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Estadio IV: Afectación diseminada de uno o más órganos extraganglionares con toma ganglionar distante.
DIAGNÓSTICO
Para corroborar el diagnóstico clínico de los linfomas se indican estudios analíticos como
Hemograma en busca de afectación en la producción de leucocitos, hematíes y plaquetas,
Velocidad de sedimentación globular que generalmente suele encontrarse acelerada en el orden de las 3 cifras,
Electroforesis de proteínas que pueden revelar el aumento de alfa 2 globulina e hipergamma globulinemia de tipo
monoclonal,
Actividad sérica de LDH que suele incrementarse en los casos donde la actividad tumoral sea manifiesta, cuantificación
sérica de acido úrico lo cual suele estar elevado secundario a la actividad tumoral, y
La prueba de Coombs revela la existencia de anemia hemolítica autoinmune.
Entre los estudios imagenológicos que se indican en estos casos se encuentra
la Rx de tórax simple, la TAC de tórax, ecosonagrafía de ganglios periféricos y abdominal, los cuales nos revelarán la
localización de los paquetes ganglionares neoplásicos, la presencia de hepatomegalia, esplenomegalia así como la
infiltración tumoral en diferentes órganos.
Para confirmar el diagnóstico de los linfomas y determinar su variante histológica se hace imprescindible la indicación de
estudios anatomopatológicos como la biopsia de una de las regiones ganglionares afectadas, preferiblemente de
localización periférica.
Se indican además estudios celulares como el medulograma y la biopsia de médula ósea que reportan la infiltración tumoral
en caso de que exista en estos tejidos.
Los estudios microbiológicos como la serología VDRL, urocultivos, exudados nasofaríngeos, estudio de las heces
fecales, determinación de AgsHB, anticuerpo C, serología VIH se indican con el objetivo de descubrir algún proceso
infeccioso que pueda poner en peligro la vida del paciente durante el tratamiento.
COMPLICACIONES:Una forma clínica de presentación de estas enfermedades es a manera de complicaciones las cuales
se producen por obstrucción e infiltración de estructuras vecinas o distantes a las regiones ganglionares neoplásicas.
Así tenemos que en el sistema respiratorio puede existir derrame pleural, neumonía, obstrucción de vías aéreas superiores,
en el sistema cardiovascular puede presentarse el síndrome de la vena cava superior, en el sistema digestivo puede existir
íctero obstructivo así como oclusión intestinal, En el SNC pueden existir paraplejías por compresión e infiltración de la
médula espinal además de linfomas cerebrales más frecuentes en pacientes afectados por VIH. Otra forma de presentación
es como anemia hemolítica autoinmune que se presenta sobre todo en los LNH y en aproximadamente en el 10% de ellos.
PRONOSTICOFactores pronósticos:
Existen factores pronósticos para los linfomas que predicen la evolución de los pacientes, estos factores son
internacionalmente reconocidos y no son más que características de la enfermedad que posibilitan un peor pronóstico de
vida, a medida que un paciente presenta mayor cantidad de estas características peor será su pronóstico.
Estas características son:
Edad mayor de 50 años.
Variedad histológica, estadios III y IV con toma o no de regiones extraganglionares.
Presencia de masa tumoral mediastinal.
Niveles de LDH elevados y respuesta inadecuada al tratamiento (no respuesta o duración corta de buena respuesta).
Generalmente se plantea que los LNH presentan peor pronóstico que los LH.
TRATAMIENTO: El Médico Integral comunitario debe conocer que el tratamiento de estas enfermedades se efectua a nivel
hospitalario con medicamentos antineoplásicos como citostáticos y en muchas ocasiones radioterapia, se aplican a manera
de ciclos entre 21 y 30 días, pero su papel es fundamental fortaleciendo las medidas ambulatorias que se le indican a estos
pacientes ya que debe insistir en estos pacientes en la incorporación a la dieta de alimentos ricos en antioxidantes como los
vegetales y las frutas frescas, de proteína animal que permita restaurar los tejidos dañados por el tratamiento antineoplásico
y la práctica de ejercicios físicos mientras que el estado de salud del paciente lo permita.
Otra opción terapéutica que es utilizada con muy alta frecuencia en los pacientes con diagnóstico de linfoma de mal
pronóstico es el transplante de médula ósea, que permite efectuar la curación de la enfermedad. Es cierto que no todas las
personas enfermas por esta neoplasia pueden someterse a un trasplante de médula ósea debido al alto costo económico
que eso implica para el paciente y su familia, pero a medida que nuestros pueblos logren llevar salud para todos de manera
gratuita posibilitarán la aplicación de este tan importante tratamiento a todos los pacientes necesitados.
CONCLUSIONES
- Los linfomas son un grupo muy heterogéneo de enfermedades malignas que predominan en ambos sexos y en
pacientes de cualquier edad con elevada morbilidad y mortalidad sobre las personas afectadas.
- Se clasifican en dos grandes grupos histológicos que son Linfomas hodgkin y linfomas no hodgkin.
- Clínicamente se presenta con mayor frecuencia como un síndrome adénico local o generalizado aunque puede
debutar con un cuadro clínico que corresponda con alguna complicación de la enfermedad.
- Existen estadios que permiten definir la extensión, el pronóstico y el tratamiento del paciente.
- La sospecha diagnóstica inicial de esta enfermedad depende de la actuación oportuna del médico integral
comunitario, teniendo en cuenta las principales manifestaciones clínicas propias o las complicaciones que pueda
presentar.
- El tratamiento utilizado en estos pacientes debe ser reforzado por el Médico integral comunitario en el área de
salud, mediante la indicación de una dieta adecuada y la realización de ejercicios físicos.