio de los suelos del Campo de Calatrava (Ciudad Real)
y sus condiciones de fertilidad. José Luis de la Horra Ruiz,
Pedro Cobo Parra
Francisco Serrano Comino, Juan José Carlevaris Muñiz.
33 Estudios etnobotánicos en Campoo (Cantabria). Manuel Pardo
de Santayana.
34 Comunicación y ciencia médica. Investigar con animales para
curar a personas. Enrique Sueiro Villafranca.
35 P lantas y sabiduría popular del Parque Natural de
Montesinho. Un estudio etnobotánico en Portugal. Ana María
Pinto Carvalho.
36 Microtecnología: diario de un proceso. M.ª Cruz Acero Leal,
Jaume Esteve Tintó, José Antonio Plaza Plaza.
37 Protagonistas de la química en España: los orígenes de la
catálisis. Pedro Bosch Giral, Juan Francisco García de la Banda,
Joaquín Pérez Pariente, Manoel Toural Quiroga.
38 Spectroscopy of the Atmospheres. Rafael Escribano, Isabel
Tanarro.
39 Técnicas de análisis y caracterización de materiales. Marisol
Faraldos, Consuelo Goberna (eds.).
40 Obtención enzimática de compuestos bioactivos a partir de
recursos naturales iberoamericano. Francisco José Plou Gasca,
Georgina Coral Sandoval Fabián.
41 Guía de mantenimiento, gestión y cría en cautividad de la ga-
cela dorcas saharaui (Gazella Dorcas Neglecta). Lucía Jiménez
de la Rueda, Teresa Abáigar Ancín.
CSIC CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
ABSORCIÓN DEL SONIDO
BIBLIOTECA DE CIENCIAS, 42
Pedro Cobo Parra

ABSORCIÓN DEL SONIDO

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS


MADRID, 2015
Reservados todos los derechos por la legislación en materia de
Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, inclui-
do el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o
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© CSIC
© Pedro Cobo Parra

ISBN: 978-84-00-09952-7
e-ISBN: 978-84-00-09953-4
NIPO: 723-15-104-3
e-NIPO: 723-15-105-9
Depósito Legal: M-19470-2015

Maquetación, impresión y encuadernación: Rotaclick

Impreso en España. Printed in Spain

En esta edición se ha utilizado papel ecológico sometido a un proceso de blanqueado


FSC, cuya fibra procede de bosques gestionados de forma sostenible.
AGRADECIMIENTOS

Este libro es el resultado de mi trabajo en los últimos diez años en el Instituto de


Acústica, primero, y Centro de Acústica Aplicada y Evalución No Destructiva, des-
pués, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Gran parte de este
trabajo se ha realizado en colaboración con mis colegas del Instituto, a los que quie-
ro manifestar mi más sincero agradecimiento. Entre ellos, quiero destacar a Jaime
Pfretzschner, María Cuesta y Paco Montero. Algunos de mis estudiantes de doctora-
do también han contribuido al progreso de esta línea de investigación en mi grupo
del CSIC. Merecen especial mención Alejandro Fernández, Heidi Ruiz, David Ibarra
y Santiago Ortiz.
Por último, mi más profundo agradecimiento a Carlos de la Colina, además de
por su disponibilidad a ayudar en la instrumentación y en las medidas de absorción,
por leer pacientemente el primer borrador de este libro y sugerir correcciones y me-
joras sustanciosas.
ÍNDICE

 1. INTRODUCCIÓN........................................................................................... 13
1.1. La absorción acústica........................................................................... 13
1.2. Materiales absorbentes......................................................................... 14
1.3. Organización del libro.......................................................................... 18
1.4. Referencias........................................................................................... 20

2. ABSORCIÓN EN EL AIRE........................................................................... 23
2.1. Introducción.......................................................................................... 23
2.2. Norma ISO 9613-1............................................................................... 25
2.3. Referencias........................................................................................... 31

3. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN................................................................ 33
3.1. Introducción.......................................................................................... 33
3.2. Coeficiente de absorción para incidencia normal................................. 34
3.3. Coeficiente de absorción en incidencia oblicua.................................... 36
3.4. Coeficiente de absorción de una capa anisótropa................................. 38
3.5. Coeficiente de absorción de un medio estratificado............................. 42
3.6. Coeficiente de absorción en campo difuso........................................... 44
3.7. Absorbentes volumétricos.................................................................... 49
3.8. Referencias........................................................................................... 51

4. MATERIALES POROSOS............................................................................ 53
4.1. Introducción.......................................................................................... 53
4.2. Modelos de impedancia semi-empíricos.............................................. 53
4.2.1. Ecuaciones semi-empíricas........................................................ 55
4.2.2. Coeficiente de absorción de una capa porosa............................. 61
4.2.3. Coeficiente de absorción de una capa porosa trasdosada por
una cavidad de aire..................................................................... 70
4.3. Modelos semi-fenomenológicos........................................................... 82
4.3.1.Modelo fluido equivalente........................................................... 82
4.3.2.Modelo de Johnson-Champoux-Allard....................................... 84
4.4. Referencias........................................................................................... 92
10 Índice

5. MATERIALES SOSTENIBLES.................................................................... 93
5.1. Introducción.......................................................................................... 93
5.2. Materiales granulares sueltos............................................................... 94
5.3. Materiales granulares encolados........................................................... 100
5.4. Referencias........................................................................................... 106

6. RESONADORES DE HELMHOLTZ........................................................... 107


6.1. Introducción.......................................................................................... 107
6.2. Impedancia de un resonador de helmholtz........................................... 108
6.3. Coeficiente de absorción para incidencia normal................................. 110
6.4. Coeficiente de absorción para incidencia aleatoria............................... 114
6.5. Referencias........................................................................................... 117

7. MATERIALES MICROPERFORADOS....................................................... 119


7.1. Introducción.......................................................................................... 119
7.2. Impedancia de un MPP......................................................................... 121
7.3. Modelo de Maa..................................................................................... 122
7.4. Modelo fluido equivalente.................................................................... 130
7.5. Comparación entre modelos................................................................. 133
7.6. MPPs ranurados.................................................................................... 140
7.7. Unidades Microperforadas de Inserción............................................... 144
7.8. MPPs poliméricos fabricados por infiltración...................................... 149
7.9. Referencias........................................................................................... 157

8. ABSORBENTES MICROPERFORADOS MULTICAPA............................ 159


8.1. Introducción.......................................................................................... 159
8.2. Absorbentes MPP dobles...................................................................... 160
8.2.1. Incidencia normal....................................................................... 161
8.2.2. Incidencia aleatoria..................................................................... 178
8.3. Absorbentes MPP triples...................................................................... 179
8.3.1. Incidencia normal....................................................................... 182
8.3.2. Incidencia aleatoria..................................................................... 187
8.4. Absorbentes híbridos MPP/capa porosa............................................... 189
8.5. Referencias........................................................................................... 197

9. OPTIMIZACIÓN DE ABSORBENTES MULTICAPA................................ 199


9.1. Introducción.......................................................................................... 199
9.2. El recocido simulado............................................................................ 200
9.2.1. El algoritmo de Metropolis........................................................ 203
9.2.2. La estructura del entorno............................................................ 204
9.2.3. El horario de enfriamiento.......................................................... 205
9.2.4. La condición de parada............................................................... 205
9.3. Optimización de un MPP múltiple por recocido simulado................... 206
9.3.1. optimización de un DL-MPP por recocido simulado................. 208
Índice 11

9.3.2. Optimización de un TL-MPP por recocido simulado................. 218


9.3.3. Optimización de un DL-MPP/P por recocido simulado............. 223
9.4. Referencias........................................................................................... 226

10. ABSORCIÓN DEL SUELO.......................................................................... 229


10.1. Introducción.......................................................................................... 229
10.2. Propagación de onda esférica sobre suelo absorbente.......................... 229
10.3. Suelo homogéneo................................................................................. 235
10.3.1. Suelo de reacción local............................................................. 235
10.3.1.1. Modelo de impedancia de un solo parámetro............ 236
10.3.1.2. Modelo de impedancia de dos parámetros................ 243
10.3.1.3. Modelos de impedancia de tres parámetros.............. 247
10.3.1.4. Modelos de impedancia de cuatro parámetros.......... 250
10.3.2. Suelo estratificado.................................................................... 253
10.3.3. Suelo de reacción extendida..................................................... 255
10.4. Suelo discontinuo................................................................................. 258
10.4.1. Modelo de de Jong.................................................................... 260
10.4.2. Modelo de Rasmussen.............................................................. 263
10.5. Referencias........................................................................................... 266

11. ABSORCIÓN HÍBRIDA PASIVA-ACTIVA................................................. 269


11.1. Introducción.......................................................................................... 269
11.2. Modelo de onda plana para incidencia normal..................................... 271
11.3. Absorción híbrida para incidencia oblicua........................................... 282
11.4. Resultados experimentales................................................................... 291
11.5. Referencias........................................................................................... 297

12. MEDICIÓN DEL COEFICIENTE DE ABSORCIÓN SONORA................. 299


12.1. Introducción.......................................................................................... 299
12.2. Coeficiente de absorción para incidencia normal................................. 300
12.3. Coeficiente de absorción para incidencia oblicua................................. 304
12.4. Coeficiente de absorción para incidencia aleatoria............................... 320
12.5. Referencias........................................................................................... 324
1. INTRODUCCIÓN

1.1. LA ABSORCIÓN ACÚSTICA

El sonido se absorbe por diferentes mecanismos, siendo el más importante la


conversión de la energía acústica en calor por disipación visco-térmica. Aunque
esta disipación se produce incluso en el aire, es cuantitativamente mucho más im-
portante en el seno de materiales especialmente diseñados para ello, denominados
materiales acústicos. Estos materiales se suelen disponer recubriendo la superficie
interior de divisorios o de placas. Se habla entonces de absorbentes superficia-
les. En algunas ocasiones, se disponen de manera que toda su superficie esté en
contacto con el campo sonoro, actuando entonces como absorbentes volúmicos
(Ingard, 1999).
Históricamente, el interés por los materiales acústicos surgió en los años 30, en el
contexto del estudio de la reverberación en recintos, aunque los aspectos fundamen-
tales de la absorción sonora ya habían sido tratados en el libro de Teoría del Sonido
de Lord Rayleigh a finales del siglo xix (Ingard, 1999). Desde entonces han aparecido
libros dedicados exclusivamente a la absorción sonora, como el de Zwikker y Kos-
ten (1954), el de Allard (1993), el de Ingard (1999), o la versión más actualizada de
Allard y Atalla (2009). Otros libros incluyen capítulos dedicados al tema, como el de
Beranek y Ver (1992), el de Bies y Hansen (1996), el de Fahy (2001), el de Mechel
(2002), o el de Cox y D’Antonio (2004). Además, se han publicado cientos de artícu-
los en revistas especializadas. Ingard (1999) incluye una revisión de los trabajos más
importantes publicados hasta 1999.
Hay aspectos interesantes de la absorción sonora que no se encuentra en los libros
anteriormente citados. El objetivo fundamental de este libro es incidir sobre estos as-
pectos. Estos incluyen: materiales sostenibles (Asdrubali et al., 2013), paneles micro-
perforados sencillos y múltiples (Maa, 1987; 1998), o sistemas absorbentes híbridos
pasivo-activos (Cobo et al., 2003; 2004). Además de estos, se incluyen otros temas ya
desarrollados en otros libros, como la absorción en el aire, la absorción por materiales
porosos, el efecto del suelo en la propagación del sonido (Attenborough et al., 2007),
o los métodos de medida del coeficiente de absorción. Más que profundizar en los
aspectos teóricos de la absorción del sonido en estos materiales, muy bien tratados en
otros libros y artículos, en este libro se pondrá el énfasis en el diseño óptimo de un
sistema absorbente para una banda de frecuencias dada.
14 Absorción del sonido

1.2. MATERIALES ABSORBENTES

Los dispositivos absorbentes son aquellos susceptibles de producir una absorción


del sonido alta. Según Colina y Moreno (2005), los materiales absorbentes se pueden
clasificar en:
• materiales porosos
° de esqueleto rígido
° de esqueleto flexible
• resonadores
° simples
 de Helmholtz
 de membrana
 membranas propias
 tipo Bekesy
° acoplados
 en serie
 en paralelo: paneles perforados
• m ateriales mixtos: combinación de los anteriores, constituyen la mayor parte
de los materiales comerciales
• materiales anecoicos: de variación gradual de las características por variación
real o por configuración geométrica

Los materiales porosos están constituidos por un esqueleto, que puede ser rígido
o flexible, en cuyo seno existen cavidades, más o menos tortuosas, rellenas de aire.
Los materiales porosos de esqueleto rígido proporcionan, en general, una absorción
mayor que los de esqueleto flexible, por encima de una cierta frecuencia. Los de es-
queleto flexible tienen picos de resonancia, y son susceptibles de proporcionar mayor
absorción en baja frecuencia (figura 1.1).
Los poros pueden ser abiertos o cerrados (figura 1.2). Los materiales de poro
abierto absorben más que los de poro cerrado. Según Arenas y Crocker (2010), los
materiales porosos pueden ser celulares (por ejemplo, las espumas), fibrosos (por
ejemplo, las lanas minerales), o granulares (por ejemplo, las granzas de caucho). Los
materiales celulares se pueden modelar mediante una réplica volumétrica de células
cúbicas con tubos de conexión, los materiales fibrosos mediante tubos cilíndricos
paralelos, y los materiales granulares mediante esferas apiladas.
En los absorbentes tipo resonador, la absorción se produce por el bien conocido
efecto de resonancia de Helmholtz. Proporcionan una curva de absorción de banda
estrecha alrededor de una frecuencia que depende del volumen de la cavidad y de la
longitud y sección del cuello del resonador. Los paneles microperforados pueden ser
considerados como una distribución de resonadores, compartiendo todos ellos la mis-
ma cavidad de aire. Su banda de absorción es, por tanto, más ancha que la de un solo
resonador. Para ensanchar aun más la banda de frecuencias de absorción de un sistema
microperforado, se pueden disponer diferentes capas de ellos (sistemas multicapa).
Introducción 15

material
poroso
a. Rígido
b. Flexible

Resonador
Helmholt

Resonador
membrana

Panel
perforado

Absorbente
anecoico

Figura 1.1. Curvas de absorción típicas de algunos materiales absorbentes


(Según Colina y Moreno, 2005).

Poros abiertos

Poros abiertos

Figura 1.2. Poros abiertos y cerrados en un material absorbente.


16 Absorción del sonido

La propagación del sonido en un medio consiste en variaciones de la presión hi-


drostática de equilibrio a que está sometido dicho medio. En un medio homogéneo,
esta propagación se hace con pérdidas de energía (absorción) muy pequeñas, excepto
a distancias muy grandes y frecuencias muy altas. Un medio poroso se caracteriza
por una cierta microestructura, donde existen al menos dos fases: la fase sólida, o
esqueleto rígido o flexible, y la parte gaseosa, el aire que rellena los poros. La propa-
gación de una onda acústica a través de un medio poroso da lugar a procesos viscosos
y térmicos que degradan la energía acústica en calor.
La viscosidad regula la transición de la velocidad desde cero (sobre la superficie
del esqueleto) hasta la velocidad en campo libre. La distancia de transición entre
ambas velocidades se denomina capa límite viscosa (figura 1.3a). La viscosidad es
la responsable de que el perfil de velocidad de partículas sea cero en las paredes y
máximo en el centro (figura 1.3b).

(a) Capa límite viscosa (b) Perfil de velocidad en un tubo

Figura 1.3. (a) Capa límite viscosa y (b) perfil de velocidad en un tubo.

El espesor de la capa límite viscosa, dv, es (Ingard, 1999):

(1.1)

donde η es la viscosidad dinámica del aire, ρ0 la densidad del aire, y ω=2πf es


la frecuencia angular. Así pues, el espesor de la capa límite viscosa es inversamen-
te proporcional a la frecuencia. Para una frecuencia de f=100 Hz, la capa límite
viscosa tiene un espesor aproximado de dv=220 μm, mientras que para f=1000 Hz,
dv=70 μm.
Un modelo muy simplificado de un material fibroso sería una serie de tubos pa-
ralelos, figura 1.4. De hecho, Rayleigh ilustraba la absorción sonora estudiando la
propagación del sonido en un tubo cilíndrico. La resistencia al flujo, definida como la
caída de presión acústica entre las dos caras del cilindro, dividida por la velocidad de
partículas media en el mismo, es (Ingard, 1999)

(1.2)
Introducción 17

siendo d=2a el diámetro del cilindro. La resistividad al flujo de un tubo cilíndrico


es inversamente proporcional al diámetro del cilindro (al tamaño de los poros, en un
material fibroso).

Figura 1.4. Un material fibroso modelado como una serie de tubos paralelos.

Así pues, la magnitud de los efectos viscosos depende de la frecuencia y de la


microestructura de los poros.
Las pérdidas térmicas también contribuyen a disipar energía del campo acústico.
Una onda acústica que se propaga en un medio libre produce una fluctuación de
temperatura isentrópica (adiabática) entre las zonas de compresión (temperatura más
alta) y las de rarificación (temperatura más baja). Sin embargo, en un medio poroso,
la conductividad térmica de la parte rígida (el esqueleto) es mucho mayor que la de
la parte gaseosa (el aire). Esto hace que las fluctuaciones de temperatura cerca de las
paredes del esqueleto rígido sean isotermas. La transición desde la condición iso-
terma cerca de las paredes, hasta la adiabática lejos de ellas, origina una capa límite
térmica, con su correspondiente espesor, dt. Según Ingard (1999), el espesor de la
capa límite térmica es

(1.3)

donde κ es el coeficiente de conductividad térmica del aire, y Cp es el calor específico


a presión constante del aire. Así pues, el espesor de la capa límite térmica es del mis-
mo orden que el de la viscosa, y también disminuye con la frecuencia.
La estructura de la figura 1.4, aunque bastante simple, es capaz de predecir el
comportamiento más elemental de un material poroso. Las estructuras tubulares dan
18 Absorción del sonido

lugar a una resistividad, que depende del diámetro de los tubos y de la frecuencia,
como consecuencia de la cual hay unas pérdidas visco-térmicas de energía acústica.
Existen modelos más sofisticados que tienen en cuenta otros parámetros constitutivos
del material, como la porosidad, la tortuosidad, factores de forma, etc. En cualquier
caso, la característica acústica más importante de un material absorbente es su curva
de absorción como una función de la frecuencia.
El coeficiente de absorción de un absorbente superficial se puede predecir si se co-
noce la impedancia de entrada al sistema. Dicha impedancia de entrada depende de la
impedancia acústica compleja del material, de su constante de propagación compleja,
y de su espesor. Los modelos de propagación a través de los materiales absorbentes
proporcionan estas variables acústicas, que resultan ser funciones de sus parámetros
constitutivos (resistividad al flujo, porosidad, tortuosidad, etc.). El objetivo fundamen-
tal de este libro es analizar los modelos que proporcionan las variables acústicas de los
materiales absorbentes a partir de sus parámetros constitutivos, enfatizando su uso para
el diseño óptimo de un sistema absorbente en una determinada banda de frecuencias.

1.3. ORGANIZACIÓN DEL LIBRO

La absorción del sonido en el aire tiene una gran importancia en problemas de


propagación a distancias grandes y altas frecuencias. En el capítulo 2 se revisará este
tema, prestando especial atención a la Norma ISO 9623-1 (1993). Esta Norma nos
proporciona una fórmula que permite obtener la atenuación del sonido por absorción
como una función de la distancia y del coeficiente de absorción del aire, que depende
esencialmente de las condiciones atmosféricas.
El coeficiente de absorción depende, además de la frecuencia y de los parámetros
constitutivos del material, del ángulo de incidencia sobre su superficie. En el capítulo
3 se definirán los diferentes coeficientes de absorción de interés en aplicaciones de
control de ruido. En concreto, el coeficiente de absorción para incidencia normal, α0,
y el coeficiente de absorción bajo incidencia oblicua para un absorbente de reacción
local, α1, o de reacción volumétrica, α2. Integrando sobre el ángulo de incidencia se
obtiene el coeficiente de absorción para incidencia difusa, αd, que equivale al coefi-
ciente de absorción Sabine, αs, de un recinto.
En el capítulo 4 se revisan algunos de los modelos de materiales absorbentes
porosos. En concreto, los modelos semi-empíricos que proporcionan la impedancia
compleja y la constante de propagación compleja como una función del parámetro
del absorbente E=ρof/σ, con especial atención a los modelos de Delany y Bazley
(1970) y de Allard y Champoux (1992), y los modelos semi-fenomenológicos, como
el de fluido equivalente, o Johnson-Champoux-Allard (Allard, 1993; Allard y Atalla,
2009), que requiere, además de la resistividad al flujo, la porosidad, la tortuosidad,
y las longitudes características viscosa y térmica. Ya que el coeficiente de absorción
de estos sistemas depende de varios parámetros, puede resultar útil representarlo grá-
ficamente como una función de un par de variables adimensionsales que agrupen a
varios de dichos parámetros. Se obtienen así las cartas de diseño del material absor-
bente (Mechel, 1980).
Introducción 19

Algunos de los materiales acústicos más usados son susceptibles de desprender


partículas que pueden producir irritación de la piel y, si son inhaladas, se pueden
depositar en los alveolos pulmonares. En los últimos años han surgido muchos ma-
teriales porosos, susceptibles de proporcionar absorción, pero que son fabricados a
partir de materiales naturales (fibras de algodón, fibras de coco, fibras de lino, fibras
de caña de bambú, etc.) o reciclados (granza de caucho obtenida de los neumáticos
fuera de uso). En el capítulo 5 se revisan los modelos que permiten predecir el com-
portamiento de estos materiales sostenibles como absorbentes sonoros.
Los absorbentes basados en resonadores de Helmholtz son unos de los más usados
en acústica de la edificación. Como tienen una banda de absorción muy estrecha, se
usan fundamentalmente para absorber tonos puros de baja frecuencia. En el capítulo
6 se revisan los modelos que permiten predecir la curva de absorción de sistemas
basados en resonadores de Helmholtz.
El absorbente acústico que más se parece al modelo elemental esbozado en la fi-
gura 1.4 es el basado en paneles microperforados (MPP). Un absorbente MPP consta
de un panel con perforaciones de diámetro d, distribuidas sobre un panel de espesor
t, con un porcentaje de perforación ϕ, enfrente de una pared rígida, dejando una cavi-
dad de aire de espesor D. Este sistema proporciona una curva de absorción sintoniza-
ble en función de los parámetros constitutivos (d,t,ϕ,D). Para predecir su coeficiente
de absorción se pueden usar los modelos de Maa (1987; 1998) o fluido equivalente
(Atalla y Sgard, 2007). En el capítulo 7 se analizarán estos modelos.
La curva de absorción que se puede conseguir con un sistema MPP sencillo tie-
ne un ancho máximo de unas dos octavas. Para ensanchar la curva de absorción se
pueden usar sistemas de dos MPPs (DL-MPP) o tres MPPs (TL-MPP). En el capítulo
8 se analizan los modelos que permiten obtener el coeficiente de absorción de estos
absorbentes multicapa. También se estudia en este capítulo un diseño híbrido, que
combina una capa porosa con dos MPPs (el DL-MPP/P), capaz de producir absor-
ción en hasta cinco octavas.
El diseño de un sistema MPP multicapa óptimo es bastante complicado, ya que re-
quiere la sintonización de 4N parámetros, siendo N el número de capas. Por ejemplo,
la sintonización de un DL-MPP (TL-MPP) requiere el ajuste de 8 (12) parámetros.
Para facilitar el diseño óptimo de un sistema MPP multicapa se propone en el capítulo
9 un procedimiento de optimización basado en el recocido simulado.
Los modelos de predicción del coeficiente de absorción propuestos en los capí-
tulos 3-9 están basados todos en un modelo de propagación de onda plana. En los
estudios de propagación sonora encima del suelo se usa, sin embargo, un modelo
de ondas esféricas (Attenborough et al., 2007). El coeficiente de reflexión de onda
esférica contiene, además del coeficiente de reflexión de onda plana, un término de-
nominado onda de tierra. Por lo demás, el coeficiente de reflexión de onda plana se
obtiene a partir de la impedancia de entrada al suelo. Como en los capítulos 3-9, esta
impedancia de entrada se puede predecir si se conoce la impedancia compleja y la
constante de propagación compleja del suelo (para suelos homogéneos) o de cada una
de sus capas (para suelos estratificados). En el capítulo 10 se presentan los modelos
que permiten predecir el efecto del suelo en la propagación del sonido en espacios
abiertos.
20 Absorción del sonido

Con cualquiera de los diseños estudiados en los capítulos 3-5 y 7-8 se puede
conseguir una curva de absorción con un pico por encima de los 500-600 Hz y un
espesor limitado. Si se quiere extender la curva de absorción a frecuencias más ba-
jas es menester incrementar el espesor considerablemente. En la mayor parte de las
aplicaciones, la solución ocupa tanto espacio que no es práctica. En este margen de
las frecuencias bajas se pueden usar sistemas híbridos pasivo-activos que combinan
las prestaciones de la parte pasiva a frecuencias medias y altas, con las de la parte
activa a frecuencias bajas (Cobo et al., 2003, 2004). En el capítulo 11 se revisan los
fundamentos del funcionamiento del diseño de estos sistemas híbridos, así como su
optimización en una determinada banda de frecuencias.
Por último, en el capítulo 12 se revisan los diferentes métodos de medida del
coeficiente de absorción en incidencia normal (tubo de impedancias), incidencia obli-
cua (método de reflexión), y en campo difuso (cámara reverberante).

1.4. REFERENCIAS

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tion in rigid frame fibrous materials». J. Acoust. Soc. Am., 91: 3346-3353.
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Cobo, P., Pfretszchner, J., Cuesta, M., y Anthony, D. K. (2004). «Hybrid passi-
ve-active absorption using microperforated panels». J. Acoust. Soc. Am., 116:
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Introducción 21

Fahy, F., (2001). Foundations of Engineering Acoustics. Academic Press, San Diego.
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Standardization Organization, Geneve.
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Zwikker, C. y Kosten, C. W., (1949). Sound Absorption Materials. Elsevier, New
York.
2.  ABSORCIÓN EN EL AIRE

2.1. INTRODUCCIÓN

La absorción del sonido en el aire es muy sensible a su composición, y en


particular, a la concentración muy cambiante de vapor de agua (ISO 9613-1, 1993).
El aire está compuesto esencialmente de nitrógeno, oxígeno y dióxido de carbono.
Mientras que la concentración molar de estos componentes se mantiene más o menos
constante hasta una altitud de 50 km, la concentración de vapor de agua varía en dos
órdenes de magnitud desde el nivel del mar hasta los 10 km.
El sonido se disipa en el aire por una combinación de mecanismos incluyendo:
• Absorción clásica causada por procesos de transporte de la física clásica
• Absorción molecular causada por relajación rotacional.
• A
 bsorción molecular causada por relajación vibracional del oxígeno y del
nitrógeno.
Los procesos de transporte molecular clásicos dan lugar a disipación viscosa y
térmica. La viscosidad en fluidos es una consecuencia de la existencia de tensiones
de cizalla. La teoría cinética de gases demuestra que la tensión viscosa es linealmente
proporcional a la velocidad de cambio de la tensión de cizalla, siendo el factor de
proporcionalidad el denominado coeficiente de viscosidad dinámica (Fahy, 2001).
Las tensiones viscosas son esencialmente no conservativas y disipan energía cinética
del fluido en calor. El coeficiente de viscosidad dinámica, debido a su origen en
el transporte molecular, crece con la temperatura según la ecuación de Sutherland
(McInally, 1963).

(2.1)

donde C=118 es una constante, y T es la temperatura absoluta en °K. Panneton ha


propuesto una ecuación polinómica que se aproxima bien a la de Sutherland

(2.2)

La figura 1 muestra una comparación del resultado de ambas ecuaciones. Como puede
verse, ambas curvas casi coinciden, con un ligero exceso de la ecuación de Panneton
24 Absorción del sonido

en comparación con la de Sutherland. También podemos destacar que el coeficiente de


viscosidad crece casi linealmente con la temperatura, en el margen entre 0 y 40 °C.

1,95
Sutherland
Panneton

1,9

1,85
h (*10-5 Ns m-2)

1,8

1,75

1,7
0 5 10 15 20 25 30 35 40
T (ºC)

Figura 2.1. Variación del coeficiente de viscosidad dinámica del aire con la temperatura.

Otro mecanismo de conversión de la energía acústica en calor opera en gases que


tienen más de un átomo por molécula. Cuando un gas realiza trabajo por compresión
súbita, se incrementa instantáneamente la energía cinética del movimiento traslacional
de las moléculas, y como consecuencia, crecen su presión, densidad y temperatura.
Parte de esta energía se usa para los movimientos vibracionales y rotacionales de las
moléculas, lo que hace disminuir la presión: esto es lo que se denomina relajación. Si
la expansión se produce con suficiente rapidez, se pierde una cantidad despreciable de
energía traslacional y el trabajo de compresión se puede recuperar completamente en
la fase de expansión. Si el ciclo compresión-expansión es suficientemente lento, hay
tiempo para que se alcance el equilibrio termodinámico entre los diferentes modos de
energía, y el proceso vuelve a ser reversible. Si el periodo de oscilación está entre estos
dos casos extremos, parte de la energía sonora se perderá irreversiblemente en energía
interna del gas. En consecuencia, el gas no se comportará como perfectamente elástico,
sino que tendrá un módulo de compresibilidad complejo, y exhibirá una cierta histéresis
conocida como viscoelasticidad, según la cual la presión es una función tanto de la
deformación volumétrica como de su derivada temporal (Fahy, 2001). En este caso, las
presiones no están completamente en fase con las deformaciones volumétricas.
Las ondas sonoras producen gradientes de temperatura entre regiones de presión,
densidad y temperatura temporalmente incrementadas y reducidas. Según la teoría
Absorción en el Aire 25

termodinámica, estos gradientes de temperatura dan lugar a difusión del calor en proporción
al gradiente y al coeficiente de conductividad térmica del medio. En gases, a las frecuencias
de audio, las longitudes de onda son tan grandes comparadas con la distancia promedio
recorridas por las moléculas entre las diferentes colisiones (recorrido libre medio), y la
conductividad térmica tan baja, que el flujo de calor producido por este proceso de difusión
es muy pequeño. Sin embargo, aun siendo tan pequeño, este flujo es irreversible, dando
lugar a una cierta disipación de la energía sonora en calor (Fahy, 2001).
En el aire, la viscosidad y la difusión térmica producen una pérdida de energía sonora
comparable, que crece con el cuadrado de la frecuencia. Como se verá en la sección 2.2,
la absorción a la que dan lugar es despreciable a distancias cortas y baja frecuencia. Sin
embargo, a distancias grandes, la absorción de las frecuencias altas es tal que el proceso
de pérdida de energía sonora se asemeja a un proceso de filtrado paso-bajo.
Como se ha comentado antes, la energía traslacional de las moléculas de gases
poliatómicos puede ser transferida a otras formas de energía molecular, tales como rotacional
o vibracional. Este efecto, que es despreciable en aire seco, se puede ver incrementado por
la presencia de moléculas de agua, que altera el tiempo de relajación de las moléculas de
nitrógeno y oxígeno de tal forma que la atenuación resultante a las frecuencias de audio
llega a ser significativa a frecuencias altas y grandes distancias. Como se verá en la sección
2.2, la atenuación atmosférica, en dB/m, a 20 °C para una humedad relativa del 50 %, es
diez veces superior a la correspondiente para el aire seco. La absorción por este proceso de
relajación molecular incluso reduce el tiempo de reverberación de grandes espacios, tales
como auditorios y cámaras reverberantes, a frecuencias en el rango del kHz (Fahy, 2001).
Este efecto es una fuente de discrepancia entre los modelos a escala reducida y los recintos
a escala real en modelos de acústica de salas.
La absorción del sonido en el aire, resultante de los mecanismos mencionados,
se puede predecir usando las ecuaciones recogidas en la Norma ISO 9613-1 (1993).

2.2. NORMA ISO 9613-1

Sea P0 la presión acústica en un determinado punto. La presión acústica a una


distancia r en una atmósfera con condiciones uniformes, libre de niebla significativa
y de partículas contaminantes (ISO 9613-1, 1993; Attenborough et al., 2007) es

(2.3)

donde α(f) es el coeficiente de absorción del sonido en el aire. Nótese que la diferencia
de niveles de presión sonora entre ambos puntos es

(2.4)

siendo αa el coeficiente de absorción del aire que se expresa en dB/m y depende,


además de la frecuencia, de las variables atmosféricas, pudiéndose calcular, para el
caso de tonos puros, con la ecuación
26 Absorción del sonido

(2.5a)

con

(2.5b)

(2.5c)

(2.5d)

(2.6)

(2.7)

las frecuencias de relajación del oxígeno y nitrógeno, respectivamente. En las


ecuaciones (2.5)-(2.7), pr=101.325 kPa es la presión de referencia del aire, T0=293.15
K (20 °C) es la temperatura del aire de referencia, pa es la presión atmosférica en kPa,
T es la temperatura atmosférica en °K, y h es la concentración molar del vapor de
agua dada por

(2.8)

siendo Hr la humedad relativa del aire, y psat la presión de saturación del vapor de
agua, cuyo valor es

(2.9)
Absorción en el Aire 27

La concentración molar del vapor de agua es el cociente (en tanto por ciento) entre
el número de kilomoles del vapor de agua y la suma del número de kilomoles del aire
seco y el vapor de agua. Según la ley de Avogadro, la concentración molar del vapor
de agua es también el cociente entre la presión parcial del vapor de agua y la presión
atmosférica. Para las condiciones atmosféricas que se encuentran usualmente cerca
del nivel del mar, h varía entre el 0.2 % y el 2 %. A una altitud de 10 km, h desciende
hasta un valor aproximado del 0.01 %.
Las ecuaciones (2.5)-(2.9) permiten calcular el coeficiente de absorción del
aire como una función de la frecuencia y de las variables atmosféricas presión,
temperatura y humedad. La figura 2.2 muestra el coeficiente de absorción del aire,
como una función de la frecuencia y de la presión atmosférica, para T=20 °C y para
varias humedades relativas. Podemos comprobar que:
• El coeficiente de absorción apenas depende de la presión atmosférica.
• P
 ara una temperatura fija, el coeficiente de absorción crece con la frecuencia y
decrece con la humedad relativa.
Es decir, para una temperatura fija, un aire seco es más absorbente que uno
húmedo. Para un análisis más fino de la dependencia del coeficiente de absorción
con la temperatura y la humedad, las figuras 2.3 y 2.4 muestran el coeficiente de
absorción del aire, como una función de la frecuencia y de la humedad relativa (y
para varias temperaturas), en el primer caso, y como una función de la frecuencia y de
la temperatura (y para varias humedades relativas), en el segundo. En ambas figuras
la presión atmosférica es constante e igual a 1013 mbar.
Hr=10% Hr=30%
105 105
0.2
0.2
100 0.15 100
0.15
95 0.1 95
0.1

90 0.05 90
Presión atmosférica (mbar)

0.05

85 85
2000 4000 6000
8000 10000 2000 4000 6000
8000 10000

Hr=60% Hr=90%
105 105
0.12
0.2
100 0.1 100

0.08 0.15
95 95
0.06
0.1
0.04
90 90
0.05
0.02

85 85
2000 4000 6000
8000 10000 2000 4000 6000
8000 10000
Frecuencia (Hz)

Figura 2.2. Coeficiente de absorción del aire, en dB/m, para T=20 °C, como una función de la
frecuencia y presión atmosférica, para diferentes humedades relativas.
28 Absorción del sonido

Podemos observar que:


• P
 ara temperaturas muy bajas (-20 °C), el coeficiente de absorción crece con la
frecuencia y con la humedad relativa, figura 2.3.
• A
 temperaturas bajas (5 °C), vemos como hay una humedad relativa media a la
que se alcanza la absorción máxima.
• L
 a tendencia se invierte completamente a temperaturas altas, en donde la
absorción crece a medida que decrece la humedad relativa.
• S
 i mantenemos constante la humedad relativa, vemos que el coeficiente de
absorción alcanza un valor máximo a alguna temperatura entre -20 °C y 50 °C,
figura 2.4. De hecho, en concordancia con el resultado de la figura 2.4, la
temperatura a la que se alcanza la máxima absorción decrece a medida que
aumenta la humedad relativa.
T=-20ºC T=5ºC
100 100
0.2
0.04
80 80
0.15
0.03
60 60
0.1
0.02
40 40
0.01 0.05
Humedad relativa (%)

20 20

2000 4000 6000


8000 10000 2000 4000 6000
8000 10000

T=-30ºC T=50ºC
100 100
0.3
0.2
80 0.25 80
0.15
0.2
60 60
0.15 0.1
40 0.1 40
0.05
0.05
20 20

2000 4000 6000


8000 10000 2000 4000 6000
8000 10000
Frecuencia (Hz)
Figura 2.3. Coeficiente de absorción del aire, en dB/m, para pa=1013 mbar, como una función
de la frecuencia y humedad relativa, para diferentes temperaturas.

Aún cuando la dependencia del coeficiente de absorción del aire con las variables atmosféricas
humedad relativa y temperatura es algo más compleja, la dependencia con la frecuencia es
mucho más simple: la absorción del aire crece rápidamente con la frecuencia, figura 2.5.
La figura 2.6 muestra la atenuación del sonido en su trayecto entre dos puntos del aire
separados por r=6.75 m, para T=10 °C y Hr=20 %. Como puede verse, solo a frecuencias altas
se obtiene una atenuación reseñable. Esta es la razón por la que los modelos de propagación
a distancias cortas no suelen tener en cuenta las pérdidas por absorción en el aire. A distancias
más grandes, sin embargo, el efecto puede ser muy importante. La figura 2.7 muestra la
atenuación del sonido entre dos puntos separados 2 km, para T=20 °C y Hr=50 %. Como
puede verse, en este caso, el sonido de alta frecuencia se atenúa rápidamente.
Absorción en el Aire 29

H=10% H=40%
50 50

40 0.3 40 0.2
30 0.25 30
0.15
20 0.2 20

10 0.15 10 0.1
0 0.1 0
0.05
-10 0.05 -10
Temperatura (ºC)

2000 4000 6000


8000 10000 2000 4000 6000
8000 10000

H=70% H=100%
50 50
0.2
40 40
0.15
30 0.15 30

20 20
0.1
0.1
10 10

0 0
0.05 0.05
-10 -10

2000 4000 6000


8000 10000 2000 4000 6000
8000 10000
Frecuencia (Hz)

Figura 2.4. Coeficiente de absorción del aire, para pa=1013 mbar, como una función
de la frecuencia y temperatura, para diferentes humedades relativas.

0.2
Hr = 10%
0.18 Hr = 40%
Hr = 70%
0.16 Hr = 100%

0.14

0.12
aa (dB/m)

0.1

0.08

0.06

0.04

0.02

0
0 1000 2000 3000 4000 5000 6000 7000 8000 9000 10000

Frecuencia (Hz)

Figura 2.5. Coeficiente de absorción del aire como una función de la frecuencia
para T=20 °C, pa=1013 mbar, y varias humedades relativas.
30 Absorción del sonido

Así pues, el efecto de la absorción del aire en la propagación del sonido a grandes
distancias puede simularse por un filtro paso-bajo que atenúa rápidamente las
frecuencias medias y altas.

0.5
DL (dB/)

0.6

0.4

0.2

0
0 1000 2000 3000 4000 5000 6000 7000 8000 9000 10000
Frecuencia (Hz)
Figura 2.6. Atenuación del sonido entre dos micrófonos separados 6.75 m,
para T=10 °C, pa=1013 mbar y Hr=20 %.

350

300

250

200
DL (dB/)

150

100

50

0
0 1000 2000 3000 4000 5000 6000 7000 8000 9000 10000
Frecuencia (Hz)
Figura 2.7. Atenuación del sonido entre dos micrófonos separados 2000 m,
para T=20 °C, pa=1013 mbar y Hr=50 %.
Absorción en el Aire 31

2.3. REFERENCIAS

Attenborough, K., Li, K .M. y Horoshenkov, K. (2007). Predicting Outdoor Sound.


Taylor & Francis, London.
Fahy, F. (2001). Foundations of Engineering Acoustics. Academic Press, San Diego.
ISO 9613-1 (1993). Acoustics- Attenuation of sound during propagation. Part 1:
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Standardization Organization, Geneve.
McInally, M., (1963). «Variation of air density with temperature». Am. J. Phys.
31:732-733.
3.  COEFICIENTE DE ABSORCIÓN

3.1. INTRODUCCIÓN

En el capítulo 2 se analizó el coeficiente de absorción del sonido en el aire,


como una consecuencia de procesos disipativos viscotérmicos. En este capítulo
estudiaremos el coeficiente de absorción del sonido en la interfaz entre dos medios.
Dicho coeficiente de absorción está determinado por la impedancia de cada uno de
los medios.
Se define la impedancia acústica específica como el cociente entre la presión
acústica y la velocidad de partículas. En el caso de que hablemos de la impedancia en
la frontera de un medio, hay que considerar la componente de la velocidad de partí-
culas perpendicular a la superficie de dicha frontera.
Además de la impedancia y la frecuencia, el coeficiente de absorción en la interfaz
entre dos medios depende del ángulo de incidencia. En el caso de incidencia oblicua,
se debe distinguir entre medios de reacción local o volumétrica (Fahy, 2001; Mechel
y Ver, 1992). En los absorbentes de reacción local, la absorción del sonido en la di-
rección del plano de la interfaz está prohibida. Ejemplos de absorbentes de reacción
local son las capas porosas particionadas, los resonadores de Helmholtz con volumen
particionado, o las capas de nido de abeja. En este caso, la velocidad de partículas en
la interfaz depende solamente de la presión sonora local en el punto de incidencia.
En un medio absorbente de reacción volumétrica, tal como una capa porosa con
una capa de aire detrás, es posible la propagación del sonido en la dirección paralela
al plano de la interfaz. En este caso, la velocidad de partículas en la interfaz depende
no solo de la presión acústica local sino también de la distribución de presión sonora
en todo el volumen de absorbente.
Fahy (2001) proporciona otra explicación de la absorción para algunos materia-
les absorbentes de reacción local. En dichos materiales es razonable pensar que la
velocidad de partículas asociada a una onda sonora incidente en un punto está rela-
cionada solamente con la presión sonora local, siendo, por tanto, independiente de
la forma del campo de ondas incidentes. Es por eso que en los materiales acústicos
de reacción local, la interfaz puede ser caracterizada por una impedancia acústica
específica única.
En términos prácticos, la impedancia acústica en un medio de reacción local es
independiente del ángulo de incidencia, siendo igual a la impedancia acústica es-
pecífica en dirección normal a la interfaz. El sonido se propaga en este medio en la
dirección perpendicular a la superficie, figura 3.1.
34 Absorción del sonido

Reacción local
θ0

θ1

Reacción volumétrica

Figura 3.1. Absorbentes de reacción local y volumétrica.

En el caso de un medio de reacción volumétrica, la impedancia depende del án-


gulo de incidencia, y el sonido se propaga según la dirección especificada por la ley
de Snell

(3.1)

donde k0 y k1 es el número de onda en cada medio, y θ0 y θ1 son los ángulos de inci-


dencia y transmisión, respectivamente.

3.2. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN PARA INCIDENCIA NORMAL

Considérese una onda plana incidente en dirección perpendicular en la interfaz


entre dos medios de impedancias acústicas Z0 y Z1, y números de onda k0 y k1. Las
presiones acústicas incidente y reflejada son

(3.2)
Coeficiente de Absorción 35

La presión acústica total en la interfaz (x=0), será, por tanto,

(3.3)

Y la velocidad de partículas correspondiente en la dirección normal será

(3.4)

La impedancia a la entrada del medio absorbente será entonces

(3.5)

De aquí, el coeficiente de reflexión en la interfaz será

(3.6)

La componente normal de intensidad de la onda plana incidente será

(3.7)

Y la de la componente normal de la intensidad de la onda plana reflejada será

(3.8)

El coeficiente de absorción en dirección normal será entonces

(3.9)

Esta es una de las ecuaciones más importantes en el diseño de materiales absor-


bentes, pues establece que el coeficiente de absorción puede obtenerse si se calcula el
coeficiente de reflexión, el cual depende exclusivamente del contraste de impedancias
entre los dos medios. La ecuación (3.9) nos dice que el coeficiente de absorción es el
complementario del módulo del coeficiente de reflexión de onda plana al cuadrado.
Por tanto, máxima absorción requiere mínima reflexión. Según la ecuación (3.6),
para que el coeficiente de reflexión sea cero es necesario que el segundo medio tenga
la misma impedancia que el medio incidente. En el caso concreto del aire, un medio
absorbente ideal debería tener una impedancia acústica adaptada a la impedancia del
36 Absorción del sonido

aire, que es real. Como la impedancia del absorbente es una magnitud compleja, esto
se puede conseguir, generalmente, solo en una determinada banda de frecuencias. Sea

(3.10)

La parte real de la impedancia se denomina resistencia acústica, y la parte imagi-


naria se denomina reactancia acústica. Pues bien, un absorbente ideal tiene que tener
una resistencia lo más próxima a Z0=411 kg m-2 s-1, y una reactancia lo más próxima
a cero.

3.3. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN EN INCIDENCIA OBLICUA

Considérese la interfaz plana entre dos medios homogéneos de impedancias Z0 y


Z1, y números de onda k0 y k1, figura 3.2.

θ0
θ1
x
θ0

Z1, K1
Z0, K0

Figura 3.2. Incidencia oblicua de onda plana en una superficie plana.

Sean k0x=k0 cosθ0 y k0y=k0sinθ0 las componentes del número de onda en las di-
recciones perpendicular y tangencial a la superficie, respectivamente, en el medio
incidente, y k1x=k1 cosθ1 y k1y=k1sinθ1 las componentes del número de onda en las
Coeficiente de Absorción 37

direcciones perpendicular y tangencial a la superficie, respectivamente, en el medio


transmitido.
Las presiones acústicas incidente y reflejada son

(3.11)

La presión acústica total en la interfaz (x=0), será, por tanto,

(3.12)

Y la velocidad de partículas correspondiente en la dirección normal será

(3.13)

La presión acústica transmitida será

(3.14)

y la componente normal de la velocidad de partículas será

(3.15)

En la interfaz x=0

(3.16)

(3.17)

De la continuidad de la presión acústica y de la componente normal de la veloci-


dad de partículas en la interfaz

(3.18)
38 Absorción del sonido

resultando

(3.19a)

que es el coeficiente de reflexión en incidencia oblicua para un medio de reacción


volumétrica. Los ángulos de incidencia y transmisión está relacionados por la Ley de
Snell (Brekhovskikh, 1980)

(3.20)

El ángulo de transmisión puede ponerse entonces como

Como vemos, el ángulo de propagación en el medio transmitido depende del co-


ciente entre las velocidades de propagación en ambos medios. En general, c1>c0,
por lo que θ1>θ0. Por lo tanto, el ángulo de transmisión es, en general, mayor que el
ángulo de incidencia. En este caso, hay un ángulo a partir del cual hay reflexión total,
dado por θal=asin (c0/c1). Este es el caso que se da en la transmisión de sonido desde
el aire al agua. El cociente de velocidades en este caso es c0/c1=0.23 y el ángulo límite
para reflexión total es de unos 13.2°.
Para un medio de reacción local, como θ1=0, cos θ1=1

(3.19b)

Una vez calculado el coeficiente de reflexión, el coeficiente de absorción se ob-


tendría, como en el caso de incidencia normal, de la ecuación (3.9). Nótese que un
material que esté adaptado para producir máxima absorción en incidencia normal
(resistencia próxima a ρ0c y reactancia próxima a cero), no tiene porqué comportarse
igual a incidencia oblicua, ya que para cada ángulo la impedancia del medio incidente
cambia como Z0/cosθ0.

3.4. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN DE UNA CAPA ANISÓTROPA

Si el material es isótropo, las propiedades acústicas en incidencia oblicua son


las mismas que en incidencia normal. Gran parte de los trabajos encontrados en la
literatura tratan a los materiales absorbentes como isótropos. Sin embargo, las propie-
dades de los materiales no son las mismas en la dirección del plano del material que
Coeficiente de Absorción 39

en la dirección perpendicular. Pyett (1953) caracterizó a los materiales absorbentes


anisótropos para incidencia oblicua. Allard (1993) también incluye esta formulación
en su libro.
Las propiedades acústicas de un material absorbente pueden ser expresadas en
términos de una impedancia acústica específica, Za, y de una constante de propaga-
ción también compleja, Γa. Estas están relacionadas con la densidad dinámica, ρ, y el
módulo de compresibilidad dinámico, K, por

(3.21)

Un medio de propagación se puede caracterizar entonces por dos de estas cuatro


variables. Una onda plana en la dirección x viene dada por

(3.22)

Es usual escribir Γa=ζ+jβ, donde ζ es la constante de atenuación, y β es la cons-


tante de fase. En el aire, β=2π/λ=k0. En un medio anisótropo, ρ, y posiblemente K,
dependerán de la dirección de u, de modo que ambas variables serán tensores. Si
los tensores ρ y K son simétricos y tienen los mismos ejes principales (lo cual es de
esperar, ya que ambas magnitudes deben su anisotropía a la anisotropía de la microes-
tructura geométrica del material), entonces ambos tensores son diagonales referidos a
estos ejes. En este caso se obtiene la ecuación de ondas

(3.23)

Definiendo y , la ecuación de ondas es

(3.24)

y la velocidad de volumen

(3.25)
40 Absorción del sonido

Se pueden definir ondas planas en cada una de las direcciones de los ejes princi-
pales, mediante

(3.26)

Para otro tipo de ondas, en general, la dirección de u no tiene que coincidir nece-
sariamente con la dirección de propagación.
Calculemos ahora la impedancia de entrada a una capa de material poroso, de es-
pesor d, figura 3.3. Si la onda plana forma un ángulo δ con el eje y, y k0 es el número
de onda en el aire, la suma de presiones en el medio de incidencia será (despreciando
la componente eiwt)

(3.27)

y la onda transmitida

(3.28)

X
θ
δ

X=d

X=0

Figura 3.3. Una onda plana incidiendo oblicuamente en una capa de material absorbente.
Coeficiente de Absorción 41

De acuerdo con las ecuaciones (3.25) y (3.26)

(3.29)

(3.30)

La continuidad de la presión acústica en la interfaz x=0 requiere que

(3.31)

En x=d, ux=0. Por tanto


(3.32)

La impedancia acústica específica de entrada a la capa (en x=0) es

(3.33)

donde q, de las ecuaciones (3.29) y (3.31) es

(3.34)

En incidencia normal, θ0=0, q=Γa, y la ecuación (3.34) se reduce a


(3.35)

Para una capa de aire, la ecuación (3.35) se simplifica a

(3.36)
42 Absorción del sonido

En un medio isótropo, Γx=Γy=Γz=Γa, y

(3.37)

que es lo que Mechel (1988) define como Γacosθ1, siendo θ1 el ángulo de refracción
en la capa de material absorbente. Siempre se puede definir un ángulo de refracción
tal que

(3.38)

Si no existe absorción, ζ=0, y Γy=ik1. Entonces el ángulo de refracción es real y


tenemos la ley de Snell. Cuando existe absorción, el ángulo de refracción es comple-
jo, y la onda plana se dice que es inhomogénea. Es decir, el conjunto de puntos de
igual fase no ha de ser paralelo a la superficie del material, mientras que el conjunto
de puntos de igual amplitud si lo es (Pyett, 1953). En los materiales absorbentes tipo
lanas de roca y de vidrio, las fibras suelen estar aleatoriamente distribuidas en el pla-
no de la superficie. Es razonable asumir entonces que Γy=Γz=Γp. Si definimos Γx=Γn,
la constante de propagación en la dirección perpendicular a la superficie del material
es entonces

(3.39)

Conocida la impedancia de entrada, se puede calcular el coeficiente de reflexión


de onda plana usando la ecuación (3.19a), para una capa de reacción volumétrica, o
la ecuación (3.19b) para una capa de reacción local. Obviamente, el modelo de reac-
ción local simplifica mucho los cálculos del coeficiente de reflexión. El coeficiente de
absorción se obtendría entonces usando la ecuación (3.9).

