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CAUSAS DEL DIVORCIO

Por: Emiliano Muñoz Giove

Conforme se ha aprendido sobre el matrimonio desde el punto de vista Bíblico

es un pacto institucionalizado por Dios mismo desde los orígenes del hombre (Génesis

2:18). Según el concepto sociológico el matrimonio es lo que da origen a la sociedad;

esta consideración es muy importante para comenzar a tratar el tema del divorcio, ya

que la misma es un revés del matrimonio es decir una institución humana. Las

Escrituras no registran ningún acto de Dios, sea directamente o a través de sus profetas

y apóstoles, en los cuales Él establezca o institucionalice el divorcio. El divorcio, pues,

es una innovación humana.

La precisión de Jesús sobre el divorcio confirma la conclusión de que el divorcio

es un asunto humano y no establecido por Dios: “Pero no fue así desde el principio”

(Mateo 19:8). Además observa que fue sólo debido a la dureza del corazón de los

judíos, que Moisés permitió el divorcio.

En el contexto actual el divorcio desde el punto de vista legal es la disolución del

vínculo matrimonial, que solo puede ser decretado por una autoridad judicial y en

algunas excepciones por una autoridad administrativa dentro de un procedimiento

señalado por la ley, además que se compruebe debidamente la imposibilidad de que

subsista la vida matrimonial1. Establecido que el divorcio es una decisión humana cabe

la interrogante ¿Cuáles son las causas del divorcio?

La primera causa del divorcio se plantea a partir de la enseñanza de Jesús en

Mateo 5:32 que es la fornicación “porneia”. Tradicionalmente se ha interpretado el texto

que refiere al adulterio; para muchos esto no convence de total, puesto que el acto de

1 Ignacio Galindo García, Matrimonio y divorcio www.iglesiareformada.com. Recuperado el 10


de agosto de 2018.
adulterio para los judíos era castigado con la muerte como se encuentra en el evangelio

de Juan 8. Otros expertos consideran que “porneia” es el pecado sexual en su sentido

amplio, incluyendo relación sexual premarital. También se incluye la indecencia contra

el pacto matrimonial como el uso de la pornografía, el exhibicionismo o el contacto

sexual con otros.

Las interpretaciones son valederas, pero pueden abrir paso al legalismo o

parecerse a la escuela de Shammai que consideraba que un hombre puede divorciarse

por alguna indecencia de cualquier cosa. Una interpretación más confiable es que

“porneia” en Mateo debe entenderse como la falta de castidad premarital, estoporque se

tiene un ejemplo en la historia de José y María, donde por el embarazó de su prometida

José hace planes de dejarlo porque en su comportamiento él era justo. La inferencia es

que el divorcio no es permisible excepto cuando una mujer comprometida ha sido

culpable de “porneia”, es decir la falta de castidad sexual2.

La segunda causa del divorcio es la deserción o el abandono del matrimonio por

un conyugue incrédulo. En 1Corintios 7:10-11 Pablo expresa la enseñanza de Jesús,

para que la esposa no abandone al esposo, si lo hace se quede sin casarse o busque la

reconciliación y tampoco el esposo abandone a la esposa. El contexto es que muchos

tenían el concepto de que los matrimonios mixtos entre un creyente e incrédulo no

ayudan la santidad. Muchos para salvaguardarse estaban considerando el divorcio.

Pablo siguiendo la enseñanza de Cristo protege al matrimonio y aconseja que los

conyugues no deben separase, además se considera que si consienten en vivir juntos, el

no creyente es santificado 1Corintios 7:12, 14.

Luego de dar instructiva, Pablo llega a mencionar en 1Corintios 7:15, “si el

conyugue no creyente se separa, que se separe…el hermano o hermana no ha sido

2 Hays R. La visión moral del Nuevo Testamento (Nashville: editorial Herder, 1997), 355.
puesto bajo servidumbre”. A la decisión de deserción del no creyente se legitima como

una base para el divorcio; sin embargo muchos proponen simplemente como una

separación y no el divorcio3.

La tercera causa se plantea a partir de la interpretación ampliada de la palabra

“porneia” expresados en Mateo 5 y 19, que denotaría el abuso físico brutal a un

conyugue; pareciendo a la escuela de Hillel que sostenía que uno puede divorciarse por

indecencia de cualquier cosa como: cuando una mujer lo cocinaba mal o cuando sus

ojos ya no se agradaba de su conyugue. Esto implica someter a la pareja al peligro o a

los hijos mediante la conducta criminal. También la drogadicción y la inmoralidad como

vicio se considera el abandono al pacto matrimonial, donde para salvaguardar la

integridad y la vida se aconseja a no vivir en un estado de matrimonio.

Como se ha considerado las diversas causas del divorcio, pero en todas ellas,

tanto Jesús y el apóstol Pablo tienden a orientar que en el matrimonio primero se debe

buscar la reconciliación si hay problemas, porque el estricto mandato es: “lo que Dios

ha unido, ningún hombre lo separe”. Todo apunta a la edificación del estado

matrimonial porque el divorcio es una práctica humana con consecuencias traumáticas

que destruye la confianza en la persona. Para contrarrestar esto se necesita formar

discípulos con carácter necesario para tener éxito en el matrimonio, enfatizar la pureza

sexual y la fidelidad, desarrollar destrezas en las personas para la resolución de

conflictos útiles para el matrimonio, mentoreo a parejas jóvenes y ser contraculturales

inculcando en los discípulos el matrimonio para toda la vida.

3 Glen Stassen y David Gushee, La ética del Reino (El Paso Texas: editorial Mundo Hispano, 2007), 290.

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