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La Marcha sobre Roma y el ingreso al gobierno: Frente a la violencia en las calles que el mismo fascismo
promovía, y a la creciente debilidad del grupo gobernante, los fascistas decidieron organizar, a fines de
octubre de 1922, la Marcha sobre Roma, para ingresar al gobierno. Habrían podido ser detenidas por las
fuerzas militares si hubiera existido la voluntad de frenarlas.
El régimen fascista: La Iglesia sería compensada por los territorios perdidos, las corporaciones
eclesiásticas quedaron exentas de impuestos y sus escuelas recibieron un trato preferencial. Mussolini
ganó el apoyo de los católicos.
A partir de 1925 también la economía italiana tomó distancia del liberalismo para quedar sujeta a un
creciente control del Estado. Pero el fascismo procuró institucionalizar la relación entre el poder público
y el privado
El movimiento sindical fascista se centró en la obtención de programas sociales. La innovación más
popular fue la Opera.
La fragilidad de la República de Weimar: Partido Alemán de los Trabajadores. Creado a fines de 1918, el
ideario de este pequeño círculo combinaba el nacionalismo, la defensa de los derechos del trabajador y
el antisemitismo. Hitler renunció al Ejército y se volcó decididamente a la actividad política.
El partido, reorganizado bajo el nombre de Partido Nacional Socialista de los Obreros Alemanes,
presentó en 1920 su nuevo programa.
A través de sus veinticinco puntos articuló las ideas de los nacionalistas extremos –unión de todos los
alemanes en una gran Alemania, anulación de los tratados de paz y negación de la ciudadanía a quien no
llevara sangre alemana: los judíos, explícitamente, no podían ser alemanes– con reformas de sesgo
socialista: abolición de la renta no ganada por el trabajo, nacionalización de las grandes empresas,
reparto de los beneficios de la gran industria, reforma agraria radical.
Hitler y el ex jefe del Estado Mayor imperial y héroe de guerra, el general Erich Ludendorff, acordaron
forzar el golpe. El 9 de noviembre se pusieron al frente de una manifestación que no logró ser masiva y
fue violentamente reprimida por la policía. Hitler pudo huir y dos días después era arrestado.
Condenado a cinco años de prisión, Al salir de la cárcel, Hitler reorganizó el partido en un sentido que le
posibilitó contar con poderes absolutos.
El triunfo electoral de los nazis a partir de 1930
Del ingreso al gobierno a la concentración del poder
A lo largo de 1933 se consumó el proceso de coordinación (Gleichschaltung) que desembocó en la
instauración de la dictadura nazi. La rapidez y la profundidad de los cambios que afectaron al Estado y la
sociedad alemana fueron asombrosas. La transformación se concretó en virtud de una combinación de
medidas pseudo legales, terror, manipulación y colaboración voluntaria. Mussolini tardó tres años para
llegar a este punto.
El gabinete que acompañó a Hitler en su ingreso al gobierno era básicamente conservador.
Los adversarios políticos más activos fueron detenidos o huyeron del país. El primer campo de
concentración se abrió en marzo de 1933 en Dachau, bajo la dirección de las SS, como centro de
detención, tortura y exterminio de los militantes de izquierda. En mayo, después de la conmemoración
del Día del Trabajo, fueron disueltos los sindicatos. A mediados de 1933 ya habían sido prohibidos o bien
decidieron disolverse todos los partidos políticos. Entre marzo de 1933 y enero de 1934 se abolió la
soberanía de los Länder (provincias) y se aprobó la ley que consagraba la unidad entre partido y Estado:
En 1938 el bloque de fuerzas militares y policiales encabezado por las SS ganó terreno frente al Ejército.
Una vez consolidada la posición de Hitler, la dictadura estuvo lejos de asumir una organización
jerárquica centralizada; el gobierno personalizado se combinó con la fragmentación de la trama estatal.
El Estado alemán quedó sin ningún organismo central coordinador y con un jefe de gobierno
escasamente dispuesto a dirigir el aparato burocrático.
Los dos principales centros de poder fueron el partido y las SS.
Desde mediados de 1936 el aparato Policía-SS se constituyó en el principal pilar de un nuevo tipo de
régimen
El rearme, la autarquía económica y el espacio vital: las políticas del gobierno nazi fueron determinadas
por los objetivos de los grandes intereses económicos, en qué medida la autonomía de Hitler le permitió
imponer sus aspiraciones ideológicas y políticas por sobre los fines de los capitalistas.
En el invierno de 1935-36, mientras los ingresos se mantenían al nivel de 1932, el costo general de la
vida había aumentado y se cernía la amenaza de una crisis de alimentos. El elevado gasto en armamento
no dejaba divisas disponibles para la importación de los bienes necesarios para mantener bajos los
precios de consumo.
La expansión territorial era un objetivo central de la ideología nazi, la crisis económica y las medidas
instrumentadas para hacerle frente ofrecieron condiciones favorables para la puesta en marcha de la
maquinaria bélica.