3.5. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN DE UN MEDIO ESTRATIFICADO

En la sección 3.4 se ha asumido que la onda plana incide sobre un medio homogé-
neo. Un caso muy común es que el medio de transmisión sea estratificado. La figura
3.4 muestra un medio con N capas, cada una de ellas con espesor dn, impedancia
acústica específica compleja Zn y constante de propagación compleja Γn. La impe-
dancia y número de onda en el medio de incidencia son Z0 y k0, respectivamente. Los
correspondientes valores del medio de transmisión son ZN y kN. La onda plana incide
con ángulo θ0 y se transmite con ángulo θN+1.
Estableciendo condiciones de continuidad de las presiones acústicas y de las com-
ponentes normales de la velocidad de partículas se puede obtener una relación de
Coeficiente de Absorción 43

recurrencia entre diferentes variables acústicas de cada una de las capas. Por ejemplo,
Brekhovskikh (1980) obtiene una relación de recurrencia entre las impedancias de
entrada a las capas, mientras que Mechel (1988) obtiene una relación tal entre los
coeficientes de reflexión en cada una de las interfaces. Asumiendo que la interfaz
última es una pared rígida (es decir, ZN+1=∞, RN=1), entonces Mechel (1988) propor-
ciona la relación

(3.40)

θ0 θN+1

θ0

Z0, K0 Z1, Γ1, d1 Z2, Γ2, d2 ZN, ΓN, dN ZN+1, KN+1

Figura 3.4. Onda plana incidiendo sobre un medio estratificado.

con

(3.41)

La relación de recurrencia de la ecuación (3.40), para una pared rígida, empieza


con RN=1. Wn en la ecuación (3.41) es la componente normal de la impedancia de
cada una de las capas. En la interfaz de entrada W0=Z0/cos θ0. La segunda de las
ecuaciones (3.41) es la Ley de Snell en cada una de las interfaces. Usando esta ley de
Snell, se puede poner la impedancia en cada capa como
44 Absorción del sonido

(3.42)

La tercera de las ecuaciones (3.41) representa el espesor acústico de cada capa, y


usando la ley de Snell, puede ponerse también como

(3.43)

Las relaciones de recurrencia (3.40)-(3.43) permiten obtener el coeficiente de re-


flexión en la primera interfaz del sistema, una vez que se conocen las impedancias,
constantes de propagación y espesores de cada una de las capas. El coeficiente de
absorción se obtendría entonces usando la ecuación (3.9).
Una formulación matricial elegante del problema de la propagación de ondas pla-
nas en medios estratificados puede ser encontrada en Allard y Atalla (2009).

3.6. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN EN CAMPO DIFUSO

Un campo acústico difuso se caracteriza porque en cualquier punto existen ondas


sonoras en todas las direcciones con igual probabilidad. Ya que los absorbentes se
usan generalmente para revestir paredes y techos de recintos, es interesante calcular
el coeficiente de absorción de una superficie recubierta con un material absorbente
para incidencia difusa. Se asume que en cada punto de la superficie inciden ondas
planas incorreladas desde cualquier dirección de un semi-espacio, figura 3.5.

Figura 3.5. Superficie de integración en un campo semi-difuso.


Coeficiente de Absorción 45

La intensidad sonora normal en el punto de incidencia es (Fahy, 2001)

(3.44)

donde es la presión cuadrática media en el campo difuso y θ es el ángulo de inci-


dencia en la superficie. La potencia total absorbida por unidad de área en la superficie
es la integral de esta cantidad sobre todos los ángulos de incidencia, es decir

(3.45)

La potencia total incidente es , así que el coeficiente de absor-


ción de potencia sonora en campo difuso será

(3.46)

Ya que la forma de α(θ) depende de que la superficie sea de reacción local o vo-
lumétrica, el coeficiente de absorción en campo difuso también depende de esta con-
dición. Ingard (1999) usa la notación α0, α1 y α2 para denotar los coeficientes de ab-
sorción en incidencia normal, de absorción difusa con reacción local, y de absorción
difusa con reacción volumétrica, respectivamente. Para ilustrar la diferencia entre
cada uno de estos coeficientes de absorción, consideremos un sistema compuesto por
un velo rígido, de impedancia normalizada z=Z/Z0, sobre una capa de aire de espesor
L. La impedancia de entrada normalizada, zi=Zi/Z0, a este sistema será

(3.47)

el coeficiente de reflexión será

(3.48)

El coeficiente de absorción será α(θ0) = 1 – |R(θ0)|2, y el coeficiente de absorción


en incidencia difusa será el proporcionado por la ecuación (3.46). Las Figuras 3.6-3.8
muestran los coeficientes de absorción en incidencia normal y difusa, como una fun-
ción de L/λ, para tres valores de la resistencia normalizada del velo rígido, z. Como es
de esperar, el pico de absorción en incidencia normal se produce para el caso z=1, ya
que la resistencia acústica del velo está completamente adaptada a la del aire.
46 Absorción del sonido

0.9 α0

α1
0.8
α2
0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

1
10-2 10-1 100

L/λ

Figura 3.6. Coeficientes de absorción de un velo rígido sobre capa de aire, para z=1.

0.9 α0

α1
0.8
α2
0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

1
10-2 10-1 100

L/λ

Figura 3.7. Coeficientes de absorción de un velo rígido sobre capa de aire, para z=2.
Coeficiente de Absorción 47

0.9 α0

α1
0.8
α2

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

1
10-2 10-1 100

L/λ

Figura 3.8. Coeficientes de absorción de un velo rígido sobre capa de aire, para z=4.

0.9 α0

α1
0.8 α2

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

1
101 102 103 104

Frecuencia (Hz)

Figura 3.9. Coeficientes de absorción de banda estrecha de un velo rígido, con z=1,
sobre capa de aire de L=10 cm.
48 Absorción del sonido

•  l coeficiente de absorción en incidencia normal está por encima de los co-


E
rrespondientes coeficientes de absorción en campo difuso para el caso z=1.
En los casos z=2 y z=4 se obtiene una absorción mayor en campo difuso con
el absorbente de reacción local (por ejemplo, compartimentando la capa de
aire con un nido de abeja).
•  n todos los casos, la curva de absorción en campo difuso y reacción exten-
E
dida, está desplazada hacia las frecuencias altas.

0.9 α0

α1
0.8
α2

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

1
102 103

Frecuencia (Hz)

Figura 3.10. Coeficientes de absorción en bandas de tercio de octava de un velo rígido, con z=1,
sobre capa de aire de L=10 cm.

Las figuras 3.6-3.8 mostraban los coeficientes de absorción en bandas de frecuencia


estrecha. Otras veces conviene conocer dichos coeficientes de absorción en bandas pro-
porcionales. Los promedios dentro de cada banda proporcional se llevan a cabo mediante

(3.49)

(3.50)

siendo fc la frecuencia central de la banda, N el orden de la banda (N=1 para octavas,


N=3 para tercios de octava, etc.), y Δf es el intervalo de frecuencias del espectro de
Coeficiente de Absorción 49

banda estrecha. Las figuras 3.9-3.11 muestran los distintos coeficientes de absorción
del sistema anterior con z=1 y L=10 cm, en banda estrecha, tercios de octava y octa-
vas, respectivamente. Nótese que:
• C  omo antes, el coeficiente de absorción para incidencia normal es mayor en
el máximo que los de incidencia difusa, ya que z=1. También, el coeficiente
de absorción para campo difuso en reacción volumétrica está desplazado
hacia las altas frecuencias.
• L  a integración del coeficiente de absorción en bandas de frecuencia propor-
cionales suaviza las curvas, sobre todo en la parte de alta frecuencia.

0.9 a0
a1
0.8
a2

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

1
102 103

Frecuencia (Hz)

Figura 3.11. Coeficientes de absorción en bandas de octava de un velo rígido, con z=1,
sobre capa de aire de L=10 cm.

3.7. ABSORBENTES VOLUMÉTRICOS

Generalmente, los velos acústicos con cavidad de aire se usan revistiendo paredes
y techos. En este caso, la presión sonora a ambos lados del velo están correladas, ya
que la presión en la parte trasera del velo resulta de la reflexión en la pared rígida, lo
que hace posible la estructura resonante de su curva de absorción. Los velos acústicos
pueden disponerse también suspendidos del techo, o en una mampara lejos de cual-
quier pared, en cuyo caso son absorbentes volumétricos.
Asumiendo un velo de dimensiones grandes comparadas a la longitud de
onda, se puede despreciar la difracción. Asumiendo un campo difuso, los
50 Absorción del sonido

campos de presiones a ambos lados del velo están incorrelados, y podemos


poner (Ingard, 1999).

(3.51)

siendo z=Z/Z0 la impedancia específica normalizada y θ0 el ángulo de incidencia.

1
τ2
R2
0.9
α0
0.8

0.7

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Figura 3.12. Coeficientes de absorción, reflexión y transmisión en incidencia normal


de un velo rígido.

La figura 3.12 muestra los coeficientes de absorción, reflexión y transmisión en


incidencia normal de un velo rígido, como una función de la impedancia específica
normalizada. El coeficiente de absorción tiene un valor máximo de 0.5 para una im-
pedancia normalizada de 2. Los coeficientes correspondientes de reflexión y transmi-
sión tienen ambos un valor de 0.25 para z=2. En estas circunstancias, la mitad de la
potencia incidente es absorbida y la otra mitad se reparte a partes iguales en potencias
reflejada y transmitida. Estos resultados en incidencia normal son válidos para cual-
quier ángulo de incidencia si se sustituye z por z cos θ0.
Coeficiente de Absorción 51

3.8. REFERENCIAS

Allard, J. F. (1993). Propagation of sound in porous media. Modelling sound absor-


bing materials. Chapman&Hall, London.
Allard, J. F. y Atalla, N. (2009). Propagation of sound in porous media. Modelling
sound absorbing materials. 2nd Edition. John Wiley & Sons, Chichester, West
Sussex.
Brekhovskikh, L. M. (1980). Waves in Layered Media. Academic Press, New York,
USA.
Fahy, F. (2001). Foundations of Engineering Acoustics. Academicc Press, San Diego.
Ingard, U. (1999). Notes on Sound Absorption. Kittery Point, Maine.
Mechel, F. P. (1988). «Design charts for sound absorber layers». J. Acoust. Soc. Am.,
83: 1002-1013.
Mechel, F. P. y Ver, I. L. (1992). «Sound-absorbing materials and sound absorbers».
En Noise and Vibration Control Engineering (L. L. Beranek y I. L. Ver, Eds.),
Chapter 8, John Wiley & Sons, New York.
Pyett, J. S. (1953). «The acoustic impedance of a porous layer at oblique incidence».
Acustica, 3: 375-382.
4.  MATERIALES POROSOS

4.1. INTRODUCCIÓN

El uso de materiales porosos para incrementar el aislamiento a ruido aéreo de


paramentos multicapa, o para reducir la reverberación en recintos, es bien conocido
en Acústica. En este capítulo, estamos interesados en las características absorbentes
de tales materiales.
Estos materiales se denominan porosos y, como se vio en el capítulo 1, pueden
subdividirse en celulares, fibrosos o granulares. Entre los más conocidos tenemos
las lanas de vidrio, las lanas de roca, y las espumas de material plástico. Cuando se
usan en la edificación, las lanas de vidrio y de roca resisten además temperaturas más
altas. Hoy en día, las lanas de vidrio y de roca se incluyen en la denominación común
de lanas minerales. La fabricación de las lanas de vidrio y de roca es muy similar.
Se parte de componentes constitutivos mezclados con materiales aglutinantes. La
composición se funde en un horno. La mezcla fundida pasa después por un proceso
de fibrado y de polimerización de la resina, que confiere rigidez a los productos. El
resultado es un material con alto contenido en aire (muy poroso), de densidad muy
variable, y con unas características acústicas muy interesantes.
En la literatura se pueden encontrar modelos de propagación en materiales poro-
sos semi-empíricos, semi-fenomenológicos y micro-estructurales (Garai y Pompoli,
2002). Los modelos micro-estructurales toman en consideración la estructura del me-
dio y resuelven en él la ecuación de ondas. Gran parte de los modelos de este tipo son
variaciones del modelo de Biot (1956). Recientemente, se están aplicando técnicas de
elementos finitos para resolver las ecuaciones resultantes del modelo de Biot (Dazel
et al., 2002; Bermúdez de Castro et al., 2002). Los modelos semi-empíricos se basan
en el ajuste de la constante de propagación y de la impedancia acústica característica
a datos medidos experimentalmente.

4.2. MODELOS DE IMPEDANCIA SEMI-EMPÍRICOS

Un material fibroso se puede caracterizar físicamente por su porosidad, tamaño


medio de las fibras, y resistividad al flujo. La porosidad es la relación que existe entre
el volumen de poros y el volumen total de material (Beranek y Ver, 1992)
54 Absorción del sonido

(4.1)

donde ρA es la densidad del material poroso absorbente y ρM es la densidad del es-


queleto. El tamaño de las fibras se suele caracterizar dando su diámetro y su longitud
medios. Por ejemplo, las lanas de vidrio suelen tener diámetros que oscilan entre 1 y
10 μm, siendo 2-5 μm su diámetro medio. Las fibras de poliéster, sin embargo, tienen
diámetros que oscilan entre 18 y 48 μm, asumiéndose un diámetro medio de 33 μm,
y una longitud media de 55 μm (Garai y Pompoli, 2002).
La resistividad al flujo de una capa porosa es el cociente entre la caída de presión
y la velocidad promedio del flujo a través de la capa. La resistividad es la resistencia
por unidad de longitud, es decir

(4.2)

La resistividad al flujo se mide en rayls mks/m o N s /m4. Existe una relación entre
la resistividad al flujo, diámetro medio de las fibras y densidad aparente del material
(4.3)

donde K1 y K2 son constantes que dependen del tipo de material. La Tabla 4.1 muestra
el valor de las constantes K1 y K2 para algunos materiales.

TABLA 4.1. VALORES DE LAS CONSTANTES K1 Y K2 PARA ALGUNOS


MATERIALES
Material K1 K2 x 10-9 Referencia
Lanas minerales 1.53 3.18 Bies y Hansen (1980)
Garai y Pompoli
Poliéster 1.404 28.302
(2002)
De acuerdo con la ecuación (4.3), la resistividad al flujo:
• A umenta con la densidad aparente del material.
• D isminuye con el tamaño medio de las fibras.
Un material fibroso es esencialmente anisótropo. Las fibras se suelen distribuir de
forma aleatoria en el plano de la plancha de material, por lo que sus características
acústicas (la resistencia al flujo, por ejemplo) son distintas en la dirección perpendi-
cular y en la dirección paralela al plano de la plancha. Algunos modelos toman en
cuenta esta anisotropía, distinguiendo entre incidencia normal e incidencia oblicua
(Allard, 1993). Muchos otros, sin embargo, consideran que a las frecuencias de inte-
rés, las longitudes de onda que se manejan son mucho mayores que el tamaño de las
fibras, y aplican el mismo modelo en incidencia normal y oblicua (Delany y Bazley,
1970; Mechel, 1988).
Materiales Porosos 55

4.2.1. Ecuaciones semi-empíricas


Resultados experimentales han demostrado que, cuando se usa la variable adi-
mensional E=ρof/σ, como eje de abscisas, todos los datos de absorción colapsan en
la misma curva, Mechel y Ver (1992). E también se denomina parámetro del absor-
bente poroso (Mechel, 2002).
Casi todos los modelos semiempíricos usan la variable adimensional E como la
variable independiente en las ecuaciones de ajuste. Consideremos pues un medio
absorbente caracterizado por una impedancia acústica normalizada y una constante
de propagación normalizada dadas por

(4.4)

donde Zo y ko son la impedancia acústica característica y el número de onda en el


aire que rellena los poros del material absorbente. La mayor parte de los modelos
semiempíricos usan las siguientes ecuaciones de regresión

(4.5)

donde las constantes ci dependen del tipo de material. La Tabla 4.2 resume el valor de
estas constantes para distintos tipos de materiales.

TABLA 4.2. RESUMEN DE LOS COEFICIENTES DE LAS ECUACIONES DE


REGRESIÓN EN MATERIALES POROSOS
Delany y Dunn y Garai y
Modelo Bazley Davern Wu (1988) Pompoli Mechel y Ver (1992)
(1970) (1986) (2002)
Espumas Espumas Fibras
Lanas
Material poro poro de Lanas de vidrio Lanas de roca
minerales
abierto abierto poliéster
Validez 0.01<E<1 0.01<E<10 0.01<E<12 >0.025 <0.025 >0.025 <0.025
c1 0.057 0.114 0.209 0.078 0.0235 0.0668 0.0563 0.081
c2 0.754 0.369 0.548 0.623 0.887 0.707 0.725 0.699
c3 0.087 0.0985 0.105 0.074 0.0875 0.196 0.127 0.191
c4 0.732 0.758 0.607 0.660 0.770 0.549 0.655 0.556
c5 0.189 0.168 0.163 0.159 0.179 0.396 0.179 0.322
c6 0.595 0.715 0.592 0.571 0.674 0.458 0.663 0.502
c7 0.098 0.136 0.188 0.121 0.102 0.135 0.103 0.136
c8 0.700 0.491 0.544 0.530 0.705 0.646 0.716 0.641
56 Absorción del sonido

Las ecuaciones de regresión resumidas en la Tabla 4.2 han sido calculadas ana-
lizando un tipo determinado de material en un margen de valores de E. Por tanto no
deberían ser extrapoladas ni a otro tipo de material, ni fuera de su margen de validez.
Para el caso de espumas de poliuretano de poro abierto, existen las ecuaciones de
Dunn y Davern y las de Wu. Según Wu (1988) las ecuaciones de Dunn y Davern son
válidas solamente para espumas de resistividad baja.
Las figuras 4.1 y 4.2 muestran una comparación de las curvas que se obtendrían
para las partes real e imaginaria de la impedancia y de la constante de propagación,
respectivamente, según cada uno de los modelos citados. En el caso de Mechel, solo
se han representado las ecuaciones para E>0.025. En el caso de Delany y Bazley, se
han representado los valores correspondientes a su margen de validez.
Del análisis de las figuras 4.1 y 4.2 podemos deducir lo siguiente:
• L  os modelos proporcionan resultados muy parecidos para la parte real de la
constante de propagación y para la parte imaginaria de la impedancia.
• L  as diferencias más grandes se encuentran en la parte real de la impedancia
y en la parte imaginaria de la constante de propagación.
• E  n el caso de la parte real de la impedancia, las diferencias más grandes se
encuentran entre los modelos de Wu y de Mechel para la lana de vidrio, fi-
gura 4.2a. Los modelos de Delany y Bazley y de Mechel para lanas de roca,
sin embargo, prácticamente coinciden.
• E  n el caso de la parte imaginaria de la constante de propagación, figura 4.1b,
también encontramos las máximas diferencias entre los modelos de Wu y
de Mechel. En este caso, ambas ecuaciones de Mechel (para lanas de roca y
lanas de vidrio) dan lugar a la misma curva.
Allard y Champoux (1992) elaboraron otro modelo empírico para las lanas de
roca y de vidrio que proporcionaba resultados muy similares a los de Delany y Ba-
zley en el margen 0.01<E<1, pero que mejoraba sus predicciones para E<0.01. Las
ecuaciones del modelo de Allard y Champoux son

(4.6a)

siendo

(4.6b)

Las figuras 4.3 y 4.4 muestran las partes real e imaginaria de la constante de pro-
pagación e impedancia, respectivamente, correspondientes a los modelos de Delany
y Bazley y Allard y Champoux.
Materiales Porosos 57

101
Delan&Bazley
Dunn&Davern
Wu
Garai&Pompoli
Mechel (vidrio)
Mechel (roca)

100
ℜ (Zan)-1

10-1

(a)
10-2
10-2 10-1 100 101

E=ρf/σ

101

100
-ℑ (Γan)

10-1

(b)
10-2
10-2 10-1 100 101

E=ρf/σ

Figura 4.1. Partes real (a) e imaginaria (b) de la constante de propagación normalizada
para cada uno de los modelos semi-empíricos.
58 Absorción del sonido

101
Delan&Bazley
Dunn&Davern
Wu
Garai&Pompoli
Mechel (vidrio)
Mechel (roca)
100
ℜ (Zan)-1

10-1

10-2

(a)
10-3
10-2 10-1 100 101

E=ρf/σ
101

100
-ℑ (Zan)

10-1

(b)
10-2
10-2 10-1 100 101

E=ρf/σ

Figura 4.2. Partes real (a) e imaginaria (b) de la impedancia acústica característica normalizada
para cada uno de los modelos semi-empíricos.
Materiales Porosos 59

Delan&Bazley
Allard&Champoux

100
ℜ (Γan)

(a)

10 10-1 100
-2

E=ρf/σ
101

100
ℑ (Γan)-1

10-1

(b)
10-2
10-2 10-1 100

E=ρf/σ

Figura 4.3. Partes real (a) e imaginaria (b) de la constante de propagación normalizada
para los modelos de Delany y Bazley y Allard y Champoux.
60 Absorción del sonido

101
Delan&Bazley
Allard&Champoux

100
ℜ (Zan)-1

10-1

(a)
10-2
10-2 10-1 100

E=ρf/σ
101

100
-ℑ (Zan)

10-1

(b)
10-2
10-2 10-1 100

E=ρf/σ

Figura 4.4. Partes real (a) e imaginaria (b) de la impedancia acústica característica normalizada
para los modelos de Delany y Bazley y Allard y Champoux
Materiales Porosos 61

Como puede verse en la Tabla 4.2, la mayor parte de los modelos tienen su límite
en la parte de baja frecuencia en E=0.01. Sólo los modelos de Mechel y de Allard
y Champoux pueden usarse para valores E<0.01. Nótese que esto corresponde a f/
σ=0.08. Para un valor de σ =10000 rayl mks/m, la frecuencia más baja de aplicación
de estos modelos sería de f=83 Hz. Sin embargo, para σ =50000 rayl mks/m, f=413
Hz. Por tanto, los modelos tipo Delany y Bazley proporcionan un margen de vali-
dez suficiente cuando trabajamos con materiales con resistividad al flujo moderada.
Sin embargo, para resistividades altas, la frecuencia mínima de aplicación está en
el margen de las frecuenias medias. En estos casos, puede ser más interesante usar
los modelos de Allard y Champoux o de Mechel, que proporcionan resultados muy
similares a los de Delany y Bazley, para valores E>0.01, pero que además son válidos
para valores E<0.01.

4.2.2. Coeficiente de absorción de una capa porosa


En el capítulo 3 hemos visto que la impedancia de entrada a una capa porosa es

(4.7)

el coeficiente de reflexión en la interfaz aire-material absorbente es

(4.8)

donde Zin=Zi/Zo es la impedancia de entrada normalizada a la impedancia del aire, y


el coeficiente de absorción es entonces

(4.9)

La impedancia normalizada de entrada, Zin, dependerá del ángulo de inciden-


cia, y de si la capa absorbente es considerada de reacción local o volumétrica
(véase capítulo 3).
La figura 4.5 muestra el coeficiente de absorción en incidencia normal, en función
de la frecuencia, de una capa de d=5 cm y σ =10000 rayls mks/m, para los distintos
modelos analizados en la sección 4.2.1. En comparación con la curva de Delany y
Bazley, observamos que:
•  a ecuación de Dunn y Davern proporciona una curva de absorción ligera-
L
mente mayor, un poco desplazada hacia las bajas frecuencias. La curva de
Wu está ligeramente desplazada hacia las bajas frecuencias.
62 Absorción del sonido

•  a ecuación de Allard y Champoux proporciona una curva de absorción li-


L
geramente inferior, un poco desplazada hacia las altas frecuencias.
•  as dos ecuaciones de Mechel proporcionan esencialmente la misma curva
L
de absorción que Delany y Bazley, en el margen de frecuencias analizado.
Sabemos además que las curvas de Mechel pueden ser extrapoladas además
por debajo de E=0.025.

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3
Delan&Bazley
Dunn&Davern
0.2 Wu
Garai&Pompoli
Mechel (roca)
0.1
Mechel (vidrio)
Allard&Champoux
0
10-2 103 104

Frecuencia (Hz)

Figura 4.5. Curva de absorción con la frecuencia para una capa de d=0.05 m y σ =10000 rayls
mks/m, para los distintos modelos de absorción.

En incidencia oblicua, Allard (1993) sugiere usar en las ecuaciones de regresión


en los materiales con un σ n, en la dirección perpendicular a la superficie, y un σ p, en
el plano de la superficie. Se puede definir un factor de anisotropía como

(4.10)

Allard et al. (1987) encontraron que para las lanas de vidrio ζ≈0.6. La figura 4.6
muestra el efecto del factor de anisotropía en la impedancia de una capa de lana,
para ángulos de incidencia de 0° y 80°. Obviamente, en incidencia normal, no hay
diferencias en los valores de la impedancia con distintos valores del factor de aniso-
tropía. En incidencia oblicua, se aprecian diferencias importantes, sobre todo en la
parte real de la impedancia de entrada, en baja frecuencia, y en la parte imaginaria a
frecuencias altas.
Materiales Porosos 63

-2

-4

-6
Zan

-8

-10 ℜ(Zan), ζ=1


ℜ(Zan), ζ=0.6
-12 ℜ(Zan), ζ=0.3

ℑ (Zan), ζ=1
-14 ℑ (Zan), ζ=0.6
ℑ (Zan), ζ=0.3
(a)
-16
500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000
Frecuencia (Hz)
2

-2

-4

-6
Zan

-8

-10 ℜ(Zan), ζ=1


ℜ(Zan), ζ=0.6

-12 ℜ(Zan), ζ=0.3

ℑ (Zan), ζ=1

-14 ℑ (Zan), ζ=0.6


(b) ℑ (Zan), ζ=0.3

-16
500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000

Frecuencia (Hz)

Figura 4.6. Impedancia acústica normalizada según el modelo de Allard y Champoux, y σn=25000
rayls mks/m, en (a) incidencia normal y (b) a 80°, para diferentes valores del factor de anisotropía.
64 Absorción del sonido

De hecho, observamos cómo la parte real de la impedancia del absorbente para


incidencia oblicua aumenta con la anisotropía del material (valores más pequeños
del factor de anisotropía). Es de esperar que estas diferencias tengan un efecto en el
coeficiente de absorción en incidencia oblicua. La figura 4.7 muestra el coeficiente de
absorción para el caso de la figura 4.6 y θ=80°.

0.8

0.7

0.6

0.5
α (θ)

0.4

0.3

0.2

0.1 ζ=1
ζ=0.6
ζ=0.3
0
10-2 103

Frecuencia (Hz)

Figura 4.7. Absorción de una capa de espesor 2.5 cm, y sn=25 000 rayls mks/m,
en incidencia de 80°, para diferentes valores del factor de anisotropía.

El coeficiente de absorción en una capa absorbente depende, por tanto, del ángulo
de incidencia, de la frecuencia, del espesor de la capa y de su resistividad al flujo.
Mechel (1988) proponía hacer el estudio de α(θ) en función de las variables adimen-
sionales

(4.11)

Nótese que con estas definiciones, E=F/R. Mechel dibujaba sus gráficos en unos
márgenes 0.01<F<5 y 0.2<R<20. Aquí, para atenernos a los márgenes de validez
de las ecuaciones de Allard y Champoux, elegiremos los márgenes 0.001<F<0.2,
Materiales Porosos 65

y 0.2<R<20. Las figuras 4.8-4.11 muestran las gráficas de absorción, en función de


las variables adimensionales (F,R), para ángulos de incidencia de 0°, 30°, 45°, y 60°,
respectivamente, y un factor de anisotropía de 0.6. Nótese que los valores más altos
de E se obtendrían hacia la esquina inferior derecha. En concreto, el valor máximo,
justo en la esquina derecha, sería Emax=0.2/0.2=1, que coincide con el valor máximo
de E para las ecuaciones de Allard y Champoux (1992).
La figura 4.12 muestra la diferencia entre las gráficas a 80°, considerando (ζ=0.6)
o despreciando (ζ=1) el efecto de la anisotropía. Como podemos observar, hay dife-
rencias absolutas de hasta 0.12, en la mitad inferior derecha de la figura. Sin embargo,
en la mitad superior izquierda (baja frecuencia, alta resistividad al flujo) las diferen-
cias son pequeñas.
101
0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4
100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.8. Coeficiente de absorción de una capa bajo incidencia normal,


para un factor de anisotropía ζ=0.6.

Las figuras 4.13-4.15 muestran las gráficas para el coeficiente de absorción en


campo difuso para los factores de anisotropía ζ=1, ζ=0.6, y la diferencia entre ambas.
Nótense las pequeñas diferencias que existen entre los coeficientes de absorción en
campo difuso entre medios isótropos y anisótropos. La figura 4.16 muestra un corte
por cada uno de los gráficos de las figuras 4.13 y 4.14, para un valor de R=1.5, corres-
pondiente a una capa de espesor d=2.5 cm y σn=26 000 rayls mks/m. Para este valor
de d, el margen de frecuencias correspondiente es (14 , 2744) Hz.
En resumen, tanto bajo incidencia normal como difusa, la anisotropía tiene un
efecto menor en el cálculo del coeficiente de absorción. Sólo en incidencia oblicua,
para incidencia cuasi-rasante, puede haber diferencias significativas. Esta puede ser
la razón por la que la mayor parte de los trabajos encontrados en la literatura consi-
deran los absorbentes como materiales isótropos.
66 Absorción del sonido

0.9

101
0.8

0.7

0.6
R=σn d/Z0

0.5

0.4
100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.9. Coeficiente de absorción de una capa bajo incidencia oblicua, θ=30°,
para un factor de anisotropía ζ=0.6.

0.9

10 1

0.8

0.7

0.6
R=σn d/Z0

0.5

0.4
100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.10. Coeficiente de absorción de una capa bajo incidencia oblicua, θ=45°,
para un factor de anisotropía ζ=0.6.
Materiales Porosos 67

0.9

101 0.8

0.7

0.6
R=σn d/Z0

0.5

0.4

10 0

0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.11. Coeficiente de absorción de una capa bajo incidencia oblicua, θ=60°,
para un factor de anisotropía ζ=0.6.

101 --0.2

-0.04
R=σn d/Z0

-0.06

100 -0.08

-0.1

-0.12
10-3 10-2 10-1
F=fd/c0

Figura 4.12. Diferencias entre los coeficientes de absorción de una capa bajo incidencia oblicua,
θ=80°, para un factor de anisotropía ζ=1 y ζ=0.6.
68 Absorción del sonido

0.9

0.8
101

0.7

0.6
R=σn d/Z0

0.5

0.4

100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.13. Coeficiente de absorción para campo difuso de una capa de material absorbente
con factor de anisotropía ζ=1.

0.9

0.8
101

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4

100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.14. Coeficiente de absorción para campo difuso de una capa de material absorbente
con factor de anisotropía ζ=0.6.
Materiales Porosos 69

0.04

101
0.03

0.02

0.01

0
R=sn d/Z0

-0.01
100

-0.02

-0.03

-0.04

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.15. Diferencias entre los coeficientes de absorción para campo difuso
de una capa de material absorbente con factor de anisotropía ζ=0.6 y ζ=1.

0.9
ζ=1
ζ=0.6
0.8

0.7

0.6

0.5
αd

0.4

0.3

0.2

0.1

0
500 1000 1500 2000 25000
Frecuencia (Hz)

Figura 4.16. Curvas de absorción en campo difuso en una capa de espesor 2.5 cm
y resistividad al flujo 26000 rayls mks/m, con factores de anisotropía 0.6 y 1
70 Absorción del sonido

4.2.3. Coeficiente de absorción de una capa porosa trasdosada


por una cavidad de aire
La figura 4.17 muestra un sistema de dos capas: una primera capa de material
absorbente, de espesor d, trasdosada por una cavidad de aire, de espesor t=D-d, sobre
un fondo rígido. Una onda plana incide en la primera interfaz con ángulo θ0. Se con-
sideran dos tipos de sistemas multicapa. El primero consta de una capa de reacción
local (un nido de abeja, por ejemplo), donde el sonido solo se propaga en la dirección
perpendicular al sistema. En el otro, se trata de una capa de aire normal, y el sonido
se transmite en ella con un ángulo θ0. Analicemos primero el caso de un sistema de
dos capas de reacción volumétrica. Más adelante se considerará brevemente el caso
menos frecuente de un sistema con reacción local en la cavidad de aire (una cavidad
compartimentada por un nido de abeja).

(a) (b)

θ0
θ0

θ0

Z0,k0,
Z0,k0, Za,Γa Z0,k0, Z0,k0,
Za,Γa

d t d t
D
D

Figura 4.17. Sistema de capas de reacción local (a) y volumétrico (b).

El sistema volumétrico se caracteriza por una impedancia de entrada (véase


capítulo 3)

(4.12)
Materiales Porosos 71

con

(4.13)

siendo q el ángulo de propagación en la capa porosa definido en el ca-


pítulo 3.
Como en el caso de una sola capa, Zn es la impedancia acústica característica del
material absorbente en la dirección normal a las fibras, Γn es la constante de pro-
pagación en la dirección normal, Γp es la constante de propagación en la dirección
en el plano, y ko es el número de onda en el aire. Así pues, las curvas de absorción
dependerán ahora de los espesores de las capas, d y t, del ángulo de incidencia, θo,
y del factor de anisotropía, ξ. Las figuras 4.18-4.20 muestran el efecto del espesor
de la cavidad de aire, para una capa de absorbente de 2.5 cm, un ángulo de inciden-
cia de 45° y un factor de anisotropía de 0.6. La figura 4.21 muestra superpues-
tos los cortes, para un valor de σ=25000 rayls mks/m, de las figuras 4.18-4.20.
Como se puede observar, para un espesor fijo de la capa de material poroso, un
incremento del espesor de la cavidad de aire produce una mejora apreciable de
la absorción en baja frecuencia. Esta es la razón fundamental por la que se usan
absorbentes de dos capas.
Podemos apreciar el efecto del ángulo de incidencia en las figuras 4.22-4.23,
las cuales muestran las curvas de absorción a 0° y 80°, para el resto de paráme-
tros iguales. No es necesario enfatizar la importancia del ángulo de incidencia en
el coeficiente de absorción. Por si acaso, la figura 4.24 muestra superpuestos un
corte de las figuras 4.18, 4.21 y 4.22 para un valor fijo de R=1.6. Como podemos
apreciar, a medida que se incrementa el ángulo de incidencia, el máximo de ab-
sorción para valores medios de R se parte en otros dos máximos que emigran ha-
cia valores bajos y altos de R, figura 4.22. Para un valor de R=1.6, vemos como
la curva se mueve ligeramente hacia frecuencias más bajas, disminuyendo la
absorción, figura 4.23. Las figuras 4.25-4.26 muestran las curvas de absorción
para θ0=45°, t/d=2, factores de anisotropía de 1 y 0.3, respectivamente. Un corte
para R=1.6 de las figuras 4.18, 4.25 y 4.26, proporciona las curvas de absorción
de la figura 4.27.
Como vemos en la figura 4.27, para ángulos de incidencia no excesivamente
grandes, la anisotropía tiene un efecto prácticamente despreciable en las curvas de
absorción. La figura 4.28 muestra las mismas curvas para el caso de un ángulo de
incidencia de 80°. Aquí si encontramos diferencias importantes. Los resultados son
muy similares a los que ya obteníamos con una sola capa de material absorbente.
Es decir, la absorción aumenta considerablemente con el factor de anisotropía, para
ángulos de incidencia próximos a la rasante.
Las figuras 4.29-4.31 muestran las curvas de absorción en campo difuso, para
diferentes valores del factor de anisotropía, y t/d=2. Apenas se observan diferencias
entre ellas. Para corroborar esto, en la figura 4.32 mostramos las diferencias entre
las curvas de absorción de las figuras 4.29 y 4.31, correspondientes al caso isótropo
(σ=1) y máxima anisotropía (σ=0.3). Se obtienen diferencias máximas de ±0.06.
72 Absorción del sonido

0.9
101
0.8

0.7

0.6
R=σn d/Z0

0.5

0.4
100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1

F=fd/c0

Figura 4.18. Coeficiente de absorción de un sistema de dos capas con d=2.5 cm, θ=45°, ζ=0.6,
para t=2.5 cm.

0.9
101
0.8

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4
100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1

F=fd/c0

Figura 4.19. Coeficiente de absorción de un sistema de dos capas con d=2.5 cm, θ=45°, ζ=0.6,
para t=5 cm.
Materiales Porosos 73

0.9
101
0.8

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4
100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1

F=fd/c0

Figura 4.20. Coeficiente de absorción de un sistema de dos capas con d=2.5 cm, θ=45°, ζ=0.6,
para t=10 cm.
1

0.9

0.8

0.7

0.6
α (45º)

0.5

0.4

0.3

0.2

t=2.5 cm
0.1 t=5 cm
t=10 cm
0
500 1000 1500 2000 25000
Frecuencia (Hz)

Figura 4.21. Coeficiente de absorción de un sistema de dos capas con d=2.5 cm, σ=26000 rayl
mks/m, q=45°, ζ=0.6, para diferentes valores de t.
74 Absorción del sonido

0.9
101
0.8

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4

100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.22. Curvas de absorción de un sistema de dos capas con t/d=2, ζ=0.6,
para un ángulo de incidencia de 0°.

0.8

101
0.7

0.6

0.5

0.4
R=σn d/Z0

100 0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.23. Curvas de absorción de un sistema de dos capas con diferentes t/d=2, ζ=0.6,
para un ángulo de incidencia de 80°
Materiales Porosos 75

0.9

0.8

0.7

0.6
α (θ)

0.5

0.4

0.3

0.2

θ=0º
0.1 θ=45º
θ=80º
0
500 1000 1500 2000 25000
Frecuencia (Hz)

Figura 4.24. Diferencia entre los coeficientes de absorción de un sistema de dos capas con t/d=2
para z=0.6 y diferentes ángulos.

0.9
101
0.8

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4
100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1

F=fd/c0

Figura 4.25. Coeficiente de absorción de un sistema de dos capas con t/d=2


para un ángulo de incidencia de 45° y ζ=1.
76 Absorción del sonido

0.9
101
0.8

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4
100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.26. Coeficiente de absorción de un sistema de dos capas con t/d=2


para un ángulo de incidencia de 45° y ζ=0.3.

0.9

0.8

0.7

0.6
α (45º)

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1 ζ=1
ζ=0.3
0
500 1000 1500 2000 25000
Frecuencia (Hz)

Figura 4.27. Coeficientes de absorción para un sistema de dos capas con t/d=2, θ=45°, y R=1.6,
para diferentes valores del factor de anisotropía.
Materiales Porosos 77

0.8

0.7

0.6

0.5
α (80º)

0.4

0.3

0.2

0.1 z=1
z=0.6
z=0.3
0
500 1000 1500 2000 25000
Frecuencia (Hz)

Figura 4.28. Coeficientes de absorción para un sistema de dos capas con t/d=2, θ0=80°, y R=1.6,
para diferentes valores del factor de anisotropía.
0.9

0.8
101

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4

100 0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.29. Coeficiente de absorción en campo difuso de un sistema de dos capas con t/d=2,
para un factor de anisotropía ζ=1.
78 Absorción del sonido

0.9

0.8
101

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4

100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.30. Coeficiente de absorción en campo difuso de un sistema de dos capas con t/d=2,
para un factor de anisotropía ζ=0.6.

0.9

101 0.8

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4

100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1

F=fd/c0

Figura 4.31. Coeficiente de absorción en campo difuso de un sistema de dos capas con t/d=2,
para un factor de anisotropía ζ=0.3.
Materiales Porosos 79

0.06

101
0.04

0.02

0
R=σn d/Z0

-0.02
100

-0.04

-0.06

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.32. Diferencias entre los coeficientes de absorción en campo difuso de un sistema
de dos capas con t/d=2, para los factores de anisotropía ζ=0.3 y ζ=1.

0.9

0.8
101

0.7

0.6

0.5
R=σn d/Z0

0.4

100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1

F=fd/c0

Figura 4.33. Coeficiente de absorción en campo difuso de un sistema de dos capas con t/d=1,
para un factor de anisotropía ζ=1.
80 Absorción del sonido

0.9

0.8
101

0.7

0.6
R=σn d/Z0

0.5

0.4

100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1


F=fd/c0

Figura 4.34. Coeficiente de absorción en campo difuso de un sistema de dos capas con t/d=4,
para un factor de anisotropía ζ=1.

0.9

0.8

0.7

0.6
αd

0.5

0.4

0.3

0.2

t=d
0.1 t=2d
t=4d

0
500 1000 1500 2000 25000
Frecuencia (Hz)

Figura 4.35. Curvas de absorción en campo difuso de un sistema de dos capas con factor
de anisotropía ζ=1, para diferentes valores de t/d.
Materiales Porosos 81

De nuevo, los resultados corroboran los que ya encontramos en el caso de


una sola capa. La anisotropía tiene un efecto importante para casos próximos
a la incidencia rasante. Sin embargo, cuando calculamos el coeficiente de ab-
sorción estadístico, estamos ponderando el coeficiente de absorción para cada
ángulo por sin 2θ. Para θ próximo a 90°, 2θ está próximo a 180° y la pondera-
ción tiende a 0.
Para finalizar esta sección, vamos a analizar el efecto del espesor de la cavidad de
aire en el coeficiente de absorción en campo difuso. Las figuras 4.33-4.34 muestran
las curvas de absorción en campo difuso, para d=2.5 cm, y t=2.5 cm, y 10 cm. La
figura 4.35 superpone un corte de estas curvas, junto con la figura 4.30, para R=1.6.
Como cabía esperar, los resultados son similares a los obtenidos en el caso de in-
cidencia oblicua. A saber, añadir una cavidad de aire detrás de la capa de material
absorbente mejora apreciablemente la absorción en baja frecuencia. Para eso se usan
precisamente estos sistemas de dos capas.
Cuando la cavidad de aire esté compartimentada, la impedancia de entrada es
simplemente

(4.14)

1
α0
0.9 α1
α2
0.8

0.7

0.6

0.5
αd

0.4

0.3

0.2

0.1

0
101 102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 4.36. Curvas de absorción de una capa porosa de 5 cm y σ=10000 rayl/m,


seguida de una capa de aire de 5 cm.
82 Absorción del sonido

Y el sistema se comporta como uno de reacción local. La figura 4.36 muestra los
espectros de absorción para incidencia normal, α0, y para campo difuso con reacción
local, α1, y reacción volumétrica, α2, para el caso de un sistema de dos capas, la pri-
mera porosa de d=5 cm y σ=10000 rayl/m, y la segunda de aire de t=5 cm. Como
podemos observar, los espectros de absorción en campo difuso exceden al de inci-
dencia normal en baja frecuencia. En alta frecuencia ocurre lo contrario. En este caso,
la reacción volumétrica proporciona más absorción que la reacción local en campo
difuso, a frecuencias medias y altas.

4.3. MODELOS SEMI-FENOMENOLÓGICOS

La propagación del sonido en un medio poroso puede analizarse resolviendo la


ecuación de ondas para las variables acústicas apropiadas. Estas variables pueden ser
definidas localmente, en una escala microscópica, por ejemplo como una función de
la distancia al eje de unos poros considerados como cilíndricos. El estudio de dicha
propagación a escala microscópica es difícil de realizar debido a la complicada forma
de la estructura. Es mucho más práctico el estudio de los valores medios de las varia-
bles acústicas. El promediado hay que llevarlo a cabo a escala macroscópica, sobre
un volumen de homogeneización con dimensiones suficientemente grandes para que
el promedio sea significativo, pero mucho más pequeñas que la longitud de onda
(condición de incompresibilidad). La descripción de la propagación del sonido puede
complicarse aun más debido al hecho de que la estructura (el esqueleto) puede tam-
bién moverse al paso de la onda acústica. Sin embargo, si se considera un esqueleto
rígido, en un primer paso, se puede reemplazar, a escala macroscópica, el aire dentro
de los poros por un fluido equivalente. Este fluido equivalente tiene una densidad y
un módulo de compresibilidad complejos. La constante de propagación y la impe-
dancia acústica característica son también complejas. En un segundo paso, se puede
sustituir la densidad compleja ρ(ω) y el módulo de compresibilidad complejo K(ω)
por ρ(ω)/ϕy K(ω)/ϕ, respectivamente, siendo ϕ la porosidad.

4.3.1. Modelo fluido equivalente


Sean P1 y P2 dos puntos a la derecha y a la izquierda, respectivamente, de la
interfaz entre el aire y una capa porosa, figura 4.37. Sean Z(P2)=Z0 y Z(P1) las
impedancias acústicas específicas en dichos puntos. Una onda plana incide en di-
rección perpendicular en dicha interfaz. Las ondas reflejada y transmitidas también
son planas.
Sean p(P1) y v(P1), la presión y velocidad de partículas en un poro del medio po-
roso, y p(P2) y v(P2) la presión y velocidad de partículas en el aire. La continuidad
de la presión y flujo de aire en la interfaz entre los medios implica

(4.15)
Materiales Porosos 83

P2 P1

Z(P2) Z(P1)

Figura 4.37. Interfaz entre el aire y una capa porosa.

En la superficie de separación entre ambos medios se pueden definir dos


impedancias

(4.16)

La impedancia acústica característica y el número de onda del medio poroso son

(4.17)

Las impedancias acústicas en los puntos P2 y P1 serán entonces

(4.18)
84 Absorción del sonido

siendo d el espesor de la capa porosa (Allard y Atalla, 2009). Nótese que este número
de onda complejo, kc, es el complejo conjugado de la constante de propagación com-
pleja, Γc, que usamos en el capítulo 3. Por tanto, si especificamos las dependencias
funcionales de la densidad compleja y del módulo de compresibilidad complejo en
el material, tendremos todo lo necesario para calcular los diferentes coeficientes de
absorción.

4.3.2. Modelo de Johnson-Champoux-Allard


Johnson et al. (1987) propusieron un modelo semi-fenomenológico para la densi-
dad compleja de un medio poroso de esqueleto rígido

(4.19)

siendo σ la resistividad al flujo, (ecuación 4.2), α∞ el límite de alta frecuencia de la


tortusidad, también denominada tortuosidad geométrica, ϕ la porosidad, ecuación
(4.1), η la viscosidad dinámica del aire, y Λ la longitud característica viscosa.
La densidad compleja definida por Johnson et al. (1987) depende de cuatro pa-
rámetros. A saber, la resistividad al flujo y la porosidad, ya definidos en la sección
4.1, y la tortuosidad geométrica y la longitud característica viscosa. La tortuosidad
geométrica se define formalmente como

(4.20)

siendo vm(M) la velocidad microscópica en M y v(M0) la velocidad macroscópica


obtenida promediando vm alrededor de M0. Allard y Atalla (2009) demuestran que la
tortuosidad es también el incremento aparente de densidad en el medio poroso con
respecto a la densidad del aire. Es decir, α∞ = ρ(ω)/ρ0.
La longitud característica viscosa reemplaza al radio hidráulico en la mayor parte
de las geometrías de los poros. Formalmente, Johnson et al. (1987) la definen como

(4.21)

donde vi(rw) es la velocidad del fluido en la superficie de los poros, vi(r) es la veloci-
dad dentro de los poros, la integral del numerador se realiza sobre el volumen V del
poro, y la del denominador sobre la superficie A del volumen elemental representa-
tivo. La longitud característica viscosa solo depende de la geometría del esqueleto.
El factor 2 se introduce para que Λ sea equivalente al radio hidráulico de los poros.
Materiales Porosos 85

Johnson el al. (1987) demuestran que la resistividad al flujo, la tortuosidad y la lon-


gitud característica viscosa están relacionadas por

(4.22)

siendo η la viscosidad dinámica del aire, y C una constante próxima a 1.


Champoux y Allard (1991) propusieron la siguiente ecuación para el módulo de
compresibilidad de un medio poroso de esqueleto rígido

(4.23)

siendo Λ’ la longitud característica térmica, γ=Cp/Cv es el coeficiente entre calores


específicos a presión constante, Cp, y volumen constante, Cv, η es la viscosidad diná-
mica del aire, P0 es la presión de equilibrio del aire, y B2 es el número de Prantl. Para
el aire a 18 °C, γ=1.4 , P0=1.0132 105 Pa, B2=0.71 y η=1.84 10-5 kg m-1 s-1.
La longitud característica térmica fue definida por Champoux y Allard (1991)
como

(4.24)

La integral del numerador se realiza sobre el volumen V del poro, mientras que
la del denominador es sobre la superficie del volumen elemental del poro. Al igual
que para la longitud característica viscosa, la longitud característica térmica puede
ponerse como

(4.25)

donde C’ es una constante próxima a la unidad. Nótese que para poros cilíndricos
idénticos Λ=Λ’=r, siendo r el radio del cilindro.
El modelo dado por las ecuaciones (4.19) para la densidad compleja y (4.23) para
el módulo de compresibilidad de un medio poroso se denomina modelo de Johnson-
Champoux-Allard (JCA). Se trata de un modelo que depende de 5 parámetros del
medio (además de la frecuencia). A saber, la resistividad al flujo, la porosidad, la
tortuosidad, y las longitudes características viscosa y térmica.
Las figuras 4.38-4.42 muestran las curvas de absorción para incidencia normal de
una capa de 5 cm modelada según Johnson-Champoux-Allard, manteniendo cuatro de
los parámetros y variando el otro. En cada uno de los pies de figura se indica cuales de
los parámetros se mantienen constantes y cuál varía. Como se puede ver, el parámetro
que más influencia tiene en la curva de absorción obtenida es la resistividad al flujo.
86 Absorción del sonido

Los otros cuatro pueden servirnos para refinar una curva de absorción, de manera
que se ajuste más a una curva experimental. Pero lo que determina esencialmente la
absorción de una capa porosa es su resistencia al flujo (producto de la resistividad por
el espesor de la capa).

1
σ=1kNsm-4

0.9 σ=5kNsm-4
σ=20kNsm-4

0.8 σ=50kNsm-4

σ=100kNsm-4

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
10-2 103 104

Frecuencia (Hz)

Figura 4.38. Curva de absorción para incidencia normal, según el modelo de Johnson-Champoux-
Allard, de una capa de 5 cm y (ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(0.98,1.25,106 μm, 340 μm) con σ como parámetro.

La ecuación (4.18) para la impedancia de entrada a la capa porosa es válida para


incidencia normal. Para incidencia oblicua hay que tener en cuenta el ángulo de pro-
pagación en la capa porosa, según consideremos a esta de reacción local o volumé-
trica, como se vio en el capítulo 3. La figura 4.43 compara las curvas de absorción
en incidencia normal y campo difuso, para una capa porosa de d=5 cm, parámetros
(σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(10 kPa s m-2,0.98,1.25,100 μm,300 μm), considerando la capa como
de reacción local. El promedio angular realizado en el caso del coeficiente para in-
cidencia difusa desplaza ligeramente la curva hacia las altas frecuencias, por encima
de 600 Hz. A frecuencias inferiores, la absorción en campo difuso es ligeramente
superior a la de incidencia normal.
Según Kino y Ueno (2007), las ecuaciones del modelo JCA proporcionan curvas
que discrepan en hasta un 20 % de las curvas experimentales. Kino y Ueno introdu-
jeron una serie de correcciones que proporcionaban curvas teóricas que se ajustaban
mejor a las experimentales.
Materiales Porosos 87

1
f=0,8
0.9 f=0,85
f=0,9
f=0,95
0.8
f=0,99

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0 -2
10 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 4.39. Curva de absorción para incidencia normal, según el modelo de Johnson-Champoux-Allard,
de una capa de 5 cm y (Γ1,α∞,Λ,Λ’)=(20000 Pa s/m2,1.25,106 μm, 340 μm) con ϕ como parámetro.

1
a∞=1.05
a∞=1.25
0.9 a∞=1.5
a∞=1.75
0.8 a∞=1.95

0.7

0.6
a0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0 -2
10 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 4.40. Curva de absorción para incidencia normal, según el modelo de Johnson-Champoux-Allard,
de una capa de 5 cm y (Γ1, f,L,L’)=(20000 Pa s/m2,0.98,106 mm, 340 mm) con a∞ como parámetro.
88 Absorción del sonido

1
Λ=50μm
Λ=100μm
0.9 Λ=150μm
Λ=200μm
0.8 Λ=250μm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
10-2 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 4.41. Curva de absorción para incidencia normal, según el modelo de Johnson-Champoux-Allard,
de una capa de 5 cm y (Γ1,ϕ, a∞,Λ’)=(20000 Pa s/m2,0.98,1.05,300 μm) con Λ como parámetro.

1
Λ´=100μm
Λ´=150μm
0.9 Λ´=200μm
Λ´=250μm
0.8 Λ´=300μm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
10-2 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 4.42. Curva de absorción para incidencia normal, según el modelo de Johnson-Champoux-Allard,
de una capa de 5 cm y (σ,ϕ, α∞,Λ)=(20000 Pa s/m2,0.98,1.05,100 μm) con Λ’ como parámetro.
Materiales Porosos 89

1
a0
a1
0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
a

0.4

0.3

0.2

0.1

0
10-2 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 4.43. Curva de absorción para incidencia normal y difusa, según el modelo de Johnson-
Champoux-Allard, de una capa de 5 cm y (σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(10 kPa s m-2, 0.98,1.25,100 μm,300 μm).

El modelo de Johnson-Champoux-Allard modificado por Kino y Ueno, tiene las


ecuaciones

(4.26)

(4.27)

(4.28)

(4.29)

siendo N1 y N2 dos funciones que dependen de la resistividad al flujo, y que tienen


la forma
90 Absorción del sonido

(4.30)

La figura 4.44 muestra la dependencia de N1 y N2 con la resistividad al flujo.


Como puede verse, mientras que N1 crece con la resistividad al flujo, N2 decrece
más rápidamente.

10
N1
N2/10
9

0
10 20 30 40 50 60 70 80

σ (kN s m-4)

Figura 4.44. Dependencia funcional de las funciones N1 y N2 con σ.

La figura 4.45 superpone las curvas de absorción de una capa porosa de 5 cm,
correspondientes a los modelos JCA y JCA modificado por Kino y Ueno, para los va-
lores de los parámetros indicados. Como se puede comprobar, aunque ambas curvas
de absorción son similares, hay diferencias que pueden hacer que la curva teórica se
ajuste mejor a los datos experimentales.
Para finalizar este capítulo, en la figura 4.46 se comparan las curvas de absor-
ción de una capa porosa de 5 cm proporcionadas por los modelos semi-fenome-
nológicos de JCA, y de JCA modificado por Kino y Ueno, con la que se obtiene
con el modelo semi-empírico de Allard y Champoux de las ecuaciones (4.6). La
curva del modelo de Allard y Champoux está ligeramente desplazada hacia las
frecuencias altas.
Materiales Porosos 91

1
JCA
JCA modificado
0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
10-2 103 104

Frecuencia (Hz)

Figura 4.45. Curva de absorción para incidencia normal de una capa de 5 cm y (σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(10
kPa s m-2, 0.98,1.25,100 μm,300 μm), según los modelos de Johnson-Champoux-Allard
y el modificado por Kino y Ueno.
1
Johnson-Champoux-Allard (JCA)
JCA modificado Kimo&Ueo
0.9
Allard&Champoux

0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
10-2 103 104

Frecuencia (Hz)

Figura 4.46. Curva de absorción para incidencia normal de una capa de 5 cm y (σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(10
kPa s m-2, 0.98,1.25,100 μm,300 μm), según los modelos de Johnson-Champoux-Allard(JCA),
JCA modificado por Kino y Ueno, y Allard y Champoux.
92 Absorción del sonido

4.4. REFERENCIAS

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bing materials. Chapman&Hall, London.
Allard, J. F. y Atalla, N. (2009). Propagation of sound in porous media. Modelling
sound absorbing materials, Second Edition. John Wiley & Sons, Chichester,
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wool on normal impedance in oblique incidence». J. Sound Vib., 114: 233-238.
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tion in rigid frame fibrous materials». J. Acoust. Soc. Am., 91: 3346-3353.
Bermúdez de Castro, A., Ferrín, J. L. y Mikeliae, A. (2002). «Numerical computa-
tion of the acoustic properties of porous media obtained by homogeneisation
techniques». Forum Acusticum 2002, Sevilla.
Bies, D. A. y Hansen, C. H. (1980). «Flow resistance information for acoustical de-
sign». Appl. Acoust., 13: 357-391.
Biot, M. A. (1956). «Theory of propagation of elastic waves in a fluid-saturated po-
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Champoux, Y. y Allard, J. F. (1991). «Dynamic tortuosity and bulk modulus in air-
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resolution of finite-element poroelastic problems». J. Sound Vib., 253: 421-445.
Delany, M. E. y Bazley, E. N. (1970). «Acoustical properties of fibrous absorbent
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Garai, M. y Pompoli, F. (2002). Definition and first validation of a new mathematical
model of polyester fibre materials. Forum Acusticum, Sevilla, 1-6.
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and tortuosity in fluid-saturated porous media». J. Fluid Mech., 176: 379-402.
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framed fibrous materials». App. Acoust., 68: 1468-1484.
Mechel, F. P. (1988). «Design charts for sound absorber layers». J. Acoust. Soc. Am.,
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En Noise and Vibration Control Enginnering (L. L. Beranek y I. L. Ver, Eds.),
Chapter 8, john Wiley &Sons, New York.
Mechel, F. P. (2002). Formulas of Acoustics. Springer, Berlin.
Wu, Q. (1988). «Empirical relations between acoustical properties and flow resistivi-
ty of porous plastic open-cell foam». Appl. Acoust., 25: 141-148.
5.  MATERIALES SOSTENIBLES

5.1. INTRODUCCIÓN

Se considera que un material es sostenible cuando su producción actual no com-


promete su uso por generaciones futuras, y además tiene el menor impacto posible en
la salud y en el medio ambiente (Asdrubali et al., 2012). Un material sostenible está
hecho usualmente de materiales naturales o reciclados, y su producción requiere una
pequeña cantidad de energía. Estos materiales hacen un uso limitado de recursos no
renovables y tienen un bajo impacto ambiental.
Algunos de los materiales acústicos más usados no pueden ser considerados sos-
tenibles. Las lanas minerales, por ejemplo, son susceptibles de desprender partículas
que pueden producir irritación de la piel y, si son inhaladas, se pueden depositar en
los alveolos pulmonares. Las espumas de melamina o de poliuretano, por su parte,
son más caras de producir, y usan disocianatos aromáticos, procedentes de la in-
dustria petroquímica, que pueden producir dificultades respiratorias, o incluso asma
(Asdrubali et al., 2012).
Debido a que cualquier material fibroso o poroso con cierta impedancia frente a
la propagación del sonido produce algún grado de absorción, actualmente hay una
tendencia a usar materiales fibrosos naturales o reciclados como absorbentes o ais-
lantes del sonido. Asdrubali et al. (2012), que hacen una revisión de muchos de estos
materiales, los clasifican en:
• M
 ateriales naturales: fibras de corteza de coco, fibras de cáñamo o carrizo,
hojas de té, fibras de lino, fibras de caña de bambú, granulados de corcho, etc.
Hay muchos trabajos que confirman que se pueden conseguir capas de estos
materiales con las mismas prestaciones acústicas que una capa de lana mineral
o espuma convencional.
• M
 ateriales reciclados: granzas de caucho, procedentes de los neumáticos fuera
de uso, granzas de plásticos, etc., también susceptibles de proporcionar curvas
de absorción, o aislamiento a ruido aéreo y de impactos, similares a otros ma-
teriales acústicos convencionales.
• M
 ateriales mezclados y compuestos: estos mezclan materiales naturales con
materiales convencionales o plásticos. Ejemplos de estos son los compuestos
madera-plástico (WPC), mezclas de los plumones de la industria avícola con
fibras de polipropileno o polietileno de alta densidad (HDPE/PP), o los sánd-
wiches hechos con espumas y fibras de coco.
94 Absorción del sonido

En este capítulo nos ocuparemos de los modelos de predicción de las prestaciones


acústicas de algunos de estos materiales sostenibles. En primer lugar se discute el
modelo de Voronina y Horoshenkov (2003, 2004) que usa ecuaciones empíricas para
predecir la absorción de los materiales granulares sueltos. Cuando se usa un material
encolante para aglomerar estos materiales granulares, es preferible usar un modelo
similar al de fluido equivalente discutido en el capítulo 4 (Pfretzschner y Rodríguez,
1999; Rodríguez, 2003).

5.2. MATERIALES GRANULARES SUELTOS

Voronina y Horoshenkov (2003; 2004) publicaron un modelo empírico para pre-


decir la curva de absorción de un material compuesto de granos sueltos (no unidos
entre sí por otro material encolante). Estos materiales se componen de dos fases:
• L
 a fase sólida, compuesta por los granos de material de densidad ρm.
• L
 a fase gaseosa, compuesta por los poros de aire que dejan los granos entre sí.
Sea ρ0 la densidad del aire, y ϕ la porosidad, definida en el capítulo 4.

El modelo de Voronina y Horoshenkov se basa en cuatro parámetros:


• L
 a porosidad, ϕ.
• L
 a tortuosidad. Voronina y Horoshenkov usan como tortuosidad la variable
, siendo α∞ la tortuosidad usada en el modelo de Johnson- Champoux-
Allard (véase capítulo 4).
• L
 a densidad específica del granulado, ρm.
• L
 a dimensión característica de las partículas que componen el granulado, D.
La dimensión característica está relacionada con el volumen de la esfera equi-
valente ocupada por un grano, Vm, por .
Voronina y Horoshenkov definen dos parámetros adimensionales importantes:
La densidad relativa, M

(5.1)

y un parámetro relacionado con el tamaño de granos, ξ, definido por

(5.2)

donde η es la viscosidad del aire. Según Voronina y Horoshenkov


Materiales sostenibles 95

La impedancia de entrada de una capa granular de espesor d es

(5.3)

donde

(5.4)

es la impedancia compleja de la capa, y

(5.5)

es la constante de propagación compleja. Conocida la impedancia de entrada a la


capa, se puede calcular el coeficiente de reflexión y el coeficiente de absorción de
onda plana (en incidencia normal)

(5.6)

(5.7)

Pues bien, el ajuste de Voronina y Horoshenkov a los datos experimentales pro-


porcionó las siguientes ecuaciones empíricas para las componentes real e imaginaria
de la impedancia y constante de propagación complejas

(5.8)

(5.9)

(5.10)

(5.11)
96 Absorción del sonido

donde

(5.12)

es una frecuencia crítica, y

(5.13)

(5.14)

(5.15)

(5.16)

Las figuras 5.1 a 5.5 muestran las curvas de absorción de cinco capas de 4 cm de
material granulado con las combinaciones de parámetros (ϕ,q,M,D) indicadas en la
Tabla 5.11. Se trata de una vermiculita de grano medio y una vermiculita, perlita, ke-
ramsita y granza de caucho de grano grueso. Los parámetros de los materiales han sido
tomados de Voronina y Horoshenkov. Como se puede observar, las posiciones de los
máximos y mínimos de las curvas dependen de los parámetros constitutivos de los ab-
sorbentes granulares (nótese que el espesor de la capa es la misma para todos los casos.

TABLA 5.1. PARÁMETROS DE LOS MATERIALES CORRESPONDIENTES A LAS


CURVAS DE ABSORCIÓN DE LAS FIGURAS 5.1 A 5.5
Material ϕ (%) q M D (mm) ξ
Vermiculita de grano medio 0.69 1.63 0.975 0.5 1.1
Vermiculita de grano
0.68 1.58 0.975 1.4 3.1
grueso
Granza de caucho 0.44 1.12 0.925 3.2 7.1
Perlita 0.6 1.47 0.163 2.2 4.8
Keramsita 0.38 1.29 0.73 2.2 4.8
Materiales sostenibles 97

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
10-2 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 5.1. Coeficiente de absorción para una capa de 40 mm de vermiculita de grano medio
con (ϕ,q,M,D)=(0.69,1.63,0.975,0.5 mm).

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1
10-2 103 104

Frecuencia (Hz)

Figura 5.2. Coeficiente de absorción para una capa de 40 mm de vermiculita de grano grueso
con (ϕ,q,M,D)=(0.68,1.58,0.975,1.55 mm).
98 Absorción del sonido

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1
10-2 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 5.3. Coeficiente de absorción para una capa de 40 mm de granza de caucho


de grano grueso con (ϕ,q,M,D)=(0.44,1.12,0.925,3.2 mm).

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1
10-2 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 5.4. Coeficiente de absorción para una capa de 40 mm de perlita de grano grueso
con (ϕ,q,M,D)=(0.6,1.47,0.163,2.2 mm).
Materiales sostenibles 99

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1
10-2 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 5.5. Coeficiente de absorción para una capa de 40 mm de keramsita de grano grueso
con (ϕ,q,M,D)=(0.38,1.29,0.73,2.2 mm).

Un dato importante de las curvas de absorción es la frecuencia del primer máximo


(primera frecuencia de resonancia). Voronina y Horoshenkov (2004) demuestran que
este primer pico de la curva de absorción se produce para

(5.17)

donde β es la componente imaginaria de la constante de propagación compleja, ecua-


ción (5.11). De aquí

(5.18)

siendo

(5.19)

(5.20)

(5.21)
100 Absorción del sonido

La figura 5.6 muestra un estudio paramétrico de la frecuencia de resonancia como


una función de cada dos de los parámetros (ϕ,M,D,d), manteniendo los otros cons-
tantes.

1440 1400

1430 (a) (a)


1380
1420
1360
1410
1370

fr (Hz)
fr (Hz)

1400
1360
1390
1350
1380

1370 1340

1360 1330
30 40 50 60 70 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9
f (%) M

1600 7000
(c) (d)
6000
1400
5000
1200
4000
fr (Hz)

fr (Hz)

1000 3000

2000
800
1000

600
0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4 1 2 3 4 5 6 7 8
D (mm) d(

Figura 5.6. Frecuencia de resonancia como una función de (a) ϕ para (M,D,d)=(0.96,2 mm,4 cm),
(b) M para (ϕ,D,d)=(0.6,2 mm,4 cm), (c) D para (ϕ,M,d)=(0.6,0.96,4 cm), y (d) d para
(ϕ,M,D)=(0.6,0.96,2 mm).

Como se puede observar, la frecuencia de resonancia:


• A
 lcanza un valor mínimo para un valor de ϕ intermedio.
• A
 umenta con M y D, y disminuye con d.
Para disminuir la frecuencia de resonancia del granulado hay que reducir la di-
mensión equivalente de los granos, y/o reducir la densidad relativa del material, o
aumentar el espesor de la capa.

5.3. MATERIALES GRANULARES ENCOLADOS

Los neumáticos fuera de uso constituyen uno de los grandes problemas ambienta-
les actuales. Pfretzschner y Rodríguez (1999) demostraron que la granza que se ob-
tiene triturando el caucho de dichos neumáticos constituye un buen material acús-
tico. El tamaño de los granos que se obtienen determina sus prestaciones acústicas.
La Tabla 5.2 presenta las propiedades acústicas de diferentes muestras obtenidas
para diferentes tamaños de grano. Estos autores construyeron 5 muestras de tamaño
Materiales sostenibles 101

homogéneo (muestras monodispersas) y dos muestras de tamaño heterogéneo (mues-


tras polidispersas). Para cada una de estas muestras se midió la resistividad al flujo,
la porosidad y la tortuosidad. Como puede verse, la resistividad al flujo resultaba
ser inversamente proporcional al tamaño de grano. Rodríguez proponía la siguiente
relación empírica

(5.22)

siendo D el tamaño de las partículas, en mm. La figura 5.7 muestra la resistividad al


flujo, σ, como una función del tamaño de las partículas, D. Como podemos compro-
bar, para partículas de tamaño mayor que 4 mm, la resistividad apenas varía con el
tamaño. Por el contrario, para muestras de tamaño menor que 3 mm, la resistividad al
flujo crece rápidamente a medida que los granos se hacen más pequeños. La porosi-
dad aumenta, y la tortuosidad disminuye, con el tamaño de los granos.

TABLA 5.2. PROPIEDADES ACÚSTICAS DE LAS MUESTRAS DEL CAUCHO


GRANULAR ESTUDIADO POR RODRÍGUEZ (2003)
Muestras Granulometría
σ (N s m-4) φ (%) α∞
monodispersas (mm)
M1 1.4 6082.3 44.3 2.24
M2 2.0 2858.1 51.0 2.08
M3 3.0 1418.0 54.0 1.95
M4 4.0 1288.7 53.5 1.47
M5 6.0 712.5 54.4 1.38
Muestras polidispersas
P1 0-7 1077.8 48.4 1.58
P2 0-3 3318.6 54.1 1.54
Rodríguez (2003) aplicaba un modelo de 5 parámetros, muy similar al de Johnson-
Champoux-Allard (JCA) analizado en la sección 4.2.2, para comparar las curvas de
absorción medidas con las que proporciona este modelo. Los parámetros (σ,ϕ,α∞)
eran los mismos que los del modelo JCA. Además de estos, para ajustar las curvas
experimentales a las teóricas, Rodríguez usaba dos parámetros distintos de las lon-
gitudes características térmica y viscosa del modelo JCA. Las figuras 5.8-5.14 tratan
de reproducir las curvas medidas por Rodríguez para una capa de 10 cm de caucho
granular y las combinaciones de parámetros de la Tabla 5.2. Es muy difícil ajustar
las curvas por la diferencia entre los parámetros (C,C´) que usa Rodríguez y los pa-
rámetros (Λ,Λ’) del modelo JCA. En cualquier caso, las curvas se parecen bastante.
Hay que señalar también que, aunque somos conscientes de que en el modelo JCA
Λ<Λ’, aquí hemos tomado valores de Λ mayores que los de Λ’, de acuerdo con los
valores de C>C’ usados por Rodríguez.
102 Absorción del sonido

12000

10000

8000
σ (N s m-4)

6000

4000

2000

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
D (mm)

Figura 5.7. Resistividad al flujo del caucho granular como una función
del tamaño de grano en mm.

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 5.8. Curva de absorción de una capa de 10 cm de caucho granular


con (σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(6083 N s m-4,0.44,2.24,240 μm, 80 μm).
Materiales sostenibles 103

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 5.9. Curva de absorción de una capa de 10 cm de caucho granular


con (σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(2858 N s m-4,0.51,2.08,240 μm, 220 μm).

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 5.10. Curva de absorción de una capa de 10 cm de caucho granular


con (σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(1418 N s m-4,0.54,1.95,400 μm,200 μm).
104 Absorción del sonido

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

5.11. Curva de absorción de una capa de 10 cm de caucho granular


con (σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(1289 N s m-4,0.53,1.47,400 μm,400 μm).

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 5.12. Curva de absorción de una capa de 10 cm de caucho granular con


(σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(712 N s m-4,0.54,1.38,400 μm,390 μm).
Materiales sostenibles 105

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 5.13. Curva de absorción de una capa de 10 cm de caucho granular


con (σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(1078 N s m-4,0.48,1.58,400 μm,350 μm).

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 5.14. Curva de absorción de una capa de 10 cm de caucho granular


con (σ,ϕ,α∞,Λ,Λ’)=(3319 N s m-4,0.54,1.54,400 μm,200 μm).
106 Absorción del sonido

REFERENCIAS

Asdrubali, F., Schiavoni, S. y Horoshenkov, K. V. (2013). «A review of sustainable


materials for acoustic applications». Building Acoustics, 19: 283-312.
Rodríguez, R. M. (2003). Propiedades acústicas del caucho granular. Tesis doctoral,
ETSI Industrial, Universidad Politécnica de Madrid.
Pfretzschner, J. y Rodríguez, R. M. (1999). «Acoustic properties of rubber crumbs».
Polymer Testing, 18: 81-92.
Voronina, N. N. y Horoshenkov, K. V. (2003). «A new empirical model for the
acoustic properties of loose granular materials». Appl. Acoust., 64: 415-432.
Voronina, N. N. y Horoshenkov, K. V. (2004). «Acoustic properties of unconsolida-
ted granular mixes». Appl. Acoust., 65: 673-691.
6.  RESONADORES DE HELMHOLTZ

6.1. INTRODUCCIÓN

Los absorbentes basados en resonadores de Helmholtz son unos de los más utili-
zados en acústica de la edificación (Mechel y Ver, 1992; Colina y Moreno, 2005). Un
resonador de Helmholtz consiste en una cavidad conectada al medio por un orificio,
también denominado cuello del resonador. La impedancia de la cavidad es esencial-
mente de tipo capacitivo (compliancia del volumen del aire contenido). La impedan-
cia del orificio tiene una parte resistiva (asociada a la resistencia de radiación de la
superficie abierta del orificio) y una parte reactiva (asociada al volumen de aire del
cuello, que tiene una longitud mayor que el espesor del panel que lo alberga).
Así pues, el equivalente eléctrico de un resonador de Helmholtz es un circuito
RLC. La curva de respuesta en frecuencias es, por tanto, relativamente estrecha, con
un pico de resonancia a una frecuencia determinada, que depende del volumen de
la cavidad, y del volumen del cilindro de aire en el cuello. Los resonadores de Hel-
mholtz se usan fundamentalmente para atenuar o absorber bandas estrechas de baja
frecuencia en aplicaciones de control de ruido.
Aunque los resonadores de Helmholtz se pueden situar en cualquier sitio del
escenario acústico que se quiere controlar, aquí nos ocuparemos esencialmente de
aquellos que se usan como absorbentes superficiales, es decir aquellos que se sitúan
enrasados con alguna de las paredes del recinto. El volumen del resonador puede ser
esférico, cilíndrico, paralelepipédico, etc. La abertura también puede ser de sección
circular, elíptica, rectangular, ranurada, etc. La figura 6.1 muestra un resonador de
abertura circular y volumen paralelepipédico insertado en una pared. Un resonador
tal se puede caracterizar por el diámetro de la abertura, d, el espesor del panel que la
contiene, t, y la sección transversal y volumen de la cavidad, SV y V, respectivamente.
Nótese que V=D SV, donde D es la profundidad de la cavidad.
Como se ha visto en el capítulo 3, puede calcularse el coeficiente de absorción de
una superficie que contiene uno o varios resonadores de Helmholtz una vez caracte-
rizada su impedancia de entrada. En la sección 6.2 se profundizará en un modelo que
permite obtener tal impedancia.
Para dicho modelo se asume que todas las dimensiones del resonador son peque-
ñas comparadas con la longitud de onda del sonido, pero grandes en comparación con
el espesor de la capa límite visco-térmica en el cuello del resonador (Ingard, 1999),
y que el esqueleto del resonador es rígido. Primero se calculará la impedancia de
entrada de un resonador único, y a continuación se extenderá esta formulación a una
108 Absorción del sonido

distribución superficial de varios resonadores, similares o distintos (un array superfi-


cial de resonadores). Conocida la impedancia de entrada de la superficie que contiene
los resonadores, se puede calcular el coeficiente de absorción para incidencia normal,
sección 6.3, o aleatoria, sección 6.4.

(a) (b)

d = 2a Sm

εe εi

V
Sv

D
t

Figura 6.1. Un resonador de Helmholtz enrasado con una pared.

6.2. IMPEDANCIA DE UN RESONADOR DE HELMHOLTZ

La impedancia de entrada de un resonador como el de la figura 6.1 es (Mechel y


Ver, 1992)

(6.1)

donde ZV es la impedancia de la cavidad y Zm es la impedancia del cuello del resona-


dor. La impedancia de la cavidad es

(6.2)

Nótese que Sm/Sv=ϕ, es el porcentaje de superficie abierta del resonador, también


denominada porosidad.
La impedancia del cuello tiene parte resistiva y parte reactiva, Zm=Rm+iXm. La
parte resistiva ya fue estudiada por Lord Rayleigh, quien propuso (Allard y Atalla,
2009).

(6.3)
Resonadores de Helmholtz 109

siendo η la viscosidad dinámica del aire, t el espesor del panel que contiene la aber-
tura (cuello del resonador), y d el diámetro de la abertura (véase figura 6.1). Ingard
(1953) apuntaba que esta resistencia es demasiado pequeña, y que un valor más apro-
piado sería el de la ecuación (6.3) multiplicado por un factor 2. La parte reactiva de la
perforación es debida a la masa del aire que vibra en el cuello del resonador, es decir

(6.4)

siendo εi y εe las sobrelongitudes interna y externa del cilindro de aire que vibra en el
cuello (véase figura 6.1).
De las ecuaciones (6.2) a (6.4), la impedancia de entrada a un resonador sencillo
en una pared es

(6.5)

Considérese ahora una distribución de resonadores idénticos en una superficie,


figura 6.2. En este caso, sean . Entonces, la impedancia de entrada a
la distribución de resonadores es la de la ecuación (6.2) dividida por un factor ϕe. Es
decir (Allard y Atalla, 2009)

(6.6)

Nótese que una distribución de resonadores de Helmholtz que comparten la mis-


ma cavidad de aire es lo que se denomina una placa perforada. Su impedancia de
entrada es sencillamente

(6.7)

dondeϕ sería el coeficiente de perforación (porcentaje de área abierta) de la placa.


También se puede usar una distribución de resonadores de Helmholtz sintoniza-
dos a distintas frecuencias para proporcionar absorción en una banda más ancha (Kim
et al., 2006). Los distintos resonadores se pueden asociar en serie o en paralelo (Mo-
reno et al., 1994), figura 6.3. En las distribuciones en serie, la impedancia de entrada
es la suma de las impedancias de cada uno de los resonadores. En las distribuciones
en paralelo, la admitancia de entrada es la suma de las admitancias de cada uno de los
resonadores. En concreto, la impedancia de entrada, ZR4, a una placa de N resonado-
res en paralelo de impedancias, ZRn, (dadas por la ecuación (6.5) se obtiene de

(6.8)
110 Absorción del sonido

(a)
(b)

Sm Svi Svi

Sve
Sve

Figura 6.2. Una distribución de resonadores idénticos en una superficie.

Los valores de εi y εe en las ecuaciones (6.5)-(6.7) dependen de la forma de las


perforaciones, y de su posición en la superficie del resonador (Ingard, 1953). Para
perforaciones circulares, centradas en la superficie del resonador, estos valores son
(Allard y Atalla, 2009).

(6.9)

donde a=d/2 es el radio de la abertura.

6.3. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN PARA INCIDENCIA NORMAL

Como en el capítulo 3, los coeficientes de reflexión y absorción en la superficie


que contiene el resonador, bajo incidencia normal, serían

(6.10)

De estas ecuaciones, la máxima absorción se produce cuando la impedancia de entra-


da al sistema coincide con la impedancia del medio, Z0. Como la impedancia del medio
es real, la máxima absorción se produce a la frecuencia a la que la parte imaginaria de
Resonadores de Helmholtz 111

la impedancia del resonador es cero. Por ejemplo, para un resonador simple de abertura
circular, haciendo cero la parte imaginaria de la ecuación (6.5), se obtiene

(6.11a)

La ecuación (6.11a) se obtiene de aproximar cot(kD)≈1/kD. Atalla y Sgard (2007)


proponen una mejor aproximación

(6.11b)

en el margen D<(πλ/16). Así pues, la frecuencia de resonancia de un resonador de


Helmholtz aumenta con el área de la abertura y disminuye con el volumen de la cavi-
dad y con el espesor equivalente (t+εi+εe) del panel en el que está inserto.
(a) (b)
t1 t1 t2
d1 d1
d2
V1
V1
t2
d2
V2

V2

Figura 6.3. Asociaciones de resonadores en serie (a) o en paralelo (b).

El coeficiente de absorción para incidencia normal de un resonador sencillo en


una pared se obtendría sustituyendo la ecuación (6.5) para ZR1 en la ecuación (6.10).
La figura 6.4 muestra las partes real e imaginaria de un resonador de Helmholtz sen-
cillo, con d=1 cm, t=5 mm, D=64 mm y SV=0.00196 m2.
Nótese que la reactancia del cuello y de la cavidad se igualan alrededor de los 400
Hz, que es la frecuencia de resonancia que se obtiene de la ecuación (6.11b). Para esta
frecuencia, la resistencia del cuello es alrededor de 1, mucho menor que Z0≈415, am-
bos en unidades MKS. Por tanto, el coeficiente de absorción de un resonador sencillo
insertado en la pared es muy pequeño. Los resonadores sencillos se instalan mejor
como absorbentes de volumen.
112 Absorción del sonido

1.3
1.2
1.1
ℜ (ZR)

1
0.9
0.8
0.7

200 250 300 350 400 450 500 550 600

70
ℑ (Zm)
60
ℑ (Zv)
50
ℑ (ZR)

40

30

20

10
200 250 300 350 400 450 500 550 600
Frecuencia (Hz)

Figura 6.4. Parte real (arriba) e imaginaria (abajo) de la impedancia ZR de un resonador con d=1
cm, t=5 mm, D=64 mm y SV=0.00196 m2.

La figura 6.5 muestra el coeficiente de absorción de una distribución superficial de


resonadores con las mismas características que el anterior (d,t,D)=(1 cm, 5 mm, 64
mm), pero ahora con una porosidad interior de ϕi=0.01 y exterior de ϕe=0.0025. Se
obtiene la curva de absorción muy estrecha alrededor de la frecuencia de resonancia
f0≈272 Hz.
Si todos los resonadores comparten la misma cavidad, la impedancia de en-
trada viene dada por la ecuación (6.8). En este caso, la distribución superficial
de resonadores de Helmholtz se convierte en una placa perforada. La figura 6.6
muestra el coeficiente de absorción de una placa tal con parámetros (d,t,D,ϕ)=(1
cm, 5 mm, 10 cm,0.5 %). Nótese que en este caso la frecuencia de resonancia no
se obtiene de la ecuación (6.10), pues la reactancia del volumen de la cavidad
cambia considerablemente.
La figura 6.7 ilustra el funcionamiento de una distribución en paralelo de 5 re-
sonadores de Helmholtz todos con los mismos valores de (d,t,ϕi,ϕe)=(1 cm, 5 mm,
2 %,0.2 %), pero con diferentes valores de la profundidad D=10 cm, 7.5 cm, 2.5
cm, 1 cm y 5 mm. La distribución en paralelo de los cinco resonadores da lugar a
una curva de absorción con cinco picos bien definidos. Nótese que las frecuencias
de resonancia se obtendrían haciendo cero la parte imaginaria de la impedancia
de entrada dada por la ecuación (6.8). Se puede comprobar que estos valores no
coinciden exactamente con las frecuencias de resonancia de cada uno de los reso-
nadores individuales.
Resonadores de Helmholtz 113

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 6.5. Coeficiente de absorción de un resonador


con (d,t,D,ϕi,ϕe)=(1 cm, 5 mm, 64 mm,2%,0.25 %).

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103
Frecuencia (Hz)

Figura 6.6. Coeficiente de absorción de un resonador


con (d,t,D,ϕ)=(1 cm, 5 mm, 10 cm,0.5 %).
114 Absorción del sonido

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103

Frecuencia (Hz)

Figura 6.7. Coeficiente de absorción de una distribución superficial de cinco resonadores


en paralelo, todos con los mismos valores de (d,t,ϕi,ϕe) pero distintas profundidades.

6.4. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN


PARA INCIDENCIA ALEATORIA

Como se estudió en el capítulo 3, un absorbente superficial se puede comportar


como de reacción local o volumétrica ante una onda sonora en incidencia oblicua.
Una distribución superficial de resonadores de Helmholtz, sin embargo, se comporta
siempre como de reacción local, ya que la onda se propaga dentro del resonador en
incidencia normal. Así pues, el coeficiente de absorción en incidencia oblicua será

(6.12)

siendo ZR cualquiera de las impedancias de entrada de las ecuaciones (6.5) a (6.8). El


coeficiente de absorción en incidencia aleatoria será entonces

(6.13)

La figura 6.8 muestra el coeficiente de absorción en función del ángulo de inci-


dencia de un resonador con (d,t,D,ϕi,ϕe)=(1 cm, 5 mm, 64 mm,2%,0.25 %). Nótese
que la frecuencia de resonancia no varía con el ángulo de incidencia.
Resonadores de Helmholtz 115

80 0.9

0.8
70

0.7
60

0.6
50

0.5
θ (º)

40
0.4

30
0.3

20
0.2

10 0.1

0
100 150 200 250 300 350 400 450 500

Frecuencia (Hz)
Figura 6.8. Coeficiente de absorción en función del ángulo de incidencia de un resonador
con (d,t,D,ϕi,ϕe)=(1 cm, 5 mm, 64 mm,2%,0.25 %).

1
α0
α1
0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 6.9. Coeficiente de absorción para incidencia normal y aleatoria de un resonador


con (d,t,D,ϕi,ϕe)=(1 cm, 5 mm, 64 mm,2%,0.25 %).
116 Absorción del sonido

80 0.9

0.8
70

0.7
60

0.6
50

0.5
θ (º)

40
0.4

30
0.3

20
0.2

10 0.1

0
100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000

Frecuencia (Hz)

Figura 6.10. Coeficiente de absorción como una función del ángulo de incidencia
de una distribución de tres resonadores con (d,t,ϕi,ϕe)=(1 cm, 5 mm,2%,0.2 %) y D=10, 5 y 1 cm.

1
a0

0.9 a1

0.8

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 6.11. Coeficiente de absorción para incidencia normal y difusa de una distribución
de tres resonadores con (d,t,ϕi,ϕe)=(1 cm, 5 mm,2%,0.2 %) y D=10, 5 y 1 cm.
Resonadores de Helmholtz 117

Sin embargo, para ángulos de incidencia por encima de 70°, el pico de absor-
ción disminuye considerablemente. En consecuencia, la integración sobre todos los
ángulos de incidencia a través de la ecuación (6.13) va a producir un coeficiente de
absorción para incidencia aleatoria ligeramente inferior en amplitud al de incidencia
normal, como se puede comprobar en la figura 6.9.
Las figuras 6.10 y 6.11 ilustran el comportamiento angular de una distribución
espacial de tres resonadores en paralelo, todos con los mismos (d,t,ϕi,ϕe)=(1 cm, 5
mm, 2 %,0.2 %), pero con distintas profundidades D=10, 5 y 1 cm. Como en el caso
anterior, las frecuencias de resonancia de la distribución de los tres resonadores no
varían con el ángulo de incidencia. Para incidencia cuasi-rasante, la amplitud del pico
de resonancia se reduce significativamente. Esto hace que el coeficiente de absorción
en incidencia difusa sea ligeramente menor en amplitud que el correspondiente coefi-
ciente en incidencia normal.

6.5. REFERENCIAS

Allard, J. F. y Atalla, N. (2009). Propagation of Sound in Porous Media. Modelling


Sound Absorbing Materials. John Wiley & Sons, West Sussex, UK.
Colina, C. de la y Moreno, A. (2005). Acústica de la Edificación. Fundación Escuela
de la Edificación, Madrid.
Ingard, U. (1953). «On the theory and design of acoustic resonators». J. Acoust. Soc.
Am., 25: 1037-1061.
Ingard, U. (1999). Notes on Sound Absorption. Kittery Point, Maine, EE. UU.
Kim, S. R., Kim, Y. H. y Jang, J. H. (2006). «A theoretical model to predict the low-
frequency sound absorption of a Helmholtz resonator array». J. Acoust. Soc.
Am., 119: 1933-1936.
Mechel, F. P. y Ver, I. L. (1992). «Sound absorbing materials and sound absorbers».
In Noise and Vibration Control Engineering. Principles and Applications. John
Wiley & Sons, New York.
Moreno, A., Simón, F., Colina, C. de la y Sanz, P. T. (1994). «Circuito equivalente
y previsión de la absorción en resonadores H». Tecniacústica 1994, Valencia,
España.
7.  PANELES MICROPERFORADOS

7.1. INTRODUCCIÓN

Los materiales porosos y fibrosos analizados en el capítulo 4 son unos excelentes


absorbentes del sonido, y son asequibles. Se usan en todas aquellas aplicaciones que
requieren disipación del sonido, ya sea para incrementar el aislamiento de paramen-
tos multicapa en la construcción o como recubrimientos de superficies para reducir
sus propiedades reflectantes. Sin embargo, la mayoría tienen el inconveniente de que
pueden desprender partículas. Este es un problema severo en situaciones que requie-
ren unas condiciones especiales de higiene, como en los silenciadores disipativos
empleados para reducir el ruido en los sistemas de ventilación y aire acondicionado
en la industria alimentaria o en hospitales, o de limpieza, como en salas blancas.
Otras aplicaciones donde los materiales porosos están contraindicados son en el re-
cubrimiento de tubos por los que salen gases a una velocidad alta, o en túneles de
viento (Cobo et al., 2010).
Maa (1987; 1998) propuso unos materiales absorbentes alternativos especialmen-
te apropiados para estas situaciones, los así denominados paneles microperforados
(MPP). En la figura 7.1 podemos ver una fotografía de Maa, fallecido el 17 de Julio
de 2012, a los 97 años de edad.
Los MPPs originalmente propuestos por Maa consisten en una distribución de
perforaciones circulares, de diámetro d, sobre un panel de espesor t, con un porcen-
taje de perforación, o porosidad ϕ. Esta distribución de perforaciones tiene una im-
pedancia acústica, Z, que resulta ser compleja. En el capítulo 3 hemos visto que para
que un sistema proporcione una absorción significativa del sonido tiene que tener
una impedancia lo más próxima posible a la impedancia del aire, Z0, que es real. Por
consiguiente, para que un MPP proporcione absorción significativa es menester que
su parte resistiva sea lo más próxima posible a la impedancia del aire, y que su parte
reactiva sea lo más próxima posible a cero. Por consiguiente, para compensar la parte
reactiva de la impedancia del panel microperforado es necesario añadir una cavidad
de aire, de espesor D. Se obtiene así un sistema absorbente sintonizable que depende
de cuatro parámetros, además de la frecuencia. A saber, (d,t,ϕ,D).
Como se vio en el capítulo 3, se puede obtener el coeficiente de absorción de un
sistema absorbente si conocemos su impedancia de entrada. Así pues, en primer lu-
gar se analizarán los modelos de impedancia más conocidos de un MPP: el modelo
de Maa (Maa, 1987; 1998) y el modelo fluido equivalente (Allard, 1993; Atalla y
Sgard, 2007; Allard y Atalla, 2009). El modelo de Maa añade a la impedancia en una
120 Absorción del sonido

distribución de tubos propuesta por Crandall la impedancia de bordes propuesta por


Ingard (1953). El modelo fluido equivalente usa una impedancia en las perforaciones
similar a la del modelo de Maa (es decir, la solución de Crandall), pero la corrección
de bordes se introduce a través de una tortuosidad, similar a la que se usa en materia-
les porosos, y estudiada en el capítulo 4.

Figura 7.1. Fotografía del acústico chino D.Y. Maa.

Como se verá en la sección 7.4, el MPP apropiado para absorber en la banda de


frecuencias de interés en aplicaciones de control del ruido requiere cientos de miles
de perforaciones sub-milimétricas por metro cuadrado de panel. Estas perforaciones
tan diminutas se suelen hacer mediante tecnología laser, lo que se traduce en un ma-
terial absorbente de precio excesivamente alto. Ha habido propuestas para abaratar el
coste de fabricación de los MPPs. Una de las primeras, fue la de hacer perforaciones
ranuradas en lugar de circulares. Se obtienen así los paneles microranurados, o MSP
(Maa, 2001; Randeberg, 2000; Vigran y Pettersen, 2005).
Pfretzschner et al. (2006) proponían combinar una placa portante de perforacio-
nes milimétricas con mallas micrométricas para obtener una unidad microperforada
de inserción (MIU), con unas prestaciones absorbentes muy similares a las de un
MPP. La placa portante podía ser perforada mediante punzonado o taladrado, por lo
que resulta más barata que un MPP. Como malla micrométrica se puede usar una de
las que se usan en la industria de filtrado.
Recientemente Cobo y Montero de Espinosa (2013) y Quian et al. (2013) han
propuesto diferentes tecnologías para abaratar considerablemente la fabricación de
MPPs. Los primeros usan una técnica de infiltración. Parten de una mezcla de un ma-
terial polimérico con granos de sal de tamaño y cantidad apropiados. Una vez curada
Paneles microperforados 121

la mezcla, se introduce en un baño de agua para eliminar la sal. Las perforaciones


irregulares que dejan los granos de sal cuando se disuelven dan lugar a una absorción
similar a la de un MPP. Los segundos proponen una tecnología MEMS para fabricar
MPPs con ultraperforaciones menores de 100 mm que proporcionan absorción en
una banda más ancha que los MPP submilimétricos.
A continuación se analizan con mayor profundidad los modelos comentados.

7.2. IMPEDANCIA DE UN MPP

Un MPP consta de un panel de espesor t, con perforaciones de diámetro d y po-


rosidad ϕ, enfrente de una pared rígida de espesor D, figura 7.2. Un sistema tal se
caracteriza por una impedancia de entrada (o superficial) Z1. Cuando una onda plana,
que se propaga en el aire, con impedancia característica Z0, se encuentra con un MPP,
el contraste de impedancias (Z1-Z0) da lugar a una reflexión, a consecuencia de la cual
se produce una absorción. En incidencia normal, los coeficientes de reflexión, R, y
absorción, α, son

(7.1)

(7.2)

La impedancia de entrada al sistema está influenciada por cuatro efectos (Jaouen


y Becot, 2011):
• L  a disipación visco-térmica dentro de las perforaciones, que denominare-
mos Zhole.
• L  a distorsión del flujo en los bordes de las perforaciones, que denominare-
mos Zedge.
• Las resonancias en la cavidad de aire, que denominaremos ZD.
• L  as vibraciones estructurales del panel sometido al campo acústico inciden-
te, que denominaremos Zvib.
La contribución de Zhole y Zedge se denomina ZMPP. La impedancia de entrada a la
cavidad de aire es

(7.3)

donde k=ω/c es el número de onda, ω=2πf es la frecuencia angular, c es la velocidad


del sonido en el aire, y f es la frecuencia. La impedancia estructural del panel, Zvib,
puede obtenerse en función de sus parámetros elásticos (Tayong et al., 2010). En fun-
ción de estas impedancias, puede obtenerse la impedancia de entrada al sistema como
122 Absorción del sonido

(7.4a)

Si consideramos una placa rígida, Zvibg∞, y

(7.4b)

Figura 7. 2. Esquema de un sistema MPP.

El objetivo de este capítulo es analizar los modelos de Maa (1987, 1998) y flui-
do equivalente (Allard, 1993; Atalla y Sgard, 2007) para la impedancia del panel,
ZMPP, y más concretamente, para las impedancias de las perforaciones, Zhole, y de
los bordes, Zedge.

7.3. MODELO DE MAA

Maa (1998) parte de la solución de la ecuación de ondas en un tubo cilíndrico


planteada primero por Rayleigh y resuelta después por Crandall para tubos cortos
Paneles microperforados 123

(7.5)

donde u es la velocidad de las partículas dentro del tubo, r1 es la coordenada radial


dentro del tubo, η es la viscosidad del aire, y Δp es la diferencia de presiones entre
ambas caras del tubo. Resolviendo para u, y promediando sobre la superficie del tubo,
se obtiene

(7.6)

de donde es fácil obtener la impedancia en el tubo Zhole = –Δp/–u ,

(7.7a)

con

(7.8)

siendo ρo es la densidad del aire, η el coeficiente de viscosidad del aire, ω la frecuen-


cia angular, r=d/2 el radio de las perforaciones, y J0 y J1 las funciones de Bessel de
primera clase y órdenes 0 y 1, respectivamente. Para extrapolar la impedancia en un
tubo a la de un panel microperforado es necesario tener en cuenta la relación entre la
velocidad de partículas fuera y dentro de las perforaciones, figura 7.3.
De aquí que

(7.7b)

La variable s definida en la ecuación (7.8) representa el cociente entre el diámetro


de las perforaciones y el espesor de la capa límite viscosa. Estrictamente hablando,
Maa (1987) usa una aproximación a la ecuación (7.7b) para la impedancia acústica
en las perforaciones que es válida en el rango 1<s<10. No obstante, aquí se usará la
versión exacta dada por la ecuación (7.7b).
Maa (1998) propuso añadir a la impedancia del orificio dos términos, uno resisti-
vo, debido a la fricción del flujo de aire en las caras de los agujeros, y otro reactivo,
debido a la radiación tipo pistón de ambas caras. El término resistivo también se
denomina resistencia superficial, Rs. El término reactivo se denomina reactancia de
masa, Xm. Así resultaba

(7.9a)
124 Absorción del sonido


u=u´/f

Figura 7.3. Relación entre las velocidades de partículas dentro y fuera


de las perforaciones de un MPP.

Según Hou (2009) y Tayong et al. (2010), el término resistivo en la ecuación


(7.9a) debería ser 4 veces superior, es decir
(7.9b

Estos son los términos resistivo y reactivo que han sido adoptados en la mayoría
de los trabajos sobre MPPs, puesto que también eran los que usaba Maa en sus pri-
meros trabajos (Maa, 1987). Nótese que

(7.10a)

El término reactivo también se puede interpretar en términos de un exceso de


masa vibrante, 2d = 0.85 d, figura 7.4, donde multiplicamos por 2 para tener en cuenta
ambos extremos del orificio. A continuación profundizamos un poco más en cada uno
de estos términos.

δ δ

Figura 7.4. Reactancia de masa debido a un exceso de masa vibrante en el interior


de las perforaciones.
Paneles microperforados 125

Algunos autores han señalado que el término resistivo depende además de la for-
ma de las perforaciones. Bolton y Kim (2010) proponen introducir este efecto me-
diante un parámetro φ

(7.10b)

donde φ debería ser 4 para una perforación con bordes afilados, y 2 para perforaciones
con bordes redondeados. Aplicando técnicas de dinámica de fluidos computacional,
Bolton y Kim (2010) encuentran la siguiente dependencia de φ con los parámetros
del MPP (d,t,ϕ) y con la frecuencia

(7.11)

La impedancia de bordes de la ecuación (7.8) asume que las perforaciones están


suficientemente separadas unas de otras (porcentaje de perforación bajo), de modo
que no hay interacción entre los bordes. Cuando el porcentaje de perforación es alto,
se produce dicha interacción. Melling (1973) proponía tenerla en cuenta modificando
la parte reactiva, Xm, del siguiente modo

(7.12a)

con
(7.12b)

la función de Fok. Melling (1973) y Rschevkin (1963) apuntan que ϵ = d/D, donde
, y S es el área de la zona de cada agujero, figura 7.5. Randeberg (2000)
y Tayong y Leclaire (2010), por otra parte, definen ϵ = d/b,, donde b es la separación
entre perforaciones, figura 7.5. Ambas definiciones coinciden si D=b, la separación
entre perforaciones. Pero si tenemos en cuenta (Maa, 1987) que ϕ = (π/4)(d/b)2, po-
demos poner también ϵ como función de ϕ

A lo largo de este texto, nosotros usaremos, en consonancia con Rschevkin


(1963), . La figura 7.6 muestra la función de Fok (factor de corrección de la
reactancia de masa) en el rango 0 < ϵ <0.8.
Como podemos ver, la corrección es pequeña para valores bajos de ε, pero empie-
za a ser apreciable para valores de ϵ>0.2. Como este es el factor de ponderación del
exceso de longitud de la masa oscilante dentro del orificio, vemos cómo la sobreper-
foración recorta este exceso de longitud, y en el límite lo hace cero.
Melling (1973) apunta que la parte resistiva de la impedancia de bordes (la re-
sistencia superficial) también debería ser modificada por la sobreperforación, aunque
esta modificación no será considerada aquí.
126 Absorción del sonido

Figura 7.5. Concepto de b y d en la definición de ϵ para la función de Fok.

4.5

3.5

3
F (ε)

2.5

1.5

1
100 101

ϕ (%)

Figura 7.6. Función de Fok.


Paneles microperforados 127

En resumen, el modelo de Maa proporciona una impedancia de entrada dada por

(7.13)

El coeficiente de absorción en incidencia normal, que se puede obtener introdu-


ciendo esta impedancia de entrada en las ecuaciones (7.1) y (7.2), depende entonces
de (f,d,t,ϕ,D). Las figuras 7.7 a 7.10 muestran el coeficiente de absorción en función
de dos de estos parámetros, manteniendo constantes los otros tres en los valores que
se refieren en cada pie de figura. Del análisis de estas figuras, se puede concluir:
• Para
 cada valor de la terna (t,ϕ,D) hay un valor de d que proporciona la
máxima absorción. Además, el ancho de banda crece a medida que disminu-
ye el diámetro de las perforaciones.
• P  ara cada valor de la terna (d,ϕ,D) hay un valor de t que proporciona la
máxima absorción. La curva de absorción se mueve hacia frecuencias más
altas (bajas) a medida que decrece (crece) el espesor del panel.
• Manteniendo
 constante la terna (d,t,D) hay un valor de ϕ que proporciona la
máxima absorción. La curva de absorción se mueve hacia frecuencias más
altas, y se hace más ancha, a medida que crece la porosidad del panel.
•  anteniendo constante la terna (d,t,ϕ), el efecto de D es mover la curva de absorción
M
hacia frecuencias más bajas a medida que crece el espesor de la cavidad de aire.
Maa (1987) proponía usar MPPs con d=t. Como vemos en la figura 7.11, que re-
presenta el coeficiente de absorción en función de (d,t) para f=1500 Hz, ϕ=1 % y D=
2 cm, no estaba muy desencaminado.
1

0.9 0.9

0.8 0.8

0.7 0.7

0.6 0.6
D (mm)

0.5
0.5

0.4
0.4

0.3
0.3

0.2
0.2
0.1
0.1

500 1000 1500 2000 2500 3000


Frecuencia (Hz)
Figura 7.7. Coeficiente de absorción de un MPP en función de (f,d)
para (t,ϕ,D)=(1 mm,1 %,2 cm).
128 Absorción del sonido

2
0.9
1.8
0.8
1.6
0.7
1.4
0.6
1.2
t (mm)

0.5
1

0.4
0.8

0.3
0.6

0.2
0.4

0.1
0.2

500 1000 1500 2000 2500 3000

Frecuencia (Hz)

Figura 7.8. Coeficiente de absorción de un MPP en función de (f,t)


para (d,ϕ,D)=(0.4 mm,1 %,2 cm).

10

9 0.9

8 0.8

7 0.7

6 0.6
ϕ (%)

5 0.5

4 0.4

3 0.3

2 0.2

1 0.1

500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000

Frecuencia (Hz)

Figura 7.9. Coeficiente de absorción de un MPP en función de (f, ϕ)


para (d,t,D)=(0.4 mm,1 mm,2 cm).
Paneles microperforados 129

20

18 0.9

16 0.8

14 0.7

12 0.6
D (cm)

0.5
10

0.4
8

0.3
6

0.2
4

0.
2

500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 0

Frecuencia (Hz)
Figura 7.10. Coeficiente de absorción de un MPP en función de (f,D)
para (d,t,ϕ)=(0.4 mm,1 mm,1 %).

0.9 0.9

0.8
0.8

0.7
0.7

0.6
0.6
t (mm)

0.5
0.5
0.4

0.4
0.3

0.3
0.2

0.2
0.1

0.1
0.05 0.1 0.15 0.2 0.25 0.3 0.35 0.4 0.45 0.5

d (mm)
Figura 7.11. Coeficiente de absorción de un MPP en función de (d,t)
para (f,f,D)=(1500 Hz,1 %, 2 cm).
130 Absorción del sonido

La figura 7.12 muestra las curvas de absorción de un MPP en función de la fre-


cuencia, para t=0.5 mm, D= 2 cm y diferentes valores de los otros dos parámetros.

1
d=0.5 mm, f = 0.6%
d=0.3 mm, f = 0.1%
0.9
d=0.1 mm, f = 10%

0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103

Frecuencia (Hz)

Figura 7.12. Coeficientes de absorción de un MPP con t= 0.5 mm, D= 2 cm


y diferentes valores de los otros dos parámetros.

Como puede verse, un MPP simple proporciona una curva de absorción con un
ancho de banda de 1-2 octavas. A medida que decrece el diámetro de los poros se
incrementa considerablemente el ancho de banda, siempre que se aumente también
el porcentaje de perforación, aunque el máximo de la curva se mueve hacia las altas
frecuencias. Volveremos sobre este tema más adelante.

7.4. MODELO FLUIDO EQUIVALENTE

Atalla y Sgard (2007) presentaron una formulación basada en un fluido equiva-


lente de un MPP, basada en el modelo de Johnson-Champoux-Allard estudiado en el
capítulo 4 para materiales porosos. En este modelo, se asume una placa perforada de
extensión lateral infinita y acoplada a ambos lados a un fluido semi-infinito. La impe-
dancia de una placa tal tiene una componente resistiva y una reactiva. La parte resisti-
va es inducida por los efectos viscosos que ocurren dentro de las perforaciones, como
consecuencia de la capa límite viscosa, y alrededor de los bordes de la superficie del
panel, debido a la distorsión del flujo acústico. La parte reactiva tiene en cuenta el
movimiento del cilindro de aire, más grueso que la profundidad de la perforación.
Esto es debido a la carga de masa asociada a la radiación sonora de la perforación y
Paneles microperforados 131

a la distorsión del flujo acústico en la superficie del panel, que contribuyen a hacer el
cuello más pesado y más difícil de mover.
Este efecto inercial contribuye a incrementar la masa del aire que vibra y es tenido
en cuenta usando una corrección de longitud, que ha de ser añadida a la profundidad
de la perforación, t, como ya se vio en el modelo de Maa. Atalla y Sgard demuestran
que si se aplica el modelo fluido equivalente de Allard a este sistema, sin considerar
de momento los efectos de bordes, la impedancia debida a las perforaciones resulta

(7.14a)

donde ρ˜ e , la densidad efectiva, está relacionada con la densidad del aire y la tortuo-
sidad dinámica (ρ˜ e = ρ0a)
˜ por (Atalla y Sgard, 2007)

(7.14b)

(7.14c)

siendo

(7.14d)

la resistividad al flujo, η la viscosidad dinámica del aire, y r=d/2 es el radio de las


perforaciones. Hay que hacer notar que en esta formulación no hay aproximaciones
de alta y baja frecuencia y es válida, por tanto, para paneles micro- (MPP) y macro-
(pantallas) perforados (Atalla y Sgard, 2007).
Atalla y Sgard (2007) introducen la impedancia de bordes a través de la tortuo-
sidad geométrica, α∞, definida como el límite de alta frecuencia de la tortuosidad,
˜ e = ρ˜ e/ρ0) . En otras palabras, la tortuosidad geométrica tiene en cuenta el incre-
(a
mento relativo de densidad del fluido ideal no viscoso que rellena el esqueleto rígido
de un medio poroso (Allard y Atalla, 2009). Champoux y Stinson (1992) la definen
también como la relación de la longitud de los poros al espesor del panel absorbente.
Para un MPP de perforaciones uniformes con ángulo de inclinación θ, la tortuosidad
sería sencillamente 1/cos θ. Se trata, por tanto, de un parámetro intrínseco del ma-
terial absorbente que depende de su micro-geometría. La tortuosidad geométrica de
un MPP depende también de los medios en contacto con el panel. Para el caso de un
panel radiando al aire en los dos extremos (Atalla y Sgard, 2007)

(7.15a)

con

(7.15b
132 Absorción del sonido

siendo , y f<0.4. Esta tortuosidad equivalente tiene en


cuenta la corrección de longitud del cilindro de aire vibrando a ambos lados de la
perforación (de ahí el factor 2 en el numerador del segundo término de la ecuación
(7.15a)). El término entre paréntesis en la ecuación (7.15b) incluye la interacción de
los bordes de perforaciones adyacentes, y juega aquí el mismo papel que la función
de Fok en la corrección por sobreperforación propuesta por Melling (1973). Nótese
que Atalla y Sgard consideran también que . Como muestra la figura 7.13,
ambas funciones no difieren mucho en el margen f<0.4.
5

Corrección Fok
Corrección tortuosidad
4.5

3.5

2.5

1.5

1
100 101

ϕ (%)

Figura 7.13. Correcciones por sobreperforación mediante la función de Fok y la tortuosidad.

En una publicación reciente, Jaouen y Becot (2011) usan el modelo de Atalla y


Sgard para caracterizar una pantalla (aproximación para bajas frecuencias, o agujeros
grandes). Curiosamente, ellos usan la siguiente corrección por sobreperforación

(7.16)

con . Así pues no hay consenso acerca de qué variable independiente debe
usarse en la función de corrección por sobreperforación.
Pero lo más destacado de la corrección de bordes a través de la tortuosidad, es
que esta se introduce mediante un factor multiplicativo en la impedancia del orificio
Paneles microperforados 133

(Atalla y Sgard, 2007), mientras que en el caso de Maa se introducía como un factor
aditivo. Así pues, la impedancia de un MPP según el modelo fluido equivalente es

(7.17)

y la impedancia de entrada al sistema MPP+capa de aire es

(7.18)

7.5. COMPARACIÓN ENTRE MODELOS

Las figuras 7.14, 7.15 y 7.16 muestran las curvas de absorción en incidencia
normal que proporcionan ambos modelos, para diferentes combinaciones de los pará-
metros. Sorprendentemente, no hay diferencias excesivas entre dichos modelos. Las
curvas correspondientes al modelo de Atalla y Sgard contienen la misma corrección
por sobreperforación (ecuación de Fok) que las del modelo de Maa, de modo que las
ligeras diferencias entre las curvas no pueden ser atribuidas a este efecto.
1
Maa

0.9 Atalla&Sgard

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103
Frecuencia (Hz)

Figura 7.14. Curvas de absorción en incidencia normal según los modelos de Maa y Atalla
y Sgard, para (d,t,f,D)=(0.5 mm,0.5 mm,0.5 %,1 cm).
134 Absorción del sonido

1
Maa
Atalla&Sgard
0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103
Frecuencia (Hz)

Figura 7.15. Curvas de absorción en incidencia normal según los modelos de Maa y Atalla
y Sgard, para (d,t,f,D)=(0.26 mm,0.26 mm,0.9 %,2 cm).

1
Maa
Atalla&Sgard
0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103
Frecuencia (Hz)

Figura 7.16. Curvas de absorción en incidencia normal según los modelos de Maa y Atalla y Sgard,
para (d,t,f,D)=(0.1 mm,0.1 mm,1.8 %,3 cm).
Paneles microperforados 135

Observamos que la curva de absorción proporcionada por el modelo de Atalla y


Sgard está ligeramente desplazada hacia frecuencias más bajas, en comparación con
la curva del modelo de Maa.
Asimismo, confirmamos que para incrementar el ancho de banda de la curva de
absorción se requieren MPPs con más perforaciones de diámetro menor. Un problema
de gran interés es el diseño de un MPP con unas prestaciones acústicas (frecuencia de
resonancia, máxima absorción, ancho de banda) determinadas (Chevillotte, 2012). En
el modelo fluido equivalente la resistividad al flujo fue definida en la ecuación (7.14d)
como σ = 8η/ϕr2. La máxima absorción se obtiene cuando la resistencia al flujo iguala
a la impedancia del aire. Por tanto

(7.19a)

La ecuación (7.19a) nos dice que hay una combinación de los tres parámetros
(d,t,ϕ) del panel microperforado que proporciona la máxima absorción. Es decir, que
si se fijan dos de ellos, se puede calcular el tercero para obtener un pico de absorción
unidad. De estos tres, el diámetro de las perforaciones, d, es el principal parámetro
en el diseño del MPP, ya que controla la resistividad al flujo. Si las perforaciones son
demasiado pequeñas, la resistividad es demasiado alta, el fluido difícilmente pene-
tra en la cavidad, y el sonido se refleja a la entrada del MPP. Por el contrario, si las
perforaciones son demasiado grandes, la resistividad al flujo es muy baja, y el fluido
penetra con facilidad, sin experimentar excesivas pérdidas viscosas y térmicas. De la
ecuación (7.19a), el diámetro óptimo para máxima absorción es

(7.19b)

Para condiciones estándar, β=0.0012. La figura 7.17 ilustra la relación entre dspe, t
y ϕ para un MPP con absorción máxima.
Podemos concluir que:
• En el rango de valores usuales de t y ϕ, el diámetro de las perforaciones
resulta ser submilimétrico.
• El MPP óptimo no corresponde exactamente a d=t, como proponía Maa.
• Para un determinado porcentaje de perforación, cuanto mayor es el grosor del
panel mayor es el diámetro de las perforaciones óptimo.
• Para un espesor de panel determinado, a mayor porcentaje de perforación
menor diámetro de las perforaciones.
El problema del diseño óptimo de un MPP se simplifica mucho si d=t. Para estos
casos, podemos obtener el porcentaje de perforación óptimo, de la ecuación (7.19a),
como

(7.20)
136 Absorción del sonido

1.6
9

1.4
8

7 1.2

6
ϕ (%)

5
0.8

0.6
3

2 0.4

1 0.2

0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4 4.5 5


t (mm)
Figura 7.17. Diámetro óptimo de las perforaciones de un MPP en función del espesor del panel y
del porcentaje de perforación.

En condiciones normales β2=1.4312 10-6. La figura 7.18 muestra el porcentaje de


perforación óptimo como una función del diámetro de los poros (o del espesor del pa-
nel). Nótese que en este caso, en el rango usual de perforaciones de los paneles, resultan
MPPs con porcentajes de perforación realmente bajos. Por ejemplo, el MPP óptimo con
d=t=0.25 mm, resulta con un porcentaje de perforación óptimo del 0.57 %.
Otro de los parámetros de diseño de un MPP es la frecuencia de resonancia. Chevi-
llote (2012) hace un estudio más intuitivo de este problema. Es de esperar que el espe-
sor de la capa de aire, D, tenga bastante influencia en la frecuencia de resonancia de un
MPP. Para porcentajes de perforación por encima del 20 %, la frecuencia de resonancia
debería estar determinada por la condición de cuarto de longitud de onda. Es decir

(7.21a)

Para porcentajes de perforación bajos (inferiores al 10 %, según Chevillotte), el


MPP actúa como un resonador, por lo que la primera frecuencia de resonancia sería

(7.21b)
Paneles microperforados 137

1.5

1
ϕspe (%)

0.5

0
0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1

d= t (mm)

Figura 7.18. Porcentaje de perforación óptimo como una función de d=t de un MPP.

20

9
18

8
16

7
14

6
12
ϕ (%)

10 5

8 4

6 3

4
2

2
1

0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4 4.5 5

D (cm)

Figura 7.19. Frecuencia de resonancia (en kHz) de un MPP en función de ϕ y D


para (d,t)=(0.35 mm, 1 mm).
138 Absorción del sonido

7
d=t=0.1 mm
d=t=0.3 mm
6 d=t=0.55 mm
d=t=0.8 mm
d=t=1 mm
5

4
f0 (kHz)

0
0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5 4 4.5 5
D (cm)

Figura 7.20. Frecuencia de resonancia de un MPP óptimo en función de D para d=t y ϕspe.

1
d=0.3 mm, ϕ=1%

0.9 d=0.12 mm, ϕ=5%


d=0.1 mm, ϕ=10%
d=0.06 mm, ϕ=20%
0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103
Frecuencia (Hz)

Figura 7.21. Curva de absorción de un MPP con (t,D)=(0.5 mm,2 cm) con d y ϕ como parámetros.
Paneles microperforados 139

La ecuación (7.21b) es similar a la de un resonador de Helmholtz clásico, con ϕ/


D=Aperf/V, donde V es el volumen de la cavidad. La figura 7.19 muestra la frecuencia
de resonancia, ecuación (7.21b), para un MPP con t=1 mm y d=0.35 mm. Nótese que
para un valor dado de la porosidad, la frecuencia de resonancia decrece con el espesor
de la cavidad. La caída es tanto más pronunciada cuanto mayor es la porosidad. Para
una cavidad de espesor dado, la frecuencia de resonancia crece con la porosidad. Para
el caso de un MPP con d=t y porcentaje de perforación óptimo, ϕspe, la frecuencia de
resonancia f0 es inversamente proporcional a d y a D1/2, figura 7.20.
El problema del cálculo del ancho de banda no tiene una solución fácil. Tanto t
como D tienen muy poco efecto en el ancho de banda. La figura 7.21 muestra cómo
varía el ancho de banda de un MPP de t=0.5 mm, D=2 cm, como una función de d
y ϕ. Nótese que si mantenemos fijos t y D, al variar uno de los parámetros hay que
variar también el otro para máxima absorción. Así, si aumentamos el porcentaje de
perforación hay que disminuir el diámetro de las perforaciones para ensanchar la
banda de frecuencias de absorción. Pero en este caso, la frecuencia de resonancia se
desplaza hacia frecuencias más altas, ecuación (7.20b).

1
d=25 μm, ϕ=18.9%
0.9 d=44 μm, ϕ=13.5%
d=54 μm, ϕ=9.4%
0.8 d=68 μm, ϕ=7.8%
d=80 μm, ϕ=6.5%

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103
Frecuencia (Hz)

Figura 7.22. Curvas de absorción de los MPPs ultra-perforados propuestos por Quian et al. (2013).

La relación inversa entre ancho de banda y diámetro de las perforaciones ha sido


observada también por Quian et al. (2013). Estos autores, conscientes del limitado
ancho de banda de los MPPs sub-milimétricos, proponen construir MPPs con per-
foraciones de diámetro menor que 100 μm, usando una tecnología electromecánica
micrométrica (MEMS). Los MEMS se convirtieron en prácticos una vez que pudie-
ron ser fabricados utilizando una modificación de las tecnologías de fabricación de
140 Absorción del sonido

semiconductores, normalmente utilizadas en electrónica. Estos incluyen moldeo y


galvanoplastia, grabado húmedo y grabado en seco, el mecanizado por electro des-
carga, y otras tecnologías capaces de fabricar dispositivos muy pequeños. La figura
7.22 muestra las curvas de absorción de algunos de los MPPs fabricados por Quian
et al. (2013) mediante tecnología MEMS. Todos los MPPs tienen el mismo grosor
(t=200 mm) y la misma cavidad de aire (D=2 cm). Se observan las dos tendencias
referidas más arriba: a menor diámetro más porcentaje de perforación, y como con-
secuencia, más ancho de banda.

7.6. MPPS RANURADOS

La impedancia de las perforaciones, Zhole, depende de la forma geométrica de los


agujeros. La ecuación de Maa (1998), válida para orificios circulares, figura 7.23a,
incluye funciones de Bessel. Para perforaciones tipo ranura, figura 7.23b, la Zhole con-
tiene la función tangente hiperbólica (Maa, 2000; Randeberg, 2000; Vigran y Petter-
sen, 2005). La impedancia de bordes también cambia para orificios ranurados (Maa,
2000; Randeberg, 2000). La impedancia de un MPP perforado en ranuras de espesor
t y diámetro hidráulico d, es (Vigran y Pettersen, 2005; Randeberg, 2000)

(7.22a)

donde , es el espesor de la capa límite viscosa, y b es la


separación entre centros de las perforaciones.

(a) (b)

Figura 7.23. Panel microperforado con (a) orificios circulares y (b) ranuras.

Según Randeberg (2000), la ecuación (7.22a) ya contiene el efecto de la interac-


ción entre ranuras. Un MPP con perforaciones tipo ranura se denomina también un
MSP (Micro-Slotted Panel). Si añadimos a la ecuación (7.22a) la impedancia de la
cavidad de aire, obtenemos
Paneles microperforados 141

(7.22b)

Maa (2001) analizó las características de absorción de un panel micro-ranurado,


proporcionando las siguientes ecuaciones
(7.23a)

donde

(7.23b)

(7.23c)

(7.23d)

(7.23e)

con , y l la longitud de las ranuras. Si añadimos a esta la impedan-


cia de la cavidad, se obtiene finalmente

(7.24)

La figura 7.24 muestra la comparación de las impedancias de un MPP sobre-


perforado y un MSP, para el mismo diámetro hidráulico y el mismo porcentaje de
perforación, ϕ. Como podemos comprobar, la parte resistiva de la impedancia de un
MPP es bastante superior a la parte resistiva de la impedancia de un MSP. Las partes
reactivas son, sin embargo, similares en baja frecuencia, y empiezan a divergir a
frecuencias altas.
142 Absorción del sonido

300 1200
Maa (MPP)
Maa (MSP)
Randeberg
1000
250

800

200
ℜ (Zm)

ℑ (Zm)
600

150

400

100
200

50 0
1000 2000 3000 4000 5000 1000 2000 3000 4000 5000

Frecuencia (Hz)

Figura 7.24. Partes real e imaginaria de la impedancia de un MPP y de un MSP,


para d =0.25 mm, t=1 mm, y ϕ=5%.

La figura 7.25 muestra los coeficientes de absorción de un panel micro-perforado


o micro-ranurado, con los parámetros de la figura 7.24, con una cavidad de aire de 5
cm. Como se puede comprobar, para esta combinación de parámetros, el MPP pro-
porciona del orden de un 20 % más de absorción que el MSP. Obviamente, esto de-
penderá de la combinación de parámetros, como se muestra en la figura 7.26.
Para esta nueva combinación de parámetros, el MSP proporciona mayor absor-
ción de pico, para ranuras estrechas (d=0.25 mm). Sin embargo, para ranuras medias
y altas, el MPP proporciona mayor pico de absorción. El caso d=1 mm, está en el
límite de aplicación de la micro-perforación, por lo que ambos, el MPP y el MSP
proporcionan una absorción baja. Nótese que, en todos los casos, las curvas de Maa
(ambas para el MPP y el MSP) son más anchas que la de Randeberg.
A efectos de dilucidar qué modelo teórico se aproxima más a los resultados
experimentales, se construyó un MSP con los parámetros constitutivos nominales
(d,t,p)=(0.25 mm, 1 mm, 3 %). La figura 7.27 muestra la curva de absorción medida
en un tubo de impedancia de diámetro interior 10 cm, junto con las proporcionadas
por los tres modelos teóricos analizados en este trabajo. Como puede comprobarse,
el modelo que se ajusta mejor a los datos experimentales es el de un MPP clásico,
con el mismo diámetro hidráulico, y el mismo porcentaje de perforación, que el MSP
(Cobo, 2010).
Paneles microperforados 143

0.9
Maa (MPP)
Maa (MSP)
0.8
Randeberg

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103
Frecuencia (Hz)

Figura 7.25. Coeficientes de absorción de un MPP y MSP con d=1.5 mm, t=1 mm, ϕ=5%, y D=5 cm.

1 1
(a) (a)
0.8 0.8

0.6 0.6

0.4 0.4

0.2 0.2

0 0
102 103 102 103
α0

1 1
(a) (a) Maa (MPP)
0.8 0.8 Maa (MSP)
Randeberg
0.6 0.6

0.4 0.4

0.2 0.2

0 0
102 103 102 103

Frecuencia (Hz)

Figura 7.26. Curvas de absorción de un MPP y un MSP, con t=1 mm, ϕ=1 %, D=5 cm,
y (a) d=0.25 mm, (b) d=0.5 mm, (c) d=0.75 mm, y (c) d=1 mm.
144 Absorción del sonido

1
Maa (MPP)
Maa (MSP)
0.9
Randeberg
Experimental
0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103
Frecuencia (Hz)

Figura 7.27. Curva de absorción experimental del MSP con parámetros (d,t,ϕ,D)=(0.25 mm,
1 mm, 3 %, 5 cm), junto con las curvas teóricas de los tres modelos analizados (Según Cobo, 2010).

7.7. UNIDADES MICROPERFORADAS DE INSERCIÓN

Los MPP son caros de fabricar debido a que la perforación de orificios sub-mili-
métrcos se suele hacer con tecnología láser. Para resolver este problema, Pfretzschner
et al. (2006) propusieron el diseño de Unidades Microperforadas de Inserción (Mi-
croperforated Insertion Units), que combinaban dos paneles, uno portante de orifi-
cios y espesor milimétricos, y otro pegado a una de sus caras, de espesor y orificios
micrométricos (figura 7.28). Los orificios milimétricos pueden taladrarse sin difi-
cultad, y también existen comercialmente, mientras que las mallas micrométricas se
encuentran en el mercado (se usan, por ejemplo, en la industria del filtrado químico).
Pfretzschner et al. (2006) aplicaban el modelo de circuito equivalente para obtener la
impedancia de entrada de un MIU (figura 7.29).
Según este modelo, la impedancia de un MIU es

(7.25)

donde Zm1 y Zm2 son las impedancias correspondientes a cada uno de los paneles (por-
tante y malla micrométrica), y ZD es la impedancia de la cavidad. La ecuación (7.25)
permite obtener la curva de absorción de un MIU, especificando para Zm1 y Zm2 los
valores correspondientes a los modelos de Maa o fluido equivalente. En concreto,
usando el modelo de Maa, la impedancia de entrada de un MIU es
Paneles microperforados 145

(7.26a)

con

(7.26b)

y . La curva de absorción de un MIU depende de 7 parámetros


(d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D). Un MIU proporciona una curva de absorción muy similar a un
MPP, figura 7.30, con un ancho de banda de 1-2 octavas.

Pared rígida

Placa portante
Malla micrométrica
perforada
(d2, t2, ϕ2)
(d1, t1, ϕ1)

Figura 7.28. Esquema de un MIU.


146 Absorción del sonido

(a) (b)

R1 M1 R2 M2

Sc

ρ1 Z1 (D1) Z2 (D2)
ϕ1 ϕ2
d d2 2 (p)

t1 C t2 D2

Figura 7.29. Aplicación de la teoría del circuito equivalente a un MIU.

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5

0.4
α0

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 7.30. Curva de absorción de un MIU de parámetros (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D)=(6 mm,1 mm,


23%,35 μm,39 μm,14 %,5 cm).

Esta formulación no tiene en cuenta el efecto que se produce (si es que hay algu-
no) entre la unión de ambos MPPs. De hecho, en nuestra formulación, la única inte-
racción entre ambos paneles es tenida en cuenta en el porcentaje de perforación de la
malla micrométrica, que es ρ´2 = ϕ2• ϕ1. Sin embargo, sabemos que la modificación
del flujo a través de los paneles tiene una contribución importante, tanto en la parte
resistiva como en la reactiva de la impedancia de bordes.
Paneles microperforados 147

El modelo fluido equivalente se presta mejor a introducir algún efecto en la interfaz


entre los dos paneles, figura 7.31. Sean pues los dos paneles de espesores t1 y t2 perfo-
rados con agujeros de diámetros d1 y d2. Los porcentajes de perforación de cada uno de
los paneles son ϕ1 y ϕ2. En el modelo fluido equivalente, los efectos de bordes se intro-
ducen en la tortuosidad de cada uno de los paneles. En un MPP simple, la tortuosidad
geométrica venía dada por la ecuación (7.15a), , siendo εe el exceso de
longitud del cilindro de aire a cada uno de los lados de la perforación.

εe,1
εe,2

d1 d2

Panel Malla

portante micrométrica

t1 t2

Figura 7.31. Condiciones de contorno en la interfaz de un MIU.

En este caso, si asumimos continuidad del fluido en la interfaz entre ambos pane-
les, figura 7.31, las tortuosidades de las perforaciones de ambos paneles deberían ser

(7.27a)

(7.27b)
148 Absorción del sonido

La impedancia del MIU según el modelo fluido equivalente sería entonces

(7.28a)

donde

(7.28b)

y r1,2=d1,2/2.

La figura 7.32 muestra las curvas de absorción proporcionadas por los modelos de
Maa y fluido equivalente para un MIU sencillo de parámetros (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D)=(3
mm,1 mm,10 %,41 μm,50 μm,31 %,3 cm).
1
Maa

0.9 Atalla&Sgard

0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 7.32. Curvas de absorción de un MIU con perforaciones circulares, según los modelos de
Maa y Atalla y Sgard para (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D)=(3 mm,1 mm,10 %,41 μm,50 μm,31 %,3 cm).
Paneles microperforados 149

Podemos observar, que la rama de alta frecuencia de ambas curvas del modelo de
Atalla y Sgard está desplazada hacia las frecuencias más altas, en comparación con
la del modelo de Maa. Dado que en el caso de MPPs ya hemos verificado que los
modelos de Maa y fluido equivalente proporcionan esencialmente la misma curva de
absorción, atribuimos el desplazamiento hacia las altas frecuencias de la curva del
modelo de Atalla y Sgard, en el caso de un MIU, a la manera de implementar la con-
dición de contorno entre ambos paneles. La tortuosidad geométrica permite de una
manera sencilla introducir la distorsión de los bordes a la derecha de la malla y a la
izquierda del panel portante, asumiendo continuidad en la interfaz entre ambos. Esto
hace que la rama de alta frecuencia de la curva de absorción se desplace ligeramente
hacia las frecuencias más altas.
Ruiz et al. (2012) han comparado la curva de absorción experimental de un MIU
con la que proporciona un modelo híbrido que usa la ecuación de Maa para el panel
portante y la del modelo fluido equivalente para la malla micrométrica con unos re-
sultados excelentes.

7.8. MPPS POLIMÉRICOS FABRICADOS POR INFILTRACIÓN

Los MPPs han demostrado su capacidad para proporcionar una curva de absor-
ción apreciable en un par de octavas, sintonizable en función de sus parámetros cons-
titutivos (d,t,ϕ,D). Para un MPP de aplicación en el margen de frecuencias de interés
en control de ruido, se requieren paneles finos con perforaciones submilimétricas, y
porcentajes de perforación alrededor del 1-5 %. La tecnología láser permite construir
paneles de perforaciones muy uniformes y distribuidas también uniformemente a lo
largo de la superficie del panel, figura 7.33(a). Imaginemos un panel con un coefi-
ciente de perforación del 1% con orificios de 0.25 mm. Se requerirían 203718 per-
foraciones/m2. Este es el gran inconveniente de los MPPs que probablemente haya
disuadido su implantación masiva en la industria del control de ruido.
Cobo y Montero de Espinosa (2013) han propuesto un método de fabricación que
reduce considerablemente el coste de producción de un MPP. Consiste en partir de
una mezcla de un polímero con granos de sal distribuida para formar un panel, curar
la mezcla, e introducirla en agua para que se disuelva la sal, figura 7.34. Cuando se
disuelven los granos dejan unas perforaciones irregulares y distribuidas desigualmen-
te, como las de la figura 7.33(b). Esta técnica de fabricación se denomina infiltración.
Los MPPs fabricados de esta manera también son sintonizables, ya que el “diámetro”
y porosidad de las perforaciones se puede controlar partiendo de un tamaño y número
determinados de granos de sal.
Mientras que los modelos analizados en las Secciones anteriores asumen una
distribución regular de perforaciones circulares, el MPP fabricado por infiltración
tiene una distribución desigual de perforaciones también irregulares. Como se puede
observar en la figura 7.35, ni las perforaciones son circulares (se aproximan quizás
más a cuadrados), ni su tamaño es uniforme. Por consiguiente, es menester analizar
el posible efecto que pueden tener estas desviaciones de la uniformidad en el tamaño
y distribución de las perforaciones. Miasa et al. (2007) estudiaron el efecto de la
150 Absorción del sonido

distribución de tamaños en la curva de absorción de un MPP. Para ello construyeron


MPPs de perforaciones circulares de diámetro único, de dos diámetros, y de cuatro
diámetros. Comparando los MPPs con distribución uniforme de perforaciones con
los MPPs con dos y cuatro tamaños de orificios, Miasa et al. (2007) encontraron em-
píricamente que las curvas de absorción de un MPP con una distribución de agujeros
coinciden con las del MPP con un tamaño uniforme de diámetro igual al promedio de
las perforaciones del MPP distribuido.

(a) (b)

Figura 7.33. Esquema de un MPP de perforaciones regulares y uniformes (a)


y de uno fabricado por infiltración (b).

Es importante resaltar aquí que los MPPs con tamaño de agujeros distribuido
compartían la misma cavidad de aire. Sin embargo, cuando se partía la cavidad de
modo que cada parte del MPP con orificios de tamaño distinto tenía su propia cavi-
dad, la curva de absorción se ensanchaba.
En cuanto a la forma de las perforaciones, es menester enfatizar que el modelo de
Maa es estrictamente válido para perforaciones cilíndricas (de sección circular). El
propio Maa (2000) y otros (Randeberg, 2002; Vigran y Pettersen 2005) generalizaron
este modelo a perforaciones ranuradas (de sección rectangular). Sin embargo, Allard
(1993) proponía seguir usando el modelo de Maa para perforaciones circulares modi-
ficando ligeramente el parámetro adimensional
Paneles microperforados 151

Polymeric resin

Mixing Curing

Salt grains

MPP Water bath Cutting

Figura 7.34. Esquema del proceso de fabricación de un MPP por infiltración


(Según Cobo y Montero de Espinosa, 2013).

Figura 7.35. MPP fabricado por infiltración.


152 Absorción del sonido

(7.29a)

que se usa como argumento de las funciones de Bessel que intervienen en la impedan-
cia del MPP. En concreto, la propuesta de Allard era usar un parámetro modificado

(7.29b)

donde sp tiene en cuenta la forma de las perforaciones, Tabla 7.1.

TABLA 7.1. FACTORES DE FORMA SP PARA ALGUNAS GEOMETRÍAS DE POROS


Forma geométrica de los
Allard y Atalla (2009) Stinson y Champoux (1992)
poros
Circular 1 1
Cuadrada 1.07 1.06
Triangular equilátera 1.11 1.095
Ranuras rectangulares 0.81 0.816

Para perforaciones circulares, sp=1 y estaríamos en el caso de Maa. Para perforacio-


nes cuadradas o triangulares, el valor de sp sería superior a 1. Para perforaciones rectan-
gulares, por el contrario, tendríamos que considerar un valor de sp inferior a la unidad.
En el contexto del modelo fluido equivalente, Stinson y Champoux (1992) encontraban
unos factores de forma muy similares para perforaciones de geometrías sencillas.
Para perforaciones de forma geométrica más compleja, Herdtle et al. (2011) pro-
ponían modificar la parte real de la impedancia de bordes (también llamada resis-
tencia superficial). De hecho, usando la dinámica de fluidos computacional (CFD)
proponían un factor corrector a la resistencia superficial dependiente de la frecuencia.
Esta modificación de la resistencia al flujo solo modificaba la rama de alta frecuencia
de las curvas de absorción.
Por lo tanto, parece que, mientras la distribución no uniforme de perforaciones
en el panel no tiene un efecto importante en su impedancia, la irregularidad de las
perforaciones si lo tiene. Uno puede esperar que dicha irregularidad modifique tanto
la parte resistiva como la parte reactiva de la impedancia. Por consiguiente, para el
modelo de Maa, consideremos la impedancia modificada

(7.30)
Paneles microperforados 153

La figura 7.36 muestra el efecto de los factores multiplicativos (ar,ai) en el MPP


de la figura 7.35. Como puede verse, mientras que la modificación de la componente
resistiva mueve la curva hacia arriba o hacia abajo, sin modificar la frecuencia de máxi-
ma absorción, la modificación de la componente reactiva mueve la curva de absorción
hacia la izquierda o derecha. En concreto, cuanto menor es la componente reactiva, más
se desplaza la curva de absorción hacia las frecuencias altas, y viceversa.
Para el caso del modelo fluido equivalente, considérese la impedancia de
Atalla&Sgard modificada

(7.31)

donde as, aa∞ son los factores de forma que modifican la resistividad al flujo y la
tortuosidad, respectivamente. La figura 7.37 muestra el efecto de ambos factores de
forma en la curva de absorción resultante del modelo de Atalla y Sgard. Como puede
verse, el efecto del factor de forma en la resistividad del modelo de Atalla y Sgard es
similar al del factor multiplicativo de la componente resistiva del modelo de Maa: a
medida que se aumenta la resistividad, se eleva la curva de absorción (aunque algo
menos que en el modelo de Maa), sin modificarse la frecuencia del máximo de ab-
sorción. La reducción de la tortuosidad, sin embargo, desplaza la curva de absorción
hacia las frecuencias altas, de forma muy similar a como lo hacía la introducción del
factor multiplicativo de la reactancia en el modelo de Maa.
Se han construido dos MPPs con las características resumidas en la Tabla 7.2.
Ambos tienen el espesor igual al diámetro de las perforaciones, con idéntico porcen-
taje de perforación. El MPP1 tiene agujeros de diámetro menor, por lo que requiere
un número mayor de perforaciones.

TABLA 7.2. CARACTERÍSTICAS DE LOS MPP CONSTRUIDOS


Nombre d=t (mm) f (%) N=round(f Dtubo2/d2)
MPP1 0.25 1 135
MPP2 0.32 1 82

Las figuras 7.38 y 7.39 muestran las curvas de absorción medidas para los MPP1
y MPP2, respectivamente, junto con las curvas superpuestas de los modelos de Maa
y de Atalla y Sgard. Como se puede ver, las curvas experimentales están desplazadas
hacia las altas frecuencias con respecto a ambos modelos. Sobre todo, la rama de
alta frecuencia está más desplazada que la de baja frecuencia, en consonancia con el
efecto del parámetro ai en el modelo de Maa, o del parámetro aa∞ en el modelo fluido
equivalente.
154 Absorción del sonido

1
ar =0.75,ai=1
(a)
0.8 ar =1,ai=1

ar =1.25,ai=1
0.6

0.4 ar

0.2

0
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
α

1
(b) ar =1,ai=0.75

0.8 ai ar =1,ai=1

ar =1,ai=1.25
0.6

0.4

0.2

0
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
Frecuencia (Hz)

Figura 7.36. Efecto de los parámetros multiplicativos (a) ai para ar=1, y (b) ai para ar=1.

1
(a) as =0.75,aaw=1

0.8 as =1,aaw=1

as =1.25,aaw=1
0.6

0.4 as

0.2

0
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
a

1
(b) as =1,aaw=0.75
0.8 as =1,aaw=1
aaw
as =1,aaw=1
0.6

0.4

0.2

0
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
Frecuencia (Hz)

Figura 7.37. Efecto de los factores de forma (a) aσ para aα∞ =1, y (b) aα∞ para aσ=1.
Paneles microperforados 155

1
Maa
Atalla&Sgard
0.9 Experimental

0.8

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

0
500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
Frecuencia (Hz)

Figura 7.38. Curvas de absorción teóricas y experimental del MPP1.

1
Maa
Atalla&Sgard
0.9 Experimental

0.8

0.7

0.6

0.5
a

0.4

0.3

0.2

0.1

0
500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
Frecuencia (Hz)

Figura 7.39. Curvas de absorción teóricas y experimental del MPP2.


156 Absorción del sonido

1
Maa (ar,ai)=(1,07)

0.9 Atalla&Sgard (as,aaw)=(1.5,0.7)

Medido
0.8

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

0
500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
Frecuencia (Hz)

Figura 7.40. Curvas de absorción del MPP1, en comparación con los modelos de Maa y Atalla
y Sgard modificados.

1
Maa (ar,ai)=(1,07)
Atalla&Sgard (as,aaw)=(1.4,0.7)
0.9
Medido

0.8

0.7

0.6
α

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
Frecuencia (Hz)

Figura 7.41. Curvas de absorción del MPP2, en comparación con los modelos de Maa y Atalla
y Sgard modificados.
Paneles microperforados 157

Las figuras 7.40 y 7.41 muestran las curvas experimentales de los MPP1 y MPP2
en comparación con las que proporcionan los modelos de Maa y Atalla y Sgard mo-
dificados. Los valores de los coeficientes han sido ajustados para obtener el mejor
acuerdo entre las curvas teóricas y experimentales, en el sentido de los mínimos
cuadrados. Observamos que:
• Para el modelo de Maa, en ambos casos se encuentra un buen ajuste con una
componente resistiva prácticamente inalterada, y una componente reactiva
que está reducida en un 30 % con respecto al MPP con perforaciones circu-
lares.
• Para el modelo de Atalla y Sgard, el mejor ajuste se encuentra con una re-
sistividad incrementada en un 50 %, y una tortuosidad reducida en un 30 %,
con respecto al modelo original.

7.9. REFERENCIAS

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158 Absorción del sonido

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8.  ABSORBENTES MICROPERFORADOS MULTICAPA

8.1. INTRODUCCIÓN

Como hemos visto en el capítulo 7, los paneles microperforados (MPPs), propues-


tos por Maa (1987, 1998), surgieron como una buena alternativa a los materiales fi-
brosos para proporcionar absorción en aquellas situaciones donde el desprendimiento
de partículas podía suponer un problema. Por ejemplo, en hospitales, en la industria
alimentaria, en cámaras limpias, etc. La gran ventaja de los MPPs es que son capaces
de proporcionar absorción en una banda relativamente ancha sin necesidad de ningún
material fibroso (Kang y Fuchs, 1999). Combinando adecuadamente los parámetros
constitutivos del MPP se pueden obtener curvas de absorción en una banda de más de
dos octavas (Cobo y Cuesta, 2007; 2008), como la de la figura 8.1. El ancho de banda
para mitad de absorción es de (1150, 5620) Hz (más de dos octavas). El incremento
del espesor de la cavidad, D, desplazaría la curva de absorción hacia la parte de baja
frecuencia.
1

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103
Frecuencia (Hz)

Figura 8.1. Curva de absorción de un MPP con d=0.12 mm, t=1 mm, ϕ=10 %, y D=2 cm.
160 Absorción del sonido

Los absorbentes microperforados son del tipo resonador, y por tanto tienen una
determinada banda de absorción, que según hemos visto, puede ser de varias octavas.
Según Maa (1998), los parámetros que determinan la curva de absorción del MPP son
la parte resistiva de la impedancia acústica normalizada, r, la constante de perfora-
ción, s, y la frecuencia de resonancia, f0. Pero al valor de r contribuyen las variables
(d,t,ϕ,f), según la ecuación (Maa, 1998)

(8.1)

donde recordemos que . Nótese que si expresamos d en mm y f en Hz,


entonces se puede poner . Así pues, la dependencia funcional de la re-
sistencia, y por ende, del coeficiente de absorción, con los parámetros (d,t,ϕ,f) no es
fácil. Para valores s<1, la Tabla 8.1 proporciona valores del pico de la curva, y de las
frecuencias para mitad de absorción (f1,f2), como una función de r.

TABLA 8.1. ANCHO DE BANDA DE ABSORCIÓN POSIBLE DE UN MPP PARA


DIFERENTES VALORES DE r (s→0, D=0.25 λ) (SEGÚN Maa, 1998)
r 1 2 3 4 5
α0 1 0.89 0.75 0.64 0.56
(f2-f1)/f0 1.41 1.59 1.69 1.75 1.79
f2/f1 5.78 8.76 11.82 14.91 18.02

Para valores de s pequeños, cuanto mayor es la resistencia del MPP, más ancha es la
curva, pero menor es el pico de absorción. A medida que se incrementa s, el ancho de
banda se estrecha considerablemente, para cualquier valor de r. Por tanto, se requieren
siempre valores de s pequeños para una banda de absorción relativamente ancha.
Se puede concluir, por tanto, que con un solo panel microperforado no es posible di-
señar un absorbente que proporcione simultáneamente una banda muy ancha de absor-
ción y un pico de absorción próximo a la unidad. Maa (1987), Lee y Swenson (1992),
y Lee y Kwon (2004) proponen ensanchar la banda de absorción de los MPP mediante
el diseño de MPP múltiples. En la sección 8.2 se describe el diseño de MPPs dobles
(DL-MPP), y se estudia su funcionamiento como absorbentes, tanto en incidencia nor-
mal como aleatoria. En la sección 8.3 se hace un análisis similar utilizando tres paneles
microperforados (TL-MPP), con el fin de ensanchar la banda de absorción hacia fre-
cuencias superiores. En la sección 8.4 se analiza un diseño que combina un DL-MPP
con una capa porosa (DL-MPP/P) y proporciona absorción en más de cinco octavas.

8.2. ABSORBENTES MPP DOBLES

Se trata de obtener el coeficiente de absorción de un DL-MPP en incidencia nor-


mal y difusa. Maa (1987) y Lee y Swenson (1992) calculaban la absorción a partir
Absorbentes microperforados multicapa 161

del circuito equivalente del sistema. Lee y Kwon (2004) usan el método de la matriz
de transferencia basado en el análisis de impedancias. Cobo et al. (2009) compara-
ban ambos métodos y demostraban que el método del circuito equivalente ignora un
término, siendo por tanto, incorrecto.

8.2.1. Incidencia normal

La figura 8.2 muestra el esquema de un MPP doble en incidencia normal. Las im-
pedancias de ambos MPPs son Zm1 y Zm2. Las impedancias de las cavidades son Zc1 y
Zc2. Las impedancias de entrada a ambas capas son Z1 y Z2. Y la impedancia acústica
característica del medio es Z0.

Z1 Zc1 Z2 Zc2

A0 A1 A2

Zm1 Zm2

B0 B1 B2

Z0 Z0 Z0

D1 D2

Figura 8.2. Esquema de un DL-MPP en incidencia normal.

Sean Ai y Bi las amplitudes de las ondas planas incidente y reflejada en cada una
de las capas, i=0,1,2. La presión acústica y la velocidad de partículas en cada una de
las capas será entonces

(8.2)

La interfaz x=D1+D2 es rígida, por lo que podemos poner la condición de contorno


162 Absorción del sonido

de donde se obtiene

(8.3)

A la derecha del segundo MPP, la impedancia es

Y sustituyendo el valor de B2/A2 de la ecuación (8.3), se obtiene

(8.4)

que es la bien conocida ecuación para la impedancia de una cavidad con pared rígida.
Sabemos que a ambos lados de un MPP se mantiene la velocidad de partículas
pero cae la presión acústica debido a su impedancia. La condición de contorno en el
MPP es entonces

(8.5)

La condición de contorno a la izquierda del segundo MPP es

de donde

(8.6)

La condición de contorno a la derecha del primer MPP es


Absorbentes microperforados multicapa 163

y sustituyendo el valor de B1/A1 de la ecuación (8.6), se obtiene

(8.7)

Si imponemos la condición de contorno a ambos lados del primer MPP, se obtiene


finalmente

(8.8)

Los coeficientes de reflexión y de absorción de un DL-MPP en incidencia normal


serán

(8.9a)

(8.9b)

Las ecuaciones (8.4)-(8.9) permiten obtener el coeficiente de absorción de un


DL-MPP en incidencia normal. Según este modelo, el coeficiente de absorción de
un DL-MPP depende de la frecuencia, de los parámetros constitutivos de ambos
paneles (t1,d1,ϕ1,t2,d2,ϕ2) y de los espesores de las cavidades (D1, D2). Es imposi-
ble determinar simultáneamente cómo evoluciona el coeficiente de absorción con
todos estos parámetros. Por eso hay que fijar algunos y ver la variación con otros.
En un MPP doble, el primer microperforado (MPP1) influye más que el segundo
(MPP2) en el coeficiente de absorción. Por lo tanto en el estudio analizamos la
evolución de la absorción con los parámetros del MPP1 para valores concretos del
MPP2. Puesto que los MPPs en la práctica deberán ser lo más rígidos posible para
que no vibren en presencia de flujo, inicialmente se consideran paneles con espesor
de 1 mm. El espesor de cada cavidad de aire se fija en 5 cm. La figura 8.3 muestra
un ejemplo del coeficiente de absorción de un DL-MPP, en función de la frecuencia
y del diámetro de poro del primer panel.
Este MPP1 tiene el 10% de la superficie perforada, mientras que el MPP2 tiene un
porcentaje de perforación del 8% con poros de 0.1 mm de diámetro. Se observa que
el MPP absorbe en determinadas bandas de frecuencia, intercaladas con mínimos de
absorción. El mejor coeficiente de absorción se consigue para d1 próximo a 0.2 mm,
aunque por debajo (0.1 mm) se ensanchan ligeramente las bandas. Aumentar o redu-
cir ligeramente d2 empeora la absorción (figuras 8.4 y 8.5).
164 Absorción del sonido

0.9 0.9

0.8
0.8

0.7
0.7

0.6
0.6
d1 (mm)

0.5
0.5
0.4
0.4
0.3

0.3
0.2

0.2
0.1

0.1
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.3. Coeficiente de absorción de un DL-MPP en función de la frecuencia


y el diámetro de poro del MPP1, para (ϕ1, d2, ϕ2)=(10%, 0.1 mm, 8%).

0.9 0.9

0.8
0.8

0.7
0.7

0.6
0.6
d1 (mm)

0.5
0.5
0.4
0.4
0.3

0.3
0.2

0.2
0.1

0.1
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.4. Idem para (ϕ1, d2, ϕ2)=(10%, 0.2 mm, 8%).
Absorbentes microperforados multicapa 165

0.9 0.9

0.8
0.8

0.7
0.7

0.6
0.6
d1 (mm)

0.5
0.5
0.4
0.4
0.3

0.3
0.2

0.2
0.1

0.1
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.5. Idem para (ϕ1, d2, ϕ2)=( 10%, 0.08 mm, 8% ).

50

45 0.9

40 0.8

35 0.7

30 0.6
ϕ1 (%)

25 0.5

20 0.4

15 0.3

10 0.2

5 0.1

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.6. Coeficiente de absorción de un DL-MPP en función de la frecuencia


y el porcentaje de perforación del MPP1, para (d1, d2, ϕ2)=(0.16 mm, 0.1 mm, 8% ).
166 Absorción del sonido

La figura 8.6 muestra la dependencia del coeficiente de absorción con el porcen-


taje de perforación del MPP1 y con la frecuencia, considerando un microperforado
con d1=0.16 mm. El margen de valores más adecuado para obtener mayor absorción
estaría alrededor de 15 < ϕ1 (%) < 25.
La figura 8.7 muestra un corte de la figura 8.6 a distintos valores de ϕ1. Al au-
mentar ϕ1, mejora la absorción a frecuencias superiores. Al aumentar el coeficiente
de perforación del segundo panel (ϕ2), los máximos de absorción se desplazan hacia
ϕ1 mayores (figura 8.8). Por el contrario, disminuyéndolo, los máximos se desplazan
hacia ϕ1 menores (figura 8.9).
Veamos a continuación la variación con el espesor del MPP1. La figura 8.10 mues-
tra el coeficiente de absorción de un MPP doble con (d1,ϕ1,t2,d2,ϕ2)=(0.16 mm,20%,1
mm,0.1 mm,10%). El espesor del panel influye ligeramente en la amplitud de los
máximos dentro de cada banda de absorción. Las bandas más anchas de absorción se
obtienen aproximadamente en el margen 0.5 <t1 (mm)<1.2, si bien entre estos valores
existe poca diferencia, solo a frecuencias muy altas (figura 8.11).

1
ϕ1=10%
ϕ1=20%
0.9
ϕ1=30%

0.8 ϕ1=40%

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

102 103 104


Frecuencia (Hz)

Figura 8.7. Corte de la Figura 8.6 a distintos valores de ϕ1.

Si se aumenta el espesor del MPP2 (figura 8.12), el máximo de absorción en cada


banda se estrecha y tiende hacia valores más altos de t1. Al disminuirlo (figura 8.13),
se observa que los máximos de absorción se desplazan dentro de cada banda hacia
frecuencias superiores. En ambos casos, la absorción es ligeramente inferior.
Absorbentes microperforados multicapa 167

50

45 0.9

40 0.8

35 0.7

30 0.6
ϕ1 (%)

25 0.5

20 0.4

15 0.3

10 0.2

5 0.1

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.8. Coeficiente de absorción de un DL-MPP en función de la frecuencia


y el porcentaje de perforación del MPP1, para (d1, d2, ϕ2)=( 0.16 mm, 0.1 mm, 15% ).

50

45 0.9

40 0.8

35 0.7

30 0.6
ϕ1 (%)

25 0.5

20 0.4

15 0.3

10 0.2

5 0.1

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.9. Idem para (d1, d2, ϕ2)=( 0.16 mm, 0.1 mm, 5% ).
168 Absorción del sonido

0.9
1.8

0.8
1.6

0.7
1.4
0.6
t1 (mm)

1.2
0.5

1
0.4

0.8
0.3

0.6
0.2

0.4 0.1

0.2
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.10. Coeficiente de absorción de un DL-MPP en función de la frecuencia


y el espesor del MPP1, para (d1,ϕ1,d2,t2, ϕ2)=(0.16 mm,20%,0.1 mm,1 mm,10%).

1
t1=0.6 mm

0.9 t1=0.8 mm
t1=1 mm
0.8 t1=1.2 mm

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.11. Corte de la Figura 8.10 a varios t1.


Absorbentes microperforados multicapa 169

Resulta difícil conseguir un espectro de absorción de banda ancha con 5 cm de


cavidad de aire detrás de cada MPP. Reduciéndola se desplazarán los máximos a
frecuencias más altas. Las figuras 8.14-8.17 muestran la evolución del coeficiente
de absorción con la frecuencia y la cavidad de aire de MPP1, para cavidades de
aire detrás del MPP2 de 5, 3, 2 y 1 cm, respectivamente. Se observa claramente
cómo al disminuir el espesor de ambas cavidades disminuye el número de míni-
mos de absorción, que se desplazan hacia frecuencias superiores; y se ensancha
la curva de absorción, que también se va desplazando hacia la derecha. Esto se
observa mejor en la figura 8.18, que muestra algunos coeficientes de absorción
de este MPP doble para diferentes valores de D1. En el diseño del MPP doble
con una banda lo más ancha posible, habrá que considerar cavidades de aire muy
pequeñas, preferiblemente de 1 cm, ya que con 2 cm la banda de absorción se
desplaza hacia frecuencias menores, y disminuye tanto el ancho de banda como la
amplitud del máximo. Sin embargo, esta elección conlleva la pérdida de eficien-
cia en frecuencias inferiores.
La conclusión es que existe un compromiso entre el ancho de banda de absorción,
el rango de frecuencias que cubre, y el máximo de amplitud que se puede obtener. El
MPP óptimo dependerá por lo tanto del criterio escogido.
A la vista de estos últimos resultados, convendrá rehacer el estudio de los paráme-
tros d1, ϕ1 y t1 considerando las nuevas cavidades de aire D1=D2= 1 cm. La figura 8.19
muestra la evolución del coeficiente de absorción con la frecuencia y d1. Se aprecia
claramente cómo la banda de absorción se ensancha a medida que va decreciendo
el tamaño del poro. El margen óptimo sigue estando alrededor de 0.1< d1 (mm) <0.2
mm. La figura 8.20 muestra un corte de la anterior, para distintos valores de d1. Al
disminuir el tamaño del poro se pierde absorción máxima pero se ensancha la banda.
Una solución intermedia muy buena es escoger d1=0.1 mm.
La figura 8.21 muestra la evolución del coeficiente de absorción con la frecuencia
y el porcentaje de perforación del MPP1. Se aprecia claramente cómo la banda de ab-
sorción se ensancha a medida que aumenta el porcentaje de perforación. La máxima
absorción se concentra alrededor de 18 < ϕ1 (%) < 30. En la figura 8.22 se comparan
los coeficientes de absorción obtenidos para distintos valores de ϕ1. Aumentando el
porcentaje de perforación, aumenta la absorción y el ancho de banda de la curva, que
se desplaza hacia frecuencias superiores. Aumentando el coeficiente de perforación
del primer panel del 20% al 25%, aumentará ligeramente la absorción y se ensancha-
rá también la banda. No obstante, aumentar mucho más el coeficiente de perforación
no mejoraría la absorción.
La figura 8.23 describe la dependencia del coeficiente de absorción del DL-MPP
con la frecuencia y el espesor del primer panel. En la figura 8.24 se agrupan cortes
de esta figura a t1=0.5, 0.75, 1, 1.25 mm. Según este estudio tal espesor influye lige-
ramente en el ancho de banda de absorción. Espesores mayores desplazan la curva
hacia frecuencias inferiores (perdiendo absorción en altas), y viceversa. Se puede
seguir considerando 1 mm como valor más adecuado para el espesor del primer mi-
croperforado.
170 Absorción del sonido

1.8 0.9

0.8
1.6

0.7
1.4

0.6
1.2
t1 (mm)

0.5
1
0.4

0.8
0.3

0.6
0.2

0.4 0.1

0.2
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.12. Coeficiente de absorción de un DL-MPP en función de la frecuencia


y el espesor del MPP1, para (d1,ϕ1, d2,t2,ϕ2)=(0.16 mm,20%,0.1 mm,1.5 mm,10%).

1.8 0.9

0.8
1.6

0.7
1.4

0.6
t1 (mm)

1.2
0.5
1
0.4
0.8
0.3

0.6
0.2

0.4
0.1

0.2
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.13. Idem para (d1,ϕ1, d2,t2,ϕ2)=(0.16 mm,20%,0.1 mm,0.5 mm,10%).


Absorbentes microperforados multicapa 171

10

9 0.9

8 0.8

0.7
7

0.6
6
D1 (cm)

0.5
5

0.4
4

0.3
3

0.2
2

0.1
1

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.14. Coeficiente de absorción de un DL-MPP en función de la frecuencia


y de la cavidad del MPP1, para (d1,ϕ1,t2,d2,ϕ2,D2)=(0.16 mm,20%,1 mm,0.1 mm,8%,5 cm).

10

9 0.9

8 0.8

0.7
7

0.6
6
D1 (cm)

0.5
5

0.4
4

0.3
3
0.2
2
0.1
1

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.15. Idem para D2=3 cm.


172 Absorción del sonido

10

0.9
9

0.8
8

0.7
7

0.6
6
D1 (cm)

0.5
5

0.4
4

0.3
3

0.2
2

0.1
1

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.16. Idem para D2=2 cm.

10

9 0.9

8 0.8

0.7
7

0.6
6
D1 (cm)

0.5
5

0.4
4

0.3
3

0.2
2
0.1
1

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.17. Idem para D2=1 cm.


Absorbentes microperforados multicapa 173

1
D1=1 cm

0.9 D1=2 cm
D1=3 cm
0.8 D1=4 cm

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.18. Coeficiente de absorción de un DL-MPP con (t1,d1,ϕ1,t2,d2,ϕ2,D2)=(0.16 mm,20%,1


mm,0.1 mm,8%,1 cm) para distintos valores de D1.

1.8 0.9

1.6 0.8

0.7
1.4

0.6
d1 (mm)

1.2

0.5
1

0.4
0.8
0.3
0.6
0.2

0.4
0.1

0.2
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.19. Coeficiente de absorción de un DL-MPP en función de la frecuencia


y el diámetro de poro del MPP1, para (t1= t2,D1=D2,ϕ1,d2,ϕ2)=(1 mm,1 cm,20%, 0.1 mm, 8% ).
174 Absorción del sonido

1
d1=0.08 mm
d1=0.1 mm
0.9
d1=0.2 mm

0.8 d1=0.3 mm

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.20. Corte de la Figura 8.19 a varios d1.

50

45 0.9

40 0.8

35 0.7

30 0.6
ϕ1 (%)

25 0.5

20 0.4

15 0.3

10 0.2

5 0.1

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.21. Coeficiente de absorción de un DL-MPP en función de la frecuencia


y el porcentaje de perforación del MPP1, para (t1=t2,d1=d2,D1=D2, ϕ2)=(1 mm,0.1 mm,1 cm, 8% ).
Absorbentes microperforados multicapa 175

1
ϕ1=10 cm
ϕ1=20 cm
0.9
ϕ1=30 cm
0.8 ϕ1=40 cm

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.22. Corte de la Figura 8.21 a varios ϕ1.

1.8 0.9

0.8
1.6

0.7
1.4

0.6
ϕ1 (%)

1.2

0.5
1
0.4
0.8
0.3

0.6
0.2

0.4
0.1

0.2
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frecuencia (kHz)

Figura 8.23. Coeficiente de absorción de un DL-MPP en función de la frecuencia


y el espesor del MPP1, para (t2,d1=d2,D1=D2,ϕ1,ϕ2)=(1 mm,0.1 mm,1 cm,25 %,8% ).
176 Absorción del sonido

1
t1=0.5 mm

0.9 t1=0.75 mm
t1=1 mm
0.8 t1=1.25 mm

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.24. Corte de la Figura 8.23 a varios t1.

1
d1=0.16 mm, ϕ1=20%

0.9 d1=0.1 mm, ϕ1=20%

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 25. Coeficiente de absorción de un DL-MPP con (t1,t2,d2,ϕ2,D1,D2)=(1 mm, 1 mm, 0.1 mm,
8%, 1 cm, 1 cm) para los parámetros indicados del MPP1.
Absorbentes microperforados multicapa 177

1
d2=0.1 mm, ϕ2=8%
0.9 d2=0.08 mm, ϕ2=15%

0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 26. Coeficiente de absorción del DL-MPP con (t1=t2,d1,ϕ1,D1=D2)=(1 mm, 0.1 mm,25%,1
cm) para dos combinaciones de d2 y ϕ2.

La figura 8.25 recapitula dos posibles DL-MPP, ambos con cavidad trasera
de 1 cm, que ofrecen muy buena absorción pero en distintos anchos de ban-
da. La curva azul representa el primer ejemplo, un MPP doble con parámetros
(t1,d1,ϕ1,t2,d2,ϕ2)=(1 mm,0.16 mm,20%,1 mm,0.1 mm,8%); y la verde representa
el último diseño con parámetros (t1,ϕ1,p1,t2,d2,ϕ2)=(1 mm,0.1 mm,25%,1 mm,0.1
mm,8%). El primer MPP doble proporciona máxima absorción entre 2.5-6.5 kHz
aproximadamente y una banda de mitad de absorción de (1168, 11865) Hz. En
cambio, el coeficiente de absorción del segundo DL-MPP es ligeramente menor
entre 2.5 y 6 kHz, pero mayor absorción a partir de 6 kHz. Su banda de mitad de
absorción es de (1275,9929) Hz. Por último, vamos a tratar de mejorar la curva
de absorción del DL-MPP escogido, variando los parámetros del MPP2. La figu-
ra 8.26 compara el espectro de absorción del MPP anterior (curva verde) y otro
donde se varía ligeramente el tamaño del poro (d2) y el porcentaje de perforación
(ϕ2). Se puede mejorar ligeramente la absorción, aumentando este coeficiente de
perforación al 15% y disminuyendo el diámetro de poro a 0.08 mm. Este MPP
doble posee una banda de mitad de (1219,12440) Hz, más ancha que los anterio-
res. Al igual que un DL-MPP ensancha el espectro de absorción de uno sencillo,
habrá que recurrir a un diseño con tres MPPs para ensanchar más la banda de
estos MPPs dobles.
178 Absorción del sonido

8.2.2. Incidencia aleatoria


La impedancia de entrada al segundo MPP en incidencia aleatoria es

(8.10a)

siendo D2 el espesor de la segunda cavidad. La impedancia de entrada al DL-MPP


será

(8.10b)

El coeficiente de absorción del sistema en incidencia oblicua es

(8.11)

(8.12)

donde θ es el ángulo de incidencia. En resumen, el coeficiente de absorción de un


DL-MPP depende de los parámetros (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,f,θ). El coeficiente de ab-
sorción en campo difuso se obtiene integrando sobre el ángulo de incidencia

(8.13)

La figura 8.27 muestra los coeficientes de absorción en campo difuso y en inciden-


cia normal, de un DL-MPP con los valores de los parámetros indicados. Se observa
que la curva de absorción en campo difuso, considerando paneles de reacción local,
se parece bastante a la de incidencia normal. Hay una pérdida de absorción alrededor
del máximo pero el ancho de banda es similar. En cambio, el comportamiento en
reacción extendida, es en general bastante peor. El pico de absorción desciende con-
siderablemente, y la banda de absorción se desplaza hacia las frecuencias más altas.
Según estos resultados, se concluye que siempre que sea posible, se debería forzar al
sistema MPP para que sea de reacción local, compartimentando las cavidades de aire
con un panel de nido de abeja. Esto garantizará que la propagación en la cavidad no
dependa del ángulo de incidencia.
Absorbentes microperforados multicapa 179

1
α0

0.9 α1
α2
0.8

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.27. Coeficientes de absorción en incidencia normal y difusa de un DL-MPP


con (t1=t2,d1=d2,ϕ1,ϕ2,D1=D2)=(1 mm, 0.1 mm,25%, 15%, 1 cm).

8.3. ABSORBENTES MPP TRIPLES

La figura 8.28 muestra el esquema de un TL-MPP en incidencia normal. Las im-


pedancias de los MPPs son Zm1, Zm2 y Zm3. Las impedancias de las cavidades son Zc1,
Zc2 y Zc3. Las impedancias de entrada a ambas capas son Z1, Z2 y Z3, y la impedancia
acústica característica del medio es Z0. Sean Ai y Bi las amplitudes de las ondas pla-
nas incidente y reflejada en cada una de las capas, i=0,1,2,3. La presión acústica y la
velocidad de partículas en cada una de las capas serán

(8.14)

En la interfaz x=D1+D2+D3, que corresponde a la pared rígida, la velocidad de las


partículas se anula
180 Absorción del sonido

Z1 Zc1 Z2 Zc2 Z3 Zc3

A0 A1 A2 A3

Zm1 Zm2 Zm3

B0 B1 B2 B3

Z0 Z0 Z0
Z0

D1 D2 D3

Figura 8.28. Esquema de un TL-MPP en incidencia normal.

de donde se obtiene que

(8.15)

Por otra parte, la impedancia de entrada a la capa de aire del MPP3 es

y sustituyendo el valor de B3/A3 de la ecuación (8.15), se obtiene la conocida expre-


sión de la impedancia de una cavidad con pared rígida
(8.16)

Teniendo en cuenta que a ambos lados del MPP la velocidad de las partículas se
mantiene y cae la presión acústica, la impedancia de entrada al MPP3 será
(8.17)

Además, esta impedancia puede escribirse en función del campo en la segunda


cavidad

(8.18)
Absorbentes microperforados multicapa 181

que permite extraer la relación de amplitudes

(8.19)

Igualmente, la impedancia de entrada a la capa de aire del MPP2 se escribe como

y sustituyendo el valor de B2/A2 de la ecuación (8.19), se obtiene

(8.20)

Y por lo tanto, la impedancia de entrada al MPP2 será

(8.21)

A la izquierda del MPP2 se cumple que

de donde se obtiene la relación de amplitudes del campo en la cavidad del MPP1

(8.22)

A su vez, la impedancia de entrada a la cavidad del MPP1 es

Y sustituyendo el valor de B1/A1 de la ecuación (8.22), se obtiene

(8.23)
182 Absorción del sonido

Y finalmente, imponiendo la condición de contorno a ambos lados del MPP1, se


obtiene la impedancia de entrada al MPP triple

(8.24)

a partir de la cual se calculan los coeficientes de reflexión y de absorción del absor-


bente TL-MPP.

8.3.1. Incidencia normal


El coeficiente de absorción de un TL-MPP en incidencia normal depende de la fre-
cuencia, de los parámetros constitutivos de cada panel (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,d3,t3, ϕ3) y de los
espesores de las cavidades (D1,D2, y D3). Al igual que en el caso del MPP doble, se pue-
den fijar algunos parámetros y analizar la dependencia con otros. Por ejemplo, las figuras
8.29 y 8.30 muestran la dependencia del coeficiente de absorción del TL-MPP con d1,
el diámetro de las perforaciones del MPP1, para la combinación de los otros parámetros
mostrada en el pie de la figura 8.29. Como puede verse, un TL-MPP tiene generalmente
tres picos, cada uno de ellos determinado por las cavidades D1, D2 y D3. En general, man-
teniendo los otros parámetros constantes, puede decirse que el ancho de banda crece a
medida que disminuye el diámetro de las perforaciones del primer panel. Como se puede
ver en las figuras 8.29 y 8.30, también crece la absorción en alta frecuencia.
Las figuras 8.31 y 8.32 muestran la dependencia del coeficiente de absorción del
TL-MPP con ϕ1, el espesor del MPP1, para la combinación de los otros parámetros
mostrada en el pie de la figura 8.31. Como en el caso del DL-MPP, el espesor del
primer panel tiene un efecto menor en la curva de absorción del TL-MPP. El ancho
de banda es prácticamente el mismo. Si acaso, la amplitud y posición de los tres picos
varía ligeramente con t1. También parece que la curva se desplaza ligeramente hacia
las bajas frecuencias a medida que se incrementa el espesor del panel.
Las figuras 8.33 y 8.34 muestran la dependencia del coeficiente de absorción del TL-MPP
con ϕ1, el porcentaje de perforación del MPP1, para la combinación de los otros parámetros
mostrada en el pie de la figura 8.33. Como se puede observar, el porcentaje de perforación del
primer panel tiene un efecto determinante en la curva de absorción del TL-MPP. El ancho de
banda crece, y la curva se desplaza hacia las altas frecuencias, con el porcentaje de perforación.
Por último, las figuras 8.35 y 8.36 muestran el efecto del espesor de la primera
cavidad de aire. Como es bien conocido, las curvas de absorción se desplazan hacia
las bajas frecuencias a medida que aumenta el espesor de la cavidad. El efecto es más
notable en la rama de alta frecuencia. La rama de baja frecuencia, se ve afectada muy
ligeramente por el espesor de la primera cavidad.
Se podría hacer un estudio similar con los parámetros del segundo o tercer MPP. Como
vemos, el efecto combinado de los 12 parámetros es bastante complicado de predecir. Por
eso, en el capítulo 9 planteamos un problema inverso. Dada la banda de frecuencias en la
que interesa que funcione el TL-MPP, se trataría de calcular la combinación de parámetros,
dentro de unos márgenes de variación determinados, que proporciona la máxima absor-
ción. Este problema se resolverá por el método del recocido simulado (Press et al., 1989).
Absorbentes microperforados multicapa 183

0.9 0.9

0.8
0.8

0.7
0.7

0.6
0.6
d1 (mm)

0.5
0.5

0.4
0.4

0.3
0.3

0.2
0.2
0.1
0.1
2 4 6 8 10 12

Frecuencia (kHz)

Figura 8.29. Absorción de un TL-MPP en función de d1 para (t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,d3,t3, ϕ3,D3)=(1


mm,25%,1 cm,0.1 mm,1 mm,20 %,2 cm,0.15 mm,1mm,10%,3 cm).

1
d1=0.075 mm
d1=0.1 mm
0.9
d1=0.15 mm

0.8 d1=0.2 mm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.30. Cortes de la Figura 8.29 para algunos valores de d1.


184 Absorción del sonido

0.9
1.8

0.8
1.6

0.7
1.4

0.6
t1 (mm)

1.2
0.5
1
0.4

0.8
0.3

0.6
0.2

0.4 0.1

0.2
2 4 6 8 10 12
Frecuencia (kHz)

Figura 8.31. Absorción de un TL-MPP en función de t1 para (d1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,d3,t3,ϕ3,D3)=(0.2


mm,20%,1 cm,0.2 mm,1 mm,15 %,1 cm,0.2 mm,1mm,10%,1 cm).

1
t1=0.5 mm
t1=0.75 mm
0.9
t1=1 mm

0.8 t1=1.25 mm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104

Frecuencia (Hz)

Figura 8.32. Cortes de la Figura 8.30 para algunos valores de t1.


Absorbentes microperforados multicapa 185

50

45 0.9

40 0.8

35 0.7

30 0.6
ϕ1 (%)

25 0.5

20 0.4

15 0.3

10 0.2

5 0.1

2 4 6 8 10 12

Frecuencia (kHz)

Figura 8.33. Absorción de un TL-MPP en función de f1 para (d1,t1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,d3,t3,ϕ3,D3)=(0.2


mm,1 mm,1 cm,0.2 mm,1 mm,15 %,1 cm,0.2 mm,1mm,10%,1 cm).

1
ϕ1=5%
ϕ1=10%
0.9
ϕ1=15%

0.8 ϕ1=20%

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.34. Cortes de la Figura 8.33 para algunos valores de ϕ1.


186 Absorción del sonido

10

9 0.9

8 0.8

7 0.7

0.6
6
D1 (cm)

0.5
5

0.4
4

0.3
3

0.2
2

0.1
1

2 4 6 8 10 12

Frecuencia (kHz)

Figura 8.35. Absorción de un TL-MPP en función de D1 para (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D2,d3,t3,ϕ3,D3)=(0.2


mm,1 mm,20%,0.2 mm,1 mm,15 %,1 cm,0.2 mm,1mm,10%,1 cm).

1
D1=1cm

0.9 D1=2cm
D1=3cm
0.8 D1=4cm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.36. Cortes de la Figura 8.35 para algunos valores de D1.


Absorbentes microperforados multicapa 187

8.3.2. Incidencia aleatoria


La impedancia de entrada al tercer MPP en incidencia aleatoria es

(8.25)

siendo D3 el espesor de la tercera cavidad. La impedancia de entrada a la segunda


cavidad será

(8.26)

La impedancia de entrada al primer MPP será entonces

(8.27)

El coeficiente de absorción en incidencia oblicua será finalmente


(8.28)

con

(8.29)

donde θ es el ángulo de incidencia. En resumen, el coeficiente de absorción de un TL-


MPP depende de los parámetros (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,d3,t3,ϕ3,D3,f,θ). El coeficiente
de absorción en campo difuso se obtiene integrando sobre el ángulo de incidencia

(8.30)

La figura 8.37 muestra el mapa 3D de coeficientes de absorción de un TL-MPP


de reacción local como una función del ángulo, para una combinación de parámetros
(d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,d3,t3,ϕ3,D3)=(0.2 mm,1 mm,20 %,1 cm,0.2 mm,1 mm,15 %,1
cm,0.2 mm,1 mm,10 %,1 cm).
188 Absorción del sonido

80 0.9

70 0.8

0.7
60

0.6
50
θ (º)

0.5
40
0.4
30
0.3

20
0.2

10
0.1

0
2 4 6 8 10 12

Frecuencia (kHz)

Figura 8.37. Coeficientes de absorción para incidencia oblicua y reacción local de un TL-MPP con(d1,t1,ϕ1,
D1,d2,t2,ϕ2,D2,d3,t3,ϕ3,D3)=(0.2 mm,1 mm,20 %,1 cm,0.2 mm,1mm,15 %,1 cm,0.2 mm,1 mm,10 %,1 cm).

1
α0

0.9 α1

0.8

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.38. Coeficientes de absorción para incidencia normal y aleatoria con reacción local de un
TL-MPP con(d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,d3,t3,ϕ3,D3)=(0.2 mm,1 mm,20 %,1 cm,0.2 mm,1mm,15 %,1
cm,0.2 mm,1 mm,10 %,1 cm).
Absorbentes microperforados multicapa 189

La figura 8.38 muestra los coeficientes de absorción para incidencia normal y aleatoria (en
reacción local) para el TL-MPP con (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,d3,t3,ϕ3,D3)=(0.2 mm,1 mm,20 %,1
cm,0.2 mm,1 mm,15 %,1 cm,0.2 mm,1 mm,10 %,1 cm). De nuevo, la curva de absorción en
incidencia aleatoria y reacción local es muy parecida a la de incidencia normal (ocupan prácti-
camente la misma banda de frecuencias, siendo la de incidencia aleatoria ligeramente más sua-
ve). De ahí, el interés en diseñar absorbentes TL-MPP con cavidades de aire compartimentadas.

8.4. ABSORBENTES HÍBRIDOS MPP/CAPA POROSA

La construcción de un DL-MPP o un TL-MPP con una banda ancha de absorción y po-


cos picos requiere perforaciones muy pequeñas (alrededor de 0.1 mm) y porcentajes altos
de perforación (del orden del 20 %). Esto puede ser bastante caro y difícil de fabricar. Para
conseguir una absorción alta en una banda muy ancha podemos combinar un DL-MPP con
una capa porosa. La capa porosa debería rellenar la segunda cavidad de aire, para evitar su
exposición directa con un posible flujo de aire (Cobo, 2008; Cobo et al., 2010).
La figura 8.39 muestra el esquema de un sistema híbrido compuesto de un doble
MPP con una capa porosa rellenando la segunda cavidad de aire (DL-MPP/P). Las
impedancias acústicas de ambos MPP son Zm1 y Zm2. Las impedancias acústicas de
las cavidades son Zc1 y Zc2. Las impedancias de entrada a ambas capas son Z1 y Z2; y
la impedancia característica del medio es Z0. La capa porosa se caracteriza por una
impedancia característica Za y una constante de propagación Γa.
Z1 Z2 Zc2
Zc1

A0 A1 A2

Zm1 Zm2

B0 B1 B2

Z0 , K0 Z0 , K0 Z0 , Γ 0

D1 D2
Figura 8.39. Ondas planas en incidencia normal en un DL-MPP/P.

Sean Ai y Bi las amplitudes de las ondas progresivas y regresivas en cada capa,


i=0,1,2. La presión acústica y la velocidad de partículas en cada capa son

(8.31)
190 Absorción del sonido

(8.32)

La interfaz x=D1+D2 es rígida, de modo que

de donde

(8.33)

A la derecha del segundo MPP, la impedancia es

Y sustituyendo B2/A2 de la ecuación (8.33), se obtiene


(8.34)

que es la bien conocida impedancia de entrada a una capa porosa de espesor D2.
La presión acústica a ambos lados del MPP se debilita como una consecuencia de
su impedancia, pero la velocidad de partículas permanece constante. Por tanto
(8.35)

La condición de contorno en el lado izquierdo del segundo MPP es

de donde

(8.36)

La condición de contorno en el lado derecho del primer MPP es


Absorbentes microperforados multicapa 191

y sustituyendo B1/A1 de la ecuación (8.36), se obtiene

(8.37)

Finalmente, de la condición de contorno en el lado izquierdo de este primer MPP

(8.38)

que es la impedancia de entrada al sistema DL-MPP/P. A partir de esta impedancia de


entrada se obtienen los coeficientes de reflexión y absorción

(8.39a)

(8.39b)

Las ecuaciones (8.31)-(8.39) permiten obtener el coeficiente de absorción de un sistema


DL-MPP/P en incidencia normal, siempre que se conozcan las ecuaciones para las impedan-
cias de los MPP y de la capa porosa. Las impedancias de los MPP se pueden obtener de los
modelos de Maa (1987; 1998) o fluido equivalente (véase capítulo 7). Para la capa porosa
podemos usar uno de los modelos analizados en el capítulo 4. Por ejemplo, el modelo de
Allard y Champoux (1992) que depende de un solo parámetro, la resistividad al flujo, σ.
El funcionamiento acústico de un DL-MPP/P depende, por tanto de los paráme-
tros (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,σ). Se puede realizar un estudio paramétrico de la absor-
ción de un DL-MPP/P, manteniendo constantes 8 de estos parámetros y variando uno
de ellos. Las figuras 8.40 y 8.41 muestran el efecto del tamaño de las perforaciones de
ambos paneles. Como puede verse, mientras que el diámetro de las perforaciones del
primer panel tiene un efecto notable (cuanto menor es el diámetro, mayor es la absor-
ción en alta frecuencia), el de las perforaciones del segundo panel apenas modifica la
curva de absorción. Nótese que el diámetro de las perforaciones apenas modifica la
rama de baja frecuencia de las curvas de absorción.
Las figuras 8.42 y 8.43 muestran el efecto del espesor de ambos paneles. En am-
bos casos, cuanto menor es el espesor de los paneles, mayor es la absorción en alta
frecuencia. La rama de baja frecuencia apenas se ve afectada por el valor de (t1,t2).
192 Absorción del sonido

1
d1=0.1mm
d1=0.2mm
0.9
d1=0.3mm

0.8 d1=0.4mm
d1=0.5mm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.40. Coeficiente de absorción de un DL-MPP/P con (t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,σ)=(0.5 mm,30 %,2 cm,0.3
mm,0.5 mm,30 %,5 cm, 20 kN s m-4) en función del tamaño de las perforaciones del primer panel d1.
1
d2=0.1mm
d2=0.2mm
0.9
d2=0.3mm

0.8 d2=0.4mm
d2=0.5mm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.41. Coeficiente de absorción de un DL-MPP/P con (d1,t1,ϕ1,D1,t2,ϕ2,D2,σ)=(0.3 mm,0.5 mm,30


%,2 cm ,0.5 mm,30 %,5 cm, 20 kN s m-4) en función del tamaño de las perforaciones del segundo panel d2.
Absorbentes microperforados multicapa 193

Las figuras 8.44 y 8.45 muestran el efecto del porcentaje de perforación de ambos
paneles. Como podemos ver, el porcentaje de perforación tiene un efecto determinan-
te en la curva de absorción de un DL-MPP/P. En ambos casos, se requieren paneles
sobreperforados (porcentajes por encima del 15 %) para obtener absorción apreciable
en alta frecuencia. De nuevo, parece que el efecto de este parámetro en la rama de
baja frecuencia es irrelevante.
Las figuras 8.46 y 8.47 muestran el efecto del espesor de ambas cavidades. Como
podemos ver, el espesor de la primera cavidad de aire determina la posición de los
máximos y mínimos de la curva de absorción, sin alterar la rama de baja frecuencia.
Sin embargo, el efecto del espesor de la capa porosa sí que tiene un efecto determi-
nante en la curva de absorción entera, incluyendo la parte de baja frecuencia. De
hecho, es probable que sea la resistencia al flujo de la capa porosa (el producto de
la resistividad al flujo por el espesor de la cavidad) la que determine la forma de la
curva de absorción.
El efecto de la resistividad al flujo de la capa porosa por separado se analiza en la
figura 8.48. Como podemos ver, con este valor del espesor de la capa (5 cm), solo la
curva para la resistividad más baja (10 kN s m-4) tiene una forma ligeramente distinta
(más ondulaciones). Sin embargo, por encima de un cierto valor de σ, este parámetro
tiene poco efecto en la forma de la curva de absorción.

1
t1=0.3mm
t1=0.5mm
0.9
t1=0.7mm

0.8 t1=0.9mm
t1=1.1mm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.42. Coeficiente de absorción de un DL-MPP/P con (d1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,σ)=(0.3 mm,30


%,2 cm,0.3 mm,0.5 mm,30 %,5 cm, 20 kN s m-4) en función del espesor del primer panel t1.
194 Absorción del sonido

1
t2=0.3mm
t2=0.5mm
0.9
t2=0.7mm

0.8 t2=0.9mm
t2=1.1mm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.43. Coeficiente de absorción de un DL-MPP/P con (d1,t1,ϕ1,D1,d2,ϕ2,D2,σ)=(0.3 mm, 0.5


mm,30 %,2 cm,0.3 mm,30 %,5 cm, 20 kN s m-4) en función del espesor del segundo panel t2.

1
f1=5%
0.9
f1=10%
f1=15%
0.8 f1=20%
f1=30%
0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.44. Coeficiente de absorción de un DL-MPP/P con (d1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,σ)=(0.3 mm, 0.5 mm,2
cm,0.3 mm,0.5 mm,30 %,5 cm, 20 kN s m-4) en función del porcentaje de perforación del primer panel ϕ1.
Absorbentes microperforados multicapa 195

1
ϕ2=5%
ϕ2=10%
0.9
ϕ2=15%

0.8 ϕ2=20%
ϕ2=30%

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0 2
10 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.45. Coeficiente de absorción de un DL-MPP/P con (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2D2,σ)=(0.3 mm,0.5 mm,30


%,2 cm,0.3 mm,0.5 mm,5 cm, 20 kN s m-4) en función del porcentaje de perforación del segundo panel ϕ2.

1
D1=1cm
D1=2cm
0.9
D1=3cm

0.8 D1=4cm
D1=5cm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.46. Coeficiente de absorción de un DL-MPP/P con (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D2,σ)=(0.3 mm, 0.5 mm,30
% ,0.3 mm,0.5 mm,30 %,5 cm, 20 kN s m-4) en función del espesor de la primera cavidad D1.
196 Absorción del sonido

1
D2=1cm
D2=2cm
0.9
D2=3cm

0.8 D2=4cm
D2=5cm

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.47. Coeficiente de absorción de un DL-MPP/P con (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,σ)=(0.3 mm, 0.5 mm,30
% ,2 cm,0.3 mm,0.5 mm,30 %,20 kN s m-4) en función del espesor de la segunda cavidad D2.
1
σ=10kN s m-4
σ=20kN s m-4
0.9
σ=30kN s m-4

0.8 σ=40kN s m-4


σ=50kN s m-4

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.48. Coeficiente de absorción de un DL-MPP/P con (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2)=(0.3 mm, 0.5


mm,30 % ,2 cm,0.3 mm,0.5 mm,30 %,5 cm) en función de la resistividad al flujo de la capa porosa σ.
Absorbentes microperforados multicapa 197

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2 σ=10kN s m-4, D2 =10cm

σ=20kN s m-4, D2 =5cm


0.1
σ=50kN s m-4, D2 =2cm

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 8.49. Coeficiente de absorción de tres DL-MPP/P con (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2)=(0.3 mm, 0.5
mm,30 % ,0.3 mm,0.5 mm,30 %) y la misma resistencia al flujo con distintos valores de σ2.

Para dilucidar si realmente es la resistividad o la resistencia al flujo el parámetro


importante, la figura 8.49 compara las curvas de absorción de tres DL-MPP/P con
distintos espesores y resistividades de la capa porosa, pero la misma resistencia al
flujo. Podemos ver que, a pesar de que los tres DL-MPP/P tienen una capa porosa
con la misma resistencia al flujo, su espesor sí resulta determinante para la rama de
baja frecuencia de la curva de absorción. Cuanto mayor es el espesor de la capa, más
absorción proporciona el DL-MPP/P en baja frecuencia.

8.5. REFERENCIAS

Allard, J. F. y Champoux, Y. (1992). «New empirical equations for sound propaga-


tion in rigid frame fibrous materials», J. Acoust. Soc. Am., 91: 3346-3353.
Cobo, P. (2008). Hybrid double layer MPP/Porous absorbers. Deliverable D2_2,
Contrato AIRBUS-CSIC.
Cobo, P. y Cuesta, M. (2007). Panel microperforado para máxima absorción en
una banda de más de dos octavas alrededor de 1 kHz. CADAE 2007, Buenos
Aires.
— (2008). Diseño preliminar de paneles microperforados. Deliverable D2, Contrato
AIRBUS-CSIC.
Cobo, P., Cuesta, M. y Siguero, M. (2009). «Comparison of models describing dou-
ble layer microperforated absorbers». Noise Cont. Eng. J., 57: 10-15.
198 Absorción del sonido

Cobo, P., Ruiz, H. y Alvarez, J. (2010). «Double-layer microperforated panel/porous


absorber as liner for anechoic closing of the test section in wind tunnels». Acta
Acustica united with Acustica., 96: 914-922.
Crandall, I. B. (1926). Theory of Vibrating Systems and Sound. MacMillan and Co.,
New York.
Ingard, U. (1999). Notes on Sound Absorption. Kittery Point.
Kang, J. y Fuchs, H. V. (1999). «Predicting the sound absorption of open weave
textiles and microperforated membranes backed by an air space». J. Sound Vib.,
220: 905-920.
Lee, J. y Swenson Jr., G .W. (1992). «Compact sound absorbers for low frequencies».
Noise Con. Eng. J., 38: 109-117.
Lee, D. H. y Kwong, Y. P. (2004). «Estimation of the absorption performance of
multiple layer perforated panel systems by transfer matrix method». J. Sound
Vib., 278: 847-860.
Maa, D. Y. (1987). «Microperforated-panel wideband absorbers». Noise Control
Eng. J., 29: 77-84.
— (1998). «Potential of microperforated panel absorber». J. Acoust. Soc. Am., 104:
2861-2866.
Press, W. H., Flannery, B. P., Teukolsky, S. A. y Vetterling, W. T. (1989). Nume-
rical Recipes. The Art of Scientific Computing. Cambridge University Press,
Cambridge.
9.  OPTIMIZACIÓN DE ABSORBENTES MULTICAPA

9.1. INTRODUCCIÓN

Los paneles microperforados (MPPs), propuestos por Maa (1987, 1998), y anali-
zados en el capítulo 7, surgieron como una buena alternativa a los materiales fibrosos
para proporcionar absorción en aquellas situaciones donde el desprendimiento de
partículas podía suponer un problema. Por ejemplo, en hospitales, en la industria
alimentaria, en cámaras limpias, etc. La gran ventaja de los MPPs es que son capaces
de proporcionar absorción en una banda relativamente ancha sin necesidad de ningún
material fibroso (Kang y Fuchs, 1999). Basta con que el sonido se propague a través
de unos poros especialmente diseñados. La absorción en los poros se produce por
pérdidas viscosas y térmicas.
El coeficiente de absorción de un MPP depende de los parámetros (d,t,ϕ,D,f),
donde d es el diámetro de los poros, t es el espesor del panel, ϕ es el porcentaje de
perforación, y D es el espesor de la cavidad de aire entre el panel y un fondo rígido.
Los absorbentes microperforados son del tipo resonador, y por tanto tienen una curva
de absorción en forma de pico, cuya anchura puede ser de un par de octavas. Con
un MPP sencillo se puede incrementar la banda de absorción a costa de reducir la
amplitud del pico. Por tanto, no es posible diseñar un absorbente MPP sencillo que
proporcione simultáneamente una banda muy ancha de absorción y un pico de absor-
ción muy alto. Maa (1987), Lee y Swenson (1992), y Lee y Kwon (2004) proponen
ensanchar la banda de absorción de este tipo de paneles mediante el diseño de MPP
múltiples.
Los MPP múltiples son absorbentes complejos cuya curva de absorción depende
de la sintonización de un número grande de parámetros. Por ejemplo, un MPP doble
requiere sintonizar 8 parámetros: (d1,t1,p1,D1) del primer MPP y (d2,t2,p2,D2) del se-
gundo. Y un MPP triple requiere el ajuste de 12 parámetros: (d1,t1,p1,D1) del primer
MPP, (d2,t2,p2,D2) del segundo, y (d3,t3,p3,D3) del tercero.
La curva de absorción de un MPP múltiple se obtiene a partir de la impedancia
de entrada, la cual depende esencialmente de la impedancia de cada uno de los
MPP, que se obtiene a partir de la ecuación de Maa (véase capítulo 8). Conociendo
los parámetros de cada uno de los MPP componentes, es relativamente simple obte-
ner la curva de absorción del MPP múltiple. Se trata de un simple problema directo.
Pero el problema que tiene interés en Ingeniería Acústica es el problema inverso:
cómo determinar los parámetros de cada uno de los MPP componentes para obtener
una determinada curva de absorción. O en otras palabras, se trata de diseñar MPP
200 Absorción del sonido

múltiples que proporcionen una curva de absorción óptima dentro de cierta banda
de frecuencias. Este problema inverso se puede resolver de dos maneras:
• P  or búsqueda exhaustiva: se trata de calcular las curvas de absorción de to-
das las combinaciones posibles, y quedarse con aquella que se aproxima más
a las prestaciones deseadas.
• P  or técnicas de optimización.
La búsqueda exhaustiva se puede aplicar cuando el número de configuraciones
posibles no es excesivamente elevado. Por ejemplo, un programa elaborado en un PC
de doble núcleo para optimizar un MPP doble por búsqueda exhaustiva en 240 millo-
nes de configuraciones posibles tardaba unas 100 horas en obtener la mejor combina-
ción de parámetros. Un programa similar para optimizar un MPP triple hubo de ser
interrumpido a los 14 días, porque no había encontrado todavía la solución óptima.
Los métodos de optimización pueden ser clasificados en dos grupos (Hrstka et al.,
2003): los métodos del gradiente, que operan en una solución potencial simple y buscan
alguna mejora en su entorno, y las técnicas de optimización global, también llamados mé-
todos evolutivos, que mantienen una serie grande de soluciones potenciales (poblaciones)
y aplican en ellas determinadas operaciones de recombinación y selección. Los princi-
pales métodos evolutivos son los algoritmos genéticos, el recocido simulado, la evolu-
ción estratégica, la evolución diferencial y la búsqueda tabú (Mantawy et al., 1999). Los
métodos evolutivos son de especial interés en problemas donde existen muchos óptimos
locales. Como el número de configuraciones posibles crece de una forma combinatoria,
también se denominan técnicas de optimización combinatoria (Press et al., 1986).
El recocido simulado es una técnica de optimización combinatoria de muy fácil
comprensión, por lo que se ha aplicado a una gran variedad de problemas, como el
problema del viajante (Kirpatrick et al., 1983; Cerny, 1985; Bertsimas y Tstsikilis,
1993; Ram et al., 1996), la optimización de funciones con muchos extremos locales
(Bohachevsky et al., 1986; Brooks y Morgan, 1995), a la solución de problemas de
programación cuadrática (Alkhamis et al., 1998), al problema del scheduling hidrotér-
mico (Wong y Wong, 1994), a la optimización del imán de una máquina de resonancia
magnética (Sanchez, 2001), a la solución de problemas de optimización estocástica
(Ahmed y Alkhamis, 2002), a la localización del epicentro de terremotos (Rubino y
Melis, 2004), al problema de las N reinas (Franco y Tabares, 2005), o a la ubicación
óptima de polígonos en un espacio reducido (Xu et al., 2008). Si se eligen apropia-
damente sus parámetros, es posible encontrar una solución muy próxima a la óptima
en un tiempo relativamente corto. En la sección 9.2 se analizan sus fundamentos, y se
repasan algunos de los problemas a los que se ha aplicado. En la sección 9.3 se estudia
la aplicación potencial del recocido simulado al problema de la optimización de MPP
múltiples y de un DL-MPP/P.

9.2. EL RECOCIDO SIMULADO

El método del recocido simulado (SA, del inglés Simulated Annealing) es una
técnica especialmente apropiada para problemas de optimización a gran escala, sobre
todo cuando el extremo global está sumergido entre muchos extremos locales. Un
Optimización de absorbentes multicapa 201

caso típico es el problema del viajante, en el cual un representante ha de recorrer un


número de N ciudades, volviendo al lugar de origen. El problema es en qué sentido
ha de recorrerlas de modo que la distancia total sea mínima (Cerny, 1985). Otro pro-
blema típico de estos es el diseño de un circuito integrado con miles de elementos de
tal modo que la interacción entre los mismos sea mínima.
El SA se basa en la analogía con el comportamiento de sistemas con muchos gra-
dos de libertad en equilibrio térmico a una temperatura finita. El comportamiento de
estos sistemas está regido por la mecánica estadística (Kirkpatrick et al., 1983). En
optimización combinatoria tratamos de encontrar el mínimo de una función de mu-
chas variables independientes, definiendo para ello una función objetivo, o función
de coste, que depende de la configuración detallada del sistema. Cuando el número
de configuraciones aumenta, el funcionamiento promedio de los algoritmos entra en
el dominio de la mecánica estadística.
La mecánica estadística sirve para analizar las propiedades de la materia sólida
o líquida con un gran número de átomos. Este tipo de sistemas se puede caracterizar
por su comportamiento promedio, y por las fluctuaciones pequeñas alrededor del
mismo. En este promedio, cada configuración, definida por una serie de posiciones
atómicas {ri}, está ponderada por su factor de probabilidad de Boltzmann
(9.1)

donde E{ri} es la energía promedio de la configuración, kB es la constante de Boltz-


mann, y T es la temperatura. Según esta ley, un sistema tal puede evolucionar tanto a
un estado de mayor como de menor energía, pero la probabilidad de que evolucione
hacia estados de energía más altos desciende a medida que la temperatura es más
baja. La singularidad de estos sistemas se encuentra en su comportamiento en el
límite de baja temperatura. A medida que se enfrían, estos sistemas pueden pasar por
mínimos locales de energía, denominados estados metaestables. El estado de mínima
energía, o estado cristalino puro, aunque extremadamente raro, es el que domina las
propiedades macroscópicas del sistema en el límite de baja temperatura. Pero el he-
cho de que la temperatura sea baja es condición necesaria, aunque no suficiente, para
que se alcance el estado cristalino puro. El enfriamiento ha de ser suficientemente
lento, especialmente en las proximidades del punto de congelación del sistema. Si el
horario de enfriamiento no es el correcto, el sistema puede alcanzar un estado metaes-
table, y el cristal conseguido tendrá algunos defectos.
En problemas de optimización combinatoria, se puede aplicar un proceso de mejo-
ra iterativa que no difiere mucho de la reestructuración microscópica modelada por la
mecánica estadística, donde la función de coste juega un papel similar a la energía. La
Tabla 1 muestra la analogía de conceptos del recocido de metales y el algoritmo SA.

TABLA 9.1 . ANALOGÍAS ENTRE RECOCIDO Y RECOCIDO SIMULADO (SA)


Recocido de un Estados del Energía del Temperatura del Transición entre
sólido sólido sólido sólido estados
Parámetro de Mecanismo de
SA configuraciones Función de coste
control generación
202 Absorción del sonido

Si solo aceptamos configuraciones de energía menor, pasaremos rápidamente del es-


tado a la temperatura inicial a uno a temperatura inferior, no siendo extraño alcanzar un
mínimo local, o estado metaestable. Para evitar esto, Metropolis incorporaba el factor de
probabilidad de Boltzmann (Metropolis et al., 1953). En la sección 9.2.1 se analiza con
más detalle el algoritmo de Metropolis. Para hacer uso de este algoritmo se requiere:
• 
Una descripción de todas las configuraciones posibles del sistema.
•  generador de cambios de la configuración. Estos cambios son las opcio-
Un
nes presentadas al sistema.
•  na función objetivo, E, análoga a la energía del sistema.
U
•  parámetro de control, T, análogo a la temperatura del sistema, y un hora-
Un
rio de enfriamiento.
El algoritmo de Metropolis es sorprendentemente sencillo de implementar. El
funcionamiento depende críticamente del uso del horario de enfriamiento: elección
de la temperatura inicial, del número de pasos por cada temperatura, y de la veloci-
dad de enfriamiento. Un enfriamiento demasiado rápido incrementa la probabilidad
de convergencia a un mínimo local, mientras que uno demasiado lento incrementa
el coste computacional. El balance se consigue ajustando la temperatura inicial, la
velocidad de enfriamiento, y el número máximo de iteraciones por cada temperatura.
El número de éxitos es un parámetro de control de interrupción del bucle para cada
temperatura. Si se alcanza el número de éxitos antes de completar el bucle, se inte-
rrumpe este y se pasa a la siguiente temperatura.
Dowsland y Adenjo (2003) comentan que para poder implementar el algoritmo
SA en un problema concreto, es preciso tomar una serie de decisiones, que pueden
ser divididas en genéricas y específicas. Ambos tipos de decisiones hay que tomarlas
con cuidado pues ejercen una gran influencia sobre la calidad de las soluciones. Las
genéricas se refieren principalmente a cómo controlar la temperatura (temperatura
inicial y función de descenso), el número de iteraciones, Nrep, antes del descenso de
temperatura, y las condiciones que nos permitirán considerar que el sistema está ya
frío. En concreto, estas decisiones genéricas son:
•  emperatura inicial: hay que elegirla de tal modo que la solución óptima sea
T
independiente de la temperatura inicial.
•  elocidad de enfriamiento: viene dada por el número de repeticiones Nrep y
V
por la velocidad a la que se realiza el enfriamiento. Se tratará detenidamente
más adelante.
•  emperatura final: se sugiere detener la búsqueda cuando se haya producido
T
un número determinado de iteraciones sin ninguna aceptación.
Las decisiones específicas comprenden la definición del espacio de soluciones y
la estructura de los entornos, la función de coste, y cómo se obtiene la solución ini-
cial. Así pues, las decisiones específicas consisten en:
• D  efinición del espacio de soluciones.
• Estructura
 de los entornos: cualquier solución debe ser alcanzable a través de
otra mediante una cadena de movimientos válidos.
• S  olución inicial: debe ser generada de modo aleatorio.
Optimización de absorbentes multicapa 203

Como podemos ver, el SA es un algoritmo muy fácil de entender pero difícil de


aplicar (Triki et al., 2005). El operario tiene que sintonizar muchos parámetros, sin
una regla clara de cómo reducir la temperatura o presentar nuevas configuraciones. A
continuación profundizamos más sobre estos aspectos del SA.

9.2.1. El algoritmo de Metropolis


Metropolis et al. (1953) publicaron un algoritmo de computación rápida que es-
taba basado en la mecánica estadística. Se consideraba un sistema de N partículas en
una posición aleatoria en un cuadrado (espacio de configuraciones 2N-dimensional)
y se trataba de determinar cómo evoluciona desde un estado a otro, tratando de en-
contrar el estado de mínima energía. La forma más sencilla de hacerlo sería poner
cada una de las N partículas en una posición aleatoria en el cuadrado, calcular su
energía, y darle a este estado un peso exp(-E/kT). Sin embargo, este método no es
práctico, ya que con una probabilidad alta elegiríamos una configuración con valor
de exp(-E/kT) muy pequeño, y por tanto con muy poco peso.
El método propuesto es una variación del esquema de Monte Carlo. En lugar de
elegir aleatoriamente las configuraciones y ponderarlas después con la función exp(-
E/kT), se eligen las configuraciones con una probabilidad exp(-E/kT) y se ponderan
uniformemente. Esto se hace como sigue. Se sitúan N partículas en cualquier confi-
guración, por ejemplo, en una celosía regular. A continuación se mueve cada una de
las partículas en una sucesión de acuerdo con la prescripción siguiente

donde α es el desplazamiento máximo permitido, y ξ1 y ξ2 son números aleatorios en


el intervalo [-1,1]. Después de mover una partícula, es igualmente probable estar en
cualquier sitio del cuadrado de lado 2α centrado alrededor de su posición original.
A continuación se calcula el cambio de energía del sistema ΔE, causado por este
movimiento. Si ΔE<0, es decir, si el sistema se mueve a un estado de menor energía,
se permite el movimiento y se acepta la nueva posición. Si ΔE>0, se permite el mo-
vimiento con probabilidad exp(-ΔE/kT); es decir, se toma un número 0≤ ξ3 ≤1, y si
ξ3 < exp (-ΔE/kT) se mueve la partícula a su nueva posición. Si ξ3 > exp (-ΔE/kT) se
vuelve a la posición antigua. Entonces, independientemente de que se permita o no el
movimiento, es decir, aunque se esté en la posición nueva o antigua, se considera que
se está siempre en una nueva configuración para el propósito de tomar promedios.
El método descrito elige nuevas configuraciones con una probabilidad exp(-E/
kT). Ya que se permite que la partícula se mueva a cualquier sitio de un cuadrado
centrado en la posición antigua, de lado 2α con probabilidad finita, es claro que un
número de movimientos suficientemente grande le permitirá alcanzar cualquier punto
del cuadrado. Como esto es verdad para cualquiera de las partículas, se puede alcan-
zar cualquier punto en el espacio de configuraciones. Es decir, el proceso es ergódico.
Este esquema general de seguir siempre la dirección descendente, pero algunas
veces elegir la ascendente, se conoce como algoritmo de Metropolis. La figura 9.1
204 Absorción del sonido

muestra el principio de funcionamiento del algoritmo de Metropolis para el caso sen-


cillo de una función de una variable.

f(x)

f(xi+1)>f(xi)
puede ser aceptada según
Metropolis
f(xi+1)<f(xi)
se acepta
incondicionalmente

Solución
actual f(xi)

Mínimo
local

Mínimo global

Figura 9.1. Ilustración del principio del algoritmo de Metropolis para el caso
de una función de una variable.

9.2.2. La estructura del entorno


Este concepto tiene que ver con la forma en que se le presentan al algoritmo las
configuraciones. Para ello, es necesario definir la configuración inicial, y el paso de una
configuración a otra suficientemente próxima. La configuración inicial puede elegirse
de manera aleatoria. Para pasar de una configuración a otra próxima se han usado dife-
rentes estrategias. Según Cerny (1985) el concepto de proximidad entre configuracio-
nes debe ser especificado en cada problema concreto. Este es un aspecto importante,
que diferencia un proceso de Monte Carlo de uno de recocido simulado. En un proceso
de Monte Carlo, el paso de una configuración a otra es puramente aleatorio. Permitien-
do una cierta proximidad entre configuraciones posibles se puede alcanzar la solución
óptima más rápidamente. Esto es un arma de doble filo, sin embargo, ya que una proxi-
midad excesiva puede hacer que caigamos en un mínimo local.
Brooks y Morgan (1995) proponen una manera sencilla de implementar el con-
cepto de proximidad, para el problema de encontrar el mínimo global de una función
f(x1,x2,…,xp) de p variables. Se parte de la función en una configuración i, dada por
f(x1i,x2i,…,xpi), se elige aleatoriamente una de las variables, por ejemplo xni, y se cambia
aleatoriamente al valor xnj, obteniéndose así la configuración nueva f(x1i,x2i,…,xnj..., xpi).
Así pues, la nueva configuración tiene los mismos valores de todas las variables
excepto una.
En una de las aplicaciones más conocidas del SA, el problema del viajante, una
configuración es una permutación de las ciudades {1,2,…,N}, interpretadas como el
Optimización de absorbentes multicapa 205

orden en el que son visitadas. Press et al. (1986) proponen dos procedimientos para
pasar de una configuración a otra:
•  liminar una sección de la trayectoria, y sustituirla por las mismas ciudades
E
recorridas en sentido contrario.
• 
Eliminar una parte de la trayectoria, y reemplazar en ella dos ciudades de
otra trayectoria elegidas aleatoriamente.

9.2.3. El horario de enfriamiento


El horario de enfriamiento incluye la temperatura inicial y la función que regula el
descenso de temperatura (la velocidad de enfriamiento). La temperatura inicial tiene
que ser suficientemente alta como para que no condicione el resultado final del algo-
ritmo. La función de descenso de la temperatura que garantiza la convergencia del re-
cocido simulado hacia la solución óptima tiene la forma (Bertsimas y Tstsihlis, 1993)

(9.2)

donde d es una constante positiva, d≥d*, siendo d* una medida de la dificultad para
que la función de coste escape de un mínimo local (por ejemplo, d* puede ser defi-
nido como la diferencia entre un máximo local y un mínimo local en el entorno de la
función de coste en cada paso).
Esta velocidad de enfriamiento garantiza la convergencia hacia la solución óptima,
pero no es de fácil aplicación, pues no es sencillo conocer el valor de d* en cada paso.
Por otra parte, da lugar a un algoritmo muy lento. Por eso se han propuesto otras funcio-
nes. La velocidad de descenso más usada en los algoritmos SA es la función geométrica
(9.3)

donde 0<a<1. Una intercomparación entre los diferentes horarios de enfriamiento permitió
concluir que todos convergen a la misma solución con probabilidad 1 (Triki et al., 2005).
Vicente et al. (2003) propusieron un algoritmo, denominado recocido simulado
termodinámico (TSA), que usaba un horario de enfriamiento derivado de las leyes de
la termodinámica. A diferencia del SA, el TSA evoluciona libremente y su valor es
actualizado continuamente a partir de la variación de funciones de estado, como la
energía interna y la entropía. De este modo, el TSA consigue los resultados de alta
calidad del SA, proporcionando interesantes rasgos adaptativos.

9.2.4. La condición de parada


Existen varios criterios para finalizar el SA:
• C  uando se alcance la temperatura mínima del sistema.
• C  uando no se obtenga una solución mejor después de un determinado núme-
ro de iteraciones.
206 Absorción del sonido

Teóricamente, la temperatura final debería ser cero, pero en la práctica se suele alcanzar
el mínimo global antes de llegar a la temperatura cero. Por lo tanto, si se fija esta tempe-
ratura final en una muy baja, gastaremos mucho tiempo de búsqueda en las fases finales,
que podría ser mejor aprovechado a temperaturas más altas. Por el contrario, si se fija esta
temperatura final en una muy alta, es posible que la búsqueda finalice en un óptimo local.
Dowsland y Adenso (2003) sugieren que para llegar con probabilidad θ a una
solución que esté a una distancia menor que ϵ de la óptima, hay que parar a una
temperatura

(9.4)

donde S es el conjunto de soluciones. Otros sugieren detener la búsqueda simple-


mente cuando se haya producido un número determinado de iteraciones sin ninguna
aceptación de una configuración mejor.

9.3. OPTIMIZACIÓN DE UN MPP MÚLTIPLE


POR RECONOCIDO SIMULADO

En el capítulo 8 hemos visto que para ensanchar la banda de frecuencias de absorción


de un absorbente microperforado hay que diseñar MPP múltiples. Dados los parámetros
constitutivos de cada uno de los paneles, y los espesores de las cavidades, se puede encon-
trar la curva de absorción correspondiente. Pero nos podemos preguntar: ¿Cuáles son los
valores de los parámetros que proporcionan las curvas de absorción óptimas de un MPP
doble múltiple? Este problema lo abordaremos a continuación usando el recocido simulado.
Antes de nada, es necesario definir el criterio por el cual consideramos un MPP
óptimo. En primera instancia, se puede considerar un criterio de optimización basa-
do en el valor medio de la curva de absorción dentro de una banda determinada de
frecuencias. Para buscar el MPP óptimo se puede aplicar un método de búsqueda
exhaustiva, dentro de unos márgenes de variación de los parámetros.
A modo de ejemplo, la búsqueda exhaustiva de la configuración óptima de un
MPP sencillo, en los márgenes d ϵ [0.01,1]mm, t ϵ [0.1,1]mm, ϕ ϵ [0.1,15]%, man-
teniendo fijo D=2 cm, cuando el criterio de optimización era el máximo coeficiente de
absorción promedio en la banda (500,2000) Hz, ha sido (dopt,topt,ϕopt)=(0.2 mm,0.97
mm,2.5 %). El programa, que ha buscado entre 106 configuraciones posibles, ha tar-
dado 3.1 horas en un PC. La figura 9.2 muestra el resultado.
Como puede verse, ha resultado una curva desplazada hacia las altas frecuencias.
Por tanto, habría que refinar el criterio de optimización. No basta con darle las fre-
cuencias inicial y final de la banda de optimización. Posiblemente, habría que fijar
también la frecuencia del pico de la curva, f0. O también, habría que asegurarse de
que las frecuencias inicial y final de la banda de optimización coincidiesen con las
frecuencias para mitad de absorción que proporciona Maa (1998).
Optimización de absorbentes multicapa 207

1
α0
α1
0.9
α2

0.8

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 9.2. Coeficientes de absorción en incidencia normal y difusa de un MPP


con (d,t,ϕ, D)=(0.2 mm,0.97 mm,2.5 % ,2 cm).
1
α0

0.9 α1
α2

0.8

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 9.3. Coeficientes de absorción en incidencia normal y aleatoria de un MPP


con (d,t,ϕ,D)=(0.34 mm, 0.36 mm, 0.55 % ,2 cm).
208 Absorción del sonido

Probemos otro criterio de optimización. Sea ahora (f1,f2) la banda de frecuencias


entre las que puede estar el pico de la curva de absorción. Para cada una de las 106
configuraciones posibles, miremos primero si el pico esta dentro del margen (f1,f2).
De entre estas configuraciones, busquemos la que proporciona la absorción promedio
más alta entre las frecuencias de mitad de absorción. El resultado de este proceso, para
d ϵ [0.01,1]mm, t ϵ [0.1,1]mm, ϕ ϵ [0.1,15]%,, D=2 cm, y (f1,f2)=(900,1100) Hz, se
muestra en la figura 9.3. La configuración óptima resultante ha sido (dopt,topt,ϕopt)=(0.34
mm,0.36 mm,0.55 %). El programa, que ha buscado entre 106 configuraciones posibles,
ha tardado 3.15 horas. La curva de absorción en incidencia normal resultante tiene el
máximo en 1011 Hz, y las frecuencias de corte a absorción mitad son (713, 1492) Hz.
De esta discusión puede concluirse lo siguiente:
• E  l resultado del proceso de búsqueda exhaustiva depende mucho del criterio
de optimización.
• Posiblemente,
 este proceso de búsqueda exhaustiva no sea aplicable a MPP
múltiples, ya que el número de configuraciones posibles crece de forma
combinatoria.
Es razonable, por tanto, intentar aplicar el método del recocido simulado al pro-
blema de la optimización de MPP múltiples.

9.3.1. Optimización de un DL-MPP por recocido simulado


Para poder aplicar el SA a la optimización de un MPP doble necesitamos definir:
• Las configuraciones posibles, la configuración inicial y el mecanismo de
paso de una configuración próxima.
• La función objetivo a minimizar.
• El horario de enfriamiento: temperaturas inicial y final, y la función de descenso.
• El criterio de parada.
Las configuraciones posibles son todas las que resultan de variar los parámetros
(d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2), dentro de unos márgenes razonables. Estas 8 variables son
continuas y pueden ser discretizadas. Por ejemplo, sean

(9.5)
Optimización de absorbentes multicapa 209

donde linspace(a,b,c) es una función de MATLAB que discretiza una variable entre
los valores de a y b, en c puntos. El número de configuraciones posibles es entonces
Nconf=Nd1 . Nd2 . Nt1 . Nt2 . Nϕ1 . Nϕ2 . ND1 . ND2. Si, por ejemplo, asumimos

(9.6)

el número de configuraciones posibles será Nconf=1.6 109, es decir 1600 millones de


configuraciones. Si tratamos de definir una matriz de configuraciones que pueda ser
usada por MATLAB, excederemos la máxima memoria asignada al mismo.
Pensemos en otro procedimiento. Para la configuración inicial podemos obtener
valores aleatorios para cada una de las variables, entre los valores mínimo y máxi-
mo. Por ejemplo, la función amin+rand*(amax-amin) proporciona un valor aleatorio de
a entre amin y amax. Nótese que de este modo, estamos usando variables continuas en
lugar de discretas. Cuando se hace para cada una de las 8 variables se obtiene una
combinación aleatoria de las mismas. Un ejemplo en MATLAB para una combina-
ción aleatoria entre los márgenes establecidos en la ecuación (9.6) sería (d1=0.0003,
d2=0.0007, t1=0.0012, t2=0.0031,ϕ1=0.0797, ϕ2=0.2192, D1=0.0051, D2=0.0085).
Una vez elegida aleatoriamente, debemos decidir como pasamos de una a otra.
Obviamente, podemos elegir otra configuración aleatoria, pero esto daría lugar a un
algoritmo menos eficiente, según hemos visto más arriba. Una forma de elegir una
configuración del entorno próximo de la anterior sería variar ligeramente una de las
8 variables elegidas aleatoriamente. Esto se puede hacer definiendo un orden para las
variables que no se altere a lo largo del algoritmo, usando la función de MATLAB
ceil (rand*8). Esta función elige un número entero aleatorio entre 1 y 8, que es el nú-
mero de variables. Una vez elegida la variable que queremos variar, podemos aplicar
de nuevo la función amin+rand*(amax-amin) para obtener el nuevo valor de la misma.
Por lo que respecta a la función de coste, esta puede ser el valor medio del coefi-
ciente de absorción dentro de la banda definida por (f1,f2). Inicialmente, elegimos una
función de descenso de temperatura geométrica. El horario de enfriamiento viene deter-
minado por las temperaturas inicial y final, por el factor de enfriamiento, por el número
de repeticiones dentro de la misma temperatura, y por el número de éxitos que permiten
pasar a una temperatura siguiente, sin necesitar de agotar todas las repeticiones. Por
último, el criterio de parada se establece en base a dos opciones: que se alcance la tem-
peratura final, o que se llegue a una temperatura lo suficientemente fría como para que,
en el número de repeticiones establecido, no se encuentre ninguna configuración mejor.
210 Absorción del sonido

0.8

0.6
αopt

0.4

Busqueda exhaustiva
β=0.80
β=0.85
0.2
β=0.90
β=0.95
β=0.99

0
2000 4000 6000 8000 10000

Frecuencia (Hz)

Figura 9.4. Curvas de absorción óptima, obtenidas por búsqueda exhaustiva


y por recocido simulado, para (f1,f2)=(500,10000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, Nrep=300 y Nexitos=50.

Busqueda exhaustiva
0.9 β=0.80
β=0.85
0.8 β=0.90
β=0.95
β=0.99
0.7

0.6
αmean

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
0 2 4 6 8 10 12 14 16
Configuración ensayada x 105

Figura 9.5. Valores promedios de las curvas de absorción en la banda (f1,f2)=(500,10000) Hz


(función de coste), obtenidos por búsqueda exhaustiva y por recocido simulado para,
Tini=1,Tfin=0.0001, Nrep=300 y Nexitos=50.
Optimización de absorbentes multicapa 211

La figura 9.4 muestra las curvas de absorción óptimas conseguidas por bús-
queda exhaustiva y recocido simulado. La figura 9.5 muestra los valores de la
función de coste de cada una de las configuraciones ensayadas en el programa
de búsqueda exhaustiva, con el valor óptimo encontrado por recocido simula-
do superpuesto. La Tabla 9.2 muestra los valores óptimos de los parámetros
encontrados por búsqueda exhaustiva y por recocido simulado. Como indica
la Tabla, la mejor absorción promedio óptima se consiguió con un β=0.95.
Así pues, mediante el recocido simulado, hemos sido capaces de encontrar
una solución mejor que por búsqueda exhaustiva, en un tiempo menor (casi la
octava parte, véase Tabla 9.2) obteniendo unos parámetros óptimos dentro del
margen esperado.
Llama la atención el hecho de que el valor medio de la curva de absorción
en la banda (500, 10000) (función de coste) con β=0.95, es mayor en el caso
del recocido simulado (véase figura 9.5). En concreto, la absorción promedio
óptima es 0.6540 para el caso del recocido simulado, y 0.6539 para el caso de
la búsqueda exhaustiva. Esto tiene una explicación. Por problemas de limita-
ción de memoria del ordenador, en el caso de la búsqueda exhaustiva se discre-
tizan las variables, mientras que en el recocido simulado dichas variables son
continuas. El número de combinaciones ensayadas por búsqueda exhaustiva ha
sido 6 8=1679616.

TABLA 9.2. CONFIGURACIÓN ÓPTIMA CONSEGUIDA POR BÚSQUEDA


EXHAUSTIVA Y RECOCIDO SIMULADO PARA UN MPP DOBLE
Parámetro
α
d1 t1 f1 D1 d2 t2 ϕ2 D2 tiempo
  promedio
(mm) (mm) (%) (cm) (mm) (mm) (%) (cm) (s)
óptimo
Búsqueda
0.25 2.3 25 0.5 0.25 4.1 15.2 0.5 27969 0.6539
Exhaustiva
Recocido
Simulado 0.25 2.27 23.37 0.53 0.25 4.77 16.94 0.51 842.39 0.6508
β=0.80
Recocido
Simulado 0.25 1.80 19.83 0.55 0.25 4.97 18.10 0.56 1134.0 0.6512
β=0.85
Recocido
Simulado 0.25 2.33 24.80 0.56 0.25 4.90 18.42 0.52 1773.7 0.6535
β=0.90
Recocido
simulado 0.25 2.30 24.96 0.56 0.25 4.87 18.02 0.52 3685.7 0.6540
β=0.95
Recocido
Simulado 0.25 2.30 24.93 0.57 0.25 4.60 17.43 0.56 23609 0.6537
β=0.99
212 Absorción del sonido

La figura 9.6 muestra el tiempo de procesado para los diferentes valores de β


pudiéndose apreciar el incremento del tiempo para valores de β más elevados. A
continuación, dejando β=0.95 como velocidad de enfriamiento se decidió variar el
número de repeticiones de cada configuración entre 200 y 400 con incrementos de
50. Los resultados se muestran en la figura 9.7 y se resumen en la Tabla 9.3. La mejor
absorción promedio óptima se consiguió con 200 repeticiones. Los valores de los
parámetros encontrados con un β=0.95 y Nrep=200 son aceptables y se encuentran
dentro de los valores deseados.

TABLA 9.3. CONFIGURACIÓN ÓPTIMA OBTENIDA POR RECOCIDO SIMULADO


PARA UN MPP DOBLE CON DIFERENTE NÚMERO DE REPETICIONES
Parámetro

α
d1 t1 f1 D1 d2 t2 ϕ2 D2 tiempo
  promedio
(mm) (mm) (%) (cm) (mm) (mm) (%) (cm) (s)
óptimo

β=0.95,
0.25 2.31 24.76 0.57 0.25 4.94 18.23 0.55 2794.3 0.6543
Nrep=200
β=0.95,
0.25 2.39 24.86 0.58 0.25 4.89 19.27 0.60 3167.4 0.6534
Nrep=250
β=0.95,
0.25 2.30 24.96 0.56 0.25 4.87 18.02 0.52 3685.7 0.6540
Nrep=300
β=0.95,
0.25 2.05 23.33 0.58 0.25 4.82 18.35 0.51 5058.3 0.6530
Nrep=350
β=0.95,
0.25 2.20 23.93 0.56 0.25 4.99 18.82 0.57 5658.7 0.6539
Nrep=400

Por último, se varió el número de éxitos aceptados para cada configuración con
valores entre 25 y 75. La Tabla 9.4 muestra que la mejor absorción promedio obte-
nida fue de 0.6543, correspondiente a un número de éxitos igual a 50. Hasta el mo-
mento, es la absorción más alta conseguida y el programa tardó 2794.3 s en encontrar
los parámetros óptimos, es decir, casi 10 veces menos que por búsqueda exhaustiva.
La figura 9.8 muestra las curvas de absorción para diferentes números de éxitos y
Nrep=200.
De esta manera hemos hallado los parámetros óptimos para un MPP doble
(d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2)=(0.25 mm,2.31 mm,24.76 %,0.57 cm,0.25 mm,4.94 mm,18.23
%,0.55 cm) con el siguiente horario de enfriamiento:

Temperatura inicial: 1
Temperatura final: 0.0001
Factor de enfriamiento: 0.95
Número de iteraciones: 200
Número de éxitos: 50
Optimización de absorbentes multicapa 213

0,99

0,95

0,9
β

0,85

0,80

102 103 104 105


Tiempo (s)

Figura 9.6. Tiempos de procesado obtenidos por recocido simulado para diferentes valores de β,
con (f1,f2)=(500,10000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, Nrep=300 y Nexitos=50.

0.8

0.6
αopt

0.4

Nrep=200
Nrep=250
0.2
Nrep=300
Nrep=350
Nrep=400
0
0 2000 4000 6000 8000 10000
Frecuencia (Hz)

Figura 9.7. Curvas de absorción óptima, obtenidas por recocido simulado,


para (f1,f2)=(500,10000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, β=0.95 y Nexitos=50.
214 Absorción del sonido

TABLA 9.4. CONFIGURACIÓN ÓPTIMA OBTENIDA POR RECOCIDO SIMULADO


PARA UN MPP DOBLE CON DIFERENTE NÚMERO DE ÉXITOS
Parámetro
α
d1 t1 f1 D1 d2 t2 ϕ2 D2 tiempo
  promedio
(mm) (mm) (%) (cm) (mm) (mm) (%) (cm) (s)
óptimo
β=0.95,
0.25 2.30 24.62 0.55 0.25 4.98 18.79 0.55 2186.6 0.6538
Nexitos=25
β=0.95,
0.25 2.06 23.15 0.58 0.25 4.95 19.17 0.55 2419.6 0.6535
Nexitos=35
β=0.95,
0.25 2.31 24.76 0.57 0.25 4.94 18.23 0.55 2794.3 0.6543
Nexitos=50
β=0.95,
0.25 2.32 24.92 0.55 0.25 4.89 17.59 0.50 3082.80 0.6528
Nexitos=75

Para optimizar aún más el tiempo de procesado, se cambió la cantidad de puntos a la


que estaba trabajando el vector de la frecuencia, reduciéndola de 10000 a 1000. Como se
puede apreciar en la Tabla 9.5, el tiempo disminuye considerablemente (401.98 s) pero
los parámetros óptimos no varían demasiado y la absorción promedio tampoco mejora,
es decir que a excepción del tiempo de procesado, los resultados son prácticamente los
mismos. Esto se puede apreciar en la figura 9.10 donde las curvas de absorción se su-
perponen. Por esta razón, se acepta la primera solución con 10000 puntos como mejor
opción ya que la absorción promedio es mejor y el tiempo de cómputo es admisible.
Como podemos ver en la figura 9.9, la curva de absorción obtenida por recocido
simulado está ligeramente desplazada hacia las bajas frecuencias con respecto a la
curva obtenida por búsqueda exhaustiva, en especial a partir de los 5000 Hz.
Ruiz et al. (2011) realizaron la verificación experimental de un DL-MPP optimi-
zado por recocido simulado. Los rangos de variación para los parámetros de ambos
paneles fueron d1,2 ϵ [0.25, 0.75]mm, t1,2 = 1mm, ϕ1,2 ϵ [3.4,8.5]%, D12 ϵ [1,5]cm. La
figura 9.11a ilustra la evolución de la temperatura y de la función objetivo (la absorción
promedio del DL-MPP) del algoritmo. Inicialmente, cuando la temperatura es alta, hay
una probabilidad alta de aceptar una configuración con menos absorción promedio. Sin
embargo, a medida que desciende la temperatura, también disminuye la probabilidad de
encontrar una configuración con menos absorción, hasta que finalmente, solo se acep-
tan configuraciones mejores. Es de esta manera que se llega a la solución óptima, muy
próxima a la configuración de máxima absorción encontrada por búsqueda exhaustiva.

TABLA 9.5. CONFIGURACIÓN ÓPTIMA OBTENIDA POR RECOCIDO SIMULADO


PARA UN MPP DOBLE CON DIFERENTE NÚMERO DE PUNTOS.
Parámetro
d1 t1 ϕ1 D1 d2 t2 ϕ2 D2 tiempo 〈α〉
 
(mm) (mm) (%) (cm) (mm) (mm) (%) (cm) (s) óptimo
10000 puntos 0.25 2.31 24.76 0.57 0.25 4.94 18.23 0.55 2794.3 0.6543
1000 puntos 0.25 2.31 24.78 0.56 0.25 4.46 16.60 0.56 401.98 0.6525
Optimización de absorbentes multicapa 215

0.8

0.6
αopt

0.4

Nexitos=25

0.2 Nexitos=35
Nexitos=50
Nexitos=75

0 2000 4000 6000 8000 10000


Frecuencia (Hz)

Figura 9.8. Curvas de absorción óptima, obtenidas por recocido simulado, para
(f1,f2)=(500,10000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, β=0.95 y Nrep=200.

0.8

0.6
αopt

0.4

0.2

Busqueda Eshaustiva
Recocido Simulado
0
0 2000 4000 6000 8000 10000
Frecuencia (Hz)

Figura 9.9. Curvas de absorción óptima, obtenidas por búsqueda exhaustiva y por recocido
simulado, para (f1,f2)=(500,10000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, β=0.95, Nrep=200 y Nexitos=50.
216 Absorción del sonido

0.8

0.6
αopt

0.4

0.2
10000 puntos
1000 puntos

0
0 2000 4000 6000 8000 10000
Frecuencia (Hz)

Figura 9.10. Curvas de absorción óptima, obtenidas por recocido simulado, para
(f1,f2)=(500,10000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, β=0.95, Nrep=200 y Nexitos=50.

1
(a)
0.8

0.6
<α>

0.4
T
0.2 <αopt>SA
<αopt>ES
0
500 1000 1500 2000 2500 3000
Configuración con éxito

1
(b)
0.8

0.6
α

0.4

0.2 αSA
αES
0
0 1000 2000 3000 4000 5000 6000
Frecuencia (Hz)

Figura 9.11. (a) Evolución de la temperatura y función objetivo del recocido simulado (SA), y (b)
curvas de absorción obtenidas por recocido simulado (SA) y búsqueda exhaustiva (ES) para el
caso de un D L-MPP con (f1,f2)=(800,6400) Hz, Tini=1, Tfin=0.0001, bβ=0.95, Nrep=250, Nexitos=25.
Optimización de absorbentes multicapa 217

La figura 9.11b muestra la curva de absorción del DL-MPP óptimo encontrado


por SA y por ES. Las dos curvas son prácticamente indistinguibles.
La Tabla 9.6 resume los parámetros óptimos encontrados por ES y SA. Como se
puede ver, las porosidades obtenidas varían ligeramente de un caso a otro. La optimi-
zación por SA resulta en una curva de absorción que difiere en 1% con respecto a la
solución óptima encontrada por ES. Sin embargo, mientras que el método ES requie-
re 3227 s para encontrar una solución, el algoritmo SA tarda menos de 16 s en pro-
porcionar una solución bastante aproximada, en un PC con procesador Intel Core i3.

TABLA 9.6. PARÁMETROS CONSTITUTIVOS Y ABSORCIÓN PROMEDIO DEL


DL-MPP CON T1=T2=1 MM ENCONTRADO POR ES SA
Algoritmo MPP1 MPP2
〈α〉
d1(mm) ϕ1(%) D1(cm) d2(mm) f2(%) D2(cm)
ES 0.25 8.5 1.0 0.25 3.4 1.0 0.6662
SA 0.25 8.4 1.0 0.25 3.5 1.0 0.6582

Para validar este diseño, se construyó un DL-MPP partiendo de los dos MPPs
mostrados en la figura 9.12, con los parámetros constitutivos de la Tabla 9.6. La
figura 9.13 muestra superpuestas las curvas de absorción teórica y experimental
de este DL-MPP óptimo como una función de la frecuencia. La curva teórica se
ha obtenido usando el modelo de Maa del DL-MPP (véase capítulo 8). La curva
experimental se midió en un tubo de impedancias de 29 mm de diámetro. Hay un
excelente acuerdo entre las curvas teórica y experimental. Las pequeñas diferencias
son debidas a la fabricación de los MPP, o a errores de la posición del DL-MPP en
el tubo de impedancias.

Figura 9.12. MPPs usados para la validación experimental del DL-MPP. (a) MPP1, (b) MPP2.
218 Absorción del sonido

1
Experimental
Maa
0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
α0

0.4

0.3

0.2

0.1

0
1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000 5500

Frecuencia (Hz)

Figura 9.13. Curva de absorción del DL-MPP con (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2)=(0.25 mm,1 mm,8.4
%,1 cm, 0.25 mm,1 mm,3.4 %,1 cm).

9.3.2. Optimización de un TL-MPP por recocido simulado


De la misma forma que con un MPP doble, se pueden encontrar los parámetros
óptimos para un MPP triple mediante búsqueda exhaustiva. Sin embargo, el tiempo
de procesado crece notablemente, ya que se trata no de 8 sino de 12 parámetros. Al-
gún intento para encontrar los parámetros óptimos de un TL-MPP en un PC tuvo que
ser interrumpido. El algoritmo SA permite obtener un resultado en un tiempo bastan-
te aceptable utilizando como función objetivo la absorción promedio del TL-MPP
en una determinada banda de frecuencias. Ya que al aumentar el número de paneles
se consigue ampliar el ancho de banda, el eje de las frecuencias que se usará en los
ejemplos de esta sección será f=linspace(100,15000,1000).
La figura 9.14 muestra los resultados de un MPP triple con diferentes factores
de enfriamiento, que se resumen en la Tabla 9.7. Las curvas de absorción presentan
resultados bastante similares, de donde se puede concluir que para el caso de paneles
microperforados triples, el pico de absorción para la primera banda de frecuencias se
encuentra por debajo de los 3000 Hz, el segundo alrededor de lo 6000 Hz y el tercer
pico cerca de los 11000 Hz. Las curvas obtenidas con factores de enfriamiento de
0.95 y 0.99 proveen la misma absorción promedio. Sin embargo, con un β=0.95, el
programa tarda menos, por lo que se elegirá dicho valor de β. La figura 9.15 muestra
el tiempo de cálculo como una función del parámetro β.
Optimización de absorbentes multicapa 219

TABLA 9.7. CONFIGURACIÓN ÓPTIMA OBTENIDA POR RECOCIDO SIMULADO


PARA UN MPP TRIPLE CON DIFERENTE FACTOR DE ENFRIAMIENTO.
Parámetro
α
d1 t1 ϕ1 D1 d2 t2 ϕ2 D2 d3 t3 ϕ3 D3 Tiempo
promedio
(mm) (mm) (%) (cm) (mm) (mm) (%) (cm) (mm) (mm) (%) (cm) (s)
óptimo

β=
0.25 1.14 24.01 0.52 0.25 2.51 23.81 0.51 0.25 4.82 20.93 0.64 124.42 0.7161
0.80
β=
0.25 1.11 23.48 0.50 0.25 2.18 2077 0.50 0.25 4.96 20.46 0.57 171.18 0.7167
0.85
β=
0.25 1.10 24.21 0.50 0.25 2.51 23.83 0.50 0.25 4.95 21.94 0.50 269.65 0.7196
0.90
β=
0.25 1.23 24.98 0.50 0.25 2.62 24.81 0.50 0.25 4.68 19.76 0.59 716.79 0.7199
0.95
β=
0.25 1.20 24.39 0.50 0.25 2.73 24.65 0.51 0.25 4.91 21.02 0.58 2722.2 0.7199
0.99

A continuación se varió el número de repeticiones entre 200 y 400 por cada con-
figuración para así encontrar los resultados óptimos en menor tiempo. La figura 9.16
muestra las diferentes curvas de absorción, y la Tabla 9.8 resume los parámetros del
MPP triple óptimo para cada valor de Nrep. La figura 9.17 muestra la evolución del
tiempo de cálculo como una función de Nrep.

TABLA 9.8. CONFIGURACIÓN ÓPTIMA OBTENIDA POR RECOCIDO SIMULADO


PARA UN MPP TRIPLE CON DIFERENTE NÚMERO DE REPETICIONES
Parámetro
α
d1 t1 ϕ1 D1 d2 t2 ϕ2 D2 d3 t3 ϕ3 D3 Tiempo
promedio
(mm) (mm) (%) (cm) (mm) (mm) (%) (cm) (mm) (mm) (%) (cm) (s)
óptimo

Nrep=200 0.25 1.18 24.28 0.50 0.25 2.51 23.57 0.51 0.25 4.99 21.09 0.58 428 0.7186

Nrep=250 0.25 1.21 24.98 0.50 0.25 2.58 23.47 0.50 0.25 4.93 20.59 0.58 499.59 0.7201

Nrep=300 0.25 1.19 24.90 0.50 0.25 2.56 24.35 0.50 0.25 4.68 18.07 0.53 561.15 0.7189

Nrep=350 0.25 1.25 24.85 0.50 0.25 2.75 24.95 0.50 0.25 4.81 19.12 0.56 614.5 0.7193

Nrep=400 0.25 1.18 24.84 0.50 0.25 2.79 24.79 0.50 0.25 4.87 19.58 0.58 678.54 0.7205

Como se puede ver en la Tabla 9.8, la absorción promedio óptima más alta se
obtuvo con 400 repeticiones. Por esta razón, continuando con β=0.95 y Nrep=400, se
varió el número de éxitos por cada configuración entre 25 y 100. La Tabla 9.9 resume
los valores de los parámetros de cada uno de los MPP sencillos, para el MPP triple
óptimo resultante. Las figuras 9.18 y 9.19 muestran, respectivamente, las curvas de
absorción de los MPP triples óptimos resultantes, y la evolución del tiempo de cálcu-
lo con el parámetro Nexitos.
220 Absorción del sonido

0.8

0.6
αopt

0.4

β=0.80
β=0.85
0.2
β=0.90
β=0.95
β=0.99

0 2000 4000 6000 8000 10000 12000 14000


Frecuencia (Hz)

Figura 9.14. Curvas de absorción óptima, obtenidas por recocido simulado,


para (f1,f2)=(500,14000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, Nrep=300 y Nexitos=50.

1
0.99

0.95

0.9
β

0.85

0.8

0 500 1000 1500 2000 2500 3000


Tiempo (s)

Figura 9.15. Tiempos de procesado obtenidos por recocido simulado con diferentes factores de
enfriamiento, para (f1,f2)=(500,14000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, Nrep=300 y Nexitos=50.
Optimización de absorbentes multicapa 221

0.8

0.6
αopt

0.4

Nrep=200
Nrep=250
0.2
Nrep=300
Nrep=350
Nrep=400

2.000 4.000 6.000 8.000 10.000 12.000 14.000


Frecuencia (Hz)

Figura 9.16. Curvas de absorción óptima, obtenidas por recocido simulado,


para (f1,f2)=(500,14000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, β=0.95 y Nexitos=50.

400

350
Nrep

300

250

200
400 450 500 550 600 650 700
Tiempo (s)

Figura 9.17. Tiempos de procesado obtenidos por recocido simulado con diferente número
de repeticiones, (f1,f2)=(500,14000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, β=0.95 y Nexitos=50.
222 Absorción del sonido

TABLA 9.9. CONFIGURACIÓN ÓPTIMA OBTENIDA POR RECOCIDO SIMULADO


PARA UN MPP TRIPLE CON DIFERENTE NÚMERO DE ÉXITOS
Parámetro
α
d1 t1 ϕ1 D1 d2 t2 ϕ2 D2 d3 t3 ϕ3 D3 Tiempo
promedio
(mm) (mm) (%) (cm) (mm) (mm) (%) (cm) (mm) (mm) (%) (cm) (s)
óptimo

Nexitos= 25 0.25 1.29 24.87 0.50 0.25 2.68 24.51 0.50 0.25 4.38 17.57 0.54 471.55 0.7201

Nexitos= 50 0.25 1.18 24.84 0.50 0.25 2.79 24.79 0.50 0.25 4.87 19.58 0.58 678.54 0.7205

Nexitos= 75 0.25 1.17 24.49 0.50 0.25 2.61 24.70 0.50 0.25 4.72 21.12 0.53 761.73 0.7196

Nexitos= 100 0.25 1.20 23.86 0.50 0.25 2.59 24.16 0.50 0.25 4.95 21.73 0.58 833.94 0.7199

0.8

0.6
αopt

0.4

Ne=25
0.2
Ne=50
Ne=75
Ne=100

2.000 4.000 6.000 8.000 10.000 12.000 14.000


Frecuencia (Hz)

Figura 9.18. Curvas de absorción óptima, obtenidas por recocido simulado, para
(f1,f2)=(500,14000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, β=0.95 y Nrep=400.

La mayor absorción promedio se obtuvo con número de éxitos igual a 50 para


cada configuración, en un tiempo inferior a 12 minutos. Así pues, hemos hallado los
parámetros óptimos para un MPP triple con (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,ϕ2,D2,d3,t3,ϕ3,D3) = (0.25
mm, 1.18 mm, 24.84 %, 0.50 cm, 0.25 mm, 2.79 mm, 24.79%, 0.50 cm, 0.25 mm, 4.87
mm, 19.58 %, 0.58 cm) con el siguiente horario de enfriamiento:

Temperatura inicial: 1
Temperatura final: 0.0001
Factor de enfriamiento: 0.95
Número de iteraciones: 400
Número de éxitos: 50
Optimización de absorbentes multicapa 223

100

75
Nexitos

50

25

450 500 550 600 650 700 750 800 850


Tiempo (s)

Figura 9.19. Tiempos de procesado obtenidos por recocido simulado con diferente número de
éxitos, (f1,f2)=(500,14000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, β=0.95 y Nrep=400.

9.3.3. Optimización de un DL-MPP/P por recocido simulado


En esta sección se aplica el algoritmo del recocido simulado a la optimización del
DL-MPP/P descrito en el capítulo 8, con los parámetros de los MPPs variando entre
los márgenes indicados en la Tabla 9.10.

TABLA 9.10. MÁRGENES DE LOS VALORES DE LOS PARÁMETROS PARA LA


OPTIMIZACIÓN DE UN DL-MPP/P
d (mm) t(mm) ϕ (%) D (cm) σ (kN s m-3)
dmin dmax tmin tmax ϕmin ϕmax Dmin Dmax σmin σmax
0.1 5 0.5 3 0.7 10 0.5 5 10 50

Recordemos que el diseño denominado DL-MPP/P (véase capítulo 8) consta de


los siguientes elementos (figura 9.20):
•  n primer panel microperforado (MPP), de parámetros (d1,t1,f1).
U
•  n panel de nido de abeja, de espesor D1.
U
•  n segundo MPP, de parámetros (d2,t2,f2).
U
•  na capa de material poroso, de resistividad al flujo σ y espesor D2.
U
•  n fondo rígido.
U
224 Absorción del sonido

Nido de abeja

Capa porosa

Incidencia del
sonido

MPPs

Figura 9.20. Componentes del DL-MPP/P.

El proceso de optimización ha consistido en encontrar la combinación óptima de


estos 9 parámetros, dentro de los márgenes de variación establecidos, que proporcio-
nan la máxima absorción promedio, en la banda de frecuencias (500 Hz, 14 kHz). Ya
que el algoritmo del recocido simulado depende de los valores del horario de enfria-
miento, se ha analizado el efecto que tienen en la solución los siguientes parámetros:

β factor de enfriamiento
Nrep número de repeticiones para cada temperatura
Nexitos 
número de éxitos para interrumpir prematuramente la búsqueda a
una temperatura

Las figuras 9.21-9.23 muestran las curvas de absorción óptimas resultantes, para
diferentes valores de estos parámetros. De este estudio se deduce que se obtiene el
funcionamiento óptimo del recocido simulado cuando:

Temperatura inicial: 1
Temperatura final: 0.0001
Factor de enfriamiento: 0.95
Número de iteraciones: 200
Número de éxitos: 50

Estos valores del recocido simulado proporcionan una curva de absorción óptima
para los parámetros del DL-MPP/P (d1,t1,ϕ1,D1,d2,t2,f2,D2,σ)=(0.17 mm,0.50 mm,9.99
%,0.5 cm,0.17 mm,0.50 mm,9.99 %,4.02 cm, 40237 N s m-3) en un tiempo de 400
segundos y con una absorción promedio óptima del 89 %.
Optimización de absorbentes multicapa 225

0.8

0.6
αopt

0.4

β=0.80
0.2 β=0.85
β=0.90
β=0.95

0 2.000 4.000 6.000 8.000 10.000 12.000 14.000


Frecuencia (Hz)

Figura 9.21. Curva de absorción óptima obtenida por recocido simulado para un DL-MPP/P con
(f1,f2)=(500,14000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, Nrep=200 y Nexitos=50.

0.8

0.6
αopt

0.4

0.2
Nrep=200
Nrep=300
Nrep=400
0
0 2.000 4.000 6.000 8.000 10.000 12.000 14.000

Frecuencia (Hz)

Figura 9.22. Curva de absorción óptima obtenida por recocido simulado para un DL-MPP/P
(f1,f2)=(500,14000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, β=0.95 y Nexitos=50.
226 Absorción del sonido

0.8

0.6
αopt

0.4

0.2
Ne=25
Ne=50
Ne=75

0
0 2.000 4.000 6.000 8.000 10.000 12.000 14.000

Frecuencia (Hz)

Figura 9.23. Curva de absorción óptima obtenida por recocido simulado para un DL-MPP/P con
(f1,f2)=(500,14000) Hz, Tini=1,Tfin=0.0001, β=0.95 y Nrep=200.

9.4. REFERENCIAS

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10.  ABSORCIÓN DEL SUELO

10.1. INTRODUCCIÓN

El suelo tiene un efecto notable en la propagación del sonido en exteriores. Dada una
fuente sonora a una cierta altura sobre el suelo, el campo acústico en un receptor dado
será la superposición del sonido directo proveniente de la fuente sonora y el reflejado en
el suelo. La onda reflejada en el suelo estará determinada por su impedancia de entrada.
En los capítulos anteriores hemos analizado exhaustivamente la reflexión en una
superficie plana sobre la que incide un campo de ondas planas. Conociendo la impe-
dancia de entrada a la superficie plana, se podía calcular el coeficiente de reflexión de
onda plana, en incidencia oblicua o aleatoria, y de aquí, su coeficiente de absorción
como una función de la frecuencia. Para los suelos, se ha puesto en evidencia que
el modelo de reflexión de onda plana proporciona un coeficiente de reflexión que no
concuerda con las medidas experimentales. En este caso, es menester considerar un
modelo de onda esférica (Attenborough et al., 2007).
El objetivo de este capítulo es profundizar en el modelo de reflexión de onda esférica
en suelos. Al igual que en el caso del modelo de onda plana, para calcular el campo de
ondas reflejado en el suelo se requiere un modelo de impedancia. A tal efecto, el suelo
puede ser homogéneo, tanto en la dirección horizontal como en la vertical, o heterogéneo
(estratificado en la dirección vertical y/o discontinuo en la dirección horizontal). Se ha
comprobado que la mayor parte de los suelos se comportan como si fueran de reacción
local. Sin embargo, suelos de resistividad al flujo baja (<10 kN s/m4), tales como nieve,
bosques o pavimentos porosos, se comportan como si fueran de reacción volumétrica.
Cada una de las capas del suelo puede ser caracterizada por un modelo de impe-
dancia de un solo parámetro (la resistividad al flujo), dos parámetros (la resistividad
al flujo y la tasa de cambio de la porosidad con la profundidad), tres parámetros (la
resistividad al flujo, porosidad y tortuosidad), o cuatro parámetros (la resistividad al
flujo, tortuosidad, porosidad y factor de forma).
A continuación se profundiza un poco más en cada uno de estos modelos.

10.2. PROPAGACIÓN DE ONDA ESFÉRICA


SOBRE SUELO ABSORBENTE

Attenborough (2002) describe un modelo de propagación de onda esférica, en el


que se basa la norma ANSI S1.18 (1999). Sea la configuración de la figura 10.1, con
230 Absorción del sonido

un receptor separado de la fuente una distancia R1. La onda incide en el suelo con un
ángulo θ. En el receptor, la presión acústica será la resultante de la señal directa, que
viene de la fuente, más la señal reflejada en el suelo, que viene desde una distancia
R2. Si aplicáramos un modelo de onda plana, p=pd+Rp pr, siendo Rp el coeficiente de
reflexión de onda plana.

Receptor

R1

Fuente
hr

R2
hs θ

Fuente imagen

Figura 10.1. Geometría para el estudio de propagación de ondas esféricas sobre el suelo.

Para suelos duros, Zs, la impedancia del suelo, es mucho mayor que Z0, la
impedancia del aire, Rp≈1, y la presión acústica en el receptor se duplicaría. En
incidencia rasante (θ≈0), sin embargo, Rp≈-1, y la presión acústica en el receptor
se anularía, en contra de lo que se obtiene en medidas experimentales. Esta pa-
radoja se resuelve considerando un modelo de propagación de ondas esféricas,
según el cual

(10.1)

donde

(10.2)

es el coeficiente de reflexión de onda esférica en el suelo. La contribución del segun-


do término de la ecuación (10.2) al campo total en el receptor tiene en cuenta que los
frentes de onda son esféricos, en lugar de planos. Esta contribución también se deno-
Absorción del suelo 231

mina onda de tierra; w es una variable compleja denominada distancia numérica,


definida como (Attenborough, 2002)

(10.3)

β es la admitancia normalizada del suelo, F(w) es la función de pérdidas en el suelo,


cuya expresión es
(10.4)

siendo erfc la función de error complementaria. Nótese que w depende de la frecuen-


cia a través de k = 2πf / c0.
Si tanto la fuente como el receptor estuviesen sobre el suelo, entonces

(10.5)

donde r es la distancia emisor-receptor, figura 10.1. La ecuación (10.5) es la que permite la


interpretación de F(w) como un factor de pérdidas en el suelo. La función F(w) definida en
la ecuación (10.4) está estrechamente relacionada con otras funciones usadas en estudios
de dispersión de plasma. En concreto, la función de Faddeeva, definida como (Xie, 2010)

(10.6)

y la función de dispersión de plasma, definida por (Xie, 2010)

(10.7)

Así pues, vemos que


(10.8)

Se han propuesto diferentes técnicas para el cálculo numérico de la función de


pérdidas en el suelo, F(w), la función de Faddeeva, Fad(w), y la PDF(w). La mayor
parte de los trabajos sobre propagación en suelos de impedancia finita usan el proce-
dimiento de Pirinchieva (1991, 1993) para integrar la función de pérdidas. Pues bien,
asumiendo w=x+jy, el procedimiento de Pirinchieva para integrar Fad(w) es

(10.9)
232 Absorción del sonido

donde

(10.10)

(10.11)

(10.12)

(10.13)

(10.14)

(10.15)

(10.16)

(10.17)

y, ε(w) < 210-6, E (h) ≤ 10-4, que se consigue con tres o cuatro términos en las ecua-
ciones (10.10)-(10.11).
Weideman (1994) propuso un método más sencillo para el cálculo de la función
de Faddeeva. Este método está basado en la fórmula

(10.18)

con

(10.19)
Absorción del suelo 233

(10.20)

con n=1,2,..,N, M>>N, y

(10.21)

Nótese que la ecuación (10.21) describe una suma discreta de Fourier, que puede
ser calculada por tanto mediante una FFT, en lugar de usar N sumas separadas. El
método descrito se puede implementar en 8 líneas de MATLAB (figura 10.2).

function W = cef(z,N)

% Computes the function w(z) = exp (-z^2) erfc(-iz) using a rational


% series with N terms. It is assumed that Im (z) > 0 or Im(z) = 0

M = 2*N; M2 = 2*M; k 0 [-M+1:1:M-1]´; % M2 = no. of sampling points


L = sqrt (Nsqrt(2)); % Optimal choice of L
theta = k*pi/M; t =*tan (theta/2); % Variables theta and t
f = exp(-t.^2).*(L^2+t.^2); f = [0; f]; % Function to be transformed
a = real(fft(fftshift(f)))/M2; % Coefficients of transform
a = flipud(a(2:N+1)); % Reorder coefficients
Z = (L+i*z)./(L-i*z); p = polyval(a,Z); % Polynominal evaluation
w = 2*p./(Li*z).^2+(1/sqrt(pi))./(L-i*z); % Evaluate w(z)

Figura 10.2. Programa de MATLAB para el cálculo de la función de Faddeeva (Según Wideman,
1994).

Este método asume que w está en el semi-plano superior. Para valores de w en el


semiplano inferior hay que usar

(10.22)

En este caso hay que tener en cuenta la posible pérdida de precisión debido a
efectos de cancelación, lo que ocurre especialmente cerca de los ceros de Fad(w). La
precisión del método descrito depende de N. Según Weideman, para N=16 la preci-
sión alcanza la sexta cifra decimal, mientras que para N=32, la precisión alcanza la
cifra decimal decimosegunda.
234 Absorción del sonido

El efecto del suelo en la señal reflejada se puede caracterizar por su impedancia.


Podemos considerar un suelo homogéneo, caracterizado por una impedancia única,
Zs, o un suelo estratificado, en cuyo caso, la impedancia de entrada, o impedancia
superficial, será una función de las impedancias y los espesores de las capas consi-
deradas. En la sección 10.3 profundizaremos más en los diferentes modelos de im-
pedancia.
Por lo que respecta al coeficiente de reflexión de onda plana, se puede obtener en
general de (figura 10.3)

(10.23a)

donde los ángulos de incidencia y transmisión están relacionados por

(10.24)

siendo k0 y ks los números de onda en el aire y en el suelo, respectivamente. Usando


la ecuación (10.24), la ecuación (10.23a) puede ponerse también como

(10.23b)

Z0

θ0 θ0

Zs
qS

Figura 10.3. Ondas incidente, reflejada y transmitida en una interfaz entre dos medios.

Un suelo con un comportamiento tal se dice que es de reacción extendida. Muchos


suelos, sin embargo, se pueden considerar de reacción local, en cuyo caso, el coefi-
ciente de reflexión es
Absorción del suelo 235

(10.23c)

La ecuación (10.1) puede ponerse también como

(10.25)

Por consiguiente, el exceso de nivel de presión sonora sobre el que existiría en


ausencia de suelo (o en campo libre), puede ponerse como

(10.26a)

o también

(10.26b)

donde es la fase de Q. En muchos trabajos aparecen ΔL promediadas en bandas de


1/3 de octava. En estos casos, según Chessell (1977), la ecuación (10.26b) ha de ser
modificada ligeramente a

(10.26c)

siendo fa = [1 - (Δf/fi)2]1/2, fb = Δf/fi, Δf es el ancho de banda del tercio de octava, y


fi es su frecuencia central. Para el caso de bandas de 1/3 de octava, fb=0.116555 y
fa=0.99318. ΔL también se denomina exceso de atenuación (con respecto a la presión
que existiría en campo libre).
Así pues, para poder calcular el efecto del suelo, se requiere un modelo de im-
pedancia. A continuación se discuten algunos de ellos (ANSI S1.18, 1999; Attenbo-
rough et al., 2011; Taraldsen y Jonasson, 2011; Anfosso-Lédée et al., 2007).

10.3. SUELO HOMOGENEO

10.3.1. Suelo de reacción local


Como se ha discutido antes, en los suelos de reacción local, la onda transmiti-
da se propaga siempre en dirección perpendicular a su superficie. Este es el suelo
asumido en la gran mayoría de los modelos de propagación en exteriores. Para el
caso de la impedancia, se puede considerar que el suelo es homogéneo, caracteri-
236 Absorción del sonido

zado por una impedancia con uno, dos, tres y cuatro parámetros, o estratificado en
capas, cada una de ellas con una impedancia acústica característica, en cuyo caso
se usa la impedancia de entrada, o impedancia superficial del sistema de capas, para
calcular el coeficiente de reflexión de onda plana. Veamos con detalle cada uno de
estos modelos.

10.3.1.1. Modelo de impedancia de un solo parámetro


Como se vio en el capítulo 4, gran parte de las medidas de absorción sonora de
los materiales porosos se ajustan a una sola curva cuando se toma como parámetro

(10.27)

donde σ es la resistividad al flujo, en N s/m4. En este caso, la impedancia del material


y la constante de propagación se pueden ajustar con las ecuaciones

(10.28)

Han surgido muchos modelos de impedancia basados en las ecuaciones (10.27)


(Cobo, 2002). De entre estos, el modelo que más éxito ha tenido es el de Delany y
Bazley (1970), que tiene como ecuaciones (Attenborough, 2011; ANSI S1.18, 1999;
NT ACOU 104, 1999; Sutherland y Daigle, 1999)

(10.29)

con s en N s/m4.
Las figuras 10.4 y 10.5 muestran los módulos y fases de la impedancia normaliza-
da y constante de propagación normalizada, respectivamente, de un suelo con σ=100,
200 y 300 kN s/m4. Como podemos ver, el módulo de la impedancia crece con la re-
sistividad a frecuencias bajas. A frecuencias altas, todas las curvas tienden a Zs/Z0=1.
En cuanto a la fase, a frecuencias bajas, tiende a un ángulo de 50.7 o.
De forma análoga, el módulo de la constante de propagación crece con la resisti-
vidad al flujo a bajas frecuencias. A frecuencias altas, ks/k0→1. En cuanto a la fase,
crece con la resistividad a frecuencias altas, y decrece a frecuencias bajas.
Así pues, el modelo de Delany y Bazley depende de un solo parámetro, la resis-
tividad al flujo. Las Tablas 10.1 y 10.2 resumen los valores de la resistividad para
algunos tipos de suelo, proporcionados por las normas ANSI S1.18 y NT ACOU 104,
respectivamente.
El modelo de Delany and Bazley proporciona un ajuste muy bueno a los datos
experimentales en el margen 0.00125<f/σ<1000.
Absorción del suelo 237

100
σ=100 kN s m-4
80 σ=200 kN s m-4
σ=300 kN s m-4
mod(Zs/Z0)

60

40

20

0
102 103 104

0.8
fase(Zs/Z0)

0.6

0.4

0.2

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.4. Módulo y fase de la impedancia normalizada de Delany&Bazley,


para diferentes valores de la resistividad al flujo.

80
σ=100 kN s m-4
60 σ=200 kN s m-4
σ=300 kN s m-4
mod(Ks/K0)

40

20

0
102 103 104

0.8
fase(Ks/K0)

0.6

0.4

0.2

0
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.5. Módulo y fase de la constante de propagación normalizada de Delany&Bazley,


para diferentes valores de la resistividad al flujo.
238 Absorción del sonido

La figura 10.6 muestra el exceso de atenuación con respecto al campo libre, en


una configuración similar a la que se da en la norma NT ACOU 104 (1999). Las for-
mas de las curvas son similares a las que aparecen en dicha norma, aunque difieren
ligeramente en la posición de los mínimos y en la amplitud. La figura 10.7 muestra el
exceso de atenuación usando el modelo de impedancia de Delany&Bazley para hs=1
m, hr=1.52 m, R=200 m, y la resistividad como parámetro

TABLA 10.1. VALORES DE LA RESISTIVIDAD AL FLUJO EFECTIVA DE ALGUNOS


TIPOS DE SUELOS (SEGÚN ANSI S1.18, 1999)
Effective flow resistivity, σeff (x103 Pa.s/m2)
Types of ground Range Average
Upper limit 2.5x105-25x105 800 000
Concrete, painted 200 000 200 000
Concrete, depends on finish 30 000-100 000 65 000
Asphalt, old, sealed with dust 25 000-30 000 27 000
Quarry dust, hard packed 5000-20 000
Asphalt, new, varies with particle size 5000-20 000 10 000
Dirt, exposed, main-packed 4000-8000 6000
Dirt, old road, filled mesh 2000-4000 3000
Limestones chips, 1.25-2.5 cm mesh 1500-4000 2750
Dirt, roadside with <10 cm rocks 300-800 550
Sand, various types 40-906 317
Soil, various types 106-450 200
Grass, lawn or grass field 125-300 200
Clay, dry (wheeled/unwheeled) 92-168 130
Grass fiels, 16.5% moisture content 75 75
Foresr floor (pine/hemlock) 20-80 50
Grass field, 11.9% moisture content 41 41
Snow, various types 1.3-50 29

Vamos ahora a tratar de reproducir algunas de las curvas de diferencia de niveles


que aparecen en la norma ANSI S1.18 (1999). Para este cálculo se considera una
fuente en hs, dos micrófonos, el superior en hh, y el inferior en hb, separados una
distancia R. Lo que se calcula es la diferencia de niveles entre los micrófonos en hh
y hb, es decir Lh-Lb. La figura 10.8 muestra la diferencia de niveles para hs=0.325 m,
hh=0.46 m, hb=0.23 m, R=1.75 m, y varios valores de la resistividad al flujo. Compá-
rese con la figura 10.9 de ANSI S1.18 (1999). Las curvas son prácticamente idénticas.
Para el caso de ruido de vehículos, este modelo nos puede servir para predecir
el exceso de atenuación por efecto de un suelo modelado como una impedancia de
Delany&Bazley, en una configuración geométrica que trata de reproducir la relación
entre el ruido de rodadura en el campo próximo y en el campo lejano. En este caso,
hs=0.1 m, hr=1.2 m, y R=6.75 m. La figura 10.10 muestra las curvas de exceso de ate-
nuación correspondientes a varios valores de la resistividad al flujo. En baja frecuencia,
Absorción del suelo 239

hay un refuerzo de 6 dB, lo que corresponde a la superposición en fase de la señal di-


recta y la reflejada en el suelo. A partir de una cierta frecuencia, que depende del tipo de
suelo, el refuerzo es cada vez menor, e incluso puede convertirse en cancelación mutua.

TABLA 10.2. VALORES DE LA RESISTIVIDAD AL FLUJO EFECTIVA DE ALGUNOS


TIPOS DE SUELOS (SEGÚN NT ACOU 104, 1999 )
Description Flow res. Class kNs/m4
Soft forest floor with blueberry greens and moss 40
Short grass, green moss and blueberry greens 40
Forest floor covered by weeds 63 (100)
Earth and bark, sparse vegetation 100
Dense shrubbery, 20 cm high 100
Rough grassland 100
Peat or turf area,homogeneous organic material 100
Soft forest floor covered with pine nneedles 160
Agricultural field 160 (250)
Earth covered with leaves and twigs 160 (250)
Lawn, moderately stepped on 160 (250)
Pasture 250 (160)
Lawn, seldom stepped on 250
Earth mixed with sawdust 250
Lawn 250 (400)
Gravel, earth and sparce grass 630
Relatively dense soil sparsely covered by grass and other low greens 630
Grass, soccer feld 630 (2000)
Mixed paving stones and grass 630 (2000)
Gravel parking lot 2000 (630)
Hard soil 2000 (630)
Sandy forest floor 2000 (630)
Gravel road, stones 2000
Gravel road, stones and dust 2000
Old gravel field with sparse vegetation 2000 (20 000)

La figura 10.11 muestra curvas similares para el ruido del motor de automóviles,
situado a hs=0.3 m y R=7.5 m. En este caso, las curvas tienen un comportamiento si-
milar a las del ruido de rodadura. La diferencia más notable es que se producen varios
picos y valles en las curvas, a frecuencias que dependen también de la resistividad al
flujo. Llama la atención el efecto de la altura de la fuente sobre el suelo en la curva
del exceso de atenuación. Si subimos la fuente de 0.01 m a 0.3 m, y la alejamos lige-
ramente desde 6.75 m hasta 7.5 m, aparecen múltiples picos y valles en las curvas.
240 Absorción del sonido

10

0
ΔL (dB)

-5

-10
σ=40 kN sm-4
σ=160 kN sm-4
σ=630 kN sm-4
-15
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.6. Exceso de atenuación para hs=0.2, hr=1.5 m, R=30 m


y varios valores de la resistividad al flujo.

10

-5
ΔL (dB)

-10

-15

-20
σ=50 kN sm-4
σ=100 kN sm-4
-25
σ=200 kN sm-4
σ=400 kN sm-4
-30
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.7. Exceso de atenuación para hs=1, hr=1.52 m, R=200 m


y varios valores de la resistividad al flujo.
Absorción del suelo 241

25
σ=100 kN sm-4
20 σ=160 kN sm-4
σ=320 kN sm-4
15 σ=1000 kN sm-4

10

5
Lh-Lb (dB)

-5

-10

-15

-20

-25
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 10.8. Diferencia de niveles para hs=0.325 m, hh=0.46 m, hb=0.23 m, R=1.75 m


y varios valores de la resistividad al flujo.

25

20 Template 1A Geometry A One-parameter model

15
Pre-calculated level differences (dB)

10

(seff)x103 Pa s/m2)
5

-5

-10

-15

-29

-25
100 1000 10000

Frecuencia (Hz)

Figura 10.9. Las mismas curvas según la norma ANSI S1.18 (1999).
242 Absorción del sonido

10
σ=100 kN sm-4
8 σ=200 kN sm-4
σ=400 kN sm-4
6 σ=600 kN sm-4
σ=1000 kN sm-4
4

2
ΔL (dB)

-2

-4

-6

-8

-10
0 102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.10. Exceso de atenuación para hs=0.01 m, hr=1.2 m, R=6.75 m


y varios valores de la resistividad al flujo.

10

0
ΔL (dB)

-5

σ=100 kN sm-4
-10
σ=200 kN sm-4
σ=400 kN sm-4
σ=600 kN sm-4
σ=1000 kN sm-4
-15
0 102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.11. Exceso de atenuación para hs=0.3 m, hr=1.2 m, R=7.5 m


y varios valores de la resistividad al flujo.
Absorción del suelo 243

10

5 32000

3200 10000
1000
0 320
100
32
ΔL (dB)

-5 100 kN sm-4

-10

-15

-20
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.12. Exceso de atenuación para hs=0.31 m, hr=1.22 m, R=15.2 m


y varios valores de la resistividad al flujo.

Por último, la figura 10.12 muestra el exceso de atenuación para el caso del rui-
do del motor, altura 0.3 m, en un micrófono a 1.22 m del suelo y separado 15.2 m.
Vemos como para resistividades bajas, la cancelación mutua invade la zona de bajas
frecuencias.

10.3.1.2. Modelo de impedancia de dos parámetros


Existe evidencia de que el modelo de un solo parámetro tiende a sobrestimar la
atenuación dentro de un material poroso con una resistividad al flujo alta. Attenbo-
rough (2002) propone un modelo de dos parámetros, que incluye un cambio expo-
nencial de la porosidad con la profundidad. Para este modelo, también asumido por
la norma ANSI S1.18 (1999), se propone

(10.30)

donde γ=1.4 para un gas ideal, σe es la resistividad al flujo efectiva del suelo (distinta
de σ en la sección 10.3.1.1, que representa la tasa efectiva de cambio de la porosidad
con la profundidad, en 1/m. El parámetro αe varía entre 3 y 250 m-1. La Tabla 10.3
muestra valores típicos de estos parámetros para suelos comunes. Un valor positivo
de αe representa una porosidad que disminuye con la profundidad. Y viceversa, un
valor negativo representa una porosidad creciente con la profundidad.
244 Absorción del sonido

TABLA 10.3. VALORES DE σE Y αE DE ALGUNOS TIPOS DE SUELOS (SEGÚN ANSI


S1.18, 1999)
Best fit parameter values
Soil type σe αe
(x 103 Pa·s/m2) (1/m)
Wet sandy loam 4500 -120
Compacted silt 4000 -115
Sandy soil 715 0
Sand 330 0
Sparse grass cover 630 120
Grass-covered field 386 0
Grassland 373 0
Grassland 303 0
Meadow with 8-10 cm high grass 227 121
Hay-covered field 188 50
Lawn 182 40
Institutional grass 100 3
Hard wom lawn 75 80
Disused airfield 35 20
Institutional grass 30 160
Floor of pine forest 7.5 16
Powder snow 3.5 2

La figura 10.13 reproduce las curvas que aparecen en la norma ANSI S1.18,
para la diferencia de niveles entre dos micrófonos, para la geometría hs=0.325
m, hh=0.46m, hb=0.23 m, R=1.75 m, diversos valores de la resistividad al flujo,
y αe=5 y 100 m-1.
Puede ser interesante comparar las predicciones de este modelo de impedancia
de porosidad variable con las del modelo de Delany&Bazley. En la figura 10.14 pre-
sentamos una comparación tal. Los dos casos que se muestran coinciden con dos de
los casos representados en la figura 3 de Attenborough et al. (2011). Las curvas que
obtenemos reproducen bastante bien la forma de las curvas de Attenborough et al.,
excepto por la posición exacta de los máximos y mínimos. En nuestras curvas, los
extremos están ligeramente desplazados hacia frecuencias más altas, en comparación
con las curvas del artículo citado. Hay que enfatizar que en el programa usado por
nosotros, la densidad, velocidad e impedancia del aire, ρ0, c0, Z0, respectivamente, se
calculan en función de las condiciones meteorológicas (T,pa,H). En el artículo cita-
do, es muy probable que usen valores de una atmósfera estándar. Esta podría ser una
fuente de discrepancias entre ambas curvas.
Absorción del suelo 245

10
σ=10 kN sm-4
σ=32 kN sm-4
15
σ=100 kN sm-4
σ=1000 kN sm-4

10

5
Lh-Lb (dB)

-5

-10

-15
(a)αe = 5 s-1

-20
102 103
Frecuencia (Hz)

10
σ=10 kN sm-4
σ=32 kN sm-4
15 σ=100 kN sm-4
σ=1000 kN sm-4

10

5
Lh-Lb (dB)

-5

-10

-15
(b)ae = 100 s-1

-20
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 10.13. Diferencia de niveles entre los dos micrófonos, para la geometría hs=0.325 m,
hh=0.46m, hb=0.23 m, R=1.75 m, diversos valores de la resistividad al flujo,
y (a) αe=5 m-1 y (b) αe=100 m-1.
246 Absorción del sonido

10
Delany&Bazley, σe=665 kN sm-4

Porosidad variable, σe=367 kN sm-4 , αe=49m-1


15

10

5
Lh-Lb (dB)

-5

-10

-15

-20
102 103
Frecuencia (Hz)

15

Delany&Bazley, σe=208 kN sm-4

Porosidad variable, σe=44,5 kN sm-4 , αe=81.2m-1


10

5
Lh-Lb (dB)

-5

-10

-15
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 10.14. Comparación entre los modelos de Delany&Bazley y de porosidad variable en un


par de casos.
Absorción del suelo 247

En cualquier caso, hay que resaltar que para que las curvas proporcionadas por
los modelos de Delany&Bazley y de porosidad variable coincidan, hay que usar va-
lores distintos para la resistividad al flujo en cada uno de ellos. En el primer caso,
con una tasa de variación de la porosidad negativa, la resistividad del modelo de
porosidad variable es del orden de la mitad del valor correspondiente en el modelo
de Delany&Bazley. En el segundo caso, con una tasa de variación positiva, es casi
cuatro veces inferior. Generalmente, la resistividad al flujo de un suelo con porosi-
dad variable, es siempre menor que la del suelo correspondiente modelado según
Delany&Bazley (Attenborough et al., 2011).

10.3.1.3. Modelos de impedancia de tres parámetros


Attenborough et al. (2011) describe el modelo fenomenológico (o modelo de
Zwikker y Kosten), basado en las ecuaciones

(10.31)

(10.32)

donde ϕ es la porosidad, α∞ es la tortuosidad, y σ es la resistividad al flujo. Este mode-


lo asume condiciones adiabáticas en los poros. Otros autores propusieron un modelo
modificado, también denominado modelo de Hamet, más apropiado para asfaltos po-
rosos, cuyas ecuaciones son

(10.33)

(10.34)

donde

(10.35)
248 Absorción del sonido

siendo γ el cociente entre calores específicos del aire (igual a 1.4) y Npr el núme-
ro de Prantl del aire (igual a 0.71). La Tabla 10.4, de Attenborough et al. (2011),
muestra las resistividades al flujo y porosidades típicas para algunos tipos de
suelos.

TABLA 10.4. VALORES TÍPICOS DE LA RESISTIVIDAD AL FLUJO Y POROSIDAD


DE ALGUNOS TIPOS DE SUELOS (SEGÚN ATTENBOROUGH ET AL., 2011)
Ground type Air-filled porosity Flow resistivity kPa s m-2
Snow 0.5-0.9 5-16
Uncompacted gravel 0.3-0.4 1.5-59
Newly-laid porous asphalt 0.15-0.3 2-15
Forest floor 0.4-0.8 9-200
Grassland 0.3-0.7 100-240
Cultivated soils 0.4-0.6 100-2000

La figura 10.15 muestra las predicciones de este modelo para la impedancia de


un suelo con (a) resistividad variable y porosidad y tortuosidad fijas, (b) porosidad
variable y resistividad y tortuosidad fijas, y (c) tortuosidad variable y resistividad y
porosidad fijas. Como podemos ver, el parámetro que más afecta a la forma de las
curvas es la resistividad al flujo, aunque la porosidad afecta también bastante a las
curvas de exceso de atenuación en baja frecuencia.
Otro modelo de impedancia de tres parámetros es el de Wilson (Attenborough et
al., 2011), cuyas ecuaciones son

(10.36)

(10.37)

donde

(10.38)

siendo γ el cociente entre calores específicos del aire (igual a 1.4).


Como podemos observar en la figura 10.16, los modelos de impedancia de Hamet
y Wilson difieren ligeramente.
Absorción del suelo 249

8
(a) σ=5 kN sm-4
σ=50 kN sm-4
6 σ=500 kN sm-4

-2

-4

-6

-8
102 103 104

8
(b) ϕ=0.2
ϕ=0.4
6 ϕ=0.6

2
ΔL (dB)

-2

-4

-6

-8
102 103 104

8
(c) α∞=2
α∞=4
6 α∞=6

-2

-4

-6

-8
102 103 104
Frecuencia (Hz)
Figura 10.15. Exceso de atenuación para hs=0.3 m, hr=1.2 m, R=7.5 m, e impedancia de un suelo
con (a) resistividad variable y ϕ = 0.2, α∞ = 4.3, (b) porosidad variable y, y σ = 50 kN sm-4, α∞ =
4.3, y (c) tortuosidad variable y σ = 50 kN sm-4, ϕ = 0.4.
250 Absorción del sonido

6
Hamet
Wilson

2
ΔL (dB)

-2

-4

-6
102 103 103
Frecuencia (Hz)

Figura 10.16. Exceso de atenuación para hs=0.3 m, hr=1.2 m, R=7.5 m, e impedancia de un suelo
con σ = 50 kN sm-4, ϕ = 0.2, α∞ = 4.3, , según los modelos de Hamet y Wilson.

10.3.1.4. Modelos de impedancia de cuatro parámetros


El modelo de impedancia de cuatro parámetros recomendado por la norma ANSI
S1.18 es

(10.39)

donde

(10.40)

(10.41)

siendo γ el cociente entre calores específicos del aire, Npr el número de Prandtl, σ la
componente dc de la resistividad al flujo, ϕ la porosidad del suelo, α∞ la tortuosidad, y sp
un factor de forma. Para suelos usuales, σ varía entre 5 y 20000 kPa s/m2, la porosidad
varía entre 0.3 y 0.7, la tortuosidad varía entre 1 y 10. Si además asumimos α∞=ϕ-n, don-
de n depende de la forma de los granos, el modelo de cuatro parámetros se convierte en
Absorción del suelo 251

uno de tres parámetros. Para granos esféricos n=1/2. Para muchos suelos, el valor n=1
es más apropiado. El factor de forma de los poros varía entre 0.25 y 0.5.
La figura 10.17 muestra las curvas de exceso de atenuación de un suelo con una
impedancia de cuatro parámetros, para hs=0.3, hr=1.2, R=7.5 m y variaciones de uno
de los cuatro parámetros, manteniendo fijos los otros 3.

(a) σ=5 kN sm-4 (b) ϕ=0.2


5 σ=50 kN sm-4 5 ϕ=0.4
σ=500 kN sm-4 ϕ=0.6

0 0

-5 -5

102 103 104 102 103 104


ΔL (dB)

(c) α∞=4 (d) sp=0.25


5 α∞=6 5 sp=0.35
α∞=8 sp=0.45

0 0

-5 -5

102 103 104 102 103 104

Frecuencia (Hz)
Figura 10.17. Exceso de atenuación para hs=0.3 m, hr=1.2 m, R=7.5 m, e impedancia de un suelo
con (a) resistividad variable y ϕ = 0.4, α∞ = 2.5, sp = 0.3, (b) porosidad variable y σ = 50 kN sm-4,
α∞ = 4.3, sp = 0.3, (c) tortuosidad variable y σ = 50 kN sm-4, ϕ = 0.4, sp = 0.3, y (d) factor de forma
variable y σ = 50 kN sm-4, ϕ = 0.4, α∞ = 2.5.

Como podemos observar:


• La resistividad al flujo es el parámetro que más efecto tiene en las curvas de
exceso de atenuación, incluido el margen de bajas frecuencias.
• La porosidad es el segundo parámetro, en orden de influencia.
• La tortuosidad tiene un efecto muy ligero en las curvas. Quizás esta sea la
razón por la los modelos de cuatro parámetros se conviertan en modelos de
tres parámetros, haciendo α∞ = ϕ-n, con n=1 en la mayor parte de los suelos
(ANSI S1.18, 1999).
• El factor de forma tiene un efecto remarcable en baja frecuencia, y muy
ligero a frecuencias altas.
En una intercomparación entre varios laboratorios se usó una versión de cuatro paráme-
tros del modelo de Wilson (Sutherland y Daigle, 1999). Las ecuaciones de este modelo eran

(10.42
252 Absorción del sonido

(10.43)

donde

(10.44)

(10.45)

γ es el cociente entre calores específicos del aire (igual a 1.4) y Npr el número de
Prantdl (igual a 0.71). La figura 10.18 compara las curvas de exceso de atenuación
de ambos modelos de cuatro parámetros, para hs=0.3 m, hr=1.2 m, R=7.5 m, e impe-
dancia de un suelo con σ = 50 kN sm-4, ϕ = 0.4, α∞ = 2.5 y sp = 0.3. Como podemos
observar, ambos modelos proporcionan curvas ligeramente distintas.
6

Ansi S1.18
Wilson
4

2
ΔL (dB)

-2

-4

-6
102 103 103

Frecuencia (Hz)

Figura 10.18. Exceso de atenuación para hs=0.3 m, hr=1.2 m, R=7.5 m, e impedancia de un suelo
con σ = 50 kN sm-4, ϕ = 0.4, α∞ = 2.5, sp = 0,3, según los modelos de cuatro parámetros de ANSI
S1.18 y Wilson.
Absorción del suelo 253

10.3.2. Suelo estratificado


Consideremos ahora un suelo estratificado con reacción local. Como ya hemos
dicho, un suelo tal se caracteriza porque el sonido se propaga verticalmente en el
suelo, independientemente del ángulo de incidencia en la interfaz, θ0, figura 10.19.
Cada una de las capas se caracteriza por un espesor dn, una impedancia característica
Zn y una constante de propagación kn. El coeficiente de reflexión de onda plana en un
medio tal es

(10.23c)

donde ahora Zs, la impedancia de entrada al sistema multicapa, se puede obtener de


(Mechel, 1988)

(10.46)

siendo Zin2, la impedancia de entrada a la segunda capa

(10.47)

y así sucesivamente. La impedancia de entrada a la N-ésima capa, la que está en con-


tacto con un medio infinito e impenetrable, será
(10.48)

Z0
θ0
θ0

Z1, k1, d1

Z2, k2, d2

Z3, k3, d3

Figura 10.19. Ondas incidente, reflejada y transmitida en una la interfaz


de un suelo estratificado de reacción local.
254 Absorción del sonido

15
Real
-Imag

10
(a)

5
Zs/Z0

-5

-10

-15
102 103 104
Frecuencia (Hz)

10
(b) Real
-Imag

0
Zs/Z0

-5

-10

-15

-20
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.20. Impedancias (a) característica y (b) del suelo de una capa de 5 cm de espesor
sobre un medio infinito, con modelo de Wilson y σ=10 kN s/m4, ϕ=0.4 y α∞=1.75.
Absorción del suelo 255

Uno de los casos más frecuentes en modelización de suelos es considerar una capa
de espesor d sobre un medio semi-infinito. En este caso, la impedancia de entrada a la
capa viene dada por la ecuación (10.48). La impedancia característica y la constante
de propagación en la capa pueden estar definidas por cualquiera de los modelos que
hemos analizado en las Secciones anteriores. Por ejemplo, la figura 10.20 muestra las
impedancias característica y del suelo para el caso de una capa de 5 cm de espesor,
con una impedancia dada por el modelo de Wilson de tres parámetros.
La figura 10.21 muestra el exceso de atenuación en un suelo con una capa de 5
cm, hr=0.3 m, hs=1.2 m, R= 150 m, y un modelo de impedancia de Delany&Bazley,
con diferentes valores de la resistividad al flujo. Estas curvas se comparan bastan-
te bien con las que aparecen en la figura 10.b del trabajo de Sutherland y Daigle
(1999).
15

10

-5

-10
ΔL (dB)

-15

-20

-25

-30 σ=25 kN sm-4


σ=250 kN sm-4
-35 σ=2500 kN sm-4
σ=25000 kN sm-4
-40
101 102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.21. Exceso de atenuación para hs=0.3 m, hr=1.2 m, R=150 m, y un suelo con una capa
de 5 cm de impedancia de Delany&Bazley con distintas resistividades al flujo

10.3.3. Suelo de reacción extendida


Según Anfosso-Lédée et al. (2007) y Li et al. (1998), la hipótesis de reacción local
es apropiada para la mayor parte de suelos, excepto para aquellos con resistividad al
flujo baja (<10 kN s/m4), tales como nieve, bosques o pavimentos porosos. En este
caso, es más conveniente un modelo de suelo de reacción extendida. Para este tipo de
suelos, la propagación en su seno no es en la dirección perpendicular, sino que sigue
una generalización de la ley de Snell. Asumamos por tanto el modelo de la figura
256 Absorción del sonido

10.22. Li et al. (1998) proponían la siguiente aproximación asintótica al problema de


la propagación sobre un suelo de reacción extendida

(10.49)

siendo

(10.50)

la admitancia normalizada de entrada al suelo (Z0/Zs). Esta admitancia y la constante


de propagación en el suelo se pueden calcular por cualquiera de los modelos estudia-
dos anteriormente. La ecuación (10.50) proporciona la admitancia de entrada para un
suelo homogéneo, o para uno estratificado de una capa. Para un suelo estratificado
con más capas, se puede generalizar fácilmente.

Z0

θ0 θ0

Z1, k1, d1
θ1

Z2, k2, d2 θ2

Z3, k3, d3

Figura 10.22. Ondas incidente, reflejadas y transmitidas en la interfaz de un suelo estratificado


de reacción extendida.
Absorción del suelo 257

10

0
ΔL (dB)

-5

-10

σ=15 kN sm-4, homogeneo


-15
σ=15 kN sm-4, d= 6cm
σ=15 kN sm-4, d= 8cm
σ=10 kN sm-4, d= 10cm
-20
101 102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.23. Exceso de atenuación para un suelo de reacción extendida, modelado como un
medio semi-infinito o como una capa de Delany&Bazley, con hs=0.6 m, hr=0.3 m, R= 7.5 m.

10

0
ΔL (dB)

-5

-10

-15 hs=hr=5 cm
hs=hr=10 cm
hs=hr=15 cm

-20
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.24. Exceso de atenuación de una capa de reacción extendida de 1.4 cm, con una
impedancia de Delany&Bazley con σ=23 kN s/m4, para R=1 m y alturas de la fuente y receptor
variables.
258 Absorción del sonido

La figura 10.23 muestra el exceso de atenuación en un suelo de reacción exten-


dida, modelado como un medio homogéneo o como una capa, en ambos casos con
una impedancia característica y constante de propagación dados por el modelo de
Delany&Bazley. Las curvas de la figura 10.23 se comparan bastante bien con las
que aparecen en la figura 9 del artículo de Li et al. (1998). Vemos que el efecto de los
diferentes parámetros es más notable en baja frecuencia, por debajo de 1000 Hz. Por
encima de esta frecuencia, todas las curvas son prácticamente coincidentes. La figura
10.24 reproduce las curvas de exceso de atenuación de la figura 5 de Li et al. (1998).
En esta configuración se sitúan la fuente y el receptor a una altura variable, separa-
das por 1 m, sobre una capa de 1.4 cm de espesor, modelada con una impedancia de
Delany&Bazley, con σ=23 kN s/m4. Estas curvas reproducen casi exactamente las
que aparecen en el trabajo citado.

10.4. SUELO DISCONTINUO

En la sección 10.3 se ha considerado un suelo homogéneo en la dirección hori-


zontal. Sin embargo, en muchas situaciones, el suelo tiene una clara discontinuidad
horizontal. Por ejemplo, la figura 10.25 muestra una fotografía de los ensayos de rui-
do radiado por un vehículo, realizados en el Parque Tecnológico de Leganés, donde
el vehículo circulaba sobre una pista asfaltada, mientras que el micrófono de campo
lejano estaba situado en una superficie adyacente de tierra.

Figura 10.25. Tipos de suelo en un ensayo de medición simultánea de ruido radiado


por un vehículo al campo próximo y al campo lejano.

En este tipo de situaciones se plantea qué tipo de suelo incluir en el modelo de


extrapolación: el suelo asfáltico duro, caracterizado por una resistividad al flujo más
alta, o la de un suelo terroso más blando, con una menor resistividad al flujo. En reali-
dad, la aproximación correcta es considerar un suelo híbrido, con una discontinuidad
Absorción del suelo 259

en el plano horizontal, con una impedancia más alta cerca del vehículo, y una más
baja cerca del micrófono de campo lejano.
La figura 10.26 muestra un esquema del problema que nos estamos planteando.
Se considera una fuente puntual a una altura hs sobre un medio de impedancia Za, y
un micrófono a una altura hr sobre un medio de impedancia Zb. La distancia fuente-
receptor es R1. La trayectoria reflejada tiene una longitud R2. La discontinuidad está
a una distancia horizontal de la fuente Da y a una distancia horizontal del receptor
Db. La separación horizontal fuente receptor es, por tanto, Da+Db. El rayo fuente-
discontinuidad-receptor (difractado en la discontinuidad) tiene una longitud Rd. El
rayo reflejado en el medio forma un ángulo θ1 con la vertical.

R1

R2

hr

Rd
hs
θ1

D1

D2 Db

Za Zb

Figura 10.26. Esquema del problema de propagación sonora sobre una superficie
con una discontinuidad de impedancia.

Sea D1 la separación horizontal fuente-punto de reflexión de Snell. Pueden ocurrir


tres situaciones:
• Que D1<Da. Entonces, la reflexión de Snell se produce en el primer medio Za.
En este caso R2=Ra y θ1=θa.
• Que D1>Da. Entonces, la reflexión de Snell se produce en el segundo medio
Zb. En este caso R2=Rb y θ1=θb.
• Que D1=Da. En este caso, la reflexión en el suelo y en la discontinuidad son
coincidentes.
De la geometría de la figura 10.26
260 Absorción del sonido

(10.51)

Al igual que en el caso de un medio homogéneo (Cobo, 2012), se considera un


problema de propagación con onda esférica. Veamos a continuación diferentes solu-
ciones a este problema.

10. 4.1. Modelo de de Jong


De Jong et al. (1983) propusieron una solución semi-empírica al problema de la
propagación de onda esférica sobre un medio con una discontinuidad horizontal de
impedancia, combinando la reflexión de onda esférica en un medio homogéneo con la
difracción de ondas esféricas en un semiplano rígido (Daigle et al., 1985; Hothersall y
Harriott, 1995; Attenborough et al., 2007). Así pues, según este modelo, el exceso de
atenuación, o la diferencia de niveles entre las situaciones con suelo y en campo libre es

(10.52)

con

(10.53)

(10.54)

es el coeficiente de reflexión de onda esférica, correspondientes a los medios a y b,


respectivamente

(10.55)

Zsa,b y ksa,b son la impedancia característica y la constante de propagación en el me-


dio de incidencia (medio a o b en la figura 10.26), Flf(wa,b) es una función denominada
factor de pérdidas en el suelo (Cobo, 2012),
Absorción del suelo 261

(10.56)

es la distancia numérica, βa,b=Z0/Zsa,b, y Z0, k0 son la impedancia y número de onda


del aire. Las funciones y en la ecuación (10.53) son
integrales de Fresnel de la forma
(10.57)

Como puede verse de esta definición y de la del factor de pérdidas en el suelo,


existe una cierta relación entre ambas (Cobo, 2012). En la literatura se definen las
integrales de Fresnel (Abramowitz y Stegun, 1965)

(10.58)

con la propiedad

(10.59)

De las ecuaciones (10.58) y (10.59) encontramos

(10.60)

de donde

(10.61)

o bien

(10.62)

Pero, por otra parte,

(10.63)
262 Absorción del sonido

siendo Fad(z) la función de Faddeeva (Cobo, 2012). Luego, de las ecuaciones (10.62)
y (10.63), encontramos que

(10.64)

Así pues, la función de Fresnel, tal como la cita de Jong, difiere de la función de
pérdidas en el suelo, que tenía el valor
(10.65)

Lam y Monazzam (2006) ya apuntan que el modelo de de Jong es válido para sue-
los duro→blando, pero que falla para suelos blando→duro. De hecho, estos autores
introducen el modelo de de Jong modificado siguiente para P/P1

(10.66)

donde γ=1, para D1<Da, γ=-1 para D1>Da, μ=1 para σa>σb y μ=-1 para σa<σb .
La figura 10.27 muestra las curvas de exceso de atenuación para un suelo discon-
tinuo duro→blando, con la geometría especificada en el pie de figura, y asumiendo
un modelo de Delany y Bazley para cada uno de los suelos.
10

-5
ΔL (dB)

-10

-15

-20 σ=8000 kN sm-4, R=6.75 m


σ=400 kN sm-4, R=6.75 m
σ=8000 kN sm-4, Da=1.65 m sb=8000 KN sm-4, Db=5.1m
-25
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.27. Excesos de atenuación de un suelo discontinuo duro-blando, en comparación con


los que se obtendrían para los suelos homogéneos correspondientes, duro o blando, en un
escenario con hs=0.08 m, hr=1.2 m, Da+Db=6.75 m, Da=1.65 m, Db=5.1 m, σa=8000 kN s m-4,
σb=400 kN s m-4.
Absorción del suelo 263

Como puede verse, la consideración de un suelo discontinuo introduce un efecto


bastante significativo en el exceso de atenuación entre la fuente y el receptor, sobre
todo a frecuencias medias. La curva se aproxima a la de un suelo blando, a frecuen-
cias bajas, y a la de un suelo duro a frecuencias altas. A frecuencias medias, la ampli-
tud de la curva está entre las correspondientes a ambos suelos.

10.4.2. Modelo de Rasmussen


Rasmussen (1982a,b) propuso una formulación integral para el problema de la pro-
pagación sobre una plano con una discontinuidad de impedancia, basado en la ecuación
de Kirchhoff-Huygens. En el primero de los artículos (Rasmussen, 1982a), se realizaba
la integración numérica sobre todo el plano vertical a la discontinuidad. En el segundo
de los trabajos (Rasmussen, 1982b), se usaba el método de la fase estacionaria para
proporcionar analíticamente una formulación aproximada que se reduce a una simple
integración numérica a lo largo de una línea vertical encima de la discontinuidad.

R3
R1

R2 hr
hs qa qb R4

Da Db

Za Zb

Figura 10.28. Geometría para la solución integral de Rasmussen al cálculo del cam∫po acústico
de una fuente sobre un plano con discontinuidad de impedancia.

Con referencia a la figura 10.28, esta segunda formulación proporciona la siguien-


te solución para el campo de presión en el receptor

(10.67)
264 Absorción del sonido

En la ecuación (10.67), Qa=Qa(R2,θa,Za) y Qb=Qb(R4,θb,Zb). La integración numé-


rica de la ecuación (10.67) requiere especificar el paso de integración, Δz y el valor
máximo de z, zmax. La elección de (Δz, zmax) resulta de un compromiso entre conver-
gencia suficiente de la aproximación numérica y tiempo de cálculo. Obviamente,
estos dos parámetros son función de la frecuencia. Para frecuencias de hasta 2000
Hz y distancias de propagación de hasta 10 m, es suficiente con (Δz, zmax)=(0.2λ,
20λ). Para frecuencias superiores de 2000 Hz y distancias de unos 50 m, Daigle et al.
(1985) proponen (Δz, zmax)=(0.03λ, 70λ). Además, la solución no converge a frecuen-
cias inferiores a 300 Hz. Hay que tener en cuenta que el coste computacional de esta
implementación es 20 veces más alto que el del método semi-empírico de de Jong
(Daigle et al., 1985).
Para la implementación numérica, sustituimos la integral por una suma

(10.68a)

con

(10.68b)

En la ecuación (10.68b) Qan=Qa(R2n,θ1n,Za) y Qbn=Qb(R4n,θ2n,Zb). Las distancias y


ángulos se calculan de

(10.69a)

(10.69b)
Absorción del suelo 265

Una vez calculada p, el exceso de atenuación se calcula de la ecuación (10.52),


siendo p1 = ejkoRo/4πR0, con R0 la distancia directa emisor-receptor, el campo acústico
directo en el reflector.
Conviene ahora comparar los modelos de Rasmussen y de Jong (modificado) para
la configuración geométrica especificada en el pie de la figura 10.29.

10

-5
DL (dB)

-10

-15

-20
σ=8000 kN sm-4, R=6.75 m4
σ=400 kN sm-4, R=6.75 m
-25
σ=8000 kN sm-4, Da=1.65 m sb=400 KN sm-4, Db=5.1m (de Jong)
σ=8000 kN sm-5, Da=1.65 msb=400 KN sm-5, Db=5.1m (Rasmussen)
-30 2
10 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.29. Excesos de atenuación de un suelo discontinuo duro>blando, en comparación con


los que se obtendrían para los suelos homogéneos correspondientes, duro o blando, en un
escenario especificado por hs=0.08 m, hr=1.2 m, Da+Db=6.75 m, Da=1.65 m, Db=5.1 m, σa=8000
kN s m-4, σb=400 kN s m-4.

Como podemos comprobar, la curva de Rasmussen no difiere mucho de la de de


Jong. Esta curva la hemos obtenido con valores Δz=0.03 λ y zmax=100 λ. Para ver si
estos valores afectan a la precisión del cálculo, la figura 10.30 compara las curvas
obtenidas con el modelo de Rasmussen, para la misma configuración geométrica,
pero distintos valores de Δz y zmax. Como se puede comprobar, los valores (Δz, zmax)
afectan ligeramente a la forma (y precisión de la curva), como apuntan Daigle et al.
(1985). Notemos que
• Las curvas con z max=20 λ tienen ligeras oscilaciones, a frecuencias ba-
jas, mientas que las curvas para z max=100 λ las tienen a frecuencias
altas.
• La posición y profundidad del bache, aproximadamente a unos 5700 Hz,
depende del par de valores (Δz,zmax).
266 Absorción del sonido

10

-5

-10
DL (dB)

-15

-20

-25

Δz=0.02 λ,Zmax = 20λ


-30
Δz=0.02 λ,Zmax = 100λ
Δz=0.03 λ,Zmax = 20λ
-35
Δz=0.03 λ,Zmax = 100λ

-40
102 103 104
Frecuencia (Hz)

Figura 10.30. Excesos de atenuación de un suelo discontinuo para el modelo de Rasmussen con
diferentes parámetros de integración. Parámetros geométricos: hs=0.08 m, hr=1.2 m, Da+Db=6.75
m, Da=1.65 m, Db=5.1 m, σa=8000 kN s m-4, σb=400 kN s m-4.

10.5. REFERENCIAS

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Absorción del suelo 267

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11.  ABSORCIÓN HÍBRIDA PASIVA-ACTIVA

11.1. INTRODUCCIÓN

Para reducir el ruido al que están expuestas las personas se usan habitualmente
técnicas de control pasivo. Sin embargo, la solución pasiva en baja frecuencia es pro-
hibitiva, en términos de tamaño, coste y/o peso. La demanda de reducción de ruido
en baja frecuencia ha motivado la aparición de las técnicas de control activo (Nelson
y Elliot, 1992; Hansen y Snyder, 1997; Cobo, 1997; Elliott, 2001). El control activo
es una técnica complementaria, más bien que alternativa, a las técnicas de control
pasivo del ruido. El control pasivo proporciona reducción del ruido a frecuencias me-
dias y altas, con una relación prestaciones/costes moderada, mientras que el control
activo es capaz de cancelar el ruido en baja frecuencia. Por tanto, un ruido de banda
ancha, que contenga frecuencias bajas, medias y altas, requiere una técnica de control
híbrido pasivo-activo.
El ruido en recintos es un ejemplo de ruido de banda ancha. Se puede conseguir
absorción pasiva mediante un sistema de dos capas, una porosa y otra de aire, bajo el
forjado rígido del techo. Dependiendo de los espesores de las dos capas, un sistema
tal proporciona una absorción próxima al 100 % a frecuencias medias y altas (por en-
cima de los 700-800 Hz, figura 11.1. Los máximos de la curva de absorción se produ-
cen a las frecuencias a las cuales la cavidad de aire es un múltiplo impar del espesor
de la cavidad de aire (condición que se conoce como resonador de ¼ de longitud de
onda). Por tanto, se puede desplazar la curva de absorción hacia las bajas frecuencias
incrementando el espesor de la cavidad de aire, como se puede ver en la figura 11.1.
Sin embargo, si quisiéramos que el sistema de dos capas absorbiera en el margen de
las frecuencias más bajas, se requeriría una cavidad de aire excesivamente grande. Es
decir, se podría diseñar un absorbente de dos capas para el rango de las bajas frecuen-
cias, pero no sería práctico. Una solución al diseño de un absorbente para el margen
de las bajas frecuencias, con un espesor limitado, la proporciona el control activo.
Paul Lueg ya proponía un absorbente activo para las bajas frecuencias en1933.
Un controlador activo excita un actuador con una señal sintetizada a partir de la
señal de ruido, de acuerdo con algún objetivo y estrategia de control. Previamen-
te, algunos investigadores han discutido estas estrategias. Por ejemplo, Guicking y
Lorenz (1984) describían el equivalente activo de un absorbente de cuarto de onda,
reemplazando la pared rígida por un pistón activo que se movía para conseguir eli-
minar la presión acústica justo a la entrada de la capa porosa. Usando un controlador
retroalimentado, estos autores conseguían una absorción de 0.6-0.7 en la banda de
270 Absorción del sonido

frecuencias 200-500 Hz. Guicking et al. (1985) aplicaron una electrónica ajustable
para conseguir el control activo de la impedancia en el extremo de un tubo de ondas
estacionarias. Este controlador era capaz de proporcionar absorción por debajo de
1000 Hz. Furstoss et al. (1997) demostraron que la minimización de la presión acús-
tica a la entrada de la capa porosa (condición denominada liberación de la presión)
daba lugar a coeficientes de absorción por encima de 0.9 a frecuencias entre 200 y
900 Hz.

1
D=3 cm
D=6 cm
D=9 cm

0.8

0.6
a0

0.4

0.2

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 11.1. Coeficiente de absorción en incidencia normal de una capa porosa de 3 cm de espesor
y resistividad al flujo σ=13720 N s m-4 trasdosada por una cavidad de aire de espesor D variable.

Beyene y Burdisso (1997) demostraron que también se puede obtener absorción


activa cancelando la onda reflejada en la cavidad de aire (condición conocida como
adaptación de impedancias). La condición de adaptación de impedancias requería de
un sistema de dos micrófonos en la cavidad de aire conectados a un circuito decon-
volucionador de ondas, para separar la onda incidente de la reflejada en la cavidad
de aire. Estos autores compararon ambas condiciones en un sistema híbrido pasivo-
activo de dos capas. Los resultados experimentales de Beyene y Burdisso, corrobora-
dos después por Smith et al. (1999), demostraban que la condición de adaptación de
impedancias funcionaba mejor que la de liberación de la presión para ruido de banda
ancha. Sin embargo, Cobo et al. (2003) propusieron un modelo teórico que permitía
comparar ambas condiciones, concluyendo que las prestaciones acústicas del sistema
híbrido pasivo-activo dependían de la relación entre la resistencia al flujo de la capa
porosa y la impedancia del aire. Así, la condición de liberación de la presión fun-
cionaba mejor que la de adaptación de impedancias cuando la resistencia al flujo de
la capa porosa estaba adaptada a la impedancia del aire. Por otra parte, la condición
Absorción híbrida pasiva-activa 271

de adaptación de impedancias proporcionaba más absorción cuando la resistencia


al flujo era 0.7 veces menor que la impedancia acústica del aire, aproximadamente.
Usando un sistema de dos capas, una porosa de 3 cm de espesor, y otra de aire de 7
cm, estos autores obtuvieron un coeficiente de absorción promedio de 0.97 en la ban-
da de frecuencias entre 190 y 1700 Hz, con la condición de liberación de la presión.
Se puede reducir aún más el espesor total del sistema absorbente híbrido usan-
do paneles microperforados como absorbentes pasivos (Cobo et al., 2004; Cobo y
Fernández, 2006). Como se ha visto en el capítulo 7, los MPPs consisten en perfo-
raciones sub-milimétricas distribuidas sobre un panel (Maa, 1987; 1998). Se pueden
diseñar MPPs con resistencia y reactancia acústicas apropiadas para que proporcio-
nen absorción en una banda de hasta un par de octavas, sin necesidad de un material
poroso adicional. Esto permite diseñar absorbentes ligeros, que no tienen el inconve-
niente de desprender partículas, tales como las lanas minerales (Kang y Fuchs, 1999).
El alto coste de la fabricación de MPPs convencionales se puede reducir com-
binando paneles perforados, con agujeros milimétricos, con mallas micrométricas,
obteniéndose así un MIU (Pfretzschner et al., 2006) que proporciona una curva de
absorción muy similar a la de un MPP. Cobo et al. (2004) diseñaron un MIU con un
panel de acero de 1 mm, perforado un 10 %, que proporcionaba un coeficiente de
absorción promedio del 82 % en la banda de frecuencias entre 100 y 1600 Hz. Cobo
y Fernández (2006) incrementaron esta absorción promedio al 94 % con un MIU de
1 mm perforado un 23 %.
La mayor parte de los trabajos publicados sobre absorción híbrida pasiva-activa
usan un altavoz como fuente secundaria. Se puede reducir el grosor total del sistema
híbrido usando un actuador tipo lámina como fuente secundaria (Cuesta et al., 2006;
Sellen et al., 2006). Estos autores usaron como actuador una lámina fina movida
por dos cerámicas piezoeléctricas. Por ejemplo, un absorbente híbrido de 4.6 cm de
grosor, hecho con un MIU como absorbente pasivo y una lámina activa como fuente
secundaria, proporcionaba una absorción promedio del 81 % entre 100 Hz y 1600 Hz
(Cuesta et al., 2006).
El objetivo principal de este capítulo es analizar los fundamentos del diseño de
absorbentes híbridos pasivo-activos. Primero se presenta el modelo teórico que per-
mite comparar el funcionamiento del sistema como una función de los parámetros
constitutivos, la configuración geométrica del sistema y la condición de control,
usando como absorbente pasivo tanto materiales porosos como MPPs. El modelo que
se presentará permite obtener el coeficiente de absorción tanto en incidencia normal
como en incidencia oblicua. Finalmente, se presentarán resultados experimentales
que validan el modelo, tanto en incidencia normal (tubo de impedancias) como en
incidencia oblicua (cámara anecoica) y aleatoria (cámara reverberante).

11.2. MODELO DE ONDA PLANA PARA INCIDENCIA NORMAL

Consideremos el tubo de impedancias esquematizado en la figura 11.2. Un altavoz


en el extremo izquierdo del tubo (no mostrado en la figura) genera ondas planas inci-
dentes, Ai, y reflejadas, Bi, en la capa i. El absorbente pasivo, en el extremo opuesto
272 Absorción del sonido

del tubo, puede ser una capa porosa, figura 11.2a, o un MPP, figura 11.2b, enfrente de
una cavidad de aire de espesor D. La capa porosa de espesor d se caracteriza por su
impedancia acústica, Za, y su constante de propagación, Γa. El MPP está definido por
su impedancia, Zm. Sean Z0 y k0 la impedancia acústica y el número de onda, respecti-
vamente, del aire que llena el tubo. En el caso pasivo, la terminación a la derecha del
tubo es un fondo rígido. Cuando se reemplaza esta terminación por un pistón rígido
de velocidad Vp, el sistema deviene activo. En el caso activo, el pistón se mueve de
acuerdo con una condición de control, que analizaremos a continuación. Las impe-
dancias de entrada a la cavidad de aire y al absorbente son Z2 y Z1, respectivamente.

(a)
Z1 Z2

Z0 ,k0 Za ,Γa Z0 ,k0

A1 A2 A3

Vp

B1 B2 B3

d D

(b)
Z1 Z2 Zm

Z0 ,k0 Z0 ,k0

A1 A3

Vp

B1 B3

Figura 11.2. Ondas planas en un tubo de impedancias con una terminación híbrida pasiva-activa
usando a) una capa porosa, o b) un MPP como material pasivo.
Absorción híbrida pasiva-activa 273

Como hemos visto en el capítulo 3, el coeficiente de absorción del sistema de la


figura 11.2 es

(11.1)

donde

(11.2)

es el coeficiente de reflexión,

(11.3)

es la impedancia de entrada al sistema absorbente (figura 11.2), y

(11.4)

es la impedancia de entrada a la cavidad de aire (figura 11.2).


Para completar el modelo de propagación se requiere caracterizar acústicamente
el elemento pasivo. En el caso de la capa porosa, se puede usar uno de los modelos
semi-empíricos analizados en el capítulo 4 que relacionan la impedancia acústica ,
Za, y la constante de propagación, Γa, con la variable del absorbente, E=ρ0f/s , donde
σ es la resistividad al flujo de la capa porosa, ρ0 es la densidad del aire, y f es la fre-
cuencia. Aunque la mayor parte de los trabajos sobre materiales porosos asumen el
modelo de Delany y Bazley (1970), su región de validez, 0.01<E<1, no es suficiente
para aplicaciones de control activo, ya que la región de bajas frecuencias está en el
rango E<0.01. Se usará entonces el modelo de Allard y Champoux (1992), válido
para cualquier E<1, y que proporciona funciones de la impedancia y constante de
propagación parecidos a los de Delany y Bazley en la región de E donde se solapan
ambos modelos. Las ecuaciones de Allard y Champoux (1992) son
(11.5a)

(11.5b)

donde
274 Absorción del sonido

(11.6a)

es la densidad compleja, y

(11.6b)

es el modulo de compresibilidad del material absorbente.


En el caso del MPP, Maa (1987, 1998) proponía la siguiente ecuación para la
impedancia

(11.7)

donde η es el coeficiente de viscosidad del aire, (1.789 10 -5 kg/m∙s), ω es la frecuen-


cia angular, t es el espesor del panel, d es el diámetro de las perforaciones, ϕ es la
porosidad del panel, y J0 y J1 son las funciones de Bessel de primera clase y orden 0 y
1, respectivamente. La constante de perforación, s, es

(11.8)

y representa la relación entre el diámetro de los agujeros y el espesor de la capa


límite viscosa en el interior de los mismos. Para valores grandes de s, el MPP tiene
una resistencia acústica próxima a la del aire, y una reactancia de masa ligeramente
menor. Se obtiene un absorbente eficiente cuando dicha reactancia tiende a cero. Para
compensar por esta reactancia de masa se intercala la cavidad de aire entre el MPP y
la pared trasera.
El modelo de onda plana descrito por las ecuaciones (11.1)-(11.8) permite anali-
zar el funcionamiento híbrido pasivo-activo del sistema de dos capas. La condición
de control de la parte activa puede ser analizada usando la ecuación (11.4), (Cobo et
al., 2003, 2004). En concreto:
• S  i, Vp=0, entonces Z2 = -jZ0cot(k0D), y estamos en el caso pasivo.
• Control activo por liberación de la presión. Si hacemos cero la presión a la
entrada de la cavidad de aire, entonces P=0, y Z2. Esta es la condición que
hemos denominado liberación de la presión.
• Si anulamos la componente reflejada en la cavidad de aire (B2 in figura 11.2a)
entonces, de la ecuación (11.4), Z2=Z0. En este caso estamos en la condición
de adaptación de impedancias.
Absorción híbrida pasiva-activa 275

(a)
0.9
101
0.8

0.7

0.6

0.5

0.4
100
0.3

0.2

0.1

10-3 10-2 10-1

(b)
0.9
101

0.8

0.7
R=sd/Z0

0.6

0.5
100

0.4

0.3

0.2
10-3 10-2 10-1

(c)
0.9
101
0.8

0.7

0.6

0.5
100
0.4

0.3

0.2
10-3 10-2 10-1
F=fd/c0

Figura 11.3. Cartas de diseño de un sistema de dos capas, una porosa y otra de aire con D=2.5 d,
funcionando a) como un sistema pasivo, o como uno activo con b) liberación de la presión, y c)
adaptación de impedancias.
276 Absorción del sonido

Para obtener el coeficiente de absorción pasiva o activo con el modelo descri-


to, es necesario explicitar los parámetros constitutivos y geométricos del sistema
pasivo (espesor y resistividad al flujo en el caso de la capa porosa; diámetro de los
agujeros, espesor del panel y porosidad en el caso de un MPP; espesor de la cavi-
dad de aire), la frecuencia y la condición de control. Como se vio en el capítulo 4,
Mechel (1988) demostró la conveniencia de agrupar estos parámetros en variables
adimensionales que facilitan la representación gráfica del coeficiente de absorción
(cartas de diseño). En el caso poroso, Mechel propuso las variables adimensionales
F=f d/c0 y R=σ d/Z0. F representa la relación entre el espesor de la capa porosa y
la longitud de onda. R es el cociente entre la resistencia al flujo de la capa porosa y
la impedancia del aire.
La figura 11.3 muestra la carta de diseño de un absorbente poroso de dos capas,
con D=2.5 d, para los casos pasivo, activo por liberación de la presión, y activo por
adaptación de impedancias. El sistema activo proporciona máxima absorción para
R≈1 y F≈0.1. El control activo de la impedancia de entrada al sistema de dos capas
incrementa notablemente la absorción en baja frecuencia con ambas condiciones de
control. Sin embargo, ambas condiciones de control tienen un comportamiento dis-
tinto con la resistencia al flujo normalizada.
Con la condición de liberación de presión (figura 11.3b), se obtiene la máxima
absorción para R≈1, como en la condición pasiva. Con la condición de adaptación
de impedancias (figura 11.3c), por otra parte, se obtiene tanta más absorción cuanto
menor es la resistencia al flujo. Nótese que en el límite de resistencia al flujo cero, la
capa porosa desaparece, y cancelar la onda reflejada, B3, es equivalente a cancelar el
coeficiente de reflexión a la entrada del sistema, lo que proporciona máxima absor-
ción.
La figura 11.4 muestra los contornos de las diferencias entre las curvas de absor-
ción que proporcionan ambas condiciones de control, αliberación de presión-αadaptación de impedan-
cias
. Las líneas gruesas denotan el contorno cero. Como se puede ver en esta figura,
la condición de liberación de la presión proporciona una absorción mayor que la de
adaptación de impedancias en baja frecuencia siempre que R>0.63.
Las curvas de absorción clásicas como una función de la frecuencia se pueden ob-
tener de las cartas de diseño especificando los parámetros del sistema pasivo. A modo
de ejemplo, la figura 11.5 muestra las curvas de absorción de un sistema de dos capas
con σ=13500 N∙s/m4, d=3 cm y D=7 cm, bajo condiciones de control pasivo, activo
por liberación de la presión y por adaptación de impedancias. La condición pasiva
proporciona la máxima absorción a 835 Hz. Por debajo de 677 Hz, y por encima de
1130 Hz, el sistema activo por liberación de la presión da más absorción que el siste-
ma pasivo. También, por debajo de 1200 Hz, la condición de liberación de la presión
da más absorción que la condición de adaptación de impedancias.
Ya que el funcionamiento de un sistema activo ha de limitarse al margen de las
frecuencias bajas (Nelson y Elliott, 1992; Hansen y Snyder, 1997) habría que limitar
el exceso de absorción del sistema activo sobre el pasivo a frecuencias altas, intro-
duciendo, por ejemplo, un filtro paso-bajo para el controlador activo a la frecuencia
de corte de las curvas activa y pasiva (677 Hz, en el ejemplo de la figura 11.5). Se
obtiene así un sistema de absorción híbrida pasiva-activa.
Absorción híbrida pasiva-activa 277

0.1

101

-0.1
R=σn d/Z0

-02

100
-0.3

-0.4

-0.5
10-3 10-2 10-1
F=fd/c0

Figura 11.4. Contornos de las diferencias entre las cartas de diseño de los absorbentes activos de
la Figura 11.3 para las condiciones de liberación de la presión y adaptación de impedancias. Las
líneas gruesas denotan el contorno cero.

0.8

0.6
α0

0.4

0.2
pasivo
activo por liberación de presión
activo por adaptación de impedancias

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 11.5. Curvas de absorción pasiva, activa por liberación de la presión, y activa por
adaptación de impedancias, de un sistema de dos capas con σ=13 500 N s/m4, d=3 cm y D=7 cm.
278 Absorción del sonido

En el caso en el que el sistema pasivo es un MPP, una de las variables adimen-


sionales para la carta de diseño es la constante de perforación s. Cobo et al. (2004)
usaron como segunda variable adimensional

(11.9)

La impedancia acústica normalizada como una función de estas variables adimen-


sionales es entonces

(11.10)

y la impedancia de entrada a la cavidad es

(11.11)

La figura 11.6 muestra las cartas de diseño de un absorbente MPP bajo condicio-
nes de control pasivo, activo por liberación de la presión, y activo por adaptación
de impedancias, para ϕ=0.1 %, t=d=0.1 mm and D=5 cm. De la observación de esta
figura se puede concluir que:
•  l sistema activo desplaza la banda de absorción hacia la baja frecuencia
E
(constante de perforación más baja).
•  funcionamiento del sistema activo depende críticamente de la condición
El
de control. Para ilustrar esto, la figura 11.7 muestra los contornos de las
diferencias de coeficientes de absorción de las dos condiciones de control,
aliberación de presión-aadaptación de impedancias. La condición de liberación de la presión
proporciona más absorción que la condición de adaptación de impedancias,
a frecuencias bajas, siempre que ζ >0.00019.
Se pueden obtener unas curvas de absorción clásicas como una función de la fre-
cuencia mediante un corte de las cartas de diseño por una línea paralela al eje x, con-
virtiendo a este en el eje de frecuencia. La figura 11.8 muestra una curva de absorción
tal para d=t=0.1 mm, ϕ=1 % y D=5 cm. Este MPP proporciona una absorción similar
a la capa porosa analizada en la figura 11.5, pero con un espesor menor, y sin material
poroso susceptible de desprender partículas. Las curvas pasiva y activa se cortan en
f=987 Hz. Así, si se introduce un filtro paso-bajo al sistema activo a esta frecuencia,
se obtiene un sistema híbrido pasivo-activo con una absorción próxima al 100 % en
el margen de frecuencias entre los 100 y los 1600 Hz.
Absorción híbrida pasiva-activa 279

x10-4 (a)
5

0.9

4 0.8

0.7

3 0.6

0.5

0.4
2
0.3

0.2
1
0.1

0.4 1 3

x10-4 (b)
5

0.9
4
0.8

0.7
ζ=(h/Z0d)

0.6

2
0.5

0.4
1
0.3

0.4 1 3

x10-4 (c)
5

0.9
4
0.8

3
0.7

0.6
2

0.5

1
0.4

0.4 1 3
x=d (ωρ/4η)
Figura 11.6. Cartas de diseño de un absorbente MPP con f=1 %, ϕ=0.1 mm y D=5 cm bajo
condiciones de control a) pasivo, b) activo por liberación de la presión, y c) activo por adaptación
de impedancias.
280 Absorción del sonido

x10-4
5
0.1

0
4
0.1

0.2
3
ζ=h/(Z0d)

0.3

0.4
2

0.5

0.6
1

0.7

0.4 1 3
s=d ωρ/4η)

Figura 11.7. Contornos de las diferencias entre las cartas de diseño de la Figura 11.6 para las
condiciones de liberación de la presión y adaptación de impedancias.
La línea gruesa corresponde al contorno cero.

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1 pasivo
activo por liberación de presión
activo por adaptación de impedancias
0.
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 11.8. Un corte de las cartas de absorción de la Figura 11.7 para máxima absorción.
Absorción híbrida pasiva-activa 281

0.9

0.8

0.7

0.6
α0

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1 pasivo
activo por liberación de presión
activo por adaptación de impedancias
0.
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 11.9. Curvas de absorción de un MIU con (d1 ,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D)=(6 mm, 1 mm, 23 %, 35 μm,
39 μm, 14 %, 5 cm).

Si en lugar de un MPP, usamos un MIU, la impedancia de entrada sería

(11.12)

con

(11.13)

Por tanto, el diseño de un MIU depende de los siete parámetros (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D).


En general, las mallas micrométricas comerciales tienen unos parámetros (d2,t2,f2) fi-
jos, de modo que el diseño depende de los cuatro parámetros (d1,t1,ϕ1,D). La figura
11.9 muestra los coeficientes de absorción pasiva, activo por liberación de la presión,
y activa por adaptación de impedancias de un MIU con (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D)=(6 mm,1
282 Absorción del sonido

mm,23 %,35 μm,39 μm,14 %,5 cm). El MIU consta de una malla micrométrica co-
mercial de (d2,t2,ϕ2)=(35 μm,39 μm,14%) pegada a un panel portante de (d1,t1,ϕ1)=(6
mm,1 mm,23 %) trasdosado por una cavidad de aire de 5 cm. Nótese como un MIU,
figura 11.9, es capaz de proporcionar una absorción muy similar a la de un MPP,
figura 11.8.

11.3. ABSORCIÓN HÍBRIDA PARA INCIDENCIA OBLICUA

La figura 11.10 muestra el esquema de un sistema de dos capas, con la primera


porosa o un MPP, para incidencia oblicua, y reacción local o volumétrica. Las ondas
planas se propagan perpendicularmente a la interfaz en el caso de un absorbente de
reacción local. Si el absorbente es de reacción volumétrica, las ondas se propagan
oblicuamente siguiendo la Ley de Snell. El coeficiente de absorción para incidencia
oblicua es

(11.14)

donde q es el ángulo de incidencia,

(11.15)

es el coeficiente de reflexión para incidencia oblicua, y

(11.16)

es la impedancia acústica a la entrada del absorbente. Za y Γa son la impedancia acús-


tica y la constante de propagación, respectivamente, de la capa porosa (definidas por
las ecuaciones (11.5)-(11.6)), Zm es la impedancia acústica del MPP o MIU (definida
por las ecuaciones (11-7)-(11.8) o (11.12)-(11.13)),

(11.17)

y
Absorción híbrida pasiva-activa 283

(11.18)

es la impedancia de entrada a la cavidad de aire.


Cobo et al. (2006) y Cobo y Cuesta (2008) han demostrado que estos sistemas
se comportan como de reacción volumétrica. Para obtener absorbentes de reac-
ción local es necesario compartimentar la cavidad de aire con un panel de nido de
abeja. Por eso, en lo que sigue asumiremos que los sistemas absorbentes son de
reacción volumétrica. Las ecuaciones (11.14)-(11.18) junto con las ecuaciones
(11.5)-(11.6) y las ecuaciones (11.12)-(11.13) permiten modelar el comportamien-
to de estos absorbentes híbridos pasivo-activos en incidencia oblicua. A modo de
ejemplo, la figura 11.11 muestra las cartas de diseño de un sistema híbrido poroso
con d=3 cm, D=5 cm, σ=14000 N∙s/m4, como una función de F y θ, bajo condicio-
nes de control pasivo, activo por liberación de la presión y activo por adaptación
de impedancias.
El comportamiento de este sistema absorbente en función del ángulo de inciden-
cia es bastante complejo. En el caso pasivo, se obtiene la absorción máxima en inci-
dencia normal (figura 11.11a). En el caso activo por liberación de la presión, la máxi-
ma absorción ocurre para θ=30o (figura 11.11b). En el caso activo por adaptación de
impedancias (figura 11.11c), se obtiene la absorción máxima para θ≈50o. Ambas con-
diciones de control activo proporcionan absorción casi nula para incidencia próxima
a 90o (incidencia rasante).
La figura 11.12 muestra las cartas de diseño de un MIU con
(d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D)=(6 mm,1 mm,23 %,35 μm,39 μm,14 %,5 cm), como una fun-
ción de f y θ, bajo las tres condiciones de control usuales. Como en el caso del
absorbente poroso, el comportamiento del MIU en función del ángulo de inci-
dencia es bastante complejo. En el caso pasivo, se obtiene la máxima absorción
para θ≈40o (figura 11.12a). En el caso activo, la máxima absorción se obtiene
para θ≈45o, por liberación de la presión (figura 11.12b), y para θ≈67o por adap-
tación de impedancias (figura 11.12c). La absorción en ambas condiciones de
control activo en incidencia rasante tiende a cero.
El coeficiente de absorción en campo difuso,αd, se obtiene de

(11.19)
284 Absorción del sonido

Z1 Z2 Z1 Z2
(a) (b)

Z0, ko Zw, Γo Z0, ko Z0, ko Zw, Γo Z0, ko

Vp Vp
θ θ

d D d D

(c) (d)
Z1 Z2 Z1 Z2

Z0, ko Z0, ko Z0, ko Z0, ko


Zm Zm

Vp Vp
θ θ

D D

Figura 11.10. Ondas planas en un sistema (a,c) de reacción volumétrica o (b,d) local,
con la primera capa porosa (a,b) o un MPP (c,d).
Absorción híbrida pasiva-activa 285

90
(a) 0.9
80
0.8
70
0.7
60
0.6
50
0.5
40
0.4
30
0.3
20 0.2

10 0.1

0
10-2 10-1

90
(b)
80 0.9

0.8
70
0.7
60
0.6
50
0.5
θ(º)

40
0.4
30
0.3
20
0.2
10
0.1
0
10-2 10-1 0

90
(c) 0.9
80
0.8
70
0.7
60
0.6
50
0.5
40
0.4
30
0.3
20 0.2

10 0.1

0
10-3 10-2 10-1
F=fd/c0

Figura 11.11. Cartas de diseño para un absorbente de dos capas con capa porosa de d=3 cm, D=5
cm, σ=14000 N∙s/m4, para condiciones de control a) pasivo, b) activo por liberación de la presión,
y c) y activo por adaptación de impedancias.
286 Absorción del sonido

90

80 (a) 0.9

0.8
70
0.7
60
0.6
50
0.5
40
0.4

30 0.3

20 0.2

10 0.1

0
102 103

90

80 (b) 0.9

0.8
70
0.7
60
0.6
50
θ(º)

0.5
40
0.4
30
0.3
20
0.2

10 0.1

102 103

90
(c)
80 0.9

70 0.8

0.7
60
0.6
50
0.5
40
0.4
30
0.3
20
0.2
10 0.1

102 103
f=(Hz)
Figura 11.12. Cartas de diseño de un MIU con (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D)=(6 mm, 1 mm, 23 %, 35 μm,
39 μm, 14 %, 5 cm), para condiciones de control a) pasivo, b) activo por liberación de la
presión, y c) activo por adaptación de impedancias.
Absorción híbrida pasiva-activa 287

(a) 0.9
101
0.8

0.7

0.6

0.5

100 0.4

0.3

0.2

0.1
102 103

(b)
101 0.9

0.8

0.7
R=σd/Z0

0.6

100 0.5

0.4

0.3

0.2
10-1 100

(c)
101 0.9

0.8

0.7

0.6

100
0.5

0.4

0.3
10-1 100
F=fd/c0

Figura 11.13. Cartas de diseño para el coeficiente de absorción en campo difuso de un sistema de
dos capas con d=3 cm y D=5 cm, para condiciones de control a) pasivo, b) activo por liberación
de la presión, y c) activo por adaptación de impedancias.
288 Absorción del sonido

40
0.9
(a)
35 0.8

30 0.7

0.6
25
0.5
20
0.4
15
0.3

10 0.2

5 0.1

20 30 40 50 60 70 80 90 100 110

40
(b) 0.9
35
0.8

30 0.7

25 0.6

0.5
ϕ1(º)

20
0.4
15
0.3

10 0.2

5 0.1

20 30 40 50 60 70 80 90 100 110

40
(c) 0.9
35
0.8
30
0.7
25
0.6

20
0.5

15
0.4

10 0.3

5 0.2

20 30 40 50 60 70 80 90 100 110
s1=d1 (ωρ/4η)

Figura 11.14. Coeficiente de absorción difusa de un MIU con (t1,d2,t2,ϕ2,D)=(1 mm, 35 μm, 39 μm,
14 %,5 cm), para condiciones de control a) pasivo, b) activo por liberación de la presión, y c)
activo por adaptación de impedancias.
Absorción híbrida pasiva-activa 289

La ecuación (11.19) representa la relación de la energía absorbida por la


muestra a la energía incidente, en un campo puramente difuso. La figura 11.13
muestra las cartas de diseño para el coeficiente de absorción difuso de un sis-
tema de dos capas, siendo la primera porosa, con d=3 cm y D=5 cm, bajo con-
diciones de control pasivo, activo por liberación de la presión y activo por
adaptación de impedancias. El efecto del control activo en incidencia difusa
es similar al de incidencia normal. Es decir, el control activo incrementa la
absorción del sistema en el margen de las frecuencias bajas (bajo F), el control
activo por liberación de la presión proporciona más absorción que por adapta-
ción de impedancias para resistencias al flujo próximas a la impedancia del aire
(R≈1.58), y el control activo por adaptación de impedancias funciona mejor
para valores bajos de R.
La figura 11.14 muestra las cartas de diseño de un MIU en campo difuso con
(t1,d2,t2,ϕ2,D)=(1 mm, 35 μm, 39 μm, 14 %, 5 cm), bajo condiciones de control pasi-
vo, activo por liberación de la presión y activo por adaptación de impedancias, como
una función de la constante de perforación, s1, y de la porosidad, ϕ1, del panel portan-
te. De nuevo, el control activo incrementa notablemente la absorción del sistema en
baja frecuencia (s1 pequeño).

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
αd

0.4

0.3

0.2

pasivo
0.1 activo por liberación de presión
activo por adaptación de impedancias
0.
103

Frecuencia (Hz)

Figura 11.15. Coeficiente de absorción difusa de un sistema de dos capas, con una capa porosa
de σ=22 100 N s/m4 y d=3 cm, y una cavidad de aire de D=5 cm.
290 Absorción del sonido

Se pueden obtener las curvas de absorción clásicas en función de la frecuencia con-


virtiendo el eje F en f, y especificando para el valor concreto de R. Las figuras 11.15
y 11.16 muestran dos ejemplos de curvas de absorción para las combinaciones de los
parámetros especificados en los pies de figura, para un absorbente poroso y un MIU.
Las curvas de absorción difusa muestran rasgos distintivos en comparación con
las curvas de absorción en incidencia normal. A saber:
• L as curvas de absorción difusa tienen una amplitud reducida, en compara-
ción con las de incidencia normal, y su primer máximo se desplaza hacia las
altas frecuencias.
• Ambas
 condiciones de control, liberación de la presión y adaptación de im-
pedancias, incrementan notablemente la absorción del sistema en baja fre-
cuencia. Además, en campo difuso, las diferencias entre las absorciones pro-
porcionadas por ambas condiciones, tienden a reducirse.
Si se elije apropiadamente la resistencia al flujo de la capa porosa, o las propieda-
des constitutivas del MPP o MIU, la condición de liberación de la presión proporcio-
na una absorción ligeramente mayor que la de adaptación de impedancias. Por otra
parte, es más fácil de implantar, puesto que solo requiere un micrófono de error a la
entrada de la cavidad de aire, mientras que la de adaptación de impedancias requiere
dos micrófonos y un filtro deconvolucionador. Por esta razón, Cobo et al. (2003,
2004) implementaban un sistema de absorción híbrida pasiva-activa con condición
de liberación de la presión, tanto con una capa porosa como con un MIU.

0.9

0.8

0.7

0.6
αd

0.5

0.4

0.3

0.2

pasivo
0.1 activo por liberación de presión
activo por adaptación de impedancias
0.
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 11.16. Coeficiente de absorción difusa de un MIU con (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D)=(6 mm,1 mm,23
%,35 μm,39 μm,14 %,5 cm).
Absorción híbrida pasiva-activa 291

11.4. RESULTADOS EXPERIMENTALES

La absorción híbrida pasiva-activa en incidencia normal puede medirse modifi-


cando apropiadamente un tubo de impedancias. La figura 11.17 muestra un tubo de
impedancias modificado para poder medir absorción activa. El sistema consta de un
tubo de aluminio de 1 m de largo y 10 cm de diámetro. El altavoz primario a la dere-
cha del tubo genera un ruido blanco filtrado en la banda de frecuencias de interés. En
el extremo opuesto se inserta la muestra a medir. Para el caso pasivo, se usa un típico
portamuestras (una capa porosa o un MPP trasdosado por una cavidad de aire). Para
el caso activo, se usa, además de la muestra, una fuente de control, un micrófono de
error a la entrada de la cavidad de aire, y un controlador activo. La fuente de control
puede ser un altavoz (figura 11.17) o un actuador tipo lámina (figura 11.18).
La señal captada por el micrófono de error a la entrada de la cavidad de aire es
la señal de error para un controlador activo, basado en un DSP TI TMS320 C40 de
Texas Instruments. Este controlador, que implementa los algoritmos adaptativos FX-
LMS y FU-LMS (Elliott, 2001), permite configurar el número de coeficientes de los
filtros de identificación y control, y el número de coeficientes del filtro paso-bajo.
El controlador usa como señal de referencia la misma señal que excita el altavoz
primario. Cuando el controlador activo está en funcionamiento, el filtro adaptativo
genera una señal de control que mueve la fuente de control de tal modo que se cancela
la presión acústica en el micrófono a la entrada de la cavidad de aire (condición de
liberación de la presión).
Los coeficientes de absorción pasiva, puramente activa, e híbrida pasiva-activa,
se miden usando el método de la función de transferencia descrito en el capítulo
12. Se usan tres micrófonos en el centro del tubo de impedancias (figuras 11.17 y
11.18). La separación entre cada dos micrófonos es de 9 cm. Por tanto, se pueden
cubrir dos rangos de frecuencia usando dos micrófonos consecutivos (95 Hz, 857
Hz) o alternos (190 Hz, 1715 Hz). Las figuras 11.19 y 11.20 muestran los coefi-
cientes de absorción pasiva, activa, e híbrida pasiva-activa, para un sistema de dos
capas (una porosa y otra de aire) y para un sistema MIU, respectivamente. El drás-
tico incremento de la absorción en baja frecuencia con el sistema activo es evidente
en ambos casos.
En el caso del sistema de dos capas (figura 11.19), la capa porosa consiste en
una espuma de melamina de 4 cm, con una resistividad al flujo de s=12 000 N s/
m4, y una cavidad de aire de 4 cm. El espesor total del sistema absorbente es en-
tonces de 8 cm. Nótese que la resistencia al flujo de la capa porosa es 480 N s/m3,
próxima a la impedancia del aire, 410 N s/m3. El sistema pasivo proporciona la
máxima absorción a 900 Hz. El sistema activo proporciona una absorción próxima
al 100 % a alrededor de 200 Hz. La curva de absorción activa decrece lentamente
e intersecta a la curva pasiva alrededor de 680 Hz. Por encima de esta frecuencia,
la absorción pasiva supera a la activa. Cuando se introduce al sistema activo un
filtro paso-bajo a esta frecuencia, el sistema híbrido pasivo-activo da una absor-
ción próxima al 100 % en toda la banda de frecuencias medida. El coeficiente de
absorción promedio en la banda (200, 1600) Hz es 0.97, con un sistema de dos
capas y 8 cm de grosor total.
292 Absorción del sonido

Figura 11.17. Tubo de impedancias híbrido pasivo-activo (según Cobo y Cuesta, 2008).

Figura 11.18. Tubo de impedancias híbrido pasivo-activo con un actuador tipo lámina
como fuente de control (según Cuesta et al., 2006).
Absorción híbrida pasiva-activa 293

0.8

0.6
α0

0.4

0.2
pasivo
activa
hibrida pasiva/activa

0.
103
Frecuencia (Hz)
Figura 11.19. Absorción pasiva, activa, e híbrida pasiva-activa de un sistema
con una capa porosa de σ=12 000 N s/m4 y d=4 cm, y una cavidad de aire de D=4 cm.

0.8

0.6
α0

0.4

0.2
pasivo
activa
hibrida pasiva/activa

0.
103
Frecuencia (Hz)
Figura 11.20. Absorción pasiva, activa, e híbrida pasiva-activa de un MIU con
(d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D)=(6 mm,1 mm,23 %,35 μm,39 μm,14 %,5 cm).
294 Absorción del sonido

En el caso del sistema híbrido con un MIU (figura 11.20), el sistema pasivo da
la absorción máxima a 1200 Hz. El controlador activo proporciona una absorción
próxima al 100 % a unos 200 Hz. La curva activa intersecta a la pasiva alrededor de
850 Hz. Cuando se introduce al controlador activo un filtro paso-bajo a esa frecuen-
cia, la absorción se aproxima al 100 % en toda la banda de frecuencias de medición.
El coeficiente de absorción promedio en la banda (200, 1600) Hz es 0.94, con un
MIU de 5.1 cm de espesor total (Cobo y Fernández, 2006).
También se ha verificado el funcionamiento de la absorción híbrida pasiva-activa
en incidencia oblicua. Para ello se construyó un MIU de dimensiones (2.44 m x 2.44
m x 1 mm), con una cavidad de aire de 5 cm, y una terminación que puede ser rígida
(condición pasiva) o activa, figura 11.21. El MIU fue diseñado para proporcionar
una absorción elevada alrededor de 1 kHz, de acuerdo con el modelo desarrollado en
el capítulo 7. Se usaron dos chapas de 1.22x2.44 m y 1 mm de grosor, y una malla
micrométrica pegada a las perforaciones (Pfretzschner et al., 2006). Para reducir el
coste de perforación de las placas, se realizaron perforaciones ranuradas de 6 mm con
una porosidad del 23 %. La malla micrométrica usada tenía unos parámetros consti-
tutivos (d2,t2,ϕ2)=(35 μm,39 μm,14 %).

Figura 11.21. Un MIU con (d1,t1,ϕ1,d2,t2,ϕ2,D)=(6 mm, 1 mm, 23 %,35 μm, 39 μm, 14 %, 5 cm)
montado para su medición en una Cámara Anecoica.

Tanto el sistema pasivo (terminación rígida) como activo (liberación de la pre-


sión) se han implementado usando un panel de madera de 1.5 cm y una pared activa
(figura 11.21). Por razones prácticas, la pared activa solo se ha aplicado a una región
Absorción híbrida pasiva-activa 295

reducida del panel trasero. De hecho, se ha eliminado un rectángulo de (62 cm x 54


cm) de la sección central del panel de madera trasero que actúa como terminación
rígida, y se ha reemplazado por un panel activo como el de la figura 11.22, derecha
(Cobo y Cuesta, 2007). El panel activo contiene 4 altavoces (fuentes secundarias),
insertados simétricamente, y 4 micrófonos, numerados de M1 a M4, situados justo
a la entrada de la cavidad de aire, cada uno de ellos enfrente del altavoz correspon-
diente. La cavidad de aire tiene un espesor de 5 cm. Para crear cavidades locales,
se divide la cavidad de aire posterior a la célula activa en 4 cavidades iguales, cada
una de ellas con un altavoz y un micrófono. En funcionamiento activo, cada altavoz
actúa para cancelar la presión en el micrófono de su cavidad. Por consiguiente, este
sistema activo multicanal 4I4O (4 Input/4 Output) es configurado como un sistema
con 4 unidades 1I1O locales, lo que permite reducir la carga computacional del sis-
tema adaptativo.

Figura 11.22. Vista trasera (izquierda) del MIU y detalle del sistema activo 4I4O (derecha).

Para medir el coeficiente de absorción en incidencia oblicua se usa el procedi-


miento descrito en el capítulo 12, que consiste en un sistema altavoz-micrófono
situado a una distancia fija, frente al MIU, formando un ángulo θ con su perpendi-
cular. Primero se determina la respuesta impulsiva del sistema altavoz-micrófono
en condiciones de campo libre (se gira el sistema 180° con respecto al plano del
MIU). Mediante una ventana temporal, se selecciona la señal incidente directa del
micrófono. Después, se dirige el sistema hacia el MIU, formando el ángulo deseado,
y se vuelve a medir la respuesta impulsiva. De nuevo, se selecciona mediante una
ventana temporal la señal reflejada en el MIU. La difracción en los bordes del MIU
limita el procedimiento de medida a un ángulo de incidencia de 25°. El cociente
entre la señal reflejada y la directa proporciona el coeficiente de absorción. Una
vez medido el coeficiente de reflexión, se obtiene el coeficiente de absorción por el
procedimiento usual.
Para medir el coeficiente de absorción híbrida pasiva-activa, se procede de la
siguiente manera:
296 Absorción del sonido

•  rimero, se mide el coeficiente de absorción pasiva para el ángulo de inci-


P
dencia en cuestión con el sistema activo desconectado.
•  continuación se conecta el sistema de control activo, se optimiza su fun-
A
cionamiento para cancelar la señal MLS en cada uno de los micrófonos de
error, y se procede a medir el coeficiente de absorción activo.
Las figuras 11.23 y 11.24 muestran los resultados de la medición del coefi-
ciente de absorción del MIU de la figura 11.21, para un ángulo de incidencia de
13°. En este caso, la frecuencia de corte para el filtro paso-bajo fue de 800 Hz
(figura 11.23). Nótese como los niveles relativos de las señales de error en los
micrófonos se reducen entre 10 y 20 dB por debajo de 800 Hz. El micrófono M3
parece funcionar ligeramente peor, probablemente debido a estar más lejos del
micrófono de medición.

-15 -15
M1 M2
-20 -20

-25 -25

-30 -30

-35 -35
Nivel Relativo (dB)

-40 -40
100 500 1000 100 500 1000

-15 -15
M3 M4 Pasivo
-20 -20 Activo

-25 -25

-30 -30

-35 -35

-40 -40
100 500 1000 100 500 1000

Frecuencia (Hz)

Figura 11.23. Espectros de las señales de error sin y con el sistema de control activo funcionando
detrás del MIU, para un ángulo de incidencia de 13°.

La figura 11.24 muestra las curvas de absorción pasiva e híbrida pasiva-activa.


Como era de esperar, el sistema activo mejora las prestaciones del MIU en baja fre-
cuencia. En promedio, se obtiene alrededor del 90% de absorción híbrida pasiva-
activa en la banda de frecuencias entre 253 Hz y 1 kHz. Estos resultados validan las
predicciones de los modelos desarrollados para absorción híbrida pasiva-activa en
campo libre.
Absorción híbrida pasiva-activa 297

0.8

0.6
α (13º)

0.4

0.2
pasiva experimental
hidrida experimental
pasiva teórica
activa teórica
0.
200 400 600 800 1000
Frecuencia (Hz)

Figura 11.24. Coeficientes de absorción (teóricos y experimentales), del MIU para un ángulo de
incidencia de 13o.

11.5. REFERENCIAS

Allard, J. F. y Champoux, Y. (1992). «New empirical equations for sound propaga-


tion in rigid frame fibrous materials». J. Acoust. Soc. Am., 91: 3346-3353.
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Cobo, P., (1997). Control Activo del Ruido. Principios y Aplicaciones. CSIC, Colec-
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Cobo, P. y Fernández, A. (2006). «Hybrid passive-activo absorption of broadband
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12.  MEDICIÓN DEL COEFICIENTE
DE ABSORCIÓN SONORA

12.1. INTRODUCCIÓN

Para el acondicionamiento acústico de recintos, se pueden caracterizar los ma-


teriales acústicos por su coeficiente de absorción y por su impedancia acústica. El
coeficiente de absorción se puede medir mediante tres procedimientos: en una cámara
reverberante, en un tubo de ondas estacionarias (o de impedancias), o por el método
de reflexión, figura 12.1. El método de la cámara reverberante proporciona el coefi-
ciente de absorción Sabine, que es una aproximación del coeficiente de absorción
en campo difuso. La norma UNE-EN ISO 354 (2004) establece el procedimiento de
medición. El tubo de impedancias da el coeficiente de absorción para ondas planas
en incidencia normal. Este método de medición está regulado por la norma UNE-EN
ISO 10534-1 (2002), usando el campo de ondas estacionarias en el tubo, o por la
norma UNE-EN ISO 10534-2 (2002), usando la función de transferencia entre dos
micrófonos en las paredes del tubo.

MÉTODOS DE MEDIDA DEL COEFICIENTE DE ABSORCIÓN

CÁMARA TUBO DE IMPEDANCIAS REFLEXIÓN


REVERBERANTE

ISO 10534-1 (ondas


estacionarias) 0 10534-2
(Funciónn de transferencia)
Dominio de la frecuencia CEN/TS 1793-5
ISO 354 Dominio del tiempo

Figura 12.1. Métodos de medición del coeficiente de absorción.


300 Absorción del sonido

El método de reflexión nos permite medir el coeficiente de absorción en inciden-


cia oblicua y está basado en la medición de la respuesta impulsiva entre un altavoz
y un micrófono enfrente de la muestra. La norma que regula este procedimiento de
medición, se ha tomado prestada de la caracterización de barreras antirruido in situ, y
es la CEN/TS 1793-5 (2003). A continuación se describen con más detalle cada uno
de estos métodos de medición.

12.2. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN


PARA INCIDENCIA NORMAL

El método de medición del coeficiente de absorción de materiales en un tubo de


impedancias descrito en la norma internacional ISO 10534-2 (2002) está basado en
el método de la función de transferencia propuesto por Chung y Blaser (1980). El
principio de medición es el siguiente: se monta la muestra a medir en el extremo de
un tubo de paredes rígidas y lisas. Un actuador sito en el extremo opuesto genera un
campo de ondas planas en el tubo, pudiendo ser aleatorio, una secuencia pseudo-
aleatoria o una señal con barrido senoidal. Dos micrófonos miden la presión acústica
en dos posiciones distintas del tubo, figura 12.2. Se mide a continuación la función
de transferencia compleja entre ambos micrófonos, y se utiliza para calcular el coefi-
ciente de reflexión complejo, el coeficiente de absorción y la impedancia acústica,
en incidencia normal. La figura 12.2 muestra un esquema del sistema de medición.

Micrófono 1 Δx x
d

Micrófono 2
Fuente Muestra

Figura 12.2. Esquema del tubo de impedancias (Según Fernández, 2006).

El rango de frecuencias de validez de las medidas es función de las dimensiones


del tubo, la separación entre micrófonos, la precisión del equipo de procesado de
señal y la capacidad del actuador. Podemos fijar el margen de frecuencias de trabajo
como

(12.1)
Medición del coeficiente de absorción sonora 301

donde fl es el límite inferior y fu el superior. fl está limitada por la capacidad del ac-
tuador, por la precisión del equipo de medición y por la separación entre micrófonos
(fl crece a medida que la separación disminuye). Como norma general se puede decir
que la separación entre micrófonos debe ser mayor que el 5% de la longitud de onda
de la frecuencia más baja que se desea medir, es decir

(12.2)

donde c0 es la velocidad del sonido en el aire y Δx es la separación entre micrófonos


(figura 12.2).
El límite superior, fu, se elige para asegurar que solo se propaguen ondas planas.
Para un tubo de sección circular, tenemos que

(12.3)

siendo d el diámetro del tubo. Por otro lado, la separación entre micrófonos también
afecta a fu, de modo que también se debe cumplir que

(12.4)

Montaje A Montaje B

2 1 2
1

2 1
1 2

Figura 12.3. Configuración de micrófonos para las medidas de HI12 (Montaje A) y HII12 (Montaje B).

La longitud del tubo debe ser suficientemente grande para que se establezca un cam-
po de ondas planas entre la fuente y la muestra. Por otro lado, es inevitable que la fuente
genere modos de onda superiores, no planos. Estos modos son evanescentes, es decir,
desparecen a cierta distancia de la fuente. Por ello, se recomienda que los micrófonos
de medición estén situados a una distancia de 2 ó 3 diámetros del actuador.
302 Absorción del sonido

El procedimiento de medición es el siguiente. Una vez la fuente está generando el


campo de ondas estacionarias, se mide una primera función de transferencia acústica
entre ambos micrófonos, HI12 (montaje A de la figura 12.3). A continuación se inter-
cambian de posición y se vuelve a medir la función de transferencia, HII12 (montaje
B de la figura 12.3). Con estas dos medidas, se calcula la función de transferencia
compleja como la media geométrica de las anteriores

(12.5)

Cuando se usan dos micrófonos conectados a una fuente de alimentación de mi-


crófonos B&K 5935L, no es menester cambiar los micrófonos. Basta cambiar la po-
sición del conmutador correspondiente de la fuente, figura 12.4

Figura 12.4 . Posición del conmutador de salidas de la fuente B&K 5935L para las medidas de
(izquierda) y (derecha).

Gracias a este procedimiento, se eliminan cualquier pequeña diferencia de ampli-


tud o fase que puede existir en la sensibilidad de ambos micrófonos. La norma ISO
10534-2 propone obtener la función de transferencia H12 a partir de los autoespectros
y espectros cruzados de las señales de cada micrófono, de modo que

(12.6)

donde S11 y S22 son los autoespectros de cada micrófono, y S12 y S21 los espectros cru-
zados. A partir de H12, se calcula el coeficiente de reflexión complejo

(12.7)
Medición del coeficiente de absorción sonora 303

siendo Δx la separación entre micrófonos, x la distancia entre el micrófono más próxi-


mo a la muestra y esta, k0 el número de onda en el aire y

(12.8)

Finalmente, a partir del coeficiente de reflexión se puede obtener la impedancia


acústica normalizada del material

(12.9)

así como el coeficiente de absorción

(12.10)

Ruiz y Cobo (2011) han elaborado una GUI de MATLAB, denominada IMPE-
dance TUbe (IMPETU) que facilita el procedimiento de medición descrito. La figura
12.5 muestra una de las pantallas de esta GUI.

Figura 12.5. GUI IMPETU para la medición del coeficiente de absorción


en un tubo de impedancias.
304 Absorción del sonido

Las figuras 12.6 y 12.7 muestran las curvas de absorción teóricas y medidas en un tubo
de impedancias para dos MPPs. Las curvas teóricas han sido obtenidas usando el modelo
de Maa para un MPP sencillo (véase capítulo 7). Se trata de muestras de diámetro 100 mm.
El margen de frecuencias mostrado es el determinado por el rango de validez de las ecua-
ciones (12.2)-(12.4) para este tubo de impedancias. Como se puede observar, se obtiene un
acuerdo excelente entre las curvas medidas y las predichas por el modelo de Maa.

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2 Experimental
Theoretical
0.1

0
200 400 600 800 1000 1200 1400
f (Hz)

Figura 12.6. Un MPP de parámetros (d,t,ϕ,D)=(0.36 mm,0.4 mm,0.7 %,2 cm) (izquierda),
y su curva de absorción (derecha).

1
0.9
0.8
0.7
0.6
0.5
α

0.4
0.3
0.2
Experimental
0.1 Theoretical

0
200 400 600 800 1000 1200 1400
f (Hz)

Figura 12.7. Un MPP de parámetros (d,t,ϕ,D)=(0.36 mm,0.5 mm,1.17 %,2 cm) (izquierda),
y su curva de absorción (derecha).

12.3. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN


PARA INCIDENCIA OBLICUA

En un tubo de impedancias se mide el coeficiente de absorción para incidencia


normal. Para incidencia oblicua es necesario realizar medidas de una muestra en
Medición del coeficiente de absorción sonora 305

campo libre, es decir, en un área libre de reflexiones. El principal problema que nos
podemos encontrar es el hecho de que la muestra a estudiar es de dimensiones finitas,
de modo que es inevitable que parte de la energía acústica se difracte en sus bordes,
pudiendo confundirse con la energía reflejada.
En las mediciones del coeficiente de absorción para incidencia oblicua, se usa
el método de reflexión. Se trata de medir la respuesta impulsiva entre un altavoz y
un micrófono unidos rígidamente, manteniéndose constante su separación aunque se
gire el sistema. Mediante el uso de ventanas temporales y conociendo la geometría
del sistema es posible separar los distintos eventos, tales como la señal directa, la
señal reflejada, la señal difractada, etc., utilizando la señal directa y la reflejada para
calcular el coeficiente de absorción. La figura 12.8 muestra cómo aparecen los distin-
tos eventos en la respuesta impulsiva.
El tamaño de las ventanas utilizadas para separar los eventos influye en el rango
de frecuencias de validez del método, debido a que la frecuencia más baja fiable es
función de dicha longitud (Cobo et al., 2006a).

Directo

Reflejado en la muestra

Difractados en la muestra

Figura 12.8 Diferentes caminos seguidos por las ondas acústicas (izq.) y cómo aparecen
en la medición de la respuesta impulsiva (dcha.) (Según Fernández, 2006).

Es deseable, por tanto, tratar de optimizar la geometría del sistema para separar
en el tiempo los eventos directo y reflejado de las difracciones, con la dificultad de
que excepto en el caso de la señal directa, el tiempo de viaje de los demás eventos es
función del ángulo de giro. Para calcular los distintos tiempos de viaje, es necesario
calcular las distancias recorridas por las distintas señales en función del ángulo de
giro. En la figura 12.9 se muestra la geometría del sistema, teniendo en cuenta que
las ondas salen del altavoz por su diafragma que, en general, no estará situado en el
centro de giro.
A partir de la figura 12.9, y operando adecuadamente podemos obtener la relación
entre el ángulo de giro,θ, y el ángulo de incidencia, α
306 Absorción del sonido

(12.11)

de modo que el máximo ángulo de incidencia admisible, para θ=90o, vale

(12.12)

α
A´ S´´

O M S
A

Figura 12.9. Distancias y ángulos relevantes del sistema.

Los tiempos de viaje son

(12.13)
Medición del coeficiente de absorción sonora 307

el tiempo de viaje de la señal directa,

(12.14)

el tiempo de viaje de la señal reflejada,

(12.15)

el tiempo de viaje de la señal difractada en el borde de la muestra, siendo β=atan(dS’’H/


dA’S’’) y

(12.16)

el tiempo de viaje de la señal difractada en el altavoz tras ser reflejada por la muestra.
De las distintas distancias que intervienen en los tiempos de viaje anteriores, solo es
necesario tener en cuenta para la optimización dos, dAM y dMS, ya que las demás o son
función de estas o bien están fijadas, como la distancia centro de giro-diafragma, dOA,
y la semilongitud de la muestra, dSH. Por otro lado, no es deseable que la distancia
dMS sea muy pequeña, porque entonces se mezclarían en exceso las señales directa
y reflejada. Esto puede resolverse por el método de la sustracción, que se explicará
más adelante, aunque presenta algunos problemas, por lo que es preferible tratar de
separar ambos eventos.

16 16
(a) (b)
14 14

12 12

10 10 τa-τr
r (ms)

r (ms)

τa-τr
8 8

6 6
τb-τr

4 τb-τr 4

2 2
0.5 1 1.5 2 2.5 0.5 1 1.5 2 2.5
dam (m) dam (m)

Figura 12.10. Diferencias de tiempos de viaje entre los eventos difractados y reflejado en la
muestra, para una muestra de 1.2 m de semilongitud y una separación micrófono-muestra de 5 cm
en incidencia normal (a), y para un ángulo de giro θ=40º (b).
308 Absorción del sonido

Si se estudian las diferencias entre los tiempos de viaje de la señal reflejada y


la difractada en el borde de la muestra y la difractada en el altavoz, en función de
la distancia altavoz-micrófono, se puede comprobar que ambas curvas se cortan en
un punto (figura 12.10). Para el valor de dAM correspondiente al punto de corte, los
eventos difractados en el borde de la muestra y en el altavoz coinciden, resultando el
valor óptimo de separación. Para el resto de valores de dAM, o bien la señal difractada
en el borde o bien la difractada en el altavoz llega antes que para el punto óptimo. En
la figura 12.10 se puede observar también como el valor óptimo de dAM varía con el
ángulo de giro.
Puesto que el valor óptimo de dAM depende del ángulo de giro, no se puede
optimizar para todos los ángulos. Las figuras 12.11 y 12.12 muestran los ecogra-
mas de los distintos eventos en función del ángulo de giro, cuando se optimiza
dAM para un ángulo de incidencia normal, θ=0º (α=0º), y para un ángulo de giro
θ=40º (α=23º).

4
τ (ms)

10
0 10 20 30 40 50 60
θ (º)

Figura 12.11. Ecograma de eventos para el caso (dAM,dMS,h )=(0.87 m,5 cm,1.2 m).

Si se optimiza la configuración para incidencia normal, resulta mucha se-


paración para ángulos de giro bajos, la cual va reduciéndose al aumentar el án-
gulo. Teniendo esto en cuenta, es posible utilizar esta configuración para todos
los ángulos y variar la longitud de la ventana temporal en función del ángulo
de giro. Es decir, para incidencia normal la ventana sería más grande que para
ángulos de giro mayores. La consecuencia de utilizar estas ventanas adaptativas
es que el rango de validez de las mediciones disminuye al aumentar el ángulo
de giro.
Medición del coeficiente de absorción sonora 309

4
τ (ms)

10
0 10 20 30 40 50 60
θ (º)

Figura 12.12. Ecograma de eventos para el caso (dAM,dMS,h )=(0.698 m,5 cm,1.2 m).

Una vez optimizada la geometría del sistema, el procedimiento de medición es


el siguiente. Se gira el sistema hasta un ángulo de giro de 180º, de modo que no se
produzca reflexión en la muestra, y se envía una señal MLS por el altavoz. La señal
recogida por el micrófono se correlaciona circularmente con la señal MLS original,
obteniendo de esta forma la respuesta impulsiva del sistema altavoz-micrófono. Esta
respuesta impulsiva es seleccionada con una ventana para eliminar posibles difrac-
ciones o reflexiones, obteniendo como resultado la respuesta impulsiva directa, d(t).
A continuación se cambia al ángulo de giro correspondiente al ángulo de incidencia
que se desea medir. Se realiza una nueva medición de la respuesta impulsiva del
sistema, r’(t), a la que se resta la respuesta impulsiva directa, d(t), lo que se conoce
como método de la sustracción. Puesto que la posición relativa entre el altavoz y el
micrófono se mantiene constante, al realizar esta sustracción se está eliminando de
esta medición la parte de señal correspondiente a la señal directa. Aunque teórica-
mente esto debería eliminar totalmente la señal directa, debido al movimiento de
giro del sistema, el micrófono tiende a desviarse ligeramente de su posición, lo que
se traduce en pequeñas diferencias de tiempo entre la señal directa d(t) y la reflejada,
r’(t), de modo que suele ser necesario aplicar un algoritmo para alinear conveniente-
mente ambas señales. Si esta alineación no se lleva a cabo correctamente, es posible
que se añada a la señal reflejada energía de la señal directa, falseando de este modo la
medición del coeficiente de absorción. Debido a este hecho, conviene separar lo más
posible los eventos directo y reflejado tal y como se comentó con anterioridad, para
que las ventanas aplicadas a cada evento ayuden a eliminar estas señales espurias.
Aplicando a continuación la ventana correspondiente para eliminar las señales proce-
dentes de las difracciones, se obtiene la respuesta impulsiva reflejada, r(t). El tamaño
310 Absorción del sonido

óptimo de la ventana se puede calcular a partir de los tiempos de viaje calculados con
las ecuaciones(12.13)-(12.16). A continuación se aplica una FFT a d(t) y r(t), obte-
niéndose el coeficiente de absorción mediante la expresión

(12.17)

Ya que este método está basado en la selección de la respuesta impulsiva de la


parte reflejada de la muestra, mediante una ventana temporal, será tanto más preciso
cuanto más corta sea la respuesta altavoz-micrófono. Para acortar esta respuesta, se
puede usar la ecualización por filtrado inverso (Cobo et al., 2006a; 2007), consistente
en calcular un filtro tal que su convolución con d(t) se corresponda a una señal pre-
definida por el usuario, a partir de la respuesta impulsiva directa, d(t). En el dominio
de la frecuencia, tenemos

(12.18)

donde Yd(s) es la respuesta impulsiva del sistema que buscamos, Xd(s) la señal que
debemos emitir por el altavoz para obtener Yd(s), y * indica conjugación compleja.
Puesto que en el método utilizado no se envía un impulso para medir las respuestas
impulsivas, sino una señal MLS, en lugar de Xd(s) hemos de enviar su convolución
con dicha señal MLS. Puesto que resulta imposible generar en la práctica una delta
de Dirac, debido a las limitaciones de actuadores, sensores, amplificadores, etc., es
necesario fijar un margen de frecuencias. Para ello, la señal Yd(s) debe ser de amplitud
coseno, debido a que tales pulsos tienen la mínima longitud para un ancho de banda
determinado. Es decir

(12.19)

con

(12.20)

La fase de Xd(s) pude ser o bien cero, para obtener un pulso simétrico, o bien
mínima para concentrar toda la energía en el inicio. Para pulsos de fase mínima los
Medición del coeficiente de absorción sonora 311

espectros de amplitud logarítmica y de fase son un par de transformadas de Hilbert.


Por tanto

(12.21)

La figura 12.13 muestra una respuesta impulsiva del sistema altavoz-micrófono


medida en la cámara anecoica antes y después de la ecualización. Se puede observar
cómo la longitud de la misma se reduce de forma considerable. Gracias a ello, se
consigue que las señales directa y reflejada no se solapen, evitando los problemas que
presenta el método de la sustracción.

1.5
Amplitude (aebitrary units)

1 (a)

0.5

-0.5

-1
4.2 4.4 4.6 4.8 5 5.2 5.4

Time (ms)

20
Magnitude (dB)

-20 Señal original


Señal sinteteizada
(b)

-40
101 102 103 104

Frecuencia (Hz)

Figura 12.13. (a) Respuesta impulsiva inicial (rojo) y obtenida tras la ecualización realizada para
reducir su longitud (verde), y (b) los correspondientes espectros.

La figura 12.14 muestra el esquema de la medida de la absorción en incidencia


oblicua de un MIU en la cámara anecoica del CSIC. El MIU consistía en una chapa
de 1 mm con hendiduras rectangulares, con un porcentaje de perforación de ϕ=9.8
%. Esta chapa se cubre después con la malla micrométrica de 39 mm de espesor y
agujeros de 35 mm de diámetro.
312 Absorción del sonido

MIU
Panel
rígido

2.4 m

87 cm 5 cm 5 cm

Figura 12.14. Configuración óptima para la medición del coeficiente de absorción


para incidencia oblicua.

Figura 12.15. Vistas frontal y trasera del prototipo montado en la cámara anecoica del CSIC.
Medición del coeficiente de absorción sonora 313

3
TIEMPO DE VIAJE (ms)

10

3
TIEMPO DE VIAJE (ms)

10

Figura 12.16. Ecogramas teórico (arriba) y experimental (abajo) de las trazas directa, reflejada y
difractadas en el borde y altavoz.
314 Absorción del sonido

x 10-3

10

5
incidente

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

x 10-3

reflejado
2

-2
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Tiempo (ms)

1
Exp.
0.9 rl
re

0.8

0.7
Coeficiente de absorción

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103

Frecuencia (Hz)

Figura 12.17. (arriba) Formas de onda (azul) de la señal directa y reflejada


y sus correspondientes ventanas (verde), y (abajo) curva de absorción asociada para θ= 5º.
Medición del coeficiente de absorción sonora 315

x 10-3

10

5
incidente

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

x 10-3

4 reflejado

-2
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Tiempo (ms)

1
Exp.

0.9 rl
re

0.8

0.7
Coeficiente de absorción

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103

Frecuencia (Hz)

Figura 12.18. Idem para θ= 10º.


316 Absorción del sonido

x 10-3

10

5
incidente

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

x 10-3

4
reflejado

-2

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Tiempo (ms)

1
Exp.
0.9 rl
re
0.8

0.7
Coeficiente de absorción

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103

Frecuencia (Hz)

Figura 12.19. Idem para θ= 15º.


Medición del coeficiente de absorción sonora 317

x 10-3

10

5 incidente

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

x 10-3

reflejado
4

-2
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Tiempo (ms)

1
Exp.
0.9 rl
re
0.8

0.7
Coeficiente de absorción

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103

Frecuencia (Hz)

Figura 12.20. Idem para θ= 20º.


318 Absorción del sonido

x 10-3

10

5
incidente

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

x 10-3

reflejado
2

-2

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Tiempo (ms)

1
Exp.

0.9 rl
re

0.8

0.7
Coeficiente de absorción

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103

Frecuencia (Hz)

Figura 12.21. Idem para θ= 25º.


Medición del coeficiente de absorción sonora 319

x 10-3

10

incidente

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

x 10-3

2
reflejado

-2
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Tiempo (ms)

1
Exp.
0.9 rl
re

0.8

0.7
Coeficiente de absorción

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
103

Frecuencia (Hz)

Figura 12.22. Idem a θ= 30º.


320 Absorción del sonido

La figura 12.15 muestra las vistas frontal y trasera del prototipo montado en la
cámara anecoica del CSIC. El panel frontal consta de la chapa de acero perforada con
hendiduras rectangulares y la malla micrométrica. El panel trasero consiste en dos
tableros de madera aglomerada de 18 mm de grosor. Entre ambos paneles hay una
cavidad de aire de 5 cm cuyo espesor se asegura atornillando los paneles a un esque-
leto metálico realizado con tubo cuadrado de acero de 5 cm. El prototipo se sujeta
posteriormente con tres escuadras en tubo cuadrado de acero. Todo el conjunto está
soportado verticalmente en seis puntos de apoyo de la cámara anecoica.
En la vista frontal de la figura 12.15 se puede apreciar también el sistema altavoz-
micrófono utilizado para las mediciones. La figura 12.16 muestra los ecogramas teó-
rico y experimental de las respuestas impulsivas en función del ángulo de giro entre
0º y 90º. El tiempo de llegada del primer evento en cada traza, la señal directa, no
varía con el ángulo de giro, ya que el micrófono está rígidamente unido al altavoz.
La reflexión en el MIU se aleja de la señal directa, a medida que aumenta el ángulo
de giro, y se acerca a la señal difractada por los bordes. Estos eventos se aprecian
también en las medidas experimentales, aunque en este caso, las amplitudes de las
señales difractadas por los bordes son mucho menores que las de las señales incidente
y reflejada en la muestra.
Las figuras 12.17-12.22 muestran los coeficientes de absorción del MIU medidos
por este procedimiento para los ángulos de incidencia de θ=0º, 5º, 10º, 15º, 20º y 25º,
respectivamente. Para cada ángulo de incidencia se muestran también las señales
incidente y reflejada en la muestra, con las ventanas usadas para su selección. Como
se puede observar, a medida que aumenta el ángulo de giro, la curva de absorción
medida se aleja de la curva teórica.

12.4. COEFICIENTE DE ABSORCIÓN


PARA INCIDENCIA ALEATORIA

Para obtener el coeficiente de absorción en campo difuso, es necesario realizar


una medición en cámara reverberante. Se entiende por campo difuso aquel en el
cual la propagación del sonido es igualmente probable en todas las direcciones y, en
consecuencia, la intensidad neta en cualquier punto del campo es cero. Aunque un
campo tal es imposible de conseguir en la práctica, dentro de una cámara reverbe-
rante diseñada correctamente se consigue una buena aproximación. Debido a ello, el
coeficiente de absorción obtenido en una cámara reverberante, o coeficiente de absor-
ción de Sabine, se aproxima mucho al que se mediría en un campo difuso perfecto.
En la práctica, el coeficiente de Sabine toma valores algo superiores al coeficiente de
absorción estadístico.
Para las medidas en cámara reverberante, se sigue la norma UNE-EN ISO 354. El
principio de medición del coeficiente de absorción de Sabine es el siguiente. En pri-
mer lugar, se mide el tiempo promedio de reverberación en la cámara sin la muestra,
entendiéndose por tiempo de reverberación el tiempo, en segundos, necesario para
que el nivel de presión sonora disminuya 60 dB después del cese de la emisión de la
fuente sonora. A continuación se coloca la muestra en la cámara y se vuelve a medir
Medición del coeficiente de absorción sonora 321

el tiempo de reverberación. A partir de estos tiempos, y mediante la ecuación de Sabi-


ne, se calcula el área de absorción sonora equivalente, que es el área hipotética de una
superficie totalmente absorbente y sin efectos de difracción que, si fuera el único ele-
mento absorbente del recinto, le proporcionaría el tiempo de reverberación obtenido.
Para las medidas es necesario utilizar micrófonos y fuentes sonoras omnidirec-
cionales, también denominadas de campo difuso, situados en distintas posiciones del
espacio separadas entre sí, lo que permite realizar un promedio de las mediciones
obtenidas en distintas posiciones de fuentes y micrófonos. El campo sonoro se genera
con fuentes que emiten ruido de banda ancha, cuya duración será suficientemente
larga como para producir un nivel de presión sonora estacionario en todas las bandas
de frecuencia. Para ello, esta duración debe ser superior a la mitad del tiempo de
reverberación medido. El nivel de la fuente debe ser suficientemente alto para que el
ruido de fondo esté, como mínimo, 10 dB por debajo del rango de caída. Una vez que
se corta la excitación de la fuente, se mide el tiempo de reverberación para cada banda
de frecuencia, generalmente bandas de octava o de tercios de octava. Promediando las
medidas de cada micrófono en cada banda, se obtienen los tiempos de reverberación
T1 y T2, correspondientes a las medidas de la cámara vacía y con la muestra, respecti-
vamente. Las áreas de absorción sonora equivalente se obtienen mediante las fórmulas

(12.22)

donde V es el volumen de la cámara reverberante vacía, c0 la velocidad de propaga-


ción del sonido en el aire y m1 y m2 son los coeficientes de atenuación sonora que
vienen dados por

(12.23)

siendo α el coeficiente de absorción del aire, para las condiciones climáticas de la


cámara reverberante durante la medición. El área de absorción sonora equivalente
resulta
(12.24)

y el coeficiente de absorción de Sabine es finalmente

(12.25

donde S es el área de la muestra ensayada.


322 Absorción del sonido

Para implementar este procedimiento de medición, se introdujo un MIU en la


cámara reverberante del CSIC (Cobo et al., 2006b). El MIU consistió en una chapa
metálica de 1 mm de grosor perforada con hendiduras rectangulares, cubiertas con
una malla micrométrica, apoyada sobre perfiles metálicos de 5 cm, lo que da lugar
a una cavidad de aire de 5 cm entre las chapas metálicas y el suelo de la cámara. La
superficie de la muestra era de (3.66x3.66)=13.39 m2. Los parámetros de partida del
MIU eran (d1, t1, ϕ1, d2, t2, ϕ2, D)=(8 mm, 1 mm, 8 %, 39 μm, 35 μm, 1.1 %, 5 cm).
Para cubrir la superficie de (3.66 x 3.66) m2 se usaron 4.5 planchas de (2.44 x 1.22)
m2. Cada una de las planchas venía perforada de fábrica, con un porcentaje de perfo-
ración del 10 %.
El MIU se montó en el suelo, aproximadamente en el centro, de la cámara rever-
berante. Se sellaron bien todas las juntas del MIU con cinta adhesiva, así como el
perímetro de la muestra con el suelo de la cámara. Las figuras 12.23 y 12.24 muestran
el MIU montado en la cámara reverberante. Las medidas se llevaron a cabo siguiendo
la Norma descrita. Se promedió el campo acústico generado secuencialmente por dos
altavoces con cuatro micrófonos, situados aproximadamente en las esquinas de la
muestra. A partir de las caídas de nivel se calcularon los tiempos de reverberación en
bandas de tercios de octava, y de estos se determinó el coeficiente de absorción. La
figura 10.25 muestra las curvas de absorción experimental y teóricas superpuestas.
En el caso de los coeficientes de absorción teóricos (αst) se muestran los casos de
reacción local y reacción volumétrica.

Figura 12.23. El MIU montado en la cámara reverberante.


Medición del coeficiente de absorción sonora 323

Figura 12.24. Vista del MIU y los altavoces en la cámara reverberante.

1
αn
0.9 αre
α2
0.8 α3

0.7

0.6

0.5
α

0.4

0.3

0.2

0.1

0
102 103
Frecuencia (Hz)

Figura 12.25. Coeficiente de absorción difusa del MIU medido en la Cámara Reverberante, en
comparación con los coeficientes de absorción para reacción local (rojo) y volumétrica (verde)
(Según Cobo et al., 2006b).
324 Absorción del sonido

Como podemos observar, las curvas experimentales concuerdan con las curvas
teóricas para reacción volumétrica, excepto en muy baja frecuencia, que se aproxi-
man hacia la de reacción local. Nótese que las barras metálicas que sirven de apoyo
para las chapas metálicas crean una partición de la cavidad de aire, que debe ser más
efectiva a frecuencias muy bajas (a 100 Hz, la longitud de onda es 3.4 m).

12.5. REFERENCIAS

Chung, J. Y. y Blaser, D. A. (1980). «Transfer function method of measuring in-duct


acoustic properties». J. Acoust. Soc. Am., 68: 907-921.
Cobo, P, Pfretzschner, J., Cuesta, M., Schmitt, A. y Fernández, A. (2005). Medida
de la absorción de un MIU en la cámara anecoica. Informe Técnico n° 1, Pro-
yecto DPI2004-05504-02-01.
Cobo, P, Cuesta, M., Pfretzschner, J., Fernández, y Siguero, M. (2006a). «Measu-
ring the absorption coefficient of panels in free field by using inverse filtered
MLS signals». Noise Control Eng. J., 54: 414-419.
Cobo, P., Colina, C. de la, Pfretzschner, J., Cuesta, M. y Fernández, A. (2006b).
«Characterization of a Microperforated Insertion Unit (MIU) in a reverberation
room». Acust. Acta Acust., 92 (Supp. 1), S108.
Cobo, P., Fernández, A. y Cuesta, M. (2007). «Measuring short impulses responses
with inverse filtered Maximum-Length Sequences». Appl. Acoust., 68: 820-830.
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Fernandez, A. (2006). Control de la impedancia de entrada de sistemas absorbentes
para la reducción del ruido de banda ancha. Tesis Doctoral, ICAI, Universidad
Pontificia de Comillas.
Ruiz, H. y Cobo, P. (2011). Manual de uso de IMPETU e IMPETU_2. CAEND,
CSIC.
UNE-EN ISO 10534-1 (2002). Determinación del coeficiente de absorción acústica
y de la impedancia acústica en tubos de impedancia. Parte 1: Método del rango
de onda estacionaria. AENOR, Madrid.
UNE-EN ISO 10534-1 (2002). Determinación del coeficiente de absorción acústica
y de la impedancia acústica en tubos de impedancia. Parte 2: Método de la
función de transferencia. AENOR, Madrid.
UNE-EN ISO 354 (2004). Medición de la absorción acústica en una cámara rever-
berante. AENOR, Madrid.
42
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